3160-Fiducius-Magnus-Ultimos Dias de La Tierra (en Español)

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LOS ÚLTIMOS DÍAS DE LA TIERRA PAR El Dr. EUSEBIO MAGNUS ANTIGUO INICIADO DE LOS MISTERIOS DEL LORA, DE TEBAS Y DE ELEUSIS, Y DISCÍPULO DE VEDA - VYASA Y DE PITAGORAS, ÚLTIMO GRAN MAESTRO DE LA SOCIEDAD DE LOS HERMANOS ROSE-CROIX, Y ÚLTIMO ALQUIMISTA DE FRANCIA. Publicado por CESAR-FORTUNE FALK. Su sobrino PARIS A LA LIBRERÍA ILUSTRADA 16, RUE del CROISSANT, 16 (Antiguo hotel Colbert) 1875 TRADUCIDO DEL FRANCES: por FRATER LUCIS FIDUCIUS

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Novela rosacruz francesa antigua de ciencia ficción

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  • LOS LTIMOS DAS DE LA TIERRA

    PAR El Dr. EUSEBIO MAGNUS

    ANTIGUO INICIADO DE LOS MISTERIOS DEL LORA, DE TEBAS Y DE ELEUSIS,

    Y DISCPULO DE VEDA - VYASA Y DE PITAGORAS, LTIMO GRAN MAESTRO DE LA SOCIEDAD DE LOS

    HERMANOS ROSE-CROIX, Y LTIMO ALQUIMISTA DE FRANCIA.

    Publicado por CESAR-FORTUNE FALK.

    Su sobrino

    PARIS A LA LIBRERA ILUSTRADA 16, RUE del CROISSANT, 16

    (Antiguo hotel Colbert) 1875

    TRADUCIDO DEL FRANCES: por FRATER LUCIS FIDUCIUS

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    EL TO EUSEBIO Yo estaba en tren de poner algunos injertos, pedidos prestados a un magnfico rosal de Dijon, cuando el padre Ritt, hombre valiente, quien, por veinticinco monedas, haca todos los das veintiocho kilmetros y distribua la correspondencia, me trajo un paquete y una carta, con todos los sellos segn se acostumbraba.

    La carta era del notario de mi ciudad. Este honesto abogado se expresaba as :

    Seor, es con dolor que yo vengo a anunciarle la prdida de uno de mis mejores clientes, Seor fiel Eusebio, Magnus... Vuestro to, dolor cuyo golpe terrible ha sido un poco amortiguado por m, por la perspectiva de hacerle un ltimo servicio, procediendo a la liquidacin y particin de su sucesin. He aqu el pasaje del testamento que le concierne a usted.

    Yo lego a mi sobrino Cesar-Fortune Falk el manuscrito que yo deposito en lo de Mc Guerin, notario en X***, con mil doscientos francos para hacerlo imprimir. Mi sobrino tendr a bien conformarse a mis deseos, no leyendo esta obra antes que esta haya sido publicada por sus cuidados. Yo tengo por encima de todo en esta ltima clusula, por los motivos que solo yo debo apreciar.

    Seguido de la procuracin generada que yo pose de usted, yo voy a hacerle la entrega inmediata del manuscrito y del legado de 1,200 fr. que yo me ocupo de dirigirle bajo el cargo sealado. En cuanto a su fortuna de la que yo soy depositario : vuestro to declara simplemente que sus sobrinos debern concurrir a la particin, segn sus derechos sucesivos.

    La misma tarde, yo tom el coche hasta Vernou-sur-Brenne donde yo me sub al expreso de torres a Paris, que me dej en la capital a las cinco horas de la maana. A las siete horas, yo estaba en la casa del director de la Librera ilustrada, entre las manos del cual deposit el manuscrito y el dinero...:. y con el paso del tiempo yo haba regresado a mi casita de campo cubierta de rboles, y mis queridos rosales. Antes de ir a reposar; yo me apoy sobre los rebordes de mi ventana abierta por completo, era el momento de la poda; un olor penetrante de heno cortado y de hierbas aromticas perfumaba la campia; bajo la luz de la luna los rboles tomaban apariencias fantsticas, y los molinos de viento dulcemente agitados por la brisa, parecan gigantes, en tren de cosechar los brezos de las pequeas colinas. Mientras soaba con el extrao legado que yo vena de recibir y del que ya haba ejecutado las prescripciones, sin animarme a entreabrir las hojas del misterioso manuscrito, yo no poda impedirme de murmurar para mis adentros:

    - Que diablos habr podido escribir el to Eusebio !

    La muerte de este hermano mayor de mi padre me haba ya do casi indiferente. Desde haca largos aos el pobre hombre estaba casi loco, por lo menos esto es lo que nos pareca, cuando nosotros ramos, sus otros sobrinos y yo, admitidos, por azar, a hacerle una visita. En estas circunstancias solemnes,

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    nosotros recibamos generalmente un pequeo billete que nos invitaba a cenar para el da siguiente. Era necesario llegar exactamente a la hora indicada; aquellos que llegaban adelantados esperaban en la calle; en cuanto a los retrasados, ellos no eran recibidos.

    Era suficiente un error de treinta segundos en la marcha de nuestro cronmetro, para procurarnos el tedio de un viaje intil. La puerta se abra de golpe sobre sus goznes, y el ltimo de nosotros haba apenas franqueado el umbral de la singular morada, que ella se cerraba silenciosamente detrs de l. Un domstico ahora, del que nosotros ignorbamos la procedencia, nos introduca, sin pronunciar una palabra, en una Sala de comer bastante grande, donde una comida suculenta y cocinada al punto, era servida en platos de plata recubiertos de timbales del mismo metal. Bajo cada plato se encontraba un recipiente lleno de agua hirviendo, destinado a conservar en los metales, un calor sin el cual la ms delicada preparacin culinaria, pierde mas de tres cuartos de su valor. Un minuto despus de haber entrado, nuestro pariente ingresaba, y nos daba a todos la acogida pronunciando invariablemente e estas palabras :

    - Eh bien, que hay de nuevo sobre la tierra? - Nada de bueno, mi querido to, responda inmediatamente alguno de nosotros. - Ha ! Ha ! continuaba el anciano con un tono sarcstico, el calor del sol disminuye, la tierra se cubre de hielo, bien ! bien ! Hace ms de trescientos millones de aos que yo he previsto esto... Es el comienzo del fin. Los hombres han rechazado mis consejos, a ellos la descomposicin, el retorno en la inmensa fosa csmica... a m la inmortalidad.... Ah ellos no han querido sustraer su planeta a la tutela del sol, vivir para ellos mismos, ... que su destino se realice! Y el to Eusebio, frotndose las manos, con una pequea risa seca y nerviosa, de un gesto indicaba a cada uno de nosotros su lugar, y la comida terminaba sin que ninguna otra palabra fuese intercambiada.

    Un da, uno de mis jvenes primos olvidando halagar sus modos, le dijo que la tierra estaba siempre cubierta de flores, que los pjaros continuaban abrigando sus amores y sus cantos en el follaje de los grandes Bosques. l no tuvo tiempo de terminar su discurso, su voz se congela en su garganta, bajo la terrible mirada que le lanza nuestra vida jo pariente... y l estuvo dos aos sin recibir invitacin, y sin tocar su pensin trimestral. El to Eusebio, en efecto, no nos reuna todos los trimestres a su mesa, que para pagarnos el cuarto de una pensin de doce mil francos que l daba a cada uno de nosotros desde haca diez aos, poca de su retorno del extremo Oriente, donde l haba viajado durante la ms grande parte de su vida. Intil de decir, que nosotros ramos exactos en la cita.

    Nosotros hacamos extraas comidas. Nidos de golondrina de China, gustos exticos, curry de la India, tripang de Java, almejas de la costa de Coromandel, salmones negros en conserva de Ceiln, peces crudos de Oceana, pilaff de Asia Menor, couscouss de Arabia, del Sahara o del Senegal, reuniendo sus perfumes sobre esta mesa singular, a

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    aquellos de los mangos, de las letchis, de las guayabas, de los anans, de los higos, bananas, manzanas de Cythere, papayas, cocos, y de todos los frutos que engalanan la tierra de los trpicos al Ecuador.

    Veintin especies de cafs diferentes, concurran a formar el brebaje oloroso del desierto. El to Eusebio lo preparaba l mismo, pesando cuidadosamente en pequeas balanzas, las cantidades exactas de la mezcla.

    El vino y los licores, severamente proscritos, eran reemplazados por una botella de agua fresca, puesta al lado de cada invitado. La comida no deba jams durar mas de cuarenta y cinco minutos. El negro serva sin ruido, obedeciendo como una mquina a cada signo de su amo. Cmo nuestro pariente, que no sala jams de su misteriosa morada, poda procurarse todas las cosas excntricas que l nos ofreca? Yo no he podido jams penetrar este secreto.

    Nosotros nos sentbamos a la mesa a las seis horas menos cuarto; a las seis horas y media, todo el mundo se levantaba; nosotros recibamos cada uno, con una nueva distincin de nuestro to, tres rollos de mil francos en piezas de veinte dlares de los Estados Unidos, y un minuto despus, la puerta se volva a cerrar de nuevo sobre nosotros. Aquello dur diez aos, as como vengo de decirlo. Desde el primer billete de invitacin, el buen hombre haba puesto sus condiciones : nosotros no debamos jams penetrar en su morada sin estar invitados por l; toda interrogacin y toda conversacin entre nosotros nos estaba prohibido. - Es un loco, nos repetamos en coro a la salida de cada entrevista, lo que no nos impeda ser exactos a la reunin siguiente.

    Una sola vez pareci salir de su reserva... La comida acababa de terminar, la hora habitual de nuestra partida haba pasado desde haca mas de dos minutos, nosotros mirbamos ya, con ansiedad, nuestro anfitrin que pareca hundido en la mas profunda meditacin, cuando pareci despertarse, e hizo un signo particular al negro, que nos trajo a todos una especie de pipa de agua colocada en una nuez de coco, como aquellas de las que se sirven los indgenas de Bengala bajo el nombre de houkah. Levantndose entonces, el to Eusebio nos hizo signo de seguirle. l levant un tapiz de Oriente que disimulaba una abertura en la pared, y se puso a descender los escalones de una escalera que pareca cavada en la roca viva.

    Yo haba ya contado setenta y siete escalones, cuando el se detuvo. La pared de piedra se abri delante de l, bajo una ligera presin, y nosotros penetramos siguindolo en un inmenso saln rectangular, iluminado por un globo cuya luz, tan esplendorosa como aquella de los rayos solares, nos hizo pensar que l comprima gas oxhdrico en combustin. Nosotros tomamos lugar sobre un divn recubierto en cuero de Rusia, nuestros houkalis fueron encendidos por los cuidados del negro que deposit, sobre la hornalla de cada uno del los, un pedazo de carbn encendido, y nos pusimos a aspirar con delicia, el acre humo cargado de las esencias del benju y del sndalo.

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    La pieza subterrnea en la que nos encontrbamos, y que se prolongaba delante nuestro sobre una longitud de mas de dos cientos metros, tanto como yo poda juzgar, pareca ser un museo universal de todo lo que la industria humana haba producido, desde los tiempos prehistricos hasta nuestros das.

