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Luciérnaga Los viajes astrales: entre la ciencia y la espiritualidad Prólogo de José Miguel Gaona Margarita Espuña P Pr ró ól lo og go d d de e e J J J J J J Jo os sé é Mig gu ue el l G G Ga a a a ao o o ona Hilos de plata

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viajes astrales entre la ciencia y la espiritualidad

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    Qu se esconde detrs de los viajes astrales? Es posible fl otar, volar, caer o elevarnos sin ser astronautas? Qu vamos a sentirsi lo conseguimos? Cmo mantener la calma ante una proyeccin de nuestra conciencia fuera del cuerpo fsico? ste es un tema que ha generado mucho inters a lo largo de la historia por parte del mundo cientfi co, y aunque nunca se ha hecho pblico, muchos han sido los que han trabajado para dominar este arte. Hilos de plata nos acerca las conclusiones de diversos estudios cientfi cos, as como las experiencias en primera personade quienes son capaces de adentrarse en el astral. A partir de numerosos testimonios que cuentan sus viajes cmo empezaron a tenerlos y qu se encuentran cuando salen de su cuerpo durante los estados de sueo, el libro nos descubre ese fascinante universo y nos muestra el gran parecido de este fenmeno con otro que tambin ha sido abordado por investigadores de contrastada solvencia: la experiencia cercana a la muerte.

    Margarita Espua ofrece una teora imaginativa, alejada de la rigidez acadmica, pero con el rigor que estos casos requieren, que plantea un nuevo paradigma de investigacin sobre posibles capacidades humanas an no avaladas por la ciencia ofi cial.

    www.planetadelibros.com

    10038367PVP 14,00

    Margarita Espua es periodista y escritora. Licenciada en Antropologa por la Universidad de Barcelona, ha trabajado en medios de comunicacin como la Agencia EFE y El Peridico de Catalua. Ha sido profesora de periodismo en ESERP, columnista y crtica literaria y ha dado clases de narrativa en distintos cursos de escritura. Tiene ms de once libros publicados, entre los que se encuentran Morir por amor a la vida: testimonios de eutanasias en Espaa, Tres tazas de caf, Las mujeres tienen mucho cuento y Tati Allende: La hija revolucionaria de Salvador Allende.

    Diseo de la cubierta: Departamento de Arte y Diseo, rea Editorial del Grupo PlanetaFotografa de la cubierta: Shutterstock

    OTROS TTULOS DE LUCIRNAGA

    La muerte: un amanecerElisabeth Kbler-Ross

    Los nueve peldaos: nacer y renacerAnne Givaudan y Daniel Meurois

    El viaje defi nitivoRobert A. Monroe

    El maestro del coraznAnnie Marquier

    Voz de los ngeles sanadoresMarie Lise Labont

    Lectura del aura y sanacin energticaSarah Diane Pomerleau

    Cartas del ms allElsa Barker

    La plegaria de San FranciscoJames F. Twyman

    El declogo de la Hermandad BlancaRicardo Gonzlez

    Lucirnaga

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    Los viajes astrales: entre la ciencia y la espiritualidad

    Prlogo de Jos Miguel Gaona

    Margarita Espua

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    Hilos de plata

    CORRECCIN: SEGUNDAS

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    Lucirnaga grande

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    13/11/13 A. Iraita

    PRUEBA DIGITALVALIDA COMO PRUEBA DE COLOREXCEPTO TINTAS DIRECTAS, STAMPINGS, ETC.

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    EDICIN

    EdicionesLucirnaga

  • Margarita Espua

    Hilos de plataLos viajes astrales: entre la ciencia

    y la espiritualidad

    Prlogo de Jos Miguel Gaona

    Traduccin de Anna Vidal

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    Prlogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11La autora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19Prembulo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

    I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39III . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47IV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55V . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63VI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69VII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75VIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79IX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93X . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99XI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103XII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113XIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125XIV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133XV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139XVI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157XVII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161XVIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169XIX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175XX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181XXI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189XXII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197XXIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207XXIV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213

    Eplogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217Agradecimientos y bibliografa. . . . . . . . . . . . . . . . 221

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    I

    Durante el sueo, el hombre en las pocas decivilizacin rudimentaria aprende a conocer unsegundo mundo real, tal es el origen de todametafsica.

