16 Ensañanza Del Evangelio y Liderazgo

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16. Enseñanza del Evangelio y liderazgo La misión de la Iglesia es ayudar a las personas y a las familias a venir a Cristo y a obtener la vida eterna (véase Moroni 10:32; Moisés 1:39). En esta sección se intenta ayudar a los líderes y a los maes- tros en la tarea de contribuir al logro de esta misión. La sección consta de siete partes: 1. Fortalecimiento de la familia 2. Principios de conversión 3. Enseñanza del Evangelio 4. Liderazgo en la Iglesia 5. Ministración de los miembros nuevos y de los miembros menos activos 6. Ministración de los miembros con discapacidades 7. Reuniones de liderazgo Fortalecimiento de la familia La familia y el hogar constituyen el lugar más im- portante para la enseñanza del Evangelio y para el liderazgo (véase Mosíah 4:14-15; D. y C. 68:25-28). La familia es ordenada por Dios; es central para Su plan para el destino eterno de Sus hijos. Dios ha establecido las familias para traer la felicidad a Sus hijos, para ayudarlos a aprender principios correctos en una atmósfera de amor y para prepararlos para la vida eterna. Los líderes enseñan a los padres cómo fortalecer

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Enseñanza del Evangelio y liderazgo

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16. Enseanza del Evangelio y liderazgoLa misin de la Iglesia es ayudar a las personas y

a las familias a venir a Cristo y a obtener la vida

eterna (vase Moroni 10:32; Moiss 1:39). En esta

seccin se intenta ayudar a los lderes y a los maes-

tros en la tarea de contribuir al logro de esta misin.

La seccin consta de siete partes:

1. Fortalecimiento de la familia

2. Principios de conversin

3. Enseanza del Evangelio

4. Liderazgo en la Iglesia

5. Ministracin de los miembros nuevos y de los

miembros menos activos

6. Ministracin de los miembros con discapacidades

7. Reuniones de liderazgo

Fortalecimiento de la familiaLa familia y el hogar constituyen el lugar ms im-

portante para la enseanza del Evangelio y para el

liderazgo (vase Mosah 4:14-15; D. y C. 68:25-28).

La familia es ordenada por Dios; es central para

Su plan para el destino eterno de Sus hijos. Dios ha

establecido las familias para traer la felicidad a Sus

hijos, para ayudarlos a aprender principios correctos

en una atmsfera de amor y para prepararlos para la

vida eterna.

Los lderes ensean a los padres cmo fortalecer

su liderazgo de rectitud en el hogar. Alientan a los

padres a fin de que planeen y lleven a la prctica en

forma cuidadosa la oracin familiar, el estudio de

las Escrituras con la familia, la noche de hogar fami-

liar y otras actividades familiares. Los lderes dan el

ejemplo de tales cosas en el hogar.

Los qurumes, las organizaciones auxiliares, los

programas y las actividades de la Iglesia deben for-

talecer y apoyar a la familia. Deben realzar las acti-

vidades de la familia centradas en el Evangelio y no

competir con ellas.

Responsabilidades de los padresLa Primera Presidencia y el Quorum de los Doce

Apstoles han dicho:

"El esposo y la esposa tienen la solemne respon-

sabilidad de amarse y cuidarse el uno al otro, y tam-

bin a sus hijos... Los padres tienen la

responsabilidad sagrada de educar a sus hijos den-

tro del amor y la rectitud, de proveer para sus nece-

sidades fsicas y espirituales, de ensearles a amar y

a servirse el uno al otro, de guardar los mandamien-

tos de Dios y de ser ciudadanos respetuosos de la

ley dondequiera que vivan. Los esposos y las espo-

sas, madres y padres, sern responsables ante Dios

del cumplimiento de estas obligaciones.

"...Por designio divino, el padre debe presidir so-

bre la familia con amor y rectitud y tiene la respon-

sabilidad de protegerla y de proveerle las cosas

necesarias de la vida. La responsabilidad primordial

de la madre es criar a los hijos. En estas responsabi-

lidades sagradas, el padre y la madre, como iguales,

estn obligados a ayudarse mutuamente. Las inca-

pacidades fsicas, la muerte u otras circunstancias

pueden requerir una adaptacin individual" (La fa-

milia: Una proclamacin para el mundo).Oracin familiar y estudio de las EscriturasEl Salvador ense: "Orad al Padre en vuestras

familias, siempre en mi nombre, para que sean

bendecidos vuestras esposas y vuestros hijos"

(3 Nefi 18:21).

Las familias deben tener la oracin familiar

diariamente. Cada miembro de la familia debe

tener una oportunidad para ofrecer la oracin con

regularidad.

Los padres deben reunir regularmente a sus fami-

lias para leer y analizar las Escrituras. Cada miem-

bro de la familia que pueda leer debe tener la

oportunidad de leerlas.

Noche de hogarLos padres deben llevar a cabo un noche de ho-

gar cada semana a fin de ensear y fortalecer a sus

familias. Los lderes de estaca y de barrio deben con-

servar libres de toda reunin y actividad de la Igle-

sia la noche de todos los lunes (vase la pgina 333).

La noche de hogar puede consistir en una oracin

familiar, instruccin del Evangelio, himnos y cancio-

nes de la Primaria y actividades en familia. La Igle-

sia dispone de lecciones y de otros materiales para

que las familias los utilicen en sus noches de hogar.

La revista Liahona es tambin un provechoso mate-

rial de consulta.

Consejos de familiaLos padres pueden reunir a los miembros de la fa-

milia en consejos de familia. Los consejos de familia

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Enseanza del Evangelio y liderazgosirven para establecer metas, resolver problemas, ana-

lizar asuntos econmicos, preparar planes y fomentar

el apoyo y el fortalecimiento mutuos. Los consejos de

familia pueden llevarse a cabo en conexin con la no-

che de hogar o en cualquier otro momento.

Principios de conversinEl Seor ha dicho: "De cierto os digo, que si no os

volvis y os hacis como nios, no entraris en el

reino de los cielos" (Mateo 18:3). La conversin es

un proceso de toda la vida que incluye lo siguiente:

Tener fe en Jesucristo y ejercer la fe para arrepen-

timiento.

Recibir las ordenanzas salvadoras del Evangelio,

incluso las ordenanzas del templo y participar se-

manalmente de la Santa Cena para renovar los con-

venios bautismales.

Orar diariamente y estudiar el Evangelio de Jesu-

cristo en las Escrituras y en las enseanzas de los

profetas de los ltimos das.

Obedecer los mandamientos de Dios, tales como

las leyes de castidad, de diezmo y de honradez, y

seguir los consejos de los lderes de la Iglesia.

Amar a Dios y amar y servir al prjimo con "el

amor puro de Cristo" (Moroni 7:47).

Fortalecer la familia, al orar juntos, al estudiar

juntos las Escrituras y al amarse y cuidarse los unos

a los otros.

Asistir a las reuniones de la Iglesia y prestar ser-

vicio en los llamamientos y en las asignaciones.

Compartir el Evangelio con amigos y familiares.

Localizar y remitir los nombres de antepasados

fallecidos para las ordenanzas del templo y efectuar

la obra del templo tan a menudo como las circuns-

tancias lo permitan.

Todas las personas tienen la responsabilidad pri-

mordial de lograr su propia conversin. Los lderes

y los maestros deben ayudar en tal esfuerzo. Deben

asegurarse de que "se [haga] memoria de [los miem-

bros y sean] nutridos por la buena palabra de Dios,

para guardarlos en el camino recto, para conservar-

los continuamente atentos a orar, confiando sola-

mente en los mritos de Cristo, que [es] el autor y

perfeccionador de su fe" (Moroni 6:4; vase tambin

Lucas 22:32).

Los lderes y los maestros tambin deben asegu-

rarse de que todas las reuniones, las clases, los pro-

gramas y las actividades de la Iglesia ayuden a los

miembros a acrecentar su fe en Jesucristo, su conoci-

miento y testimonio de Su Evangelio restaurado y

su cometido de seguir a Cristo.

Para entender mejor acerca de cmo se logra la

conversin, vase Mosah 5:1-7; 27:25-26; y Alma

5:7-35; 22:15-18.

Enseanza del EvangelioLos padres, los lderes y los maestros tienen la

responsabilidad sagrada de ensear el Evangelio de

Jesucristo. El Seor dijo: "Os mando que os enseis

el uno al otro la doctrina del reino. Enseaos

diligentemente, y mi gracia os acompaar"

(D. y C. 88:77-78).

En esta seccin se describen los principios de una

enseanza eficaz del Evangelio. Estos principios se

aplican a quienes ensean el Evangelio en el hogar,

en las clases de la Iglesia, en las reuniones sacra-

mentales y en otros ambientes. La ltima parte de

esta seccin ofrece pautas para ayudar a que los l-

deres fomenten una enseanza eficaz.

Ensear por el EsprituEl Seor dijo: "Y se os dar el Espritu por la ora-

cin de fe; y si no recibs el Espritu, no ensearis"

(D. y C. 42:14). El Espritu, o el Espritu Santo, es

uno de los miembros de la Trinidad. Uno de Sus

propsitos es "[manifestar] la verdad... de todas las

cosas" (Moroni 10:4-5). Solamente por medio de la

influencia del Espritu puede la enseanza del Evan-

gelio ser edificante e inspiradora.

Procurar el Espritu al preparar la leccin

Los maestros deben procurar el Espritu a medida

que se preparan para ensear. El Espritu puede

ayudarles a entender las Escrituras y ver cmo se

aplican a la vida diaria. El Espritu tambin puede

ayudarles a discernir las necesidades de los miem-

bros de la clase y preparar lecciones que satisfagan

tales necesidades.

Procurar el Espritu durante la leccin

Los maestros y los miembros de la clase deben

procurar el Espritu durante la leccin. Una persona

puede ensear verdades muy profundas y los alum-

nos pueden estar participando en anlisis estimu-

lantes, pero a menos que el Espritu est presente,

eso no tendr un efecto poderoso en el alma.

Los maestros deben ayudar a los miembros de la

clase a entender la funcin del Espritu en el apren-

dizaje del Evangelio (vase 1 Corintios 2:10-11).

362Enseanza del Evangelio y liderazgoTambin deben ensear a los miembros de la clase

lo que deben hacer para invitar a la presencia del Es-

pritu (vase D. y C. 88:121-126).

Cuando el Espritu est presente en la enseanza

del Evangelio, "el poder del Espritu Santo... lleva

[el mensaje] al corazn de los hijos de los hombres"

(2 Nefi 33:1). Los maestros y los miembros de la cla-

se "son edificados y se regocijan juntamente" (D. y

C. 50:22); sienten que el Espritu les testifica y les da

revelacin personal. Tambin son fortalecidos en su

amor por nuestro Padre Celestial y Jesucristo, en su

amor el uno por el otro, y en su cometido de vivir el

Evangelio.

