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  • 1. 0 MAURICE PINAY COMPLOT CONTRA LA IGLESIA 1962

2. 1 NDICE DE LA OBRA Prlogo a la edicin venezolana Pg. III Prlogo a la edicin italiana Pg. V Prlogo a la edicin austraca Pag. IX TOMO I PRIMERA PARTE EL MOTOR SECRETO DEL COMUNISMO Captulo I: El comunismo destructor y asesino Pg. 13 Captulo II: Los creadores del sistema Pg. 17 Captulo III: La cabeza del comunismo Pg. 22 Captulo IV: Los financieros del comunismo Pg. 32 Captulo V: Testimonios judos Pg. 38 SEGUNDA PARTE EL PODER OCULTO TRAS LA MASONERA Captulo I: La masonera: enemiga de la Iglesia Pg. 41 Captulo II: Los judos: fundadores de la masonera Pg. 43 Captulo III: Los judos: dirigentes de la masonera Pg. 47 Captulo IV: Crmenes de la masonera Pg. 51 Captulo V: La masonera, propagadora de las revoluciones jacobinas Pg. 54 TERCERA PARTE LA SINAGOGA DE SATANS Captulo I Imperialismo judo y religin imperialista Pg. 61 Captulo II Algo ms sobre las creencias religiosas de los judos Pg. 68 Captulo III Maldiciones de Dios a los judos Pg. 74 Captulo IV Matanzas de judos ordenadas por Dios como castigo Pg. 80 Captulo V Antisemitismo y cristianismo Pg. 83 Captulo VI Cristo Nuestro Seor, smbolo del antisemitismo segn los judos Pg. 88 Captulo VII El pueblo deicida Pg. 93 Captulo VIII Los Apstoles condenan a los judos por el asesinato de Cristo Pg. 99 Captulo IX Moral combativa y no derrotismo mortal Pg. 102 Captulo X Los judos matan cristianos y persiguen a los Apstoles Pg. 109 Captulo XI Las persecuciones romanas provocadas por los judos Pg. 116 3. 2 Apndice Pg. 119 TOMO II CUARTA PARTE (CAP. 1 23) LA QUINTA COLUMNA JUDA EN EL CLERO Captulo I El pulpo estrangula a la cristiandad Pg. 123 Captulo II Orgenes de la quinta columna Pg. 126 Captulo III La quinta columna en accin Pg. 131 Captulo IV El judasmo, padre de los gnsticos Pg. 137 Captulo V El judo Arrio y su hereja Pg. 144 Captulo VI Los judos, aliados de Juliano el apstata Pg. 151 Captulo VII San Juan Crisstomo y San Ambrosio condenan a los judos Pg. 154 Captulo VIII San Cirilo de Alejandra vence a Nestorio y expulsa a los judos Pg. 160 Captulo IX Invasin de los brbaros: triunfo arriano-judo Pg. 166 Captulo X Victoria catlica Pg. 169 Captulo XI El Concilio III Toledano elimina a los judos de los puestos pblicos Pg. 173 Captulo XII El Concilio IV Toledano declara sacrlegos y excomulgados a obispos y clrigos que apoyen a los judos Pg. 175 Captulo XIII Condenacin de reyes y sacerdotes catlicos negligentes en su lucha contra el criptojudasmo. Pg. 182 Captulo XIV La Iglesia combate el criptojudasmo. Excomunin de obispos negligentes. Pg. 188 Captulo XV El Concilio XVI de Toledo considera necesaria la destruccin de los judos quintacolumnistas Pg. 197 Captulo XVI El Concilio XVII Toledano castiga con la esclavitud las conspiraciones de los judos. Pg. 199 Captulo XVII Reconciliacin cristiano-juda: preludio de ruina Pg. 204 Captulo XVIII Los judos traicionan a sus ms fieles amigos Pg. 210 Captulo XIX Los concilios de la Iglesia luchan contra el judasmo Pg. 219 Captulo XX Intento de judaizacin del Sacro Imperio Romano Germnico Pg. 226 Captulo XXI El Concilio de Meaux lucha contra los judos pblicos y secretos Pg. 233 Captulo XXII Terror judo en Castilla en el siglo XIV Pg. 238 Captulo XXIII Los judos traicionan a su ms generoso protector Pg. 245 TOMO III CONTINUACIN DE LA CUARTA PARTE (CAP. 24 43) LA QUINTA COLUMNA JUDA EN EL CLERO Captulo XXIV La infiltracin juda en el clero. Pg. 252 Captulo XXV Un cardenal criptojudo usurpa el papado Pg. 261 Captulo XXVI San Bernardo y San Norberto libertan a la Iglesia de las garras del judasmo Pg. 267 Captulo XXVII Una revolucin judeo-republicana en el siglo XII Pg. 273 4. 3 Captulo XXVIII La quintaesencia de las revoluciones judaicas. Ataques seculares a la tradicin de la Iglesia Pg. 278 Captulo XXIX El criptojudasmo y las herejas medievales. Los albigenses Pg. 286 Captulo XXX El judo, el ms peligroso enemigo de la Iglesia. Los valdenses Pg. 294 Captulo XXXI El gran Papa Gregorio VII (Hildebrando) destruye una teocracia judaica en el norte de Italia Pg. 298 Captulo XXXII Quinta columna juda en al Iglesia ortodoxa rusa Pg. 301 Captulo XXXIII Los judos, propagadores del culto a Satans Pg. 306 Captulo XXXIV La Iglesia y los Estados Cristianos organizan su defensa contra la gran revolucin judaica medieval Pg. 309 Captulo XXXV Un arzobispo y siete obispos procesados por adorar a Lucifer Pg. 313 Captulo XXXVI El Concilio III de Letrn excomulga y destituye a obispos y clrigos que ayuden o se opongan fuertemente a los herejes Pg. 317 Captulo XXXVII El gran Papa Inocencio III y el famoso Concilio de Letrn imponen como bueno y obligatorio lo que los judos llaman racismo y antisemitismo Pg. 322 Captulo XXXVIII Frailes, monjas y prelados criptojudos Pg. 327 Captulo XXXIX Infiltracin judeo-masnica en la Sociedad de los Jesuitas Pg. 340 Captulo XL Las conjuras de la Historia y de los ritos Pg. 347 Captulo XLI Papas, Padres de la Iglesia y Santos luchan contra los judos y los condenan. La verdadera doctrina de la Iglesia sobre los judos Pg. 350 Captulo XLII Fraternidades judeo-cristianas, logias masnicas de nuevo cuo? Pg. 363 Captulo XLIII El acercamiento amistoso cristiano-judo Pg. 366 BIBLIOGRAFA Pg. 371 5. 4 PRLOGO A LA EDICIN VENEZOLANA UN LIBRO SENSACIONAL COMPLOT CONTRA LA IGLESIA Los hechos confirman que no es exagerado el trmino de sensacional aplicado al libro Complot contra la Iglesia. A raz de la primera edicin italiana, repartida en el otoo de 1962 entre los padres del Concilio Vaticano II, la prensa de diversos pases del mundo empez a hacer comentarios sobre esta obra cuya lectura es de capital importancia, no slo para los catlicos, sino tambin para todos los hombres libres. Puede asegurarse, sin temor a exageracin, que ningn libro en el presente siglo ha sido objeto de tantos comentarios en la prensa mundial; virulentamente desfavorables, los de los peridicos comunistas y todos aqullos controlados por masonera y judasmo; y favorables en extremo, los de algunos peridicos catlicos, independientes de esas fuerzas oscuras y que adems han tenido el valor y la posibilidad de expresar con libertad sus puntos de vista. Todava un ao despus de repartida en el santo Concilio la primera edicin italiana, la prensa de diversos pases sigue ocupndose del extraordinario libro, cosa verdaderamente inusitada en cuestiones editoriales. Para que los lectores puedan darse cuenta de la importancia de esta obra, transcribiremos interesantes prrafos de lo que el corresponsal de Roma del peridico portugus Agora de Lisboa, del 1 de marzo de 1963, pgina 7, dice a sus lectores: Roma. Febrero de 1963. Vamos a referirnos a una publicacin que sali hace tiempo en Roma. Adems de la informacin, pudimos conseguir un ejemplar de este libro que se convirti en un par de meses en una rareza bibliogrfica...El libro fue impreso en una tipografa romana, pero cuando las actuales autoridades demcrata-cristianas de Italia, favorables al marxismo, se dieron cuenta de su publicacin, los ejemplares del grueso volumen de 617 pginas ya haban sido repartidos entre los padres del Concilio Ecumnico-, provocando alarma en el gobierno del Vaticano, alarma en el mundo diplomtico y en los partidos de izquierda. Durante varios das la imprenta recibi la visita de altsimas autoridades policacas, que slo obtuvieron la declaracin de que se les haba encargado imprimir la obra y que el precio de la edicin haba sido totalmente pagado. La prensa de las izquierdas le lanz ataques furibundos. La excepcional importancia del libro reside principalmente en un elemento fundamental y es que, ya sea uno o ya sean muchos sus autores (es ms fundada la segunda hiptesis), se deja adivinar por cualquier persona de elemental cultura que la compilacin fue hecha por clrigos. Naturalmente que con respecto a este asunto aparecen las ms variadas versiones. Hay quienes afirman que fueron prelados italianos en colaboracin con elementos del catolicismo ingls; otros hablan de un grupo de sacerdotes incluyendo algunos 1 obispos, de un pas de Amrica meridional no bien identificado. Esta obra, por la enorme seriedad de su minuciosa, escrupulosa y erudita documentacin, no es uno ms de esos productos del antisemitismo basados en los Protocolos de los Sabios de Sin* Finalmente, en las pginas, en los argumentos, y en el propio estilo del libro, se advierte.inconfundible, la presencia de clrigos catlicos, en militancia contra la eterna hereja, que ha tendido siempre a subvertir las bases religiosas, ticas e histricas del 1 [Nota del Editor: En el transcurso de la obra, no se hace mencin o referencia alguna al mencionado libro de Los Protocolos de los Sabios de Sin.] 6. 5 cristianismo, sirvindose sucesivamente de Simn el Mago, de Arrio, de Nestorio, de los albigenses y actualmente de los izquierdistas del Concilio Ecumnico. Hasta aqu las citas del interesante comentario hecho sobre Complot contra la Iglesia por el peridico portugus Agora. Sin embargo, la versin que ms se ha impuesto, tanto en Roma como en la prensa mundial, es que el sensacional libro fue elaborado, ni ms ni menos que por elementos destacados de la Curia romana que, como es sabido, es el gobierno supremo de la Iglesia, auxiliar de S.S. el Papa en sus mximas funciones. Se ha venido repitiendo que la obra Complot contra la Iglesia es uno de los mayores esfuerzos hechos por la Curia romana para hacer fracasar las reformas que intenta realizar el ala izquierda del clero catlico; reformas, que de verificarse, subvertirn por completo las bases sobre las que descansa la Santa Iglesia. Hay peridicos que a este respecto han sido todava ms explcitos, y que afirman que fue el llamado sindicato de cardenales quien elabor el libro. Es preciso explicar que los masones, los comunistas y sus cmplices han dado en llamar sindicato de cardenales al grupo heroico de cardenales de la Curia romana que estn luchando en el Concilio Vaticano II por impedir que un grupo de clrigos, que en forma extraa se encuentra al servicio de la masonera y del comunismo, impongan en el Snodo universal toda una serie de tesis subversivas y algunas hasta herticas, destinadas a causar la ruina de la Iglesia, cosa que no llegar a consumarse, porque escrito est que las fuerzas del infierno no prevalecern contra Ella, aunque tambin profetizado est, en el Apocalipsis de San Juan, que tales fuerzas infernales lograrn vistosos triunfos temporales despus de los cuales sern vencidas y aniquiladas. Para no alargar demasiado este prlogo, slo transcribiremos a continuacin lo que dice al respecto un importante peridico de la Amrica Latina de tendencias masnicas y comunistas. Nos referimos al semanario Tiempo, publicado en la ciudad de Mxico por el seor Martn Luis Guzmn, distinguido jerarca de la masonera, y que en el nmero 1.119, volumen XLIII, pgina 60, del 14 de octubre de 1963, dice refirindose a los obispos llamados progresistas: La rebelin de los obispos fue considerada por Ottaviani y dems cardenales del sindicato como un principio de hereja. Hasta se habl en L Osservatore Romano de la posibilidad de que el Concilio depusiera al Papa si lo consideraba hereje. El sindicato edit por entonces, octubre de 1962, un libelo titulado