    Hachas en silex talladas o pulidas, troncos de rboles medio serruchados, con vagos contornos de apariencia humana, representan sin duda los dioses de las primeras edades, cuernos de reno y huesos de mastodonte, groseramente esculpidos, anzuelos fabricados con huesos de peces o de la madreperla, redes con cuerdas trenzadas, esqueletos de ictiosauros y de plesiosauros, piraguas cavadas en un solo bloque, con mariscos o por el fuego, llenaban la primer parte de la cripta; luego venan los instrumentos de bronce, las cermicas primitivas, con diseos bizarros, y esos anillos de cuello, bajo pretexto de ornamento, eran los signos de servidumbre de la mujer; grandes cantidades de barrenos, estribos, escudos, flechas, dardos, puales, se amontonaban sobre los limites la furia del bronce y el comienzo del hierro... Luego, nosotros avanzamos a paso de gigante en la civilizacin asitica : enormes vasos de cobre y de bronce, armas fantsticas, carruajes con rastrillos de hierro forjado, arneses de elefantes, torres laminadas de hierro sobre las cuales se colocaban guerreros sobre el lomo de estos animales, telas de seda, artculos de vidriera, perlas, rubes, esmeraldas, topacios, diamantes, productos de Cachemira y de Nepal, estatuas de Brahma y de Buda, columnas representando el lingam, carros esculpidos que haban sido llevados por cien mil Hindes en las fiestas del lora y del elefante, bloques de granito esculpidos por la Caldea y el Egipto, esfinges de piedra, tumbas, momias, obeliscos cargados de jeroglficos, zodacos grabados sobre la terracota, servan de transicin a los tesoros artsticos de la Grecia y de Roma, y a las maravillas del genio moderno, del que todas las ramas estaban representadas por sus producciones mas graciosas, ms inteligentes y las mas sublimes... La memoria me falta para nombrar todas estas riquezas, que los museos del mundo entero hubiesen pagado su peso en oro... Yo estaba como aturdido por la vista de todos estos esplendores, podra ser que el houkah que yo fumaba contuviera opio? porque antes de haber podido atravesar la parte de la sala consagrada a la antigedad y a los tiempos modernos, una verdadera alucinacin se apoder de m, y yo fui obligado a acostarme sobre una otomana, imaginndome a cada instante que mi pie iba a hundirse en abismos sin fondo...

    A medida que una idea se presentaba a mi cerebro, ella se desarrollaba inmediatamente en escena animada. Yo vi pasar delante mo a los Nauctinios antiguos, danzando sobre los prticos de antiguas pagodas del Indostn, por las fiestas de la fecundacin universal de la naturaleza; yo fui iniciado en los misterios del lora, de Mithra, de Memphis, de Efeso y de Eleusis; yo vi a las bellezas del tica lanzarse desde lo alto del promontorio de Leucade; yo asist a las fiestas dadas por Cleopatra a Antonio. Qu ebriedad, qu sueo! todas las diosas del Olimpo venan a su turno a reclamar la palma de la belleza... Me pareca que yo era dios... y de golpe yo me despert en la calle, mis primos estaban acostados desorientados alrededor mo, y cuando pudimos hacer intercambio de ideas, comprendimos que nosotros habamos estado presa de los sueos de los fumadores de opio.

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    Pero la sala subterrnea, con sus inmensas riquezas acumuladas, exista realmente. Nosotros habamos penetrado antes que nuestros houkahs fuesen encendidos, y todos estuvimos de acuerdo sobre este punto, que la alucinacin no tena nada que ver en este recuerdo.

    - Hay all bellos dotes para nuestros fines, suspir el primo Juan, pero quien puede saber lo que el viejo loco har de todo eso antes de su muerte ? Nosotros continuamos nuestras visitas trimestrales, pero no hubo jams preguntas sobre este suceso. Acordndome una a una todas estas aventuras, a cada instante el mismo pensamiento me volva al espritu. - Qu diablos habr podido escribir el to Eusebio ?...

    La noche estaba muy avanzada cuando yo me decid a acostarme, pero yo dorm poco. Una cosa me inquietaba, nadie me haba dicho nada sobre el gnero de muerte de mi pariente; iba yo a poder penetrar una segunda vez en la cripta subterrnea, sorprender el secreto de esta existencia misteriosa... Yo sabia bien que mi anciano to haba visitado el mundo entero, que l haba vivido mas de treinta aos en La India... Con frecuencia, yo haba escuchado decir a mi padre, que se comunicaba con l: Este pobre Eusebio terminar por darse vuelta el cerebro, helo ah convertido en un partidario fantico de la metempsicosis. l no imagina ahora que todos los mundos son seres animados que viven y mueren como nosotros, que los planetas son los hijos del sol, y no gravitan alrededor de l que por una suerte de tradicin de familia que l denomina la atraccin afectiva, pretende adems que todas las criaturas que viven sobre los mundos, son molculas que se transforman y se perfeccionan en el interior del conjunto, y que el hombre debe cumplir numerosas transmigraciones antes de pasar a un mundo superior, se imagina que l mismo ya ha vivido muchas miles de existencias...

    Esto era todo lo que yo haba jams sabido sobre este singular personaje.

    En una ltima carta, nos anuncia la muerte prxima de la tierra, y desde entonces no nos dio mas de sus novedades. Nosotros no supimos de su retorno a la ciudad natal, que nadie de nosotros habit ms, que por su primera invitacin... El rumor pblico no haba podido prevenirnos de su llegada, por lo que nos fue imposible de reconocer a nuestro to, quien haba cuidadosamente ocultado su nombre, como dueo misterioso de esta mansin aislada, de la que todo el mundo hablaba, pero que ninguna persona haba visto.

    El notario viva en su intimidad desde haca muchos aos. Solo, l tena el derecho de ir a golpear a esta puerta, que jams se abra a un visitante extranjero; este poda ensearme muchas cosas, y yo tom la decisin de ir a verlo... Yo no necesitaba la fortuna que poda venir hacia m, mi padre me haba ya do en una feliz estancia, mis rosales y mis vides eran suficientes para mi bienestar. Desde haca diez aos, yo haba siempre devuelto sobre mis otros parientes, cargas de familia, la pensin superflua que yo reciba, pero yo no me haba molestado en levantar una punta del velo, que ocultaba la vida extraa de mi pariente.

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    Yo iba a ponerme en ruta a la salida del sol, cuando mis primos hicieron irrupcin en mi modesta morada. El gozo sobresala de su tristeza mal simulada, como las campanillas blancas levantan la capa blanca al fin del invierno. - Eh bien ? les dije. - El viejo loco se hizo enterrar con todo lo que l posea, menos una docena de millones que estaban en depsito en lo del notario.. - Y la cripta ? - Destruida. - El notario conoca los motivos que ha podido tener para este acto ? - El notario no sabe absolutamente nada, l no ha tenido jams con l que conversaciones de intereses, y lo encontraba muy sensato y muy hbil mismo en los negocios. Grande ha sido su asombro cuando, algunas horas antes del suceso, recibi el siguiente billete.

    Yo tom el papel que se me tenda y yo le : La hora de mi ltima transformacin ha llegado, yo paso a un otro planeta, previene a mis herederos, pero ellos no gozarn largo tiempo de mi fortuna, porque la tierra va a morir ! - Vamos ! dije tristemente, yo leer el libro del to Eusebio ahora que este habr aparecido, puede ser que yo encuentre all el secreto que yo busco ?

    EN EL ESPACIO I

    Raziel

    -As, dijo Raziel, - el ngel que preside en las transformaciones misteriosas de la naturaleza, - t persistes en tus proyectos. - S, respondi Alcofribas. -Y bien ! que sea hecho segn tus deseos. - Me vers t partir solo? - Yo te acompaar. - Cuando ? - En el mismo instante. -No podra yo prevenir mis hijos ?... -No, porque nosotros no tenemos un minuto que perder, si nosotros queremos asistir a los ltimos das de la tierra.

    Estas palabras estando a penas pronunciadas que Raziel extendi las manos sobre la cabeza del viejo doctor, y el alma de Alcofribas se desprende inmediatamente de su envoltura material.

    El ngel tom entonces el cuerpo de su compaero, lo acuesta suavemente en el periandro de una lis gigantesca de ptalos dorados, que parece no sospechar del grano de polvo que acababa de recibir en su seno, y, despojndose l mismo de su forma visible... Las dos almas se lanzan en los espacios infinitos!

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    I I ALCOFRIBAS

    Haca, a esta hora, trescientos setenta y cuatro millones de aos solares que la molcula vital de Alcofribas, subiendo gradualmente de la gota de agua a la planta, y de la planta al animal, haba revestido sobre la tierra la forma humana. Terrible haba sido esta primera existencia ! No teniendo otros abrigos que las anfractuosidades de las piedras, ni otro alimento que races y la carne de algunos animales que l llegaba a atrapar a la carrera, sin otras armas. que las piedras, estaba adems obligado de disputar su vida a cada instante, en combates gigantescos, contra los grandes osos de las cavernas, el mamut, el rinoceronte, el tigre y esos inmensos saurios contemporneos de las edades primitivas, desaparecidos en los primeros tiempos del perodo cuaternario. l haba vivido as durante cerca de dos siglos, adorando el sol, las estrellas, el viento, manifestacin de una fuerza superior cuya nocin no haba sido an desarrollada por l, siempre ocupado, siempre temeroso, siempre en lucha, y haba terminado por ser llevado un buen da por una de esas inmensas corrientes de agua que han devastado la corteza terrestre, creado los valles de erosin y cambiado la configuracin del globo. Entre sus congneres, l responda al nombre monosilbico de Hour ! l tuvo despus, sobre esta tierra, un nmero incalculable de otras existencias. l asisti al descubrimiento del fuego, puli hachas en silex, recogi, en medio de las cenizas de su hogar, la primera partcula de bronce, y eleva menhires en las planicies de la Armrica. Pastor sobre los ros del Ganges y del Eufrates, l estudia el movimiento de los astros y, trazando figuras sobre la arena, imagina el primer zodaco; como brahmn el comenta los Vedas bajo los prticos de antiguas pagodas del Indostn y fue uno de los fundadores de la filosofa atomstica de Kanadi. Sacerdote de Memphis, l hizo cavar en la roca la tumba de los Apis. Pastforo, l ensea la medicina, sentado sobre un cocodrilo, en los templos de Esneh y de Denderah. l haba explicado la Mercaba en el santuario de Jerusaln. Discpulo de Pitgoras y de Platn, fantico de Cristo de quien sigui con ardor las sublimes enseanzas, l fue con los mrtires en las catacumbas, como l deba estar ms tarde con los Camisards y los Vaudois. Bajo el nombre de Savonarola, l subi a la hoguera en Florencia; quince siglos antes, l se llam Spartacus y muri por la emancipacin de los esclavos. Si l hubiese vivido en nuestros das, l hubiese sido John Brown ! En todas partes donde la humanidad haba trabajado, combatido, sufrido, amado, esperado... l se encontraba all.

    l alcanz su ltima transformacin sobre la tierra en 1614, como Jefe Supremo de la Rose-Croix, en el momento cuando, curvado sobre un crisol, l buscaba la Piedra Filosofal...

