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    Edicin digital N 350

    Fundacin Joaqun Daz

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    SEditorial ...................................................................................................... 3Joaqun DazLos Arcos de San Juanito de Bjar (Salamanca): una tradicin ligadaa los ritos vegetales. Explicacin y evolucin histrica .............................. 4M del Carmen Cascn MatasLos registros sonoros de Alan Lomax en Castilla y Len: Ribadelago(Zamora), Los Villares de la Reina (Salamanca), Burgos, Lumajo deLaciana y Laguna de Negrillos (Len), octubre de 1952 (II) ..................... 11Carlos A. Porro, Alberto Jambrina Leal, Pablo Madrid Martn,Gonzalo Prez Trascasa y Ramn Marijun AdrinDisciplinantes y monumentos en la Semana Santa de los siglosXVIal XVIIIy su manifestacion en Linares (Andalucia) ................................ 26Andrs Padilla Cern

    Revista de Folklore nmero 350

    Portada: Espaa en Pars. Revista de la Exposicin Universal de 1867. Madrid. Librera de Durn, 1867

    Dirige la Revista de Folklore: Joaqun Daz

    Edicin digital, diseo y maquetacin: Luis Vincent

    Fundacin Joaqun Daz - http://www.funjdiaz.net/folklore/

    ISSN: 0211-1810

    Patrocinado por la Obra Social y Cultural de Caja Espaa

    Sumario2

    http://xn--fundacijoaqud%20-%20http-n42s086dyw70c//www.funjdiaz.net/folklore/http://xn--fundacijoaqud%20-%20http-n42s086dyw70c//www.funjdiaz.net/folklore/
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    MM

    uchas cofradas surgieron en la Edad Media al amparo de la estructura de un grupoprofesional o gremio que quisiera ponerse bajo la advocacin de un santo al que,o bien se le adjudicaba un patronazgo o ya lo tena por tradicin. Cuando unahermandad lo solicitaba y se consideraba que lo mereca, por su antigedad o porreunir a varias congregaciones que tuviesen el mismo fin, se converta en archico-

    frada. Algunas archicofradas incluso nacieron de la fusin con otras en la reorganizacin que se dioen el siglo XVIII a fin de acabar con los gastos desmesurados e innecesarios de una infinidad de peque-as cofradas. La Novsima Recopilacin de Leyes de Espaa, de 1806, vino a eliminar todas aquellashermandades que no se hubiesen erigido con permiso de la autoridad eclesistica o con autorizacinreal. Muchas de esas pequeas hermandades se refugiaron en otras mayores como las del Santsimo(sacramentales) o las de la Vera Cruz. Poda adems darse el caso, de que algunas personas fuesen co-

    frades de diferentes congregaciones con lo que, o bien se multiplicaban sus obligaciones y los gastosconsiguientes o bien se dejaban de cumplir, derivndose de ello un deterioro en el orden interno. Ladesamortizaciones de Mendizbal y Madoz vinieron a agravar la crisis de las cofradas que dependano haban salido de algunas rdenes, al verse stas obligadas a dejar sus conventos y misiones, perotambin por la venta de bienes de hermandades y obras pas que conllevaron.

    En cuanto a los gremios, podra decirse que, aun siendo corporaciones tcnicas, tuvieron unabase religiosa pues perseguan, adems del agrupamiento de personas segn su oficio, una ayuda aquienes lo necesitasen fuesen los propios oficiales o sus familiares- por medio de la limosna o del so-corro. La costumbre era muy antigua y est suficientemente acreditada teniendo en cuenta la solidezdel culto a los muertos tanto en los pueblos germnicos como en Grecia y Roma. Frente a la noble-

    za y sus privilegios, la mayor parte de los gremios buscaba una proteccin y una representatividad.No parece extrao, por tanto, que la costumbre de dar caridad se haya mantenido hasta tiemposrecientes entre los hermanos y familiares de un cofrade difunto, de cuyos posibles abusos advertananualmente las visitas del Obispo, recordando que la escasa herencia que dejara una persona recinfallecida se poda dilapidar en banquetes y agasajos dados a quien vena a mostrarle el ltimo afecto.En cualquier caso, y sobre todo en la Edad Media, el respeto a la muerte se demostraba amparandocorporativamente a la familia (dotes para hurfanas y doncellas), dejando de trabajar uno o varios daspara honrar al hermano y hacindole un postrer homenaje en el que se inclua tmulo, pao mortuoriode terciopelo y abundantes cirios. No es extrao que quien estuviese desasistido de todo esto sintieraun desamparo vital o un vaco difcil de cubrir.

    Editorial3

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    LIntroduccin1

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    a costumbre de armar arcos de follaje el da de San Juan se considera una de las fiestas decarcter infantil y juvenil ms tradicionales de Bjar, un motivo de encuentro entre distintasgeneraciones de bejaranos. Padres y abuelos ayudan en su construccin, mientras los niosmantienen con su entusiasmo el espritu de una tradicin nica. Los Arcos de San Juanito

    forman parte del acervo popular y del folclore de la ciudad salmantina, siendo legado suespritu de generacin en generacin, de padres a hijos, de abuelos a nietos, circunstancia esta quedificulta extraordinariamente el estudio de sus orgenes. Escasos testimonios documentales se con-servan ms all del siglo XX por lo que se hace preciso recurrir a la memoria oral o a la prensa msreciente.

    Lo que es claro es su imbricacin con las tradiciones ligadas al paso de la primavera al esto, mo-mento de explosin fecunda de la naturaleza en que tan prolficas son las fiestas de todo tipo (SanJuan, Cruces de Mayo, San Pedro, San Antonio, Corpus Christi, Pea de la Cruz). Coincide con la bo-nanza en los temporales, con un cambio de ciclo agrcola y ganadero, con el florecimiento del campo.El 24 de junio representa el fin de un periodo en el calendario y el inicio de uno nuevo con la irrupcin

    del solsticio de verano.

    Por otro lado, no hemos de olvidar que una de las parroquias creadas al calor de la repoblacin deBjar a finales del siglo XII o principios del XIII ostenta la advocacin de San Juan Bautista. Probable-mente si la fiesta ha logrado sobrevivir deberamos tener en cuenta dicha causa porque se relaciona n-timamente con la celebracin del patrono de una de las feligresas ms significativas de la villa. No envano en 1568, por decisin obispal, se redujeron las diez parroquias creadas en el proceso repobladora solamente tres, una de las cuales fue precisamente la mencionada. A lo largo de la Edad Moderna yContempornea a la iglesia de San Juan Bautista perteneci la jurisdiccin del rea de expansin po-blacional de Bjar ms all del cerco defensivo, mientras que las de Santa Mara la Mayor y El Salvadorcean su feligresa al casco antiguo constreido por las murallas. Todo ello nos hace pensar en una

    perdurabilidad de las costumbres de esta parroquia siempre en progreso poblacional, situacin queno se ha producido en ritos religiosos vinculados a otras iglesias.

    Descripcin de la tradicin

    Para comprender de manera ms o menos exacta en qu consiste la tradicin de los Arcos de SanJuanito se hace necesaria una descripcin, aunque slo sea somera, de la misma. Coincidiendo con lafiesta de San Juan Bautista, 24 de junio, padres y nios de distintas familias o de una misma madruganpara confeccionar un armazn de materiales diversos (suelen ser de madera o metal) de preferentediseo en arco de medio punto. Puede estar construido con uno, dos o tres arcos, aunque siempre

    Los Arcos de San Juanito de Bjar

    (Salamanca): una tradicin ligada a los ritos

    vegetales. Explicacin y evolucin histrica

    M del Carmen Cascn Matas

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    alojando una mesa a modo de altar revestida con mantel. El ar-mazn se esconde tras un espeso follaje (tradicionalmente hie-dra) adornado con variopintos elementos elaborados con papely otros materiales diversos y de manera manual, siendo reconoci-bles por sus variados colores (farolillos, cadenetas, pajaritas, etc).

    A partir de ah acta la imaginacin y posibilidades de cadagrupo, pudiendo ser integrados en el conjunto animales de car-ne y hueso, panes, uvas, cestillos, mesas y sillas; en definitiva, unautntico catlogo de curiosidades para despertar el inters delos transentes. Imprescindible una imagen de San Juanito, bienen papel, bien de talla.

    Una vez finalizado el montaje se da paso a los nios, quienes protagonizan la peticin de una pe-rrita para San Juanito a los pasantes y vecinos en tiempos pretritos, una pesetita para San Juanitoen los cercanos, y un centimito para San Juanito en los actuales. La secuencia sera la siguiente:

    El nio: Una pesetita pa San JuanitoEl transente: Pero si San Juanito no come....Todos a coro: Pero gasta calzones.

    Los chavales (entre 3 y 14 aos, ms o menos) recorren las calles de Bjar, comercios y casas, consu cara pcara y su sonrisa de oreja a oreja con el fin de pedir dinero. Nadie se libra del asalto: tiendas,viandantes, domicilios. La cantidad recaudada se reparte entre los nios del grupo de manera equita-tiva hacia las dos de la tarde, momento en que concluye la sesin matinal y se comienzan a recoger.

    Durante la maana un jurado compuesto por representantes de la parroquia de San Juan Bautista,ayuntamiento y Carbnicas Molina recorre cada uno de los arcos con el objetivo de confeccionar unalista en la que figuren los mejores, adjudicando una nota a cada uno en funcin de su originalidad,trabajo, decoracin o tradicin (son imprescindibles la confeccin del arco adornado con hiedra, lamesa y una imagen del santo) que sern premiados al final de la jornada.

    La tradicin est salvaguardada gracias a la colaboracin conjunta de la empresa Carbnicas Mo-lina, parroquia de San Juan Bautista y ayuntamiento de Bjar. Desde aos dicha empresa aporta al-truistamente regalos variados para incentivar la participacin, obsequios que se sortean por la tardeentre los participantes. Los mejores arcos se alzan con un premio en metlico, cuyas cantidades vandisminuyendo segn la posicin en la lista elaborada por el jurado hasta un total de seis grupos. Tam-bin se rifan bicicletas, mochilas, juegos, balones y otros objetos para procurar que buena parte delos nios no se vayan de vaco.

    Los orgenes remotos de la fiesta de San Juan

    La tradicin, como hemos dicho, en plena estacin de florecimiento y explosin fecunda de la na-turaleza, se integra plenamente en los ritos relacionados con la vegetacin. En das previos, el 21 dejunio, se celebra la llegada del solsticio de verano, el da ms largo del ao que en otras pocas erarecibido de mltiples formas. En general, las sociedades antiguas, dado que a partir de esa fecha seacortan las horas de luz, interpretaban que era necesario dar potencia al sol por medio de hogueras,fuego que a la vez ahuyentaba el mal y que se alzaba como smbolo de renovacin. Los vecinos seechaban a la calle portando todo tipo de objetos que eran arrojados a las llamas como rito de purifi-cacin a la vez que medio para avivar ese fuego que proporcionaba fuerzas al astro rey2. Se daba de

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    esta manera culto al sol y a la diosa madre naturaleza, fecunda enpleno florecimiento, dadora de frutos.

