6. Significado de algunas doctrinas - SPIGA · Segundo, Dios hizo una cláusula con Adán sobre el...

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SIGNIFICADO DE ALGUNAS DOCTRINAS La Pugna entre la Doctrina de la Salvación La Creación del Hombre Es la obra directa de Dios "Y creó Dios al hombre..." el termino hombre en Hebreo significa Adam: "Todo genero humano" (Gn.1:27a), pero también este es un nombre propio: Adán. El hombre: "... fue formado del polvo de la tierra (Adama = suelo o tierra cultivable), y soplo en su nariz aliento de vida, y fue el hombre (Adam) un ser viviente" (Gn.2:7) El hombre esta constituido por dos partes, una inmaterial y la otra material. La unión de ambas partes forma al ser humano y todo intento de reducir o exaltar una de las dos nos haría salir del marco bíblico. Como creación divina el hombre destaca inicialmente por dos cosas: Primero es creado a la imagen de Dios: "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra" (Gn.1:26) "...ha imagen de Dios lo creo..." (Gn.1:27b) esta creación especial enfatiza que el hombre ha sido creado con características especiales que le permiten entrar en una relación personal con su hacedor. En segundo lugar, él es el mayordomo de la creación divina: "Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra" (Gn.1:28) Dios ha creado al hombre como un ser sexuado: "...varón y hembra los creó" (Gn.1:27c;Mt.19:4;Mr.10:6) Dios hizo tanto al hombre como a la mujer a su imagen. Ninguno de los dos fue hecho más a la imagen de Dios que el otro. Desde el principio vemos que la Biblia coloca tanto a uno como al otro en el pináculo de la creación de Dios. Ninguno de los sexos es exaltado ni despreciado. Otra formulación al respecto es una aberración que Dios castiga con juicio divino: La relación del hombre Físico-espiritual con su Creador Es perfecta: Dios le Habla: "...le dio esta orden: "Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardín, 17menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente morirás." (DHH-Gn.2:16_17)

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SIGNIFICADO DE ALGUNAS DOCTRINAS

La Pugna entre la Doctrina de la Salvación

La Creación del Hombre

Es la obra directa de Dios

"Y creó Dios al hombre..." el termino hombre en Hebreo significa Adam: "Todo genero humano" (Gn.1:27a), pero también este es un nombre propio: Adán.

El hombre: "... fue formado del polvo de la tierra (Adama = suelo o tierra cultivable), y soplo en su nariz aliento de vida, y fue el hombre (Adam) un ser viviente" (Gn.2:7)

El hombre esta constituido por dos partes, una inmaterial y la otra material. La unión de ambas partes forma al ser humano y todo intento de reducir o exaltar una de las dos nos haría salir del marco bíblico.

Como creación divina el hombre destaca inicialmente por dos cosas: Primero es creado a la imagen de Dios:

"Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra" (Gn.1:26)

"...ha imagen de Dios lo creo..." (Gn.1:27b) esta creación especial enfatiza que el hombre ha sido creado con características especiales que le permiten entrar en una relación personal con su hacedor.

En segundo lugar, él es el mayordomo de la creación divina:

"Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra" (Gn.1:28)

Dios ha creado al hombre como un ser sexuado: "...varón y hembra los creó" (Gn.1:27c;Mt.19:4;Mr.10:6) Dios hizo tanto al hombre como a la mujer a su imagen. Ninguno de los dos fue hecho más a la imagen de Dios que el otro. Desde el principio vemos que la Biblia coloca tanto a uno como al otro en el pináculo de la creación de Dios. Ninguno de los sexos es exaltado ni despreciado. Otra formulación al respecto es una aberración que Dios castiga con juicio divino:

La relación del hombre Físico-espiritual con su Creador Es perfecta:

Dios le Habla:

"...le dio esta orden: "Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardín, 17menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente morirás." (DHH-Gn.2:16_17)

El hombre oye y habla con Dios:

"...Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí

La palabra “salvación”viene de la palabra hebrea YASH y la palabra griega SOTERIA. La palabra YASH significa “tener mucho espacio”o “ser prospero o libre”. En el Antiguo Testamento Dios (Yahweh- Jehová) era soberano (Isa. 43:11); salvó a los judíos de los egipcios (Salmos 106:7-10); salvó a los judíos de los babilonios (Jer. 30:10): y salvó a los judíos de sus angustias (Jer. 14:8). Además fueron salvados del miedo (Salmos 6:4-5; 107:13-14); de la boca del león (Salmos 22:21); de la batalla (Deut. 20:4); del malvado (Salmos 59:2); de la enfermedad (Isa. 38:21); de angustia (Jer. 30:7); y del pecado (Salmos 51:14; 130:8; Ez. 36:29). (1)

En el Nuevo Testamento aparece la palabra SOTERIA en Lucas 1:69 en la liberación de los enemigos o Hechos 27:20 que habla de la salud física y la seguridad. Y en el Nuevo Testamento la salvación es totalmente física y espiritual. Se ve esto en: 1). Mateo 9:21 y Lucas 8:36 que hablan de la salvación de enfermedades físicas; 2). Mateo 18:11 y Lucas 19:10 que hablan de ser perdido; 3). Mateo 1:21 del pecado; y 4). 1 Pedro 2:24; 1 Cor. 1:23. Romanos 5:9 que habla de la ira de Dios. (2)

Ahora para entender la salvación mejor, vamos a examinarla y analizarla.

Primero, El hombre es una creación de Dios. Según Colosenses 1:16, todo fue creado por medio de Jesús. Esto incluye a Satanás y Maria, la madre de Jesús (Lucas 1:47). Otros versículos que apoyan esto son Hechos 17:25-29; Hebreos 3:4; 12:9; Efesios 3:9; Santiago 1:18; Apocalipsis 4:11; 10:6; y Malaquías 2:10.

Segundo, Dios hizo una cláusula con Adán sobre el obedecer y el desobedecer. Las consecuencias del desobedecer eran sufrir la muerte (físicamente, emocionalmente, socialmente, y espiritualmente- Rom. 6:23) y ser un esclavo de Satanás y el pecado (Juan 8:34; Heb. 2:14-18). Satanás sería el padre y el hombre sus hijos (Juan 8:44). Además, el universo estaría en decadencia según Romanos 8:19-23.

Tercero, Adán desobedeció voluntariamente (Gen. 3:1-19) y su pecado ha pasado a cada hombre (Romanos 3:23) menos Jesús (Heb. 4:15; 2 Cor. 5:21; 1 Pedro 2:22, 23; Isa. 53:5-6; Rom. 5:12). Hemos nacido en pecado (Sal. 51:5).

Cuatro, el resultado de pecar es el hombre es completamente corrompido (Romanos 7:18). No acepta las cosas de Dios (1 Cor. 2:14). El hombre peca continuamente desde la caída de Adán (Gál. 5:19-21; 1 Juan 3:6). El muere físicamente, socialmente, emocionalmente y espiritualmente (Ef. 4:17-19). Y sufre la ansiedad, la frustración, para él todo puede ser absurdo, y casi nada le tiene sentido. La ira de Dios está sobre él (Rom. 1:18; 1 Tes. 5:9). La creación fue afectada por el pecado (Rom. 8:19-23). Está esperando ser reconciliada (Col. 1:15-20). Y el pecado impide nuestra relación con Dios (Isaías 59:1,2; 1 Juan 1:6).

Quinto, Dios es perfecto (Mateo 5:48; Santiago 1:17) y santo (1 Sam. 6:20; Isa. 5:16; Salmos 22:3; 99:9; Heb. 7:26). No puede pecar (Deut. 32:4). Jesús no puede pecar tampoco siendo Dios (2 Cor. 5:21; Heb. 4:15; 1 Pedro 1:19; 2:22).

Sexto, como Dios es amor (ágape = “hacer lo bueno, lo justo” - 1 Juan 4:8) y no puede cambiarse (Mal. 3:6; Números 23:19; Santiago 1:17). El envío el salvador Jesucristo- YASHA (Mateo 1:21) al mundo (Gál. 4:4; Juan 1:9) para salvarlo (Salmos 106:7-10; Jer. 30:10; 14:8; 2 Samuel 22:3; Isa. 43:3; Ez. 34:22; Ósea 1:7; 13:10-14; Deut. 20:4; Jer. 30:7; y Salmos 51:14). Además, Dios es soberano (Dan. 4:34-35; Salmos 103:19; Isa. 45:9-10; Ex. 15:18). El puede hacer lo que le plazca (Salmos 135:6). No hay nadie que pueda pararle (Job 9:12). Y Dios no tiene favoritos (Rom. 2:11; Col. 3:25; 1 Pedro 1:17). El es imparcial en todas sus decisiones (Deuteronomio 10:17; Hechos 10:34). Pero como es amor y no puede cambiarse, su soberanía y su amor se complementan mutuamente. Por esto, parte de la tensión entre el Arminianismo y el Calvinismo se ve con estas creencias. En Romanos 8:28-30 habla del llamamiento, la presciencia, la predestinación, y la glorificación de los creyentes en Jesús.

Séptimo, pero como Dios es justo también (Gen. 18:25; Ex. 9:27; Deut. 32:4; Job 4:17; Salmos 7:11; 89:14; Hechos 3:14; Ap. 16:5) El tiene que castigar el pecado del hombre. El castigo por el pecado es la muerte (Rom. 6:23). La paga tendría que ser perfecta, santa, amorosa, soberana, y justa exactamente igual como Dios. Entonces según Hebreos 9:22, “Y casi todo es purificado, según la ley con sangre, y sin cerramiento de sangre no se hace remisión”. El precio tendría que ser sangre perfecta, santa y justa. Y sólo la sangre de Jesús, nacido como hombre, satisfaría este requisito de Dios (Isa. 9:6; Juan 8:58; Gál. 3:13; 1 Pedro 1:18-19; Ap. 5:9). Jesús tendría que morir por nuestros pecados (Rom. 5:10; 1 Corintios 1:23; 2 Corintios 5:18-19).

En el Antiguo Testamento el cordero sin mancha fue usado como el animal principal en los sacrificios por el pecado (Ex. 12). Fue sacrificado cada mañana y cada noche (Ex. 29:38-42) y especialmente los sábados. Para los judíos el cordero representaba la inocencia y la gentileza. Jesús mismo fue llamado “el cordero de Dios” (Juan 1:29) porque iba a pagar por nuestros pecados con su sangre (1 Pedro 2:24; Isa. 53:7; Juan 10:11; Ap. 5:12; 13:8). (3)

Octavo, hay varias palabras usadas para explicar cuan vasto y inmenso es la salvación. La salvación realmente no es algo sencilla. Es complicada porque tiene que satisfacer un Dios perfecto. Como Dios está fuera de todo nuestro entendimiento (Isa. 55:8-9; 57:15; 1 Corintios 2:16), sus requisitos por el pecado son también. Una vez más, repito que casi todo el carácter de Dios, para demostrar su amor, es realmente complicado para que los hombres lo entiendan. El es creador, eterno, omnisciente, omnipotente, omnipresente- siempre existe, bondadoso, lleno de gracia, amoroso, justo, santo, perfecto, fiel, inmutable, imparcial, incomprensible, independiente, invisible, celoso en su amor, infinito, paciente, soberano, verdadero, único, uno pero en tres personas, y sabio. Y con todos estos atributos, ninguno está en conflicto con el otro. Como está dicho arriba, todo “se complementan mutuamente”.

Entonces las palabras que se usan para explicar lo que es la salvación son:

1. Expiación o Sacrificio: Es el pago por las penas que hemos hecho. θυσία aparece 35 veces en el Nuevo Testamento. Se encuentra esta palabra en el libro de Hebreos (Heb. 5:1; 7:27; 8:3; 9:9, 23,26; 10:1, 5, 8, 11, 12, 26; 11:4, 13:15-16). Jesús es nuestro sacrificio de la expiación (Efesios 5:2). Es interesante que exista 7 teorías diferentes sobre este tema de la expiación. (4)

2. Propiciación: ίλασµός aparece tres veces en el Nuevo Testamento (Rom. 3:25; 1 Juan 2:2; y 4:10). Es el desvío de la ira justa de Dios mediante la labor expiatorio de Jesús.

3. Rescate o Rendimiento: Éramos esclavos del pecado y Cristo nos libró pagando la deuda con su sangre (Gal. 3:13; 1 Pedro 1:18-19; Marcos 10:45; 1 Timoteo 2:5-6).

4. Reconciliación: Esta palabra quiere decir que el problema que existía antes ahora está resuelto por la muerte de Jesús. El pecado de Adán ya no es imputado al hombre que cree. Éramos los enemigos de Dios por nuestro pecado (Ef. 1:7; 2:16; Heb. 9:22). La ira de Dios estaba sobre nosotros (Rom. 1:18; Ef. 2:3). Pero Jesús pagó el precio por el pecado y entonces la ira de Dios no está sobre nosotros, sino su paz está (Romanos 5:1, 10, 11; 8:1; 2 Corintios 5:18-20; Col. 1:20- 22: Ef. 2:16).

5. Justificación: Significa que estamos “justificados” o declarado “justos o no culpables” como si nunca hubiéramos pecado (Hebreos 9:22; Hebreos 9:24-28; Hebreos 10:12). Estamos declarados así por la gracia de Dios y por la fe en Jesús (Rom. 3: 23-24; Hechos 13:39; Rom. 3:28; Gál. 2:16). Existe la paz de Dios con nosotros por medio de la sangre de Jesús (Rom. 5:1).

6. Propiciación: Romanos 3:25. Dios ha quitado el castigo nuestro (que resulta en estar fuera de El por toda la eternidad en el Infierno) y ha enviado su propio Hijo Jesucristo para pagar con su sangre por nuestros pecados en la cruz. Jesús ha quitado nuestro castigo eterno si creemos en El y en Su muerte por nosotros. Jesucristo es nuestra propiciación.

7. Redención: Romanos 3:24 y 8:23. Jesucristo ha pagado el precio con el fin de que seamos libres del poder de la esclavitud del pecado (Rom. 6:17). La paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). Jesucristo pagó el precio con su sangre. El no tenía pecado (Heb. 4:15) porque era Dios. Ahora estamos redimidos por Jesús. Los creyentes están redimidos de la culpabilidad del pecado (Rom. 3:24); su poder (Tito 2:14); y su presencia (Rom. 8:23).

8. Santificación: Romanos 5:2 y 15:16. Es el proceso de llegar a ser más y más como Cristo a través del ministerio del Espíritu Santo. Según Juan 15:4, los cristianos tienen que “permaneced en mi (Jesús), y yo en vosotros. Como el pámpano (nosotros) no puede llevar fruto por si mismo, si no permanece en la vid (Jesús) así tampoco vosotros, si no permanecéis en mi (Jesús).” De ser “santificado” quiere decir “llegar a ser santo”. Según 1 Pedro 1:16 dice, “….Sed santos, porque soy santo (Dios- Lev. 11:44)”. No somos “santos” por el pecado. Pero Cristo pagó el precio y ahora estamos declarados “justos” o “santos”. Se ve en la Biblia que somos declarados “santos” (1 Corintios 1:3).

9. Elección: Existen tres puntos de vista sobre este tema. El primero punto de visita es de Juan Calvino (1509-1564) que creía que Dios es soberano (Ef. 1:4,5) y que El decide quién será salvo y quién no (la predestinación). El segundo punto de vista es de Jacobus Arminius (1560) que estaba en contra de la predestinación enseñado por Calvino. John Wesley también creía en la teología arminiana. El tercero punto de vista es de Karl Barth (1886-1968). El decía que la elección consiste en tres partes: la elección de Cristo, la elección de la comunidad, y la elección del individuo.

10. Adopción: Estamos adoptados como hijos de Dios en vez de ser sólo creados por El (Rom. 8:15-16; Gál. 4:5; Ef. 1:5). Siendo adoptados como hijos tenemos su sostenimiento (Salmos 23:1), su instrucción (Juan 14:26); su protección (Salmos 114:1,2); su corrección (Heb. 12:7); y su herencia (Rom. 8:17).

