1999 CUEVA Agustín El desarrollo del capitalismo en AL

download 1999 CUEVA Agustín El desarrollo del capitalismo en AL

of 12

Transcript of 1999 CUEVA Agustín El desarrollo del capitalismo en AL

  • 7/30/2019 1999 CUEVA Agustn El desarrollo del capitalismo en AL

    1/12

    CUEVA, Agustn. El desarrollo del capitalismo en Amrica Latina. Mxico: SigloXXI Editores, 1999 (17. edicin), pp. 79-100.

    Captulo 5. El desarrollo oligrquico dependiente del capitalismo

    Con la realizacin de la acumulacin originaria se inicia en Amrica Latina uncomplejo proceso de transicin a travs del cual el modo de produccin capitalista vasupeditando a las formas productivas anteriores e imponiendo su legalidad en lasformas sociales correspondientes, pero sin dejar de estar, a su vez, sobredeterminado

    por las condiciones histrico-concretas en que tiene lugar su desarrollo. Estascondiciones, a las que ya nos referimos brevemente en el captulo anterior, estnconstituidas en lo esencial por dos hechos: el de que el capitalismo no se implanteaqu mediante una revolucin democrtico-burguesa que destruya de manera radicallos cimientos del antiguo orden, y el de que nazca y se desarrolle subordinado a lafase imperialista del capitalismo. Los dos hechos guardan estrecha relacin entre s yse determinan mutuamente.

    Recordemos en primer lugar que en el sector agrario, que junto con el mineroconstituye el principal polo de desarrollo del capitalismo latinoamericano, latransicin se realiza de manera bastante similar a la que Lenin calific de va junkery que nosotros denominaremos va reaccionaria u oligrquica. En su libro Eldesarrollo del capitalismo en Rusia Lenin plantea este problema en los siguientestrminos:

    O bien la antigua economa terrateniente, ligada por millares de lazos con el derecho deserviumbre, se conserva, trasformndose lentamente en una economa puramente capitalista,de tipo junker. En este la base del trnsito definitivo del sistema de pago en trabajo alcapitalista es la trasformacininterna de la economa terrateniente basada en la servidumbre;

    y todo el rgimen agrario del Estado, al trasformarse en capitalista, conserva an por muchotiempo los rasgos de la servidumbre. O bien la revolucin rompe la antigua economaterrateniente, destruyendo todos los restos de la servidumbre y, ante todo, la gran propiedadterrateniente ... Con otras palabras: o bien la conservacin de la masa principal de lapropiedad de los terratenientes y de los principales pilares de la vieja superestructura; deaqu el papel preponderante del burgus liberal-monrquico y del terrateniente, el rpido pasoa su lado de los campesinos acomodados, la degradacin de la masa de campesinos que noslo es expropiada en enorme escala, sino que, adems, es esclavizada por los distintossistemas de rescate propuestos por los kadetes y oprimida y embrutecida por el dominio dela reaccin ... O bien la destruccin de la propiedad de los terratenientes y de todos los pilaresprincipales de la vieja superestructura correspondiente ...1

    El propio Lenin advierte que hay en esto cuestiones muy peculiares y complicadasque resolver, puesto que son posibles las ms variadas combinaciones de loselemientos de tal o cual tipo de evolucin capitalista; observacin perfectamentevlida para el caso de Amrica Latina, en donde la misma acumulacin originariareviste particularidades como las ya analizadas. Sin embargo, parece claro que en eldesarrollo de nuestro capitalismo agrario existe una especie de unidad en la diversidaddada por el hecho de que este desarrollo ocurre -salvo en contados puntos deexcepcin- de acuerdo con una modalidad que lejos de abolir el latifundio tradicionallo conserva como eje de toda la evolucin. Jos Carlos Maritegui seal, hace yacasi medio siglo, que en el Per, contra el sentido de la emancipacin republicana, se

    ha encargado al espritu del feudo -anttesis y negacin del espritu del burgo- lacreacin de una economa capitalista2. Roger Bartra, por su parte, sostiene que toda

  • 7/30/2019 1999 CUEVA Agustn El desarrollo del capitalismo en AL

    2/12

    la primera etapa de desarrollo del capitalismo agrario mexicano se hizo por un caminoque puede identificarse como la va junker en su versin porfiriana 3. En otras situa-ciones nacionales la incorporacin de elementos de semiesclavitud o semiservidumbrees de tal magnitud, que hasta ha dado pbulo para que el mismo punto de arranque delmodo de produccin capitalista sea percibido como una especie de retorno a los

    peores rigores del rgimen colonial. Este retorno no es tal sino en apariencia, peroel mantenimiento y hasta la recreacin de formas semiesclavistas o semiserviles a lolargo del proceso es un hecho muy real, que por s solo est definiendo una modalidadespecfica de desarrollo. Wheelock escribe que en Nicaragua:

    Al plantador capitalista le fue ventajoso conservar para su empresa aquellos atributos de lasrelaciones precapitalistas que le representaban una mayor extraccin de ganancia. Dividi eltrabajo, introdujo su organizacin empresarial, pero conserv las formas de vinculacincolonial no sujetas ni a salariado ni a regulacin de la jornada de trabajo. En el agro nica-ragense precisamente, est bastante generalizado el rgimen de salariado aparente omarginal caracterizado por el hecho de que el trabajo no origina pagos en dinero, o cuando

    ms, una parte en dinero y otra parte en efectos u otras gracias- alimentos, uso dehabitacin, asentamiento en parcelas, suministro de artculos de primera necesidad yherramientas, etc. Este cambio de especies por trabajo puede aparecer superficialmente comouna relacin de tipo feudal o semifeudal, pero en realidad, tanto por la estructura social enla que se inscribe, como por el destino de la produccin a la que valora con el trabajo, no esotra cosa que la envoltura de una explotacin capitalista desvergonzada4.