    En Bjar se echan de menos las prcticas relacionadas conel agua que son caractersticas de nuestra zona el da de SanJuan3. Probablemente, con la introduccin del cristianismo, el

    conglomerado de ritos preexistentes de honda raigambre popu-lar ligados al solsticio de verano se fusionaron en esta festividadcoincidente en el calendario litrgico.

    Por lo que se refiere al uso de elementos vegetales para laconfeccin de los arcos, San Juanito se adhiere a la presenciade costumbres relacionadas con la naturaleza que provienen depocas remotas y que todava perduran con significados religiosos cristianos, como por ejemplo losHombres de Musgo4. En todo caso, los arcos de follaje no eran extraos a la compleja simbologa dearquitectura efmera que sola desplegarse al calor de los grandes acontecimientos civiles y religiososde la villa durante la Edad Moderna. Se documenta la construccin de complejas estructuras ador-

    nadas con hiedra para la procesin del Corpus Christi5, aunque sus dimensiones fueran en realidadmayores a la de los Arcos de San Juanito pues la comitiva religiosa pasaba con facilidad bajo ellos.En el libro de actas del consistorio de 1751 aparecen enumerados los altares que se alzaban en dis-tintas partes del recorrido procesional6, especificando a quien corresponda la responsabilidad de suconstruccin y el punto exacto en que deba colocarse cada uno. El sacerdote que portaba la custodiadeba hacer una breve parada en aquellos que tradicionalmente constaban de un pequeo altar. Hayque tener en cuenta que su organizacin corresponda al Consistorio bejarano, institucin que osten-taba este privilegio desde tiempo inmemorial. De los peculios del comn se costeaban siete arcos defollaje, a los que se aadan otros construidos por los gremios profesionales de la villa: mercaderes,tejedores y procuradores.

    En el alfoz de Bjar an perduran ritos vegetales vinculados a la fiesta de San Juan. Tal es el casodel rbol de San Juan de Valdelageve, del rbol mayo de Valdesangil o La Calzada de Bjar, la enramde Colmenar de Montemayor o la picota de La Garganta7.

    Los Arcos de San Juanito en el siglo XX

    Aclarados estos puntos, se hace necesario retrotraernos algunas dcadas en el tiempo y rastrear enperidicos de la poca para poder hallar alguna referencia a los Arcos de San Juanito. Los documentosencontrados al caso se refieren estrictamente a la centuria pasada y se concentran en testimonios decarcter oral o pequeos artculos publicados en prensa. En general se aprecia la existencia de varias

    fases determinadas que vienen marcadas por auges y retrocesos en la fiesta.La primera llegara hasta la guerra civil espaola, ms o menos y en ella se observa una estrecha

    unin entre la verbena de San Juan y los arcos elaborados por los nios del barrio. La fiesta poseeun carcter tanto diurno como nocturno, advirtindose la presencia de adultos y chavales en amor ycompaa. En 19158en el peridico La Victoria de Bjar se cita textualmente: Animadas y concurridashan estado las verbenas de San Juan en los distintos barrios de la poblacin. (...) En otras calles de lapoblacin tambin se levantaron sus arquitos y en todas se vea la animacin propia de la festividad yen los puntos estratgicos estaban los nios con pequeos platillos que pedan una perra para SanJuanito.

    Especialmente descriptivo es el artculo publicado en 1949 en el semanario Bjar en Madrid por

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    Manuel Rodrguez Pea9en el que describe la fiesta tal y comola celebraba de nio unos 50 aos antes. Los de aquella pocarecordarn que los arcos se levantaban en la noche de San Juanen los barrios de Puerta de vila, San Juan, Solano y Comenda-dor. Es interesante su puntualizacin de que el arco de la Puerta

    de vila lo levantaban los vecinos del barrio, no nicamentelos nios, que s participaban en los restantes. En ste se centra-ba toda la celebracin nocturna, pues se quemaban fallas, habafuegos artificiales, tracas y tocaba la banda municipal.

    En cuanto a los nios, lo primero que organizaban era unajunta inicial para hacer un arqueo y ver el dinero que reunamos

    entre todos los chicos del barrio, con ayuda de nuestros padres, naturalmente (...) En cuanto reuna-mos 10 cntimos, a comprar una hucha o bocheta para guardar los cuartos que nos daban los amigosy conocidos de los padres.

    El domingo anterior a San Juan tenamos que ir a buscar al seor Len, el tamborilero del Casta-ar (...) lo imprescindible de la fiesta que tocaba desde las ocho hasta las doce de la noche de eseda. Otro trabajo y penoso era buscar la hiedra para vestir el arco, que no siempre nos sala bien a laprimera. Trabajos secundarios eran hacer banderitas, gallardetes y farolitos de papel, en colores, queadquiramos en la librera de Raulet, percalinas y gasas que amablemente nos regalaban el comerciode Usalln, velas en La Favorita y faroles de cristal y papel en la fonda de Ignacio, lo dems necesarioclavos, cuerdas, etc, etc, se lo comprbamos al seor Zacaras que a la vez era nuestro tesorero.

    El homenajeado, o sea San Juanito, nos lo dejaba muy bien ataviado la seora de V. Cancho, queen el centro del arco le colocaba primorosamente, a la que ayudaban las nias del barrio. Dos dasantes hacamos la postulacin sin salir del barrio, por miedo a las agresiones del vecino.

    El 5 de julio de 1969 Vicente Gonzlez Tejeda, en el artculo titulado Recuerdos de mi niez. Losarcos de San Juanito10, haca un ejercicio de memoria colectiva sobre la prctica de esta costumbrebejarana en sus aos infantiles. Los chavales honrbamos al santo levantando en plena calle o en lasplazuelas aquellos modestos arcos formados con palos revestidos de hiedra, que semejaban trapeciosinvertidos coronados por un ngulo, y que engalanbamos con la inevitable estampita de San Juan ycon mltiples banderitas, cadenetas y farolillos hechos de papeles multicolores pegados con engrudo,que fabricbamos a base de agua y harina (...). Y henos aqu a toda la pandilla encaramndonos a lastapias de las huertas o jardines (...) tratando de arrancar de ellas esa bonita y decorativa planta, quedespus adornbamos an ms al ceirle la cadeneta hecha de tiras de papel multicolor.

    Esta ofrenda al santo tena como contrapartida otra faceta menos afectiva y ms materialista- que

    de alguna forma tenamos que resarcirnos de los gastos realizados, no cuantiosos, pero s de cierta im-portancia en aquellos tiempos-. De ah que nos visemos obligados a la compra de un magnfico galloo ave de corral (...) y rifarlo mediante previa emisin de papeletas numeradas, cuya colocacin o ventaentre familiares, vecinos y conocidos nos reportaba el mayor y ms costoso trabajo de nuestra largacadena de esfuerzos. Claro est que tambin contribuan a sufragar gastos las pedigeas solicitudesque hacamos a nuestros convecinos (...) Y aquellas monedas (...) suponan una cantidad de pesetasque bastaban y sobraban para una posterior merienda campera (...).

    La segunda fase podra ser denominada como etapa de los altibajos, pues tras la guerra civilse produce un parn festivo a causa de la depresin general. Dado que los arcos se vinculaban a lasverbenas y espectculos nocturnos, prohibidos en los primeros aos de esta etapa, la tradicin infantil

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    estuvo a punto de desaparecer. Sin embargo, y quizs por las es-trecheces econmicas, los chiquillos los siguieron construyendode manera independiente a la verbena y con carcter diurno. Esdecir, se suprime el festejo nocturno, pero San Juanito se siguecelebrando limitndose la jornada infantil y petitoria al propio

    da de San Juan.En el Bjar en Madrid de 26 de junio de 194311, un escritor

    que firma como A., en un artculo titulado El detalle de la sema-na, resalta la pervivencia de esta tradicin en Bjar. Siguiendosus propias palabras lo que no est escrito y es indudablementeun detalle caracterstico y pedigeo de la historia bejarana eslo concerniente a los arcos que en honor de San Juan y provecho de sus bolsillos hacen los chicos porcalles y plazas. Arcos que sirven de pretexto para coger una bandeja, plato o cenicero y pedir a todo elque se atreva a pasar a su alcance. Lo malo es que esta institucin le han salido tambin estraperlistas,ya que as pueden llamarse los que sin hacer arco se echan a la calle estafando a los paseantes y a los

    que se toman el trabajo de hacer el arco. El hambre de los aos 40 haca que muchos cros hambrien-tos sacaran unas perrillas con la excusa de los arcos. De hecho, segn el cronista, los muchachos, traspedir para San Juanito de la manera habitual, a lo cual responda el interpelado con su San Juanitono come, respondan pero comemos nosotros.

    En 1948 la parroquia, en un intento por cristianizar esta prctica, introduce un programa matutinoinfantil que constaba de misa a 10 de la maana y procesin posterior en torno a la iglesia portandouna imagen del santo. Por otro lado, los mayores ven con nostalgia la prdida de ciertas tradicionesaparejadas a los Arcos de San Juanito, tales como las verbenas, bailes y jolgorio nocturno. Al llegar alos aos 60 la festividad de San Juan estuvo en trance de desaparecer.

    La tercera fase supone la recuperacin. El 18 de julio de 1966, en el Bjar en Madrid, don Carlos

    Muoz, prroco de San Juan Bautista, publica un artculo12titulado Nuestras fiestas patronales, enel que hace un llamamiento para la recuperacin de las fiestas del patrn del barrio. Yo os he odo alos mayores que antiguamente se celebraba la fiesta de San Juan Bautista con verdadera esplendidezfolklrica. Por lo visto la plazuela que rodeaba entonces a la parroquia se llenaba de las alegras dela verbena popular con las voces y las carreras de los chiquillos, la animacin de la juventud y la tibianostalgia de quienes ya vivan del recuerdo. Haba una charanga que alborotaba los aires hacindolesrimas en paso de danza, y churros y puestos de turrn de pueblo (...) Tambin os acordaris de una fa-mosa procesin, la de San Juanito, y de unos arcos que los muchachos hacan profusamente por to-das las calles en honor al Santo pidiendo una perrita para San Juanito. Era el dinerillo que los chicosse gastaban alegremente al da siguiente en la verbena. Todo aquello pas (...) la circulacin prohbe

    la verbena, y nuestros gustos de hombres distintos a nuestros abuelos han hecho desvanecerse estatradicin religiosa que haba nacido seguramente cuando la parroquia era una iglesia pequea y todoesto era el barrio extremo de la ciudad donde apenas vivan cuatro familias (...).

