18 de Julio de 2020 Profecía de Nashville ...Toda la Biblia es inspirada y representa la voz de...
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18 de Julio de 2020 Profecía de Nashville
www.midnightcry.news
Información General
Este sitio web está dedicado a identificar que habrá un ataque nuclear en Nashville, Tennessee el 18 de
julio de 2020. Esta realidad se basa en revelaciones proféticas de la Biblia. Estas revelaciones identifican que el
Islam será el poder responsable de llevar a cabo el ataque.
Este mensaje de advertencia se deriva de la Biblia y se establece sobre las reglas de interpretación que se
identifican dentro de la propia Biblia. Por esta razón, dedicaremos algún tiempo a establecer esas reglas para
que se reconozca que la autoridad que está detrás de este mensaje se deriva y se basa plenamente en la Palabra
de Dios.
Junto con el establecimiento de ciertos principios de interpretación bíblica, identificaremos a los
protagonistas de la profecía y los asuntos que están involucrados en el ataque en Nashville. Algunos de los
temas estarán vinculados a presentaciones más detalladas en este sitio web. Entre esos asuntos y protagonistas
tenemos a Donald Trump, el presidente número 45 y también el último de los Estados Unidos de América; la
nación de los Estados Unidos, tal como está representada en la profecía bíblica; la Iglesia Católica Romana; las
Naciones Unidas; Rusia, incluyendo a su líder actual, Vladimir Putin; la Iglesia Adventista del Séptimo Día;
Elena G. de White y la historia de los ataques nucleares a Japón en 1945.
Uno de los principios más importantes que contiene la Biblia es el hecho de que "es la voz de Cristo la
que habla a través de los profetas y patriarcas, desde los días de Adán hasta las últimas escenas del tiempo".
Toda la Biblia es inspirada y representa la voz de Cristo. Por eso se considera la Palabra de Dios. El discípulo
Juan lo dijo de esta manera:
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Éste era en el principio con
Dios. Todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Juan 1:1–3.
Jesús es la Palabra de Dios y es su voz la que está representada en la Biblia. Su Palabra está inspirada y
posee un poder creador. El apóstol Pablo lo dijo de esta manera.
Toda Escritura es dada por inspiración de Dios, y es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, 2 Timoteo 3:16.
Cuando el apóstol Pablo escribió esas palabras a Timoteo las Escrituras que estaban disponibles sólo
eran lo que ahora llamamos el Antiguo Testamento, por lo que este pasaje está respaldando, no sólo al Nuevo
Testamento sino también al Antiguo. Por lo tanto, esta advertencia a Nashville se basa en toda la Biblia, ya que
toda ella representa la voz de Cristo desde los tiempos de Adán hasta el fin del mundo.
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Pablo también identifica otro punto importante relativo a la autoridad e inspiración de la Palabra de
Dios. Después de referirse a la historia de Moisés, que sucedió cientos de años antes de su propio tiempo, Pablo
afirma lo siguiente acerca de la historia de Moisés.
Y todas estas cosas les acontecieron como ejemplo; y están escritas para amonestarnos a nosotros, sobre
quienes los fines de los siglos han venido. 1 Corintios 10:11.
Pablo está enseñando que "cada uno de los antiguos profetas habló menos para su propio tiempo que
para el nuestro, de modo que su profecía todavía está en vigor para nosotros". El apóstol Pedro enfatiza la
misma verdad cuando dice:
A los cuales fue revelado, que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora
os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las
cuales desean mirar los ángeles. 1 Pedro 1:12.
La Biblia se llama la Palabra de Dios porque es la voz de Cristo, y esa voz nunca cambia.
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por siempre. Hebreos 13:8.
La Biblia nunca cambia, porque representa a Jesucristo, quien es a la vez el Hijo del Hombre y el Hijo
de Dios, una combinación de lo divino y lo humano. Así también, la Biblia representa la Palabra divina de Dios,
que fue escrita por seres humanos. La Biblia es una combinación de lo humano y lo divino, como lo es Jesús. La
Biblia es perfecta, así como lo es Jesús, y todo el testimonio de la Biblia habla con la voz de Cristo sobre el fin
del mundo. Jesús sostiene este principio cuando afirma:
Y como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se
casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; y vino el diluvio, y destruyó a todos.
Asimismo, también como fue en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban;
pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y destruyó a todos. Así también será el
día en que el Hijo del Hombre se manifieste. Lucas 17:26–30.
Jesús aquí proporcionó dos historias para sostener el principio de interpretación de que las historias
registradas en la Biblia son ejemplos del fin del mundo. Al hacer esto, empleó un principio bíblico que define la
manera en que se establece toda verdad. Es este: que toda verdad requiere al menos dos testigos para quedar
establecida como verdad en la Palabra de Dios. Moisés expresó este mismo principio de la siguiente manera:
Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se
apresura a hacerla. Génesis 41:32.
Cuando algo aparece duplicado, como Jesús usando la historia de Noé y Lot para identificar el fin del
mundo, entonces queda establecido. Jesús lo dijo de esta manera.
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También está escrito en vuestra ley que el testimonio de dos hombres es verdadero. Juan 8:17.
Mas si no te oyere, toma aún contigo uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda
palabra. Mateo 18:16.
El 18 de julio de 2020, Nashville será golpeado por un ataque nuclear. Como Noé intentó advertir a la
gente de su época, y como los ángeles intentaron advertir a Lot y a su familia, ahora Dios está intentando
advertir a los que viven en el área de Nashville que se vayan antes de que este ataque tenga lugar.
La Biblia promete que el Señor no ejercerá sus juicios sin antes dar una advertencia. Las historias de
Noé y de los ángeles que visitaron a Lot proporcionan dos testigos de este hecho, y el profeta Amós lo dijo de
esta manera:
¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual
Jehová no haya hecho? Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.
Rugiendo el león, ¿quién no temerá? Hablando Jehová el Señor, ¿quién no profetizará? Amós 3:6–8.
¿El 18 de Julio?
La mayoría de los seres humanos en el planeta Tierra no creen en Jesús y, entre los que sí lo hacen, hay
una variedad de ideas sobre su retorno final. La Segunda Venida de Cristo será precedida por juicios.
Porque es justo para con Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros, que sois
atribulados, daros reposo con nosotros, cuando sea revelado del cielo el Señor Jesús con sus ángeles poderosos,
en llama de fuego, para cobrar venganza de los que no conocen a Dios, y no obedecen al evangelio de nuestro
Señor Jesucristo; los cuales serán castigados con eterna perdición excluidos de la presencia del Señor, y de la
gloria de su poder, cuando viniere para ser glorificado en sus santos, y para ser admirado en aquel día en todos
los que creen (porque nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros). 2 Tesalonicenses 1:6–10.
El hecho de que se puede reconocer que hay muchos conceptos incorrectos sobre la Segunda Venida
disponibles dentro de las diversas denominaciones cristianas no significa que no exista un entendimiento
correcto. Pablo, en el pasaje de Tesalonicenses, identifica que su regreso incluye el castigo y la "destrucción
eterna". A medida que nos acercamos a ese evento, los juicios de Dios comienzan antes de su verdadero regreso
en un intento de despertar a aquellos que decidirán estar listos para su regreso. Esos juicios van acompañados de
un mensaje de advertencia. Esta verdad se ilustra a través de la Palabra de Dios, pero hay dos simples testigos
de este hecho que se pueden encontrar en la historia de Elías.
Debido a la rebelión del rey de Israel y a su matrimonio con una mujer pagana llamada Jezabel, Acab
fue confrontado por el profeta Elías. La historia se encuentra en 1 Reyes 17 y 18. El rey Acab, casado con la
idólatra Jezabel, que dirigía tanto a los profetas de Baal como a los sacerdotes de Asera (que adoraban en los
bosques), identifica que Elías se dirigía a una abominación que consistía en tres entidades: un rey, una mujer
impura y un poder engañoso representado por los sacerdotes de los bosques y los profetas de Baal.
Antes de la confrontación final en el Monte Carmelo, donde descendió fuego del cielo demostrando que
el Dios verdadero era el de Elías y no el de Jezabel, Elías había anunciado que habría tres años y medio de
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sequía. Cuando el fuego bajó, como ha de suceder el 18 de julio de 2020, los profetas de Baal y los sacerdotes
de los bosques fueron exterminados. Sin embargo, antes de ese momento, hubo tres años y medio de juicios que
iban en aumento como una sequía, predicha por Elías, que arrasó con la nación de Israel. El aumento de juicios
precede al castigo final de los malvados.
La Biblia identifica los juicios retributivos de Dios en el fin del mundo como “el gran día del Dios
Todopoderoso”. A veces ese día es referido como “el día del Señor”, pero también se usan otros términos
diferentes. El profeta Malaquías identifica ese período del fin del mundo con una profecía sobre Elías, que ya
había ascendido al cielo cientos de años antes de que Malaquías hiciera su predicción.
He aquí, yo os envío a Elías el profeta, antes que venga el día de Jehová grande y terrible. Él convertirá
el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres; no sea que yo venga y hiera
la tierra con maldición. Malaquías 4:5, 6.
En el libro de Isaías se nos informa que la Palabra de Dios nunca falla.
Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su
camino, y el hombre inicuo sus pensamientos; y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios
nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros
caminos mis caminos, dice Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos
que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Porque como desciende de los
cielos la lluvia, y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla
al que siembra y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, antes hará lo
que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. Isaías 55:6–11.
La Palabra de Dios posee Su poder creador.
Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.
Salmos 33:6.
Y como la Palabra de Dios contiene Su poder creador, es imposible que Dios mienta.
Para que, por dos cosas inmutables, en las cuales, es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo
consuelo, los que nos hemos refugiado asiéndonos de la esperanza puesta delante de nosotros. Hebreos 6:18.
Es imposible que Dios mienta, no sólo porque nunca lo haría, sino porque lo que Él habla siempre
sucede. Este hecho nos permite ver que, aunque Elías había ascendido al cielo mucho antes de que Malaquías
predijera que Elías habría de aparecer antes que llegaran los juicios de Dios al fin del mundo, eso se cumplirá.
Hay un segundo testigo de esta historia que Jesús confirmó cuando caminó entre los hombres. Hablando a sus
discípulos sobre Juan el Bautista dijo:
Y yéndose ellos, comenzó Jesús a decir a las multitudes acerca de Juan: ¿Qué salisteis a ver al desierto?
¿Una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver? ¿Un hombre cubierto de ropas delicadas? He aquí, los
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que visten ropas delicadas, en las casas de los reyes están. Mas, ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo,
y más que profeta. Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, el
cual preparará tu camino delante de ti. De cierto os digo: Entre los nacidos de mujer jamás se levantó otro
mayor que Juan el Bautista; pero el que es menor en el reino de los cielos, mayor es que él. Y desde los días de
Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Porque todos los
profetas y la ley, hasta Juan profetizaron. Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir. El que tiene
oídos para oír, oiga. Mateo 11:7–15.
Juan el Bautista cumplió la profecía de Malaquías que predijo la aparición de Elías antes del gran y
terrible día del Señor. Sin embargo, bíblicamente, el "gran y terrible día del Señor" sucede al fin del mundo, no
en la historia cuando Cristo caminó entre los hombres. Por lo tanto, empleando el principio de que todas las
historias bíblicas ilustran el fin del mundo, llegamos a la conclusión de que Elías y Juan proporcionan dos
testigos que establecen que habrá un Elías antes de la Segunda Venida de Cristo. No es el propósito aquí
considerar si hay alguna persona que pueda representar a Elías o no. Más bien, el propósito es demostrar que
Elías y Juan el Bautista ilustran las mismas características que tienen lugar antes del 18 de julio de 2020, en
Nashville.
Lucas identifica a los que vinieron a ser bautizados por Juan en el siguiente pasaje:
Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os
enseñó a huir de la ira que vendrá? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir en
vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun
de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen
fruto es cortado y echado en el fuego. Lucas 3:7–9.
Juan estaba dando una advertencia al igual que Elías dio una advertencia a Acab. La ira que vendría
tendría lugar cuarenta y tres años más tarde en la destrucción de Jerusalén en el año 70 DC. Cualquiera que
rechazara el mensaje de advertencia de Juan sería arrojado al fuego. Elías se enfrentó a un triple enemigo
representado por el Rey Acab (proféticamente un poder civil); Jezabel, una mujer impura (proféticamente una
iglesia impura); y un grupo formado por los profetas de Baal y los sacerdotes de los bosques, que representaban
un poder engañoso mientras danzaban alrededor de su ofrenda en el Monte Carmelo, sin éxito. Juan el Bautista
fue arrestado por Herodes (proféticamente un poder civil) por el odio de su esposa hacia Juan, ya que Juan había
reprendido a Herodes por casarse con ella, que era la esposa de su hermano. Una mujer impura representa, al
igual que Jezabel, una iglesia impura. Fue la hija de Herodías, llamada Salomé, la que engañó a Herodes con
una sensual danza para que le cortara la cabeza a Juan.
Ambas historias poseen las mismas características y hablan de la lucha que tiene lugar al fin del mundo
cuando un triple enemigo sale para llevar a la humanidad al Armagedón.
Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus
inmundos a manera de ranas; porque son espíritus de demonios, haciendo milagros, que van a los reyes de la
tierra y a todo el mundo, para congregarlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. He aquí, yo
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vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus vestiduras, para que no ande desnudo, y vean su
vergüenza. Y los congregó en el lugar que en hebreo es llamado Armagedón. Apocalipsis 16:13–16.
La bestia representa a la iglesia impura del fin del mundo. El dragón representa al poder civil, que
entendemos que son las Naciones Unidas. Estados Unidos es el poder que forzará al mundo entero a aceptar la
marca de la autoridad de la mujer impura, es decir, la marca de la bestia, así como Jezabel controló a Acab y
Herodías controló a Herodes. El falso profeta que engaña al mundo es los Estados Unidos. Las Naciones Unidas
comenzaron en 1945. Hasta ese momento de la historia no era posible que se cumpliera la profecía del
Apocalipsis 16. Ahora estamos en esa historia. Basado en dos testigos, los cuales son Elías y Juan el Bautista,
debe haber un mensaje de advertencia que sea proclamado en este tiempo. El 18 de julio es ese mensaje de
advertencia.
¿Por qué el 18 de julio?
¿Cómo se puede predecir la fecha de un evento como un ataque nuclear cuando Jesús declaró lo
siguiente?
Pero del día y la hora, nadie sabe, ni los ángeles del cielo, sino sólo mi Padre. Mateo 24:36.
¿Cómo podemos concluir que el ataque será el 18 de julio cuando Jesús advirtió que nadie sabe el día o
la hora? La respuesta es: leyendo el contexto del pasaje. Jesús está enseñando que nadie sabrá el día y la hora de
la Segunda Venida, pero el 18 de julio no es la Segunda Venida, sino que es uno de los juicios que conducen a
la Segunda Venida.
Y entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; entonces se lamentarán todas las tribus de
la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará a sus
ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo
hasta el otro. De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama enternece, y las hojas brotan, sabéis que el
verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que está cerca, a las puertas. De
cierto os digo: No pasará esta generación, hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, mas mis
palabras no pasarán. Pero del día y la hora, nadie sabe, ni los ángeles del cielo, sino sólo mi Padre. Y como en
los días de Noé, así también será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio
estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y
no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así también será la venida del Hijo del Hombre.
Mateo 24:30–39.
Jesús no sólo enseña que nadie sabrá el día y la hora de su segunda venida, sino que, en el siguiente
versículo, nos informa que será como fue en los días de Noé. En los días de Noé, el tiempo era un componente
de aquel mensaje de advertencia, ya que se iba a predicar durante ciento veinte años hasta que el Espíritu Santo
se apartara completamente de los rebeldes que se habían negado a escuchar la advertencia.
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Y dijo Jehová: No contenderá mi Espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne;
mas serán sus días ciento veinte años. Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que
entraron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos: Éstos fueron los valientes que
desde la antigüedad fueron varones de renombre. Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la
tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se
arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le pesó en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la
faz de la tierra, a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del
cielo, porque me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia en los ojos de Jehová. Génesis 6:3-8.
Jesús enseña que el fin del mundo será como los días de Noé, en los que Noé proclamó un mensaje de
advertencia que era casi imposible de creer para su generación. Conectado con esa profecía había un elemento
de tiempo de ciento veinte años. El 18 de julio de 2020 y el evento nuclear de Nashville tienen las mismas
características que los días de Noé. La última advertencia para aquellos que se negaron a entrar en el arca con
Noé fue el milagro de los animales que entraron en el arca. En retrospectiva podemos ver que deberían haber
entendido que el Poder que estaba dirigiendo a esos animales a migrar hacia el arca y pasar a través de su puerta
era la evidencia de que Dios estaba usando esos animales como una advertencia final. Basado en un pasaje del
libro de Daniel, este ministerio (Future for America) predijo, desde el 14 de enero de 2017, que habría una
pandemia mundial. Esa pandemia está aquí y representa a los animales que entraron en el arca en la historia de
Noé.
Como un segundo testigo de que el elemento del tiempo viene conectado a un mensaje de advertencia en
una época cuando llegan de juicios de Dios, sólo necesitamos considerar la profecía de cuatrocientos años
identificada por Abraham en Génesis 15.
Entonces dijo a Abram: Ten por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no suya, y servirá a los de
allí y será afligida por cuatrocientos años. Mas también a la nación a quien servirán, juzgaré yo; y después de
esto saldrán con grande riqueza. Génesis 15:13, 14.
Esta profecía se cumplió en la historia de Moisés, y se cumplió en el día exacto en que se le predijo a
Abraham que habría de cumplirse varios siglos antes.
El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto, fue cuatrocientos treinta años. Y sucedió que al
cabo de los cuatrocientos treinta años, en aquel mismo día, todos los ejércitos de Jehová salieron de la tierra de
Egipto. Éxodo 12:40, 41.
Aquí encontramos otro testigo de un mensaje de advertencia tal como está representado por la
interacción que hubo entre Moisés y el faraón, donde se identifican juicios que van en aumento y hay una
profecía que tiene el elemento del tiempo. La palabra profética de Dios identifica que el 18 de julio está
marcando el comienzo de varios temas proféticos. Uno de esos temas es la Tercera Guerra Mundial. Cuando el
Islam ataque, Donald Trump responderá. Con tres testigos sólidos, la profecía identifica que el aliado del Islam
el 18 de julio es Rusia. Por más horrible que sea un ataque nuclear en Nashville, sólo es lo que Jesús llamó “el
principio de dolores”.
