66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa...

94
Fernando Olavarría Gabler ANGÉLICA 66 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA

Transcript of 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa...

Page 1: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

Fernando Olavarría Gabler

ANGÉLICA

66

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A

Page 2: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

Fernando Olavarría Gabler

Inscripción Registro de Propiedad Intelectual Nº 37100. Chile.© Fernando Olavarría Gabler.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A

ANGÉLICA

Page 3: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

Fernando Olavarría Gabler

Inscripción Registro de Propiedad Intelectual Nº 37100. Chile.© Fernando Olavarría Gabler.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A

ANGÉLICA

Page 4: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

uy deprimido, y con problemas relacionados con una imaginación enfermiza, decidí consultar a una psicóloga para que aliviara en mí esa densa tristeza que me invadía. Era una niebla gris, pegajosa y no deseada en absoluto. Yo, que siempre había apreciado la belleza, ya no podía recibirla ni sentirla a pesar de estar ella en todas partes, alrededor de mí e incluso escondida en las cosas u objetos aparentemente más insignificantes y feos. No pocas veces pensé tener el poder mágico de convertir a un mendigo harapiento, cubierto de mugre y plagas, en una estatuilla de fina porcelana y colocarlo en el interior de una vitrina de cristales biselados que existe en una solitaria mansión santiaguina. Pero no hablaré de ella. Toqué el timbre, entré y subí por una estrecha escalera. Allí estaba Angélica, sonriente, rubia, con sus ojos azul verdosos de felina; me invitaba a conversar. Nos sentamos frente a frente. El brillo de su mirada y una tenue sonrisa transmitían confianza y me sentía agradado. Tendría que hablar, desahogarme, desnudarme psicológicamente. -Angélica,-balbuceé- usted comprenderá que para mí es muy

2 3

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

ANGÉLICA Y EL COMETA HALEY

Page 5: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

uy deprimido, y con problemas relacionados con una imaginación enfermiza, decidí consultar a una psicóloga para que aliviara en mí esa densa tristeza que me invadía. Era una niebla gris, pegajosa y no deseada en absoluto. Yo, que siempre había apreciado la belleza, ya no podía recibirla ni sentirla a pesar de estar ella en todas partes, alrededor de mí e incluso escondida en las cosas u objetos aparentemente más insignificantes y feos. No pocas veces pensé tener el poder mágico de convertir a un mendigo harapiento, cubierto de mugre y plagas, en una estatuilla de fina porcelana y colocarlo en el interior de una vitrina de cristales biselados que existe en una solitaria mansión santiaguina. Pero no hablaré de ella. Toqué el timbre, entré y subí por una estrecha escalera. Allí estaba Angélica, sonriente, rubia, con sus ojos azul verdosos de felina; me invitaba a conversar. Nos sentamos frente a frente. El brillo de su mirada y una tenue sonrisa transmitían confianza y me sentía agradado. Tendría que hablar, desahogarme, desnudarme psicológicamente. -Angélica,-balbuceé- usted comprenderá que para mí es muy

2 3

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

ANGÉLICA Y EL COMETA HALEY

Page 6: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

difícil decir todo lo que se me viene a la mente y siento la necesidad de refugiarme en la fantasía...Porque soy incapaz de afrontar la realidad. Iba a continuar dando una sofisticada o engañosa explicación cuando de improviso sentimos un crujido que venía de las paredes de la habitación del segundo piso donde estábamos. Se abrieron las ventanas de golpe y los visillos ondularon suavemente hacia adentro. Se oía una suave y lejana canción, más bien era el gemido o el canto delicadísimo de una mujer. La habitación se desprendió, no sin esfuerzo, del resto de la casa y se elevó no sé a qué velocidad, girando lenta pero muy lentamente sobre su eje. Algunos suaves vaivenes hacían deslizarse las patas de los muebles unos cuantos centímetros. Nos asomamos a la ventana y contemplamos la eterna noche que lucía bella y silenciosa. Toda ella era un azul profundo, diáfano, infinito. ¡Frente a nosotros estaba el universo entero! La Vía Láctea, como un rocío de diamantes, parecía la siembra lanzada al espacio por la mano invisible de Dios. Mientras contemplaba este fantástico paisaje celestial, me di cuenta de que a pesar de estar en plena noche, muy lejos de la Tierra, el firmamento no era negro y respirábamos un aire fresco y puro. No es extraño -pensé- ya que esto no pertenece a la realidad sino es sólo imaginación. Al lado mío, Angélica se había transformado en una linda niña de once años que se extasiaba contemplando el cielo a través de la ventana. La cabellera rubia, sus delgadas piernas y brazos y su delicado

