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20 Martes 16 de diciembre del 2014 GESTIÓN OPINIÓN L uego de la recesión del 2009, la región creció muy rápido en el 2010 (6.2%) impulsada por una recuperación acelerada en los precios de las materias primas, que alcanzaron un pico en el 2011. Des- de entonces hasta noviembre del 2014 esos precios han caído 23% en promedio y 32% en el caso de los metales, conforme a los índices del FMI. En este contexto, el crecimiento latinoamericano se ha desplomado de 4.3% en el 2011 a un escuálido 1.1% en el 2014, según el balance preliminar de nuestras economías publicado por la Cepal a inicios de diciembre. La inversión y las exportaciones se desplomaron. Para el 2015, el do- cumento pronostica un magro cre- cimiento de 2.2%. El promedio 2014 esconde gran- des diferencias individuales. Pana- má y República Dominicana mos- traron tasas de 6%, mientras Brasil y Argentina cifras cercanas a cero, y Venezuela una recesión (-3%). El Perú cerró con 2.8%, cerca de la mediana regional, pero bastante por encima del promedio, el mismo que fue jalado hacia abajo por los países grandes, de acuerdo al cita- do balance. La economía global se recuperó levemente, impulsada por un buen segundo semestre en los Estados Unidos, en contraste con la debili- dad de Japón y Europa. México, que exporta manufacturas hacia su vecino del norte, fue uno de los po- cos países en la región que incre- mentó su crecimiento (aunque lo- gró solo 2.1%). La desaceleración latinoamerica- na fue la más pronunciada de los con- tinentes en desarrollo, donde Asia y África han mostrado mayor resilien- cia, quizá por su mayor diversifica- Lento y poco seguro PBI OCTUBRE. Ayer, el INEI reveló que la economía se expandió 2.37% en el mes de octubre, un resulta- do menor al del mes anterior (2.68%) y menor de lo que se necesitaba para que la curva mantenga una pendiente de crecimiento que nos lleve lejos de la des- aceleración de este año. Con este resultado, el PBI acumula un crecimiento de 2.75%. Destaca, en las cifras de octubre, que la minería se haya recuperado y haya mostrado resultados positi- vos después de seis meses; sin embargo, es preocu- pante que los factores que más contribuyeron a la pro- ducción del mes sean servicios financieros y comercio –dos rubros difíciles de medir-, mientras que cons- trucción y manufactura –actividades con datos más confiables- restaron al resultado global. Pero eso no es todo en cuanto a malas noticias. To- do parece indicar que noviembre tampoco va a ser particularmente bueno. El Banco Central de Reserva del Perú afirmó en el último programa monetario de diciembre que el crecimiento de noviembre también estaría por debajo del de setiembre. Además, el IGV interno mostró un magro incremento –casi inexisten- te- de 0.3% en el mes de noviembre. Este es un dato importante, tomando en cuenta que el registro de ven- tas, al ser dinero ya recaudado y cuantificado, es uno de los indicadores más confiables de la economía. Queda claro, entonces, que todavía no salimos de la desaceleración y que el proceso será más largo y tortuoso de lo pensado. Por ello, por un lado, no de- bemos desanimarnos fácilmente. No obstante, el Go- bierno debe seguir implementando reformas que in- centiven la inversión y el crecimiento. Se ha avanza- do algo a lo largo del año respecto al punto de partida, pero eso no significa que no quede mucho por hacer. Recordemos también que el Gobierno se está ju- gando por los resultados de diciembre, una de las principales razones para abonar el aguinaldo de S/. 300 a los empleados públicos. De acuerdo a la lógica del Ejecutivo, una mejor cifra en diciembre nos dará algo de ‘momentum’ para entrar al próximo año. Veremos qué sucede. La desaceleración de América Latina CARICATURA porCARLOSLAVIDA “Los países que no dilapidaron sus ingresos extraordinarios tienen margen para la política fiscal contracíclica”. OPINIÓN Javier Portocarrero DIRECTOR EJECUTIVO CIES (*) “Queda claro, entonces, que todavía no salimos de la desaceleración y que el proceso será más largo y tortuoso de lo pensado”. ción exportadora, y por lo reciente de su despegue, respectivamente. ¿Murió la década de oro en Améri- ca Latina? Parece que sí, pero eso no equivale a una condena al estanca- miento. Por ejemplo, nuestro país vi- viría una aceleración significativa en el 2015, subiendo notablemente en el ranking regional de crecimiento. En cambio, los países abocados al populismo macroeconómico ten- drán mayores restricciones, en par- ticular si la Reserva Federal ameri- cana adelanta la subida de las tasas de interés. La fiesta podría acabar más rápido que tarde. Sobre todo en Venezuela, donde el derrumbe de los precios del petróleo hace más pe- rentoria la necesidad del ajuste. El desafío es reactivar la inversión privada en el corto plazo, y retomar el crecimiento de la productividad de largo plazo. Para lo primero, los países que no dilapidaron sus ingre- sos extraordinarios tienen margen para la política fiscal contracíclica. En particular, podrían incrementar la inversión pública en infraestruc- tura, atacando simultáneamente los frentes de demanda efectiva y pro- ductividad. En el Perú, efectivizar ese esfuer- zo requiere profundizar la asocia- ción del Estado con el sector priva- do, sobre todo si recordamos que dos tercios de la inversión pública es eje- cutada por los gobiernos subnacio- nales, muchos de los cuales cambia- rán en quince días. (*) Opinión personal.