    Nos encontramos con seguridad ante un caso de explotacin capitalista, pero resultadudoso que todo el tejido social en que ella tiene lugar pueda ser reducido a lacondicin de simple envoltura, que cuando ms configurara una situacin dedesvergiienza. Refirindose al terrateniente que trasforma a sus trabajadores enasalariados y produce con vistas a la ganancia y no al ingreso, Marx insiste en que nose trata de un cambio nicamente formal:

    Que la forma que percibe su renta se modifique, o la forma en que se paga al trabajador, no espor cierto una diferencia formal, sino que supone un trastrocamiento total del modo, mismode produccin (de la agricultura) tiene, pues, supuestos que se basan en determinadodesarrollo de la industria, del comercio y de la ciencia, en suma, de las fuerzas productivas...la produccin fundada en el capital y el trabajo asalariado no slo es formalmente distinta deotros modos de produccin, sino que presupone igualmente una revolucin total y eldesarrollo de la produccin material5.

    Ahora bien, la peculiaridad de una va de desarrollo cargada de envolturas como las

    mencionadas consiste en que no efecta ese trastorno completo del modo deproduccin del que habla Marx, o sea que no realiza una trasformacin radical de lasrelaciones hombre-naturaleza mediante la introduccin de conocimientos, tcnicas einstrumentos verdaderamente modernos, sino que ms bien asienta su evolucin en unredoblamiento de la explotacin de los productores directos. El solo hechode que el

    punto de gravitacin de esta evolucin est constituido por la extraccin de plusvalorabsoluto basta para poner de manifesto su carcter reaccionario:

    Marx insiste reiteradamente en que el factor especficamente progresista, que distingue demanera decisiva a la produccin capitalista de formas de explotacin anteriores, es ante todola plusvalfa relativa. La explotacin voraz basada en el alargamiento de la jorada de trabajo es

    de otro modo la misma en el fabricante capitalista que en el boyardo feudal6.

  • 7/30/2019 1999 CUEVA Agustn El desarrollo del capitalismo en AL

    3/12

    La va oligrquica seguida por nuestro capitalismo no conduce desde luego a unestancamiento total de las fuerzas productivas, pero s es una de las causas principalesde su desarrollo lento y lleno de tortuosidades, mayor en extensin que en

    profundidad. Resulta claro, por lo dems, que en Amrica Latina el ritmo de estedesarrollo vara en razn inversa del grado de hibridez de las relaciones sociales de

    produccin. All donde los elementos semiesclavistas o semifeudales siguenenvolviendo por largo tiempo el movimiento del capitalisino, las fuerzas

    productivas se desarrollan de manera en extremo morosa y desigual; en las reas enque el trabajo libre seimpone como regla, ese desarrollo es incomparablemente msacelerado y homogneo. Un ejemplo de la primera situacin podemos encontrar en lahacienda porfiriana tpica7, mientras que la segunda situacin pudiera ilustrarse con laestancia rioplatense, donde las fuerzas productivas se desarrollan con bastanteceleridad hasta el lmite permitido, por la estructura latifundiaria de la propiedad8.

    Y hemos subrayado este lmite para dejar en claro que aun en el rea del Ro de laPlata, donde los elementos precapitalistas slo tienen una incidencia marginal, el

    capitalismo tampoco se desarrolla desde abajo, por una va que pudiera calificarsede farmer, sino sobre la base de las enormes estancias. Por esto, autores comoRodney Arismendi9 y Julio Godio10 hablan del prusianismo capitalista agrario deUruguay y Argentina, a la vez que Sunkel y Paz llaman la atencin sobre el contrasteentre esta va y la farmer propiamente dicha:

    Advirtase aqu una diferencia interesante con respecto de economas como la australiana,neozelandesa, norteamericana y canadiense, donde por diversos procedimientos ladisponibilidad de tierras para el colono agrcola potencial se mantuvo en expansin durantetodo el perodo. En otras palabras, mientras en Argentina y Uruguay el inmigrante queaspiraba a la propiedad de la tierra no tena otra alternativa que trabajar como asalariado o

    arrendatario en haciendas ya establecidas, en las otras economas citadas existi una fronteraagrcola en expansin y el Estado foment el establecimiento de los colonos...11