vestido formaban el conjunto de una frágil figura que expresaba admiración y entusiasmo. Reía como ríen las niñas cuando sienten una gran felicidad. Pero me di cuenta de que no solamente ella irradiaba alegría, sino que ésta se transmitía a la habitación. Nos acercábamos a un mundo maravilloso que era todo luz como si millares de diamantes dejaran sólo algunos puntos negros entre ellos para formar un brusco contraste y así lucir mejor. Estábamos acercándonos a la cola del cometa Halley con sus trescientos millones de kilómetros de largo. De repente, una de las incontables estrellitas de este cielo maravilloso entró volando vertiginosamente a nuestra habitación. No era una chispa roja, naranja o dorada. Era una chispa de la más blanca y purísima luz que pudiéramos imaginar. Ya en el interior de la habitación, hizo varios recorridos más lentos, algunos “loops” y aterrizó suavemente en el suelo. La niña se encuclilló, acercó su rostro para observarla mejor y su cara se iluminó con la luz que emitía esta chispa o centella. En realidad, la luz que irradiaba era una perfecta esfera que la rodeaba en su totalidad. La chispita, que a decir verdad no era una chispa, sino un pequeñísimo niño, no más grande que un grano de arroz, nos miraba atentamente. Su cara era perfecta, sus ojos algo oblicuos y grandes y su nariz fina y respingada. -¿Cómo te llamas?- le preguntó Angélica. -Yo no me llamo. Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo. -¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si

4 5

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 7: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

difícil decir todo lo que se me viene a la mente y siento la necesidad de refugiarme en la fantasía...Porque soy incapaz de afrontar la realidad. Iba a continuar dando una sofisticada o engañosa explicación cuando de improviso sentimos un crujido que venía de las paredes de la habitación del segundo piso donde estábamos. Se abrieron las ventanas de golpe y los visillos ondularon suavemente hacia adentro. Se oía una suave y lejana canción, más bien era el gemido o el canto delicadísimo de una mujer. La habitación se desprendió, no sin esfuerzo, del resto de la casa y se elevó no sé a qué velocidad, girando lenta pero muy lentamente sobre su eje. Algunos suaves vaivenes hacían deslizarse las patas de los muebles unos cuantos centímetros. Nos asomamos a la ventana y contemplamos la eterna noche que lucía bella y silenciosa. Toda ella era un azul profundo, diáfano, infinito. ¡Frente a nosotros estaba el universo entero! La Vía Láctea, como un rocío de diamantes, parecía la siembra lanzada al espacio por la mano invisible de Dios. Mientras contemplaba este fantástico paisaje celestial, me di cuenta de que a pesar de estar en plena noche, muy lejos de la Tierra, el firmamento no era negro y respirábamos un aire fresco y puro. No es extraño -pensé- ya que esto no pertenece a la realidad sino es sólo imaginación. Al lado mío, Angélica se había transformado en una linda niña de once años que se extasiaba contemplando el cielo a través de la ventana. La cabellera rubia, sus delgadas piernas y brazos y su delicado

vestido formaban el conjunto de una frágil figura que expresaba admiración y entusiasmo. Reía como ríen las niñas cuando sienten una gran felicidad. Pero me di cuenta de que no solamente ella irradiaba alegría, sino que ésta se transmitía a la habitación. Nos acercábamos a un mundo maravilloso que era todo luz como si millares de diamantes dejaran sólo algunos puntos negros entre ellos para formar un brusco contraste y así lucir mejor. Estábamos acercándonos a la cola del cometa Halley con sus trescientos millones de kilómetros de largo. De repente, una de las incontables estrellitas de este cielo maravilloso entró volando vertiginosamente a nuestra habitación. No era una chispa roja, naranja o dorada. Era una chispa de la más blanca y purísima luz que pudiéramos imaginar. Ya en el interior de la habitación, hizo varios recorridos más lentos, algunos “loops” y aterrizó suavemente en el suelo. La niña se encuclilló, acercó su rostro para observarla mejor y su cara se iluminó con la luz que emitía esta chispa o centella. En realidad, la luz que irradiaba era una perfecta esfera que la rodeaba en su totalidad. La chispita, que a decir verdad no era una chispa, sino un pequeñísimo niño, no más grande que un grano de arroz, nos miraba atentamente. Su cara era perfecta, sus ojos algo oblicuos y grandes y su nariz fina y respingada. -¿Cómo te llamas?- le preguntó Angélica. -Yo no me llamo. Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo. -¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si

4 5

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 8: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

6 7

¡Un momento! -protestó Halley ¡yo pertenezco a los dos! - Uno de ustedes debe regalarme y el otro tiene que recibirme. La niña alzó inquieta su cara y me miró interrogante. -Es tuyo -respondí serio, y me encogí levemente de hombros. Ella dio un pequeño grito de alegría y lo apretó contra su pecho. Me pareció ver que todo su cuerpo se iluminaba levemente y poniéndose de pie se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla. El geniecillo Halley decía la verdad, porque en ese instante yo sentí que me habían dado un beso. Me di cuenta de que la niña era muy hermosa y me observaba con sus grandes ojos azules. -Te quiero mucho, dijo con voz muy queda. Has sido muy bueno al regalarme el pececillo luminoso. La habitación vibró tenuemente y comenzó a viajar cada vez a mayor velocidad. El cielo brillante de estrellas -la cola del cometa- se alejaba. Ya se podía distinguir fácilmente de la Vía Láctea. ¿Cuánto tiempo volamos por esa noche azul y silenciosa de Navidad? Nos acercamos haciendo grandes semicírculos ondulantes hasta pasar cerca de la Luna y luego llegar a nuestra ciudad. Lentamente se encajó la habitación en el segundo piso de la casa. Me pareció oír un sordo ruido, semejante a los que hacen los carros del ferrocarril cuando se acoplan en una estación. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Cuántos años? Ella estaba allí. Mi querida Angélica. Sentada, observándome. A cuántos pacientes tú les has dado felicidad. Y cuánto tiempo he