11. El llamamiento: El Nuevo Testamento revela un número de aspectos de este llamamiento. Primero, es inmutable o permanente (2 Tim. 1:9). Segundo, es emitida por el Padre (Rom. 8:30; 1 Corintios 1:9; Gál. 1:15; Ef. 1:17-18; 2 Tim. 1:9). Tercero, es fundado en los propósitos eternos de Dios (2 Tim. 1:9). Cuatro, es realizado a través de la palabra de Dios (2 Tes. 2:14). Quinto, trae comunión personal con Dios (1 Corintios 1:9). Sexto, trae la libertad (Gal. 5:13). Séptimo, nos pone en una relación de paz con Dios (1 Corintios 7:15). (5)

12. Glorificación: Romanos 8:18, 19 y 30. El último estado del creyente después de la muerte es el estado de llegar a ser como Cristo y ser glorificado. Jesús en Mateo 17:2 y Marcos 9:2 fue glorificado delante de los ojos de Pedro, Jacobo, y Juan en la Monte de la Transfiguración. Nosotros también, si creemos en Jesucristo y aceptamos su pago por nuestros pecados, vamos a ser glorificados después de la muerte.

Noveno, Cristo es nuestro salvador (Lucas 2:11; Juan 4:42; 1 Juan 4:14; Hechos 4:12; 5:31; 13:23; Efesios 5:23; Fil. 3:20; 1 Tim. 1:1, 10, 15; 2:5-6; 4:10; Tito 2:13; 2 Pedro 2:20). El salvador tenía que ser divino (Dios) para satisfacer la demanda (Isa. 43:11; Óseas 13:4). Y Cristo sólo murió una vez por los pecados en la cruz. No vuelve a repetirlo (Heb. 10:12). Ahora Cristo está sentado a la diestra del Padre en el cielo porque se fue allí después de su resurrección (Hechos 1:11; Heb. 10:12).

Décimo, tenemos que arrepentirnos de nuestros pecados (1 Tes. 1:9; Hchs. 3:19; 14:15; 26:18; 17:30; 2 Pedro 3:9; Rom. 2:4; Mateo 3:1-2, 8; 4:17; Marcos 1:15; Isa. 59:20; Lucas 13:3; 15:7, 10; 24:47) y recibir y creer por fe en Jesús (Rom. 1:17; 3:28; 5:1-2; Gál. 2:16; Heb. 11:6) para ser salvo (Juan 1:7, 12; 3:23; 9:38; 14:6; Hechos 4:12; 8:37; 13:39; 16:31; Lucas 19:10; Mateo 18:6; 26:2; Marcos 1:15; 9:23-24; 1 Tes. 4:14; 1 Tim. 1:16; Heb.11:6; 1 Juan 5:13; 1 Pedro 2:24; 1 Corintios 1:23).

Ejemplos de la salvación:

• Hechos 16:19-34. El carcelero en Filipos.

• Lucas 23:32-43. El ladrón en la cruz.

• Hechos 9:1-22. Pablo.

• Hechos 8:26-40. El etíope eunuco.

• Hechos 16:13-15. Lidia.

• 2 Timoteo 3:14-15. Timoteo.

• Hechos 2 – las conversiones durante Pentecostés.

La condición de esta relación perfecta. La obediencia:

" Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás" (Gn.16-17)

El comportamiento y los hábitos del hombre no son indiferentes para Dios. El hombre es capaz de decidir por si mismo lo que va hacer, de este modo comprendemos mejor la naturaleza del hombre. El mismo tiene voluntad propia y puede ejercerla incluso en contra de la voluntad de su creador.

La caída del hombre

El hombre es tentado por la serpiente, conocida también como el gran Dragón, serpiente antigua, diablo Satanás, engañador (Ap.12:9) El hombre cede a la tentación (Gn.3:6-7) y las consecuencias inmediatas es doble:

Primero, el conocimiento de la culpa y la inmediata separación de Dios ("se escondieron"), con quien había habido hasta ese momento un compañerismo diario interrumpido.

Segundo, la sentencia de la maldición, que decreta labores, tribulaciones, y muerte para el hombre mismo, arrastrando consigo inevitablemente todo el orden creado, del cual el hombre es la corona.

Toda aquella relación perfecta de ahora en adelante ya no seria la misma, los efectos son fatales para el mismo hombre.

Consecuencias del pecado

a. Consecuencias para la raza humana

El desenvolvimiento de la historia del hombre proporciona un catálogo de vicios (Gn. 4.8, 19, 23s; 6.2–3, 5). Y a razon de ella es la virtual destrucción de la humanidad (Gn. 6.7, 13; 7.21–24). La caída tuvo efectos duraderos, no sólo en Adán y Eva, sino también sobre todos los que de ellos descienden.

b. Consecuencias para la creación

"Maldita será la tierra por tu causa" (Gn. 3.17; cf. Ro. 8.20). El hombre es corona de la creación, hecho a imagen de Dios, y, en consecuencia, es administrador de Dios (Gn. 1.26). El pecado es un hecho que afecto al espíritu humano, pero que ha repercutido en toda la creación.

c. La aparición de la muerte

La muerte es el efecto de la desobediencia (Gn. 2.17), y es expresión directa de la maldición de Dios sobre el hombre pecador (Gn. 3.19). la muerte es la separación de lo inmaterial del hombre con el cuerpo (Mt.22:32). Esta disolución ejemplifica el principio de la muerte, a saber, la separación, y alcanza su expresión extrema en la separación de Dios (Gn. 3.23s). A causa del pecado la muerte provoca temor y terror en el hombre (Lc. 12.5; He. 2.15)

La imputación del pecado a. En Adán toda la humanidad es pecadora

El primer pecado de Adán tuvo un significado único para toda la raza humana (Ro. 5.12, 14–19; 1 Co. 15.22). Aquí se hace hincapié en forma sostenida en la sola y única transgresión de un solo hombre como aquello por lo cual el pecado, la condenación, y la muerte recayeron sobre toda la humanidad. Se identifica al pecado como "la transgresión de Adán", "la transgresión del uno", "una transgresión", "la desobediencia de uno", y no puede haber duda de que aquí se hace referencia a la primera transgresión de Adán. En consecuencia, la cláusula "por cuanto todos pecaron" en Ro. 5.12 se refiere al pecado de todos en el pecado de Adán.

No puede referirse a los pecados que cometen todos los hombres, y mucho menos a la depravación hereditaria que aflige a todos, porque en el vv. 12 la cláusula en cuestión dice claramente por qué "la muerte pasó a todos los hombres", y en los versículos siguientes se expresa que "la transgresión de uno solo" (v. 17) es la causa del reinado universal de la muerte. Si no se refiriese al mismo pecado, Pablo estaría afirmando dos cosas diferentes con referencia al mismo asunto en el mismo contexto. La única explicación en cuanto a las dos formas de expresión es que todos pecaron en el pecado de Adán. Podemos hacer la misma inferencia sobre la base de 1 Co. 15.22, "en Adán todos mueren". Si todos mueren en Adán, la razón es que todos pecaron en él.

Según la Escritura, el tipo de solidaridad con Adán que explica la participación de todos en el pecado de Adán, es el tipo de solidaridad que Cristo mantiene con aquellos que están unidos a él. El paralelo en Ro. 5.12–19; 1 Co. 15.22, 45–49 entre Adán y Cristo indica el mismo tipo de relación en ambos casos, y no tenemos necesidad de postular nada más definitivo en el caso de Adán y la raza que lo que encontramos en el caso de Cristo y los suyos. En este último caso se trata de una cabeza representativa, y esto es todo lo que hace falta para afirmar la solidaridad de todos en el pecado de Adán. Decir que el pecado de Adán se imputa a todos es decir que todos estuvieron involucrados en su pecado, en razón de ser él la cabeza representativa.

Aunque la imputación del pecado de Adán fue inmediata, como se puede comprobar por el testimonio de los pasajes pertinentes, el juicio de condenación que recayó sobre Adán, y en consecuencia sobre todos los hombres en él, se considera confirmado, en la Escritura, en cuanto a su justicia y corrección, por la experiencia moral subsiguiente de cada hombre. De ese modo, queda ampliamente corroborado Ro. 3.23, que "todos pecaron", por referencia a los pecados específicos y visibles de judíos y gentiles (Ro. 1.18–3.8), antes de que Pablo haga referencia alguna a la imputación en Adán. De manera similar la Escritura relaciona universalmente el juicio final del hombre ante Dios con sus "obras", que no alcanzan a cumplir las exigencias divinas (cf. Mt. 7.21–27; 13.41; 25.31–46; Lc. 3.9; Ro. 2.5–10; Ap. 20.11–14).

El rechazo de esta doctrina no sólo indica incapacidad de aceptar el testimonio de los pasajes pertinentes, sino también incapacidad de apreciar la estrecha relación que existe entre el principio que gobierna nuestra relación con Adán, y el que gobierna la operación de Dios en la salvación. El paralelo entre Adán como primer hombre y Cristo como último Adán muestra que la realización de la salvación en Cristo está basada en el mismo principio operativo que aquel por medio del cual nos convertimos en pecadores y herederos de la muerte. La historia de la humanidad queda finalmente resumida bajo dos complejos: pecado-condenación-muerte y justicia-justificación-vida. El primero surge de nuestra unión con Adán; el segundo proviene de nuestra unión con Cristo. Estas son las dos órbitas en las que vivimos y nos movemos. El gobierno de los hombres por parte de Dios se lleva a cabo

Por lo expuesto, es conveniente tener presente esta realidad espiritual con sus afecciones morales, pues ante tal situación, la Doctrina de la Salvación se erige como la acción de Dios en pleno amor y misericordia con los perdidos.

La depravación

El pecado nunca consiste simplemente en un acto voluntario de transgresión. Toda volición surge de algo que tiene raíces más profundas que la volición misma. Un acto pecaminoso es la expresión de un corazón pecaminoso (cf. Mr. 7.20–23; Pr. 4.23; 23.7). El pecado siempre ha de incluir, por lo tanto, la perversidad del corazón, la mente, la disposición, y la voluntad.

En consecuencia, la imputación del pecado de Adán a la posteridad debe comprender la participación en la perversidad, aparte de lo cual carecería de sentido el pecado de Adán, y su imputación se convertiría en una abstracción imposible. Pablo expresa que "por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores" (Ro. 5.19).

La depravación que supone el pecado, y con la cual todos los hombres llegan al mundo, es por esta razón consecuencia directa de nuestra solidaridad con Adán en su pecado "he aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre" (Sal. 51.5) El testimonio de la Escritura con respecto a la capacidad de penetración de dicha depravación es explícito. Gn. 6.5; 8.21 presenta un caso cerrado. El mal ha permanecido aun el hombre antes y después del diluvio (cf. Jer. 17.9–10; Ro. 3.10–18),

Nada menos que un juicio de depravación total es la clara inferencia de estos pasajes, e. d. que no hay área o aspecto de la vida humana que quede absuelta de los sombríos efectos de la condición del hombre caído, y en consecuencia, no hay área que pudiera servir de base para la justificación del hombre por sí mismo frente a Dios y su ley.

La depravación total (total, es decir, en el sentido de que engloba todo) no es incompatible con el ejercicio de las virtudes naturales y la promoción de la justicia civil. El hombre no regenerado todavía está dotado de conciencia, y la obra de la ley está escrita en su corazón, de modo que en alguna medida, y en ciertos puntos, cumple sus requerimientos (Ro. 2.14s).

La inhabilidad

La inhabilidad se refiere a la incapacidad que proviene de la naturaleza de la depravación. Si la depravación es total, e. d. que afecta todos los aspectos y las áreas de la persona, entonces la inhabilidad para lo que es bueno y agradable a Dios también es inclusiva en su referencia.

No podemos cambiar nuestro carácter o actuar en contra de él. En lo que se refiere a comprensión, el hombre natural no puede conocer las cosas del Espíritu de Dios, debido a que se disciernen espiritualmente (1 Co. 2.14). Con respecto a la obediencia a la ley de Dios, no sólo no está sujeto a la ley de Dios, sino que no puede estarlo (Ro. 8.7). Los que están en la carne no pueden agradar a Dios (Ro. 8.8). El mal árbol no puede dar buen fruto (Mt. 7.18). En cada caso la imposibilidad es innegable. Es nuestro Señor mismo quien afirma que es imposible tener fe en él aparte del don del Padre y su llamamiento (Jn. 6.44s, 65). Este testimonio del Señor concuerda con su insistencia en que aparte del nacimiento sobrenatural de agua y del Espíritu nadie puede adquirir una apreciación inteligente del reino de Dios, ni entrar en él (Jn. 3.3, 5s, 8; cf. Jn. 1.13; 1 Jn. 2.29; 3.9; 4.7; 5.1, 4, 18).

Responsabilidad

Como el pecado es contra él, Dios no puede pasarlo por alto o ser indiferente con respecto al mismo. Dios reacciona inevitablemente contra él. Esta reacción es, específicamente, su ira. La frecuencia con que la Escritura menciona la ira de Dios nos obliga a considerar su realidad y su significado.

El AT emplea diversos términos. En heb., <af, en el sentido de "enojo", e intensificado en la forma h‡roÆn <af para expresar "la intensidad de la ira de Dios" es muy común (cf. Ex. 4.14; 32.12; Nm. 11.10; 22.22; Jos. 7.1; Job 42.7; Sal. 21.9; Is. 10.5; Nah. 1.6; Sof. 2.2); heµmaÆ también es frecuente (cf. Dt. 29.23; Sal. 6.1; 79.6; 90.7; Jer. 7.20; Nah. 1.2); <eb_raÆ (cf. Sal. 78.49; Is. 9.19; 10.6; Ez. 7.19; Os. 5.10) y qes\ef (cf. Dt. 29.28; Sal. 38.1; Jer. 32.37; 50.13; Zac. 1.2) se emplean con suficiente frecuencia como para merecer mención; za>am también es característico, y expresa la idea de indignación (cf. Sal. 38.3; 69.24; 78.49; Is. 10.5; Ez. 22.31; Nah. 1.6). Es evidente que el AT está lleno de referencias a la ira de Dios.

Los términos gr. son orgeµ y thymos, el primero frecuentemente con referencia a Dios en el NT (cf. Jn. 3.36; Ro. 1.18; 2.5, 8; 3.5; 5.9; 9.22; Ef. 2.3; 5.6; 1 Ts. 1.10; He. 3.11; Ap. 6.17), y el último menos frecuentemente (cf. Ro. 2.8; Ap. 14.10, 19; 16.1, 19; 19.15; véase zeµlos en He. 10.27).

La ira de Dios no es una acción de pasión antojadiza humana, no es una venganza sino una santa indignación, puesto que en su justo juicio no hay malicia mas bien una justa detestación, `por ultimo no debemos limitar la ira de Dios a su voluntad de castigar. La ira es una manifestación positiva de su insatisfacción, tan segura como lo es su complacencia ante lo que

le agrada. No debemos privar a Dios lo que nosotros llamamos emoción. La ira de Dios tiene su paralelo en el corazón humano, ejemplificado de manera perfecta en Jesús (cf. Mr. 3.5; 10.14).

La consecuencia de la culpabilidad del pecado es, por lo tanto, la santa ira de Dios. Como el pecado nunca es impersonal, sino que existe en las personas, y es cometido por ellas, la ira Kde Dios consiste en el desagrado que recae sobre ellas; nosotros somos objeto de ella. El sentimiento de culpa y el tormento de la conciencia son reflejo, en nuestro nivel consciente, del desagrado de Dios. La esencia de la perdición final consistirá en la aplicación de la indignación de Dios (cf. Is. 30.33; 66.24; Dn. 12.2; Mr. 9.43, 45, 48).