    Al ao siguiente, en 1967, el prroco haba retomado la misa infantil de las 10 de la maana y laprocesin del da 24 de junio. Sin embargo, los arcos seguan relegados al olvido.

    Dos aos despus, el 5 de julio de 1969, el Bjar en Madrid se haca eco de la restauracin de losArcos, gracias al empeo de la parroquia de San Juan Bautista y de la empresa Carbnicas Molina.Las tradiciones hay que renovarlas y as lo han entendido la parroquia de San Juan y la empresa beja-rana Carbnicas Molina que lo ha patrocinado, y se prepar un certamen local entre los chiquillos deBjar por la construccin de los tpicos arcos de San Juan. Hubo bastantes en todos los barrios. Una

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    comisin jurado recorri todos y fall los premios (...) Msque los premios nos interesa resaltar el hecho para quesirva de estmulo y acicate a los muchachos bejaranos.

    Los obsequios que entregaba la empresa durante elconcurso consistan en 500 pesetas para el primer premio,

    300 para el segundo y 100 para el tercero, adems de unlote de libros para cada grupo participante. La parroquiaconceda, adems, 25 pesetas a cada uno, mientras queMolina sorteaba diversos artculos. Los galardones eranrepartidos en la plazuela de la iglesia de San Juan Bautis-ta. En general, durante estas fechas el nmero de arcososcil entre 30 y 40.

    La tnica festiva general se ha mantenido desde en-tonces, introducindose variantes tanto desde el punto de vista organizativo como en el nmerode premios y sorteos. Por ejemplo, actualmente se ha incluido un lmite de participantes por grupo,

    obligando los organizadores a portar una prenda identificativa por nio (camiseta o gorra) repartida aprimera hora de la maana por Molina para que no existan estraperlistas, como se indicaba en losaos 40. A los mecenas de entonces, Carbnicas Molina y la parroquia de San Juan, se ha sumadohace unos aos el ayuntamiento de Bjar, aunando esfuerzos para que la tradicin legada por nuestrosmayores no se pierda para siempre.

    Otros lugares en los que se celebra

    En algunos lugares de la geografa espaola se han mantenido los Arcos de San Juanito o ritosms o menos anlogos relacionados con la vegetacin. Por ejemplo, en Albarracn (Teruel) se colocan

    enramadas en los balcones, ramas tranzadas de hiedra y adornadas con flores en los balcones de lasmuchachas jvenes cortejadas al llegar la primavera, las conocidas como mayas. En Burgos pareceser que esta tradicin, mezclada con la de los arcos, se perdi con el paso inexorable del tiempo13.

    En Sigenza (Guadalajara) existe una costumbre llamada Arcos de San Juan que es prcticamen-te idntica a la bejarana hasta en la cantinela de los cros:

    Dicen los nios: una perrilla pal arco de San Juan Los mayores responden: San Juan no comeContestan los nios: pero comemos las sanjuaneras Sus orgenes son igualmente desconocidos,quizs medievales, con escaso presupuesto y de carcter familiar, punto en el que diverge un poco conrespecto a la festividad de Bjar, puesto que los cros que se unen para elaborar el arco son vecinos yamigos. En todo caso, los arcos se adornan con ramas de chopo, frente a la yedra de los bejaranos, en

    la noche del 23 de junio con la colaboracin general de los vecinos en distintos puntos de la ciudad yal da siguiente se produce el acoso infantil a los adultos. En esta ciudad los nios van vestidos de pas-torcillos o sanjuaniegos. En los aos 80, ante el decaimiento de la fiesta, se decidi iniciar un concursopor parte del ayuntamiento. Los arcos se desmontan al da siguiente, aunque esa misma noche, trasel veredicto del jurado, se ofrece a todos los participantes un chocolate caliente. Algunos cumplencon una antigua creencia, propia del ritual mgico de la noche de San Juan, consistente en recoger losptalos de rosas del arco, sumergirlos en agua, dejarlos reposar 24 horas en la ventana de su casa ydespus lavarse la cara con ella. Dicen que el agua de rosas macerado la noche de San Juan, protegedel aire fro del invierno...14.

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    _______NOTAS

    1Un trabajo dedicado al mismo tema ha sido publicado a nivel local en el Especial del Semanario Bjar en Madrid de diciem-

    bre de 2010 con el ttulo de Un ejercicio de recuperacin de la memoria: la fiesta de San Juan y los Arcos de san Juanito.

    2DONDERIS GUASTAVINO, A.: Los arcos de San Juan en Sigenza. Excmo. Ayuntamiento de Sigenza (Guadalajara).

    3PUERTO, J. L.: Celebracin del mundo, celebracin del tiempo. (Ritos y creencias sobre la vegetacin en las Tierras de B-

    jar). Discurso de ingreso al C.E.B. n 22, 2006. Sobre los r ituales ligados a San Juan tambin del mismo autor Celebraciones

    de solsticio en la Sierra de Francia (Salamanca). Revista de Floklore n 157, 1994.

    4CUSAC, G.: Los hombres de musgo. Anlisis de una leyenda. Varios artculos publicados en el semanario local Bjar en

    Madrid en Agosto y Septiembre de 1990. Para un estudio ms profundo sobre el tema de los Hombres de Musgo ver CUSAC

    SNCHEZ, G. y MUOZ DOMNGUEZ, J.: Los Hombres de Musgo y su parentela salvaje. El mito silenciado, Diputacin de

    Salamanca y CEB, Salamanca, (en prensa).

    5MARTN LZARO, A.: Una crnica bejarana. Semanario Bjar en Madrid, 1924. En varios artculos desgrana la Relacin

    de la entrada de la Excma. Sra. Doa Mara Alberta de Castro, duquesa de Bjar y Plasencia en su estado de Bjar y las fiestas

    que se le hicieron.

    6Archivo Municipal de Bjar: Libro de actas de sesiones del consistorio, 22 de mayo de 1751. Tambin consultar para este

    tema LPEZ LVAREZ, A: Ideologa, control social y conflicto en el Antiguo Rgimen: El derecho de patronato de la Casa

    ducal sobre la procesin del Corpus Christi de Bjar. Premio Ciudad de Bjar 1994. Ed. C. E. B. y Excmo. Ayuntamiento de

    Bjar, 1996.

    7PUERTO, J. L.: Ob. cit., pp. 34-36.

    8Semanario La Victoria, 26 de Junio de 1915, n 1.091.

    9Semanario Bjar en Madrid, n 1.424, 2 de Julio de 1949.

    10bidem, n 2.468, 5 de Julio de 1969.

    11bidem, n 1.112, 26 de junio de 1943.

    12bidem, n 2.309, 18 de Julio de 1966.

    13DONDERIS GUASTAVINO, A.: Ob. cit. Acerca de otros ritos de Burgos ligados a la vegetacin TEMIO LPEZ-MUIZ,

    M J.: Enramadas, mayos y plantas protectoras en el ciclo festivo burgals. Revista de folklore n 197, 1997.

    14DONDERIS GUASTAVINO, A.: Ob. cit.

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    S1. Comentarios a La Siega de RibadelagoAlberto Jambrina Leal y Pablo Madrid MartnSituada al noroeste de la provincia de Zamora y limitando con las provincias de Orense (Gali-cia), Len y el Tras Os Montes de Portugal se encuentra Sanabria. Su orografa accidentadapor las sierras de la Cabrera, Segundera, Gamoneda, Atalaya y de la Culebra conformanverdes y pronunciados valles y a su vez marcan una acusada personalidad paisajstica y hu-mana. El centro de esta comarca acoge un gran lago de formacin glaciar cuyo valle es elms grande y poblado de la zona. Alrededor de este lago se encuentran varios pueblos como Vigode Sanabria, San Martn de Castaeda con su monasterio cisterciense del S. XIII en la falda de la mon-taa y Ribadelago, situado en la desembocadura del ro Tera en el lago. El contexto sociocultural yeconmico que Alan Lomax encuentra en Sanabria es el mismo que se podra haber encontrado ensiglos anteriores, ms prximo a economas de subsistencia que al desarrollo turstico actual, siendo ladcada de los aos cincuenta el punto de inflexin anterior al proceso de despoblacin que sucedien los aos sesenta y setenta provocado por la emigracin campo-ciudad. Parte del repertorio musicaltradicional est asociado a esta antigua forma de vida que dependa de cultivos minifundistas unifa-miliares y del aprovechamiento de una exigua cabaa ganadera. Determinadas tareas, como la siega,se realizaban de forma comunal mediante hoz para el centeno, pues el pan que se coma se realizabacon este cereal. La presente grabacin corresponde a este tipo de faenas colectivas y es conocida enla comarca como la tonada de la siega del pan.

    Entre los poderes que tiene la msica tradicional se hallan los de organizar, marcar el ritmo y ame-nizar el trabajo. Las cuadrillas de segadores (unas veces profesionales y otras formadas por aportacinvecinal o comunal) estaban dirigidas por un mayoral que normalmente iba delante del grupo y en

    muchos casos era la persona encargada de iniciar el canto de trabajo; por lo general la contestacinla realizaba el resto de la cuadrilla de segadores. El romance que nos ocupa -registrado muy parcial-mente- se corresponde a esta concepcin musical.

    Por lo que se refiere a los aspectos meramente musicales, la meloda se desarrolla en el mbito deuna quinta disminuida sobre una escala de LA modal (mbito compacto) y un apoyo en el arranque dela meloda de un sonido a la cuarta inferior. Destacamos la presencia en Sanabria de este modo de LAcon sptimo grado a medio tono de la fundamental, en ocasiones con entonacin ambigua. Se apreciauna cuerda de recitacin sobre el segundo grado de la escala. En la respuesta colectiva el canto se veampliado en un intervalo de segunda mayor ascendente sobre la exposicin, que est un poco msadornada vocalmente. Rtmicamente, sobre patrones en compases de 3/4 encontramos como com-

    Los registros sonoros de Alan Lomax en

    Castilla y Len: Ribadelago (Zamora), Los

    Villares de la Reina (Salamanca), Burgos,

    Lumajo de Laciana y Laguna de Negrillos(Len), octubre de 1952 (ii)Carlos A. Porro, Alberto Jambrina Leal, Pablo Madrid Martn,Gonzalo Prez Trascasa y Ramn Marijun Adrin

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    plemento alguno de 6/8 y de 4/4 y existen ciertas similitudes con romances antiguos, ofertorios deRamos navideos de Noche Buena y con algunos cantos de boda recogido en localidades de la zona.