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20 martes 16 de diciembre del 2014 Gestión

OPINIÓN

Luego de la recesión del 2009, la región creció muy rápido en el 2010 (6.2%) impulsada por

una recuperación acelerada en los precios de las materias primas, que alcanzaron un pico en el 2011. Des-de entonces hasta noviembre del 2014 esos precios han caído 23% en promedio y 32% en el caso de los metales, conforme a los índices del FMI.

En este contexto, el crecimiento latinoamericano se ha desplomado de 4.3% en el 2011 a un escuálido 1.1% en el 2014, según el balance preliminar de nuestras economías publicado por la Cepal a inicios de diciembre.

La inversión y las exportaciones se desplomaron. Para el 2015, el do-cumento pronostica un magro cre-cimiento de 2.2%.

El promedio 2014 esconde gran-des diferencias individuales. Pana-má y República Dominicana mos-traron tasas de 6%, mientras Brasil y Argentina cifras cercanas a cero,

y Venezuela una recesión (-3%). El Perú cerró con 2.8%, cerca de la mediana regional, pero bastante por encima del promedio, el mismo que fue jalado hacia abajo por los países grandes, de acuerdo al cita-do balance.

La economía global se recuperó levemente, impulsada por un buen segundo semestre en los Estados Unidos, en contraste con la debili-dad de Japón y Europa. México, que exporta manufacturas hacia su vecino del norte, fue uno de los po-cos países en la región que incre-mentó su crecimiento (aunque lo-gró solo 2.1%).

La desaceleración latinoamerica-na fue la más pronunciada de los con-tinentes en desarrollo, donde Asia y África han mostrado mayor resilien-cia, quizá por su mayor diversifica-

Lento y poco seguroPBI OCTUBRE. Ayer, el INEI reveló que la economía se expandió 2.37% en el mes de octubre, un resulta-do menor al del mes anterior (2.68%) y menor de lo que se necesitaba para que la curva mantenga una pendiente de crecimiento que nos lleve lejos de la des-aceleración de este año. Con este resultado, el PBI acumula un crecimiento de 2.75%.

Destaca, en las cifras de octubre, que la minería se haya recuperado y haya mostrado resultados positi-vos después de seis meses; sin embargo, es preocu-pante que los factores que más contribuyeron a la pro-ducción del mes sean servicios financieros y comercio –dos rubros difíciles de medir-, mientras que cons-trucción y manufactura –actividades con datos más confiables- restaron al resultado global.

Pero eso no es todo en cuanto a malas noticias. To-do parece indicar que noviembre tampoco va a ser particularmente bueno. El Banco Central de Reserva del Perú afirmó en el último programa monetario de diciembre que el crecimiento de noviembre también estaría por debajo del de setiembre. Además, el IGV interno mostró un magro incremento –casi inexisten-te- de 0.3% en el mes de noviembre. Este es un dato importante, tomando en cuenta que el registro de ven-tas, al ser dinero ya recaudado y cuantificado, es uno de los indicadores más confiables de la economía.

Queda claro, entonces, que todavía no salimos de la desaceleración y que el proceso será más largo y tortuoso de lo pensado. Por ello, por un lado, no de-bemos desanimarnos fácilmente. No obstante, el Go-bierno debe seguir implementando reformas que in-centiven la inversión y el crecimiento. Se ha avanza-do algo a lo largo del año respecto al punto de partida, pero eso no significa que no quede mucho por hacer.

Recordemos también que el Gobierno se está ju-gando por los resultados de diciembre, una de las principales razones para abonar el aguinaldo de S/. 300 a los empleados públicos. De acuerdo a la lógica del Ejecutivo, una mejor cifra en diciembre nos dará algo de ‘momentum’ para entrar al próximo año. Veremos qué sucede.

La desaceleraciónde América Latina

caricatura por Carlos lavida

“Los países que no dilapidaron sus ingresos extraordinarios tienen margen para la política fiscal contracíclica”.

opinión

Javier PortocarreroDirector ejecutivo cieS (*)

“Queda claro, entonces, que todavía no salimos de la desaceleración y que el proceso será más largo y tortuoso de lo pensado”.

ción exportadora, y por lo reciente de su despegue, respectivamente.

¿Murió la década de oro en Améri-ca Latina? Parece que sí, pero eso no equivale a una condena al estanca-miento. Por ejemplo, nuestro país vi-viría una aceleración significativa en el 2015, subiendo notablemente en el ranking regional de crecimiento.

En cambio, los países abocados al populismo macroeconómico ten-drán mayores restricciones, en par-ticular si la Reserva Federal ameri-cana adelanta la subida de las tasas de interés. La fiesta podría acabar más rápido que tarde. Sobre todo en Venezuela, donde el derrumbe de los precios del petróleo hace más pe-rentoria la necesidad del ajuste.

El desafío es reactivar la inversión privada en el corto plazo, y retomar el crecimiento de la productividad de largo plazo. Para lo primero, los países que no dilapidaron sus ingre-sos extraordinarios tienen margen para la política fiscal contracíclica. En particular, podrían incrementar la inversión pública en infraestruc-tura, atacando simultáneamente los frentes de demanda efectiva y pro-ductividad.

En el Perú, efectivizar ese esfuer-zo requiere profundizar la asocia-ción del Estado con el sector priva-do, sobre todo si recordamos que dos tercios de la inversión pública es eje-cutada por los gobiernos subnacio-nales, muchos de los cuales cambia-rán en quince días.

(*) Opinión personal.