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aparataje visual de Hollywood El Un espacio suscitador para pensar en voz alta cartóNPiedra Nº 072 domingo 3 de marzo del 2013 El paisaje urbano y sus personajes en la obra de César Dávila Andrade. Visita a la tumba de Vicente Huidobro. Perfil de la vida y obra de Eduardo Kingman

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Suplemento de Cultura

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ca r tó N Pi e d ra→ N: 000domingo 3 de marzo del 201 3

Un espacio suscitador para pensar en voz alta

aparatajevisual deHollywood

El

Un espacio suscitador para pensar en voz alta

ca r tó N Pi e d ra→ Nº 072domingo 3 de marzo del 201 3

→El paisaje urbano ysus personajes en laobra de César DávilaAndrade. Visita a latumba de VicenteHuidobro. Perfil dela vida y obra deEduardo Kingman

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Ag e n d a¿Qué hacer durante esta semana? ¿Cómoaprovechar nuestro tiempo de ocio paradisfrutar de las mejores actividades culturalesque se desarrollan en el país? Aquí una guíaque te ayudará a decidir qué muestras dearte visitar, a qué concierto acudir, quéproyección de cine ver.

Susan Buck-Morss

Eduardo KingmanEn febrero se conmemoró el centenario delnacimiento del artista lojano EduardoKingman, uno de los grandes exponentes dela pintura expresionista ecuatoriana.Andrea Moreno Aguilar, coordinadora delMuseo de la Ciudad, reflexiona sobre la viday obra del pintor.

La industria cinematográfica de Holywood¿Qué contenidos audiovisuales y políticos produce la industria cinematográfica deEstados Unidos? ¿Qué películas y bajo qué criterios se premia en los “aclamados”Oscar? ¿Existe una geopolítica de la mirada, en tanto el cine de Hollywood con st r u yeimaginarios sobre lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo? Estas son varias de laspreguntas que se generan en el debate central con dos textos que nos proponen loscineastas Alex Schlenker y Pablo Fiallos.

La cuentística en la obrade César Dávila AndradeEl escritor guayaquileñoLuis Carlos Mussó nospresenta un artículo queindaga sobre lamodernidad enLatinoamérica, la ciudady sus personajes en lacuentística de CésarDávila Andrade,considerado como elmayor representante delrelato breve ecuatoriano.

“El mundo-imagen es la superficie de la globalización. Esnuestro mundo compartido. Empobrecida, oscura,superficial, esta imagen-superficie es toda nuestraexperiencia compartida. No compartimos el mundo del otromodo. El objetivo no es alcanzar lo que está bajo lasuperficie de imagen: sino ampliarla, enriquecerla, darledefinición, tiempo. En este punto emerge una nuevac u l tu ra”

C ró n i c a“Viaje al santuario de Huidobro” es la crónicaque nuestro colaborador Paul Hermannrealiza sobre su visita a uno de los lugaressimbólicos más concurridos por escritores,estudiosos literarios y seguidores de la obradel reconocido poeta chileno VicenteHuidobro, quien murió el 2 de enero de1 9 4 8.

El alero de las palomas sucias“Cómo inaugurar un bosque con una flor; así,con la tumba de una niña de cinco años seinauguró el cementerio del Pére-Lachaise”,apunta Huilo Ruales, quien en esta ocasiónrecorre los cementerios de París.

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Ve nt a n aCincuenta poemasinéditos de RudyardKipling verán la luz enmarzo. Muere StéphaneHessel, autor del famosotexto “¡Indignaos!”. Perfildel reciente artistafallecido Van Cliburn, elpianista de músicaclásica. Reflexión sobre lapelícula “Silver LiningsP l ay b o o k ”.

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ediTOrial

ca r tó N Pi e d ra

Correo electrónico:car [email protected]

Fa ce b o o k :cartoN Piedra

Tw i t te r :@car tonpiedraET

lo hacen:

F ueron dos días de intenso debate sobre el estado del cinenacional producido días atrás en un encuentro convocadopor el Consejo Nacional de Cinematografía del Ecuador(CNCine). Las cifras que se expusieron desde diferentesvoces del medio audiovisual, más allá de posicionar elnúmero de películas ecuatorianas estrenadas en los úl-

timos años, revelaron un escenario al que hay que poner especialatención: según Jorge Luis Serrano, director ejecutivo del CNCine,en Ecuador existen 230 pantallas de cine, de las cuales, el 40%están adaptadas a la proyección digitalizada y el 60% restantesigue trabajando con el celuloide, un material que no en muchotiempo dejará de ser fabricado.

En el campo del cine independiente, Mariana Andrade, directorageneral de Ochoymedio, expresó que las salas de cine comercialvendieron 14 millones de dólares en entradas en 2010, versus los75,000 dólares que generó Ochoymedio en el mismo año, cuyataquilla corresponde a más del 40% de los ingresos que produce el

cine ecuatoriano y, a pesarde esa diferencia, aún semantiene el mismo tratofiscal y tributario que loscines comerciales.

Aunque desde diferen-tes posiciones se plantea-ron los problemas del cinenacional, es necesario re-conocer las limitacionesjurídicas existentes en estecampo, que imposibilitanun desarrollo adecuado delsector. Es urgente estable-cer un acuerdo entre todos

quienes componen, producen política pública, reflexionan, dis-frutan y hacen cine ecuatoriano, que plantee la reformulación dedeterminados artículos que aparecen en los proyectos de Ley deCultura, Ley de Propiedad Intelectual y Ley de Comunicación,acorde a la realidad del sector.

Además, se debe explorar con mayor atención, sin que estoimplique una prolongación de tiempo para tomar medidas con-cretas, sobre la generación de nuevas salas de exhibición de cineindependiente, la formación y generación de nuevos públicos, lascuotas de pantalla de producciones audiovisuales nacionales en loscines comerciales y en la televisión local, la participación en elcampo de la cultura de otras instituciones (diferentes al Ministeriode Cultura) que hacen política pública y planificación, los derechoslaborales de los artistas y gestores del campo cinematográficos. Esuna tarea compleja, pero mientras exista claridad de lo que sucede,no es imposible.

“Es urgente establecer un acuerdo entre todosquienes componen, producen políticapública, reflexionan, disfrutan y hacen cineecuatoriano, que permita plantear lareformulación de determinados artículos queaparecen en los proyectos de Ley de Cultura,Ley de Propiedad Intelectual y Ley deComunicación, acorde a la realidad dels e c to r.

El desencuentro entre larealidad y el futuro delcine ecuatoriano

Director: Orlando PérezCoordinador: Fausto Rivera YánezDiseño e ilustraciones: Pa t r i c i oMosquera C, Carlos Almeida,Diego Ortiz y Pedro DalgoFotografía: Francisco IpanaquéAr te: Carlos Proaño

Colaboran en este número:Luis Carlos MussóAndrea Moreno AguilarPablo FiallosAlex SchlenkerHuilo RualesPaul HermannMaría del Pilar CoboWalter Franco

El suplemento cartóNPiedra es una producción editorial de El Telégrafo y del Ministerio de Cultura del Ecuador.

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EL PAISAJEURBANO Y SUS

HABITANTES ENLA NARRATIVA

LUIS CARLOS MUSSÓ

DE C ÉSA RDÁV I L A

ANDRADE

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(a l ) TErnaconcreto hacia lo simbólico:

A mí se me hacía extraño ydesusado la existencia de un jar-dín como aquel en un barrio enque las viviendas eran escasas yasfixiantes y en el que solamentea grandes trechos se encontrabaun solar árido, que ardía enmiasmas y vaharadas tenebrosa.(Pág. 23).

El calor que hiere la ciudadestá lleno de “vaharadas tene-b rosa s ”. Por lo demás, obvia-mente se trata de Guayaquil (amás de esto, está la presencia dela ría, que confirma la ubicaciónde los hechos). Pero sucede algode notar en cuanto a la con-formación poblacional de la ciu-dad. Don Lauro, el dueño delnegocio de vinatería, es “un se-rrano aindiado” que envasa ypone a la venta vino que ha sidoutilizado antes en baños paragente incauta que llegaba al lugarbuscando alivio de sus enfer-medades. Esta manera de des-cribirlo demuestra una peyora-tiva distancia; diríase que, parala voz narrativa, su procedenciatiene algo que ver con su con-dición de estafador. No se veía así mismo tal: “soy una especie dem é d i co ” le dice a Rodrigo, na-rrador y protagonista del cuento.Se puede sentir un ambientepropenso a la oscuridad, como siuna presencia perniciosa inun-dara el espacio donde trabajaRodrigo como ayudante de donL a u ro.La enfermedad ronda de igualmanera: todos quienes acuden ala vinatería pasadas las doce dela noche sufren de alguna en-fermedad; Lolita cuando joven yel mismo don Lauro estuvieronenfermos. Una inclinación ne-gativa de los ánimos parece ir dela mano con esta condición.El lenguaje en “Vinatería del Pa-cíf ico” no excluye lo lírico. Alcontrario, saca provecho de sulenguaje poético pues tenemosimágenes muy logradas; “DonLauro sacó un reloj y proyectósobre él el chorro dorado de lalinterna: las doce y diez”, diceRodrigo cuando su patrón lo guíahasta el banco de la bodega don-de ambos esperarán a que lospacientes lleguen. La luz de labombilla eléctrica puede ser, eneste cuento, “iracunda y blanca”.Más adelante desean quedar aoscuras para no ser descubiertoscon una paciente que hallaronmuerta en el tonel de vino, y alver la linterna en manos de Ro-drigo, “...el viejo me la arrebató ydesesperado como si se tratarade una bujía, la hundió en eltonel. Una gran gema rosácea, y

luego la oscuridad”.Laurel, el perro de don Lauro y suesposa Lolita, que aparece alprincipio como una amenaza depeligro para los desconocidos, esvíctima también de su dueño,advertido por Rodrigo de quepuede delatar el lugar del jardíndonde enterraron a la mucha-cha:-Hay que matar al perro--¿Por qué, hijo?-En cuanto se vea libre, escar-bará en ese lugar.Así, la desvergüenza anega elespíritu de los personajes casipor contagio, y esto abona enfavor de la creación de una at-mósfera rancia. El estilo de lanarración es fluido y el efecto,casi como el generado por lanovela negra. En el sentido de laconstrucción de la atmósfera,aciertan quienes creen ver ele-

mentos surrealistas en la cuen-tística de César Dávila Andrade(2).Otro punto a destacar es el delmundo interior de Rodrigo. Fuerescatado de dormir en la callepor una pareja que le daba em-pleo, pero que no lo conside-raban su igual; la mayoría de lascosas que sentía se quedaban conél y se no las participaba a nadie.Al final, huye con el dinero de lapareja porque no soportaba más;pero en el diario descubre elnombre de la chica –desapare -cida según sus seres queridos- yfue hasta la dirección que se-ñalaba el parte. De lejos, conocióal padre de la chica, a quienjamás le dijo una sola palabra,aunque lo dudó un instante. Deesa forma, dejaría al hombre consu esperanza.

PERSONA ANIMAL O COSAEl crecimiento y esa soñada víahacia el progreso que trae con-

sigo la modernidad se proyectaen nuestras ciudades hacia nue-vas estructuras y jerarquías so-ciales: ahí está, por ejemplo, unacada vez mayor especializacióndel trabajo con una gama va-riopinta. Es obvio que en “Per -sona, animal o cosa” nos en-contramos transitando una ciu-dad de grandes dimensiones. Te-nemos la descripción de la trazade las calles, sabemos que hayservicio de recolección de basurainstaurado con un horario pre-ciso. Y la de recolección de ba-sura debe tratarse de una com-pañía que alberga una buenacantidad de empleados, porquese produce una huelga de losservidores del aseo público. Ade-más, la rutina del trabajo es unade las realidades que se han de-sarrollado en la urbe, pues unode los problemas del personaje

narrador es ocultar el hecho deque no trabaja:

Quería darme a entender a mímismo y a los demás que veníacansado de trabajar; pero no ha-bía hecho nada que no fueraengañarme todo el día con elespejismo de una faena inexis-tente. (Pág. 341)

Por tanto, es alguien que con-sidera tal estado (encontrarsefuera del engranaje de la má-quina productiva) digno de re-probación; y alguien que, comose verá, camina con paso segurohacia la demencia, desquiciadopor su condición.Es como si en “Persona, animal ocosa ” el mundo y el narrador sedieran mutuamente la espalda enun desplazamiento de intereses.Los niveles de complejidad a quellega la ciudad moderna puedenllegar a propiciar una serie deconflictos entre los componentesde la población y también sonresponsables de las exclusiones

L a de César Dávila An-drade es una obra na-rrativa sólida y que sesumerge en las crisisdel ser humano mo-derno del Ecuador,

que son las de Latinoamérica.Al abordarla, deseamos ate-nazar con nuestras pinzas loselementos que contribuyen aevidenciar su espacio dentrode la modernidad en nuestrasletras (para efectos prácticos,tomamos en cuenta la ediciónde Obras completas, editada por laPUCE y el Banco Central en1984).La crisis de la que hablamos esaquella que soporta el ser urbanolatinoamericano ante la urba-nización de estos países, impul-sada con fuerza en los años cin-cuenta. Hay una suerte de ano-nadamiento como respuesta anteel arribo de una serie de pro-blemas que acompañan a la mo-dernidad. Y también procesosdegenerativos como la tuguri-zación, donde el deterioro delespacio corre paralelo al dete-rioro de la ética.Julio Ortega ve en esta “to p o l og í ade la miseria” una pérdida de loantiguo, con su envés, que es lasuperioridad de lo cosmopolita.As í :La calle asume las oposiciones ydesde ella se impone un espaciode socialización basado en el tra-bajo artesanal, el comercio, lacomida, la fiesta. La calle no esun espacio vacío ni uno pasivo, esun nuevo agente social que re-produce una forma cultural enp ro ceso ( 1 ) .

Profundiza Ortega con la ideade que una ciudad está cons-tituida por el lenguaje y se colocafrente a su referente concreto:“son los modelos de percepciónlos que se transforman, cediendouno su lugar a otro”. Si bien escierto que Dávila afinca cuentostambién en el área rural, paraeste trabajo tomaremos en cuen-ta dos que muestren al habitantede la urbe, a saber, “Pe rso n a ,animal o cosa” y “Vinatería delPacíf ico”. En sus cuentos, CésarDávila Andrade se permite des-pegar del realismo que susten-taba la narrativa en la hornadaanterior de escritores, y ver esanueva conformación de la exis-tencia de la que hemos habladocon una mirada también nueva,también diferente.

VINATERÍA DEL PACÍFICOCésar Dávila Andrade confiere aalgunos de sus relatos una am-bientación sórdida, como la quese perfila para llevarnos de lo

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B I B L I O G RA F Í A

Dávila Andrade, César, Obras completas(relato), Quito, PUCE-Banco Central delEcuador, 1984.Ortega, Julio, Cultura y modernización enla Lima del 900, Lima, Centro de estudiospara el desarrollo y la participación,1 9 8 6.Rodríguez Albán, Martha, Narradoresecuatorianos en la década de 1950:poéticas para la lectura de modernidadesperiféricas, Quito, UASB, 2007.Sarlo, Beatriz. Una ciudad periférica,Buenos Aires 1920 y 1930, Buenos Aires,Nueva visión, 1988.Zanetti, Susana, “América Latina:Palabra, Literatura y Cultura” en AnaPizarro, comp., Emancipaçao do Discurso,São Paulo, Unicamp, 1994.

de cierta clase de individuos enesta inmensa colmena urbanaque es su nueva –y vieja almismo tiempo- residencia.La mirada posee una importan-cia vital en este cuento. El oficioque el narrador protagonistamantenía era el de fotógrafo ca-llejero. Compara la casa dondevive con su aparato: “me cubro aveces la cabeza con un pañonegro y me aproximo al ojo de lacerradura para contemplar lasescenas que los vecinos arman ydesarman en el patio”. Abundanlas escenas en que se nota lamirada del tras el obturador: enaquel instante, en el rectánguloclaroscuro, se dibujó la siluetadel basurero”, o también másadelante; cuando su ojo registra“el hombre del pipote de la ba-sura erguido en el recuadro de latardecita al fondo del zaguán”.No es la única comparación; to-do es, entonces, una cámara: suherramienta de trabajo, su casa,y hasta su cabeza: “Si continúanpersiguiéndome, no tendré otrorecurso que el de hacer añicosesta cámara oscura repleta demisteriosas pesadumbres quellevo sobre los hombros”. Lainvasión de imágenes es un es-pectáculo terrible.La penuria y la desesperanzallevaron a este personaje na-rrador “arriado por la miseria” abordear los límites entre insaniay razón: arroja un balde con loslíquidos de revelado a la estatuadel parque y destruye su cámara,pues no toleró más la invasiónde miles de rostros en su apa-rato. Y aun así, los rostros loseguían donde quiera que fuese.Luego, para él, las cosas se ani-man y toman conciencia de símismas. Es como si repentina-mente algo que yacía en estadolatente adquiere fuerza. Puedeser una forma de acercarse almundo, un denodado intento deentenderlo; dependiendo de sise posee este reconocerse en elmundo, el tiempo puede divi-dirse en dos estadios.La subversión y la crítica socialse hacen ver en una suerte desolidaridad nada menos que conun animal; este fogonazo de sim-patía por una rata se produce enel instante en que el narradorcree escuchar al roedor que seesfuerza por salir de un pipotede basura:

También las ratas tienen uncorazón que como una brasamortal se enciende hacia el in-finito. Pero los dioses parpadeanirónicamente sobre los roedoresencerrados y sobre los hombresque gritan por su libertad. (Pág.

