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21 ARTICULO El trabajo como determinante de la salud Leopoldo Yanes 1 1 Investigador del Centro de Estudios en Salud de los Trabajadores (CEST). Magister en Salud Ocupacional. Resumen El estudio del proceso de trabajo y la salud no es una preocupación reciente. Desde el siglo pasado, y debido a los cambios que sobre las condiciones de vida y salud de los trabajadores generó la Revolución Industrial, diversos estudiosos identificados con la causa de los trabajadores, comenzaron a evaluar el impacto de la misma sobre la salud de la población trabajadora. Desde esta época se plantea el conflicto entre dos maneras de abordar los problemas de la salud de los trabajadores. Una, que comenzaba a vislumbrar que los problemas de la salud de los trabajadores estaban vinculados a la manera como los trabajadores se insertaban en el proceso productivo; y la otra que centraba su acción en dos vertientes: la primera que privilegiaba la atención médica curativista, y la segunda, que consideraba al ambiente de trabajo en función de riesgos específicos, fundamentalmente los denominados factores de riesgos físicos y químicos. Es en la década de los sesenta, en el marco de un proceso global de auge de las luchas sociales y del cuestionamiento de la organización capitalista del trabajo, cuando de nuevo cobra fuerza la posición que plantea que la salud tiene una estrecha relación con el proceso de trabajo en tanto que espacio concreto de explotación y en este sentido, entiende a la salud obrera como expresión concreta de esa explotación, y la lucha por la defensa de la salud obrera como un campo privilegiado de la lucha anticapitalista. El presente ensayo busca sistematizar los avances desarrollados desde la perspectiva de la Salud Colectiva en relación al tema de la salud, el trabajo y la enfermedad en el marco de las relaciones sociales de la producción. Palabras claves: Trabajo, salud, salud ocupacional Abstract The study of working process and health is not a new preoccupation. From the last century, and owing to the life conditions and health changes originated by the industrial revolution; distinct studious, identified with the workers cause, began to evaluate its impact on the working population´s health. Since this time the conflict is stated within two ways to approach the workers health problem. One, that began to suspect the worker´s health problems were related to the way they inserted in the productive process; and the other one centered its action on two flowing: the first one granted the Cure medical attention, and the second, which considered the working environmental on function of specific risks, fundamentally the denominated physical and chemical risks. It´s in the sixties decade, with the frame of a global process apogee for social fights and the doubt of capitalist organization, when the position that health is closely related with the work process takes over, and this also generates room for exploitation, in this sense the workers´ health is understood as a concrete expression of the exploitation, and the fight for the workers´ health and as a field of the anti capitalist fight. The present assay seeks to systemize the developed advances from the collective health perspective related with health fact, the work and sickness in the frame of social relations production. Key Works: Work, health, ocupational health.

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El trabajo como determinante de la salud / Leopoldo Yanez 21

ARTICULO

El trabajo como determinante de la saludLeopoldo Yanes 1

1 Investigador del Centro de Estudios en Salud de los Trabajadores (CEST). Magister en Salud Ocupacional.

Resumen

El estudio del proceso de trabajo y la salud noes una preocupación reciente. Desde el siglo pasado, ydebido a los cambios que sobre las condiciones de viday salud de los trabajadores generó la RevoluciónIndustrial, diversos estudiosos identificados con la causade los trabajadores, comenzaron a evaluar el impactode la misma sobre la salud de la población trabajadora.Desde esta época se plantea el conflicto entre dosmaneras de abordar los problemas de la salud de lostrabajadores. Una, que comenzaba a vislumbrar quelos problemas de la salud de los trabajadores estabanvinculados a la manera como los trabajadores seinsertaban en el proceso productivo; y la otra quecentraba su acción en dos vertientes: la primera queprivilegiaba la atención médica curativista, y la segunda,que consideraba al ambiente de trabajo en función deriesgos específicos, fundamentalmente los denominadosfactores de riesgos físicos y químicos.

Es en la década de los sesenta, en el marco deun proceso global de auge de las luchas sociales y delcuestionamiento de la organización capitalista deltrabajo, cuando de nuevo cobra fuerza la posición queplantea que la salud tiene una estrecha relación con elproceso de trabajo en tanto que espacio concreto deexplotación y en este sentido, entiende a la salud obreracomo expresión concreta de esa explotación, y la luchapor la defensa de la salud obrera como un campoprivilegiado de la lucha anticapitalista.

El presente ensayo busca sistematizar losavances desarrollados desde la perspectiva de la SaludColectiva en relación al tema de la salud, el trabajo y laenfermedad en el marco de las relaciones sociales dela producción.

Palabras claves: Trabajo, salud, salud ocupacional

Abstract

The study of working process and health is nota new preoccupation. From the last century, and owingto the life conditions and health changes originated bythe industrial revolution; distinct studious, identified withthe workers cause, began to evaluate its impact on theworking population´s health. Since this time the conflictis stated within two ways to approach the workershealth problem. One, that began to suspect the worker´shealth problems were related to the way they insertedin the productive process; and the other one centeredits action on two flowing: the first one granted the Curemedical attention, and the second, which consideredthe working environmental on function of specific risks,fundamentally the denominated physical and chemicalrisks.

It´s in the sixties decade, with the frame of aglobal process apogee for social fights and the doubtof capitalist organization, when the position that healthis closely related with the work process takes over,and this also generates room for exploitation, in thissense the workers´ health is understood as a concreteexpression of the exploitation, and the fight for theworkers´ health and as a field of the anti capitalist fight.

The present assay seeks to systemize thedeveloped advances from the collective healthperspective related with health fact, the work andsickness in the frame of social relations production.

Key Works: Work, health, ocupational health.

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Salud de los Trabajadores / Volumen 11 Nº 1 / Enero 2003

Introducción

El estudio del proceso de trabajo y la salud no esuna preocupación reciente. Desde el siglo pasado, ydebido a los cambios espectaculares que sobre lascondiciones de vida y salud de los trabajadores generóla Revolución Industrial, diversos estudiosos franceses,alemanes e ingleses -identificados con la causa de lostrabajadores-, comenzaron a estudiar el impacto de lamisma sobre la salud de la población trabajadora. Entreellos destacan Villerme, Guépin, Penot y Benoiston deChateauneuf entre otros (Dejours, 1990; Rosen, 1972).Mark y Engels dedican gran parte de su obra a analizarlos efectos que sobre la salud de los trabajadores comouna de las expresiones concretas de la explotacióncapitalista (Ver “El Capital”, tomo 1, de Marx, y “Lasituación de la Clase Obrera en Inglaterra” de Engels).

Desde esta época se plantea el conflicto entredos maneras de abordar los problemas de la salud delos trabajadores. Una, que comenzaba a vislumbrar quelos problemas de la salud de los trabajadores estabanvinculados, de alguna manera, a la manera como lostrabajadores se insertaban en el proceso productivo; yla otra, que en definitiva fue la dominante, con una visiónparcelada de la salud obrera que centraba su acciónen dos vertientes: la primera que privilegiaba la atenciónmédica curativista, y la segunda, que consideraba alambiente de trabajo en función de riesgos específicos,fundamentalmente los denominados riesgos físicos yquímicos, y los accidentes de trabajo. Esta parcelizaciónencuentra su sustento científico en lo que hoy se conocecomo el Modelo Médico, el cual identifica laenfermedad como el resultado de la acción de agentesespecíficos, que son los “riesgos”, y su solución lacentra en la acción curativa. Esta visión no permiteclarificar la compleja relación entre el proceso detrabajo y la salud, ya que una parte importante de lasalud es ubicada fuera de la esfera del trabajo, que eslo que se ha denominado “la enfermedad común”, y laotra, la que reconoce como “enfermedad del trabajo”,se restringe, en última instancia, a una relaciónunicausal entre los diferentes riesgos presentes en elambiente de trabajo con una visión principalmenteindemnizatoria. Subrayamos la expresión “en últimainstancia”, porque el modelo médico ha desarrolladopropuestas multicausales, que aunque permiten unamejor descripción del problema, las mismas no lograntrascender sustancialmente la concepción unicausalde la relación salud-enfermedad.

Es en la década de los sesenta, en el marco deun proceso global de auge de las luchas sociales y del

cuestionamiento de la organización capitalista deltrabajo, cuando de nuevo cobra fuerza la posición queplantea que la salud tiene una estrecha relación con elproceso de trabajo en tanto que espacio concreto deexplotación y en este sentido, entiende a la salud obreracomo expresión concreta de esa explotación, y la luchapor la defensa de la salud obrera como un campoprivilegiado de la lucha anticapitalista.

Simultáneamente se presenta en este período,elementos dentro del mismo campo médico quecuestionan la validez del Modelo Médico por suincapacidad de resolver los problemas de la salud de lapoblación en general -por una parte, permanecían comocausas importantes de mortalidad enfermedadesconsideradas como resueltas por la ciencia médica,mientras que las nuevas patologías se presentaban conuna frecuencia cada día mayor-, a pesar del crecimientode los servicios de salud.

En palabras de Laurell y Noriega (1989),“...retorno a la fábrica para descifrar la realidad, salidadel hospital para entender la enfermedad.” Estas fueronlas premisas y el marco histórico que permitieronretomar la exploración de la relación salud-trabajopara entender el carácter social del proceso salud-enfermedad y de sustentar una nueva práctica enrelación a la salud obrera.

La relación Salud-Trabajo

Al analizar el discurso sanitarista dominantepodemos concluir que los problemas generales de saludde una sociedad determinada son analizados desde laperspectiva de las poblaciones agrupadas por lasdenominadas variables sociodemográficas (edad, sexo,ubicación geográfica, etc.), y no desde la perspectivade los trabajadores. Se analizan los problemas de saluddesde la óptica del consumo y de las conductas oactitudes, y no de la producción ni de la actividadlaboral (Breilh, 1994). Esta manera de analizar larealidad sanitaria de la sociedad, si bien permitióavances en la solución de los problemas de salud, sinembargo hoy día muestra severas limitaciones para darrespuesta a esa misma realidad. Se puede afirmar quea pesar de los avances de la ciencia médica, todavíapermanecen como principales causas de mortalidadaquellas enfermedades consideradas como resueltaspor esa misma ciencia; y por otra parte, a pesar delcrecimiento de los servicios de salud, éstos no parecenresolver los problemas relevantes de salud de lapoblación (Laurell y Noriega, 1989).

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A grandes rasgos, y para el objetivo de esteestudio, podemos ubicar tres momentos del discursosanitarista que se corresponden con tres nivelesdiferentes de análisis de la relación salud-enfermedad(Pacheco, 1989; Rojas, 1982). Un primer momento serefiere a la enfermedad como un proceso que sepresenta en un organismo determinado, y para resolverel problema de salud que lo afecta se requiere delconcurso de la medicina y otras ciencias afines (labiología, la bacteriología, la fisiología, la anatomía, etc.)En base a las teorías, métodos, técnicas e instrumentosdisponibles se realiza un diagnóstico de la enfermedadpara lo cuál se elaborarán previamente hipótesis depresunción, sobre todo cuando el cuadro clínico escomplejo. El diagnóstico permitirá iniciar el tratamientode la enfermedad a fin de restablecer la salud y eliminaro reducir al máximo las secuelas discapacitantes(Pacheco, 1989). Este momento encuentra su ubicaciónen el modelo que considera un solo tipo de causas de laenfermedad. Su interés está centrado en eliminar el olos agentes patógenos, físicos o químicos que ocasionanla alteración de las funciones “normales” del organismo.Es lo que se ha denominado como el Modelo Médico.Este modelo orienta la búsqueda de la causa queprodujo la enfermedad pero de acuerdo con unaconcepción de ésta. El ideal aquí es establecer unarelación en la que una causa es necesaria y suficientepara que se produzca una determinada enfermedad. Sise logra esto, podrá incidirse en forma directa einmediata en el agente patógeno, físico o químico quedaña la salud (Rojas, 1982).

