223 - Cicerón - Cartas I - Cartas a Ático

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BIBLIOTECA CLSICA GREDOS, 223

CARTAS1

CARTAS A TICO(CARTAS 1- 161 D)

INTRODUCCIN,TRADUCCIN Y NOTAS DE

MIGUEL RODR~GUEZ-PANTOJA MRQUEZ

EDITORIAL GREDOS

Asesores para la seccin latina: JosE JAVIER ISO y JOSU LUIS MORALEJO. Segn las normas de la B. C. G., la traduccin de este voluCORREA RODR~GUEZ. men ha sido revisada por Jos ANTON~O

O EDITORIAL CREDOS, S. A. Snchez Pacheco, 8 1, Madrid, 1996.

Depsito legal: M. 1929 1-1996. ISBN 84-249- 1810-X. Obra Completa. ISBN 84-249-1 8 11-8. Tomo l. Imprenso en Espaa. Printed in Spain. Grficas Cndor, S. A., Sanchez Pacheco, 8 1, Madrid, 1996.- 6852.

Los diecisis libros de Cartas a tico contienen casi el cincuenta por ciento de la correspondencia ciceroniana conservada que, si se suman las respuestas de otras personas (algo ms de setenta), alcanza la cifra total de novecientas treinta y una cartas. Son, junto con las dirigidas a su hermano Quinto, las ms privadas del corpus, tanto en el contenido (Cicern se expresa muchas veces con gran espontaneidad dejando traslucir sus sentimientos ms ntimos o sus opiniones ms discutibles) como en la forma: utiliza el sermo cotidianus de las clases cultas de su tiempo, no cuida esa cadencia rtmica de las clusulas que tan cuidadosamente elabora en buena parte de sus obras (sin excluir no pocas de las cartas dirigidas a muchos destinatarios), concede amplio espacio a la lengua griega (no ya en citas y frases, sino en la redaccin de pasajes enteros como recurso -por cierto muy significativo desde el punto de vista culturalpara ocultar a indiscretas lecturas de los mensajeros cuestiones especialmente delicadas). En ellas Marco Tulio conversa abierta y libremente con el que tiene por su mejor amigo (y sabido es el valor que daba a esta palabra quien incluso fue autor de un tratado

Sobre la ~cnzistnd): a l le confa, comenta y consulta todo tipo de cuestiones, polticas desde luego (lo cual nos perinite tener la visin directa, por muy deformada que est a veces debido al subjetivismo del autor, de uno de los principales protagonistas de aquellos decisivos aos), pero tambin sociales y personales. A la vez las cartas espordicamente intercaladas de sus corresponsales permiten conocer otros puntos de vista y otras formas de expresarse. La lectura detenida de estas pginas, que abarcan cronolgicarnente veinticinco aos decisivos en la historia de Occidente -desde noviembre del 68 (1, 5, la primera de todas las ciceronianas conservadas ') hasta noviembre del 44-, proporciona un excelente puesto de observacin para contemplar el ajetreo cotidiano de personas e instituciones que integran (o quiz mejor desintegran) una sociedad en crisis. Crisis decisiva, que dara paso al rgimen destinado a proporcionar al mundo occidental, junto con una paz duradera, una fisonoma propia. Por otra parte, y aunque una traduccin no es el instrumento ms adecuado para ello, puede tambin permitir al menos un atisbo del estilo epistolar de Cicern, interpretacin personal del corriente en un gnero como ste, sometido desde siempre a tantas reglas y convenciones. Para entender con la debida perspectiva el complejo mundo personal, social, econmico, poltico en que se insertan estas cartas, parece necesario un breve bosquejo cuando menos de las personas y de los tiempos (el detalle queda confiado a las notas a pie de pgina, donde he intentado recoger de la forma ms sucinta posible lo indispensable paraLo mismo ocurre con las diez que le siguen, datadas entre los aos 67 y 65. La primera escrita a otra persona es Adfam. V 2, de finales de enero o principios de febrero del 62, que tiene coino destinatario a Quinto Metelo Cler.

no perderse). Por ello, como primera providencia, procederemos a ofrecer un brevsimo perfil biogrfico de los protagonistas ms destacados, teniendo en cuenta que el gnero epistolar est esencialmente ligado al individuo.

~ a r b Tulio o Cicern Como en la Introduccin general que abre el volumen 139 de esta misma coleccin2, ya ha aparecido una biografa suficientemente detallada del protagonista principal y al final de la que ahora nos ocupa ir un cuadro cronolgico del periodo que abarcan las cartas a tico, me voy a limitar aqu a un breve bosquejo, casi telegrfico, de los datos ms destacados: naci Marco Tulio Cicern el 3 de enero del 106 antes de Cristo en Arpino (localidad del Lacio distante de Roma unos veinticuatro kilmetros), en el seno de una familia de caballeros, relativamente acomodada; muri, asesinado por orden de Marco Antonio, el 7 de diciembre del 43 antes de Cristo, despus de haber desempeado todos los cargos de la carrera poltica (por primera vez en su familia, gracias a lo cual se converta en horno nouus) con la edad mnima exigida: cuestura a los treinta, el 75 (permaneciendo un ao en Sicilia); edilidad a los treinta y seis, el 69; pretura a los treinta y nueve, el 66, y consulado a los cuarenta y dos, el 63. Fue asimismo gobernador de Cilicia (bastante a regaadientes l ) entre el 5 1 y el 50 (su primer cargo oficial despus del consulado) y augur (ao 53).

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M. Tulio Cicern, Discursos,1, Madrid, Gredos, 1990, pgs. 7-156. Vase al respecto ya 94, 1, la primera carta a tico conservada de ese ao, y adems, v. gr., 95, 1 o 3 (donde habla de ((enorme fastidio))), 102, 2; 103, 3; 104, 1 y 5; 106, 3; 108, 1 (ya en Laodicea, hablando nue-

Esta actividad pblica, no todo lo constante que l hubiera deseado, no le impidi dejar una obra literaria en prosa de singular envergadura (tambin intent el verso, incluso en griego, pero lo poco que conocemos es de calidad bastante inferior, aunque no falto de evidente pulcritud). Las citas, referencias a autores y obras (sobre todo griegos), crticas y comentarios, abundan en la correspondencia y a ellos hemos dedicado uno de los ndices que cierran el trabajo. Respecto a su formacin, se desarroll primero en Roma y posteriormente (aos 79 a 77) en Atenas (donde estrechara lazos con tico, del que ms adelante hablaremos), Esmirna y Rodas, bajo la supervisin de los oradores ms destacados de su poca, Marco Antonio (abuelo de1 que lo hara asesinar), que haba sido cnsul en el 99 (y censor en el 97), y Lucio Licinio Craso (cnsul en el 95 junto con Quinto Mucio Escvola el Pontfice)), censor en el 92), ambos elogiados posteriormente por Cicern, de manera especial en el Brutus y el De oratore; de Quinto Mucio Escvola, el Augur)), y su primo Quinto Mucio Escvola, el Pontfice)), dos extraordinarios juristas; de los acadmicos Filn de Larisa y Antoco de Ascaln, los estoicos Diodoto y Publio Rutilio Rufo, el erudito Demetrio de Magnesia, el filsofo e historiador Posidonio, el rtor Apolonio Moln de Rodas o el poeta Aulo Licinio Arquias. Con ellos Marco Tulio estableci las slidas bases que, desarrolladas con el estudio y la reflexin continuada, lo llevaran a destacar en la vida intelectual y poltica de Roma. Por lo que respecta a su situacin material, sin ser un hombre especialmente rico por su familia, Cicern parte devamente de que aquello le hasta) y 3; 1 10, 5; 1 13, 7, 4, 14; 1 15, 11, 14; 1 16, 6.. Concretamente a partir del I de agosto, segn 107, 1, con lo cual su mandato acabara el 30 de julio (cf. 1 14, 9).

una posicin desahogada. A lo largo de la correspondencia lo vemos preocupado por lo que constitua una constante en los hombres pblicos, de su poca y de otras muchas pocas: la acumulacin de ((signos externos)): casas de campo, fincas, obras de arte, libros... eso, unido a un elevado tren de vida diario, haca que los gastos fuesen con frecuencia desorbitados y obligaba a contraer deudas no siempre fciles de pagar con los intereses y en los plazos previstos: Cicern no fue una excepcin, sino todo lo contrario. Aparte de las propiedades familiares en Arpino, dispona de una mansin en el Palatino, que compr el ao 62 por tres millones y medio de sestercios segn l mismo dice en Ad fam. V 6, 2, una villa suburbana en Tsculo y otras residencias, todas cercanas al mar, en el Lacio (Formias, Ancio, stura) y Campania (Cumas, Puteoli, Pompeya); a ellas hay que aadir algn refugio en Anagnia (interior del Lacio) y Sinuesa (tambin del Lacio, pero en la costa) y una granja en Frusino (igualmente en el interior del Lacio). Para sufragar tanto gasto contaba con las rentas que pudieran proporcionarle sus propiedades rsticas y urbanas (posea, procedentes de la dote de su mujer, insulae -bloques de pisos- en el Aventino y el Argileto, barrios humildes de Roma, y otros bienes de distinto tipo en las ciudades antes mencionadas), as como el capital (fruto de prstamos con el correspondiente inters), las compensaciones de los beneficiados por su actividad judicial (aunque estaba legalmente prohibido cobrar estos servicios, nada impeda aceptar regalos y presentes de cualquier clase -de hecho, Cicern sola acudir preferentemente a las personas pudientes que haba defendido cuando tena necesidad de algn prstamo-), un nmero considerable de herencias (en parte al menos procedentes tambin de sus beneficiados en el terreno judicial o poltico), cuya cifra global evala el propio

Marco Tulio al final de su vida en ms de veinte millones de sestercios5, o el fruto de su gobierno en Cilicia (dos millones doscientos mil sestercios). A pesar de todo, podemos calificarlo de moderado en relacin con el afn de acumular dinero y propiedades si lo comparamos con la mayora de los polticos y hombres pblicos de primer orden contemporneos suyos 6 . La administracin de los cargos que desempe se caracteriza por la prudencia en el gasto, e incluso el beneficio reseado de su permanencia como gobernador en Cilicia es bastante modesto frente a las cantidades habitualmente recaudadas por otros polticos en similares condiciones.

Su familia

Apenas hay noticias acerca de su padre, que muri en noviembre del 68 segn leemos en 2 (1 2), 2 (aun cuando se discute la validez del texto transmitido, dado, entre otras cosas, que Asconio Pediano, el comentarista de los discursos ciceronianos, seala como fecha de la muerte el ao 64, durante la campaa electoral para el consulado '). Conocemos el nombre de su madre, Helvia, de buena familia y conducta elogiable))'. Estn adems su hermano Quinto, al que dedicaremos prrafo aparte; su mujer Terencia, pertenecien-

te a una familia noble y rica9, con la cual estuvo casado ms de treinta aos, aunque terminara repudindola en otoo del 46" (la propia correspondencia con tico recoge, a partir del 48, reproches de Cicern sobre todo relativos a su comportamiento en cuestiones econmicas, que durante muchos periodos debieron de estar casi exclusivamente en sus manos, y por lo general deja traslucir un carcter adusto y poco agradable) -de la segunda esposa, Publilia, su pupila, cuarenta y cinco aos ms joven que l, prcticamente no vale la pena mencionar ms que la brevedad del matrimonio-; sus hijos Tulia y Marco y su sobrino Quinto, que tantos quebraderos de cabeza le caus especialmente en los ltimos tiempos de su vida. Asimismo hay que citar, como persona muy allegada y especialmente cercana a Cicern, a su liberto Marco Tulio Tirn, el cual, por cierto, pese a ser hombre de no muy buena salud, muri tambin a muy avanzada edad, despus de haber publicado una vida de su patrn y buena parte de sus obras. De la primognita Tulia, la persona ms tiernamente querida por su padre, segn se deduce de mltiples detalles reflejados en la correspondencia durante su vida ",pero sobre todo tras su temprana muerte, sabemos que naci hacia el 79 l2 y muri en febrero del 45, despus de tener un hijosegn PLUTARCO, Cic. 8, aporto como dote ciento veinte mil denarios. Terencia, despus de divorciarse de Marco Tulio, se cas dos veces, primero con Salustio y luego con el orador Mesala Corvino, segn afirma (Contra Joviniano 1 48), aunque se discute la veracidad SANJERNIMO sobre todo de este ltimo matrimonio. Muri centenaria. " As, la menciona frecuentemente en diminutivo y la califica como nostrae), se obsesiona mis delicias, mi favorita)) (deliciae -deliciolaecon sus dificultades personales y econmicas, atiende a sus opiniones en muclios aspectos ... En los primeros das de agosto: cf. 73 (IV l), 1.

