2Cor 8 Economía

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La solidaridad como cimiento de la comunión en las comunidades Aportes para la lectura de los capítulos 8 y 9 de la Segunda Carta a los Corintios Asomarnos a la experiencia de fe de las primeras comunidades cristianas es una tarea apasionante, pues en ella podemos encontrar elementos que pueden inspirar nuestras propias experiencias de fe. Ni las comunidades cristianas primitivas, ni en las que hoy nos insertamos resulta fácil la misión de ser cristianos. En ambas están presentes las dificultades y las tensiones, los apremios y las satisfacciones, los pequeños triunfos y los fracasos… En el presente material, los invitamos a leer los capítulos 8 y 9 de Segunda Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios, por la cual nos asomaremos a un aspecto específico que marcó a las primeras comunidades cristianas: la comunión, con una expresión concreta, que es la solidaridad al servicio de los más necesitados, mediante una colecta organizada por San Pablo y su comunidad apostólica. Pero debemos tener en cuenta que dicha colecta, implica una solidaridad radical con los pobres y una unión estrechísima a Jesucristo, quien en este punto se erige como verdadero maestro. Antes de leer el fragmento de la carta, presentaremos brevemente algunos datos contextuales que nos permitan comprenderla mejor. Una situación complicada: Jerusalén, una comunidad en sufrimiento. Gracias al testimonio que nos ofrece san Lucas por sus obras escritas (Evangelio de Lucas y Hechos de los Apóstoles), sabemos de la comunidad de Jerusalén. La misma tenía por jefe a Santiago, el Hermanos del Señor y de dicha comunidad, la buena noticia de Jesús, se extendió por todo el mundo conocido. Los primeros capítulos del libro lucano de Hechos nos relatan algunos aspectos de esta comunidad, que si bien, iba creciendo progresivamente, no estaba ajena a las persecuciones, martirios (Hch 6, 8-7) y a la fragilidad de sus miembros (Hch 6, 17ss). En esta comunidad,

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Una reflexión sobre la economía sobre 2Corintios 8

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La solidaridad como cimiento de la comunin en las comunidadesAportes para la lectura de los captulos 8 y 9 de la Segunda Carta a los Corintios