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Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá hambres, y pestilencias, y
terremotos en muchos lugares. Y todo esto será principio de dolores. Mateo 24:7, 8.
Los cristianos generalmente aceptan la premisa de que Jesús es nuestro ejemplo en todas las cosas.
Cuando caminó entre los hombres, estaba caminando a través de una profecía de tiempo muy detallada. Por lo
tanto, cuando Juan el Bautista daba la advertencia al antiguo Israel de la ira que vendría, estaba conectado con
una profecía de tiempo. Jesús dijo en el evangelio de Juan:
Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha venido; mas vuestro tiempo siempre está presto. No puede
el mundo aborreceros a vosotros, mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.
Subid vosotros a esta fiesta; yo no subo todavía a esta fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido. Juan
7:6–8.
Jesús sabía que el tiempo de la cruz había sido señalado por la profecía cuando dijo:
Y el primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde
quieres que preparemos para que comas la pascua? Y Él dijo: Id a la ciudad, a cierto hombre, y decidle: El
Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos. Y los discípulos hicieron
como Jesús les mandó, y prepararon la pascua. Mateo 26:17–19.
El período de tiempo profético que estaba transcurriendo cuando Juan el Bautista dio su mensaje de
advertencia sobre los juicios venideros se basó en una profecía de setenta semanas que se describe en Daniel
nueve.
Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la
prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la justicia eterna, y sellar la visión y la
profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y
edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; la plaza volverá a
ser edificada, y el muro, en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al
Mesías, mas no por sí; y el pueblo del príncipe que ha de venir, destruirá la ciudad y el santuario; con
inundación será el fin de ella, y hasta el fin de la guerra las asolaciones están determinadas. Y por una semana
confirmará el pacto con muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la
muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolar, aun hasta una entera consumación; y lo que está
determinado se derramará sobre el pueblo asolado. Daniel 9:24–27.
Estos cuatro versículos están llenos de información, pero es posible hacer una simple consideración si
notamos que las setenta semanas fueron determinadas para el pueblo de Daniel (la nación judía) y que allí se
hace referencia a la última semana, de un total de setenta, cuando Cristo “confirmaría el pacto con muchos”.
Basándonos en dos testigos, sabemos que un día representa un año en la profecía bíblica, así que una semana
sería siete años y setenta semanas serían cuatrocientos noventa años.
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Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras
iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo. Números 14:34.
Y cumplidos éstos, te acostarás otra vez, sobre tu lado derecho, y llevarás la iniquidad de la casa de Judá
cuarenta días; día por año, día por año te lo he dado. Ezequiel 4:6.
En esa última semana, justo a la mitad, el Mesías sería cortado, y así llevaría a su fin los sacrificios del
templo terrenal. Cristo fue crucificado en el año 31 d.C., que fue exactamente la mitad de aquella semana
profética, identificando así que, tres años y medio antes (27 d.C.), se marca su bautismo y el comienzo de ese
período profético. Tres años y medio después de la cruz se extiende al 34 d.C. cuando Esteban fue apedreado y
la iglesia judía se divorció de Dios. Cuando Cristo se refirió a que “su tiempo estaba cerca”, se refería a la cruz,
que sucedió exactamente a la mitad de la semana en que estaba confirmando el pacto. Esto proporciona un
tercer testimonio de que, cada vez que Dios está a punto de traer sus juicios retributivos sobre un pueblo, tal
como hemos visto en las historias de Noé, Moisés y Cristo, el mensaje de advertencia está conectado con el
elemento del tiempo.
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Capítulo 2
Tenemos que abordar varios puntos para que haya una justificación lógica de que esta advertencia se
pueda dar públicamente. ¿Por qué el Islam golpearía a Nashville en particular por encima de cualquier otro
lugar de los Estados Unidos? Hay respuestas proféticas para estas preguntas, pero hay puntos que deben ser
definidos primero respecto al establecimiento de profecías por Jesús que contienen un elemento de tiempo.
Jesús se identifica a sí mismo como el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el final. La
característica de quién es Jesús debe ser entendida correctamente.
Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el
Todopoderoso. Yo Juan, que también soy vuestro hermano y compañero en la tribulación y en el reino y en la
paciencia de Jesucristo, estaba en la isla que es llamada Patmos, por la palabra de Dios y por el testimonio de
Jesucristo. Yo fui en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta, que
decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete
iglesias que están en Asia; a Éfeso, y a Esmirna, y a Pérgamo, y a Tiatira, y a Sardis, y a Filadelfia, y a
Laodicea. Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro; y en medio de
los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y
ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana, tan blancos como
la nieve; y sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al latón fino, ardientes como en un horno; y su
voz como el ruido de muchas aguas. Y tenía en su diestra siete estrellas; y de su boca salía una espada aguda de
dos filos, y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. Y cuando le vi, caí como muerto a sus
pies. Y Él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; Apocalipsis 1:8–17.
El profeta Isaías proporciona un segundo testimonio de que Jesús es el Alfa y la Omega, el primero y el
último, y el principio y el final. En Isaías 48:12 se nos ordena escuchar a Jesús porque es el primero y el último.
Óyeme, Jacob, y tú, Israel, mi llamado. Yo mismo, yo el primero, yo también el postrero.
Isaías 41:4 asocia el llamado que hace Jesús a "las generaciones desde el principio" con el hecho de que
Él es el primero y el último.
¿Quién ordenó e hizo esto? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el primero, y
yo mismo con los postreros. Isaías 41:4.
En Isaías 44:6, Jesús usa las características del primero y del último para identificarse a Sí mismo como
el único Dios. ¡Sólo Dios puede identificar el final desde el principio!
Así dice Jehová el Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el
postrero, y fuera de mí no hay Dios. Isaías 44: 6.
Cuando consideramos este tema en conjunto con el contexto de las referencias en los libros de
Apocalipsis e Isaías, encontramos características profundas de quién y qué es realmente Jesucristo. Estas
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características son esenciales para entender e identificar al Islam como el antagonista que golpea a Nashville.
Después de que se le dice a Juan que no tema, ya que Jesús es el primero y el último, se le ordena que escriba
algo en un libro.
Y cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y Él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo
soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; y he aquí que vivo para siempre, amén. Y tengo las
llaves de la muerte y del infierno. Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de
éstas. Apocalipsis 1:17–19.
Las cosas que Juan escribió son la voz de Cristo, porque cada palabra de la Biblia es la voz de Cristo. Su
palabra cumple lo que ella misma declara, porque su palabra contiene su poder creador y nunca falla. En
relación con el hecho de que Cristo se identifica a sí mismo como el Primero y el Último, está la instrucción que
Él da a Juan para que escriba "las cosas que ha visto". Esas "cosas" eran cosas que existían cuando Juan las vio,
ya que están mencionadas como "las cosas que son". Pero, a través del poder de la Palabra de Dios, que es su
poder creador, se aclara, si es que estamos dispuestos a verlo, que lo que escribió en su tiempo también llegaría
a ser aquellas "cosas que han de ser después de estas".
La historia que Juan registró fue la historia de su tiempo, pero también fue la historia del final; porque lo
que Juan registró fue la Palabra de Dios, que es Jesús, quien es el Primero y el Último y, por lo tanto, su Palabra
ilustra el final de una cosa con el principio de esa misma cosa. Isaías también sostiene este entendimiento
cuando miramos más de cerca el contexto del pasaje donde identifica a Jesús como el Primero y el Último.
Oíd esto, casa de Jacob, que os llamáis del nombre de Israel, los que salieron de las aguas de Judá, los
que juran en el nombre de Jehová, y hacen memoria del Dios de Israel, pero no en verdad ni en justicia. Porque
de la santa ciudad se nombran, y se apoyan en el Dios de Israel. Jehová de los ejércitos es su nombre. Lo que
pasó, ya antes lo dije; y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice presto, y vino a ser.
Por cuanto yo sabía que eres obstinado, y tendón de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce, te lo dije
desde el principio; antes que sucediese te lo mostré, para que no dijeses: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de
escultura y de fundición mandaron estas cosas. Lo oíste, lo viste todo; ¿y no lo anunciaréis vosotros? Ahora,
pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías. Ahora han sido creadas, no en días pasados; ni
antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía. Sí, nunca lo habías oído, ni nunca
lo habías conocido; ciertamente no se abrió antes tu oído; porque yo sabía que habrías de ser desleal, por tanto,
desde el vientre has sido llamado rebelde.
Por amor de mi nombre diferiré mi furor, y para alabanza mía me refrenaré, para no talarte. He aquí te
he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción. Por mí, por amor de mí mismo lo haré,
para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no la daré a otro. Óyeme, Jacob, y tú, Israel, mi llamado.
Yo mismo, yo el primero, yo también el postrero. Isaías 48:1–12.
Jesús ilustra el final de una cosa con el principio de una cosa. Isaías también identifica más
específicamente cómo es que Jesús ilustra el final desde el principio:
Así dice Jehová el Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el
postrero, y fuera de mí no hay Dios. ¿Y quién como yo, proclamará y denunciará esto, y lo ordenará por mí,
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12
como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir. Isaías
44:6, 7.
Dios ilustra el final con el principio, y lo hace juntamente con el establecimiento del "pueblo antiguo".