' No es esta, ni mucho menos, la tesis sostenida por J. CARCOPINO ensu polmica obra sobre Les secrets de la cor.r.espondance de Cicron 1-11, Pars, 1947 (versin inglesa de E. O. LORIMER, Yale, 195l), que no podemos discutir aqu. Vase al respecto la nota 12 de la traduccin correspondiente al pasaje de la carta reseada. que hace esta observacin al inicio de su biografia Segn PI-UTARCO, de Marco Tulio.

Plzil. 11 40.

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prematuro. Haba contrado matrimonio tres veces: primero con Gayo Calpurnio Pisn Frugi (el compromiso data de finales del 67, cuando tena trece aos 13; la boda fue a los diecisis); luego, muerto ste en el 57, con Furio Crsipes y, finalmente, tras divorciarse hacia el 5 1, con Publio Cornelio Dolabela, del cual tambin acabara separndose. Durante los meses que siguieron a su muerte Cicern aparece profundamente abatido y con una obsesin (que no llegara a hacerse realidad): la de levantarle un santuario en un lugar ameno y con afluencia de pblico. Marco Tulio hijo vino al mundo en el ao 65, dos antes de que su padre desempeara el consulado. Tena catorce cuando lo acompa a Cilicia durante el periodo en que Cicern fue gobernador, lo cual le permitira vivir de cerca los diversos avatares de una vida alejada de la patria en constante movimiento y llena de problemas tanto en lo militar como en lo civil. Tom parte en la guerra entre Csar y Pompeyo como oficial de caballera del bando pompeyano, lo cual no fue bice para que, despus de la batalla de Farsalia, obtuviera el perdn del vencedor, al que incluso intent acompaar, contra la opinin de su padre, a Hispania, aunque al final no lo hizo, marchando a Atenas 14. En Atenas estudi con el peripattico Cratipo y alcanz fama de... borrachn, si hacemos caso de Sneca el RtorI5, Plinio o Plutarco '" e irascible1'. Ms tarde estuvo al servicio de Marco Bruto.Cf. 8 (1 3), 3. Vase 244 (XII 7), 1. l 5 Quien lo describe como un hombre que no tuvo nada del natural de su padre excepto las buenas maneras (Suas. 7, 13). PLIN.,Hist. Nat. XIV 147; PLUT.,Cic. 24, 8, quien dice que la culpa fue del rtor Gorgias. " Lleg a tirarle a Marco Agripa una copa de vino, segn recoge PLINIO (Hisf.Nat. XIV 147)."l4

Segn Apiano Octavio, para defenderse de su traicin de Cicern [se entiende, el padre], lo design de inmediato pontifex, poco despus cnsul [en el ao 301 l 9 y luego procnsul de Siria (entre el 29 y el 27 bien el 27 y el 25 antes de Cristo 20). Muri sin descencdencia. Cicern tuvo un solo hermano, Quinto, menor que l. Compartieron estudios y otros muchos avatares de la vida pblica y privada; entre ellos hubo momentos de tensin, en los cuales mediara ms de una vez tico (as se deduce, por ejemplo, de la correspondencia enviada a su amigo en la primera mitad del 47), con cuya hermana, Pomponia, Quinto haba contrado matrimonio (las relaciones entre ambos cnyuges fueron en general considerablemente dificiles: la correspondencia hace frecuente mencin de estas desavenencias y de las situaciones a veces tensas que provocaron entre los cuatro personajes: Cicern y su hermano, tico y la suya). Quinto desempe la pretura en el 67, fue gobernador de Asia entre el 61 y el 59, luch en Galia junto a Csar y posteriormente acompa a su hermano cuando ste tom a su cargo el gobierno de Cilicia y durante la guerra civil. Como Marco, estaba en las listas de proscritos elaboradas por Antonio y muri, igualmente asesinado, junto con su hijo, poco antes que Marco. Su Commentariolum consulatus petitionis dirigido a ste en el 64 merece figurar por derecho propio entre los tratados de literatura isaggica; por otra parte, Marco comenta en Ad Quint. fratr. 111 5, 7 su hazaa de escribir cuatro tragedias en diecisis das.Guerras Civrles IV 51. Cito la traduccin de A. SANCHO ROYO en el vol. 84, pg. 49, de esta misma coleccin. I Y ~ s t idea a est tambin en SNECA, Ben. 4, 30 qu hizo cnsul al hijo de Cicerhn sino su padre?. 2" Vase R. SYME, La i.evolucrn rwnana (trad. de The Roman Revohtron, Oxford University Press, 1939), Madrid, Taurus, 1989, pg. 382.

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Tito Pomponio ticoEn una poca tan llena de figuras excepcionales, Tito Pomponio tico ocupa un importante lugar, aun cuando hay que reconocer que su principal valor para nosotros es el haber sido amigo y sobre todo corresponsal de Cicern. Esa amistad, por encima de posiciones ideolgicas y actitudes personales (si bien es cierto que no hubo de someterse a la prueba de fuego de una militancia poltica, ni mucho menos de una participacin activa en la vida pblica, desde posiciones enfrentadas), se mantuvo de principio a fin, al menos por el lado de Cicern, el que conocemos de forma directa. Hasta qu punto fue correspondida en todos los extremos es materia de discusin y especulaciones en las que, desgraciadamente, no podemos entrar ahora: en todo caso, ah estn las cartas, cuya lectura puede permitir a cada cual formarse una idea. tico (cuya biografa debida a Cornelio Nepote ha llegado hasta nosotros) perteneca, como Cicern, a una familia ecuestre. Nacido unos tres aos antes que Marco Tulio, estuvo a su lado desde los perioqos iniciales de instruccin. Perdi pronto a su padre, ((hombre rico y aficionado a las letras como el que ms2', y no tard en sufrir dificultades por motivos polticos, lo cual provoc su distanciamiento definitivo de la vida pblica. Pero supo mantener el contacto con sus protagonistas, en un difcil pero eficaz equilibrio, que le permitira salir airoso y por lo general beneficiado de todos los cambios que sufri el estamento dirigente durante sus largos aos de vida. Este carcter cauto y eclctico hizo2'

que no permitiera la difusin de sus cartas (sin duda conservadas por Cicern) junto con las de su amigo si, como veremos luego, particip directamente en la publicacin, de forma que tan slo se conservan las alusiones y citas breves mencionadas en aqullas. tico se percat pronto de que si quera quedar al margen de los graves peligros que corra un hombre rico e influyente empeado en mantener su independencia poltica, tena que ausentarse de Roma, aunque sin desligarse de ella, hasta asentar bien su posicin. Por lo tanto, a partir de finales del 86, fij su residencia en Atenas, donde permaneci, con cortos intervalos de estancia en la urbe, ms de veinte aos -lo cual, por cierto, le vali su cognomen de Atticus-. Vuelto a Roma, probablemente hacia enero del 64, el ao anterior al consulado de Cicern, en cuya campaa electoral debi de tomar parte, aun cuando es difcil determinar en qu medida, continu haciendo frecuentes viajes a tierras helenas. Con respecto a los contendientes en la guerra civil (que le cogi casi sexagenario, lo cual le permiti ) , simpatas se inclinaban decidino moverse de ~ o m a l ~sus damente hacia Pompeyo, segn cabe deducir de la correspondencia. Se mantuvo tambin muy prximo a Bruto, uno de los tiranicidas, tras el asesinato de Csar. Muri, suicidndose por padecer una enfermedad incurable, en el 32. El objetivo predominante de su actuacin parece haber sido alcanzar la independencia, para lo cual, si uno no estaba dispuesto a eclipsarse totalmente y vivir una vida sin notoriedad, el camino ms seguro empezaba por adquirir una riqueza cuantiosa y maniobrable. En ello puso un gran empeo que se vio pronto recompensado; busc inteligentemente la diversidad de fuentes: partiendo de una modesta22

NEPOTE, tico 1, 2.

Lomo seala NEPOTE en su biografia (7, 2).

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herencia paterna de dos millones de sestercios (recurdese que sa fue, ms o menos, la cantidad que Cicern consigui en su gobierno de Cilicia), vendi casi todo lo que haba recibido de su familia y compr tierras en Epiro, regin occidental de Grecia, rica sobre todo en ganados, que fue incrementando hasta convertirse en uno de los grandes terratenientes de la zona. Pero esto no hubiera bastado de no ser tambin un notable comerciante: entre sus actividades cabe sealar cosas tan dispares coino la edicin de libros (por ejemplo, los de Cicern, que debieron de tener buena salida23),aprovechando el elemento humano especializado que su propia aficin le haba proporcionado, o la explotacin, en el mundo del espectculo, de cuadrillas de gladiadores; pero sobre todo fue un excelente banquero o, mejor dicho, prestamista a buen inters. Vino a redondear y asegurar su fortuna alguna herencia, como la de su to Quinto Cecilio, que le dej unos diez millones de sestercios, al morir, en septiembre del 58. Su epicuresmo, doctrina opuesta por principio a todo inters en la poltica activa, le permita justificar su despego personal de los asuntos pblicos. No obstante, las dotes que lo adornaban y su espritu cultivado le dieron ocasin de entablar multitud de amistades en todos los grupos. Fue, al decir de Cornelio Nepote (y lo confirman ciertas referencias

en la correspondencia), hombre generoso con sus amigos, tanto personas como pueblos 13. Desde febrero del 56, estuvo casado con Pilia, hija de Agripa, que muri en el 44. De ella tuvo una hija, Cecilia tica2'. Escribi un Liber Annalis (una especie de tabla cronolgica de la historia universal y especialmente romana) y otras obras sobre historia, en particular genealogas de familias notables (los Junios a ruegos de Marco Bruto, los Marcelos a ruegos de Claudio Marcelo, los Fabios y los Emilios a ruegos de Fabio Mximo y Cornelio E ~ c i ~ i n ~ ~ ) , perdidas en su totalidad; incluso haca poemas, entre los cuales, adems de pequeas composiciones de cuatro o cinco versos sobre personajes importantes para colocarlas al pie de las respectivas figuras (la correspondencia las mense , cuenta un libro, en ciona al hablar de su ~ m a l t e o ~ ' ) griego, sobre el consulado de C i ~ e r n ~ ~ .24 As, por ejemplo, cuenta Nepote que apoy econmicamente la fuga del joven Mario, citado (1, 4) entre sus mas tempranos amigos, junto con Cicern y Lucio Manlio Torcuato (2, 2); alivi con sus recursos las necesidades de los atenienses (2, 4): reparti trigo, dando a todo el mundo seis nod dios (2, 6); facilit a Cicern ((cuando hua de la patria)) doscientos cincuenta mil sestercios (4, 4) y cien mil, mas otros trescientos mil, a Bruto cuando cay en desgracia (8, 6). En la propia correspondencia se concede un considerable espacio al asunto de Butroto, mencionado por primera vez en 243 (XII 6a), 2 del primer mes intercalar del 46, pero sobre todo en varias cartas de julio del 44 (407 [XVI 161, A-F). 25 Tambin son mencionadas fugazmente en las cartas su abuela (8 [l y su madre (1 [l 51, 8; 3 [1 71; 4 [1 S], 1; 23 [II 31, 31, 1 -falleciiniento4). l h Segn NEPOTE, tico, 18,3, el cual aade nada puede ser ms dulce que aquellos libros para quienes tienen algn inters en conocer a los hombres ilustres)). 27 Vase 16 (1 16), 15 (y NEPOTE, tico 18). Cicern se refiere a los Anales en 262 (XII 23), 2 y al poema Sobre el consulc~do de Cicertz en 2 1 (11 1 ), 1.