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    Se lo enterr bajo el nombre de Alcofribas. Su Alma recorri sucesivamente entonces todos los otros planetas cuyas condiciones de existencia eran superiores a la nuestra y, luego de migraciones sin nmero, l lleg al centro mismo de nuestro sistema, y fue un habitante del sol. Al salir de este globo, el velo del pasado se haba desgarrado delante de l; l haba vuelto a ver todas sus existencias anteriores, sus sacrificios, sus luchas, sus desesperaciones, y, tomado de un amor inmenso por esta pequea moneda del universo donde l haba hecho su primer ronda de la vida, cada vez que l suba un grado sobre la escalera del infinito, l lanzaba una mirada llena de tristeza sobre su cuna, donde esta pobre humanidad, de la que l haba hecho parte, continuaba sufriendo sin entrever los esplendores del porvenir... Tres cientos setenta y tres millones novecientos cincuenta mil aos despus de su partida de este mundo, Alcofribas alcanzaba la constelacin de Hrcules y naca en la estrella Ariava que las personas de la tierra designan por la carta griega, y hacia la cual el sol, girando alrededor de un centro desconocido del que no es ms que el satlite, arrastra a todos sus planetas. Ariava estaba habitada por una multitud de razas diferentes; all tambin la vida suba, por transformaciones sucesivas, de lo inferior a lo superior, y el recin llegado fue puesto bajo la direccin de un espritu avanzado que le haba servido de padre, para dar a su alma una envoltura material en relacin con el medio donde este iba a vivir. Ese espritu se llamaba Raziel! Abriendo los ojos a la luz de oro que baaba como una atmsfera al astro radiante, Alcofribas se arrodill frente al maestro que lo salud por estas palabras : - Salud, Azael, salud, hijo mo... Muchos siglos han transcurrido... Alcofribas, bajo el nombre de Azael, haba ya recorrido muchas series de transformaciones nuevas, l haba sido juzgado digno de dirigir a su turno a los nefitos de Ariava, l marchaba a grandes pasos hacia las migraciones superiores... de dnde vena entonces, en medio de gozos que los sueos ms intensos no sabran dar una idea, que l no se senta perfectamente feliz ? Recuerdos vagos le regresaban al corazn y, los ojos perdidos en el azul del espacio, miraban la vida del planeta de donde l haba salido, escuchndose con frecuencia murmurar: - La luz del sol va debilitndose de da en da... La vida ha terminado ya sus evoluciones en Marte, Mercurio, Venus, Saturno. En qu se van a convertir los otros planetas, sin calor, sin agua, sin atmsfera ?... Que va a ser de la tierra... La tierra donde luego de haber experimentado mis transformaciones en lo infinitamente pequeo, yo comenc a posar el pie sobre el suelo de lo infinitamente grande ?... - Ella va a morir, le respondi un da el anciano Raziel, que haba sorprendido el secreto de sus sueos incesantes. - Morir !

    - S morir, mas para transformarse a su turno, para devenir un centro csmico mas importante, para continuar su ascensin sobre la ruta sin fin de la inmortalidad.

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    - Y sus habitantes... Dudan ellos de esta transformacin prxima del globo que los soporta ? - El futuro es un libro an cerrado para ellos, ellos ignoran que la tierra no marcha a la muerte sino para conquistar una vida mas bella, pero esta muerte, ellos la han calculado con la ltima precisin... - Qu !... Ellos han podido... =- Oh! la humanidad terrestre marcha a pasos de gigante desde cuando t partiste; las luchas constantes que t has sostenido por el bien, por la verdad, por la justicia, en tus vidas anteriores, te han valido salir de la tierra antes de la hora, te ha sido dado de venir a continuar tus migraciones en mundos superiores donde la existencia es mas tranquila y las transformaciones mas lentas... Pero tu no dudes de esto que sucede desde hace millones de aos sobre el grano de polvo que te ha visto nacer a la vida inteligente, .. Los hombres no son mas tales como t los ves en tus recuerdos, .. Ellos han asimilado todas las fuerzas naturales que los rodean, han cambiado su organizacin fisiolgica y perfeccionado a tal punto todas sus facultades desde que nada les es desconocido hoy como efecto y como causa, no solamente en los planetas que, como su globo, gravitan alrededor del sol, mas an es este astro l mismo quien mantiene todo el sistema... Ah ! si yo pudiera en un mismo instante elevarte hasta m, .. Suprimir de un golpe las millones de transmigraciones que t debes an sufrir, y dar a tus sentidos la perfeccin y la lcido z de los mos. Qu espectculo se ofrecera a tu vista... No solamente tus antiguos compaeros han calculado los aos, los meses, los das, las horas, los minutos, los segundos que restan por vivir en su globo, mas an ellos forman en este momento el audaz objetivo de prolongar su existencia y la suya, de pasarse de la luz y del calor fecundante del sol que pronto, al extinguirse l mismo, no entraar mas en el espacio que planetas de donde la vida habr desaparecido. - Maestro, murmura Alcofribas, que yo quisiera retornar sobre la tierra para asistir a esta lucha suprema, para conducir a los hombres all donde la vela del bien, revelarles el secreto de las transformaciones futuras. - 0 ! yo te curar, piensa Raziel... yo te curar de este amor insensato que, llevndote sin cesar tu pensamiento sobre este mundo inferior, te impide continuar tus migraciones hacia el infinito...

    EN EL ESPACIO Los dos amigos navegaban sujetndose de una Correa... - Cmo vamos a presentarnos a los humanos ? pregunta de golpe Alcofribas a su compaero. - Bajo la forma que ellos poseen actualmente, respondi Raziel. - No es ella por lo tanto semejante a aquella que nosotros hemos revestido nosotros mismos durante nuestra vida terrestre? - No! la envoltura material del hombre, conservando casi toda la conformacin general que t has conocido, se ha hecho mas sutil, los sentidos se han desarrollado en razn de la inteligencia, fuerzas nuevas han producido transformaciones necesarias, y habitan el planeta que nosotros vamos a volver a ver pronto hoy indistintamente en el agua, sobre la tierra y en el aire. Su vista se ha hecho tan poderosa que l distingue a ojo desnudo todos los planetas habitados que forman parte del sistema solar, y de acuerdo con ellos. Su odo percibe hasta el sonido producido por la luz en su marcha rpida. Su voz, que

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    tiene el don de modular a su gusto, no es mas que una armona perpetua; su lenguaje, imagen de las ideas que su cerebro concibe, es de una finura de tal manera incomparable que una frase de hoy sera un libro de antes... Este es al fin la sntesis de casi todas las fuerzas, leyes y cualidades de un pedazo de materia sobre la cual este habita... Signo fatal de la descomposicin prxima de este centro csmico quien, no pudiendo producir nada de nuevo y ms perfecto, deber volver a entrar en su inmensa coraza para transformarse a su turno.

    Los dos compaeros recorran el espacio con una rapidez vertiginosa... La tierra se agrandaba a vista de ojo, y pronto ellos alcanzaron su atmsfera; apenas ellos se hubieron hundido en el colchn de aire que rodea el planeta, ellos fueron instantneamente provistos de un cuerpo material.

    - Maestro, que todo esto es bello! dijo Alcofribas mirando a Raziel. - Vamos, respondi el ngel desplegando sus alas, cubiertas con un plumaje tan puro y tan blanco como los copos de nieve, nosotros llegamos el trmino del viaje. Ellos planearon suavemente aproximndose al suelo, una noche espesa pareca cubrir la tierra, pero poco a poco la distancia disminuye y los dos viajeros perciben inmensos globos luminosos que responden a muchos lugares teniendo alrededor de ellos una claridad blanquecina tan bella como aquella del sol. - Qu es eso? dijo Alcofribas. - Esos son soles elctricos, respondi su compaero, guardmonos de aproximarnos, nosotros somos ahora habitantes de la tierra, y, como tales, sometidos a todas las condiciones de la vida sobre este planeta, nosotros seramos incendiados, a seiscientos codos de distancia... Los hombres han construido estos globos luminosos para reemplazar la luz y el calor del sol que va de da en da disminuyendo; ellos han excavado las entraas de su globo a profundidades extraordinarias para encontrar inmensos yacimientos de carbones y de metales de todas las especies; ellos han analizado todos los gases, todos los fluidos, descubierto todas las afinidades de la materia... y ahora ellos debitan la tierra a pedazos en sus cortezas, para extraer todas las fuerzas vitales, e impedirles de morir... - Y ellos con ella. - Este es su objetivo principal. Yo te he prevenido al partir; como los malditos de las religiones antiguas que se rebelaban contra sus dioses, ellos han lanzado al destino un audaz desafo... - Es entonces un crimen el querer vivir ? interrumpi Alcofribas. l vena a penas de pronunciar estas palabras, que un ruido terrible se hizo escuchar en los aires, y ellos escucharon con temor, a cuatro o quinientos codos por encima de ellos, un pjaro gigantesco, quien, el pico abierto y las garras extendidas, se precipitaba en su direccin. - Huyamos ! grita el doctor perturbado. Pero Raziel, dndose vuelta, extendi las dos manos en la direccin del animal... Sbitamente un luz sali, una detonacin se hizo escuchar, y el pjaro, golpeado como de un golpe de relmpago, se repliega sobre l mismo y cae dando vueltas en el espacio.

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    T no conoces an tu potencia, dijo el ngel a Alcofribas; mira bajo tus brazos que t has replegado sobre tu pecho para dar ms fuerza a tus alas, all se encuentra un reservorio particular, formado de pequeos tubos membranosos ligados los unos contra los otros, subdivididos por mamparas horizontales o pequeas clulas llenas de mucosidad, y animados por una gran cantidad de nervios, es el aparato elctrico humano. Los ms terribles animales que pueblan en este momento la tierra, no resisten sino difcilmente las conmociones que el hombre es capaz de enviarles... Repuesto de su temor, Alcofribas prosigui con su idea :

    - Maestro, al fulminar este pjaro, has hecho t otra cosa que defender nuestra existencia ? por qu entonces reprochar a los hombres su amor por la vida ? En este momento el extremo de sus alas tocaba el suelo. Ellos haban llegado.

    IV. LA SEPARACIN. Ellos haban descendido sobre una gran playa que el Ocano baaba con sus olas espesas; todo estaba desierto alrededor de ellos, la tierra dorma todava, y Raziel, sentndose sobre la arena, dijo a su compaero: - Alcofribas, es aqu que nosotros debemos separarnos. - Tu me abandonas ? - no ! tu me encontrars a cada instante sobre tu ruta, para ayudarte, para defenderte an... - Defenderme... qu puedo temer ? no soy yo tan superior al hombre como t mismo eres superior a m ?

