26 DE AGOSTODÍA NACIONALDE LA SOLIDARIDAD

2018

26 de Agosto:

Día Nacional de la Solidaridad

El Día Nacional de la Solidaridad fue establecido en Argentina en 1998 a través

del Decreto Presidencial 982 en homenaje a la Madre Teresa de Calcuta,

religiosa católica albanesa que nació el 26 de agosto de 1910.

Es esta una oportunidad para reflexionar sobre qué entendemos por solidaridad

y nuestras formas de practicarla. En este sentido, Luis Aranguren Gonzalo

(2009) en su ensayo “La solidaridad se dice de muchas maneras” describe

cinco modelos de solidaridad como categorías abstractas, entendiendo que en

la práctica cotidiana se pueden encontrar entrecruzamientos varios.

Inicia su propuesta describiendo lo que llama Solidaridad como Necesidad,

planteando que ésta se estructura en torno a la conciencia del límite. Por

ejemplo:

límites ecológicos y ambientales,

límites que nos hablan de escasez de recursos,

límites referidos a la desigualdad en la distribución de las riquezas en los

países y en el mundo.

Por lo tanto, la intención de la solidaridad como necesidad se sustenta en la

idea de que vivimos en una sociedad de riesgos que pone en peligro nuestro

sistema de vida y nos avisa de que el actual estado de cosas que configuran

nuestra vida cotidiana no es eterno y debemos hacer algo (ser solidarios) para,

por lo menos, no perder el grado de bienestar logrado.

Por otra parte, se encontraría la Solidaridad como Espectáculo, característica

de la cultura posmoderna donde la solidaridad pasaría a ser un artículo de

consumo más, cuyo valor para el consumidor sería el prestigio o el status

social. En dicho tipo de solidaridad, escasea el análisis crítico de la realidad y

se enmascaran los conflictos sociales como así también las problemáticas

sociales, políticas y económicas. De este modo, la solidaridad se apuntala en

reacciones emocionales y en la sensación de utilidad y se interpretan las

problemáticas como desgracias ocasionales y no como problemas

estructurales.

“Desde este punto de vista, más que realizar una acción solidaria se

consume solidaridad en un horizonte socio-político de mantenimiento

absoluto del desorden establecido. La tele-maratón-recauda-millones- a

beneficio de..., ha sustituido a la calle, a la fábrica o a la Universidad como

lugar de ejercicio de la solidaridad.” (Aranguren Gonzalo, 2009, p.13).

Así, desde un punto de vista ético nos encontraríamos con un “altruismo

indoloro” (Lipovetsky, 1994) en el que impera una solidaridad distante y a

distancia, hedonista y carente de los valores de responsabilidad, compromiso,

entrega, esfuerzo y obligación.

Otro de los modelos descriptos es el de la Solidaridad como Campaña

fomentada por la desgracia ajena, en muchos casos amplificada por los medios

de comunicación. Así, se resalta la solidaridad como respuesta inmediata a una

situación de máxima urgencia. La campaña atiende por un momento lo

superficial, “la punta del iceberg”, empieza y termina en la ayuda concreta ante

un conflicto concreto sin atender los procesos que lo han producido, ni lo que

sucederá un tiempo después de acontecido el hecho.

De este modo, la acción solidaria se motoriza a partir de lo sentimental y lo

mediático a través de una simpatía emocional con las víctimas de las tragedias

o problemáticas. La ausencia de procesos de acción-reflexión-acción, hace

que este modo de solidaridad esté destinada a quedarse en la superficie de los

problemas, sin interrogarse por las causas que generan las tragedias o

problemas, cómo se podrían evitar o cómo continuar pasada la tragedia.

Por otra parte, el autor considera que existe la Solidaridad como Cooperación,

de carácter asistencial y verticalista, en muchas ocasiones, desde los países

desarrollados hacia los llamados subdesarrollados. Este tipo de solidaridad

sería desplegado tanto por algunas organizaciones gubernamentales

trasnacionales y nacionales como por algunas ONGs. de diversas escalas.

Dicha solidaridad estaría centrada en la implementación de proyectos ajenos a

los procesos, cultura y posibilidades de los sujetos a los que se dirigen, que no

consideran la participación de los mismos. En muchos casos, estos proyectos

se centran en un control burocratizado y economicista. Es necesario aclarar

que con esta caracterización no se pretende desconocer el accionar de algunas

entidades no gubernamentales u ONGs de promoción y organización social,

cuyas acciones son de considerable valor.

Por último, el autor habla de Solidaridad como Encuentro, haciendo referencia,

en primer término, a la experiencia de encontrarse con el otro, con la injusticia

y no quedarse indiferente y, en segundo lugar, poder pensar y vivir de otra

manera. De este modo, la solidaridad sería un pilar básico en el proyecto de

vida de quien se considera solidario.

Se trata de potenciar los procesos de promoción y crecimiento de las

personas y los procesos colectivos con los que se llevan a cabo las

acciones solidarias. Así, cada proyecto concreto no es un fin en sí mismo

sino, por el contrario, forma parte de un proceso global de promoción

humana, de dinamización comunitaria en el territorio, de autogestión de

los propios problemas y soluciones, de ayuda mutua y de invención de

nuevas formas de profundización en la democracia y la justicia.