Hay, sin embargo, quienes piensan que tal actividad no era propiamente comercial, sino que tico desempeaba ms bien con Cicern el papel de consejero literario. Las copias que indudablemente realizaron sus esclavos no se comercializaran de forma regular (cf. J. J. PHILLIPS, ((Atticus and the publication of Cicero's workw, Classical Weekly 79, 1986, 227-237).

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Puede verse en l, bajo varios aspectos, una especie de contrafigura de Marco Tulio: magnfico administrador el uno, bastante mediocre el otro, que pas ms de un momento de gran dificultad financiera; confesadamente epicreo aqul, eclctico, pero con especial rechazo del epicuresmo ste; apasionados ambos por la poltica, pero tico como espectador, Cicern como actor y con frecuencia vctima en el aspecto personal y material. Compartan, sin embargo, adems de su pertenencia al mismo crculo social, multitud de amigos (independientemente del bando a que perteneciepasin por el arte y la cultura, ms romana, r a ~ ~y* la ~) aunque con muchos ingredientes helnicos en Cicern, ms decididamente griega en tico.

de tico en Epiro. Mediacin en las difciles relaciones entre Marco y Pomponia, su mujer, hermana de tico. Ao 67: Cartas 3 (1 6) a 8 (1 3). Cnsules: Gayo Calpurnio Pisn y Manio Acilio Glabrin. Elecciones a pretor: se designa a Cicern. Compromiso matrimonial de Tulia con Gayo Calpurnio Pisn. Equipamiento ornamental de la finca de Tsculo. Intentos de reconciliacin de tico con Luceyo. Muerte de la abuela de tico. Pompeyo toma el mando de la guerra contra los piratas. Ao 66: Carta 9 (1 4). Cnsules: Manio Emilio Lpido y Lucio Vulcacio Tulo. Cicern pretor urbano. Quinto se presenta a edil y es designado. Muerte de Licinio Macro, acusado por Cicern. Pompeyo contra Mitridates. Pro lege Manilia. Ao 65: Cartas 10 (1 1) y l l (1 2) Cnsules: Lucio Manlio Tocuato y Lucio Aurelio Cota. Candidatura de Cicern para el consulado del 63. Nace su hijo Marco. Problema con Cecilio, to de tico. Contina todava la ornamentacin de la finca de Tsculo. Csar edil. Fuga de Mitridates. Ao 64: Sin cartas a tico. Cnsules: Lucio Julio Csar y Gayo Marcio Fgulo. Cicern elegido cnsul. Ao 63: Sin cartas a tico. Cnsules: Marco Tulio Cicern y Gayo Antonio Hibrida. Conjuracin de Catilina. Matrimonio de Tulia con Calpurnio Pisn. Muerte de Mitridates. Pontificado de Csar. Discursos ((agrarios)),De Othone, Pro Rabirio, De proscrip-

Cuadro cronolgico Brevemente destacamos los acontecimientos ms importantes relacionados con Cicern y su entorno en los aos que abarca la correspondencia con tico 30.Ao 68: Cartas 1 (1 5) y 2 (1 6). Cnsules: Lucio Cecilio Metelo y Quinto Marcio Rey. Cicern acaba de salir del cargo de edil curul. Muerte de su padre (?) y de su primo Lucio Tulio Cicern. Asuntos de Acutilio y Tadio. Referencia a las recientes adquisiciones

* v a s e , a propsito de Cicern, las palabras de G . BOISSIER, Cicron et ses Amis. tude sur la socit romaine du temps de Csar., Pars, 1865, pg. 26: il avait un pied dans tous les partis ... de la vient que tous les partis sont reprsents dans sa correspondance)). 30 Las obras del autor citadas son principalmente las que l mismo menciona en sus cartas.

toruni filiis, Cunz pr*ouincianl in contione deposuit, Catilinarias, Pro C. Pisone, Pro Murena.

Ao 62: Sin cartas a tico. Cnsules: Dcimo Junio Silano y Lucio Licinio Murena. Compra de una casa en el Palatino. Quinto Cicern pretor. Muerte de Catilina. Pretura de Csar. Sacrilegio de Clodio (noche del 3 al 4 de diciembre). Oratio Metellina, Pro Archia. Ao 61: Cartas 12 (1 12) a 17 (1 17). Cnsules: Marco Valerio Mesala Nigro y Marco Pupio Pisn Frugi Calpumiano. Quinto Cicern gobernador de Asia. Problemas de Quinto con tico. Mediacin de La Troyana)). Fin del proceso de Clodio (primera quincena de mayo). Triunfo de Pompeyo y divorcio de Mucia. Csar gobernador en Hispania. Referencias a la publicacin de una serie de discursos. In Clodium et Curionem, De consulatu suo (discurso). Ao 60: Cartas 18 (1 18) a 23 (11 3). Cnsules: Quinto Cecilio Mete10 Cler y Lucio Afranio. Dificultades de continuar contando con el apoyo de los caballeros por la intransigencia de Catn. Amalteo en la finca de Arpino. Propuesta (fracasada) de ley agraria por parte de Flavio a instancias de Pompeyo. Intentos de pasar a la plebe a Clodio por adopcin. Primer triunvirato (diciembre). Visita a Cicern de Balbo, enviado por Csar. Publicacin de los discursos ciceronianos del 63. De consulatu suo (poema en griego). Ao 59: Cartas 24 (11 4) a 45 (11 25). Cnsules: Gayo Julio Csar y Marco Calpurnio Bibulo.

Leyes agrarias de Csar: Comisin de los veinte para su aplicacin. Clodio elegido tribuno tras su adopcin por un plebeyo (marzo-abril): Cicern se retira a Ancio y ms tarde a Formias. Crticas de Cicern a Pompeyo, al que prodiga los motes. Complot contra Pompeyo (octubre). Primeros estudios para escribir una obra de geografa. Proyectos de una ((Historia secreta)). Ao 58: Cartas 46 (111 1) a 70 (111 25). Cnsules: Lucio Calpurnio Pisn Cesonino y Aulo Gabinio. Clodio, tribuno de la plebe: gran actividad legislativa. Enfrentamiento con Pompeyo. Exilio de Cicern (sale de Roma la noche del 19 al 20 de marzo): alrededor de seis meses, en Tesalnica bajo la proteccin del cuestor Plancio; luego en Dirraquio. Inquietudes respecto a su hermano. Difusin del panfleto contra Clodio y Curin, que haba escrito en el 61. Inicio de la guerra de las Galias. Ao 57: Cartas 71 (111 26) a 75 (IV 3). Cnsules: Publio Cornelio Lntulo Espnter y Quinto Cecilio Metelo Nepote. Tribunado de Miln. Enfrentamientos con Clodio: peligro fsico de Quinto Cicern. Levantamiento del exilio de Cicern (4 de agosto). Entra en Roma el 4 de septiembre. Discurso Post reditum in senatu. Problemas provocados por la confiscacin de sus bienes; discurso De domo sua. Continan los ataques armados de Clodio: contra Cicern en la Va Sacra el 1 1 de noviembre, contra la casa de MiIon el 12. Muerte del primer marido de Tulia. Ao 56: Cartas 76 (IV 4) a 82 (IV 8a). Cnsules: Gneo Cornelio Lntulo Marcelino y Lucio Marcio Filipo. Clodio elegido edil (20 de enero). Enfrentamientos con Miln. Conferencia de Luca (mediados de abril): Csar, Pompeyo

y Craso con numerosos senadores y magistrados. Restauracin de las fincas de Cicern incluida la biblioteca de Ancio. Segundo matrimonio de Tulia (con Furio Crsipes). Pro Sestio, Pro Caelio, De hanispicunz responso, De prouinciis consularibus. Ao 55: Cartas 83 (IV 6) a 87 (IV 13). Cnsules: Gneo Pompeyo (2.") y Marco Licinio Craso (2."). Eleccin por el terror de los cnsules en febrero. Cicern estrecha los lazos de amistad con Pompeyo. Inauguracin por ste del Teatro y el templo a la Venus Vencedora. Prdida de las libertades; rgimen dictatotiral: refugio en las letras (biblioteca de Fausto, hijo de Sula). In Pisonem, In Gabinium, De oratore, inicio del De temporibus suis (acabado en verano del 54). Ao 54: Cartas 88 (IV 14) a 93 (IV 19). Cnsules: Apio Claudio Pulcro y Lucio Domicio Ahenobarbo. Fin de la Palinodia iniciada en el 56 (De prouinciis consularibus?): Cicern defiende a sus peores enemigos para no enfrentrarse con Csar (que le encarga embellecer Roma -Forum Iulii, saepta Iulia- junto con Opio) y Pompeyo. Muerte de Julia, hija de Csar, casada con Pompeyo (primera mitad de septiembre). Visin clara del final de la repblica y de la moral poltica, con la figura del futuro dictador al fondo. Escndalo del pacto entre los cnsules actuales y los candidatos Gayo Memio y Gneo Domicio Calvino: obstruccin de las elecciones. Crecida del Tber. Quinto con Csar en Britania. Expedicin de Craso contra los partos. Pro Messio; Pro Druso, Pro Scauro; Pro Vatinio; Pro Gabinio; inicio del De republica. Ao 53: Sin cartas a tico. Cnsules: Marco Valerio Mesala Rufo y Gneo Domicio Calvino (tras un interregno de enero a julio).

Desastre de Craso ante los partos. Cicern augur. Enfermedad y manumisin de Tirn. Ao 52: Sin cartas a tico. Cnsules: Pompeyo sin colega (3'); desde julio, Quinto Cecilio Metelo Pio Escipin Nasica. Asesinato de Clodio. Pro Milone (8 de abril); inicio del De legibus. Ao 51: Cartas94(V l ) a 113 (V20). Cnsules: Marco Claudio Marcelo y Servio Sulpicio Rufo. Proceso contra Tito Munacio Planco Bursa (enero o febrero). Cicern, gobernador de Cilicia: desde el 3 1 de julio. Victoria del Amano (13 de octubre): Cicern saludado como Imperator. A fin de ao termina la campaa militar. Proyectos de tercer matrimonio de Tulia. Ao 50: Cartas 114 (V 21) a 132 (VI1 9). Cnsules: Gayo Claudio Marcelo y Lucio Emilio Paulo. Seis primeros meses: administracin civil de Cicern en Cilicia (abandona la provincia a finales de julio). Conflicto entre Marco Escapcio y Publio Munacio con la ciudad de Salamina. Matrimonio de Tulia y Publio Cornelio Dolabela (abril o mayo). Crisis de las relaciones entre Quinto y Pomponia. Problemas econmicos con Filtimo por la adquisicin de los bienes de Miln. Muerte de Hortensio Hrtalo (junio). Inminencia del conflicto entre Csar y Pompeyo. Fin de la guerra de las Galias. Ao 49: Cartas 133 (VI1 10) a210 (X 18). Cnsules: Gayo Claudio Marcelo y Lucio Cornelio Lntulo Crus. Cicern a las puertas de Roma (4 de enero). Pretensin de conseguir un ((triunfo)).Cnsules y senadores se retiran a

Campania tras votar la destitucin de Csar (7 de enero). Cicern es encargado del mando en Capua. Csar pasa el Rubicn (12 de enero). Comienza la guerra civil: Csar toma Corfinio (20-21 de febrero). Retirada de Pompeyo (perseguido por Csar) hasta embarcar en Brundisio (17 de marzo). Entrevista de Cicern con Csar (27 de marzo). Imposicin de la toga viril a Marco hijo (31 de marzo). Csar parte hacia Hispania (7 de abril). Cicern se embarca para unirse a Pompeyo en Macedonia (6 de junio). Csar derrota a los pompeyanos en llerda a comienzos de agosto, toma Marsella en octubre y vuelve a Italia. Discurso en el templo de Apolo. Ao 48: Cartas 21 1 (XI 1) a 219 (XI 8). Cnsules: Gayo Julio Csar (2.') y Publio Servilio Isurico. Batalla de Farsalia (9 de agosto): Cicern, enfermo, no participa. Asesinato de Pompeyo en Alejandra. Inicio de la guerra de Alejandra (octubre). Cicern llega a finales de octubre a Brundisio desde donde escribe a tico cartas llenas de tristeza y dolor. Ao 47: Cartas 220 (X19) a 237 (X122). Cnsules: Quinto Fufio Caleno y Publio Vatinio. Cicern aguarda en Brundisio una oportunidad de volver a Roma. Hasta principios de octubre no se acerca a Tsculo. Problemas polticos>)con su sobrino y su hermano. Dificultades econmicas; sobre todo preocupacin por Tulia. Fin de las guerras de Alejandra (marzo) y Asia (derrota de Farnaces en Zela -agosto-). Comienza la guerra de frica (diciembre). Ao 46: Cartas 230 (XII 2) a 249 (XII 1 1). Cnsules: Gayo Julio Cesar (3.") y Marco Emilio Lpido. Fin de la guerra de frica (Tapso, 6 de abril). Suicidio de Catn de tica (mediados de abril). Cuatro triunfos de Csar

y otros fastos (julio-septiembre). Distribucin de tierras (primeras referencias al asunto de Butroto), leyes suntuarias, ampliacin de derechos civiles y magistraturas ... Cleopatra en Roma (verano). Divorcio de Tulia y Dolabela (otoo). Repudio de Terencia. Matrimonio con Publilia (diciembre). Guerra de Hispania (diciembre). Luus Catonis, Brutus, Orator, Pro Murcello, Pro Ligurio.