Así, el antiguo Israel ilustra al Israel moderno; la antigua Babilonia representa la Babilonia moderna; el antiguo
Egipto simboliza al Egipto espiritual moderno y el antiguo Islam tipifica el Islam moderno. En Isaías 41, Jesús
pregunta: “¿Quién llama a las generaciones desde el principio?”
Guardad silencio ante mí, oh islas, y esfuércense los pueblos; acérquense, y entonces hablen; vengamos
juntos a juicio. ¿Quién despertó del oriente al justo, lo llamó para que le siguiese, entregó delante de él
naciones, y lo hizo señorear sobre reyes; los entregó a su espada como polvo, y a su arco como paja arrebatada?
Los siguió, pasó en paz por camino por donde sus pies nunca habían entrado. ¿Quién ordenó e hizo esto?
¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros. Isaías
44:1–4.
Aquí, Jesús nos instruye a escuchar y considerar cuál es el cumplimiento de su palabra profética. Él es
Aquel que llamó a las generaciones (tanto antiguas como modernas) "desde el principio", porque Él es el
primero y el último. Más adelante en el capítulo, Él desafía a la humanidad a hacer lo que sólo Él puede hacer,
ya que ¡lo que el primero y el último puede hacer es lo que prueba que Él es Dios!
Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes, y olivos; pondré en la soledad cipreses, pinos y abetos
juntamente; para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano de Jehová hace esto, y que el
Santo de Israel lo creó. Presentad vuestra causa, dice Jehová; exponed vuestros argumentos, dice el Rey de
Jacob. Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos
nuestro corazón en ello; sepamos también su postrimería, y hacednos entender lo que ha de venir. Dadnos
nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced bien, o mal,
para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos. He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras
de vanidad; abominación el que os escogió. Isaías 41:19–24.
Cuando Jesús se identifica a sí mismo como el primero y el último, el alfa y el omega, el principio y el
fin, está enfatizando que Él es Dios y que la prueba de que Él es Dios es proporcionada por la capacidad que
sólo Él posee para establecer una historia en el pasado que ilustra una historia al final. Él logra esto al llamar a
las generaciones antiguas que ilustrarán a sus equivalentes modernos. Por eso puede afirmar que “como fue en
los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre”. Para entender el papel del Islam moderno en la
profecía del fin de los tiempos, y especialmente en términos del 18 de julio de 2020, se requiere una
comprensión del comienzo del Islam, cuando fue designado como una generación antigua. Pero la historia de
los comienzos del Islam no tiene valor si no entendemos que fue el Primero y el Último el que designó los
comienzos del Islam, ilustrando así el fin del Islam.
Jesús ilustra el final de una cosa con el principio de una cosa para identificarse a sí mismo como Dios y
demostrar que no hay otro dios que pueda hacer esto. Él nunca cambia y, en ese sentido, a menudo incluye el
elemento del tiempo en los antiguos mensajes de advertencia que ilustran el mensaje de la última advertencia en
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el fin del mundo. En Daniel capítulo ocho, Jesús se identifica con otro nombre que debe ser considerado cuando
se trata de tiempo profético.
Palmoni
Y oí a un santo que hablaba; y otro de los santos dijo a aquél que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la
visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora que pone el santuario y el ejército para ser hollados?
Y él me dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; y el santuario será purificado. Daniel 8:13, 14.
Aquí hay un diálogo que tiene lugar entre seres celestiales, que Daniel llama santos. Hay "un santo que
habla" y luego "otro santo" hace una pregunta al primer santo. Daniel llama a ese santo que ha estado hablando
"ese cierto santo que habló". La palabra hebrea que se traduce como "cierto" es Palmoni, y su significado en la
referencia marginal es "el numerador de secretos, o el numerador maravilloso".
Jesús es ese cierto santo que es el numerador maravilloso de secretos. Es este atributo de Jesús el que se
reconoce cuando consideramos las diversas verdades que ha establecido mediante el uso de calendarios,
cronología, fechas y números. Cuando revela sus secretos, estos son para nosotros y nuestros hijos para siempre.
Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros
hijos para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta ley. Deuteronomio 29:29.
Reveló los secretos de Daniel 8:13, 14 a los pioneros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, pero ellos
eligieron dejar esos secretos a un lado, aunque eran para sus hijos para siempre. Aquellos que guarden esos
secretos serán el pueblo de su pacto.
El secreto de Jehová es para los que le temen; y a ellos hará conocer su pacto. Salmos 25:14.
Palmoni, que es Jesús, reveló dos secretos en Daniel 8:13, 14 a los pioneros de la Iglesia Adventista del
Séptimo Día. Esos secretos eran dos profecías de tiempo, una que se extendía desde el 457 a.C. hasta el 22 de
octubre de 1844, y la otra desde el 677 a.C. hasta el 22 de octubre de 1844. La duración de una fue de 2300 años
y la otra de 2520 años. De acuerdo con el versículo de Salmos 25:14, el Señor entró entonces en un pacto con el
movimiento pionero del adventismo y se convirtieron en Su Israel moderno, elegido igual que el antiguo Israel.
El antiguo Israel tenía dos profecías de tiempo conectadas que terminaban en el mismo punto en el tiempo; el
Israel moderno también tenía dos profecías de tiempo conectadas que terminaban en el mismo punto en el
tiempo.
En el Génesis 15 Abraham identifica la profecía que se cumplió en el tiempo de Moisés como un
período de “cuatrocientos años”, pero Moisés la identifica como “cuatrocientos treinta años”.
Entonces dijo a Abram: Ten por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no suya, y servirá a los de
allí y será afligida por cuatrocientos años. Génesis 15:13.
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El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto, fue cuatrocientos treinta años. Y sucedió que al
cabo de los cuatrocientos treinta años, en aquel mismo día, todos los ejércitos de Jehová salieron de la tierra de
Egipto. Éxodo 12:40, 41.
Dios también le dio a su moderno Israel un profeta, si bien fue una mujer llamada Elena G. de White. La
profetisa afirmaba a menudo que el antiguo Israel ilustraba al Israel moderno, esto concuerda con el carácter de
Cristo como el Primero y el Último y que Él es quien designa a un pueblo antiguo al principio para ilustrar a un
pueblo moderno al final. Cuando los pioneros adventistas proclamaron públicamente los secretos del 22 de
octubre de 1844 que Palmoni les había dado, sufrieron un chasco cuando se cumplió. Este chasco no se debió a
que la profecía fuera incorrecta, sino a un malentendido del evento que se habían predicho. La profetisa escribió
lo siguiente acerca de ese chasco, identificando que cuando se cumplieron los cuatrocientos treinta años de la
historia de Moisés, el antiguo Israel también sufrió un chasco.
“La historia del antiguo Israel es un ejemplo patente de lo que experimentaron los adventistas. Dios
dirigió a su pueblo en el movimiento adventista, así como sacó a los israelitas de Egipto. Con el gran chasco, su
fe fue probada como lo fue la de los hebreos cerca del Mar Rojo. Si hubiesen seguido confiando en la mano que
los había guiado y que había estado con ellos en su experiencia pasada, habrían visto la salvación de Dios. Si
todos los que habían trabajado unidos en la obra de 1844 hubiesen recibido el mensaje del tercer ángel, y lo
hubiesen proclamado en el poder del Espíritu Santo, el Señor habría actuado poderosamente por los esfuerzos
de ellos. Raudales de luz habrían sido derramados sobre el mundo. Años haría que los habitantes de la tierra
habrían sido avisados, la obra final se habría consumado, y Cristo habría venido para redimir a su pueblo.” El
Conflicto de los Siglos, 451.
Jesús estableció al antiguo Israel, su antiguo pueblo elegido del pacto para ilustrar al Israel moderno, su
moderno pueblo elegido del pacto. Así como el antiguo Israel se rebeló contra Dios, también su moderno
pueblo elegido se rebeló y, para el año 1863, ya había comenzado un proceso de rechazo de las verdades
secretas que Dios le había dado, que lo identificaban como su pueblo del pacto. En 1863, se rechazó la profecía
de Levítico 26 que marca "siete tiempos", que representan 2520 años. Esa rebelión se ilustra al menos tres veces
en la historia sagrada.
La primera ilustración está en la historia de Moisés, ya que aquellos con los que Dios hizo un pacto
cuando los sacó de Egipto se rebelaron y murieron mientras vagaban por el desierto durante cuarenta años, para
no entrar nunca en la Tierra Prometida. Elena de White dice esto sobre el Adventismo del Séptimo Día:
"No fue la voluntad de Dios que la venida de Cristo se retrasara así. Dios no tenía el propósito de que su
pueblo Israel vagara cuarenta años por el desierto. Prometió llevarlos directamente a la tierra de Canaán, y
establecer allí un pueblo santo, saludable y feliz. Pero aquellos a los que se les predicó por primera vez, no
entraron "por causa de la incredulidad" (Hebreos 3:19). Sus corazones estaban llenos de murmuraciones,
rebelión y odio, y no pudo cumplir su pacto con ellos.
