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3. LA SITUACIÓN ACTUALY LOS PROBLEMAS

EXISTENTES Y PREVISIBLES

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Como se apuntó en el capítulo introductorio, y una vezdescrito en el segundo capítulo el contexto global,geográfico, en sus tres vertientes fisiográfica, socioe-conómica e institucional, que caracteriza y condicionael problema hídrico, en esta tercera parte se llevará acabo una descripción técnica sobre las circunstanciasy situación actual de las aguas en España desde unpunto de vista eminentemente descriptivo.

Tal descripción se ocupará en primer lugar del datobásico de cuánta agua hay, dónde está, y cómo es -losrecursos hídricos en cantidad y calidad-, para despuéspasar revista a la situación de los usos, demandas yasignaciones que gravitan sobre estos recursos, a lossistemas de explotación en que se integran recursos ydemandas, a los mecanismos de protección del dominiopúblico hidráulico, a la economía, protección y admi-nistración del agua, a las infraestructuras y a los fenó-menos extremos de sequías e inundaciones. Se conclu-ye el capítulo con una referencia específica al contextointernacional y a la cooperación con Portugal y con uncomentario sobre la situación actual en nuestro país dela investigación y desarrollo en recursos hídricos.

3.1. LA SITUACIÓN DE LOS RECURSOSHÍDRICOS

3.1.1. Introducción. El concepto de recurso

En los epígrafes que siguen, y tras la exposición de losmarcos generales de referencia, describiremos condetalle la situación de los recursos hídricos desde unpunto de vista ya específico y cuantitativo. La ampliaextensión que se dedicará a su estudio está ciertamen-te justificada, pues los recursos no son sino el aguaque hay, y se comprende que este es un dato esencial,fundamento y condicionante de casi todos los demás.

Con carácter previo a este análisis, es conveniente, noobstante, realizar algunas precisiones terminológicas.Así, la consideración del agua como un recurso, que datítulo a este epígrafe, remite a su percepción como algoque puede desempeñar distintas funciones, pero éstashan de entenderse en un sentido abstracto, en modoalguno vinculadas de forma directa a connotaciones tri-vialmente utilitarias o directamente económicas.

Es claro que las funciones del agua más obvias sonaquellas que se refieren a su posibilidad de utilizaciónpor la humanidad para distintos usos directos (beber,regar, mover ruedas o turbinas, bañarse…), pero estasfunciones en sentido estricto no agotan otras funcio-nalidades quizá menos directamente perceptibles peroque resultan ser tan importantes como las primeras. Esel caso de las funciones ambientales (soporte de eco-

sistemas, receptor de residuos…) o de otras funcionesno estrictamente utilitarias, y asociadas al recreo, lacontemplación del paisaje, o la sensación experimen-tada frente a un elemento primario, como el fuego o latierra, antropológicamente imbricado de forma pro-funda en la conciencia de la especie humana. Nosreferiremos en detalle a estas distintas funciones hídri-cas al exponer los fundamentos ambientales de la polí-tica del agua, pero es conveniente dejar ya señaladaesta apreciación inicial.

Por otra parte, ha de notarse lo extremadamente tenueque resulta la frontera de separación entre las quehemos denominado funcionalidades utilitarias y noutilitarias, y lo que en el fondo tiene de artificiosa talseparación, pues, ¿cabe dudar en estos momentos deque la función ambiental del agua es una utilidadnecesaria para la continuidad de la especie humana?,¿de que la preservación del medio es a largo plazonuestra principal necesidad, sin la que las demás notendrán ocasión siquiera de plantearse?

Hecha esta precisión, en primer lugar se mostrarán losconceptos básicos del ciclo hidrológico en régimennatural y del ciclo en régimen afectado. Tras ello, ypuesto que el conocimiento cuantitativo de estosrecursos se lleva a cabo mediante la observación ymedida de sus componentes, se expondrá la situaciónde las redes de medida de datos hidrológicos. Mejorconocimiento de los recursos y mejores redes de medi-da van necesariamente unidos, por lo que esta cuestiónreviste una importancia estratégica.

