TEMA 4: JOSÉ PERDONA A SUS HERMANOS Vicariato Apostólico de Yurimaguas

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Tema 4.- José perdona a sus hermanos

FUNDAMENTACIÓN

En la vida hay momentos que no entendemos por qué nuestros papás nos prohíben hacer algunas cosas, o por qué no quieren que vayamos solos a algún lugar. No entendemos lo que nos hacen, sin embargo, obedecemos porque sabemos que nos dicen las cosas debido a que nos quieren mucho.

La historia de José, también es una historia de confianza y de amor. Le pasan cosas difíciles de comprender y de aceptar, sin embargo, él nunca pierde la confianza en Dios.

Al final, Dios le hace ver por qué ha debido pasar por tantas dificultades. Todo lo que le ha pasado le ha servido para ayudar después a sus hermanos.

CONOCEMOS LA REALIDAD

•••• Despertando el interés

Observan las siguientes fotografías.

•••• Recogiendo los saberes previos

♦ ¿Qué ven en cada una de las láminas?

♦ ¿Qué hacen estas personas?

♦ ¿Qué se vende en el mercado?

♦ ¿Se puede vender a una persona en el mercado?

•••• Confrontando los saberes

♦ ¿Alguna vez nos enfadamos con nuestros hermanitos y hermanitas en casa?

♦ ¿Por qué nos enfadamos con ellos? ♦ ¿Qué hacemos cuando nos enfadamos?

♦ ¿Se sienten tristes ustedes cuando están enfadados?

♦ ¿Qué podemos hacer para no enfadarnos mucho?

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CONSTRUYENDO EL APRENDIZAJE • Iluminando con la Palabra de Dios

♦ Contexto de la Lectura

Uno de los nietos de Abraham sigue siendo pastor y tiene doce hijos. Las posibilidades de sacar adelante toda la familia, no es nada fácil, por lo que deben trabajar con bastante dedicación. Ellos son gente del desierto, que van buscando los oasis y los lugares con pastos para sus ganados. A veces deben andar grandes distancias hasta encontrar alimento para los animales y para ellos. Todos son necesarios para que la familia salga adelante.

Y como ocurre en algunas familias, aparecen envidias entre hermanos, a veces con rencillas tan grandes, que se llega hasta desear la desaparición o la muerte de uno de ellos.

Esta es una de esas historias, donde aparece la rivalidad entre hermanos, también la esclavitud, las mentiras, los sueños, la sinceridad y la honradez. Son elementos de esta historia antigua, pero que se mantienen a lo largo del tiempo y aparecen también en nuestro tiempo.

Por eso, aunque esta historia es de hace muchos años, sigue siendo actual en nuestro tiempo. Es una historia de amor, de confianza y de fe, que nos lleva, a través de uno de los hijos, al nacimiento de un pueblo en una tierra lejana que los acoge, donde se multiplican y siguen adorando a su Dios.

♦ Escuchamos la Palabra

Jacob envió a José para ver cómo trabajaban sus hermanos. Cuando ellos lo vieron, se lanzaron contra él y lo vendieron a unos mercaderes de Egipto. A su padre le contaron que José había sido muerto por una fiera.

El Faraón tuvo un sueño e hizo llamar a José. “He tenido un sueño donde veía siete vacas gordas que comían pasto; después aparecieron otras siete vacas flacas que se comieron a las gordas. ¿Puedes explicarme su significado?” José le respondió: “Las siete vacas gordas representan siete años

de gran abundancia en la tierra de Egipto. Las siete vacas flacas representan siete años de hambre. Guarda trigo en los años de abundancia, si no el país morirá de hambre”.

El Faraón dijo a José: “Hazlo tú mismo. Yo te doy autoridad para que mandes en todo el país de Egipto”. Y José reunió trigo en tanta cantidad que no se podía contar. Se

cumplieron los siete años de cosechas y empezaron los siete años

de hambre. José abrió los almacenes y repartió el trigo a todos los egipcios.

Por el hambre, sus hermanos fueron a Egipto y José, reconociéndolos, se emocionó mucho al verlos y les dijo: “Yo soy José, su hermano, el que ustedes vendieron a los egipcios. Pero no estén tristes, porque Dios me ha enviado aquí delante de ustedes para salvarles la vida. Vuelvan donde mi padre y díganle que su

hijo José vive, y que quiere que venga con toda su familia a vivir aquí conmigo”. Después llorando de emoción y alegría, abrazó a cada uno de sus hermanos. Su padre

vino a Egipto donde vivió con José hasta su muerte. (Gn 37-46)

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• Interiorizando la Palabra:

En los tiempos de escasez, Jacob y sus hijos comenzaron a pasar hambre, por lo que decidieron viajar los hermanos a Egipto para comprar alimentos. Cuando llegaron se presentaron a José, quien los reconoció enseguida. Sin embargo, sus hermanos no lo reconocieron. Les hizo varias preguntas, y para probar si habían cambiado sus actitudes malas que tenían antes, hizo que se quedara uno de ellos, hasta que viniera su hermano menor, Benjamín. Después de un tiempo trajeron a Benjamín. Es entonces cuando les dice quién es él, su hermano José, y les pide que traigan a su padre Jacob con todos sus hermanos, para cuidarlo y acompañarlo en su vejez. El gran don que Dios le concede a José, de interpretar los sueños, lo utiliza para el bien de su familia y de su comunidad. José por ser responsable y honesto en su trabajo, es reconocido por sus superiores, que confían en lo que hace, y por eso le conceden cargos más importantes. José no se aprovecha de esos cargos, sino que trabaja para el bien de toda la comunidad. Cuando se presentan los hermanos de José, no toma venganza de ellos, sino que los perdona y les ayuda a encontrar una tierra donde puedan vivir en paz. Por último, José en ningún momento se aparta de Dios. A pesar de todos los problemas que tiene, confía y sabe que Dios está con él en todo momento.

Mensaje para hoy: La envidia es un mal que causa mucho daño a los otros, y a nosotros no nos deja tranquilos en nuestro corazón. Cada uno de nosotros somos diferentes, por eso tenemos capacidades y aptitudes distintas, para poder ayudarnos unos a otros. Un compañero hará cosas que yo no haga, pero yo también haré cosas que otros no podrán hacerlo. Por tanto, debemos alegrarnos cuando un compañero puede hacer algo, pues así, con lo que él hace y con lo que yo hago, podemos realizar más cosas. Perdonar no significa que no se haga justicia, ni tampoco que uno sea tonto. Perdonamos porque amamos. Si no somos capaces de perdonar, viviremos sin amigos y peleados, y entonces, no podríamos realizar ninguna actividad. Ahora somos pequeños y nos dan poca responsabilidad. Una de ellas es ir al Jardín, hacer las tareas y estudiar. Dios nos pide que hagamos bien este trabajo para que aprendamos, y así, cuando seamos mayores podremos ayudar a nuestra familia y a nuestra comunidad. La autoridad es concedida por Dios como un don, para ayudar a los demás, para cuidar los bienes comunes. Por eso, el maestro o maestra, cuida de todos nosotros y nos enseña. Por último, debemos tener confianza en Dios, porque Él siempre nos acompaña y está a nuestro lado. Dios nos quiere mucho y desea lo mejor para nosotros.

♦ Conversamos

¿Cuántos hijos tuvo Jacob?

¿A quién quería mucho Jacob?

¿Cómo actuaron con José sus hermanos?

¿Qué hicieron los comerciantes con José? ¿Por qué meten en la cárcel a José?

¿Para qué hace llamar el Faraón a José?

¿Qué dice José a sus hermanos?

♦ Recordamos

Recitan junto con el/la profesor/a las siguientes frases:

José perdona a sus hermanos, porque Dios vive en su corazón. Confiemos en Dios, porque Él siempre nos acompaña. José nos enseña a confiar en Dios y a no tener rencor entre hermanos

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APLICAMOS LO APRENDIDO • Actuando en la vida

Colorean la túnica de José.

Pintan la siguiente frase: JOSÉ NOS ENSEÑA A CONFIAR EN DIOS Y A AMARSE ENTRE HERMANOS .

Preguntan a papá y a mamá cómo se hace el pan.

Colorean los siguientes dibujos.

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• Compromisos

Personal: Hoy compartiré mi pan.

Social: Ayudaré a mis hermanos y hermanas.

Eclesial: Voy a orar por mis hermanos y hermanas.

Ecológico: Ayudo a limpiar mi casa.

• Viviendo la Celebración

En este momento vamos a colocar una mesita en el centro del aula, con una Biblia y una vela encendida, significando que Dios está en medio de nosotros. En su presencia, realizamos esta celebración.

Iniciamos: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Entonamos el canto: “Dame la mano”.

Dame la mano y danzaremos,

dame la mano y me amarás.

Como una sola flor seremos,

como una flor y nada más.

El mismo verso cantaremos,

al mismo paso bailarás.

Como una espiga ondularemos,

como una espiga y nada más.

Te llamas Rosa y yo Esperanza,

Pero tu nombre olvidarás.

Porque seremos una danza

En la colina y nada más.

Recordamos brevemente la lectura bíblica de hoy.

A continuación se realiza un pequeño comentario sobre el mensaje que nos deja el Evangelio para nuestras vidas.

En forma espontánea los alumnos y alumnas hacen una oración de petición o de agradecimiento, relacionada con el tema de hoy. Después, recitan la siguiente oración, dirigida por la maestra:

Dios, Papá bueno,

quiero tenerte confianza

en todo momento de mi vida

como la tuvo José.

Ayúdame a estar cerca de Ti. Amén

Al finalizar las peticiones, oramos con el Padre Nuestro.

Terminamos la celebración con el canto: “Dame la mano”.

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