    Y el carcter reaccionario de la va seguida por el capitalismo latinoamericano no seexpresa nicamente por los obstculos directamente impuestos al desarrollo de lasfuerzas productivas, mas tambin por los efectos producidos en la estructura social.Entre stos merece destacarse, en primer trmino, el de la rmora en la constitucin deun proletariado moderno. Como observ lcidamente Maritegui:

    ... si la disolucin y expropiacin de [la comunidad campesina, AC] hubiese sido decretada yrealizada por un capitalismo en vigoroso y autnomo crecimiento, habra aparecido como una

    imposicin del progreso econmico. El indio entonces habra pasado de un rgimen mixto decomunismo y servidumbre a un rgimen de salario libre. Este cambio lo habra des-naturalizado un poco; pero lo habra puesto en grado de organizarse y emanciparse comoclase, por la va de los dems proletarios del mundo. En tanto, la expropiacin y absorcingraduales de la comunidad por el latifundismo, de un lado lo hunda ms en la servidumbrey de otro destrua la institucin econmica y jurdica que salvaguardaba en parte el espritu yla materia de su antigua civilizacin12.

    A su debido tiempo analizaremos con detenimiento este problema, de vitalimportancia para la comprensin del especfico carcter asumido por la lucha declases en Amrica Latina. Observemos entre tanto que en el otro extremo de la

    estructura social el desarrollo reaccionario del capitalismo produce un fenmenocorrelativo del anterior, es decir, una rmora en la conformacin de una burguesa

  • 7/30/2019 1999 CUEVA Agustn El desarrollo del capitalismo en AL

    4/12

    realmente moderna. La burguesa nace aqu confundida y entrelazada en su origen ysu estructura con la aristocracia terrateniente, y este hecho no deja de repercutir a suturno sobre el desarrollo econmico, aunque slo fuese porque en este casoel capitalista, o mejor el propietario, criollo, tiene el concepto de la renta antes que elde la produccin13. Samir Amin seala, a este propsito, un significativo contraste

    entre el comportamiento econmico de la burguesa de los pases centrales y elcomportamiento de la clase dominante de las naciones perifricas:

    Lo que ocurre es que en las formaciones del capitalismo central, los ingresos dominantes sonlos beneficios capitalistas, mientras que, en la del capitalismo perifrico, suele ser la renta delpropietario de la tierra, clase dominante beneficiaria de la integracin al mercadointernacional. En una economa capitalista, los beneficios constituyen la renta elstica queresponde ms a las variaciones de la coyuntura. Los beneficios excepcionales realizados enperodos prsperos son a su vez invertidos... En una economa agraria integrada en el mercadointernacional, no ocurre lo mismo. Las rentas de los propietarios terratenientes, que se elevanen la fase de prosperidad, no se invierten sino que se gastan (y en gran parte en bienes deimportacin)14.

    Por nuestra parte quisiramos recordar que incluso la oligarqua terratenienteargentina, protagonista del primer milagro liatinoamericano, no tard en convertirseen un serio obstculo para el desarrollo de su pas tan pronto como el modeloagroexportador fue afectado por la crisis de 1929. Aldo Ferrer lo dice con todaclaridad:

    La gravitacin de este grupo no lleg a impedir el desarrollo del pas en la etapa de laeconoma primaria exportadora, dada la decisiva influencia de la expansin de la demandaexterna y la posibilidad de seguir incorporando tierras de la zona pampeana a la produccin.Sin embargo, despus de 1930, cuando las nuevas condiciones del desarrollo exigan unatrasforrnacin radical de su estructura econmica, la permanente gravitacin del pensamientoeconmico y la accin poltica de ese grupo constituy uno de los obstculos bsicos aldesarrollo nacional15.

    La despiadada explotacin que en la mayor parte de los casos ejercen los junkerslocales sobre el productor directo plantea adems otro problema para el desarrolloeconmico, al imponer rgidos lmites a la expansin del mercado interno. Porsupuesto sera errneo afirmar que tal mercado no llega a configurarse durante el

    perodo denominado oligrquico; como observa Gutelman con respecto al procesomexicano:

    ... Al contrario de lo que indican las apariencias y de lo que se afirma con demasiadafrecuencia, el porfirismo estimul la formacin de un mercado interno que permita alcapitalismo adquirir impulso. Es verdad que el nivel de vida de la mayor parte de la poblacinmexicana, y muy especialmente del campesinado, era bajsimo. Hasta se puede afirmar,basndose en las cifras de la produccin agraria destinada al consumo interno, que el nivel devida descendi fuertemente en trminos reales con relacin al perodo inmediatamenteanterior. Sin embargo, estas cifras slo en apariencia contradicen la hiptesis del desarrollodel mercado interno. En efecto, la amplitud de este ltimo no es funcin de la demandapotencial de productos ni del volumen real del consumo sino de la demanda expresadamonetariamente. Ahora bien, aunque el nivel de consumo global del campo mexicano tenda adisminuir fuertemente durante la poca porfiriana, la parte de su consumo individual que se

    expresaba por una demanda monetaria tenda a su vez a crecer paralelamente al proceso deproletarizacn, es decir, paralelamente al aumento del nmero de asalariados. Es la moneta-

  • 7/30/2019 1999 CUEVA Agustn El desarrollo del capitalismo en AL

    5/12

    rizacin de una parte creciente del consumo (aunque ste disminuyera en volumen absoluto)lo que permiti la formacin del mercado interno mexicano. Tambin es ste el nicofenmeno que, como es natural, interesa al capitalista en la fase de acumulacin primitivacapitalista16.