La base teórica de este modelo se encuentranresumidos en los postulados de Koch: elmicroorganismo se halla siempre con la enfermedad,de acuerdo con las lesiones y la etapa clínicaobservadas; el microorganismo no se encuentra enninguna otra enfermedad; el microorganismo, aisladode quien padece la enfermedad y cultivado durantevarias generaciones, reproduce la enfermedad. Lapresencia “regular” y “exclusiva” del microorganismodemuestra una relación causal. En el caso de lamedicina del trabajo tradicional, este modelo tuvo y auntiene una amplia dominancia, es la práctica médica quebusca una relación unicausal entre el ambiente detrabajo y sus consecuencia sobre la salud, tanto en elcaso de las enfermedades ocupacionales como en losaccidentes de trabajo. Es la búsqueda de un agente ode una causa que puede determinar la aparición deuna patología o de un suceso en el caso de los accidentes(Rojas, 1982).

Este nivel de análisis e interpretación de laenfermedad, y la consecuente práctica médica, es elde la medicina curativa que busca la reincorporaciónde las personas a las actividades que desempeñabanantes de enfermarse o accidentarse. De acuerdo coneste enfoque, para resolver el problema de saludindividual, basta la acción competente del equipo desalud, apoyada en una infraestructura médicaadecuada. Cualquier otra consideración es secundaria.Toda la información sociodemográfica requerida parala historia clínica (sexo, ocupación, edad, escolaridad,etc.), se presenta como datos aislados, abstractos, quepoco o nada dicen de las verdaderas causas por lasque los individuos se enferman o se accidentan (Breilh,1994).

En el segundo momento del discurso sanitario,el individuo ya no se concibe en forma aislada, sinocomo parte de una comunidad que tiene determinadascaracterísticas socioeconómicas y culturales, y estáexpuesto a un determinado riesgo de contraerenfermedades. De acuerdo con esto, se analizanalgunos elementos con los que está relacionada laenfermedad: factores sociales, económicos, culturales,físicos, químicos, etc., a fin de establecer regularidadesempíricas entre estos factores y el tipo, frecuencia ygravedad de la enfermedad. La enfermedad se vinculapor lo tanto, con condiciones deterioradas de vida y detrabajo: hacinamiento, falta de agua potable,desnutrición, educación médica deficiente, presenciade factores físicos, químicos o mecánicos en el mediode trabajo y que resultan adversos a la salud. Se adoptaun Modelo Multicausal que permite incorporar elelemento social para poder comprender la enfermedaden cuanto que se consideran variables que hacenmención de aspectos sociales, pero que no permitenuna comprensión profunda del verdadero significadode lo social al quedarse en lo meramente descriptivo(Rojas, 1982). Es el modelo de la historia natural de laenfermedad de Leavell y Clark, que rebasa al modelounicausal en la búsqueda de las causas de laenfermedad, pero es un enfoque ahistórico ymecanicista que no permite establecer una jerarquíaentre los factores sociales y físicos, sino sólo señalarelaciones externas inmediatas entre los fenómenos(Betancourt, 1995; Breilh, 1994). Este enfoquerepresenta sin duda, un avance cuantitativo respectoal anterior en la concepción de la salud y la enfermedad,y en las prácticas para prevenir los daños y elrestablecimiento de la salud.

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En el tercer momento se busca conocer lascausas fundamentales de la enfermedad y la muerte,los elementos condicionantes del acceso real a losservicios médicos, de la esperanza de vida en los sereshumanos, no vistos en forma abstracta sino como sereshistóricos que pertenecen a grupos sociales que trabajany viven de determinada manera, resultado de la formaen que se estructura y organiza la sociedad paraproducir y reproducirse. En este nivel se trata dedescubrir los nexos internos entre los fenómenos a finde establecer leyes que orienten la búsqueda de lascausas determinantes y condicionantes de laenfermedad y de los demás eventos relacionados conla misma, y permitan plantear alternativas de solucióndentro de una formación social históricamentedeterminada (Betancourt, 1995; Laurell y Noriega,1989; Rojas, 1982).

Este tercer nivel supone a su vez un enfoqueque supera a los anteriores, ya que implica un cambiocualitativo en el análisis y comprensión del procesosalud-enfermedad. Lo central del planteamiento de estemomento del discurso sanitarista es que el procesosalud-enfermedad, aún cuando se manifiesta enorganismos concretos, es un fenómeno social cuyascausas deben buscarse en la estructura misma de lasociedad a fin de determinar por qué existen situacionesdiferenciales entre las clases sociales respecto al tipo,frecuencia y gravedad de la enfermedad; esperanzade vida y muerte; y en el acceso real a los serviciosmédicos, replanteando además la discusión sobre laconcepción misma de la salud y la enfermedad.

En los tres niveles que hemos descrito puedenemplearse métodos, técnicas e instrumentos paraobtener información empírica de la realidad concreta;la diferencia estriba en el tipo de realidad que se estudiaen cada nivel.

En el primero, la realidad es el individuo y sehace abstracción de sus condiciones materiales deexistencia, ya que el interés radica en resolver a labrevedad posible un problema de salud, y el métodoque se utiliza es el clínico. El segundo nivel se refiere ala búsqueda de un conocimiento sobre una realidad enla que el individuo ya no se concibe aislado del acontecerfísico y social; pero la realidad que se investiga es lofenoménico, lo externo e inmediato de los vínculos yaspectos de los elementos físico-sociales y su relacióncon el proceso salud-enfermedad. Aquí puedenemplearse diversos métodos y técnicas que la prácticaha demostrado que son de gran utilidad para alcanzar

conocimientos objetivos, con la limitación que se hancentrado en los aspectos externos. Estos métodos ytécnicas pueden ser, entre otros, el experimento social,la observación, la encuesta o la entrevista.

En el tercer nivel, se estudia a la realidad en suconjunto, en sus múltiples nexos y determinaciones; esla realidad vista como una totalidad concreta, histórica,en la cuál se encuentran y desarrollan todos los procesosy objetos. En este nivel de análisis, el proceso salud-enfermedad es parte de esa totalidad. Por tanto, laexplicación de dicho proceso se encuentra en la basematerial de la sociedad, es decir, en la forma en queésta se organiza para producir y reproducirse.

En este nivel de análisis se recurre también alos métodos y técnicas antes mencionados, pero talesherramientas se encuentran ubicadas en unaperspectiva teórica que da cuenta de determinadaconcepción del mundo, de la sociedad, de los fenómenosinherentes a ésta, y que guía, además el manejo de losmétodos y técnicas de investigación, así como laaplicación de los resultados de los estudios.

Este tercer momento del discurso sanitaristase caracteriza fundamentalmente en definir larelación salud-enfermedad como un proceso queincorpora el análisis de la realidad social como unode los elementos determinantes del mismo, demanera que se habla del proceso salud-sociedad yque tiene su expresión más estructurada en elconcepto salud-trabajo-enfermedad.

El contexto histórico de este planteamiento seubica en el marco de un auge importante de la lucha declases a finales de los años sesenta e inicios de lossetenta, que plantea un cuestionamiento global de laorganización capitalista del trabajo. Es decir, ocurrejusto cuando renace –contra la parcialización de laproblemática del mundo laboral impuesta por la lógicade la negociación problema por problema- una visiónque recupera al proceso de trabajo como el espacioconcreto de la explotación. De ahí no hay un paso largopara recuperar a la salud obrera como expresión-igualmente concreta-, de esta explotación.

Simultáneamente, en esta época se desarrollaun movimiento dentro del mismo campo de la medicinaque cuestionaba la validez del modelo médicodominante. Durante aquellos años no sólo se daba ladesmitificación de la inevitabilidad de una determinadamanera de organizar la producción social, sino también

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una reflexión crítica sobre las prácticas socialesimperantes, entre ellas la práctica médica. Surge deesta manera, la crisis de la medicina como crisis de unparadigma científico y de una práctica. Esta crisis semostraba con particular fuerza en América Latina.(Laurell, 1983).

Desde la perspectiva de la medicina social, lasalud de los trabajadores se convirtió en un temaprivilegiado para la construcción de un nuevo modo deentender y analizar el proceso de salud-enfermedadcolectiva como proceso social. Independientemente delos puntos de partida de los investigadores para estudiarla producción social del proceso salud-enfermedad,hubo una tendencia a converger en el tema salud-trabajocomo eje central para la comprensión de la maneracomo se articula la salud-enfermedad en el procesosocial.

Es importante señalar que el estudio del procesode trabajo y la salud obrera no ha sido una preocupaciónreciente. El impacto de la revolución industrial enEuropa durante el siglo XIX fue tan espectacular yexpoliador de la vida obrera, que necesariamente seconvirtió en una temática de estudio y de acción. Marxy Engels dedican una parte de su obra a analizar esteproblema como una de las expresiones concretas de laexplotación capitalista, basándose en diversos estudiosrealizados sobre todo en Inglaterra. De igual manera,existieron en Francia y Alemania corrientes importantesde médicos identificados con la causa obrera, quedocumentaron, a través de una serie de estudios, losefectos devastadores de la industrialización sobre lasalud y la vida obrera entre los que destacan Villerme,Guépin y Penot, Benoiston de Chateauneuf (Dejours,1990; Rosen, 1972).

La situación era tan seria, que de hecho poníaen peligro la reproducción de la fuerza de trabajo alsuperar las tasas de mortalidad a las de natalidad. Esdecir, la reproducción de la fuerza de trabajo sólo teníasolución mientras existiera la posibilidad de transferirpoblación de las zonas rurales a las urbanas. Estepermite comprender el por qué de la violencia delproceso de expropiación de los campesinos libres detoda Europa, especialmente de Inglaterra (Marx, 1959).Estos fueron los inicios del proletariado inglés:expropiados como campesinos, echados a los caminoscomo vagabundos, y castigados por no tener trabajo.Por supuesto que estos campesinos se vieron obligadosa migrar del campo a la ciudad e incorporarse a lasfilas del naciente proletariado inglés.

De la necesidad compartida por el capital y eltrabajo de modificar las condiciones creadas por laindustrialización, surgieron medidas que fueronhegemonizadas finalmente por la burguesía. De estamanera se tendió a parcializar la problemática de lasalud de los trabajadores enmarcándola en dosvertientes; la de la atención médica y la de los “riesgosdel trabajo”. Con esta visión resulta oscurecida lacomprensión de la compleja relación entre el procesode trabajo y la salud por cuanto una parte importantede ella es ubicada fuera del trabajo, se restringe a losriesgos físicos, químicos, biológicos y mecánicos, a losque se trata de dar respuesta desde la prevención vistaésta como en proceso exclusivamente técnico,desvinculada de las relaciones de la producción, ycuando ésta falla, proceder a la indemnización, siendomuchas veces ésta última la de mayor peso en laspolíticas patronales.

