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BENJAMIN Y LA INFANCIA

http://revistas.utp.edu.co/index.php/repes/issue/view/271Juguetes e Infancia en Walter Benjamin.Por Alberto Vern.

Profesor Facultad de Educacin.

U.T.P

Con un estilo ensaystico, el autor analiza en ste articulo, los aspectos mas relevantes de los escritos de Walter Benjamn. Desde una perspectiva filosfica y literaria presenta el proyecto que el escritor aleman desarrolla en su obra en torno de la infancia. Respondiendo a varias preguntas como, que es la infancia?, el juego? , considera que el nio en Walter, es un ser artstico pues, .... al igual que un artista genera con el mundo una relacin que sobrepasa la idea de simple utilidad y dominacin

"With an agile style, the author analyzes in this I articulate, the aspects but outstanding of the writings of Walter Benjamin. From a philosophical and literary perspective it presents the project that the German writer develops in his work in lathe of the childhood. Responding to several questions as that the childhood is?, the game? , it considers that the boy in Walter, is an artistic being because, ".... the same as an artist generates with the world a relationship that surpasses the idea of simple utility and dominance"

Keywords: Childhood, game, toy, Walter Benjamin.El pensador judo Alemn Walter Benjamn naci en Berln, ciudad sucesivamente evocada por l en sus crnicas, relatos y textos radiofnicos, hacia el ao de 1892. Cercano a los ms destacados pensadores de principios del siglo XX como el filsofo Teodoro Adorno y el cabalista Gerard Sholem sus textos son un verdadero y exquisito mosaico donde se fusionan la belleza prstina de la literatura, la precisin filosfica y la trascendencia teolgica. Muerto en la ciudad de Port Bou, entre Francia y Espaa, durante el ao de 1940 mientras escapaba del horror Nazi, su acercamiento al mundo del nio, del juguete o del libro infantil resulta ser uno de los asuntos menos conocidos de su obra.

Tienen los modelos econmicos y polticos ms fuertes de hoy en da una representacin de lo que significa la niez o la infancia?. Seguramente que es as, pues el nio, el juguete el libro infantil y la pedagoga son sujetos, mtodos y escenarios donde las ideologas que gobiernan el mundo irradian su proyecto de manera tal que este se reproduzca. El universo de la infancia no est ajeno al panorama del control social que se manifiesta en todos los sitios de la vida humana. A propsito de este asunto la mirada de Walter Benjamn resulta un ojo privilegiado para quien desee acercarse en la actualidad a la educacin y al nio.

1. INFANCIA Y PROYECTO REDENTOR

Como bien lo plantea Richard Wolin, el autor en mencin, busc construir un horizonte de esperanza en medio del paisaje desesperanzador del presente histrico. En este horizonte la infancia se cuenta entre los elementos tutelares de esa actualizacin de la esperanza pues ella en s guarda para Walter Benjamn, la fortaleza de un potencial liberador. Con cada sujeto nio que aparece en el horizonte de lo culturalmente vivo renace la promesa de una sociedad mejor. La infancia hace parte en l de un programa filosfico, cuyo propsito es el de contribuir tericamente a la redencin del hombre occidental de su miseria presente; por eso un acercamiento al tema pedaggico de los nios y el juego genera una articulacin con el programa filosfico del autor berlins..

Tras de la indigencia espiritual en que vivimos y tras la mirada desesperada del hombre adulto lanzado a competir y pelear por el sustento, se vuelve necesario preguntarse por la figura de la infancia como experiencia cultural por la que todos los sujetos hemos pasado y en la cual W. B. atisba una poderosa experiencia redentora capaz de confrontar los diversos poderes reales y simblicos que dominan el mundo de la cultura.