3 23 )Puede equipararse ese enlo-

quecido y desgraciado esfuerzode la rata, aruñando las paredesinternas y dando vueltas dentrodel tacho de basura, con laslocuras que se ve obligado ahacer un individuo encerrado enuna realidad que le resulta, atodas vistas, inhóspita. Pero larata está solamente en su mente,alimentada por un viejo gra-mófono que ha tocado un discocon la canción “La rata”.Los espacios son tristes y lú-gubres; son los “senderos ena-renados del parque”, la habi-tación del narrador que da alpatio, la esquina que hiede a“agria basura”, lo que da cuentade la situación marginal a la quese relega a nuestro narrador per-sonaje. Hay un momento en quetodo el peso de ese mundo caesobre él y se deja sentir comouna agresión que ya no es so-lamente simbólica, sino física:“Sentí un mordisco en la basedel cerebro; mi cuerpo se crispóen una fulgurante contracción;salté y caí sobre el lecho”. Unpoco después, casi al final de lanarración, nuevamente tenemosque el narrador siente extra-ñamente un daño físico al per-catarse de que no es una ratareal, sino que había sido blancode una ilusión: “Sentí un pin-chazo de estilete en la coronilla,y estuve a punto de caer. Pero meincorporé y miré en torno”. Está,además, una cuasi identifica-ción especular con el animal:“Las ratas son duras. La muertereluce en sus punzantes ojosdurante más tiempo que la vi-da”. Lo decimos porque no hayacción alguna, sino una con-templación que llega a duplicaral narrador.Hay un instante en que las cosasse mezclan con lo animado, tan-to en la cabeza del narradorprotagonista como en el cuento.Todas las superficies brillan alsol de igual forma: Los atributosy las formas de los objetos semezclaban entre sí, en una suer-te de frenética prostitución”.Las palabras no son gratuitas, yla consabida yunta de cosas re-fleja una indecorosa y ofensivavisión. No solo eso, los animalesse transforman en cosas y estasen sombras, aunque haya “unatempestad de luz”. Se compren-de el título de “Persona, animalo cosa”: se van trenzando estoshilos en la percepción de nuestronarrador en un mundo dondeuna de las pocas cosas seguras esel recorrido de los recolectoresde basura. La cercanía de los

desechos nos habla de lo re-sidual y desechable.La mirada atenta del fotógrafocallejero capta una realidad quese altera. ¿Dónde reside la al-teración? ¿En el sujeto o el ob-jeto de la mirada?

PALABRAS FINALESBeatriz Sarlo ve en Argentina unfenómeno que sumerge a todaLatinoamérica; percibe una cul-tura de mezcla, donde:

el nuevo paisaje urbano, lamodernización de los medios decomunicación, el impacto de es-tos procesos sobre las costum-bres, son el marco y el punto deresistencia respecto del cual searticulan las respuestas produ-cidas por los intelectuales. (3)

Concordando, en los cuentospropuestos hay una evidentecrítica al mundo tal y como esmostrado el texto: la sociedad nose mantiene ordenada como loquisiera una mentalidad habi-tuada a los pueblos pequeños.No está exento de dolor “elabandono, típico de la moder-nidad, del pequeño mundo”, co-mo lo llama Susana Zanetti.(4 ) Nitodos los individuos encajan enel relato de la modernidad, y lapobreza se propaga, inclemente.Volviendo a Sarlo, para ella lamodernidad “es un escenario depérdida, pero también de fan-tasías reparadoras”. Se puedeadivinar el proceso de la mo-dernidad urbana alrededor delos personajes de “Vinatería delPacíf ico” y “Persona, animal ocosa ”: la construcción aceleradade edificios, los movimientosmigratorios internos en el país,con la consiguiente escalada dedificultades como una crecientepauperización de grandes sec-tores. Tenemos una condición,para los protagonistas de amboscuentos, de vulnerabilidad e in-defensión ante una agresiva ac-titud de un cambiante universo.Hay, asimismo y debido a ello,una coalición entre el ciudadanoy la distinta realidad, que pro-

voca también un movimiento evo-lutivo hacia el relajamiento de lascostumbres. Los ritmos se alterantambién con esta nueva concep-ción de la existencia. De todo estohace acopio la narración de CésarDávila Andrade, con una inape-lable calidad, poblada de elemen-tos importados de su lenguajelírico. Esto, unido a que fácil-mente el lector puede identifi-carse con esta mirada que, comouna lente, refleja lo que sucedeallá fuera en el mundo que semaneja con valores que no son loss uyos .La modernidad implica una nuevamanera de relatar; los modelos depercepción se modifican, y nosenfrentamos, como lectores, aesos nuevos espacios simbólicosque representan a nuevos espa-cios de la realidad. “Vinatería delPacíf ico” y “Persona, animal ocosa ” nos permiten ver por en-cima del hombro de un autor claveen nuestras letras para compren-der los procesos de moderniza-ción en el Ecuador; para entenderel puente entre dos momentos denuestra historia como individuosy colectividad.

* NOTAS AL PIE1. Cultura y modernización en la Lima del 900, Lima, Centro de estudios para eldesarrollo y la participación, 1986, p. 101.2. Por ejemplo, Martha Rodríguez ve en Narradores ecuatorianos en la décadade 1950: poéticas para la lectura de modernidades periféricas, como elemento ssurrealistas –que halla también en Buñuel- los ambientes de tonalidadesoscuras como presagio del horror, imágenes impactantes, las relaciones ent regéneros mezcladas con violencia y culpa, una atmósfera onírica y la presenciade animales con efecto estético.3. Una ciudad periférica, Buenos Aires 1920 y 1930, Buenos Aires, Nueva visión,1988, p. 29.4. Susana Zanetti, “América Latina: Palabra, Literatura e Cultura” en AnaPizarro, comp., Emancipaçao do Discurso, São Paulo, Unicamp, 1994.

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la mEMoria

Eduardo Kingman RiofríoANDREA MORENO AGUILAR

E n Eduardo Kingmanmerece especial aten-ción su franqueza, ge-nerosidad y bondadpara con los demás.Fue un hombre cordial

y su alma no albergó detallesmaliciosos de sentimientos pe-queños. Sincero y callado, a ve-ces con explosiones de alegríaque determinaban en su espíritusencillez y espontaneidad. Envarias maneras y desde variosencuentros hizo posible la en-trega de su bondad, de su en-señanza y de sus mensajes aotros jóvenes pintores; ayudaque muchas veces fue de ca-rácter material -pinceles, tubosde óleo, papel- y hasta trabajossuyos que fueron obsequiados anoveles artistas. Gustaba muchotallar la madera desde lo ar-tesanal. Fue su afición trabajarsillas y mesas, como tambiénmobiliario decorativo para dis-tintos ambientes, sin llegar a sersu trabajo de gran detalle; in-clusive elaboró sus propios bas-t i d o res .

Eduardo Kingman Riofrío, alo largo de toda su vida, seautodefinió como lojano, sinembargo, nació en Zaruma enfebrero de 1913. En Loja viviócon su madre y sus hermanoshasta 1918, cuando partieronpara Quito. En esta ciudad es-tudió pintura y dibujo en laEscuela de Bellas Artes desde1928 hasta 1930. Para 1931,Eduardo, su madre y hermanosse trasladaron a Guayaquil, don-de se inició como dibujante endiario El Universo con la pu-blicación de una tira cómica ti-tulada “Don Pío”. Durante esosaños mantuvo cierto contactocon el Grupo de Guayaquil, sibien el más asiduo fue su her-mano Nicolás. En aquel ambien-te bullían ideas revolucionarias,fuertes y pujantes, que fueronganando espacio entre los jó-venes artistas y literatos. Entrelos pintores de esos años serecuerda la amistad con AntonioBellolio, Eduardo Solá Franco yMario Kirby, y con el escultorAlfredo Palacio Moreno.

De la comunión entre lasideas revolucionarias de denun-cia de una realidad opresora alas clases proletarias y su sim-

patía fraterna por el ser humano-factor firme en su vida y de-terminante en su personalidad-,el estar cerca de cargadores ybalseros del puerto, ver su rea-lidad diaria de trabajos intensosy bajo condiciones de explo-tación, como su realidad física,rasgos faciales que expresabanel descontento y la desesperan-za, brazos y manos fuertes yendurecidos por las labores ex-tremas, se constituyó en factorque definió su creencia en larepresentación del ser humano yla denuncia de una realidad queoprimía y destruía. Es así que en1934 Eduardo sacó a luz cincoobras clave para el arte ecua-toriano del realismo social: “L ostrabajadores de la White”, “Ca-ca ote ros ”, “El obrero muerto”,“Los balseros” y “El carbone-ro ”.

Tres de las cinco obras: “Elobrero muerto”, “La balsa” y “El

ca rb o n e ro ” fueron presentadasen la Exposición Nacional deBellas Artes Mariano Aguilerade 1935. Curiosamente fue suhermano Nicolás quien empren-dió el largo viaje hasta la capitalpara presentar los óleos. “El car-b o n e ro ” es hito en la plásticaecuatoriana por su tema y tra-tamiento plástico, por represen-tar lo que expuso la generaciónde artistas y literatos de la dé-cada del 30, y porque, a pesardel primer rechazo, el artistapersistió al año siguiente con suobra, logrando la aceptación yoficialización de un arte de de-nuncia por parte del certamenoficial como “Mariano Aguile-ra ”, al obtener el primer lugar enp i n tu ra .

Con el retorno a Quito en ladécada del 30 se plasmaron dosimportantes obras como partede su maduración artística: losmurales de La Granja en la quin-

ta de Benjamín Carrión, y laserie de grabados en madera“Hombres del Ecuador”. Tra-bajos que marcaron la adopcióndel tema indígena en la pinturade Kingman y que tendrá lugarprimordial durante los siguien-tes años.

Para 1936, el Sindicato deEscritores y Artistas del Ecua-dor (SEA) realizó la primera ex-posición del poema mural ilus-trado. Kingman participó ilus-trando la mayor parte de lascreaciones líricas, cuyos con-tenidos se inscribieron en pen-samientos revolucionarios, an-tifascistas y socialistas. José Al-fredo Llerena, en la crónica delevento, precisó sobre Kingmancomo creyente de “que la li-teratura y la pintura deben mar-char del brazo, ambas al serviciode una filosofía social”. Dentrode este marco ideológico el Sin-dicato creó en 1938 la Revistadel Sindicato de Escritores yArtistas, como órgano de co-municación, y en 1939 las ex-posiciones de artes plásticas através de los Salones de Mayo. ElSalón de Mayo fue un eventoque convocó a todos los artistaspara su participación libre debarreras de admisión, en claraoposición al tradicional “Ma-riano Aguilera”. Eduardo Kin-gman junto a Diógenes Paredes yLeonardo Tejada fueron los im-pulsadores de estos salones.

En 1937, el Sindicato de Es-critores y Artistas promocionóla publicación de veinte gra-bados en xilografía de Kingman,que bajo el título: “Hombres delEcuador” imprimió la EditorialAtahualpa de Quito. La publi-cación estuvo acompañada portextos en verso de AlejandroCarrión, Augusto Sacotto Ariasy Pedro Jorge Vera, bajo los tí-tulos respectivos de: “Claro pin-tor de mediodías”, “Pintor de laa n g u st i a ” y “Levantamiento delpaisaje y del hombre”. Ya no solofueron las imágenes de obreros ytrabajadores en el puerto deGuayaquil, sino las de indígenasy campesinos de la Sierra quecompletaron el universo de re-presentaciones de Kingman. En“Hombres del Ecuador” el tra-tamiento de rostros y manos eslo que permitió a Kingman acer-carse a la expresión dramáticaque, sin llegar a expresionismosdeformantes, marca una inten-

Eduardo Kingman Riofrío, Nueva York, 1939. Colección Particular.

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la mEMoriaobra son de extrema importan-cia, y fue su preocupación ex-perimentar con colores, formas,composiciones, de la mano detemáticas de la vida cotidiana.Propuesta que se puede eviden-ciar en obra de la década del 50y con la realización de dos im-portantes exposiciones en Gua-ya q u i l .

Como miembro titular por lasartes plásticas en la creación dela Casa de la Cultura Ecuato-riana, colaboró desde el grupode redacción de la publicaciónperiódica Letras del Ecuador,con imágenes de algunas de susobras, desde óleos hasta peque-ñas ilustraciones en tinta queacompañaban a los artículos delos otros colaboradores. Letrasdel Ecuador apoyó en la difusiónde las actividades de Eduardodurante su segunda estancia enlos Estados Unidos.

Fue consciente de que el traerfórmulas foráneas que refres-casen los momentos aletargadosdel arte ecuatoriano no era másimportante que la búsqueda enlas propias artes ecuatorianaspara encontrar una definiciónplástica con identidad nacional.En su artículo “Las artes plás-ticas en 1950”, publicado enLetras del Ecuador, Kingman re-flexionó sobre la realidad delarte ecuatoriano una vez trans-curridos varios años desde lafructífera década de los treintaque vio el surgimiento del Rea-lismo Social y el Indigenismo:“Porque desde hace algunosaños la plástica nacional se en-cuentra en el cruce de dos ca-minos a cual más difícil de elegirsin titubeos: mantener una mo-dalidad absolutamente enraiza-da en la naturaleza y sentimien-to de lo nuestro, alejada de losdogmas y escuelas que saturan

La referencia bibliográfica de este textocorresponde al libro “Eduardo KingmanRiofrío”, de Andrea Moreno Aguilar,publicado por el Ministerio de Cultura.

cionalidad en la transmisión delos estados anímicos y emotivosde los seres humanos represen-tados. Si bien fueron temas conreferencia social por la labor enel campo o en la ciudad, Kin-gman también realizó una in-cursión en temas universales: laangustia, la soledad, la tristeza,el amor maternal, la desespe-ranza, la resignación. Su afian-zamiento llegó en 1938 con laexposición de óleos, acuarelas ygrabados, en Bogotá, la primerade numerosas exposiciones in-ternacionales. Obra cumbre deeste camino es “Los Guandos”,resaltada por la prensa y la crí-tica del período, y que se mues-tra poderosa por su composicióncircular, contraposición de co-lores ocres y tierras, grises ysombríos del cielo con los fuer-tes azules y rojos de los ponchosde los indígenas, y del caballoblanco que surca el lienzo.

Realizó un aporte culturalcon la apertura y presencia tem-poral -algo corta- de la GaleríaCaspicara (1941), situada en elCentro Histórico de Quito, y quele permitió mantener su espírituinquieto por las artes de sutiempo sin dar mayor impor-tancia al mercado del arte. Enversión de su hermano Nicolás,la galería fue el sitio de reuniónde artistas del momento quellegaban para intercambiar opi-niones, concebir y generar nue-vas ideas culturales y artísticas.En este espacio cultural realizóalgunas exposiciones individua-les y colectivas.

Su preocupación artística re-flejó constantemente un criteriomaduro sobre su profesión. Para1943 Kingman manifestó la ne-cesidad de abandonar la temá-tica indigenista, convencido deque los valores plásticos de una

“El carbonero”, 1934. Óleo. 120x 100 cm. Colección particular.

Foto de Christoph Hirtz.

“La visita”, 1943. Óleo. 80 x 75 cm. Colección Museo de la CCE-Quito.

portante para el maestro Kin-gman, cuando recibió una de lasmayores condecoraciones a nivelnacional, el Premio Eugenio Es-pejo a las Artes Plásticas. Conunas palabras cortas, pero a lavez sinceras, expresó: “Nada meayuda a explicar mi labor, a noser el hecho de haber vividomucho. O, acaso, el que esa largavida se haya visto impulsada poruna intensa pasión por encon-trar un lenguaje adecuado paraexpresar el sentir de un pueblo,el pueblo de mi patria, al queamo y el que me ha mostrado elcamino para que una obra de artepueda ser digna de representarlosin mentiras ni disfraces. Conesa noble materia he moldeadomi obra cuyas cualidades -si lastiene- no soy el indicado a juz-garlas, pero quedará como unhonesto testimonio de una ma-nera de sentir a través del ar-te…”.

Gustaba mucho del café y delcigarrillo, y al compás de untango de la “vieja guardia” co m -partió la creación de sus obras.Una enfermedad degenerativa lecondujo al deceso por leucemia.En noviembre de 1997 se apagósu vida totalmente dedicada conentrega y pasión al arte.

el arte moderno en general, yextraer del suelo nativo las en-señanzas y consecuencias paraconstruir un arte decididamen-te ecuatoriano, o por el otrolado, desvincularse de cualquierlocalismo aprisionador, y aso-ciarse a las corrientes univer-sales de la plástica”.

El universo de creación deKingman abarca un cuantiosonúmero de obras, y que inclu-sive hablan de la incursión en lailustración de un proyecto edu-cativo, como lo fue la obra “His-toria del Ecuador”, editada porel Ministerio de Educación en1962.

