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E 14-478 Bursopatías: formas topográficas H. Bard, G. Morvan, V. Vuillemin El aparato locomotor garantiza su motricidad a través de la unidad musculotendinosa, de la cual el músculo constituye el elemento motor. El tendón no sólo asegura la trans- misión al esqueleto, sino que también tiene funciones importantes de absorción de las tensiones y de restitución de la energía gracias a su elastoviscosidad. Sin embargo, el ten- dón necesita estructuras de deslizamiento, vainas sinoviales y bolsas serosas, así como poleas o retináculos, que permitan la reflexión y el mantenimiento del tendón y su vaina cuando se deslizan sobre otro tendón que lo cruza, sobre una superficie ósea en un trayecto intraarticular o en el caso de un trayecto que abarque varias articulaciones con cambios de dirección. Estas estructuras de deslizamiento son fuente de múltiples enfer- medades debidas a traumatismos o microtraumatismos o secundarias a una enfermedad general. Estas enfermedades repercutirán sobre la función o la estructura del tendón y causarán dolor o impotencia funcional. Se abordarán aquí las formas topográficas de las bursopatías y se destacarán algunas características clínicas, diagnósticas o terapéuticas. © 2014 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados. Palabras clave: Bolsas serosas; Bursitis; Bursopatías; Patología abarticular; Tenosinovitis Plan Introducción 1 Hombro 1 Codo 2 Mu˜ neca y mano 2 Caderapelvis 3 Bursopatía iliopectínea (o del psoas ilíaco) 3 Bursopatías trocantéreas 4 Bursopatía isquiática 5 Conflicto isquiofemoral 5 Bursopatía del obturador interno 5 Rodilla 5 Tobillo y pie 5 Columna vertebral 6 Conclusión 6 Introducción Las bolsas serosas, también denominadas «de deslizamiento» o «conjuntivas», forman parte de las estructuras encargadas de la gestión de las fricciones en el organismo (Cuadro 1) junto con los espacios conjunti- vos, las vainas conjuntivas, las zonas grasas y las vainas serosas o sinoviales [1] . Su particularidad consiste en estar en contacto con el hueso, actuando como una interfase entre éste y un tendón, un ligamento, un músculo o, simplemente, la piel, en áreas expuestas por su carácter prominente o que implican un cambio importante de dirección. En las bolsas serosas se pueden localizar enfermedades mecánicas, inflamatorias, infecciosas o, muy raramente, tumorales. El término de bursopatía abarca el conjunto de toda esta patología, y el de bursitis debe reservarse para los procesos inflamatorios, ya sean de origen microtraumático, infeccioso o reumático. En un artículo anterior [2] , se expusieron la anatomía, el diagnóstico, las formas etiológicas y el tratamiento de las bursopatías. Éste aborda las numerosas formas topo- gráficas, que no se tratarán en detalle. En los artículos dedicados a la patología abarticular de cada región anató- mica, el lector podrá encontrar información adicional. Se ha considerado conveniente insistir aquí acerca de algu- nas particularidades clínicas, diagnósticas o terapéuticas. Hombro La bolsa subacromiodeltoidea es, junto con la bolsa ilio- pectínea, una de las más voluminosas del organismo y una de las que se ven afectadas con más frecuencia por un proceso patológico, ya sea aisladamente o, más a menudo, asociado a una enfermedad de los tendones del manguito de los rotadores. La bolsa sólo se comunica con la articu- lación glenohumeral en caso de ruptura total del tendón del músculo supraespinoso. Si bien las enfermedades de tipo mecánico o microtraumático son con mucho las más frecuentes, es posible encontrar todas las etiologías: infla- matorias, metabólicas e, incluso, infecciosas [3–6] . Ante un reumatismo inflamatorio de la cintura escapular, una bur- sitis sería más sugestiva de una seudoartritis rizomélica, mientras que una tenosinovitis de la porción larga del bíceps braquial lo sería de una artritis reumatoide [5] . En la región escapular, se han descrito otras diver- sas bolsas [7–10] . Una se encuentra entre el tendón del subescapular y la cápsula y se puede comunicar con la cavidad articular. Otra separa el infraespinoso y la cápsula. Una bolsa separa la cara superior del acromion del tejido EMC - Aparato locomotor 1 Volume 47 > n 3 > septiembre 2014 http://dx.doi.org/10.1016/S1286-935X(14)68532-4