“Durante cuarenta años, la incredulidad, la murmuración y la rebelión impidieron la entrada del antiguo
Israel en la tierra de Canaán. Los mismos pecados han demorado la entrada del moderno Israel en la Canaán
celestial. En ninguno de los dos casos faltaron las promesas de Dios. La incredulidad, la mundanalidad, la falta
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de consagración y las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este mundo de pecado y
tristeza tantos años.” Mensajes Selectos, tomo 1, 78.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día comenzó a vagar por el desierto en 1863 y a lo largo de los años
ha seguido avanzando cada vez más hacia la oscuridad y la rebelión. Aquellos que viven en Nashville,
Tennessee, y que leen esta advertencia deben entender este hecho para comprender la predicción completa que
fue dada por Elena de White acerca de la destrucción de Nashville. En esa profecía se muestra que la gente en
Nashville y sus alrededores se despierta al hecho de que había un grupo que sabía que ese ataque vendría, pero
no dijo nada al respecto. Este grupo son los Adventistas del Séptimo Día que han tenido en su poder la profecía
de Nashville por más de cien años y también saben muy bien que Elena G. de White predijo un ataque del Islam
que ya se ha cumplido.
Elena de White identificó que las Torres Gemelas de la ciudad de Nueva York iban a ser derribadas por
un toque de Dios, y la predicción incluía que los edificios se quemarían y que los bomberos no tendrían la
capacidad de detener los incendios.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día todavía profesa con sus labios que Elena G. de White fue una
profetisa bíblica, y pueden identificar muchas predicciones que el Señor hizo a través de ella, como profetisa,
que han sido confirmadas, pero se han negado a mostrar al mundo que ella predijo el 11 de septiembre de 2001
y el ataque a las Torres Gemelas. Su negativa de advertir a Nashville del peligro que corre es la segunda
advertencia moderna asociada con el Islam que no han proclamado. En la predicción de Nashville, se identifica
un grupo que sabía del ataque que se avecinaba, pero no dijo nada. Las siguientes citas son dos de varias
instancias en las que comenta esta predicción.
“Mientras estaba en Nashville, una escena se abrió ante mí. Una gran bola de fuego pareció caer del
cielo, y de ella salieron destellos de luz. Cuando estos destellos de luz golpeaban un edificio, el edificio ardía
como yesca. Y entonces oí a alguien decir, ‘Sabía que esto iba a suceder. Estos son los juicios de Dios que sabía
que vendrían’. ‘¡Usted lo sabía!’ dijo otro. Usted fue mi vecino. ¿Por qué no me dijo que estas cosas venían?
¿Por qué no advirtió a los demás?’” Manuscrito 154, 1904.
Fíjese que habla de "nuestro pueblo" en el siguiente pasaje. "Nuestro pueblo", en el contexto del sueño
de Elena de White, son los Adventistas del Séptimo Día.
“Cuando estaba en Nashville, había estado hablando con la gente, y en la temporada nocturna, había
una inmensa bola de fuego que venía del cielo y se asentaba en Nashville. Había flamas saliendo como flechas
de esa bola; se estaban consumiendo casas; las casas se tambaleaban y caían. Algunos de nuestro pueblo estaban
parados allí. ‘Es justo como esperábamos,’ dijeron, ‘esperábamos esto.’ Otros retorcían las manos en agonía y
clamaban a Dios por misericordia. ‘¡Lo sabían’, dijeron, ‘sabían que esto iba a suceder, y nunca dijeron una
palabra para advertirnos!’ Parecía que casi los harían pedazos, pensar que nunca les habían dicho o dado
ninguna advertencia en absoluto.” Manuscrito 188, 1905.
El Señor entró en un pacto con el antiguo Israel como su pueblo elegido cuando los sacó de Egipto.
Luego le dio su ley y su santuario. Jesús, el Primero y el Último, estableció al antiguo Israel para ilustrar a su
pueblo elegido en el fin del mundo. En Números 14 el Señor deshizo su pacto con el antiguo Israel y entró en
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un pacto con los dos espías que manifestaron su fe. Esos dos espías fieles, Josué y Caleb, fueron los únicos
adultos de entre todos los que presenciaron esa rebelión, que entraron en la Tierra Prometida después de
cuarenta años de vagar por el desierto. Al fin del mundo, Dios entra en un pacto con un pueblo que se
identificado en el libro del Apocalipsis como “los ciento cuarenta y cuatro mil”. Así como los rebeldes de la
historia del antiguo Israel fueron pasados por alto y el Señor hizo un pacto con Josué y Caleb, también la Iglesia
Adventista del Séptimo Día ha sido pasada por alto. Todavía profesan ser Su pueblo remanente, pero han sido
ilustrados por los rebeldes que murieron en el desierto. Un segundo testigo de este hecho es la iglesia judía en el
tiempo en que Jesús caminó entre los hombres.
El tiempo de Moisés fue el comienzo de la iglesia judía como pueblo elegido de Dios y en esa historia
encontramos un pueblo del pacto que salió de Egipto sólo para ser pasado por alto como pueblo del pacto
cuando Dios entró en un nuevo pacto con Josué y Caleb. Entendiendo que Jesús ilustra el final de una cosa con
el principio de otra, nos permite ver que la historia de Moisés se repite en la historia de Cristo, ya que la historia
de Cristo ilustra el final de la iglesia judía y la historia de Moisés ilustra su principio. En la historia de Cristo,
Dios pasaba por alto a la iglesia judía, su antiguo pueblo del pacto, y entraba en pacto con la iglesia cristiana. El
principio y el fin de Israel como pueblo escogido de Dios, proporcionan dos testigos de la historia del Israel
moderno.
La historia y la profecía enseñan que la Iglesia Católica Romana dominó el mundo durante mil
doscientos sesenta años, desde 538 hasta 1798. La Palabra de Dios se refiere directamente a este período de
dominación católica en siete ocasiones. La Iglesia Católica Romana es la bestia cuya marca de autoridad se
impondrá en todo el mundo. Hacia el final de esa historia, que se llama la Edad Media o Edad Oscura, el Señor
levantó un movimiento a través de Martín Lutero y otros reformadores que se llama la Reforma Protestante.
Sólo hay una definición correcta de la palabra Protestante y significa “protestar contra la Iglesia Católica
Romana”. Por definición, si Usted no está protestando contra la Iglesia Católica, Usted no es protestante.
En la historia final de la Edad Media o Edad Oscura, el Señor entró en un pacto con los Reformadores
Protestantes y ellos se convirtieron en su pueblo del pacto. Algún tiempo, después, en la historia del
movimiento pionero que produjo la Iglesia Adventista del Séptimo Día, los protestantes fueron probados por las
profecías secretas que habían sido reveladas. La iglesia protestante rechazó la verdad de las profecías de los
2300 y 2520 años. De esa manera, mientras el Señor estaba entrando en un pacto con el adventismo pionero,
pasaba por alto a aquellos que anteriormente habían sido su pueblo elegido del pacto. El protestantismo, al
rechazar los secretos de las profecías de los 2520 y 2300 años, comenzó a cumplir un papel que proféticamente
se llama “protestantismo apóstata”.
Por lo tanto, al principio y al final del antiguo Israel, y también al principio del Israel moderno, Jesús
ilustra que cuando entra en un pacto con un pueblo, al mismo tiempo está pasando por alto al anterior pueblo
del pacto. Ese pueblo del antiguo pacto ha tenido en su poder, por más de cien años, un mensaje de advertencia
para Nashville, Tennessee. Su silencio sobre esta advertencia ilustra su rebelión.
El 9/11
Elena de White identificó el 11 de septiembre de 2001, aunque no proporcionó la fecha. Considere
algunas de sus predicciones sobre la ciudad de Nueva York que fueron escritas hace más de cien años:
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“¿Cómo llegó la noticia de que yo he declarado que Nueva York va a ser arrasada por un maremoto?
Esto nunca lo he dicho. Yo he dicho, mientras miraba los grandes edificios que se levantan allí, piso tras piso,
‘¡Qué escenas tan terribles tendrán lugar cuando el Señor se levante para sacudir terriblemente la tierra!
Entonces se cumplirán las palabras de Apocalipsis 18:1-3.’ No tengo ninguna luz en particular con respecto a lo
que se vendrá en Nueva York, sólo sé que un día los grandes edificios de allí serán derribados por el poder de
Dios que trastorna y derriba. Por la luz que se me ha dado, sé que la destrucción está en el mundo. Una palabra
del Señor, un toque de su fuerza poderosa y estas estructuras masivas caerán. Se producirán escenas espantosas
que no podemos imaginar.” Elena G. de White, escrito el 3 de agosto de 1903, Notas Biográficas, 451.
Ella sabía que un día las estructuras masivas de la ciudad de Nueva York caerían y que produciría
escenas espantosas. También señaló que en ese momento se cumpliría el pasaje de Apocalipsis 18:1-3. ¿Alguien
se imaginó las escenas del 9/11, por adelantado? Ella sabía que los grandes edificios de allí serían derribados.
También dijo:
“Estando en Nueva York en cierta ocasión, se me hizo contemplar una noche los edificios que, piso tras
piso, se elevaban hacia el cielo. Esos inmuebles que eran la gloria de sus propietarios y constructores eran
garantizados a prueba de fuego. Se elevaban siempre más alto y los materiales más costosos entraban en su
construcción. Los propietarios no se preguntaban cómo podían glorificar mejor a Dios. El Señor estaba ausente
de sus pensamientos.