En la misma línea, el autor afirma que:

“Desde la posición de asimetría en la que nos encontramos, la realización de la

persona como conquista de su propia autonomía no es algo dado, sino que

más bien constituye un proceso en el que hay que embarcarse. Es el proceso

de la solidaridad. Sólo habrá solidaridad efectiva cuando el otro sea reconocido

en su dignidad herida, maltratada o humillada. Esto pasa por el encuentro

efectivo y afectivo con el otro, y pasa por la inmersión y la contextualización del

encuentro en nuestra cultura. En este sentido, la cultura no puede ser sin más

la aceptación más o menos crítica de valores dominantes, sino que ha de

propiciar la generación de la cultura de la solidaridad que se apoya en esa

razón ética originaria que adquiere forma de rostro humano, antes que

cualquier otro argumento” (Aranguren Gonzalo, 2009. p. 22).

Teniendo en cuenta lo antedicho, planteamos a modo de aporte la siguiente

tabla comparativa:

LA SOLIDARIDAD NO ES LA SOLIDARIDAD ES

Medio Principio

Pasiva Transformadora

Superficial Se enfoca en las causas

Particular Universal

Sólo sentimiento Integral (sentimiento, razón y praxis)

Neutral o imparcial Orientada a los más vulnerables

Consideramos fundamental resaltar que en el acto solidario se entrega y se

recibe, se enseña y se aprende; por lo tanto, es un acto que enriquece a todos

los sujetos implicados en él. Valoramos la concepción de solidaridad que tiene

como eje central los derechos y el respeto por el otro. Así, en un mundo tan

desigual en el que los lazos sociales se han visto debilitados y fragmentados la

construcción de una otredad no amenazante se vuelve prioritaria para el

encuentro y la acción solidaria.

Por último, teniendo en cuenta que puede ser de utilidad para la reflexión de

nuestra praxis, rescatamos una cita de Daniel Filmus (2008) en la que afirma:

“El tema de la solidaridad se aprende como aprenden todos l o s

c h i c o s : no aprenden lo que les decimos sino lo que hacemos. Tanto el

servicio como la solidaridad pueden ser aprendidos en la medida en que

la escuela en su comportamiento cotidiano, en su práctica, lleva adelante

estos valores.” (p. 55)

Referencias bibliográficas

Aranguren Gonzalo, L. (2009). La solidaridad se dice de muchas maneras. En

Iniciativas en red. De la teoría a la práctica. Fundación Jóvenes y Desarrollo,

pp. 10-24.

Filmus, D. (2008). El aprendizaje de la solidaridad. En Antología 1997-2007

(2da edic). Seminarios Internacionales ‘Aprendizaje y Servicio Solidario.

Buenos Aires: Eudeba.

Lipovetsky, G. (1994). El crepúsculo del deber. Barcelona, España:

Anagrama.

Actividades Sugeridas

Educación Inicial y Primaria:

Crear afiches o pancartas sobre el valor de la solidaridad y sobre cómo

ponerla en práctica, exponerlos en los espacios comunes de la escuela,

del barrio o localidad.

Realizar actividades culturales (lectura de cuentos, fábulas, obra de

títeres, o teatro etc.) donde los personajes muestren actitudes solidarias

en distintas situaciones cotidianas. Se propone invitar a participar las

familias de los niños.

Organizar y realizar un proyecto solidario en la comunidad o localidad.

Fomentar mediante relatos, videos, experiencias de vida, actividades

áulicas, etc. la importancia del dialogo, la cooperación, el respeto a la

diferencia como valores claves para la vida en democracia y la inclusión.

Se recomienda la lectura de las Webgrafías de IDENTIDAD Y

CONVIVENCIA - CIUDADANIA Y PARTICIPACION - Primaria.doc

Generar actividades que incluyan la lectura y el análisis crítico. Por

ejemplo, que los estudiantes brinden su opinión sobre noticias referidas

a acciones solidarias. El docente coordina el diálogo de manera que

circule la palabra, se realicen reflexiones conjuntas y, a su vez, se

realice una síntesis de lo planteado.

Educación Secundaria

Constituir equipos de trabajo, cada uno se encarga de trabajar un

modelo de solidaridad propuesto. A partir del esquema que se presenta,

cada equipo prepara una exposición de ese modelo concreto, con

ejemplos, experiencias que conozcan, preguntas e interrogantes,

argumentos a favor y en contra. etc.

En la puesta en común, cada equipo presentará su producción y se

dialogará en torno a los argumentos, preguntas y experiencias que en

cada caso se exponen. Al finalizar la exposición-debate de cada modelo,

se realiza una votación para elegir aquel que represente más la visión de

solidaridad que los estudiantes quieren sostener. Se fundamenta la

elección.

Para el cierre de la puesta en común, se sintetizan los aportes de los

estudiantes.

Realizar concursos de afiches, fotografías, canciones, talleres, en

torno a la temática de la solidaridad y la participación ciudadana.

Generar espacios de participación y reflexión donde los estudiantes

puedan expresar y relatar qué piensan sobre la solidaridad, cómo la

vivencian, sus propuestas, sus visiones, cómo la observan en su

comunidad más cercana

Trabajar el valor de la solidaridad a través de videos, canciones,

experiencias propias o de invitados (padres, referentes barriales,

integrantes de organizaciones sociales, comunitarias u otras), etc.

Proponer a los/as estudiantes que en grupo y con material propuesto

por el/la docente, construyan los significados de injusticia,

equidad, derechos, solidaridad, entre otros. Luego el/la docente

puede plantear diversas situaciones donde los/as estudiantes

identifiquen la injusticia, la solidaridad, la defensa o la violación de

derechos y de la equidad o los estudiantes crean estas situaciones.

Organizar y realizar murales, videos, obras de teatro, etc. que tenga

como tema eje la solidaridad, la inclusión, la equidad.

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Publicado el día 23 de julio de 2018.

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