37941568-Nota+sobre+Dilthey

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Nota sobre Dilthey De la compleja obra de Dilthey vamos a resaltar dos vertientes, la primera lo acerca –con una reserva importante que habrá que concretar- al “positivismo” decimonónico, la segunda procede, en buena medida, del “idealismo romántico”. Veámoslas, con brevedad, una por una: -Dilthey intenta llevar a cabo una fundamentación metódica de las ciencias del espíritu (aquí se acoge, en el fondo, a una tesis cartesiana: el método debe preceder, y precede, a la verdad). Sucede así –si esto fuese correcto- que si logramos estipular con suficiente precisión un método (según Dilthey el ‘método de la comprensión’ o el ‘método comprensivo’) aseguraríamos la verdad propia de los conocimientos proporcionados por las distintas ‘ciencias del espíritu’. ¿En qué se diferencia este planteamiento del que podemos considerar clásicamente ‘positivista’? El positivismo ortodoxo –en su versión más restrictiva- sostenía que la única ciencia que merecía ese nombre era la física-matemática newtoniana (algo, por cierto, que también afirmaba Kant); y si sólo hay una ciencia legítima entonces sólo cabe un método: el método explicativo (donde ‘explicar’ algo significa exclusivamente: encontrar su causa eficiente), hipotético-deductivo, experimental, capaz de organizar un sistema de leyes con alcance predictivo y de carácter cuantitativo (las leyes propiamente tales deben expresarse en fórmulas matemáticas), etc. (detrás, o debajo, de este positivismo ortodoxo late, por cierto, una peculiar tesis ‘metafísica’: un –llamémoslo así- “monismo óntico”; ¿Qué afirma este? Que ‘lo real’ es exclusivamente ‘físico’ o, como también se dice, ‘material’). -Heredando el ‘idealismo romántico’ sostiene Dilthey lo siguiente: el Espíritu (humano) produce desde sí mismo, por sí mismo y para sí mismo, sus ‘obras’; por lo tanto el Espíritu (humano) ‘se expresa’ (o está ‘expresado’) en ellas (el término ‘expresión’ alude aquí a un movimiento que va desde dentro hacia fuera, etc.). La ‘Cultura’ –según este planteamiento- es, pues, equivalente al “espíritu objetivo”, es decir, a un “espíritu subjetivo” que se ha “auto- objetivado” (¿Cuándo? Al expresarse en sus obras –unas ‘obras’ cuyo conjunto constituye precisamente la ‘Cultura’-). ¿Qué sucede entonces –si esto fuese cierto- en las denominadas ‘ciencias del espíritu’? Sucede que el hombre se conoce a sí mismo (pero, gracias a ellas ¿el hombre se conoce ‘en su esencia’? esta es una pregunta que siempre inquietó enormemente a Dilthey -¿cómo un ser histórico va a tener ‘esencia’?-); por otro lado esto da pie a declarar una peculiar ‘superioridad’ de las ciencias del espíritu sobre las ciencias de la naturaleza: por un lado porque para el hombre lo más importante es él mismo (esta es, por otra parte, la tesis central del humanismo idealista), por otro porque debe contraponerse la ‘transparencia’ del espíritu a la ‘opacidad’ de la naturaleza (siempre extraña, siempre hostil, siempre inhóspita, etc.). Opera aquí una versión del dualismo cartesiano (res cogitans/res extensa): la que separa, distingue y jerarquiza Naturaleza y Espíritu (la primera mecánica, muerta, inerte, el segundo vivo, histórico, etc.). Hasta aquí dos de las vertientes de la propuesta de Dilthey. A mi juicio –y aquí ya entramos en el escurridizo terreno de la controversia- ambas vertientes –si las evaluamos a partir de ciertas derivas de la filosofía del siglo XX- son hoy más un lastre que algo que podamos seguir afirmando y desarrollando alegremente (pero este es un asunto en el que no voy a entrar pues el objetivo principal ahora es estudiar lo mejor que podamos, aunque sea a título introductorio, lo que sostuvo este autor). Más allá del marco en el que sostuvo sus ideas me parece, de todos

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Nota sobre Dilthey

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  • Nota sobre Dilthey

    De la compleja obra de Dilthey vamos a resaltar dos vertientes, la primera lo acerca con una reserva importante que habr que concretar- al positivismo decimonnico, la segunda procede, en buena medida, del idealismo romntico. Vemoslas, con brevedad, una por una:

    -Dilthey intenta llevar a cabo una fundamentacin metdica de las ciencias del espritu (aqu se acoge, en el fondo, a una tesis cartesiana: el mtodo debe preceder, y precede, a la verdad). Sucede as si esto fuese correcto- que si logramos estipular con suficiente precisin un mtodo (segn Dilthey el mtodo de la comprensin o el mtodo comprensivo) aseguraramos la verdad propia de los conocimientos proporcionados por las distintas ciencias del espritu. En qu se diferencia este planteamiento del que podemos considerar clsicamente positivista? El positivismo ortodoxo en su versin ms restrictiva- sostena que la nica ciencia que mereca ese nombre era la fsica-matemtica newtoniana (algo, por cierto, que tambin afirmaba Kant); y si slo hay una ciencia legtima entonces slo cabe un mtodo: el mtodo explicativo (donde explicar algo significa exclusivamente: encontrar su causa eficiente), hipottico-deductivo, experimental, capaz de organizar un sistema de leyes con alcance predictivo y de carcter cuantitativo (las leyes propiamente tales deben expresarse en frmulas matemticas), etc. (detrs, o debajo, de este positivismo ortodoxo late, por cierto, una peculiar tesis metafsica: un llammoslo as- monismo ntico; Qu afirma este? Que lo real es exclusivamente fsico o, como tambin se dice, material).

    -Heredando el idealismo romntico sostiene Dilthey lo siguiente: el Espritu (humano) produce desde s mismo, por s mismo y para s mismo, sus obras; por lo tanto el Espritu (humano) se expresa (o est expresado) en ellas (el trmino expresin alude aqu a un movimiento que va desde dentro hacia fuera, etc.). La Cultura segn este planteamiento- es, pues, equivalente al espritu objetivo, es decir, a un espritu subjetivo que se ha auto-objetivado (Cundo? Al expresarse en sus obras unas obras cuyo conjunto constituye precisamente la Cultura-). Qu sucede entonces si esto fuese cierto- en las denominadas ciencias del espritu? Sucede que el hombre se conoce a s mismo (pero, gracias a ellas el hombre se conoce en su esencia? esta es una pregunta que siempre inquiet enormemente a Dilthey -cmo un ser histrico va a tener esencia?-); por otro lado esto da pie a declarar una peculiar superioridad de las ciencias del espritu sobre las ciencias de la naturaleza: por un lado porque para el hombre lo ms importante es l mismo (esta es, por otra parte, la tesis central del humanismo idealista), por otro porque debe contraponerse la transparencia del espritu a la opacidad de la naturaleza (siempre extraa, siempre hostil, siempre inhspita, etc.). Opera aqu una versin del dualismo cartesiano (res cogitans/res extensa): la que separa, distingue y jerarquiza Naturaleza y Espritu (la primera mecnica, muerta, inerte, el segundo vivo, histrico, etc.).

    Hasta aqu dos de las vertientes de la propuesta de Dilthey. A mi juicio y aqu ya entramos en el escurridizo terreno de la controversia- ambas vertientes si las evaluamos a partir de ciertas derivas de la filosofa del siglo XX- son hoy ms un lastre que algo que podamos seguir afirmando y desarrollando alegremente (pero este es un asunto en el que no voy a entrar pues el objetivo principal ahora es estudiar lo mejor que podamos, aunque sea a ttulo introductorio, lo que sostuvo este autor). Ms all del marco en el que sostuvo sus ideas me parece, de todos

  • modos, que permanecen vigentes afirmaciones como estas: hay distintos tipos de rigor en el conocimiento que no pasan por la estricta exactitud de las leyes matematizables (tambin en lo predominantemente cualitativo cabe el rigor); las ciencias de espritu (hoy denominadas ciencias humanas o ciencias sociales, etc.) no deben obsesionarse con las ciencias de la naturaleza intentando imitarlas a toda costa, etc. Esto es, me parece, y a parte de algunos otros detalles, lo que podra mantenerse de la propuesta de Dilthey de cara a una actual teora del conocimiento orientada a indagar en torno a las ciencias humanas o sociales (dicho enteramente al margen, y a modo de vaga pista, entiendo que sta podra avanzar un tanto si, por ejemplo, combinara lo que Michel Foucault expuso en su libro Las palabras y las cosas y lo que Gustavo Bueno ha escrito respecto a este tipo de conocimientos). Por ltimo subrayar que Dilthey influy notablemente en dos autores del siglo XX: Martin Heidegger y Jos Ortega y Gasset, aunque curiosamente a ninguno de ellos le interes apenas su programa fundamental el de una fundamentacin metdica de las ciencias del espritu-, lo que da idea, por otra parte, de la riqueza de su obra. Como indicaciones bibliogrficas basten estas pocas: en Internet es fcil localizar un artculo de Jos Ferrater Mora titulado Dilthey y sus temas fundamentales, y, adems, el libro de ngel Gabilondo, Dilthey: vida, expresin e historia.