    Otro canto procedente de Ribadelago transcrito por Miguel Manzano en su Cancionero de Folklo-re Zamorano con el n 556 (de majar en la era) est en el mismo modo de LA y con apoyo en la cuartainferior. Un ltimo ejemplo musical correspondiente al mencionado cancionero con el n 785 proce-

    dente de Cerdillo de Sanabria adems de estar en el mismo modo, nos aporta una versin con el textoms completo. Respecto al Romance del Arriero y los siete bandidos, es un texto conocido a finalesdel siglo XVII y popularizado en el XVIII, con rima asonante en eo en los versos pares. La letra de estagrabacin slo aparece esbozada, pero en las versiones ms completas el protagonista se encuentracon siete bandoleros, que lo acompaan hasta una taberna con la intencin de envenenarlo y robarlo.l, al darse cuenta, los mata y es prendido por la justicia y encarcelado. Estando en prisiones escribeuna carta al rey contndole el suceso y ste, lejos de condenarlo, premia su valenta otorgndole unarecompensa econmica.

    1. Romance del Mozo arriero y los bandoleros.Manuel Lorenzo y coro de vecinos, Ribadelago, oc-tubre de 1952.

    Camino de Guadarrama se paseaba un arriero,seis mulas lleva cargadas siete con el delantero.Y al subir una cuestica y al pasar un arroyuelo...

    2. Salamanca: las grabaciones de un festival folkloricoCarlos A. Porro

    Paralela a la frontera con Portugal y separada de ella en parte por el ro Duero, la provincia deSalamanca se sita al pie de Zamora, regin sta con la que guarda una estrecha relacin, de igualmanera que con Cceres, que la limita por el sur. Todas las comarcas naturales de Salamanca (La Sierrade Francia, Los Arribes, La Armua, El Campo de Alba o el Campo Charro) conservan y mantienen enla actualidad un conjunto heterogneo y grande de vivencias costumbristas locales, lo que conformaa esta provincia como una regin donde las tradiciones ms rancias se encuentran todava frescas ypertenecen al comn del pueblo.

    De una de estas comarcas, La Armua, son los testimonios registrados por A. Lomax. Las tierras ar-muesas son extensa tierras cerealistas, secas, duras y sobrias que contrastan con el colorido y riquezade bordados y adornos de sus trajes populares, de las floreadas melodas de flautas y de los complejostrabajos de talla de madera, cuerno o corcho, arte en el que los pastores salmantinos han destacadopor lo pulcro y minucioso de sus trabajos artesanales. No parece ser que nuestro investigador co-nociera la ciudad charra ni sus alrededores, ni su fuerte y rica tradicin, aunque anota en su diario laidea de viajar a Peaparda y el Payo dos pequeas localidades de la Sierra de Salamanca, de las msinteresantes desde el punto de vista etnomusical. Los materiales que conservamos parecen pertene-cen a un festival folklrico, puesto que los intrpretes pertenecan a uno de los grupos de Educaciny Descanso de la Seccin Femenina cuyo repertorio se corresponde con una clsica seleccin de airescharros, todos pertenecientes al baile tradicional de Los Villares.

    Uno de los instrumentos ms caractersticos y casi oficiales de esta provincia, junto a la dulzaina yel tamboril de las zonas del este, es la flauta de tres agujeros o gaita y tamboril, que hasta pocasrecientes estaba extendida por toda la provincia. Con el paso del tiempo, el siglo XX y el desarrollotcnico de la dulzaina, sta fue comiendo terreno a la gaita de tres agujeros que qued delimitada en

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    el marco de la zona oeste (como as est asentada hoy da) y algunos restos testimoniales en el centro,que fueron desapareciendo en la segunda mitad del XX. Uno de estos ltimos instrumentistas de estazona fue el seor Alfredo Polo, que mantuvo el instrumento prcticamente en solitario en la comarca,junto a Fulgencio Lozano (apodado to Gencio) y su hijo Teodoro, Modesto Jimnez de Arapiles yel to Medes de Villamayor, que resistieron heroicamente el empuje de la dulzaina, que empezaran

    a utilizar incluso ya sus hijos junto a la gaita, hasta poco a poco olvidar completamente el manejo delos tres agujeros. La grabacin realizada recoge los sones del seor Teodoro Lozano de Los Villaresde la Reina, localidad cercana a la capital y que acompa hasta sus ltimos das a diferentes gruposde Coros y Danzas. Estos testimonios tienen as doble inters, sobre todo porque no se conservanms registros de este msico y por ser registros casuales, pues habitualmente era otro tamborilero delpueblo, el seor Alfredo Polo (fallecido hacia 1960) quin acompaaba en sus desplazamientos a losgrupo de Coros y Danzas. El seor Teodoro prendi el toque de su padre Fulgencio, to Gencio ycon l aprendieron otros tamborileros del lugar como el famoso y citado Alfredo. La presencia de estetipo de instrumentistas de gaita de tres agujeros en la cercanas del campo charro, la comarca de LaArmua y Salamanca capital es escasa y ya lo era desde la 1/2 del XX, de ah el especial inters de lasmelodas procedentes de esta localidad, registradas a uno de los ltimos tamborileros de esta zona.

    El Sr. Alfredo, el tamborilero ms lgrimo armus segn A. Carril, contact en 1950 con GarcaMatos para su misin recopiladora y ms tarde, en 1959, toc para la Magna Antologa. Anibal Sn-chez Fraile tambin recogi 27 toques de un tamborilero de los Villares, sin precisar quin. La fama delos tamborileros de los Villares desde luego era grande y conocida en toda la provincia y alrededores.Teodoro Lozano, que por aquel entonces contaba con 68 aos, a pesar de su edad, acompaaba algu-nas veces a los bailadores de Los Villares y al recin surgido grupos de coros y danzas de Salamanca,que fundado en los aos cuarenta retom buena parte del repertorio de bailes tradicionales de estalocalidad. ntimamente relacionado con el desarrollo de estas agrupaciones artsticas en Salamancaest la figura de Federico Lozano, sobrino de Teodoro. El propio Federico, msico y danzante recorritoda la geografa espaola con una compaa de msicos y bailadores folklricos de aires charros, y a

    su muerte el grupo de Coros y Danzas de Salamanca tomo el nombre de Federico Lozano, mantenin-dose en la actualidad como uno de los grupos mas antiguos en funcionamiento en la capital charra.

    1. Danza de las tapaderas. Teodoro Lozano de 68 aos de edad, gaita y tamboril de Los Villaresde la Reina. 1952.

    Las tapaderas o coberteras son planchas metlicas que cierran las cazuelas y pucheros emplea-dos en la cocina, y que provistas de asa, se aprovechan ocasionalmente como percusin casera delbaile y para hacer una especie de juego de danza propio de mujeres, similar a la danza de palos mas-culina. La danza se realiza entre ocho mujeres, que entrechocan sus tapaderas entre s con sus com-paeras, produciendo un rtmico y metlico soniquete, al comps de la msica. A pesar de que pueda

    creerse que es una reciente incorporacin propia de los antiguos grupos de Coros y Danzas, DmasoLedesma en su cancionero de 1907 anota la costumbre que tenan la mujeres, y que realizan de mane-ra ocasional, de realizar la danza entrechocando sus tapaderas de latn y tejiendo despus el cordn.

    2. Paleo Virgen de Virtudes de Los Villares y remate del paleo. Teodoro Lozano, gaita y tamborily danzantes de Los Villares de la Reina. Noviembre de 1952.

    Paloteos o paleos llaman en esta zona a las antiguas danzas de carcter guerrero y propiciatorio,que ejecutan exclusivamente los hombres armados de dos palos o de palo y escudo, que entrechocanentre si en multitud de diferentes coreografas, de cruces y bailes. Los danzantes, en nmero par (ochogeneralmente, aunque en ocasiones son seis, diez, doce o diecisis) para esta ocasin suelen adornar-se de cintas de seda, pauelos de vistosos colores, flores, escapularios y mil elementos ms de ornato,

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    que enriquecen una vestimenta llamativa y arcaica como es la del traje tradicional de Salamanca. Ladanza se compone de un numero determinado de lazos o paloteos que van cambiando con el pasodel tiempo, mantenindose algunos antiguos durante siglos o crendose otros nuevos cada ao. Lostextos que acompaan estas danzas que siempre se interpretan de manera instrumental, resumen laliteratura espaola desde poca medieval, puesto que en la letra de cada uno de ellos se pueden en-

    contrar romances, tonadillas y breves cancioncillas desde los siglos XV y XVI, hasta coplas de la guerracivil espaola, pasando por relatos histricos de lo ms diverso, desde la invasin napolenica a laperdida del Pen de Gibraltar, la guerra de Cuba y Filipinas, las guerras carlistas y el absolutismo deFernando VII, etc.

    Los palos suelen ser de diferentes maderas, las comunes a cada zona, y en este caso son de maderade encina, el rbol ms caracterstico de la provincia. El choque produce un sonido seco y brillante,cuando est curada la madera, que se logra eliminando completamente la humedad mediante unsistema curioso de coccin consistente en introducir los palos, de entre 35 y 45 cms de largo, en unmontn de estircol durante una temporada. Actualmente son numerosas las localidades que en laprovincia de Salamanca mantienen este tipo de danzas acompandose tanto de dulzaina y redo-

    blante como de gaita de tres agujeros y tamboril, entre otras Cantalapiedra, La Alberca, Mogarraz,Vilvestre, Alaraz, Pearanda de Bracamonte, etc.

    A pesar de ser el baile de la charrada (un elegante y estilizado baile en comps de 5/8), el mspropio y conocido de Salamanca no se recoge ningn ejemplo en la antologa aunque esta plantillartmica aparece en un breve fragmento del remate del paleo.

    3. Baile charro de la rosca de la boda. Teodoro Lozano, gaita y tamboril, de Los Villares de la Reina.Noviembre de 1952.

    Charro se llama al natural de este pas, pero es adems un calificativo que imprime a cualquier ele-mento popular una carga de rancia autenticidad y un sello de legitimidad local. As el baile charro

    o el traje charro, adems de ser indicativo de algunas comarcas de Salamanca, indica que es algolegtimo y autntico, de raz, elegante y con presencia.

