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    2.El Socialismodel Buen Vivir

    El Sumak Kawsay fortalece la cohesin social, los valores comunitarios y la participacin activa de individuos y colectividades en las decisiones relevan-tes, para la construccin de su propio destino y felicidad. Se fundamenta en la equidad con respeto a la diversidad, cuya realizacin plena no puede exceder los lmites de los ecosistemas que la han originado. No se trata de volver a un pasado idealizado, sino de encarar los problemas de las sociedades contempor-neas con responsabilidad histrica.

    Debo reconocer mi plena convergencia intelectual con la propuesta del Plan Nacional

    del Buen Vivir, a travs del cual identico muchas preocupaciones y sensibilidades que me

    animan luego de dcadas: la necesidad de vincular las esferas polticas, econmicas,

    sociales, territoriales y tambin de sostenibili-dad, precisamente con el n de desarrollar

    polticas ms integradoras, mejor adaptadas a la realidad de la era moderna.

    Edgar Morn, politlogo y pensador, Multidiversidad Mundo Real.

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    2.El Socialismodel Buen Vivir

    El Sumak Kawsay fortalece la cohesin social, los valores comunitarios y la participacin activa de individuos y colectividades en las decisiones relevan-tes, para la construccin de su propio destino y felicidad. Se fundamenta en la equidad con respeto a la diversidad, cuya realizacin plena no puede exceder los lmites de los ecosistemas que la han originado. No se trata de volver a un pasado idealizado, sino de encarar los problemas de las sociedades contempor-neas con responsabilidad histrica.

    Debo reconocer mi plena convergencia intelectual con la propuesta del Plan Nacional

    del Buen Vivir, a travs del cual identico muchas preocupaciones y sensibilidades que me

    animan luego de dcadas: la necesidad de vincular las esferas polticas, econmicas,

    sociales, territoriales y tambin de sostenibili-dad, precisamente con el n de desarrollar

    polticas ms integradoras, mejor adaptadas a la realidad de la era moderna.

    Edgar Morn, politlogo y pensador, Multidiversidad Mundo Real.

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    VIVIR

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    2. El Socialismo del Buen Vivir

    El Buen Vivir es nuestro horizonte. Ofrece al-ternativas para construir una sociedad ms justa, en la que el centro de la accin pblica sea el ser humano y la vida. Supera los lmites de las visiones convencionales de desarrollo que lo conciben como un proceso lineal, de etapas histricas sucesivas, que reducen el concepto a una nocin exclusiva de creci-miento econmico.

    Desde la posguerra, estas concepciones han conducido las polticas pblicas nacionales y la accin de organismos internacionales y, aunque han generado algunos resultados po-sitivos, tambin han demostrado los lmites estructurales de esta perspectiva del desarro-llo. Entre los logros puede mencionarse que, durante los ltimos 60 aos, casi todos los pases del Sur han alcanzado mejoras signifi-cativas en sus condiciones de vida, as como tambin resultados importantes en crecimien-to y diversificacin econmica (PNUD, 2013). Prevalecen, sin embargo, serias limitaciones, principalmente en tres dimensiones: los po-bres resultados del desarrollo en trminos de equidad social, la deficiente articulacin entre crecimiento econmico y mejoramiento en la calidad de vida, y los lmites estructurales para asegurar la sustentabilidad.

    El primer problema es que los frutos del creci-miento no se han repartido equitativamente; la inequidad social internacional se ha manteni-do y tiende a aumentar. La brecha en los ingre-sos por habitante entre los pases del mundo, excepto China e India, medida a travs del co-eficiente de Gini, ha crecido de 0,51 en 1960 a 0,57 en 2000, para descender levemente a 0,55 en 2009 (Heston, Summers y Aten, 2012).

    La inequidad social entre los hogares del mun-do es ms severa. El 10% ms rico del mundo acaparaba en el ao 2000 ms de la mitad del ingreso mundial (54%), y casi tres cuartas partes (74%) estaban apropiadas por el 20% ms rico. La mitad ms pobre de la poblacin mundial apenas reciba el 8% del ingreso to-tal. El coeficiente de Gini mundial llegaba a 0,68 (Dikhanov, 2005).

    En 2008, el 52% de la poblacin mundial con-tinuaba en condiciones de pobreza, con un in-greso por habitante inferior a los USD 2,5 por da (Banco Mundial, 2013a). Esta alarmante

    privacin, que afecta a ms de la mitad de la poblacin mundial, ocurre a pesar de que el in-greso per cpita mundial, de USD 10 073 PPA1 en 2011, superaba ms de diez veces la lnea de pobreza. Si la distribucin de los ingresos mun-diales fuera razonablemente justa, la pobreza podra eliminarse en el mundo.