eres muy pequeño! Se calcula que el diámetro del Cometa Halley es de más o menos unos cien metros a algunos miles de kilómetros y su cola mide trescientos millones de kilómetros cuando fue visto en 1834 y... Aparece cada setenta y seis años y la última vez que se vio fue en 1910 y... -No seas ingenuo- rió el duendecillo. La verdad es que nosotros, los incontables geniecillos luminosos iguales a mí, formamos el cuerpo y la cola del Cometa. ¿Acaso no has oído hablar de una teoría que dice que el conjunto de las unidades forman el todo, el cual adquiriría estructura y personalidad propia? ¿No has escuchado que el enjambre de abejas forma un solo cuerpo animal? ¿O no has observado el comportamiento de los cardúmenes de peces debajo del agua o el vuelo de las grandes bandadas de aves veloces? ¿No te has dado cuenta de que forman un todo único, un solo ser? -Es que yo... -¿Es que tú acaso no sabes que estás formado por millones de células que estructuran tu cuerpo llamado: Ser Humano? Pues bien, no discutamos más sobre algo tan elemental, no soy un pececillo plateado, ni un ave veloz, ni una célula ¡Soy el Cometa Halley! Y he venido a ustedes mis queridos niños (en ese preciso instante me di cuenta de que yo también me había transformado en un niño) para ofrecerme como un regalo. El que me regale no tendrá felicidad, sino sentirá la belleza que lo rodea y recibirá amor de sus semejantes. ¡Yo quiero que seas mío! Gritó Angélica - quiero que seas mío para siempre, mi duendecito brillante de nariz respingada, y cogiéndolo suavemente con la punta de los dedos lo dejó caer en la palma de su mano izquierda.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 9: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

6 7

¡Un momento! -protestó Halley ¡yo pertenezco a los dos! - Uno de ustedes debe regalarme y el otro tiene que recibirme. La niña alzó inquieta su cara y me miró interrogante. -Es tuyo -respondí serio, y me encogí levemente de hombros. Ella dio un pequeño grito de alegría y lo apretó contra su pecho. Me pareció ver que todo su cuerpo se iluminaba levemente y poniéndose de pie se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla. El geniecillo Halley decía la verdad, porque en ese instante yo sentí que me habían dado un beso. Me di cuenta de que la niña era muy hermosa y me observaba con sus grandes ojos azules. -Te quiero mucho, dijo con voz muy queda. Has sido muy bueno al regalarme el pececillo luminoso. La habitación vibró tenuemente y comenzó a viajar cada vez a mayor velocidad. El cielo brillante de estrellas -la cola del cometa- se alejaba. Ya se podía distinguir fácilmente de la Vía Láctea. ¿Cuánto tiempo volamos por esa noche azul y silenciosa de Navidad? Nos acercamos haciendo grandes semicírculos ondulantes hasta pasar cerca de la Luna y luego llegar a nuestra ciudad. Lentamente se encajó la habitación en el segundo piso de la casa. Me pareció oír un sordo ruido, semejante a los que hacen los carros del ferrocarril cuando se acoplan en una estación. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Cuántos años? Ella estaba allí. Mi querida Angélica. Sentada, observándome. A cuántos pacientes tú les has dado felicidad. Y cuánto tiempo he

eres muy pequeño! Se calcula que el diámetro del Cometa Halley es de más o menos unos cien metros a algunos miles de kilómetros y su cola mide trescientos millones de kilómetros cuando fue visto en 1834 y... Aparece cada setenta y seis años y la última vez que se vio fue en 1910 y... -No seas ingenuo- rió el duendecillo. La verdad es que nosotros, los incontables geniecillos luminosos iguales a mí, formamos el cuerpo y la cola del Cometa. ¿Acaso no has oído hablar de una teoría que dice que el conjunto de las unidades forman el todo, el cual adquiriría estructura y personalidad propia? ¿No has escuchado que el enjambre de abejas forma un solo cuerpo animal? ¿O no has observado el comportamiento de los cardúmenes de peces debajo del agua o el vuelo de las grandes bandadas de aves veloces? ¿No te has dado cuenta de que forman un todo único, un solo ser? -Es que yo... -¿Es que tú acaso no sabes que estás formado por millones de células que estructuran tu cuerpo llamado: Ser Humano? Pues bien, no discutamos más sobre algo tan elemental, no soy un pececillo plateado, ni un ave veloz, ni una célula ¡Soy el Cometa Halley! Y he venido a ustedes mis queridos niños (en ese preciso instante me di cuenta de que yo también me había transformado en un niño) para ofrecerme como un regalo. El que me regale no tendrá felicidad, sino sentirá la belleza que lo rodea y recibirá amor de sus semejantes. ¡Yo quiero que seas mío! Gritó Angélica - quiero que seas mío para siempre, mi duendecito brillante de nariz respingada, y cogiéndolo suavemente con la punta de los dedos lo dejó caer en la palma de su mano izquierda.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 10: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