Seguir el ejemplo del Salvador como maestroLos maestros deben estudiar la vida y las ense-

anzas del Salvador y esforzarse por ensear como

l lo hizo (vase 3 Nefi 27:27). Las siguientes ins-

trucciones pueden ayudar a los maestros para que

sigan Su ejemplo.

Orar

Tal como el Salvador tena un espritu de oracin

durante Su ministerio terrenal, los maestros deben

tener un espritu de oracin continuo. Al preparar

las lecciones deben orar en procura de gua e inspi-

racin. Al ensear las lecciones tienen que orar para

que el Espritu los gue, para que abra el corazn de

los miembros de la clase y para testificar e inspirar.

Tambin los miembros de la clase deben tener una

oracin en su corazn durante las lecciones (vase 3

Nefi 20:1).

Ser un buen ejemplo

Durante Su ministerio terrenal, el Salvador ense-

mediante la palabra y el ejemplo (vase 1 Pedro

2:21; 2 Nefi 31:5-10, 16). Los miembros de la clase

aprenden tanto de las acciones como de las palabras

de los maestros. Todos los maestros deben esforzar-

se por ser un buen ejemplo viviendo los principios

del Evangelio.

Ser humilde

Los maestros deben seguir el ejemplo de humil-

dad del Salvador. l se someti a la voluntad de Su

Padre (vase Juan 5:30); procur glorificar a Su Pa-

dre (vase Juan 8:50; Moiss 4:2), y fue humilde en

Sus tratos con aquellos a quienes enseaba (vase

Juan 13:14-15; ter 12:39).

El ser humilde puede ayudar a los maestros a

vencer cualquier tendencia a llamar la atencin ha-

cia s mismos o a confiar demasiado en sus propios

conocimientos o talentos. Los maestros deben mani-

festar su humildad aplicando el consejo de Prover-

bios 3:5-6: "Pate de Jehov de todo tu corazn, y no

te apoyes en tu propia prudencia. Reconcelo en to-

dos tus caminos, y l enderezar tus veredas".

El ser humilde puede tambin ayudar a los maes-

tros que se sientan atemorizados o inadecuados. Al

ser humildes y ejercer su fe en el Seor, l "[har]

que las cosas dbiles sean fuertes para ellos" (ter

12:27). l los llevar de la mano y dar respuestas a

sus oraciones (vase D. y C. 112:10).

Ser dedicado

Jess se dedic por completo a la obra de Su Pa-

dre. Los maestros deben tener el mismo cometido al

cumplir con sus responsabilidades. Deben estar dis-

puestos a hacer sacrificios y a hacer lo que sea nece-

sario para ensear el Evangelio con eficacia.

Amar a los miembros de la clase

El Salvador ense: "[Amaos] unos a otros, como

yo os he amado" (Juan 15:12; vase tambin Juan

13:34-35). Los miembros de la clase son ms recepti-

vos al Evangelio cuando saben que sus maestros los

aman con sinceridad. Las expresiones de amor tam-

bin ayudan a los miembros de la clase a sentir la in-

fluencia del Espritu.

Los maestros deben orar para tener su corazn

lleno de amor por cada uno de los miembros de la

clase (vase Moroni 7:48). Deben tratar de conocer

individualmente a cada miembro de la clase y ayu-

darlos a sentirse bienvenidos y apreciados. Tambin

deben demostrarles amor e inters fuera de la clase.

Prepararse para ensear

Jess ense en cuanto a la importancia de prepa-

rarse para ensear el Evangelio cuando dijo: "No in-

tentes declarar mi palabra, sino primero procura

obtenerla". A medida que los maestros estudian con

espritu de oracin la palabra de Dios, tendrn "[Su]

Espritu y [Su] palabra, s, y el poder de Dios para

convencer a los hombres" (D. y C. 11:21; vase tam-

bin Juan 5:39; D. y C. 1:37).

Una parte importante de la preparacin consiste

en determinar (ju material de la leccin a ensearse

ser el ms provechoso. Por lo general es mejor con-

centrarse en uno o dos principios primordiales. En

la mayora de los manuales de la Iglesia se sugiere

un propsito u objetivo para cada leccin.

363Enseanza del Evangelio y liderazgoOtra parte importante de la preparacin es deter-

minar cmo se ensear el material de la leccin. Los

maestros deben planear mtodos de enseanza que

ayuden a los miembros de la clase a entender y a

aplicar lo que se les ensea. Cuando planeen tales

mtodos, los maestros deben considerar cmo llegar

al corazn y a la mente de los miembros de la clase.

La preparacin debe tambin incluir el planea-

miento sobre cmo ayudar a los miembros de la cla-

se a sentir el Espritu, a participar en la leccin y a

aplicar los principios que se les enseen.

Los maestros deben comenzar a preparar sus lec-

ciones varios das antes de ensearlas.

Ensear las doctrinas y las ordenanzas salvadoras

del Evangelio

El Salvador concentr Sus enseanzas en las doc-

trinas y en las ordenanzas salvadoras del Evangelio

(vase, por ejemplo, 3 Nefi 27:16-20). Los maestros

deben ensear solamente el Evangelio de Jesucristo

tal como lo revelan las Escrituras y las enseanzas

de los profetas de los ltimos das (vase D. y C.

19:31-32; 52:9). Las enseanzas especulativas o suje-

tas a controversia no son apropiadas.

Ensear de las Escrituras y de las enseanzas de los

profetas de los ltimos das

El Salvador enseaba con frecuencia de las Escri-

turas (vase Lucas 24:27) y los maestros tambin de-

ben utilizar las Escrituras cuando enseen el

Evangelio (D. y C. 42:12). Tal como lo registr Alma,

la predicacin de la palabra de Dios puede surtir

"un efecto ms potente en la mente del pueblo que

la espada o cualquier otra cosa" (Alma 31:5; vase

tambin Helamn 3:29-30).

El leer y analizar las Escrituras puede ayudar a

los miembros de la clase a sentir la influencia del Es-

pritu. Les ayudar a obtener un testimonio de que

la palabra de Dios es buena, porque empezar a en-

sanchar su alma, iluminar su entendimiento y ser

deliciosa para ellos (vase Alma 32:28).

Los maestros deben planear la forma en que

emplearn las Escrituras para que los miembros

de la clase tengan experiencias espirituales con

ellas. Por lo general, es mejor concentrarse en pasa-

jes breves, leyndolos en voz alta y analizndolos

detalladamente.

Aunque los maestros pueden exponer sus pro-

pias impresiones acerca de las Escrituras, es tambin

importante ayudar a que los miembros de la clase

descubran por s mismos la riqueza que se halla en

las Escrituras. Cuando los miembros logran sus pro-

pios descubrimientos es ms probable que sientan

el Espritu, recuerden lo que aprendieron y lo apli-

quen en su vida.

El anlisis de las Escrituras debe fomentar el estu-

dio personal en el hogar. Los maestros tambin de-

ben ayudar a los miembros de la clase para que su

estudio personal de las Escrituras sea ms eficaz.

El anlisis de las Escrituras es ms eficaz cuando

los miembros traen a la clase sus propios libros ca-

nnicos. Entonces los maestros pueden pedirles que

lean pasajes y alentarles a marcar dichos pasajes de

las Escrituras.

Si disponen de ayudas tales como las notas al

pie de pgina, el encabezamiento de los captulos

y la gua para el estudio de las Escrituras, los

maestros deben emplearlas durante la leccin y ayu-

dar a los miembros de la clase para que aprendan a

utilizarlas.

Los maestros pueden utilizar las declaraciones

de los profetas de los ltimos das para dirigir

y aclarar el anlisis de las Escrituras. El uso de

tales declaraciones tambin ayuda a poner nfasis

en el hecho de que el Seor contina revelando Su

voluntad hoy en da.

Establecer un buen ambiente para la enseanza

Ambiente espiritual. Algunas sugerencias para

crear un buen ambiente espiritual en la sala de clase

incluyen:

1. Saludar y dar la bienvenida a cada miembro de la

clase si es posible.

2. Rogar por la presencia del Espritu al comenzar la

clase y alentar la reverencia.

3. Amar a los miembros de la clase y ayudarles para

que se sientan cmodos al participar.

4. Alentar a los miembros de la clase para que escu-

chen con respeto y entendimiento.

5. Prevenir cualquier conversacin que podra per-

judicar o debilitar el testimonio o de alguna ma-

nera causar que el Espritu se retire.

Ambiente fsico. Algunas sugerencias para crear un

buen ambiente fsico en la sala de clase incluyen:

1. Llegar a tiempo con todo el material y equipo ne-

cesarios para la enseanza.

2. Asegurarse de que la sala de clase se encuentre

tan limpia, bien ordenada, cmoda y libre de

cualquier distraccin como sea posible.

3. Arreglar los asientos de manera que faciliten la

enseanza.

364Enseanza del Evangelio y liderazgo4. Comenzar y terminar la clase a tiempo.

Ayudar a los miembros de la clase a fin de que se

preparen para aprender

Cuando el Salvador enseaba a la gente, con fre-

cuencia les ayudaba a prepararse para aprender (v-

ase, por ejemplo, su conversacin con la mujer junto

al pozo de agua, que se encuentra en Juan 4:7-30).

Los maestros tambin deben procurar maneras de

estimular dicha preparacin en los miembros de la

clase. Esto es especialmente importante al comenzar

la leccin.

Dos claves para ayudar a los miembros de la cla-

se a prepararse para aprender es tener la presencia

del Espritu y concentrar su atencin en una doctri-

na o en un principio determinado de la leccin. Los

maestros deben planear cmo hacerlo al preparar su

leccin. Algunas sugerencias incluyen el empleo de

la msica, actividades breves, el uso de objetos en la

clase, preguntas que estimulen el pensamiento, rela-

tos breves, testimonios o experiencias personales.

Ensear de acuerdo con la capacidad y las

necesidades de los miembros de la clase

Jess enseaba de acuerdo con la capacidad, el

potencial y las necesidades de la gente (vase Mateo

13:10-13; 3 Nefi 17:2-3; D. y C. 78:17-18). Los maes-

tros de la Iglesia tambin deben ensear lo que sea

de relevancia para los miembros de la clase y en ba-

se a la capacidad que tengan para entender (vase 1

Corintios 3:2).