    El segundo problema es la falta de asocia cin entre crecimiento econmico y mejora en la ca-lidad de vida. En los pases desarrollados y en buena parte de los pases del Sur, el crecimiento econmico ha beneficiado a un segmento redu-cido de la poblacin, generalmente el 10% ms rico, mientras la calidad de vida, medida por diferentes indicadores de bienestar, casi no ha mejorado en los ltimos cuarenta aos (Stiglitz, 2012). En Estados Unidos, por ejemplo, el ingre-so familiar del 10% ms rico ha ascendido un 61% entre 1983 y 2011, hasta llegar a alcanzar los USD 254 000, mientras para el restante 90% el ingreso ha disminuido 1% en el mismo perodo (Institute for New Economic Thinking, 2013). El ndice de satisfaccin muestra que los pases de mayores ingresos no siempre superan la calidad de vida de varios pases en desarrollo, lo que confirma la dbil asociacin entre satisfaccin con la vida e ingreso por habitante. Costa Rica, por ejemplo, aun siendo un pas en desarrollo, alcanza un ndice de satisfaccin con la vida que supera a Estados Unidos en cuatro veces su ingreso por habitante (PNUD, 2013).

    El tercer problema, y quiz el ms severo, es la falta de sustentabilidad del crecimiento econ-mico alcanzado. Este concepto solamente pue-de concretarse cuando se reconocen los lmites naturales y sociales que condicionan la escala del crecimiento y la redistribucin (Falcon y Vallejo, 2012: 54). Aunque la economa mundial contina creciendo a ritmos superiores o cer-canos al 3% anual, este crecimiento carece de sustentabilidad, ya que la huella ecolgica del planeta super desde 1978 la capacidad natural de soporte de los ecosistemas frente a la activi-dad humana. En varios temas crticos, como el cambio climtico, la prdida de biodiversidad y la eutrofizacin, los ndices actuales supe-ran la capacidad de recuperacin del planeta (Rockstrm et al., 2009). De no tomar correc-tivos sustanciales y urgentes a escala mundial, la civilizacin vivir una crisis ambiental de tal magnitud que pondr en peligro el progreso al-canzado desde la Revolucin Industrial.

    1 Dlar ajustado por la paridad de poder adquisitivo (PPA).

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    La falta de sustentabilidad global del creci-miento econmico y la disparidad en su dis-tribucin social dan cuenta de las limitacio-nes de la sociedad capitalista y de las visiones convencionales de desarrollo. Frente a ello, el Socialismo del Buen Vivir surge como una alternativa que, adems de promover la mejo-ra de la calidad de vida, respeta la diversidad cultural, la capacidad de soporte de los eco-sistemas y los derechos de las generaciones futuras al bienestar.

    2.1. Una idea movilizadora

    El Buen Vivir o Sumak Kawsay es una idea movilizadora que ofrece alternativas a los pro-blemas contemporneos de la humanidad. El Buen Vivir construye sociedades solidarias, co-rresponsables y recprocas que viven en armo-na con la naturaleza, a partir de un cambio en las relaciones de poder.

    El Sumak Kawsay fortalece la cohesin social, los valores comunitarios y la participacin ac-tiva de individuos y colectividades en las de-cisiones relevantes para la construccin de su propio destino y felicidad. Se fundamenta en la equidad con respeto a la diversidad, cuya realizacin plena no puede exceder los lmites de los ecosistemas que la han originado. No se trata de volver a un pasado idealizado, sino de encarar los problemas de las sociedades con-temporneas con responsabilidad histrica. El Buen Vivir no postula el no desarrollo, sino que aporta a una visin distinta de la economa, la poltica, las relaciones sociales y la preserva-cin de la vida en el planeta. El Buen Vivir pro-mueve la bsqueda comunitaria y sustentable de la felicidad colectiva, y una mejora de la ca-lidad de vida a partir de los valores.

    La nocin del Buen Vivir ha estado presente en los pueblos originarios del mundo entero y tambin en la propia civilizacin occidental; su esencia es universal, ha sido una aspiracin constante de la humanidad. El filsofo griego Aristteles consideraba que la vida buena consista en la satisfaccin de las necesidades materiales, en el cultivo de la mente y en la prctica de la virtud. En la sabidura ancestral comn a los pueblos de la Tierra, el calificati-vo bueno de esta aspiracin abarca no solo la definicin de agradable y hermoso, sino la idea tica de lo bueno. Por ejemplo, en el hinduis-mo (Prasad, 2008), una de las religiones ms antiguas del mundo y antecesora directa del

    budismo, hay tres metas para el Buen Vivir: la virtud (mediante la moral), la victoria (a tra-vs del trabajo) y la belleza (por las artes).