Pero cmo reactualiza la figura del nio nuestras posibilidades de emancipacin poltica y cultural sometido como est al dominio de la familia y de la escuela? Para Benjamn la opcin comunista significa la forma de participacin social activa, que otorga el puesto privilegiado a la accin pura. En su programa de un Teatro infantil proletario afirma Verdaderamente revolucionaria es la seal secreta de lo venidero que se revela en el gesto infantil. Lo que a W. B. llega a importarle de la revolucin socialista es la exaltacin colectiva, la ebriedad total que conduce a derribar lo que no se sostiene ms por su peso propio. Pero por su peso propio no se sostienen la idea del progreso histrico, de injusticia social o el fetiche de la mercanca como esencia naturales y ahistrica. El presente de la infancia, por lo menos en los sectores todava con algunos privilegios es la prctica del juego colectivo, el ejercicio permanente de la observacin y la recreacin del mundo a partir de los ms insignificantes detalles.

2. LA IDEA DE INFANCIA

La investigacin moderna supo reconocer el carcter autnomo de la infancia entendindola como fenmeno social y cultural. Reconociendo en el nio su energa expresiva la pedagoga se liber de la vieja idea segn la cual el nio era un ser mejor, en cuanto interiorizara ms rpidamente los comportamientos adultos (lase los comportamientos de la cultura burguesa dominante). Benjamn, conocedor en su poca de estudiante de Gimnasio del rigor y las exigencias de aquellas viejas prcticas de aprendizaje elabora una crtica pedaggica, una interpretacin del juego y un anlisis de la literatura infantil que le conectan a un propsito mayor, el de una reconstruccin terica de la modernidad que al mismo tiempo diera cabida al ideal de reconciliacin entre el ser humano y el mundo.

Segn W. B. solo hasta el siglo XIX la figura del bebe apareci dotada de espritu. Durante buen tiempo la sociedad occidental asimil la figura del nio a la de un adulto en miniatura. Lo que se entenda como un trato infantil ocultaba un menos precio por el nio, contrario a la idea de Benjamn en la que el nio exige del adulto una representacin clara y comprensible, no infantil. Entindase esto como la afirmacin que la niez es un universo autnomo, dotado de caractersticas propias y sobre todo capaz de crear y de observar el mundo de los adultos. Esa observacin no tiene que entenderse como una capacidad de crtica, en el sentido racional del trmino que el adulto pueda hacer. Digamos mejor que el nio es mirado por el adulto y desde esta mirada l constituye su propia temporalidad, una lgica sensible y concreta as como una visin espontnea y primera del mundo.

3. INFANCIA Y PODER

La crtica pedaggica as como el anlisis sobre el juego infantil han de ser entendidos en el pensador Judo Alemn desde un mbito mayor El de una reconstruccin terica de la modernidad que al mismo tiempo pueda dar cabida al ideal de reconciliacin entre el ser humano y el mundo. Para el crecimiento de esa conciliacin dialctica la idea de infancia a de ser despojada del ropaje mtico de ideas como la niez pura, la edad dorada y primigenia o aquellas interpretaciones que naturalizan y biologizan el fenmeno de la infancia.

Los anlisis de la sociologa cultural apuntan que la edad, desde los parmetros estrictamente cronolgicos y biolgicos, no es natural ni absoluta; se trata de una construccin de la sociedad que favorece o impone determinada hegemona social o de poder: por ejemplo el dominio de los adultos frente a nios y jvenes a partir del criterio de experiencia..

La racionalidad utilitaria del adulto como expresin del modelo histrico burgus dominante, se manifiesta cuando el adulto piensa que el nio o el joven han de tenerlo a l como modelo por seguir, al igual que cuando consideran la naturaleza como una extensin a su servicio, para ser administrada y controlada. Estas manifestaciones las elabora desde el lenguaje, por medio de una gramtica que legisla y ordena la relacin entre sujeto y sujeto, entre sujeto y mundo.

Benjamn propone una desepistemologizacin de esta relacin. El nio al igual que un artista genera con el mundo una relacin que sobrepasa la idea de simple utilidad y dominacin. La llamada erleibnis o vivencia con el mundo, es un acto mstico que hermana al nio, al artista y al revolucionario. Un acercamiento desde lo particular y lo concreto, acercamiento que cuestiona la mirada econmica utilitaria y poltico controladora del adulto. Aquello que Benjamn hallaba en la conciencia infantil, que era desterrado por la educacin burguesa y que resultaba tan crucial para redimir ( bajo una nueva forma) era precisamente la conexin entre percepcin y accin que distingua la conciencia revolucionaria en los adultos

El contenido crtico de Benjamn apunta a que mientras la educacin burguesa propone unos modelos tericos universales del aprendizaje, erigidos desde la abstraccin y la distancia, el nio vivencia permanentemente lo concreto, aprende tocando, negndose a la pasividad del estar sentado mientras que resuelve problemas haciendo solo uso de la cabeza.