Ensear con poder y conviccin

Cuando Jess termin Su Sermn del Monte, "la

gente se admiraba...; porque les enseaba como

quien tiene autoridad, y no como los escribas" (Ma-

teo 7:28-29). Los maestros tambin deben ensear

con el poder y la conviccin de quien tiene un firme

testimonio del Evangelio.

Usar una variedad de mtodos de enseanza

El uso de una variedad de mtodos de enseanza

aumenta el inters y el entendimiento de los miem-

bros de la clase. A continuacin se ofrecen algunas

sugerencias. Otras sugerencias adicionales se en-

cuentran en La Enseanza: El llamamiento ms impor-

tante.Usar relatos. Con frecuencia, los relatos son tiles

para ilustrar principios del Evangelio y para ayudar

a los miembros de la clase a aplicarlos. Los maestros

deben hacer un esfuerzo especial para utilizar los re-

latos de las Escrituras.

Usar objetos en las lecciones. Con frecuencia, el Se-

or empleaba objetos simples para ayudar a la gente

a entender lo que les enseaba (vase, por ejemplo,

Mateo 22:16-21 y Jos Smith-Mateo 1:37-39). Los

maestros pueden seguir Su ejemplo utilizando obje-

tos, lminas o dibujos simples en la pizarra para

ayudar a ilustrar principios del Evangelio.

Usar materiales audiovisuales producidos por la Igle-

sia. Los maestros pueden utilizar materiales audio-

visuales producidos por la Iglesia, como son

lminas y videocasetes, para ensear principios del

Evangelio y relatar historias de las Escrituras. La bi-

blioteca de los centros de reuniones dispone de mu-

chos de estos materiales.

Usar msica. El Seor dijo: "Mi alma se deleita en

el canto del corazn; s, la cancin de los justos es

una oracin para m, y ser contestada con una ben-

dicin sobre su cabeza" (D. y C. 25:12; vase tam-

bin Colosenses 3:16). Los himnos y las canciones de

la Primaria pueden ayudar a que los miembros de la

clase sientan la influencia del Espritu. Los maestros

podran invitar a una persona, a un grupo o a toda

la clase para que cante un himno relacionado con la

leccin. Tambin podran leer juntos en voz alta las

estrofas de un himno mientras que alguien ms

ofrece el acompaamiento musical. Tambin po-

dran escuchar la grabacin de un himno.

Usar actividades. Algunas actividades sencillas

que se relacionen con la leccin podran ayudar a los

miembros de la clase, especialmente a los nios y a

los jvenes, a aprender principios del Evangelio. Ta-

les actividades deben ser adecuadas a la enseanza

del Evangelio. Muchos manuales de la Iglesia inclu-

yen sugerencias para las actividades.

Ayudar a los miembros de la clase para que apli-

quen lo que se les ensea

El Salvador ayudaba a la gente para que aplica-

ran en su vida diaria lo que El les enseaba (vase,

por ejemplo, el Sermn del Monte). Los maestros

deben tambin ayudar a los miembros de la clase

para que apliquen en diferentes circunstancias de la

vida lo que se les ensea (vase 1 Nefi 19:23). Esto

podra incluir encomendarles asignaciones y prue-

bas que les ayuden a tener experiencias de aprendi-

zaje con las verdades que se les ensea.

Alentar la participacin de los miembros de la clase

El Salvador revel uno de los principios de la en-

seanza eficaz cuando dijo: "Nombrad de entre vo-365Enseanza del Evangelio y liderazgosotaros a un maestro; y no tomen todos la palabra al

mismo tiempo, sino hable uno a la vez y escuchen

todos lo que l dijere, para que cuando todos hayan

hablado, todos sean edificados de todos" (D. y C.

88:122).

Los maestros deben ayudar para que los miem-

bros de la clase participen significativamente en la

leccin. Tal participacin los habilitar para que se

enseen y se edifiquen unos con otros; adems, pue-

de invitar al Espritu en la clase. Enriquece la ense-

anza el hacer que los miembros de la clase

participen en forma activa en vez de que sean parti-

cipantes pasivos. Tambin les ayudar a aplicar y a

vivir los principios del Evangelio.

Los maestros deben ayudar a los miembros para

que se sientan cmodos al compartir sus testimo-

nios, impresiones, experiencias, preguntas e ideas.

Los maestros deben reconocer con verdadero apre-

cio y respeto la intervencin de los miembros de la

clase y nunca abochornar a ninguno de ellos.

Aunque todos los miembros de la clase deben te-

ner la oportunidad de participar, algunos podran

vacilar en responder. Los maestros deben ser sensi-

bles con tales miembros. Podra ser de beneficio ha-

blar en privado con ellos a fin de determinar cmo

se sienten en cuanto a leer en voz alta o a participar

en la clase.

Los miembros de la clase probablemente se senti-

rn ms inclinados a participar cuando se hayan

preparado para la clase leyendo y meditando las Es-

crituras asignadas. Hay varias formas en las que un

maestro puede alentar a los miembros de la clase a

prepararse. Por ejemplo, pocos das antes de la clase

el maestro podra invitar a uno de ellos para que le

ayude a presentar un anlisis de cierto tema de la

lectura asignada. El maestro tambin podra invitar

a uno o a dos miembros de la clase para que inter-

cambien los puntos de vista que obtengan de su es-

tudio de las Escrituras. O tambin podra invitar a

uno o dos de ellos para que expliquen a la clase c-

mo aplicaron un principio de la leccin.

Planear y dirigir anlisis significativos

Con frecuencia, el Salvador haca preguntas con

el fin de alentar a la gente para que meditara acerca

de los principios que enseaba y los aplicara en su

vida (vase Mateo 16:13-15; Lucas 7:41-42; 3 Nefi

27:27). Los maestros tambin deben formular pre-

guntas que conduzcan a la aplicacin personal de

las Escrituras y a un anlisis edificante e inspirador.

Los maestros deben planear los anlisis de la cla-

se como parte de su preparacin para ensear la lec-

cin. La mayora de los manuales de la Iglesia sugie-

ren diferentes preguntas que podran emplearse.

Los maestros deben procurar la gua del Espritu pa-

ra decidir cules preguntas utilizarn, cmo las or-

ganizarn, cmo las formularn y cmo habrn de

enriquecerlas.

Por lo general, los maestros deben hacer pregun-

tas que estimulen el pensamiento y el anlisis, en lu-

gar de preguntas que puedan contestarse con un

simple s o no. Las preguntas ms eficaces suelen ser

las que comienzan con las palabras qu, cmo, por

qu, quin y dnde. Tambin son muy tiles las pre-

guntas que podran tener ms de una respuesta, ta-

les como: "Qu nos ensean estos versculos?" y

"Cmo podemos aplicar estos versculos en nues-

tro caso?".Las preguntas deben ser tan breves, sencillas y

claras como sea posible. Si los miembros de la clase

no entienden una pregunta, el maestro debe estar

preparado a fin de expresarla de otra manera.

Los siguientes ejemplos sugieren cmo usar una

serie de preguntas para elaborar un buen anlisis.

Cada ejemplo comienza con una pregunta sencilla

basada en las Escrituras. A eso le siguen preguntas

que ayudan a los miembros a aplicar el principio del

Evangelio. Lo que ser seguido por preguntas que

alienten a los miembros de la clase a compartir ex-

periencias personales que se relacionen con el prin-

cipio.

Ejemplo 1:

Qu significa edificar sobre la roca de Cristo?

(Vase Mateo 7:24-27; Helamn 5:12; D. y C.

50:44.) Sobre que otros cimientos adems de la

roca de Cristo a veces la gente edifica su vida?

Qu bendiciones han recibido ustedes al edificar

su vida sobre la roca de Cristo?

Ejemplo 2: A quin requiere el Seor que perdonemos?

(Vase D. y C. 64:10.) Qu efecto tiene en noso-

tros el que perdonemos a los dems? Qu efecto

tiene en nosotros el que no perdonemos a los de-

ms? De qu manera podemos llegar a perdonar

ms? Qu han experimentado ustedes con el

perdn?

Los maestros deben procurar la gua del Espritu

al dirigir cada anlisis. Deben mantener el control

pero, a la vez, permitir flexibilidad a medida que se

desarrolle el anlisis. Si un anlisis comenzara a des-

viarse del objetivo de la leccin o dejara de ser edifi-

cante, el maestro debe corregir su direccin.

Los maestros deben tener mucho cuidado de no

terminar prematuramente un buen anlisis con la

366Enseanza del Evangelio y liderazgointencin de abarcar todo el material que hayan pre-

parado. Lo ms importante no es la cantidad de ma-

terial que se abarque, sino que los miembros de la

clase sientan la influencia del Espritu, aumenten su

entendimiento del Evangelio, aprendan a aplicar los

principios del Evangelio en su vida personal y forta-

lezcan su cometido de vivir el Evangelio.

Los maestros deben ayudar a todos los miembros

de la clase que estn dispuestos a participar en los

anlisis en vez de permitir que slo algunos de ellos

hagan la mayora de los comentarios.

Los maestros no deben preocuparse si los miem-

bros de la clase permanecen en silencio durante al-

gunos segundos despus de haberles hecho una

pregunta. Los miembros de la clase quizs necesiten

tiempo para pensar en las respuestas.

Compartir impresiones, sentimientos y experiencias

Se alienta a los maestros y a los miembros de la

clase a compartir impresiones, sentimientos y expe-

riencias que se relacionen con los principios de la

leccin. Por ejemplo, podran compartir algunas ex-

periencias que les hayan enseado la importancia de

la oracin, el seguir los consejos de los profetas o so-

portar con fe las adversidades. Esto ayuda a los

maestros y a los miembros de la clase a fortalecer su

amistad y a ver cmo los principios del Evangelio se

aplican a la vida diaria.

Las experiencias espirituales son sagradas y por

lo tanto no se deben compartir con informalidad, si-

no "expresarse con cuidado y por constreimiento

del Espritu" (D. y C. 63:64).

Testificar

Durante Su ministerio terrenal, el Salvador testifi-

c con claridad y poder (vase Juan 4:25-26). Los

maestros tambin deben dar testimonio de las ver-

dades que enseen cada vez que el Espritu Santo

los inspire a hacerlo. Al dar su testimonio, el Espri-

tu Santo transmitir el mensaje al corazn de los

miembros de la clase (vase 2 Nefi 33:1). Los maes-

tros pueden tambin alentar a los miembros de la

clase para que compartan sus testimonios.

Terminar con eficacia las lecciones

Despus de ensearle la parbola del Buen Sama-

ritano, el Seor ayud a la gente para que la enten-

diera, alentndola a que la aplicaran en su vida

(vase Lucas 10:36-37). Al finalizar cada leccin, los

maestros deben hacer una resea de los principios

que hayan enseado y tambin dar testimonio de

esos principios. Tambin podran instar a los miem-

bros de la clase a aplicar dichos principios durante

la prxima semana.