Ao 45: Cartas 250 (XII 13) a 354 (XIII 42). Cnsules: Gayo Julio Csar (4.0) y Quinto Fabio Mximo. Nacimiento de Lntulo, hijo de Tulia (enero). Muerte de Tulia (mediados de febrero): gran tristeza de Cicern. Obsesin por erigirle un santuario. Problemas econmicos. Repudio de Publilia. Marco hijo marcha a Atenas (principios de abril). Problemas polticos con Quinto hijo. Victoria de Csar en Munda (17 de marzo). Vuelta de Csar a Roma (mediados de septiembre). Consolatio, Hortensius, Acudenzica, DeJinibus bonorum et malomm, Tz~sculanae disyutationes, Luus Porciae, Epistula ad Cuesarem, Pro rege Deiotaro. Ao 44: Cartas 355 (XIV 1) a 426 (XVI 15). Cnsules: Marco Antonio y Gayo Julio Csar (5.0) (luego Publio Cornelio Dolabela). Csar, dictador perpetuo (14 de febrero). Asesinato de Csar (15 de marzo). Amnista general a propuesta de Cicern (17 de marzo). Antonio se aduea del poder. Arribada de Octavio (finales de marzo): llega a Roma en mayo. Episodio de Herfilo (9-13 de abril). Cleopatra marcha de Roma (abril). Divorcio de Quinto Cicern y Pomponia. Contina el asunto de Butroto. Relaciones cambiantes de Cicern y Dolabela, que terminan en ruptura. Problemas econmicos de Cicern. Intentos de que contraiga nuevo matrimonio. Diferencias con su sobrino. Proyectos de marchar de Italia. ltima carta a tico conservada: 426

(XVI 15), escrita desde Arpino despus del 12 de noviembre. De natuva deorurn, De senectute, De amicitia, Dediuinatione, De fato, De gloria, Topica, De oficiis. Primeras Fil@icas. Proyectos de escribir historia y un dilog o al estilo de Herclidew.

Las Cartas a tico. Transmisin.

Asunto importante en torno a las cartas, sobre todo las dirigidas a tico, es el del momento de su publicacin inicial. A este respecto conviene considerar antes que nada una serie de datos concretos. La primera cita que hace imaginar la coleccin ya publicada es de Sneca el filsofo, quien en una carta dirigida a Lucilio a mediados de los aos sesenta de nuestra era (97, 4-5) reproduce literalmente un buen pasaje de 16 (1 16), 5 bajo el epgrafe ((Libro primero de las cartas de Cicern a tico. Y hay en el mismo epistolario dirigido a Lucilio alguna otra cita literal, aunque sin indicacin del libro (1 18, 1 recoge el si no tienes ningn asunto, escribe lo que te venga a los labios de 12 [1 121, 4; claro est que esta frase puede ser un tpico de mayor difusin, no algo acuado por el propio Marco Tulio), adems de referencias expresas a determinados contenidos (as en 118,2 de 12 [1 12],1). Las cartas a tico, pues, circularan ya sin duda en tiempos de Nern; pero la cuestin fundamental, muy discutida y no menos difcil de resolver, es desde cundo. Entre las mltiples opiniones que corren, la ms firme en favor de una publicacin por obra del propio destinatario (lo cual se interpreta generalmente como una especie de traicin al amigo, dado que la lectura de la correspondencia tal como nos ha llegado no deja una opinin muy favorable de su

conducta en general, al menos mirndola bajo nuestras perspectivas actuales) es la de J. Carcopino3'. Que choca, entre otros escollos de diversa consideracin, con la ms que probable ignorancia de estos textos por parte no slo de Valerio Mximo (cuya obra se edit en poca de Tiberio), sino incluso de Asconio Pediano, el ms famoso comentarista de Cicern, que public sus trabajos entre el 54 y el 57 de Cristo. Argumento, si no decisivo, s al menos de importante peso. Sin embargo, para fijar el trmino post quem hay que tener en cuenta que Cicern, como l mismo dice en ms de una conservaba al menos parte de las cartas de tico; y ste y Tirn hacan lo mismo con las suyas33.Es ms, probablemente en respuesta a una pregunta de su amigo, dice Marco Tulio al final de 410 (XVI 5), 5, fechada el 9 de julio del 44: no hay ninguna recopilacin de mis cartas, pero Tirn tiene alrededor de setenta y cabe tomar algunas de las que tienes t. Conviene que yo las repase y las corrija. Entonces por fin se podrn publicar)). Es decir, ya en vida del autor se plantea la conveniencia de dar a la luz algunas al menos de sus cartas, y no necesariamente las ms elaboradas, pues en general las dirigidas a tico no lo son. Por otra parte Cornelio Nepote asegura, todava en vida de tico (probablemente hacia el 35 34 a. C.), haber tenido acceso a once volmenes de cartas, desde su consulado (es decir el de Cicern) hasta sus ltimos das, enviadas aEn las obras antes citadas (vase nota 5). Vase sobre todo 177 (IX lo), 4: Pues despus de haber llegado a este punto, desenroll el volumen de tus obras, que guardo sellado y conservo con el mayor esmero)). As, leelnos en 310 (XII 6), 3, de principios de junio del 45: En cuanto a la carta a Bruto, que me pides, no tengo copia; pero, no obstante, est a buen recaudo, y dice Tirn que es oportuno que la tengas."32

tico)), aadiendo ( ~ t i c o 16, 3-4): quien las lea no echar mucho de menos una historia seguida de esos tiempos. Pues est tan detalladamente expuesto todo lo relacionado con los intereses de los hombres ms importantes, los errores de los jefes, las transformaciones de la repblica que nada falta en ellas...)). Claro que esto no implica necesariamente una publicacin>)en regla. As las cosas, la cuestin contina abierta e insistir en ella nos llevara mucho ms all del lmite que aqu nos est permitido. Lo cierto es que, adems de los autores mencionados, en la Antigedad citan cartas ciceronianas Quintiliano, Plinio el Joven, Suetonio, Aulo Gelio, as como Nonio Marcelo y los grarnticos del siglo rv o Macrobio. Despus el texto, a juzgar por los datos a nuestro alcance, parece haber suscitado escaso inters durante mucho tiempo y no vuelve a ser manejado con asiduidad hasta el Renacimiento, precisamente gracias a Petrarca, quien descubri un manuscrito de la correspondencia con tico, Bruto, Quinto y Octaviano en Verona el ao 1345. Manuscrito, por cierto, hoy desaparecido, como tambin la copia que de l realiz el propio Petrarca; los cdices conservados ms antiguos son de finales del siglo, con alguna excepcin de escasa entidad (as los cuatro fragmentos de dos hojas cada uno remontables al siglo xr o xrr, que se salvaron gracias a su empleo para un libro de contabilidad por los moradores de un monasterio cercano a Wrzburg en el XVI). Las dos primeras ediciones remontan al ao 1470: una, salida de prensas en Venecia, se debe a Nicols Ienson e incluye las cartas a Bruto y a Quinto as como la Vida escrita por Cornelio Nepote (Epistolae ad Atticum, Brutum et Qtlintum fratrem cum iysius Attici uita, Venetiis, Nic. Ien-

son, 1470), la otra es romana y tambin incorpora cartas a distintos destinatarios (Epistolae ad M. Brtrtzim et ceteros, Romae, 1470). Cada una de ellas parte de una rama diferente de la tradicin: aqulla de la encabezada por el Ambrosiano E 14 inf., de comienzo del siglo xrv, el cdice ms antiguo conservado con, al menos, parte de las cartas a tico; sta de la encabezada por el Mediceo 49, 18, escrito el ao 1393 y mentenido como cdice fundamental por los editores antiguos, que lleva anotaciones de sus sucesivos poseedores, estudiosos de la talla, entre otros, de Coluccio Salutati (que utiliz para ello varios cdices), Niccolo Niccoli, a cuyas manos lleg el ao 1406 (anotaciones basadas en un manuscrito de Pistoya, hoy desaparecido, que de las cartas a tico solo tena los siete primeros libros) o Leonardo Bruno (el Aretino), quien recibi el Mediceo tras la muerte del anterior en 1437. Las cartas fueron objeto de inters grande ya en los 1timos aos de ese siglo34,y sobre todo en el siguiente, a lo largo del cual vieron la luz ms de una docena de ediciones situada , cronoentre las que merecen citarse la de A l d ~ ' ~ lgicamente entre las dos de J. B. A s ~ e n s i o la ~~ de ; A. Cra-

34 Se citan, en efecto, las tres ediciones llevadas a cabo por Bartolom Saliceto y Ludovico Regio, la primera en Roma el ao 1490; las otras dos en Venecia, una hacia 1495, la otra en 1499. 35 Epistolae ad Atticum, ad Brutum, ad Quitittri~i fisatrem. libri XX Lutitza intepretatio eorurt?quae N? iis ipsis epistoh gruece scr.iptu sunt ..., Venetiis in aed. Aldi et Andreae Soceri, 1.513, 1 52 1. 3 6 0pel.a rlzeto~?ca,or.atoria et forsensia ... Opera epistoka... Opern

philosophica, Parisiis, in aedibus Ascensii, 151 1; 1522' (y 1527). Les seguira, unos aos ms tarde Epistolae ad T. P. Atticuriz et ad M. Biwtuni curn conmi. J. Bpt. Pii per quern aD injnitis detersae rnendis cumque Jod. Badii Ascensii in easdetn aanot. Parisiis, venund. ipsis Ascensio et Joa. Reoigny. Sub prelo Ascensiano... 1531.

tandro, que aporta lecturas de cdices hoy perdidos "7; las de P. ~ictorio", P. Manucio, con el primer comentario valioso al texto'9 y D. Lainbino, autor de numerosas y atinadas conjeturas que an hoy son tenidas en cuenta4'. A ellas aadiremos las que se ocupan ms concretamente de las cartas a tico, sobre todo S. Corrado4', que aporta intere~~, santes correcciones, propias y ajenas, y S. B ~ s i otambin destacado por la aportacin de una serie de atinadas conjeturas, sobre todo de vocablos griegos43. Merecen tambin destacarse las Variae lectiones de M. A. Muret, que todava hoy son tenidas en cuenta por los editores44.37 Omnia opera in tres secta tornos et ad variorwn vetustissimorurnque codd. jidem recognita, Basileae ap. Cratandmni, 1528 (Epistolae vol. 111). 3%pern ornnium quae hactenus excusa sunt castigatissima nunc pr. in lucern edita (cura P. Victorii), Venetiis, L. A. Junta, 1534-1537 (Epistolae, tom. 111 1536), y posteriormente Epistolae ad Atticum, ad M. Bruturn, ad Quintum fi:.. e bibl. P. Victorii. Excusum in fine libri est vetustissiinuin S. C. Rornae inventum, Florentiae ap. Juntas, 1571. 3 ' Epistolae ad Atticum, Brutuni et Quintum fbatrem summa diligentia castigatae ... Pauli Manutii in easdern epist. scholia quibus abditi locorum sensus ostendunttw cum explic. castigationum quae in his epist. pene innumembiles factae sunt, Venetiis, ap. Aldi filios, 1540. 40 Opera ornnia a Dion. Lambino ex codd. mss. emeridata et aucta. ejd. Lambini annotationes s. emendationum rationes, index et fragmenta ornnia, Lutetiae, J . du Puys, 1565-1566. 4 1 Epistolae ad T. Pornponiurn Atticurn Seb. Corradi brevissirnis interpretationibus illustr.atae. Venetiis, ap. Hier. Seotum, 1544. 42 Epistolae ad Atticum. Exjide vetustiss. codd. etnend st. et op. Sirn. Bosii c. ejd. animadvers, Ratiasti Lemovicum ap. Hugonem Barboum, 1580. 43 A ellas se pueden aadir todava las de l. Hervagio (Opera omnia ex codd. rriss. ernendata, Basileae, ex officina Hervagiana, 1534 -las Epistolas en el tomo 111-), C. Estfano (Opera, Parisiis, Carol Stephanus, 1554-1555), L. Malaespina (In epistolas M. Tullii Cicer.onb ad Atticum, B~.uturnet Q. fiatrern emendationes ac suspiciones, Venetiis, 1564) o Fr. Junio (Epistolae ad Atticwn, ad Q. fi.atrem..., Heidelbergae, 1594). 44 Venecia-Pars, 1559- 1586.