Complotto Contro la Chiesa y con el seudnimo de Maurice Pinay. Hasta aqu el comentario del peridico antes mencionado. Lo que le da a este libro un definitivo valor probatorio es que se trata de una magnfica e importante compilacin de documentos y fuentes de indiscutible importancia y autenticidad que demuestran, sin lugar a dudas la existencia de una gran conspiracin que contra la Santa Iglesia Catlica y contra el mundo libre han tramado sus tradicionales enemigos, quienes pretenden convertir el catolicismo en un instrumento ciego al servicio del comunismo, de la masonera y del judasmo, para as debilitar a la humanidad libre y facilitar su hundimiento, y, con ello, la victoria definitiva del comunismo ateo. Los instrumentos ms tiles en tal conspiracin son los clrigos catlicos que traicionan a la Santa Iglesia e intentan destruir a sus ms leales.defensores, al mismo tiempo que ayudan en todo lo que pueden a comunistas, masones y judos en sus actividades subversivas. Con la presente edicin pretendemos dar la voz de alerta no solamente a los catlicos, sino a todos los anticomunistas de Venezuela y de la Amrica Latina, para que se den cuenta de los graves peligros que amenazan actualmente no slo a la Iglesia Catlica, sino a la Cristiandad y al mundo libre en general, y para que se apresten a brindar todo su apoyo al grupo benemrito de cardenales, arzobispos, obispos y sacerdotes que estn luchando en el Concilio y en sus respectivos pases contra los enemigos externos e internos, tanto de la Santa Iglesia como del mundo libre, que con perseverancia satnica intentan destruir las ms sagradas tradiciones del catolicismo y hundirnos a nosotros y a nuestros hijos en la espantosa esclavitud comunista. Caracas, Venezuela, 15 de diciembre de 1963. EL EDITOR. 7. 7 PRLOGO A LA EDICIN ITALIANA CONSPIRACIN CONTRA LA IGLESIA URGENTE AL LECTOR Roma, 31 de agosto de 1962. Se est consumando la ms perversa conspiracin contra la Santa Iglesia. Sus enemigos traman destruir sus ms sagradas tradiciones y realizar reformas tan audaces y malvolas como las de Calvino, Zwinglio y otros grandes heresiarcas, con el fingido celo de modernizar a la iglesia y ponerla a la altura de la poca, pero en realidad con el oculto propsito de abrir las puertas al comunismo, acelerar el derrumbe del mundo libre y preparar la futura destruccin del cristianismo. Todo esto, que parece increble, se pretende realizar en el Concilio Vaticano II. Tenemos datos de que todo se ha tramado en secreto contubernio con lo altos poderes del comunismo, de la masonera mundial y de la fuerza oculta que los controla. Planean iniciar un sondeo previo y comenzar por las reformas que menos resistencia provoquen en los defensores de la Santa Iglesia, para ir llevando, poco a poco, la transformacin de sta hasta donde la resistencia de aquellos lo permita. Afirman, algo todava ms increble para quienes ignoran que esas fuerzas anticristianas cuentan dentro de las jerarquas de la Iglesia con una verdadera quinta columna de agentes incondicionales a la masonera, al comunismo y al poder oculto que los gobierna, pues indican que esos cardenales, arzobispos y obispos sern quienes formando una especie de ala progresista dentro del Concilio, tratarn de llevar a cabo las perversas reformas, sorprendiendo la buena fe y afn de progreso de muchos piadosos padres. Aseguran que el llamado bloque progresista, que se formar al iniciarse el Snodo, contar con el apoyo del Vaticano, al que esas fuerzas anticristianas dicen influenciar. Esto nos parece increble y fruto ms bien de alardes jactanciosos de los enemigos de la Iglesia que de una realidad objetiva. Sin embargo, hacemos mencin de esto para que se pueda ver hasta dnde quisieran llegar los enemigos de la catolicidad y del mundo libre. Adems de reformas peligrosas en la Doctrina de la Iglesia y en su poltica tradicional, que contradicen manifiestamente lo aprobado por Papas y concilios ecumnicos anteriores, tratan los enemigos de la catolicidad de nulificar la Bula de excomunin lanzada por S.S. Po XII contra los comunistas y los que con ellos colaboran, para tratar de establecer una convivencia pacfica con el comunismo, que por otra parte, desprestigie a la Santa Iglesia ante todos los cristianos que luchan contra el comunismo materialista y ateo, y por otra parte, quebrante la moral de estos luchadores, facilite su derrota y provoque la desbandada en sus filas asegurando el triunfo mundial del totalitarismo rojo. Estos enemigos procuran, que por ningn motivo sean invitados como observadores aquellos protestantes y ortodoxos que heroicamente estn.luchando contra el comunismo, sino nicamente las Iglesias o consejos de Iglesias controlados por la masonera y el comunismo o el poder oculto que los dirige. En esta forma, los masones o comunistas vestidos de hbito sacerdotal que usurpan los puestos directivos en tales Iglesias, podrn colaborar sutil, disfrazada, pero efectivamente, con sus cmplices introducidos en el clero catlico. Por su parte, el Kremlin ha aprobado ya negar pasaporte a los prelados firmemente anticomunistas, permitiendo solamente la salida de los Estados Satlites a sus agentes incondicionales o a quienes sin serlo, se hayan doblegado ante el temor de las represalias rojas. De esta manera, la Iglesia del Silencio carecer en el Concilio Vaticano II, de quienes mejor podran defenderla informando al santo Snodo la verdad de lo que ocurre en el mundo comunista. Sin duda, a quienes lean esto les va a parecer increble, pero lo que ocurra en el santo Concilio ecumnico les abrir los ojos y los convencer de que estamos diciendo la verdad, 8. 8 porque es all en donde el enemigo piensa jugarse una carta decisiva, contando, segn asegura, con cmplices incondicionales en las ms altas jerarquas eclesisticas. Otro de los planes siniestros que fraguan es el de lograr que la Santa Iglesia se contradiga a s misma, perdiendo con ello autoridad sobre los fieles, porque luego proclamarn que una institucin que se contradice, no puede ser divina. Con este argumento piensan dejar las iglesias desiertas y lograr que los fieles pierdan toda su fe en el clero para que lo abandonen. Proyectan que la Iglesia declare que lo que durante siglos afirm era malo, ahora afirme que es bueno. Entre otras maniobras que preparan con dicho fin destaca por su importancia el cambio de actitud de la Santa Iglesia con respecto a los judos rprobos, como llam San Agustn tanto a los que crucificaron a Cristo como a sus descendientes, enemigos capitales del cristianismo. La unnime doctrina de los grandes Padres de la Iglesia, ese unanimis consensus Patrum que la Iglesia considera como fuente de fe, conden a los judos infieles y declar buena y necesaria la lucha contra ellos; lucha en la que poniendo el ejemplo participaron destacadamente, como lo demostraremos con pruebas irrefutables, San Ambrosio Obispo de MIln, San Jernimo, San Agustn Obispo de Hipona, San Juan Crisstomo, San Atanasio, San Gregorio de Nazianzo, San Basilio, San Cirilo de Alejandra, San Isidoro de Sevilla, San Bernardo y hasta Tertuliano y Orgenes; estos dos ltimos en su poca de indiscutible ortodoxia. Adems, durante diecinueve siglos la Iglesia luch enrgicamente contra los judos, como lo demostraremos tambin con documentos fidedignos como las bulas de los Papas, actas de concilios ecumnicos y provinciales como el famossimo IV de Letrn y muchos otros, doctrinas de Santo Toms de Aquino, de Duns Scott y de los ms importantes doctores de la Iglesia, y tambin con fuentes judas de incontrovertible autenticidad, como las enciclopedias oficiales del judasmo, las obras de ilustres rabinos y las de los ms famosos historiadores judos. Pues bien, los conspiradores judos, masones y comunistas pretenden en el prximo Concilio, aprovechando, segn dicen ellos, el desconocimiento de la mayora del clero sobre la verdadera historia de la Iglesia, dar un golpe de sorpresa pugnando porque el santo Concilio ecumnico que est por reunirse.condene el antisemitismo y condene toda lucha contra los judos, que, como lo demostraremos tambin en esta obra con pruebas incontrovertibles, son los dirigentes de la masonera y del comunismo internacional. Pretenden que se declare que los judos rprobos, considerados como malos por la Iglesia durante diecinueve siglos, sean declarados buenos y queridsimos de Dios, contradiciendo con ello el unanimis consensus Patrum que estableci precisamente lo contrario, as como lo afirmado por diversas bulas papales y cnones de concilios ecumnicos y provinciales. Como los judos y sus cmplices dentro del clero catlico consideran toda la lucha contra las maldades de los judos y sus conspiraciones contra Cristo Nuestro Seor y la Cristiandad, han declarado, segn lo demostraremos tambin en este libro, que las fuentes del antisemitismo han sido: el mismo Cristo, los Evangelios y la Iglesia Catlica, que durante casi dos mil aos lucharon en forma perseverante en contra de los judos que repudiaron a su Mesas. Lo que tratan pues, con la condenacin del antisemitismo que a veces llaman racismo antisemita- es que S.S. el Papa y el sacro Concilio que est por reunirse, al condenar el antisemitismo se siente el precedente catastrfico de que la Iglesia se contradiga a s misma y condene adems, sin darse cuenta y en forma tcita, al mismo Cristo Nuestro Seor, a los Santos Evangelios, a los Padres de la Iglesia y a la mayora de los Papas, entre ellos a Gregorio VII (Hildebrando), a Inocencio II, a Inocencio III, a San Po V y a Len XIII, que como lo demostraremos en esta obra lucharon encarnizadamente contra los judos y la Sinagoga de Satans. Al mismo tiempo, con tales condenaciones lograran sentar en el banquillo de los acusados a muchsimos concilios de la Santa Iglesia, entre ellos, los ecumnicos de Nicea y II, III y IV 9. 