    Muy extendida est en esta zona el baile de la rosca, baile de boda por excelencia charro que anen ocasiones sealadas se sigue haciendo en algn pueblo con motivo de este enlace religioso. Elbaile de la Rosca, se llama as porque lo bailan los novios alrededor de una mesa en la que hay colo-cada y ricamente adornado con dulces y confites una tarta, rosca o bollo maimn siendo es el baile deboda obligado en la zona del centro de Salamanca y norte de esta provincia, realizndose tambin enla comarca limtrofe zamorana de Sayago. El baile se compone en realidad de una sucesin de bailesencadenados: la escuadra o preludio de la rosca y que baila el hombre slo luciendo sus habilidades,al que sigue el baile ms brioso, el charro, de complejos trenzados de pies y piernas, despus la jota

    o fandango y para acabar, ya en pocas ms modernas, un aadido de baile agarrado, bailes todosque en esta provincia se interpretan tanto con dulzaina como con flauta de tres agujeros y tamboril.El desarrollo vendra a ser de la siguiente manera: Los novios, ataviados con unos vistosos trajes re-camados de lentejuelas brillantes y botonaduras de oro y plata, se sitan enfrentados en las esquinasde la mesa donde est el bollo sobre un bonito mantel (que en ocasiones es un mantn bordado deManila, de flecos). Comienza el hombre a bailar la llamada escuadra desde un extremo de la mesay a continuacin le sigue la mujer. En cada vuelta del baile charro, que consta de cuatro partes, vanocultando este bollo con cada una de las esquinas de ese mantn cuyas puntas caen por la mesa. Unavez cubierto pasan a destaparlo en el baile siguiente del fandango, compuesto igualmente por cuatropartes. A continuacin, el baile que haba sido suelto, pasa a ser agarrado, bailando la pareja un vals oun pasodoble. Es un baile en el que se demuestra la habilidad de la pareja de baile, dada la compleji-

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    dad y riqueza de pasos, que en ocasiones se realizan sobre un solo pi y con multitud de juegos entrela pareja, que baila alrededor de la mesa en un intento de cogerse o escaparse uno de otro.

    Destacar aqu el extraordinario manejo de las castauelas en este charro (baile denominado tam-bin en la zona como charrada asentada, a fin de distinguirla de la charrada brincada, mas saltaday en comps de 5/8), instrumentos que ejecutan con autntica maestra y dominio los hombres de

    Salamanca mientras bailan. Pudiera ser el propio director de la compaa, Federico Lozano, exquisitobailador tambin, el taedor de estos pitos o castauelas en la grabacin.

    4. La Rueda. Teodoro Lozano, gaita y tamboril, de Los Villares de la Reina. Noviembre de 1952.

    El tipo de meloda de este baile, suele denominarse Fandango especialmente en tierras de Sa-lamanca, siendo un baile antiguo espaol popularizado a partir del siglo XVIII y que vino a derivar alparecer en el baile ms popular actualmente en Castilla y Len, la jota, tambin de ritmo ternario. Seutilizaba antiguamente la meloda en Los Villares para el baile llamado La rueda, similar en su es-tructura coreogrfica a los corridos castellanos (aunque estos son de carcter quinario) en los que losbailadores ocupaban toda la plaza en una gran rueda. En ella, las parejas, despus de haber bailado

    jotas, charros, charradas y otros fandangos formaran baile dispuestos en dos corros, uno exterior demujeres y otro interior de hombres, para bailar esta ltima pieza ms larga de duracin que las demsy en la que el instrumentista se permita hacer un descanso para que las parejas paseasen, hablasenbrevemente o se intercambiasen los bailadores.

    Agrupacin de Coros y Danzas. Salamanca, hacia 1955. Fotgrafo Joaqundel Palacio. Archivo fotogrfico de la Fundacin Joaqun Daz de Uruea(Valladolid)

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    3. Las grabaciones de msica burgalesa de Alan LomaxGonzalo Prez Trascasa y Ramn Marijun Adrin

    El contacto de Alan Lomax con la msica de Burgos se produjo en 1952 durante el festival de Palmade Mallorca, a travs de la representacin efectuada por un grupo folklrico de danzas perteneciente

    a la Seccin Femenina, representante genuina de la visin que el rgimen franquista- tan odiadopor Lomax- tena del folklore. La direccin de este grupo (creado en 1946), correspondi a D. Justodel Ro Velasco, quin era tambin por entonces director del grupo de danzas del Orfen burgals.

    En dicho Orfen, -refundado en 1929 bajo la batuta del malogrado compositor burgals AntonioJos, asesinado por los falangistas al comienzo de la guerra civil espaola- comenz Justo del Rosus contactos con la msica popular burgalesa, y ello tanto a travs del propio Antonio Jos, a quienacompaar en algunos de sus viajes recopilatorios por la provincia, como del Cancionero de FedericoOlmeda, obra bsica en el repertorio de dicho Orfen e inspirador de gran parte de la obra musicaldel propio Antonio Jos. Pues bien, esto es precisamente lo que encontramos en las grabaciones queLomax realiza en Mallorca con el grupo de la Seccin Femenina, una serie de danzas que figuran en

    alguno de los tres cancioneros burgaleses que marcan los hitos de la recopilacin de la msica tradi-cional en esta provincia durante la primera mitad del siglo XX: I- El Cancionero de Federico Olmeda,publicado en 1903, II- El Cancionero de Antonio Jos, Premio Nacional de Msica en 1932 ( aunqueno pudo ser publicado hasta 1980, 44 aos despus del fusilamiento de su autor) y III- Danzas tpicasburgalesas, o Cancionero de Justo del Ro, publicado en 1959 con melodas transcritas en las dca-das de los aos 40 y 50 por Jacinto Sarmiento y Domingo Amoreti e indicaciones coreogrficas delpropio del Ro.

    La grabacin se corresponde con una representacin folklrica, por tanto supeditada a la puestaen escena del grupo, lo que hace que, por ejemplo, figuren algunas incorporaciones instrumentales(como la pandereta) que nunca apareceran en las danzas tal y como eran interpretadas en sus loca-

    lidades de origen en esos aos (mayoritariamente con dulzaina y caja), o que se presenten unidasdanzas provenientes de localidades distintas. Lo que s caracteriza a todos los documentos grabados(salvo tal vez el ltimo un baile corrido) es que son ejemplos de danzas rituales. Estas danzas, sonejecutadas en diversos pueblos de la provincia por grupos perfectamente organizados (y ataviados) dedanzantes con ocasin de determinadas festividades del ao y nunca fuera de ellas. Son por tantodanzas rituales y no bailes de mera diversin.

    En cuanto a los intrpretes, el dulzainero fue Eufronio Ovejero, apodado el Calines, quien segu-ramente fuera tambin el encargado de tocar la flauta y el tamboril. Ms dudas nos presenta el inter-prete de caja, quien no parece ser el habitual acompaante de este dulzainero (Luis Saez el Farras)sino un redoblante de circunstancias ( Manuel Abajo?, El Mentirafresca?...)

    Pero revisemos las seis grabaciones concretas que Lomax realiza con este grupo.

    La primera de ellas, que titula como Entrance music, es el pasacalle de danzantes de la capitalburgalesa que Olmeda recoge con el n 266 en su cancionero (reproducido en la pag. 33 en el deJusto del Ro), y Antonio Jos- con alguna pequea variacin- transcribe con el n 93 en el suyo. Deeste pasacalle puede escucharse una magnfica interpretacin, con su ritmo binario de subdivisinen siete partes (3+2+2 /3+2+2) en el sello Columbia por los dos msicos citados (El Calines y elFarras) editada en Espaa en 1970, pero grabada en la dcada de los cincuenta. Este ritmo (con elque aparece transcrito en el reciente Cancionero de Burgos de Miguel Manzano -2002-), no es el de lainterpretacin que aqu se escucha, donde la pandereta y la caja lo simplifican. El segundo documentoque titula Danza de espadas, realmente est compuesto por dos fragmentos distintos: El primero se

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    corresponde con la Danza del Arco proveniente de la localidad de Fras y transcrita en la pag. 107del cancionero de Justo del Ro. El segundo es efectivamente una danza de espadas, en concreto esla sexta danza de los danzantes de la capital de Burgos, transcrita con pequeas variantes por Olme-da con el nmero 268 F), por Antonio Jos con el n 101 y recogida tambin por Justo del Ro en lapgina 41 de su cancionero. Grabaciones de esta danza de espadas pueden encontrarse adems de

    en la publicacin de Columbia citada, en la coleccin La Msica Tradicional en Castilla y Len (1995,Rtve). El tercero recogido como El Muse del Angulet, aparece en la pgina 256 del Cancionero deJusto del Ro como Tin tin taina o El Mos del Angul y se danza en la localidad de Quintana delPidio. En el caso de la danza Las Ovejitas del archivo Lomax, aparece transcrita por Justo del Rocomo Las Agachaditas en la pgina 123 de su cancionero como procedente de la localidad de Be-lorado. Sin embargo la denominacin ms popular es precisamente la que Lomax utiliza (Las Ovejitas)y as puede escucharse la meloda completa con este nombre en la grabacin correspondiente de lacoleccin citada La Msica Tradicional en Castilla y Len.

    A continuacin seala Lomax en sus anotaciones dos danzas: Danza de espadas y Danza concastauelas. Realmente ambas constituyen una nica danza -la danza del Ahorcado de la localidad

    pasiega de las Machorras-, recogida en la pgina 63 del cancionero de del Ro, all se indica que Labailan portando cada danzante una vara que manejan con habilidad.... Meldicamente presentaparentesco en su incipit con la Danza del Arco de Fras escuchada anteriormente y su estructura (ascomo su coreografa en rueda) apunta a una relacin con los bailes quinarios como el que a continua-cin grab. Danza corrida titula Lomax este ltimo documento. Se caracteriza este baile corridode rueda (rueda o jota corrida suelen ser las denominaciones ms habituales para este gnero en laprovincia de Burgos) por su ritmo binario de subdivisin quinaria (10/16). En lo que parece un error dedenominacin, este baile transcrito en la pgina 160 del cancionero de Justo del Ro aparece con elttulo de La Geringonza. Lo cierto es que tal y como all figura aparece como recogido en el partidode Salas de los Infantes con la nica salvedad de que en la grabacin efectuada por Lomax el dulzai-nero toc una segunda voz en lugar de la principal en la segunda parte de la tonada.

    4. Lumajo de LacianaCarlos A. Porro

    La Montaa Occidental de Len, formada por las comarcas de Laciana, Omaa y Babia, presentaun idlico paisaje a pesar de la dureza del terreno. Las tierras altas, son tierras fras, agrestes y de neva-das duraderas que hoy, en parte se encuentran algo desoladas ante un abandono de la poblacin ruralde muchas localidades y una parcial destruccin del medio ambiente ante el incipiente desarrollo dela minera del carbn durante todo el siglo XX. La zona ha conformado junto a sus comarcas hermanasde los valles de Asturias y concejos de Degaa, Leitariegos, Cangas de Narcea y Somiedo una entidad

    comn de idnticos usos y costumbres ms all de las fronteras polticas establecidas sin criterios cul-turales o geogrficos. La zona, antao dedicada a la ganadera extensiva y a los derivados de la misma(leche, quesos) ha vivido del trabajo de la lana y del lino, del ganado vacuno y de las grandes braas.Son stas, terrenos de fresco y abundante pasto en los que se edifican varias casas de piedra y tejadode paja o de pizarra y que se habitan estacionalmente por pastores y que durante siglos, acogieron alos millares de cabezas de ganado trashumante de ovejas merinas que se alimentaban de los pastosde montaa y que suban desde Extremadura realizando un viaje de ms de 500 kilmetros.