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H. Bard, G. Morvan, V. Vuillemin

El aparato locomotor garantiza su motricidad a través de la unidad musculotendinosa,de la cual el músculo constituye el elemento motor. El tendón no sólo asegura la trans-misión al esqueleto, sino que también tiene funciones importantes de absorción de lastensiones y de restitución de la energía gracias a su elastoviscosidad. Sin embargo, el ten-dón necesita estructuras de deslizamiento, vainas sinoviales y bolsas serosas, así comopoleas o retináculos, que permitan la reflexión y el mantenimiento del tendón y su vainacuando se deslizan sobre otro tendón que lo cruza, sobre una superficie ósea en untrayecto intraarticular o en el caso de un trayecto que abarque varias articulaciones concambios de dirección. Estas estructuras de deslizamiento son fuente de múltiples enfer-medades debidas a traumatismos o microtraumatismos o secundarias a una enfermedadgeneral. Estas enfermedades repercutirán sobre la función o la estructura del tendón ycausarán dolor o impotencia funcional. Se abordarán aquí las formas topográficas de lasbursopatías y se destacarán algunas características clínicas, diagnósticas o terapéuticas.© 2014 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Bolsas serosas; Bursitis; Bursopatías; Patología abarticular; Tenosinovitis

Plan

■ Introducción 1■ Hombro 1■ Codo 2■ Muneca y mano 2■ Caderapelvis 3

Bursopatía iliopectínea (o del psoas ilíaco) 3Bursopatías trocantéreas 4Bursopatía isquiática 5Conflicto isquiofemoral 5Bursopatía del obturador interno 5

■ Rodilla 5■ Tobillo y pie 5■ Columna vertebral 6■ Conclusión 6

� IntroducciónLas bolsas serosas, también denominadas «de

deslizamiento» o «conjuntivas», forman parte de lasestructuras encargadas de la gestión de las fricciones enel organismo (Cuadro 1) junto con los espacios conjunti-vos, las vainas conjuntivas, las zonas grasas y las vainasserosas o sinoviales [1]. Su particularidad consiste en estaren contacto con el hueso, actuando como una interfaseentre éste y un tendón, un ligamento, un músculo o,simplemente, la piel, en áreas expuestas por su carácterprominente o que implican un cambio importantede dirección. En las bolsas serosas se pueden localizarenfermedades mecánicas, inflamatorias, infecciosas o,

muy raramente, tumorales. El término de bursopatíaabarca el conjunto de toda esta patología, y el de bursitisdebe reservarse para los procesos inflamatorios, ya seande origen microtraumático, infeccioso o reumático.

En un artículo anterior [2], se expusieron la anatomía,el diagnóstico, las formas etiológicas y el tratamiento delas bursopatías. Éste aborda las numerosas formas topo-gráficas, que no se tratarán en detalle. En los artículosdedicados a la patología abarticular de cada región anató-mica, el lector podrá encontrar información adicional. Seha considerado conveniente insistir aquí acerca de algu-nas particularidades clínicas, diagnósticas o terapéuticas.

� HombroLa bolsa subacromiodeltoidea es, junto con la bolsa ilio-

pectínea, una de las más voluminosas del organismo yuna de las que se ven afectadas con más frecuencia por unproceso patológico, ya sea aisladamente o, más a menudo,asociado a una enfermedad de los tendones del manguitode los rotadores. La bolsa sólo se comunica con la articu-lación glenohumeral en caso de ruptura total del tendóndel músculo supraespinoso. Si bien las enfermedades detipo mecánico o microtraumático son con mucho las másfrecuentes, es posible encontrar todas las etiologías: infla-matorias, metabólicas e, incluso, infecciosas [3–6]. Ante unreumatismo inflamatorio de la cintura escapular, una bur-sitis sería más sugestiva de una seudoartritis rizomélica,mientras que una tenosinovitis de la porción larga delbíceps braquial lo sería de una artritis reumatoide [5].