Es importante destacar que la “realidad cotidianadel trabajo” ha sido un área inaccesible no solamente ala mirada del sanitarista, sino también de la mayoría delos observadores y analistas de la sociedad. El ambientefabril es considerado como un “ghetto” o área de lasociedad al que no hay acceso para el estudio de lascondiciones de vida y salud, y que por el contrario esun espacio reservado a las relaciones privadas entrepersonas. La fábrica, aún siendo un espacio“especialísimo” de lo público, donde se expresanrelaciones y derechos fundamentales del ser humano,sigue siendo considerado como un área dondepredomina fundamentalmente el concepto de lapropiedad privada, individual. Derechos fundamentalescomo el de la salud, el trabajo, la organización, la libreexpresión del pensamiento, quedan coartados y limitadosal traspasar los límites de la sacrosanta propiedadprivada. A partir de la puerta de acceso a lasinstalaciones, los derechos fundamentales del serhumano quedan sometidos a un derecho que parecierasuperior a los anteriores: el derecho de propiedad. Seplantea entonces una reconceptualización del espaciolaboral para que deje de ser ámbitos de la experienciaindividual, de lo “privado”, y se conviertan en áreassocializadas y legítimas, de acción y transformaciónpara garantizar los derechos humanos fundamentales.

Algunas precisiones de carácter teórico en larelación salud-trabajo

Cuando analizamos la visión de la salud de lostrabajadores que se tiene desde las distintasconcepciones presentes en la literatura científico-social,podemos observar como la mayor parte de ella la define

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bajo la concepción tradicional de la medicina ósimplemente como un indicador del impacto del trabajosobre los trabajadores. En este sentido es a la medicinasocial -o epidemiología crítica-, a quién le hacorrespondido problematizar y avanzar hacia una nuevaconcepción de ella planteando “...la necesidad deentender a la salud-enfermedad no sólo como un procesobio-psíquico sino ante todo como un proceso social”(Laurell y Noriega, 1989).

El aporte central de esta corriente reside en elplanteamiento de la necesidad de entender el nexo bio-psíquico (proceso salud-enfermedad) como la expresiónconcreta en el ser humano del proceso histórico en unmomento determinado, es decir, los procesos biológicosy psíquicos humanos sólo pueden ser entendidos en sucontexto histórico. Esta posición plantea una rupturafundamental con la concepción médica tradicional queentiende los procesos biológicos y psíquicos humanoscomo procesos naturales y, por tanto, ahistóricos.Identificar el carácter social del proceso salud-enfermedad equivale a reconocer que los procesosbiopsíquicos no son ahistóricos e inmutables, sino queasumen formas históricas específicas que caracterizana los distintos grupos sociales.

Levins y Lewontin (1985) formularonteóricamente el problema de historicidad de losprocesos naturales al plantear que las formas históricasde la biología humana son la expresión de la capacidaddel cuerpo para responder con plasticidad ante suscondiciones específicas de desarrollo, es decir, sonprocesos de “adaptación” que en esta concepción sedistinguen en dos aspectos esenciales de la concepciónde adaptación manejada por la fisiología y la corrientedarwiniana dominante: en primer lugar, no se trata deuna adaptación que restablece un equilibrio inicial, sinoque produce una nueva condición corporal; en segundolugar, estos procesos de adaptación no son teleológicosen el sentido de que ocurren para alcanzar un objetivodeterminado. En esencia, significan la transformaciónde los procesos biológicos y psíquicos con el desarrolloo la destrucción de potencialidades y capacidades.

Para abordar el nexo biopsíquico humano comouna expresión de las condiciones concretas del procesohistórico, es imposible mantener el instrumentalmetodológico y técnico de la medicina tradicional. Sehace necesaria la construcción de un nuevo objeto deconocimiento. Un primer problema que aparece es elcómo “pensar” el hecho de la historicidad de la biologíahumana (Laurell y Noriega, 1989). En el marco de esta

propuesta, el abordaje de la biología humana no esposible desde los procesos celulares ó sub-celulares,cómo tradicionalmente se ha venido realizando, debidoa que esta historicidad se manifiesta en un nivel decomplejidad diferente al nivel celular o sub-celular. Hayque abordarlo en el nivel de complejidad que representael cuerpo humano en su integralidad. Es aquí donde seexpresa el concepto de estereotipos de adaptación ó“modos de andar por la vida” (Tambellini, 1975), siempredejando claro que el concepto de adaptación quepermite entender la historicidad de los procesosbiológicos es diferente del concepto de adaptaciónentendido como un continuo retorno a lanormalidad. Es decir, se entiende la adaptación masbien como procesos complejos, multidireccionales, loscuales no siempre significan un retorno a la normalidaddel organismo.

Esta manera de concebir o de construir el objetode científico de estudio proceso salud-enfermedadcolectivo tiene implicaciones importantes que esnecesario explicitar. Una primera consecuencia es quecentra la atención en las características del procesobiopsíquico complejo y no en la enfermedad clínica, esdecir, permite analizar otras dimensiones de la saludque la clínica no reconoce, pero que pueden significarun grave “malestar” corporal y psíquico. Es decir, abrelas posibilidades para el estudio de otras nuevasrealidades hasta ahora no reconocidas como“problemas de salud” por la visión dominante de laciencia médica. Otra consecuencia es que esta manerade abordar el proceso salud-enfermedad obliga a unavisión histórica, dinámica, que reconoce que las formashistóricas biopsíquicas específicas, son estereotipos deadaptación presentes pero que a la vez hunden susraíces en el pasado, y prefiguran el “malestar” futuro.Un tercer elemento inherente a esta construcción delobjeto científico destaca que el proceso salud-enfermedad colectiva caracteriza a las colectividadeshumanas definidas en función de su inserción específicaen los procesos sociales. Por tal motivo, es en éstas -en las colectividades humanas-, en donde se puedenestudiar sus expresiones concretas, y no en individuosaislados o en una suma de individuos. Pero esimportante comprender que no son colectivosahistóricos y difusos, sino grupos sociales definidos porsu manera de inserción en la sociedad, es decir, en elproceso productivo, donde se encarna el nexobiopsíquico históricamente específico.

Si entendemos el trabajo como la relación queestablece el ser humano con la naturaleza para su

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aprovechamiento, en determinadas condicioneshistóricas; y que es el lugar que ocupa el ser humanocon relación a ese proceso de trabajo lo que nos da lapista para entender el lugar que ocupa en una sociedadhistóricamente determinada; será a partir del estudiodel proceso laboral que podremos entender losestereotipos de adaptación que corresponden a losdiferentes sectores de esa sociedad concreta (Laurelly Noriega, 1989).

El problema de la construcción del objeto deestudio de la medicina social se ubica en el cómoconceptualizar la subsunción de lo biológico en lo social.A pesar de que los procesos de adaptación se expresanen los individuos concretos, para poder comprenderloses necesario comprender el “ambiente” como unproducto de la realidad social, y que además,dependiendo de la inserción del individuo en ese“ambiente” presentará distintas modalidades que soncaracterísticas de la manera de insertarse en el procesosocial. Es decir, los estereotipos de adaptación o“modos de andar por la vida”, son característicos delas colectividades humanas concretas, más allá de lascaracterísticas individuales de cada individuo que laintegra.

Como expresión de los planteamientosanteriores, se puede ir construyendo el nuevo objetode estudio -la relación salud-trabajo-enfermedad-, apartir de donde se puede generar el nuevo conocimiento.Entendiendo que los estereotipos de adaptacióncaracterizan a las colectividades humanas, es en éstasdonde podemos estudiar el nexo bio-psíquico y no enlos individuos aislados. Es por ello que una herramientade primera línea para abordar el estudio de la relaciónsalud-trabajo-enfermedad es la epidemiología, la cualha tenido que sufrir a su vez profundastransformaciones en sus bases conceptuales para darrespuesta a los nuevos problemas que surgen de estapropuesta.

El Proceso de Trabajo

Uno de los procesos más importantes en elproceso de transformación del mono en ser humano,es la creación y uso de la herramienta mediante lautilización de materiales que aportaba la naturaleza demanera directa -piedras, madera, huesos-, hace cercade cinco millones de años. De esta manera el serhumano comienza a actuar sobre la naturaleza paratransformarla en la perspectiva de obtener beneficiosde acuerdo a sus necesidades (Betancourt, 1995). La

diferencia fundamental entre el trabajo consideradocomo el intercambio constante entre los seres humanosy la naturaleza y la actividad de los animales es que enel caso de los primeros se realiza de manera consciente,con la participación del pensamiento, mientras que enlos segundos -los animales-, es una actividad meramenteinstintiva, donde no existe la prefiguración del productode la actividad. Este elemento va a ser clave al analizarel proceso de trabajo-alienación en el modo deproducción capitalista y sus efectos sobre la salud.

El ser humano nunca produjo bienes de maneraaislada. Desde sus inicios, el trabajo tuvo una baseeminentemente social. El trabajo individual es sólo uncomponente del trabajo social que no se expresa deforma directa sino en trabajo acumulado. De maneraque aunque el ser humano produce para satisfacer susnecesidades, esta satisfacción no se materializa en elpropio acto de producir, sino que logra su concreciónen el momento del consumo. De manera que paraestudiar el proceso de producción y reproducción debienes materiales, es necesario estudiar el momentode la producción y el momento del consumo comouna unidad dialéctica, inseparable uno del otro.

Esta unidad dialéctica entre el momento de laproducción y el momento del consumo tienen suexpresión específica en el proceso salud-enfermedado expresado de mejor manera, proceso salud-trabajo-enfermedad. El momento de la producción estávinculado con las condiciones de trabajo y elmomento del consumo con las condiciones de vida.Esta unidad dialéctica condiciones de trabajo-condiciones de vida va a tener como resultante lospatrones de desgaste o su expresión más completa:los perfiles de salud-enfermedad de las poblacionessocialmente determinadas (Ver Gráfico N° 1).

Gráfico N° 1Relación Momento Productivo

Momento Reproductivo

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La Salud Ocupacional ha asumido históricamenteel espacio que se corresponde con el momentoproductivo (Condiciones de Trabajo), sin embargo, lastendencias actuales del empleo en el marco de lasnuevas formas de la organización del trabajo hacenque esta separación (momento productivo vs.momento reproductivo) se haga cada día menossignificativa. Especial interés cobra en este sentido lasituación de la mujer trabajadora en las que no es posibleentender su proceso salud-trabajo-enfermedad tomandocomo referente y de manera aislada uno de estos dosmomentos del proceso de producción capitalista.

Estos procesos de producción y de consumo, asícomo las relaciones entre los seres humanos y entreéstos y la naturaleza, han cambiado a través de lahistoria, cambiando con ello las condiciones de trabajo,de vida y las expresiones de salud. El desarrollo de lasfuerzas productivas, la presencia de una amplia variedadde procesos laborales, la incorporación de formasproductivas regidas por sistemas de cooperación o dedivisión del trabajo, por la separación entre la concepcióny la ejecución, por la posesión o no de los medios deproducción, por la incorporación de la máquina y deprocesos automatizados, han definido las formas deenfermar o morir de los trabajadores (Betancourt, 1995).