Usar los materiales de la leccin aprobados por la

IglesiaLos maestros deben emplear los materiales de la

leccin publicados por la Iglesia en la clase que en-

seen. Tambin deben utilizar las ediciones vigentes

y aprobadas de las Escrituras. Pueden usar la revista

Liahona para complementar los materiales de la lec-

cin y las Escrituras. Asimismo, pueden emplear

materiales audiovisuales producidos por la Iglesia,

tales como lminas y videocasetes.Las pginas de introduccin de cada uno de los

manuales para el maestro ofrecen informacin espe-

cfica para el curso. Los maestros deben estudiar esa

informacin para ver en qu forma est organizado

el manual y cmo usar el material en las lecciones.

Los maestros deben determinar con espritu de

oracin las mejores maneras de utilizar el material

para lograr el propsito o el objetivo de la leccin.

Durante la clase, deben asegurarse de que las pre-

sentaciones y los anlisis se concentren en ese pro-

psito u objetivo.

Muchas de las lecciones contienen ms informa-

cin de lo que puede abarcarse en una sola clase. En

tales casos, los maestros deben seleccionar la infor-

macin que ser de mayor provecho para los miem-

bros de la clase.

Responsabilidades de los lderes en cuanto a una

enseanza eficazPresidencia de Estaca

Los miembros de la presidencia de estaca son

maestros. Tambin supervisan a otras personas que

ensean el Evangelio en la estaca. Se aseguran de

que la enseanza sea eficaz y doctrinalmente correc-

ta. Tambin alientan a los miembros para que estu-

dien, enseen y vivan el Evangelio en su hogar.

El presidente de estaca asigna a uno de sus conse-

jeros para que trabaje con el coordinador del progra-

ma de mejoramiento de maestros de la estaca a fin

de supervisar los esfuerzos destinados a mejorar la

calidad de la enseanza en la estaca. Dicho conseje-

ro se asegura de que la agenda de las reuniones de

liderazgo de la estaca incluya con regularidad un

momento para analizar los esfuerzos para mejorar la

enseanza.

367Enseanza del Evangelio y liderazgoCoordinador de mejoramiento de maestros de esta-

ca (miembro del sumo consejo)

El presidente de estaca asigna a un miembro del

sumo consejo para ser el coordinador de mejora-

miento de maestros de estaca. Bajo la direccin de la

presidencia de estaca, dicho miembro del sumo con-

sejo tiene las siguientes responsabilidades:

Ayuda a supervisar el mejoramiento de maestros

en la estaca.

Ayuda a los obispados para que entiendan cmo

mejorar la calidad de la enseanza en sus respecti-

vos barrios.

Se asegura de que cada barrio tenga un coordina-

dor de mejoramiento de maestros. Segn sea necesa-

rio, ofrece instruccin a dichos coordinadores (vase

la pgina 369).

Alienta a cada barrio para que tenga el curso En-

seanza del Evangelio por lo menos una vez al ao

(vase la pgina 369).

Cumple otras asignaciones de la presidencia de

estaca para instruir a los lderes y mejorar la ense-

anza y el aprendizaje del Evangelio en la estaca.

Lderes de organizaciones auxiliares de estaca

Bajo la direccin de la presidencia de estaca/ los

lderes de organizaciones auxiliares de estaca pue-

den ofrecer instrucciones a los lderes de organiza-

ciones auxiliares de barrio en cuanto al

mejoramiento de la enseanza en sus respectivas or-

ganizaciones.

Obispado

Los miembros del obispado son maestros. Tam-

bin supervisan a las personas que ensean el Evan-

gelio en el barrio. Se aseguran de que la enseanza

sea eficaz y doctrinalmente correcta. Tambin alien-

tan a los miembros para que estudien, enseen y vi-

van el Evangelio en sus respectivos hogares.

Los miembros del obispado llaman y apartan a

los maestros en el barrio. Ayudan a los maestros a

comprender la importancia del llamamiento de en-

sear. Tambin llaman y apartan a un coordinador

de mejoramiento de maestros del barrio (vase la

pgina 369).

Los miembros del obispado trabajan con los lde-

res de las organizaciones auxiliares que supervisan

para mejorar la calidad de la enseanza.

Los miembros del obispado deben asegurarse de

que el curso Enseanza del Evangelio se imparta

por lo menos una vez al ao (vase la pgina 369).

Tambin deben invitar a los miembros del barrio pa-

ra que asistan y completen dicho curso.

El obispo asigna a uno de sus consejeros para que

supervise los esfuerzos en mejorar la calidad de la

enseanza en el barrio. Dicho consejero tiene las si-

guientes responsabilidades:

Se asegura de que la reuniones de mejoramiento

de maestros se lleven a cabo de acuerdo con lo que

se describe en la pgina 385.

Se rene regularmente con el coordinador de me-

joramiento de maestros para analizar las reuniones

de mejoramiento de maestros, el curso de Ensean-

za del Evangelio y otros esfuerzos destinados a me-

jorar la calidad de la enseanza.

Se asegura de que la agenda de las reuniones del

consejo de barrio incluya tiempo para analizar los

esfuerzos de mejoramiento de la enseanza y repasa

los programas y planes de las reuniones de mejora-

miento de maestros.

Lderes del sacerdocio y de las organizaciones

auxiliares de barrio

Los lderes del sacerdocio y de las organizaciones

auxiliares de barrio tienen las siguientes responsabi-

lidades en cuanto a la enseanza del Evangelio:

Ensean ellos mismos el Evangelio y supervisan a

quienes enseen en su respectiva organizacin. Se

aseguran de que la enseanza sea eficaz y doctrinal-

mente correcta. Tambin se aseguran de que los

maestros usen los materiales aprobados por la Iglesia.

Deben alentar a los miembros para que estudien,

enseen y vivan el Evangelio en sus hogares. Tam-

bin deben alentar a los miembros a fin de que asis-

tan a las clases preparados para contribuir en los

anlisis.

Deben reunirse personalmente con cada nuevo

maestro que haya sido llamado, preferiblemente an-

tes de que ensee su primera leccin. Deben ayudar

a los maestros a comprender la importancia del lla-

mamiento de ensear. Tambin deben analizar los

principios de una enseanza eficaz, que se describen

en las pginas 362-367.

Deben proporcionar a cada maestro los materia-

les para las lecciones de la clase y una lista de todos

los miembros que deben asistir a la clase. Tambin

deben proporcionarles un ejemplar de esta seccin

del Manual de Instrucciones de la Iglesia.Deben informar a los maestros acerca de los ma-

teriales aprobados por la Iglesia que la biblioteca del

368Enseanza del Evangelio y liderazgocentro de reuniones tenga a su disposicin. Tambin

deben informarles en cuanto a las reuniones de me-

joramiento de maestros (vase la pgina 385).

Deben ofrecer continuamente su apoyo a los

maestros de la correspondiente organizacin. Se po-

nen en contacto con cada uno de los maestros por lo

menos cada tres meses a fin de recibir de ellos un in-

forme de sus asignaciones, para conocer sus necesi-

dades, alentarles, analizar las necesidades de los

miembros de la clase, ofrecerles ayuda y expresarles

su aprecio por su labor. Tambin deben evaluar los

planes de cada maestro en cuanto a su mejoramien-

to como tal y ofrecerles su apoyo y sugerencias. Para

obtener sugerencias adicionales acerca de proporcio-

nar apoyo continuo a los maestros, vase Cmo mejo-

rar la enseanza del Evangelio: una gua para el lder.En sus reuniones de liderazgo, los lderes del

sacerdocio y de las organizaciones auxiliares anali-

zan las necesidades de los maestros y de los miem-

bros de las clases. Tambin sealan cuestiones

relacionadas con la enseanza que deberan

evaluarse en las reuniones del consejo de barrio,

como asimismo los temas de las reuniones de

mejoramiento de maestros.

Coordinador de mejoramiento de maestros de

barrio

Un miembro del obispado llama y aparta a un

coordinador de mejoramiento de maestros, quien

obra bajo la direccin de un consejero del obispado.

El coordinador de mejoramiento de maestros de

barrio ayuda a los lderes del sacerdocio y de las or-

ganizaciones auxiliares, segn se le requiera, en la

tarea del mejoramiento de maestros.

El coordinador de mejoramiento de maestros

presta servicio en el consejo de barrio. Trabaja con

otros miembros del consejo de barrio en el planea-

miento de reuniones de mejoramiento de maestros

(vase la pgina 385).

El coordinador de mejoramiento de maestros

mantiene una lista actualizada de los miembros del

barrio que han tomado el curso Enseanza del

Evangelio y debe ensear dicho curso a menos que

el obispado haya llamado a otra persona para ello.

El coordinador de mejoramiento de maestros re-

cibe peridicamente instrucciones del coordinador

de mejoramiento de maestros de estaca.

Reuniones de mejoramiento de maestrosVase la pgina 385.

Curso Enseanza del EvangelioEl curso Enseanza del Evangelio se concentra en

los principios fundamentales para ensear el Evan-

gelio. Se lleva a cabo bajo la direccin del obispado

y del coordinador de mejoramiento de maestros. Ge-

neralmente se ensea durante la Escuela Dominical,

pero podra ensearse en otros momentos, segn lo

determine el obispado.

Los miembros del obispado invitan a los lderes, a

los instructores y a los asesores, incluso a aquellos

que ya hayan completado el curso, a participar peri-

dicamente. El obispado tambin podra invitar a

otros miembros adultos a que tomen el curso, incluso

futuros maestros, futuros misioneros, padres, maes-

tros orientadores, maestras visitantes y jvenes

adultos. Los miembros del consejo de barrio pueden

recomendar personas a quienes debera invitarse a

participar en el curso.

El consejero del obispo que supervisa la ensean-

za se asegura de que el curso se ensee por lo menos

una vez al ao. Los miembros del obispado podran

pedir al coordinador de mejoramiento de maestros

que ensee el curso o llamar a otro miembro del ba-

rrio para que lo haga.

Los lderes de la Primaria y de la Escuela Domini-

cal deben designar maestros suplentes que ocupen

el lugar de aquellos que tomen el curso durante la

Escuela Dominical.