9 de Letrn, cuyos cnones estudiaremos en este libro y que tanto lucharon contra los hebreos. En una palabra, los siniestros conspiradores traman que la Santa Iglesia, al condenar el antisemitismo se condene a s misma, con los resultados desastrosos que es fcil comprender. Ya en el Concilio Vaticano anterior intentaron iniciar, aunque en forma encubierta, este viraje en la Doctrina tradicional de la Iglesia, cuando por medio de un golpe de sorpresa y de insistentes presiones lograron que muchsimos padres firmaran un postulado a favor de los judos, en el que, explotando el celo apostlico de los piadosos prelados, se hablaba inicialmente de un llamado a la conversin de los israelitas, proposicin impecable desde un punto de vista teolgico, para deslizar a continuacin, encubiertamente el veneno, haciendo afirmaciones que, como lo demostraremos en el curso de este trabajo, significan una contradiccin abierta con la Doctrina establecida al respecto por la Santa Iglesia. Pero en esa ocasin, cuando la Sinagoga de Satans crea tener asegurada la aprobacin del postulado por el Concilio Vaticano, la asistencia de Dios a su Santa Iglesia impidi que el Cuerpo Mstico de Cristo se contradijera a S Mismo y fructificaran las conspiraciones de sus milenarios enemigos. Estall sbitamente la guerra franco-prusiana; Napolen III tuvo que retirar precipitadamente las tropas que defendan a los Estados Pontificios y los ejrcitos de Vctor Manuel se aprestaron a avanzar arrolladoramente sobre Roma, por lo que se tuvo que disolver con rapidez el santo Concilio Vaticano I y.tuvieron que regresar a sus dicesis los prelados, antes de que pudiera ponerse siquiera a discusin el famoso postulado en favor de los judos. Por cierto, no fue esta la primera vez que la Divina Providencia impidi por medios extraordinarios un desastre de tal gnero; la historia nos muestra que lo ha hecho en infinidad de casos, utilizando como instrumento, en la mayor parte de ellos, a los Papas, a piadosos prelados como San Atanasio, San Cirilo de Alejandra, San Leandro, el Cardenal Aimerico y hasta humildes frailes como San Bernardo o San Juan Capistrano. En casos como el citado anteriormente, incluso se ha valido de monarcas ambiciosos como Vctor Manuel y el Rey de Prusia. Sabedores nosotros a mediados del ao pasado que el enemigo volva a la carga con una conspiracin que tiene por objeto abrir las puertas al comunismo, preparar el hundimiento del mundo libre y asegurar la entrega de la Santa Iglesia en las garras de la Sinagoga de Satans, nos lanzamos sin prdida de tiempo a recopilar documentos y escribir la presente obra que, ms que un libro sostenedor de cierta tesis es un conjunto ordenado de actas de los concilios, bulas de los Papas y toda clase de documentos y fuentes de las que desechamos todas aqullas de autenticidad o veracidad dudosa, seleccionando las de valor probatorio incontrovertible. En este libro no slo se denuncia la conspiracin que el comunismo y la Sinagoga de Satans han tramado en contra del Concilio Vaticano II, sino que se hace un estudio concienzudo de las anteriores conjuras que en ms de diecinueve siglos le sirvieron de precedente, pues lo que ocurrir en el santo Snodo que est por reunirse ha ocurrido ya repetidas veces en los siglos anteriores. por ello, para poder entender en toda su magnitud lo que va a suceder es indispensable conocer los antecedentes y tambin la naturaleza de esa quinta columna enemiga introducida en el seno del clero, haciendo para ello un estudio detenido en la Cuarta Parte, basado en documentacin impecable. Como adems lo que se pretende de la Santa Sede y del Concilio Vaticano II es que destruyan ciertas tradiciones de la Iglesia con el fin de facilitar los triunfos del comunismo y la masonera, en las dos primeras partes de esta obra hacemos un estudio minucioso recurriendo a las fuentes ms serias sobre lo que podra llamarse la quintaesencia de la masonera y del comunismo ateo y estudiando la naturaleza del poder oculto que los dirige. De esta manera, siendo la Cuarta parte de la obra la ms importante, las tres primeras, y sobre todo la tercera, hacen verdaderamente comprensible en toda su magnitud la conspiracin que amenaza a la Santa Iglesia; conspiracin que no se reduce a las actividades del prximo Snodo universal, sino que abarca todo el futuro de la Iglesia, ya que el enemigo tiene calculado que si por cualquier motivo surgen en el santo Snodo fuertes reacciones 10. 10 contra sus proyectadas reformas que hagan fracasar el intento en el Concilio Vaticano II, seguir con posterioridad aprovechando cualquier oportunidad para volver a la carga, utilizando las fuertes influencias que dice tener en la Santa Sede. Pero estamos seguros a pesar de las asechanzas del enemigo, la asistencia de Dios a su Santa Iglesia har fracasar esta vez, como en otras anteriores, sus prfidas maquinaciones. Escrito est: Las fuerzas del Infierno no prevalecern sobre Ella. Desgraciadamente hemos durado en la elaboracin de este muy documentado libro como catorce meses y faltan dos escasos para iniciarse el.santo Concilio Vaticano II. Dios nos ayude a vencer todos los obstculos para poder terminar su impresin, siquiera sea al iniciarse el Snodo o cuando menos antes de que el enemigo pueda causar los primeros daos, pues aunque sabemos que Dios Nuestro Seor no permitir una catstrofe como la que planean, debemos recordar como dijo un ilustre santo que aunque sepamos que todo depende de Dios, debemos obrar como si todo dependiera de nosotros. Y como afirm San Bernardo en una crisis tan grave como la actual: A Dios rogando y con el mazo dando. En el Segundo Tomo de esta obra se incluirn las partes quinta y sexta de la misma, pero su publicacin se har con posterioridad, esperando las rplicas y acostumbradas calumnias que lance contra ella el enemigo para contestrselas en forma aplastante y contundente. 11. 11 PRLOGO A LA EDICIN AUSTRACA Viena, 20 de enero de 1963. Debido a las innumerables peticiones que hemos recibido de parte de miembros ilustres del respetable clero austriaco y alemn, hemos resuelto imprimir la edicin austriaca de la obra Complot contra la Iglesia. Los padres del Concilio Vaticano II a quienes fue dedicada, tuvieron oportunidad de comprobar en el transcurso del santo Snodo que nuestra voz de alarma sobre la existencia de un verdadero complot contra las sagradas tradiciones de la Iglesia y sus defensas contra el comunismo ateo, tuvieron plena confirmacin en los hechos ocurridos en la primera parte del santo Concilio. Esto demuestra que nuestras aseveraciones correspondan a una trgica verdad. Los sucesos que irn ocurriendo en los meses venideros irn confirmando a los lectores que nuestra denuncia est fundada en una increble pero triste realidad. Los enemigos de la Iglesia, por medio de sus cmplices en el alto clero, renovaron en la primera sesin del Snodo universal el intento ya realizado por los valdenses, los husitas y otros herejes medievales y posteriormente por Calvino, Zwinglio y otros heresiarcas, consistente en negar o restar a la Tradicin de la Iglesia el carcter de fuente de revelacin. Slo que ahora esgrimieron como pretexto el ideal sublime de la unidad cristiana que todos deseamos, mientras que los herejes de antao aducan, en apoyo de esa misma tesis, otros tan diversos como sofsticos argumentos. Intentar que la Iglesia niegue a la Tradicin su carcter de fuente doctrinal reservando slo a la Sagrada Biblia tal atributo, es intentar, ni ms ni menos, que la Santa Iglesia se contradiga a s misma asegurando que es negro lo que durante casi veinte siglos ha afirmado que es blanco, con el desastroso resultado de que al contradecirse el Cuerpo Mstico de Cristo pierda su autoridad ante los fieles, puesto que una institucin que se contradice en los substancial no puede ser divina. Dar un paso semejante, sera colocar a la Santa Iglesia en situacin tan falsa, que no se justificara ni con el seuelo de una pretendida unidad cristiana, cuya realizacin es por ahora muy problemtica y cuyo logro sobre tan absurdas bases, significara que la Santa Iglesia, reconociendo que estaba en el error, se converta en masa al protestantismo, cuyo postulado esencial ha sido siempre reconocer nicamente la Biblia como fuente de la Verdad Revelada, negndole tal carcter a la Tradicin de la Iglesia Catlica. Es increble que los enemigos del catolicismo y sus cmplices en el alto clero hayan tenido la audacia de ir tan lejos. Eso demuestra tambin que lo predicho en nuestra obra, escrita antes del santo Concilio, fue confirmado por los hechos y que el enemigo tena infiltrados cmplices en el alto clero en muy elevadas posiciones; pero segn sabemos de muy buena fuente, al aparecer este libro y ser distribuido entre los padres, los enemigos renunciaron, aunque slo por el momento, a lanzar las proposiciones todava ms audaces que tenan preparadas como golpe de sorpresa fuera de las agendas para los ltimos das del Concilio. Entre estas proposiciones estaba la tendiente a pedir la derogacin de la Bula de excomunin de S.S. Po XII contra los comunistas y.sus cmplices, el establecimiento de la convivencia pacfica entre la Iglesia y el comunismo y la condenacin del antisemitismo. Sin embrago, ese retroceso obligado por la denuncia hecha en este libro sera slo temporal en espera de que una cuidadosa propaganda elaborada de acuerdo con el Kremlin, doblegara la resistencia de los defensores de la Santa Iglesia en favor del establecimiento de una convivencia pacfica con el comunismo ateo, que debilite frente a ste las defensas de la Iglesia y del mundo libre, labor que sera realizada con el apoyo del dictador rojo el cual: liberara de sus prisiones a prelados sumidos en ellas durante largos aos, enviara felicitaciones a Su Santidad el Papa y realizara otros actos de aparente amistad hacia la Iglesia para vigorizar los argumentos esgrimidos por los cmplices del Kremlin en el alto 12. CAPTULO I: EL COMUNISMO ASESINOY DESTRUCTOR 12 12 clero en favor de la derogacin de la Bula de excomunin, haciendo posible un pacto de la Santa Sede con el comunismo. Se planea en Mosc, en contubernio con ciertos cmplices incrustados en las altas esferas del Vaticano, que incluso se establezcan relaciones diplomticas entre la Santa Iglesia y el Estado sovitico ateo y materialista- con el pretexto de que seran establecidas con el estado Vaticano, que lograra en esa forma suavizar la persecucin religiosa en Rusia. En realidad, lo que tratan el Kremlin y sus agentes de la jerarqua eclesistica es desmoralizar a los catlicos y al heroico clero que lucha en Europa y en el resto del mundo contra el comunismo, dando la impresin de que ste ya no es tan malo desde el momento en que la Santa Sede acord establecer relaciones diplomticas con la Unin Sovitica y con otros Estados comunistas. Se trata tambin de quebrantar el espritu de combate de los anticomunistas norteamericanos, ya que con este nuevo paso se veran muy debilitados en su lucha contra las fuerzas oscuras que tratan de sumir a los propios Estados Unidos en el caos comunista. En una palabra, se pretende, como ya lo indicamos en la Introduccin a la edicin italiana, quebrantar las defensas del mundo libre y facilitar el triunfo final del marxismo ateo. Pero la audacia del comunismo, de la masonera y de los judos llega a tal extremo que ya hablan de controlar la prxima eleccin del Papa, pretendiendo colocar en el trono de San Pedro a uno de sus cmplices en el respetable cuerpo cardenalicio. Para ello, planean con las influencias que dicen tener en el Vaticano, ejercer presin sobre Su Santidad el Papa, cuya salud es muy delicada, inducindole a hacer un nombramiento masivo de nuevos cardenales aunque se rompan los lmites establecidos, llegando al nmero necesario para asegurar la designacin de un Pontfice que convierta a la Santa iglesia en un satlite al servicio del comunismo, de la masonera y de la Sinagoga de Satans. Con lo que no cuentan las fuerzas del Anticristo es con la asistencia que Dios Nuestro Seor dar a su Iglesia impidiendo que prevalezca semejante maniobra. Baste con recordar que no es la primera vez en la historia que lo intentan y que como lo demostramos en esta obra, con documentos de indiscutible autenticidad, los poderes del dragn infernal llegaron a colocar en el Pontificado a un cardenal manejado por las fuerzas de Satans, hasta dar la sensacin por un momento de que eran dueos de la Santa Iglesia. Pero Cristo Nuestro Seor, que nunca la ha desamparado, inspir la accin y arm el brazo.de hombres piadosos y combativos como San Bernardo, San Norberto, el Cardenal Aimerico, los Padres de los Concilios de Etampes, de Reims, de Pisa y del II Ecumnico de Letrn, que desconocieron su carcter de Papa al Cardenal Pierleoni, ese lobo con piel de oveja que lleg por muchos aos a usurpar el trono de San Pedro, excomulgndolo y relegndolo al papel de antipapa que le corresponda. Los planes del Kremlin, de la masonera y de la Sinagoga de Satans, por ms adelantados que se supongan, sern frustrados evidentemente por la mano de Dios, pues como siempre surgirn nuevos San Atanasios, San Juanes Crisstomos, San Bernardos y San Juanes Capistranos, auxiliados con la inspiracin y fortaleza que Cristo Nuestro Seor les otorgue, para hacer fracasar en una forma o en otra la siniestra conspiracin que contra su Santa Iglesia y contra el mundo libre traman una vez ms las oscuras fuerzas del Anticristo para facilitar el triunfo universal del imperialismo totalitario de Mosc. En la primera edicin italiana nos vimos obligados a suprimir once captulos de la Cuarta Parte de este libro por la urgencia que tenamos de repartirla entre los padres del Concilio Vaticano II, antes de que la bestia lanzara sus primeros zarpazos; pero ahora que tenemos ms tiempo para imprimir esta edicin, incluimos en ella los once captulos mencionados que son de vital importancia para la mejor comprensin de la diablica conjura que amenaza en nuestros das a la Santa Iglesia. EL AUTOR. 