LA MISIÓN SOTERIOLOGICA DE DIOS EN EL MUNDO

Esta iniciativa de salvación se ha expresado a través de un plan puesto en marcha en la eternidad, plan de misión redentora a favor del hombre caído. Misión de amor que se ha dado a conocer en este mundo por medio de la obra redentora en Cristo Jesús. Uno de los versos que nos revela la magnitud y esplendor de esta misión ágape es Juan 3:16 el mismo que es comentado en la liturgia Anglicana como un "evangelio en miniatura" puesto que este verso es una interpretación precisa y maravillosa de la misión y mensaje de nuestro Señor.

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna"

Su equivalente en el idioma griego:

ou{tw" ga;r hjgavphsen oJ qeo;" to;n kovsmon, w{ste to;n uiJo;n to;n monogenh` e[dwken, i{na pa`" oJ pisteuvwn eij" aujto;n mh; ajpovlhtai ajllÆ e[ch/ zwh;n aijwvnion.

Exegesis Juan 3:16

a. Porque de tal manera amó Dios al mundo" lit. "así demostró Dios su amor":

ga;r: El uso de la conjunción gar esta muy al estilo de Juan para introducir sus comentarios (2:25; 4:8; 5:13 etc.)

hjgavphsen, es un aor. En voz activa. Sing. en 3ª persona de agapao. Ama.. Denotando un acto que demuestra o expresa amor, El aoristo amó implica la idea de un acto supremo y único de amor; el objetivo del amor divino en este pasaje es el mundo. La palabra denota benevolencia inconquistable y buena voluntad invencible.

Este mismo termino agapao, se emplea también del amor de los hombres para con los hombres (Jn. 13:34), el amor a este mundo incluye a la totalidad de la raza humana.

b. "que ha dado a su Hijo unigénito lit. "llegando a dar a su unigénito hijo"; Hendriksen[2] traduce literalmente" "que a su hijo, el unigénito, dio"

w{ste. La cláusula adverbio indicativo, tiene el sentido, de tal suerte... que, de modo... que, aparece en el griego clásico solo cuando indica una acción con resultados inmediatos, del presente.

e[dwken, entrego, ha dado, dar , este término tienen un sentido expiatorio y sacrificial mas explicito que "envío" y sirve para acentuar el amor (Gn. 22:2; Hb. 11:17; Mt. 21:33-46¸Mr. 12:1-12; Lc. 20:1-19) Entregar es mas que enviar como legado, con misión autentica, y más que encarnar. La encarnación y la misión quedan aquí orientadas hacia la redención.

to;n uiJo;n to;n monogenh e[dwkenv, Este termino no se aplica a su encarnación, sino a su estado eterno, a su condición de ser singular.

Dios no ha dejado a la humanidad desamparada, su amor trasciende lo humano de tal forma que dio a su hijo Unigénito, no solo en la encarnación, sino también en la muerte y en la resurrección.

c. No se pierda, mas tenga vida eterna

Ajpovlhtai, 3ª persona sing., aor. Subjuntivo, voz media de apollumi. Perder o destruir, esta cláusula no significa solamente: no pierda la existencia física; ni tampoco quiere decir: no sea aniquilado. Como indica el contexto (vr. 17), la perdición de que habla este versículo se refiere a la condenación divina, completa y eterna, de forma que el condenado queda expulsado de la presencia del Dios de amor y mora en la presencia de un Dios de ira. Recordemos que perderse es el antónimo de salvarse.

Mas tenga vida eterna: Esta es la vida que pertenece al futuro, al reino de la gloria, pasa a ser posesión del creyente aquí y ahora; es decir, en principio.

La cláusula pa`" oJ pisteuvwn eij" aujto;n mh;, es una peculiar composición idimatica con el significado de: ninguno de los que creen se perderá.

d. Características del amor salvador de Dios

CALVARY CHAPEL ¿Qué significa ser parte del creciente número de las iglesias de Calvary Chapel? Existen ciertas diferencias que nos distinguen de otras iglesias evangélicas. La diferencia más importante es nuestro compromiso de enseñar la Biblia en forma sistemática y expositiva y tener un énfasis en el amor que trasciende toda barrera étnica y cultural. Calvary Chapel también es conocida por su énfasis en la adoración, impulsando el desarrollo de música contemporánea leal a la Palabra de Dios y la formación de gente que desee alabar al Señor. Sin excepción las iglesias de Calvary Chapel tienen una posición pre-tribulacional y pre-milenial de la segunda venida de Cristo. También hemos expresado amor y apoyo incondicional por la nación de Israel y por el derecho histórico de poseer sus tierras y su necesidad por el Mesías. Pero sobretodo, Calvary Chapel es reconocida por mantener un balance entre posturas teológicas extremas y controversiales que ha menudo han causado más división que unidad en el Cuerpo de Cristo. Calvary Chapel no tiene ninguna intención de causar división o de ser dogmática en las áreas donde los estudiantes y maestros de la Biblia tienen diferencias. Sin embargo, es necesario establecer lo más claramente posible nuestras bases doctrinales en la enseñanza. Mientras recibimos con agrado a creyentes de otros trasfondos doctrinales, los animamos a ver nuestros puntos de vista a través del estudio de la palabra de Dios que nos enseñan nuestros pastores. Calvary Chapel trata de evitar argumentos y discusiones que no están claramente presentados en la Biblia. Y en ninguna área es este principio más aplicable que en la larga discusión entre Calvinistas y Arminianos. El tema es complicado y enredado y ambos extremos prueban ser puntos con apoyo de versículos bíblicos y no pretendemos solucionar un conflicto que lleva más de 400 años dentro del seno de la iglesia evangélica. Aun no tenemos la habilidad de comprender los caminos de Dios (Romanos 11:33-36). Pero lo trágico es cuando sólo nos importa tener la razón a cualquier precio. Cuando se habla del ministerio del Espíritu Santo, es fácil estar en desacuerdo en temas como “bautismo” y “llenura”, pudiendo perder la bendición y el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas. La forma como conducimos nuestros

debates y expresamos nuestras opiniones pueden apagar y entristecer al Espíritu que mora dentro del creyente. En medio de toda esta discusión sobre los dones espirituales podemos dejar de lado el amor que es el mayor de todos ellos (1 Cor. 12:31-14:1). Nuestro deseo es llevar en amor a los creyentes a la unidad en el Espíritu Santo. Estamos comprometidos a glorificar al Señor en todo lo que decimos y hacemos. Quizás no existe otro tema tan controversial como el debate surgido alrededor de la “doctrina de la salvación”, entre los seguidores de Juan Calvino (1509-1564) y los seguidores de Jacob Arminio (1560-1609). Desde la reforma protestante del siglo XVI, las iglesias cristianas han estado en desacuerdo sobre temas como depravación (rendido completamente al pecado), la soberanía de Dios, la responsabilidad del hombre, la predestinación, la elección, la certeza de la salvación y la naturaleza y extensión del sacrificio de Cristo. Aunque Arminio había sido educado en la tradición de la reforma Calvinista, tenía serias dudas acerca de la doctrina de la “Gracia Soberana”. Arminio fue pastor de una congregación reformada en Amsterdam, Holanda (1588-1603). Durante sus quince años de ministerio allí, Arminio comenzó a cuestionar muchas de las doctrinas básicas Calvinistas. Eso lo llevó a dejar el pastorado y volverse profesor de Teología en la Universidad de Leyden. Pero fueron su serie de discursos sobre elección y predestinación los que provocaron una violenta y trágica reacción. Después de su muerte en 1609, sus seguidores desarrollaron la presentación de los “Cinco Puntos del Arminianismo” en 1610. Este documento fue una protesta contra las doctrinas de los calvinistas. En 1618, el Sínodo Nacional de Iglesias de Holanda se reunió para estudiar las tesis de Arminio. Luego de 154 sesiones, os cinco puntos del arminianismo fueron declarados heréticos. Años más tarde Juan Wesley recogió algunas de las enseñanzas del arminianismo, y el movimiento comenzó a crecer, afectando la tradición Metodista y creando la base para la mayoría de las creencias en las iglesias pentecostales y carismáticas. LOS CINCO PUNTOS DEL ARMINIANISMO LIBRE ALBEDRÍO Arminio creía que la caída del hombre no fue total, creyendo que existía todavía suficiente bien en el hombre para que él pudiera aceptar la salvación de Jesucristo. ELECCIÓN CONDICIONAL Arminio creía que la elección para la salvación de los creyentes estaba basada en el preconocimiento de Dios, es decir que Él sabría quienes creerían. Cada hombre en el uso de su libre albedrío aceptaría o rehusaría a Jesús, y Dios sabría la respuesta de cada individuo. EXPIACIÓN UNIVERSAL Arminio sostenía que Dios quiere la salvación de todos, que Cristo murió por cada persona y Dios no desea que nadie perezca. La muerte de Cristo provee la salvación para todos los hombres, pero al mismo tiempo cada uno debe ejercer su libre albedrío para obtener así la salvación.

GRACIA OBSTRUCTIBLE Arminio creía que debido a que Dios quería la salvación de todos los hombres, Él envió al Espíritu Santo para instar a todos a acercarse a Jesús, pero el hombre en su libre albedrío podía resistirse a la voluntad de Dios para su vida. La finita voluntad del hombre puede frustrar la voluntad de Dios. CAYENDO DE LA GRACIA El hombre no puede ser salvo al menos que él deseé ser salvo y para continuar en la salvación debe seguir deseándolo. LOS CINCO PUNTOS DEL CALVINISMO Juan Calvino, el reformador francés, no formuló lo que hoy se conoce como los cinco puntos del Calvinismo. Estos puntos fueron el resultado de los Cánones del Concilio de Dort (1618) y lo emitido por las confesiones reformadas sobre estos asuntos. El Calvinismo ha sido dado a conocer por destacados teólogos y predicadores como John Owen, George Whitefield, Charles Hodge, Charles Spurgeon y otros. He aquí un resumen de estos puntos: DEPRAVACIÓN TOTAL Los calvinistas afirman que el hombre se encuentra absolutamente entregado al pecado y a Satanás, incapaz de ejercer su propia voluntad para confiar en Jesucristo sin la ayuda de Dios. ELECCIÓN INCONDICIONAL La elección de los que van a ser salvos está basada en el plan y propósitos de Dios y no en la decisión del hombre. Dios elige a quién Él quiere. EXPIACIÓN LIMITADA Jesús murió en la cruz sólo por aquellos elegidos por el Padre, sólo ellos serán salvos y todos aquellos por los cuales Él no murió, los no elegidos, se perderán. GRACIA IRRESISTIBLE Los Calvinistas cren que la voluntad del hombre es incapaz de oponerse a la voluntad de Dios y a impedir su salvación. El hombre elegido por Dios para salvación así no lo quiera igual será salvo y aquel no elegido que quiera la salvación nunca la alcanzará. Dios es el que llama y nadie se le puede resistir. PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS

La salvación es obra completa de Dios y el hombre no tiene que ver nada en el proceso. Los salvos perseverarán porque Dios siempre termina la obra que empezó. LA PERSPECTIVA DE CALVARY CHAPEL No es nuestro propósito tomar alguna de estas posiciones, ni tampoco causar división en el cuerpo de Cristo. Queremos dar a conocer lo que en Calvary Chapel entendemos que la Biblia enseña respecto a estos puntos. DEGENERACIÓN HUMANA Creemos que todos somos pecadores (Rom. 3:23) e incapaces por medios humanos de alcanzar la salvación (Tito 3:5). Creemos que la paga del pecado es muerte (Rom.6:23) y que aparte de la gracia de Dios, nadie puede ser salvo (Ef.2:8-9) y no hay un sólo hombre justo (Rom.3:10-12) y aparte de la convicción y regeneración del Espíritu Santo, nadie puede ser salvo (Jn.1:12-13, 16:8-11; 1 Pd.1:23-25). La humanidad se encuentra caída y en pecado. ELECCIÓN Creemos que Dios escogió al creyente antes de la fundación del mundo (Ef. 1:4-6) y basado en su preconocimiento, ha predestinado al creyente a ser formado a la imagen de su Hijo (Rom.8:29-30). Creemos que Dios ofrece salvación a todo aquel que invoca su nombre (Rom.10:13; 1 Cor.1:9). La Biblia nos enseña que ha sido dada una invitación a todos, pero que sólo algunos la aceptarán. Podemos ver este balance a través de toda la escritura (Ap.22:17; 1 Pd.1:2; Mt.22:14). Dios claramente elige, pero el hombre debe también aceptar la invitación de Dios. EXPIACIÓN Creemos que Jesús murió como propiciación (la justicia de Dios quedó satisfecha con su sacrificio) por los pecados de todo el mundo (1 Jn.2:2; 4:9-10), y que Él perdona a los que creen en su muerte y resurrección como única esperanza de salvación (Ef. 1:7; 1Pd.1:18-19). Creemos que la vida eterna es un regalo de Dios (Rom. 6:23) y quien quiera que crea en Cristo no perecerá (Jn. 3:16-18; Heb. 2:9; 1 Tim. 4:10). El sacrificio expiatorio de Jesucristo fue claramente suficiente para salvar a toda la raza humana. GRACIA Creemos que la gracia de Dios no es el resultado del esfuerzo humano, sino la respuesta de la misericordia de Dios y de su amor para los que crean en su Hijo (Rom. 3:24-28; 11:16; Ef. 2:4-10). La gracia nos da todo aquello que no merecemos y que no podíamos alcanzar con nuestras obras (Rom. 11:6). El hombre puede resistir y rechazar esta gracia (Mt. 23:37), una persona es condenada cuando decide no creer (Jn. 3:18). Jesús reconoce el hecho de la resistencia y el rechazo humano (Jn. 5:40; 7:37; 11:26; 12:46-48). Esteban concluyó su discurso diciendo “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos…” (Hch. 7:51) e Isaías dice “Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor” (Is. 65:2). Concluimos pues que la gracia de Dios no puede ser ni resistida ni recibida por el libre albedrío del hombre (Heb. 10:26, 29).

PERSEVERANCIA Creemos que no hay condenación en Jesucristo, que nada nos puede separar del amor de Dios en Cristo Jesús y que tenemos seguridad en Jesús (Rom. 8:1,38-39; Jn.6:37; 10:27-28; Fil. 1:6). Creemos que el Espíritu Santo nos ha sellado hasta el día de la redención. (Ef. 1:13-14; 4:30). Pero también somos conscientes de las palabras de advertencias de Jesús que dijo, que no todo el que le diga Señor será salvo (Mt. 7:21-23). Aparentemente hay muchos que dicen ser creyentes cuando en realidad no lo son (Lc. 9:62; 1Cor. 6:9-10; Gal. 5:19-21; Ef. 5:3-5). Los siguientes textos son muy serios al respecto y conviene revisarlos con cuidado (Gal. 5:4; Col. 1:20-23; 2 Tim. 2:12; Heb. 2:12; 1 Tim. 4:1; 2Pd.2:20-21).