8 9

o es mi intención imitar a una de las obras literarias más descriptivas del insigne escritor norteamericano Edgar Allan Poe, llamada “La quinta de Landor”, ni menos aún es mi ambición de seguir el talento imaginativo o más bien acercarme a la gigantesca fuente de imaginación de Poe, tan demasiado rica, que, para seguir la lectura de “ese paseo por la naturaleza” que describe el autor, es necesario estar muy bien dotado en fantasía para no aburrirse. Me explico, el lector sin imaginación cierra el libro por aburrimiento. Pues bien, mi querida Angélica, le explico todo esto para que no se extrañe de lo que a continuación viene, sino para que sus ojos se deleiten con un estilo ya nacido en el siglo victoriano y que no es mío. ¿Está pasado de moda? Modifiquémoslo entonces un poco para no encontrarlo demasiado dulzón o algo “cursi”. Me paseaba por una calle que desemboca en una avenida de Viña del Mar que corre paralela a un estero. Por capricho o rareza de algún desconocido alcalde del pasado, esta calle había sido plantada no en sus veredas, sino en su totalidad - con hermosos magnolios blancos y rosados que ahora estaban en plena floración. El azul del cielo, nítido, sin una nube, como sucede de vez en cuando en esta región costera, realzaba la belleza de las miles de flores de estos prehistóricos árboles y su perfume era simplemente embriagador. Cientos de colibríes volaban vertiginosamente como rápidos

estado apreciando la belleza sin ser feliz. -Sigamos, dijo Angélica, suavemente con su agradable voz de mujer. -Bueno, lo que siento es que usted me hace muy feliz al estar al lado suyo y me atrevo a confesar tímidamente que sus ojos son muy hermosos. Interprete esto como usted quiera, pero la causa de todo es el duendecillo que le obsequié muchos años ha. En ese entonces usted era una niña y no creo que se acuerde de aquella mágica aventura. La sesión ha terminado, me dijo, mirando su reloj y levantándose de su asiento. -Hasta otro día. -Hasta luego. Me despedí sonriente, pero triste. Bajé las escaleras y me alejé caminando por la ciudad. En realidad ya no estaba tan triste. Una agradable felicidad embargaba mi ser. El duendecillo Halley había cumplido con su promesa. De pronto llegó un pensamiento a mi atribulada mente. Dime duendecillo; el amor, la felicidad y la belleza ¿no son acaso una misma cosa?

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

LA CALLE DE LOS MAGNOLIOS Y EL BAÑO DE ANGÉLICA EN ALTA MAR

Page 11: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

8 9

o es mi intención imitar a una de las obras literarias más descriptivas del insigne escritor norteamericano Edgar Allan Poe, llamada “La quinta de Landor”, ni menos aún es mi ambición de seguir el talento imaginativo o más bien acercarme a la gigantesca fuente de imaginación de Poe, tan demasiado rica, que, para seguir la lectura de “ese paseo por la naturaleza” que describe el autor, es necesario estar muy bien dotado en fantasía para no aburrirse. Me explico, el lector sin imaginación cierra el libro por aburrimiento. Pues bien, mi querida Angélica, le explico todo esto para que no se extrañe de lo que a continuación viene, sino para que sus ojos se deleiten con un estilo ya nacido en el siglo victoriano y que no es mío. ¿Está pasado de moda? Modifiquémoslo entonces un poco para no encontrarlo demasiado dulzón o algo “cursi”. Me paseaba por una calle que desemboca en una avenida de Viña del Mar que corre paralela a un estero. Por capricho o rareza de algún desconocido alcalde del pasado, esta calle había sido plantada no en sus veredas, sino en su totalidad - con hermosos magnolios blancos y rosados que ahora estaban en plena floración. El azul del cielo, nítido, sin una nube, como sucede de vez en cuando en esta región costera, realzaba la belleza de las miles de flores de estos prehistóricos árboles y su perfume era simplemente embriagador. Cientos de colibríes volaban vertiginosamente como rápidos

estado apreciando la belleza sin ser feliz. -Sigamos, dijo Angélica, suavemente con su agradable voz de mujer. -Bueno, lo que siento es que usted me hace muy feliz al estar al lado suyo y me atrevo a confesar tímidamente que sus ojos son muy hermosos. Interprete esto como usted quiera, pero la causa de todo es el duendecillo que le obsequié muchos años ha. En ese entonces usted era una niña y no creo que se acuerde de aquella mágica aventura. La sesión ha terminado, me dijo, mirando su reloj y levantándose de su asiento. -Hasta otro día. -Hasta luego. Me despedí sonriente, pero triste. Bajé las escaleras y me alejé caminando por la ciudad. En realidad ya no estaba tan triste. Una agradable felicidad embargaba mi ser. El duendecillo Halley había cumplido con su promesa. De pronto llegó un pensamiento a mi atribulada mente. Dime duendecillo; el amor, la felicidad y la belleza ¿no son acaso una misma cosa?

