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LA TRANSFORMACIÓN DELAS CAJAS DE AHORROS

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Juan Velarde, José Luis Feito, Juan José Toribio, Fernando Fernández y Fernando Navarrete

El origen de las Cajas de Ahorros

Para poder entender la realidad actual del sis-tema financiero español es conveniente expli-car el origen de las Cajas de Ahorros. Nacieronen la España del siglo XIX con un ‘modelo denegocio’ muy característico, ligado a losMontes de Piedad, y diferencial con respecto ala banca: reducido ámbito geográfico para susoperaciones, seguridad para quien depositasesu dinero, bajos tipos de interés, préstamosdirigidos a personas con conocida solvencia ysu dirección recaía en personalidades socialesdestacadas. Posteriormente, debido a su granéxito, el Estado se vio tentado a orientar en sufavor las inversiones de estas entidades y asíse fomentó la financiación de casas baratas ola inversión en deuda pública.

El ‘decreto Fuentes Quintana’ de 1977 alte-ró el devenir del sistema financiero español al

permitir a las Cajas poder operar sin restriccio-nes, como los bancos. Las Cajas de Ahorrosse encontraban entonces mucho menosexpuestas que los bancos a la grave crisisbancaria del momento, debido al escaso radiode acción de su operativa, al conocimiento desu clientela y a su perfil de inversiones muchomenos arriesgado, con un gran peso de lostítulos públicos. En este contexto, con la con-fianza en la solvencia de los bancos bajo míni-mos y con unas Cajas en auge, se produce laliberalización definitiva en la operativa de lasCajas al creerse que pueden competir exitosa-mente con los bancos. Y su éxito inicial fueindiscutido, llegando a controlar el 50% del sis-tema crediticio español. Sin embargo, el origende los actuales problemas se centra en lossiguientes puntos fundamentales:

1. En un problema básico de gobierno corpo-rativo y de injerencia política.

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El XXIV Observatorio Económico FAES, celebrado en Madrid el pasado 3 de marzode 2011, contó con la participación de Juan Velarde, Juan José Toribio, FernandoFernández y José Luis Feito. En él se abordó la necesidad de reforma y recapitali-zación de las Cajas de Ahorro en España con el fin de paliar la situación de falta decrédito disponible para familias y empresas que se está convirtiendo en un gravefreno para la recuperación económica en España. Además, se abordó la necesidadde mejorar la eficiencia del sistema financiero en su conjunto y de redimensionarel sector.

2. A raíz del ‘decreto Fuentes Quintana’ y dela propia aparición de las ComunidadesAutónomas se produce una extraña coali-ción de intereses entre los gestores de lasCajas y los responsables políticos de lasComunidades Autónomas, de forma quelas Cajas cumplen también funciones debancos de desarrollo regional al servicio delos entes autonómicos.

3. El papel de las Cajas en el sistema financie-ro español cambia con la entrada en el euro,ya que pasan de ser prestadoras netas defondos en el mercado interbancario española ser tomadoras netas de fondos en el inter-bancario europeo. Históricamente las Cajasse habían especializado en captar depósitosdel ahorro nacional y se lo prestaban a losbancos, quienes eran los encargados deinvertir esos ahorros.

4. La contradicción absoluta entre el régimenjurídico de las Cajas de Ahorros –con suausencia de capital social y de mecanismosdisciplinadores de mercado– y la acuciantenecesidad actual de recapitalización. Así, noes de extrañar que el instrumento inicial-mente pensado para su recapitalización, lascuotas participativas, no haya tenido ningúnéxito porque nadie conoce realmente quéderechos efectivos concede.

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La presión política, la falta de mecanismosde disciplina de mercado y un gobierno corpo-rativo deficiente y, en general, favorecedor delas estrategias de crecimiento a ultranza, con-dujeron a las Cajas de Ahorros hacia la conce-sión de préstamos de difícil o imposible devolu-ción y hacia la cobertura de las necesidades definanciación de las Comunidades Autónomas,de Corporaciones Locales e incluso de empre-sas públicas ligadas a esos ámbitos.

El modelo de Cajas de Ahorros ha tenido ensu propio crecimiento la semilla de su destruc-ción. La propiedad difusa, la falta de control delos gestores y la simbiosis con los gobiernos ylas elites económicas regionales han genera-do incentivos para un desmesurado crecimien-to del tamaño de las entidades, con una eleva-da exposición a las burbujas de activos. Todoesto ha acabado por estallar.