Descritas las redes se abordará ya directamente la eva-luación de los recursos hídricos, tanto en régimen natu-ral como afectado, y considerando también lo que se havenido llamando recursos no convencionales y que,como veremos, cada vez merecen menos este calificati-vo. Es pues tras la descripción física del estado naturalde las aguas en la biosfera que se procederá a introdu-cir una primera visión de los recursos hídricos de formaorientada a su posible utilización para satisfacer necesi-dades humanas. Surge así el concepto de recursos dis-ponibles por contraposición al de recursos naturales,conceptos de importancia fundamental, que han sido enalguna ocasión origen de confusiones y erróneas inter-pretaciones técnicas, y que se desarrollarán de formarigurosa y detallada en este documento.

Por último, se incluye también una ilustrativa compa-ración de nuestra situación con la de los países delentorno europeo, y se realiza un análisis de lo que pue-den suponer la variabilidad hidrológica natural y lasincertidumbres del cambio climático para nuestrosrecursos hídricos del futuro.

Ha de insistirse en que, inicialmente, nos referiremosen este capítulo a los recursos hídricos bajo esta per-

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cepción física global, funcional en un sentido amplio,sin entrar a dilucidar su aptitud o utilidad para la con-creta satisfacción de necesidades humanas. La des-cripción cuantitativa ha de responder, por tanto, a laspreguntas más elementales: ¿cuánta agua hay?,¿dónde está?, ¿cómo se mueve? ¿por dónde va? ¿hastaqué punto puede controlarse?… preguntas en aparien-cia simples -pero solo en apariencia- y cuya respuestaconstituye la materia de la ciencia hidrológica.

Por otra parte, las cuestiones relativas a la calidad delas aguas no pueden conceptualmente separarse de lasde la cantidad. Se ha dicho y repetido que cantidad ycalidad van de la mano, no pueden disociarse, no pue-den correctamente entenderse de forma separada. Laspreguntas elementales que, continuando con las ante-riores, deben responderse ahora serían: ¿puede beber-se? ¿puede regarse con ella? ¿puede mejorarse?

En este libro se asume por entero -como es obvio- esteplanteamiento integrado, pero, tras analizar la posibi-lidad de desarrollar una presentación híbrida -desdeluego muy novedosa pero que, con los conocimientosdisponibles, hubiese sido viable-, razones expositivasy de mejor comprensión de ambos aspectos comple-mentarios aconsejaron la separación formal -que nomaterial- de las cuestiones relativas a calidad y conta-minación de las aguas, desarrollando con ellas unextenso apartado específico.

Podría concluirse esta introducción cerrando el proce-so de interrogaciones que, en un proceso de gradualcuriosidad y aprendizaje nuestro hipotético filósofoantes se formulaba. Así, puede imaginarse ahora que,una vez suficientemente conocido dónde está y qué sepuede hacer con ella, es decir, una vez satisfechas lasinmediatas funciones utilitarias del agua, la siguientepregunta sería: ya que tengo lo suficiente para misnecesidades ¿qué papel juega el agua en la naturaleza?¿qué otras cosas, además de a mí, está soportando?¿qué relación tengo yo con esas otras cosas?.

Las respuestas a estas preguntas conducen directa-mente a estudiar las funciones ambientales de losrecursos hídricos y, en último extremo, a plantear ensu raíz el problema de la relación del hombre con elmedio que le rodea.

3.1.2. La consideración cuantitativa del recurso

El agua en la naturaleza se mueve según una secuen-cia de procesos físicos que constituyen el ciclo hidro-lógico, y que conviene describir para poder así teneren cuenta las relaciones del agua con su entorno, yconocer cómo pueden afectar a los distintos compo-nentes del ciclo, y al medio ambiente en general, las

modificaciones debidas al aprovechamiento de losrecursos hídricos.