En la región escapular, se han descrito otras diver-sas bolsas [7–10]. Una se encuentra entre el tendón delsubescapular y la cápsula y se puede comunicar con lacavidad articular. Otra separa el infraespinoso y la cápsula.Una bolsa separa la cara superior del acromion del tejido

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Cuadro 1.Principales bolsas constantes o adventicias.

Hombro SubacromiodeltoideaCoracoideaEntre subscapular y cápsulaEntre infraespinoso y cápsulaSupraacromialCoracobraquialEscapulotorácicaEntre pectoral mayor y porción larga delbíceps braquial

Codo RetroolecranianaTendón distal del bíceps braquialEpicondíleas lateral y medialTricipital

Muneca-mano Entre radio y abductor largo del pulgar

Cadera Iliopectínea (psoas ilíaco)Trocantérea superficial (glúteo mayor)Glúteo medioGlúteo menorIsquiáticoObturador interno

Rodilla PrerrotulianaSubrotuliana superficial y profundaPata de ganso profunda (anserina) ysuperficialGastrocnemios medial y lateralBajo el ligamento colateral medialEntre ligamento colateral lateral y bícepsfemoralEntre ligamento colateral lateral y tendónpoplíteo

Tobillo-pie Retrocalcánea (preaquiliana)RetroaquilianaDel talónMaleolares mediales y lateralesIntercapitometatarsianasSubcapitometatarsianas

Columna InterespinosaParaespinosa

subcutáneo. Existen bolsas entre la coracoides y la cáp-sula, detrás del coracobraquial, entre el pectoral mayor yla porción larga del bíceps.

Se han descrito varias bolsas serosas en la cara ante-rior de la escápula [9]. Su patología, poco frecuente, pareceesencialmente mecánica, acompanando los resaltos de laescápula [11].

� CodoLa bolsa retroolecraniana, en el vértice del olécranon,

permite que la piel se deslice sobre los tejidos osteoli-gamentosos subyacentes y se encuentra particularmenteexpuesta a los traumatismos. El higroma del codo o bur-sitis olecraniana (Fig. 1) es la bursopatía más frecuente enlos adultos (los varones más que las mujeres). Su diagnós-tico es fácil y su etiología, diversa [12, 13]. La tumefacciónsuperficial blanda y fluctuante puede acompanarse deedema locorregional más o menos importante. A dife-rencia de la artritis del codo, que obliga a una actituden flexión de alrededor de 40◦, la bursitis provoca unaactitud antálgica en extensión o en ligera flexión. Alre-dedor del 50% de las veces, la causa es microtraumática,y en un tercio de los casos es séptica, pero esta etiologíaes la más frecuente en una selección hospitalaria [13]. Elanálisis bacteriológico del líquido de punción es la únicamanera de descartar una causa séptica. Las pruebas deimagen, mediante ultrasonidos o magnéticas, no son deayuda [14, 15], pero algunas causas sépticas poco frecuen-tes sólo se diagnostican a veces mediante la anatomíapatológica. Es en los casos de diagnóstico difícil cuando

el desarrollo reciente de la endoscopia de las bursopa-tías cobra todo su interés [16], sobre todo teniendo encuenta que las complicaciones de la cirugía de la bursi-tis olecraniana son frecuentes, con un 27% de problemasde cicatrización y un 22% de recidivas en un estudioretrospectivo [17]. Si existe un traumatismo importante,debe descartarse previamente una fractura del olécranono una desinserción del tendón distal del tríceps braquialcon hematoma, antes de llegar a la conclusión de quese trata de una simple bursitis traumática. En la artritisreumatoide, la bursopatía retroolecraniana puede tenerun aspecto nodular, que debe distinguirse de los nódu-los reumatoides que se localizan habitualmente en la caraposterior de los codos.

