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Eventos en la Parroquia

03 de abril – Presentación del tema del mes.16 de abril – Salida a la montaña.20 de abril – Adoración en familia y catequesis.24 de abril – Fiesta de la Parroquia

Fechas claves

Miércoles 20 de abril a las 17:30:Adoración en familia y catequesis:“Rezar en familia”P. Francisco Vidal

Fiesta de la ParroquiaDomingo 24 de Abril

V. Alégrate, Reina del cielo;aleluya.

R. Porque el que merecistellevar en tu seno; aleluya.

V. Ha resucitado, segúnpredijo; aleluya.

R. Ruega por nosotros a Dios; aleluya.V. Gózate y alégrate, Virgen María;

aleluya.R. Porque ha resucitado Dios

verdaderamente; aleluya.OraciónOh Dios que por la resurrección de tu

Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te hasdignado dar la alegría al mundo, concé-denos que por su Madre, la Virgen María,alcancemos el gozo de la vida eterna. Porel mismo Jesucristo Nuestro Señor.

R. Amén.

5OraciónRegina Coeli

Canción: Gloria,gloria, aleluya 4 Gloria, gloria, aleluyaen nombre del Señor.Cuando sientas que tu hermanonecesita de tu amorno le cierres tus entrañasni el calor del corazón.Busca siempre en tu recuerdola palabra del Señor:mi ley es el amor.Cristo dijo que quien lloresu consuelo encontraráquien es limpio y quien es pobreserá libre y tendrás paz.Rompe pronto tus cadenaseres libre de verdadempieza a caminar.

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María de Betania definióla oración con un gesto:ponerse a los pies de Jesúspara escuchar su palabra.Santa Teresa usó unafórmula sencilla para

expresar lo mismo: “orar es tratar de amistadcon quien sabemos nos ama”. Cuandoestamos con alguien y cerramos los ojos,estamos ciertos de que el amigo sigue ahí,aunque reine el silencio. De ahí que el primerpaso de la oración sea siempre reavivar lapresencia de Dios. Hacer silencio y “caeren la cuenta delante de quién estamos”. Esmi Creador y Padre, más íntimo que mipropio ser (Sal 139, 3).

A quien ora, Dios se le muestra deun modo especial: es un Dios quehabla y escucha. Desea hablarmeantes de que yo lo desee. Suatención está puesta en mí, estodo oídos y todo palabra. Estapresencia no se capta solocon la cabeza: hace faltaademás el corazón. No es elcorazón el lugar del senti-mentalismo fácil, sino de unsentimiento hondo y veraz.Es ese punto donde nuestravida se abre a los otros,rompiendo su autosufi-ciencia. Tener corazón

significa exponerse a la vida y a loshombres, dejarse tocar por sus problemas,hacerse vulnerable a sus acciones. Así,ponerse ante Dios es compartirlo todo conÉl. Es arriesgarse a que nos llame, a quenos pida salir de nuestra tierra. Es estarseguros de que su bendición nos colmará,y nuestra vida se hará más rica.

El tiempo de la familia, es un tiempocomplicado y concurrido. Siempre haytantas cosas que hacer… La oración resti-tuye el tiempo a Dios, sale de la obsesiónde una vida a la que le falta el tiempo,reencuentra la paz de las cosas necesariasy descubre la alegría de los dones ines-perados. Unas buenas guías para esto son

las dos hermanas Marta y María, dequienes habla el Evangelio; ellas

aprendieron de Dios la armonía delos ritmos familiares: la belleza de

la fiesta, la serenidad del trabajo,el espíritu de oración. La visita

de Jesús, a quien queríanmucho, era su fiesta. Un día,sin embargo, Marta aprendióque el trabajo de la hospital-idad, si bien es importante,no lo es todo, sino queescuchar al Señor, comohacía María, era la cosaverdaderamente esencial,la “parte mejor” del tiempo.