El período de gran produc-ción se dio en su “Posada de laSoledad”, en San Rafael, en elValle de los Chillos. Un hogarentrañablemente querido por elartista, donde sintió verdaderoesparcimiento físico y espiri-tual. La “Posada de la Soledad”representó el recuerdo de sutierra lojana, por la sencillez desu arquitectura, la particularcolección de objetos y piezas dearte colonial, sus libros y unviejo aparato musical para es-cuchar su música preferida.

La obra de Kingman fue va-lorada comercialmente y losnuevos compradores de arte-nacionales y extranjeros- sevieron motivados para adqui-rirla durante la bonanza eco-nómica de los años 70 y 80. Estefenómeno representó la carac-terística de una sociedad co-mercial en cuanto se refiere acoleccionar obras del maestro.Fue notorio el coleccionismo departe de instituciones de go-bierno, banca, y de particularesnacionales e internacionales.Eduardo produjo mayor canti-dad de cuadros frente a un mer-cado demandante, sin dejar deser consciente de su rol comoartista en la sociedad y de suideología sobre el arte y el serh u m a n o.

El escritor y pintor cuencanoPatricio Cueva, amigo íntimo deEduardo, manifestó: “E d u a rd oKingman siempre fue el mismoartista del primero al últimoc u a d ro ”. Kingman se mantuvoen su manera de ser sin su-cumbir ni claudicar ante otrosestilos que le resultaban pos-tizos y ajenos. Recibió a lo largode su vida el reconocimiento desu práctica y el desarrollo de sucreación artística, a través dehomenajes y condecoracionespor parte de instituciones cul-turales nacionales e internacio-n a l es .

1986 fue un año muy im-

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es p EC ial El alero de las palomas sucias

VViiddaa yymm uu ee rr ttee en losce m e n te r i o sde París

ILos cementerios de París es-

tán colmados de muertos an-tiguos, cada vez más antiguos.Desde luego, esto no significaque en el reino de la p a s a re l a lamuerte haya pasado de moda,pero es admirable cómo se lasarreglan los cementerios paraque su viejísima paz no seaviolada por las estruendosasmarcas de los frescos sepelios.Son tan antiguos sus difuntosque nadie los llora puesto quetambién los deudos han pe-recido, de tal manera que ade-más de muertos han terminadohuérfanos. El pretérito es tanconsistente que el tiempo se haconvertido en piedra y la me-moria en olvido. Por eso, enestos grandiosos cementeriosse respira a eternidad y la de-solación de sus tumbas estámenos cerca del dolor, que delrecogimiento, la soledad y lapoesía. Cientos de hectáreas decallejuelas pobladas de pan-teones, mausoleos, tumbas yárboles pródigos en sombra. Ycuervos descendientes de loscuervos de Egar Allan Poe pi-coteando el musgo de las crucesoxidadas. Y gatos vagabundosque viven a sus anchas sus sietevidas, como en el mundo de H.P. Lovecraff.

Y pensar que, como en todaspartes, los cementerios de Pa-rís también fueron inaugura-dos con una sola tumba. Y pen-sar que, al instante, comocuando el viento esparce la se-milla en tierra pródiga, crecióel camposanto y se multiplicó

en varios cementerios por lasorillas de la ciudad luz. Muypronto se destacó el cemen-terio de los Santos Inocentes,que creció como un incendiohasta convertirse más bien enMoridero. Hace unos dos siglosse lo borró del mapa parisino,por falta de higiene y exceso devergüenza ante su patetismoincluso macabro. De ese ce-menterio han quedado las le-gendarias Catacumbas, un te-jido de túneles y socavonesdonde reciben la visita torren-cial de turistas los cientos demiles de osamentas y calaverasdel tiempo de las guerras y lasp estes .

Con los siglos de los siglos,los grandes cementerios pari-sinos ya no están fuera de laciudad, donde se guardaba lamuerte para que no se con-fundiera con la vida. Hoy, for-man parte de ella hasta talpunto que en tres pasos, sepuede emerger del marasmodel metro y extraviarse volun-tariamente entre las tumbasmilenarias. Nada mejor para lasalud del espíritu, se dicen losparisinos, y allí se los ve, be-suqueándose, caminando entresusurros o, solitarios, llenandosus pulmones de aire antiguo yleyendo epitafios borrosos, pa-labras de piedra enmudecidas,como pronunciadas en el fondode las aguas.

IICómo inaugurar un bosque

con una flor, así, con la tumbade una niña de cinco años se

inauguró el cementerio del Pé-re-Lachaise. Los parisinos pro-testaron, pero no por ello quemás bien era simbólico, sinoporque el nuevo cementerio re-sultaba tan distante como sisus difuntos, además de con-vertirse en polvo, fueran con-denados al destierro. Como sila muerte no formara parte me-dular de la vida. Como si mo-rirse fuera una enfermedadcontagiosa. En esos tiempos lasrevueltas daban sentido a laexistencia, así es que los pa-risinos por poco se levantan enunánime huelga, no de hambresino de muerte: si no acercan ala ciudad el cementerio, no mo-riremos aunque nos lleven a lamazmorra/ no moriremos aun-que nos maten. Ante ello, losnapoleónicos creadores delcamposanto tuvieron una ideagenial: trasladar de otros ce-menterios un buen número demuertos célebres, por ejemplo,Molière, La Fontaine, los des-pojos míticos de la trágica pa-reja, Héloïse y Abélard. De talmanera que en un abrir y cerrarde ojos se legitimó de maneracontundente al distante ce-menterio y, de paso, la ni-ña-flor se sintió rodeada deabuelas y abuelos insignes. Conese atractivo, la gente se sintiósatisfecha e incluso se dedicó amorir tranquila, a sabiendas deque al menos en la tumba go-zaría de un privilegiado ve-cindario. Dos siglos después, eltiempo y las aguas, no siemprecristalinas, permitieron que laciudad se desplazara como si se

atrasara a alguna cita, hastaabrazar el cementerio. Actual-mente, basta con cruzar la callepara mudarse del furor del me-tro a su paz absoluta. Más decuarenta hectáreas de callejue-las y árboles habitados de pan-teones, mausoleos y tumbas,que parecen los resquicios yer-tos de una ciudad sumergida.

El atractivo que lo ha con-vertido en uno de los cemen-terios más prestigiosos delmundo es albergar todo un fir-mamento de estrellas apaga-das, de las cuales hay una cons-telación que aún destellan ytitilan. La tumba de Jim Mo-rrison, por ejemplo, en la quehan debido cambiar de lápidacinco veces porque sus devotosdejan una flor o un verso o unbareto, a cambio de un trozo delápida. La de Oscar Wilde, cu-bierta de besos de sus fans,aunque la efigie egipcia cuyasespaldas simulan sostener latumba ha sido emasculada conhomofóbica saña. La de MarcelProust, una plancha de mármolnegro y un jarrón de floresfrescas, que es un ejemplo desobriedad, desolación y paz. Lade Molière, que tiene una lá-pida de piedra que las zarpasdel tiempo la han vuelto piedracósmica, eterna, más que lamisma muerte. En ella, sin em-bargo, destella un epitafio fres-co, igual que sus morisquetastragicómicas: «Aquí yace Mo-liére, el rey de los actores. Eneste momento hace de muerto,y de verdad que lo hace muybien».

HUILO RUALES

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te m ACe n t ra l

De cómobailar en

ALEX SCHLENKER

y no moriren el

i n te n to

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te m ACe n t ra l

Si conocen historia, no es porhaber leído, sino de haberlavisto en el cine americano, congrandes escenarios y músicagrandiosa, en el sutil estilo delos americanos…Piero, Los americanos

Hace algunos años inicié desdeplataforma SUR -un espacio deexperimentación visual y de loliterario que actualmentecoordino- una serie de ejer-cicios visuales y teóricos entorno a la noción de lo masculino.En el marco de este proyecto hahabido alrededor de una do-cena de encuentros en los queun grupo de hombres –usual-mente entre 5 y 10, y siempredistintos-, empuñando aguja ehilo, cosemos mientras nospreguntamos sobre ese escu-rridizo tropo de las masculini-d a d es . Así, el acto de coser (li-teralmente) es al mismo tiem-po metáfora de una acción másprofunda en la que los diálogosque surgen permiten “d esco -se r ” las costuras que unen elandamio de esa acción deno-minada ser hombre. En una de lasreuniones más recientes, y enla antesala de la entrega de lospremios oscar surgió rápidamenteel tema del cine de Hollywoodcomo estrategia para moldearlas subjetividades [masculi-nas]. En un instante volví a miinfancia en Vienna, Austria y amis incontables duelos de re-volver que, siguiendo las en-señanzas del maestro JohnWayne, mantuve durante ho-ras con mi propia imagen en-marcada por un espejo de cuer-po entero que mi madre ex-hibía en la puerta de su ar-mario; de algún modo me “h i ceh o m b re ” disparándole a mipropia imagen. Mientras mepinchaba con la aguja para re-cordar que en algún rincón deeste caos tengo un cuerpo, re-cordé la estampa masculina deJohn Wayne, el más famososactor en personificar docenasde films como cowboy y otrastantas docenas como patrió-tico soldado norteamericano,modelo occidental de lo mas-culino por excelencia. Enton-ces, en un abrir y cerrar deojos, recordé cientos, miles, deescenas con John que moldea-ron esa compleja y problemá-tica “masculinidad de pelícu-la” que tanto mal le ha hecho almundo. Terminado aquel en-cuentro me senté a sistema-tizar los recuerdos y las re-flexiones de esa jornada. In-cluyo aquí algunos de esos

a p u n tes …Desde que en la década de 1990Francia usara varios de los pre-mios del festival de Cine deCannes para apaciguar la iraChina, desatada por las prue-bas nucleares que las FuerzasArmadas francesas realizabanen el atolón del Mururoa, mehe vuelto asiduo espectador delas entregas de premios. Meapasiona unirme a todos esoscríticos, teóricos y comunica-dores que intuyen que detrásde cada estatuilla hay algo más:un mensaje, una advertencia,una proclama. La forma en quela academia de cinematografíade los eeuu reparte anualmen-te los premios se articula entorno a un modelo que jerar-quiza las emociones humanas,complejos entramados de res-puestas químicas y neuroló-gicas frente a un estímulo ex-terno, como estrategia incon-ciente para moldear las sub-jetividades de su población ydel mundo entero. Así, la tria-da emotiva instala a la é p i ca[nacional] como la madre detodas las emociones, la soledaddel guerrero inconforme como la hija

emotiva y la comedia romántica[melodramática] como la santaespiritualidad de la emotivi-dad.Uno de los aspectos centralespara tales estrategias emotivases la relación realidad-represen-tación que desde Hollywood sesugiere al ámbito global. La mi-lenaria discusión sobre la dia-léctica objetiva-subjetiva de larealidad que habitamos es zan-jada de manera eficaz por lasretóricas del cine industrial(iza-do): la realidad no preexiste a laconciencia humana, sino quepuede y debe ser construida através de relatos elaborados confines geopolíticos para estable-cer una clara e inapelable car-tografía global de buenos y ma-los, muy malos [y por endefeos!]. El primer recurso paraasegurar tal delimitación axio-lógica pasa por la economía po-lítica de las emociones.

Apuntes para un western in-correcto (nota personal # 31)

ESC. 67 CALLE, EXT. DÍAJohn y Jim parados frente afrente, a unos veinte metros de

distancia el uno del otro, en elcentro de la polvorienta calle dePhoenix, Santa Fe o Laredo.Ambos en actitud de duelo ar-mado llevan los brazos lige-ramente arcados insinuando lainminente acción de desenfun-d a r.

Una noche soñé que le apun-taba a John Wayne con un 38“Smith & Wesson del especial”.En el sueño el desgraciado notenía miedo. Al contrario, sereía dejándome en claro losprincipios de la verdad instru-mental repitiendo la frase deuno de sus primeros western:“un hombre debe hacer lo quecree que es correcto" [“A manought to do what he thinks isr i g h t”]; esa noche desperté sinatreverme a dispararle. Me sen-tía culpable por haber pensadoen “matar al padre”. Dos dé-cadas más tarde un ex pre-sidente norteamericano parecíahaber soñado por igual conWayne; en un extraño momentode la historia mundial trazó unalínea divisoria entre “l a d ro n esy policías” con una frase queparecía extraída de un western:“los que no están con nosotros,están contra nosotros”; el restoya es historia [conocida]. Unavez que la línea hubiera sidorasgada sobre el suelo con lapunta de un fusil (presumi-blemente con la bayoneta ajus-tada) los bandos quedarían de-finidos de manera [casi] irre-versible. No hay peligro de per-derse: los buenos siempre sonbuenos y los malos siempre sonmalos. A esta dicotomía ma-niqueista se añade sutilmenteuna suerte de destino que obli-garía a los primeros a seguir elllamado para eliminar a los se-gundos. Así, las verdades blan-cas, destinadas a ser las quesobrevivan la limpieza de lomaligno, preexisten como uni-versal abstracto.En este ejercicio la caligrafía deHollywood es implacable; entodas sus películas los bandosson clara y estéticamente di-ferenciados. Para muestra unbotón: Argo, la ganadora delúltimo oscar enfrenta a unapuesto y varonil Ben Affleckcon dictadores y soldados ira-níes poco agraciados, yo diríaque la puesta en escena apuntaa sujetos feos que no se hanbañado en días. La identifi-cación visual es apenas la puer-ta de entrada para la identi-ficación emotiva; Affleck per-sonifica desde su belleza losvalores patrióticos de una na-

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te m ACe n t ra lción que, por antonomasia, estápoblada por la belleza: sus hé-roes son bellos, sus valores sonbellos, su historia es –f inalmen-te- bella. El o t ro –en este casoIrán- no tuvo los favores divinos.Su fealdad se agrava con la iraque lo inunda tras la adjudi-cación de un premio que le-gitima una sola versión de aquelepisodio de la historia.

Apuntes para un western in-correcto (nota personal # 32)

ESC. 67 CALLE, EXT. DÍA(co n t . )El rostro tenso de John.El rostro tenso de Jim.John mueve los dedos de ambasmanos y da un paso hacia de-l a n te.

Jim ajusta su sombrero y da unpaso adelante.

En el cine épico –aquel relatoapologético de la gesta de hu-mildes héroes que sacrificaronsu vida por defender los valoresde la civilización occidental:progreso, razón, democracia, li-bertad de empresa, etc.- talemoción se materializa en lo quePiero cantaba como “los grandesescenarios y la música grandiosa”. Esen la grandilocuencia del efectovisual en donde la pregunta porel sentido se disuelve con elestruendo y el humo de las bom-bas. Si Spielberg recreó el Día D,no fue para salvar a ningún sol-dado, ni mucho menos para pre-guntarse por el sentido de laguerra como catalizadora de lamodificación del mapa de la geo-política mundial (si bien loseeuu entraban a la IIa GuerraMundial en condición de “co -l a d os ”, saldrían de la misma co-mo la nueva potencia mundial),sino para reafirmar en el es-pectador un condicionamientooperante que deja en claro elinnombrable sacrificio humano

necesario para defender “elbien”. La aceptación colectiva esya un mero trámite.El cine de Hollywood no es bobo,sino perverso. Cada fotogramaobedece a intereses específicosde una ideología en la que no haypuntada sin dedal. Los modos enlos que determinadas narrativasbélicas se reciclan hablan de unfin último que apunta a po-sicionar una nación por encimade todas las demás. Uno de losrecursos para tal propósito esjuntar a todos los países delmargen, aquellos que en la vidareal habitan en el borde delmapa, y reinventarlos como paí-ses aparentemente ficticios,bautizados con graciosos nom-bres como Tecala, Azmenistan, Ban-dar, Birani, Banania, San Carlos, SanMartin o San Marino (la lista depaíses ficticios disponible en laweb asciende a varios cientos denombres). Tales denominacio-nes intentan sugerir que, en elplano de la representación, todaintervención a un lugar ima-ginario es apenas un supuestono consentido. En el plano realparece replicarse tal ficción enla que el cine se vuelve el men-sajero de una severa advertenciaa ese otro, país no-civilizado quecorre el riesgo de ser invadido.Es como si asistiéramos a unapelícula de ficción en la que elganador del más importante detodos los oscar fuera anunciadono desde el Teatro Chino de LosÁngeles, sino desde uno de lossalones de alguna casa blanca ypor alguna primera dama. ¡Diosnos libre de tanta ficción hi-p e r rea l i sta !En las semanas posteriores al 11de septiembre, la gran mayoríade canales de tv en los eeuureprogramaban películas deguerra. El viaje a Afganistán eraacompañado del ánimo propi-cio, como cuando pude ver Sp e e d(Keanu Reeves maneja a todavelocidad un bus que lleva unabomba) en un bus que viajaba acien por hora por las curvas de lavía a Santo Domingo. Todo escuestión de actitud. Para todo lodemás hay una copia pirata porun dólar, seis por cinco dóla-res .Central para el relato épico es elcreciente hiperrealismo capazde graficar de manera precisa lascrueldades de la guerra, dejandointactas las perversas estrate-gias retóricas del poder. Así sevuelve importante lo que sucede(cómo se ve y se escucha) y noporqué sucede. Y es que paraHollywood (patriarca de la in-dustria cultural) es fundamen-