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

LA CALLE DE LOS MAGNOLIOS Y EL BAÑO DE ANGÉLICA EN ALTA MAR

Page 12: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

10 11

verdes, ocres y rojizas quedan al descubierto mostrando sus secretos. El pasado tiene sus secretos hermosos, bellos o terroríficos, que los historiadores y psicólogos se esmeran por descubrir. Se encuentran con lindas escenas y otras horribles, asquerosas como una momia. Adelante doctor, lo están esperando, maulló dulcemente Sonia que había aparecido silenciosamente desde una puerta. Subí y para acortar tanto el relato como los escalones, allí estaba usted mi querida amiga, esperándome con su sonrisa amistosa, afable, tan agradable a los sentimientos de su cliente. “El ser humano sonríe con los labios y con los ojos” -pensé- y ese fue mi saludo. -Cuando estuvo delicada de salud le envié mis pensamientos positivos para que se mejorara. Y también le obsequié unos chocolates, una galantería que la disimulé diciéndole que probablemente la repondrían de su estado de convalecencia. -¿Los probó? -No. -¿Por qué no los probó? -Son cosas personales. -¿Abrió la caja? -Sí -¿Se los comieron? -No sabría decirle. -No es una imposición Angélica, pero quisiera invitarla a probar uno de ellos y salir a la calle perfumada de magnolios en flor bajo un cielo azul y una ciudad silenciosa de industria y civilización.

insectos y se detenían bruscamente para beber el néctar. Sus trinos se oían por doquier en esta mañana asoleada y silenciosa de civilización, ya que no se escuchaba ruido alguno o aceleramiento de motor o cualquier otro ruido mecánico de carruaje o industria. Ese día era el día de la naturaleza y estaba prohibida cualquiera manifestación mecánica de la metrópoli. Sólo se oían mis pasos que caminaban por este bosque encantador. Llegué a una casa gris de dos pisos y llamé a la puerta, pero el timbre no sonó. ¡Ingenuo! -me reproché- te has olvidado de que hoy no hay electricidad en las calles. Abrí suavemente la puerta y me encontré con Sonia. Su cara era más alegre que otros días y de sus pupilas morenas salía una bella luz de amistad y ternura femenina que se confundían en una sonrisa. ¡Qué lindo día! -me dijo. Era un comentario con mezcla de tristeza por estar trabajando esa mañana, y mezcla de felicidad porque la disfrutaría en algunas horas más. Desapareció algunos instantes y yo me dediqué a observar una réplica de un cuadro de Van Gogh. Hermoso cuadro pintado hace cien años. El tiempo pasa pero su belleza se mantiene incólume. Mas, ¿pasa el tiempo? ¿O nosotros pasamos sobre el tiempo? Y si pasamos sobre el tiempo podemos ir a cualquiera dirección; el tiempo está ahí. ¿Qué sucedería si uno no va hacia el futuro ni hacia el pasado, sino hacia el lado? Tal vez, presenciaríamos la acción de todas las personas o cosas que están moviéndose o actuando “en ese mismo instante”. Retroceder en el tiempo -pensé- sería como un maremoto; cuando el agua se recoge, saltan los peces sobre las charcas y un sin fin de medusas, moluscos y crustáceos, corales y plantas azules,

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 13: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

10 11

verdes, ocres y rojizas quedan al descubierto mostrando sus secretos. El pasado tiene sus secretos hermosos, bellos o terroríficos, que los historiadores y psicólogos se esmeran por descubrir. Se encuentran con lindas escenas y otras horribles, asquerosas como una momia. Adelante doctor, lo están esperando, maulló dulcemente Sonia que había aparecido silenciosamente desde una puerta. Subí y para acortar tanto el relato como los escalones, allí estaba usted mi querida amiga, esperándome con su sonrisa amistosa, afable, tan agradable a los sentimientos de su cliente. “El ser humano sonríe con los labios y con los ojos” -pensé- y ese fue mi saludo. -Cuando estuvo delicada de salud le envié mis pensamientos positivos para que se mejorara. Y también le obsequié unos chocolates, una galantería que la disimulé diciéndole que probablemente la repondrían de su estado de convalecencia. -¿Los probó? -No. -¿Por qué no los probó? -Son cosas personales. -¿Abrió la caja? -Sí -¿Se los comieron? -No sabría decirle. -No es una imposición Angélica, pero quisiera invitarla a probar uno de ellos y salir a la calle perfumada de magnolios en flor bajo un cielo azul y una ciudad silenciosa de industria y civilización.