    En el Ecuador, el Gobierno de la Revolucin Ciudadana, recogiendo los planteamientos de los pueblos andino-amaznicos, plantea la nocin del Buen Vivir como el objetivo cen-tral de la poltica pblica. Ya en el primer pro-grama de gobierno del Movimiento Alianza PAIS, presentado en el ao 2006 (Movimien-to Alianza PAIS, 2006), se empez a hablar del Buen Vivir. En el ao 2007, la nocin del Buen Vivir fue recogida por primera vez en un documento oficial del Estado ecuatoria-no: el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2010 (Senplades, 2007). Con el proceso constitu-yente de 2007 y 2008, la nocin adquiri nue-vas dimensiones, se nutri del enorme debate social generado en Montecristi y pas a ser el eje vertebrador de la nueva Constitucin de la Repblica, aprobada en referndum por la mayora del pueblo ecuatoriano.

    El debate alrededor del Sumak Kawsay ha re-basado las fronteras ecuatorianas y latinoa-mericanas, ha impulsado la reflexin poltica y acadmica y ha recogido los aportes de mo-vimientos sociales, acadmicos, lderes pol-ticos y gestores de poltica pblica. Se trata de una nocin en permanente construccin2.

    2 Por citar solo algunas contribuciones respecto al tema, podemos mencionar a los siguientes autores: Ramrez, con sus obras La felicidad como medida del Buen Vivir en Ecuador: Entre la materialidad y la subjetividad (Ramrez, 2008), Socialismo del Sumak Kawsay o biosocialismo republicano (Ramrez, 2010), La Vida (buena) como riqueza de los pueblos: Hacia una socioecologa poltica del tiempo (Ramrez, R., 2012). Larrea contribuye con La disputa de sentidos por el Buen Vivir como proceso contrahegemnico (Larrea, 2010), con El Buen Vivir en la Constitucin del Ecuador (Larrea, 2011a) y con su libro Modo de desarrollo, organizacin territorial y cambio constituyente en el Ecuador (Larrea, 2011b). Len recopila el trabajo de varios autores en el libro Sumak Kawsay/Buen Vivir y cambios civilizatorios (Len, 2010); de igual manera lo hacen las compiladoras Lang y Mokrani en el libro Ms all del desarrollo (Lang y Mokrani, 2011). Muyolema aporta con su artculo Las poticas del Sumak Kawsay en un horizonte global (Muyolema, 2012). Adems, est el libro de Le Quang y Vercoutere Buen Vivir y ecosocialismo (en prensa) (Le Quang y Vercoutere, s/f), que presenta el estado del arte sobre el Buen Vivir y propone tres corrientes. Ms afines a la visin ancestral estn los artculos de Macas, Sumak Kawsay: La vida en plenitud (Macas, 2010), y de Choquehuanca, Hacia la reconstruccin del Vivir Bien (Choquehuanca, 2010). A escala regional, aportan a la discusin, en Bolivia, Prada Alcoreza (Alcoreza, 2010), los discursos del vicepresidente de Bolivia Garca Linera (Linera, 2013) y los artculos recopilados en el libro de Arkonada Transiciones hacia el Vivir Bien, o la construccin de un nuevo proyecto poltico en el Estado plurinacional de

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    El horizonte poltico de la Revolucin Ciu-dadana es el Socialismo del Buen Vivir. Este articula la lucha por la justicia social, la igual-dad y la abolicin de los privilegios, con la construccin de una sociedad que respete la diversidad y la naturaleza. En tal sociedad podremos desarrollar nuestras capacidades y vivir digna y libremente.

    El fin del Socialismo del Buen Vivir es defender y fortalecer la sociedad, el trabajo y la vida en todas sus formas. El primer paso es resolver el acceso a bienes, oportunidades y condiciones que garanticen al individuo, a la colectividad y a las generaciones futuras una vida digna sin perjudicar a la naturaleza. El Buen Vivir es una prctica diaria.

    Nuestro desafo fundamental es universalizar los derechos y las oportunidades para que toda la ciudadana ecuatoriana viva en plenitud. La realizacin y la felicidad individuales van de la mano del bienestar colectivo, del mutuo reco-nocimiento y la solidaridad, del respeto a la dignidad ajena y del cuidado de la naturaleza. Para ello debemos crear las condiciones para mejorar constantemente nuestra vida, sin deteriorar las oportunidades de los dems; construir un Estado plurinacional y popular que proteja los intereses de las mayoras, con capacidad de gobernar y modificar la domi-nacin capitalista; y construir una organiza-cin popular que impida el dominio de los intereses particulares.

    El Socialismo del Buen Vivir cuestiona el patrn de acumulacin hegemnico, es de-cir, la forma neoliberal de producir, crecer y distribuir. Proponemos la transicin hacia una sociedad en la que la vida sea el bien su-premo. Afirmamos la supremaca del traba-jo fin mismo de la produccin y base para desplegar el talento sobre el capital. En el trabajo nos reconocemos como seres socia-les y como actores creativos, en ejercicio de derechos y libertades.