Las instrucciones sobre cmo organizar este curso

se encuentran en Cmo mejorar la enseanza del Evan-

gelio: una gua para el lder. Las lecciones del curso se

encuentran en La. enseanza del Evangelio: manual para

el maestro del curso. Otros materiales didcticos para

ensear el curso son las Escrituras, La enseanza: El

llamamiento ms importante (o La enseanza/Gua don-

de no se disponga de este ltimo), y esta seccin del

Manual de Instrucciones de la Iglesia. Tambin podra

utilizarse el videocasete Enseaos los unos a los otros.Materiales de consulta para mejorar la enseanza

del EvangelioLa Iglesia produce muchos materiales de consulta

para ayudar a los padres, a los lderes y a los maes-

tros a mejorar su enseanza del Evangelio. Dichos

materiales se enumeran en el Catlogo de materiales de

la Iglesia y muchos de ellos se encuentran en la bi-

blioteca de los centros de reuniones, incluso los si-

guientes:

Cmo mejorar la enseanza del Evangelio: una gua

para el lder

369Enseanza del Evangelio y liderazgoLa enseanza del Evangelio: manual para el maestro

del curso

Esta seccin del Manual de Instrucciones de la

Iglesia

La enseanza: El llamamiento ms importante

La enseanza/Gua (para utilizarse principalmente

en el hogar y en unidades pequeas)

Cmo ensear a los niosUna gua para los padresManual de sugerencias para la noche de hogar

Paquete Las bellas artes del Evangelio

Discursos de conferencias generales y artculos de

la revista Liahona.Liderazgo en la IglesiaLos lderes de la Iglesia ayudan a las personas y a

las familias a convertirse "[trabajando] diligente-

mente... a fin de persuadirlos a venir a Cristo, y a

participar de la bondad de Dios, para que [entren]

en su reposo" (Jacob 1:7). En esta seccin se descri-

ben algunos principios fundamentales del liderazgo

de la Iglesia.

Seguir el ejemplo del Salvador como lderLos lderes deben estudiar la vida del Salvador y

esforzarse por dirigir como l diriga (vase 3 Nefi

27:21, 27). Las siguientes instrucciones pueden ayu-

dar a los lderes a seguir Su ejemplo.

Amar y obedecer a Dios

El Salvador amaba y obedeca a Su Padre (vase

Mateo 26:39; Juan 5:19, 30; 3 Nefi 9:15; 18:27). Los l-

deres de la Iglesia deben poner primero a Dios en su

vida, amarlo y someterse a Su voluntad.

Amar al prjimo

Jess ministraba personalmente a la gente, levan-

tando al oprimido, dando esperanza al desalentado

y buscando al perdido. Con Sus palabras y Sus ac-

ciones le demostraba a todos que los amaba, los

comprenda y los apreciaba. (Vase Lucas 19:1-10;

Juan 10:14; 3 Nefi 17:5-23.) l reconoca la naturale-

za divina y el valor eterno de cada persona. Aun

cuando les llamaba al arrepentimiento, condenaba el

pecado sin condenar al pecador (vase Juan 8:3-11; 3

Nefi 9:13-14, 20-22; D. y C. 1:31-32).

Tal como Jess, los lderes de la Iglesia deben

amar a las personas a quienes sirvan, mostrando

atencin e inters por cada una de ellas (vase 1 Co-

rintios 13:1-2: Moroni 7:44-48).

Prepararse espiritualmente y servir diligentemente

Jess se prepar espiritualmente para Su misin

terrenal (vase Traduccin de Jos Smith, en ingls,

de Mateo 4:1-2; vase tambin Mateo 14:23). A me-

dida que se preparen espiritualmente acercndose al

Seor mediante la oracin, el estudio de las Escritu-

ras y la obediencia a Sus mandamientos, los lderes

de la Iglesia podrn bendecir mejor a las personas a

quienes sirvan.

El Salvador fue muy diligente al cumplir Su

misin terrenal. l destac cuan importante es

esto para los lderes de la Iglesia cuando declar:

"Por tanto, aprenda todo varn su deber, as como

a obrar con toda diligencia en el oficio al cual

fuere nombrado" (D. y C. 107:99; vase tambin

D. y C. 105:10).

Edificar la unidad

Jess destac la necesidad de la unidad (vase

Juan 17:6-11, 20-23; 3 Nefi 11:28-30). En una revela-

cin de los ltimos das. l dijo: "Si no sois uno, no

sois mos" (D. y C. 38:27). Los lderes deben tratar

de edificar la unidad entre s y entre los miembros a

quienes prestan servicio.

Delegar responsabilidades y asegurarse de su cum-

plimiento

El Salvador reconoca el potencial de otras perso-

nas y las llam para que ayudaran en la obra de Su

reino (vase Mateo 10:1; 3 Nefi 11:18-22). Los lderes

deben ayudar a que la gente progrese dndoles asig-

naciones y llamamientos significativos.

Los lderes no pueden ni deben tratar de hacerlo

todo por s mismos. Los consejeros, los secretarios y

otras personas son llamados a ayudar. Los lderes

son ms eficaces cuando delegan responsabilidades

a quienes sirven con ellos.

El delegar con eficacia incluye los siguientes

pasos:

1. Definir con claridad la asignacin en su mente.

2. Determinar con espritu de oracin a quin debe-

ra darse la asignacin.

3. Reunirse con la persona para explicarle la asigna-

cin y su propsito. Explicarle el plazo y otros re-

quisitos dentro de los cuales deber completarse

370Enseanza del Evangelio y liderazgola asignacin. Asegurarse de que la persona en-

tiende la asignacin y que es responsable de ella.

Permitirle a la persona elaborar los planes para

llevar a cabo la asignacin.

4. Permitir que la persona complete la asignacin.

Ofrecerles ayuda, consejo y aliento segn sea ne-

cesario.

5. Pedir a la persona que peridicamente presente

un informe sobre la asignacin. No esperar

perfeccin, estar dispuesto a aceptar los mejores

esfuerzos de la persona y prestar atencin

especial a las cosas buenas que la persona haya

realizado. Si es necesario, ayudarle a cambiar de

direccin o a renovar sus esfuerzos para comple-

tar la asignacin.

Comunicarse con eficacia

La communicacin exitosa requiere que se escu-

che con atencin a los dems, tal como lo haca el

Salvador. El escuchar con total y sincera atencin

tambin ayuda a manifestar el amor e inters de un

lder.

Materiales para la capacitacin de lderesLos materiales para la capacitacin de lderes de

la Iglesia se enumeran en el Catlogo de materiales de

la Iglesia.Ministracin de los miembros nuevos y

de los miembros menos activosLos miembros nuevos y los miembros menos acti-

vos son principalmente responsables de su propia

conversin y de su progreso personal en la Iglesia.

Sin embargo, los lderes de la Iglesia, los maestros

orientadores, las maestras visitantes, los misioneros

de estaca, los misioneros regulares, los maestros de

clases y otras personas deben trabajar en unidad y

en fe para asistir a estos miembros en el proceso de

conversin, ayudndoles a mantenerse firmes en

guardar los mandamientos y prepararse para recibir

las ordenanzas del templo.

Las personas permanecen convertidas al Evange-

lio cuando adquieren un testimonio de las nuevas

verdades mediante una conversin espiritual y se

adaptan a la transicin social de nuevos amigos y de

un nuevo sistema de vida. Los miembros nuevos re-

ciben ayuda para perseverar en su conversin cuan-

do se les apoya con amor antes y despus de su

bautismo por medio del esfuerzo mancomunado de

los lderes, otros miembros y los misioneros.

Todo esfuerzo para ministrar a los miembros nue-

vos y a los miembros menos activos debe guiarse

con el entendimiento de que cada persona necesita

tres cosas, a saber:

1. Amistad. La amistad genuina ayuda a los miem-

bros a sentirse amados y bienvenidos.

2. Responsabilidades en la Iglesia. El cumplir con las

responsabilidades de los llamamientos y asigna-

ciones de la Iglesia ayuda a los miembros a pro-

gresar espiritualmente y a fortalecer su

dedicacin al Seor y a Su Iglesia.

3. Ser "nutridos por la buena palabra de Dios" (Moroni

6:4). El estudio personal de las Escrituras, como

as tambin la enseanza en familia y en la Igle-

sia, ayudan a los miembros a incrementar su

comprensin y a fortalecer su testimonio del

Evangelio.

Aunque esta seccin se refiere principalmente a

los miembros nuevos y a los miembros menos acti-

vos, muchos de los principios que contiene se apli-

can tambin a los que estn investigando la Iglesia.

Presidencia de estacaLos miembros de la presidencia de estaca super-

visan los esfuerzos dedicados a ministrar a los

miembros nuevos y a los miembros menos activos

en la estaca. Instruyen y alientan a otros lderes en

tales esfuerzos. Ensean a los obispos cmo emplear

el comit ejecutivo del sacerdocio de barrio y el con-

sejo de barrio para retener y activar a los miembros.

Deben recibir informes de los lderes del sacerdocio

en cuanto al progreso de estos miembros. Al fin de

cada trimestre deben preparar y enviar un Informe

de bautismos de conversos y retencin a la Presi-

dencia de rea.

Miembros del sumo consejo y lderes de las

organizaciones auxiliares de estacaBajo la direccin de la presidencia de estaca, los

miembros del sumo consejo y los lderes de las orga-

nizaciones auxiliares de estaca deben instruir a los

lderes de organizaciones auxiliares de barrio acerca

de sus responsabilidades en cuanto a los miembros

nuevos y a los miembros menos activos.

ObispadoLos miembros del obispado deben supervisar to-

dos los esfuerzos que se hagan por ministrar a los

miembros nuevos y a los miembros menos activos

del barrio. Deben reunirse personalmente con ellos

para expresarles su amor y ayudarles de modo que

371

Enseanza del Evangelio y liderazgose sientan bienvenidos en el barrio. Tambin les ayu-

dan a cumplir su cometido de vivir los principios

del Evangelio.

Los miembros del obispado deben prestar espe-

cial atencin al proceso de transicin de los miem-

bros nuevos desde su estrecha asociacin con los

misioneros regulares al desarrollo de nuevas amista-

des con los miembros del barrio (vase Efesios 2:19).

Los miembros del obispado supervisan el comit

ejecutivo del sacerdocio de barrio y el consejo de ba-

rrio en cuanto al ministrar a esos miembros (vase la

pgina 373). Tambin deben supervisar el comit del

obispado para la juventud en lo relacionado al her-

manamiento de los jvenes que hayan sido bautiza-

dos recientemente o que sean menos activos (vase

la pgina 373).

Ellos supervisan la ayuda que los misioneros re-

gulares presten en los esfuerzos de activacin.