Debido a la cantidad y calidad de ediciones puestas en circulacin durante el siglo xvr, los dos siguientes viven prcticamente de ellas, hasta el punto de que de este periodo nica~~, mente merece citarse la llevada a cabo por J. A. E r n e ~ t ique recoge aportaciones de importantes estudiosos precedente^^^. El siglo xrx, con los avances en los procedimientos de estudio y tratamiento de los textos, supuso un nuevo impulso en la actividad editorial de los clsicos, al que no poda ser ajena la obra epistolar de Cicern. Citemos, por la importancia de sus aportaciones, entre los editores, los nomC. ~, E W bres de C. G. Schtz4', A. S. W e ~ e n b e r g ~45 Opesa ornnia ex rec. Jac. Gronov. Acc. varietas lect. Pearcianae, Grnevianae, Davisiarzae, cuni singul. libr*orwmar-gum. et ind. ver-un?hist. verbor. philol. crit. cur'. Jo. A. Ernesti, Lipsiae, 1737-1739 (Halis Saxsonuni 1774- 1777'). 46 Vase entre los editores y comentaristas del xvri, J. Gmterus, Opera onlnia quae extant ex sola fere Codd. Mss. $de ernendata st. atque ind. Jani Gulielmi et Jani Grwter%Add. notis et indic. acccu confectis, Hamburgi ex blibliop. Frobeniano, 1618; A. Popma, Epistolae ad Atticwn... ex recogn. Popniae. @d. in eas commenta et castigationes. Franckarae ex off. Jo. Lamrinck, 1618; J. G . Graeuius, Epistolarwnz libri XVI ad T. Pomp. Att. ex rec. J. C. Graeuii aun ejusdem animadv. et notis integris S. Victorii,P. Manutii, etc. nec non selectis S. Corradi, Js. Casauboni,J. FI: Gr-onoviiet aliorum. Amstelodami sunipt. Blauiorum et H. Wetstenii, 1684; J. Gronovius, 0per.a quae extant omnia ex mss. codd. emendatis studio atque industsia C. Gulielmi et J. Grutevi add eorum rzotis integris, nunc deriuo r-ecogn. ab J. Gronovio..., Lugduni Batavorurn 1692 (Epist. pars 111). Del xviii, v. gr., J. N. Lalleinand, 0pei.a. Rec. J. N. Lallernand, Parisiis, Saillant, Desaint, Barbou, 1768. 47 Epistulae quae extant omnes ad Atticum. ad Quintum fiatrern et quae vulgo ad familiares dicuntpr: ind. chrpnol. disp. Rec. selectisque super.. interpr. et s. anirn. ill. Ch. God Schtz, Halae, 1809- 1812 y Opera ornnia deperditorwiiqtre libr: fiagm. Textum accul: recogn. potiorem lect. var. adnot. ind. rsr~urii et verb. copiossis, adj. Chr: God. Schtz. Lipsiae 1814-1823 (Epist. tom. XII, 1816). 4X Epistulae ad Atticun~,Brutuni etc., Lipsiae, 1872- 1873 (cf. Emendationes M. Tullii Ciceronis epistolarwrn, Hauniae, 1840, y Emendationes alteme ad Ciceronis epistularurn editionem, Lipsiae, 1873.

En cuanto a traducciones, aparte de una serie de Cartas selectas en edicin bilinge para usos escolares, como la muy difundida de Pedro Simn Abril, Tres libros de cartas selectas con interpretaciones y escolios escritos en lengua espaola)), que vio la luz en Tudela el ao 1572'*, o la poco ~ ~citar , las ms antiguas, posterior de Fr. Gabriel ~ u l n por es necesario esperar hasta finales del siglo pasado para tener acceso a una versin cuidada de la totalidad del epistolario. Es la debida al Cannigo de la Metropolitana de Granada, D. Francisco Navarro y Calvo, que dedica a las dirigidas a tico los tomos IX y X de las Obras completas de Marco Tulio Cicern para la Biblioteca Clsica, bajo el epgrafe de (Cartas Polticas 1-11)>,Madrid, Luis Navarro ed., 18851886. De fecha ms reciente es la edicin bilinge de J. A. Ayala antes mencionada. A ellas hay que aadir la recopilacin de J. Guilln Cabaero, M. Tulio Cicern. Cartas polticas, Madrid, Akal, 1992, que incluye ciento veinte de las que aqu veremos.

La presente traduccin He tomado como texto base el editado por D. R. Shackleton Bailey, pero consultando sobre todo los de la Coleccin Les Belles Lettres)), varios de cuyos volmenes han salido de prensas con posterioridad a esa edicin. Las notas de uno y otros estn, por otro lado y como no poda ser menos, en la base de las que aqu acompaan al texto. La numeracin de las cartas sigue el orden cronolgico establecido por el editor (que considero ocioso ni siquiera discutir ahora), con lo cual la lectura seguida de las pertenecientes a cada periodo resulta ms fcil. No obstante, es necesario hacer una observacin: la cronologa est establecida en funcin de las cartas ciceronianas; las ajenas que el autor incluye en los paquetes enviados a tico o reproduce directamente en el interior de las suyas, aparecen, como entonces, junto a stas. La traduccin incorpora con cierta frecuencia conjeturas, del propio D. R. Shackleton Bailey o de otros, as como algunas variantes que me han parecido ms adecuadas para la correcta comprensin de determinados pasajes y que se enumeran al final de esta introduccin.

edicin parcial anotada (como la del libro Vlll de las Cartas a Atico, Universidad de Murcia, 1991). 5X M. Tullii Ciceroni Epistolarum selectarum libri tres. Cum interpretationibus et scholiis Hispana lingua scriptis, quibus aditus facillimus aperitzrr ad non inagtzo labor*elitte~ns Latinas pei-discendas. Pedro Simone Aprileo Latninitarzo interprete et auctore. Tudelae, per Thomas Porralis Allobrogem ipsiusmet auctoris studio et opera correctum, 1572. 5 ' Marci Tulli Ciceronis Epistola~wm familiarum liber secundus. ltern aliquot Epistolae ex ceteris libris, curn latina et hispana interpretatione, Fratre Gabrtele Aulon, carmelita, interps rrte. Coinpluti, apud Joannem Gratianum, anno 1574.

BIBLIOGRAFA SUMARIA

Las ediciones ms importantes han sido citadas en el apartado anterior. Las obras generales sobre el autor y su obra, en la Introduccin general (vol. 139 de esta coleccin). Acerca de la epistolografa en general y de la de Cicern en particular, puede verse:Epistolografia en general La epstola como gnero literario: de la antigedad CASTILLO, a la edad media latina)),Est. Cls. 18 (1974), 427-442. CUGUSI, Evoluzione e forme dell'epistolografia latina nella tarda repubblica e nei primi due secoli dell 'impero, Roma, Herder, 1983. -, Studi sull'epistolografia Latina 11. L'eta ciceroniana e augustea, Annali della Facolta di Lettere, Filosojla e Magisterio dell ' Universita di Cagliari 35 (1972), 7- 167. Brief, en RE, 111, 1 (1897) cols. 836-843. C. DZIATZKO, ({Briefb, Lexikon der Antike 1, Mnich, 1969, pgs. B. KYTZLER, 26 1-266. G. LUCK,ctBrief und Epistel in der Antike)), Altertum 7, 2 (1961), 77-84. Ancient epistolary theorists, Soc. for biblical liA. J. MALHERBE, ter. Sources for biblical stud. n.' 19. Atlanta, Ga. Scholars Press, 1988.

M. A. MARCOS CASQUERO, ((Epistolografa romana)), Helmantica 36 (1983), 377-406. M." N. Muoz MART~N, Teora epistolary concepcin de la carta en Roma, Granada, Universidad, 1985. H. PETER,Der Brief in der Romischen Litteratur. Litterargeschichtliche Untersuchungen und Zusammenfassungen, (Abhandlungen der philologisch-historischen Classe der Konigl. Sachsischen Gesellschaft der Wissenschaften XX, nm. III), Leipzig, B. G. Teubner, 1901 (Hildesheim, Georg Olms, 1965). G. SCARPAT, L'Epistolografia>), Introduzione allo studio della cultura classica, vol. 1, Miln, Marzorati, 1972, pgs. 473512. J. SCHNE~DER, Briefb, Reallexikonflr Antihz und Christentum, 2, 1954, pgs. 564-585. J. SYKUTRIS, Epistolographie, en RE, Suppl. V, 1931, cols. 186220. EpistolograJia ciceroniana

J. BOES,La philosophie et l'action dans la correspondance de Cicron, Nancy, Presses Universitaires, 1990. G. BOISSIER, Cicron et ses Amis. ktude sur la societe romaine du temps de Csar, Pars, Hachette, 1865 (Hildesheim, Georg Olms, 1976). M. Tullius Cicero (Briefe))), en RE VIIA, 1 K. BUECHNER, (1939), cok. 1 192-1235. J. CARCOPINO, Les secrets de la correspondance de Cicron, 1-11, Pars, 1947. Trad. ingl., Nueva York, 1969. Cicero quomodo in epistulis sermonem hominibus, G. DAMMANN, quos appellat, et rebus, quas tangit, accomodauerit, Diss. Gryphiae, 1910. R. HARIMAN, cPolitica1 style in Cicero's letters to Atticuw, Rhetorica 7, 1989, 145-158. ((Cicero ber die Briefarten (genera epistulaH. KOSKENNIEMI, rum) Arctos, n. s. 1 (Comentationes in honorem Edw. Linkomies), Helsinki, 1954, pgs. 97- 102.