tal que la frontera entre realidady ficción se disuelva; esto no conel fin de permitir una relaciónpoética con el mundo, sino paracontrolar de manera intencio-nada la percepción de una au-diencia que ya se ha vuelto glo-bal. Si la “rea l i d a d ” se cons-truye/inventa, entonces aquelloque los demás llamamos re a l i d a dya no es importante para la pro-ducción; mientras importantesmovimientos no-hollywoodia-nos como el Neorrealismo ita-liano, el cinema verité o el Nue-vo cine latinoamericano, entremuchos otros, le apostaban auna puesta en escena en mediode la misma realidad (entornos noi n te r ve n i d o s ! solía ser la consignamás general), la máquina-ho-llywood le apostaba a las rea-lidades “i n ex i ste n tes ” de sus es-tudios. Y es que algo que pareceuna mera estrategia de produc-ción remite a la comprensiónque del mundo hace la primerap ote n c i a .A lo largo de casi 120 años decinematografía mundial la bre-cha entre realidad y represen-tación se ha ido cerrando demanera asintótica. Así, los cua-dros “sa l ta d os ” de películas co-mo El viaje a la luna de GeorgesMelies o Frankenstein de ThomasAlva Edison, rodadas con cá-mara de manivela (el extrañocaminado de los actores de estaépoca inicial desafiaba el códigorealista que se le imputaba a laimagen), daban paso a secuen-cias filmadas en cámaras conprecisos motores aportados porla industria relojera. La sen-sación realista, aunque aún si-lente, se había intensificado através de la fluidez cinética. Eldeseo de “re p rese n ta r ” la rea-lidad de la manera más fiel seapuntaló en avances tecnoló-gicos como el sonido (mono pri-mero, estéreo y Dolby surrounddespués), el color y la dimensiónde las salas y respectivamentede sus pantallas. Las películasromperían en su momento labi-dimensionalidad exigiendo alespectador el uso de lentes 3D.La desgastada delgada línea in-suflada por Hollywood se rom-pería finalmente con la acciónde James E. Holmes quien, conel cabello teñido de rojo y ves-tido como el Guasón, disolveríaa balazo limpio ficción y re a l i d a ddurante del estreno de The Dark KnightRi s es (el último episodio de lasaga de Batman) sobre la au-diencia en la sala de un cine de laciudad de Aurora, Colorado. Y esque, tal como lo dijo John Wayneen Sta g e co a c h , un western diri-

gido por John Ford en 1939,: “unhombre debe hacer lo que unhombre debe hacer” (“A man's gotto do what a man's got to do” ).En el cine prefabricado (parto delas ideas de D. Hubermann y J. L.Brea según las cuales el sentidode lo visto se desprende de larecepción subjetiva de cada es-pectador), en donde el mensajehabita en el texto y no en elsubtexto; el espectador no ne-cesita hacer esfuerzo alguno pa-ra ordenar lo que siente y, porende, lo que piensa. Al más clá-sico estilo pavloviano, la má-quina-hollywood advierte quées lo que se debe sentir.Apuntes para un western in-correcto (nota personal # 33)

ESC. 67 CALLE, EXT. DÍA(co n t . )El rostro tenso de John.John escupe una mezcla de sa-liva y tabaco de mascar.En la cintura de John un por-ta-revólver. El arma ha sidoreemplazada por una zapatillaceleste de taco alto.El rostro tenso de Jim.Jim juega con un palillo entresus dientes.En la cintura de Jim un por-ta-revólver. El arma ha sidoreemplazada por una zapatillarosada de taco alto.

La otra punta de lanza para ad-ministrar las emociones de laaudiencia es la llamada soledad delguerrero inconforme desde la queoperan un montón de argumen-tos de la dramaturgia más pre-decible y repetitiva. Se trata deun sujeto que, a diferencia delespectador común, desafía alsistema pues no tiene nada queperder. En muchos casos se tratade policías, detectives, agentes ocomandos especiales retiradosde la acción y que tuvieron sumomento de gloria en el pasado,pero ahora habitan de maneradiscreta el tedioso olvido, in-terrumpido tan solo por unavisita inesperada en la que al-guien del gobierno les pide “unúltimo trabajo” [“one last job”]porque el país “te necesita”. Lareceta, repetida por Hollywoodhasta la enésima potencia, esmuy simple - a los dos minutosde iniciada la película ya sa-bemos el final.Así el enviado del gobierno pideel favor al héroe de la soledad delguerrero inconforme quien dice que“no, mis días como agente/po-lícia/soldado/domador de nar-cos han terminado”. El héroesimula entonces que sigue consu nueva ocupación: armar avio-

“... la caligrafíade Hollywood esimplacable; entodas suspelículas losbandos son claray estéticamented i fe re n c i a d o s ”

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te m ACe n t ra l

nes, podar plantas, pegar fotosen el álbum o beber whiskey. Enese momento el agente hace unapausa y pide a los demás hom-bres de terno negro y gafas os-curas que salgan. Surge así unmomento de intimidad mascu-lina en el que dos hombres durosnegocian el futuro del mundo.Una vez que el discurso de lacausa nacional ha fracasado, elenviado del gobierno se juegaentonces su última carta la cualconsiste en detonar en el héroeuna motivación personal. De es-ta forma el héroe se entera que elmalo de la película ha secues-trado a la bella rubia que solíaser su amante, pero a la cual noha visto en años. En otra va-riante el malo ha secuestrado alhijo del héroe o el malo es in-cluso un enemigo personal delhéroe y hay una cuestión dehonor que los dos machos –elbueno y el malo- deben zanjar deuna vez por todas. Cualquierasea la constelación de los he-chos, el héroe termina acep-tando y cumpliendo la misión.Las razones personales incluyenfinalmente, aunque no siemprede manera deseada, aquello queel Estado-nación quiere. Todoshemos vista este plot y sabemosque el héroe, al final de la pe-lícula, aunque esté a punto demorir a manos de su enemigo, legana al malo en el último ins-tante en una contienda apretada(el equivalente de un marcadorde 15 a 14).La triada emotiva finalmente secierra con la comedia románticade tono melodramático en la quedos dulces y encantadores–aunque bastante torpes- su-jetos americanos de raza blanca(ellos la llaman caucásica) son,sin darse cuenta, “el uno para elot ro ”. Me permito precisar quese tratará en el 99% de los casosde parejas de distinto sexo, lootro no le gusta demasiado a lamáquina-hollywood, encargadade fabricar binarismos: bue-no-malo; bello-feo; hom-bre-mujer; etc. El argumentosuele ser bastante lineal: los tor-pes tortolitos se conocen perono son conscientes de ser almasgemelas; así, triangularán su ur-bana soledad de clase media consu mejores amigos –ella con sumejor amiga; él con su mejoramigo- buscando en los actos delhabla un consejo que solo elcorazón puede darles. Estas es-cenas de consultaría para dum-mies suele aparecer en montajealterno; ellas dicen algo queellos, en otro plano, responden yviceversa. Este recurso se pro-

longa a lo largo de los tres actos.Al final de la película, cuando elguionista ha hecho lo huma-namente imposible (conscien-tes de las babosadas que, a pe-dido del productor, escribe, estaclase de guionistas lo hace para

sobrevivir en la difícil indus-tria del cine) por “estirar lac u e rd a ” (un recurso drama-túrgico que, similar a las an-gustias del ámbito sexual, bus-ca aplazar y extender el clímaxmás allá de lo posible y to-lerable), uno de los personajesestá a punto de cometer unterrible error; por lo general esella quien está a punto decasarse con un imbécil wha-teve r.Entonces aparece una secuen-cia que, como pócima mágica,le ha funcionado a Hollywoodpara generar empáticas emo-ciones en el espectador: el tor-tolito macho, a una distanciafísica considerable -cuadras,manzanas, kilómetros o millaslo separan de la capilla en laque ella, vestida de hermosanovia blanca, empieza lenta-mente su marcha nupcial alaltar de los sacrificios en don-de el ya mencionado baboso deBob o John o Mark la esperacon cara triunfal- descubreque es ella la elegida! En esemomento el pobre mamón deleditor debe hacer coincidir entiempo real la secuencia en laque él supera la distancia fí-sica (casi siempre es con unrecurso de transporte que ape-la a un híbrido melodramáticode épica kitsch y comedia Lig-ht en el que lo llevan los bom-beros, una moto robada, el ca-ballo de un policía despistadoo incluso un planeador) con eltiempo en el que ella recorre laalfombra del corredor centralde la iglesia. Así, como si lasteorías de la expansión y con-tracción del universo lo ins-piraran, el editor -verdaderomago de la máquina-holly-wood- logra alternar un mon-taje ajustado entre una carreramasculina que, en la vida real,toma entre veinte minutos yseis horas, con una virginalcaminata de un escaso minutoy medio. El resto es pan co-mido: el cura le pregunta albaboso de Bob o John o Mark siacepta como legítima esposa ala mensa alma gemela de unotro que corre despavorido,pero motivado por el amor, a lolargo de avenidas congestio-nadas. El baboso siempre lamira antes de responder (ungesto que, al otorgarle al editorunos instantes de gracia, esteagradece infinitamente) conun SI rotundo y categórico.Afortunadamente, antes deque ella responda lo que enrealidad no quiere decir, eldirector de fotografía ha in-

sertado un plano de alguna abuelaemocionada que solloza entre losespectadores; si alguien en esemismo plano le da un pañuelo yella lo acepta, el editor gritaráagradecido; ahora la novia puededecir lo que quiere porque elverdadero amor ha llegado. Unasveces ingresa por el corredor einterrumpe, otras, el guionista lohace entrar por el techo o por unaventana. Entonces el más sor-prendido es Bob o John o Markquien no atina a decir nada mien-tras los bobos amantes corren alencuentro. En el cine románticode Hollywood, como siguiendo latradición iniciada con el hombreprehistórico y perfeccionada en elviejo oeste, suele ser el hombre elque debe luchar por su mujer, lacual es convertida así en presa ybotín. Ya lo había dicho JohnWayne en el momento más alto desu fama: “la mujer tiene derecho ahacer lo que quiere, siempre ycuando la cena esté lista paracuando los hombres lleguemos aca sa ”. En muchas de las versionesde este género romanticón la bodaen curso no se cancela, se trans-fiere. Ya sea que lo insinúe el curao el nuevo novio, la ceremoniacontinúa tras la sustitución deBob o John o Mark por el héroe dela historia. Los novios se casan,tienen hijos y forman así unafamilia. El ideal social nortea-mericano se ha cumplido.Elemento central de la narrativaemocional hollywoodense es, sinduda alguna, el final feliz o happyend . Cuando en el mundo real unavictoria, una misión cumplida ouna boda serían los momentosiniciales de nuevas y complejasetapas de vida con conflictos nue-vos, el happy end hollywoodensis su-giere con su cierre narrativo en elmomento de mayor felicidad unairreal suspensión de la vida mis-ma. Como si los tortolitos se que-daran inmóviles para la eternidadla película corta a los créditos. Elespectador abandona la sala an-sioso por hallar su propio happyend, por escurridizo que este pu-diera ser.

Apuntes para un western in-correcto (nota personal # 34)

ESC. 67 CALLE, EXT. DÍA (cont.)JOHN(en voz alta)…ya lo sabes! …el que primero laatrape y se la ponga…

JIM(desaf iante)…se queda en el pueblo…

Corte. Se imprime.

“Las razonespersonalesi n c l uye nf inalmente,aunque nosiempre demanera deseada,aquello que elEs ta d o - n a c i ó nq u i e re ”

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1515

te m ACe n t ra l

una puesta en escena soberbia,donde todo cabe perfectamen-te: su reparto, su banda sonora,el vestuario, el maquillaje y, porsupuesto, las fórmulas dramá-ticas. Lastimosamente, el re-sultado es un alejamiento casipor completo del discurso per-sonal para entregarse, sin res-tricciones, a las lógicas de lai n d u st r i a .

Más allá de la reconocidacapacidad cinematográfica deSpielberg, el realizador terminapor hacer en “L i n co l n ” un tra-bajo similar al del maestro eru-dito que conoce al derecho y alrevés la materia, pero le resulta

Últimas imágenesdel Oscar

PABLO FIALLOS

D efinitivamente Mi-chael Haneke es todolo contrario a StevenSpielberg. Con“Amour”, una histo-ria sencilla contada a

partir de elementos y recursosmínimos, el austriaco lograplantear temas universales quemuestran, con profundidad, lanaturaleza de los afectos hastasus extremos primarios.

Mientras que en “L i n co l n ”,el estadounidense no consiguedejar en claro el discurso quepersigue, más allá de la rim-bombancia y la grandilocuen-cia. Spielberg no logra disipar elencanto visual de la adaptacióndel espíritu de la época para quefinalmente el envoltorio des-cubra una serie de ideas con-fusas y apagadas.

Haneke renuncia a todo tipode efectismo narrativo. Hay es-casez de movimientos de cá-maras. No existe música in-cidental, ni siquiera en los cré-ditos finales (lo que aumenta laposibilidad de reflexión del es-pectador), hay contadas loca-ciones y pocos actores, pero elresultado es devastador, total.El tema y la forma en la que eldirector cuenta este relato –lle-vado más por preocupacionesartísticas y filosóficas- permiteque la película se vuelva in-finitamente conmovedora yt ra sce n d e n ta l .

Haneke rehúsa mostrar el es-pectáculo y prefiere quedarseen la reacción del público, lohace literalmente en una de lasprimeras escenas del filme,cuando evita girar la cámarahacia el escenario y permaneceen el plano general del públicoque asiste a la función. Inclusoel factor sorpresa no es ne-cesario. Desde el inicio de lapelícula el realizador austriacomuestra a la protagonistamuerta. En la historia no hacefalta ese giro brutal que con-duce al desenlace, el público lointuye de antemano y, másbien, es la forma en que se

desarrollan las relaciones deestos dos amables personajesque se encuentran en el ocasode sus vidas lo que interesa.

Sin embargo, Spielberg tienela necesidad de transformarlotodo en espectáculo, incluso sisu película pretenda ser hipe-rrealista, está filmada casi ex-clusivamente en interiores yhaya una apuesta más por losdiálogos que por la acción. Eldirector no abandona nunca lapropuesta de hacer del cine unespectáculo, algo que se evi-dencia en la escena crucial de lavotación final sobre la ley de laabolición de la esclavitud, tema

principal de la película, estáarmada de tal manera para queel espectador siempre tenga laoportunidad de ser quien pro-fiera el último voto.

Los acercamientos a los pri-meros planos, la música delinefable John Williams dis-puesta siempre para sacar unasonrisa o un suspiro entre losespectadores más cándidos.Pues para el cine de Spielberg elefectismo es fundamental. Paraconstruir un relato de un pro-ceso democrático –más que deun personaje- Spielberg apues-ta por la recreación precisa fun-diendo el drama personal con

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te m ACe n t ra lte m ACe n t ra l

Laden por parte de la CIA. Sudirectora Kathryn Bigelow yahabía ganado el máximo galar-dón por su filme “The hurt loc-ke r ”, sobre los adrenalíticos de-sactivadores de bombas en laguerra de Afganistán. Pero enesta ocasión la primera mujerdirectora en recibir un Oscar enesa categoría no lograba repetir,en una película que volvía sobreel género bélico con una miradaaudaz que lamentablemente alfinal no podía dejar de desnudarcierto sesgo democrático-pro-pagandístico al servicio de lamaquinaria bélica estadouni-d e n se.

Pero más allá del ajuste po-lítico en las cintas nominadas, lapieza indie mostrada con “Ellado bueno de las cosas”, latrascendencia espiritual “l i g h t”de “la vida de Pi” y una ce-remonia plagada de bailes y mu-sicales, los Oscar de este año

mostraron que en la poderosaindustria de Hollywood conti-núan dominando las lógicas demercado y las tendencias.

Ya a estas alturas podría re-sultar inútil la reflexión sobre laverdadera validez que tienen losOscar en cuanto a si las pe-lículas premiadas responden

más a su calidad artística que alas intensas campañas mediá-ticas que emprenden las po-derosas empresas productoras,pues es obvio que aunque pormomentos sus decisiones pue-dan coincidir con la crítica másque con la taquilla, siempre ter-minan por mirarse el ombligo.

Aunque quizá ya no resultaevidente aquella debilidad quemostraba Hollywood hacia cier-tos temas morales o relatos depersonajes con deficiencias fí-sicas o mentales; parapléjicos,autistas o simplemente tarados.Precisamente en este año, re-validando esa diversidad quecaracterizó a la gala JenniferLawrence (“El lado bueno de lascosa s ”) haya vencido a una es-tupenda Emmanuel Riva. Asíquedaba saldada la cuota de cinesemiindependiente emulando aotras entregas en donde se hizolo mismo con películas como“Juno”, “S i d eways ” o “L i tt l eMiss Sunshine”.

En ceremonias anteriores hasido común que la Academiapremie a las cintas donde lasidealizadas, pero evidentes, ac-ciones humanitarias relatanmodernos cuentos de hadas conpersonajes blancos que exudanbondad desinteresada hacia losafroamericanos. Así triunfóSandra Bullock en 2010 con“The blind side”. Y así compitióel año anterior “The help”, unrelato sobre la toma de con-ciencia de una joven blanca, an-te el violentísimo trato sobre elservicio doméstico afroestadou-nidense. Y de esta manera arre-bató, tras su sobrecogedora in-terpretación en “Pre c i o u s ”, susegundo Oscar a PenélopeCruz.