13. CAPTULO I: EL COMUNISMO ASESINOY DESTRUCTOR 13 13 TOMO I PRIMERA, SEGUNDA Y TERCERA PARTE EL MOTOR SECRETO DEL COMUNISMO EL PODER OCULTO TRAS LA MASONERA LA SINAGOGA DE SATANS 14. CAPTULO I: EL COMUNISMO ASESINOY DESTRUCTOR 14 14 PRIMERA PARTE EL MOTOR SECRETO DEL COMUNISMO Captulo Primero: EL COMUNISMO DESTRUCTOR Y ASESINO e todos los sistemas revolucionarios ideados en el devenir histrico con el fin de destruir nuestros valores civilizados, sistemas que han ido siendo aplicados a travs del tiempo en la forma ms efectiva y en el momento siempre ms oportuno, el ms perfecto, el ms eficiente y el ms inmisericorde es, sin duda, el comunismo, porque representa la etapa ms avanzada de la revolucin mundial en cuyos postulados ya no solamente se trata de destruir determinada institucin poltica, social, econmica o moral, sino de anular a la vez a la Santa Iglesia y, ms an, a todas y cada una de las manifestaciones culturales cristianas que son parte de nuestra civilizacin. Si todas las tendencias revolucionarias de origen judo han atacado con curiosa unanimidad al cristianismo en diversos aspectos, el comunismo lucha por hacerlo desaparecer de la faz de la Tierra sin dejar de l ni el menor rastro. La saa destructiva de esta tendencia satnica, exhibiendo ante los ojos del mundo los ms espantosos cuadros de horror y destruccin que se hayan imaginado, no puede estar fundamentada sino en la misma esencia de la negacin y en el repudio ms virulento y lleno de odio hacia todo lo existente hasta la fecha, porque de otra manera no sera concebible la vesania inaudita de sus tcticas criminales y el espritu de destruccin, aniquilamiento, vulneracin, contradiccin y oposicin de sus dirigentes hacia todo aquello que representa criterios axiolgicos, no solamente catlicos, sino religiosos en general. La finalidad del comunismo, como es patente en Rusia y en los dems pases en donde se ha implantado, no es otra que la nulificacin del pueblo en lo econmico, en lo poltico, en lo social, en lo humano y en lo trascendente para posibilitar a una minora el dominio por la fuerza. En trminos internacionales la meta no puede ser ms clara: lograr por la fuerza el dominio mundial de una minora insignificante aniquilando a todos los dems humanos por medio del materialismo, del terror y si es necesario de la muerte, aunque para ello haya que asesinar a grandes ncleos de la poblacin. Bastante conocido es en el mundo entero el impulso homicida que ha caracterizado a los dirigentes soviticos; pocos hay que no hayan sentido escalofros de terror al conocer las sangrientas depredaciones llevadas a cabo en Rusia por los marxistas. Basta recordar algunos datos que llenan de pavor e indignacin a las mentes civilizadas: En sus comienzos, el terror rojo se dedicaba, sobre todo, a exterminar la intelectualidad rusa 2 y en prueba de esta afirmacin, S.P. Melgunov constata lo siguiente, refirindose a las 2 Len de Poncins, Las fuerzas secretas de la revolucin: Francmasonera Judasmo. Madrid: Ediciones Fax, 1932, p. 161. D 15. CAPTULO I: EL COMUNISMO ASESINOY DESTRUCTOR 15 15 comisiones extraordinarias que surgieron en Rusia en los primeros tiempos de la revolucin sovitica: Las comisiones extraordinarias no son rganos de justicia, sino de exterminio sin piedad, segn la expresin del Comit Central Comunista que tambin declar lo siguiente:.La comisin extraordinaria no es una comisin de encuesta, ni un juzgado, ni un tribunal, sino que ella misma determina sus atribuciones. Es un rgano de combate que obra sobre el frente interior de la guerra civil. No juzga al enemigo, sino que lo extermina; ni perdona al que est al otro lado de la barricada, sino que lo aplasta. No es difcil representarse cmo debe obrarse en realidad ese exterminio sin piedad, cuando en lugar del cdigo muerto de las leyes, reina solamente la experiencia revolucionaria y la conciencia. La conciencia es subjetiva, y la experiencia deja sitio forzosamente a la voluntad, que toma formas irritantes segn la calidad de los jueces... 3 . No hagamos la guerra contra las personas en particular (escribi el dirigente comunista Latsis), exterminemos la burguesa como clase. No busquis en la encuesta de los documentos y de las pruebas lo que ha hecho el acusado en obras o en palabras contra la autoridad sovitica. la primera pregunta que debis hacerle es: a qu clase pertenece, cul es su origen, su educacin, su instruccin, su profesin 4 . Durante la dictadura sangrienta de Lenin, la comisin de encuesta de Rohrberg, que entr en Kiev despus de la toma de esta ciudad por los voluntarios en agosto de 1919, seala lo siguiente: Todo el suelo de cemento del gran garaje (se trata de la sala de ejecucin de la Checa provincial de Kiev) estaba inundado de sangre; y sta no corra, sino que formaba una capa de algunas pulgadas; era una horrible mezcla de sangre, de sesos, de pedazos de crneos, de mechones de cabellos y dems restos humanos. Todas las paredes, agujereadas con millares de balas, estaban salpicadas de sangre, y pedazos de sesos y de cuero cabelludo estaban pegados en ellas. Una zanja de 25 centmetros de ancho por 25 de hondo y de unos 10 metros de largo, iba del centro del garaje a un local prximo, donde haba un tubo subterrneo de salida. Esa zanja estaba completamente llena de sangre. De ordinario, inmediatamente despus de la matanza, transportaban fuera de la ciudad los cuerpos en camiones, automviles o en furgones y los enterraban en una fosa comn. En un rincn del jardn topamos con otra fosa ms antigua que contena unos ochenta cuerpos; y all descubrimos en los cuerpos seales de crueldades y mutilaciones, las ms diversas e inimaginables. All yacan cadveres destripados; otros tenan varios miembros amputados; algunos estaban descuartizados; y otros los ojos sacados, y la cabeza, la cara, el cuello y el tronco cubiertos de profundas heridas. Ms lejos encontramos un cadver con una cua clavada en el pecho; y otros no tenan lengua. En un rincn de la fosa descubrimos muchos brazos y piernas separados del tronco 5 . La enorme cantidad de cadveres que ha amontonado en su haber y sigue amontonando en trminos espantosos el socialismo comunista de Marx, quiz no se llegar a conocer nunca, pero rebasa todo lo imaginable. No es posible saber con exactitud el nmero de vctimas. Todos los clculos son inferiores a la realidad. En el diario de Edimburgo, `The Scotsmandel 7 de noviembre de 1923, da el profesor sarolea las cifras siguientes: 28 obispos; 1.219 sacerdotes; 6.000 profesores y maestros; 9.000 doctores; 54.000 oficiales; 260.000 soldados; 70.000 policas; 12.950 propietarios; 355.250 intelectuales y profesionales liberales; 193.290 obreros y 815.000 campesinos . 3 S. P. Melgunov, La terreur rouge en Russie: de 1918 a 1923 (El terror rojo en Rusia). Payot, 1927. 4 Latsis, El terror rojo del 19 de noviembre de 1918. 5 S. P. Melgunov, obra citada, p. 161. 16. CAPTULO I: EL COMUNISMO ASESINOY DESTRUCTOR 16 16 La comisin de informacin de Denikin sobre las intrigas bolcheviques durante el perodo 1918-1919, en un ensayo sobre el terror rojo, cont en slo estos dos aos, un milln setecientas mil vctimas 6 . Ev. Kommin, en el Roul del 3 de agosto de 1923, hace la siguiente consideracin: Durante el invierno de 1920 la URSS comprenda 52 gobiernos, con 52 comisiones extraordinarias (Tchecas), 52 secciones especiales y 52 tribunales revolucionarios. Adems de innumerables `Erte-Tchecas , redes de transporte, tribunales de ferrocarriles, tribunales de tropas de seguridad interior. A esta lista de cmaras de tortura hay que aadir las secciones especiales, o sea, 16 tribunales de ejrcito y divisin. Entre todo, hay que contar mil cmaras de tortura, y si se toma en consideracin que en ese tiempo existan comisiones cantonales, hay que contar ms. Luego, los muchos gobiernos de la URSS aumentaron; la Siberia; la Crimea, y el Extremo Oriente fueron conquistados. El nmero de Tchecas (comisiones) aument en proporcin geomtrica . Segn los datos soviticos (en 1920, cuando no haba disminuido el terror y no se haban reducido las informaciones), se poda establecer una cifra media al da para cada tribunal; la curva de las ejecuciones se eleva de uno a cincuenta (en los grandes centros), y hasta ciento en las regiones recientemente conquistadas por el ejrcito rojo. Las crisis del terror eran peridicas, y luego cesaban; de manera que puede fijarse el nmero (modesto) de cinco vctimas diarias...que, multiplicado por los mil tribunales, dan cinco mil cada da. Y al ao, alrededor de milln y medio 7 . Recordamos estas matanzas inauditas no porque sean las ms cuantiosas en conjunto ni las ms inmisericordes, sino porque al encontrarnos a cuarenta y cinco aos de estas masacres pueden haberse borrado del cuadro actual comunista, incluso para las personas que todava alcanzaron a ser contemporneas de los acontecimientos, y, que viviendo an, se han olvidado de esas tragedias con esa facilidad con que los humanos olvidan no solamente los hechos desagradables que no les afectan directamente, sino aun aquellos de los que fueron vctimas. Desgraciadamente el tiempo ha venido a mostrarnos una superacin verdaderamente demonaca del comunismo en sus actividades asesinas, de las cuales no damos los detalles ni presentamos las monstruosas estadsticas por ser de todos conocidas, mxime que algunas de estas feroces matanzas han sido tan recientes que parecen escucharse todava los gritos de terror de los torturados, los lamentos de los acosados, los estertores de los moribundos yla muda, pavorosa y constante acusacin de los cadveres. Basta recordar las gigantescas y recientes matanzas de Hungra, de Katyn, de Polonia, de Alemania Oriental y de Cuba; las anteriores purgas masivas de Stalin y el aniquilamiento de millones de chinos por el gobierno comunista de Mao Tse-tung. Una estadstica valiosa de las vctimas del comunismo obra en la publicacin titulada Rivelazione dinteresse mondiale , Vermijon, Roma, 1957, reproduciendo a su vez informacin tomada del Russkaja Mysl , peridico ruso publicado en Francia el 30 de noviembre de 1947. Pero aun los ensayos comunistas que no pudieron tener permanencia definitiva, como el del comunista Bela Kun, que de manera rapsdica ocup Hungra a mediados del ao 1919; el de Espaa de 1936 en que los bolcheviques se apoderaron de Madrid y parte de las provincias hispanas, asesinando ms de 16000 sacerdotes, religiosas, religiosos y doce obispos 8 ; y el ensayo, felizmente fracasado, de Alemania de 1918 dirigido por Hugo Haase y que tuvo su mejor realizacin en la Repblica roja de Baviera en 1919, fueron verdaderas orgas de sangre y de bestialidad desenfrenada. Y no hay que olvidar que esta apocalptica tormenta que va formando un henchido cauce de cadveres, sangre y lgrimas, se desploma sobre el mundo con un solo fin: destruir no slo 6 Len de Poncins, obra citada, pp. 164-165. 