    - S, como inteligencia, porque t has conquistado el recuerdo de todas tus existencias pasadas, y que t comienzas a entrever el futuro... No, como perfeccin material... El cuerpo que te sirve de envoltura no es ms perfecto que aquel del primer habitante venido a este planeta. Cuidando por tus necesidades, yo no he podido, lamentablemente, porque t no ests an bastante elevado en la orden, darte una fuerza fsica en relacin con tu desarrollo intelectual, y capaz de hacerte respetar por todos. - Yo tendr por lo menos el ascendiente del genio. - Pobre loco ! dijo Raziel pensativo... l se recuerda y no sabe servirse de sus recuerdos... Escucha, Alcofribas, tu vida, sobre este planeta, no ha sido mas que un largo martirio, y es debido a que t ests unido de tal manera a este grano de arena, por el sufrimiento y la devocin, que en medio de tus migraciones superiores, t no cesas de suspirar y algunas veces t mismo viertes lgrimas por la suerte de tus antiguos compaeros; instintivamente, tu desvas tus miradas de las esferas superiores, para llevarlas por debajo tuyo, t no lo sabes, pero tu deseo ms ardiente era el de venir sobre la tierra para prestar a los hombres el auxilio de tu inteligencia, de tu saber... Tu no aprecias la felicidad que t has conseguido, no pudiendo compartirla con ellos. Yo he resuelto curarte hacindote revivir en medio de ellos... mas yo veo que t sabes por ti mismo, que tu eres testigo y actor en sus luchas... Con frecuencia tu me vers a tu lado en las horas de peligro sobretodo, porque, acompandote, yo me restrinjo a permanecer sobre este globo hasta el da en que t mismo te vayas; si alguna vez t te encuentras en una situacin difcil, pronuncia mi

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    nombre, y yo vendr en tu auxilio... Y ahora tu eres libre, camina derecho en frente tuyo. Tu existencia, aqu abajo, ser tan larga o tan corta como t puedas desearlo. - No me has dicho t que la tierra no tena mas que un ao a vivir ? - S, un ao de Ariava en la constelacin de Hrcules, pero un ao de Ariava sobre el cuadrante del infinito, donde el tiempo no es sino el producto proporcional de la masa y del movimiento de los cuerpos, equivale a seiscientos aos terrestres.

    - Oh ! gracias, Raziel... me quedan muchos das para cumplir mi obra, para sanar al moribundo, y hacerle lucir a sus ojos la llama inmortal de la inmortal verdad! - Helas ! t me recordars mas pronto de lo que t piensas. - Maestro, una palabra todava. - Habla. -No me has dicho t que los hombres actuales no tenan consciencia de sus existencias precedentes? No son entonces los recuerdos que han sobrevivido? - Ninguno. Ciertos filsofos, pensando en la cuestin, han bien emitido sobre este sujeto algunas opiniones ms o menos hipotticas, pero se los ha considerado como soadores. - Ellos saben sin embargo que los instantes de su planeta estn contados. - S, aquello se ensea, cada uno habla del fin del mundo, pero ninguna persona se inquieta; desde entonces algunas centenas de millones de aos, la tierra vio disminuir el calor del sol, pero sin que las generaciones que se sucedieron hayan tenido una consciencia muy exacta, poco a poco el hombre ha abandonado los pases intermediarios por los pases ecuatoriales donde existe an una temperatura igual durante todo el ao, de cinco grados centgrados, la naturaleza, por sus fuerzas de seleccin, ha reunido todas las plantas, todos los animales a esta escala de calrico vital, y la mayor parte de los hombres consideran el fin de su globo con la misma despreocupacin que la suya propia. Escucha un proverbio que no se ha perdido jams sobre la tierra, a pesar de todas las transformaciones sufridas por sus habitantes... y que es la verdadera frmula del egosmo humano : Despus de m el fin del mundo.

    Solo, un pequeo grupo de eruditos, de filsofos, de pensadores, han tenido este sueo imposible de luchar contra las transformaciones de la que ellos ignoran las grandes leyes fundamentales, de prolongar la vida terrestre, de tocar a la inmortalidad, pero la gran masa, que vive sin esfuerzos, sin genio, en medio de las maravillas que muchas millones de generaciones han apilado sobre la tierra, que ignora el pasado y no se inquieta del maana, llega a la muerte sin preguntarse un instante de qu se trata la vida. Si la ciencia ha adelantado, si el cerebro humano se ha agrandado por el estudio de las cosas naturales y exactas, en el dominio del infinito, en frente de un gran puede ser... y del eterno problema de la existencia, los hombres no estn ms adelantados que en los tiempos donde t los has conocido. Es por eso que bien pocos son juzgados dignos de alcanzar las transformaciones superiores, muchos an retornan sobre globos ms imperfectos que este.

    - No podra yo revelarles eso que ellos ignoran ?

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    -Ellos no te creern... -Yo intentar por lo menos de convencerlos. -Ve entonces, pobre Arne abusado, ve entonces a luchar y a sufrir an, t no eres el primero entre los espritus superiores que ha pedido regresar sobre este suelo ingrato, cuantos ya han encontrado su calvario... Los unos, tomados de golpe de una locura gigantesca, han soado hacer la felicidad de los hombres reunindolos todos bajo el mismo cetro, ellos han llevado a seguirlos millones de sectarios, a quienes ellos han hecho combatir en campos casi como bestias feroces... y los pueblos temerosos los han llamado, los ros de Dios. Otros, han ido con los pies desnudos a lo largo de los caminos, han predicado la ley de la paz y del amor, ellos han enseado que el hombre no llegaba a las transformaciones superiores mas que por el bien y la fraternidad... y los pueblos los han tratado de locos, los han perseguido, o no se han servido de sus enseanzas sino para mejor subyugar los unos a los otros. Va! tu hora ha llegado, t tambin sers un hombre de genio, mas yo lo preveo, tu no sabrs resistir al entrenamiento, t querrs cumplir grandes cosas... Llevado por la ambicin, tu... - Habla, dijo el doctor jadeante, - Yo debo callarme. - Raziel, mi padre ! - Tu padre, t lo negars. - Piedad - Escucha, Alcofribas, es tiempo an... regresemos al espacio. - No, yo quiero salvar la tierra. - Que tu destino se realice! respondi Raziel envolviendo el rostro con sus dos alas... Luego l aade ms bajo : Eh bien, sea ! yo me voy a deber tambin tal vez este ltimo sacrificio, esta ltima lgrima, cambiarse en semilla fecunda para la humanidad. Cuando Alcofribas, que estas palabras haban hundido en un rapto lleno de emocin, mira alrededor de l, se sinti desfallecer... Raziel haba desaparecido.

    CAPTULO PRIMERO LOS HABITANTES DEL PAS DE HYRANIA.

    Con el paso del tiempo y a medida que el calor del sol haba disminuido, el aire se haba rarificado, y, segn los ltimos clculos de la Academia de Ciencias de Hyrania, la altura de la atmsfera terrestre no tena mas que alrededor de treinta kilmetros. Inmensos cataclismos geolgicos haban cambiado la configuracin del globo; cavados por las lluvias, degradados por los torrentes que, desde hace millones de aos, llevaban con ellos la tierra vegetal y las rocas quebradas, despedazadas por la accin del tiempo, las montaas antiguas haban desaparecido, y otras haban nacido, los mares haban cambiado de lecho un nmero incalculable de veces, los polos desplazndose gradualmente haban ganado Las dos extremidades del ecuador cuaternario, y el ecuador, es decir esta lnea equinoccial donde todos los puntos gozan de un da y de una noche igual durante el ao entero, atravesaba actualmente los dos polos de los primitivos perodos geolgicos.

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    Desde entonces el hombre que haba conocido Alcofribas, hasta el momento de su deseo de retornar sobre la tierra haba sido enunciado, veintin pocas, caracterizadas por seres diferentes, cuyos despojos tendidos en las entraas del globo, se haban sucedido, aportando cada uno a un progreso mayor en la vida, en la organizacin fisiolgica de los animales y de los seres racionales, que surgieron en cada fase nueva, como un producto ms perfecto de los detritus orgnicos de las Eras precedentes. Las plantas y las flores, dotadas de una verdadera circulacin sangunea, y de una red de nervios que les permiten moverse en todas las direcciones siguiendo la longitud de sus tallos, no haban an, es verdad, conquistado el movimiento libre, pero ellas vivan ya la vida del pensamiento, ellas se balanceaban graciosamente en el espacio, intercambiando sus abrazos y sus perfumes; agitando sus pedales, ellas producan pequeos sonidos armoniosos que les servan para transmitirse sus ideas y, casi conscientes de su obra, ellas preparaban, en medio de las alegras de un amor sin fin, los primeros Grmenes orgnicos de las generaciones de seres ms elevados, que deban nacer en las edades siguientes . Los animales, cuyas especies haban considerablemente disminuido a medida que ellas se perfeccionaban, no tenan ms ninguna semejanza con aquellos que haban habitado anteriormente la tierra, sin embargo se poda an reconocer entre ellos escasos signos de filiacin, por algunos naturalistas poco ortodoxos; del resto, pretendan vincularlos a sus ancestros . Los perros, provistos de formas mas graciosas, caminaban sobre dos pies, hablaban, se asociaban, trabajaban y llenaban todos los empleos que el hombre les confiaba, con una rara fidelidad. Vuelta a vuelta domsticos, artesanos, escribas, guardianes de faros y soles elctricos, policas y soldados, ellos eran la piedra fundamental de la sociedad humana, que los trataba con el ltimo despotismo, sin que se escuchara jams un lamento escaparse de sus labios. Ellos no vivan mas que sobre la tierra, estaban privados de alas y de aletas.

    Los simios, quienes, bajo una envoltura mas grosera, recordaban un poco la primitiva forma humana, ejercan los empleos de ingenieros, de arquitectos, de negociantes, de vigilantes, de jefes de oficina, de abogados, de diplomticos, de banqueros, de polticos de los que algunos se elevaban a veces hasta la dignidad de ministros ... Ellos no posean aletas, y no podan vivir mas que sobre la tierra y en los aires. El hombre, que haba tenido sin cesar necesidad de ellos, porque era contrario a su dignidad dedicarse a ningn trabajo, los detestaba ... Pero los trataba bien.

    Los toros .... Oh ! los bravos toros .... representaban la poblacin mas numerosa del pas de los Hyranios; ellos tambin, ellos haban conquistado la inteligencia y la palabra, sus cuerpos se haban modificado; ellos podan caminar sobre dos pies, pero no les estaba permitido tomar esta posicin que en los das de reposo o de grandes fiestas . Ellos estaban atados al arado, curvados sobre la tierra durante seis das de la semana; por sus trabajos, ellos enriquecan al Estado y alimentaban a las tres castas superiores de los monos, de los perros y de los hombres . Sus poderosas narices se haban enriquecido con un diente horizontal ms duro que el acero, en forma de diente para arado, que les serva para trabajar la tierra; sus cuernos se haban aplanado en forma

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    de segadoras . Es necesario verlos en la poca de las cosechas balancear su cabeza poderosa de derecha a izquierda y trazar surcos en los espesos muros. Despus en el trabajo, econmicos, arreglados, laboriosos, aliados del orden, de la familia, ellos soportaban sin lamentarse los ocho dcimos de las cargas sociales y eran, con sus compadres los perros, los ms fervientes sostenes de la prosperidad general. Ah ! los bravos bueyes!...

    Ellos no tenan mas que un defecto ..., pero este defecto afectaba su inteligencia an rudimentaria . Ellos ocupaban el primer grado en la serie de las transformaciones intelectuales; buenos y tontos, ellos eran los juguetes constantes de la ambicin de los monos . Estos ltimos, en efecto, que una dbil lnea de demarcacin separaba de los hombres, aprovechaban sin cesar del rol importante que ellos jugaban en el Estado, para intrigar, conspirar, trastornar, afn de suplantar a sus amos y de llegar al primer lugar.. A veces, bajo la direccin de dos o tres de estos polticos, se vea a los bueyes salir de sus trabajos en los campos, llegar en multitud a Hyrania, y reclamar la abolicin de los privilegios de este que ellos llamaban la casta superior. La mayor parte del tiempo, se llegaba a reenviarlos con buenas palabras ... Palabras de verdad.