insectos y se detenían bruscamente para beber el néctar. Sus trinos se oían por doquier en esta mañana asoleada y silenciosa de civilización, ya que no se escuchaba ruido alguno o aceleramiento de motor o cualquier otro ruido mecánico de carruaje o industria. Ese día era el día de la naturaleza y estaba prohibida cualquiera manifestación mecánica de la metrópoli. Sólo se oían mis pasos que caminaban por este bosque encantador. Llegué a una casa gris de dos pisos y llamé a la puerta, pero el timbre no sonó. ¡Ingenuo! -me reproché- te has olvidado de que hoy no hay electricidad en las calles. Abrí suavemente la puerta y me encontré con Sonia. Su cara era más alegre que otros días y de sus pupilas morenas salía una bella luz de amistad y ternura femenina que se confundían en una sonrisa. ¡Qué lindo día! -me dijo. Era un comentario con mezcla de tristeza por estar trabajando esa mañana, y mezcla de felicidad porque la disfrutaría en algunas horas más. Desapareció algunos instantes y yo me dediqué a observar una réplica de un cuadro de Van Gogh. Hermoso cuadro pintado hace cien años. El tiempo pasa pero su belleza se mantiene incólume. Mas, ¿pasa el tiempo? ¿O nosotros pasamos sobre el tiempo? Y si pasamos sobre el tiempo podemos ir a cualquiera dirección; el tiempo está ahí. ¿Qué sucedería si uno no va hacia el futuro ni hacia el pasado, sino hacia el lado? Tal vez, presenciaríamos la acción de todas las personas o cosas que están moviéndose o actuando “en ese mismo instante”. Retroceder en el tiempo -pensé- sería como un maremoto; cuando el agua se recoge, saltan los peces sobre las charcas y un sin fin de medusas, moluscos y crustáceos, corales y plantas azules,

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 14: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

12 13

-No se preocupe, ésta es otra ciudad, de todas maneras volaremos hacia el horizonte. Nos elevamos aún más y tomo a mi amiga de la mano porque la velocidad es grande. A lo lejos se ve la costa como un cinturón amarillento. Una gaviota nos ha seguido y planea curiosa por sobre estos dos seres humanos que están suspendidos a poca distancia sobre la superficie de un mar profundo. -¿Tiene miedo de mojarse? -¡Sí!, pero hace tanto calor...! -Zambullámonos por un momento y luego regresamos. El agua nos mojó el rostro y nuestras vestimentas. Flotábamos en alta mar como dos lobos marinos. Más bien como dos perros de agua; felices pero poco adaptados, subiendo y bajando en el oleaje. -¡Basta ya! Vámonos de aquí, me gritó Angélica, algo afligida. -Tómese de mi mano, total, el que inventó todo esto he sido yo, y llevándola por los aires la dejo suavemente en una playa desconocida. Es Reñaca en 1851. La arena está limpia y dorada y el Sol reconforta el espíritu y el cuerpo. Mi querida Angélica, su vestido y su cabellera están empapados pero, ¡qué agradable sensación! Dejemos nuestros cuerpos y vestimentas secándose al sol y viajemos en espíritu con la luz hacia el éter infinito donde llegan hacia nosotros vibraciones exquisitamente armónicas. Son los mensajes que reciben los músicos genios compositores y que después transcriben al papel en afiebradas noches de insomnio.

-Le diré con sinceridad profesional estimado doctor que usted es dominante, que no me gusta el licor dentro de los chocolates, que a mí me gusta la gente y no una avenida solitaria donde solamente se ven y oyen colibríes. -Angélica, con todo respeto, deme la mano, pose la punta de los dedos de su mano derecha sobre mis dedos y levantémonos del suelo. Caminamos velozmente por entre los árboles y nos elevamos a mayor altura. ¡Cuidado con los alambres telefónicos! Angélica, si estuviéramos en la época de Van Gogh a quien usted admira en sus obras, no tendríamos que fijarnos en tantos postes y alambres porque no existirían. Es muy fácil - me dice usted - así como creó la calle con los magnolios, así también puede hacer desaparecer todos estos postes y alambres. -Yo no le he dicho eso (me dice Angélica). Usted se imagina que yo se lo digo. Toda mi relación con usted es fantasía suya y su comportamiento es infantil, sin embargo, reconozco que el cielo está nítidamente azul, que el aire que respiramos es puro, que la mañana está silenciosa y alegre y es por eso que he decidido seguirlo en este mundo gracioso e ingrávido, porque me siento muy feliz y estoy gozando plenamente el día. Dígame ¿Cómo se le ocurrió todo esto?, ¿de dónde ha sacado este mundo?, ¿esta ciudad solitaria? Es la misma Viña a las cinco de la mañana pero estamos a plena luz del día. -Nada importa el origen de todo esto. Sólo importa el ruido de las olas, la frescura del mar. ¡Vamos hacia ellas! -Pero no deseo bañarme -me dice Angélica- además las aguas están contaminadas.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 15: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