Aunque el proceso de trabajo es el procesobásico de todas las sociedades, sólo se concreta bajoformas históricas particulares. En tal sentido, a objetodel presente trabajo, interesa analizar la forma que elproceso laboral asume en las sociedades capitalistas.

Para comprender las características que asumeel proceso de trabajo en el modo de produccióncapitalista hay que tener presente que su finalidad esla extracción de plusvalor, de manera que hay analizarel proceso de producción en sus dos facetas: el procesode valoración o de producción de plusvalor, y el procesolaboral o de producción de bienes. La característicaesencial del proceso de producción capitalista es queal mismo tiempo que es un proceso laboral, técnico, deproducción de bienes (valores de uso), es el procesode producción de valor de cambio o simplemente valor.

El proceso laboral, en este sentido, no es másque un medio del proceso de valorización del capital, elcual le impone su lógica. Estudiar el proceso laboralequivale a descubrir bajo qué formas concretas elcapital consigue extraer y maximizar la plusvalía,problema que está indisolublemente ligado a la lucha

de clases, dado que el capitalista no sólo persiguevalorizar su capital, sino que está obligado a hacerloenfrentado a la resistencia obrera. Lastransformaciones del proceso laboral capitalista laspodemos explicar entonces, como las solucionesconcretas específicas dadas a los problemas demaximizar la plusvalía. Es decir, expresan por una partela necesidad de incrementar incesantemente laproductividad del trabajo, fuente única de valor, y porla otra, la estrategia del capital para enfrentar y anularla estrategia obrera de resistencia a la explotación(Laurell, 1984).

Esto significa que si bien el proceso laboral esy puede ser visto como un proceso técnico, su esenciaes social y económica. Cada uno de sus elementos, yla interacción dinámica entre ellos, son comprensiblesúnicamente en esta perspectiva analítica. La conversiónde un objeto de trabajo, no es un hecho fortuito, sinoque obedece a la posibilidad de convertirlo en unproducto realizable en el mercado con ganancia. Losinstrumentos de trabajo no son el simple resultado deldesarrollo científico-tecnológico sino también, lamaterialización de determinadas relaciones de clase.El consumo de la fuerza de trabajo al realizarse eltrabajo, finalmente, sintetiza las características delobjeto, de los instrumentos y una determina-dacorrelación de fuerza entre el capital y el trabajo, y seexpresa bajo formas concretas de desgaste obrero.

Al analizar los orígenes del proceso devalorización, una primera interpretación se refiere ala competencia intercapitalista, apareciendo aquí elelemento de la productividad identificada con eldesarrollo y la incorporación de nueva tecnología. Estaprimera visión, si bien es importante, elude el elementocentral para comprender la cuestión tecnológica, quees la relación capital-trabajo (Laurell, 1990). Es decir,para comprender el proceso de valorización de lamercancía no basta entender que éste se desarrolla encondiciones de competencia intercapitalista, sino antetodo, que es un campo de lucha entre las fuerzasantagónicas del capital y el trabajo.

Esta lucha, cuando se presenta en condicionesordinarias, es decir, cuando no se cuestiona ladominación capitalista, se expresa como la disputa porel plusvalor ó plusvalía generada en el proceso laboral,y al mismo tiempo, por el cómo usar la fuerza de trabajo.Ambas luchas tienen momentos en que se expresande una manera concentrada, tal es el caso de las

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movilizaciones obreras ó en las discusiones de lacontratación colectiva. De igual manera, tieneexpresiones cotidianas en los lugares concretos detrabajo. Allí se expresan en la conflictividad en elproceso laboral concreto, en la indisciplina, elenfrentamiento personal capataz-trabajador, el saboteoimperceptible de la producción, etc.

Otro elemento importante a destacar es que elproceso de trabajo no está aislado del consumo, sinoque ambos constituyen una unidad. Son dos momentosde un mismo proceso en el cual el consumo estádeterminado por la producción. Esta unidad entre trabajoy consumo, que en el marco de la lucha de clases originadeterminadas prácticas de clase, es lo que permitedescubrir la existencia de patrones específicos dedesgaste reproducción obrera, que se expresan en lasfisonomías de clase y en el proceso salud-enfermedad.Así mismo las formas distintas de enfermar y morir delas clases y fracciones de clase, no son más quemanifestaciones singulares del proceso de desgaste-reproducción.

Conceptualizar el problema de esta maneratiene una serie de consecuencias teóricas y prácticas.Por una parte, permite constatar la determinación socialdel proceso bio-psíquico humano, y por otra, explica laesencia social de este proceso, lo que nos coloca encondiciones de ir reconstruyendo sus elementosconcretos y reconocer sus determinaciones.

Entender la enfermedad como unamanifestación singular de un proceso, resuelve losdilemas causalistas, ya que pone en el centro, no tal ocual entidad gnoseológica, sino el proceso mismo quepuede expresarse bajo formas distintas en diferentesmomentos. Esto nos libera definitivamente de las trabasdel pensamiento médico tradicional respecto a lacausalidad específica en sus vertientes de mono ymulticausales, y nos ubica en el camino de unpensamiento auténticamente preventivo. De allí que lasimple búsqueda de cómo prevenir o curar unaenfermedad determinada, deviene en un esfuerzo pordesentrañar cómo lograr el desarrollo óptimo de laspotencialidades bio-psíquicas humanas.

Asumir estos planteamientos tiene efectosprofundos sobre la práctica. Primero, porque revelanque hay un vínculo íntimo entre el trabajo y la salud,que no se agota en algunos factores de riesgo externosy determinadas enfermedades, sino que el trabajo es a

la vez un modo biológico y psíquico de vivir. No setrata de luchar contra la posibilidad de contraerdeterminadas enfermedades, sino porque el desgastesea menor. Significa hacer consciente que el capital nosólo expropia el producto del trabajo, sino que lo hacebajo formas que tienen repercusiones precisas en lavida obrera cotidiana. Significa que no es posible ganaren el consumo lo que se perdió en la producción.

El transformar profundamente los patrones dedesgaste / reproducción obrera, pasa por la disputa dela repartición del excedente, pero la cuestión centrales el control sobre el proceso de trabajo o proceso deproducción.

De manera esquemática podemos decir que elproceso de producción lo podemos desdoblar en susdos componentes: el proceso de valorización y elproceso laboral, donde las necesidades del proceso devalorización se constituyen en el determinante principalde la conformación específica del proceso laboral. Sinembargo, el proceso de producción está en el centrodel conflicto entre el capital y el trabajo, de maneraque otro de los determinantes de la conformación delproceso laboral concreto es la manera como seexpresan las estrategias de valorización y deresistencia.

La importancia de entender cuales son losdeterminantes de la conformación del proceso laboralreside en el hecho de que es en este proceso donde seconcreta una forma particular de trabajar que implicaun uso específico del cuerpo y la mente del trabajador(Laurell, 1990). En última instancia, el proceso laboralestá conformado por el objeto de trabajo, losinstrumentos de trabajo y el trabajo propiamente dicho.Los dos primeros constituyen la base técnica del procesolaboral, y el trabajo propiamente dicho va a estar definidopor la organización y la división del trabajo en un procesolaboral concreto. Sus características van a estardefinidas por la lógica y dinámica del proceso laboral,es decir, la forma específica que asume su base técnicay la organización y división del trabajo. Sin embargo,es necesario una segunda lectura para poder descifrarla relación entre el proceso laboral y nuestro objetoespecífico de estudio: el proceso salud-enfermedadcolectivo. Para ello es necesario el estudio de la otracara del proceso laboral que es la dimensión social ybiopsíquica y desarrollar ésta conceptualmente. Laurell(1990), desarrolla un esquema que permite visualizaresta propuesta:

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Gráfico N° 2Proceso de Producción – Proceso de Desgaste

Tomado de Laurell: La Construcción Teórico-Metodológica. En: Para la Investigación sobre la Salud de los Trabajadores

Las herramientas de la medicina tradicional nopermiten dar respuesta a la nueva conceptualizaciónde la medicina social, en el análisis del proceso laboraly el nexo bio-psíquico. Al producirse una ruptura conrelación al objeto de estudio, necesariamente tiene queproducirse una ruptura con el instrumental metodológicoque lo acompaña. Así, ni la concepción tradicional del“riesgo” como agentes nocivos aislados que puedencausar enfermedad ni la concepción de los “factoresde riesgo” presentes en el modelo epidemiológicomulticausal, resultan suficientes para el enfoque teóricoque propone la corriente de la medicina social. Se hacenecesario construir nuevas categorías de análisis.

Una primer categoría de análisis, necesaria parareconstruir a nivel de los procesos intelectuales unarepresentación coherente de la realidad es la de“desgaste”, entendida como la pérdida de capacidadpotencial y/o efectiva, biológica y psíquica y engloba alos procesos biopsíquicos en su conjunto (Laurell, 1990).La razón de abarcar con este concepto tanto lascapacidades efectivas como las potenciales es parapermitir analizar no sólo la destrucción biopsíquico,repentina o lenta, sino también los obstáculos aldesarrollo de potencialidades en estos dos terrenos. Esimportante esta preci-sión ya que introduce un elementonovedoso, debido a que el desgaste puede expresarseo no en lo que la medicina reconoce como patología.Además, obliga a considerar los procesos de desgasteno solo en el marco del proceso productivo, sino además,y de manera muy importante, en el del proceso

reproductivo, de reposición y desarrollo de lascapacidades bio-psíquicas.

Por su complejidad, la categoría desgaste esdifícil mostrarla directamente, por lo que la mayoría delas veces sólo es posible captarla a través de alguna desus dimensiones o mediante indicadores. Los másusados, en este sentido, son los síntomas y signosinespecíficos, el perfil patológico, los años de vida útilperdidos, el envejecimiento acelerado y la muerteprematura. Los tres últimos carecen de sentido salvoque se presenten con relación a un referente social,cuyo procedimiento de selección debe ser explícito.

Los procesos de desgaste no pueden sercomprendidos primariamente en la individualidad decada trabajador, sino que es una categoría quecaracteriza a las colectividades humanas. Es decir, aúncuando los procesos de desgaste se expresan a travésde los individuos que integran la colectividad, no es sinoen ella donde adquiere pleno significado y visibilidad.Esto adquiere vital importancia en la comprensión deque el proceso de desgaste no es una fatalidad ciega,sino que está moldeado por la acción de la propiacolectividad.

Una segunda categoría es la de “carga laboral”,con la cual se pretende lograr una conceptualizaciónmas precisa en lo que hasta ahora se ha conocido comocondiciones ambientales con relación al proceso laboral.Se intenta resaltar en el proceso laboral a los elementos

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de éste que interactúan de manera dinámica entre sí ycon el cuerpo humano, generando procesos deadaptación que se traducen en desgaste, entendido éstecomo la pérdida de la capacidad potencial y/o efectivacorporal y psíquica (Laurell y Noriega, 1989).