    El Socialismo del Buen Vivir implica una de-mocracia profunda con participacin popular permanente en la vida pblica del pas. No se realiza sin el compromiso activo de la ciudada-na y de los pueblos. La poltica democrtica y la movilizacin permanente posibilitan alcanzar

    Bolivia (Arkonada, 2013). Otros autores como De Sousa Santos (2006 sobre todo el captulo I; 2010a y 2010b), Gudynas (2009, 2011a y 2011b), Hidalgo (2011), Houtart (2012) y Walsh (2010) tambin han aportado al debate.

    un nuevo nivel de convivencia social que respe-te las diversidades, las opciones y las creencias.

    El Socialismo del Buen Vivir se identifica con la consecucin del bien comn y la felicidad individual, alejados de la acumulacin y el consumo excesivos. Se obtiene con el mximo aprovechamiento de talentos y capacidades personales y colectivas. Es un espritu vigoro-so que impulsa el aprendizaje y la superacin. Est presente en el amor, en la amistad, en la fraternidad, en la solidaridad y en la armona con la naturaleza.

    Nuestra propuesta poltica no depende de nuestras maneras de ver el mundo, de una re-gin, de un pueblo o de una nacionalidad. Los actuales ecuatorianos, hombres y mujeres, indgenas, cholos, afroecuatorianos, blancos, mestizos y montubios, construiremos el Socia-lismo del Buen Vivir. Esta es nuestra meta. Es la utopa que nos permite caminar. Podramos errar, pero nunca perder de vista los principios que impulsan nuestra lucha.

    2.2. Principios y orientaciones

    Sociedad radicalmente justa

    La justicia social y econmica como base del ejercicio de las libertades. En una sociedad justa, todas y cada una de las personas gozan del mismo acceso a los medios materiales, sociales y culturales necesarios para llevar una vida satisfactoria. La salud, la educacin y el trabajo son las bases primordiales de la justicia social. Con dichos medios, todos los hombres y mujeres podrn realizarse como seres humanos y reconocerse como iguales en sus relaciones sociales.

    La justicia democrtica participativa. En una sociedad polticamente justa, toda la ciudadana debe contar con el mismo poder para participar en el control colectivo de las decisiones polticas que afecten su destino comn, lo cual implica defender los prin-cipios de igualdad poltica, participacin y poder colectivo democrtico.

    La justicia intergeneracional. En una so-ciedad justa desde el punto de vista inter-generacional, los planes y las acciones que se apliquen en el presente debern consi-derar, necesariamente, a las generaciones presentes y futuras. Esta orientacin marca la responsabilidad que debemos asumir en el presente, sobre todo con respecto a los

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    impactos ambientales y sociales que po-damos ocasionar por el inadecuado uso de los recursos naturales y por otras decisiones que pongan en riesgo las bases biofsicas de nuestra reproduccin.

    La justicia transnacional. Entiende que la patria soberana, autnoma y autodetermi-nada, debe relacionarse, colaborar, coope-rar e integrarse con otros pases y pueblos en un plano de igualdad y complementariedad, con el horizonte puesto en la generacin de un Buen Vivir mundial, en paz y seguridad ecolgica, social y poltica.

    Somos responsables de construir un porvenir justo y compartido.

    Sociedad con trabajo liberador y tiempo creativo

    El punto de partida de la libertad potencial que genera el trabajo es que la ciudadana tenga la posibilidad de asegurar su propio sustento y autonoma.

    Una agenda igualitaria consiste en repartir toda la carga de trabajo (asalariado, autnomo, do-mstico y comunitario) y no solo la parte que se realiza como trabajo asalariado. En un sentido emancipador, se trata de transformar las rela-ciones sociales existentes, de reequilibrar los tiempos sociales y de abolir la divisin sexual del trabajo. Con ello se busca reducir la presin en el trabajo, sin descartar que se trata tambin de un espacio para el desarrollo de facultades humanas, en beneficio de otras dimensiones de la existencia social: el ocio creador, el arte, el erotismo, el deporte, la participacin demo-crtica, la celebracin festiva, el cuidado de las personas y de la naturaleza y la participacin en actividades comunitarias.

    Sociedad igualitaria y equitativa

    La igualdad es la condicin para el mutuo re-conocimiento de todos y todas; as se forjan las mnimas bases de la cohesin social, piedra angular de una sociedad radicalmente justa y democrtica. La distribucin y redistribucin de los recursos, basadas en una reestructura social, reducirn las brechas sociales y econ-micas. Hay que eliminar privilegios, jerarquas y formas de subordinacin; as habr ms flui-dez en las relaciones sociales.

    La universalidad solidaria es el principio rector de una estrategia econmica y social igualitaria

    que utiliza la focalizacin nicamente por emer-gencia. As, la produccin y la distribucin de bienes pblicos deben ampliar las coberturas y mejorar la calidad en la prestacin de servicios.