    Reflexin absolutamente pertinente, pero que no hace ms que recordarnos que elproceso de acumulacin originaria es al mismo tiempo un proceso de creacin delmercado interno. Admitido este hecho, sin el cual simplemente no habra capitalismo,quedan por examinar el grado de extensin y profundidad de ese mercado as comosus posibilidades reales de expansin. En este sentido parecen claras las limitacionesimpuestas por la va reaccionaria de desarrollo, que en muchos casos se basa nosolamente en el alargamiento de la jornada de trabajo sino tambin en la

    pauperizacin absoluta del productor directo.

    El propio ejemplo del Mxico porfiriano es bastante ilustrativo al respecto: en 1886el trabajo del pen agrcola expresado en trigo vale aqu quince veces menos que el

    del trabajador estadunidense, expresado en maz doce veces menos y en telas pararopa diecinueve veces menos17,y este salario real, de por s tan reducido, no hace msque disminuir:

    Para la poca porfrista -afirma Juan Felipe Leal- se cuenta con evidencias slidas, de acuerdocon las cuales los salarios reales bajaron aproximadamente una cuarta parte, entre 1898 y1911. Slo los trabajadores de la industria minera parecen haberse salvado de esa reduccin,que fue particularmente severa en la agricultura18.

    Es posible que esta situacin no sea generalizable a toda Amrica Latina; Argentina yUruguay constituyen desde luego una excepcin, como seguramente lo es el rea

    central del Brasil; pero en este mismo pas existen situaciones como la del Nordeste,donde el ingreso percpita disminuye a un ritmo anual de 0,6% entre 1872 y 1900 , ola de Baha, donde su crecimiento es nulo durante este lapso 19, hechos que sin lamenor duda se trudujeron por una pauperizacin absoluta de los productores directos.De Colombia sabemos que el poder de compra representado por un ao de trabajodisminuy drsticamente durante la segunda mitad del siglo XIX20; y lasinvestigaciones realizadas por Luis Emilio Recabarren demuestran de manerafehaciente que los salarios reales de los trabajadores chilenos sufrieron una severareduccin en el perodo 1870-191021.

    Esto no impidi que durante la fase oligrquica se produjese una acumulacin de

    capital bastante acelerada, basada justamente en la depauperacin creciente de lasmasas; pero s determin una restriccin del mercado interior cuyos efectos se haransentir a mediano y largo plazo.

    Y hay un problema ms, que tiene ya que ver directamente con la articulacin entrelas economas latinoamericanas y el capitalismo imperial: es el hecho de que buena

    parte de nuestro mercado interior no era ms una prolongacin del mercadometropolitano. Esto es notorio sobre todo en las situaciones de enclave, donde lossalarios podan ser incluso ms elevados que en el resto de la economa (que en estoscasos es predominantemente precapitalista), pero sin que ello signfique la creacin deun verdadero mercado nacional. El ejemplo de Centroamrica es tpico en este

    sentido. Aqu:

  • 7/30/2019 1999 CUEVA Agustn El desarrollo del capitalismo en AL

    6/12

    Los salarios de los obreros bananeros son, normalmente, mayores en un cien a trescientos porciento en relacin al resto del pas. El problema es que el consumo se canaliza a travs de lasllamadas tiendas de raya o comisariatos, empresas comerciales del enclave que venden alpor menor artculos y manufacturas importadas y generalmente a precios favorables (portratarse de artculos cuya importacin no paga impuestos). El funcionamiento de loscomisariatos asla de la economia de mercado local al sector laboral mejor remunerado delpas, y aleja toda posibilidad de vincular la potencialidad consumidora del obrero agrcola dela plantacin con el mercado nacional, necesitado de una demanda capaz de inyectarledinamismo22.

    Y las bananeras centroamericanas no constituyen un caso de excepcin. A ttuloilustrativo resulta interesante trascribir la reconstruccin que hace Maren de loocurrido en la zona azucarera de Per -y aun ms all- desde el momento en que lacompaa Gildemeister, propietaria, entre otras cosas, de la plantacin de CasaGrande, consigue la autorizacin para construir su propio puerto:

    Tan pronto estuvieron listas las instalaciones, la compaa comenz a importar directamentede Alemania gran volumen de mercaderas para venderlas en el recientemente creado bazargeneral de la hacienda, que reemplaz a los tambos de los enganchadores. Estos artculosrpidamente se pusieron en venta a los trabajadores de Casa Grande a preciosconsiderablemente ms bajos de los que exhiban los artculos equivalentes en las tiendasminoristas de la regin. En definitiva, los precios ms bajos eran posibles porque CasaGrande poda valerse de ventajas comerciales y de su condicin de corporacin con unalcance que trascenda los lmites del territorio peruano. Por lo tanto, la compaa tena a sudisposicin ilimitadas facilidades de crdito, acceso directo a los mercados mayoritariosalemanes donde realizaba importaciones en gran volumen, una red de trasporte propia ytambin el privilegio de no pagar un impuesto municipal, todo lo cual estaba fuera de lasposibilidades de los comerciantes locales. Sin embargo, Casa Grande no se limit segn los

    trminos de la concesin, a venderle slo a los empleados de la hacienda, sino que abri suspuertas a todos los consumidores de la regin. Poco despus la poblacin de los alrededores,as como los comerciantes de los pueblos de la sierra estaban enterados de las gangas que sepodan conseguir en el bazar, al que acudieron multitudes y que a fines de 1918 era ya unnegocio muy prspero23.