“Yo pensaba: ¡Ojalá que las personas que emplean así sus riquezas pudiesen considerar su proceder
como Dios lo considera! Levantan edificios magníficos, pero el Soberano del universo sólo ve locura en sus
planes e invenciones. No se esfuerzan por glorificar a Dios con todas las facultades de su corazón y de su
espíritu. Se han olvidado de esto, que es el primer deber del hombre.’
“Mientras se levantaban esas elevadas construcciones, sus propietarios se regocijaban con orgullo por
tener suficiente dinero para satisfacer sus ambiciones y excitar la envidia de sus vecinos. Gran parte del dinero
así empleado había sido obtenido injustamente, explotando al pobre. Olvidaban que en el cielo toda transacción
comercial es anotada, que todo acto injusto y todo negocio fraudulento son registrados. El tiempo vendrá
cuando los hombres llegarán en el fraude y la insolencia a un punto que el Señor no les permitirá sobrepasar y
entonces aprenderán que la paciencia de Jehová tiene límite.
“La siguiente escena que pasó delante de mí fue una alarma de incendio. Los hombres miraban esos
edificios majestuosos y supuestamente a prueba de fuego, y decían: “Están perfectamente seguros”. Pero esos
edificios fueron consumidos como si hubieran sido de brea. Las bombas contra incendio no pudieron impedir su
destrucción. Los bomberos no podían hacer funcionar sus máquinas.
“Me fue dicho que cuando llegue el día del Señor, si no ocurre algún cambio en el corazón de ciertos
hombres orgullosos y llenos de ambición, ellos comprobarán que la mano que ha sido poderosa para salvar, lo
será igualmente para destruir. Ninguna fuerza terrenal puede detener la mano de Dios. No hay materiales que
sean empleados en la construcción de edificios que sean capaces de preservarlo cuando llegue el tiempo fijado
por Dios para castigar el desprecio hacia su Ley y el egoísmo de los ambiciosos.
“Raros son, aun entre los educadores y los gobernantes, quienes perciben las causas reales de la actual
situación de la sociedad. Aquellos que tienen en sus manos las riendas del poder son incapaces de resolver el
problema de la corrupción moral, del pauperismo y el crimen, que aumentan constantemente. En vano se
esfuerzan por dar a los asuntos comerciales una base más segura. Si los hombres quisieran prestar más atención
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a las enseñanzas de la palabra de Dios, hallarían la solución de los problemas que los preocupan.” Testimonios
para la Iglesia, volumen 9, 12, 13.
Este pasaje fue escrito casi un siglo antes del 9/11, e incluso habla de los problemas financieros que
siguieron al paso del 9/11, cuando afirma que el liderazgo no sólo de los Estados Unidos, sino incluso del
mundo estaría "luchando en vano para colocar las operaciones comerciales sobre una base más segura". Las
Torres Gemelas eran supuestamente a prueba de fuego, pero Dios lo sabía perfectamente, y "los camiones de
bomberos no pudieron hacer nada para detener la destrucción" ya que "los bomberos no podían operar sus
máquinas".
¿Por qué?
Ahora regresaremos a un pensamiento anterior. ¿Por qué el Islam? ¿Por qué los Estados Unidos? ¿Por
qué Nashville? La mayoría de los cristianos profesos son conscientes de que el libro del Apocalipsis identifica
un tiempo en el que el mundo entero se verá obligado a aceptar la marca de la bestia bajo pena de muerte y
persecución financiera. Hay una variedad de aplicaciones incorrectas de lo que representa la marca de la bestia,
y quién es la bestia que está representada por la marca, pero hay muy pocos comentarios sobre qué es lo que
permite que el mundo se una para acordar que esta marca se imponga en todo el mundo. Ciertamente no parece
haber ningún asunto actualmente en el planeta Tierra que la mayoría de las naciones promoverían juntas.
Apocalipsis 13 nos informa que la bestia con cuernos de cordero es la que obliga a los habitantes de la tierra a
aceptar la marca.
Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero
hablaba como un dragón. Y ejerce todo el poder de la primera bestia en presencia de ella; y hace a la tierra y a
los moradores de ella adorar la primera bestia, cuya herida de muerte fue sanada. Y hace grandes señales, de tal
manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de
la tierra con las señales que le ha sido dado hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la
tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. Y le fue dado que diese vida a la
imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia hablase; e hiciese que todos los que no adorasen la imagen
de la bestia fuesen muertos. Y hace que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se les
ponga una marca en su mano derecha, o en su frente; y que ninguno pueda comprar o vender, sino el que tenga
la marca, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento,
cuente el número de la bestia; porque es el número del hombre; y su número es seiscientos sesenta y seis.
Apocalipsis 13:11–18.
La bestia con los dos cuernos semejante a los de un cordero, que hablará como un dragón, engaña a "los
que habitan en la tierra" y les ordena que le hagan una imagen a la bestia y obligar a que "todos" reciban la
marca de la bestia. La bestia con cuernos de cordero es los Estados Unidos que termina en la posición de ejercer
autoridad sobre todo el mundo. La Biblia y sólo la Biblia identifica una cuestión que lleva a toda la humanidad
a un estado unificado. Ese tema es el Islam. Jesús designó al antiguo Islam para ilustrar el Islam moderno. El
padre del Islam es Ismael y la primera vez que se habla de él en la Biblia es en el Génesis. Las siguientes
palabras fueron dirigidas a Agar, quien fue la madre de Ismael:
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Le dijo también el Ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su
nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y las
manos de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará. Génesis 16:11, 12.
El primer libro de la Biblia es el Génesis, y la palabra "génesis" significa comienzos. Los pueblos
antiguos que Cristo designa o establece tienen su comienzo en el libro del Génesis, y aunque no sería hasta el
siglo VII que el falso profeta Mahoma introduciría la religión que llamamos Islam, Mahoma y sus seguidores
consideran a Ismael como su antiguo padre. El pasaje dice de Ismael que “su mano sería contra todos los
hombres”. A través de una lectura correcta del Corán, bien se puede entender que cada musulmán tiene la
responsabilidad sagrada de someter a todos los hombres del mundo a las enseñanzas que están delineadas en ese
libro. La mano del Islam está en contra de todos los hombres, y sus seguidores están señalados como el asunto
que ha de provocar la unión de toda la humanidad en contra de ellos.
Una metáfora utilizada en todo el mundo es que "cuando América estornuda, el mundo se resfría".
Cuando Nashville sea golpeada por el Islam el 18 de julio, el mundo entero se verá sumido en una crisis
económica nunca vista. Entonces, la mano de cada hombre en el mundo buscará vengarse del moderno Ismael.
El Islam es el tema profético que trae un gobierno global.
El versículo decía que Ismael sería un "hombre fiero" y la palabra hebrea que se traduce en la Biblia
como "hombre fiero" es la palabra que identifica "el asno salvaje árabe". A partir de ese momento el " asno" se
convierte en un símbolo profético para el Islam en la Biblia. El versículo también afirma que Ismael morará en
presencia de todos sus hermanos. Bíblicamente, no hay justificación para argumentar que hay diferentes
variantes de la religión islámica, ya que el espíritu de Ismael está representado en toda la religión.
La pregunta anterior hasta aquí sigue sin respuesta, "¿Por qué el Islam golpearía a Nashville en particular sobre
cualquier otro lugar de los Estados Unidos?" Para entender esto se requiere una comprensión del papel de los
Estados Unidos en la profecía bíblica. Si eso puede ser entendido, la lógica referente a Nashville puede ser
comprobada.
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Capítulo Tres
Una pregunta anterior sigue sin respuesta: "¿Por qué el Islam golpearía a Nashville en particular y no a
cualquier otro lugar de los Estados Unidos?" Para entender esto se requiere una comprensión del papel de los
Estados Unidos en la profecía bíblica. Si eso puede ser entendido, la lógica referente a Nashville puede ser
comprobada.
Los reinos de la profecía bíblica comienzan con la antigua Babilonia según los capítulos dos y siete de
Daniel. Estos reinos no son los reinos de la historia humana, sino simplemente los reinos que son establecidos
por Cristo como los reinos en los que se ilustra la profecía bíblica. Cuando Daniel dos y siete se conectan con
Apocalipsis doce, trece y diecisiete, encontramos la lista completa de los reinos que representan la historia
profética desde los tiempos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, hasta el fin del mundo. A Babilonia le siguió
Medo-Persia, luego vino Grecia, luego Roma Imperial, luego el Catolicismo Romano, luego los Estados
Unidos, que será seguido por las Naciones Unidas, y entonces acordarán un triple reino compuesto por las
Naciones Unidas (el dragón), el Catolicismo (la bestia), y los Estados Unidos (el falso profeta). Basándose en el
Apocalipsis dieciséis, estos tres poderes unidos llevarán al mundo al Armagedón.
Es de suma importancia entender los reinos de la profecía bíblica, pero en este momento, simplemente
voy a abordar el sexto reino en términos que todo el mundo entienda, incluso aquellos que rechazan la Biblia.
La nación más poderosa y significativa del planeta Tierra hoy en día es Estados Unidos. Si es una nación
buena o mala no es la cuestión. El punto es que todo el mundo reconoce que la superpotencia del planeta Tierra
es Estados Unidos. Aquellos que tratan de negar o minimizar este hecho están simplemente manifestando sus
celos o prejuicios. La profecía bíblica "ha trazado el ascenso y la caída de los grandes imperios del mundo".