    Sociedad de plenas capacidades, emancipacin y autonoma

    La expansin de las capacidades del conjunto de la ciudadana, la afirmacin de las identida-des que constituyen su ser y el libre desarrollo de mujeres y hombres, son indispensables para una sociedad emancipada, que no sobrevive sino que vive digna y plenamente: una socie-dad que expande sus capacidades, que crea, que ejerce su rol poltico, que no se satisface con suplir sus necesidades mnimas.

    Es indispensable, para alcanzar esto, el rol del Estado como garante de derechos y como faci-litador de procesos de cohesin social, de distri-bucin de conocimientos y de redistribucin de poder a la sociedad. Es corresponsable del cum-plimiento de los deberes con los otros, con sus comunidades y con la sociedad en su conjunto.

    Sociedad solidaria

    La comunidad de accin est en el corazn de los proyectos democrtico-republicanos. Parte del siguiente postulado humanista: Yo te doy porque t necesitas y no porque pueda obtener un beneficio a cambio.

    Potenciar la cooperacin, la solidaridad y la fraternidad, es fundamental en una sociedad que quiere recuperar el carcter pblico y so-cial del individuo. Se trata de forjar ciudadanos y ciudadanas que reconozcan las necesidades y los intereses de los otros, que acepten la justi-cia y la ley, que respeten las instituciones, que legitimen el principio de la redistribucin de la riqueza y que promuevan la igualdad social. Se busca erradicar el principio de desarrollo per-sonal y egosta, caracterstico de una sociedad de libre mercado, bajo el principio de que las personas no solo tienen derecho a la vida, sino a una vida compatible con la dignidad que nos iguala como personas.

    Sociedad corresponsable y propositiva

    La corresponsabilidad es un atributo social para lograr un determinado fin o responder a una situacin especfica. Refleja una actitud propositiva y de compromiso comunitario para dar respuesta a situaciones importantes para la

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    comunidad, pero tambin para frenar y erradi-car situaciones que la lesionan. La corresponsa-bilidad es opuesta al individualismo y al si-lencio cmplice.

    Si todos y todas asumimos corresponsabilidad de nuestro destino como sociedad, abandonamos la actitud pasiva de esperar que el Estado y sus instituciones resuelvan todas nuestras necesida-des. La corresponsabilidad construye una cultu-ra ciudadana que garantiza nuestros derechos y genera una actitud colectivamente responsable, para cumplir tambin con nuestras obligaciones. Es el justo equilibrio entre la responsabilidad del Estado, las instituciones y los ciudadanos. Una democracia viva e intensiva, simtrica entre ciu-dadanos y organizacin poltica, exige una reno-vacin de la poltica individual y colectiva.

    Sociedad en armona con la naturaleza

    El reconocimiento de los derechos de la na-turaleza y la garanta de un ambiente sano y sostenible, como establece la Constitucin, de-mandan respeto y equilibrio entre los ecosiste-mas, su gigantesca biodiversidad, sus dinmicas y tiempos. Tambin exigen la valoracin de la naturaleza y sus funciones, as como el plantea-miento de las actividades humanas dentro de los lmites biofsicos de los ecosistemas en los terri-torios, asumiendo responsabilidad con las futu-ras generaciones.

    El funcionamiento de la economa debe mini-mizar los impactos ambientales y sociales de sus actividades productivas e industriales. Para esto, debe basar su planificacin en las capacidades y caractersticas de los territorios, para privilegiar las actividades que utilicen el valor de la natura-leza, minimizando y controlando las actividades extractivas, extensivas e intensivas; debe tambin priorizar una gestin ecoeficiente de los recursos materiales y energticos, mediante la aplicacin de tecnologas y prcticas que posibiliten la inte-gridad de los ecosistemas.

    El bioconocimiento y la valoracin de los servi-cios ecosistmicos articulan el patrimonio natu-ral con el talento humano, la investigacin, la tecnologa y la innovacin. Este enfoque repre-senta una enorme oportunidad para diversifi-car la matriz productiva del pas.

    Primaca de los bienes superiores

    El acceso a bienes superiores es un derecho, jams debe ser un privilegio. Los bienes superiores son

    fundamentales para alcanzar una vida plena, de-ben ser provistos por el Estado y no ser mercan-tilizados; estn contemplados en nuestro marco constitucional. La primaca de los bienes superio-res implica un replanteamiento de la teora eco-nmica convencional que no los toma en cuenta, dado que el mercado ocupa el centro de la orga-nizacin de la sociedad y desplaza al ser humano.

    Sociedad de excelencia

    El socialismo se construye desde la excelencia, el esfuerzo individual y colectivo por ser cada da mejores. La excelencia debe practicarse en todos los mbitos de la vida individual y social.

    Se trata de un fundamento que debe afincarse en el conjunto de la sociedad ecuatoriana, en el Estado, en la accin ciudadana, como un factor de identidad, de autovaloracin y de ejercicio de la responsabilidad en la familia, en el traba-jo y en la vida comunitaria de toda la poblacin. Debe multiplicarse a travs de la educacin y de la prctica diaria en el conjunto de la sociedad.