Particularidades de la crisis financiera en España

La crisis financiera en España presenta elemen-tos diferenciales con respecto al mundo anglo-sajón. Tanto en los EE.UU. como en el ReinoUnido o en España han estallado burbujasinmobiliarias. Sin embargo, en los bancos ame-ricanos, ingleses e incluso en alguno alemán, lacrisis vino acompañada del colapso en los mer-

cados de una serie de activos financieros quehabían sido estructurados por la banca de inver-sión y que incorporaban los riesgos de créditoshipotecarios hasta entonces concedidos. Estefenómeno provocó un colapso en la actividadbancaria de aquellos países y un deterioro ins-tantáneo en la solvencia. Los bancos habíansacado los riesgos de balance incorporándolosa unos bonos que luego vendieron a los inver-sores, estructurando y mezclando los riesgos ycreando activos tóxicos. El grado de toxicidadde los activos se desconocía, así como a quiénpertenecían. Por lo tanto, dejaba de haber mer-cado para esos activos y se imposibilitaba lavaloración de los mismos.

Así, la cuestión clave estaba en saber valo-rar los activos financieros que no tenían mer-

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cado. Los auditores, influidos por escándaloscontables precedentes, llegaron a la conclu-sión de que su valor era próximo a cero. Conestas valoraciones la solvencia del sistemafinanciero estaba claramente en cuestión, loque generó la alarma en todas las autoridadesfinancieras. Éstas empezaron a cubrir lasnecesidades de liquidez de la banca reducien-do los tipos de referencia a extremos hastaentonces desconocidos e inaugurando nuevasvías de generación de base monetaria. Pero elproblema no era sólo de liquidez sino tambiénde solvencia, por lo que la Reserva Federal y elGobierno norteamericano nacionalizaron partedel sector bancario y llevaron a cabo inyeccio-nes de capital público acompañadas de pro-gramas de recompra de activos tóxicos. El sec-tor público estadounidense llegó a invertir el14% de su PIB en la compra de activos tóxicosporque así parecía exigirlo la situación.

En España, entretanto, la crisis no revestíaestos caracteres. Los bancos españoles nohabían sacado los riesgos de sus balances nitampoco habían invertido significativamenteen activos financieros tóxicos. Por ello, sepensó que nuestro sistema financiero estabaexento de los problemas que revestía la bancainternacional. Ésa fue la época en la que serepetía no sólo que la banca española no teníaproblemas de solvencia, sino que además era

“El procesocrediticio de lasCajas empezó conuna tripleproyección:ámbito geográficoreducido,seguridad paraquien aportase sudinero y tipos deinterés pequeños”Juan Velarde

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la más sólida del mundo. Sin embargo, no nosdimos cuenta de que la toxicidad de los acti-vos de la banca española no era menor que lade los bancos norteamericanos o británicos,sino distinta –más lenta en su manifestación,mucho más directamente asociada a los crédi-tos inmobiliarios–, y que, por tanto, tendería amanifestarse con la misma intensidad que enel caso anglosajón. Pero la intervención ha lle-gado mucho más tarde y de forma muchomenos decisiva.

La valoración de la situación del sistemafinanciero español deber tener en cuenta nosólo el valor de los activos en balance, sino elexistente exceso de capacidad instalada en elsector. Si nos preguntamos sobre la situaciónpatrimonial de la banca española, la respues-

“No se puedepensar que losinversoresseguirán siendomiopes creyendoque el valor de losactivos es máscercano al de loslibros que al demercado” Fernando Fernández

ta es: “depende”. Una parte importante de losactivos de las Cajas de Ahorros son activos enejecución de créditos impagados. Podemosvalorar esos activos mediante dos vías diferen-tes: a precio de un mercado inexistente, encuyo caso estarían muy deteriorados, y, en con-secuencia, partes importantes del sistemafinanciero español tendrían un déficit de sol-vencia; o a precio de adquisición, en cuyo casola banca española estaría en una situaciónrazonable. Ambas opciones extremas no pare-cen adecuadas y, por lo tanto, los supervisoresdeben ayudar a las entidades financieras aacercar el valor de sus activos a la realidad.