Es necesaria una primera aproximación a larealidad por medio de la descomposición de las cargasen tipos específicos, incluso incluyendo los riesgosparticulares. Ahora bien, esto no quiere decir que larecomposición sea la simple suma de las partes, debidoa que sólo es posible lograr una comprensión global delos procesos de desgaste a partir de la dinámica globaldel proceso laboral. Un segundo paso analítico, consisteen la reconstrucción de las cargas laborales con la lógicaglobal del proceso laboral como punto de partida. Eneste sentido, para lograr una mejor comprensión de lascargas laborales es conveniente agruparlas en dosgrandes grupos: las que tienen una materialidad externaal cuerpo y que al interactuar con él genera una nuevamaterialidad interna, éstas son las cargas físicas,químicas, biológicas y mecánicas, y las que sóloadquieren materialidad en el cuerpo humano, éstas sonlas psíquicas y las fisiológicas.

Las cargas físicas, químicas, biológicas ymecánicas pueden ser detectadas y hasta cuantificadassin involucrar al cuerpo humano, tienen de esta manerauna materialidad externa a él. Todas estas cargas alinteractuar con el organismo, sufren un cambio decalidad debido a que pierden su materialidad externapara generar transformaciones en los procesoscorporales. Así, el ruido en el ambiente cobraimportancia en la medida en que genera procesospatológicos que van más allá de la simple pérdidaauditiva.

Las cargas fisiológicas y psíquicas, sólo tienenmaterialidad en el cuerpo humano. Pero así como lascargas del primer grupo al interactuar con el organismosufren una transformación cualitativa, de la mismamanera este segundo grupo de cargas también generanprocesos similares, de tal manera que el conceptualizarestas cargas no es posible al margen del cuerpohumano, pero al mismo tiempo, cobran materialidad enprocesos corporales transformados.

La descomposición y agrupamiento de lascargas en distintos tipos, sólo es un primer pasoanalítico. El segundo paso sería la recomposición óreconstrucción de las cargas laborales a la luz delproceso laboral concreto.

Esta recomposición es evidente en el efectopotenciador de las cargas de un mismo grupo, demanera tal que no sólo se suman sino que incrementansus efectos sobre los procesos bio-psíquicos humanos.Pero es en la interacción entre las cargas de distintosgrupos donde se logra una mejor visualización de lanecesidad de analizarlas en conjunto y en el marco delproceso laboral.

Betancourt (1995) y Breilh (1994) introducenelementos adicionales que permiten ir más allá de losplanteamientos de Laurell con relación a las cargaslaborales. En efecto, estos autores hablan de procesosmás que de cargas dándole una connotación másamplia al concepto desarrollado por Laurell. Planteanla existencia de procesos peligrosos (que se relacionancon el concepto de carga de Laurell) y la existenciade procesos favorables o protectores. Estaconceptualización de los autores antes señalados esimportante ya que permite rescatar los elementospositivos del trabajo y eliminar o combatir los elementosdestructivos.

Los avances propuestos por la corriente de laMedicina Social han abierto brechas para elplanteamiento de nuevos problemas de la salud en eltrabajo. Uno de los que ha tenido mayor relevancia esel referido al enfoque de género. La visión de géneroha permitido hacer visibles problemas que antespermanecían ocultos. En el área de la salud de lostrabajadores esta perspectiva ha permitido establecerlas claves para la comprensión de la distribución desigualde la enfermedad al interior de los procesos productivos,al estar la distribución del empleo estrechamenterelacionado con la discriminación entre hombres ymujeres. Los llamados “ghettos de empleo” al interiorde las fábricas permiten comprender esta distribucióndesigual de la enfermedad: empleos para hombre(caracterizados por “altas exigencias” y elevadosniveles de exposición a condiciones peligrosas detrabajo) vs. empleos femeninos (caracterizadossupuestamente por “bajas exigencias” y bajos nivelesde exposición a condiciones peligrosas de trabajo). Estamitología con relación a los empleos femeninos ymasculinos ha sido develada por la perspectiva degénero en el abordaje de la salud en el trabajo. Estudiosrealizados han puesto al descubierto la falsedad de laafirmación que los empleos femeninos son de bajaexigencia, y al mismo tiempo han develado la trampade la visión masculina de la producción con relación aque los hombres pueden soportar peores condicionesde trabajo. Este último ha sido un argumento que ha

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permitido exponer a los trabajadores a condiciones alas que ningún ser humano (sea hombre o mujer) deberíaser expuesto en el desarrollo de su actividad de trabajo.

Entre algunos de los problemas teóricos sobrelos que es necesario profundizar en el debate actual delos problemas de la salud desde una perspectiva degénero podemos ubicar los siguientes: las categoríasque expliquen la salud; la construcción histórica de losgéneros; las diferentes nociones de reproducción quepermitan profundizar en el conocimiento de losproblemas de la mujer; y el trabajo doméstico comoparte fundamental de la vida cotidiana de lastrabajadoras (Garduño, 1993).

En la perspectiva de la salud colectiva oepidemiología crítica -entendidas como una propuestaalternativa al enfoque médico tradicional- se proponecomo alternativa para analizar el proceso salud-trabajo-enfermedad en su articulación con el nivel más generalde la dinámica social la categoría de análisis“reproducción social” en tanto que integra los dosmomentos fundamentales de la organización social: laproducción de bienes (momento productivo) y elconsumo de los bienes producidos para la reproducciónde la fuerza de trabajo y la realización de la mercancía(momento reproductivo). Esta propuesta ha permitidoavanzar en la explicación y distribución diferencial dela enfermedad y de la muerte, es decir, ha permitidodevelar el carácter social del proceso salud-trabajo-enfermedad.

En los estudios desarrollados en estaperspectiva, por razones de construcción del saber, deuna u otra manera, siempre se ha privilegiado algunode los dos momentos (el productivo o el reproductivo)para explicar la determinación del proceso salud-enfermedad colectiva. Los estudios que parten delmomento productivo analizan los procesos de trabajogenerando conocimientos que se concretan en la luchapor la salud laboral para cambiar, en última instancia,las relaciones entre el capital y el trabajo; mientras quelos estudios que parten del momento reproductivohan permitido conocer algunos de los determinantesdel proceso salud-enfermedad que se generan por las“condiciones de vida” de los diferentes grupos sociales.

La aplicación empírica en problemas de saludcolectiva de esta visión dicotómica de la dinámica social,permite entender y clasificar las patologías y las causasde muerte de acuerdo a su origen, privilegiando sólouna parte de la vida -la productiva ó la reproductiva-,

aunque en última instancia se reconozca la síntesis dedeterminaciones en el cuerpo mismo de los individuospor la interacción de las exigencias de esos dos ámbitos.En el caso de las mujeres trabajadoras, que cumplen eldoble papel de trabajadoras y de amas de casa, los dosmomentos -el productivo y el reproductivo- se mezclanen la vida diaria y el límite de sus fronteras es imposiblede definir. Las mujeres -en su papel de ama de casa,-en los espacios llamados de reposición, realizan tareasde producción de bienes y servicios que las desgastan.Además, en el desarrollo de su actividad laboral, noabandonan su responsabilidad sobre sus familias, detal forma que trabajan en la reproducción de sí mismasy de los demás.

Metodológicamente es posible, en algunossectores y/o grupos sociales, entender por separado laproducción y la reproducción, pero en el caso de lasalud-enfermedad de las trabajadoras, esindispensable situar ambas categorías como un“continuum” en el que desarrollan su vida. En estesentido, analizar la generación de problemas de saluden la mujer trabajadora desde alguno de los momentos,sin considerar el otro, puede llevar a perder o encubrirparte de su explicación y de su compleja determinación.La doble inserción de la mujer al trabajo, en losmomentos de producción y de reproducción social, asícomo la especificidad de la reproducción biológica,deben ser abordados en el estudio de la salud de lamujer trabajadora. (Acevedo, 1993)

Podemos ubicar tres niveles de explicación delos problemas de la salud de la mujer sobre los que esimportante plantear algunas reflexiones. El abordajedesde el punto de vista de la reproducción en el sentidobiológico, los que la abordan desde la perspectiva de lavida doméstica como el lugar de la reproducción de lacapacidad de trabajo, y los que la explican desde laperspectiva de la construcción histórica de los génerossituándose en el nivel más abstracto de lareproducción social (Breilh, 1991).

Al aplicar las categorías de género y lasacepciones de reproducción social en el análisis delos tres papeles centrales de la mujer en la estructurasocial encontramos que existe una extrapolación entresus funciones de reproducción biológica -como madre-de reproducción de la fuerza de trabajo -como ama decasa-, y en la reproducción mas general como invisiblesoporte social. A partir de esta perspectiva podemossituar distintos momentos en la determinación de dañosen la salud.

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En el primer nivel encontramos una contradicciónentre el valor socialmente conferido a la reproducciónde la especie y la responsabilidad que la mujer ha deasumir en forma individual, que se concreta en undiscurso que eleva la maternidad a un rango superior,casi “celestial” -situación que limita a las madres alhogar-, pero al mismo tiempo se les reconoce menorjerarquía en un mundo de competencia y trascendencia.Esta contradicción se expresa aún con mayor crudezaen el ámbito del ambiente de trabajo, donde existe unadoble visión del “ser madre”: por una parte se considerauna obligación, la función femenina por excelencia, peroque se considera inapropiada cuando entre encontradicción con la posibilidad de generar ganancias.Esta contradicción se expresa en una aprobación /desaprobación social de las madres -en especial delas mujeres embarazadas- que laboran fuera del hogar.Esta contradicción llega a su máxima expresión en losperíodos de crisis económica y en las tendenciasactuales de la configuración del hogar, donde cada vezson más comunes los hogares monoparentales, dondela carga económica es asumida exclusivamente por lamujer. Ejemplo concreto de esta contradicción entre lamaternidad y el trabajo se expresa en las políticasdesarrolladas por muchas empresas donde solicitan“certificados de esterilización” a las mujerestrabajadoras para eludir la protección legal que alogrado la mujer en el ámbito de las leyes. Otraexpresión de esta contradicción es la falta de apoyocolectivo a la maternidad (ausencia de guarderías,carencia de servicios básicos de apoyo a la maternidad,etc.) que representan una fuente de tensión permanenteen la vida de la mujer trabajadora.

El segundo nivel sobre el que se hace necesariauna reflexión, es el de la vida doméstica, que comprendela reposición de la capacidad de trabajo. Es el momentode la renovación constante de la capacidad productivadel individuo para trabajar, a partir de su sobrevivenciaestricta y de su recuperación como parte de un gruposocial específico. Las tareas que esto requiere segeneran en el hogar, ámbito de la realización de cadaindividuo y de la familia como núcleo social primario.

El tercer nivel de explicación es un análisis masgeneral, que intenta explicar con mayor claridad laconstrucción de los géneros que delimitan la vidadiferenciada de hombres y mujeres e influye en unanálisis más particular.

Capitalismo y desgaste obrero

El advenimiento del capitalismo marca uncambio radical en la relación del ser humano con lanaturaleza y, por tanto, en la manera como se expresael desgaste del productor directo. Sin embargo, seríauna simplificación extrema concluir de allí que el modode producción capitalista se caracteriza por un patrónúnico de desgaste. Aún el conocimiento superficial dela realidad desmiente que así ocurre, lo que sugiere lanecesidad, no de abandonar el planteamiento general,sino el analizar el proceso histórico de desarrollo delcapitalismo para poder descubrir cuáles son lasmanifestaciones de sus transformaciones en el desgasteobrero.