Pese a su aparente simplicidad, la comprensión delmecanismo del ciclo hidrológico en sus rasgos básicoses un hecho relativamente reciente. Ideas que hoyparecen triviales, como que el océano es la principalfuente de agua del ciclo, que la aportación de los ríosestá asociada a las lluvias, o que el agua de los manan-tiales procede de la recarga de los acuíferos, no se hancomprendido claramente hasta fechas modernas. Laprimera explicación efectiva del ciclo hidrológico,mediante procedimientos experimentales y medicio-nes cuantitativas, se produce en el siglo XVII, cuandoPerrault demuestra, a partir de la observación y elregistro de datos, que la aportación del río Sena, enFrancia, estaba relacionada con la precipitación caídasobre su cuenca, y era del orden de 1/3 de esta preci-pitación. Las mediciones de Perrault (de octubre de1668 a octubre de 1669, de octubre de 1670 a octubrede 1671, y de octubre de 1673 a octubre de 1674)constituyen el primer registro sistemático de la lluviadurante al menos un ciclo estacional completo (Solís,1990, pp.93).

Seguidamente se ofrecerá una breve descripción delciclo hidrológico en régimen natural, para posterior-mente mostrar los impactos básicos que, desde unpunto de vista cuantitativo, la acción humana introdu-ce en este ciclo natural dando lugar al régimen afecta-do, que es el que, salvo en las cuencas vírgenes, puedeobservarse en la realidad.

La consideración, siquiera elemental, de estos proce-sos resulta de fundamental importancia para la com-prensión global del problema hídrico.

3.1.2.1. El ciclo hidrológico en régimen natural

Con objeto de ofrecer unas nociones básicas del ciclohidrológico en régimen natural, se expondrán en primerlugar los conceptos técnicos y componentes básicos deeste ciclo. Su entendimiento permitirá introducir deforma natural el concepto de balance de agua de un terri-torio, fundamental para la comprensión de los recursoshídricos desde el punto de vista cuantitativo. Por último,y asociado al concepto de balance, se introducirán losconceptos de recursos renovables y de reservas.

3.1.2.1.1. El concepto de ciclo hidrológico

Se entiende por ciclo hidrológico el conjunto de trans-ferencias de agua entre la atmósfera, el mar y la tierraen sus tres estados, sólido, líquido, y gaseoso. Elmotor energético de estas transferencias es el Sol. El

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ciclo hidrológico se produce a escala planetaria, aun-que es su fase continental la que incorpora los recur-sos que sirven para satisfacer las necesidades huma-nas, la que produce perturbaciones en los casos deinundaciones, o sobre la que tienen lugar los principa-les impactos antrópicos.

El conjunto de procesos hídricos que han tenido o ten-drían lugar en la naturaleza en total ausencia de inter-vención humana (es decir, como si no existiese lahumanidad sobre la tierra) constituye el ciclo hidroló-gico en régimen natural.

La figura 54 representa esquemáticamente este cicloen forma conceptual, y muestra los distintos estados,flujos y almacenamientos de agua.

Los procesos básicos que incluye el ciclo hidrológicoson los de evapotranspiración, precipitación, infiltra-ción, percolación y escorrentía. La evapotranspiraciónes el efecto conjunto que se produce a través de la eva-poración del agua presente en la superficie terrestre yen los mares, ríos y lagos, y la transpiración proceden-te de la tierra a través de los seres vivos, en especial delas plantas. Esta evapotranspiración determina la for-mación de vapor atmosférico que al condensarse, bajodeterminadas condiciones, retorna en parte a la super-ficie continental en forma de precipitación líquida osólida. Parte de esa precipitación se infiltra en el suelo,desde donde se vuelve a evapotranspirar, o percola enel subsuelo, y otra parte escurre superficialmente porla red de drenaje (escorrentía superficial directa) hastaalcanzar la red fluvial. El agua infiltrada en el subsue-lo, y que no se evapotranspira, se acumula en los poros,grietas y fisuras de los materiales del terreno que, porsus características físicas, tienen capacidad de almace-nar el agua. Las formaciones geológicas que tienencapacidad para almacenar y transmitir el agua se deno-minan, con carácter general, acuíferos. La parte delagua que, mediante la percolación, recarga los acuífe-ros y vuelve a salir, diferida en el tiempo, a la red flu-vial, se denomina escorrentía subterránea. Es frecuen-te asociar la escorrentía subterránea al denominadoflujo base de los ríos, aunque puede haber otras com-ponentes del caudal con variabilidad temporal relativa-mente lenta, como la fusión de nieves, y cabe asimis-mo distinguir un flujo de fondo o base de otros flujosmás rápidos en la descarga de los manantiales, siendoambos escorrentía subterránea.