7 S. P. Melgunov, obra citada, p. 104. 8 Traian Romanescu, La gran conspiracin juda. 3 ed. Mxico, D.F. 1961. p. 272. 17. CAPTULO I: EL COMUNISMO ASESINOY DESTRUCTOR 17 17 a la Iglesia Catlica y a toda la civilizacin.cristiana, sino tambin al Islam, al budismo y a toda religin, menos a una de la que hablaremos despus. Ante este cuadro estremecedor el mundo se pregunta con el corazn oprimido: Quin puede odiar de tal forma criterios cristianos para tratar de destruirlos con saa tan malvada? Quin ha sido capaz de urdir esta sangrienta maquinaria de aniquilacin? Quin puede con tanta insensibilidad dirigir y ordenar este criminal proceso gigantesco? Y la realidad nos contesta, sin lugar a dudas, que son los judos los responsables, como se demostrar ms adelante. 18. 18 Captulo Segundo: LOS CREADORES DEL SISTEMA o cabe la menor duda de que los inventores del comunismo son los judos. Ellos han sido los forjadores de la doctrina sobre la cual se fundamenta todo ese monstruoso sistema que actualmente domina con poder absoluto en la mayor parte de Europa y Asia, que convulsiona a los pases de Amrica y que invade progresivamente a todos los pueblos del mundo como un cncer letal, como un tumor que va comiendo las entraas de las naciones libres, sin que parezca encontrarse un remedio eficaz contra l. Tambin son los inventores y directores de la prctica comunista, de las eficientes tcticas de lucha, de la insensible y precisa poltica inhumana de gobierno y de la agresiva estrategia internacional. Que los tericos comunistas fueron todos judos, es cosa que est plenamente comprobada, pese al sistema que constantemente usaron los judos tanto los tericos como los revolucionarios prcticos- de adquirir a modo de sobrenombre un apellido y un nombre que velara su origen a los ojos del pueblo en donde vivieron. 1.- El fundador del sistema fue, como es sabido, Karl Heinrich Marx; judo alemn, cuyo verdadero nombre era el de Kissel Mordecay, nacido en Treves, Prusia Renana, hijo de un abogado judo. A sus doctrina comunista le dio el nombre de socialismo cientfico, nombre injustificado ya que los hechos han demostrado que ninguna base cientfica tiene muchos de sus postulados bsicos. Antes de su famosa obra El Capital concepcin fundamental del comunismo terico y cuyas ideas se dedic a propagar por el mundo con inagotable actividad hasta su muerte en 1887- haba escrito y publicado en Londres el Manifiesto Comunista en compaa del judo Engels el ao de 1848. Anteriormente, entre 1843 y 1847, haba formulado en Inglaterra cuyos gobiernos en forma extraa lo protegieron- la primera concepcin moderna del nacionalismo hebreo a travs de sus artculos, como el publicado en 1844 en la revista Deustch-Franzsische Jahrbcher titulado Zur Judenfrage (Sobre la cuestin juda) y que tiene una tendencia ultranacionalista juda. 2.- Frederik Engels, creador junto con Marx de la Primera Internacional y colaborador ntimo de Marx. Judo, naci en Barmen, Alemania, siendo su padre un comerciante judo de algodn de la localidad. Muri en 1894.. 3.- Karl Kautski, cuyo verdadero apellido fue Kaus; autor del libro. Los orgenes del cristianismo en donde principalmente combate los fundamentos del cristianismo. Fue el ms importante intrprete de Marx. Public en 1887 Las enseanzas econmicas de Karl Marx para el entendimiento de todos; La matanza de Chisinaw y La cuestin juda en 1903; La lucha de clases, que fue para Mao Tse-tung, en China, el libro fundamental para la instruccin comunista; y la obra intitulada La vanguardia del socialismo, en el ao 1921. Fue tambin el autor del Programa socialista de Ehrfurt, Alemania. Este judo naci en Praga en 1854 y muri en 1938 en La Haya, Holanda. Debido a esos pleitos de familia que surgen con frecuencia entre los dirigentes judos, se vio envuelto con posterioridad en una enconada lucha con Lenin. 4.- Ferdinand Lassalle, judo nacido en Breslau en 1825; despus de haberse mezclado en la revolucin democrtica de 1848, publica en el ao de 1863 su obra titulada Contestaciones abiertas, en la que traza un plan revolucionario para los obreros alemanes. Desde entonces trabaj incansablemente en una intensa campaa socialista tendiente a la rebelin de los obreros, para lo cual publica otra obra con el ttulo de Kapital und Arbeit. Su socialismo, aunque en algunos aspectos difera del de Marx, coincida con ste en sus resultados finales, o sea, suprimir la propiedad privada para ponerla en manos del Estado, controlado por el judasmo, naturalmente. N 19. CAPTULO III: LA CABEZA DEL COMUNISMO 19 19 5.- Eduard Bernstein, judo nacido en Berln en 1850. Sus principales obras son: Suposiciones sobre el socialismo, Adelante socialismo, Documentos del socialismo, Historia y teora del socialismo, Socialdemocracia de hoy en teora y prctica, Los deberes de la socialdemocracia y Revolucin Alemana, todas ellas estructurando la doctrina comunista y fundamentadas en las concepciones de Marx. En 1918 fue nombrado ministro de Hacienda del Estado alemn socialista, que felizmente no lleg a sostenerse sino unos meses. 6.- Jacob Lastrow, Max Hirsch, Edgar Lening, Wirschauer, Babel, Schatz, David Ricardo y otros muchos escritores del comunismo terico, fueron judos. En todos los pases se encuentran casi exclusivamente escritores judos predicando el comunismo a las masas, aunque tratando en muchas ocasiones de proceder con cautela en sus escritos, dndoles siempre un sentido de humanidad y hermandad que ya hemos visto en la prctica lo que significan 9 . Todos los judos anotados por muy tericos que hayan sido- no se han contentado solamente con sentar las bases doctrinarias del socialismo marxista o comunismo, sino que cada uno de ellos ha sido un revolucionario prctico que se ha dedicado en el pas donde se encontraba a preparar, dirigir o ayudar la subversin de hecho, y, como jefes o miembros connotados de asociaciones revolucionarias, han tomado siempre parte activa en el desarrollo del marxismo. Pero aparte de los judos considerados como principalmente tericos, encontramos que casi todos los dirigentes materiales que desarrollan las tcticas comunistas son tambin de esta misma raza y llevan a cabo su cometido con la mxima eficiencia. Por lo pronto, en los pases en donde abort la conjuracin juda comunista ya a punto de estallar o en donde el marxismo se apoder del gobierno inicialmente, aunque despus haya sido expulsado, los datos verdicos con que se cuenta hoy en da demuestran la plena y total.responsabilidad juda. Como ejemplos incontrovertibles pueden sealarse dos movimientos de este tipo: A.) Alemania en 1918 es teatro de una revolucin comunista dirigida por los judos. La Repblica de los Consejos de Munich era juda, como, lo prueban sus jefes Liebknecht, Rosa Luxemburgo, Kurt Eisner y otros muchos. A la cada del imperio, los judos se apoderaron del pas y el gobierno alemn queda dominado por los judos: Haase (ministro de estado) y Landsberg, apareciendo con ellos Kautski, Kohn y Herzfeld. El ministro de Hacienda, tambin judo, tiene como ayudante al judo Bernstein y el del Interior, Preuss, tambin judo, busca la colaboracin de su hermano de raza el doctor Freund quien lo auxilia en sus labores.Kurt Eisner, presidente de la Repblica Bvara de los Consejos, fue el jefe de la revolucin bolchevique de Munich. Once hombrecillos hicieron la revolucin deca Kurt Eisner en la embriaguez del triunfo a su colega el ministro Auer-. Es muy justo conservar el recuerdo imperecedero de estos hombrecillos, que son los judos: Max Lwenberg, el doctor Kurt Rosenfeld, Gaspar Wollheim, Max Rotschild, Carlos Arnold, Kranold, Rosenhek, Birnbaum, Reis y Kaisser. Los diez, con Kurt Eisner van Israelovitch, estaban al frente del `tribunal revolucionario de Alemania . Los once son francmasones y pertenecan a la logia secreta nmero 11, que tena su asiento en Munich, Briennerstrasse 51 10 . El primer gabinete de Alemania en 1918 estaba compuesto por los judos: 1.- Preuss, ministro de Gobernacin. 2.- Freund, ministro de Gobernacin. 3.- Landsberg, Hacienda. 9 Datos tomados de Traian Romanescu, obra citada, pp. 19-23. 10 Monseor Jouin, Le pril judo-maonnique (El peligro judeo-masnico). (5 vols. 1919-1927). Vol. I, p. 161. 20. CAPTULO III: LA CABEZA DEL COMUNISMO 20 20 4.- Karl Kautski, Hacienda. 5.- Schiffer, Hacienda. 6.- Eduard Bernstein, secretario del Tesoro del Estado 7.- Fritz Max Cohen, jefe del servicio oficial de informaciones. (Este judo era antes corresponsal del diario judo Frankfurter Zeitung). El segundo gobierno `socialista alemn de 1918 estaba integrado por los judos: 1.- Hirsch, ministro de Gobernacin. 2.- Rosenfeld, ministro de Gracia y Justicia. 3.- Futran, Enseanza. 4.- Arndt, Enseanza. 5.- Simn, secretario de Hacienda. 6.- Kastenberg, director del negociado de las Colonias. 7.- Stathgen, ministro de Fomento. 8.- Meyer-Gerhardt, director del Negociado de las Colonias. 9.- Wurm, secretario de Alimentacin. 10.- Merz, Weil, Katzenstein, Lwenberg, Frnkel, Schlesinger, Israelowitz, Selingsohn, Laubenheim, etc., ocupaban altos cargos en los ministerios. Entre los otros judos que controlaban los sectores vitales del estado alemn, derrotado por la intervencin americana en la guerra, se encontraban en 1918 y ms tarde: 1.- Kohen, presidente del Comit de los Soldados y los Obreros Alemanes (similar al sovitico de los Soldados y Obreros de Mosc, el mismo ao). 2.- Ernst, presidente de la Polica de Berln. 3.- Sinzheimer, presidente de la Polica de Frankfurt. 4.- Lewy, presidente de la Polica de Hessen. 5.- Kurt Eisner, presidente del Estado de Baviera. 6.- Jaffe, ministro de Hacienda del Estado de Baviera. 7.- Brentano, ministro de Industria, Comercio y Trfico. 8.- Talheimer, ministro de Wrtenberg. 9.- Heimann, otro ministro de estado de Wrtenberg. 10.- Fulda, Gobierno de Hessen. 11.- Theodor Wolf, redactor jefe del peridico `Berliner Tangenblatt. 12.- Gwinwer, director del `Deutsche Bank . 11 El pueblo de Estados Unidos fue engaado por su presidente francmasn Wilson y jams pens que su intervencin en la Primera Guerra Mundial iba a tener por resultado entregar a Alemania al dominio de los judos. B).