    F. Nietzche

    Anna

    Tengo mucho miedo cuando miro atrs al salir de micuerpo y me veo durmiendo. Ver que tu cuerpo quedaatrs... Es muy fuerte. Tengo miedo de dormir pensan-do que vuelva a ocurrirme, aunque, en realidad, cuandosalgo de mi cuerpo, una vez en plena experiencia, meresulta muy placentera, casi orgsmica. El problema esque, a la vuelta, me siento mal. Es muy muy difcil deexplicar. Al regreso me siento nerviosa, cansada, conganas de llorar, triste. Es una sensacin tan real que meaterroriza, porque pienso: He salido de mi cuerpo!.Porque yo, en realidad, no quiero salir. Cuando salgosiento vibraciones muy fuertes, un pitido en el odo, sque voy a salir pero sin saber hacia dnde ni lo que meespera fuera. Me ocurre con frecuencia y tengo con-ciencia del astral desde pequea. Es espontneo y pre-ferira que no ocurriera.

    Me desdoblo normalmente, pero no siempre, du-rante la siesta o si me quedo dormida en el sof. Mehan dicho que es en ese momento cuando ms te rela-jas. Una vez fuera de mi cuerpo, me veo en salones,dormitorios, cocinas... en casas que no s de quinson. Soy una materia blanda y atravieso paredes, puer-

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    tas y techos a gran velocidad. No puedo coger nadacon las manos, ni leer. A veces he intentado leer y nohe podido, lo veo todo muy borroso. Me veo en callese intento leer la placa para saber dnde estoy, y no loconsigo. Me rodea una neblina blanca. Me han dichoque en astral no puedes leer nada.

    Quise averiguar qu era realmente lo que ocurraen esta experiencia. O sea, quise saber si era verdadque sala de mi cuerpo y estaba en otros lugares o si setrataba de simples sueos. Una tarde que dorma lasiesta en mi cama, al desdoblarme, me dirig al salnde forma consciente. Vi que haba un cojn rojo tiradoen el suelo. Cuando regres y despert en mi cuer-po, me levant, fui con mi cuerpo fsico al saln y,efectivamente, comprob que el cojn rojo estaba tira-do en el suelo. Supe que haba estado ah sin mi cuerpofsico. Fue muy importante porque tuve la certeza, laprueba evidente de que yo sala de mi cuerpo fsico yme desplazaba con mi cuerpo astral.

    En el astral sabes que ests, que eres t sin cuerpofsico. Solo conciencia. Puedes ir a donde quieras, aun-que enmi caso no soy capaz de controlarlo. Es tan realcomo lo que vivimos aqu, solo que en otra dimen-sin. Intent verme a m misma y mir mi brazo dere-cho. Vi como energa, luces, como una especie derayo. A las personas que me encuentro en el astral lasveo casi en cuerpos normales. Una de las cosas que meencanta hacer en el astral es encontrarme en el mar ynadar. Me ocurre con mucha frecuencia. Nado maradentro en el astral y es muy muy placentero.

    En una ocasin me percib en una habitacin en laque se encontraba una abuela con un nio y una nia.La nia me vio, porque algunas veces hay quien te ve.Lo mismo me ocurri en la casa de una familia en laque encontr a un matrimonio y el hijo y, en esa oca-

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    sin, fue el padre el que me vio. Creo que me vio por-que l tambin debe realizar viajes astrales conscien-tes. Cuando estoy fuera, veo muertos, vivos quehacen viajes astrales como yo y personas que estn ha-ciendo vida normal. Es muy difcil de explicar. A ve-ces pasan por tu lado sin verte; creo que son muertos.

    nicamente una vez he visto seres negativos. Meencontr con una especie de animal con ojos rojos,algo as como un toro. Creo que estbamos en un s-tano oscuro y sal rpidamente de all.