Otras bursopatías mucho menos frecuentes, puedenproducirse en el codo. La bursopatía del tendón del bícepsbraquial en el codo, impropiamente denominada bursitiscubital [18], parece ser poco frecuente [19–21]. Existen dosbolsas alrededor de la inserción del bíceps braquial en laparte posterior de la tuberosidad radial. Una de ellas esprofunda y constante, entre la tuberosidad y el tendón;la otra es inconstante y superficial, entre el tendón y laparte superior de la membrana interósea. Parece que lahipertrofia y la confluencia de estas bolsas son necesariaspara rodear el tendón. La pronación provoca presión sobreesta bolsa, haciéndola sobresalir, y causa dolor e hincha-zón anterior en el pliegue del codo. Karanjia y Stiles [18]

describen una afectación sensitiva del nervio mediano enuno de sus dos casos. Resulta verosímil que estas bursi-tis sean muy a menudo satélites de una tendinopatía deinserción o de una ruptura parcial del tendón distal delbíceps braquial, que se debe buscar sistemáticamente [22].Se puede observar en los reumatismos inflamatorios.

La ecografía es difícil, pero es posible visualizar la ten-dinitis y la bursitis [23, 24]. Debe completarse con unaresonancia magnética (RM) si se sospecha una ruptura,para establecer la indicación de reparación quirúrgica o deinfiltración guiada por ecografía de la bursitis en ausen-cia de ruptura del tendón. De hecho, la presencia de unaexpansión aponeurótica bicipital (lacertus fibrosus) quese inserta en la fascia del antebrazo y la frecuencia de undoble tendón distal procedente de cada porción muscularhacen que por lo general no exista retracción del tendónen caso de ruptura distal, lo que lleva a que el diagnós-tico clínico de ruptura del tendón sea difícil y obliga apracticar una RM complementaria [20, 25, 26]. No obstante,la ecografía se ha convertido en una exploración útil alrespecto [27].

Se observan a veces bolsas cerca de la inserción ole-craniana del tríceps, en el epicóndilo o en la epitróclea[28].

� Muneca y manoSi bien las tendinopatías y, sobre todo, las tenosinovitis

de la muneca y la mano son frecuentes y bien conoci-das, no sucede lo mismo con las bursopatías, que sonexcepcionales. La bursopatía del abductor largo del pul-gar debe denominarse mejor «síndrome de intersección»o «del cruce» en el antebrazo, ya que las pruebas de ima-gen han mostrado que no se trata propiamente de unabursopatía, sino de un proceso inflamatorio que afectaa los tendones, los músculos y también al hueso pró-ximo, debido a un conflicto entre los músculos y lostendones de los compartimentos primero y segundo delos tendones extensores de la muneca [29, 30]. Este crucese encuentra a 7 cm proximalmente a la estiloides radial.Este síndrome, también denominado «tendinitis de losradiales», a menudo se ignora y, a veces, se confundecon la tenosinovitis de De Quervain. Los movimientosde flexión-extensión y pronosupinación son doloro-sos y permiten percibir la crepitación. La maniobra de

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Figura 1. Resonancia magnética del codo en un higroma infec-tado: corte T2 con saturación de grasa sagital (A) y axial (B) y T1(C), pequena colección de líquido (flecha) en hipersenal subcutáneaextensa (asterisco) con edema óseo (punta de flecha); olécranon (1);tendón tricipital (2).

Finkelstein (flexión forzada del pulgar y aducción pasivade la muneca), característica de la tenosinovitis de DeQuervain, también es positiva. La ecografía resulta sufi-ciente, aunque puede complementarse con una RM encasos de duda [30, 31].

Se describe un segundo cruce, más distal, entre el ten-dón del extensor largo del pulgar y los extensores radialesdel carpo, pero se trata de una tenosinovitis.