En contraste con estas no-tables tendencias, la Academiaha sabido complacer a un mer-cado de minorías que ha coin-cidido con momentos de evi-dente ascenso económico. Enlos premios de 2001, además delOscar honorario a Sidney Poi-tier, Denzel Washington y HalleBerry ganaban como mejores ac-to res .

En 2005 sucedió algo similarcon otra minoría. En las pan-tallas se presentaba amenazanteun fenómeno gay con títulos queprometían tomarse los Oscar.“El secreto de la montaña”, “Ca-p ote ” y “Tra n sa m e r i ca ”, mos-traban entre sus personajesprincipales a vaqueros enamo-rados, escritores homosexualesy transexuales.

Ang Lee, triunfador comoMejor Director de la gala de este

año se alzaba como Mejor Di-rector por primera vez enaquella ocasión.

El año siguiente, el mer-cado latino logró hacerse pre-sente en los premios de laAcademia. “Babel”, de Ale-jandro González Iñárritu o “Ellaberinto del fauno”, de Gui-llermo del Toro, guiaban lanominación de Adriana Ba-rraza como Mejor Actriz deRe pa r to.

El año pasado hubo un fe-nómeno interesante. El pro-pio cine y su historia fueronmotivo de homenaje. Que “Ela r t i sta ”, un largometraje si-lente, filmado en blanco y ne-gro y de un director francéscomo Hazanavicius haya sidoel gran triunfador de aquellanoche podría hacernos pensaren que una osada apuesta dela Academia por una propues-ta artística era posible.

Sobre todo cuando el granrival a vencer era la primeraincursión de Martin Scorseseen el cine familiar: “H u go ”.Mas, sin que ese año hayallegado a ser una verdaderareivindicación de la Academiaa las propuestas artísticas, lacoincidencia mostró que lasdos películas más ganadorasde la noche podían ser dosemotivas declaraciones deamor al cine.

Pero más allá de intencio-nes y tendencias lo que aún esevidente es que el marketingimpera en la industria y en laAcademia. La presencia mis-ma de la primera dama deEE.UU. responde al tenaz ca-bildeo que propuso el pode-roso productor HarveyWeinstein, quien es conocidopor gastar en millonariascampañas de sus películasque se traducen en nomina-ciones y premios y que a la vezle devuelven la fuerza de mer-cadeo a esas cintas para quetengan retribución en la ta-quilla.

A veces parece que lostiempos han cambiado. Ya elteatro donde se celebra la en-trega no se llama Kodak, sinoDolby, como símbolo del in-detenible avance de la tec-nología y la era digital. Ymientras tanto, los Oscar nodejan de generar más dudassobre su calidad como reco-n o c i m i e n to.

Ahora, aparentemente, ga-nó la diversidad. Sin embargolo único que queda claro esque continúa primando esaautocomplacencia infinita.

el de Mejor Director o de MejorPelícula –pues el bueno de Fo-rrest Gump se los había quitadotodos-, este año, quizá, era unacompensación a su carrera o unapista más sobre la diversidadque tuvo la repartición de ga-l a rd o n es .

En la pasada entrega de losOscar no hubo un claro ganador.Y los premios se repartieronentre varios filmes. La ausentemás notable fue sin duda lapelícula “The Master”, un relatoambientado en los años 50, quemuestra la relación de un líderreligioso (Phillip Seymour Hof-fman) con su joven discípulo(Joaquin Phoenix) utilizando elnacimiento de la Iglesia de laCienciología como excusa. Lacinta de Paul Thomas Andersondebía haber, no solo competido,sino triunfado en varias de lascategorías; la mirada políticafue, más bien, la que imperó

“Haneke renunciaa todo tipo deefe ct i s m onarrativo. Hayescasez demovimientos decámaras. No existem ú s i cai n c i d e n ta l . . .”

“Pero más allá deintenciones ytendencias lo queaún es evidentees que elmarketing imperaen la industria yen la Academia”

imposible que deje de ser abu-rrida su clase de Historia.

Por ello, quizá el gran per-dedor en la pasada entrega delos premios Oscar es precisa-mente el director judío ame-ricano. Pues en una ceremoniaque no representa más que unacto de autocomplacencia deuna poderosísima y multimi-llonaria industria resulta pocomenos que llamativo que unapelícula y un director que seadhieren convenientemente alas políticas de la Academia nohayan sido favorecidos más queen un par de categorías de las 12nominaciones por las que par-ticipaba. Algo bastante similar alo que sucedió en 1985, cuandosu filme “El color púrpura” pa r -ticipó en 11 categorías y se quedócon las manos totalmente va-cías. Algo similar a lo que su-cedió el año pasado cuando as-piraba a seis estatuillas con sudrama bélico “Caballo de gue-r ra ”, pero no ganó ninguna... Laúltima cinta de Spielberg tuvoque conformarse con un premiotécnico (diseño de producción)y otro para su protagonista, Da-niel Day Lewis, quien ya habíarecogido el galardón en dos oca-siones anteriores (“Mi pie iz-q u i e rd o ” y “Petróleo sangrien-to ”).

Incluso la excesiva lectura so-bre aquel período de esclavituden clave de spaguetti westerndirigida por Quentin Tarantinoconvenció más a la otrora “co m -pletamente conservadora” Aca -demia. Tarantino repitió comomejor guionista, algo que habíaconseguido –seguramente conmucho más méritos- con su pe-lícula “Pulp fiction”.

El guión ganador de esta con-vocatoria no es el mejor. Y suprincipal falencia es precisa-mente la manía de Tarantino porno dejar ningún cabo suelto ybuscar la conexión o el dese-nlace para cada una de las sub-tramas que aparecen en la pe-lícula lo que incluso influye en elexagerado metraje de la cinta(165 minutos). Aunque el filme,y como acostumbra el cineasta,presente momentos gloriososcomo la contrarreferencia quehace de “El nacimiento de unanación”, de Griffith al momentode presentar la llegada del KuKlux Klan.

Otra de las virtudes de Ta-rantino es la de regalar estu-pendos papeles cosidos a la me-dida de sus actores con entre-tenidísimas acciones y diálogos.En esta ocasión significó un se-gundo Oscar para Christoph

Waltz, quien ya había alcanzadoeste galardón por otra cinta delmismo director: “Ingloriousba ste rd s ”. Pero si en 1994 elOscar a Mejor Guión fue unaespecie de compensación a Ta-rantino por no haber conseguido

sobre la ceremonia.Además de “L i n co l n ”, la his-

toria de “A rgo ”, de Ben Affleck,también tenía fuertes conexio-nes con la Casa Blanca, razónpor la cual se consiguió vincularel interés de la primera dama,que fue, precisamente, quienanunció a la ganadora en la ca-tegoría de Mejor Película, cintaa la que incluso, el ex presidenteJimmy Carter había mostradosu aprobación. Más que polí-ticamente correcto, Affleckagradeció y glorificó las cua-lidades de Spielberg como di-rector. “A rgo ” triunfó como Me-jor Película, pero Affleck to-davía no goza de la credibilidadsuficiente como para que la Aca-demia lo nomine como MejorD i re cto r.

“Zero Dark Thirty” ta m b i é nfue otra de las cintas nominadasque tocaba un tema político co-mo fue la caza de Osama Bin

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ve n TAnaca r tó N Piedra → d o m i n go 3 de marzo del 2013

De laspalabras alos hechos

Del mismo modo como las personas

necesitan una visa o algún tipo de permiso

para vivir o trabajar en un país que no es el

suyo, las palabras que no pertenecen al

‘te r r i to r i o ’ del español también precisan de

reglas especiales para habitar y transitar

dentro de nuestro idioma. Así, la principal de

estas reglas nos indica que si queremos

incluir en un escrito una palabra de otro

idioma debemos resaltarla de alguna

manera. La Real Academia Española

recomienda que se las resalte con cursivas o,

en su defecto, las escribamos entre comillas.

Estas reglas se aplican si las palabras no han

sido adaptadas a la grafía española o si su

pronunciación no representa un problema.

Por ejemplo, ‘Se puso un jean par a salir’ o

‘¿Cuál es el leitmotiv de la obra?’. Esto

sucede también con latinismos puros, por

ejemplo: ‘El profesor dixit’. Esta regla

también se emplea en locuciones de otros

idiomas, incluidos los latinismos. De este

modo, es necesario resaltar con cursivas o

comillas expresiones como femme fatale,

ipso facto, top model o dolce vita.

Sin embargo, cuando las palabras ya han

sido adaptadas al español, es decir, cumplen

con las normas gráficas y fonológicas del

idioma (tal como las personas cuando

obtienen la nacionalización), no es necesario

resaltarlas, sino escribirlas con todas las de

ley. Eso sucede, por ejemplo, con varias

palabras de la tecnología que han sido

adaptadas al español, como escáner, tóner,

blog o chat. O con otras palabras, como

estándar, espagueti, pedigrí, eslogan,

champú. También ocurre con palabras latinas

como cuórum o hábitat, que se han

adaptado sin problemas al español.

Como vemos, muchas palabras de otros

idiomas han entrado a formar parte del

español, obviamente siempre teniendo en

cuenta que no exista una palabra en nuestro

idioma que pueda reemplazarla, porque, si

existe, es mejor utilizar lo que nos pertenece.

MARÍA DEL PILAR COBO

ENTRE LA VISA Y LA

NAC I O NA L I ZAC I Ó N

Sté p h a n e

El destino de Stéphane Hes-sel, diplomático retiradoque había nacido en Berlín

y se había criado en Francia,cambió cuando en 2010 aterrizóen las librerías un manifiesto de32 páginas que llamaba a larebeldía de la juventud, a quiengritaba “¡ I n d i g n a os ! ”.

Aquella obra, vendida por mi-llones en el mundo, sacó delanonimato a un hombre que yapor entonces contaba con 93primaveras, que pasaba por serel último redactor vivo de laDeclaración Universal de los De-rechos Humanos de 1948 y quehabía esquivado la muerte envarias ocasiones.

En la resistencia francesacontra los nazis y en los camposde concentración de Buchen-wald y Dora-Mittelbau, una ex-periencia vital que marcó su vi-da y forjó su carácter, compro-metido con las causas que con-sideraba justas.

Una muerte que a Hessel lellegó el pasado miércoles a los 95años en París y que en 2011,cuando viajó a España para pro-mocionar su biografía, asegu-raba aguardar con serenidad y“con un cierto apetito”.

En los últimos años de suvida, Hessel se convirtió en lavoz de la conciencia de una so-ciedad que escuchaba con es-peranza su llamamiento al com-

Hess e l , la voz

promiso, su grito de “¡Indig-n a os ! ” que fue tomado porbandera por movimientos delmundo desesperados con lai n j u st i c i a .

Fue la guinda a una exis-tencia apasionante, iniciadaen Berlín el 20 de octubre de1917, en el seno de una familiaformada por un escritor judíoy una berlinesa apasionadapor el arte, que le inculcaron elgusto por las letras que eljoven Stéphane desgranabacon pasión.

A los 8 años se instaló enFrancia con su madre y entróen contacto con Apollinaire,Baudelaire, Goethe o Rim-baud, con los que se infectódel virus de la poesía que loacompañó el resto de susdías.

En sus años de escuela en elcolegio alsaciano de París co-

noció a Marcel Duchamp, An-dré Breton o Pablo Picasso yposteriormente ingresó en laEscuela Normal Superior quele auguraba una carrera en laadministración pública.

En 1937 obtuvo la nacio-nalidad francesa y dos añosmás tarde fue llamado a lasarmas ante el ataque alemán.

Tras combatir en variosfrentes durante dos años, seunió a la resistencia francesade Londres, pero en 1944 re-gresó a Francia, donde fue de-tenido por la Gestapo y de-portado al campo de concen-tración de Buchenwald.

Allí dio esquinazo a lamuerte al cambiar su iden-tidad con la de otro deportadofallecido de tifus, lo que lohizo salvarse de la horca.

Varias tentativas de fuga yel paso por diversos campos deconcentración se saldaron conuna evasión del tren que lotrasladaba a Bergen-Belsen.

Al final de la Segunda Gue-rra Mundial ingresó en la di-plomacia gala y fue nombradopara la secretaría general delas recién nacidas NacionesUnidas, donde participó en laredacción de la DeclaraciónUniversal de los Derechos Hu-m a n os .

Un combate que, desdepuestos diplomáticos, llevópor África y Asia, hasta queFrançois Mitterrand lo nom-bró embajador de Francia enese organismo.

Comprometido con la iz-quierda, Hessel ocupó puestosministeriales en los gabinetessocialistas hasta que se ju-b i l ó.

Pero su compromiso con-tinuó con causas como el con-flicto israelo-palestino o laacogida de los inmigrantes.

Hasta que su grito alcanzóuna fuerza enorme con la pu-blicación de “I n d i g n a os ” en elotoño de 2010, en una pe-queña editorial del sur deFrancia, sin ruido ni promo-ción mediática, pero que en-contró un eco enorme en unasociedad necesitada de refe-re n tes .

Un millón de ejemplares endiez meses, traducción a 32lenguas, publicación en uncentenar de países y cuatromillones de libros vendidos enel mundo cambiaron parasiempre la vida del diplomá-tico retirado comprometidocon las causas justas. EFE¡Indignaos!, de Hessel.

María del Pilar Cobo ( Q u i to )Profesora de Redacción, lexicógrafa ycorrectora de textos. Máster en Edición de laU. de Salamanca, Magíster en LexicografíaHispánica de la Escuela de LexicografíaHispánica de la RAE, ex becaria de laAcademia Ecuatoriana de la Lengua y hacolaborado en varios proyectos lexicográficos.Miembro fundadora de la Asociación deCorrectores de Textos de Ecuador (Acorte).Preguntas y sugerencias: [email protected]

de los “I n d i g n a d o s”

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ve n TAna

R ECO M E N DA D O S

Cincuenta poemas inéditos de

Cincuenta poemas inédi-tos del escritor y poetaRudyard Kipling

(1865-1936), elegido en nu-merosas ocasiones como elfavorito de los británicos, sepublicarán en una edición re-copilatoria en marzo.

Los textos fueron encontra-dos por el académico estadou-nidense Thomas Pinney repar-tidos entre archivos familiares,documentos de un responsablede la compañía naviera CunardLine y durante obras en unacasa en Manhattan (NuevaYork), publicó el diario “TheG u a rd i a n ”.

La colección aborda temascomo la Primera Guerra Mun-dial (1914-18), que el escritorbritánico inicialmente apoyóhasta la muerte de su hijo Johnen la batalla de Loos en 1915,que motivó sus “Epitaphs ofthe War# (Epitafios de la Gue-r ra ) .

“Si hay alguna cuestión quejustifique por qué morimos,cuéntasela, porque nuestrospadres mintieron”, escribe conamargura el poeta.

Otros versos descubiertos

Kipling verán la luz en marzopor Pinney abordan temas can-dentes de la época como loslímites de la prensa y la invasiónde la privacidad, que el ganadordel Premio Nobel de Literaturade 1907 critica en su poema “ThePress ” (La prensa).

“¿Tenéis moral? ¿Arde vues-tro ingenio? ¿Cómo se llamavuestra mujer? ¿Cuánto gana?”,se pregunta cargado de enfadoimitando el tipo de preguntas

Rudyard Kipling es uno de los más grandes cuentistas de la lengua inglesa.

Bariloche, Andrés NeumanParábola de la memoria y deldeterioro, el libro plantea laconfusión entre los recuerdosasombrados de la adolescencia y unaconciencia escéptica, entre laidealización imposible de lanaturaleza o del primer amor y laasfixia moral y física de las grandesc i u d a d e s.

El Condotiero, George PerecPerec declaró que este libro fue laprimera novela que consiguió escribir.Medio siglo después de su redacción–entre 1957 y 1960– y treinta añosdespués de la muerte del escritor sedescubre una obra de juventud de laque se había perdido el rastro y queha sido recuperada. El libro se lopuede adquirir en Tolstói Librería.

Bajo la lluvia ajena, Juan GelmanLos textos que integran el librocomponen un mosaico de agudasreflexiones sobre el destierro, laausencia y el dolor. Elaboradas conigual sentimiento y hondura lasaguafuertes de Carlos Alonsoconfluyen en la obra de Gelman,forjando en su encuentro untestimonio de gran lucidez.

Novelas y novelistas: el cánon de lanovela, Harold BloomEste volumen está dedicado a lanovela, así como a sus creadores y, alo largo de sus páginas, el autorrecorre las cumbres y las obrascapitales de su historia. Desde elinevitable Cervantes hasta autorescontemporáneos, como Roth, DeLilloo Pynchon, pasando por Defoe.

que le hacían los periodistas.Nacido en la India colonial,

Kipling ha sido una figura li-teraria muy popular pero a me-nudo se lo ha considerado “po -líticamente incorrecto” por suencendida defensa del imperia-lismo británico.

Kipling fue criticado por estemotivo por algunos reconocidosautores contemporáneos comoel también británico George Or-

well (1903-1950), que llegó allamarlo “el profeta del impe-rialismo”.