    Solamente tenemos constancia de un viaje a la zona del investigador, al pequeo pueblo de Lu-majo, preciosa localidad, a donde lleg por mediacin de don Florentino Daz Gonzlez, secretariodel ayuntamiento de Villablino, localidad cercana y la ms importante e industriosa de la zona. Pocos,

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    pero fundamentales, dentro de la etnomusicologa ibrica, son los testimonios que recogi en susgrabaciones sobre todo por la antigedad de los mismos, centrados en la arcaica instrumentacin y ensus tonadas rancias y austeras. La instrumentacin bsica de la zona, junto a la popular pandereta esel pandero cuadrado, prcticamente desaparecido en la actualidad en Espaa y que se ha conservadoen esa zona con cierta vigencia. Las tonadas propias del pandero cuadrado se enclavan dentro del

    llamado baile del pas o La Garrucha, que se asientan sobre un soporte de escala menor modal yuna estructura rtmica en la que afloran muchos elementos de arcasmo, tonadas de mbito meldicorestringido, un ritmo binario compuesto (ocasionalmente quinario), ausencia de estribillos (aunque nosiempre) que remarcado por el toque ronco, austero y repetitivo de los panderos envuelven las tona-das y el baile en una escena coreogrfica propia de la Edad Media.

    Lucio Criado y Carmen Marentes en la publicacin A Xeito describen este instrumento como unbastidor cuadrado de madera de entre 35-38 cms. de lado y 7 de anchura que se recubre por amboslados de una piel (a la que se ha eliminado el pelo mediante un proceso de mojado, secado en sal ysobado) y que apoyado en el pecho se percute con las dos manos. El propio Lomax acompaaba sudiario con algn dibujo de estos panderos llamado por su extraeza y por su singularidad en relacin

    a todo lo que conoca de Espaa. El sonido caracterstico producido es ms bien seco y oscuro, ronco,lo que contribuye a crear un ambiente de rusticidad que encaja a la perfeccin en la cadencia arcaicade las tonadas. Vinculado de manera indisoluble al pandero cuadrado est el baile propio de toda lacomarca: el Baile del Pas, el Chano o La Garrucha, tres denominaciones que anota Lomax en su diario.Es ste un baile recio, austero pero engalanado con un caracterstico y alegre movimiento de brazosque contrasta con la rudeza de los panderos y los cantos, que se acompaan con enormes castauelasque repican incansables con especial dominio las mujeres. Cuatro fueron las tonadas de este baileque recogi en Lumajo en la taberna, a dos tocadoras de mediana edad: Concepcin Taladriz (pro-pietaria de la taberna), Elvira Feito y a Pepn el ciego acordeonista del lugar. Asimismo las tonadasde bodas se acompaan al canto y al ritmo con el mismo estilo que para el Baile del Pas y las mismainstrumentacin confundindose casi con l. El baile se arenga y se calienta con gritos, chillidos, vivas

    o expresiones que ensalzan las parejas femeninas o la posicin en el baile, que suele ser en dos filasparalelas, una de mozos y otra de mozas, compitiendo en el baile las parejas del medio con las de losextremos (las puntas).

    Lomax describe con cierta dureza en su diario la primera impresin que tuvo al llegar a la localidady entrar en contacto con los vecinos, reflexiva y un tanto difusa en sus notas:

    Haba un nuevo pueblo minero, Villaseca, donde el 90% de la poblacin no son naturales deestas colinas como pasa en Kentucky. Haba una pequea carretera que suba 5 kms. y atrave-

    saba un puente. Detrs de esos picos asomaba el pueblo. La calle principal estaba embarrada,

    las casas parecan sacadas de la edad media. Haba pequeos graneros sobre zancos de piedra

    sacados de algn oscuro pasado celta. La gente era rpida, malhumorada e inteligente comolos escoceses. El alcalde directamente dijo que no haba buenos cantantes y tena razn. Haba

    un extrao y fantasioso chico rubio que estaba tan delgado que las ropas se le caan, aparte de

    esto no saba que se estaba quedando ciego y que su acorden era el menos armonioso desde

    Adn. Haba varias ancianas maravillosas que tocaban el pandero cuadrado. Haba una multi-

    tud de chicas jvenes a las que se les haba dicho que proporcionaran sus favores (ayudaran?)

    libremente. Haba una pareja de ancianos con bigotes y gran energa que mandaban a todo el

    mundo hacer cosas y canturrear como una pareja de hebreos.

    Todos vinieron juntos entre la nieblina andando por la calle embarrada y estrecha con sus

    zapatos de madera y pasndose con cuidado a la puerta de la posada y abarrotando la habi-

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    tacin alrededor del micrfono hasta que no quedaba aire para respirar, mirndome con caras

    perdidas y la mirada esquiva y oculta de la gente de Kentucky cuyos amigos (paisanos) haban

    regresado al pas de las colinas para morirse de hambre en grandes granjas pobres, as podran

    beber el agua del manantial y oler el aire limpio de la montaa y se haban despertado para

    encontrarse atrapados en una mina de carbn y el agua negra que se vierte a manantial. Y las

    caras de Lumajo tienen la misma expresin ya que siempre han sido pastores aqu en el vallems alto de Len y ahora de pronto, ser hombres y mantener satisfechas a sus mujeres y se han

    encontrado asimismo enterrados vivos en las minas de carbn. Y la sorpresa hiriente y muda

    que muestran las caras de estos hombres jvenes y se vea en la msica que todava era msica

    de pastores, pero ahora sin gracia, ahora torpe y horrible, como una mula del pas que se ha

    quedado ciega en las minas...

    Realmente, a pesar del comentario muy psicolgico, la fuerza de la tradicin en esta zona comoen otras del pas sorprende a todos a cada momento. Algunas de las ms bellas tonadas de panderocuadrado y del baile del pas, se han seguido recogiendo desde entonces a otros vecinos y en otraslocalidades, estando plenamente vigentes en muchas fiestas populares actualmente.

    1. El baile del pas o La Garrucha I. Panderos y canto: Concepcin Taladriz de 42 aos y Elvira Feitode 54 aos. Lumajo, 5 de noviembre de 1952.

    Si no lo bailan a gusto, los seores en el bailehganme una media seal que yo la cojo en el aire.Viva la punta! viva!. Ijuju!.

    Por las estrellas del norte se guan los marineros,yo me guo por tus ojos que son dos claros luceros.Viva la punta!, viva!, viva el medio!

    2. El Baile del Pas o la Garrucha II. Panderos y canto: Concepcin Taladriz de 42 aos y Elvira Feitode 54 aos. Lumajo, 5 de noviembre de 1952.

    Este pandeiro que toco ia de pellecho de ogechaayer berraba nel monte, gey toca que retumbiecha.Ay, ay, le, le, le la.Viva la punta!

    3. Baile de los Pollos. Panderos y canto: Concepcin Taladriz de 42 aos y Elvira Feito de 54 aos.Lumajo, 5 de noviembre de 1952.

    Otro de los bailes sueltos antiguos que tambin se ha conservado en Asturias es el de los pollos o

    pochos. Martnez Torner describe la forma asturiana de la siguiente manera:Comienza a sonar el pandero, tocado generalmente por la persona que canta. Entonces,

    dos mozos invitan a dos mozas a bailar; disponindose los cuatro en crculo, alternativamente,

    bailan mientras dura el canto, y al terminar ste, se retiran los primeros; las mozas que han que-

    dado en el baile invitan a otros dos mozos, bailando de la forma anterior. Al terminar la copla,

    ellas abandonan el baile y son los dos mozos quienes invitan a otras dos mozas, y as sucesiva-

    mente. Las ltimas personas que quedan sin poder escoger pareja se dice que quedan pollos.

    El baile de los pollos se interpreta en crculo, cambiando sucesivamente el sentido del giro trasuna orden o aviso del pandeiro y su origen y forma coreogrfica denota bastante antigedad.

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    Los pajaritos madre, que atrevidos sonque pican y no tienen de nadie compasin.Yo tena uno y se me march,no tena pico y as me la peg..... que del cielo baj,

    con el pelo tendido y al remate una florY en la flor una rosa y en la rosa voy yo,vmonos, dueo mo, dueo mo, vmonos.

    4. El Baile del Pas o la Garrucha III. Panderos y canto: Concepcin Taladriz de 42 aos y Elvira Feitode 54 aos. Lumajo, 5 de noviembre de 1952.

    Viva pueblo de Lumajo, viva el ramo de laurel,vivan los mozos y mozas que se pasean por l.Viva la ma!.

    Como quieres que yo vaya al jardn de la alegra

    si se marchitan las flores al ver la belleza ma.Ijuju!

    Cmo quieres que yo tenga la cara alegre y contenta,si hasta los mismos caminos para mi ya dieron vuelta.

    Todos los anocheceres salgo por ver si te veo,porque solita t eres el jardn de mis recreos.

    5. Tonada de bodas (a la salida de la iglesia). Panderos cuadrados: Concepcin Taladriz de 42 aos,Elvira Feito de 54 aos, grupo de mozos y mozas acompaan al canto. Lumajo, 5 de noviembre de 1952.

    No se entiende una boda en esta zona sin que se agasaje a los novios con cnticos con los queacompaa la comitiva desde la casa a la iglesia, no sin esperar, como es costumbre, una pequeacuanta econmica de manos del padrino o madrina que gastarn mozos y mozas a la salud de losrecin casados.

    Tras la ceremonia de la iglesia, dos mozas, con los panderos bellamente engalanados de cintas deseda, flores y lazos reciban a los novios pasando los panderos por encima de sus cabeza, en un actosimblico como pocos. A continuacin comienzan las canciones, muchas de ellas compuestas espe-cialmente para la ocasin, en las que aparecen referidas las bellezas o virtudes de novios, padres ypadrinos. La pareja de mozas preside el cortejo tras la salida de la iglesia hasta la casa de la novia en laque la madrina convida a suculentas rebanadas de pan y manteca a todos los asistentes. Lomax anota

    en su diario una conversacin con una paisano sobre esta costumbre:Bailamos la garrucha. La garrucha es lo que hacemos con las manos- eso es a lo que lo

    llamamos. En las bodas llevamos panderos con cintas y rosas, despus tiramos petardos y de-

    cimos- Viva la novia!, el novio no. Esto lo cantamos mientras desfilamos por las calles- (Alan

    pregunt: Y porqu ya no hay ms bodas?). - Al fin y al cabo el padre tiene que pagar la bebida

    para 24 horas de fiesta o 48, para todo el pueblo. Se ha cansado de pagar todas estas bebidas

    as que ahora las canciones empiezan a desaparecer. Ahora es cosa de tres o cuatro invitados y

    ah se acaba la cosa.

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    Salgan los seores novios de la puerta de ese temploque aqu viene sus amigos a fraternizar con ellos.Vivan los novios!