    Trabajad, les decan, enseen bien a sus hijos, ustedes saben bien que es necesario cuatro generaciones al Hyraniano entre los bueyes para pasar de esta casta a aquella de los perros, luego a aquella de los monos y en fin a aquella del Hyraniano superior, es decir del hombre libre. Es una ley de la naturaleza a la cual estn sometidos todos los seres dotados de razn, solamente se puede ser cauteloso, no se puede llegar mas que a las transformaciones que se conquistan, uno no puede acostarse mas que en el lecho que uno se ha preparado ... No tienen ustedes sus representantes en Hyrania (esta era la capital del pas ), con aquellos de las tres otras rdenes, creen ustedes que ellos sacrifican vuestros intereses? De ordinario, ellos eran rpidamente apaciguados y retornaban a los campos; entonces, los simios que administraban, redoblaban de exacciones, de malos tratos .... Esta vez sus vctimas se sublevaron, pisoteando los campos, destruyendo las cosechas, y el hombre, no pudiendo llegar a apaciguarlos, estaba obligado a hacer un ejemplo, l apuntaba contra ellos las fuertes bateras elctricas que alimentaban los soles de noche y fulminaba a algunos ... invariablemente, los simios que haban ya do todo se ocultaban ellos mismos hasta ese da. Los hombres representaban el grado ms elevado en la serie de las transformaciones terrestres; a medida que la atmsfera disminua, su talle segua la progresin descendente, ellos tenan en este momento alrededor de dos pies de alto, pero en esos cuerpos tan pequeos de apariencia, la naturaleza se haba agotado en acumular todas sus fuerzas, todas sus perfecciones, todos sus encantos ... La forma humanos e haba purificado, aliando la fuerza a la delicadeza . Bajo esta envoltura ideada, que tomaba prestado a las flores sus coloridos y sus perfumes, todos los fluidos, todas las atracciones, todas las potencias estaban concentradas; una sola nota de la voz del Hyraniano era todo un concierto, este no hablaba, cantaba; slo l posea todos los medios de locomocin : alas difanas, que l replegaba graciosamente sobre sus espaldas o desplegaba a voluntad, permitindole

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    recorrer los aires; cuatro aletas, pequeas pero nerviosas, que se desarrollaban en los tobillos y en las muecas, le daban igualmente el imperio de las aguas, con branquias disimuladas detrs de las orejas permitindole respirar el aire disuelto en la masa lquida. Pero l no se animaba all ms que con precaucin y en grupo en ese elemento lleno de animales gigantescos, de los que no lograba siempre defenderse. Todos los grandes descubrimientos de las edades primitivas, todos los grandes medios de las civilizaciones antiguas que, por lo dems, la tradicin no las haba conservado, no tenan mas significacin para l, no las habra considerado tiles, puesto que solo l era el resumen de todas las fuerzas mecnicas e intelectuales de la naturaleza terrestre. Le era suficiente imponer las manos sobre un objeto, cualquiera que fuese su masa, para hacerlo mover y transportarlo a la distancia que le convena; su pensamiento, como el fluido de un telgrafo, iba a golpear el cerebro de los parientes y amigos con los cuales este deseaba conversar, y la respuesta le llegaba de la misma manera . Si l deseaba volver a ver la imagen querida de un muerto o de un ausente, l no tena ms que concentrarse en l mismo, y por la sola fuerza de su voluntad fludica, fijaba en frente de l la imagen espectral del ser al cual su Corazn haba pensado. Su alimento no se compona mas que de flores y de frutos .

    No haba en resumen sobre el planeta que l habitaba, ningn hecho, ningn fenmeno, de orden material o intelectual que l no pudiera reproducir a su gusto.

    Su compaera era un ideal de belleza y, cosa extraordinaria, tan fiel como perfecta. Las nicas ocupaciones de esta casta privilegiada consistan en gobernar los pueblos de Hyrania, a estudiar las ciencias exactas y naturales; la filosofa, la historia, a ejercer las funciones sacerdotales, a comandar los ejrcitos, a dar la justicia.

    El sol tena, es verdad, menos lumbre que en las primeras edades de la tierra; la luna, que no reciba mas que los rayos debilitados, no iluminaba ms la noche, y rodaba en el espacio como una bola negra, pero el Hyraniano no habitaba mas que la zona del ecuador, donde el astro celeste mantena an un calor perpetuo de cinco grados por encima; su organizacin fisiolgica, aquella de los seres inferiores y de las plantas se haban modificado bajo la influencia de esta temperatura que l haba encontrado el medio de aumentar an, suprimiendo la noche .

    Mediante cuas, inmensas torres altas de dos o tres mil codos, y suficientemente prximas las unas de las otras, haban sido construidas y munidas de aparatos elctricos de una potencia infinita, y desde que el sol emita ocultado, verdaderas otras luminarias lanzaban, de todos lados, sus rayos deslumbrantes y suaves a la vez ... y mantenan, sobre la parte del globo que l habitaba, un calor constante e igual.

    Un da perpetuo reinaba entonces sobre la tierra ! Pero he aqu, llegado a esta transformacin superior, gozaba poco de su felicidad ...

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    l estaba sin cesar obligado a luchar para conservar su influencia sobre las tres otras clases que l diriga, y en su propia casta, cada Hyraniano, devorado por una insaciable ambicin, no tena otro objetivo que el de apoderarse del poder supremo.

    Ignorando sus transformaciones pasadas y aquellas por venir, se perda constantemente en una multitud de sistemas, de sueos metafsicos y religiosos, que bailoteaban entre la negacin, la duda y la fe; en el orgullo de su potencia, viendo que la naturaleza terrestre se resuma en l, pronto se crea casi un dios, pronto envidiaba la robusta creencia del buey quien, cada noche, luego de haber terminado su trabajo, se arrodillaba piadosamente frente a la estatua de Kiribi-Nana, el genio del sistema solar... Otras veces por el contrario, se consideraba un lodo informe destinado a retornar a la gran masa csmica, donde se trituraban los engranajes orgnicos.

    Luego un sueo insensato haba eclosionado en su imaginacin . l haba calculado, casi al minuto, las fases de enfriamiento del sol, y entonces la gran masa del pueblo ignoraba todo, l saba, casi al minuto, la fecha de la muerte del astro fecundante que deba entraar aquella de la tierra... Viendo que l haba podido crear auxiliares, l haba formado la idea de pasarse sin l, y en este momento agotaba sus riquezas, requisaba todos los brazos que l poda distraer de la agricultura, para triplicar y cuadruplicar el nmero de sus torres y de sus soles elctricos; millares de perros y de bueyes eran empleados, en inmensas minas de carbn, de antracita y de metales, a recoger la materia primera con la que alimentaba sus pilas ... l quera hacer producir a la tierra, por sus solas fuerzas, su agua, su aire, su calor : l tena el sueo de la inmortalidad... nocin sublime que se encontraba en l, sin preguntarse que la muerte no era mas que una transformacin nueva, que era mucho ms hacia la realizacin de su sueo . Durante su pasaje en las clases inferiores, l haba credo en el paraso de Kiribi-Nana.

    Cuando mono, l haba proclamado el reino de la materia. Hombre de la casta suprema, l entrevea el reino del espritu, sin ser an suficientemente lcido, para descubrir la verdadera ruta que l deba seguir . Tales eran, con los monstruos que encerraba el mar y algunos pjaros gigantescos, los nicos habitantes conocidos de la tierra en el momento en que Raziel y Alcofribas vinieron a visitarla.

    Ciertos viajeros pretendan bien haber descubierto, en inmensos fuertes que se extendan sobre la planicie de los pases habitados, algunos .animales fantsticos, y notablemente uno que ellos haban apodado el Antropos, pero estos relatos fueron tratados de fbulas absurdas por la Academia de las Ciencias de Hyrania, a pesar de la opinin de algunos naturalistas, no eran consideradas por las personas serias sino como leyendas buenas para cautivar a los ancianos de las personas de baja casta . Y no obstante, en los espesos reductos de estos grandes fuertes, vivan an muchos contemporneos de edades desaparecidas!...

    CAPTULO II. GOBIERNO DE LOS HYRANIOS

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    Desde haca siglos, los Hyranios haban experimentado todas las formas imaginables de gobierno : monrquico autoritario, realeza constitucional, dictadura militar, oligrquico, repblicas de todos los matices, vuelta a vuelta haban reunido sus sufragios . Pero ninguno de estos gobiernos haba llegado a durar mas de seis meses. Cada revolucin llevaba invariablemente al poder a los hbiles del partido que triunfaba, y, como todas estas personas, cualquiera que fuese el color de su bandera, eran simplemente escpticos con ansias de autoridad, y ellos olvidaban bien pronto las promesas hechas antes de triunfar, y todo su tiempo era empleado en alimentar a sus criaturas y a respirar el incienso que sistemas hbiles venan a encender bajo la nariz ... En cuanto a la felicidad de Hyrania, no tena importancia, los bueyes continuaban trazando penosamente sus surcos, los perros proveyendo su trabajo diario, y los simios intrigando para derrumbar el gobierno que ellos haban contribuido a establecer, y del que ellos haban agotado todos los favores. El gran moralista Ric-Rac, de una palabra, haba juzgado esta situacin . l llamaba aquello la poltica de tienes que irte porque vengo yo. Este romance, porque no hay que olvidar que los Hyranios cantaban sus pensamientos en lugar de hablarlos, haba dado rpidamente la vuelta al pas con un enorme xito. Vivos y amorosos de las cosas del espritu, estos pueblos habran sacrificado veinte gobiernos y roto cien pactos constitucionales por una buena palabra. Es el mismo hombre quien, un da, en una asamblea donde todos los polticos jugaban vuelta a vuelta el mismo aire, sin llegarse a entenderse, les lanz este mordaz apstrofe :

    Cuan felices son ustedes, seores, que los bueyes continen pacientemente su trabajo, mientras que ustedes hacen aqu msica para los simios.

    Esto era dar en el clavo, porque las personas de esta ltima casta eran los nicos, en efecto, que se beneficiaban de los problemas que ellos haban suscitado. Tras querellas a relatar en cien Ramayanas, mil lliadas y un milln de Batraciomaquias, los Hyranios haban llegado sin embargo al bello da de intentar escucharse. Para poner un freno a todas las ambiciones malsanas, ellos haban decidido de un comn acuerdo regresar a la monarqua . Pero afn de impedir que el soberano : No arruine el pas mediante guerras absurdas, No aplique el presupuesto en beneficio de sus lacayos, No se ocupe en todas sus acciones mas que a burlarse de la voluntad nacional, No se aproveche de la ignorancia de los bueyes afn de dominar a las clases inteligentes por la fuerza brutal, No se apoye sobre los monos para reinar por la corrupcin.