Esto equivale a analizar los cambios ocurridosen el proceso laboral que se traducen en relacionesdistintas entre los medios de producción y el trabajo,que a su vez originan modos diferentes de consumir lafuerza de trabajo y que se expresa en formasespecíficas de desgaste obrero.

Aún admitiendo que cada proceso tienecaracterísticas singulares, parece posible construir unatipología de “proceso laboral / patrón de desgaste”sobre la base del reconocimiento de las principalesformas distintas de resolver el problema de la extracciónde plusvalía a partir o teniendo como referente lacompetencia intercapitalista y la resistencia obrera. Lapresencia asincrónica de procesos laborales, que puedenser vistos en una perspectiva histórica como etapassucesivas de maduración del proceso productivocapitalista, no invalida este enfoque analítico sinosolamente señala la necesidad de especificar quécircunstancias concretas les generan y cómo secondicionan mutuamente.

Una primera gran división de los procesoslaborales capitalistas está dada por las etapas desubsunción formal y subsunción real del trabajo alcapital1 -y se expresa de manera simple como la formaque adopta el control del capital sobre el trabajo-, queen términos de plusvalía corresponden respectivamenteal predominio de las formas absolutas y relativas deésta. La etapa de subsunción formal se puede considerarcomo la etapa de transición hacia el modo de produccióncapitalista propiamente dicho. Es decir, es una etapa

1 De acuerdo con Marx, entendemos por subsunción cuando “...el proceso de trabajo se convierte en instrumento del proceso de valorización, delproceso de autovaloración del capital: de la creación de plusvalía...” (Marx, K. El Capital, Cap. VI. Fundo de Cultura Económica. 2ª edición. 1959)

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que se abre con la redefinición de las relaciones deproducción, pero todavía no hay una forma productivacapitalista propia. El modo de producción capitalista seestablece con la subsunción real, que sin embargoevoluciona constantemente pasando por el maquinismo,el taylorismo-fordismo y la automatización. A cada unade estas etapas y subetapas hay una conformaciónespecífica del proceso laboral que implica formas dedesgaste distintas.

En términos generales son dos los problemasesenciales que el capital tiene que resolver para podermaximizar la plusvalía. En primer lugar, tiene quecontrolar el proceso de trabajo para poder convertir lafuerza de trabajo comprada por él en trabajo realizado,es decir, materializado como valor. El control se logra,a través de formas cada vez mas avanzadas de divisióndel trabajo que conllevan a la separación entre laconcepción y la ejecución del trabajo y ladescalificación creciente del obrero mediante laapropiación de su saber-hacer. Como expresión de loanterior, es necesario el desarrollo de una tecnologíaque materialice el control al transferir la iniciativa obreraa la máquina; se convierte al obrero en un factor objetivodel proceso de producción. El segundo problemaplanteado al capital es incrementar la productividad deltrabajo, que logra ampliando la base productiva, esoes, desarrollando los instrumentos de trabajo.

En este sentido, consideramos importanteanalizar dos elementos significativos en el procesolaboral como son la división y organización del trabajoy las características de la tecnología, fundamentadasen la comprensión de los patrones de desgaste de lapoblación trabajadora. De hecho, en cada etapa oestadío de desarrollo de las fuerzas productivas,encontramos formas distintas de desgaste obrero. Desdela Cooperación Simple, hasta las fábricasautomatizadas, la población trabajadora presenta “tipos”de desgaste característicos.

Los escenarios de las luchas por la salud

A cada período del capitalismo no solo hancorrespondido formas concretas de desgaste, sinotambién, formas concretas de resistencia obrera. Vemosasí como los trabajadores en el inicio del capitalismodesarrollaron formas concretas de lucha centradasfundamentalmente en la lucha por la supervivencia. Nohabía espacio para la defensa de la salud. Era la vida ola muerte lo que se jugaba el trabajador cada día. Eranlos tiempos de la explotación brutal del trabajador, de

la acumulación originaria capitalista. Frente a lavoracidad de la burguesía, el movimiento obrerorespondió con la lucha por la disminución de la jornadade trabajo y por el aumento de salarios. En este período,el movimiento obrero adquiere bases sólidas y tomaconciencia de su poder como fuerza política. Laconquista primordial en este período se puede sintetizaren la conquista del derecho a la vida.

Elementos destacables que se pueden observardurante este período son las largas jornadas de trabajoque alcanzan las 12, 14 y hasta 16 horas; el empleo delos niños en la producción industrial, a veces a partirde los 3 años, aunque la mayoría de las veces a partirde los 7. La falta de higiene, promiscuidad, agotamientofísico, accidentes de trabajo y sub-alimentaciónpotencian sus efectos y crean las condiciones de unaelevada morbilidad, gran mortalidad y esperanza de vidamuy reducida.

La gravedad de la situación se expresa en larevisión médica para la conscripción militar: “EnAmiens, hacia 1830, para encontrar 100 conscriptosaptos para el servicio militar, se necesitaban 153 jóvenesde las clases altas y 383 de clases pobres” (Bron, 1968:citado por Dejours, 1990).

Con relación a las condiciones de trabajo de laépoca, y sobre todo los accidentes de trabajo, los autoresde la época señalan que la intensidad de las exigenciasdel trabajo y de la vida misma amenazaban a la manode obra. Los autores de la época compararon losefectos de estas condiciones sobre los trabajadores conlos efectos de las enfermedades contagiosas.

Las concentraciones obreras creadas por lasnecesidades de la producción hacen surgir nuevasrelaciones que permiten al Estado ser progresivamenteautónomo de la tutela patronal no sin resistencia porparte de ésta última. La aparición de federacionessindicales, asociaciones y partidos políticos obreros, danal movimiento obrero una dimensión significativa sobretodo a partir de la Comuna de París. Lasreivindicaciones obreras alcanzan un nivel propiamentepolítico.

Durante este período se dan procesos desigualesde avances en relación a las conquistas de lostrabajadores. Muchas veces los logros alcanzados seráncuestionados nuevamente por las leyes que haránregresar a situaciones anteriores por vía deinnumerables derogaciones y por el rechazo de la

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aplicación de las mismas. Entre un proyecto de ley ysu voto se tendrá que esperar a menudo de diez a veinteaños. En Francia, por ejemplo, la aprobación de lasupresión de la libreta obrera tardó nueve años; treceaños para el proyecto de ley sobre la reducción deltiempo de trabajo de mujeres y niños; once años parala ley de higiene y seguridad; quince años para la deaccidentes de trabajo; cuarenta años para la jornadade 10 horas; veinticinco años para la jornada de ochohoras (Dejours, 1990).

Es solamente a partir del final del siglo XIX queson arrancadas las leyes sociales que conciernenespecíficamente a la salud de los trabajadores. Comodato histórico y como expresión de las condiciones devida y trabajo de la población trabajadora, vale la penarescatar los comentarios y burlas que causó laaprobación de la Jubilación para el conjunto detrabajadores de más de 65 años. Esta Ley fue llamadapor el movimiento sindical y por los trabajadores“Jubilación de los muertos” ya que en esa época sóloel 15% de los franceses llegaban a esa edad.

Con el desarrollo de la resistencia obrera, yubicada en el tiempo entre la Primera Guerra Mundialy la década de los sesenta, el movimiento obrero centrasu lucha en la protección a la salud. Resguardar elcuerpo de los accidentes, prevenir las enfermedadesprofesionales y las intoxicaciones causadas por losproductos industriales, garantizar a los trabajadores elcuidado y tratamientos adecuados, son los temascentrales alrededor de los cuales se organizan las luchasobreras de este período. Podemos ubicar este períodocomo el de la lucha por las condiciones y medioambiente de trabajo.

La consolidación de la organización de lostrabajadores y el alcanzar la dimensión de fuerzapolítica le permite asumir nuevas tareas en este período.Se puede decir, de manera esquemática, que laorganización de los trabajadores se tradujo por laconquista primordial del derecho a la vida, incluso silas condiciones de existencia estaban lejos de serhomogéneas para el conjunto de la clase obrera(Dejours, 1990). De hecho, aparece una mayordiversidad de reivindicaciones. Uno de los ejes queestructuran estas nuevas reivindicaciones es el de laprotección de la salud.

Dejours (1990) plantea tomar la referencia dela Primera Guerra Mundial (1914 - 1918) debido al saltocualitativo que se observa en la producción industrial,

el esfuerzo de producción para las necesidades de laguerra, las inéditas experiencias de reducción de lajornada de trabajo en las industrias de armamentos,etc. El vacío dejado por los muertos y los heridos deguerra en la reserva de mano de obra, los esfuerzospara la reconstrucción, la reinserción de losdiscapacitados en la producción, generan lascondiciones de una transformación de la relación serhumano–trabajo.

La aparición del taylorismo y del fordismo comoformas privilegiadas de organización del trabajo van atener repercusiones importantes sobre la aparición denuevos problemas a la salud de los trabajadores. La“organización científica del trabajo” se va a expresarcomo nuevas tecnologías de sumisión y dedisciplinarización del cuerpo del trabajador que haránnacer tensiones desconocidas hasta entonces,principalmente referidas a los tiempos y ritmos detrabajo. Los resultados exigidos son absolutamentenuevos y hacen aparecer al cuerpo como principal puntode impacto de los daños del trabajo. La fatiga física yano afecta únicamente a los trabajadores que hacentareas pesadas, sino al conjunto de los obreros de laproducción masa. Con la separación radical del trabajomanual y trabajo intelectual, el sistema de Taylor, alneutralizar la actividad mental del trabajador deja elcuerpo fragilizado y explotado, sometido a los impulsosde la organización del trabajo, sin su protector naturalque es el aparato mental. Tendremos entonces uncuerpo enfermo o en peligro de estarlo.

A partir de la guerra van a ser superadasimportantes etapas, al mismo tiempo que se perfila unanueva diversificación de las condiciones de trabajo yde salud. El movimiento obrero intenta obtener mejorasen la relación salud-trabajo, y medidas de mejoramientoaplicables al conjunto de los trabajadores.

Sin embargo, este proceso es desigual y va adepender de las relaciones específicas de fuerza enlos diferentes segmentos de la clase obrera. Allí dondees más fuerte, es decir, donde los trabajadores sonsuficientemente numerosos –las grandes empresa-,donde el trabajo tiene un valor económico estratégico–sectores de punta o centros vitales de la economíanacional-, la evolución de la relación salud-trabajo serámás rápida. Por el contrario, en las empresas aisladas,en las regiones poco industrializadas, donde lostrabajadores ocupados son pocos y el nivel desindicalización es bajo, y donde la población detrabajadores inmigrantes es importante, las condiciones

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de trabajo van a ser incomparablemente peores enrelación a las primeras.

En razón del desarrollo del movimiento obrero anivel nacional, y del papel del Estado como interlocutorprivilegiado, se pueden establecer más fácilmente lavinculación causa-efecto entre una lucha determinaday una ley específica que en el período anterior,vinculación que no se disocia por la inercia del tiempotranscurrido que por lo general es corto.