Asomarnos a la experiencia de fe de las primeras comunidades cristianas es una tarea apasionante, pues en ella podemos encontrar elementos que pueden inspirar nuestras propias experiencias de fe. Ni las comunidades cristianas primitivas, ni en las que hoy nos insertamos resulta fcil la misin de ser cristianos. En ambas estn presentes las dificultades y las tensiones, los apremios y las satisfacciones, los pequeos triunfos y los fracasos En el presente material, los invitamos a leer los captulos 8 y 9 de Segunda Carta del Apstol San Pablo a los Corintios, por la cual nos asomaremos a un aspecto especfico que marc a las primeras comunidades cristianas: la comunin, con una expresin concreta, que es la solidaridad al servicio de los ms necesitados, mediante una colecta organizada por San Pablo y su comunidad apostlica.Pero debemos tener en cuenta que dicha colecta, implica una solidaridad radical con los pobres y una unin estrechsima a Jesucristo, quien en este punto se erige como verdadero maestro. Antes de leer el fragmento de la carta, presentaremos brevemente algunos datos contextuales que nos permitan comprenderla mejor.Una situacin complicada: Jerusaln, una comunidad en sufrimiento.Gracias al testimonio que nos ofrece san Lucas por sus obras escritas (Evangelio de Lucas y Hechos de los Apstoles), sabemos de la comunidad de Jerusaln. La misma tena por jefe a Santiago, el Hermanos del Seor y de dicha comunidad, la buena noticia de Jess, se extendi por todo el mundo conocido. Los primeros captulos del libro lucano de Hechos nos relatan algunos aspectos de esta comunidad, que si bien, iba creciendo progresivamente, no estaba ajena a las persecuciones, martirios (Hch 6, 8-7) y a la fragilidad de sus miembros (Hch 6, 17ss). En esta comunidad, mayoritariamente juda, tambin haba judos procedentes de otros lugares del imperio (judos helenistas), por lo general empobrecidos (viudas, pobres, perseguidos); y donde la solidaridad ms que un gesto de bondad, era un imperativo.Paralelamente a la comunidad jerosolimitana existan otras comunidades cristianas en el imperio, asentadas en las grandes ciudades. Cuando estas comunidades, mediante sus representantes, se tuvieron que poner de acuerdo sobre cmo se deba anunciar el evangelio a los paganos en el marco del Concilio de Jerusaln (Hch 15, 25-29) , uno de los puntos acordados fue tener presente a los pobres de Jerusaln (Gal 2, 10). Pasando en limpio, podemos decir que la situacin que la comunidad de Jerusaln estaba atravesando estaba marcada por: la pobreza, el hambre, las tensiones, hostilidad, persecuciones y martirio de algunos de sus miembros.El lugar de la colecta: Corinto, una comunidad pujante.Corinto era la capital de la provincia romana de Acaya, que contaba con dos puertos en distintos mares: el Cncreas, sobre el mar Egeo, y el Lequeo sobre el mar Adritico. Gracias a ambos puertos, conectados por una ruta pavimentada llamada Diolcos, en la ciudad se daba una gran actividad comercial. La ciudad gozaba de una considerable riqueza, ya que sus puertos permitan el comercio entre el oriente y el occidente. Como suele suceder en las grandes ciudades portuarias, no slo transitaban por ella el capital econmico; tambin era un mbito de encuentros interculturales y religiosos. En suma, en Corinto se entrecruzaban razas, culturas y religiones. De hecho, en esta ciudad haba, en tiempos de Pablo, una sinagoga construida por una importante comunidad juda. San Pablo haba llegado a esta ciudad para evangelizar acompaado de un matrimonio: los esposos Aquila y Priscila. Luego la tarea de sostener y animar la comunidad la tom entre manos Apolo. La comunidad cristiana de Corinto se caracteriza por ser sumamente activa y en constante bsqueda. A sta comunidad, Pablo le dedic especial atencin: la visit ms de una vez y mantenan comunicacin por carta. En cierto modo, la inquieta comunidad de los corintios, est marcada por la bsqueda de la fidelidad a Dios, pero tambin experimenta al interior de la misma, las confusiones propias de quienes recin comienzan a transitar el camino del seguimiento de Jess.Datos tcnicos de la ColectaDestinatarioComunidad de Jerusaln

OrganizadorPablo y colaboradores

Lugar de la colectaCorinto

ModalidadLa comunidad se organiza para realizar previamente la colecta. Luego, los misioneros pasan a buscar.

Otras referencias a cerca de esta colecta1Cor 16; Rm 15, 26-28; Gal 2, 10; Hch 24, 19.

El texto: Organizacin de la colectaMotivos de generosidad

Les damos a conocer, hermanos, la gracia que Dios ha otorgado a las iglesias de Macedonia. Pues, aunque probados por muchas tribulaciones, han rebosado de alegra y su extrema pobreza ha desbordado en tesoros de generosidad. Porque atestiguo que, segn sus posibilidades, y aun sobre sus posibilidades, espontneamente nos pedan con mucha insistencia la gracia de participar en este servicio en bien de los santos. Y superando nuestras esperanzas, se entregaron a s mismos, primero al Seor, y luego a nosotros, por voluntad de Dios, de forma que rogamos a Tito llevara a buen trmino entre ustedes esta generosidad, tal como la haba comenzado. Y del mismo modo que sobresalen en todo: en fe, en palabra, en ciencia, en todo inters y en la caridad que les hemos comunicado, sobresalgan tambin en esta generosidad. No es una orden; slo quiero, mediante el inters por los dems, probar la sinceridad de su caridad. Pues conocen la generosidad de nuestro Seor Jesucristo, el cual, siendo rico, por ustedes se hizo pobre a fin de enriquecerlos con su pobreza. Les doy un consejo sobre el particular que va con ustedes: ya que desde el ao pasado han sido los primeros no slo en hacer la colecta, sino tambin en tomar la iniciativa, ahora llvenla tambin a cabo, de forma que a su prontitud en la iniciativa corresponda la realizacin conforme a sus posibilidades. Pues cuando hay buena voluntad, es bien acogida por lo que se tiene, no por lo que no se tiene. No se trata de que pasen apuros para que otros tengan abundancia, sino de procurar la igualdad. Al presente, su abundancia remedia su necesidad, para que la abundancia de ellos pueda remediar tambin su necesidad y reine la igualdad, como dice la Escritura: El que mucho recogi, no tuvo de ms; y el que poco, no tuvo de menos. Recomendacin de los delegados