Pero también dice en 2 Pd. 1:10, “Por lo cual hermanos, tanto más procurad hacer firmes vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas no caeréis jamás”. Agradecemos a Dios por el ánimo en Judas 24 “Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con alegría; al único Dios”. Manteniendo un balance bíblico sobre estos difíciles temas de importancia, creemos en la perseverancia de los santos (verdaderos creyentes), pero también estamos conscientes acerca de vidas pecaminosas entre aquellos que dicen ser cristianos. Nosotros no tenemos todas las respuestas en estos asuntos, pero deseamos ser fieles al Señor y a su Palabra. Si basáramos nuestra salvación en las obras y actitudes de la gente nos desanimaríamos. Pero cuando ponemos nuestros ojos en el Señor estamos confiados (1 Pd. 1:3-9). No es fácil mantener la unidad en estos temas, pues los caminos de Dios son inescrutables (Rom. 11:33) y la Biblia nos previene a no apoyarnos en nuestra propia prudencia (Pr. 3:5). No es siempre fácil y entendible decir lo que Dios nos dice, ni más ni menos. Debemos de tratar de evitar dividirnos y separarnos entre los creyentes. Que el Señor nos ayude a amarnos el uno al otro, a ser benignos, misericordiosos, perdonándonos unos a otros, como Dios nos perdona. Cuando nos encontremos con problemas doctrinales difíciles busquemos con humildad agradar a Dios quien nos ha llamado a servirle en el cuerpo de Cristo. Discusiones, ¡sí! Desacuerdos, ¡sí! Divisiones, ¡no! Jesús dijo que por los frutos nos reconocerían. Cuando una posición particular de las Escrituras nos lleva a convertirnos en personas divisivas, argumentativas y legalistas, yo cuestiono la validez de esa posición. Busco aquellas cosas que tienden a hacerme más benigno y misericordioso, entonces así sé que me estoy volviendo más como mi Señor. Si has llegado a una fuerte convicción personal sobre un asunto doctrinal, por favor concédenos primero el privilegio de ver como te ha ayudado a ser más como Cristo y luego juzgaremos si es que necesitamos llegar a la misma conclusión. Siempre debemos buscar el fruto de toda enseñanza. Preferiría tener un argumento no muy bueno que defender y una buena actitud que buenos argumentos y una mala actitud. Dios puede cambiar mi opinión y comprensión de los hechos en un momento, pero a menudo le toma toda la vida producir cambios de actitud. Los Cinco Puntos del Calvinismo

. Barlow

Este sistema de teología fue reafirmado por reformadores en el sínodo de Dort en 1619, como la doctrina de salvación contenida en las Santas Escrituras. En esa época el sistema fue formulado en "cinco puntos" en respuesta a cinco puntos no escriturales, sumitidos por seguidores de Jacobus Arminius (arminianos) a la Iglesia de Holanda en 1610.

De acuerdo al Calvinismo:

La Salvación es llevada a cabo por el poder de la Santa Trinidad. El Padre es quien elije, El Hijo muere por ellos, y El Espíritu Santo hace la muerte de Cristo efectiva, al traer a los elejidos a la fe y al arrepentimiento, por lo tanto causando en ellos, el obedecer de buena gana el Evangelio. El proceso entero (elección, redención, regeneración) es la obra de Dios sólo por su gracia. Es a sí que es Dios, y no el hombre, quien determina quienes seran los recipientes del regalo de la salvación.

Depravación o Inabilidad Total:

Depravación Total es probablemente una de las doctrinas más desentendidas del Calvinismo. Cuando los Calvinistas hablan de la raza humana como "totalmente depravados", ellos estan haciendo una declaración extensiva en lugar de intensiva. El efecto de la caida en el hombre es que el pecado se ha extendido a cada parte de su personalidad, sus pensamientos, emociones y su voluntad. No necesariamente que ellos sean intensamente pecaminosos, sino mas bien que el pecado se ha extendido a todo su ser.

El hombre no regenerado esta muerto en sus pecados(Romanos 5:12). Sin el poder del Espíritu Santo, el hombre natural esta ciego y sordo al mensaje del Evangelio (Marcos 4:11ss.). Esta es la razón del porque la Depravación Total ha sido llamada Inabilidad Total. El hombre sin el conocimiento de Dios nunca vendra a reconocer esta doctrina a no ser que Dios le dé vida a través de Cristo (Efesios 2:1-5).

Elección Incondicional:

Elección Incondicional es la doctrina que declara que Dios escoje, desde antes de la fundación del mundo, (Efesios 1:4-8) a aquellos que de los cuales Dios se place, a fin de traerlos al conocimiento de sí mismo, esto no esta basado en ningun mérito de los elejidos, ni basado en el pre-conocimiento de Dios para descubrir quien va aceptar su oferta del Evangelio.

Dios ha elejido, basado única y solamente por el consejo de su propia voluntad, algunos para vida eterna y otros para condenación (Romanos 9:15,21). Sin embargo esta doctrina no deja de lado la responsabilidad del hombre para creer en la obra redentora de Dios El Hijo (Juan 3:16-18).

Hay una tension en las Sagradas Escrituras entre la soberania de Dios en la salvacion y la responsabilidad del hombre para creer, la cual esta doctrina no trata de resolver. Ambas son verdad, el negar la responsabilidad del hombre es afirmar un hiper-calvinismo (no bíblico); y el negar la soberania de Dios es afirmar un Arminianismo, el cual tampoco es bíblico.

Los elejidos son salvados para buenas obras (Efesios 2:10), y estas son resultado de la gracia salvadora de Dios, la cual es iniciada en el proceso de salvación, primero la fe proclamada por

Pablo y seguida por la fe proclamada por Santiago; es lo que Pedro trata de decir cuando exhorta al cristiano a hacer su "llamado" y "eleccion" segura, (2 Pedro 1:10); llevar el fruto de las buenas obras es una indicación que Dios ha sembrado las semillas de su gracia en tierra fertil.

Expiación Limitada (Redención Particular):

Expiación Limitada es una doctrina que responde a la pregunta, ¿por los pecados de quién murió Cristo?, la biblia enseña que Cristo murió por los pecados de aquellos que Dios le dio a salvar (Juan 17:9). Cristo murió, en verdad por mucha gente, pero no por todos (Mateo 26:28). Especificamente, Cristo murió por la Iglesia Invisible de todos los tiempos, (pasados, presentes, y futuros); es decir la suma total de todos aquellos quienes han sido elejidos, han nacido de nuevo espiritualmente y llevan con justicia el nombre "Cristiano". (Efesios 5:25).

A menudo esta doctrina encuentra algunas objeciones, principalmente de parte de aquellos que piensan que la Expiación Limitada, obstruye el evangelismo. Cristo no va perder a ninguno que el Padre le dió, (Juan 6:37).

La muerte de Cristo no fué una muerte de expiación "potencial " o simbolica; por si acaso, alguien no elejido posiblemente pudiese creer en el futuro... esto en verdad trivializaría la muerte del Señor Jesús en la expiación.

Cristo expió pecados específicos de pecadores específicos; para hacer su iglesia santa. El no expió los pecados de todos los hombres, ya que obviamente no todos los hombres son salvos. Cristo murió por los pecadores, y de seguro él no va ha perder ninguno por los cuales el murió; la expiación de Cristo es suficiente para todas las generaciones, pero eficiente solamente en los elejidos de Dios. La Gran Comision debe de continuar hasta que El Señor Jesús venga.

Gracia Irresistible:

El resultado de la Gracia Irresistible de Dios es la respuesta positiva del elejido al llamado interno del Espíritu Santo, cuando el llamado externo es hecho por medio de las escrituras (predicador-a).

Cristo enseña que todos los que Dios ha elejido, vendrán al conocimiento de El, (Juan 6:37). Los hombres vienen a Cristo para salvación cuando el Padre los llama, (Juan 6:44), y el mismo Espíritu de Dios guia a sus amados al arrepentimiento, (Romanos 8:14).

Que consuelo es saber que el Evangelio de Cristo penetrara nuestros duros y pecaminosos corazones y maravillosamente nos salva a través del llamado interno del Espíritu Santo, (I Pedro 5:10).

Perseverancia de los Santos:

Perseverancia de los Santos es una doctrina que enseña que los santos (aquellos que Dios ha salvado) permanecerán en las manos de Dios hasta que ellos sean glorificados y llevados con El al cielo. Romanos 8:28-29, establece que cuando una persona ha sido verdaderamante regenarada por Dios, permanecera con Dios.

La obra de santificación la cual Dios genera, continuará en el elejido hasta que alcance su consumación en el cielo, (Filipenses 1:6). Cristo asegura que no perderá a ninguno de los elejidos y que serán glorificados en el "dia postrero", (Juan 6:39).

La posición Calvinista permanece con la palabra de Dios,y confía en la promesa de Cristo, que El cumplirá perfectamente la voluntad del Padre al preservar a todos los elejidos. El elejido persevera porque Dios lo preserva.

Arminio y Arminianos

El arminianismo es una doctrina teológica concerniente a la gracia divina y a la salvación del hombre, que nació en el seno de la comunidad reformada de los Países Bajos, y de allí se extendió a otros países protestantes a fines del s. XVI y principios del XVII. El nombre proviene de Arminio (Jacobo Armenszoon o Harmenszoon, 15601609), pastor protestante en Amsterdam, luego profesor en Leiden, que jugó un importante papel en el conflicto. <> 1. Precedentes. El protestantismo penetró muy pronto en los Países Bajos a pesar de los esfuerzos de Carlos V y de Felipe II, para mantener la unidad religiosa en sus Estados, convirtiéndose el calvinismo en la tendencia dominante. Como base doctrinal, se adoptó la Profesión de fe de los Países Bajos (Conjessio belgicci. 1561). Las luchas entre católicos y protestantes fueron encarnizadas, porque a los motivos religiosos se añadía el deseo de independencia. Finalmente siete Provincias del Norte se separaron de España (1579) y el protestantismo se extendió, con una difusión que estuvo acompañada de la represión de las doctrinas disidentes, aun dentro del mismo protestantismo, entre las que está el arminianismo. Calvino v sus seguidores afirmaban de la manera más absoluta la omnipotencia de Dios, su presciencia y el libre don de su gracia. Todo aquello que aunque fuera bajo la soberanía divina afirmara una obra humana les hacía el efecto de una impiedad. Enseñaban a los fieles que su salvación no dependía ni de su voluntad, ni de la Iglesia, sino sólo de Dios que desde toda la eternidad ha elegido a aquellos destinados para la salvación eterna. En este contexto se sitúa la teoría de Arminio. <> 2. Inicio de la controversia. Arminio había sido estudiante en Marburgo, Leiden y Ginebra donde escuchó a Teodoro Beza . Nombrado en 1588 pastor en Amsterdam, le fue encargado el refutar las obras que atacaban la predestinación. Este estudio le inclinó hacia una doctrina que iba a ser el arminianismo. Consideraba que la gracia de Dios es ofrecida a todos y que su aceptación o rechazo dependen también del hombre mismo. A pesar de esto fue nombrado profesor en Leiden (1603), donde se enfrentó con su colega Francois Gomar, calvinista rígido, que no tardó en acusarle de pelagianismo. Ni el sínodo ni los Estados Generales pudieron poner término a los debates que se extendían y envenenaban a todo el país. Arminio murió en 1609. Sus partidarios, para justificarse ante las acusaciones de las que eran objeto, dirigieron a los Estados en 1610 una Remonstraiztia (manifestación) con cinco artículos, de donde viene el nombre de remostrantes con el que todavía se los designa hoy día. Declaraban que:

• l) Dios ha decidido desde toda la eternidad destinar para la salvación a aquellos que creyeran en El;

• 2) Cristo murió por todos los hombres, pero de manera que sólo los fieles gozaran verdaderamente de su perdón;

• 3) El hombre no recibe la fe salvadera más que por la gracia divina; • 4) pero se puede resistir a esa gracia y prepararse para recibirla; <>5) No se excluye la

posibilidad de perder la gracia.

Los arminianos se separaron de los protestantes rígidos al afirmar que se puede resistir a la gracia y que se puede perder. El jurista Hugo Grocio los apoyaba. Una asamblea de teólogos redactó una contra-remonstrantia en términos muy impetuosos. Se constituyeron dos partidos. Uno quería imponer a todos el calvinismo más estricto; el otro, el de Arminio, quería atenuar la doctrina calvinista sobre la predestinación. De otra parte un complicado sistema repartía el poder entre el Consejero Pensionario de Holanda, lean Barnevelt, uno de los fundadores de la República, y el Stathouder Mauricio de Nassau, príncipe de Orange, hijo de Guillermo el Taciturno. Ambas potestades pronto se hicieron rivales. Detrás del consejero estaba la burguesía, más cultivada y menos rigurosa, que aceptaba las doctrinas de Arminio. Con los príncipes de Orange se alineaban los marinos, los campesinos y los extranjeros que, habiendo escapado a la persecución, eran calvinistas ardientes. Los Estados, considerando que no había herejía, quisieron imponer la paz. Pero el partido popular y orangista se negó a someterse y decidió convocar un sínodo general con los representantes de las comunidades calvinistas de Europa, para terminar definitivamente con la cuestión, 3. El sínodo de Dordrecht. Comenzó en noviembre de 1618 y duró seis meses. Se reunieron 28 delegados llegados de Inglaterra, Escocia, Alemania v Suiza (los franceses fueron retenidos por Luis XIII). Los remonstrantes fueron citados a comparecer como acusados. El profesor Simón Episcopio (1583-1643) expuso sus tesis. El hecho de que negaran a sus adversarios el derecho a ser juez y parte a la vez irritó a la asamblea, que los expulsó. El sínodo fijó entonces la doctrina calvinista en los cánones de Dordrecht (1619) y condenó a los a. Siguió una verdadera persecución político-religiosa. a la que ayudó la reacción orangista. El consejero Barnevelt murió en el patíbulo, Episcopio se exilió, Grocio escapó a la reclusión huyendo, 200 pastores fueron depuestos, 80 marcharon al extranjero, acompañados a menudo de sus fieles. <> 4. Desarrollo posterior del arminianismo. En los Países Bajos. Debida al espíritu de partido y empañada de violencias, la obra de Dordrecht fue efímera. El pueblo y el gobierno volvieron pronto a cierta tolerancia, Habiendo muerto Mauricio de Nassau en 1625, su hermano llamó a los remonstrantes. Tuvieron derecho a establecerse en todos los lugares, escribir, erigir iglesias y escuelas. Sin embargo, su número tendió a disminuir. En nuestros días no son más de 25.000 repartidos en 33 comunidades. La principal razón es la infiltración gradual de sus ideas en el seno del calvinismo. <> La influencia de los teólogos arminianos fue considerable. Entre ellos destacan, además del ya citado Episcopio, J. Vytenbogaert (1557-1644); J. Limborch (m. 1714); I. le Clerc (m. 1736), uno de los más grandes eruditos de su tiempo; J. I. Wettstein (m. 1754), autor de una edición crítica del N. T. En el s. XIX, los remonstrantes conocieron un nuevo avance. Citemos a J. Tideman y C. P. Tiele, autor de una historia comparada de las religiones. <> Entre los remonstrantes actuales reina un espíritu que recuerda al humanismo erasmiano: cristianismo adogmático centrado en la Biblia y en la práctica, en el amor universal de Dios más que en el pecado, y en la tolerancia. Sin embargo, no se han quedado apartados de la teología contemporánea basada en Cristo, con K. H. Roessingh y G. J. Heering, como lo muestran una

profesión de fe (1940) y una doctrina de la Iglesia (1950). En Inglaterra, influyó en miembros de la High Church como el arzobispo W. Laud (m. 1645), I. Taylor, H. Hales, convertido al arminianismo en el sínodo en el que era observador. En el s. XIX se encuentran las ideas de Arminio en el seno del Broad Church party. <> En Francia, el calvinismo se unió a las decisiones de Dordrecht (sínodo de Alés, 1620). Esto no impidió la extensión del arminianismo, debido a la presencia de refugiados holandeses (Grocio especialmente). Encontró allí una forma atenuada y original en la enseñanza de Moise Amyraut (1596-1664) en la academia de Saumur, Este intentó una especie de síntesis entre el calvinismo estricto y los elementos positivos de la doctrina de Arminio. Insiste sobre la voluntad general de Dios que tiende a la salvación de todos; pero Dios no da la fe, por un decreto especial, más que a aquellos que serán salvados. Se ha llamado a esta doctrina, expuesta en el Bref traité de la prédestination (1634), universalismo hipotético, o amyraldismo. Suscitó una gran oposición en el país (Pierre du Moulin, A. Rivet, etc.) y en el extranjero. Amyraut, citado ante los sínodos de Alenzón (1637) y de Charenton (1645) que deseaban mantener la paz, se mostró conciliador y la asamblea, satisfecha de sus explicaciones, le dio su confianza. Continuó difundiendo sus ideas en sus escritos y en sus enseñanzas. Fue estimado por católicos como Richelieu y Mazarino. Su doctrina ganó terreno en Francia gracias al apoyo de hombres eminentes, como Jean Daillé. Este último propuso en 1651 el universalismo hipotético como base de entendimiento con los luteranos. La moderación de los sínodos, el hecho de que los reformados fueran una minoría oprimida, evitaron a este país las violencias de los Países Bajos. <> En Suiza. La evolución religiosa de este país fue diferente. Hubo un reforzamiento del integrismo en el momento en que un espíritu de comprensión triunfaba en los Países Bajos. Los cantones protestantes no habían sufrido gravemente, pero rodeados por guerras y constantemente amenazados, vivieron a la defensiva en cuanto a teología. Ginebra se mantuvo en la más estricta ortodoxia, se negó a someter a debate cualquier cuestión, aplaudió las decisiones de Dordrecht, y sus delegados, I. Diodati y T. Tronchin se mostraron muy severos con los arminianos. El prof. Benito Turrettini, hijo de un noble italiano exiliado por la persecución, era un ultracalvinista; asistió al sínodo francés de Alés para combatir la doctrina de Arminio Cuando Amyraut comenzó a enseñar en Sauniur un semi-arminianismo, parte de los pastores ginebrinos adoptaron sus ideas, especialmente A. Morus, L. Tronchin, Ph. Mestrezat. Les fue prohibido predicar o enseñar la universalidad de la gracia. Los otros cantones suizos que luchaban también contra las tendencias liberales se inquietaron por la influencia de Arminio en Ginebra. J. H. Heidegger (1633-98) y F. Turrettini (hijo de Benito) prepararon una profesión de fe para cortar el camino a las ideas francesas. Este texto, hecho más exclusivo por otros colaboradores, se convirtió en la Formilla cotisensus helvetica (1675), fórmula de concordia, que fue impuesta en los cantones con más o menos éxito. Los estudios doctrinales suscitaron numerosas controversias y crearon problemas a muchos fieles. En el siglo siguiente, en el que se buscaba una «ortodoxia razonable», se dejó de exigir a los pastores la firma de la profesión de fe.