"A toda nación que ha llegado al escenario de la acción se le ha permitido ocupar su lugar en la tierra,
para que se vea si cumple el propósito" de glorificar al Dios del cielo. En relación con esta realidad está el
hecho de que Dios elige quién será y quién no será gobernante de estas naciones en cada caso. Estados Unidos
es la nación que está gobernando en este período de la historia y fue Cristo quien seleccionó a Donald Trump
para ser presidente durante este tiempo. El profeta Daniel lo dijo de esta manera:
Y Daniel habló, y dijo: Sea bendito el nombre de Dios desde la eternidad hasta la eternidad; porque suya
es la sabiduría y el poder. Y Él cambia los tiempos y las sazones; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los
sabios, y la ciencia a los entendidos. Él revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y la
luz mora con Él. Daniel 2:20–22.
Dios ha determinado que Donald Trump sea el gobernante de los Estados Unidos el 18 de julio de 2020
cuando el Islam golpee Nashville. En la profecía bíblica, los reyes y sus reinos comparten una estrecha relación.
Daniel se lo dijo así a Nabucodonosor:
Y todo lo que habitan los hijos de los hombres, bestias del campo y aves del cielo, Él los ha entregado
en tu mano, y te ha dado dominio, sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro. Daniel 2:38.
La cabeza de oro en la imagen de Daniel dos, representa la nación de Babilonia, pero también al rey de
esa nación. A nivel profético, Donald Trump representa a los Estados Unidos. Esta aplicación profética no
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define a Trump como bueno o malo, simplemente como la cabeza de los Estados Unidos. Para entender por qué
Nashville es el lugar donde se lleva a cabo el juicio inicial contra los Estados Unidos, es esencial considerar no
sólo a los Estados Unidos, sino también a Donald Trump, quien es la cabeza de esa nación.
En Apocalipsis 13, Estados Unidos es representado como una bestia parecida a un cordero que
finalmente habla como un dragón. Estados Unidos fue fundado principalmente por personas cristianas. Pero hay
una distinción entre ‘una nación fundada por gente cristiana’ y ‘una nación cristiana’. La Constitución de
Estados Unidos fue escrita a propósito para oponerse a la idea de que Estados Unidos fuese una nación
cristiana, ya que fue escrita para formar un gobierno que preservara las libertades individuales, incluyendo la de
“preferencia religiosa”. No fue sino hasta 1892, que la Corte Suprema, en una negación clara del espíritu de la
Constitución, unánimemente sostuvo que Estados Unidos era una nación cristiana. La Constitución fue escrita
para preservar la elección individual en materia religiosa y la religión nacional, ya sea cristiana, islámica,
budista o católica; garantiza la libertad religiosa y la libertad de conciencia.
Dicho esto, Estados Unidos estaba compuesto principalmente por cristianos cuando comenzó a cumplir
su papel como el sexto reino de la profecía bíblica. Ese papel comenzó cuando el quinto reino de la profecía
bíblica, la Iglesia Católica, recibió proféticamente una herida mortal en 1798. En ese año, Napoleón Bonaparte
hizo que el General francés Berthier arrestara al Papa de Roma y lo pusiera en el exilio, donde murió un año
después.
La doctrina del Destino Manifiesto
Apocalipsis 13 usa el símbolo del cordero para identificar el comienzo de los Estados Unidos, pero
incluye una advertencia de que llegará un momento en que esa nación hablará como un dragón. Cualquier clase
de historia americana básica incluirá un período que comienza alrededor de 1798, cuando se llevó a cabo un
movimiento en los Estados Unidos basado en una convicción equivocada sostenida por casi todos los
ciudadanos de ese país. La convicción se basaba en una comprensión doctrinal errónea, pero sigue siendo un
movimiento tan significativo para la historia estadounidense, que siempre se aborda en los cursos de historia de
este país. El término para el movimiento de esa historia es "Destino Manifiesto". Wikipedia define así esa
doctrina:
“El destino manifiesto era una creencia cultural muy extendida en los Estados Unidos del siglo XIX que
declaraba que sus colonos estaban destinados a expandirse por toda América del Norte. El historiador Frederick
Merk dice que este concepto nació de un sentido de misión de redimir el Viejo Mundo por medio de un alto
ejemplo... generado por las potencialidades de una nueva tierra para construir un nuevo cielo.’” Wikipedia,
Manifest Destiny, 2020.
Debido a la aceptación común de un falso concepto bíblico que tiene su origen en el catolicismo, los
estadunidenses de esa historia esperaban que el mundo atravesara por un periodo de mil años de paz y
prosperidad, y por lo tanto esos estadunidenses creían que tenían el deber cristiano de hacerlo realidad. Los mil
años que se identifican en las Escrituras no tienen nada que ver con un período glorioso de la historia de la
Tierra. En cambio, esos años representan un período desde la Segunda Venida de Cristo hasta que la tierra sea
hecha nueva, mil años después. La enseñanza de que habrá mil años de paz y prosperidad en la tierra tiene
muchas variaciones en el mundo de hoy, pero todas tienen el catolicismo como su punto de referencia inicial.
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Era una lógica protestante defectuosa que se había derivado de las enseñanzas católicas que produjeron
la historia al principio de los Estados Unidos, que ha sido etiquetada como "Destino Manifiesto", y será una vez
más una teología protestante defectuosa, basada en las enseñanzas católicas, la que se repite al final de la
historia profética de los Estados Unidos. Jesús siempre ilustra el final con el principio. ¿Por qué es importante
entender esto? En una palabra: Educación.
Educación defectuosa
Sólo hay una definición de la palabra protestante. Ser protestante significa protestar contra el
catolicismo. No es mi propósito atacar al catolicismo, pero sí enfatizar que la llamada América Cristiana, que se
identifican como cristianos protestantes, ya no saben quiénes solían ser. Esta falta de identidad propia no
ocurrió de la noche a la mañana; ocurrió gradualmente a través de un sistema de falsa educación. Como un
ejemplo, todo lo que se necesita hacer es ir a cualquier local de libros usados que tenga un diccionario (en
inglés) publicado antes de 1950 y buscar el término "mujer escarlata".
Hasta la década de 1950 hubo unanimidad en que el término "mujer escarlata" se refería a la ramera de
Apocalipsis 17 y, además, los diccionarios identificaban específicamente que dicha ramera era la Iglesia
Católica Romana. Los protestantes que se unieron para votar y hacer ganar a Donald Trump la presidencia, no
saben que ya no son protestantes, ni que esta transformación que han tenido sin que se dieran cuenta, se logró a
través de una educación religiosa defectuosa.
Basándose en dos profecías de tiempo que estaban conectadas y que terminaron en el mismo punto en el
tiempo, Dios sacó al antiguo Israel de los cuatrocientos años de esclavitud en Egipto y después, a través de las
aguas del río Jordán, lo introdujo a la Tierra Prometida que “fluía leche y miel”.
Basado también en dos profecías de tiempo conectadas que terminaron en el mismo punto en el tiempo,
Dios sacó al Israel moderno de mil doscientos sesenta años de esclavitud del catolicismo y, a través de las aguas
del Océano Atlántico, lo trajo a una Tierra Prometida que fluía “leche y miel”. Esa tierra era Estados Unidos, el
sexto reino de la profecía bíblica.
Al principio del antiguo Israel, Dios le dio a su pueblo de la alianza los Diez Mandamientos, los
estatutos y un santuario. Como teocracia, Dios era tanto una autoridad civil como religiosa. Al principio del
Israel moderno, Dios dio los secretos de dos profecías de tiempo a su pueblo del pacto que se convirtió en su
iglesia, y también dio la Constitución como la regla de gobierno. El Israel moderno no iba a ser una teocracia
como lo fue el antiguo Israel, sino que consistiría en dos partes: Su iglesia y un gobierno. Esto está representado
por los dos cuernos de la bestia semejante a un cordero de Apocalipsis 13:11. Los cuernos en la profecía bíblica
son símbolos de fuerza y las dos fortalezas de los Estados Unidos serían el republicanismo y el protestantismo,
y la Constitución iba a proporcionar el equilibrio perfecto para mantener esos dos cuernos separados y al
hacerlo ambos cuernos permanecerían fuertes. Pero el versículo enfatiza que los Estados Unidos es una nación
que cambia, de ser un cordero a un dragón. Si la separación de esos dos cuernos fuera alguna vez eliminada, la
bestia parecida al cordero hablaría entonces como un dragón.
Al final del antiguo Israel, el pueblo del pacto participó en la crucifixión de su Mesías. En algún
momento de su larga historia, sustituyeron la Biblia como su guía y regla de vida y la reemplazaron por la
educación griega. La educación griega fue más responsable de la crucifixión de Cristo de lo que la mayoría
piensa. La influencia del sistema educativo y la cultura griega fue tan penetrante en esa historia antigua que el
Nuevo Testamento fue escrito en griego por judíos cuya primera lengua era el hebreo.
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Basándose en al menos dos hechos, uno es que la palabra de Dios nunca falla y el otro que Jesús ilustra
el fin con el principio, podemos entender que el fin del Israel moderno incluirá la repetición de una creencia
equivocada en el "Destino Manifiesto" que está motivada por conceptos inculcados a través de un sistema de
educación falsa, como está simbolizado por la influencia de la educación griega sobre los judíos que inició
mucho antes del nacimiento de Jesús (4 a.C.).