Los cincuenta poemas iné-ditos se publicarán el próximomes en una nueva edición re-copilatoria de sus obras com-pletas por la editorial Cambrid-ge, que incluyen obras como “Ellibro de la selva”, “El hombreque pudo ser rey o “Kim de laIndia”. EFE

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ve n TAnaca r tó N Piedra → d o m i n go 3 de marzo del 2013

Agrupaciones puertorri-queñas de la nueva ge-neración de la salsa man-

tienen vigente el legado de laestrella de este género musicalHéctor Lavoe, dos décadas des-pués de la muerte de “El can-tante de cantantes”.

NG2, San Juan Habana yN’Klabe son algunas de las or-questas que han mantenido vi-gente la salsa en la última dé-cada gracias al legado de lascanciones que hace más deveinte años Lavoe plasmó a tra-vés de mensajes coloquiales yb o l e ros .

Gerardo Rivas, miembro deNG2, señaló que la mayor ad-miración por Lavoe, a quiendescribió como “el jíbaro en elgénero de la salsa”, es por tra-tarse de alguien único comopersona y por su jocosidad.

“Le enseñó al mundo de lasalsa que si la gente iba para laderecha, él iba a la izquierda, ypor eso yo lo admiro muchoporque le gustaba ser diferentea los demás”, dijo.

Rivas contó que fue su padre,Jerry Rivas, integrante de lalegendaria orquesta El GranCombo de Puerto Rico, quien leintrodujo a la música de La-vo e.

El intérprete de “Ella me-n ea ”, “De carne y hueso”, “Vo ya pintarte” y “Mi salsa se res-p eta ” dijo que su canción fa-vorita de Lavoe es “El can-ta n te ”, escrita por el panameñoRubén Blades, debido a que esun tema autobiográfico que ex-plicaba cómo era la dura vidaque llevaba el salsero boricua apesar de ser una estrella.

“La gente se cree que por serartista la vida es color de rosa.Él transmitió lo que a todos nospasa al ser seres humanos. Te-nemos familia, problemas,preocupaciones, pero cuandonos trepamos a la tarima somos

JORGE J. MUÑIZ ORTIZ

Un disco de Lavoe.

La nueva generación de la

otro tipo de persona”, contó.Por su parte, Juan José Her-

nández, director musical deSan Juan Habana, afirmó que,de una u otra forma, todos losmúsicos y cantantes del ritmocaribeño fueron influenciadoscon la música de Lavoe, con-siderado como uno de los má-ximos exponentes de la salsa.

El músico cubano recordóque la primera vez que supo deHéctor Lavoe fue en La Habanaa sus 18 años, cuando eramiembro de la orquesta deAdalberto Álvarez y su Son, enel momento que tuvo en susmanos el disco “De ti depende”( 1 9 76 ) .

“Escuchaba ese disco ade-más de otros de salsa de PuertoRico y siempre me llamó laatención el bolero “De ti de-

pende’ y la forma en que él(Lavoe) lo interpretaba”, abun-dó Hernández.

Añadió que el legado de La-voe ha sido tan grande quehasta cantantes como Van Les-ter y Rafi Santana lo imitan ensus respectivas orquestas “porese timbre nasal, pero natural”que tuvo el fenecido salsero.

Hernández lamentó la tristevida que tuvo Lavoe, que co-menzó con el fallecimiento desu madre a sus 3 años, el ase-

sinato de su hermano, la muer-te de su hijo mayor, HéctorLuis, por un disparo accidental,un intento de suicidio y la caídaen las drogas hasta morir desida.

Aún así, Hernández destacóel profesionalismo de Lavoe,que a pesar de tantos proble-mas sacaba las energías paracantar a su mejor nivel.

“La vida de Héctor fue bienabrupta. Es una pena porque sepierde el ser humano y el ar-tista. A pesar de esas vivencias,mantenía esas ganas para can-ta r ”, enfatizó.

Felo Torres, líder de N’K l a b e,dijo que la “peculiaridad de

Héctor Lavoe no solo fue por suforma de cantar, sino de ser”.

Recordó que tuvo la opor-tunidad de verlo en vivo y quesu personalidad trascendió trassu muerte, el 29 de junio de1993 en un hospital de NuevaYo rk .

“Algunas de sus influenciasvan hasta en su forma de vestirpor su “tu m ba o ” (fluidez cor-poral) las gafas y la chaqueta”,dijo Torres del intérprete deéxitos como “El Todopodero-so ”, “Mi gente”, “Rompe sa-ra g ü ey ”, “Periódico de ayer” y“Ag u a n i l e ”.

Torres y N’Klabe lanzaron en2011 el disco “Aires de Na-vidad”, que incluye éxitos deWillie Colón y Lavoe de lasproducciones “Asalto navide-ño” (1971) y “Feliz Navidad”(1979).

Torres relató que la relaciónque tiene N’Klabe con Lavoe estan genuina que su manejador,José Díaz, fue miembro delequipo de trabajo del fenecidosalsero, de quien en 2006 selanzó la película sobre su vida,“El cantante”, que protagonizóMarc Anthony.

salsa mantiene el legado de

Héctor Lavoe

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ve n TAna

“SOLO MUERDOPOR TI”Nena DaconteGrabado en losestudios Sonobox(Madrid) bajo laproducción deManuel Colmenero y Javibu Carretero,“Solo muerdo por ti” es el cuarto disco deNena Daconte, el segundo con MaiMeneses en solitario, que se encarga dela composición de la letra y música.

R ECO M E N DA D O S

“JOHN WESLEYHARDI NG”Bob Dylan“John WesleyH a rd i n g ” es undisco conceptualque con unasimple instrumentación de guitarraacústica, armónica, bajo y batería (enocasiones aparece un piano y una steelguitar), homenajea a inmigrantes,perdedores, bandidos y ladrones.

TODO SKA-PS ka - PCuando Ska-Pestá a punto decumplir 20 añosde carrera sepublica esta granantología de su obra en edicionesdiferentes, que abarcan desde una cajaintegral con material inédito a unaedición digital con sus 19 grandes éxitosm u s i c a l e s.

El aclamado pianista demúsica clásica Van Cli-burn, conocido por su

triunfo en una competicióncelebrada en Moscú en 1958que ayudó a calmar la GuerraFría y propulsar su carreraartística, falleció el pasadomiércoles víctima de un cán-cer de huesos a los 78 años.

Informó su publicista yamiga íntima, Mary Lou Fal-cone, que Cliburn murió ensu residencia de Fort Worth(Texas) acompañado por susseres queridos.

“Van Cliburn fue una le-yenda internacional durantemás de cinco décadas, ungran humanitario y un mú-sico brillante cuya luz con-tinuará brillando a través desu extraordinario legado”,dijo Falcone en un comu-n i ca d o.

MAMA SAIDLenny KravitzEl disco tieneclaras influenciasde los másgrandes músicosde la historia: lafantástica guitarra a lo Jimi Hendrix quedeja patente ya en el primer tema “Fieldsof Joy” el talento compositivo de JohnLennon, y la puesta en escena y talentomusical de Prince.

“PUSH THE SKYAWAY ”Nick Cave & TheBad Seeds“Push the skyaway ” es unálbum de NickCave & The Bad Seeds. Producido porNick Launay se grabó en La Fabrique, unestudio situado en una mansión del sigloXIX, en el sur de Francia. El primer singledel disco es “We No Who U R”.

Cliburn,Muere Van

Cliburn alcanzó la fama alganar con 23 años la primeraedición del Certamen Inter-nacional Tchaikovsky, orga-nizado en Moscú en 1958,seis meses después del lan-zamiento del Sputnik -el pri-mer satélite artificial- quepuso en evidencia a EstadosUnidos y prendió la mechade la batalla por el espacio.

Aquel éxito lo llevó a pro-tagonizar numerosos con-ciertos por el país, inclusoser portada de la revista Ti-me, que lo proclamó “el te-jano que conquistó Rusia”.Hasta la ciudad de NuevaYork dedicó un desfile en suhonor que reunió a unas100.000 personas en las ca-lles del bajo Manhattan.

Su victoria en aquellacompetición también de-mostró la influencia de las

artes al conseguir cierta uni-dad en medio de una fuerter i va l i d a d .

A pesar de la tensión entreRusia y Estados Unidos, Cli-burn se convirtió en una fi-gura para los rusos hasta elpunto de que el entonceslíder soviético Nikita Khrus-hchev dio su visto bueno pa-ra entregarle el galardón.

“Tchaikovsky Piano Con-certo N° 1”, grabado juntocon el director de orquestaruso Kirill Kondrashin, seconvirtió en el primer álbumde música clásica en ser dis-co de platino en Estados Uni-d os .

Cliburn actuó para cadapresidente estadounidensedesde Harry Truman y, juntoa la ayuda de varios ciu-dadanos de Fort Worth, creóla competición de música in-ternacional que lleva sunombre, destinada a ayudara jóvenes artistas y cuya edi-ción número 14 se celebraráentre los meses de mayo yj u n i o.

En 2003 recibió la Me-dalla Presidencial de la Li-bertad, el máximo honor delpaís para un civil, y un añodespués obtuvo la Orden dela Amistad de la FederaciónRusa, otorgada por VladimirPu t i n .

el pianista de música clásica

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ve n TAnaca r tó N Piedra → d o m i n go 3 de marzo del 2013

En “Silver Linings Playbook” la insanidad es un requisito para ponerse frente a la pantalla.

Patrick acaba de dejar elhospital psiquiátrico deBaltimore en donde es-

taba recluido por órdenes de lacorte, regresa a vivir con suspadres, a pesar de que los doc-tores no están de acuerdo condarle de alta, y debe mantenercierto número de horas de te-rapia, tomar sus medicamentosy respetar a su oficial de li-bertad condicional, quien ve-rificará que no tenga nuevosincidentes y que respete la or-den de restricción que le impideacercarse a su aún esposa Nikki.Esa es la simple y llana historiade la película “Silver LiningsP l ayb o o k ”, de David O. Russell,que viene con una condición,Pat, como lo llaman sus amigosy familiares e interpretado porBradley Cooper, mantiene unestricto régimen de ejercicio,controla su bipolarismo evitan-do en lo posible las medicinasque lo hacen sentir ido y leetodos los libros del currículo desu esposa profesora de litera-tura para en algún momentoregresar a su matrimonio comosi nada hubiera pasado y de-mostrando que él está bien. A la

Excelsior es una palabra

GDFGDF

“No hay nada mejor que un actorque está realmente hambriento pormostrar todo lo que tiene”

que lo llevaría de vuelta al psi-quiátrico de Baltimore; y Randy(Paul Herman), compañero dePat Sr. Para ver los juegos de losEagles de Philadelphia aunqueél es aficionado de los DallasCowboys y quien motiva el clí-max de “Silver Linings Play-book” con una “a m i stosa ” do-ble apuesta con Pat Sr. Cadauno es una locura aparte y dotaal filme de O. Russell de unatextura muy agradable al es-pectador, a pesar de ser unahistoria de locos. Sin embargo,a todos, incluido Pat, los opacala presencia de Tiffany (Jen-nifer Lawrence), una chica mis-teriosa con problemas propios.Ella desborda en la pantalla nosolo por la juventud y belleza dela actriz que la interpreta, sinopor la naturaleza de su per-sonalidad autodestructiva, dis-funcional y omnisciente de loque pasa a su alrededor y cómodarle solución a pequeños pro-blemas como los de Pat.

Jennifer Lawrence es el con-dimento perfecto para un pe-queño filme que podía ser nosolo el gran ganador de los pre-mios Independent Spirit 2013,sino uno de los relevantes no-minados a los Oscar 2013. Enlos últimos años han sido varioslos esfuerzos audiovisuales quehan logrado una calidad inte-resante en lo artístico, lo quelos ha hecho favoritos de lasaudiencias cinéfilas del mundo,pero no del gran público de lasmultisalas ni de las academiascinematográficas del planeta,entre ellos “Flirting with Di-sa ste r ” (1996) y “I Heart Huc-ka b e es ” (2004) también diri-gidos por O. Russell, “B a r n ey ’sVe rs i o n ” (2010), protagonizadapor el reconocido actor de ca-rácter Paul Giamatti y “WeNeed to Talk About Ke-vin”(2011) con el versátil JohnC. Reilly en su reparto prin-cipal. Algunos críticos diránque ya es tradición del Oscaracoger entre sus principales no-minados a estos desconocidos,bien realizados y peculiares fil-mes como fue el caso con “Wi n -te r ’s Bone”, “The Hurt Locker”,“The Artist”, “No Country forOld Men”, “There Will beBlood”, “The Wrestler”, en unlargo etcétera sin considerarque esa tendencia “b e n évo l a ”del Oscar empezó con el de1995 celebrado en 1996 cuandoentre los principales conten-dores estuvo “Babe” y el grantriunfador fue “Brave Heart”, lo

realmente relevanteEn “Silver Linings Playbook” todas las actuaciones sonesenciales a la historia narrada, especialmente a la comicidadque podría generar una amistad-enamoramiento entresicóticos. Sin embargo, son la presencia y la frescura deJennifer Lawrence las que agigantan al pequeño filme

par son sus amigos y familiareslos que están mal, su padre PatSr. (Robert De Niro) es ob-sesivo, compulsivo y supers-ticioso, además de estar vetadode entrar al estadio del equipode fútbol americano local porhaber tenido varios incidentesviolentos en el sitio; su amigoRonnie (John Ortiz) está as-fixiado en su propio matrimo-nio con Verónica (Julia Stiles)satisfaciendo cada uno de suscaprichos y preocupándose porel bienestar de su recién nacidahija sin compartir el estrés quele genera ser el proveedor detoda esa buena vida modernaque llevan, Verónica controla asu antojo a Ronnie y obtienesiempre lo que quiere, ademásde poner a prueba las funcio-nalidades sociales de Pat y lahermana de ella, Tiffany; y Do-lores (Jacki Weaver) es la madrede Pat que espera que esté bien,arregla sus encuentros casualescon Tiffany cuando ambos sa-

len a correr, pero teme las reac-ciones violentas de Pat.

Nada sería de “Silver LiningsP l ayb o o k ” sin su peculiar co-lección de personajes secun-darios, a tono con un subya-cente estilo cómico que O. Rus-sell siempre deja en sus pe-lículas, aunque sean de un gé-nero cinematográfico entera-mente opuesto a la comedia:Danny (Chris Tucker), el amigoincondicional de Pat y el únicocon el que tiene conexión tantodentro del hospital psiquiátricocomo en el mundo exterior; supsiquiatra, el Dr. Cliff Patel(Anupam Kher), quien buscaque la canción que desató elincidente que llevó a Pat alpsiquiátrico ya no tenga efectoen él; Jake (Shea Whigham), elhermano de Pat que piensa quesu hermano resiente su éxito yracha ganadora; el oficial Keogh(Dash Mihok), quien supervi-gila y reporta cualquier inci-dente que Pat pudiera tener y

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ve n TAna

R ECO M E N DA DA S

Cloud Atlas: la red invisible, TomTykwer, Andy y Lana WachowskiLa película aborda, en seis génerosdiferentes, seis historias ambientadasen lugares y épocas distantes entreellas: del siglo XIX, el filme da unsalto a un futuro posapocalíptico.Una exploración acerca de cómo lasacciones de una vida individualpueden impactar en el pasado, elpresente y el futuro de otra persona.

Los momentos eternos de MaríaLarssons (Everlasting Moments),Jan TroellSuecia, 1900. En una época decambios sociales y pobreza, la joventrabajadora María gana una cámarafotográfica en un concurso. Comenzaráentonces una doble vida para la chica,en la que conocerá a un fotógrafo quele enseñará a ver la vida a través de lalente de la cámara.

The Master, Paul Thomas AndersonDrama sobre la Iglesia de laCienciología. Lancaster Dodd (SeymourHoffman), un intelectual brillante y defuertes convicciones, crea unaorganización religiosa que empieza ahacerse popular en Estados Unidoshacia 1952. Freddie Quell (JoaquínPhoenix), un joven vagabundo, seconvertirá en la mano derecha de estelíder religioso.

Testigo de cargo, Billy WilderLeonard Vole, un hombre joven yatractivo, es acusado del asesinato dela señora French, una rica anciana conquien mantenía una relación decarácter amistoso. El presunto móvildel crimen era la posibilidad deheredar los bienes de la difunta. Apesar de que las pruebas en su contrason demoledoras, Sir Wilfrid Robertsse hace cargo de su defensa.

que abrió las puertas para queen 1997 barriera “The EnglishPa t i e n t”. “Silver Linings Play-book”, basado en una novela deMatthew Quick, ha tenido lasmismas oportunidades quecualquiera de las películas aquímencionadas.

¿Será que su calidad vienede las 25 reescrituras de suguión o de haber sido un pro-yecto que originalmente diri-giría Sidney Pollack con An-thony Minghella como produc-tor que tuvo que archivarse yaen preproducción ante la muer-te de esos dos grandes cineas-tas? O. Russell no se amilanópor las palabras de Pollack,quien le dijo que era engañosotener mezclados contenidosemocionales, problemáticos,graciosos y románticos, y di-rigió la película, saliendo airosode este conflicto. Al igual quePat Jr., O. Russell encontró losllamados “silver linings” (e n -tiéndase como mejores mo-mentos y de mayor autorrea-lización y felicidad personal)para sacar adelante el filme. Suroca, que ya ha aceptado pro-tagonizar al menos dos de laspróximas películas que dirija,es Jennifer Lawrence, la pro-tagonista femenina de “S i lve rLinings Playbook”, que con solosonreír cambia todo el pano-rama de lo que sucede en pan-ta l l a .