La teología de Arminio en lo tocante al libre albedrío y la predestinación

Arminio rechazó enfáticamente el pelagianismo en lo tocante a las consecuencias del pecado de Adán en su descendencia. Hablando acerca del hombre en su estado caído, Arminio declara que su libre albedrío en lo que respecta al verdadero Dios, no sólo se encuentra “herido, mutilado, enfermizo, debilitado; sino que también ha sido hecho cautivo, destruido y perdido”;

de tal manera que el libre albedrío humano es totalmente inútil “a menos que sea asistido por la gracia”.

Según Arminio, debido al oscurecimiento del entendimiento y la perversidad del corazón, el hombre ha quedado en un estado de impotencia moral. “La voluntad del hombre no es libre de hacer ningún bien a menos que sea… libertada por el Hijo de Dios a través del Espíritu de Dios.”

Más aún, para manifestar su completo acuerdo con Agustín, Arminio comenta lo siguiente acerca del texto de Juan 15:5: “Separados de mí nada podéis hacer”: “Después de haber meditado diligentemente en cada una de las palabras de este pasaje, Agustín comenta de esta forma: ‘Cristo no dice, Sin mi sólo pueden hacer poco; tampoco dice, Sin mí no podréis hacer ningún trabajo arduo, ni tampoco Sin mí haríais las cosas con dificultad: Sino que dice, Sin mí nada podéis hacer’”.

En cuanto a esto, Arminio parece estar de acuerdo con Agustín, Lutero y Calvino. De hecho, Arminio tenía en muy alta estima los comentarios de Calvino y su Institución de la Religión Cristiana (él recomendaba a sus estudiantes hacer un amplio uso de los comentarios de Calvino). El punto controversial radica en el hecho de que Arminio enseñaba que, aunque la gracia de Dios es necesaria para la salvación, no asegura la salvación de nadie; en otras palabras, la gracia es una condición necesaria, pero no suficiente.

Arminio declara: “Toda persona no regenerada posee una voluntad libre, y la capacidad de resistir al Espíritu Santo, de rechazar la gracia de Dios que le es ofrecida, de menospreciar el consejo de Dios contra sí mismos, de rehusar aceptar el Evangelio de la gracia, y de no abrirle a aquel que toca la puerta de su corazón”.

De modo que si el pecador no responde al llamado, la culpa es enteramente suya (en eso todos estamos de acuerdo); pero ¿qué si acepta? En otras palabras ¿quién es, a final de cuentas, el que tiene la decisión de la salvación en sus manos? Por implicación, según Arminio la salvación depende, en última instancia, de la decisión humana y no de la soberanía de Dios. La gracia de Dios es una condición necesaria para la salvación, pero no es una condición suficiente.

Arminio intenta aclarar su posición teológica a aquellos que le adversan con esta ilustración: Imaginemos a un hombre rico que ayuda con sus bienes a un pordiosero para que éste pueda mantener a su familia. ¿Dejaría de ser un regalo de pura gracia por el hecho de que el mendigo tenga que extender su mano para recibir lo que se le ofrece? ¿Pudiéramos decir con propiedad que la limosna depende parcialmente de la liberalidad del donante, y parcialmente de la libertad del receptor, por el hecho de que este último tiene que extender su mano para recibir el beneficio? Si no es así, cuanto menos podemos decirlo del don de la fe.

El problema de este símil es que presupone una necesidad que el mendigo tiene conscientemente y la cual él desea suplir; mientras que en el caso del pecador, éste no desea, sino que rechaza con todas sus fuerzas, el don que se le ofrece gratuitamente en Cristo. Al igual que en el caso del mendigo, el pecador tiene que extender sus manos hacia Dios para recibir el don; pero, según el Calvinismo, éste sólo podrá hacerlo si Dios cambia la disposición de su corazón.

En cuanto a la predestinación, tanto uno como los otros afirmaban que la predestinación para salvación era una enseñanza bíblica; pero, mientras el calvinismo afirma que los elegidos ejercen fe porque fueron predestinados por Dios desde antes de la fundación por el puro afecto de Su voluntad (como enseña claramente Pablo en Ef. 1:3-6), Arminio enseñaba más bien que Dios predestinó a todos aquellos que Él sabía de antemano que iban a creer. Así que el foco del debate no era si había predestinación o no, sino más bien en cuál era la base de dicha predestinación.

A pesar de eso, en 1603 Arminio fue llamado a asumir la cátedra de teología en la Universidad de Leyden, donde sus doctrinas opuestas al calvinismo fueron más conocidas aún. Esto trajo como consecuencia un enfrentamiento con los calvinistas, de manera particular con otro profesor de la facultad, Francisco Gomaro. Este debate fue subiendo de tono, a tal punto que tuvo ramificaciones políticas.

Luego de la muerte de Arminio, en 1609, sus puntos de vista fueron sistematizados por su pupilo y sucesor en Leyden, Simón Episcopio. Al ser acusados de herejía, en 1610 los seguidores de Arminio presentaron a los Estados de Holanda un Memorial de Protesta (Remonstrance en inglés, por lo que fueron llamados “remonstrantes”), en el que planteaban su posición, incluyendo en la segunda parte los cinco puntos de su propia doctrina.

Estos artículos fueron firmados por 46 ministros remonstrantes. Los calvinistas, por su parte, emitieron una contra protesta. Pero, como no llegaban a un acuerdo, finalmente se decidió resolver la disputa mediante un Sínodo al que fueron invitados casi todas las iglesias nacionales reformadas.

Éste fue celebrado en Dordrecht desde el 13 de Noviembre de 1618 hasta el 9 de mayo de 1619. Estuvieron presentes 84 miembros y 18 comisionados seculares del Palatinado, Hesse, Nassau, Frieslandia Oriental, Bremen, Emden, Inglaterra, Escocia, Ginebra y Suiza alemana.

Los Cánones del Sínodo de Dort condenaron la posición arminiana, a la vez que presentaron cinco puntos contrarios, que han sido conocidos como los cinco puntos del Calvinismo.

Por un lado declaran que el hecho de que “sólo algunos de entre los miembros de la raza humana pecadora alcancen la fe, debe atribuirse al Consejo eterno de Dios. Dios eligió en Cristo un número definido de seres humanos para la salvación, en tanto que, en su justicia, dejó a los demás entregados a la perdición.”

En cuanto a la eficacia de la muerte de Cristo, afirman que ésta “es suficiente para expiar los pecados de todo el mundo.” Sin embargo, su obra de expiación está limitada en el hecho de que Dios tenía la intención de que fuese eficaz solamente para quienes “fueron elegidos desde la eternidad para salvación.”

También afirman la total depravación de la raza humana, así como la gracia irresistible de Dios. “Finalmente, los Cánones enseñan que Dios preserva a los elegidos de tal modo que no caen de su gracia. En esto también se atribuye la gloria Dios; permanecemos en la gracia, no por el poder de nuestra voluntad, sino porque, por su gracia, Dios ‘inicia, preserva, continúa y perfecciona su obra en nosotros’.”

Repetidas veces los calvinistas del Sínodo acusaron a los remonstrantes de enseñar las doctrinas de Pelagio, a pesar de que tanto Arminio como sus seguidores se empeñaron en

condenar el pelagianismo. Estrictamente hablando los arminianos podían ser catalogados de ser semipelagianos; pero es probable que los teólogos del Sínodo hayan tenido en mente la conexión que existe entre ambas posturas.

No obstante, el arminianismo no murió allí. Sus doctrinas fueron asimiladas por los bautistas generales en Inglaterra, los menonitas holandeses y, un poco más tarde, por el metodismo wesleyano (aunque este último se aleja aún más de la doctrina reformada de la salvación). Hoy día es la doctrina de la mayoría de las iglesias en América.

Posición de Juan Wesley

Mientras que el pensamiento teológico de Juan Wesley a menudo ha sido pasado por alto en ciertas corrientes del cristianismo protestante, porque él nunca escribió o establecido una teología formal sistemática, su teología, como se ve en sus obras pastorales - traducciones sermones y comentarios sobre las Escrituras, himnos, tratados y cartas, muestra una cierta coherencia de pensamiento en muchas áreas teológicas. En ninguna parte es esto más cierto que en su entendimiento de la salvación. Como un pastor-teólogo cuya intención era llevar a la gente en el camino de la salvación, Wesley operado de una bien desarrollada, un marco de identificación soteriológica que informó a su cuidado de las almas humanas. La clave de Wesley y su teología se encuentra en su doctrina de la salvación. El propósito de nuestro artículo es para ayudarnos a entender ordo salutis Wesley (orden de la salvación), la comprensión conceptual teológico de la salvación de informar a su práctica pastoral. Por lo tanto, tenemos que empezar con (I) de Wesley comprensión de la humanidad antes de la caída, (II) la comprensión de Wesley de la humanidad después de la Caída, y (III) la comprensión de Wesley de la humanidad después de la caída con la asistencia de la gracia preveniente. JOHN WESLEY I. LA COMPRENSIÓN DE LA HUMANIDAD ANTES DE LA CAÍDA Como creado perfecto en el jardín, la doctrina de Juan Wesley de la humanidad se basa en su comprensión de la imagen de Dios en la humanidad, que se compone de tres partes: la física, política y moral. La imagen natural de la humanidad dio a la inmortalidad, la razón o entendimiento, voluntad y emociones perfectamente ordenado o afectos. La imagen política dio a la humanidad el poder de gobierno, por el que la humanidad ejerce dominio sobre el orden creado y relacionados con razón, en todos los ámbitos de relación humana. La imagen moral permitido a la humanidad a disfrutar de la verdadera justicia, la santidad, el amor y el conocimiento de Dios en la inmediatez de una relación con Dios. La imagen moral formó el principio rector de la disposición de la humanidad, los pensamientos, palabras y acciones. Tal como fue creado en el jardín, antes de la Caída, la imagen de Dios permitió a los seres humanos a querer como el hacer perfectamente las intenciones de Dios para la humanidad. La santidad, la justicia y el amor informó el razonamiento de la humanidad, el entendimiento, voluntad y emociones, lo que resultó en el ejercicio legítimo del dominio en el orden creado, con razón relaciones ordenadas con la humanidad compañeros, y el amor perfecto y la obediencia a Dios. De acuerdo con Wesley, a través de la cooperación o concurrentes la providencia de Dios permite a los procesos naturales de procreación del cuerpo humano, que permitan a hombres y mujeres para generar la vida humana según su naturaleza, de modo que todo lo que constituye la humanidad, los padres humanos están habilitadas para llevar a la existencia. Como tal, la unicidad de la humanidad no se encuentra en cómo se genera la vida humana, porque la vida humana surge de la misma manera como la vida de otros animales, sino que reside en el

hecho de que los seres humanos tienen la imagen y semejanza de Dios, un aspecto de la humanidad que los padres tienen la facultad de transmitir a sus hijos en la procreación. En el orden creado al margen de la influencia corruptora del pecado, la humanidad perfecta estaba facultada para engendrar la humanidad perfecta. La imagen perfecta de Dios en Adán y Eva antes de la caída era capaz de ser transferido a su descendencia a través de los procesos de la procreación. II. Juan Wesley COMPRENSIÓN DE LA HUMANIDAD DESPUÉS DE LA CAÍDA Sin embargo, después de la caída de la imagen de Dios se pierde a través de la corrupción total. La caída invertido completamente las condiciones originales de la vida humana. Moralmente, la humanidad estaba completamente muerto a Dios, auto centrado y desamparados a cambio, naturalmente, la razón humana, la comprensión, el libre albedrío, fue destruido y los afectos humanos se hizo desordenado e indisciplinado, políticamente, la relación de la humanidad para el mundo y la capacidad de organizarse socialmente fue destruido. La imagen natural, política y moral de Dios fue reemplazado por la imagen del diablo, con orgullo y voluntad. La humanidad se hundió en "apetitos sensuales y deseos, la imagen de las bestias que perecen." En este estado la humanidad está bajo la condenación de Dios y es digno de la ira de Dios y de la sentencia Aunque creado santo y sabio, la humanidad en el Jardín buscó su propia voluntad en lugar de Dios, buscando la felicidad en el mundo y en la obra de sus manos en lugar de Dios. La humanidad se rebeló contra Dios y como consecuencia sufrió la muerte espiritual, temporal y eterna. La humanidad física se convirtió en mortal y murió espiritualmente. El conocimiento de Dios y el Amor de Dios se perdieron. Por otra parte, porque Dios opera a través de la cooperación providencia, los seres humanos todavía son capaces de crear, según su naturaleza, aunque una naturaleza totalmente corrompida y la imagen divina. la humanidad corrupta engendra la humanidad corrompida, con todas las consecuencias asociadas con ella. Así, Adán y Eva después de la caída engendró hijos de acuerdo con su naturaleza corrupta y estaban sujetos a la condenación de Dios y la ira. Para Wesley este estado de pecado es la fuente de todo pecado. Los seres humanos el pecado, porque somos pecadores. La imagen dañada de Dios lleva a todos los actos de pecado. De acuerdo con John Wesley éste es el estado natural de la humanidad. La humanidad no tiene recursos internos para ofrecer o contribuir a la obra de la salvación. La humanidad en su estado natural es, sin conciencia de que hay un Dios, que ninguna conciencia de que la humanidad está bajo la condenación divina, y ninguna conciencia de que la humanidad aún necesita ser salvado. La humanidad es incapaz de hacer nada. La humanidad está muerto para Dios y los muertos en el pecado. En este sentido, Juan Wesley está completamente en la tradición reformada, de acuerdo con Juan Calvino y Martín Lutero. Si los seres humanos van a ser redimidos, entonces Dios es el que debe tomar la iniciativa. III. Juan Wesley comprensión de la humanidad después de la caída, asistido por la gracia preveniente Sin embargo, en este momento, Wesley comienza a separar su teología desde el punto de vista Reformado de Lutero y Calvino, que, con su visión de Dios como soberano Rey y Juez, sostienen que Dios toma la iniciativa divina y la elección irresistible. Dios en su sabiduría elige a ciertas personas a guardar. Porque Dios es soberano Rey, estas personas elegidas para la