12 13

-No se preocupe, ésta es otra ciudad, de todas maneras volaremos hacia el horizonte. Nos elevamos aún más y tomo a mi amiga de la mano porque la velocidad es grande. A lo lejos se ve la costa como un cinturón amarillento. Una gaviota nos ha seguido y planea curiosa por sobre estos dos seres humanos que están suspendidos a poca distancia sobre la superficie de un mar profundo. -¿Tiene miedo de mojarse? -¡Sí!, pero hace tanto calor...! -Zambullámonos por un momento y luego regresamos. El agua nos mojó el rostro y nuestras vestimentas. Flotábamos en alta mar como dos lobos marinos. Más bien como dos perros de agua; felices pero poco adaptados, subiendo y bajando en el oleaje. -¡Basta ya! Vámonos de aquí, me gritó Angélica, algo afligida. -Tómese de mi mano, total, el que inventó todo esto he sido yo, y llevándola por los aires la dejo suavemente en una playa desconocida. Es Reñaca en 1851. La arena está limpia y dorada y el Sol reconforta el espíritu y el cuerpo. Mi querida Angélica, su vestido y su cabellera están empapados pero, ¡qué agradable sensación! Dejemos nuestros cuerpos y vestimentas secándose al sol y viajemos en espíritu con la luz hacia el éter infinito donde llegan hacia nosotros vibraciones exquisitamente armónicas. Son los mensajes que reciben los músicos genios compositores y que después transcriben al papel en afiebradas noches de insomnio.

-Le diré con sinceridad profesional estimado doctor que usted es dominante, que no me gusta el licor dentro de los chocolates, que a mí me gusta la gente y no una avenida solitaria donde solamente se ven y oyen colibríes. -Angélica, con todo respeto, deme la mano, pose la punta de los dedos de su mano derecha sobre mis dedos y levantémonos del suelo. Caminamos velozmente por entre los árboles y nos elevamos a mayor altura. ¡Cuidado con los alambres telefónicos! Angélica, si estuviéramos en la época de Van Gogh a quien usted admira en sus obras, no tendríamos que fijarnos en tantos postes y alambres porque no existirían. Es muy fácil - me dice usted - así como creó la calle con los magnolios, así también puede hacer desaparecer todos estos postes y alambres. -Yo no le he dicho eso (me dice Angélica). Usted se imagina que yo se lo digo. Toda mi relación con usted es fantasía suya y su comportamiento es infantil, sin embargo, reconozco que el cielo está nítidamente azul, que el aire que respiramos es puro, que la mañana está silenciosa y alegre y es por eso que he decidido seguirlo en este mundo gracioso e ingrávido, porque me siento muy feliz y estoy gozando plenamente el día. Dígame ¿Cómo se le ocurrió todo esto?, ¿de dónde ha sacado este mundo?, ¿esta ciudad solitaria? Es la misma Viña a las cinco de la mañana pero estamos a plena luz del día. -Nada importa el origen de todo esto. Sólo importa el ruido de las olas, la frescura del mar. ¡Vamos hacia ellas! -Pero no deseo bañarme -me dice Angélica- además las aguas están contaminadas.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 16: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

14 15

ajaba en mi caballo, lentamente, por un rocoso camino costero, cuando tuve la primera sensación auditiva. Era un murmullo lejano y suave que aumentaba y disminuía de intensidad según las ondulaciones de la fresca brisa que ascendía desde el mar. A la diestra tenía el vertical precipicio de roca viva y a la siniestra una quebrada tapizada de arbustos y árboles que no dejaban ver más allá. De improviso el camino se ensanchó y mi caballo, al darse cuenta de que ya no descendía, esbozó un lento y flojo trote. Seguimos caminando pausadamente y me percaté de que los árboles habían sido reemplazados por una muralla de piedra. Nuevamente corrió la brisa y el sonido se sintió ahora más cercano. No era un sonido. ¡Era una música celestial! ¡Maravillosa!, como si miles de aves cantoras estuvieran cantando acompasadamente. Curiosamente, todo este encanto desapareció al disminuir la suave brisa. Meditaba sobre estas extrañas percepciones auditivas cuando divisé una inmensa puerta dibujada en la muralla y que, a juzgar por su forma redonda, simulaba una puerta oriental, más bien china o algo parecido. Mis deducciones no estaban del todo equivocadas, porque en

Nosotros, sin embargo, las estamos recibiendo puras, perfectas, sin transcripciones en notas musicales. ¡Qué felicidad! Cuando la gente odia y se mata, podría conocer antes todo esto, esto que estamos sintiendo. Pero ya es hora de volver. Su rubia cabellera se ha secado y curiosamente, usted está peinada, su vestido seco, no tiene ni una arruga después del chapuzón en alta mar, ni siquiera un grano de arena de la playa de Reñaca de 1851. Los magnolios han desaparecido. Todo ha vuelto a la normalidad. Se escucha el ruido de los automóviles y el “smog” ha invadido la ciudad. Angélica ha mirado su reloj. Es hora de irse, me dice dulcemente. -Muchas gracias por el paseo al que me ha invitado esta mañana. -No me dé las gracias. Créame que ambos lo hemos disfrutado por igual. El baño en alta mar estuvo delicioso.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

ANGÉLICA Y EL VALLE DE LOS TEMPLOS DE LAS QUINCE MIL CAMPANILLAS

Rozando la muralla acerqué mi caballo y empinándome sobre los estribos miré sobre ésta. ¡Oh! ¡Jardín de ensueños! Quien pudiera estar allí.