- Hungra en 1919: el 20 de marzo de 1919, el judo Bela Kun (Cohn), se apodera de Hungra y proclama la Repblica Sovitica Hngara a la que sumerge a partir de ese momento en un horripilante mar de sangre. Con l (Bela Kun), 26 comisarios componan el nuevo gobierno y de stos, 18 eran israelitas. Proporcin inaudita, si se tiene en cuenta que en Hungra haba un milln y medio de israelitas sobre 22 millones de habitantes. Los 18 comisarios tenan en sus manos la direccin efectiva del poder, y los ocho comisarios cristianos no podan hacer nada 12 . Ms del 90% de los miembros del gobierno y de los hombres de confianza de Bela Kun fueron tambin judos. He aqu la lista de los miembros del gobierno de Bela Kun: 1.- Bela Kun, secretario general del Gobierno, judo. 2.- Sandor Gabai, presidente `oficial del Gobierno, usado por los judos como pantalla; hngaro. 3.- Peter Agoston, lugarteniente del secretario general; judo. 4.- Dr. E. Landler, comisario del pueblo para Asuntos Interiores; judo. 11 Traian Romanescu, obra citada, pp. 259-260. 12 J. J. Tharaud, Causerie sur Isral. Marcelle Lesage, 1926. p. 27. 21. CAPTULO III: LA CABEZA DEL COMUNISMO 21 21 5.- Bela Vago, lugarteniente de Landler; judo apellidado Weiss. 6.- E. Hamburger, comisario para la Agricultura; judo. 7.- Vantus, lugarteniente de Hamburger; judo. 8.- Czismadia, lugarteniente de Hamburger; judo. 9.- Nyisztor, lugarteniente de Hamburger; hngaro. 10.- Varga, comisario para los Asuntos Financieros; judo llamado Weichselbaum. 11.- Szkely, lugarteniente de Varga; judo llamado Schlesinger. 12.- Kunfi, comisario para la Educacin; judo llamado Kunstater. 13.- Lukacs, lugarteniente de Kunfi; judo llamado en realidad Lwinger, hijo del director general de una casa bancaria de Budapest. 14.- D. Bokanyi, comisario para el Trabajo; hngaro. 15.- Fiedler, lugarteniente de Bokanyi; judo. 16.- Jozsef Pogany, comisario para la Guerra; judo llamado en realidad Schwartz. 17.- Szanto, lugarteniente de Pogany; judo llamado Schreiber. 18.- Tibor Szamuelly, lugarteniente de Pogany; judo llamado Samuel. 19.- Matyas Rakosi, comisario para el Comercio; judo llamado en realidad Matthew Roth Rosenkranz. Dictador comunista en la actualidad. 20.- Ronai, comisario para la `Justicia. 21.- Ladai, lugarteniente de Ronai; judo. 22.- Erdelyi, comisario para el Abastecimiento; judo llamado Eisenstein. 23.- Vilmos Boehm, comisario para la Socializacin; judo. 24.- Hevesi, lugarteniente de Boehm; judo llamado Honig. 25.- Dovsak, segundo lugarteniente de Boehm; judo..26.- Oszkar Jaszai, comisario para las Nacionalidades; judo de nombre Jakubovits. 27.- Otto Korvin, comisario para la Investigacin Poltica; judo llamado Klein. 28.- Kerekes, fiscal del Estado; judo llamado Krauss. 29.- Biro, jefe de la Polica Poltica; judo llamado Blau. 30.- Seider, ayudante de Biro; judo. 31.- Oszkar Faber, comisario para la Liquidacin de los Bienes de la Iglesia; judo. 32.- J. Czerni, comandante de la banda terrorista conocida con el nombre de Los jvenes de Lenin; hngaro. 33.- Ills, comisario superior de Polica; judo. 34.- Szabados, comisario superior de Polica; judo llamado Singer. 35.- Kalmar, comisario superior de Polica; judo alemn. 36.- Szab, comisario superior de Polica; judo ruteno llamado en realidad Schwarz. 37.- Vince, comisario popular de la ciudad de Budapest; judo llamado en realidad Weinstein. 38.- M. Krauss, comisario popular de Budapest; judo. 39.- A. Dienes, comisario popular de Budapest; judo. 40.- Lengyel, presidente del Banco Austro-Hngaro; judo llamado Levkovits. 41.- Laszlo, presidente del Tribunal Revolucionario Comunista; judo llamado en realidad Lwy 13 En este gobierno que ocup temporalmente Hungra, sobresalen por sus innumerables crmenes y depredaciones, adems del mismo Bela Kun, que recorra el pas en un lujoso coche con su eficiente secretaria juda R. S. Salkind, alias Semliachkay-, y una gran horca instalada en el vehculo a manera de distintivo; y el jefe de la checa hngara, el judo Szamuelly, que viajaba por Hungra en su tren particular sembrando el terror y la muerte, segn lo describe un testigo de la poca: Aquel tren de la muerte atravesaba rugiendo la negrura de las noches hngaras; donde se detena haba hombres colgados de los rboles y sangre que corra por el suelo. A lo largo de 13 Traian Romanescu, obra citada, pp. 203-205. 22. CAPTULO III: LA CABEZA DEL COMUNISMO 22 22 la va, se vean cadveres desnudos u mutilados. Szamuelly, dicta sus sentencias en aquel tren, y nadie que se vea obligado a subir a l podr contar nunca lo que vio. Szamuelly vive en l constantemente. Una treintena de terroristas escogidos velan por su seguridad. Verdugos seleccionados le acompaan. El tren est compuesto de dos coches- saln, de dos coches de primera clase, que ocupan los terroristas, y de dos coches de tercera para las vctimas. All se perpetran las ejecuciones. La tarima de estos coches est manchada de sangre. Los cadveres son arrojados por las ventanillas, mientras Szamuelly, cmodamente sentado en el despacho coquetn de su departamento tapizado de damasco rosa y adornado con lunas biseladas, con un gesto de la mano decide la vida o la muerte 14 . El peridico italiano La Divina parola (La Divina Palabra) del 25 de abril de 1920, resalta cmo en Hungra: ...durante la reaccin antibolchevique contra el israelita Bela Kun, fueron encontrados cadveres de frailes amontonados confusamente en unos subterrneos. Los diplomticos extranjeros llamados por el pueblo para constatarlo con sus propios ojos, han atestiguado que vieron muchos cadveres de religiosos y religiosas que tenan clavado en el corazn el crucifijo que solan llevar sobre el pecho. 14 Ccile de Tormay, Le livre proscrit (El libro proscrito). Plon Nourrit, 1919. p. 204. 23. 23 Captulo Tercero: LA CABEZA DEL COMUNISMO o cabe la menor duda de que la teora marxista (comunista) es obra juda, como lo es tambin toda accin encaminada a poner en prctica esta doctrina y los millones de asesinatos cometidos. Los directores y organizadores de cualquier movimiento comunista anterior al establecimiento definitivo del bolchevismo en Rusia fueron judos en su casi totalidad, como tambin la gran mayora de los dirigentes materiales de las revoluciones a que dieron origen. Pero en Rusia, primer pas en donde triunf definitivamente el bolchevismo y que ha sido y es en estos momentos el centro motor de la comunizacin mundial, la paternidad juda del sistema, de la organizacin y de la prctica sovitica no deja tampoco lugar a error. De acuerdo con los datos incontrastables, plenamente demostrados y aceptados por todos los escritores imparciales que han tratado este tema, la obra comunista de los hebreos en la nacin de los zares, queda tan patente, que sera vano empeo negarles este ominosos triunfo en exclusiva. Basta con recordar los nombres de los que formaron los gobiernos y los principales organismos directivos en la Unin Sovitica para saber a qu atenerse, ante la clara y rotunda demostracin de los hechos. I. MIEMBROS DEL PRIMER GOBIERNO COMUNISTA DE MOSC (1918) (Consejo de Comisarios del Pueblo) 1.- Ilich Ulin (Vladimir Ilich Ulianov o Nicols Lenin), presidente del Soviet Supremo; judo en la lnea materna. Su madre se llamaba Blank, juda de origen alemn. 2.- Lew Davidovich Bronstein (Len Trotsky), comisario del Ejrcito Rojo y de la Marina; judo. 3.- Iosiph David Vissarionovich Djugashvili-Kochba (Jos Vissarionovich Stalin), comisario de las Nacionalidades; descendiente de judos georgianos. 4.- Chicherin, comisario para los Asuntos Exteriores; ruso. 5.- Apfelbaum (Grigore Zinoviev), comisario para los Asuntos Interiores; judo. 6.- Kohen (Volodarsky), comisario de la Prensa y Propaganda; judo. 7.- Samuel Kaufman, comisario para los Terrenos del Rstado; judo. 8.- Steinberg, comisario de Justicia; judo. 9.- Schmidt, comisario de la Prensa y Propaganda; judo. 10.- Ethel Knigkisen (Lilianan), comisaria del Abastecimiento; juda. 11.- Pfenistein, comisario para el Acomodo de los refugiados; judo. 12.- Schlichter (Vostanolenin), comisario para los Encuartelamientos (traspasos de casas particulares a los rojos); judo. 13.- Lurie (Larin), presidente del Soviet Econmico Superior; judo. 14.- Kukor (Kukorsky), comisario de la Economa; judo. 15.- Spitzberg, comisario de la Economa; judo. 16.- Urisky (Radomilsky), comisario para las `Elecciones; judo. 17.- Lunacharsky, comisario de Enseanza Pblica; ruso. 18.- Simasko, comisario para la Higiene; judo. 19.- Protzian, comisario para la Agricultura; armenio 15 . En el apndice existente al final de este volumen se insertan las interesantes e ilustrativas listas de los funcionarios judos de todos los cuerpos gubernativos de la Unin Sovitica, del Partido Comunista, del Ejrcito Rojo, de la Polica Secreta, sindicatos, etc. 15 Traian Romanescu, obra citada, p. 143. N 24. CAPTULO III: LA CABEZA DEL COMUNISMO 24 24 De un total de 502 cargos de primer rango en la organizacin y direccin de la Revolucin comunista de Rusia y en la direccin del Estado sovitico durante sus primeros aos de existencia, nada menos que 459 puestos han sido ocupados por judos, mientras que solamente 43 de estos cargos, por cristianos de diversos orgenes. Quines son los que han hecho realmente esta horrorosa revolucin? Los cristianos?. Otra estadstica, publicada al parecer por el peridico contrarrevolucionario ruso Le Ruse Nationaliste, despus del triunfo de los judeo-comunistas en Rusia, indica que de un nmero de 554 dirigentes comunistas de primer orden, en diversos cargos, han sido: Judos 447 Lituanos 43 Rusos 30 Armenios 13 Alemanes 12 Finlandeses 3 Polacos 2 Georgianos 2 Checos 1 Hngaros 1 16 Durante la Segunda Guerra Mundial y posteriormente hasta nuestros da, la pandilla judaica que gobierna la Unin de Repblicas Socialistas Soviticas sigue siendo muy numerosa, pues sus nombres estn encabezados por el mismo Stalin, que durante algn tiempo se ha considerado como georgiano de pura cepa y se ha venido a descubrir que es de raza juda, porque Djugashvili, que es un apellido, significa hijo de Djou y Djou es una pequea isla de Persia hacia donde emigraron muchos judos marranos portugueses exiliados, que posteriormente pasaron a Georgia. Actualmente est totalmente comprobado que Stalin tena sangre juda, aunque l jams haya confirmado o desmentido los rumores que comenzaban a correr al respecto17 . Veamos una lista de los funcionarios soviticos judos en el gobierno de Stalin. 1.- Zdanov (Yadanov); judo, llamado en realidad Liphshitz, ex-comandante de la defensa de Leningrado durante la guerra; miembro del Politbur hasta 1948 y uno de los autores de la resolucin que exclua a Tito del Cominform en 1948; muerto poco ms tarde. 2.- Lavrenty Beria; judo, jefe de la M.V.D. (polica secreta) y de la Industria Pesada sovitica, miembro de la Industria Atmica sovitica; ejecutado por orden de Malenkov por el mismo motivo que Stalin liquid a Yagoda. 3.- Lazar Kaganovich; judo, jefe de la Industria Pesada sovitica; miembro del Politbur desde 1944 hasta 1952; luego miembro del Presidium y actualmente presidente del Presidium Supremo de la URSS. 4.- Malenkov (Georgi Maximilianovich Malenk), miembro del Politbur y Orgbur hasta 1952; despus miembro del Presidium Supremo; presidente del Consejo de Ministros tras la.muerte de Stalin; ministro del gobierno de Bulganin desde 1955. Es judo de Ornenburg, no cosaco como se afirma. El nombre de su padre, Maximilian Malenk, es tpicamente judo ruso. Hay despus un detalle muy importante que descubre el verdadero origen de Malenkov y tambin el de Khruschev. La actual esposa de Melenkov es la juda Pearl-Mutter, conocida como la `camarada Schemschuschne , que ha sido ministra (comisaria) de la Industria del Pescado en el gobierno sovitico en 1938...No existe una biografa oficial de Malenkov y esto se debe seguramente a que no quiere que se descubra su origen judo. 5.