“E xce l s i o r ” es la palabra a la

que Pat recurre para recogerseen su lugar feliz al enfrentar lastribulaciones de la vida coti-diana y bipolarismo, pero comotambién lo descubre Tiffany esla palabra principal en el es-cudo del Estado de Nueva York.Esto es negativo, ya que Pat Sr.cree que los Eagles de Phi-ladelphia ganarían el gran par-tido contra los Jets de NuevaYork, en el que había apostadofuertemente contra Randy, sisus dos hijos estaban en el es-tadio mientras él sostenía supañuelo con el logo del equipo yveía el partido en casa, ademásde que creía que el que Patpasara poco tiempo con él ydemasiado con Tiffany estabaafectando la suerte de los Ea-gles. Por supuesto, Tiffany hizonotar que cada vez que Patestaba con ella los Eagles ha-

bían ganado sus juegos. Allí lainspiración para que Pat Sr.haga la última apuesta con Ran-dy, los Eagles debían derrotar alos Cowboys y Tiffany y Patdebían promediar al menos 5puntos en su participación enun concurso de baile en el queella participaría como parte desu propia terapia.

Tiffany solo viste de negro yes la joven viuda del policíaTommy con quien estuvo ca-sada tres años, pero al morir suesposo desató su lado salvaje yempezó a tener relaciones se-xuales con todos los de su ofi-cina y prácticamente con cual-quiera que se lo pidiese. Por ellovive en un anexo en la parteposterior de la casa de sus pa-dres donde tiene acondiciona-do un pequeño estudio de baile,ya que practicar ese arte es su

terapia. Es, además, capaz deresumir acertadamente la tra-ma de “El señor de las moscas”,uno de los libros del syllabus deNikki, para Pat y de ofrecerse aayudarlo a hacerle llegar unacarta a Nikki en la que revelaque ya está normal y está ata-cando dos de los puntos que ellasiempre quiso cambiar de él, supeso y los cambios de humorcausados por su bipolarismo.

A cambio de esa importanteayuda con la reconstrucción desu matrimonio, Pat debe ayu-darla a ella a participar en elconcurso de baile y ensayar conella para dicho evento. A Pat Sr.No le agrada la relación conTiffany, pero tácitamente, a di-ferencia de Pat que lo haceverbalmente, reconoce que elproyecto con Tiffany está dán-dole disciplina y un centro a suhijo. La vida de todos los per-sonajes se revuelve cuando Tif-fany aparece en escena paraagitarlo todo, sea para bien opara mal.

Los cambios de vida son untema recurrente en el cinemundial. Aunque en el caso de“Silver Linings Playbook”, sinque uno sea o viva o esté devisita en Nueva York, al ter-minar de verla da ganas deexclamar a viva voz “exce l s i o r ”.La comicidad solapada es la quele da al filme su mejor cara,además de la edición de JayCassidy y Crispin Struthers.

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crÓNi ca

Viaje al santuariode Huidobro

PAUL HERMANN

E n Chile hay poetas co-mo uvas en racimos,hay poetas como vinos;poetas blancos, poetastintos, poetas rosas,poetas cavernet sau-

vignon, poetas merlot, hasta lospoetas de mesa son buenos poe-tas en Chile, y acaso esto se deba-como dice Roberto Bolaño, otropoeta chileno- a que el país esuna isla que limita al norte conel desierto de Atacama, el másinclemente del mundo; al estecon la cordillera de los Andes, lamás alta e infranqueable de laTierra; al oeste con el océanoPacífico y al sur con las tierrasblancas y mortales de ArturoGordon Pym.

En Chile los poetas vivos con-viven con los muertos casi sinpelearse, y corren con distintassuertes; pueden recibir un di-ploma de manos del rey de Sue-cia o morir alcoholizados en ba-rrios miserables. En Chile lospoetas tienen una bahía propia,museos, casas, carpas, monu-mentos de metal o de granito enmuchas plazas.

Gabriela Mistral, Pablo Ne-ruda, Pablo de Rocka, VioletaParra, Nicanor Parra, EnriqueLihn, Jorge Teillier, Gonzalo Ro-jas, Floridor Pérez, Oscar Hahn,Jorge Montealegre, Raúl Zurita,y también, desde luego, VicenteHuidobro, el rey de los poetas,como lo llamó a mediados de ladécada de los noventa AntonioSkármeta, en su programa detelevisión “El show de los libros”.

A más de talento, Huidobro(Santiago, 1893), lo tuvo todopara ser poeta; de su padre,marqués de Casa Real, heredódinero, y de su madre, anfitrionade las veladas literarias de suciudad, el camino hacia las le-tras. De ahí que publicó su poe-mario de tendencia modernista,Ecos del alma de Santiago, a los 18años, apenas ingresó a la Uni-versidad de Chile a estudiar li-te ra tu ra .

Amigo de Erik Satie, PabloPicasso, Tristán Tzara, Miguelde Unamuno, Charles Chaplin.Enemigo de Guillermo de la To-rre, Luis Buñuel y Pablo Neruda.Crítico del imperio británico.Masón. Surrealista. Antisurrea-lista. Vanguardista. Astrólogo.Alquimista. Cabalista. Ocultis-ta. Candidato simbólico a la pre-sidencia de la República. Ma-hometano bautizado. Comunis-ta y neocubista. Performer. Mi-liciano que peleó contra Franco.Corresponsal de guerra. Funda-

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crÓNi cador de los diarios La Reforma yAcción de Purificación Nacional y víc-tima de los impuros violentosque no solo lo golpearon sinoque hicieron estallar bombasfrente a su residencia. Viajero.Dandi de sociedad… Pero sobretodo, escritor; Vicente Huido-bro fundó y dirigió las revistasMusa joven, Azul (junto con Pablode Rocka) y Creación . Colaboró enNord Sud, Dada, L’Espirit Nóuveau, LaBataille Littéraire, La Vie des Lettres, LeCoeur á Barbe, Actino, Grecia, Cervantes,Tableros, Ultra, y publicó, entrepoemarios, novelas, ensayos,artículos, manifiestos y guionescinematográficos, la sorpren-dente cantidad de 34 libros.Mencionemos unos cuantos:“Poemas árticos”, “El espejo de agua”,“Mío Cid Campeador”, “Ca g l i o s t ro”, “Enla luna”, “El ciudadano del olvido”,“Sátiro o el poder de las palabras”,“Temblor del cielo”, “Altazor o el viaje enp a ra ca í d a s”…

Huidobro es, aunque PierreReverdy y Guillermo de la Torrehayan querido negarlo, el padredel creacionismo, movimientopoético centrado más en el pro-pio poema que en su sentido,álgebra del lenguaje en el que lossignos lingüísticos tienen valorpor su capacidad de reflejar be-lleza y no por su significados u sta n c i a l .

Huidobro influye en escri-tores de la generación del 27,como Juan Larrea, Gerardo Die-go y el mismo Federico GarcíaL o rca .

Murió en Cartagena de Chileen 1948, a causa de un derramecerebral desencadenado, proba-blemente, por sus heridas deguerra, y fue enterrado, segúnsu voluntad, en una colina fren-te al mar.

Ante Vicente Huidobro, se-ñores, hay que sacarse el som-brero, o al menos, estando enChile, ir a dejar un heliotropo(su flor poética), en su tumba,pues a él, como a las lenguasmuertas en manos del vecinotrágico, hay que resucitarlo, co-mo dice en “Altazor o el viaje enp a ra ca í d a s”, “con sonoras risas /con vagones de carcajadas / concortocircuitos en las frases / ycataclismo en la gramática /Levántate y anda / estira laspiernas anquilosis salta / fuegosde risa para el lenguaje tiritandode frío / gimnasia astral para laslenguas entumecidas / leván-tate y anda / vive como un balónde fútbol / estalla en la boca dediamantes motocicleta”…

A la tumba del poetaNo bien mi esposa y yo des-

cendimos del autobús en el par-que de Cartagena, un hombrecomo de cuarenta años, conapariencia de haberse comidotodas las empanadas de pino dela ciudad, nos abordó con acen-to de chileno rural, rápido ya to r m e n ta d o :

—¿Están buscando hospedaje?

—Bastó con que María Au-gusta y yo nos miráramos conojos de puntos suspensivos paraque continuara con su oferta:

—Tengo cabañas. 40 dólaresla noche por los dos.

—¿Dónde son?—Acá a la vuelta nomá pu…Caminamos hasta la esquina

de la plaza, giramos a la iz-quierda, pasamos frente a laiglesia, giramos a la derecha yempezamos a bajar una pen-diente, con el mar platinado anuestra diestra, entre casas demediados del siglo pasado, casitodas de concreto, muy pocas demadera de colores, con con-traventanas y visillos y cúpulasre p u b l i ca n a s .

—Por aquí —abrió el hombreuna puerta pequeña, de metal, ynos invitó a pasar.

Quizás por el silencio, acasopor la soledad, por el abandonode la ciudad aquel martes por lamañana, en cuanto entramos yla puerta se cerró a nuestrasespaldas con crujido de bisagrascorroídas por el salitre, y vimosuna habitación más parecida ala celda de un monje francis-cano que a la habitación de unhotel, pensé, con deformaciónde narrador, en las películas deQuentin Tarantino, aquellas enla que siempre hay alguien en-cerrado en cajas o colgado ca-beza abajo.

Decidí que seguiríamos ca-minando con las mochilas a losh o m b ros .

—¿Dónde está la tumba deHuidobro? —le pregunté alhombre antes de salir.

—Allá —nos mostró una ar-boleda a la que, deduje, lle-garíamos concluyendo la calleque declinaba a nuestros pies ysubiendo una pendiente.

Puesto que el día anteriorhabíamos estado en la casa mu-seo de Neruda en el cerro Be-llavista de Santiago, imaginaba

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crÓNi caque al final del camino nosencontraríamos con una casaconvertida en mausoleo, poreso cuando llegamos hacia elsitio indicado y nos topamoscontra el muro amarillo, conuna calle en declive que con-ducía al mar a la derecha y conun camino de tierra que con-ducía a un tugurio a la izquier-da, pensamos que nos había-mos perdido.

Un par de semanas después,en Puerto Montt, un nativo deSan Antonio, puerto ubicado adiez minutos de Cartagena, seadmiró de que alguien llegara asaludar a un poeta cuya casaestá en ruinas y que debido a suinsoportable vanidad y a la dis-puta que tuvo con Neruda, or-gullo chileno y marca registra-da, ha sido olvidado, o por lomenos, descuidado. De hecho,Volodia Teitelboim lo recorda-ba en los siguientes términos:“Su vida fue un gran sueño, lacacería del unicornio, lo delpájaro rey. Aun más, quiso ha-cer la poesía de nuevo. Abrir,romper la jaula del diccionario.Tenía ínfulas de fundador. An-siaba mostrarla en el escenariocomo un producto fresco, comoun milagro recién hecho. Laverdad es que el ego y la ima-ginación en él eran más fuertesque la razón, y el proyecto ma-yor que el alcance simplemente.¿Síndrome de Ícaro, el pilotoque vuela hacia el Sol? ¿O elposeído que intenta robar elfuego de los dioses?

Prometeo encadenado, libe-rado, vuelto a encadenarse. ¿Y al i b e ra rse ? ”.

Pero de momento ahí está-bamos, a causa de la experien-cia del hotel, acobardados yvulnerables, sin atrevernos aentrar, con todo el dinero denuestro viaje en los bolsillos, alsendero solitario, alejado, yprobablemente peligroso, queen opinión de un oportuno ysolitario transeúnte, conducía ala tumba del poeta.

Empezamos a subir y a ale-jarnos de la ciudad y vimos quea los árboles les habían salido,como frutas, unos letreros me-tálicos, azules con blanco, comode 30 x 10 centímetros, con elrostro de un joven Huidobro yjoviales letras que decían: “A latumba del poeta” y “Ruta pa-trimonial”.

Caminamos, como dicen enChile, caleta, es decir, largo,pasamos con los dedos cruza-dos frente a las casuchas ati-borradas de planchas de zinc,neumáticos usados, fierros oxi-

dados, maceteros rotos y otrasbasuras propias de botadero,giramos a la izquierda, despuésa la derecha y subimos y su-bimos por un camino empe-drado, disfrutando de la brisadel mar y del aire oloroso aeucalipto, volviendo a ver, devez en cuando, hacia el mar y elp o b l a d o.

Entonces escuchamos ladri-dos. Una ráfaga de ladridos agu-dos, sostenidos, con más tim-bre de ataque que de adver-tencia, y vimos aparecer, pordetrás de unos arbustos, unmastín blanco con negro.

Potter, Coolidge, Rubens,pintores de perros, habrían vi-vido cómodos en Chile entrequiltros grandes y amarillos,entre perros traposos vestidoscon pañuelos y chalecos que setienden en los portales a soñarcon la buena suerte de perroque tienen.

En el periódico santiaguinoThe Clinic de aquellos días, enla edición del jueves 7 de juniode 2012, para ser más preciso,Rafael Gumucio habla de estoen un texto llamado “El perrode Hitler”. “Chile está llena de

perros vagos. Es lo primero queimpresiona a los viajeros: acualquier hora, en cualquier lu-gar hay perros solos o en gruporecorriendo las ciudades. Losllamamos los quiltros, mezclaun poco de todas las razas,famosos por interrumpir des-files militares, por cruzarse enprocesiones religiosas (vi unotratando de violarse a un actorque hacía de Jesucristo un vier-nes santo).

“Generalmente inofensivos,de vez en cuando devoran aalgún niño o terminan con lavida de algún anciano. Sin em-bargo, cualquier intento de es-terilizarlos o exterminarlos hachocado siempre con lágrimasfuriosas del comité de defensade los animales. Desfilan asíindignadas actrices desemplea-das, cantantes sensibles, eco-logistas de todas layas y de-fensores de la tradición y elfolclore que nos recuerdan queexterminar y esterilizar es loque solía hacer Adolf Hitler ensu tiempo”.

Lo que no he dicho hasta elmomento es que tengo pánico

de

los perros desde la tarde deverano en que un pastor alemánsacó la cabeza por entre lasrejas de su casa y me clavó,profunda y dolorosamente, loscolmillos en el brazo, así quecuando este salió de su covachay se acercó hacia nosotros atoda velocidad, ladrando enlo-quecido, como si hubiese sidopastor y nosotros ovejas, roguéque lo sostuviera una alam-brada, que su amo lo man-tuviera a raya con un grito, peroen lugar de eso el perro seplantó ante nosotros, gruñen-do, mostrándonos los colmillos,los brillantes ojillos negros, laespesa baba que se le escurríapor las comisuras del hocico.¡Fuera! ¡Fuera!, le grité ate-rrorizado, me agaché, tomé unapiedra y se la arrojé con fuerza,deseando golpearle sonora ydolorosamente las costillas, co-sa de que regresara, llorando,sobre sus huellas de cinco de-dos y espolón, pero el mastínesquivó la piedra de un salto yempezó a acercárseme por uncostado. Puesto que era muchomás rápido y más grande queotros perros que me había en-contrado en los caminos, sabíaque no podría patearle el hocicocuando intentara morderme yasumí lo inevitable; casi podíasentir su salvaje dentellada enmi pantorrilla, cuando unasombra apareció en la puerta dela covacha y lo llamó. El mastínobedeció inmediatamente, co-mo un perro electrónico ante laseñal de un control remoto.

Un nativo se admiró de que alguienllegara a saludar al poeta que, porsu insoportable vanidad y a sudisputa con Neruda, ha sidoo l v i d a d o. . .

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crÓNi caLa Augusta estaba blanca,

como si hubiese visto un fan-tasma y no un mastín, o mejoraún, como si hubiese visto elfantasma de un mastín, así quetomó la primera rama que en-contró en el camino y siguiósubiendo, no porque quisierallegar a la tumba de Huidobro,sino únicamente porque queríaalejarse de la covacha.

Atrás de la tumba, a la de-recha, un muro con un libroabierto, de piedra. En la páginaizquierda se lee:

“Guiado por mi estrella / con elpecho vacío, / y los ojos clavados / en laaltura / salí hacia mi destino”.

La página derecha dice:

“Oh mis amigos / aquí estoy /vosotros sabéis acaso, / lo que yo era, /pero nadie sabe / lo que soy”.

La lápida dice:

“Aquí yace el poeta Vicente Hui-dobro 1893 – 1948”

Detrás de la tumba, una lá-mina mineral en la que su hijamayor, Manuela, y el poetaEduardo Anguita, mandaronmarcar el siguiente epitafio:

“Aquí yace el poeta Vicente Hui-dobro / abrid la tumba / al fondo deesta tumba se ve el mar”.

El viajero de San Antonioque semanas después encontréen Puerto Montt nos dijo que nofaltan quienes creen —co n s i -derando el poder económico ycoqueteos con el ocultismo quetenía Huidobro— que realmen-te se mandó construir en lacolina una tumba con vista almar e intentan levantar la fosapara disfrutar sus visiones.