4. LA PEDAGOGA

Walter Benjamn elabora una crtica radical a la pedagoga burguesa de los gimnasios alemanes del siglo XIX. Esta pedagoga la encuentra el crtico berlins sustentada en una psicologa que se pregunta por la naturaleza psquica del nio pero aislada de su contexto histrico y social y provista de una tica que operando desde el imperativo dominante de un supuesto deber ser, se propone hacer del nio un hombre integro y ciudadano. Esta psicologa defiende unas supuestas tendencias naturales en el nio, mientras que la tica propone una idea moral a la que a de ajustarse el educando. Sustentacin de la diferencia de clases y perpetuacin de esas diferencias es lo que entreve Benjamn. En realidad se trata de disfraces, relacionados entre s, del conciudadano til, socialmente confiable y consciente de su casta

La pedagoga burguesa en la que Benjamn se form cambi el acto de educar por el de adiestrar a un ciudadano que respondiera a unos valores donde fueran depositados y perpetuados los intereses propios del poder: La burguesa ve en su prole al heredero... y para esto a de prepararlo en la astucia, en el dominio y en el manejo de la subjetividad, de sus emociones, fortaleciendo una inteligencia que sirva a una administracin del mundo que a de recibir como botn. l defiende la posibilidad de pensar en la naturaleza social o de clase del nio y no en su simple naturaleza de infante, naturaleza que oculta tras la universalizacin abstracta de la categora nio el evento concreto y particular de las contradicciones polticas, religiosas y sociales del tiempo histrico.

Vale destacar que estos textos fueron escritos en los aos 28 y 29 del siglo XX. Respiran la atmsfera propiciada por el ascenso al poder en Rusia de los bolcheviques y de la revolucin de octubre, de all que el lector posterior al mundo de los soviets deba acercarse a estos con el suficiente cuidado histrico rescatando para estos tiempos las implicaciones actuales que puedan todava sugerir.

Superando la mera crtica a la vieja pedagoga la propuesta de un teatro infantil proletario contiene el germen de esa nueva pedagoga. La educacin del nio a de abarcar toda su vida y debe realizarse dentro de un espacio limitado. Para Benjamn el teatro es uno de esos espacios limitados donde gracias a un modo colectivo de organizacin se despierta la poderosa fuerza del futuro en los nios. En W. B. la creacin artstica ms original despierta las fuerzas dormidas en la conciencia del individuo, porque si el gusto esttico burgus acalla los sueos de liberacin y los convierte en ilusiones de control y posesin sobre la naturalaza, el arte contrariamente, imbuido de un ideal de liberacin busca cristalizarse en una colectividad. Pero puede el nio, en su inventiva y creatividad representar los ideales de una sociedad ms justa?. El autor entrev en los juegos infantiles, en las obras teatrales, en sus desfiles la seal secreta de lo venidero que se revela en el gesto infantil

5. EL GESTO DEL LIBRO INFANTIL

Para el coleccionista y lector de libros un libro, talvez tan solo una pgina o, menos an, una estampa de un anticuado ejemplar, heredado quiz de la madre o la abuela, puede ser la tierra frtil donde se desarrollo la primera y delicada raz de esta aficin

El libro infantil emerge en el siglo XVIII, tiempo de la ilustracin, justo cuando los pedagogos empiezan a reconocer un mundo propio en el nio. Las cartillas, de las que W. Benjamn se convirti en vido coleccionista, contienen toda una propuesta pedaggica: Si el hombre era piadoso, bueno y sociable por naturaleza, deba ser posible convertir al nio, el ser natural por excelencia, en el hombre ms piadoso, mejor y ms sociable por medio de la educacin. Benjamn desenmascara esa epistemologa de la infancia inspirada en el naturalismo y el robinsonismo y encuentra un eslabn decisivo en la construccin de una discursividad alternativa acerca de la infancia: El nio exige del adulto una representacin y comprensible, no infantil. En estos libros el ilustrador de las pginas construye un puente con el ojo del nio: En el reino de las estampas no iluminadas el nio se despierta; en el de las coloreadas prolonga sus sueos.