    A la puerta de la iglesia juntos os vimos llegar.ms hermosos que las flores en la mansin celestial.

    Viva la novia!, viva!

    El cielo se encuentra raso y no se ve ningn astro,cuatro luceros hermosos resplandecen en Lumajo.Vivan los padrinos!, vivan!.

    Y esos cuatro luceros que dejamos antes dichosson el novio y la novia y los seores padrinos.Vivan los padrinos!, vivan!

    El padrino y la madrina, lo digo de corazn,son dos flores admirables, no tiene comparacin.Viva!, viva!

    El padrino es una rosa, la madrina es un clavel,el novio es un espejo la novia se mira en lViva la novia!, viva!

    6. Tonada de Bodas (llegada a casa de la novia). Panderos cuadrados: Concepcin Taladriz de 42aos y Elvira Feito de 54 aos, un grupo de mozos y mozas acompaan al canto. Lumajo, 5 de noviem-bre de 1952.

    Salgan los de la cocina a recibir la casada

    y su madre la primera, que es el tronco de la rama.Viva la novia!

    El padrino de esta boda es el nmero primero,que se dej los anillos en casa del estanquero.Viva el padrino, viva!

    Adis amiga del alma que te vas de nuestra era,te recordaremos siempre como buena compaera.Viva la madrina!, viva la boda!

    Vamos, vamos a la fuente donde el agua pura brilla

    pero mas brilla la novia al lado de la madrina.Viva la madrina!, vivan los padres de los novios!

    Aunque viniste a Lumajo, no te cause sensacinporque es un pueblo agradable, la capital del Cornn.Viva Lumajo!

    7. Ronda. Grupo de mozas cantoras. Lumajo, 5 de noviembre de 1952.

    Tanto mozas como mozos acostumbraban en ocasiones a cantar en grupos, en las rondas, en lasfaenas comunales del trabajo o simplemente en reuniones para pasar el rato. La tonada aqu presen-

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    tada se interpreta en el habla local, el paschuezo o dialecto leons, hoy en trance de desaparicin yque se caracteriza por un sonido ch que sustituye al de doble l.

    Cuatro chobos que baxaron por el vache de Chacianaforun diciendo a Belmonte: cheite, chume, chino, chana.

    Buen cuidado me da a mi que me corten un manteo,porque chegando a cha chorza cha chorza cheva salero.

    Dicen las del otru chao, que cantan mejor que nos,esos son cuernos para echas que mejor cantamus nos!

    Las braeirinas de Robles dan el cheite a los galanesya luego baxan diciendo que lo maman los tenrales.

    8. Vaqueirada. Cantada por Manuel Llano Fernndez. Lumajo, 5 de noviembre de 1952.

    El canto solista melismtico de carcter lrico est muy extendido en toda la cornisa cantbrica, en

    tierras de Santander, en la montaa de Palencia y toda Asturias principalmente. La comarca de Lacia-na, donde se encuentra Lumajo y la cercana de Babia confluyen culturalmente con el sur de Asturias yen toda esta zona se desarrolla un canto denominado vaqueirada, propios de los vaqueros y guar-das de rebaos que lucen su voz en estas preciosas tonadas.

    Ofrecistime un queisu en seal de matrimonioel matrimoniu fue nulu, ay! vlveme el queso al horreu.Pabeiru, pabeiru.

    El seor cura del Puertu va pal cielo en lnea rectasi Jesucristo lo sabe ponei un candao en la bragueta.Paveiru, paveiru

    Soy vaqueiru, soy vaquieru, nacido en la vaqueiradatengo un xatina pinta dei echina una xarrala.Paveiru, paveiru,....

    9. Tonada de ronda. Mozas cantoras de Lumajo, 5 de noviembre de 1952.

    Un cazador tir un tiro y era de Babia de Abajo,la perdiz era de Torres vino a caer a Lumajo.Paloma blanca como la nieve.

    Paloma si vas al monte mira que soy cazador,

    si tiro un tiro y te mato para mi ser un gran dolor.Paloma blanca como la nieve.

    Una palomita blanca como la nievebaja al ro a beber agua, baarse quiere.Y esa palomita blanca como la nieveen el pico llevas hilo color de rosa;dmelo para coser tu corazn con el mo.Paloma blanca como la nieve.

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    10. Ronda.Cantada por Jos Mara Pena. Lumajo, 5 de noviembre de 1952.

    Otro ejemplo de canto solista de la zona, aunque no de estilo propiamente de vaqueirada esesta tonada popular por toda la zona norte del pas y a la que se le atribuye un origen montas, pro-cedente de Cantabria. Lomax anot al lado del ttulo la expresin santanderese style refiriendo unaprocedencia fornea de la cancin.

    Sguela Manueluco, sguela Manuelde noche con la luna con el lucero del amanecer.Y una noche de luna fuiste a moras,ten cuidao con las zarzas que son traidoras,sguela Manuel...

    Y una noche en el baile perd dos realespor ti gran picarona que no los vales,sguela Manuel...

    11. La garrucha de acorden. Panderos cuadrados: Elvira Feito de 54 aos y Concepcin Taladriz de42 aos. Acorden: Pepn el acordeonista de unos 35 aos. Lumajo, noviembre de 1952.

    El moderno acorden diatnico o de botones penetr en toda esta comarca vinculado a la ex-pansin de la minera en las primeras dcadas del siglo XX y con l lleg tambin el baile agarrado,baile pecaminoso y prohibido en ese momento, que ocasion muchos enfrentamientos entre los de-fensores del baile antiguo suelto (el baile del pas o garrucha) y el moderno (pasodoble, vals y fox-trot) representado en primera instancia por este instrumento. Realmente este acorden se extendienormemente, sustituyndose a mediados de siglo XX por una versin cromtica de teclado, pero lafuerza de la tradicin acab por incorporarlo al baile antiguo junto a otros instrumentos tradicionalesde la zona. Aparece as esta versin del antiguo Baile del Pas con acorden y panderos cuadrados. Elacordeonista, algo destemplado, recrea la voz de las cantoras, transformando la meloda austera enuna ms gil y melodiosa.

    Mozas de Villager de Laciana. 1920. Clich de Manolo Gancedo. Archivo fotogrfico de la FundacinJoaqun Daz de Uruea (Valladolid)

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    5. Laguna de Negrillos (Len), en un festival folklrico en la isla de MallorcaCarlos A. Porro

    Junto a los trabajos realizados in situ en diversas localidades espaolas otras grabaciones seconservan entre los documentos pertenecen a recopilaciones realizadas en festivales folklricos (al-

    gunos en Zaragoza y otros en Palma de Mallorca). Varios de los contactos que le sirvieron a Lomaxpara recopilar interesantes testimonios los estableci ocasionalmente en estos encuentros oficiales delos muchos que en esos momentos de auge y recreacin poltica del folklore se hacan en diferentespuntos de Espaa. Lomax registr varios momentos del afamado festival de Folklore de Mallorca(que an sigue celebrndose en la actualidad), y junto a grupos de Crdoba, Gerona o Burgos, quetambin recoge esta Antologa, grab a los danzantes de Laguna de Negrillos. Tambin all, coincidicon la agrupacin folklrica de Val de San Lorenzo (Len), localidad a la que acudira meses despuspara recopilar una interesantsima y amplia coleccin de tonadas, bailes y canciones del ms autnticosabor maragato.

    Repite la dulzaina como instrumento ms caracterstico para estas agrupaciones de danzas rituales

    en la zona, siendo los intrpretes locales, de profunda tradicin. Los msicos ejecutan con dominioel repertorio, que en estas danzas rituales ha de ser fijo y de carcter marcado (pues en eso radica labelleza de la danza) para lograr una perfeccin coreogrfica, diferente a la libertad de ejecucin quehay en los bailes populares. El dulzainero, presenta un estilo en cierto modo leons heredado deuna antigua tradicin de floreo de gaita de fuelle y de flauta de tres agujeros, con escasa presencia delas octavas y una caracterstica ligazn de las notas puesto que generalmente la dulzaina en esta zonainterpreta tonadas propias del canto.

    Mencin aparte merece la riqueza de matices que la complejidad de la caja o redoblante abordaen el pasacalles y que parece que llam la atencin al investigador ya que el registro musical en parterecoge un largo fragmento de esta procesin, donde destaca principalmente el redoble del tambor

    de parches de piel en complejas medidas intercaladas de 7/8.Dos son las melodas de la propia danza de palos que se presentaron en ese festival, de las muchas

    que renen en su repertorio los danzantes de Laguna y que anualmente siguen celebrando con motivode la festividad del Corpus Christi, dentro de una representacin teatralizada donde desfilan acompa-ando a la Custodia Sacramental, diferentes personajes bblicos y del santoral. Los danzantes, ochomozos, van ataviados con unos preciosos trajes de lino y lienzo compuestos de camisa, calzn y variospares de enagillas y faldillas blancas almidonadas, que se adornan de pauelos de colores, cintasde seda, y vistosos lazos conformando una llamativa figura. Estos temas de paloteo no son los temasmusicales ms antiguos, desde luego, ya que parece corresponderse, por la msica y por la letra, concanciones modernas de la primera dcada del siglo XX, pasodobles o cupls. Esto revela, la cons-

    tante costumbre de estas agrupaciones masculinas de renovar el repertorio continuamente y crearanualmente algunas danzas dentro del estilo del pueblo y que con el paso del tiempo podran pasar aformar parte de la ms arraigada tradicin local. As, dentro de este repertorio se conservan melodasy textos de tonadas conocidas desde el siglo XVI, poca de arranque, desarrollo y esplendor de estasfiestas del Corpus en Espaa, pasando por canciones o romances de los siglos XVII, XVIIII y XIX.

    Los ocho mozos acompaan durante toda la procesin a la Custodia donde se venera el Cuerpode Cristo, danzando y tocando castauelas sin parar con un pasacalles denominado La Bailina, queconsta de dos partes en ritmo de 7/8 intercalado con otro de 2/4 donde priman los contrapuntos ycambios de acentuacin, lo que requiere un perfecto dominio de la msica y el desarrollo de la danzapor parte de los dulzaineros.

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    El Correo de Mallorca recoge dos testimonios de las actuaciones del grupo, el 26 y el 28 de juniode 1952 y el peridico ltima Hora cita textualmente ... Laguna de Negrillos inici el programa. Estintegrado por hombres solos, ejecut sus danzas con recio estilo, interpretando Diana del Pas, baile

    de las Castauelas y Danzas Guerreras, de la que sobresali por su tristeza y fuerte expresividad la

    segunda. Fue largamente aplaudida. Las dos sesiones se hicieron a precios populares, 3 pesetas,

    para que pudiera acudir todo el mundo y a la hora de las clasificaciones el grupo obtuvo un premio,el Meritissimus Grado Mximo, entre los mejores clasificados. La entrada al escenario la realizaron deuna diana o alboreada, pieza con la que los dulzaineros recorran las calles de la localidad a primerahora de la maana, a la salida del sol, anunciando el da de la festividad. Santiago Matilla Valencia de45 aos a la dulzaina y su hijo Demetrio Matilla de 15 aos a la caja interpretaron la diana (para entradade los danzantes), la danza de la Bailina, una danza de palo sencillo (el caballito), otra danza de palobailado y el baile de la procesin para adelante.