    Si con el predominio de la va junker el desarrollo del capitalismo latinoamericanoadquiere ya un carcter reaccionario, con la intervencin del capital monoplico talcarcter no hace ms que consolidarse. En el ejemplo que acabamos de ver lacompaa Gildemeister realiza un extraordinario affair, ya que de una parte abarataan ms el valor de la fuerza de trabajo empleada por ella, y de otra obtiene unasuperganancia en las transacciones comerciales con los afuerinos; pero todo ello acosta del estrangulamiento del mercado interior propiamente peruano, o sea,restringiendo en grado sumo las posibilidades de industrializacin de este pas.

    Se trata desde luego de uno de esos casos extremos que una articulacin peculiar deelementos internos y externos permite que se configure una verdadera situacin deenclave; mas no por ello deja de ilustrar una tendenciainherente a nuestra insercinen la economa capitalista mundial. Situaciones de este tipo se apoyan en condicionesde privilegio, incluso poltico, como las sealadas por Klaren, pero tienen un fun-damento econmico ms general y profundo que constituye la matriz misma delintercambio desigual:

  • 7/30/2019 1999 CUEVA Agustn El desarrollo del capitalismo en AL

    7/12

    Los capitales invertidos en el comercio exterior pueden arrojar una tasa de ganancia superiorporque, en primer lugar, en este caso se compite con mercancas producidas por otros pasescon menores facilidades de produccin, de modo que el pas ms avanzado vende susmercancas por encima de su valor, aunque ms baratas que los pases competidores. En lamedida en que aqu el trabajo del pas ms adelantado se valoriza como trabajo de mayor pesoespecfico, aumenta la tasa de ganancia al venderse como cualitativamente superior el trabajoque no ha sido pagado como tal. La misma relacin puede tener lugar con respecto al pas alcual se le envan mercancas y del cual se traen mercancas; a saber, que dicho pas d mayorcantidad de trabajo objetivado innatura [en especie] que el que recibe, y que de esa manera,no obstante, obtenga la mercanca ms barata de lo que l mismo podra producirla24.

    Es verdad que lo caracterstico de la etapa imperialista es la exportacin de capitales yno la de mercancas, mas una cosa no excluye a la otra; baste recordar que elcomercio mundial, que entre 1840 y 1880 creci a una tasa anual promedio de 3,3 %,en la fase siguiente, de 1880 a 1913, lo hizo a una tasa de 14%, al mismo tiempo enque se producan las exportaciones ya masivas de capital 25. Y es que el enormedesarrollo de las fuerzas productivas que acompaa a la fase imperialista termina porderribar las ltimas barreras proteccionistas naturales representadas por la insufi-ciencia de las vas de comunicacin y los costos relativamente elevados del trasporte,y al hacerlo sienta una de las premisas necesarias para la consolidacin de la divisininternacional del trabajo en su mximo rigor.

    Aun en los casos en que el capital extranjero no intervena directamente en laproduccin (caso del desarrollo ecuatoriano por ejemplo) una alta especializacin seimpuso en virtud de las ventajas comparativas que ella ofreca a los junkers ygrandes comerciantes locales, que como es obvio actuaban movidos por el afn delucro y no con miras a desarrollar sin grandes desequilibrios su pas. Ahora bien, tal

    especializacin no slo involucraba un intercambio desigual (entrega de ms trabajomaterializado del que se recibe a cambio), sino que adems determinaba una deforma-cin muy grande del aparato productivo local.

    En efecto, el modelo de desarrollo volcado hada el exterior que sigue el capitalismolatinoamericano en su conjunto supone una estructura interna de gran desequilibrioentre las diferentes ramas de la produccin, con una hipertrofia de las actividades

    primario-exportadoras y una correlativa atrofia de las actividades destinadas alconsumo interno. En el lmite esto puede traducirse por la conversin de pasesenteros en una suerte de inmensa plantacin, dando origen a economas dedeformacin mxima como la cubana; pero aun cuando las cosas no llegan a ese

    extremo y el capitalismo evoluciona de manera ms diversificada, la deformacin es amenudo tan grande que ni siquiera se logra desarrollar, junto a la agricultura deexportacin, una agricultura de consumo interno capaz de abastecer las necesidadesde alimentacin de la poblacin local. En estos casos no se trata ya del simple atrasode la agricultura tradicional, como en la fase precedente, sino de verdaderasdistorsiones, tpicas de la estructura que hoy denominamos subdesarrollada. EnMxico, por ejemplo, al tiempo que se incrementaba notablemente la produccin dealgodn, cacao, caa de azcar, tabaco, henequn, vainilla, etc., la produccin de fri-

    joles, maz y trigo declinaba de un ndice 100 en 1877 a ndices de 79, 78 y 87,respectivamente, en 190726; y entre 1903 y 1912 se tenan que realizar importacionesde alimentos por un valor de 121 millones de pesos27.