Un miembro del obispado debe asistir a los servi-

cios bautismales de conversos. El obispo debe ase-

gurarse de que los conversos reciban las charlas

para miembros nuevos dentro del primero o segun-

do mes que siga a la fecha de sus bautismos. Tam-

bin supervisa al lder misional de barrio en la tarea

de llevar una Lista comprobatoria para bautismos

de conversos a fin de verificar el progreso de cada

miembro nuevo. Al fin de cada trimestre, debe in-

formar al presidente de estaca quines de entre los

recientes conversos son activos en la Iglesia, tenien-

do en cuenta hechos tales como la dignidad, la asis-

tencia, el servicio y los deseos de la persona.

Los miembros del obispado deben ofrecer opor-

tunidades de servicio en la Iglesia a los miembros

nuevos. Deben llamarles a servir en diferentes car-

gos en la Iglesia tan pronto como sea posible. Cuan-

do sea apropiado, tambin deben llamar para ello a

los miembros menos activos.

Deben asegurarse de que los hermanos de 12

aos de edad y mayores que hayan sido reciente-

mente bautizados reciban, dentro de un perodo ra-

zonable despus de su confirmacin, el Sacerdocio

Aarnico y sean ordenados al oficio correspondiente

en dicho sacerdocio. Los hermanos de 16 aos de

edad y mayores deben ser ordenados presbteros.

Los hermanos de 19 aos de edad y mayores son fu-

turos eideres y deben ser asignados al quorum o

grupo del Sacerdocio de Melquisedec que pueda

hermanarlos y ensearles ms eficazmente.

El obispo es generalmente quien inicia las reco-

mendaciones para que los hermanos de 18 aos de

edad y mayores reciban el Sacerdocio de Melquise-

dec. El hace las recomendaciones despus de que los

candidatos hayan servido como presbteros, desa-

rrollado suficiente entendimiento y demostrado su

dignidad. No se requiere que tengan un tiempo es-

pecfico como miembro. Con la aprobacin de la

presidencia de estaca, el obispo debe entrevistar a

los candidatos segn las instrucciones en el formula-

rio de Registro y certificado del Sacerdocio de Mel-

quisedec.

El obispo organiza y supervisa los seminarios de

preparacin para el templo para los miembros nue-

vos, los miembros menos activos y los miembros in-

vestidos que no hayan renovado sus

recomendaciones por mucho tiempo. El propsito

de estos seminarios es ayudar a los miembros a pre-

pararse para recibir las ordenanzas y bendiciones

del templo. El lder del grupo de sumos sacerdotes y

el presidente del quorum de eideres ayudan en ello

al obispo. Las instrucciones correspondientes se des-

criben en el manual Investidos de lo alto: Seminario de

preparacin para el templo y en la seccin "Obras del

templo y de Historia Familiar", pgina 316.

Los miembros del obispado pueden invitar a los

miembros nuevos y a los miembros menos activos

para que asistan a la clase Principios del Evangelio

durante la Escuela Dominical.

Lderes del sacerdocio y de las organizaciones

auxiliares de barrioLos lderes del sacerdocio y de las organizaciones

auxiliares tienen las siguientes responsabilidades en

cuanto a los miembros nuevos y a los miembros me-

nos activos:

Cultivar la amistad con ellos y ministrarles perso-

nalmente. Los miembros nuevos y los miembros

menos activos podran necesitar que se les visite con

regularidad para ayudarles a cumplir sus cometi-

dos, tales como leer el Libro de Mormn, orar, asistir

a las reuniones de la Iglesia, llevar a cabo la noche

de hogar, pagar los diezmos y las ofrendas, y obede-

cer la Palabra de Sabidura.

Asistir a las reuniones de liderazgo preparados

para analizar maneras de hermanar y ayudar a los

miembros nuevos y a los miembros menos activos.

Planear esfuerzos de hermanamiento por medio

de los qurumes, los grupos y las organizaciones

auxiliares. Esto puede hacerse en reuniones de lide-

razgo y en entrevistas de orientacin familiar y de

maestras visitantes.

Asignar maestras visitantes y maestros orientado-

res diligentes y dedicados para que hermanen y en-

seen a los miembros nuevos y a los miembros

372Enseanza del Evangelio y liderazgomenos activos. A los conversos debe asignrseles

maestros orientadores y maestras visitantes poco

empo antes de que sean bautizados.

Asistir a los servicios bautismales de conversos

que pasarn a ser miembros de sus correspondientes

qurumes u organizaciones auxiliares.

Ofrecer oportunidades de servicio a los miembros

nuevos y a los miembros menos activos.

Ayudar a los hermanos a prepararse para su ade-

lantamiento en el sacerdocio.

Ayudar a los miembros nuevos y a los miembros

menos activos a prepararse para recibir las ordenan-

zas del templo. El lder de grupo de sumos sacerdo-

tes y el presidente del quorum de eideres deben

ayudar al obispo a preparar seminarios de prepara-

cin para el templo.

Ayudar a los miembros nuevos y a los miembros

menos activos en la obra de su historia familiar y a

efectuar bautismos por los muertos.

Ofrecer una mayor ayuda a los miembros nuevos

y a los miembros menos activos cuyas familias no

les apoyen en la Iglesia.

Comit ejecutivo del sacerdocio de barrio y

consejo de barrioEl obispo supervisa el comit ejecutivo del sacer-

docio de barrio y el consejo de barrio en el cumpli-

mento de las siguientes responsabilidades para los

miembros nuevos y los miembros menos activos:

Preparar planes y coordinar esfuerzos para el

hermanamiento de estos miembros, los ayudan a

sentirse bienvenidos y a prepararse para recibir las

bendiciones del sacerdocio y las ordenanzas del

templo.

Con espritu de oracin, seleccionar a algunos de

los miembros menos activos que podran ser ms re-

ceptivos en cuanto a los esfuerzos de activacin.

Con frecuencia, estos miembros son ms receptivos

cuando han experimentado ciertos cambios en su vi-

da, tales como el contraer matrimonio, el nacimiento

de un hijo, el fallecimiento de un amigo o de un fa-

miliar, o su mudanza a una nueva residencia.

Verificar la Lista comprobatoria para bautismos

de conversos a fin de constatar el progreso de cada

miembro nuevo. Asegurarse de que se complete ca-

da punto de la lista.

Durante el anlisis de estos asuntos, el obispo en-

comienda asignaciones especficas a los miembros

del comit y del consejo.

Comit del obispado para la juventudLos miembros del comit del obispado para la ju-

ventud deben determinar cules son las necesidades

de los jvenes que hayan sido bautizados reciente-

mente y de los jvenes menos activos. Deben pla-

near cmo alentar a cada uno de estos jvenes para

que participen en las reuniones y actividades de la

Iglesia, incluso el seminario. Los miembros del co-

mit deben planear y dar un informe sobre los es-

fuerzos para el hermanamiento.

Maestros orientadores y maestras visitantesLos maestros orientadores y las maestras visitan-

tes cumplen funciones muy importantes con refe-

rencia al cuidado de los miembros nuevos y de los

miembros menos activos. Deben fortalecerlos y apo-

yarlos. Establecen amistades genuinas ayudndoles

a sentirse bienvenidos en el barrio. Tambin deben

ensear el Evangelio, dar su testimonio y orar en los

hogares de los miembros que visiten.

Los maestros orientadores deben estar presentes

cuando los misioneros de estaca y los misioneros re-

gulares enseen por lo menos la ltima o las dos l-

timas charlas para miembros nuevos; tambin

podran ayudar a ensear las charlas.

Los maestros orientadores y las maestras visitan-

tes procuran entender cmo se sienten los miembros

menos activos en cuanto a la Iglesia. Con tal enten-

dimiento, podrn planear cmo ayudarles a reacti-

varse y recibir las bendiciones del Evangelio.

Algunos miembros menos activos son receptivos

en cuanto al Evangelio pero al principio vacilan

en asistir a las reuniones de la Iglesia. A fin de

alentar a estos miembros para que participen

activamente en la Iglesia, los maestros orientadores

y las maestras visitantes podran llevar a cabo sesio-

nes regulares para ensearles en los hogares de los

miembros menos activos. Estas sesiones podran

efectuarse con tanta frecuencia como sea necesario y

deben estar basadas en las Escrituras o en otros

materiales didcticos aprobados por la Iglesia, tales

como Principios del Evangelio, Investidos de lo alto:Manual del maestro de Seminario de preparacin para el

templo, las charlas misionales y las Charlas para los

miembros nuevos.

Presidencia de misin de estacaLos miembros de la presidencia de misin de es-

taca deben supervisar los esfuerzos misionales de la

estaca en cuanto al cuidado de los miembros nuevos

y de los miembros menos activos. Deben dar ins-Enseanza del Evangelio y liderazgotrucdones y ayudar a los lderes de misin de barrio

y a los misioneros de estaca en esta obra. Asimismo,

deben participar personalmente en ella.

Lder misional de barrioBajo la direccin del obispado, el lder misional

de barrio debe coordinar los esfuerzos para herma-

nar y ensear a los nuevos conversos. Esto incluye

coordinar la enseanza de las charlas para miem-

bros nuevos en cooperacin con los misioneros re-

gulares, otros misioneros de estaca y los maestros

orientadores (vase la pgina 306). Utiliza la lista

comprobatoria para bautismos de conversos a fin de

verificar el progreso de cada miembro nuevo. Debe

asimismo evaluar dicha lista en las reuniones de co-

mit ejecutivo del sacerdocio.

Bajo la direccin del obispado, el lder misional

de barrio debe coordinar los esfuerzos de los misio-

neros de estaca y de los misioneros regulares rela-

cionados con la tarea de hermanar y ensear a los

miembros menos activos.

Misioneros de estacaBajo la direccin del lder misional de barrio, los

misioneros de estaca deben ayudar en todos los es-

fuerzos de retencin y de activacin; hermanan a los

miembros nuevos y a los miembros menos activos.

Asimismo, ensean las charlas para miembros nue-

vos en cooperacin con los misioneros regulares y

los maestros orientadores.

Misioneros regularesLos misioneros regulares deben ayudar en los

esfuerzos de retencin hermanando a los miembros

nuevos y al estar presentes cuando se les enseen

las dos o tres primeras charlas para miembros

nuevos.

Segn lo autorice el presidente de misin, los

misioneros regulares deben ayudar a los lderes

locales al hermanar y ensear a los miembros menos

activos.

El obispo debe supervisar la ayuda que los misio-

neros regulares den con respecto a la retencin y ac-

tivacin de los miembros. El lder misional de barrio

debe coordinar esta ayuda.