Dejamos el heliotropo sobreel mármol, nos tomamos fotossin sacarnos los guantes ni losgorros y le rezamos sus versos:

“Basta señora arpa de lasbellas imágenes / de los furtivoscomo iluminados / otra cosaotra cosa buscamos / sabemosposar un beso como una mirada/ plantar miradas como árboles/ enjaular árboles como pájaros/ regar pájaros como heliotro-pos / tocar un heliotropo comouna música / vaciar una músicacomo un saco / degollar un sacocomo un pingüino / cultivarpingüinos como viñedos / or-deñar un viñedo como una vaca/ desarbolar vacas como veleros/ peinar un velero como unacometa / desembarcar cometas

como turistas / embrujar tu-ristas como serpientes”…

A todas estas, ambos tenía-mos una pregunta en la cabeza:¿Qué iba a pasar cuando vol-viéramos? Temíamos volver aenfrentarnos al perro y, sobretodo, que esta vez no tuvié-ramos suerte y nos despedazarael rostro o la garganta o, en elmejor de los casos, nos mor-diera y, consecuentemente, nosdejara agujeros llenos de doloren los brazos o en las piernas,nos desgarrara los músculos,nos astillara los huesos, nosobligara a caminar despacito aun centro médico; nos ensan-grentara el viaje.

Empezamos a bajar con ra-mas en las manos, con piedrasen los bolsillos, con saliva es-pesa en la garganta.

Casi volvíamos a entrar en eldemarcado territorio del mas-tín cuando una camioneta Isu-zu roja, doble cabina, pasó jun-to a nosotros.

La vimos llegar cerca de latumba del poeta, dar la vuelta yreg resa r.

Crucé al otro lado del caminoy le pedí al tipo blanco, decabello rizado y camisa mangacorta que la conducía, que porfavor nos llevara de regreso alce n t ro.

Me dijo que trabajaba en unaempresa del puerto y que habíasubido a conocer el lugar a finde saber si valía o no la penavisitarlo con sus clientes ex-

tranjeros. Consideró que no,que Huidobro debía serles des-conocido y que el camino es-taba en muy mal estado.

Sí, la alcaldía de Cartagenadebería mejorar la ruta –le dije,pero ahora que lo pienso bien,creo que todo aquello que ayu-de a mantener la paz en latumba de Huidobro tiene razónde ser, y que hasta es posibleque los perros estén puestos enel camino por el mismo poeta,que no desea que los profanosalteremos con nuestras tardíasadmiraciones su cósmica ins-piración, al menos si no lle-gamos, como a él le gustaría, enpa ra ca í d a s .

El verdadero epitafioDos o tres días volví a en-contrarme con Huidobro enValparaíso. Junto a Mistral y,por supuesto, Neruda, y com-prendí que su histórica peleaaún no termina.La disputa entre los poetas em-pezó debido a que en la “An to l o g í ade Poesía Chilena Nueva”, publicadapor Eduardo Anguita y VolodiaTeitelboim en 1935, Huidobrotiene un papel más relevante, yaunque los dos apoyaron lacausa republicana española, alencontrarse en España en 1937,sus diferencias se acentuaron,tanto que la Asociación Inter-nacional de Escritores por laDefensa de la Cultura les pidiódeponer su actitud en docu-mento firmado por Tristán Tza-

ra, Alejo Carpentier, César Va-llejo y Juan Larrea.

Cuando un periodista de dia-rio La Nación le preguntó en mayode 1939 qué pensaba de PabloNeruda, Huidobro le contestó:

“¿Con qué intención me ha-ce esa pregunta? ¿Es forzosobajar de plano y hablar de cosasmediocres? Usted sabe bienque no me agrada lo calugoso, logelatinoso. Yo no tengo alma desobrina de jefe de estación. Es-toy a tantas leguas de todoeso ”…

Diez años después de lamuerte de Huidobro, Neruda lorecordó como a un poeta “quese propuso desoír la solemni-dad de la naturaleza”.

Sin embargo, en lo alto delcerro Florida de Valparaíso, apocos metros de la casa en lacual Neruda iba cada septiem-bre a celebrar su poesía y laindependencia de su patria, laalcaldía de la ciudad construyóuna plaza en la cual Mistral hasido eternizada solitaria y si-lente; Neruda surcando la arenaen busca de caracolas, y Hui-dobro sentado con su sombreroen las rodillas y el brazo iz-quierdo levantado y extendidohacia su enemigo. Al verlo así,los turistas se sientan a su lado,se dejan abrazar, no saben, has-ta que un amigable vendedor debarcos embotellados les diceque, en realidad, Huidobro re-chaza, desprecia a Neruda pors i e m p re.

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GuayaquilLos hijos de la calleCineCon Kevin Bacon, Robert de Niro,Dustin Hoffman y Brad Pitt. En los60, la iglesia de los Santos Ángelesy su escuela son refugios en barriosmarginales de Nueva York. Allí vivenmuchachos con problemas, queintentan sobrevivir en sectoreshabitados por inmigrantes y cuyoguía moral es el padre RobertCarillo, tipo criado en las calles queintenta que ellos no tuerzan sucamino. Sin embargo, tras unafechoría colectiva en la que casimuere un individuo, cuatro chicosson enviados al Hogar Wilkinson,escuela para muchachos causantesde problemas sociales.

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M A RT ES

Exhiben adaptación de novela bicentenariaVersión cinematográfica de “Orgullo y prejuicio” con Keira Knightley se proyecta en la CCENG

Q uitoCinemateca y su ConsultaP úblicaCineEn la Cinemateca nacional de laCasa de la Cultura tiene unespacio adecuado para la consultapública fílmica, a fin de queinvestigadores y público en generalaccedan a la base de datos,imágenes y documentos quecustodia el lugar. Un porcentaje delmaterial fílmico ya ha sidodigitalizado y permanece en labodega aclimatizada.

Donde: 6 de Diciembre yPa t r i aHora: 08:00 a 16:30Costo: Entrada gratuita

GuayaquilNovela de Henry HolguínL anzamiento“Diario de un reportero condenadoa muerte” es el nombre de la novelapóstuma de Henry Holguín Cubillos,conocido periodista colombiano quedirigía el diario Extra de Guayaquil.Fallecido en 2012, Holguín noalcanzó a publicar en vida estanovela, que se presentará en elCentro Cultural Libertador SimónBolívar. Durante la realización delevento se proyectará, por primeravez en Ecuador, el documental “Po rla calle vienen mis demonios”(2003), dirigido por el cineastacolombiano Óscar Campo Hurtado.El documental está inspirado en lavida de Holguín.

Donde: Centro Cultural SimónBolívar (Malecón y Loja)Hora: 1 9 : 30Costo: Entrada libre

Guayaquil“Orgullo y prejuicio”CineCon Keira Knightley, la película,de 2005, se basa en la novelade Jane Austen, y narra lahistoria de Lizzie Bennet(Knightley), que evidencia sufuerte temperamento cuandoun soltero rico y sus amigos semudan a una casa vecina.Lizzie conoce al apuesto yelegante señor Darcy(MacFadyen) y se entablaentonces una verdadera batallade los sexos.

GuayaquilEl jazz de Cristina MorrisonConcier toActriz y cantante, lo suyo es la fusión del jazzcon ritmos latinos, como bossa nova, samba,bolero y funk. Morrison inició Jazz Festival2013 su “Primer Love Tour” en Ecuador.

Donde: Teatro Sánchez AguilarHora 20 : 0 0Costo: $ 15

Donde: Casa de la Cultura (piso 5)Hora: 1 8 : 30Costo: $ 1

Donde: Sala de Cine, Casa de laCultura del GuayasHora: 1 8 : 30Co sto : $ 1

Q uitoBiblioteca BenjamínCa r r i ó nL i b ro sEl fondo bibliográfico estáconformado principalmente deliteratura ecuatoriana,latinoamericana y europea.También se puede acceder alarchivo Benjamín Carrión. Ahíconstan cerca de 4.000documentos, clasificados en 4grupos: correspondencia(1916-1979), mecanografiados,manuscritos y recortes de prensa.

Donde: Jorge WashingtonE2-42 y Ulpiano PáezHora: 08:00 a 16:30Costo: G ra t u i to

Guayaquil“50/50 ”CineLa película trata sobre Adam Lerner, quien tiene 27 años y descubreque sus recientes dolores son a causa de una fatal formacióncancerígena. Su vida cambia por completo, asiste ahora aquimioteprapias y sus planes del futuro se reducen a sobrevivir. Adamcuenta con el apoyo de su mejor amigo, Kyle, pero su ocupada novia,Rachael, se aleja poco a poco.

Donde: S u p e rc i n e sHora: Varía de acuerdo a la funciónCosto: $ 4 y $ 6

Semana del 4 al 10 de marzo de 2012

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Filme con Shirley Temple, un mito del cineLa cinta “Estrellita del faro”, de 1936, se exhibe en la sala de cine de la Casa de la Cultura del Guayas

Q uitoOratorios Brasileños:Objetos de Arte y de FeM u se o sLa muestra está conformadapor oratorios e imágenes dearte sacro de los siglos XVII alXX, clasi�cados según losdiferentes estilos y usos de laspiezas. Los objetos cuentan lahistoria de Brasil.

Donde: Centro CulturalM et ro p o l i t a n oHora: 09:00 a 17:00Costo: Entrada libre

Dirigido por David Butler, este �lme de la década del 30 narra la historia de Sta r(Shirley Temple), una niña de 4 años que vive con el guardián de un faro, elcapitán Enero (Guy Kibbee) desde que la rescató de un naufragio en CaboTempestad, cuando ella era bebé. Ahora su feliz convivencia se ve amenazada,inesperadamente, cuando el nuevo encargado de la escuela del pueblo trata dealejarla del capitán e internarla en un orfanato. “Estrellita del faro” es una películaque, según la crítica de la época, mostró a una Shirley Temple que llegaba a unamadurez fílmica por su actuación, cantos y bailes de intenso vigor y aplomo.

Donde: Sala de Cine, de laCasa de la Cultura, núcleo delGuayas (Av. 9 de Octubre yPedro Moncayo)Hora: 1 8 : 30Costo: $ 1

Q uitoRetrospectiva del cineasta Fatih AkinCineSeis películas del director alemán-turco Fatih Akin seproyectarán desde hoy hasta el 10 de marzo. La muestra iniciarácon el �lme “So l i n o”, que trata de la primera ola migratoria a laRepública Federal Alemana (RFA).

Donde: C i n e m a te c aHora: 1 7: 1 5Costo: G ra t u i to

Q uitoDiseñador español AlexTrochut dicta tallerDiseño grá�coEl taller consistirá en unaintroducción al diseño detipografía ilustrada. Cadaparticipante desarrollará unproyecto individualmentebasado en un brief creado deforma aleatoria.

Donde: Centro de ArteCo nte m p o rá n e oH o ra : 09:00 a 17:00Costo: $ 250

Cu e n ca“La musa y el poeta”Concier toOlga Khudoblyak, violinista yOctavio Hidalgo, violonchelista,se presentarán como solistas ytocarán la melodía de CamilleSaint-Saens. Lo harán juntocon el proyecto sinfónicojuvenil Cuenca ensamble, quedirige William Vergara.

Donde: Museo CatedralViejaHora: 20 : 0 0

Guayaquil“The Wall” de FloydCineEl largometraje dirigido porAlan Parker, basado en lamúsica del álbum “The Wall”de Pink Floyd, que contienecanciones como “A n ot h e rbrick in the wall”, habla sobrela sociedad de control yalienación.

Donde: Bar White RabbitHora: 22 : 0 0Costo: $ 3

Guayaquil“Opening Night” en el MAACExposición artística de estudiantes del ITAEPablo Andino, Diana García, Orlando Granja, Jorge Morocho,Andrea Ramírez y Juan José Veloz forman parte de “OpeningN i g h t”, exposición que alude a la película de John Cassavettes(1977). La exposición, con el �lme, está llena de exploraciones,en una puesta en escena que apela a los sentidos que ofrece lavisibilidad o la falta de ella. Estará abierta hasta el 29 de marzo.

Donde: Centro Cultural Simón BolívarHora: 1 9 : 30Costo: Entrada libre

GuayaquilDruida Ensamble CeltaConcier toGrupo quiteño con repertorioirlandés, galiciano, asturiano ybretón. Interpreta géneros“folk celtas”. Es talvez la únicabanda del país dedicada a estegénero que une músicatradicional de regiones celtas,y música contemporánea deraíz folclórica (o new age).

Donde: Teatro SánchezAg u i l a rHora: 20 : 0 0Costo: $ 15

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Guayaquil"Tacones, el motor de mi bici"Rodada de altura: Paseo en bicicletaEcuador se suma a un evento internacional en bicicleta que se celebraen más de 30 ciudades de 7 países: México, El Salvador, Colombia,Chile, Argentina y Estados Unidos, para conmemorar el Día Internacionalde la Mujer.Los hombres también son bienvenidos al evento realizado por primeravez en 2012, cuando las ciclistas pedalearon con tacones, para“B I C Iv i l i za rs e” en las calles.

Donde: Inicia en la Plaza Rodolfo Baquerizo Moreno, 9 deOctubre, Malecón, Loja, Junín, Boyacá y Av. Quito, y concluye enel punto de partidaHora: 18:00Costo: L i b re

Semana del 4 al 10 de marzo de 2012

Q uitoClara y el teatro de los sueñosTe a t roSegún el Instituto Nacional de Estadística y Censos, el 90% de las ecuatorianascasadas o en unión libre ha sido víctima de violencia de género. Esta cifra semantiene tanto en las zonas rurales como en las urbanas. Con el contexto queda esta cifra, Clara ha comenzado un viaje sin retorno, descalza transita por latravesía que viven muchas mujeres: la violencia.

V I E R N ES

SÁ BA D O

Donde: Teatro VariedadesHora: 1 9 : 30Costo: $ 10

Donde: Zoe BarHora: 20 : O 0Costo: $ 10

Guayaquil“Luz, color y diseño”ExposiciónDespués de un largo proceso deinvestigación cientí�ca, realizadapor el Dr. Lunniss en varios sitiosdel sur de Manabí, y un estudioenfocado en el desarrollo del fondoarqueológico del MAAC, se proponela puesta en valor de importantesvasijas precolombinas.La exposición está compuesta por33 piezas arqueológicas decerámica, como cuencos, platos,botellas, compoteras, etc., quecorresponden a las culturasChorrera, Bahía, Guangala yMa n te ñ o.

Donde: Sala Permanente delM A ACH o ra : 09:00 a 17:00Costo: G ra t i s

Q uitoVida NocturnaS ociedadLos latinoamericanos sonrenombrados por su sentido dela diversión y porque quierenprolongar los festejos hasta quela luz de un nuevo día losencuentre aún con ánimo.Si bien las noches en Quitoconllevan la temperatura unpoco más baja que en lamayoría de ciudadeslatinoamericanas, eso signi�caque sus habitantes y visitantessolamente tienen que abrigarsepara recorrer los cafés, bares ydiscotecas que hay en la PlazaFoch, donde se concentra lad i ve rs i ó n .

Donde: Plaza FochHorario: D i ve r so sCosto: Va r i o s

Q uitoLa Danza Butoh de los AndesDa nzaA partir de los ritos femeninos sostenidos en lacultura andina y desde una poética de símbolos,esta obra de danza plasma el devenir de la mujerque va desde su atávica historia de imposicioneshasta su libertad. Organiza la Casa de la Danza.

Donde: Te a t roNacional Casa de laCu l t u raHora: 1 9 : 30Costo: Entrada libre

Cu e n ca“All the toys”Concier toUn repertorio lleno de electrónica,dance y house. Tocarán Burnski (ReinoUnido), George Levi, Geovany Figueroa,Erick Rojas, Lou&Tom. Estará en el“visual talent” Jaime Ulloa.

Bicicletas en taconesCiclistas urbanos de 7 países pedalean para conmemorar el DíaInternacional de la Mujer, un acto que busca explorar nuevasmasculinidades y subjetitividades.

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Donde: MAAC CineHora: 16:00Costo: G ra t i s

GuayaquilKeith Jarret, The art ofi m p rov i s a t i o nD o c u m e nt a lEl largometraje, realizado porel director Mike Dibb, retratala vida de uno de los iconos yestrellas más representativasdel jazz, el pianista KeithJarret. El �lme es unasemblanza sobre su trabajo ysu inmersión en el mundo dela música.

Guayaquil10 mil años delantiguo EcuadorExposiciónMuestra que propone unrecorrido por la historia delhombre en América yEcuador, su impacto en elambiente, la organizaciónsocial, medios de produccióny el desarrollo de latecnología .

Donde: Sala Permanentedel MAACHora: 10:00 a 17:00Costo: G ra t u i to

Q uitoLa Era Da Vinci está enQ u i toM u se o sLa obra más completa deLeonardo da Vinci se exhibeen Quito. Más de 60prototipos de inventos y obrasde arte se exponen. Las piezasestán distribuidas paracomprender las áreas en lasque trabajó.

Donde: Museo Interactivode CienciasHora: 09:00 a 17:00Costo: $ 5,50 y $ 8

Q uitoDe Quito a Ecuador1 70 0 -1 835M u se o sEn la exposición se presentael proceso histórico queconvirtió al territorio colonialde la Real Audiencia de Quitoen una república autónoma eindependiente, a través deuna serie de transformacionesp o l í t i ca s.

Donde: Centro CulturalM et ro p o l i t a n oHora: 0 9 : 0 0 -1 7: 30Costo: $ 1,75, $ 0,75 y $

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