    He tenido muchas experiencias durante mis viajesal astral. Me encontr a mi abuela, al final del tnel. Esla nica ocasin en la que he cruzado el tnel con ca-ractersticas similares a las que relatan los que vivenexperiencias cercanas a lamuerte. Llegu hasta all amu-chsima velocidad. Vi siluetas grises de personas; algu-nas no tenan ojos. En ese momento de mi vida, esta-ba a punto de casarme con mi primer marido. Lleguhasta una luz muy potente y vi a mi abuela. Ella habamuerto con ochenta aos y la vi joven, preciosa, ra-diante. De forma teleptica me advirti que dejaraa ese chico y que no poda quedarme con ella. Volv ami cuerpo a gran velocidad. Tendra que haber hechocaso de su recomendacin, porque el matrimonio nofuncion. En otra ocasin, vi a una nia en mi habita-cin vestida de blanco. La segu de forma instintiva,cruzamos puertas y paredes a gran velocidad, creo queviaj incluso por el universo en esa ocasin. Me con-dujo a una especie de gran nave industrial, all habacomo unas cien personas sentadas, creo que muertas.No s por qu distingo cuando estn muertas, perocreo que as estaban, esperando, tal vez, su turno parasubir. Entre ellas, estaba mi otra abuela que habafallecido unos tres aos antes. Estaba all sentada, le-vant la cabeza y me mir. Le pregunt qu haca all

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    y me dijo que estaba esperando. Regres a mi cuerpoen ese instante. A esa nia he vuelto a verla en mi casadurante uno de mis viajes astrales. S que est muerta.

    Tambin vi a mi padre en el astral al poco tiempode que falleciera. Fue un encuentro maravilloso. Nosenlazamos con la misma intensidad que nos hubise-mos abrazado con el cuerpo fsico. La misma intensi-dad y la misma emocin. Entre sollozos, le preguntsi poda venir cuando quisiera, me respondi: Cla-ro que s!. Me dijo que fuera a la campana. No slo que significa ese mensaje. Siempre regreso de for-ma brusca antes de averiguar ms. Le vi joven, lumi-noso.

    He visto muchas cosas en el astral y a muchas per-sonas. Escenas que me han aterrorizado y que hanmarcado mi vida. Creo la que ms me ha impresiona-do ocurri en unas vacaciones en Tarragona, en la casade mi hermana. Hace unos tres aos aproximadamen-te, en una de mis siestas, sal disparada rpidamente ymemet en una especie de casern muy oscuro y gran-de que jams haba visto. De repente, empez a salirgente de las paredes, nios, gente joven. Lo extraoera que ellos no se daban cuenta de que yo estaba all,parecan ir a lo suyo. Recuerdo que los nios jugabanentre ellos y andaban en fila, como a la salida de uncolegio. Lo recuerdo perfectamente. Al final de la filavi a una seora mayor que me miraba. Me hizo ungesto para que me acercara y me dijo: S, efectiva-mente, ellos estn muertos, tal como ests pensando,pero no se dan cuenta de que ests. Le pregunt quhaba despus de la muerte y me respondi que me locontara. Pero a partir de ese instante volv a mi cuer-po de manera brusca, muy nerviosa, sudando y no re-cuerdo ms que cuando ella me dijo que me lo iba acontar... Fue tan vvido! Me gustara muchsimo sa-

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    ber dnde est ese lugar; no tiene por qu ser en Ta-rragona, puede ser en cualquier otra parte, porque nos adnde fui. Estoy segura de que hay all muchagente atrapada que no sabe que est muerta. Muchosnios.