Existiría una bolsa entre los tendones de los extenso-res largo y corto del pulgar, a 2 o 3 cm por encima de lainterlínea radiocarpiana. Es preciso senalar que la vainasinovial común de los tendones flexores también se deno-mina bolsa cubital y la del tendón del flexor largo delpulgar, bolsa radial.

� Cadera-pelvisBursopatía iliopectínea(o del psoas ilíaco)

Se encuentra bien identificada y, aunque es infrecuente,las publicaciones sobre ella son numerosas [32–34]. Su diag-nóstico parece más común debido a las actuales técnicasde imagen [35, 36]. Presente en el 98% de los adultos, labolsa del psoas es la mayor bolsa de deslizamiento delorganismo (6 × 3 cm). Se encuentra entre el músculo psoasilíaco y la superficie anterior de la cápsula de la cadera. Lacomunicación con la cavidad articular es poco frecuente

en el estado normal, pero común en caso de coxopatía. Porello, las bursopatías iliopectíneas raramente son primariasy, casi siempre, secundarias a una coxopatía (Fig. 2).

Es lo análogo en la cadera al quiste poplíteo en la rodi-lla. Sin embargo, un estudio ecográfico reciente sólo laencuentra en el 2,2% de una cohorte de 860 coxartrosisde estadios II a IV de Kellgren y Lawrence [37].

La expresión clínica de estas bursopatías es variable:dolor inguinal o inguinocrural, masa inguinal palpablealargada externamente a los vasos femorales o raramentevascular o, en menos casos todavía, compresión vascularo nerviosa [33]. Es posible la extensión femoral o retrope-ritoneal.

La mayoría de coxopatías pueden complicarse conbursitis del psoas, particularmente la coxartrosis, la osteo-necrosis y la coxitis reumatoidea. Puede observarse tras lacolocación de una prótesis total, secundaria a un conflictopsoas-prótesis, cuya frecuencia es inferior al 5% [38–40].

Para algunos autores, las bursitis del psoas ilíaco nosiempre son disociables de las tendinopatías, lo que llevaa preferir la denominación «síndrome del psoas ilíaco», almenos en patología deportiva [41].

El diagnóstico se establece mediante la ecografía [37], labursografía y la tomografía computarizada (TC), asociadao no a una artrografía o la RM.

El diagnóstico diferencial debe establecerse, sobre todoen las formas primarias, con las demás causas de masainguinal: hernia, hematoma, aneurisma o malformaciónvascular, tumores o hemopatías.

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Figura 2. Resonancia magnética de la cadera en T2 con saturación de grasa, cortes axiales (A, B) y sagitales (C, D) que muestran unabursopatía iliopectínea (asterisco) que se comunica con la articulación (flecha).

Es preciso senalar que el resalto anterior de la caderase debe al tendón del psoas ilíaco que, a diferencia de lanoción clásica de un conflicto con la eminencia pectínea,rueda bajo el músculo en flexión y vuelve bruscamente ala rama iliopúbica en extensión. Este resalto es frecuente ygeneralmente asintomático, pero a veces resulta dolorosoy puede requerir una infiltración y, con escasa frecuencia,una intervención quirúrgica [42–46].

Bursopatías trocantéreasSe integran en un síndrome doloroso del trocánter

mayor [47, 48], cuya etiología es generalmente tendinosa yasocia las tendinopatías de los músculos glúteos medianoy menor, como se ha demostrado durante los últimos10 anos mediante pruebas de imagen ultrasónica y mag-nética [49–54].

Existen tres bolsas de deslizamiento: la posterolateral,situada entre el glúteo medio (gluteus medius) y la caralateral del trocánter mayor y denominada «bolsa del glú-teo medio»; la que separa el trocánter mayor y la insercióndel glúteo medio del tracto iliotibial y denominada «bolsatrocantérea superficial» (o «del glúteo mayor»), y la delglúteo menor, más pequena y que rodea el tendón. Labolsa trocantérea superficial y la del glúteo medio puedenverse afectadas de forma aislada, mientras que la del glú-teo menor siempre se acompana de una tendinopatía delmismo tendón.