El sistema financiero español tiene una muybaja o incluso nula capacidad para generarbeneficios tanto en el ejercicio actual como enlos ejercicios venideros. Ello se debe a lossiguientes factores:

a. Independientemente de la valoración quedemos a los activos de nuestras Cajas, larealidad es que son activos que carecen derentabilidad. Una parte muy importante delos activos que componen nuestras entida-des financieras tiene una rentabilidad prác-ticamente nula.

b. Hay una tendencia generalizada al desapa-lancamiento en empresas y familias.

c. Subsisten los problemas de liquidez: estánvenciendo los bonos emitidos en el momen-to de euforia y no son nada fáciles de reno-var. Por otro lado, cuando se renuevan, eltipo de interés al que lo hacen es sensible-mente más alto. Habida cuenta de que exis-ten problemas de refinanciación en el siste-ma interbancario, todo ello ha provocadouna cierta “guerra del pasivo” y una fortísi-ma elevación en los costes de financiación.

d. Al menor volumen de negocio y a la menorliquidez debemos sumar las normas deBasilea III que, entre otros efectos, hanaumentado las exigencias de core capital delas entidades financieras del 3% al 7%, y esosólo se puede alcanzar de dos formas: obte-niendo el capital y/o reduciendo los activos.En cualquier caso, nuestro sistema financie-ro tiene pocas probabilidades de reanudar acorto plazo un flujo ordinario de crédito.

Europa en su conjunto es mucho más depen-diente del crédito bancario que EE.UU. Y dentrode Europa, España, junto con Italia, es la másdependiente. Nuestras cifras de dependenciacrediticia superan con mucho la media europea,debido a la preponderancia de las pequeñas ymedianas empresas en nuestro tejido empresa-rial. En consecuencia, las fluctuaciones del cré-dito tienen para España consecuencias muy

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superiores al resto de los países europeos,tanto en periodos de crecimiento económicocomo de decrecimiento. Además, la economíaespañola tiene una mayor dependencia del cré-dito a corto plazo, cuya disponibilidad y precioes más sensible a las actuaciones de los ban-cos centrales. Por este motivo, subidas no yadel tipo de intervención del Banco Europeo, sinomeramente de las expectativas de los merca-dos de que el Banco Europeo las lleve a cabo,se transmiten directamente a los costes definanciación de la economía española. En estosmomentos, el problema del coste de financia-ción del crédito español se ha agravado porquela economía española es “crédito-dependien-te”. Y sólo volveremos al equilibrio quitandoesta dependencia poco a poco.

La restricción crediticia en España se haagudizado en el transcurso del año 2010. Conel fin de poder buscar soluciones resultanecesario comprender que, en las actualescircunstancias, los bancos españoles en suconjunto no pueden prestar más de lo queprestan y, probablemente, estén prestandomás de lo que pueden prestar en atención ala situación de sus balances.

Las economías domésticas y las empresasespañolas están muy endeudadas; además, elsistema financiero no tiene suficiente colchón

de capital para conceder más crédito porque eldeterioro del valor de sus activos les estáhaciendo, en algún caso, incumplir de facto losniveles de solvencia. Además, el sistema finan-ciero tiene una dependencia brutal de la finan-ciación mayorista del resto del mundo. España,junto con Portugal, es el país con mayor deudaexterna neta del mundo desarrollado. Nuestrasempresas se han endeudado con el sistemafinanciero y nuestro sistema financiero con elresto del mundo. El problema es que el restodel mundo no quiere renovarnos la deuda.

Es posible que una economía crezca aun-que tenga restricciones crediticias porque hayempresas que se pueden autofinanciar. EnEspaña tenemos un sector exportador que pre-senta crecimientos espectaculares y buena

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“La toxicidad delos activos de labanca españolano era menor sinodistinta a la delos bancosamericanos obritánicos. Pero laintervención hallegado muchomás tarde”Juan José Toribio

parte de él se autofinancia. Pero este creci-miento es exiguo, muy débil y poco intensivoen empleo. Es posible el escenario de una eco-nomía española con un crecimiento cercano al1% y que a la vez la restricción crediticia sigaagudizándose. Pero este crecimiento tiene unescaso potencial de asentamiento en los añosvenideros. Es muy importante analizar cuálesson los riesgos de que se agudice aún más larestricción crediticia y ello va a depender, porsupuesto, del proceso de reestructuración denuestras Cajas de Ahorros y de cómo resuel-van tanto las autoridades españolas como laseuropeas los próximos episodios de la crisisde la deuda soberana.

