4. La tercera vía: el arte como defensa contra la verdad

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Tesis contradictorias acerca de la relación del arte con la verdad:

• “El arte y su obra sólo son necesarios como un camino y una residencia del hombre en las que se abre la verdad del ente en su totalidad, es decir, lo incondicionado, lo absoluto” (Heidegger 2000: 88).

• “El que en la obra de arte se experimente una verdad que no se alcanza por otros caminos es lo que hace el significado filosófico del arte, que se afirma frente a todo razonamiento. Junto a la experiencia de la filosofía, la del arte representa el más claro imperativo de que la conciencia científica reconozca sus límites” (Gadamer 1984, 24; fragmento de la introducción a Verdad y método).

• “La relación del arte con la verdad fue lo primero que me preocupó: y aún estoy hoy con un pavor sagrado ante esa discrepancia” (Nietzsche, apud Heidegger: 2000: 80).

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El arte, más allá de la verdad

“Tenemos el arte para defendernos de la verdad” (Nietzsche).

¿De qué verdad hay que defenderse?

De la verdad desnuda (¿de la “verdad del ser del ente en su totalidad”).

¿Y qué pasa con “arte y la verdad”?

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¿Qué queda de la belleza cuando no hay verdad?

Qué son lo bello y lo feo, examinados en profundidad: (copiar algunas citas de Nietzsche al respecto).

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16 [40] Estét(ica): bien considerado: qué es bello y feo

• 1.-Qué es el sentimiento de lo bello• 2.-Dioniso, Ariadna y el tamaño de las orejas• 3.-Lo bello y lo feo como “verdades”.• 4.-Lo bello y lo feo en relación con la voluntad de poder.• 5.-El odio a lo feo.• 6.-“La infamia de la filosofía”. La unidad de lo bueno, lo

bello y lo verdadero. Contra esa unidad: “tenemos el arte para no perecer en la verdad”.

• 7.-El pavor sagrado ante la discrepancia entre el arte y la verdad.

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Aesthet<ica>Bien considerado: qué es lo bello y

lo feoNada es más relativo, digamos más limitado que nuestro sentimiento de lo bello. Quien quisiera pensarlo separado del placer del hombre, perdería enseguida el suelo bajo los pies. En la belleza, el hombre se admira como tipo; en casos extremos se adora a sí mismo. Pertenece a la esencia de un tipo el ser feliz únicamente en la contemplación de sí mismo, el decirse sí sólo a sí mismo. El hombre, por mucho que vea el mundo colmado de belleza, siempre lo ha colmado sólo con su propia ‘belleza’; lo que quiere decir que tiene por bello todo lo que le recuerda el sentimiento de perfección con el que como hombre está entre las cosas. ¿Ha embellecido realmente el mundo con eso?... Y finalmente, ¿tal vez no sería siquiera bello el hombre a los ojos de un juez superior del gusto?... No quiero decir con esto indigno, pero ¿un poco cómico? (Nietzsche, Estética y teorías de las artes: 126)

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<3>“’Nada es bello, sólo el hombre es bello’. Sobre esta

ingenuidad se basa toda nuestra estética: es su primera ‘verdad’”

Añadamos enseguida la “verdad” complementaria, no es menos ingenua: que nada es feo sino el hombre malogrado.

Donde el hombre sufre de la fealdad, sufre del aborto de su tipo; y donde le recuerda, aunque sea muy lejanamente, ese aborto pone allí el predicado ‘feo’. El hombre ha colmado el mundo de fealdad: eso quiere decir con su propia fealdad sólo… ¿Ha hecho con ello que el mundo sea más feo?” (Nietzsche, Estética y teoría de las artes: 126-7).

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Todo lo feo debilita y aflige al hombre: le recuerda el derrumbamiento, el peligro, la impotencia. Se puede medir la impresión de la fealdad con el dinamómetro. Donde está afligido, allí obra de alguna manera lo feo. El sentimiento de poder, la voluntad de poder crece con lo bello, disminuye con lo feo” (Nietzsche, Estética y teoría de las artes: 127).

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<5>En el instinto y la memoria se ha acumulado un enorme

material: tenemos miles de signos en los que se nos revela la degeneración del tipo. Donde se alude al agotamiento, cansancio, pesadez, decrepitud, a la falta de libertad, convulsión, descomposición, pobredumbre, allí habla enseguida nuestro juicio de valor más bajo: allí el hombre odia la fealdad…Lo que allí odia es siempre la degeneración de su tipo. En ese odio consiste toda la filosofía del arte (Nietzsche, Estética y teoría de las artes: 127).

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<6>“Si mis lectores están suficientemente

iniciados en que ‘el bueno’ también representa en el gran espectáculo universal de la vida una forma de agotamiento, honrarán la consecuencia del cristianismo que concibió al bueno como el feo. En esto tenía razón el cristianismo.

En un filósofo es una infamia decir: lo bueno y lo bello; si encima añade ‘también la verdad’, habría que darle de palos. La verdad es fea: tenemos el arte para no perecer en la verdad” (Nietzsche, Estética y teoría de las artes: 127).

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“Me tomé muy en serio desde el principio la relación del arte con la verdad; y aun hoy todavía me paraliza un horror sagrado en presencia de ese divorcio. Mi primer libro estaba consagrado a este problema; El nacimiento de la tragedia cree en el arte sobre el fondo de otra creencia: que no es posible vivir con la verdad; que la ‘voluntad de verdad’ es ya un síntoma de degeneración…” (Nietzsche, Estética y teoría de las artes: 127-8).