redención no puede ayudar, pero se salvó, el resto son justamente consignados al castigo eterno. Por otro lado, Wesley, con su comprensión de Dios como Padre amoroso desarrolla su doctrina de la gracia. Wesley sostiene que Dios no deja a la humanidad en el estado natural de la depravación total. Más bien, Dios toma la iniciativa de ampliar preveniente (de la raíz latina "prevenio", que significa "llegar antes") la gracia, también llamada la prevención de la gracia, a toda la humanidad. En primer lugar, esta comprensión de la gracia es obra de Dios para restaurar parcialmente la imagen natural y político de Dios en la humanidad, permitiendo a la humanidad la capacidad de cooperar (o no cooperar) con el futuro trabajo de Dios en la restauración de la humanidad. Fundamentalmente, esto ocurre en dos niveles. En primer lugar, la racionalidad es parcialmente restaurado en los seres humanos, lo que permite cierta aprensión o la comprensión del mundo, las condiciones de la humanidad, y las relaciones sociales. En segundo lugar, una medida de la voluntad libre es restaurado. La humanidad se hace capaz de responder a Dios, capaz de cooperar con otras ofertas de la gracia de Dios, y resistir la influencia del pecado original, haciendo posible una cierta apariencia de la civilización humana. De acuerdo con Wesley, esta gracia preveniente inicial hace posible con más gracia preveniente el reconocimiento de la revelación general, (a) la humanidad que permite discernir el orden creado que hay un Dios que ejerce el poder sobre el orden creado y la humanidad (b) se conciencia moral, ayudando a la humanidad a comprender lo que está bien y el mal y el trabajo hacia la derecha. Wesley también sostiene que la gracia preveniente absuelve a la humanidad de toda culpa o responsabilidad por el pecado original. Del mismo modo, la gracia preveniente se convierte en la gracia salvadora para aquellos que no tienen la capacidad para tomar decisiones morales, como los bebés y los discapacitados mentales. Como veremos más tarde en una conferencia sobre la expiación, esta absolución está ligada a la comprensión de Wesley de los beneficios de la obra expiatoria de Cristo se aplica a toda la humanidad. Como tal, la humanidad es sólo ayudar a responsables de sus propios pecados intencionales, cuando quiere optar por cooperar con las inclinaciones pecaminosas de su corazón. Con esta comprensión de la gracia, mientras que Wesley articula una doctrina del estado natural de la humanidad, en el que se completo la imagen de Dios destruyó en la humanidad, que no cree que cualquier persona se pone en esta vida por completo en su estado natural. En primer lugar, la gracia preveniente hace que una persona capaz de cooperar con más gracia, la gracia que Dios pone a disposición en un momento dado, la gracia disponible a través de la comunicación del Evangelio, la gracia que es capaz de restaurar la imagen moral de Dios en la humanidad. Por lo tanto, la gracia preveniente dado a todos no cambia el hecho de que la humanidad sigue siendo muertos a Dios y no tiene capacidad de cambiar la relación humana con Dios. A la gracia preveniente, más gracia se debe ofrecer, pero este don de la gracia inicial hace posible la capacidad de la humanidad de cooperar o no cooperar con la gracia adicional

Soteriología La doctrina de la salvación cristiana

Soteriología la doctrina de la salvación cristiana, es algo de gran importancia para los creyentes. A pesar de que encontramos hoy en día muchos cristianos no conocen o no entienden realmente lo que es la salvación cristiana? Ni saben lo que la salvación cristiana significa para ellos, o lo que la salvación cristiana es todo. Creo firmemente que no creen saber estas cosas con el tiempo te hará daño, ya que son una presa más fácil para el diablo. La Biblia dice, pueblo perece por falta de conocimiento. Lo mismo sucede con esto en mente,

que he tomado el tiempo para tratar de exponer lo que algunos, Soteriología La doctrina cristiana de la salvación , o lo que es posible conocer mejor la salvación cristiana.

1. Creo que nosotros como cristianos no sólo deben estar agradecidos y contentos de que nos salvamos, pero también debe saber lo que tiene que ver con la salvación. 2. Lo que Dios ha hecho (Justificación) 3. ¿Qué parte de Jesús Cristo desempeña en nuestra redención y lo que debe ser nuestra respuesta a este gran regalo.

Para comprender la necesidad del hombre de una salvación que entender:

Si hemos pecado consciente o inconscientemente, nos hemos rebelado contra Dios. "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23).

Nuestra necesidad de salvación llegó cuando Adán y Eva cayeron en el jardín. La Biblia declara que Adán fue nuestro representante y cuando cayó, todos caímos "en" él. (1 Cor.15: 22) (1 Cor.15: 45)

No podemos mirarnos a nosotros mismos y adecuadamente juzgar en qué medida nos quedamos "El corazón es engañoso por sobre todas las cosas, y perverso: ¿quién lo conocerá?" (Jeremías 17:9), así que tenemos que mirar a través de los ojos de las Escrituras para ver como Dios ve nuestro dilema

La doctrina de la salvación (soteriología)

Salvación: La liberación y la conservación.

Cuando el hombre cayó, todas las facultades que el hombre poseía convirtió manchada por el pecado. El pecado trajo la muerte a todos los niveles del ser del hombre. (Efesios 2:1-3)

Sin construyó un muro que separa a Dios y el hombre. Mientras que el pecado nos separa de Dios, nunca tendremos una buena relación con él. No importa lo buenos que tratan de ser, por la Palabra de Dios dice en (Isaías 64:6) "Pero todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia ;...."

Así que la pregunta es, ¿cuál sería el mover de Dios para salvar a nosotros, o más bien, lo que movió a Dios para salvarnos? ¿Qué causa un pecado que Dios da la vida de su Hijo sin pecado, para salvar a un pueblo lleno de pecado? Es bueno saber que Dios no es sólo un hombre común. Él hizo el sacrificio a través de dar la vida de su Hijo para salvar a un mundo que odiaba todo lo que es santo.

La Biblia da tres razones para la motivación de Dios para salvar al hombre pecador.

1. Mayor motivación de Dios es su gran amor por nosotros. Dios le dio a su "único hijo engendrado" Jesús. (Juan 3:16) "Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) (Efesios 2 :4-5)

Cuando Cristo murió por nosotros, no había nada bueno en nosotros que lo motivan a hacerlo, salvo que él había elegido para amarnos.

(Ágape: Un amor incondicional que se encuentran i la voluntad de Dios)

Ágape {Pagar GAH ah} - de la palabra griega para el amor a menudo se utiliza en el Nuevo Testamento

(Juan 13:35, 1 Cor 13;. 1 Juan 4:7-18). Contrariamente a la comprensión popular, el significado del ágape no es que es sólo un amor incondicional, pero que es sobre todo un amor de la voluntad en lugar de las emociones.

Th e Nuevo Testamento no habla de Dios amoroso incrédulos seres humanos con amor emocional o un amor que espera algo a cambio. Pero él ama a su voluntad-con el agapé

(John3: 16; ROM .5: 8) La razón de esto es que Dios puede encontrar nada agradable de un pecador a quien su ira todavía permanece. Así que Él ama a su voluntad, es su naturaleza de amor.

2. Salvación le permite a Dios para mostrar su gracia asombrosa y demostrar su bondad por toda la eternidad.

Que en los siglos venideros que mostrase las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. (Efesios 2:7)

3. es el deseo de Dios era también para lograr la reconciliación de su pueblo escogido.

RECONCILIACIÓN: Para llegar a ser amigos otra vez.

"Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación (2 Corintios 5:18)

motivación más profunda de Dios y el razonamiento no puede ser penetrado, "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice el Señor." (Isaías 55:8). Sólo estamos agradecidos de que Él se movió cuando lo hizo para salvarnos.

Soteriología La doctrina de la salvación cristiana: Lo que Dios ha Hecho

Soteriología, la salvación cristiana, junto al estudio de Dios mismo (Teología), la doctrina de la salvación (soteriología) es la mayor enseñanza en todas las Escrituras. Exposición de esta gran enseñanza, y esto por sí solo, es el más necesario para la salvación de la humanidad. Porque sin un conocimiento del hombre, la salvación no podía tener relación con su Creador y no sería capaz de conocer a su Padre Celestial. la Escritura dice: "La salvación es de Jehová" (Jonás 2:9). esto significa que Dios es el diseñador del plan de salvación.

La salvación abarca tres áreas distintas en la vida del creyente. Ellos son:

1. Su pasado

2. Su regalo

3. Su futuro

Cuando el creyente se salva, se salva de la:

1. Pena de Sin (A través de la obra de Cristo ha hecho hace 2.000 años)

2. Poder del Pecado (A través de nuestro diario caminar con Cristo)

3. Presencia del Pecado (A través del retorno de Cristo para nosotros)

Somos salvos por la "pena del pecado"

"Porque por gracia sois salvos por la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios: no por obras, para que nadie se gloríe." (Efesios 2:8-9)

"Que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna por Jesucristo nuestro Señor." (Romanos 5:21)

"Ahora, pues, ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús, que no andamos según la carne, sino conforme al Espíritu." (Romanos 8:1)

Nosotros se salvan de la "energía del Pecado"

"Vamos pues, el pecado no regin en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad. Pero vosotros mismos a Dios ...." (Romanos 6:12-13)

"Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que se acercan a Dios por él, viviendo siempre para interceder por ellos". (Hebreos 7:25)

Seremos salvos de la "presencia del pecado" o el "cuerpo de pecado"

"Y no sólo ellos, sino también nosotros mismos, que tienen las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, a saber, la redención de nuestro cuerpo." (Romanos 8:23)

"Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita, la muerte ha sido devorada en la victoria." (1 Corintios 15:54)

Así que en conclusión, la salvación, que es recibido por gracia mediante la fe, el producto del amor de Dios.

1. Se basa en la redención realizada por Cristo a través de su attonement.

Redención: La liberación mediante el pago de un precio.

Expiación: antiguo "en-uno-ment" con Dios. Reconciliarse con un "en una" relación.

2. Se realiza en el perdón, la regeneración y la santificación.

Perdón: Renunciar a toda reclamación al castigo o la pena exacta, a pleno perdón sin reservas.

Regeneración: Nacido de nuevo, una nueva criatura, una nueva creación.

Santificación: Separado del poder del pecado y dedicada a Dios. "Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo." (1 Pedro 1:16)

3. Y culmina en la resurrección y la glorificación de todos los verdaderos creyentes.

Resurrección: resucitó de los muertos.

Glorificación: Dios de la belleza moral, la reflexión y la perfección del carácter, una cualidad divina que es la mente del hombre "se queda corto" en la comprensión.

La salvación cristiana: Soteriología La doctrina de la salvación

La salvación cristiana: Paz con Dios

El término "reconciliación" significa "cambiar, o al cambio". En la relación, significa un cambio de ser un enemigo a ser un amigo.

Cuando el hombre cayó en el Jardín del Edén, un gran abismo de repente le separaba de Dios. Ya no tenía la amistad que una vez experimentado con Dios. Pero no sólo puede el hombre sin rostro ya hablar a cara con su creador, pero fue en enemistad con Dios.

"Debido a que la mente carnal es enemistad contra Dios; porque no está sujeto a la ley de Dios, ni tampoco puede ser." (Romanos 8:7)

Enemistad:-sentado la profunda animosidad y el odio.

Pero a través de la cruz y la Sangre de Jesús, Dios salva la brecha que nos separaba de él. A través del sacrificio perfecto de Jesucristo, fue "el Cordero de Dios", la enemistad o la "hostilidad" entre Dios y el hombre se ha cumplido y estamos en paz con nuestro Dios.

1. Se desprende de la Escritura que había un conflicto entre el hombre y Dios, y esto nos pone en la posición de ser un enemigo de Dios.

"Y que reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo por la cruz, matando en ella las enemistades" (Efesios 2:16)

"Porque si cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida." (Romanos 5:10)

2. Aunque Dios tenía todo el derecho de estar enojado y hostil hacia nosotros, y no tenía ninguna obligación (ni ninguna "necesidad") para llegar o para mostrar la compasión de hormigas para nosotros, Dios eligió, por su voluntad soberana (Ágape), para hacer la paz con nosotros a través de su propio Hijo.

"A saber, que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta sus ofensas a ellos;. Y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación" (2 Corintios 5:19)

3. Puesto que Dios tiene misericordia de nosotros y nos hizo estar en paz con Él, Él nos ha dado el "ministerio de la reconciliación", para traer a otros al lugar de la paz que hemos encontrado en Dios. La Escritura nos llama "embajadores de Cristo" Esto supone que son representantes de Cristo.

"Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos ha dado el ministerio de la reconciliación" (2 Corintios 5:18)

"Así que, somos embajadores de Cristo, como si Dios os exhorta por medio nuestro, rogamos en nombre de Cristo: ¡Reconciliaos con Dios." (2 Corintios 5:20)

Así que la reconciliación es la restauración de la amistad y la comunión después de extrañamiento:

Se trata de un acto divino de Dios por el cual el creyente es cambiado a fondo desde una posición relacional de un enemigo de Dios a una posición de amigo de Dios.

Esta completa y radical "cambio" de la relación del hombre hacia Dios es otorgada a los creyentes por la expiación de Cristo.

Un Salmo para reflexionar sobre cuanto salvación, justificación y la reconciliación es Salmos 126: 1-6.

La salvación cristiana: La Doctrina de la Justificación

La doctrina de la justificación es una de las enseñanzas más importantes es la escritura. Sin ser justificada que nunca podía esperar de pie ante un Dios vivo sin temor en el juicio.

Para justificarse es simplemente ser pronunciada justo.

Justo: Santo y recto, de conformidad con la norma de Dios. (En "correcta" relación con Dios.)

Con el fin de que Dios verdaderamente nos llamar a los justos, tuvo que idear una manera de que la justicia puede ser satisfecha y la pena por el pecado podía pagar.

Así que Dios, a través de la sangre de Cristo, pagó la pena completa por el pecado.

Cristo tomó nuestro lugar en la cruz (propiciación) para que pudiera legalmente nos perdone.

Propiciación: Todas las sanciones se pagan en su totalidad, la libertad se adquiere en su totalidad!

"Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios" (1 Corintios 06:20).

Dios no pasa por alto nuestros pecados, pero Él perdona nuestros pecados a causa de Jesús.

1. La justificación viene por la gracia de Dios, y recibimos el don de la fe. (La fe es la mano que recibe este regalo.)

"Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia." (Romanos 4:5)

"Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús" (Romanos 3:24)

"Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo ..." (Romanos 5:1-2)

2. Una vez que Dios ha declarado que se justifica, que sin culpa ante Dios, incluso cuando los hombres están tratando de condenar.

¿Quién determinará cualquier cosa a la carga de los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Es Cristo el que murió; más aun, el que también

resucitó, quien además está a la diestra de Dios, que también intercede por nosotros. " (Romanos 8: 33-34)

3. Cuando Dios declaró que es justo, Él no está hablando de nuestra propia justicia (por es como "trapos de inmundicia; Isaías 64:6.), Pero Él está hablando de la justicia de Jesucristo.

"Porque ha hecho que sea pecado por nosotros, que no conoció pecado;. Para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Cor. 5:21)

"Como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así por la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos." (Romanos 5:19)

"Porque si por la muerte de un delito reinó por uno, mucho más los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia reinarán en vida por uno solo, Jesucristo." (Romanos 5:17)

Así que en conclusión justificación es un acto divino por el cual:

Un Dios infinitamente Santo legalmente declara un pecador que cree ser justo.

Un infinitamente Sólo Dios da la vida de su Hijo como propiciación por el pecador.

El pecador que hace, por la fe, creer en este acto divino de Dios es impresionante por lo tanto declarado justo y aceptable delante de él.

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CUERPO-ALMA-ESPÍRITU

• P. Tomás Spidlík S.J.

La antropología cristiana distingue, desde el principio, dos niveles diferentes de la persona humana. Al mismo tiempo comienza a afirmarse, sobre todo con los alejandrinos en base a la doctrina platónica del alma, y a definirse su toma de posición respecto a los problemas filosóficos. En esta situación: la oposición bíblica entre el hombre exterior y el hombre interior, el hombre carnal y el hombre espiritual, les pareció a los Padres corresponder bien con la distinción griega entre el alma y el cuerpo.