Gracias sean dadas a Dios, que pone en el corazn de Tito el mismo inters por ustedes!, pues acept mi ruego y, ms solcito que nunca, por propia iniciativa, fue a verlos. Con l enviamos al hermano, cuyo renombre a causa del Evangelio se ha extendido por todas las iglesias. Y no slo eso, sino que fue designado por eleccin de todas las iglesias como compaero nuestro de viaje en esta colecta que administramos para la gloria del mismo Seor, y por iniciativa nuestra. As evitaremos todo motivo de reproche por esta abundante suma que administramos; pues procuramos el bien no slo delante del Seor sino tambin delante de los hombres. Con ellos les enviamos tambin al hermano nuestro, cuya solicitud tenemos ya comprobada muchas veces y de muchas maneras; solicitud an mayor ahora por la gran confianza que tiene en ustedes. En cuanto a Tito, es compaero y colaborador mo entre ustedes; en cuanto a los dems hermanos, son los delegados de las iglesias: la gloria de Cristo. Muestren, pues, ante las iglesias, su caridad y la verdad de nuestro orgullo respecto de ustedes. En cuanto a este servicio en favor de los santos, me es superfluo escribirles. Conozco, en efecto, su prontitud de nimo, de la que me gloro ante los macedonios dicindoles que Acaya est preparada desde el ao pasado, y su entusiasmo ha estimulado a muchsimos. No obstante, les envo a los hermanos para que nuestro motivo de gloria respecto de ustedes no se desvanezca en este particular y estn preparados como les deca. No sea que vayan los macedonios conmigo y les encuentren sin preparacin, y nuestra gran confianza se torne en confusin nuestra, por no decir suya. Por tanto, he credo necesario rogar a los hermanos que vayan antes adonde ustedes y preparen de antemano sus ya anunciados dones, a fin de que sean preparados como dones generosos y no como una tacaera.

Beneficios que han de resultar de la colecta

Miren: el que siembra con mezquindad, cosechar tambin con mezquindad; el que siembra en abundancia, cosechar tambin en abundancia. Cada cual d segn el dictamen de su corazn, no de mala gana ni forzado, pues: Dios ama al que da con alegra. Y poderoso es Dios para colmarles de toda gracia a fin de que teniendo, siempre y en todo, lo necesario, tengan an sobrante para toda obra buena, como est escrito: Reparti; dio a los pobres; su justicia permanece eternamente. Aquel que provee de simiente al sembrador y de pan para su alimento, proveer y multiplicar su sementera y aumentar los frutos de su justicia. As sern ricos para toda largueza, la cual provocar por su medio, acciones de gracias a Dios. Porque la prestacin de este servicio no slo provee a las necesidades de los santos, sino que redunda tambin en abundantes acciones de gracias a Dios. Experimentando el valor de este servicio, glorificarn a Dios por su obediencia y la confesin de fe en el Evangelio de Cristo y por la generosidad de su comunin con ellos y con todos. Y con su oracin por ustedes, manifestarn su afecto hacia vosotros a causa de la gracia sobreabundante que en ustedes ha derramado Dios. Gracias sean dadas a Dios por su don inefable.

Focalizaciones para trabajar en la carta

1. Solidaridad: como oportunidad de comunin entre las comunidades cristianas. a. Cules son los modos concretos en los que se da la comunin por la solidaridad?b. Si lo visemos como un intercambio qu recibieron los corintios y qu los jerosolimitanos?

2. Generosidad: Puesto en manifiesto en el verbo dar. San Pablo insiste en ello, pues es la dimensin religiosa que sustenta la carta: Dios es gran generoso, que nos da la vida, los dones de la tierra, a su propio Hijo como el don mayor de la historia.a. Cmo es la invitacin de san Pablo a este dar?b. Qu indicaciones precisas da san Pablo?

3. Gestin de bienes: San Pablo no se coloca a s mismo como recolector de los bienes, sino que enva a emisarios de confianza que puedan realizar esta tarea con la mayor de las transparencias posibles. a. Cul es el fin ltimo de la administracin de los bienes de la colecta?b. Qu recaudos toma el Apstol para cuidar todos los detalles?