La guerra favorece las iniciativas a favor de laprotección de una mano de obra que se ha vistoreducida tanto desde el punto de vista numérico comode la constitución física misma, por las necesidades delfrente de lucha. Los principales progresos se cristalizanalrededor de la jornada de trabajo, de la medicina deltrabajo y de la curación de las afecciones contraídasen el trabajo.

Si bien ya desde 1898 existían leyes en Franciaque preveían la creación de dispensarios de fábricas acargo de empresas privadas de seguros, y existíandecretos de 1913 que condujeron a ciertas empresas aorganizar exámenes médicos de ingreso y de controldurante el período de trabajo, es en 1915 que aparecenlas bases de una verdadera medicina del trabajo con lainspección médica de las fábricas de guerra,organizadas por A. Thomas. Después de la SegundaGuerra esta tendencia se acentúa con lainstitucionalización de la medicina del trabajo en ciertossectores, sobre todo en las minas, mientras que ciertosempleadores contratan a título individual un médico,ante todo para hacer una selección previa al ingreso, ypara protegerse de ciertos riesgos que son ahora másarticulados con penalizaciones financieras. Poco a pocose va elaborando una doctrina implícita de la medicinadel trabajo.

La última época de este período de la lucha delos trabajadores por la salud que podemos ubicar a partirde la década de los cuarenta, el movimiento obrerocontinúa desarrollando su acción para la mejora de lascondiciones de vida (duración de la jornada de trabajo,vacaciones, jubilaciones, salarios), perosimultáneamente se desprende el frente específico queconcierne a la salud. Estas reivindicaciones se refierenprincipalmente a la prevención de accidentes, la luchacontra las enfermedades, el derecho a la atenciónmédica, es decir, la salud del cuerpo. Dejours (1990)plantea que este segundo período de la “historia de lasalud de los trabajadores” se caracteriza por larevelación del cuerpo como punto de impacto de laexplotación.

La peligrosidad de las máquinas, los productosindustriales, los gases y los vapores, los polvos tóxicos,los parásitos, virus y bacterias son progresivamentedesignados y estigmatizados como causa delsufrimiento físico. De 1914 a 1968, es progresivamenteel tema de las condiciones de trabajo el que ocupa elprimer lugar dentro de las reivindicaciones obreras enel frente de la salud. La lucha por la supervivenciadejó el lugar a la lucha por la salud del cuerpo.

A partir de 1968, y como corolario a 50 años delucha, el movimiento obrero desarrollará jornadasimportantes de lucha a nivel mundial por lo que sedenominó las condiciones y medio ambiente de trabajo.En este período se desarrollan luchas que reflejan elagotamiento del modelo taylorista-fordista expresadasen formas no convencionales de resistencia obrera: elausentismo, el “turn-over”, los paros de producción, elsabotaje, las huelgas salvajes son las expresiones máscomunes de la resistencia obrera. La insurgencia obreraa nivel mundial se manifiesta en grandes movilizaciones.“Mayo de 1968” en Francia, el “otoño caliente” deItalia, los mineros de Asturias en España, las huelgasde los automotrices en Detroit, son referenciasobligadas de este período.

Después de 1968 se plantea una nueva etapa en“la historia de la salud de los trabajadores” signada porla transición de las luchas de lo que hemos denominadosobre las condiciones y medio ambiente de trabajo enmedio de un desarrollo desigual de las fuerzasproductivas, de las ciencias, de las técnicas, de lasmáquinas, del proceso de trabajo, de la organización yde las condiciones de trabajo que produjeron situacionesmuy complejas y heterogéneas para poder reducirlas aun análisis genérico de la relación salud-trabajo. Sinembargo, en el seno mismo de este complejo mosaicode situaciones y de fenómenos, se puede identificaruna nueva temática que amplía la problemáticatradicional de las cuestiones de salud y se refiere a lasalud mental.

A partir de 1968, la temática referida a losaspectos de la salud mental y el trabajo cobran cadavez más importancia y plantean nuevos retos y nuevasreivindicaciones a los trabajadores en la relación salud-trabajo.

Existen varias razones que dan cuenta de estefenómeno. La primera se refiere al agotamiento delsistema taylorista-fordista de producción. Lainsurgencia obrera contra este modelo de organizacióndel trabajo llevó a un replanteamiento del mismo en

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todos los terrenos: en el económico, en el del controlsocial y en el terreno ideológico. En el primero, lashuelgas, los paros de producción, el ausentismo, el “turn-over”, el sabotaje de la producción condujo a buscarsoluciones de recambio de modelo. En relación al controlsocial, este sistema ya no da más pruebas de susuperioridad. Lejos estamos de las afirmaciones deTaylor acerca de las ausencias de huelgas en lasfábricas que adoptaron la organización científica deltrabajo (O.C.T). En el área del terreno ideológico esdonde hay un mayor cuestionamiento del modelotaylorista, tanto por los trabajadores como por parte dealgunos empresarios.

La reestructuración de las tareas, comoalternativa de la O.C.T. provoca amplias disputas sobrela finalidad del trabajo y sobre la relación “serhumano-tarea”, poniendo el acento sobre la dimensiónmental del trabajo no solamente industrial, sinoabarcando todas las ramas de la producción, incluyendoal sector terciario y de las nuevas industrias. En lastareas de oficina, reputadas como “no productoras dedaño” aparecen cada vez más en evidencia los efectosde esta actividad sobre la salud. La sensibilidad frentea las cargas intelectuales y psicosensoriales del trabajoen algunas actividades de oficina, así como lasactividades que tienen una débil carga física pero altosniveles de peligrosidad del proceso productivo (industriapetroquímica, nuclear, del cemento, etc.) confronta aestos trabajadores a nuevas condiciones de trabajo yles hace descubrir sufrimientos insospechados de losque nunca antes se tuvo conciencia. Nos estamosrefiriendo a los problemas vinculados directamente conla salud mental.

La pregunta que surge de esta última etapa queestamos viviendo está referida a qué es lo que podemosubicar como fuente específica de nocividad para lasalud mental. Podemos responder que si la lucha por lasobrevivencia (de las primeras etapas del modo deproducción capitalista) se correspondía con la luchacontra la excesiva duración de la jornada de trabajo, yla lucha por la salud del cuerpo conducía a denunciarlas condiciones y ambiente de trabajo; la lucha por lasalud mental se corresponde a la lucha centradafundamentalmente en el problema de la organizacióndel trabajo

Hoy en día el movimiento obrero atraviesa poruna de sus crisis mas profundas. Se evidencia en lacrisis de la organización sindical como instrumento delucha de los trabajadores. A pesar de ello, se comienzana estructurar formas de resistencia, aunque incipientes,

que van señalando el rumbo de los nuevos combatesque deberá desarrollar la clase obrera para la conquistade mejores condiciones de salud y trabajo.

Aunque de manera incipiente, nuevos sectoresde trabajadores comienzan a exigir el derecho aconocer, con suficiente anticipación, los planes deintroducción de nuevas tecnologías y cambios deprocesos para poder preveer los cambios en lascondiciones de trabajo. La lucha por la disminución yla regulación de la jornada de trabajo (períodos depausas-descansos) es otro elemento que cada díaaparece con mayor frecuencia en las estrate-gias deresistencia obrera. De la misma manera, frente a laaparición, cada día de mayor cantidad de sustanciasquímicas en los procesos productivos, el llamado “rightto know” o derecho a conocer las características delas sustancias con las que se trabajan y sus efectossobre la salud, se hace presente con mas fuerza entrelos trabajadores.

Globalización y salud de los trabajadores

En términos de la nueva realidad laboral quegeneran los nuevos procesos tecnológicos, uno de losproblemas más importantes en relación a los efectosde la introducción de nuevas tecnologías se refieren alas nuevas patologías asociadas a los nuevos procesostecnológicos. Siendo la globalización de la economíauna estrategia del capital para incrementar la tasade extracción de plusvalor, la misma llevaasociada nuevas formas de subsunción del trabajoal capital donde una de sus expresiones es laintensificación del trabajo.

La necesidad de seguir incrementando laproductividad y problemas de orden técnico, impulsanel desarrollo de los procesos laborales automáticos.Estos procesos significan la reducción definitiva de laparticipación obrera en el proceso laboral a funcionesde vigilancia (Gilly, 1981).

Podemos hablar de dos tipos de procesosautomáticos: los discretos y los continuos. Los procesoscontinuos son aquellos que significan la transformaciónfísica o química del objeto de trabajo e implican sistemascerrados. Su automati-zación depende en gran medidade consideraciones técnicas.

Los procesos automáticos de flujo continuo, quese presentan por ejemplo en la industria química,petroquímica y metalúrgica, se caracterizan porque

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trabajan con objetos de trabajo frecuentementepeligrosos y contaminantes. Esto significa que losobreros involucrados en ellos están expuestos aproblemas de intoxicaciones agudas y crónicas y aefectos cancerígenos (Levinson, 1975). Aunque losproductores directos están expuestos al riesgo mayor,éste también se extiende al territorio que rodea lafábrica y lo podemos observar por un sinnúmero deintoxicaciones masivas poblacionales (Bopal y Sceveso)e incrementos en la muerte por cáncer en zonasaledañas a este tipo de indus-tria (Berlinger, 1977; Blot,1977). En Venezuela podemos citar el caso de LosHornitos, poblado situado en la Costa Oriental del Lagode Maracaibo, al lado de la Petroquímica de “ElTablazo” y el de la contaminación mercurial en laPetroquímica de Morón ampliamente reseñados por laprensa nacional.

Las formas concretas que asume la labor, secaracteriza por un esfuerzo físico bajo, donde predominael sedentarismo, la inmovilidad; la monotoníacombinados con una concentración y tensión alta. Elpapel desempeñado por el operador es observarinstrumentos de medición, corregir algunos parámetroso eventualmente tocar “la alarma” si algo anormalsucede. La combinación de una inmovilidad casiabsoluta y la conciencia de que en cualquier momentopuede ocurrir una catástrofe suscita situaciones de grantensión que se expresan en fatiga, stress y una floridapatología psicosomática y nerviosa (Garduño, 1979).

A esto se agrega la utilización, en muy altafrecuencia, del trabajo por turnos. Dado que parar laproducción implica una serie de problemas técnicos,aunque en algunos casos no es imposible, hay casisiempre una sistemática violación de la legislaciónrespecto a la duración de la jornada laboral. El casomas evidente de esta violación es la práctica de “doblarturnos”. A pesar de que las razones que suscitan laprolongación de la jornada aparecen como de ordentécnico, las repercusiones en el desgaste obrero sonevidentes, no solo por que se trabaja durante mas horas,sino también, porque la exposición al riesgo seincrementa. En este sentido, habría que recordar quelas normas de los límites máximos permisibles estáncalculados en base a una exposición de ocho horas yque en muchos casos, la prolongación de la jornada nosólo significa un incremento proporcional del riesgo,sino que traspasa el umbral a partir del cuál el daño seestablece definitivamente (Laurell, 1984).