  • 7/30/2019 1999 CUEVA Agustn El desarrollo del capitalismo en AL

    8/12

    El mismo desarrollo industrial, all donde llega a adquirir relevancia, refleja de una uotra manera las distorsiones inherentes a este tipo de desarrollo. En el Mxico

    porfiriano ello se traduce por un neto rezago de la industria con respecto a laproduccin primario-exportadora. As, mientras la actividad agropecuaria de ex-portacin crece a un ritmo anual de 14,6% entre 1877 y 1883 y a un ritmo de 5,7%

    entre 1887 y 1910, y la minera se expande al ritmo de 4,7% entre 1895 y 1910, laindustria de trasformacin slo alcanza una tasa anual de crecimiento del 3% entre1877 y 1910. Adems, la mayor parte de la expansin industrial se realiza siguiendoun patrn tradicional, a base de pequeas unidades fabriles de baja eficiencia, o biendesarrollando ramas complementarias de la actividad agroexportadora. En 1906, porejemplo, estaban en operacin 6.338 industrias de las que tres cuartas partes eran dealimentos28.

    En la propia Argentina, que fue el pas que mayor desarrollo industrial alcanzdurante el perodo oligrquico, el modelo agroexportador no dej de ocasionarserias distorsiones. Aldo Ferrer afirma que entre 1900 y 1930:

    La industria nacional satisfaca slo aquella parte de la demanda interna representada por losartculos de consumo de menor grado de elaboracin o por bienes de capital cuya produccin,corno la industria de materiales de construccin, est fuertemente atrada en su localizacinpor el mercado. La industria de trasformacin de productos agropecuarios para la exportacin,como los frigorficos, ocupaba tambin un lugar importante dentro del sector manufacturero29.

    Esta estructura de la industria argentina -de la que Ferrer ofrece una imagen un tantoesttica- no impedir que se realice un proceso de sustitucin de importaciones de

    bienes de consumo bastante precoz, puesto que en el quinquenio 1925-29 se produceya localmente cerca del 90% de tales bienes30. Pero el mismo hecho de que la

    industrializacin de un pas se enrumbe por la va de la sustitucin de este tipo deimportacionessin desarrollar un sector productor de bienes de produccin, implicaya una grave deformacin del aparato productivo interno.

    En todo caso, no cabe duda de que en el modelo de desarrollo del capitalismo quevenimos examinando toda la acumulacin gravita en torno de la actividad

    primario-exportadora, de suerte que aun el desarrollo industrial depende de losvaivenes y altibajos de sta, que a su vez depende del movimiento general del ca-

    pitalismo imperial. En este sentido resulta interesante constatar cmo los mismosautores que caen en la ilusin de suponer que su pas ha avanzado por el camino de laindustrializacin gracias a un coyuntural aflojamiento de la dependencia terminan

    por consignar datos que prueban exactamente lo contrario. Caio Prado, por ejemplo,afirma:

    La Gran Guerra de 1914-18 dar gran impulso a la industria brasilea. No solamente laimportacin de los pases beligerantes, que eran nuestros habituales abastecedores demanufacturas declina y aun se interrumpe en muchos casos, sino que la fuerte cada delcambio reduce tambin considerablemente la competencia extranjera31.

    Uno tiene pues la impresin de que la industria de Brasil se desarrolla en este casoautnomamente, desligada del modelo agroexportador; slo que, al analizar los

    progresos realizados entre 1907 y 1920, el mismo Prado explica:

  • 7/30/2019 1999 CUEVA Agustn El desarrollo del capitalismo en AL

    9/12

    En cuanto al carcter de esta industria censada en 1920 ella se conserva ms o menos idnticaa la de 1907, en lo que respecta a su dispersin cuanto a la distribucin porcentual de laproduccin. La modificacin ms sensible era el traslado de las industrias de alimentacin alprimer lugar, que pasan del 26,7% de la produccin de 1907, al 40,2% en 1920. Esto se debea la aparicin de una nueva industria que tomar durante la guerra grandes proporciones: lacongelacin de carnes. La estimular el consumo creciente de los pases beligerantes y laexportacin brasilea de carnes, nula antes del conflicto, sube, en 1918, a 60.509 toneladasanuales32.

    En lo dems, el desarrollo industrial de Brasil no parece haber sido del todohalageo en aquel lapso: el consumo de cemento, por ejemplo, disminuye de 465 miltoneladas en 1913 a 51 mil en 1918; el de laminados de acero, de 251 mil toneladas en1913 a 44 mil en 1918, a la vez que la importacin de bienes de capital para laindustria decae en cerca de un 80% entre las mismas fechas33.

