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Los protagonistas de este cuento son:

UN FEROZ LEÓN UN PÍCARO ZORRO UN OBEDIENTE SAPO

En muchos cuentos de animales el animal más fuerte quiere aprovecharse del

animal más débil. Así ocurre en este cuento. El fiero león quiere comerse a un

pícaro zorro y obliga a un obediente sapo para que le ayude.

¿Conseguirá el “rey de la selva” capturar al zorro? ¿Cómo acabará todo?

Antes de empezar a leer vamos a conocer el significado de algunas palabras.

FEROZ Animal muy peligroso y

agresivo. Ataca y devora a sus

presas.

ADAPTACIÓN MATERIAL DIDÁCTICO ÁREA DE LENGUA. PROYECTO “LA CASA DEL SABER” DE LA EDITORIAL SANTILLANA. 4º EDUCACIÓN PRIMARIA. ADAPTACIÓN PARA UN NCC DE 2º-3º DE EP. ANA QUEVEDO MONTES (PT DEL CEIP AMÓS DE ESCALANTE.

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VÍCTIMA Persona o animal que sufre un

daño producido por otro.

PARIENTE Son de la misma familia.

ACORRALAR Perseguir a alguien hasta que

no puede escapar.

RENEGANDO Protestar, refunfuñar.

PÍCARO Vivaracho, listo, granujilla.

¿Se te ocurre alguna frase con estas palabras que has aprendido? Escríbelas en tu

cuaderno.

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Había una vez una vez un lugar donde hacía mucho tiempo que no llovía. Casi no

había comida porque las plantas no crecían.

Los animales que vivían en ese lugar pasaban mucha, mucha hambre. Y sobre todo

el león que es un animal muy grande y fuerte. Necesita comer mucho.

Como pasaba tanta hambre, el león siempre estaba enfadado y por cualquier cosa

se ponía a gritar, a rugir de modo feroz: ¡AAAAGGGGGGRRRRR!

Cuando el león decidía que iba a comer un animal, la víctima no podía esconderse.

Ahora, al león se le había metido en la cabeza comerse al zorro. ¡Y eso que el zorro

era casi pariente suyo!

El león corrió detrás del zorro. Lo persiguió durante mucho tiempo. Hasta que el

zorro consiguió esconderse en una cueva muy estrecha.

El león intentó meter sus garras y su hocico por el pequeño agujero. Pero fue

imposible. No consiguió coger al zorro.

CON LOS OJOS BIEN ABIERTOS.

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El león vio al sapo Bartolo que pasaba por allí y le llamó:

- Está bien- dijo el sapo Bartolo renegando. – Mantendré los ojos bien abiertos.

¡Sapo Bartolo! Necesito que vigiles al zorro para que no escape de esta cueva.

Yo iré a buscar una herramienta para poder cazarlo.

¡Oh! Pero yo no puedo quedarme porque mi primo

corre hoy una carrera.

Tú quédate aquí y mantén

LOS OJOS BIEN ABIERTOS,

rugió el león muy enfadado.

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El león se fue y el sapo Bartolo se quedó vigilando la cueva donde estaba escondido

el zorro.

Pasó mucho tiempo y el león no venía. El sapo tenía mucho calor y mucha sed.

También tenía hambre y estaba muy cansado. No lo pudo evitar y se le escapó un

enorme bostezo.

El pícaro zorro oyó a Bartolo bostezar y se le ocurrió engañarlo.

- ¡Bartolo! – le dijo el zorro al sapo.

- ¿Qué? – contestó Bartolo.

- ¡Te estás durmiendo! – le gritó el zorro.

- ¡No! – exclamó rápidamente el sapo, con miedo de que el león se enterase.

- ¡Te he visto! – insistió el zorro – te estabas durmiendo.

¡UUUUAAAAAAUUUMMMM!

¡Qué cansado estoy!

¿Dónde estará este león?

¡Mentira!

Si, si. Te estabas durmiendo. Yo te he visto. Y

tenías los ojos cerrados.

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- No. Los tenía bien abiertos – protestó el sapo.

- A ver. Enséñame cómo tenías los ojos, - le engañó el pícaro zorro.

- Así. Tenía los ojos así de abiertos – dijo el sapo Bartolo abriendo mucho los

ojos.

Entonces, el zorro aprovechó para tirarle al apito un puñado de tierra a los

ojos. El sapo se quedó ciego por un momento. La tierra le entró a los ojos y

no podía ver.

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El pobre Bartolo todavía se estaba frotando los ojos cuando regresó el león.

- ¿Has hecho lo que te dije? – preguntó el león a Bartolo.

- Sí. – Respondió el sapo Bartolo.

El león empezó a cavar un agujero más grande en la cueva. Después de cavar y

cavar el zorro no aparecía. Entonces, el león le preguntó al sapo:

- ¿Estás seguro de que el zorro no se ha escapado?

- Pues no sé. – Respondió el sapo. – Yo he hecho lo que tú me mandaste.

¿A que sí?

¿No os parece?

Je, je, je.

¡He mantenido los ojos siempre MUY ABIERTOS!