También existe una bolsa en la inserción del músculopiriforme.

El diagnóstico se establece a partir de la presencia dedolor en la cara lateral de la cadera, que se manifiesta alsubir escaleras, al levantarse de una posición sentada pro-longada y en decúbito homolateral; puede irradiarse deforma enganosa a la parte superior de la nalga, la ingleo las extremidades inferiores siguiendo un trayecto seu-dorradicular L4 o L5 o predominando a veces en la rodilla[55]. El dolor se desencadena con la palpación del trocán-ter mayor y, de forma más característica pero inconstante,con la abducción contra resistencia del muslo en posi-ción neutra o en apoyo monopodal mantenido al menos30 segundos, en rotación externa forzada de la cadera oen desrotación externa contra resistencia; sin embargo,los demás movimientos son indoloros y de amplitud nor-mal [56]. La positividad de estas pruebas tendinosas debesugerir una tendinopatía subyacente y su negatividad iríaa favor de una bursopatía aislada. El diagnóstico se con-firma a menudo con la desaparición plena y duradera deldolor tras inyección intrabursal de un corticoide.

Las causas de estas bursopatías son generalmente mecá-nicas, traumáticas o microtraumáticas; se encuentran conmayor frecuencia en mujeres con sobrepeso y/o lumbal-gia que en deportistas jóvenes. Se describe la existenciade bursitis trocantéreas en los reumatismos inflamatorios(artritis reumatoide, espondiloartritis, seudopoliartritisrizomélica) que pueden ser excepcionalmente sépticas,sobre todo tuberculosas [57, 58].

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El diagnóstico diferencial debe establecerse con lascoxopatías, el dolor de origen raquídeo o sacroilíaco, lastrocanteritis infecciosas, principalmente tuberculosas, ycon las enfermedades óseas de la pelvis y de la porciónsuperior del fémur.

Bursopatía isquiáticaExiste una bolsa de deslizamiento que se sitúa entre el

isquion y el glúteo mayor, en la vertiente superficial de lainserción de los isquiocrurales.

Francon en 1966 [59] y luego Compere y Swartout en1974 [60] describieron la bursitis isquiática.

Un traumatismo directo o la posición sentada prolon-gada en un asiento duro pueden causar un síndromedoloroso de la región isquiática que se irradia haciala cara posterior del muslo, se exacerba al sentarse yremite con reposo y antiinflamatorios. La atrofia del glú-teo mayor en los pacientes desnutridos, ancianos o quesufren parálisis favorece esta enfermedad. Excepcional-mente, se encuentra un fenómeno de resalto entre untendón conjunto patológico y la tuberosidad isquiática[61].

La proximidad del nervio ciático explica los frecuentesretrasos diagnósticos si durante la exploración física no sepractican la palpación de la región isquiática ni las pruebastensoras de los isquiotibiales, con mayor motivo porquela maniobra de Lasègue puede ser positiva (seudo-Lasèguepor estiramiento de los isquiotibiales).

La ecografía y la RM constituyen, de nuevo, una granayuda [62–64].

Este síndrome puede deberse a un bursopatía isquiá-tica, que rara vez se presenta aislada, más a menudo auna tendinopatía proximal de los isquiotibiales de origenmecánico o a una entesitis isquiática en una espondiloar-tropatía. A veces se encuentra una calcificación de apatitafrente al isquion, lo que puede provocar, al reabsorberse,un síndrome isquiático hiperalgésico.

Conflicto isquiofemoral

Johnson [65] describió por primera vez en 1977 el con-flicto isquiofemoral (ischiofemoral impingement), a partirde tres casos de artroplastia de cadera tratados con tro-canterotomía del trocánter menor. Es sólo en los últimosanos, con la práctica de la RM, cuando se ha descrito estaenfermedad periarticular de la cadera al margen de lasartroplastias.