    En fin, no podemos olvidar la magnitud y funcin de las inversiones de capital

    monoplico en este perodo. Las de origen britnico alcanzan, en 1913, la enormesuma de 5 mil millones de dlares, y las norteamericanas sobrepasan en 1914 los1.600 millones, para ms que duplicarse en los 15 aos siguientes (3.645 millonesdedlares en 1929). Si las primeras se ubican principalmente en el sector de lostransportes (46% del total de empresas ferrocarrileras) y en la especulacin financiera(31% en bonos del estado) y slo en tercer trmino en actividades directamente

    productivas como la minera y algunas industrias de trasformacin (que junto con lasinversiones en servicios pblicos totalizan el 20%); las segundas, en cambio, seinstalan desde un comienzo en puntos claves de la produccin: en 1914 el 60% de lasinversiones norteamericanas est situado en los rubros de agricultura, minas yfundicin y petrleo. Puede decirse, en todo caso, que ya en el perodo 1880-1914 el

    capital imperialista controla los puntos nodales de la economa moderna de AmricaLatina: ferrocarriles, minas, frigorficos, silos de cereales, ingenios de azcar,plantaciones y aparato financiero;y que ese control no hace ms que consolidarse conla supremaca que el capital estadounidense adquiere en los tres lustros siguientes,especialmente en el rea del Caribe (Cuba y Venezuela sobre todo), Centroamrica yMxico, adems de Chile en el extremo sur34.

    Ahora bien, esta presencia del capital imperialista en nuestro desarrollo implica por lomenos tres efectos negativos. El primero y ms obvio consiste en ladesnacionalizacin de la economa latinoamericana, con todas las derivaciones,incluso polticas, que ello supone. El segundo radica en el hecho de que tales

    inversiones constituyen un elemento ms de deformacin del aparato productivolocal, puesto que se ubican, como es natural, en puntos estratgicos para el desarrollode las economas metropolitanas y no en los que ms interesaran para un desarrollorelativamente cohesionado de los pases anfitriones. Y el tercero, en que tales inver-siones son el vehculo ms expedito para la succin de excedente econmico. Elcapital imperialista fluye hacia Amrica Latina atrado por la posibilidad de obtenersuperganancias en reas donde, como lo sealara Lenin, los capitales son escasos, el

    precio de la tierra relativamente poco considerable, los salarios bajos, las materiasprimas baratas35; e incluso en aquellas situaciones en que aparece pagando salariosms altos que los del resto del pas impone tasas de explotacin sumamente elevadas,con seguridad mayores que en los otrossectores de la economa nacional, dados los

    correspondientes niveles de productividad del trabajo. Aqu como en el caso de laventa de mercancas importadas ms baratas que las locales, el capital monoplico

  • 7/30/2019 1999 CUEVA Agustn El desarrollo del capitalismo en AL

    10/12

    obtiene sustanciosas superganancias que, al ser repatriadas, no hacen ms queperpetuar la inicial escasez de capital local.

    Esto no significa, sin embargo, que tales inversiones hayan frenado el desarrollo delcapitalismo y que Lenin estuviese en el error al suponer que ms bien lo aceleraran36.

    Aun en los casos de dominacin ms omnmoda de un pas por el capital monoplico,como podra ser el caso de Cuba, resulta claro que la presencia de ste no puedesignificar otra cosa que una expansin del modo de produccin capitalista37,por msque tal expansin se realice en condiciones y con una forma particulares, que son

    precisamente las que hemos tratado de destacar aqu, aunque de manera todavaincompleta.

    De todos modos no cabe olvidar que el desarrollo del capitalismo no es otra cosa queel desarrollo de sus contradicciones especficas, es decir, de un conjunto dedesigualdadespresentes en todos los niveles de la estructura social. En este sentido,su modalidad de desarrollo en Amrica Latina no constituye propiamente una in-

    fraccin de la regla, sino ms bien una realizacin extremista de la misma. Eldesarrollo desigual adquiere por eso aqu el carcter de una verdadera deformacin,a la vez que la explotacin y la consiguiente pauperizacin de las masas toman elcariz de una superexplotacin, sobredeterminados por un contexto del que podradecirse, parafraseando a Marx, que no slo padece los males que entraa el desarrollodel modo de produccin capitalista, mas tambin los que supone su falta dedesarrollo, y donde adems de las miserias ms modernas nos agobia toda una seriede miserias heredadas38.

    Con lo cual quisiramos afirmar la idea de que el subdesarrollo latinoamericano slose torna comprensible al conceptualizarlo como un proceso de acumulacin muy

    particular de contradicciones que no derivan nicamente de los elementos histricosen que hemos enfatizado en el presente captulo (prusianismo agrario,deformacin del aparato productivo capitalista debido a nuestra integracin en elorden econmico mundial, succin de excedente por el capital monoplico), sinotambin de una heterogeneidad estructural ms amplia, explicable en trminos dearticulacin de modos diversos de produccin, sin cuyo anlisis resulta imposibleentender el propio desarrollo concreto de los elementos estudiados hasta ahora.

