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17 DOSIER ICO OGRAFíA MUSICAL 16 Muerte de Orfeo Émile lévy, La muerte de Orfeo, 1866 los infiernos, en la pintura vascular apulia, en los siglos V y IV a. C 5 En cualquier caso, todas las fuentes coinciden en que la prodigiosa música de nuestro cantor sí consiguió persuadir a los dioses, y, en el marco de esa capacidad que Orfeo tenía para comunicarse con los dioses, se sitúa el hecho de que se le considerara como una especie de profe- ta, fundador de lo que se ha llamado orfismo. una peculiar versión de la religión griega pagana". Hay incluso testimo- nios que dicen que Orfeo había aprendido durante su estancia en el reino de los muertos las doctrinas y prescrip- ciones rituales que después reveló a los hombres". Pero de este aspecto hay muy pocas huellas en la iconografía de Orfeo: sólo algunas imágenes en las que aparece con fun- ciones rituales propias de ese aspecto "sacerdotal" de su figura, entre las que hay que incluir quizá las representacio- nes que lo muestran tocando y cantando ante los tracios, a las cuales nos hemos referido más arriba. Sin embargo, esos motivos no han pervivido, que sepamos, en el arte europeo posterior. Las leyendas contaban también que, tras la pérdida de Eurídice, Orfeo se había retirado a la soledad de los bos- ques, donde su canto había logrado atraer y amansar a los animales y hacer que lo siguieran incluso los árboles y las rocas. A este momento de su "biografía mítica" aluden las abundantísimas representaciones de nuestro cantor entre las fieras, en el arte romano, de las que ya nos hemos ocu- pado. En este contexto, se decía también que, privado de Eurídice, había rechazado a todas las demás mujeres, e incluso que había sido el inventor de la pederastia", en lo que algunos ponían la causa de la violenta muerte que sufrió a manos de las ménades". Esa muerte aparece repre- sentada frecuentemente en la pintura vascular ática de épo- ca clásica, como vemos en esta ánfora ática de figuras rojas, procedente de Nola, de ea. 440 a. C. (ahora en Múnich, Staatliche Antikensammlungen; imagen 16). Pasa- dos los siglos V-IV a. c., el motivo de la muerte de Orfeo desapareció de la escena iconográfica de la Antigüedad ... para reaparecer en la segunda mitad del s. XIX, como vemos en la imagen n° 17. Lo mismo ocurrió con las imágenes alusivas a cómo la Gustave Moreau, Orfeo, 1866 cabeza de Orfeo continuó cantando después de su horroro- sa muerte y fue arrastrada por el mar, junto con la lira de Orfeo, hasta la isla de Lesbos. Allí habría sido enterrada, por lo que Lesbos sería después cuna de insignes poetas y músicos" La pintura vascular de los ss. V Y IV a. C. se ocu- pó de esos motivos, que desaparecieron luego del arte anti- guo y que luego inspiraron a artistas de fines del s. XIX, como vemos en las imágenes 18 a 20. También se contaba que la lira de Orfeo había sido metamorfoseada en la constelación que lleva el nombre de Lyra", de lo cual no hay un sólo testimonio iconográfico, que sepamos. Hemos visto, pues, que ciertos motivos, atestiguados en las fuentes literarias, no fueron objeto de la atención de los artistas: pensamos en Orfeo argonauta, la influencia mágica de la música de Orfeo sobre los vientos, las rocas y los árboles, o el catasterismo de la lira. En el caso de estos últi- mos motivos, tal vez la falta de imágenes se deba a que no se prestaban fácilmente a un tratamiento plástico. El motivo de Orfeo entre los tracios, que apareció en el arte griego del s. Va. c., desapareció después, quizá porque los tracios, en la Europa medieval y moderna, ya no representaban ningún peligro, ya no eran un paradigma del salvaje, como lo habí- an sido para los antiguos griegos. Incluso si lo hubieran sido, la idealización del "buen salvaje", propia de la Ilustra- ción y del Romanticismo, habría impedido que se les eligie- ra para expresar en imágenes el poder de la música: para ese fin, los animales feroces eran mucho más adecuados. De ese modo, uno de los motivos recurrentes, a lo largo de la historia del arte europeo desde Grecia y Roma hasta el siglo XX, fue el de Orfeo entre las fieras. Los otros momen- tos del mito evocados plásticamente son: Orfeo y Eurídice, la muerte de Orfeo y el hallazgo de su cabeza y de su lira. En definitiva, eran los motivos que con más fuerza podían expresar el reconocimiento del poder mágico de la música, la temerosa conciencia de que la muerte sea más poderosa y la esperanza (¿o el deseo') de que, en cualquier caso, el arte sea capaz de vencer a la muerte. Francisco Molina Moreno