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NOTA TEXTUAL

13 (1 l3), 3 16 (1 l6), 5 21 (11 l), 5 22 (11 2), 1 34 (11 14), 2

tiniectat Caluum hereditatem ei nos OEIOI

35 (11 15), 2 58 (111 14), 1 75 (IV 3), 1 75 (IV 3), 3 77 (IV 7), 2 87 (1V 13), 192 (IV 18), 4

neglecta (Ms. Vrbinas 322) calutim (alii) aedilitatem (EOVRbdnls) cui nos auvvooeiv (MURETUS) tad quam partem basilicae at quatn partern basilicae! t & u n Aerniliam! (conj. CONStribunz Aemilianzt TAN~) siu ruet tgett rem si EUepy~rt'j renr (CONSTANS) tet scio te meis et seis te me iis sed uelim per-ipicias sed ut perspicias (M'"") t e x interiorsm se in interiora (ORELLI) tuerwn fecit non improbe uirwn fecit non quetiiquanz~ irnprobiorwn (MULLER) etsi *** (pro te) rata h ~ o r p l ~x ~ p i a ~ afiisse ajiiisse (CONSTANS) trep. lege maiestatis Res p. lege maiestatis 0 6 OYCOIMPICAMACJIHI~ o o K' @' a a p' hq& (CONSTANS)

104(V 11),7

115 (VI I), 1

rsspotzdebo ***(sic)

1 15 (VI l), 25 tgenual' uos 128 (VI1 5), 3 de tlusgeniot

131 (VJJ 8), 5

senfentiu relinquendae urbis tnzotretf

153 (VI11 3), 2 futurws .La ley promulgada es la Lex Aufidia de arnbitu.

nuestro, al cual Curin llamaba antes 'apoteosis' 13*,ser el mimo del haba '33 si ste es elegido? Por eso, en mi opinin, debemos 'tomarlo con filosofa', que es lo que t haces y que nos importen un comino esos consulados. 14 En cuanto a lo que me escribes de que has decidido no ir a Asia, yo desde luego preferira que fueras y temo que algo no salga bien en este asunto. Con todo, no puedo censurar tu decisin, especialmente cuando yo mismo no he marchado a mi provincia. 15 Me contentar con esos epigramas tuyos que has puesto en tu Amalteo '34, especialmente cuando Tiilo me ha abandonado y Arquias no ha escrito nada sobre m'35; y temo que, como acaba de terminar un poema griego para los Luculos, est ahora pensando en un drama ceciliano. Di las gracias a Antonio en tu nombre y le entregu la 16 carta a Malio '36 (ltimamante te he escrito con menos fre13* Con anterioridad a los acontecimientos aqu relatados, Cunn el padre estaba en lnea con los optimates. '33 ES claramente una expresin proverbial, tpica de una cultura agncola, que equivale a tirar por los suelos o algo similar. '34 Como dice Nepote en su biografia de tico (3 18), tambin toc la poesa ... describiendo bajo las efigies de cada uno [de los personajes all representados -entre los cuales, evidentemente, estaba Cicern-] sus hechos y magistraturas en no ms de cuatro o cinco versos por poema. Sobre el Amalteo, cf. 13 (1 13), 1. '35 Conocido es el inters de Cicern por que sus hechos fueran relatados en un poema compuesto por alguien de categora y son muchos los que ven en el Pro Archia, pronunciado el ao 62 para defender la ciudadana romana del poeta antioqueno, un intento de lograr su gratitud a tal fin. Pero ni Tiilo (sobre el cual, cf. 5 [1 91, 2; 12 [I 121, 2), ni este Aulo Licinio Arquias, que ya haba consagrado versos a Mario y, como vemos en el propio texto, a los Luculos, dieron cima al encargo. Respecto al drama ceciliano)), sera un poema dedicado a alguno de los Metelos, pertenecientes a la gens Caecilia, con cuyo nombre coincide el del conocido autor depalliatae en el siglo 11, Cecilio Estacio. 13' Publio Malio de Puteoli.

cuencia porque no tena un mensajero idneo ni saba con seguridad dnde estabas). Te he hecho bien el gnero. Si Cincio me confa alguno de tus asuntos, me encargar; pero ahora est ms ocupado en uno suyo, y ah no le falta mi ayuda. T, si vas a permanecer en un sitio fijo, espera frecuentes cartas mas; pero mndame tambin t ms. Quisiera que me escribas cmo es tu 'Amalteo', con qu ornamentacin, en qu 'paisaje', y que me mandes los poemas e 'historias' que tienes sobre 'Amaltea': me apetece hacer uno en la finca de Arpino. Yo te mandar alguno de mis escritos. No tengo nada terminado.

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(Roma, 5 de diciembre del 61) Cicern saluda a tico. Muy grande ha sido la transformacin de los sentimientos y el cambio de criterio y juicio de mi hermano Quinto, segn he podido comprobar por tu carta donde me mandas copias de las suyas. Por ese motivo he sentido una preocupacin tan fuerte como era normal que sintiera, dado el enorme cario que os tengo a los dos, y tambin perplejidad ante lo que puede haber sucedido para empujar a mi hermano a una irritacin tan grave o a una mutacin tan radical de sentimientos. Ciertamente yo ya haba notado antes, y t tambin lo sospechabas segn pude ver cuando me dejaste, que haba en l no s qu desagradable reserva y que su espiritu estaba herido y albergaba algunas sospechas torcidas. Cuando trat de currselas, muchas veces antes y con especial inters tras el sorteo de la provincia, no advert que su

resentimiento fuese tan profundo como demuestra tu carta, ni pude lograr todo el xito que deseaba. 2 A pesar de ello me consolaba pensando que sin duda l te vera en Dirraquio o en cualquier lugar de esas tierras; tena la confianza y el convencimiento de que cuando eso ocurriera todo acabara arreglndose entre vosotros con una simple charla y explicacin o incluso con el mero hecho de veros y encontraros. Pues no hace ninguna falta que te diga, porque lo conoces, cunta es la amabilidad de mi hermano, su dulzura, la permeabilidad de su nimo tanto a concebir como a olvidar una ofensa. Pero ocurre desgraciadamente que no lo has visto en ningn sitio. Tuvo as ms influencia en l lo que le inculcaron los manejos de algunos que su obligacin, los lazos de familia y esa amistad vuestra de muchos aos, la cual debi haber prevalecido por encima de todo. 3 Y me resulta ms fcil adivinar dnde radica la culpa de este malentendido que escribirlo, porque temo que al defender a los mos no sea ecunime con los tuyos: a mi juicio, en efecto, si bien sus familiares no lo han herido en absoluto, podan desde luego haberle curado aquello que lo hizo. Pero lo que vicia todo este asunto -y llega bastante ms all de lo que parece- te lo explicar con menos dificultad cara a cara. 4 Respecto a la carta que te mand desde Tesalnica y a las conversaciones que, segn crees, ha tenido con amigos tuyos en Roma y durante el viaje, ignoro en qu medida el asunto es grave, pero toda mi esperanza de aliviar esta preocupacin est puesta en tu bondad: si tienes en cuenta que con frecuencia los nimos de los mejores hombres son tan irritables como fciles de calmar, que esta ligereza, por as llamarla, e impresionabilidad de temperamento es la mayora de las veces propia de un buen corazn y, la

cuestin capital, que debemos toleramos unos a otros nuestras imperfecciones, defectos u ofensas, esto se calmar, as lo espero, sin dificultad. Te ruego que lo hagas, pues a m, que te profeso singular afecto, me importa sobremanera que ninguno de los mos deje de quererte a ti o t dejes de quererlo a l. Es totalmente innecesaria la parte de tu carta donde enumeras las posibilidades de una situacin ventajosa en las provincias o en la Urbe que has dejado pasar en otras ocasiones e incluso durante mi consulado: conozco a fondo tu nobleza y grandeza de alma y nunca pens que existiera entre nosotros diferencia alguna excepto el gnero de vida que hemos adoptado, pues a m una cierta ambicin me llev a buscar los honores, y a ti otro planteamiento, en manera alguna rechazable, a buscar un ocio decoroso. Es cierto que en la verdadera honra, la de la probidad, la integridad, la diligencia, el sentido del deber, no me pongo ni a m ni a nadie por delante de ti, y que en cario hacia m, dejando aparte a mi hermano y los mos, te concedo la primaca. He visto, en efecto, he visto y comprobado a fondo en las diversas etapas de mi vida tus inquietudes y tus alegras. Para m fue muchas veces motivo de dicha tu felicitacin en el xito y de agradecimiento tu consuelo en el peligro. Y ciertamente ahora que ests ausente es cuando echo ms en falta no slo tu consejo, en el que eres maestro, sino incluso tu simple conversacin, que para m, contigo, suele resultar sumamente placentera. Y qu dir de los asuntos pblicos, aspecto en el cual no me est permitido ningn descuido; o del trabajo del foro, que antes asuma por alcanzar el poder y ahora para conservar mi rango gracias a las influencias; o de mis propias cuestiones familiares en las cuales tanto antes como despus de la

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marcha de mi hermano te echo de menos a ti y a nuestras conversaciones? En una palabra, ni mi trabajo ni mi descanso; ni los negocios ni el ocio; ni los asuntos del foro ni los de casa; ni los pblicos ni los privados pueden permanecer ms tiempo sin tu consejo y tu conversacin extraordinariamente encantadores y cariosos. Mas la delicadeza de los dos nos impidi muchas veces 7 mencionar estas cosas; sin embargo ahora ha sido necesario hacerlo debido a la parte de tu carta mediante la cual queras aclarar y justificar ante m tu persona y tu conducta. Y en esa preocupacin provocada por el distanciamiento y enojo de ini hermano existe al menos la ventaja de que, como a m y a tus otros amigos nos consta tu voluntad, hace poco expresada, de no aceptar una provincia, se ver que, si no estis juntos, no es por vuestro desacuerdo y desavenencia, sino por tu propia voluntad y decisin. Por eso, lo que entre vosotros haya sido violado tendr su expiacin y lo nuestro, religiosamente respetado al mximo, mantendr su carcter sagrado. Aqu vivimos en medio de una situacin poltica delicas da, lamentable e insegura: habrs odo, creo, que nuestros caballeros estuvieron a punto de romper con el senado. Primero llevaron muy a mal la promulgacin, en virtud de un decreto del senado, de una encuesta sobre aquellos que ejerciendo de jueces haban aceptado sobornos: como dio la casualidad de que yo no estaba presente cuando se discuti el asunto y comprend que el orden de los caballeros se incomodaba, aunque no lo decan en pblico, me quej ante el senado, segn me pareci, con la mayor autoridad, y en una causa no muy respetable fui bastante ponderado y explcito. Pero he aqu otro capricho de los caballeros difcil de 9 sostener, que yo no slo asum, sino incluso expuse bellamente: los que haban comprado a los censores los impues-

tos de Asia 13' se quejaron en el senado de que, movidos por la ambicin, haban pagado un precio muy alto; pidieron que se cancelara el contrato. Yo he sido el primero en apoyarles, o mejor dicho, el segundo, pues en cuanto se atrevieron a hacer esa peticin, Craso les impuls; odioso asunto, vergonzosa demanda, confesin de temeridad. El mayor peligro era que, si no conseguan nada, se apartaran totalmente del senado. A evitar esto dediqu mi mayor esfuerzo y consegu que tuvieran sesiones con la mxima afluencia y la mejor disposicin: el 1 y el 2 de diciembre dije muchas cosas sobre la dignidad y concordia de los rdenes. Nada se ha hecho an, pero la voluntad del senado queda clara: slo habl en contra Metelo, el cnsul designado13', e iba a intervenir tambin nuestro famoso hroe Catn, pero no le lleg el turno por la brevedad del da. As yo, manteniendo mi sistema y mi lnea de conducta, protejo como puedo aquella concordia que yo mismo he cimentado. Mas como esas cosas son tan endebles, me fortifico una va segura, segn espero, para conservar mi influencia; no puedo explicrtela plenamente por carta; sin embargo, te la apuntar con un pequeo indicio: gozo de gran intimidad con Pompeyo. Veo lo que vas a decir; tomar las precauciones que haya que tomar, y en otra ocasin te escribir ms sobre mis planes para conseguir influencia poltica.137 En virtud de la ley Sempronia, promulgada por Gayo Graco, la recaudacin de los impuestos de la provincia de Asia corra a cargo de una sociedad elegida por los censores. stos recurriran a la subasta para asignarla. Quinto Cecilio Metelo Celer, cuado de Clodio (estaba casado con Clodia, identificada generalmente como la Lesbia de Catulo), haba tomado parte activa, siendo pretor, en la aniquilacin de Catilina. Junto a Catn y Luculo, formaba parte de la oposicin a Pompeyo.

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II

Has de saber que Luceyo tiene intencin de presentarse inmediatamente a cnsul. Segn dicen slo habr dos contrincantes: Csar (que piensa pactar con l por mediacin de Arrio I4O) y Bbulo 14' (que cree poder asociarse con Csar por mediacin de Gayo Pisn). Te res?; pues creme, no son cosas de risa. Qu ms te escribir?; qu? Mucho queda, pero lo dejo para otra ocasin. Hazme saber cundo quieres que te espere. Desde ya te ruego simplemente una cosa, lo que ms deseo: que vengas cuanto antes. 5 de diciembre.