Siendo consecuente con el potencial emancipa torio que se oculta en aquellas viejas cartillas W.B. las interpreta como un mundo permeable, adornado de colores, donde todo cambia de lugar a cada paso y el nio es recibido como actor. Con el ropaje de todos los colores que recoge al leer y mirar, se interna en una mascarada.

En el nio que descubre en la lectura los placeres del juguete y no las imposiciones de la sola tarea: Las palabras se disfrazan de un solo golpe y en un abrir y cerrar de ojos quedan envueltas en combates, escenas amorosas o trifulcas. As escriben los nios sus textos pero tambin los leen as. De esta manera el misterio por resolver en una pedagoga de la lectura es que el secreto no consiste en dominar la lectura sino que la lectura lo domine a uno, quedar a su merced, navegando en el ocano tormentoso de sus pginas. Como bien lo expresa W. B. Silencio del libro, cuyo poder de seduccin era infinito!. Su contenido no era tan importante, pues la lectura coincida con la poca en que tu mismo inventabas en la cama tus propias historias

Cul es pues la seal o el gesto que un libro infantil nos deja?. Se trata de la actualizacin de una erlabnis o vivencia que nos remonta a las antiguas narraciones del marino que recorre turbulentos mares o del labrador que se interna en lo profundo del bosque para descubrir la riqueza esquiva El nio lector a de estar dispuesto a escuchar las historias que tiene otro para contarle, esos consejos esperan por alguien dispuesto a hacerlos suyos.

6. LOS JUGUETES: DEL SOLDADITO DE PLOMO A FISHER PRICE.

No se trata de la ingenua nostalgia por los viejos juguetes que se acumulan en un rincn de la casa. Se trata por el contrario del juguete como produccin activa e imaginativa de la cultura. Desde las cajas de construccin hasta las lminas y estampas para el aprendizaje la fascinacin por los objetos pequeos y para pequeos lleva a indagar a W. B. sobre lo que se produca en los talleres de Berln y de Mosc durante los siglos XVIII y XIX. Los precursores de este mercado fueron los vendedores de hierro, de papel y de fantasa que atravesaban por los viejos poblados. Estos antecedentes llegan a remontarse a la reforma europea del siglo XVI. Los artistas que por tradicin trabajaron para la iglesia durante toda la edad media se vieron obligados, como lo escribe Benjamn a adaptarse a la demanda de objetos artesanales y a producir, en vez de obras de gran tamao, pequeos objetos de arte para el hogar. As los soldaditos de plomo que ocuparon la parte preferida de los viejos armarios de algn nio, los carruajes que sobre el piso de madera como si estuvieran afanados por arrancar, las vajillas y las muecas donde las nias aprenden tempranamente el rol de la existencia domstica se integran a una arqueologa de la que Walter deduce: 1) la naciente formacin de una industria cultural especializada. Al respecto escribe: Muchas veces lo que se llama arte popular no es otra cosa que bienes culturales de una clase dominante, que han naufragado y renacen al ser recogidos por un grupo social ms numeroso. 2) tambin encuentra el perfil psquico y esttico del nio que juega; la disposicin que le lleva a apropiarse de todo material por obsoleto y abandonado que est por parte de los adultos. Nada se adecua ms al nio que la combinacin de los materiales ms heterogneos en sus construcciones.

Nios y artistas modernos se han confabulado en la apropiacin y renovacin de los materiales que ofrece la naturaleza y la cultura. El retorno a estos materiales hace parte de la tesis de Benjamn segn la cual toda vivencia que nos subyuga y fascina busca volver a repetirse. Los afectos del sujeto que no solo conoce sino que vive ansan regresar a aquello que en alguna ocasin sinti por completo suyo. Como escribe Benjamn Toda vivencia profunda busca insaciablemente hasta el final, repeticin y retorno, busca el restablecimiento de la situacin primitiva en la que se origin.