    Sociedad pluralista, participativa y autodeterminada

    Un Estado democrtico requiere instituciones polticas y modos de gobierno pblicos. Un go-bierno democrtico participativo entraa la presencia de una ciudadana activa y de fuer-tes movimientos sociales que trabajen en re-des abiertas, para tratar cuestiones locales y temas nacionales. Tambin es necesario ins-titucionalizar mltiples espacios de partici-pacin, en los cuales se genere un dilogo p-blico entre la sociedad y el Estado, para que la ciudadana gane capacidad de influencia y de control sobre las decisiones polticas, y se acti-ve el inters y el protagonismo de los sectores ms desfavorecidos.

    La democracia participativa pretende un tipo de igualdad que posibilite la reciprocidad en-tre sus miembros. Ello permite integrar a los diferentes actores en un proceso de dilogo, en el cual intereses y objetivos en conflicto se eva-lan y jerarquizan, de acuerdo a un conjunto de criterios definidos pblicamente y entre iguales.

    Soberana e integracin de los pueblos

    La libertad, la soberana y la autodetermina-cin de los Estados nacionales, crearn un nuevo orden internacional para fomentar la

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    construccin de un mundo multipolar, las re-laciones pacficas entre los pueblos y el bien-estar general de la humanidad.

    Un mundo multipolar requiere la participa-cin activa de bloques econmicos y polticos regionales, la integracin de los pueblos del sur del globo y de las naciones latinoamericanas, el fortalecimiento de las relaciones horizonta-les y la democratizacin de las instituciones de la gobernanza global.

    Promovemos la paz y el desarme universal, de-fendemos el principio de ciudadana univer-sal, la libre movilidad de todos los habitantes del planeta, el progresivo fin de la condicin de extranjero y la solucin pacfica de las controver-sias y los conflictos internacionales.

    Impulsamos la integracin poltica, cultural y econmica de la regin Andina, de Amrica del Sur y de Latinoamrica, la consolidacin de or-ganizaciones de carcter supranacional confor-madas por los Estados de Amrica Latina y del Caribe, y la suscripcin de tratados y otros ins-trumentos de integracin regional. Se debe, asi-mismo, fomentar un nuevo sistema de comer-cio e inversin entre los Estados, con justicia y solidaridad.

    Estado democrtico, plurinacional y laico

    La formacin de un Estado plurinacional, megadiverso y plural, exige su descoloni-zacin; el reconocimiento poltico de la di-versidad tnica, religiosa y sexual, y el for-jamiento de una sociedad con derechos de titularidad colectiva: lengua, cultura, justi-cia y territorio.

    El reconocimiento de la diferencia en la igualdad abre el espacio para la garanta de oportunidades igualitarias. La interculturali-dad es fundamental en este desafo, pues nos reconoce como diferentes en origen, prcti-cas, costumbres, conocimientos y saberes.

    El dilogo de saberes protege, revitaliza y promociona los saberes ancestrales y los conocimientos tradicionales. Un Estado lai-co es indispensable para garantizar la plena libertad de conciencia y el pluralismo so-cial en todas sus expresiones. La separacin entre el Estado y las Iglesias debe distinguir entre lo pblico (con trato igual a todas las creencias) y lo privado, espacio de las creencias particulares.

    En el contexto de un Estado laico, los poderes pblicos debern proteger el derecho a la liber-tad de conciencia, pero tambin a tomar deci-siones libres, informadas, voluntarias y respon-sables sobre nuestra sexualidad, nuestra vida y nuestra orientacin sexual, sin ninguna clase de discriminacin.

    El nuevo periodo de gobierno es un momento de transicin en el que estos principios y orien-taciones se irn materializando.

    Fortalecimiento de la sociedad

    La transformacin de la matriz productiva y la democratizacin del Estado no tendran un sentido emancipador si no pusiramos en pri-mer plano al fortalecimiento de la sociedad. Se trata de promover la construccin de una sociedad que profundice la calidad de la demo-cracia y ample sus espacios de incidencia en condiciones de igualdad social y material. De-bemos empoderar a la sociedad y no al mercado como ocurri en el neoliberalismo, ni al Esta-do como sucedi en el socialismo real. La so-ciedad es el eje orientador del desenvolvimiento de las otras grandes instituciones sociales.

    Potenciar la sociedad es promover el desa-rrollo de las libertades y de las capacidades reflexivas, crticas y cooperativas de cada individuo, de cada pueblo y de cada colec-tivo. Esa capacidad exige que la ciudadana tenga influencia en la discusin sobre el uso, la asignacin y la distribucin de los recur-sos tangibles e intangibles del pas. Exige, adems, que todos estemos en condiciones de desarrollar nuestros talentos y facultades, de acuerdo con el proyecto de vida que va a procurarnos felicidad, dignidad, realizacin y plenitud.