Maestros de clases de la IglesiaLos maestros de clases de la Iglesia pueden ayu-

dar a que los miembros nuevos y los miembros me-

nos activos fortalezcan el testimonio y el deseo de

ser activos en la Iglesia. Los maestros demuestran

un sincero amor e inters por los miembros de la

clase; los invitan personalmente a que asistan a las

clases y, en las clases, les dan la bienvenida y les

ayudan a sentirse cmodos. Les ensean la doctrina

del Evangelio con lecciones que se adapten a las ne-

cesidades y al entendimiento de los miembros de la

clase. Por medio del esfuerzo de los maestros, los

miembros de la clase pueden sentir y reconocer la

influencia del Espritu.

Los miembros nuevos y los miembros menos acti-

vos pueden asistir a la clase Principios del Evangelio

durante la Escuela Dominical. El lder misional de

barrio y los misioneros de estaca por lo general asis-

ten a la clase con ellos. Tambin pueden asistir a ella

los maestros orientadores, las maestras visitantes y

otros miembros que presten hermanamiento.

Continuo hermanamiento de los miembrosLa influencia de los miembros de la Iglesia es uno

de los factores ms poderosos para ayudar a

los miembros nuevos y a los miembros menos acti-

vos a participar en las actividades de la Iglesia. A

continuacin se enumeran algunas sugerencias al

respecto:

Demostrar amor e inters y establecer amistades

con ellos.

Invitarles a participar en experiencias de aprendi-

zaje del Evangelio, tales como la noche de hogar, las

excursiones a centros de visitantes y las charlas fo-

goneras.

Asistir con ellos a las reuniones, a las clases y a

las actividades de la Iglesia, proporcionndoles me-

dios de transporte cuando sea necesario.

Ministracin de los miembros con

discapacidades

Durante Su ministerio terrenal, el Salvador de-

mostr una gran compasin por las personas que te-

nan imperfecciones en su cuerpo y en su mente. Los

miembros de la Iglesia deben seguir Su ejemplo,

ofreciendo esperanza, comprensin y amor tal como

lo hizo Jess. Los miembros de la Iglesia recibirn

grandes bendiciones a medida que se asocian, ofre-

cen su amistad y comprenden a aquellas personas

que tienen necesidades especiales.

Las pautas siguientes pueden ayudar a los lde-

res, a los maestros y a otras personas en la Iglesia al

aumentar su entendimiento de los miembros con

discapacidades y a cuidarlos ms eficazmente.

374Enseanza del Evangelio y liderazgoInformarse ms sobre las discapacidades y com-

prenderlasLos lderes y los maestros pueden aumentar su

conocimiento y comprensin en cuanto a la discapa-

cidad de una persona ya sea preguntndole al res-

pecto, leyendo publicaciones sobre el tema y

hablando con personas que conozcan el problema,

tales como los mismos familiares de la persona.

Los lderes pueden asimismo aumentar el enten-

dimiento de otros sobre tal discapacidad. Si fuera

apropiado pueden invitar a la persona o a un miem-

bro de su familia a que explique su discapacidad an-

te una clase o un grupo de lderes.

Ayudar a que cada persona se sienta amada y

aceptadaLos lderes y los maestros pueden ayudar a todos

aquellos que tienen discapacidades a sentirse ama-

dos y aceptados. Las siguientes sugerencias podran

ser muy tiles para lograrlo:

Tratar de conocer a la persona y a su familia, y

dedicar tiempo a demostrarles atencin e inters ge-

nuinos. Comunicarse con ellos natural, amigable y

amablemente. Hablar directamente a la persona en

lugar de dirigirse a alguien que la est asistiendo.

Reconocer que la persona es un hijo o hija de

Dios y considerar su espritu por encima de su dis-

capacidad.

Concentrarse en las aptitudes y en los talentos de

la persona en vez de fijarse en su discapacidad.

Alentar a la persona a que manifieste sus senti-

mientos y entonces escucharla con atencin y amor.

Llamar a la persona por su nombre y no por su

discapacidad. La persona podra sentirse ofendida si

se le refiriera como epilptica, parapljica, amputada o

lisiada.Hacer esfuerzos especiales para ir a buscar e in-

cluir a la persona en las actividades si est viviendo

en un asilo u otra residencia lejos de sus familiares.

Ayudar a que cada persona aprenda en cuanto al

Salvador y a Su EvangelioLos lderes y los maestros pueden ayudar a las

personas con discapacidades para que aprendan los

principios del Evangelio y reciban las bendiciones

prometidas por el Seor. Las siguientes sugerencias

podran ser muy tiles para lograrlo:

Incluir a la persona en las clases de la Iglesia. Em-

plear materiales y enfoques que sean los ms efica-

ces con la persona. Adaptar las lecciones y los

discursos de modo que satisfagan las necesidades

de la persona.

Expresar con frecuencia un testimonio en cuanto

al amor del Salvador y ayudar a la persona para que

sienta el Espritu. La gente puede sentir el amor del

Salvador y la influencia del Espritu no importa cul

sea el nivel de su entendimiento.

Preguntar qu arreglos en el entorno podran

ofrecer ms comodidad a la persona. Ofrecer asis-

tencia y equipos especiales cuando sea necesario.

No olvidar que algunas personas con discapacida-

des no pueden sentarse cmodamente ni concen-

trarse por mucho tiempo.

Equiparar la cantidad de informacin que se ofre-

cer en determinado momento con la capacidad de

la persona que la recibe. Si es necesario, emplear fra-

ses breves, sencillas y directas, y repetir las ideas

principales.

Ensear a otros miembros de la clase cmo po-

dran ayudar a la persona. Sugerir que se llame a un

maestro auxiliar para que ayude a la persona en al-

guna clase, reunin o actividad.

Proporcionar grabaciones de las lecciones o de los

discursos si la persona no puede asistir a las reunio-

nes de la Iglesia. El Catlogo de materiales de la Iglesia

contiene una lista de los materiales grabados dispo-

nibles de la Iglesia.

Ayudar a cada persona para que participe con xitoLos lderes y los maestros deben asegurarse de

que, en lo posible, las personas con discapacidades

tengan las mismas oportunidades que los dems en

cuanto a su participacin, progreso, amistad y reco-

nocimiento. Las siguientes sugerencias podran ser

muy tiles para lograrlo:

Reconocer que el Seor ha dado aptitudes y ta-

lentos a cada persona. Ayudar a cada persona a de-

sarrollar sus talentos.

Encontrar maneras de incluir a la persona en las

clases, en las reuniones, en los programas, en las

asignaciones, en las actividades, en los campamen-

tos y en los eventos deportivos. Por ejemplo, una

persona que no pueda participar en una competen-

cia deportiva podra encargarse de llevar el puntaje

o actuar como directora.

Ayudarla de modo que la persona se sienta cmo-

da al participar. Preguntarle confidencialmente de qu

manera deseara participar. Preguntarle, por ejemplo,

"Le agradara ofrecer la oracin en la clase?" o "Pre-

ferira participar solamente cuando levante la mano?"

Al ensear una clase, ayudar a la persona a preparar-

le;Enseanza del Evangelio y liderazgose pidindole por adelantado que lea un pasaje de las

Escrituras o que relate una historia.

Ensear a la persona nuevas aptitudes de modo

que pueda contribuir de otras maneras. Por ejemplo,

ensearle cmo dar un discurso, preparar algo para

una actividad especial u operar un equipo audiovi-

sual. Respetar los deseos de la persona que no quie-

ra participar en algo o que no se considere

capacitada para ello.

Ofrecerle nimo y reconocer los logros. Exhortar

a los compaeros de la persona a que la elogien con

sinceridad.

Ofrecerle medios de transporte u otra ayuda de

modo que nunca tenga que pedir tales cosas.

Ofrecerle y prestarle ayuda de buena gana, pero

no se debe asumir control cuando la persona sea ca-

paz o quiera obrar independientemente. Equiparar

la necesidad del apoyo con la necesidad de su inde-

pendencia. No olvidar que el mantener tanta inde-

pendencia como sea posible es esencial para la

confianza de la persona en s misma.

Ayudar a la persona para que comprenda que el

permitir que otros presten servicio puede ser tam-

bin una manera de servir.

Ofrecer oportunidades de prestar servicio, de

dirigir y de ensearEl prestar algn servicio puede ayudar a las per-

sonas con discapacidades a reemplazar sentimien-

tos de depresin, de inutilidad o de fracaso con

felicidad, dignidad personal y confianza en s mis-

mas. Los lderes y los maestros deben considerar,

con espritu de oracin, las aptitudes y el deseo de

servir de cada persona y entonces ofrecerle una asig-

nacin o llamamiento adecuados en la Iglesia.

Muchos miembros con discapacidades pueden

servir en casi cualquier asignacin de la Iglesia. Las

personas que tengan alguna seria discapacidad po-

dran distribuir los programas de la reunin sacra-

mental, servir como saludadores, pasar el micrfono

entre la congregacin durante las reuniones de testi-

monio, visitar a otros miembros, escribir a los misio-

neros, compartir asignaciones en las clases,

contribuir sus talentos, marcar las listas de asisten-

cia y servir como maestros orientadores o maestras

visitantes. Los varones que posean el sacerdocio po-

dran participar en ordenanzas. Los poseedores del

sacerdocio y las mujeres de 12 aos de edad y mayo-

res que hayan sido bautizadas, y sean dignos, po-

dran ser bautizados y confirmados por los muertos

en el templo.

Antes de dar un llamamiento o asignacin a una

persona discapacitada, los lderes deben consultar

con la familia de la persona y asegurarse de que el

llamamiento sea apropiado y que no impondr exi-

gencias indebidas a la persona o a su familia.

Ayudar a las familias de personas con

discapacidadesEl cuidar a un miembro de familia que tiene una

discapacidad podra ser un proceso purificador que

edifique la fe. Pero tambin podra contribuir a cier-

tos problemas econmicos, maritales o familiares.

Los miembros de la familia podran no estar en con-

diciones de satisfacer sus propias necesidades o las

necesidades de su cnyuge o de sus hijos. Las si-

guientes sugerencias podran ayudar a los miem-

bros de la Iglesia con respecto a proporcionar

asistencia a las familias de personas con discapaci-

dades:

Preguntar a la familia qu necesidades especficas

tiene.

Ofrecerle ayuda especfica, tal como: "Hoy lleva-

r mis hijos al parque. Querran sus hijos venir con

nosotros?" o "Hoy ir al mercado. Necesita que le

compre alguna cosa?".Incluir a la persona y a su familia en las reunio-

nes sociales.

Cuando se requiera un cuidado continuo, ofrecer-

se para relevar de tiempo en tiempo a quienes tie-

nen la responsabilidad de atender a la persona.

Ofrecerse para quedarse con la persona o sacarla a

caminar, almorzar o llevarla de paseo en automvil.