El gobierno de los Estados Unidos se basó en la Constitución que fue producida por hombres que no
sabían que estaban siendo dirigidos por el Dios del cielo en la redacción de ese documento sagrado. La Iglesia
se basó en la Biblia como la regla de autoridad, y el Estado se basó en la Constitución. Al principio de la
historia de los Estados Unidos, la consigna para los protestantes era "¡la Biblia y sólo la Biblia!" Al mismo
tiempo, la consigna del nuevo gobierno eran las palabras de la Constitución.
Ya sea que se considere la Biblia o la Constitución, la misma polémica existe ahora en esta nación. Los
políticos liberales afirman que la Constitución es un "documento vivo" y que no debe ser aplicado en base a su
significado e intención originales. Por su parte, los políticos conservadores afirman que debemos mantener la
"intención original" de la Constitución. Los teólogos liberales afirman que la Biblia no debe ser entendida en
base a su intención original, sino en los tiempos en que vivimos. Los teólogos conservadores dicen que
debemos aceptar la Biblia tal como se lee.
Al final del antiguo Israel, cuando Cristo caminó entre los hombres, estos dos puntos de vista se
expresaron en la controversia entre los fariseos y los saduceos. Los fariseos insistieron en la intención original y
los saduceos en el documento vivo. Ambas partes se unieron para poner a su Mesías en la cruz. La fundación de
los Saduceos se basaba en la educación griega y la de los fariseos en las tradiciones y costumbres transmitidas
de generación en generación.
En nuestro tiempo, se demostrará de nuevo que la falsa educación basada ya sea en la filosofía educativa
griega o en la filosofía educativa católica que se sostiene por la tradición y las costumbres, producirá dos clases
opuestas que se unirán contra la Verdad durante la crisis final de la historia del mundo. Dios tiene una
controversia con los Estados Unidos, tanto en su corrupción de la Constitución como en la corrupción de la
Biblia. La corrupción de ambas se ha basado en falsas prácticas educativas, ya sea el sistema de educación
pública o el sistema de educación religiosa.
No es una coincidencia que el primer estado que organizó un sistema de educación pública haya sido
Tennessee. Tampoco es una coincidencia que en Nashville (Tennessee) se tenga una réplica perfecta del
Templo Griego del Partenón, que representa la máxima expresión de la cultura griega. En ese templo se
encuentra la estatua de Atenea, y la diosa patrona de la ciudad de Atenas era la diosa de la sabiduría y la guerra.
La cultura griega simboliza la filosofía educativa que llevó a los judíos a participar en la crucifixión de
su Mesías. La cultura griega simboliza la competición y la glorificación de los hombres a través de los juegos
humanos como se representa en los juegos olímpicos. La diosa Atenea representa no sólo la sabiduría de Grecia
sino también la guerra. Como una réplica perfecta del templo del Partenón en Grecia, el templo está rodeado de
pilares. Elena de White vio esos pilares en su profecía de Nashville.
“Una escena me fue presentada. Era la noche antes del Sábado. Fue entonces cuando se presentó la
escena. Miré por la ventana, y había una inmensa bola de fuego que había venido del cielo, y cayó donde
estaban colando edificios con pilares, especialmente los pilares me fueron presentados. Y parecía como si la
bola llegara directamente al edificio y lo aplastara, y vieron que se estaba ramificando, ramificando,
agrandando, y comenzaron a clamar y a lamentarse y a lamentarse y a retorcer las manos; y pensé que algunos
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de los nuestros estaban allí parados, diciendo, ‘Bueno, es justo lo que esperábamos; es justo lo que hemos
estado hablando; es justo lo que hemos estado hablando’. ‘¿Lo sabían?’, dijo la gente. ‘¿Lo sabían y nunca nos
lo contaron?’ Pensé que había tanta agonía en su rostro, tanta agonía en su apariencia.” A Place Called
Oakwood, 138.
Nashville simboliza la educación griega, la guerra y la glorificación humana a través de la competencia.
En el 9/11, Dios usó el Islam para golpear los símbolos del poder económico y militar de los Estados Unidos.
Nashville representa otras cuestiones de las que Dios hace responsables a los Estados Unidos. En el 9/11, el
Pentágono en Washington D.C. y las Torres Gemelas del centro de Manhattan fueron golpeadas por el Islam,
pero hay una conexión que se puede inferir entre Manhattan y Tennessee, ya que fue en Oak Ridge (Tennessee)
donde se llevó a cabo el Proyecto Manhattan durante la Segunda Guerra Mundial.
Ese proyecto secreto desarrolló las bombas nucleares que fueron lanzadas sobre Japón para terminar esa
guerra. Es en ese sentido que encontramos otras pruebas que nos permiten reconocer que el ataque contra
Nashville será un ataque nuclear. Entonces, Donald Trump tomará represalias y comenzará la Tercera Guerra
Mundial justo allí donde se conmemora a la diosa de la guerra, Atenea. La motivación americana para la
Tercera Guerra Mundial será paralela a la comprensión equivocada que fue representada por el "Destino
Manifiesto" al principio de los Estados Unidos. Será iniciada por los descendientes de Ismael y, por lo tanto, se
empleará como la razón por la que se debe implementar un esfuerzo global contra el Islam. Para comprender
más plenamente otras cuestiones de la advertencia de Nashville del 18 de julio de 2020, es necesario que
consideremos específicamente a Donald Trump, el último presidente del sexto reino de la profecía bíblica.
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Capítulo Cuatro
Para comprender más plenamente otras cuestiones de la advertencia de Nashville del 18 de julio de
2020, es necesario que consideremos específicamente a Donald Trump, el último presidente del sexto reino de
la profecía bíblica.
Donald Trump es el 44º y 45º presidente de los Estados Unidos, y es el líder de los Estados Unidos
durante la historia representada en Daniel 11:44 y 45. Stephen Grover Cleveland fue el 22º y 24º presidente de
los Estados Unidos, el único presidente en la historia de Estados Unidos que sirvió dos períodos no
consecutivos en el cargo. Este hecho identifica a Trump como la cuadragésima cuarta persona que ha sido
presidente y al mismo tiempo la cuadragésima quinta administración presidencial.
Jesús permite, en su providencia, que las naciones se levanten, y selecciona a los que gobernarán sobre
ellas. Estados Unidos, como el sexto reino de la profecía bíblica, se rige por la Palabra profética de Dios. Esa
Palabra nos señala el comienzo de esa nación para revelarnos cuál será su fin. Como el último presidente de los
Estados Unidos, Donald Trump ha sido representado por el primer presidente de Estados Unidos.
Hasta Donald Trump, George Washington había sido el presidente más rico de la historia; hizo su
riqueza a través de los bienes raíces, y le tomó el período más largo para confirmar su gabinete. Todos estos
hechos se repiten proféticamente en la presidencia de Donald Trump. Sin embargo, hay veces en que la profecía
produce una característica al principio que se repetirá al final, pero el cumplimiento de la repetición se invierte.
Un ejemplo de esto se puede encontrar en la línea de la profecía que ya hemos discutido con respecto a
Elías. Jesús identificó a Juan el Bautista como el cumplimiento del Elías que vendría antes del gran y terrible
día del Señor, y, tanto Elías como Juan, tuvieron un enfrentamiento con un triple enemigo. Con Elías, esos tres
enemigos eran el rey Acab, su corrupta esposa Jezabel, y los dos representantes de Jezabel, los profetas de Baal
y los sacerdotes del bosque. Juan se enfrentó a Herodes, la autoridad civil paralela al rey Acab, la esposa
corrupta de Herodes, Herodías, había sido representada por Jezabel, y la hija de Herodías, Salomé, engañó a
Herodes a través de su danza, haciendo así un paralelismo con el intento de los profetas de Baal de engañar al
antiguo Israel mientras danzaba alrededor de su ofrenda en el Monte Carmelo.
Son las mismas historias, pero con algunas características opuestas. Jezabel quería arrestar a Elías y
matarlo, pero nunca lo logró. Herodías quería arrestar a Juan y matarlo, y sí lo logró. Son los mismos
marcadores proféticos, pero se expresan de forma opuesta. Hay una leyenda sobre el primer presidente que
afirma que nunca pudo decir una mentira. Fue universalmente amado y respetado en su época, así que, incluso
si esa historia fuese una leyenda inventada, George Washington es conocido como un hombre honesto.
Como cabeza de los Estados Unidos, las características de la cabeza y de la nación pueden ser
intercambiables. En las profecías bíblicas, Estados Unidos está marcado como una nación que cambia,
comienza como un cordero –que también es un símbolo de Cristo– y termina por hablar como un dragón –que
también es un símbolo de Satanás. Los dos cuernos que representan la fuerza de los Estados Unidos en su
comienzo cambian de republicanismo y protestantismo a democracia y protestantismo apóstata. Una vez que el
Protestantismo dejó de protestar contra Roma, cambió a Protestantismo apóstata.
En los últimos versículos de Apocalipsis 13, los puntos fuertes de los Estados Unidos ya no son el
republicanismo y el protestantismo, sino el poderío económico y militar. Esto se representa cuando los Estados
Unidos obligan al mundo a recibir la marca de autoridad del catolicismo. Lo hacen bajo la amenaza de
sanciones