- Nicols Salomn Khruschev, actual jefe del Partido Comunista sovitico; miembro del Politbur desde 1939, es decir, el ao en que Malenkov fue elegido miembro del Orgbur. Es 16 Traian Romanescu, obra citada, p. 161. 17 Bernard Hutton, revista francesa Constellation, marzo de 1962, no. 167. p. 202. 25. CAPTULO III: LA CABEZA DEL COMUNISMO 25 25 hermano de la esposa de Malenkov, o sea, de la juda Pearl-Mutter. Khruschev es judo y se apellida en realidad Pearl-Mutter. 6.- Mariscal Nicolai Bulganin, actual primer ministro sovitico; ex-funcionario de un banco, fue uno de los diez judos miembros del comisariado para la Liquidacin de los Bancos particulares de 1919. 7.- Anastasio Iosifovich Mikoyan, miembro del Politbur desde 1935; miembro del Presidium Supremo desde 1952; ministro de Comercio y vice-presidente en el gobierno de Malenkov. Es judo de Armenia y no armenio autntico como se cree. 8.- Kruglov; judo, jefe de la M. V. D. (polica secreta) despus de Beria. Por orden de Kruglov fueron puestos en libertad los mdicos judos arrestados en 1953 por Riumin; sub- jefe de la polica durante el mandato de Beria. Al morir Stalin surgieron esos pleitos de familia entre judos que estallan a veces por ambiciones de mando. El judo Beria fue asesinado por sus hermanos israelitas del gobierno de Mosc, como aos antes los judos Stalin, Vishinsky, Kaganovich y socios haban mandado matar a los judos Trotsky, Zinoviev, Kamenev, Radek, Bujarin y a miles de sus partidarios israelitas en la lucha intestina, verdadera guerra civil ocurrida en el seno del judasmo. Guerra que ambas facciones hebreas sostuvieron entre s por el control de la infeliz Rusia y del comunismo internacional. 9.- Alejandro Kosygin; judo; fue miembro del Politbur hasta 1952, despus suplente en el Presidium Supremo y ministro de la Industria Ligera y de Alimentacin en el gobierno de Malenkov. (Cuando se imprime esta edicin mexicana es ya primer ministro del Gobierno Sovitico, despus de haber participado en el derrocamiento del israelita Nikita Salomn Khruschev, en otro pleito entre judos comunistas por ambiciones de mando).* *(Nota del editor: Esta aclaracin corresponde a la 1 ed. mexicana de Complot contra la Iglesia, Mxico, D. F.: Ed. Mundo Libre, 1968). 10.- Nicols Schvernik, miembro del Politbur hasta 1952; luego miembro del Partido Supremo y miembro del Presidium del Comit Central del Partido Comunista; judo. 11.- Andr Andreievich Andreiev, que era conocido como el `Politburcrato de las 3 A; miembro de Politbur entre 1931 y 1952; judo de Galitzia, Polonia; utiliza seudnimo ruso. 12.- P. K. Ponomarenko; judo; miembro del Orgbur en 1952; despus miembro del presidium Supremo y ministro de Cultura en el gobierno de Malenkov, 1953; judo. 13.- P. F. Yudin (Iuden), miembro suplente del Presidium Supremo y titular del ministerio de Materiales de Construccin en el gobierno de Malenkov, 1953; judo. 14.- Mihail Pervukin; judo, miembro del Presidium del Comit Central del Partido Comunista desde 1953. 15.- N. Schalatin, potentado en el sub-secretariado del Comit Central del Partido Comunista; judo. 16.- K. P. Gorschenin; judo, ministro de Justicia en el gobierno de Malenkov. 17.- D. Ustinov (Zambinovich); judo, embajador sovitico en Atenas, Grecia, hasta la Segunda Guerra Mundial. Ministro de Defensa en el gobierno de Malenkov. 18.- V. Merkulov, ministro del Control del Estado en el tiempo de Malenkov; judo. 19.- A. Zasyadko, ministro de la Industria del Carbn con Malenkov; judo. 20.- Cherburg, jefe de Propaganda sovitica; judo. 21.- Milstein, uno de los jefes del Espionaje sovitico en Europa; judo. 22.- Ferentz Kiss, jefe del Servicio de espionaje sovitico en Europa; judo. 23.- Potschrebitscher (Poscrevichev), ex-secretario particular de Stalin; actualmente jefe de los Archivos secretos del Kremlin; judo. 24.- Ilya Ehremburg, diputado de Mosc en el Soviet Supremo; escritor comunista; judo. 25.- Mark Spivak, diputado de Stalino (Ucrania) en el Soviet Supremo de Mosc; judo. 26. CAPTULO III: LA CABEZA DEL COMUNISMO 26 26 26.- Rosala Goldenberg, diputada de Birobidjan en el Soviet Supremo de Mosc; judo. 27.- Ana E. Kaluger, diputada de Besarabia en el Soviet Supremo; juda. Su hermano, llamado ahora no Kaluger sino Calugaru en rumano, es un potentado comunista en la administracin de Rumania. Tambin Kalinin, presidente ttere durante el gobierno de Stalin, muerto hace tiempo, era judo 18 . Ya es bien sabido que fue una gran falsedad el antisemitismo de Stalin y que la matanza de los judos trotskistas, zinovietistas y bujarinistas que llev a cabo para asegurarse en el poder, se realiz por otros judos. En ltima instancia, la lucha entre el judo Trotsky y el judo Stalin, fue una contienda entre bandos judos por el control del gobierno comunista que ellos crearon; simplemente un pleito de familia. Sirva de prueba la siguiente lista de comisarios de Asuntos Exteriores, cuando Stalin se deshaca de cuantos judos eran peligrosos para su poder personal. 1.- Maxim Maximovich Litvinoff, ministro sovitico de Asuntos Exteriores hasta 1939 cuando fue reemplazado por Molotov; ocupando despus altos cargos en el mismo ministerio hasta su muerte en febrero de 1952. Naci en Polonia, hijo del `bankleark (agente de banca) judo Meer Genokh Moiseevich Vallakh. Para ocultar su verdadero nombre Maxim Moiseevich Vallakh (Litvinoff) utiliz durante su carrera varios seudnimos entre ellos Finkelstein, Ludwig Nietz, Maxim Harryson, David Mordecay, Flix y por fin cuando lleg a potentado en el rgimen comunista de Rusia adopt el de Litvinoff o Litvinov. Cuando este judo fue reemplazado por Molotov en 1939, la judera del mundo occidental y toda la prensa judeo-masnica comenzaron a gritar que haba sido alejado por Stalin `porque era judo ; pero no dijeron despus que Litvinov qued en el ministerio hasta su muerte. Para qu decirlo si esto no interesaba a la conspiracin?. En las memorias de Litvinov publicadas despus de su muerte, est escrito que en su opinin nada cambiar en Rusia sovitica despus de la muerte de Stalin. En efecto, Stalin muri un ao despus que Litvinov y nada cambi en la poltica interior y exterior sovitica. Lo que en Occidente llaman cambios en la poltica de la URSS no son ms que sencillos engaos de propaganda, adecuados a las necesidades del plan de dominacin mundial de los judos. Nada ha cambiado tras la muerte de Stalin. Hay un poco de agitacin debido a la falta de un nuevo jefe nico del calibre de Stalin o Lenin; eso es todo. Por esto, los conspiradores judeo-masones de Occidente quieren pintar al tenebroso cuervo sovitico-comunista con colores brillantes de `pacifismo, `coexistencialismo, `humanizacin, etc., para presentarlo al mundo como algo inofensivo... Cuando Litvinov afirm que nada cambiara con la muerte de Stalin saba muy bien que esto ocurrira, porque Stalin no era ms que uno de los trabajadores de la banda judaica que dirige a la URSS, y que despus de ste se quedaran otros judos para seguir el plan de.dominacin mundial en el que colaboran Bulganin, Baruch, Reading, Thorez, Mendes France, David Ben Gurin y otros muchos. Continuando la lista de los judos en el ministerio de Asuntos Exteriores de la URSS tenemos a: 2.- Andrs Ianuarevich Vishinsky, muerto ya; fue ministro del Exterior de la URSS antes de la muerte de la muerte de Stalin; despus, delegado permanente de la Unin Sovitica en la ONU, donde no perda oportunidad para lanzar palabrotas contra los pases no comunistas tal como lo haca cuando era `juez popular. Su nombre judo era Abraham Ianuarevin (Este judo fue fiscal en los procesos que condenaron a muerte a sus hermanos de raza juda que constituan la vieja guardia revolucionaria de Lenin y que fueron asesinados por Stalin y su pandilla tambin juda en la lucha por el poder en Rusia). 3.- Jacob Malik, representante sovitico ante la ONU y gran personaje en la jerarqua diplomtica sovitica; judo. 18 Traian Romanescu, obra citada, pp. 174-176. 27. CAPTULO III: LA CABEZA DEL COMUNISMO 27 27 4.- Valerian Zorin, un tiempo embajador en Londres y tambin gran figura de la diplomacia sovitica que cambia de cargo segn las necesidades. 5.- Andrei Gromyko, diplomtico judo de Galitzia; hoy, ministro de Asuntos Exteriores de la URSS. 6.- Alejandro Panyushkin, ex-embajador sovitico en Washington; embajador en Pekn en 1955, considerado como el verdadero dictador de la China Roja hasta que Mao Tse-tung, fiel al stalinismo, se rebel contra Khruschev cuando ste traicion al dicho stalinismo. 7.- Zambinovich (Ustinov), embajador en Atenas hasta 1940; judo. 8.- Almirante Radionovich, embajador en Atenas entre 1945 y 1946, o sea hasta cuando se prepar el `golpe de Estado comunista en Grecia; judo. 9.- Constantin Umansky, enviado a Washington durante la Segunda Guerra Mundial y despus potentado en el ministerio de Asuntos Exteriores de Mosc; judo. 10.- Dimitri Manuilsky, ex-representante en Ucrania y en la ONU; ex-presidente de Ucrania; judo. 11.- Ivan Maisky, embajador en Londres durante la guerra; luego alto funcionario del ministerio de Asuntos Exteriores en Mosc; judo. 12.- Madame Kolontay; juda; embajadora en Estocolmo hasta su muerte en marzo de 1952. (Antes estuvo en Mxico. Su familia hebrea se haba mezclado con la aristocracia rusa a la que traicion, como lo han hecho todos esos judos infiltrados en la nobleza por medio de matrimonios mixtos o por ttulos de nobleza obtenidos por servicios prestados a los reyes, los cuales sin darse cuenta minaron en esa forma la fuerza de la nobleza de sangre, facilitando al judasmo su control; como ocurri en Inglaterra o el derrocamiento de las monarquas como sucedi en otros pases). 13.- Daniel Solod, embajador en El Cairo en 1955. Este, ayudado por un grupo de judos afiliados al cuerpo diplomtico en El Cairo, dirige la conspiracin israelita dentro del mundo rabe bajo la proteccin diplomtica sovitica, sin que el gobierno egipcio se d cuenta. Este gobierno no debera olvidar que David Ben Gurin, primer ministro de Israel y tambin Golda Meyerson, ministra de Israel en Mosc, son judos rusos como D. Solod 19 . No debe olvidarse que fue el judo Yagoda, jefe en esos das de la polica secreta de Stalin, el que dirigi con su equipo de verdugos israelitas la matanza de los judos enemigos de Stalin en la URSS. Actualmente, segn los datos comprobados entre el 80% y el 90% de los puestos clave en todos los ministerios de Mosc y de las dems repblicas soviticas estn ocupados por judos. El Duque de la Victoria despus de minucioso estudio concluye: No creo que pueda haber duda del origen de todos los que dirigieron y ocuparon los primeros puestos en Mosc desde los primeros momentos de la revolucin; lo lamentable para.los rusos es que despus del tiempo transcurrido estn muchsimo peor, porque ha aumentado de una manera alarmante la cantidad de judos que existen en Rusia y todos los principales puestos directivos estn en sus manos... 