Se puede definir como aportación de un río en unpunto de la red fluvial el volumen de agua que pasapor él durante un periodo de tiempo. En el régimennatural esta aportación comprenderá, pues, la suma deescorrentía superficial directa de toda la cuenca situa-da aguas arriba, y la escorrentía subterránea que seincorpora a los cauces aguas arriba de ese punto.

El agua que recarga los acuíferos (y que, por referirnosal régimen natural, no es extraída por bombeos) y no seevapotranspira cuando los niveles freáticos están próxi-mos a la superficie, acaba incorporándose a los caucesen los tramos fluviales drenantes de acuíferos, o surgepor manantiales. La excepción se produce en los acuí-feros costeros, en los que el agua subterránea puedesalir directamente al mar, en parte o en su totalidad.

Es claro que los procesos descritos operan con dife-rente intensidad a muy distintas escalas espaciales ytemporales, por lo que más que en un ciclo hidrológi-co unitario y mecanicista debe pensarse más bien enun conjunto interrelacionado de procesos que, operan-do a muy distintas escalas, configuran un resultadofinal agregado que es el que se observa simplificada-mente como objeto de estudio y evaluación.

Así, un aspecto característico del ciclo hidrológico, yal que frecuentemente se alude, es el de la variabili-dad, producida por su dependencia de los factoresmeteorológicos que intervienen en la circulaciónatmosférica terrestre. Tal variabilidad está relacionadacon la escala temporal y significa que, en distintosperiodos de tiempo, las descritas magnitudes del ciclopueden tomar valores muy distintos.

Una consecuencia de esta variabilidad temporal es queel agua puede plantear problemas tanto por escasez enépoca de sequías como por exceso en las inundacionesque ocasionan daños y pérdidas de vidas humanas. Lavariabilidad hidrológica y sus sucesos extremos, ave-nidas y sequías, son fenómenos que se pueden carac-terizar, a los que nos referiremos más adelante, y queresultan de obligada consideración para una correctaplanificación hidrológica.

Por otra parte, la descripción del ciclo realizada se hareferido únicamente a aspectos cuantitativos del recur-so, pero es obvio que, a medida que el agua recorre lasdistintas fases del ciclo, arrastra consigo o depositasustancias químicas de los medios que atraviesa, y vamodificando así sus condiciones de calidad natural,que se estudiará más adelante en relación con losaspectos cualitativos del recurso. Aunque es razonableasociar de forma finalista el concepto de calidad comoaptitud para el uso que va a tener el agua, puede enten-derse también en abstracto, y con independencia deposibles usos, como el conjunto de parámetros físico-químico-biológicos que la caracterizan.

Una frecuente confusión es la de asociar aguas demala calidad a problemas de contaminación por acti-vidades humanas. Sin embargo, es perfectamenteexplicable que, conforme a lo dicho, haya aguas noaptas para ningún uso por causas enteramente natura-les, y sin que se haya introducido antrópicamente con-

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taminación alguna. Es, por ejemplo, el frecuente casode aguas salinas o sulfatadas por contacto con mate-riales yesíferos o evaporíticos.