    Se coloca sobre el trono un soberbio monarca en oro, admirablemente articulado, obra del ms hbil mecnico del pas. El primer fabricante de rganos de Hyrania, le haba puesto en el vientre una caja de msica provista de todos los aires de circunstancia. Aire para la abertura de las cmaras,

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    Aire para la recepcin de los embajadores, Aire para la presentacin de todos los cuerpos importantes del Estado, Aire para responder al buey que le proporcionaba la seguridad de la fidelidad de las campias, Aire para el bravo obrero de la casta de los perros, que peda que se le pusiera a la mano martillos y tableros, Aire para responder las preguntas de los cuerpos eruditos, Aire para recibir a los reyes vecinos . l los tena para todos los casos, para todos los eventos y para todas las personas. En las circunstancias solemnes cuando era necesario exhibir al monarca, el gran maestro de los ceremonias se ubicaba detrs de l, pona el resorte, y sujetando la manivela puesta en la espalda, se pona a mover con gracia El aire indicado por la ceremonia. Durante ese tiempo, el buen soberano se inclinaba a derecha y a izquierda, sonrea a las damas, o tomaba segn el caso un aspecto lleno de dignidad. El aire para La apertura de las cmaras por ejemplo, comenzaba invariablemente as : Seores los simios, los perros y los bueyes, es siempre con un nuevo placer, etc... El aire para la recepcin de los embajadores : es con placer, Seor embajador, que... para las sociedades cientficas : yo veo con placer, seores de la Academia de las Ciencias, los servicios que....

    Esta era poco variado, pero tampoco jams un discurso incendiario dirigido a los vecinos ... jams amenazas de golpe de Estado ... Todos aquellos que se aproximaban al monarca retornaban encantados de su afabilidad, de su eterno buen humor : era necesario ver con qu gracia l tomaba las peticiones, y responda a los solicitantes .

    Por debajo del soberano bondadoso, tres cmaras se reunan siete das por ao : 1 La cmara de los bueyes o cmara baja, 2 La cmara de los perros o cmara media, 3 La cmara de los monos y de los hombres o cma ra alta. Todo proyecto de ley deba pasar por las tres cmaras, y como los simios eran en todas las tres los lderes del gobierno, no haba jams medio de escucharse, y la sesin terminaba sin que se hubiese tenido el tiempo de votar nada. Cuando por azar un proyecto reuna la mayora de los votos, este no obtena jams la sancin del poder ejecutivo, y aquello a causa de un olvido del fabricante del rgano, que haba olvidado colocar en el vientre del monarca : El aire de la Promulgacin . No se emitan ms decretos, no se fabricaban mas ordenanzas, los magistrados eran reducidos a juzgar con el solo sentido comn, y aquello no era mejor.

    Los ministros no tenan mas celo para ganar las buenas gracias del maestro. La prosperidad general creci en tales proporciones que la polica no tena casi nada que hacer .

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    En algunos aos, se haba amortizado la deuda pblica que, en la poca de las disensiones y de las guerras haba sobrepasado la cifra de mil cuatrocientos millones. El gran libro haba sido quemado solemnemente sobre la plaza pblica. La bolsa reducida a las acciones industriales estaba siempre en alza. Las cajas del Estado haban alcanzado una tal pltora, que todos los Domingos se coronaba millares de rosales con las economas de la administracin; los bueyes y los perros, que los ambiciosos no iban mas a molestar en sus pacficos trabajos, eran felices . Los Hyranios haban encontrado el ideal del gobierno . Este buen rey haba recibido el nombre de Manitou primero. Pero helas! nada es perfecto, no mas en este mundo que en aquel de las edades primitivas donde haba vivido Alcofribas. Y ya fermentos de discordia se aprestaban a enturbiar la tranquilidad general. .. En la ltima asamblea, uno de los monos ms viejos del partido retorcido, madre como un procurador, subi a la tribuna, y de una voz melosa y aduladora, l haba pedido como mas conforme a los principios de igualdad y de economa : Que el monarca en oro fuese reemplazado por un monarca en madera ! No fue necesario ms que tres voces que l no obtuvo la mayora, esta fue el primer golpe de mina dado en la constitucin .

    CAPTULO III. CREENCIAS RELIGIOSAS Y FILOSOFICAS Y COSTUMBRES DE LOS HYRANIANOS. Raziel no se haba equivocado diciendo a Alcofribas, que los Hyranios, a pesar del extraordinario desarrollo fsico e intelectual al cual ellos haban llegado, no saban mas que los antiguos habitantes de la tierra, sobre todas las preguntas de ideas metafsicas que, desde haca millares de aos, haban dividido a todas las generaciones de seres de razn, que en cada edad haban surgido de las transformaciones progresivas de la naturaleza.

    Haba en Hyrania tantas creencias, tantas religiones como castas. La religin de los bueyes era aquella de Kiribi-Nana. Una pgina de la leyenda gensica kiribinense, ensea en las escuelas de la casta inferior, mejor que todas las disertaciones, har conocer este culto singular. Kiribi-Nana, genio del universo, habitaba con su mujer y sus numerosos hijos las inmensas planicies del vaco . Un da l jugaba al billar en familia, la enorme bola que l utilizaba habindose apartado, rueda en el espacio. l concibi entonces el pensamiento de animarla. Por el solo esfuerzo de su voluntad, l crea el sol para iluminar el da, y la luna para iluminar la noche .

    Y fue tambin las estrellas, para regocijo de los ojos de los habitantes que l iba a colocar sobre la tierra. Despus de haber creado las aguas en las cuales l coloca a los animales gigantescos, y los aires, que l puebla de pjaros terribles, l hizo las plantas y las flores comestibles.

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    Cuando todo estuvo listo, l cre a los Hyranianos.

    De sus pies produjo la casta de los bueyes que recibi la misin de trabajar y de cultivar la tierra. De sus pantorrillas salieron los perros, a los cuales l orden de servir fielmente a las castas superiores. De su lengua produjo los simios a los cuales no asign ningn empleo particular, confindole su habilidad para escapar de los asuntos. De su cerebro en fin, es decir de la parte la mas noble de su persona, l crea la casta superior de los hombres libres, que l instituy reyes de la tierra. A penas estas cuatro clases haban nacido que ellas se miraron y disputaron entre ellas. Ved que triste suerte es la nuestra, decan los bueyes y los perros, nosotros no tenemos ni alas ni aletas para elevarnos en los aires o recorrer los mares ... a nosotros los trabajos los ms duros, las cargas ms pesadas ... y sin esperanza de mejorar nuestra situacin. De una parte y de la otra ellos iban a ir a las manos... De golpe Kiribi-Nana apareci.

    De dnde vienen estos lamentos injustos? dijo el Dios frunciendo las cejas .. Y como ninguna persona osaba tomar la palabra, los simios se presentaron para exponer las causas del diferendo; ellos embrollaron tan bien la cuestin que fue imposible al genio del universo comprender nada ... Los abogados haban nacido ... Escuchad, dijo entonces Kiribi-Nana, que cada uno cumpla con coraje las funciones que le han sido otorgadas, y los bueyes al transformarse gradualmente se convertirn en los perros, los perros en los monos y los simios en los hombres libres ... Tal es mi voluntad ! Los bueyes y los perros se pusieron inmediatamente al trabajo, sostenidos por la esperanza ... Intil de decir que las dos clases superiores no creyeron una palabra de esta comedia, que ellos haban fabricado con el resto de concierto, para mantener las castas inferiores bajo su dominacin . Un da que se agitaba en la Academia de las Ciencias morales y filosficas de Hyrania, la cuestin de saber si no se podra dar a los bueyes y a los perros nociones ms elevadas . El gran Ric-Rac ya citado, impulsado por un movimiento de elocuencia exclama -Gurdense bien seores, de tocar a Kiribi-Nana. Kiribi-Nana, es la salud social. Kiribi-Nana, es la paz universal . Si Kiribi-Nana no existiera ... habra que inventarlo . Los simios ellos, no creen en nada ! En cuanto a los hombres libres que haban decretado para su casta la libertad de la conciencia, no se habra podido encontrar dos que pudiesen ponerse de acuerdo sobre una creencia. Ellos se dividan en : Idealistas, Espiritualistas, Racionalistas, Naturalistas, Atomistas,

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    Nihilistas, Materialistas, Pantestas, Destas, Dualistas, Trinitarios, Deterministas, Empiristas, Positivistas, Egostas, Escpticos, Y Gastronomistas.

    No haba relacin entre todas estas sectas que una discusin de palabras, pero no se entendan, porque no se queran escuchar. Cosa extraordinaria, cada uno de ellos predicaba la tolerancia, llenando a los otros de injurias . Se publicaba de una parte y de la otra mas de cien millones de folletos por ao. Para impedir a sus adeptos a los que el cerebro se les chamuscaba en la lucha de volverse locos ... La ley exiga que cada seis meses, ellos se dirigieran a un gran campo cerrado, donde librados a ellos mismos, ellos deban administrarse gigantescos cachetazos, y lanzarse todas sus obras a la cabeza... No se haba encontrado mejores medios para detenerles los nervios... y procurar algunos instantes de descanso a los editores ...

    AL contrario de las otras escuelas que tenan todas ms o menos la pretensin de explicar los diferentes fenmenos de la existencia, aquella de los gastronomistas pretenda que era intil atravesarse el cerebro con todas esas cuestiones, que no se vera jams otra cosa que el cielo, que la sola potencia incontestable era aquella del estmago, y que una mesa bien servida era el ms bello altar que se poda elevar a la naturaleza. . Esta escuela filosfica contaba en su seno con todos los magistrados y todos los diplomticos, muchos periodistas, mdicos, abogados, negociantes, banqueros .... algunos ministros y todo el clero. El ejrcito no tena casi representantes, la vida de los campamentos, el hbito del trabajo, haban desarrollado entre sus miembros un gran amor de la patria, que daba poco lugar a las especulaciones gastronmicas ... y cuando por azar haba necesidad de afiliarse, este era siempre un oficial de administracin . Se creera, esta secta era por mucho la mejor de todas, sus adeptos eran vivos, espirituales, llenos de tolerancia y de humanidad, generalmente ntegros y honestos, porque ellos no tenan fanatismo, y sobretodo muy amigos del bello sexo ... Ellos haban hecho inscribir sobre el frontn del templo en el que se reunan, estos dos aforismos clebres :

    Las virtudes humanas proceden de una buena digestin. Todos los hombres son iguales, frente a la mesa y las mujeres . Estos se mofan del fin del mundo previsto por la Academia de las Ciencias, y acribillan sus epigramas con la compaa de soles elctricos . A la llegada de Alcofribas, los gastronomistas estaban muy dulcemente en tren de devenir mayora en Hyrania.

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    En cuanto a las costumbres de los Hyranios, ellas eran menos malas generalmente que ciertos moralistas irritables lo pretendan. Porque toda muchacha que haba estado ms de seis veces encinta no era ms admitida a concursar por la corona de rosas .

    Es necesario aadir que esta ceremonia no era mas que un sacrificio a la tradicin, como los regalos del primero de enero, las cartas de visitas, las lgrimas de los herederos, y las corridas embolsadas, nicos recuerdos inconscientes de los tiempos ante-histricos, que haban sobrevivido en Hyrania... y que no pedan mas a los hijos que su certificado de origen.

    CAPTULO IV. ACADEMIAS Y SOCIEDADES CIENTIFICAS.