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(Roma, 20 de enero del 60) Cicern saluda a tico. Has de saber que ahora nada me hace falta tanto como una persona con quien compartir todo cuanto me produce alguna preocupacin; que me aprecie y sea inteligente; con la que, al hablar, no me vea en la necesidad de fingir, disimular ni ocultar nada. Pues mi hermano, 'el ms sencillo' y el ms carioso, no est aqui. *** no es una persona '42, sinouna playa, el cielo y un puro desierto '43;

13' Este Lucio Luceyo, de cuyo enojo con tico se hace eco Cicern en cartas anteriores (cf. 1 [I 51, 5 ; 4 [1 81, 1; 6 [1 101, 2; 7 [1 111, 1; 14 [1 14],7) era, adems de historiador, hombre de grandes recursos econmi(Jul. 19, l), pact con Csar un reparto de dinero a cos. Segn SUETONIO los electores en nombre de los dos. I4O El personaje es Quinto Amo, de quien Cicern dice en el Bruto, 242-243: ((Quinto Arrio ... debe servir a todos como ejemplo de la gran fuerza que tiene en esta ciudad seguirle el juego a muchos y ponerse al servicio ora del honor, ora del peligro de muchos. Con estas cosas, en efecto, nacido del estrato ms inferior y tras conseguir cargos, dinero e influencia, lleg a alcanzar (sin instruccin, sin talento) cierto peso entre los patronos)). Marco Calpumio Bbulo, fue, junto con Julio Csar, edil curul en el 65, pretor en el 62 y cnsul, precisamente como resultado de las elecciones a las que se refiere la carta, en el 59. Ello no impidi que se contara entre sus enemigos durante muchos aos. En el 51 se hizo cargo, con ms pena que gloria, al inenos segn Cicern, del gobierno de Siria.

y t, que tantsimas veces has aliviado la preocupacin y la angustia de mi alma con tus palabras y tu consejo; que sueles ser mi compaero en poltica, mi confidente en todos mis problemas personales y partcipe de todas mis conversaciones y proyectos, donde ests? Me encuentro tan abandonado por todos que mi nico descanso es el tiempo pasado junto a mi mujer, mi hijita y mi dulce Marco '44.En efecto, aquellas amistades nuestras ambiciosas yIJ2 Ante la dificultad de admitir Metelo, como se lee en los cdices (no parece que quepa incluir entre sus ntimos a ningn Metelo), se han sugerido otros nombres, como Marco Tulio, su amanuense, o bien Camilo, cariosos, como veremos, en 101 (V 8), 3. al que se refiere en tm~inos '43 NO se ha podido identificar este fragmento potico (RIBBECK), Tmg. Roin. Fmg., pg. 298). Wesenberg piensa en el Filoctetes de Ac-

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CIO.14.' La expresin habitual para mencionar a Marco es Cicern y as aparece aqui, pero a nosotros nos resulta chocante que un padre se refiera

falsas son buenas para darme algn prestigio en el foro, pero no tienen ninguna utilidad en mi vida privada. As, cuando mi casa est rebosante por la maana; cuando bajo al foro escoltado por manadas de amigos, no puedo encontrar entre esa masa enorme a ninguno con quien poder bromear sin trabas o suspirar sin recelo. Por eso te espero, te deseo, te llamo en fin: son, en efecto, muchas las cosas que me preocupan y me angustian. Y me parece que si encuentro tus odos, podramos agotarlas con la charla de un solo paseo. No te voy a contar todas las espinas y tormentos de 2 mis cuitas domsticas ni voy a confiarlos a esta carta y a un correo desconocido. La verdad (no quiero que te alarmes) es que no son demasiado acuciantes; slo que los llevo sobre m y me pesan y no cuento con el consejo o las palabras de ningn amigo para calmarlos. En lo tocante a la repblica, si bien no me falta valor, la propia medicina me hiere, sin embargo, una y otra vez. Pues para resumirte brevemente las cosas que se han hecho desde que te fuiste, a la fuerza habrs de exclamar que la situacin de Roma no puede mantenerse por ms tiempo. En efecto, despus de tu marcha, dio comienzo, si no me engao, la comedia de Clodio, en la que yo, encontrando propicia la ocasin para cortar de raz el libertinaje y refrenar a la juventud, toqu enrgicamente a rebato y puse a contribucin todas las fuerzas de mi espiritu y mi inteligencia, no guiado por el odio hacia alguien, sino slo con la esperanza si no de reformar s al menos de sanar a nuestros ciudadanos.

A la repblica le ha asestado un fuerte golpe un juicio comprado y prostituido. Mira las consecuencias: se nos ha impuesto un cnsul I4jque nadie, excepto los filsofos como nosotros, puede ver sin un suspiro (qu gran herida!); tras la promulgacin de un decreto del senado sobre la corrupcin electoral y otro sobre los jurados'46, no los sancion ninguna ley: el senado vilipendiado, los caballeros indispuestos con l porque se trataba de ((cualquiera que, como jurado...)) 14'. As e1 dichoso ao ha tirado por tierra los dos fundamentos del gobierno que yo solo haba asegurado: en efecto, destruy la autoridad del senado y deshizo la concordia de los rdenes. Ahora se nos viene encima otro ao excepcional: su inicio fue tal que no se han podido celebrar los ritos anuales de la diosa Juventud 148: Memio inici en sus propios ritos a la mujer de Marco Luculo y Menelao lo tom a mal y se divorci; aunque el famoso pastor del Ida solo haba ultrajado a Menelao, este Park nuestro pens que no deba librarse ni Menelao ni Agamenn 14'.

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a su hijo utilizando el apellido. De ah que prefiera emplear regularmente el praenomen en la traduccin.

145 Lucio Afranio, sobre el que insistir ms adelante (4 S) y a quien ya ha mencionado, como tiene por norma en estas cartas, llamndolo el hijo de Aula (cf. 16 [I 161, 12). 14' A los cuales ya se ha referido en cartas anteriores: cf., respectivamente 16 (1 16), 12 (donde aparecen dos) o 13 y 17 (1 17), 8. 14' ES decir, se refena a todos los jurados, sin excepcin alguna. 14' Las fiestas eran, evidentemente, en honor de los jvenes. Se deban de celebrar bajo la direccin de los Luculos, cuyo antepasado Licinio Luculo haba dedicado el templo a la diosa en 191. 14' Gayo Memio, edil curul, se haba casado doce aos antes con la hija de Sula, Fausta, pupila de Lucio Luculo. Adems de seducir (((iniciar en sus propios ritos) a la mujer de Marco Luculo, con el cual haba tenido ya enfrentamientos siendo tribuno en el 66, se opuso tenazmente a que le fuera concedido el triunfo a Lucio, vencedor de Mitndates; de ah la alusin a la doble ofensa en personajes homricos. D. R. Shackleton Bailey hace notar, no obstante, que haban pasado dos aos y medio desde el

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Por otro lado, hay un tribuno de la plebe, un tal Gayo Herennio, al que t quiz ni siquiera conozcas (o tal vea s, pues pertenece a tu tribu, y su padre Sexto sola distribuiros dinero), que quiere convertir a Publio Clodio en plebeyo y propone que todo el pueblo vote esta cuestin de Clodio en el Campo de Marte '50. Yo le he dispensado la habitual acogida en el senado, pero no hay cosa ms insensible que este hombre. Metelo es un cnsul excelente y me aprecia, pero ha disminuido su autoridad con la promulgacin, por puro formulismo, de aquella propuesta sobre Clodio 15'.En cuanto al hijo de Aulo, dioses inmortales! qu soldado tan perezoso y cobarde! jcunto se merece el soportar que Palicano 15* le lance diariamente injurias a la cara, como hace! Otra cosa: ha sido propuesta por Flavio una ley agraria Entretanto ciertamente endeble, casi igual que la P10cia'~~. quin puede ser hallado como 'hombre poltico o su sombra'? El que poda, nuestro amigo (as es en efecto, quierotriunfo de Lucio, por lo que la ofensa pudo ser otra, y da la razn a Ernesti, quien sugiere la misma conducta con la mujer de ste, Servilia. A Gayo Herennio se le menciona de nuevo en 19 (1 19), 5, pero no hay ms noticias sobre l. En cuanto a la cuestin que se trae entre manos, parte $el hecho de que Clodio era patricio y por tanto no poda ocupar cargos exclusivos de los plebeyos como el tribunado. Para lograrlo, caba recurrir a la adopcin por parte de un plebeyo (adrogatio), sancionada por una lex curiatu. La pretensin de Metelo es que en lugar de esta ley vdada en los comicios curiados se recurriera a los centuriados (todo el pueblo en el Campo de Marte))). Dado que un tribuno de la plebe, como Herennio, no tena autoridad legal para hacerlo. En cuanto al formulismo, Metelo deba de saber que habra ((vetos en masa (cf. 19 [1 191, 5) de los colegas de Herennio. ls2 Ya vimos (nota 125) que el ((hijo de Aulon era Lucio Afranio. En cuanto a Marco Lolio Palicano, orador mediocre y ex pretor, cf. nota 42. 153 El contenido de la ley agraria del tribuno Lucio Flavio es descrito en la carta siguiente. De la Plocia no se conoce nada.

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que lo sepas), Pompeyo, protege con el silencio su famosa toguita bordada "4. Craso, ni una palabra contra su popularidad. A los dems ya los conoces: son tan necios que parecen tener la esperanza de que sigan a salvo sus piscinas cuando se haya perdido la repblica I5j. Slo hay uno que se preocupa con ms tesn e integri- 7 dad, en mi opinin, que juicio o inteligencia: Catn, que lleva ms de dos meses atormentando a los pobres publicanos a los cuales haba tenido totalmente a su favor, y no permite al senado darles respuesta. As nos vemos obligados a no adoptar ninguna resolucin sobre los restantes asuntos hasta tanto se les haya dado esa respuesta a los publicanos. Por esta razn pienso que incluso se aplazarn las embajadas '56. Ahora ya ves el oleaje que nos zarandea, y si de la s magnitud de lo que te he escrito deduces lo que te he dejado de escribir, ven de una vez a vernos, y aun cuando hay que evitar todo esto a lo que te llamo, haz con todo por tener en tanta estima nuestro afecto que ests dispuesto a acudir pese a estos inconvenientes. Procurar, para que no seas censado como ausente, dar la noticia y divulgarla por todas partes; con todo, ser censado al final del lustro es propio de un genuino hombre de negocios 15'. Por ello procura que te vea'54 ~a toga bordada era la del que haba alcanzado los honores del triunfo, que a Pompeyo le fueron concedidos en su ausencia)) mediante una ley tribunicia propuesta por los cesananos Tito Ampio y Tito Labieno y con la oposicin de Catn, en el ao 63 (cf. VEL.PAT., 11 40). I s 5 Se trata de viveros, que deban de dar pinges beneficios, a juzgar por la insistencia de Cicern en esta actividad de personajes como Hortensio o Luculo. 15' A las que normalmente se daba audiencia en febrero. 15' Que siempre estaba de un lado para otro y no tena ocasin de hacer sus declaraciones con tiempo. Evidentemente, Cicern le propone dar a conocer la inminencia de la llegada de tico en todos los lugares donde

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mos lo ms pronto posible. Adis. 20 de enero, bajo el consulado de Quinto Metelo y Lucio Afranio.