3.1.2.1.2. Balance hídrico de un territorio

Los conceptos y procesos hidrológicos que se estánexponiendo pueden contemplarse, como se ha indicado,a muy distintas escalas espacio-temporales, por lo queno han de ceñirse, necesariamente, al ámbito espacial deuna cuenca hidrográfica, y pueden referirse a un territo-rio cualquiera (como un país, una provincia o una finca).

En efecto, los recursos naturales generados interna-mente en un territorio cualquiera son los que se pro-ducen a partir de la precipitación y, en concreto, com-prenden la escorrentía superficial directa y la recargaa los acuíferos. Estos recursos no tienen por qué coin-cidir exactamente con la aportación de la red fluvial,dado que pueden producirse transferencias superficia-les y subterráneas desde o hacia otros territorios veci-nos, tal como esquemáticamente se representa en lafigura adjunta, adaptada de Erhard-Cassegrain yMargat (1983). Con este esquema conceptual puedeplantearse el concepto de balance hídrico para un

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Figura 54. Esquemaconceptual del ciclohidrológico

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territorio cualquiera, que no necesariamente ha de seruna cuenca hidrográfica, y que sería -para un periodocualquiera o en valores medios a largo plazo- el resul-tado de considerar las entradas y salidas al territoriomostradas en el esquema (fig. 55).

Las cuencas hidrográficas no son, en definitiva, sinoun caso particular de territorio, cuya peculiariedadradica en que no recibe, en régimen natural, transfe-rencias superficiales, y las que recibe subterránea-mente suelen ser, en general, poco importantes. Estaindependencia hídrica con respecto a los territoriosvecinos es lo que hace a las cuencas hidrográficasmuy adecuadas como unidades territoriales para lagestión de los recursos hídricos.

En la figura 56 -de elaboración propia a partir de losesquemas de Erhard- Cassegrain y Margat (1983)adaptados a los datos españoles- se muestran las cifrasglobales agregadas de los principales flujos en régi-men natural para el territorio español (en km3/año), y,por tanto, los elementos fundamentales de su balancehídrico.

Más adelante, en los epígrafes dedicados a los recur-sos naturales, se tratará este asunto en detalle y de

forma desagregada, pero pueden retenerse ya las gran-des magnitudes básicas: la aportación total de la redfluvial española es de unos 109 km 3/año (del orden deun tercio de los 346 km3/año precipitación total), delos que tres cuartas partes (82 km3/año) son escorren-tía superficial directa, y una cuarta parte (29 km3/año)es escorrentía subterránea. Las transferencias externasglobales tanto superficiales como subterráneas sonmuy reducidas frente a los grandes flujos propios, loque resulta lógico considerando el carácter geográficode país peninsular -separado del resto por cordilleras-e isleño, y, por tanto, su gran aislamiento hidrográficoen relación a otros países del entorno.

3.1.2.1.3. Recursos renovables y reservas

Habitualmente se admite que los recursos hídricos deun área coinciden con sus recursos totales (superficia-les y subterráneos) renovables, es decir, con el balan-ce de su territorio. En nuestro caso, estos recursostotales serían unos 111 km 3/año (109+2), valor ligera-mente superior a las aportaciones totales de los ríos.

Además de estos recursos renovables, en un territoriopuede haber acuíferos con reservas muy importantes

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Figura 55. Esquema delos principales flujosdel ciclo hidrológico enun territorio