    El pas de los Hyranios contaba un cierto nmero de cuerpos eruditos, pero estas sociedades no se parecan apenas a aquellas que haban existido entre los hombres primitivos . Desde que un Hyraniano haba producido laboriosamente una obra sobre una de las cuestiones ardientes del da, en el gnero de esta, por ejemplo, que todas las Academias, desde haca siglos, colocaban siempre a la cabeza de sus temas premios anuales : Del intelecto de los tteres dotados de razn, en su esencia ideal, en el triple punto de vista de la forma, del color y del olor, estando dotados, en un paralelismo cientfico, de relaciones de similitud y de desemejanza que l sostiene con l mismo, as como de las afinidades Complementarias que pueden transformarlo y modificarlo, de modo de hacerlo apto para reaccionar sobre su propia sustancia.

    Si la memoria era coronada, el infeliz comenzaba a dar signos inquietantes por su familia ... no sala mas sin el manuscrito bajo el brazo, y su medalln a la mano que l lanzaba brutalmente a la cabeza de todas las personas que l encontraba . Lo que le atraa a veces bastantes asuntos inconvenientes... A partir de este momento, todos los aos publicaba un volumen nuevo, en el cual no haca mas que desarrollar su PRIMER memoria ... y no haba mas que un medio de detenerlo sobre esta pendiente fatal, este era el de encerrar en un inmenso palacio que los Hyranios haban hecho construir bajo el nombre de Instituto de los invlidos de espritu . Todas las ramas de los conocimientos humanos, ciencias exactas y naturales, religin, filosofa , historia, ciencias pre histricas y buen lenguaje, etc., y estaban representadas por una seccin especial. Las buenas personas tenan por misin cortar las alas y las aletas a todos los jvenes Hyranios que intentaban elevarse muy alto en los aires, o que buscaban penetrar en las profundidades del Ocano; ellos vigilaban sin cesar para que ninguna idea nueva, original, progresiva no pueda pasar un da sin ser proscripta al instante . Son ellos quienes haban sostenido constantemente que los habitantes de la tierra haban sido siempre tal como se los vea en este momento ... Que las plantas no tenan almas, que ellas no hablaban y que ellas no cumplan, sus funciones vitales mas que por una suerte de instinto mecnico; que los inmensos depsitos fsiles; que la compaa de soles elctricos encontrados a cada instante en sus minas, no eran mas que caprichos de

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    petrificacin sin importancia, y no probaban la existencia de animales prehistricos en los diferentes mantos geolgicos. Que la tierra haba sido creada y tena tres o cuatro mil aos solamente, y que ella terminara cuando Kiribi-Nana retomara la fantasa de jugar de nuevo al billar ... Se les escuchaba con frecuencia repetir .: Nosotros somos el comienzo y el fin de toda ciencia . Entre tanto, en las sesiones ntimas, ellos empleaban sus actividades de esparcimiento en leerse mutuamente sus obras; mientras que uno de ellos se encargaba l mismo en redondear sus perodos, todos los otros hacan la siesta y no se despertaban mas que para congratular a su sabio colega, arrancndole hipcritamente algunas plumas de las alas . -Las sesiones solemnes eran muy frecuentadas por las damas, y sobretodo los periodistas que venan a contemplar a estos venerables despojos, y hacer una abundante provisin de hilaridad . Durante los cambios de estacin, en primavera y en otoo, ellos devenan de tal manera irritables que era imposible tenerlos juntos. Se los encerraba en algn lugar. Jaulas capitaneadas o un mdico especial vena a purgarlos segn la formula... Eso que ellos evacuaban entonces de bilis, de celos, de memorias olvidadas, de sistemas abortados, de poemas muertos, no sabra denominarlos ... Se los diriga enseguida a sus ocupaciones y a sus familias . En el pecho los Hyranios se mofaban de ellos, pero en pblico ellos los colmaban de alabanzas.

    Se tena el hbito de consultarlos sobre todas las cuestiones de su resorte, pero no se les tena ninguna cuenta de sus decisiones, que, invariablemente, concluan en la absurdidad de las innovaciones proyectadas . Se servan de pruebas por Peticin en sentido inverso, y los inventores eran muy confiados de sus consejos, porque era suficiente que ellos les fueran contrarios, para que todo el mundo fuera bien persuadido de la bondad y de la utilidad de la invencin. Aunque ellos fuesen una carga bien pesada para el presupuesto, se los guardaba por respeto de la tradicin, lo mismo que los hombres primitivos haban anteriormente conservado en sus Museos los viejos sombreros y los mantos de sus soberanos . Y entonces todas las castas inferiores no hablaban, no juraban, no cantaban mas que para ellos, y era difcil de suprimirlas todo de golpe.

    Pero en las familias de las clases elevadas, cuando se reconoca signos ciertos que un joven hombre iba a escribir una memoria para el Instituto de los invlidos del espritu, se lo despachaba hacindole tomar un reactivo potente para desviarlo de su funesto proyecto.

    El medio no resultaba siempre ... Porque la antigua corporacin tena solo ella el derecho de utilizar los ttulos de ilustre maestro, de sabio, de elocuente, de ingenioso, etc., y bien que estas calificaciones haban cado en desuetudo desde haca largo tiempo, muchos Hyranios se iban a tomar an ... Aquello facilitaba, se deca, el acceso a ciertas funciones puramente honorficas, procuraba bellos matrimonios y, en todos los casos, aquello no era malo.

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    La compaa de soles elctricos contaba al contrario en su seno todas las jvenes inteligencias, todas las energas tiles, es ella quien, desde haca muchos miles de aos, haba agitado todas las ideas, realizado todos los progresos que haban hecho de los Hyranios el primer pueblo del globo; mas por el orgullo de sus conquistas, ellos no crean mas que en la potencia de la materia y negaban la existencia del Alma y su inmortalidad . - Dame una botella bastante grande, haba dicho uno de ellos, y yo les fabricar un mundo . A pesar de su ciencia, ellos no tenan casi nada de accin sobre la multitud muy ignorante para comprenderlos (el escepticismo racional llega poco a Las masas ). Su amor por el estudio y su odio por las vanas especulaciones, les alejaban del sitio pblico donde triunfaban los simios, y, todo dando servicios constantes a la nacin, no haban conquistado la influencia que habra de ser el precio de su mrito y de sus trabajos . Mdicos, astrnomos, matemticos, qumicos, fisiologistas, ellos regeneraban el mundo por sus ideas, ellos trabajaban en beneficio del conjunto ... y el conjunto no los conoca . Sin duda, en su casta, aquella de los hombres libres, se segua con inters su marcha, se denominaba su falange la vanguardia del futuro, pero ellos eran muy pocos numerosos para contrabalancear la influencia de las academias oficiales .... Los simios que les teman; porque ellos no podan ser instrumentos dciles en sus manos, decan no conocerlos. No haciendo sacrificio a la popularidad, ellos eran an muy ignorados de la multitud, entonces Ric-Rac, el gran Ric-Rac, el moralista inefable, presidente de la Sociedad de los Idealistas, y el pequeo Cucufion, que haba vulgarizado la ciencia social al uso de los trabajadores, coloc su busto grabado hasta en los baos, haciendo que la multitud se parara sobre los puentes para pescar con anzuelo. - T no dominars jams las masas, le deca con frecuencia Ric-Rac, t tienes la ciencia y t prestas grandes servicios. Cada uno sabe qu es lo que ha suprimido la noche y mantiene, sobre la parte del globo que nosotros habitamos, un calor constante; gracias a las inmensas concentraciones de fuerzas elctricas de las que dispones, la tierra te deber la prolongacin de su vida, tal vez la inmortalidad... Pero t no sabes hacer mostrar tu valor ... Mrame, por ejemplo... Qu es lo que vale mi moral? en el fondo yo no dara un guio ... Es una simple preparacin farmacutica, una mixtura de todos los sistemas conocidos, a la cabeza de la cual yo coloco la imagen venerada del genio de las esferas celestes... yo he dado a mi moral un origen kiribinense, yo hago descansar todo mi sistema sobre la creacin divina, el principio de autoridad, y la desigualdad de los hombres, y cada uno repeta :

    Ric-Rac es el ms grande filsofo de este siglo. Los bueyes y los perros por necesidad de creer ... Los hombres de la casta libre porque le favoreca su dominacin ... En poltica, yo estoy por el desprecio, el desprecio a ultranza; yo desprecio a mis adversarios, yo desprecio aquellos de los que yo me sirvo, yo desprecio sobretodo aquellos que sucumben ... y soy yo quien tiene en venta la doctrina del xito, y la teora del hecho cumplido... Yo tengo un surtido de principios que se contradicen todos los unos a los otros, y que se adaptan a maravilla a todas las situaciones y a todos los eventos ... yo conozco la plancha, la copa

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    marinera; yo nado admirablemente entre dos aguas, yo me hundo, yo hago el muerto ... y aquello con una tal destreza y una tal seguridad de m mismo que, en todas las circunstancias difciles, no hay mas que una sola voz para exclamar : Ric-Rac solo t puedes salvarnos ... no hay nadie mas que l! no hay nadie mas que l!

    Yo soy un escptico y yo gobierno el mundo, gritndole a cada denuncia en mi inmenso porta voz: Espere, espere! y este se contenta con eso... Mientras que t que tienes la fe cientfica, que has querido crear una moral natural, lgica, y hacer nacer los deberes de la agregacin social, t no eres comprendido ni de los ignorantes, ni de aquellos que sufren, ni de aquellos que trabajan ... ni sobretodo de las mujeres que, gracias a nosotros, no giran su inteligencia que hacia lo maravilloso y lo incomprendido . Cuando por tus soles elctricos t has querido hacer penetrar la luz hasta en los reductos los ms oscuros, nosotros hemos inmediatamente comprendido el peligro, y uno de nosotros se ha apurado a intercalar en la gnesis kiribinense la frase siguiente, que te trae inmediatamente el mrito de vuestra invencin : Y cuando el sol no caliente mas bastante la tierra, Kiribi-Nana enviar millares de astros luminosos para iluminarla. Ustedes son de los hombres de ciencia, pero ustedes no entienden nada en la lucha, y nosotros no tendramos nada que temer de ustedes, mientras que ustedes no introduzcan en vuestra filosofa el misterio y los mtodos empricos que son nuestra fuerza desde hace millones de aos .

    Qu resultados han obtenido ustedes hasta hoy?... T buscas, trabajas, descubres! ni una invencin til que no sea debida a uno de los vuestros ... y sin embargo no hay un solo de entre ustedes que no sea discutido ... En el pasado, nosotros los hemos quemado afn de evitar siquiera la verguenza de la lucha, hoy nosotros compramos a todos aquellos de los vuestros que tienen ambicin, nosotros aprovechamos de vuestros descubrimientos, mas a los ojos de la multitud nosotros los atribuimos a Kiribi-Nana, y nosotros los estrangulamos por la ley del nmero ... y aquello ser siempre as, porque la tontera, la vanidad y la corrupcin son inmortales ... Ustedes nos retornaran, que el da de maana ustedes reinaran por los mismos medios que nosotros. Ustedes son irregulares y, a pesar de vuestro mrito que cada uno reconoce muy bajo, ustedes sern siempre irregulares, y ese ser siempre el Instituto de los invlidos del espritu que ser el dispensador soberano de la ciencia y de los favores ... Yo quiero admitir bien que en el fondo uno difcilmente cree en l ... y jams se lo ha credo ? pero sus miembros tienen para ellos la tradicin y la posicin tomada, y es una fuerza contra la cual t no puedes luchar. Yo soy presidente de las secciones de moral y de filosofa ... Eh bien! trata entonces de destruir a Ric-Rac, el inefable, el sublime, el popular Ric-Rac? Ah ! si tu quisieras hacer alianza con nosotros ! Yo haba propuesto anteriormente darte la direccin del movimiento, t estaras infaliblemente, hallado en nuestros rangos ... Pero se me ha respondido : Con qu objeto? no tenemos bastantes trnsfugas para llenar nuestras vidas ! Si t lo haces subir a este... Otros tomarn inmediatamente su lugar, y tentarn la escalada a su turno!