1Abril: Oración. “Porque la familia que reza unida permanece unida,queremos enseñaros como rezar en familia”

La oración brotade la escucha deJesús, de la lecturadel Evangelio, nosayudaría cada díaleer un pasaje delEvangelio. Laoración brota de la

confianza en la Palabra de Dios.¿Hay esta confianza en nuestrafamilia? ¿Tenemos en casa elEvangelio? ¿Lo abrimos algunavez para leerlo juntos? ¿Lo medi-tamos rezando el Rosario? ElEvangelio leído y meditado en

familia es como un panbueno que nutre el corazónde todos. Con la imaginaciónentramos en la escena,vemos lo que sucede,escuchamos lo que se dicey comenta, “como sipresente me hallare”. Ytenemos en la boca una peti-ción, una frase querepetimos continuamente, lagracia que queremos se nosconceda, por ejemplo “Señorque vea”, decimos con elciego (Lc 18, 41).

Para mostrar que Diosestá en el centro de nuestrasvidas, muchas familiasentronizan la Biblia, laPalabra de Dios, en un lugarvisible de sus hogares. Alcolocar la Sagrada Escrituraen un lugar prominentedecorado con flores yobjetos artísticos, y alcongregarse en este puntopara la oración diaria, lasfamilias muestran que Diosestá presente y activo através de su Palabra. Así

manifestamos que la Palabra delSeñor será la brújula y el timónpara la familia; será la maestra quenos enseñe los caminos del Señor.

Este mes os proponemosentronizar la Biblia en vuestrohogar. Simplemente escogemos unlugar donde la Biblia pueda serhonrada, el lugar ideal sería elrincón de oración que tenemospreparado. Colocamos la Biblia,abierta en un pasaje favorito o enlas lecturas del día. Preparemosun corazón sencillo y abierto,atento al mensaje del Señor.

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Podemos hacernosuna pregunta, está biencreer en Dios con todo elcorazón, esperar que nosayude en las dificultades,sentir el deseo de agrade-

cerle. Pero, ¿lo queremos algo también alSeñor? ¿El pensamiento de Dios nosconmueve, nos asombra, nos enternece?Pensemos en la formulación del granmandamiento, que sostiene a los demás:“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tucorazón, con toda tu alma…”, que usa ellenguaje intenso del amor. ¿Podemos pensaren Dios como caricia que nos mantiene convida, antes de la cual no hay nada? ¿Unacaricia de la cual nada, ni siquiera la muertenos puede separar?

Pero solo cuando Dios es el afecto detodos nuestros afectos, el significado de estaspalabras se hace pleno. Entonces nossentimos felices porque Él piensa en nosotros¡Y sobre todo nos ama! Podía simplementedarse a conocer como el Ser supremo, darsus mandamientos y esperar los resultados.En cambio nos acompaña en el camino dela vida, nos protege, nos ama.

Si el afecto por Dios no enciende el fuego,la oración no calienta el tiempo. Un corazónhabitado por el amor de Dios convierte enoración incluso un pensamiento sin palabras,o una invocación delante de una imagen. Es

hermoso cuando las madres enseñan a loshijos pequeños a mandar un beso a Jesúso a la Virgen. ¡Cuánta ternura hay en eso!En aquel momento el corazón de los niñosse transforma en lugar de oración. Y es undon del Espíritu Santo.

El Espíritu de Dios tiene su modo especialde decir en nuestros corazones “Abbà”, “Padre”,nos enseña a decir padre precisamente comolo decía Jesús. Este don del Espíritu es enfamilia donde se aprende a pedirlo y a apre-ciarlo. Si lo aprendes con la misma espon-taneidad con la que aprendes a decir “papá” y“mamá”, lo has aprendido para siempre. Unacosa tengo en el corazón ¡Hay niños que nohan aprendido a hacer la señal de la cruz! Tú,mamá, papá, enseña a tu niño a rezar, a hacerla señal de la cruz que es la máxima expresióndel amor cristiano, la mejor escuela de la familia,donde se aprende a negarse a sí mismo y aobedecer cómo hijos, creyendo en la resurrec-ción de Jesús.

2Proyecto en casa: aprender a rezar el Padre Nuestroen familia y a hacer la señal de la cruz cómomáxima expresión del amor cristiano.

Misión familiar: Entronizar la Biblia en la familia.