    Notas

    1 Op. cit., pp. 12-13.2 7 ensayos..., p. 34.3Estructura agraria y clases sociales en Mxico,Ed. ERA, Mxico, 1974, p. 12.4 Op. cit., p. 72.5 Elementos fundamentales para la crtica de la economa poltica, Mxico,- SigloXXI, 1971, vol. 1, p. 219.6 Georg Luckcs,Ecrits de Moscou,ditions Sociales, Pars, 1974, p. 197,cit. porFrancoise Prus en, Literatura y sociedad en Amrica Latina: el modernismo,Mxico,Siglo XXI, 1976, 113.7 Aqu: ...en la inmensa mayora de los casos los mtodos de explotacin no diferande los de la poca colonial: cultivo extensivo y con la misma semilla ao tras ao;

    arados egipcios, lentas yuntas de bueyes y trabajo barato de peones y aparceros. Porsupuesto que no faltaron algunos hacendados progresistas que procuraron modernizar

  • 7/30/2019 1999 CUEVA Agustn El desarrollo del capitalismo en AL

    11/12

    la explotacin de sus fincas, de conformidad con los adelantos de la tcnica agrcola;mas no fueron numerosos estos casos. Silva Herzog, op. cit., p. 25.8 Sobre este desarrollo y los lmites que le impone la estructura latifundista cf. Ferrer,op. cit., pp. 114-118.9 Problemas de una revolucin continental, Montevideo, Pueblos Unidos, 1962, pp.

    439 ss.10 Historia del movimiento obrero argentino. Inmigrantes asalariados y lucha declases, 1880-1910, Buenos Aires, Tiempo Contemporneo, 1973, pp. 17 ss.11 Op. cit., pp. 323-324.12 Op. cit., pp. 77-78.13 Maritegui, op. cit., p. 34.14 El desarrollo desigual. Ensayo sobre las formaciones sociales del capitalismo

    perifrico, Libros de Confrontacin, Serie Economa, 2, Barcelona, 1974, pp.175-176.15 Op. cit., p. 115.16 Op. cit., pp. 50-51.

    17 Cf. Gutelman, op. cit., p. 45.18La burguesa y el Estado mexicano, Mxico, Ed. El Caballito, 1972, pp. 97-98.19 Cf. Celso Furtado, op. cit., p. 154.20 McGreevey, op. cit., p. 135.21 Cf. Obras, La Habana, Casa de las Amricas, Col. Pensamiento de NuestraAmrica, 1976, pp. 87 ss.22 Edelberto Torres-Rivas, Procesos y estructuras de una sociedad dependiente(Centroamrica), Santiago de Chile, Prensa Latinoamericana, 1969, pp. 117-118.23 Peter Klaren, La formacin de las haciendas azucareras y los orgenes del Apra,Lima, Moncloa-Campodnico Editores Asociados, Col. Per-Problema, 5, 1970, pp.100-101.24El capital,t. III, vol.6, p. 304.25 Cf. Samir Amin, op. cit., p. 166.26 Cf. Gutelman, op. cit., p. 50.27 Cf. Silva Herzog, op. cit., p. 26.28 Cf. Sergio de la Pea, op. cit., pp. 197-215.29 Op. cit., p. 142.30 Cf. Ferrer, op. cit., p. 142, nota 24.31 Caio Prado Junior,Historia econmica del Brasil, Buenos Aires, Ed. Futuro, 1960,

    p. 298.32 Op. cit., misma pgina.

    33 Cf. Annibal Villanova Villela y Wilson Suzigan, Poltica do governo ecrescimento da economa brasileira: 1889-1945, IPEA/INPES,Ro de Janeiro, 1973,p. 437,cuadro nm. XVII.34 Datos tomados de las siguientes fuentes: William P. Glade: TheLatin Americaneconomies. A study of their institutional

    evolution, American Book Van Nostrand Reinhold, Nueva York, 1969, pp. 219 ss.; yUnited Nations:External financing in Latin America,Nueva York, 1965.35 El imperialismo, fase superior del capitalismo, Pekn, Ediciones en LenguasExtranjeras, 1972, p. 77.36 Lenin, como es bien sabido, afirm que la exportacin de capital influye sobre eldesarrollo del capitalismo en los pases en que aqul es invertido, acelerndolo

    extraordinariamente (op. cit., p. 80). Autores como Theotonio Dos Santos lo hanrefutado, a nuestro juicio sin mayor fundamento; cf. por ejemplo su artculo La crisis

  • 7/30/2019 1999 CUEVA Agustn El desarrollo del capitalismo en AL

    12/12

    de la teora del desarrollo y las relaciones de dependencia en Amrica Latina, enHelio Jaguaribe et al.:La dependencia poltico-econmica de Amrica Latina, 6a. ed.,Mxico, Siglo XXI, 1974, p. 176.37 Un anlisis muy preciso del desarrollo econmico de Cuba entre 1900 y 1925, quefue tan acelerado corno deformante, puede verse en Grard Pierre-Charles, Gnesis

    de la revolucin rubana, Mxico, Siglo XXI, 1976, pp, 25ss.38El capital, t. I, vol. 1, p. 7.