    El Estado debe eliminar las desigualda-des que producen dominacin, opresin o subordinacin entre las personas; debe crear escenarios que hagan viable el ejercicio acti-vo de los derechos, la emancipacin y la au-to-realizacin; se debe profundizar las posibi-lidades de mutuo reconocimiento mediante el ejercicio de los principios de solidaridad, paridad y fraternidad.

    Estos postulados proponen una ruptura ra-dical con las visiones instrumentales y uti-litarias sobre el ser humano, la sociedad, y sus relaciones con la naturaleza. Estamos edificando una sociedad de individuos libres

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    VIVIR

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    y solidarios, de hombres y mujeres con capa-cidad de forjarse un destino con una forma propia de ver el mundo.

    2.3. Hacia una nueva mtrica

    El uso de una nueva mtrica significa la aplica-cin de un enfoque innovador del ser humano, del ciudadano integral, en el que las personas sean partcipes activas de su propia transfor-macin, de la recuperacin definitiva de sus va-lores humanos en contraposicin con aque-llos que an estn presentes en una sociedad que lleg a sus lmites debido, en parte, a sus formas caducas de medicin. El sistema capi-talista ha influido profundamente en el tipo de mtrica con que se evala el sistema eco-nmico y social. Esta mtrica presenta limita-ciones en cuanto a sus dimensiones y dispo-nibilidad de informacin; por lo tanto, no est acorde con el reto programtico que implica alcanzar el Buen Vivir.

    La necesidad de una nueva mtrica ha sido sea-lada desde hace tiempo en medios acadmicos y polticos en Ecuador. El pensamiento ecuatoria-no ha sido pionero en realizar propuestas con-ceptualmente innovadoras. Se ha planteado, por ejemplo, superar la monetizacin de las medidas del desarrollo, con anlisis biofsicos y dentro de una perspectiva multicriterial (Falcon, 2002); aplicar la dinmica de flujos materiales para va-lorar la real dinmica de los procesos econmi-cos y su sostenibilidad ambiental (Vallejo, 2010); y considerar al tiempo como medida de la satis-faccin individual de la vida en sociedad (Ra-mrez R., 2012). El cuestionamiento a las cuentas nacionales y la propuesta de mtodos alternati-vos de valoracin econmica, social y ambiental, han sido planteados desde los aos ochenta. Es-tos esfuerzos constituyen la base para un trabajo futuro que debe cambiar radicalmente la forma en que se concibe el desarrollo y los instrumen-tos que se utilizan para su valoracin.

    Como remarca el reporte de la Comisin so-bre las Mediciones de Desarrollo Econmico y Progreso Social, los indicadores estadsti-cos son importantes para el diseo y aseso-ramiento de polticas que apuntan a avanzar el progreso de la sociedad (Stiglitz, Sen y Fitoussi, 2009: 4). Bajo estos dos marcos, es evidente la necesidad de un sistema de indi-cadores que rompa con los paradigmas de la economa tradicional.

    El conjunto de indicadores vigente, disea-do en torno a la miopa de la agregacin mo-netaria como mxima de la prosperidad, ha fallado profundamente en indicar el progre-so humano, el estado del ambiente y las re-laciones no monetarias del conjunto social. Es necesario desarrollar un nuevo sistema de mediciones que reordenen el conjunto de ele-mentos comunes y sus relaciones, para que el sistema-sociedad no contine subordinado al sistema-economa, y para que el Buen Vivir se constituya en el principio estructurador de la planificacin y ejecucin de las polticas pbli-cas (Senplades, 2009).

    Existe una vasta literatura que critica los con-ceptos de producto interno bruto total y por habitante y sus tasas de crecimiento como me-didas adecuadas de bienestar, pues ignoran la distribucin social del ingreso, integran in-adecuadamente ciertos impactos negativos de la economa sobre el medio ambiente, hacen invisibles los recursos que la economa toma de la naturaleza y, adems, ignoran la esca-sa asociacin entre crecimiento econmico y mejora en el bienestar colectivo (Stiglitz, Sen y Fitoussi, 2009).

    Tim Jackson (2011) enfatiza las deficiencias del PIB como indicador de prosperidad y por su ceguera ante las limitaciones de los recur-sos naturales. Las cuentas nacionales estn estrictamente regidas por los flujos moneta-rios entre los sectores econmicos, y no per-miten ms que de manera artificial e incmo-da la insercin de los flujos naturales, sociales y no monetarios.

    Como menciona Amartya Sen (2000), la econo-ma convencional del desarrollo ha confundido los fines con los medios, al buscar la maximiza-cin del crecimiento econmico y olvidar que el fin del desarrollo es la expansin de las capa-cidades humanas. El crecimiento es solamen-te un medio y no un fin en s mismo. Adems, como medio, es insuficiente si no est acompa-ado por la redistribucin de la riqueza, la par-ticipacin activa en las decisiones y la mejora en la calidad de vida. Si el crecimiento no es sustentable, tampoco su aporte ser duradero.