El adulto es cmplice con el juego del nio. Esta complicidad obedece a la conciencia que posee el adulto sobre la brutalidad y sin salida de su propia vida atravesada por compromisos y obligaciones. El hombre brusca y amenazadoramente acorralado por la realidad hace desaparecer lo terrorfico en esa imagen reducida del juego. As le resta importancia a una existencia insoportable.

La Tentacin que por el juego tiene el adulto no responde apenas a la nostalgia del paraso perdido de la niez; es tambin, desde una lectura poltica a una aspiracin de entrar en un escenario distinto y autnomo en que los nios cuentan con armas para sustraerse de la escala racional de los mayores. Lamentablemente las divisiones sociales limitan muchas de las posibilidades expresivas de los seres humanos. Ante esto los nios toman su propio bando poltico y as desde sus juegos y maneras de leer o imaginar, el infante asume una postura. El nio no es un robinsn; los nios no constituyen una comunidad aislada sino que son parte del pueblo y de la clase de la cual proceden. As pues sus juguetes nos dan testimonio de una vida autnoma; son un mudo dilogo entre ellos y el pueblo

7. LAS CONCLUSIONES DEL TITRE

La infancia desde la visin de Walter B. no puede ser vista al modo de un estado por superar. Verla as implica la complicidad con la idea burguesa del progreso, o sea la concepcin de que una etapa cronolgica supera y borra la otra.

Para Benjamn el pensamiento infantil anlogo al pensamiento mtico es una manera actual y actuante que desenmascara las imposturas y las brutalidades de la sociedad capitalista racionalista.

La educacin burguesa que prepara al nio para la existencia adulta destierra la delirante maquinaria creativa del nio. Mientras la educacin burguesa estimula la parte formal y abstracta, l busca una esperanza redentora en la espontaneidad que nace del gesto del nio; precisamente esa espontaneidad que en el adulto es la mscara controlada y sometida del orden burgus.

Benjamn defiende la postura segn la cual haber vivido a plenitud la infancia nos posibilita asumir ms afirmativamente la inevitabilidad del crecimiento. Con crudeza critica a quienes han vivido siempre en el mbito de la resignacin: Hay algo que ya nunca se podr remediar: el no haber escapado de la casa paterna. A esa edad, en cuarenta y ocho horas de estar abandonado a s mismo, toma cuerpo, como en una solucin alcalina el cristal de la felicidad de toda la vida

Referencias Bibliogrficas

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WOLIN Richard. Walter Benjamin una esttica de la redencin. En Homenaje a Walter Benjamin desde Colombia. Revista Argumentos. Nos 35/36. Julio de 1999.

WALTER Benjamin. Escritors. La literatura infantil, los nios y los jvenes. P 106. Ediciones Nueva Visin. Buenos Aires. 1989.

WALTER Benjamin. Escritos autobiogrficos. Introduccin concha Fernandez. P 28. Alianza Editorial. Madrid 1996. WOLIN Richard. Walter Benjamn una esttica de la redencin. En Homenaje a Walter Benjamn desde Colombia. Revista Argumentos. Nos 35/36. Julio de 1999. P 59 107.

El contexto histrico concreto de Benjamn fue el de ser un intelectual judo en medio de la segunda guerra mundial.

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Walter Benjamin. Escritos. La literatura infantil, los nios y los jvenes

MORS BUSCK Susan. Dialctica de la mirada. Walter Benjamin y el proyecto de los pasajes P 289 290. Visor Madrid. 1995.

WALTER Benjamin. Escritos. La literatura infantil. Los nios y los jvenes. Editorial Nueva Visin. Buenos Aires 1989. P 109.

BENJAMIN W. Programa de un teatro infantil proletario. Op Cit. P 103.

Op Cit. P 105

Op cit. P 65

Op cit P 71.

Op cit. P 73

Op cirt P 74.

BENJAMIN Walter. Direccin nica. Alfaguara. Madrd. 1988. P 19