Las autoridades financieras y el sector públi-co están cometiendo un error: se han apresu-rado a establecer un sistema de regulaciónfinanciera que impida que se repita una crisiscomo la que padecemos sin preguntarse antescómo salir de ella. La crisis actual es el resul-tado de la combinación de políticas financierasmuy laxas y políticas fiscales expansivas.

Soluciones y urgencia

Se puede tener un problema y vivir con él. Y asíparece que lo hemos hecho con las Cajas deAhorros. Pero han ocurrido ciertas cosas quehan transformado este problema en urgente:

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1. La confianza internacional en el modelo deCajas es irrecuperable. El mercado inter-nacional se ha obsesionado con el riesgoasimétrico de la economía española por elpeso de las Cajas de Ahorros, ya que noson un elemento marginal sino una partemuy importante de nuestro sistema finan-ciero, hasta el punto de que la credibilidadde la economía española está indisoluble-mente asociada al problema de las Cajasde Ahorros. Los problemas de balance,tamaño y rentabilidad que afectan a todoel sistema financiero se han multiplicadodespués de la crisis y afectan de un modoparticular a las Cajas de Ahorros porqueaprovecharon el boom inmobiliario para cre-cer y ganar cuota de mercado frente a losbancos, por lo que su grado de exposiciónaumentó.

2. El Banco de España parece haberse retra-sado en demasía en su labor inspectora yde advertencia. Las marchas y contramar-chas actuales han pasado a asustar a losdepositantes, a pesar de que sus fondosno corrían riesgo alguno.

En España, el diseño de la respuesta anteel problema del sistema financiero se hahecho particularmente mal. El ‘FROB II’ es unreconocimiento explícito de que el ‘FROB I’ es

“Los bancosespañoles en suconjunto nopueden prestarmás de lo queprestan y,probablemente,estén prestandomás de lo quepueden prestar” José Luis Feito

un fracaso. El intento de solucionar con máscréditos un problema de endeudamiento esun error. Del mismo modo que EE.UU. tuvoque acabar nacionalizando parte del sistemay Europa no tardará en reconocer que el Fondode Estabilidad es un problema, en España eldiseño del rescate financiero debe cambiar.No se puede dar más crédito a entidades queno puedan hacer frente a sus deudas. Y estopasa por reconocer que no sólo tenemos unproblema de liquidez sino de solvencia.

Parte del problema del FROB I se repite enel FROB II. Tiene problemas de concepto, dediseño y de cuantía.

• De concepto, porque se permite que losgestores actuales de las entidades sean

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parte de la solución. Si parte del problemaestá en la naturaleza de la institución y enlos incentivos perversos a comportamien-tos extraños, no parece normal que se lesotorgue un papel relevante en la solución.

• De diseño, porque el tiempo de los “menúsde opciones” ha pasado. El problema esurgente. No se trata de tener un abanico deposibilidades, porque los mercados inter-nacionales quieren ver una solución concre-ta (qué, cuándo y cuánto va a costar).

• Y de cuantía, porque nadie cree que el pro-blema del sistema financiero español sepueda solucionar con una inyección de20.000 millones de euros. Haría falta, almenos, el doble, dado el tamaño de la bur-buja de activos que se financió durante labonanza. No se puede pensar que los inver-sores seguirán siendo miopes creyendoque el valor de los activos es más cercanoal de los libros que al de mercado. Si no secorrige la actual desconfianza de los mer-cados internacionales, la financiación públi-ca del proceso de recapitalización de las

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Cajas de Ahorros podría llegar a implicar laintervención de los mecanismos europeosde estabilidad, con el consiguiente costepolítico.

La solución a los problemas del sistemafinanciero español pasa por convertir inmedia-tamente las Cajas de Ahorros en SociedadesAnónimas y no darles la opción de elegir.Habría que aprobar un régimen jurídico espe-cial para las fundaciones financieras, a fin deque las Comunidades Autónomas no puedandesvirtuar su proceso de conversión y hacerrecaer en el Banco de España la regulación ysupervisión de estas fundaciones financieras.Además, el calendario de conversiones ha deser obligatorio, incluyendo un proceso de duediligence forzosa, y tramitarse vía OPV (OfertaPública de Venta). Entretanto, sería necesariointervenir más de una institución; algunas,incluso, deberán ser liquidadas. Y por supues-to, no podemos olvidar los principios funda-mentales de transparencia, accountability y deminimización del coste para los contribuyen-tes, que deben inspirar todo proceso de inter-vención y saneamiento bancario.