Se trata de un conflicto entre el isquion y el trocántermenor, separados por el cuadrado femoral, que presenta,en la RM, una senal edematosa en caso de conflicto. Losdemás signos, en la RM, son la reducción del espacioisquiofemoral y del volumen de este músculo, que puedepresentar involución grasa, anomalías de senal en los ten-dones de los isquiotibiales, a veces con desgarro parcial deestos tendones y, muy raramente, bursitis de proximidad.

La clínica consiste en dolor en la cadera, la ingle o glúteoinferior, de duración variable, que puede irradiarse a laextremidad inferior (seudorradiculalgia), a veces de largaevolución debido al diagnóstico a menudo tardío de estaenfermedad. Muy rara vez se percibe un resalto. El dolorse desencadena con la extensión, la aducción y la rotaciónexterna de la cadera.

La causa, salvo en los casos inducidos por cirugía proté-sica u osteotomías, parece ser una anomalía morfológica,espacio isquiofemoral reducido o anomalía muscular delcuadrado femoral. Se ha informado de un caso bilateralcon exostosis múltiples [66].

El tratamiento no está codificado y las publicacionesproceden de equipos radiológicos con series retrospectivaso quirúrgicas postartroplastia. Se han practicado a vecesinfiltraciones guiadas con TC [67, 68].

Bursopatía del obturador internoSwezey ha descrito una bursitis del obturador interno,

frecuente según él en los pacientes con lumbalgia, peroque parece completamente excepcional con las técnicasactuales de imagen; la causa reside en las calcificaciones deapatita o una infección en el contexto de una piomiositis[69, 70].

� RodillaExiste gran número de bolsas de deslizamiento alrede-

dor de la articulación de la rodilla. La más conocida es labolsa prerrotuliana, que origina el higroma de la rodilla.En la cara anterior de la rodilla, se describen otras bolsaspor delante y por detrás del ligamento rotuliano.

En la cara medial de la rodilla, los tendones de la patade ganso disponen cerca de dos bolsas que se comunicanentre sí: una intertendinosa, que separa la inserción delrecto femoral y del semitendinoso de la del sartorio, mássuperficial, y otra mayor, que separa estas inserciones dela tibia y de la inserción del ligamento colateral medial(bolsa anserina) [71, 72]. También existe una bolsa bajo elsemimembranoso y varias bolsas pequenas en la interlí-nea interna, sobre todo entre los dos haces del ligamentocolateral medial [73, 74].

Estas bolsas, que describieron en 1943 Brantigan y Vos-hell, han permanecido olvidadas durante mucho tiempo[75] y explican algunos dolores atribuidos a una perime-niscitis. El diagnóstico diferencial debe establecerse nosólo con las meniscopatías y la patología osteocondral delcompartimento medial, sino también con la tenosinovi-tis del tendón reflejo del semimembranoso, por lo generalignorada.

En la cara lateral de la rodilla se describen bolsas bajo elligamento colateral lateral, bajo el tracto iliotibial comoparte de un conflicto con el epicóndilo lateral o síndromedel limpiaparabrisas, bajo el tendón del bíceps femoral yentre el tendón poplíteo y el cóndilo femoral; a menudo,esta última es una extensión de la sinovial.

En la cara posterior de la rodilla, las inserciones de losgastrocnemios lateral y medial poseen una bolsa que lossepara de la cápsula articular. Por último, el semimembra-noso y el gastrocnemio medial tienen una bolsa comúnque frecuentemente se comunica con la cavidad articulary que origina la mayoría de quistes poplíteos [76].

Todas estas bolsas de deslizamiento pueden manifes-tarse clínicamente. La bursopatía prerrotuliana, menosfrecuente que la bursopatía olecraniana, tiene caracte-rísticas clínicas y etiológicas similares (cf supra) [13]. Labursopatía de la pata de ganso es difícil de distinguir delas tendinopatías de inserción y de las celulalgias de lacara medial de la rodilla, comunes en mujeres obesas. Sinembargo también se presenta en deportistas.