    Un 6 de enero, da de la celebracin de los ReyesMagos, vi una preciosa iglesia. Fuera haba una fuentemuy bonita, un patio. Los colores eran intensos comolos de los fluorescentes. Haba una escalera para en-trar en la iglesia, y entr. De pronto, una voz masculi-na dijo: Ya baran dirote. No s qu significa ni dequ idioma se trata.

    ltimamente me he divertido arrojando obje-tos, hojas de papel y cosas as. Lo consigues con elpensamiento, concentrando toda la energa. Lo hicecon unas chicas que estaban hablando tranquilamenteen una casa. Casi se mueren del susto, porque, claro,ellas a m no me vean. Solo vean volar el papel. Enotra ocasin, haba unos ejecutivos en algo que pare-ca el pasillo de una oficina. Era un grupo pequeo,unos tres, estaban hablando apoyados en la pared yroc el estmago de uno de ellos. Dio un respingo. S,a veces me divierto en el astral.

    Siempre he sido rarita. De pequea, creo quetendra unos cuatro aos de edad, mientras estaba des-pierta, vi a un hombre en mi casa. Un ser masculino,muy alto. Yo estaba en la cama con mis padres. Ellosdorman y vi al hombre acercarse hacia m. Exclam:Mam!, y desapareci. Es la nica ocasin en laque he visto algo con los ojos de mi cuerpo fsico. Mimadre me llev a un psiclogo que diagnostic terro-res nocturnos.

    No s si mi facultad de desdoblarme vino a razde sufrir una infeccin a los cinco aos que me dejliteralmente muerta durante unos segundos. Una

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    transfusin me volvi a la vida. Quiz en esa ocasinviv una experiencia cercana a la muerte. No recuerdosi eso fue lo que a m me ocurri, pero lo extrao esque a los diez aos devoraba todo tipo de lecturas so-bre estos temas. Era fiel seguidora de Fernando Jim-nez del Oso; me compraba la revista Lo inexplicable.A esa edad no es muy corriente estar obsesionado porestas cuestiones. Incluso llegu a poner un anuncio enun medio de comunicacin para que me escribieranotras personas que tuvieran este tipo de experiencias ycompartirlas. Mis padres empezaron a preocuparsepor la extraa aficin. Estuve mucho tiempo callada,sin contarlo a nadie, hasta la adolescencia, cuando em-pec a conocer gente y hablar sobre ello. Solo hablo deesto con un muy reducido grupo de amigos que mecomprenden. Lo comparto con pocas personas. Esfrustrante que incluso personas muy allegadas a ti note crean.

    ltimamente me he puesto en contacto con gru-pos de Facebook que tienen mucha experiencia en via-jes astrales. Me han aconsejado muy bien. Dicen quetengo que disfrutar del presente y que cuando salga demi cuerpo lo haga sin ningn miedo. Si pierdo el mie-do, me dicen, va a ser alucinante lo que voy a experi-mentar. Me explican que veo borroso en el astral por-que no estoy del todo despierta. Que el miedo nome deja avanzar en la experiencia, nome deja ver claro.Que tengo que disfrutar de este privilegio y que deboestar agradecida ya que hay mucha gente que querraexperimentarlo al menos una vez en la vida. Me faltaenerga. Eso me han dicho.

    Tengo cuarenta y siete aos y no trabajo fuera decasa actualmente. Tengo una hija adolescente que mecree y me comprende muy bien. Nac en Barcelona,vivo en LHospitalet y soy seguidora del Bara. Me

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    gusta leer temas espirituales. Ahora leo El monje quevendi su Ferrari. Me gusta el cine, el teatro y la msica.

    La facultad para desdoblarme ha creado en m unsentido trascendente de la vida; una vida que, en algu-nos momentos, siento vaca en este mundo terrenal.Soy espiritual, claro que s, sin religiones de por me-dio. No solo creo, sino que estoy segura de que hayvida despus de la muerte. Al morir vamos al astral, ala otra dimensin. Pero, tal como yo lo percibo, allhay mucha gente...

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