    El PNUD ha establecido desde 1990, a partir de la nocin de desarrollo humano planteada por Sen, un conjunto de indicadores sociales y econmicos que integran varias dimensiones de desarrollo social, satisfaccin de las nece-sidades bsicas y equidad. Estos indicadores

  • 2. EL SOCIALISMO DEL BUEN VIVIR

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    conforman una base ms adecuada para medir la dimensin social del desarrollo, pero todava tienen limitaciones. Tambin se ha buscado ampliar los indicadores econmicos conven-cionales, para que integren cuentas satelitales de capital natural, corrijan el PIB para incluir costos ambientales y de seguridad, midan flujos materiales asociados a los monetarios (metabolismo social) y establezcan otros indi-cadores fsicos de bienestar sustentable, como el de la huella ecolgica, definido en hectreas por persona (Daly y Farley, 2011). Destacan tambin los esfuerzos por generar indicadores subjetivos de felicidad o satisfaccin, a partir de percepciones personales sobre el bienestar.

    Pese a los avances obtenidos, no existe toda-va una visin conceptual e integradora del desarrollo que responda adecuadamente a los retos planteados por la necesidad de sustenta-bilidad, equidad, satisfaccin participativa de las necesidades humanas y multiculturalidad. Tampoco hay indicadores que midan estas as-piraciones fundamentales.

    El Buen Vivir exige una mtrica alterna que parta de una perspectiva integradora, multi-dimensional y holstica; que supere los lmi-tes de la perspectiva tradicional de desarrollo integrando la dimensin ambiental y la nece-sidad de sustentabilidad, y otras dimensiones como la bsqueda de la felicidad y realizacin humana, la participacin social y la multicultu-ralidad. Para ello, se plantean seis dimensiones bsicas para la planificacin, el seguimiento y la evaluacin del proceso encaminado al Buen Vivir en el Ecuador:

    1. Diversificacin productiva y seguridad eco-nmica. La economa proporcionar un flujo de bienes y servicios que permitan la satisfaccin sostenida y sustentable de las necesidades humanas de la poblacin, con estabilidad y diversificacin. En la actuali-dad, la diversificacin productiva de la eco-noma ecuatoriana es insuficiente; hay limi-tada participacin de la manufactura en el producto nacional, y un reducido desarrollo del sector terciario. La economa es vulnera-ble a cambios en el contexto internacional (especialmente a precios de exportacin) y escasamente sustentable.

    2. Acceso universal a bienes superiores. El ac-ceso universal a salud, educacin, trabajo digno, vivienda y hbitat, es una meta b-sica para la profundizacin de otras di-mensiones del bienestar y la mejora en la

    calidad de la vida. El nivel de felicidad, ms all de la satisfaccin de las necesidades fundamentales y mediante la ampliacin del tiempo destinado a vivir en plenitud y a la provisin de bienes relacionales (amis-tad, amor, solidaridad, cohesin social), es un componente fundamental de la realiza-cin humana (Ramrez R., 2012).

    3. Equidad social. La satisfaccin creciente de las necesidades humanas debe alcanzarse reduciendo sustancialmente los actuales ni-veles de inequidad socioeconmica, tnica, de gnero, regional y etaria.

    4. Participacin social. El cambio social debe llevarse simultneamente con una creciente participacin ciudadana en las decisiones relevantes para la colectividad y la profundi-zacin de la democracia.

    5. Diversidad cultural. La forma de satisfaccin de las necesidades humanas debe realizarse manteniendo y fortaleciendo la diversidad cultural y lingstica en el pas.

    6. Sustentabilidad. La actividad econmica debe mantenerse dentro de los lmites de la capacidad de soporte de los ecosistemas y, en particular, deben preservarse elementos bsicos de la dotacin de recursos naturales del pas, como la biodiversidad, la fertilidad del suelo, la disponibilidad de agua y la cap-tura de carbono.

    Las herramientas de anlisis econmico pre-sentan varias limitaciones dentro de su cons-truccin e implementacin, ya que son abs-tracciones de la realidad y, en muchas oca-siones, no logran capturar comportamientos sociales ni consideran, por ejemplo, variables de sostenibilidad ambiental.

    El desafo para el nuevo periodo de gobierno es desarrollar una nueva mtrica que conju-gue estas dimensiones y permita evaluar los resultados de la accin pblica encaminada a la construccin del Socialismo del Buen Vivir. Ello implica ajustar los sistemas de informa-cin estadstica y los registros administrativos, as como los instrumentos de recoleccin de informacin. Este Plan establece lineamientos de poltica pblica para lograrlo3.

    3 El presente Plan establece polticas pblicas para la generacin de una nueva mtrica, durante el perodo 2013-2017, en los objetivos 1, 2 y 7.