ACUÍFERO

AGUASALADA

+++ LÍMITE DE TERRITORIO

P - PRECIPITACIÓN

E - EVAPORACIÓN

ET - EVAPOTRANSPIRACIÓN

R - RECARGA AL ACUÍFERO

Qsd ESCORRENTÍA SUPERFICIAL DIRECTA

Qgr ESCORRENTÍA SUBTERRÁNEA AL RÍO

Qs APORTACIÓN DEL RÍO

Ts TRANSFERENCIAS SUPERFICIALES DESDE/HACIA OTRO TERRITORIO

Tg TRANSFERENCIAS SUBTERRÁNEAS DESDE/HACIA OTRO TERRITORIO

Tgm TRANSFERENCIAS SUBTERRÁNEAS AL MAR

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de agua almacenadas en ellos, y que pueden tardardecenas o cientos de años en renovarse. En régimennatural, tales reservas han de considerarse como unalmacenamiento permanente, y no como un recursorenovable. En regímenes afectados tales reservaspodrían permitir una mayor disponibilidad temporalde agua durante un tiempo limitado, pero no incre-mentarían los recursos de forma permanente. El volu-men de reservas existente en nuestro país es sin dudamuy importante, pero su cuantificación - y su propioconcepto - plantea algunos problemas a los que nosreferiremos más adelante.

Hay que hacer notar que la renovabilidad del agua,como todas las características del ciclo, no es un atri-buto fijo e inamovible, sino que puede verse afectadapor la actuación humana.

3.1.2.2. El ciclo hidrólogico en régimen influenciado

Una vez expuestas las nociones básicas del ciclohidrológico en régimen natural, procede considerarahora este ciclo pero en las condiciones reales actua-les, es decir, afectado por la acción humana. Para ellose expondrá el concepto clásico de ciclo influenciadoo afectado y se mostrarán distintos casos de afección,tras lo que se planteará el problema básico de estimarlos flujos naturales a partir de los flujos observados, loque se conoce como restitución al régimen natural.Finalmente, se expondrá el nuevo concepto de la afec-ción a escala global.

3.1.2.2.1. La afección antrópica sobre el ciclohidrológico

El agua ha sido siempre un elemento imprescindiblepara el desarrollo de la civilización, y el hombre haavanzado en este desarrollo modificando el régimende los flujos y almacenamientos naturales del agua enel ciclo hidrológico. Así, el establecimiento de las ciu-dades, o la producción de alimentos mediante la agri-cultura de regadío, o la producción de energía, hanexigido derivar las aguas de sus lugares naturales -ríos, lagos o acuíferos- y aplicarlas a estos usos, modi-ficando así la circulación que habrían tenido de nomediar intervención humana.

En muchas regiones del planeta, y en particular en nues-tro país, estas intervenciones locales han sido muy inten-sas, y han dado lugar a una circulación del ciclo queresulta, en muchos casos, absolutamente distinta de laque se produciría en el régimen natural. Esta circulaciónreal, resultante de los flujos y almacenamientos natura-les modificados por las acciones antrópicas, constituyeel ciclo hidrológico en régimen afectado.

En la figura 57 se muestran esquemáticamente dis-tintos ejemplos de afección al régimen natural, en susentido clásico, debidos a la presencia de un embal-se de regulación, de unos pozos en el acuífero, deuna central térmica, de una ciudad y de una zona deregadíos.

El embalse de regulación supondrá una modificacióndel régimen hidrológico del río para adaptarlo a lasdemandas y mermará sus aportaciones como conse-cuencia de la evaporación. Los pozos que bombeanagua del acuífero darán lugar a un descenso de los

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Figura 56. Esquema delos principales flujosde agua (km3/año) enrégimen natural para elterritorio español

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niveles piezométricos, el cual afectará a los caudalesdel río y podrá inducir a su vez, dada la proximidad delos pozos a la costa, una penetración del frente deintrusión salina. La central térmica derivará caudalespara su refrigeración, los cuales al ser devueltos al ríopodrán ver aumentada su temperatura. El agua aplica-da para los regadíos y utilizada por las plantas supon-drá una disminución del recurso, mientras que la noconsumida retornará a los ríos y acuíferos viendo alte-rada su calidad, al adquirir nuevos elementos proce-

dentes de fertilizantes, insecticidas, pesticidas, etc. Elagua detraída para el abastecimiento de la ciudad tam-bién se consumirá en parte, retornando el resto paraser depurada y evacuada al mar.