    Recorded and produced by Alan Lomax

    Spanish Collection Series Editor: Judith R. Cohen, Ph.D.

    Executive Producers: Anna Lomax Wood and Jeffrey A. Greenberg

    Regional consultant: Joaqun Daz

    Research assistant in 1952: Jeannette Bell

    Production Coordinator: Nathan Salsburg

    Research consultants in 1952: Eduardo Torner, Julio Caro Baroja

    Executive Producers: Anna Lomax Wood, Jeffrey A. Greenberg

    Special thanks: Archives of the Fundacin Etnogrfica Joaqun Daz (Uruea, Valladolid)

    Notes and tape box image used by permission of the Association for Cultural Equity. www.culturalequity.org

    Laguna de Negrillos, 2007. Fotografa Carlos A. Porro.Archivo fotogrfico de la Fundacin Joaqun Daz de Uruea(Valladolid)

    http://www.culturalequity.org/http://www.culturalequity.org/
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    PDisciplinantes y monumentos en la Semana

    Santa de los siglos xvi al xviii y su

    manifestacion en Linares (Andalucia)

    Andrs Padilla Cern

    Podemos definir la procesin de Semana Santa, como una manifestacin religiosa de carc-ter pblico y por ello, poseedora de un importante componente popular y hasta festivo. Losdesfiles procesionales comenzaron a gestarse a finales del siglo XV, sin embargo fue en elXVI cuando empezaron a manifestarse como una especie de continuacin de la liturgia pro-pia de estos das Santos. Pero para poder entender el verdadero sentido de estas prcticas

    penitenciales, es necesario que nos detengamos un poco en la tipologa de las cofradas de Semana

    Santa.

    TIPOS DE COFRADAS PENITENCIALES

    El siglo XVI viene marcado en Espaa por los reinados de Carlos I y Felipe II, as como por la con-trarreforma y las luchas contra el protestantismo. En este contexto histrico, tiene lugar la aparicinde hasta tres tipos distintos de cofradas penitenciales. La clasificacin ms extendida de ellas es lasiguiente:

    Cofradas de la Vera-Cruz

    Tambin llamadas en algunos sitios de la Sangre de Cristo o de las Cinco Llagas, aunque en algunoslugares se simultanearon ambos nombres. Generalmente estaban promovidas por la Orden Francis-cana, ya que all donde se fundaba un convento de esta congregacin, surga inmediatamente unacofrada de la Vera-Cruz. Su principio fundacional sola ser la devocin a la Cruz de Cristo, es decir laVerdadera Cruz (Vera-Cruz) en la que nos redimi de nuestros pecados. Esto tiene que ver con el he-cho de que los Padres Franciscanos tenan encomendada la posesin y guarda de los Santos Lugares.El periodo de implantacin de estas hermandades, abarca desde las primitivas de Sevilla y Toledo,fundadas en los aos 1448 y 1480, hasta las que se instituyeron a finales del siglo XVI. Su rasgo msdestacado era la prctica de la disciplina durante la procesin, que daba comienzo al atardecer deljueves santo. Durante el transcurso de la misma, se visitaban cinco iglesias, en recuerdo de las cinco

    Llagas de Cristo. No obstante, para algunos investigadores franciscanos1

    , el sentido de esta quntuplevisita era rememorar el recorrido por las cinco Baslicas principales de Roma.

    Cofradas de la Soledad

    Tambin conocidas bajo las advocaciones de Nuestra Seora de las Angustias o de la Quinta An-gustia y en general del Santo Entierro de Cristo. Estas hermandades se fundan casi siempre de formaalgo posterior a las de la Vera-Cruz. En su constitucin se aprecia la influencia de la Orden de los Do-minicos y en menor medida la de los Carmelitas Calzados. Durante las procesiones, que se verificabanal anochecer del viernes Santo, tambin se practicaba la disciplina. No obstante, hay algunas oca-siones en que esto no sucede, como en ciertas hermandades granadinas. En estos casos especiales,

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    se organizaba un tipo original de procesin en forma de entierro, sin disciplinantes y con hermanosportando luces.

    Cofradas de Jess Nazareno

    En sus orgenes se les denominaba de la Cruz de Santa Elena, aunque al poco tiempo se las empe-z a llamar como las de los nazarenos o simplemente de Jess Nazareno. Casi todas ellas se fundanen el ltimo cuarto del siglo XVI o principios de la siguiente centuria. En su constitucin no intervienede forma clara ninguna orden religiosa, aunque los Franciscanos y tambin los Carmelitas Descalzos,promoveran un gran nmero de ellas. En este sentido y segn algunos historiadores, se las puedevincular con otra cofrada ms antigua, denominada Virgen de los Santos.

    La particularidad de las hermandades de Jess Nazareno era que sus penitentes, que salan en laprocesin del viernes Santo en la maana, no se disciplinaban, sino que portaban una cruz de madera.Quizs por la ausencia de cruentos sacrificios, suscitan pronto la aceptacin popular, logrando un granarraigo entre la poblacin, el cual se ha mantenido hasta nuestros das.

    Notas caractersticas de las Cofradas

    Las cofradas penitenciales tenan en sus orgenes, tres rasgos o notas fundamentales:

    Penitencial. Que era su carcter principal y que consista bsicamente en que estabandedicadas a recordar la Pasin y Muerte de Nuestro Seor Jesucristo y los Dolores de suSanta Madre. La forma de recordarlos consista fundamentalmente en la organizacin deprocesiones en las que algunos hermanos se sometan a la disciplina voluntaria, como for-ma de expiar sus pecados. Otras actividades estaban reservadas al interior de los templosy consistan en fiestas religiosas.

    Indulgencial. Los fieles se inscriban en las cofradas y hermandades porque as gana-ban numerosas gracias espirituales. Por todo ello, las cofradas se esforzaban en lograrindulgencias y privilegios ante la Santa Sede o de adquirir la Carta de Hermandad conciertas rdenes religiosas para disfrutar tambin de los favores que stas tenan. No obs-tante, en gran nmero de ocasiones, seran las mismas rdenes religiosas las que favore-ceran la fundacin de cofradas, como medio de atraer feligreses a sus conventos; hacerapostolado y sufragar obras benficas. El caso ms conocido es el de la Orden Francisca-na con las cofradas de la Vera-Cruz.

    Asistencial. Segn esta caracterstica, la cofrada actuaba como una moderna compa-a de seguros. En ese sentido se procuraba asistir a los hermanos enfermos, llegando a

    contar con hospitales propios. No obstante y con el transcurso del tiempo, este socorrose redujo solamente a sufragar los gastos del entierro que sola incluir, al menos en la villade Linares, los siguientes elementos: Una mortaja (hbito de la hermandad) el fretro,acompaamiento de clrigos y asistencia del estandarte de la cofrada, as como rezos ymisas de difuntos. Algunas hermandades posean panteones propios dentro de las igle-sias para practicar el enterramiento de sus cofrades difuntos.

    Algunos investigadores sostienen, como otra nota caracterstica de las cofradas, su carcter gre-mial, pero esto no se corresponde con la realidad de la mayora de ellas. Y es que hay evidencia ciertade que, en las primitivas hermandades, se admitan a todo tipo de personas, sin distincin de nmero,profesin o clase social. No obstante, en algunas de ellas, se podra intuir un espritu clasista (que no

  • 7/22/2019 20110000revistafolkloreandrspadilla-disciplinantessxviasxviii-130525005151-phpapp02

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    gremial) como es el caso de las cofradas a Vera-Cruz en las que no se admita a caballeros o personasde calidad. Aunque en la prctica, esta restriccin no se cumpla, pudiendo ingresar en las mismas losindividuos de cualquier posicin.

    Las cofradas en Linares (Andaluca)

    El Linares del siglo XVI, es fiel reflejo de la realidad cofradiera espaola ya que tenemos constanciade la existencia de tres cofradas cuya tipologa responde, de forma exacta, al esquema bsico quese ha enunciado. Como ya dijo el insigne historiador Rafael Ortega y Sacrista 2, las hermandades pa-sionistas de Linares hunden sus races en el siglo XVI, lo que les confiere una venerable antigedad.

    Tres son los grandes centros religiosos de la provincia de Jan durante la segunda mitad del sigloXVI: Jan, beda y Baeza. En dichas ciudades se fundan cofradas que responden a los tres arquetiposmencionados y adems en el orden indicado. Pues bien, si no al mismo tiempo que aquellas, s conescaso margen, se fundan tambin en Linares las cofradas siguientes:

    Cofrada de la Vera-Cruz. Se fund en la iglesia del convento de San Francisco, aunque

    a finales del siglo XVI se traslada a la iglesia parroquial de Santa Mara. Estaba formadapor tres escuadras principales que eran las del Seor de la Columna, Humildad y Madrede Dios de los Dolores. Sus primeras constituciones fueron aprobadas en el ao 1558,aunque existen noticias y documentos que sealan su existencia como anterior a 1545.

    Cofrada de la Quinta Angustia. Las primeras noticias que hablan de esta Inmemorialhermandad son de 1552, ao en el cual se encarga la imagen de un Cristo articulado.La Cofrada se erige, desde sus comienzos, en el desaparecido convento de San JuanBautista de la Penitencia, fundado por la orden Dominicana y sus primeros estatutos sonaprobados en el ao 1586.

    Cofrada del Nazareno. En sus orgenes se la llamaba hermandad o cofrada de la Cruz

    de Santa Elena y estaba erigida en el Convento de San Francisco. Sus primeros estatutosfueron aprobados en el ao 1601, aunque se le puede suponer una fundacin anterior yen torno a la ltima dcada del siglo XVI.

    Con este piadoso tro de hermandades pasionistas, vio la luz del siglo XVII la humilde villa de Linares.No se tiene constancia de la existencia de otras cofradas o devociones pasionistas en nuestra poblacin.

    LAS PRCTICAS DISCIPLINANTES

    Segn ya se ha indicado, las cofradas y procesiones de disciplinantes tuvieron su origen en el siglo

    XV, pero se generalizaron a partir del siguiente. A esta difusin contribuy en gran medida la expan-sin de la Orden Franciscana y sus Cofradas de la Vera-Cruz, de manera que en el siglo XVI no habapueblo en Espaa donde no hubiese disciplinantes pblicos en la Semana Santa. Con la importanteex