Ofrecer a los padres de la persona oportunidades de

pasar tiempo juntos como pareja.

Determinar si otros miembros de la familia tienen

necesidad de atencin o cuidado; ayudarles en lo

que necesiten.

No hay que tratar de explicar por qu la familia

atraviesa por el desafo de una discapacidad. Nunca

debe siquiera sugerirse que una discapacidad es un

castigo de Dios (vase Juan 9:2-3). Asimismo, debe

evitarse sugerir que tener a un nio discapacitado es

una bendicin. Es mucho ms til simplemente es-

cuchar y reconocer los sentimientos de quienes estn

afectados por una situacin tal.

Informar a la familia en cuanto a los servicio m-

dicos, los materiales y equipos disponibles en la co-

munidad.

Alentar a la persona y a la familia afectadas para

que participen en las conversaciones con otros

376Enseanza del Evangelio y liderazgomiembros de la Iglesia que hayan tenido que enfren-

tar problemas similares. Esto podra aliviarles cual-

quier sentido de aislamiento. Algunos grupos de

apoyo comunitario podran asimismo ofrecerles ni-

mo e informacin provechosa.

Ofrecerles apoyo emocional y espiritual cuando

sea necesario internar a la persona en una institu-

cin. En tales ocasiones, los miembros de la familia

suelen tener sentimientos de culpabilidad o de fra-

caso y podran beneficiarse si consultan con otras

personas al respecto.

Sugerencias para presidencias de estaca y

obispadosLas presidencias de estaca y los obispados identi-

fican a los miembros de estaca o de barrio que ten-

gan discapacidades. Les ministran con sensibilidad.

Las siguientes sugerencias podran ser tiles para

lograrlo:

Evaluar las necesidades de la persona; utilizar en-

tonces las fuentes de recursos disponibles en la esta-

ca y en el barrio para ayudarle al respecto. Por

ejemplo, los miembros podran ayudar a que una

persona encuentre trabajo y un lugar adecuado para

vivir. O tambin podran construir una rampa con

la cual ayudar a una persona que ande en silla de

ruedas.

Ofrecer a la persona las mismas oportunidades

de participacin, de progreso, de amistad y de reco-

nocimiento en el quorum o en las clases que tengan

los dems miembros. Si es necesario, el obispado

podra llamar a un maestro asistente para ello.

Si una persona no puede participar en un quo-

rum o en una clase, consultar con la familia y otros

lderes en cuanto a cmo podran satisfacerse las ne-

cesidades de dicha persona. El presidente de estaca

o el obispo podra recomendar que se organicen

programas o clases especiales para miembros con

discapacidades, tal como se describe en las pginas

377-378.

Asegurarse de que a la persona y a sus familiares

se les asignen maestros orientadores y maestras visi-

tantes bondadosos y dedicados.

Asignar a dos o ms miembros para que trabajen

juntos al ayudar a la persona cuando un solo miem-

bro podra involucrarse en situaciones inapropiadas.Si es necesario, llamar a un especialista de estaca

o de barrio en materia de discapacidades para que

ayude a determinar las necesidades de los miem-

bros discapacitados. Tratar con dicho especialista

acerca de cmo podran utilizarse los recursos dis-

ponibles en la estaca y en el barrio para satisfacer di-

chas necesidades.

Consultar con los miembros de la familia de per-

sonas discapacitadas cuando se trate de llamamien-

tos en la Iglesia para ellos. Indagar en cuanto a las

responsabilidades de cuidado que deben proporcio-

narles. En tanto que algunas personas aceptaran

gustosamente cualquier llamamiento exigente, otras

quizs necesiten llamamientos menos exigentes.

Reconocer cualquier sentimiento de negacin,

culpabilidad, enojo, temor, celos o depresin que

puedan tener los miembros de la familia. Cuando

sea necesario, recomendarles que se aconsejen con

alguien que comprenda la naturaleza de la discapa-

cidad.

Disponer que se le lleve la Santa Cena al hogar de

la persona cuando sta deba permanecer en casa

(vase la pgina 65 del Libro 1). Un servicio sacra-

mental en el hogar cuidadosamente preparado pue-

de ser una experiencia inspiradora para todos los

que intervengan en l.

Si la persona est confinada en su casa, llevar a

cabo en su hogar la entrevista anual de recomenda-

cin para el templo.

Ofrecer a la persona la oportunidad de inscribirse

en las clases de seminario o de instituto.

No debe tratarse ninguna cuestin confidencial

sin el consentimiento de la persona.

Si se considerara la posibilidad de efectuar o no

una ordenanza para una persona con discapacidad

mental, debern seguirse las pautas enumeradas en

las pginas 30,33,40,42 y 77-78 del Libro 1.Cmo organizar programas o clases especialesA los miembros con discapacidades y necesida-

des especiales debe alentrseles a que asistan a las

reuniones dominicales en sus respectivos barrios, a

menos que vivan en una institucin donde se efec-

ten programas de la Iglesia.

Si hubiese un nmero suficiente de miembros con

discapacidades similares viviendo en un barrio, en

un grupo de barrios, en una estaca o en un grupo de

estacas, los lderes de la Iglesia podran organizar

programas o clases especiales de Mutual, Primaria y

Escuela Dominical para ellos. Los programas o cla-

ses especiales complementan el programa regular

del barrio al que pertenece la persona y por lo co-

mn se llevan a cabo en un da de semana. Los lde-

res y los maestros del barrio de origen continan

teniendo la responsabilidad primordial de cuidar de

dicha persona.

377Enseanza del Evangelio y liderazgoAntes de organizar un programa o una clase es-

pecial se requiere la aprobacin de la Presidencia de

rea (para programas de multiestaca) o de la presi-

dencia de estaca (para programas de multibarrio).

La Presidencia de rea designa a un presidente de

estaca agente para que supervise la organizacin ini-

cial y la operacin continua de los programas o cla-

ses especiales a nivel de multiestaca por un tiempo

determinado. En el caso de multibarrio, el presiden-

te de estaca designa a un obispo agente para que su-

pervise la organizacin inicial y la operacin

continua de los programas o clases especiales por un

tiempo determinado.

Los participantes en una Primaria especial nor-

malmente incluyen a nios de entre 3 y 11 aos de

edad. Los participantes en una Mutual especial nor-

malmente incluyen a jvenes y jvenes adultos de

entre 12 y 21 aos de edad. Los lderes del sacerdo-

cio, en consulta con los lderes de las organizaciones

auxiliares y los padres de la persona, debern consi-

derar cualquier situacin particular a fin de poder

determinar qu es lo que ms convendr a la perso-

na o grupo en cuestin.

El presidente de estaca agente o el obispo agente

consulta con otros presidentes de estaca u obispos

para establecer una norma adecuada para el apoyo

econmico de estos programas o clases. La respon-

sabilidad para arreglar la transportacin recae gene-

ralmente sobre los padres.

En un programa o clase especial de multiestaca,

el presidente de cada estaca participante debe desig-

nar a un miembro del sumo consejo para que ayude

a coordinar los esfuerzos de inscribir a los miembros

que deseen participar, para proporcionar lderes y

maestros, y para administrar la norma financiera es-

tablecida por el presidente de la estaca agente.

Los lderes y maestros que presten servicio en un

programa o clase especial son llamados y apartados

por el presidente de estaca agente o el obispo agen-

te, o por alguien bajo su direccin.

Los lderes de programas o clases especiales

pueden presentar registros de asistencia y de logros

a los barrios correspondientes donde deben

conservarse tales registros y presentarse los recono-

cimientos.

La estaca o el barrio agente debe incluir los pro-

gramas o clases especiales en sus reuniones y activi-

dades segn corresponda. Cuando les invite el

presidente de estaca agente o el obispo agente, los l-

deres de programas o clases especiales pueden asis-

tir a las reuniones de liderazgo. Asimismo, pueden

realizar sus propias reuniones para planear las acti-

vidades del programa especial.

Intrpretes para sordos o para personas con

dificultades de audicinLos miembros que son sordos o que tienen difi-

cultades de audicin enfrentan obstculos de comu-

nicacin al aprender los principios y las doctrinas

del Evangelio. Con frecuencia, no son capaces de en-

tender qu es lo que se est tratando. Si usan el abe-

cedario manual (dactilologa), necesitan la ayuda de

intrpretes para participar cabalmente en las reunio-

nes de la Iglesia, en las ordenanzas del sacerdocio,

en la obra del templo, al compartir testimonios, en

las entrevistas y en las actividades. Los lderes de-

ben alentar a estos miembros a ser autosuficientes y

a tomar la iniciativa de trabajar con sus lderes del

sacerdocio para coordinar los servicios necesarios de

interpretacin. Al prepararse para situaciones deli-

cadas, tales como las entrevistas personales y los

consejos disciplinarios de la Iglesia, los lderes del

sacerdocio deben consultar con el miembro para de-

terminar si es necesario emplear a un intrprete.

Si no se dispone de intrpretes, los lderes locales

podran organizar clases a nivel de barrio o de esta-

ca para ensear el abecedario manual que se utiliza

en esa regin. Para ensear las clases de dactilolo-

ga, los lderes debern llamar a miembros capacita-

dos para ello. Los mismos miembros que sean

sordos y empleen la dactilologa como su lenguaje

nativo, deberan ser considerados en primer lugar

para ensear las clases.

En las actividades y en la mayora de las reunio-

nes, pueden utilizarse intrpretes temporarios que

no sean miembros de la Iglesia hasta que los miem-

bros desarrollen la capacidad de interpretacin. Sin

embargo, solamente miembros dignos deben obrar

como intrpretes durante las reuniones sacramenta-

les y las entrevistas. Solamente los poseedores dig-

nos del sacerdocio deben interpretar por aquellos

que participen en ordenanzas, en bendiciones y en

reuniones del sacerdocio.

Durante una clase o reunin, los intrpretes de-

ben ubicarse al frente de la clase o de la sala sacra-

mental, a un lado del orador, de manera que no

presente una distraccin visual. No deben colocarse

en el estrado. Siendo que el entendimiento se realza

ms al ver los labios y el lenguaje fsico de la perso-

na que est hablando, los miembros con dificultades

de audicin deben ser capaces de ver al intrprete y

tambin de manera perifrica al orador o al maestro.

Donde sea posible, los intrpretes deben permane-

cer sentados. Si se dispone de un nmero suficiente

de intrpretes, los lderes deberan pedirles que rota-

ran aproximadamente cada 30 minutos para evitar

que se fatiguen.

378Enseanza del Evangelio y liderazgoDurante una ordenanza del sacerdocio o una en-

trevista, los intrpretes deben permanecer junto a la