    CAPTULO V.

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    LA PRENSA EN HYRANIA.

    Este CAPTULO habra sido de los ms delicados a considerar si un evento de los ms singulares que nunca antes se haba producido sucedi en Hyrania. Despus de la eleccin de Manitou I, todos los periodistas haban depuesto su pluma en protesta, y en espera de das mejores, como ellos eran todos personas de gusto, ellos se haban refugiado en la sociedad de los gastronomistas. Tan solo un diario permaneca todava de pie, esta era la Gazeta Oficial de Hyrania, a la cual todos los habitantes estaban forzados a abonarse, mas como no se haba podido encontrar algn hombre de letras para encargarse de la necesidad, los ministros hacan dirigir este peridico por sus domsticos . Los Hyranios gozaban de la libertad mas grande en materia de Prensa, ellos tenan el derecho de publicar todas sus opiniones, luego de haber obtenido la autorizacin del Gran Gniaf-Gniaf, director de la seguridad general del reino .

    CAPTULO VI. POSICIN GEOGRFICA de HYRANIA.

    LOS KARAPATES Y LOS TOHU-BOHUS. La ciudad de Hyrania estaba situada sobre el ecuador que atravesaba en ese momento, as como haba sido dicho, los dos polos primitivos de la tierra. Si se hubiera levantado su posicin futura al tiempo de las civilizaciones del tiempo cuaternario, ella habra dado 48 50m 14 de latitu d Norte por 0 de longitud. Ella contaba cerca de un milln de habitantes, es decir alrededor del cuarto de la poblacin total del pas de Hyrania. Los habitantes de Hyrania se subdividan segn las castas de la manera siguiente : Dos millones de bueyes, Un milln de perros, Seiscientos mil monos, Y alrededor de cuatrocientos mil hombres libres . Una tradicin que se perda en la noche de los tiempos, y a la cual ninguna persona le daba fe, a parte de algunos eruditos que se los trataba de iluminados, pretenda que bajo la ciudad actual, a una profundidad desconocida, dorma una antigua ciudad que habra sido construida por los hombres prehistricos. Las penas ms severas impedan de cavar el suelo en ese lugar, bajo pretexto que la excavacin podra debilitar la solidez de los monumentos de la ciudad actual ; en realidad, no se quera que se pudiera asegurar que fuese un hecho, que poda estar en contradiccin manifiesta con las creencias kiribinenses, que haban demostrado de una manera indiscutible, que la tierra no tena mas de cuatro a cinco mil aos.

    El pueblo Hyraniano, sobre el territorio del cual Raziel y Alcofribas haban descendido, no era el nico habitado sobre esta zona ecuatorial, ltimo refugio de los habitantes de la tierra. Sus fronteras a la izquierda estaban limitadas por el reino de los Tohu-Bohus, aquellos de la derecha por el reino de los Karapates.

    Mientras que los Hyranios eran blancos y rosados, los Tohu-Bohus eran rojos, y los Karapates verdes .

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    Largo tiempo los Tohu-Bohus haban caminado a cuatro patas; provistos de aletas imperceptibles y de alas ridculas, ellos no podan ni zambullirse en las profundidades de los mares, ni elevarse bien alto en los aires... Densos y pesados, en lo fsico como en lo moral, celosos de sus vecinos, ellos no tenan hoy mas que una idea fija : esta era cortar las alas a los Hyranios para adaptarlos a sus medidas, se imaginaban que as ellos llegaran a dominar el mundo. Como signo de su gobierno desptico, ellos haban puesto sobre el trono una vieja alcohlica de caporal. En cuanto a los Karapates, su territorio exiguo los haba forzado a extenderse al costado del mar, donde ellos pasaban la ms grande parte de su tiempo; su solo medio de existencia, no teniendo casi entre ellos plantas y flores comestibles, era el trfico de las riquezas que ellos arrancaban al Ocano. Desde que los otros pueblos caminaban en el sendero de la guerra, ellos se frotaban las aletas de gozo y venan a pescar y piratear hasta en las aguas de sus vecinos; en la paz, ellos no faltaban jams de intervenir en el trato, e invocaban cuanto de los dos lados su bienvenida neutralidad, ellos se hacan generalmente confirmar en la posesin de esto que ellos haban tomado. El trono era ocupado entre ellos por una rana, emblema de su potencia acutica. En otro de estos tres grandes pueblos, que el interior y la ambicin dividan constantemente, se contaba an muchas pequeas tribus en poblados diseminados a los limites de las tierras habitables, y sobre las cuales no haba otras enseanzas que los relatos de algunos audaces viajeros que iban a visitarlos. La zona ecuatorial habitada tena apenas un largo de dos cientos reas y formaba como un brazalete alrededor del globo; ella estaba entrecortada de lagos, de ros y de grandes mares interiores, de los que algunos -unos eran todava desconocidos; ms all comenzaban impenetrables y sombros bosques que se deca habitados por animales extraos que nadie haba visto en Hyrania, pero cuyas castas populares hablaban con un misterioso acento .... En su limite comenzaban inmensos glaciares que poco a poco deban terminar por invadir toda la tierra

    CAPTULO VII. ALCOFRIBAS SE DIRIGE A HYRANIA.

    Luego de la desaparicin de Raziel, Alcofribas desplegando sus alas se puso a planear a algunos codos del suelo . Los soles elctricos se haban apagado como por encantamiento en las cimas de las altas torres, y el viejo astro, padre alimentador de la tierra, comenzaba a subir lentamente en el horizonte. Su luz apareca siempre tan bella, su calor tan benefactor, y No pareca decir que l marchaba a grandes pasos hacia una transformacin nueva . Una brisa suave y toda cargada de las esencias de los inmensos campos de flores comestibles perfumaba la atmsfera, y de todos lados largas filas de perros y de bueyes revestidos de sus ropas de gala se dirigan hacia la ciudad de Hyrania.

    l haba llegado ese da a la gran ciudad . Gracias a las extraordinarias facultades que muchos miles de transmigraciones haban desarrollado en Alcofribas, l no tuvo mas que dirigir su vista alrededor

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    de l, para darse cuenta inmediatamente de la situacin poltica y social de los Hyranios . l no haba an decidido sobre los medios que iba a utilizar para cumplir su misin ... Se deslizara l en el cuerpo de uno de los ms altos funcionarios del Estado, o permanecera simple ciudadano de la casta superior, y dueo de su tiempo y de sus acciones ? Una media docena de Hyranios del ms alto vuelo eran en tren en este momento de obtener fama; l lanza un rpido golpe de vista sobre la vida que ellos haban llevado hasta este da, para ver cual era aquel de entre ellos que sera merecedor de prestarle su despojo mortal, su nombre, su familia y su situacin ... l retrocedi de dolor frente al pasado que l necesitaba asociar.

    Uno de ellos haba conquistado su posicin por medio de las ms bajas intrigas, y una excitacin no interrumpida de capitulaciones de conciencia . Otro por servicios que no podan ser alabados... Un tercero haba llegado empujado por las mujeres de los otros, y haba luego continuado elevndose por la suya . El menos negro de entre ellos, luego de haber cantado con todos los tonos su fidelidad al ltimo rey, prncipe sabio, iluminado, amigo de la paz, avaro de los dineros del Estado, y que haba llevado al ms alto punto la prosperidad general, se haba, al da siguiente de la revolucin que lo haba derribado, se lanz al Manitou, para acabar igualmente sus protestas de devocin !... - Vamos, piensa Alcofribas, tal vez se esperaba largo tiempo la muerte de un hombre honesto ... La suerte est lanzada ! yo voy a descender en la arena tal como yo soy; que importan los honores y el poder de una situacin elevada, no vengo yo a hablar en nombre del bien, de la verdad y de la justicia eterna, no es esto bastante ttulo creo ?... Como el ms ilustre de mis antepasados que amo a la humanidad, en los pequeos, los dbiles y los humildes, yo hablar en las calles, y mi voz har temblar los palacios de los poderosos ... Luego, reuniendo sus dos manos sobre su corazn, murmura: Sombra de Bethleem y del da su luz, dulce y casta figura de la verdad eterna, t que iluminas las edades desaparecidas, dgnate desde lo alto de las esferas celestes donde tu alma se ha refugiado, lanzar una mirada favorable sobre aquel que va a intentar de vivir y de morir como t !

    Habiendo toda duda desaparecido, l imprimi a sus alas un movimiento ms rpido, y se dirigi a un costado de Hyrania. Sin embargo por debajo de l suba la voz de los perros y de los bueyes . Ellos cantaban : - Hurrah ! hurrah! es da de fiesta, hurrah ! hurrah ! La tierra y nuestros brazos descansan . Los perros y los bueyes tienen hoy el derecho de mirar el sol; cuando lo hace l todos los das para nosotros!

    CAPTULO VIII. UNA FIESTA ENTRE LOS HYRANIOS .

    Haba fiesta, en efecto, este da en Hyrania. Manitou entraba en el sptimo mes de su reino pacfico, y el consejo de regencia, asombrado de que este no haba sido an derrocado, haba convidado al pueblo a regocijos pblicos .

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    Un voto unnime de las tres cmaras haba consagrado el remanente del presupuesto trimestral para esta solemnidad . En vano se haba dotado todos los rosales del pas, aumentado todos los nombramientos de los funcionarios, distribuido gratificaciones a sus seguidores, a los amigos de sus amigos, a los domsticos de sus domsticos, dado fomento a todas las sociedades cientficas, e inscrito a los Hyranios por una pensin de seis mil francos en el gran libro que no haba reconstituido que por eso, las cajas del Estado acusando un tal aumento en las recetas, que pronto se iba a ver pavimentar todas las calles con piezas de cien pesos.

    Se haba entonces proclamado un da de licencia y larguezas, durante el cual toda la nacin deba estar asombrada, subsidiada, consumida, alimentada a expensas del Estado. El afiche colocado quince das antes, sobre los muros de la capital y en todo el reino, haba dado a las poblaciones un gusto adelantado de los esplendores que se preparaban. Contrariamente a lo que se practicaba en la poca de las civilizaciones prehistricos, negadas por la seccin de las Ciencias del Instituto Hyraniano, esto era para los bufones, que podan ejercer durante sus numerosos descansos, que era el detentar la carga de distraer al pueblo durante las fiestas . La institucin de las castas no permita, en efecto a los perros y a los bueyes de distraer un solo minuto de su tiempo para darlo a las artes del esparcimiento. He aqu este afiche : EN HONOR del sptimo Aniversario mensual de la eleccin de su Majestad Manitou Primero Todas las poblaciones rurales y suburbanas son convocadas a una fiesta patritica En HYRANIA. PROGRAMA DE LA SOLEMNIDAD 6 horas de la maana . Salvas de luces elctricas . El Himno nacional de Laitou-Laitou-La-La, sobre el rgano de Hyrania del Palacio, par el primer Chambeln de su Majestad . 7 h