Como se ilustra en la figura y se deduce de los comen-tarios anteriores, las alteraciones que puede sufrir elciclo hidrológico son muchas y de muy variados efec-tos, y a su consideración se dedicarán distintos epígra-fes de este Libro.

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Figura 57. Algunosejemplos dealteraciones antrópicasdel ciclo hidrológico

Figura 58. Afección delos bombeos en LaMancha sobre loscaudales del río Júcar

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Bombeos

Ganancia del río

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Un buen ejemplo de la clásica afección antrópica delos bombeos de un acuífero sobre los caudales del ríoque lo drena es el proporcionado por el acuífero de laMancha Oriental y el río Júcar. La figura 58 muestramuy expresivamente la evolución del proceso de losbombeos anuales del acuífero y la ganancia hídricaen el tramo fluvial asociado, en el periodo de los últi-mos 50 años. Como se aprecia, hay importantes volú-menes de agua que hasta los años setenta salían natu-ralmente al río, y ahora han pasado a extraerse porbombeo, afectando así a las aportaciones fluviales, sibien hay que precisar que, en los últimos años, a esteefecto de afección se superpone el de la sequía plu-viométrica.

Otro ejemplo ilustrativo y anecdótico de afecciónantrópica, mucho menos usual e importante que elanterior, es el producido por un embalse cuyo vaciadoy llenado induce la respuesta de un manantial hidro-geológicamente asociado, modificándose así las con-diciones de escorrentía natural del acuífero. Es elcaso, por ejemplo, del embalse de Valdeinfierno en elrío Guadalentín (cuenca del Segura), y el importantemanantial de los Ojos de Luchena, del que existen afo-ros discontinuos desde el siglo XVII. El gráfico adjun-to muestra con claridad -para los aforos disponibles enel periodo 1981-1993- la afección indicada (fig. 59).

Hay que hacer notar que el hecho de que se produzcansobre el ciclo hidrológico afecciones antrópicas comolas mostradas no es intrínsecamente negativo ni posi-tivo, sino distinto. Son simplemente diferentes mode-los de funcionamiento, cuya mayor o menor bondadcon respecto a la situación inicial dependerá demuchas circunstancias locales y debe dilucidarse encada caso concreto.

Desde el punto de vista cuantitativo, la afección mássignificativa es sin duda la merma de los caudalesnaturales debida a las detracciones del agua para losusos consuntivos. Como es bien conocido, la mayorutilización consuntiva del agua en España es para losriegos, siendo un porcentaje muy alto de ese aguadevuelta a la atmósfera mediante la evapotranspira-ción desde las zonas de regadío. Los usos urbanos eindustriales en España representan una proporciónconsuntiva mucho menor que la de los usos agrícolas,mientras que el uso energético, principalmente larefrigeración de centrales, es muy poco consuntivo.

En el entendimiento de que se trata sólo de una pri-mera imagen, y sin perjuicio del desarrollo expositivoque tendrán estas cuestiones más adelante, puedeavanzarse ahora, como primer indicador de la afecciónantrópica sobre el ciclo natural, el cociente entre elcaudal medio que circula actualmente y, por tanto, enrégimen real, afectado, y el que circularía si no hubie-se afección humana, es decir, en régimen natural. Losvalores de este indicador para algunos importantesríos españoles se muestran en el gráfico adjunto, en elque se representa también el valor medio global paraestos ríos, y se manifiesta con claridad el efecto de laafección antrópica (fig. 60).

Como se aprecia, el efecto relativo de las detraccionespara usos aguas arriba es máximo en el Segura (llegaal mar un 4% de lo que llegaría si no hubiese aprove-chamentos), lo que revela una extrema utilización con-suntiva de las aguas en esta cuenca. También es impor-tante este efecto, aunque en menor medida, en lascuencas de los ríos Guadiana, Guadalquivir o Júcar,siendo menor en el Tajo, Ebro y Duero.

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Figura 59. Afección delembalse deValdeinfierno sobre elmanantial de los Ojosde Luchena

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