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(Roma, 15 de marzo del 60) Cicern saluda a tico. Bastara que yo tuviese tanto tiempo libre como t o incluso que me propusiese mandar cartas tan cortas como suelen ser las tuyas, para que te superara fcilmente y te escribiera con mucha ms frecuencia que t: pero a mis muy graves e increbles ocupaciones se aade mi deseo de que no recibas ninguna carta sin verdadero contenido ni reflexin. Primero te expondr, como es justo en un ciudadano que ama a su patria, lo que ocurre en el terreno poltico: luego, puesto que yo ocupo el lugar siguiente en tu corazn, te escribir tambin sobre m lo que a mi juicio no querras ignorar. Bien, en el terreno poltico, lo que ahora ms preocupa es el miedo a una guerra con los galos; en efecto, los heduos, nuestros hermanos lSs,tuvieron hace poco un combate desgraciado; los helvecios estn, sin duda, en armas y hacen incursiones contra la provincia. El senado ha decretado queste tena propiedades para evitar as que, en su ausencia, se las evaluara de oficio. ' 5 8 LOS heduos son los nicos que reciben el ttulo de (thern~anow entre los pueblos de la Galia, como afim~a expresamente TCITO (Anales XI 25, 1). CESARlos llama, adems, consanguneos (Guerra de las Galias, 1 33, 2). El combate a que se refiere fue contra Ariovisto, que los venci en Admagetbriga (CSAR,Guerra de las Galias 1 3 1, 12).

los cnsules se sorteen las dos G a l i a ~ ' que ~ ~ ,se haga una leva, se cancelen los permisos y se manden legados con plenos poderes a visitar las ciudades de la Galia y encargarse de evitar que stas formen causa comn con los helvecios. Los legados son Quinto Metelo Crtico, Lucio Flaco 160 y 'el aceite perfumado sobre las lentejas', Lntulo, el hijo de Clodiano 16'. No puedo aqu pasar por alto el hecho de que, cuando 3 sal el primero en el sorteo de los consulares, el senado, muy concurrido, exclam a una voz que deba ser retenido en la Urbe. Despus de m, ocurri lo mismo con Pompeyo: da as la impresin de que se nos retiene a ambos como garantes de la repblica. Para qu, pues, esperar ovaciones de extraos cuando stas surgen en casa? Los asuntos en la Urbe estn as: la ley agraria es enr- 4 gicamente promovida por el tribuno de la plebe Flavio, con el apoyo de Pompeyo; la verdad es que no tiene de popular ms que el promotor. De esta ley yo, secundado por la voluntad de la asamblea, propuse excluir todo cuanto va en detrimento de los particulares; eximir los terrenos que haban pertenecido al dominio pblico bajo el consulado de'51 La Cisalpina y la Narbonense, en lugar de las provincias que, de acuerdo con la Ley Sempronia, haban sido previamente sorteadas. O'' Quinto Cecilio Metelo Crtico haba sido cnsul en el ao 69; Lucio Valerio Flaco, al que Cicern defendera en el 59, con xito, de un cargo de extorsin como gobernador de Asia, haba ejercido la pretura en el 63. Gneo Lntulo Vacia, personaje de menor relevancia que los otros dos, ex cnsul y ex pretor respectivan~ente,lo cual explicara la broma de Cicern, que juega con el nombre Lntulo y su significado etimolgico dentejita)), mediante una frase proverbial, que dio nombre a una Menipea de VARRNy puede derivar del poeta griego del siglo rv Estratis a travs de Spatro de Pafos (hacia el 270 a. C.), donde est formulada en trminos casi idnticos (cf. Corp. Paroenl. Graec. 11, pg. 573).

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Publio Mucio y Lucio Calpurnio '62;asegurar las posesiones de los hombres de Sula y mentener en su dominio a los volaterranos y arretinos, cuyas tierras Sula haba confiscado, pero no repartido 163. Solamente dej de rechazar un punto: que se adquiera esta tierra con el dinero adicional recibido durante cinco aos de los nuevos tributos 164. A esta planificacin agraria en su conjunto se opone el senado, que sospecha si no se est buscando algn nuevo poder para Pompeyo. Es verdad que Pompeyo despliega todas sus fuerzas para que se apruebe la ley. Yo desde luego, con enorme gratitud por parte de los receptores de estas tierras, aseguro las posesiones de todos los particulares (pues ste es miIh2 Eran los cnsules que aplicaron, en el ao 133, la ley agraria de Tiberio Graco, distribuyendo tierras pblicas entre agricultores a los que ahora no se les poda desposeer. lh3 Cicern llevaba tiempo pugnando por anular las medidas de Sula con estos pueblos, que nunca llegaron a aplicarse ms que parcialmente. Un resumen de su actuacin al respecto puede leerse en la carta que escribi hacia el ao 45 a Quinto Valerio Orca (Ad fam. XIII 4, 1 s.): [los volaterranos] primero escaparon a la amargura de la etapa de Sula [cuando, por su enconada resistencia se les requisaron las tierras]; despus, fueron defendidos por m, durante mi consulado, con el mayor apoyo del pueblo romano [cuando el tribuno Publio Servilio Rulo present la ley agraria que Cicern consigui parar]. Viene a continuacin el momento que nos ocupa. La cuestin, sin embargo, no acaba ah: Cicern contina (4 2): Gayo Csar confirm esta accin ma en su primer consulado [ao 591 con una ley agraria, librando para siempre de todo peligro el temtorio y la ciudad de Volaterra)). Que, sin embargo, nadie haba abolido formalmente las leyes de Sula lo demuestra precisamente la carta que cocesarianos Cicementamos, en la cual aos despus de estos con~promisos rn le dice a Valerio Orca, legado propretor encargado por Csar de repartir las tierras entre los veteranos, que ($ 3): te estar, pues, sumamente agradecido si decides que los volaterranos mantengan intactos y sin dao todos sus bienes. Ih4 Estos nuevos impuestos procedan de los territorios conquistados recientemente por Pompeyo.

ejrcito, el de los terratenientes, como t sabes); con todo, tambin satisfice al pueblo y a Pompeyo (cosa que asimismo deseo), con la compra, que una vez aplicada con toda diligencia permitir, en mi opinin, limpiar la cloaca de la Urbe y repoblar la soledad de Italia. Pero todo este asunto se ha enfriado, interrumpido por la guerra. Metelo es un cnsul excelente y me estima sobremanera; en cuanto al otro, es tan intil que todava no conoce bien lo que ha comprado '65. Esto es lo que hay en el terreno poltico, salvo si consideras concerniente tambin a la poltica el que un tal Herennio 166, tribuno de la plebe, perteneciente a tu misma tribu, hombre sin duda intil e indigente, haya intentado ya varias veces convertir a Publio Clodio en plebeyo; se le pone un montn de vetos. Esto es lo que hay, segn mi opinin, en el terreno poltico. En cuanto a m, despus de aquel 5 de diciembre en que consegu una gloria verdaderamente eximia e inmortal 16', junto con la inquina y las enemistades de muchos, no dej de participar en el gobierno con la misma energa y de conservar aquella dignidad que me haba planteado y asumido. Pero despus de observar primero la ligereza y debilidad de los jueces con la absolucin de Clodio, ver ms tarde que nuestros amigos los publicanos no tenan dificultad en separarse del senado aun cuando no se apartaran de m; y, en fin, que algunos afortunados (me refiero a estos criadores de pe-

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'" Se refiere al consulado. Recurdese lo dicho por el propio Cicern en 16(I 16), 12. 166 Vuelve Cicern sobre este individuo y su proyecto, a los que ya se ha referido en el pargrafo 4 de la carta anterior. Ih7 ES la fecha del ao 63 en aue. culminando las acciones de su consulado, pronunci la cuarta catilinaria y consigui poner fin a la conjura con la ejecucin de los ms destacados cmplices de Catilina.

ces 16', amigos tuyos) no me ocultaban su inquina, pens que debera buscarme algunos recursos ms grandes y apoyos ms firmes. As pues empec por inducir a Pompeyo, que haba 7 guardado silencio durante demasiado tiempo acerca de mis hechos, a tomar la decisin de atribuirme en el senado, y no una vez, sino reiteradamente y con muchas palabras, la salvacin de su autoridad y de la tierra toda: ello no favoreci tanto a mis intereses (pues esos hechos no son tan obscuros que necesiten testigos ni tan ambiguos que necesiten elogios) como a la repblica, pues haba ciertos malintencionados que pensaban en la eventualidad de algn enfrentamiento mo con Pompeyo a causa de aquellos hechos. Ahora me he unido a l con tan estrecha amistad que gracias a esta unin cada uno de nosotros puede estar ms seguro en su actuacin individual y ms firme en el terreno poltico. En cuanto a aquellos odios de la juventud licenciosa y s afeminada que se haban suscitado contra m, han sido de tal manera mitigados con esa especie de afabilidad ma, que ahora todos ellos me dispensan un trato singular; en fin, ya no tengo ningn roce con nadie, ni tampoco, ciertamente, nada populachero y disoluto: toda mi norma de conducta est tan bien calculada que no ceso en mi labor por la repblica y, en mis asuntos privados, teniendo en cuenta la debilidad de los buenos, la iniquidad de los malintencionados, el odio que me profesan los bribones, adopto algunasl h 8 A este respecto, vase MACR., Satu~.nales 111 16, 6 de cun atiborradas de valiossimos peces estaban las piscinas propiedad de aquellos notabilsimos principales romanos, Luculo, Filipo y Hortensio, a los cuales Cicern llama "criadores de peces" (piscinarios), da idea clara lo que en su libro De agri cultui*a[III 2, 171: que Marco Catn... cuenta VARRON nombrado heredero en el testamento de Luculo, vendi cuatrocientos mil peces de su piscina)).

precauciones y cuidados. Mas con todo, me entrego a esas nuevas amistades de tal forma que aquel astuto sculo Epicarmo '69 no deja de susurrarme su famosa cantilena 'no bebas, desconjia: el meollo es de la sabidura'. Ya puedes hacerte, creo, una especie de cuadro de mi conducta y de mi vida. Otra cosa: me escribes con frecuencia sobre tu asunto; por el momento no podemos hacer nada al respecto: el famoso decreto del senado fue aprobado con el mayor apoyo de los del voto indirecto I7O, pero sin la sancin de ninguno de los nuestros. Mas como ves que yo estoy entre los redactores, puedes deducir del propio texto del decreto que en su momento se haba propuesto otra cosa, y eso relativo a los pueblos libres se aadi sin motivo; ello fue obra de Publio Servilio hijo, que intervino de los ltimos "'; pero en este momento no es posible revocarlo. Las reuniones que al principio eran muy concurridas han dejado de celebrarseEpicarmo no era siciliano, aunque tampoco se sabe con seguridad si, como afinnan, naci en Cos y fue trasladado a los pocos meses a Mllama sicilianos a la gente dotada gara en Sicilia. En todo caso, CICERON de especial agudeza (cf. v. gr. Tusc. 1,15, de nuevo con referencia al personaje, ((Epicarmo, hombre agudo y nada soso como sculo). Escribi conledias. El texto citado es el frag. 200 KAIBEL. 17" No se sabe con certeza el contenido de este decreto. Respecto a d o s del voto indirecto)) es una forma de traducir pedarii, palabra que designaba a los senadores de rango inferior que para votar se limitaban a ponerse junto a aqul cuya opinin apoyaban (pedibus i1.e sententiam). 17' Publio Servilio Isurico, cuyos antepasados directos, al final del siglo 111 a. C., se pasaron a la plebe, era a la sazn tribuno. Esta clusula aiadida parece encaminada a negar a los gobernadores de provincia la intervencin en el reconocimiento de las deudas contradas por comunidades libres, como los sicionios (que, como se ve ms abajo, deban dinero a tico), con ciudadanos romanos.

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hace tiempo; sin embargo, me gustara que me dijeras si has podido sacar algn dinero a los sicionios con tus halagos. Te mando el comentario de mi consulado, redactado en io griego. Si hay algo en l que no parezca griego o erudito a un hombre de Atenas, no te dir lo que, segn tengo entendido, te dijo Luculo en Panhormo acerca de sus Historias: que l haba sembrado aqu y all algunos barbarismos y solecismos con el fin de probar ms fcilmente que eran obra de un romano. Si en mi obra hay algo de ese estilo ser sin haberlo advertido ni buscado. De concluir la versin latina, te la mandar. Cuenta con una tercera en verso, para que por mi parte no quede sin cultivar ningn gnero en mi propio elogio. Gurdate ahora de decir'quien alabar a su padre. ..? ' '72 ,

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(Roma, despus del 12 de mayo del 60) Cicern saluda a tico. Cuando volv de mi finca poinpeyana a Roma el 12 de mayo, nuestro Cincio me entreg la carta que le habas dado el 13 de febrero. Carta que te contesto con estas letras. En primer lugar me alegro de que comprendas a fondo mi opinin acerca de ti; luego, me hace sumamente feliz que hayas recibido con tanta moderacin las acciones emprendidas en estos asuntos por nosotros, o mejor dicho, por los mos, muy duras y poco agradables a mi juicio: y eso es para m prueba de un afecto nada mediocre y de gran carcter y prudencia. Como me escribes sobre el asunto con tanta mesura, atencin, inters, bondad, que no slo no debo