20 . Al igual que Rusia, los pases de Europa en donde el bolchevismo se ha enseoreado, han sido totalmente dominados por la minora juda que aparece siempre dirigiendo el gobierno comunista con mano frrea, criminal e inmisericorde, para lograr la total esclavitud de los ciudadanos autctonos por un grupo insignificante de judos. Pero ms convincente que cualquier argumento, es pasar revista a los principales dirigentes de las dictaduras socialistas europeas que se encuentran siempre en manos de los israelitas. haremos mencin de los principales. A.- HUNGRA: 19 Traian Romanescu, obra citada, pp. 176-178. 20 Duque de la Victoria, Israel manda. Mxico: Editora Latino Americana, S.A., 1955. pp. 287-288. 28. CAPTULO III: LA CABEZA DEL COMUNISMO 28 28 1.- El jefe comunista ms importante desde que el pas fue ocupado por las tropas soviticas es Mathias Rakosi; israelita cuyo verdadero nombre es Mathew Roth Rosenkranz, nacido en el ao 1892 en Szabadka. 2.- Frenk Muennich; judo, primer ministro de Hungra en 1959, despus de Janos Kadar. 3.- Ern Ger, ministro del Interior hasta 1954; judo. 4.- Szebeni, ministro del Interior antes del judo Ger, israelita. 5.- General Laszlo Kiros, ministro del Interior desde julio de 1954; al mismo tiempo jefe de la A.V.O. (polica secreta) correspondiente hngara de la M.V.D. sovitica; judo. 6.- General Peter Gabor, jefe de la Polica Poltica comunista de Hungra hasta 1953; judo, llamado en realidad Benjamin Ausspitz, antiguo sastre de Storaljaujhely, Hungra. 7.- Varga, secretario de Estado para la Economa Planificada; judo, llamado en realidad Weischselbaum; ex-ministro del gobierno de Bela-Kun. Tambin presidente del Consejo Superior Econmico. 8.- Beregi, ministro de Asuntos Exteriores. 9.- Julius Egry, ministro de Agricultura de la R.P.H.; judo. 10.- Zoltan Vas, presidente del Consejo Superior Econmico; judo llamado en realidad Weinberger. 11.- Josef Revai, dictador de la prensa hngara y director del peridico rojo `Szabad Nep (El pueblo libre); judo, llamado en realidad Moiss Kahna. 12.- Rvai (otro), ministro de Educacin Nacional; judo, llamado Rabinovits. 13.- Jozsef Ger, ministro de Comunicaciones; judo, llamado Singer. 14.- Mihly Farkas, ministro de Defensa Nacional; judo, llamado Freedmann. 15.- Veres, ministro de Estado; judo. 16.- Vajda, ministro de Estado; judo. 17.- Sznt, comisario para la Depuracin, encviado desde Mosc en 1951; judo, llamado Schreiber; ex-ministro del gobierno de Bela Kun. 18.- Gyula Dssi, ministro de `Justiciahasta 1953; hoy, jefe de la Polica Secreta; judo. 19.- Emil Weil, embajador de Hungra en Washington. Es el doctor judo que tortur al Cardenal Mindszenty. Entre otros potentados judos de marca, hay que mencionar a: 1.- Imre Szirmay, el director de la sociedad magyar de radiodifusin. 2.- Gyula Garay, juez `populardel tribunal comunista de Budapest. 3.- Coronel Caspo, sub-jefe de la Polica Secreta. 4.- Profesor Laszlo Benedek; judo, dictador en cuestiones de enseanza. El nico comunista importante de origen cristiano fue el masn Laszlo Rajk, ex-ministro de Asuntos Exteriores, juzgado y condenado bajo culpa de `traicin por sus `hermanos judos 21 , como.les ha pasado en las dictaduras comunistas a todos los masones de origen cristiano o gentil, engaados por el poder oculto judaico que controla tras bambalinas la fraternidad masnica, que los ha empujado en algunos pases a trabajar por el triunfo de la revolucin socialista, para despus al instaurarse la llamada `dictadura del proletariado irlos matando en las famosas purgas. B.- CHECOSLOVAQUIA: 1.- Clement Gottwald, uno de los fundadores del Partido Comunista en Checoslovaquia y presidente de este pas entre 1948 y 1953; judo, muerto poco despus de Stalin. 2.- Wladimir Clementis, ex-ministro comunista de Asuntos Exteriores de Checoslovaquia, `juzgado y condenado en 1952; judo, vctima de esas pugnas internas surgidas entre los hebreos comunistas. 3.- Vaclav David, el actual ministro de Asuntos Exteriores de Checoslovaquia (1955); judo. 21 Traian Romanescu, obra citada, pp. 206-207. 29. CAPTULO III: LA CABEZA DEL COMUNISMO 29 29 4.- Rudolf Slaski, ex-secretario general del PCCH, `condenado en 1952; judo, llamado Rudolf Salzmann. 5.- Firi Hendrich, el actual secretario general del P.C.; judo. 6.- General Bendric Reicin, `condenado en 1952; judo. 7.- Andrs Simn, `condenado en 1952; judo, llamado Otto Katz. 8.- Gustav Bares, secretario general adjunto del P.C.; judo. 9.- Iosef Frank, ex-secretario general adjunto del P.C., `condenado en 1952; judo. 10.- Karel Schab, ex-ministro de Seguridad, `condenado en 1952; judo 22 . C.- POLONIA: 1.- Boleislaw Beirut, presidente de Polonia hasta 1954; judo. 2.- Iacob Berman, secretario general del P.C.P.; judo. 3.- Iulius Kazuky (Katz), ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, bien conocido por sus discursos violentos en la ONU; judo. 4.- Karl Swierezewsky, ex-viceministro de la Defensa Nacional de Polonia, muerto por los campesinos anticomunistas ucranianos en el sur de Polonia; judo. (No siempre es amorfa la masa del pueblo). 5.- Iosif Cyrankiewicz, primer ministro de Polonia desde 1954, despus de Beirut; judo. 6.- Hillary Mink, vice-primer ministro desde 1954; judo. 7.- Zenon Nowek, segundo primer ministro de Polonia desde 1954; judo. 8.- Zenon Kliszko, ministro de Justicia; judo. 9.- Tadeo Kochcanowiecz, ministro de Trabajo; judo. El nico comunista polaco de origen cristiano, importantes, es Wladislaw Gomulka, que fue alejado de la direccin poltica desde 1949 cuando perdi el cargo de primer ministro, y ms tarde o ms temprano, pasar con l lo que ha pasado con Rajk en Hungra 23 . ltimamente fue repuesto en la direccin del Partido y del Estado. D.- RUMANA: 1.- Ana Pauker; juda, ex-ministra de Asuntos Exteriores de la `Repblica Popular Rumana y agente No. 1 del Kremlin en Rumana hasta el mes de junio de 1952 cuando pas a la sombra, pero libre en Bucarest hasta hoy da. Esta hiena juda llamada originalmente Anna.Rabinsohn, es hija de un rabino judo venido a Rumana desde Polonia. Naci en Moldavia en 1892. 2.- Ilka Wassermann; ex-secretaria particular de Anna Pauker; actualmente la verdadera dirigente del ministerio de Asuntos Exteriores; juda. 3.- Iosif Kisinevsky, el actual agente No. 1 del Kremlin en Rumana; miembro del Comit Central del Partido Comunista y vice-presidente del Consejo de Ministros. Es judo de Bessarabia; su nombre real es Ioska Broitman. Es el verdadero jefe del Partido Comunista en Rusia, aunque `oficialmente el secretario general de este partido es el cerrajero rumano Gheorghe Gheorghiu Dez, que juega un simple papel de pantalla poltica. Kisinevski tom su actual seudnimo del nombre de la ciudad de Kisinau, Bessarabia, donde antes de la llegada del Ejrcito Rojo tena una sastrera; judo. 4.- Teohari Georgescu, ministro de Asuntos Interiores en el gobierno comunista de Bucarest entre 1945 y 1952; en la actualidad est relegado a un cargo secundario, aunque `oficialmente fue `expulsado del Partido Comunista. Est en la misma situacin que Anna Pauker. Su nombre verdadero es Burach Tescovich, y es un judo originario de Galatz, puerto rumano del Danubio. 5.- Avram Bunaciu, es el actual (1955) secretario general del Presidium de la Gran Asamblea Nacional de la `Repblica Popular Rumana, o sea el verdadero jefe de esta 22 Traian Romanescu, obra citada, pp. 210. 23 Traian Romanescu, obra citada, p. 213. 30. CAPTULO III: LA CABEZA DEL COMUNISMO 30 30 asamblea, ya que Petru Groza, el presidente `oficial, es solamente un viejo maniqu, masn, casado con una juda, cuyo papel es puramente decorativo. Avram Bunaciu se llama en realidad Abraham Guttman (Gutman traducido es el nombre correspondiente en rumano a `Bunaciu, o sea el seudnimo adoptado por este judo). 6.- Lotar Radaceanu, otro ministro del gobierno comunista de Bucarest `depuesto en 1952 y reaparecido en la tribuna de honor en 1955. Es judo de Transilvania. Se llama Lothar Wrtzel. Como la palabra `wrtzel traducida al rumano significa `radacina, o sea `raz en castellano, este judo ha transferido sencillamente su nombre hebreo al rumano y se llama ahora `Radaceanu. 7.- Mirn Constantinescu, miembro del Comit central del Partido Comunista y ministro de las Minas y el Petrleo, cambia de vez en cuando sus cargos ministeriales. Es un judo de Galatzi, Rumana, llamado en realidad Mehr Kohn, y usa, como es costumbre en ellos, seudnimo rumano. 8.- General Locotenent Moiss Haupt, comandante de la Regin Militar de Bucarest; judo. 9.- Coronel General Zamfir, jefe de la `Seguridad General comunista de Rumana y el responsable de millares de asesinatos ejecutados por esta polica secreta. Es judo originario del puerto de Braila, sobre el Danubio. Se llama Laurian Rechler. 10.- Heim Gutman, jefe del Servicio Secreto Civil de la `Repblica Popular Rumana; judo. 11.- Mayor General William Suder, jefe del Servicio de Informacin y Contraespionaje del Ejrcito comunista rumano. Es judo llamado Wilman Sder. Ex-oficial del Ejrcito sovitico. 12.- Coronel Roman, ex-director del Servicio E.C.P. (Educacin, Cultura y Propaganda) del Ejrcito rumano hasta 1949, y actualmente ministro en el gobierno comunista. Su nombre judo es Walter. 13.- Alejandro Moghiorosh, ministro de la Nacionalidad en el gobierno rojo; judo de Hungra. 14.- Alejandro Badau, jefe del Servicio de Control de los Extranjeros en Rumana. Es judo originario de la ciudad de Targoviste cuyo nombre autntico es Braunstein. Antes de 1940 su familia tena un gran almacn comercial en Targoviste. 15.- Mayor Lewin, jefe de la censura de la Prensa; judo, ex-oficial del Ejrcito Rojo. 16.- Coronel Holban, jefe de la `Seguridad comunista de Bucarest; judo, llamdo Moscovich. Ex-jefe sindical. 17.- George Silviu, secretario general administrativo del ministerio de Asuntos Interiores; judo, llamado Gersh Golinger. 18.- Erwin Voigulescu, jefe de la divisin de pasaportes en el ministerio de Asuntos exteriores; judo, llamado Erwin Weinberg. 19.- Gheorghe Apostol, jefe de la Confederacin General del Trabajo de Rumana; judo, llamado Gerschwin. 20.- Stupineanu, jefe del Servicio de espionaje Econmico; judo, llamado Stappnau. 21.- Emmerick Stoffel, ministro de la `Repblica Popular Rumana en Suiza; judo de Hungra, especialista en cuestiones bancarias. 22.- Harry Fainaru, `ex-consejero (jefe) de la Legacin comunista rumana en Washington hasta 1954; y actualmente potentado en el ministerio de Asuntios exteriores de Bucarest; judo, llamado Hersch Feiner. Antes de 1940 su familia tena un comercio de cereales en Galatzi. 23.- Ida Szillagy, la verdadera jefa de la Legacin rumana de Londres; juda, amiga de Anna Pauker. 24.- Lazarescu, el `charg d affaires, del gobierno rumano en Pars; judo, llamado en realidad Burach Lazarovich, hijo de un comerciante judo de Bucarest. 25.- Simn Oieru, sub-secretario de estado rumano; judo, llamado Schaffer. 26.- Aurel Baranga, inspector general de la Artes; judo, llamado Ariel Leibovich. 31. CAPTULO III: LA CABEZA DEL COMUNISMO 31 31 27.- Liuba Kisinevski, presidenta de la U.F.A.R. (Unin de mujeres antifascistas `rumanos ); juda, originaria de Cernautzi, Bucovina, llamada en realidad Liuba Broitman, esposa de Iosif Kisinevski, del Comit Central del partido. 28.- Lew Zeiger, director del Ministerio de Economa Nacional; judo. 29.- Doctor Zeider, jurisconsulto del Ministerio de A