Es verdad que los ortodoxos insisten siempre en la unidad del alma y el cuerpo; el hombre entero es una sustancia y, por otra parte, el alma existe ya por sí misma y anima el cuerpo que tiene su consistencia fuera de ella. Es necesario admitir que los esfuerzos de los antiguos Padres por hacer inteligible la unidad del alma y del cuerpo no permiten, desde el punto de vista especulativo, captar esta unidad en su esencia. El problema, más tarde, será más fácil

para los autores escoláticos que consideran el alma como la "forma" de un ser viviente orgánico.

Los antiguos Padres venían de superar otro gran obstáculo que se presentaba en el platonismo. Definen gustosos al hombre con las palabras propias de Platón: to uranión fytón , la planta celeste , "a causa de la dignidad de nuestra alma". En la Biblia, el alma (nephes) es el "soplo de vida" que hace del hombre un "alma viviente", pero este término es muchas veces empleado en contraste con el mundo celeste de Dios y del espíritu (ruah). Entonces se debió completar la dicotomía filosófica (cuerpo-alma) con la tricotomía teológica (cuerpo-alma- espíritu). Esta última vino a ser tradicional en Oriente, y también se nota una cierta confusión en el uso y en el significado de los términos.

Diversos aspectos de la "tricotomía"

Comencemos por la "tricotomía psicológica".

La distinción tripartita del hombre: soma, psyjé, nus, parece surgir de Posidonio, es sin embargo común a Aristóteles y a los peripatéticos. Un poema de Gregorio de Nazianzo (4) y uno de los discursos teológicos (5) presentan esta idea como una verdad generalmente admitida. La primitiva terminología cristiana depende más o menos directamente de aquella de Plotino o del ambiente neoplatónico. Se trata de una tricotomía diversa: el alma misma se divide en tres partes. Clemente Alejandrino llama al alma tripartita o trigene y enumera las partes: to noerón, to zymikón, to epizymetikón.

Conocemos una fórmula tricotómica de la Biblia. S. Pablo, en I Tes. 5, 23, expresa en su plegaria el siguiente pedido: "El Dios de la paz os santifique (hasta la perfección) y (todo lo que es vuestro) espíritu (pneuma), alma (psyjé) y cuerpo (soma) , (se conserve) irreprensible para la venida de Nuestro Señor Jesucristo". Evidentemente Pablo no aludía a alguna tricotomía en el sentido helenístico, por otra parte no se lo puede considerar tampoco un simple pleonasmo, desde el momento en que el Apóstol distingue los fenómenos que dependen del cuerpo, del alma y del espíritu. Se puede notar que San Pablo no hace del pneuma un elemento físico del alma sino una comunicación de Dios . Y es propiamente en relación con este significado del término pneuma que se establece la distinción entre el hombre psyjikós y el hombre pneumatikós.

Orígenes sigue esta dirección: sabe bien que el alma se vuelve espiritual sólo cuando se pone bajo el influjo del Espíritu Santo. Tenemos aquí un ejemplo de la trasposición que sufre la terminología en la enseñanza cristiana. En la forma más pura se la encuentra en la célebre definición del hombre espiritual que da S. Ireneo:

"El hombre perfecto es la mezcla y la unión de un alma que asume el Espíritu del Padre (el todo) mezclado con la carne".

Es esta tricotomía espiritual la que ha prevalecido en Oriente. Teófano el Recluso escribe, interpretando la Epístola a los Romanos:

"Todo está cumplido en el Espíritu Santo... Sin el alma el cuerpo está sin vida, así sin el Espíritu de Dios, el alma está sin vida espiritual"

Esta tricotomía espiritual se compagina bien con la dicotomía psicológica. S. Ireneo puede decir que "el hombre es, por naturaleza, un ser compuesto, y esta composición consiste en cuerpo y alma" . También en Clemente Alejandrino, quien desde el punto de vista psicológico está habitualmente considerado como tricotomista platónico, son numerosos los textos en que se habla sólo de cuerpo y alma (13). Muchos autores, entonces, varían entre una posición y otra (14).

Los términos no son siempre unívocos. Esto se ve bien en Orígenes. Por una parte no falta en él la fórmula dicotómica, que considera la presencia del ser humano en el mundo terrestre "hace posible nuestra vida sobre la tierra". Por otra parte agrega un tercer elemento llamado pneuma, logos, dianoetikóv, kardía y sobretodo egemonikón. Decir que es el Espíritu Santo sería decir mucho y, sin embargo, es la parte mejor del compuesto humano, lo que es "más divino" (theióteros) del alma y el cuerpo, nuestra "principal sustancia" (proegumene ypóstasi). Así se la define como "una cierta trascendencia del hombre por encima de sí".

Semejantes titubeos se notan en los autores espirituales de Oriente hasta los tiempos modernos. Para Teófano el Recluso, el tercer elemento del compuesto humano es el espíritu, pero también en él no se sabe exactamente si se debe escribir la palabra con mayúscula o minúscula.

Esta aparente confusión o duda es sin embargo, muy significativa. Aquí tocamos el grave problema teológico de la presencia del Espíritu Santo: viene "desde fuera" y al mismo tiempo pertenece a nuestro yo. Es, entonces, mi "espíritu" y el Espíritu.

El espíritu y el alma

Vivir según el Espíritu

Vista la ambigüedad de los términos, es difícil describir lo que los autores espirituales llaman "espíritu del hombre". Una buena síntesis de toda la tradición puede leerse en Teófano el Recluso.

Esta "parte superior del alma" nos une a Dios: es aquella "fuerza soplada (espirada) sobre el rostro del hombre en el momento de la creación; el alma es una fuerza inferior, o la parte de la misma fuerza, destinada a cumplir las obras de la vida terrestre".

"El espíritu... reúne en sí el sentimiento de lo divino, la necesidad de la conciencia, la esperanza de lo mejor y al mismo tiempo la conciencia de todo lo que hacemos y conocemos".

Las consecuencias prácticas de esta doctrina sobre el espíritu son evidentes. Porque el espíritu es como el alma de nuestro alma, vivir según el espíritu y obedecer sus exigencias será la suprema norma de la vida cristiana: "si satisfacemos las necesidades del espíritu, ellas enseñan al hombre cómo armonizar entre sí las otras necesidades, y es así que ni las satisfacciones del alma ni las del cuerpo están en contradicción con la vida espiritual, al contrario colaboran con su actividad. Así resulta la armonía de todos los movimientos y de todos los comportamientos, los pensamientos, los sentimientos, los deseos, las intenciones y los placeres. Es el paraíso".

El hombre en su totalidad está bajo el influjo del espíritu. Los "sentidos espirituales" y sobre todo la conciencia, afirma Teófano, constituyen la voz verdaderamente personal, cuando se hace "sentir"

El sentido espiritual

La doctrina de "los sentidos espirituales" proviene de Orígenes. Evagrio protesta contra quienes no quieren conceder al nus lo que todos reconocen en los sentidos: intuición directa de su objeto. El sentido más excelente, para un noético como Evagrio, es la vista espiritual que se realiza en la luz de la Ssma. Trinidad durante la oración; los otros sentidos cumplen el rol de sucedáneos de la vista, es decir, cuando falta la visión divina permiten entender la palabra de Dios o leerla en las creaturas.

Los partidarios de la "escuela del sentimiento" hacen consideraciones sutiles sobre las funciones particulares de los otros sentidos espirituales; el olfato percibe el perfume de la virtud y el hedor del mal y del maligno; el gusto, la bondad y la dulzura de Dios; el texto da la "certeza" como al Apóstol Sto. Tomás (Jn. 20, 24 ss).Se dice con bastante claridad que esta aiszesis está "toda en la inteligencia" y el sentido espiritual se reaviva a medida que los sentidos inferiores son mortificados. No hay entonces, una revancha del sensualismo contra los excesos del espiritualismo . Por otra parte, el significado difuso del nus y su evolución hacia el término "corazón" descarta seguramente el peligro del intelectualismo.

La conciencia

En sentido propio, la conciencia es la función actual de la decisión moral personal; pero la evolución del término es tan importante que no es posible hablar de un concepto homogéneo.

La palabra antigua que designa la conciencia es "corazón". Entre los griegos la syneidesis expresa los actos más diversos, como percibir, recoger, conocer, ser consciente, etc. Por otra parte los griegos valoran mucho la moralidad según el sentimiento del bienestar, y presentan el de culpabilidad en modo muy expresivo (aidós, fóbos, aiszesis, etc.). Séneca tiene conocimiento de un espíritu que reside en el hombre, "que observa y toma nota de nuestras buenas y malas acciones". Según Filón, el syneidós está puesto en el hombre por Dios .

En los primeros escritos cristianos el término syneidesis y conciencia se insinúan primero esporádicamente, luego, con el tiempo, se hacen más frecuentes.

El Occidente latino se inclina pronto hacia una interpretación moral, mientras que en el Oriente griego los significados originales son ampliamente conservados. Aunque también la conciencia propiamente dicha es mencionada con frecuencia.

En Doroteo se lee una bella conferencia sobre este tema. "Cuando Dios creó al hombre, puso en él un germen divino, una especie de facultad (osper logismón), quizá "como un logismos", un pensamiento proveniente de fuera muy viva y luminosa como una chispa, para iluminar el espíritu y hacerle discernir el bien del mal. Esto es lo que se llama conciencia, que es la ley natural" (38). "Esta se debe observar, respecto de Dios, del prójimo y de las cosas materiales" (39). "Dicen los Padres que el monje no debe permitir que su conciencia lo atormente por alguna cosa...".

La naturaleza del alma

Desde el punto de vista moral ("salvar la propia alma") los escritos de los Padres no carecen de firmeza. Desde el punto de vista especulativo, en cambio, quedan abiertas muchas cuestiones que deben ocupar la razón. De estos problemas encontramos un inventario en Orígenes:

"¿El alma es corpórea o incorpórea, simple o compuesta...? ¿Está contenida en el semen corporal y transmitida como el cuerpo, como algunos piensan, o viene desde fuera ya perfecta, para revestir al cuerpo ya formado...? etc." .

Todas estas cuestiones no atraían necesariamente la atención de los autores espirituales, pero no podían dejar de esbozar una teoría ontológica de la estructura del alma cuando se trataba de nombrar, describir y graduar los favores divinos según su repercusión psicológica. Son numerosos los escritos de los Padres y de los autores eclesiásticos que tratan de ex profeso "sobre el alma" (peri psyjés).

No es fácil esclarecer el impacto de las influencias del ambiente en que vivían, y por consecuencia, fijar con certeza el sentido de más de un término. En general se pueden distinguir dos series de textos: unos, menos numerosos, consideran al alma como "principio de la vida terrestre"; los otros hablan del alma "espiritualizada", unida con "el espíritu". En este último caso se canta la belleza de esta alma "espiritual", su origen divino, su libertad, su inmortalidad.

Origen divino del alma, su espiritualidad.

En el Medioevo, Santo Tomás de Aquino ha elaborado su doctrina sobre el alma basándose sobre la psicología de Aristóteles. Aunque forma del cuerpo, el alma es "espiritual", simple, y desarrolla una actividad independiente del cuerpo.

Los primeros Padres no tenían dificultad en reconocer una cierta "espiritualidad" del alma, estableciendo un estrecho lazo entre ella y el cuerpo, y atribuyéndole una especie de cuerpo sutil desde el momento que el alma es principio de la vida terrestre. Para Ireneo, las almas son incorpóreas sólo "en la medida en que se las compara al cuerpo". Clemente de Alejandría habla de un "alma corpórea", del "pneuma corpóreo", del "pneuma carnal".

Expresándose así los Padres se preocupan de salvar la trascendencia de la espiritualidad divina, lo cual no queda claro en la concepción platónica. El término "espiritual" ha recibido, entre los cristianos, un sentido específico. Por lo tanto, el alma se puede llamar verdaderamente "espiritual", en cuanto está "compenetrada por la potencia del Espíritu". Pero es preciso también, dice Ireneo, que se espiritualice, por su libre elección. Ella "está entre estas dos cosas", la carne y el espíritu:

"si sigue al espíritu, es por él elevada; pero si consciente con la carne, cae en los deseos terrenos".

Por lo tanto sólo las almas de los justos son "espirituales", las almas de los pecadores se vuelven "carnales" o "terrestres".

En todo caso las reminiscencias de la doctrina platónica permanecen frecuentes. Al comienzo del De anima, poema didáctico en 129 versos sobre la naturaleza del alma, Gregorio de Nazianzo enuncia una tesis general de la filosofía de su tiempo:

"El alma es el soplo de Dios y experimenta la mezcla del elemento terrestre, aunque es de naturaleza celeste; es una luz escondida en una caverna, pero divina e imperecedera".

Platónicamente, Gregorio se enoja con las teorías materialistas de los estoicos que comparan al alma con un "fuego ardiente", con "el aire respirado", con el "plasma sanguíneo", o incluso "a la armonía de los elementos corpóreos tendientes a la unidad".

La inmortalidad del alma

Se ha sostenido que sólo la idea de la resurrección de los cuerpos pertenece al cristianismo, mientras que la idea de la inmortalidad del alma habría sido importada bajo el influjo de la filosofía griega. Parece difícil, sin embargo, conocer las convicciones de la antigüedad en este campo. Sin duda la antropología semítica era menos apta que la antropología griega (al menos la de Platón) para integrar la idea de la inmortalidad del alma, para admitir que en el hombre hay un elemento incorpóreo inaccesible a la muerte física.

La Biblia mantiene una relación estrecha entre el pecado y la muerte (Rom. 5, 12-21), mientras que Cristo es para nosotros el iniciador de la incorruptibilidad. En Ignacio de Antioquía el tema de un "remedio de inmortalidad" tal vez está tomado de las religiones mistéricas, pero está aplicado a la Cena del Señor y al Pan de Vida. Por otra parte, la importancia que daba la Iglesia antigua al don del afzarsía es el corolario natural del rol que le reconocía al Espíritu vivificante.

También conocemos la opinión de algunos autores antiguos que llegan a negar la incorruptibilidad del alma. Es necesario en todo caso, tomar cuenta de la siguiente situación: los términos "inmortalidad e incorrupción" cambian su sentido entre los autores espirituales, que expresan la verdad escatológica y la firme persuasión de que "la vida no es de nosotros, ni de nuestra naturaleza, sino que es dada según la gracia de Dios...".

El concepto de libertad entre los griegos.

En la libertad los griegos veían antes que nada la "libertad de elección" que se manifiesta principalmente en las relaciones sociales y públicas del individuo (en relación a la ciudad, la libertad "judaica" y social se opone a la esclavitud) y que se convierte luego, en la antropología estoica, en libertad interior e intangible con la cual el individuo dispone de sí mismo (autarkeia). Por otra parte es necesario notar que los griegos no hablan de una facultad volitiva especial. La voluntad era para ellos solamente un aspecto del conocimiento.

Es difícil comprender cómo los estoicos, con su tendencia fatalista, pudieron quedar en la historia como los grandes campeones de la libertad individual. Por una parte la necesidad de las leyes cósmicas, el fatum, aplasta al individuo; por otra viene elaborado un mecanismo del conocimiento, llamado por Clemente de Alejandría "la organización de los sentidos en vista de la ciencia", de lo cual resulta prácticamente una necesidad psicológica. Desde una impresión de los sentidos, aiszesis , se llega mecánicamente a una týposis en egemoniko, luego a una fantasía y al fin a una katálepsyis.

Un valiente defensor de la libertad ha sido Filón. Su gran mérito es haber puesto la libertad del hombre en relación a la libertad de Dios, que puede hacer milagros, es decir acciones libres, excepcionales, en el mundo dirigido por las leyes cósmicas.