� Tobillo y pieLa bolsa retrocalcánea o preaquiliana, situada en el

ángulo posterosuperior del calcáneo, es constante. Puedeser patológica en las lesiones mecánicas de la superficieprofunda del tendón calcáneo frente a la tuberosidad cal-cánea, con o sin enfermedad de Haglund; sin embargo,la presencia de una bursitis retrocalcánea debe llevar abuscar un reumatismo inflamatorio, sobre todo, pero noexclusivamente, una espondiloartritis [77].

Al estar el tobillo y el pie particularmente expuestosa los microtraumatismos, son comunes las bolsas adven-ticias, en especial alrededor de la primera articulaciónmetatarsofalángica. En la parte posterior del tendón calcá-neo y del calcáneo, pueden encontrarse una o más bolsassubcutáneas. Bajo el talón, es posible hallar excepcional-mente una bursitis subcalcánea de origen traumático oreumático.

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Figura 3. Resonancia magnética del antepié de arriba abajo T2, T1y T1 con gadolinio: voluminosa bursopatía intercapitometatarsiana(asterisco) del tercer espacio interdigital en reloj de arena.

Se describen ocasionalmente bolsas en los maléolosmedial y lateral.

Son frecuentes las bolsas intermetatarsianas y subcapi-tometatarsianas (Fig. 3), que se encuentran tanto en losreumatismos inflamatorios (artritis reumatoide) como enlas metatarsalgias estáticas, donde pueden ser satélites deun seudoneuroma de Morton [78, 79].

La ecografía permite reconocerlas y distinguirlas delseudoneuroma (contenido anecoico, compresibilidad).

� Columna vertebralSe han descrito bolsas en las apófisis espinosas y en el

espacio interespinoso. Bywaters [80] ha descrito este pro-ceso en el tramo cervical de C3 a D1.

Estas bolsas interespinosas se observan en algunosreumatismos inflamatorios crónicos (artritis reuma-toide, seudopoliartritis rizomélica, espondiloartritis), enel reumatismo por pirofosfato cálcico (condrocalcino-sis) o secundariamente a microtraumatismos deportivos[28, 81–83].

En particular, se han observado bursopatías subcutá-neas paraespinosas en el tramo dorsal entre los bailarinesestadounidenses de break dance [84].

El síndrome denominado «de Baastrup» es un síndromelumbar doloroso debido al conflicto entre dos espinosascontiguas, a veces con formación de una bolsa [85–87].

Este síndrome, que predomina en L4-L5, se presentaen pacientes con hiperlordosis y en las espinosas volu-minosas y muy juntas. Se observa más habitualmente enmujeres obesas e hiperlordósicas. La bolsa interespinosapuede comunicarse con las articulaciones cigoapofisariasadyacentes.

También se han descrito bursopatías pericoccígeas [88].

� ConclusiónLas bolsas serosas o de deslizamiento son muy numero-

sas y es importante conocer su existencia para establecerel diagnóstico de bursopatía. La clínica suele ser suficientecuando las bursopatías son superficiales. Las pruebas deimagen, con la ecografía en primer lugar y la RM después,son útiles para las bursitis profundas. Sin embargo, losconflictos intrínsecos o extrínsecos pueden crear burso-patías de novo.

El tratamiento consiste, en primer lugar, en eliminar elconflicto. Las infiltraciones de derivados de la cortisonason muy eficaces en las bursopatías, pero las recaídas soninevitables en ausencia de tratamiento etiológico [2]. Porencima de todo, no hay que olvidar que una bursopatíaes a menudo satélite de una tendinopatía que no debepasarse por alto, con el fin de evitar su evolución haciauna ruptura funcionalmente incapacitante.

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G. Morvan, Ancien chef de clinique assistant, radiologue.V. Vuillemin, Ancien chef de clinique assistant, radiologue.Imagerie médicale Léonard de Vinci, 43, rue Cortambert, 75016 Paris, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Bard H, Morvan G, Vuillemin V. Bursopatías: formas topográficas.EMC - Aparato locomotor 2014;47(3):1-8 [Artículo E – 14-478].

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