El proceso laboral automático discreto, puedeser visto como la solución capitalista técnico-organizativa mas avanzada a la producciónanteriormente realizada por medio del maquinismo. Esla respuesta del capital al agotamiento de laorganización fordista de la producción. Como procesolaboral, el automático discreto no se restringe a seruna forma técnica de producir sino, es ante todo, es unmétodo de gestión de la fuerza de trabajo (Shaiken,1981). Así, en sus formas mas avanzadas, la principalinnovación consiste en la introducción del controlcomputarizado sobre el proceso laboral, que a su vezredunda en formas nuevas de trasladar el objeto detrabajo y de realizar las tareas que excluyen laparticipación activa del trabajador. El desgaste de estetipo de trabajo -el automático discreto-, o masexactamente, de no-trabajo, ha sido poco estudiadohasta el presente, pero apunta hacia los efectos de lahipoactividad y el stress, que probablemente semanifestarán en desórdenes mentales, problemaspsicosomáticos y la patología del stress.

En resumen, esta intensificación del procesolaboral se basa en el esfuerzo sistemático de atencióny disciplina mental que exige el control de instrumentoscomplejos y la toma de decisiones rápidas duranteperíodos prolongados, combinados con bajo esfuerzofísico y la monotonía del trabajo. Opera a través de laeliminación de los tiempos muertos (porosidad de lajornada de trabajo) generados por la falta decoordinación de los diferentes procesos productivos ypor medio de esfuerzos de la administración por imponerla completa subordinación del comportamiento deltrabajador a los requerimientos directos e indirectos decalidad de la producción (puntualidad, responsabilidad,pulcritud, orden). Aunque esta tendencia aparezcaasociada a otras que, para grandes sectores detrabajadores, hagan más interesante y cooperativo eltrabajo, la generación de un trabajo intensivo generaun mayor desgaste de la capacidad laboral deltrabajador, que tiende a generar un nuevo tipo de fatigamental y nerviosa, la cual se traduce en nuevos tiposde enfermedades ocupacionales características de lanueva época: la neurosis y el stress. Esta realidad es laque podemos observar en los países donde se hanadelantado procesos de reconversión industrial basadosen la introducción de nuevas tecnologías caso Japón,Europa, Estados Unidos y los países asiáticos (Corea,Tailandia, Madagascar, etc.).

Es necesario aclarar que hay procesosautomáticos discretos con grados muy diversos de

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complejidad que desde el punto de vista de lasofisticación tecnológica poco tiene que ver. Porejemplo, los procesos automáticos presentes en laindustria mexicana están, por regla general,caracterizados por su baja complejidad y su tecnologíarelativamente sencilla. Sin embargo, desde el punto devista de las características del trabajo, tanto procesoscomplejos, como sencillos, son semejantes.

Finalmente habría que apuntar que al mismotiempo que los procesos automáticos discretostransforman el modo de trabajar, tiene profundasconsecuencias sobre las condiciones de la lucha obrera,donde una de las variables más importantes es ladisminución del número de obreros necesarios pararealizar la producción. En la fase de transicióntecnológica se agudiza la competencia ínter obrera,dado que se acompaña generalmente de despidosmasivos frente a los cuales, los sindicatos han tenidograndes dificultades de responder coherentemente yunificados. Después de esta primera fase, queda dentrode la planta un número reducido de operarios fijos ensu puesto de trabajo, con poca posibilidad deinteracción. A nivel del conjunto de la sociedad, losdespidos masivos significan la reconstitución del ejércitoindustrial de reserva, hecho que pone al movimientoobrero en una situación desventajosa. El uso capitalistade la automatización no es solo un modo de incrementarla productividad, sino una medida política de controldentro de la fábrica y que tiende a cambiar globalmentela correlación de fuerzas entre el capital y el trabajo.

En nuestros países, esta realidad no se manifiestade una manera tan definitiva. La ley del desarrollodesigual y combinado del capitalismo también seexpresa en los procesos de cambio tecnológico yreconversión industrial. En América Latina y enVenezuela en especial, la reconversión industrial seexpresa como cambio de patrones tecnológicos enalgunas ramas industriales muy específicas, como esel caso de la industria petrolera y petroquímica, por elpapel que juegan en el proceso mundial de acumulación.En la gran mayoría de las industrias, la reconversiónindustrial tiene que ver, de una manera mucho másimportante, con cambios a nivel de la organización deltrabajo. Es decir, la reconversión industrial en nuestropaís se ha centrado en el incremento de los ritmos deexplotación de la fuerza de trabajo para mantener losmismos niveles de “rentabilidad”. En este sentido, esimportante señalar la estrecha relación entre losactuales índices de desempleo y subempleo y laspolíticas empresariales de “ahorro” de mano de obra.

Varios estudios (Dejours, 1990), han analizadoel impacto sobre la salud de una situación de desempleo.En términos generales, todos estos estudios coincidenen que una de las manifestaciones típicas que sepresentan en situación de desempleo o de amenaza ala estabilidad en el trabajo se expresa en un incrementode las tasas de morbilidad de la población en estasituación con especial fuerza en las enfermedadespsicosomáticas y los trastornos psicológicos. La mismaprecariedad del empleo conlleva a que el trabajador sesobreexponga a riesgos a los que en condicionesnormales de estabilidad laboral se negaría. De allípodemos observar el incremento en los índices deaccidentabilidad y su estrecha relación con el aumentode los índices de desempleo.

Asociado a las nuevas formas de organizacióndel trabajo en el período actual, están las patologíasasociadas a los trabajadores de oficina, los “cuello-blanco”, en los cuales la automatiza-ción ha penetradocon mayor énfasis. Esto plantea la necesidad derepensar, a la luz de las nuevas realidades económicas,las concepciones tradicionales en relación a los perfilespatológicos y patrones de desgaste de la clasetrabajadora. El estudio de condiciones de trabajo y saludde estos nuevos sectores, hoy en día cobran unaimportancia que antes no tenían. El uso masivo determinales de computación han introducido en el debatede la salud de los trabajadores, los efectos que losmismos puedan tener sobre la salud obrera. El efectode las radiaciones no-ionizantes sobre el embarazo estema de discusión mas intenso cada día. Pero nosolamente se discuten los efectos que determinadosagentes físicos o químicos pueden tener sobre la saludde los trabajadores, sino también, y quizás con mayorintensidad, los trabajadores se plantean lasconsecuencias que las nuevas tecnologías pueden tenersobre la “organización” del trabajo y la satisfacción enel desempeño de las tareas; cómo las nuevastecnologías “eliminan” o controlan los tiempos muertosy fijan al trabajador al puesto de trabajo.

La reconversión industrial y el cambiotecnológico se expresan hoy en nuestro país en lacoexistencia de viejos riesgos y viejos procesos, -enlos que la intensificación de la explotación de la manode obra es una necesidad para la supervivencia delcapital, a costa de la salud de los trabajadores-, connuevos procesos y nuevos riesgos laborales yambientales que afectan, no solo a la poblacióntrabajadora, sino a todo el medio ambiente.

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A modo de conclusiones

Las dramáticas transformaciones que estánocurriendo en el proceso de trabajo, producto de lanueva etapa del modo de producción capitalista,plantean nuevos retos para el estudio de la salud de lostrabajadores.

La crisis actual del proceso de trabajo, es la crisisde la versión fordista del modelo taylorista, pero no deeste último en cuanto que el taylorismo constituye laforma capitalista predilecta de organización del trabajo(Rajchemberg, 1984). Paralelamente a la revolucióntecnológica y como parte de ella -en sentido amplio-,está teniendo lugar otra revolución de tipo organizacionalque, en conjunción con la primera, está transformandola organización taylorista del trabajo, destruyendo losfundamentos de la organización fordista de tipo semi-militar, altamente jerarquizada y especializada, sobrela que se edificó la estructura de la empresa capitalistaen el siglo actual.

Lo expresado anteriormente sólo constituye elseñalamiento de una tendencia general que de ningunamanera será unidireccional. Coexistirá necesariamentecon la subsistencia de áreas económicas atrasadas y,aún con retrocesos a formas más primitivas deorganización de la producción como, por ejemplo, lasindustrias de uso intensivo de fuerza de trabajo deEstados Unidos o Europa Occidental, fuertementeerosionadas por las exportaciones de los países “endesarrollo”, como la confección o el calzado. En ellas,una de las principales respuestas defensivas haconsistido en el impulso a los talleres clandestinos“underground”- que operan con tecnología primitiva ymano de obra inmigrante pagada con salariosmiserables.

Estos planteamientos parecieran prefigurar unanueva estrategia de desarrollo capitalista. La imagende un país computarizado quizás resulte halagadora alos ojos del común de la población, pero un ligero análisisde la realidad nos indica que esta visión esprofundamente equivocada: en nuestros países, la leydel desarrollo desigual y combinado se expresa en lacoexistencia de sectores punta de la economía conprocesos tecnológicos de un alto grado deautomatización con otros procesos, muy importantes,donde aún permanecen los viejos esquemas deproducción. Mas aún, al interior de procesos altamenteautomatizados encontramos otros donde predominanformas tradicionales de organización del trabajo(Rajchemberg, 1990).

Desde la perspectiva de la salud de lostrabajadores, esta tendencia plantea nuevos retos a losque hay que dar respuestas. La coexistencia de viejascondiciones de trabajo y viejos procesos laborales connuevas formas de organización de la producción quegeneran nuevas condiciones de trabajo y nuevosprocesos laborales será la expresión normal de losperfiles de salud-enfermedad de la poblacióntrabajadora.

Otro elemento a destacar, en el marco de lastendencias a la desregulación del empleo es lareaparición de formas arcaicas de explotación. Hoydía vemos aparecer cada vez con más fuerzaexpresiones de las relaciones de trabajo quepensabamos superadas como es el esclavismo y eltrabajo infantil que cada día cobran más fuerza en elmundo.

De igual manera, se observan tendencias a volvera etapas superadas en relación a la jornada de trabajo.Día a día vemos como la extensión de la jornada detrabajo tiende a incrementarse de forma paulatina sinque exista ninguna reacción ni de las autoridades, ni delos sindicatos, ni de los trabajadores mismos queencuentran en la extensión de la jornada de trabajo lamanera de recuperar la pérdida del poder adquisitivodel salario. Hoy en día es común jornadas de trabajosuperiores a las 10 o 12 horas de trabajo tanto para lostrabajadores de base, como para los profesionales yempleados.

Otro elemento a destacar es la multiplicidad deempleos o actividades de trabajo, tanto al interior delcentro de trabajo como hacia afuera. Al interior delcentro laboral se expresa en la plurifuncionalidad opolivalencia de los asalariados. Hacia el exterior, eltrabajo complementario en áreas radicalmente distintasa la actividad laboral principal, para complementar losingresos. Esta realidad plantea nuevas dificultades almomento de caracterizar la actividad de trabajo. Alinterior de la fábrica será cada día más difícil poderencontrar las exposiciones ocupacionales a condicionesdefinidas de trabajo, y hacia el exterior de la fábrica,las múltiples actividades plantean problemas dedefinición de la exposición ocupacional, de manera quecada vez más la separación entre momento productivoy momento reproductivo tiende a desdibujarse y aconvertirse en un solo “momento”.

Otros elementos novedosos en relación a la saludde los trabajadores los podemos ubicar en los nuevos

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temas o problemas que se plantean: la violencia, elacoso moral y sexual, la discriminación de género, etc.expresan de alguna manera estos nuevos retos a lasalud ocupacional.

Estas nuevas realidades nos plantean lanecesidad de profundizar en la conceptualización de larelación salud-trabajo y en el desarrollo de nuevas

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Referencias bibliográficas

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