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    DOSIERICO OGRAFíA MUSICAL

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    Muerte de Orfeo Émile lévy, La muerte de Orfeo, 1866

    los infiernos, en la pintura vascular apulia, en los siglos V yIV a. C5• En cualquier caso, todas las fuentes coinciden enque la prodigiosa música de nuestro cantor sí consiguiópersuadir a los dioses, y, en el marco de esa capacidad queOrfeo tenía para comunicarse con los dioses, se sitúa elhecho de que se le considerara como una especie de profe-ta, fundador de lo que se ha llamado orfismo. una peculiarversión de la religión griega pagana". Hay incluso testimo-nios que dicen que Orfeo había aprendido durante suestancia en el reino de los muertos las doctrinas y prescrip-ciones rituales que después reveló a los hombres". Pero deeste aspecto hay muy pocas huellas en la iconografía deOrfeo: sólo algunas imágenes en las que aparece con fun-ciones rituales propias de ese aspecto "sacerdotal" de sufigura, entre las que hay que incluir quizá las representacio-nes que lo muestran tocando y cantando ante los tracios, alas cuales nos hemos referido más arriba. Sin embargo, esosmotivos no han pervivido, que sepamos, en el arte europeoposterior.

    Las leyendas contaban también que, tras la pérdida deEurídice, Orfeo se había retirado a la soledad de los bos-ques, donde su canto había logrado atraer y amansar a losanimales y hacer que lo siguieran incluso los árboles y lasrocas. A este momento de su "biografía mítica" aluden lasabundantísimas representaciones de nuestro cantor entrelas fieras, en el arte romano, de las que ya nos hemos ocu-pado. En este contexto, se decía también que, privado deEurídice, había rechazado a todas las demás mujeres, eincluso que había sido el inventor de la pederastia", en loque algunos ponían la causa de la violenta muerte quesufrió a manos de las ménades". Esa muerte aparece repre-sentada frecuentemente en la pintura vascular ática de épo-ca clásica, como vemos en esta ánfora ática de figurasrojas, procedente de Nola, de ea. 440 a. C. (ahora enMúnich, Staatliche Antikensammlungen; imagen 16). Pasa-dos los siglos V-IV a. c., el motivo de la muerte de Orfeodesapareció de la escena iconográfica de la Antigüedad ...para reaparecer en la segunda mitad del s. XIX, comovemos en la imagen n° 17.

    Lo mismo ocurrió con las imágenes alusivas a cómo la

    Gustave Moreau, Orfeo, 1866

    cabeza de Orfeo continuó cantando después de su horroro-sa muerte y fue arrastrada por el mar, junto con la lira deOrfeo, hasta la isla de Lesbos. Allí habría sido enterrada, porlo que Lesbos sería después cuna de insignes poetas ymúsicos" La pintura vascular de los ss. V Y IV a. C. se ocu-pó de esos motivos, que desaparecieron luego del arte anti-guo y que luego inspiraron a artistas de fines del s. XIX,como vemos en las imágenes 18 a 20.

    También se contaba que la lira de Orfeo había sidometamorfoseada en la constelación que lleva el nombre deLyra", de lo cual no hay un sólo testimonio iconográfico,que sepamos.

    Hemos visto, pues, que ciertos motivos, atestiguados enlas fuentes literarias, no fueron objeto de la atención de losartistas: pensamos en Orfeo argonauta, la influencia mágicade la música de Orfeo sobre los vientos, las rocas y losárboles, o el catasterismo de la lira. En el caso de estos últi-mos motivos, tal vez la falta de imágenes se deba a que nose prestaban fácilmente a un tratamiento plástico. El motivode Orfeo entre los tracios, que apareció en el arte griego dels. Va. c., desapareció después, quizá porque los tracios, enla Europa medieval y moderna, ya no representaban ningúnpeligro, ya no eran un paradigma del salvaje, como lo habí-an sido para los antiguos griegos. Incluso si lo hubieransido, la idealización del "buen salvaje", propia de la Ilustra-ción y del Romanticismo, habría impedido que se les eligie-ra para expresar en imágenes el poder de la música: paraese fin, los animales feroces eran mucho más adecuados.De ese modo, uno de los motivos recurrentes, a lo largo dela historia del arte europeo desde Grecia y Roma hasta elsiglo XX, fue el de Orfeo entre las fieras. Los otros momen-tos del mito evocados plásticamente son: Orfeo y Eurídice,la muerte de Orfeo y el hallazgo de su cabeza y de su lira.En definitiva, eran los motivos que con más fuerza podíanexpresar el reconocimiento del poder mágico de la música,la temerosa conciencia de que la muerte sea más poderosay la esperanza (¿o el deseo') de que, en cualquier caso, elarte sea capaz de vencer a la muerte.

    Francisco Molina Moreno