La libertad cristiana

A la luz de la revelación bíblica la libertad humana aparece, en los Padres, en concreta relación entre el hombre y Dios. Y del mismo modo en que defienden la libertad de Dios en la Providencia así insisten sobre la libre responsabilidad del hombre frente a la llamada que Dios le hace. Justino ataca violentamente a los estoicos: el libre albedrío es condición y fundamento del mérito (67). Y dice Basilio:

"¡ Qué falta de razón sería no dar a cada uno el bien y el mal según el mérito personal!".

Los textos de Clemente de Alejandría presentan un interés especial. Contra los gnósticos se hace apóstol del libre albedrío y parece creer en la existencia de una facultad especial, encargada de la elección, y en esto supera a los filósofos: "el querer precede a todo, porque las potencias lógicas están hechas para servir al querer". De todos modos Clemente niega que el proceso del conocimiento sea mecánico: la imagen (fantasía) es común al hombre y al animal. Pero el hombre juzga las imágenes, el consentimiento (sugkatázesis) está en nuestro poder, pues sin él no habría ni opinión, ni juicio, ni conocimiento.

Interesante es esta ligazón entre libertad y conocimiento. No hay virtud sin libertad y, para los Orientales, es imposible alcanzar la verdad sin la práctica de la virtud. La unión de la verdad y la libertad aparece ya en San Juan en una perspectiva superior: participación de la gnosis y de la libertad divina.

"La verdad os hará libres...; si el Hijo os libera seréis realmente libres" (Jn. 8, 32.36).

San Pablo especifica: Jesús, que es la Verdad, nos hace libres con su Espíritu, porque "donde esté el Espíritu del Señor, allí está la libertad" (2 Cor. 3, 17).

En Occidente el problema de la libertad humana (como el de la espiritualidad del alma y de su inmortalidad) está puesto y estudiado en sí mismo y no en referencia directa al de la verdad y la libertad divina. Es necesario evitar aún "la confusión entre el término psicológico de la voluntad y el término metafísico de la libertad", escribe P. Evdokimov.

"La voluntad está aún ligada a la naturaleza, y sometida a la necesidad y a los fines inmediatos. La libertad depende del espíritu, de la persona. Cuando ella se alza hacia el vértice, no desea más que la verdad y el bien".

Para los Padres griegos son características estas palabras de Gregorio de Nisa:

"La libertad es semejanza con aquél que es sin patrón (adéspotos) y es soberano (autokrátes), semejanza que había sido dada por Dios en el origen". "Es a causa de la libertad que el hombre sea deiforme y bienaventurado...".

La verdadera libertad es una propiedad "espiritual", un don del Espíritu Santo.

Libertad "estructural" y libertad de elección: eleuthería y proairesis

El estado de decadencia (luego de la culpa original) no basta para definir la condición de la libertad humana. Cuando al comienzo Dios comunicó al hombre la propia libertad, ésta comportaba varios aspectos. Por sobre toda la libertad del mal, del pecado:

"La vida vida humana era simple... sin mezcla con el mal".

Por su incorruptibilidad e inmortalidad el hombre superaba las condiciones cósmicas y biológicas. Apatheia significa libertad e independencia del espíritu del pathos carnal, la victoria sobre la sensualidad, la virginidad con todas sus prerrogativas . El término autokrátes, soberano, subraya el carácter real de la independencia ante los "otros (seres) que están sometidos a las leyes inmutables de la necesidad". La theoría es la libertad de la inteligencia, una adquisición inmediata de la verdad sin ilusiones .

Hay un término que resume bien todos los aspectos principales de la libertad humana elevada al nivel de la libertad divina: parresía , el hablar franco con Dios, una confianza "que goza de la misma visión divina cara a cara".

Ahora, a causa de la caída ha cambiado todo. La posición del pecador se resume en una sola palabra: esclavitud (cfr. Rom. 5, 12). Sometido a las leyes biológicas y cósmicas, el hombre está condenado a la muerte, a los sufrimientos físicos; las pasiones se revelan y ofuscan su espíritu, le quitan la fuerza. La desaparición de la caridad lleva a la esclavitud social. La theoría, visión de Dios, es cambiada por el enceguecimiento; la simplicidad confidente con Dios desaparece. ¿Existe aun la libertad si por la prevaricación de Adán todos se han vuelto "esclavos del pecado" (Rom. 6, 20)? La Biblia se vuelve siempre a la posibilidad de elección y subraya la responsabilidad del hombre (cfr. Sir. 15, 11-15). Por una parte la libertad está definitivamente perdida, por otra parte aún existe; esta aparente contradicción es explicada por Gregorio de Nisa, con dos términos: eleuthería, la plena libertad, que no existe más en el pecador; pero Dios, en su bondad, le ha conservado como una reminiscencia del paraíso, una libertad limitada: la proairesis, la libertad de elegir entre el bien y el mal.

Por medio de esta proairesis el hombre es capaz de volver progresivamente a la plena libertad original, la eleuthería. Si elige el bien, hace uso de la libertad para reforzar su libertad; si por el contrario elige el mal, usa de su libertad para aniquilar la verdadera libertad. ¡He aquí en qué consiste la perversidad del pecado!

Para salvarse basta quererlo

En la Iglesia Occidental es principalmente Agustín quien, para luchar contra el moralismo naturalista del pelagianismo, ha tratado la gracia como un tema aparte. El forja los términos de gracia preveniente y subsecuente, gracia operante y cooperante, e insiste sobre la debilidad humana, sobre la imposibilidad de obrar el bien.

Los predicadores y moralistas de Oriente, en cambio, han insistido frecuente e insistentemente sobre el rol humano. La observancia de todos los mandamientos divinos está en poder de todos. José de Volokolamsk rechaza categóricamente toda opinión contraria como una "calumnia" contra el Señor y su yugo dulce y soportable. Está en la tradición de los Padres griegos.

El reproche de pelagianismo o semipelagianismo fue ya expresado por Agustín. Algunas expresiones parecen escandalosas, como cuando dice Crisóstomo: Ni Dios ni la gracia del Espíritu Santo previenen (son previos) a nuestra libertad.

Pero estos reproches son injustos. El corazón del tratado de la gracia es, en Oriente, la divinización del hombre, imagen de Dios. Esta se identifica con el hombre mismo, con su

naturaleza. No podemos sorprendernos entonces, de que los autores no hayan afrontado el problema de la libertad en sus relaciones con la gracia, porque esta gracia entra en la constitución del hombre, en las funciones de sus facultades, especialmente de su libertad. En un hombre equilibrado todas las partes que lo componen funcionan en colaboración (synergeia).

Una comparación más explícita entre "la obra del hombre" y "la obra de Dios" es, también en Oriente, fruto de discusiones. La polémica contra los monotelitas ha dado a Juan Damasceno la ocasión de desarrollar largamente su doctrina sobre la libertad humana y sobre la ayuda de Dios (synergeia). Explica claramente que el hombre ha recibido la capacidad de elegir libremente el bien; realizar el bien depende, sin embargo, de la cooperación divina.

Teófano el Recluso reconoce que si teóricamente la cuestión es complicada, en la práctica no es un gran problema:

"Los teóricos se ocupan de la relación entre la gracia y la libertad. Para aquél que lleva la gracia dentro de sí el problema está ya resuelto. El que lleva la gracia dentro de sí se ofrece y se abandona a su omnipotencia, y la gracia es omnipotente en él. Esta verdad es más evidente que toda verdad matemática y que toda experiencia exterior...".

De aquí la famosa máxima expresada, entre otros, por el Pseudo-Macario: "es necesario hacer todo lo que está en nuestro poder", o según Teófano:

"Trabaja con todas vuestras fuerzas, pero confiad al Señor el cuidado de triunfar".

Partes y facultades del alma

Esta cuestión ha comenzado a preocupar a la filosofía y, más tarde, a los autores espirituales, desde el momento en que se comprendió la necesidad de reunir, en la concepción de un solo principio psíquico, el poder y las fuerzas diversas que se manifiestan en el hombre.

Platón tenía una concepción dualista del alma, o al menos de este modo interpretada en la época de los Padres: el nus , la parte superior, racional, y la psyjé, una función animal, inferior (lo que Evagrio llama "la parte pasional del alma", a su vez subdividida en zymikón y epizymetikón. De allí resulta una tripartición, recibida por algunos Padres, y una idea fundamental de la antropología de Evagrio.

Los estoicos, diluyendo la unidad del alma, señalan generalmente ocho partes: son los cinco sentidos, más la voz, el semen, y el egemonikón, es decir el nus platónico modificado, que dirige todo y hace la unión, dotado de tres facultades, el fantastikón, el ormetikón y el sygkazetikón. Esta subdivisión estoica es utilizada bastante artificialmente por Clemente de Alejandría.

En general se puede decir que estas divisiones y otras semejantes carecen de precisión. Los autores espirituales consideran las facultades humanas en su relación con el pneuma. Y se preguntan cuál es esta facultad del alma, privilegiada, que está en contacto inmediato con el Espíritu, con lo divino. Se sabe que la tradición griega jugaba en esta cuestión un rol considerable. Se creía que sólo Dios es accesible al nus. Se ha hecho mucho por cristianizar su noción, heredada de la filosofía. Pero al fin se debió capitular ante este esfuerzo, a veces

ingrato. Los autores espirituales han retornado al lenguaje de la Biblia y del pueblo: "la sede del Espíritu" es el corazón, al cual se une el Espíritu.

LA IMAGEN DE DIOS, SUJETO ENCARNADO

La imagen de Dios resplandece en el hombre, por el hecho de ser el hombre una persona, o sea, por estar dotado de una especial inmanencia y trascendencia y ser capaz de construir su propia existencia a través de la historia. Precisamente por eso el hombre tiene una dignidad especial, superior a todo el mundo material. No obstante, el hombre pertenece al mundo material: se percibe a sí mismo como parte del sistema espacial y temporal, no puede efectuar sus operaciones específicamente personales sin que éstas tengan un aspecto físico-químico, y su misma historia está provocada, condicionada y manifestada por fenómenos materiales. El hombre es por consiguiente una imagen de Dios, perteneciente al mundo material y diferente del mundo material. Será objeto del presente capítulo descubrir la estructura de esta diversidad en la unidad.

En la sagrada Escritura el hombre aparece como una criatura concreta, una en sí misma, diversa por una parte de los animales, y por otra de los ángeles. Su unidad no se afirma en oposición con las concepciones dicotómicas o tricotómicas, sino que proviene de la percepción espontánea del hombre concreto, anterior a la reflexión sobre la tensión eventualmente existente en su estructura metafísica. En 'la Escritura esta unidad concreta es designada con diversos vocablos, que en medio de su diversidad revelan diversos aspectos del sujeto, pero que, al menos primariamente, no significan todavía una parte componente del mismo, como sucede con las palabras correspondientes en las lenguas modernas. Por tanto, las palabras hebreas basar, nefesh, rúah, y las palabras griegas sarx, sóma, psiqué, pneuma, indican un individuo que forma parte del mundo material, que es efímero y caduco, sujeto de una vida espontánea, que piensa, ama, quiere y se siente atraído por Dios para escuchar y acoger su voz. La semántica de estas palabras muestra varias fases del paso desde el uso metafórico a la conceptualización; por eso, su significado es oscilante en los distintos libros e incluso en los diversos contextos de la misma obra. La especulación teológica, por consiguiente, no puede apoyarse en estos términos, como si fuesen asertos claros y distintos sobre la estructura del hombre.

El empleo de estos términos expresa la complejidad del fenómeno humano y pone de relieve dos aspectos diversos: la pertenencia al mundo material por una parte, y la superioridad sobre ese mundo como resultado de una semejanza especial con Dios, por otra; pero no afirma nada sobre la causa metafísica de dicha diversidad. Estos dos aspectos, metafísicamente no analizados, aparecen por ejemplo en las narraciones pintorescas que nos describen el origen del hombre como la añadidura a la materia de algo que la trasciende (Gén 2,7; Job 10,9-12; 33,4) o bien en aquellas que presentan la muerte como una escisión entre tales elementos (Ecles 12,7; Sal 104,29-30; Sal 146,4; 2 Cor 5,1-4; 2 Pe 1,14). La hermenéutica de semejantes descripciones metafóricas tiene que ser semejante a la de las parábolas, evitando darle un significado conceptualmente determinado a cada elemento.

Las enseñanzas morales que' distinguen en el hombre dos tendencias contrarias y seis respectivas localizaciones en el cuerpo y en el alma (Sab 9,15; Rom 7,24; Gál 5,17) no afirman más que la complejidad no analizada de la realidad humana; su utilización

antropológica resulta bastante problemática, ya que se resienten de la concepción que designa como carne, no al cuerpo, sino a la realidad creatural humana en oposición al espíritu divino vivificador. Algunos textos de los libros escritos en griego hacen eco al uso lingüístico del helenismo y utilizan las palabras TlvEOtla, q uyl, y ocs .ta como si designasen realidades diferentes (Sab 3,1-4; Mt 10, 28; 1 Tes 5,23). Pero los esquemas antropológicos —dicotómicos y tricotómicos— lejos de ser objeto de afirmaciones doctrinales, son sencillamente medios para expresar que el yo humano sigue viviendo junto a Dios, incluso después de la disolución del cadáver, que la entera realidad humana es bendecida por Dios, etc.

La reacción en contra de la lectura escolástica de los textos bíblicos ha hecho que en la actualidad se insista casi únicamente en la ausencia de dualismo metafísico en el mensaje bíblico 1. Pero no hemos de olvidar que también la Escritura afirma siempre la presencia de dos aspectos en el hombre. El hombre es un ser corporal, su unión con el mundo material no es violenta, como si fuese la consecuencia de una decadencia o de un castigo: se trata de una condición connatural del hombre. Las descripciones según las cuales Dios plasma el cuerpo del hombre (Gén 2,7), o lo crea a su imagen en su bisexualidad (Gén 1,27), o encuentra al mundo, en donde ha sido colocado el hombre, «muy bueno» (Gén 1,31), tienen la intención didáctica de afirmar que el hombre, en correspondencia con el proyecto divino, es un ser corpóreo. Esta corporeidad esencial del hombre es también la que aparece en la promesa de la resurrección que presenta al hombre ideal, término de la historia, como un yo encarnado.

Además, no es preciso limitarse a insistir en el sentido dinámico dialógico de la imagen de Dios en el hombre. Las expresiones bíblicas se refieren primordialmente al papel activo del hombre para con Dios y para con su ambiente, pero precisamente por eso suponen la afirmación de que el hombre es más semejante a Dios y a los ángeles que a las bestias, sobre todo por su capacidad de entender y de querer, cualidad que no pertenece necesariamente a todo ser corpóreo. Por tanto, la Escritura ve en el hombre a un ser concreto que, aun siendo material, es imagen. de Dios como no lo es ningún otro ser material. Pero la Biblia no nos dice cuál es la estructura metafísica que hace posible semejante diversidad en la semejanza.

Desde la segunda mitad del siglo xii, la teología escolástica fue elaborando una doctrina sobre el compuesto humano, que llegó progresivamente a su cima con santo Tomás, a finales del siglo xiii. El hombre es una unidad que obra de manera espiritual y material, y por tanto es un ser al mismo tiempo espiritual y material. Semejante diversidad esencial de las operaciones y de los atributos solamente resulta inteligible partiendo de una diversidad de los principios metafísicos, que se completan mutuamente constituyendo al hombre. El alma espiritual no preexiste para unirse a la materia, sino que recibe su realidad concreta por el hecho de «informar», de actuar y de vivificar a la materia, de la que tiene necesidad para sus operaciones. La materia no se concibe como un cuerpo organizado, sino como «materia prima», que recibe del alma la existencia y todas sus determinaciones esenciales. De esta forma el hilemorfismo aristotélico se utiliza para explicar la estructura específica —es decir, la unidad en la diversidad— del fenómeno humano; pero este hilemorfismo está elaborado y modificado a la luz de la fe en la resurrección. La doctrina sobre el hombre, compuesto de materia y espíritu, es la que presuponen todos los documentos del magisterio sobre el hombre, a partir de los primeros años del siglo xüi.

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