Page 17: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

14 15

ajaba en mi caballo, lentamente, por un rocoso camino costero, cuando tuve la primera sensación auditiva. Era un murmullo lejano y suave que aumentaba y disminuía de intensidad según las ondulaciones de la fresca brisa que ascendía desde el mar. A la diestra tenía el vertical precipicio de roca viva y a la siniestra una quebrada tapizada de arbustos y árboles que no dejaban ver más allá. De improviso el camino se ensanchó y mi caballo, al darse cuenta de que ya no descendía, esbozó un lento y flojo trote. Seguimos caminando pausadamente y me percaté de que los árboles habían sido reemplazados por una muralla de piedra. Nuevamente corrió la brisa y el sonido se sintió ahora más cercano. No era un sonido. ¡Era una música celestial! ¡Maravillosa!, como si miles de aves cantoras estuvieran cantando acompasadamente. Curiosamente, todo este encanto desapareció al disminuir la suave brisa. Meditaba sobre estas extrañas percepciones auditivas cuando divisé una inmensa puerta dibujada en la muralla y que, a juzgar por su forma redonda, simulaba una puerta oriental, más bien china o algo parecido. Mis deducciones no estaban del todo equivocadas, porque en

Nosotros, sin embargo, las estamos recibiendo puras, perfectas, sin transcripciones en notas musicales. ¡Qué felicidad! Cuando la gente odia y se mata, podría conocer antes todo esto, esto que estamos sintiendo. Pero ya es hora de volver. Su rubia cabellera se ha secado y curiosamente, usted está peinada, su vestido seco, no tiene ni una arruga después del chapuzón en alta mar, ni siquiera un grano de arena de la playa de Reñaca de 1851. Los magnolios han desaparecido. Todo ha vuelto a la normalidad. Se escucha el ruido de los automóviles y el “smog” ha invadido la ciudad. Angélica ha mirado su reloj. Es hora de irse, me dice dulcemente. -Muchas gracias por el paseo al que me ha invitado esta mañana. -No me dé las gracias. Créame que ambos lo hemos disfrutado por igual. El baño en alta mar estuvo delicioso.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

ANGÉLICA Y EL VALLE DE LOS TEMPLOS DE LAS QUINCE MIL CAMPANILLAS

Rozando la muralla acerqué mi caballo y empinándome sobre los estribos miré sobre ésta. ¡Oh! ¡Jardín de ensueños! Quien pudiera estar allí.

Page 18: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

16 17

relaciones sexuales como algo primordial en el contenido ideológico escultórico. El templo tenía una hermosa puerta ojival de varios metros de altura. En esos instantes sopló la brisa y las miles de campanillas de los agujeros entraron en movimiento produciendo una maravillosa armonía sonora jamás nunca oída. Su sonido era algo ronco, a diferencia del tintinear argéntico que venía a unos cientos de metros, más allá, pero, ¡Oh! ¡Qué maravilloso! Había sido tan intensa mi emoción ante la primera vista del templo de oro que no me había percatado de la existencia de dos templos más, escondidos en parte en un cuidadoso y elaborado follaje. Dos templos más pequeños pero cuyas campanillas eran de plata y de platino. Al pasar la brisa por esos miles de agujeros, hacían sonar estas campanillas fabricadas con el más fino metal y provocaban un éxtasis espiritual imposible de describir con palabras ni con lápiz y papel. Caminé embriagado de belleza por la terraza hacia un sendero de piedra bruñida que serpenteaba por un prado formado por un extraño césped. Era como un trébol de hoja esponjosa. El prado estaba manchado por conjuntos de plantas y arbustos tropicales de distintas especies cuyas flores de variados colores eran bellísimas. Si no había brisa, el silencio era casi total y el aire que se respiraba era muy puro. Digo que el silencio era casi total porque a lo lejos se oía el rumor de una pequeña cascada de agua y hacia allá dirigí mis pasos. El salto de agua emergía de un macizo rocoso escondido detrás de un bosquecillo de pinos cuya especie era desconocida para mí. El ambiente estaba constantemente mojado y limpio, debido

ese instante se oyó el sonido estremecedor de, probablemente, un gigantesco gong que hizo pararse en dos patas a mi caballo. A pesar de que la bestia seguía encabritada, logré saltar a tierra y sostenerla por las riendas. El ya no tan estruendoso sonido persistía en el espacio pero iba declinando lentamente. Me acerqué a la puerta y ¡cosa inexplicable! Sin que ésta se abriera me encontré al otro lado de la muralla -sin el caballo- y sentado en una pulidísima terraza de una sola pieza, de jade verde. Lo que había ante mis ojos era imposible de creer, ni menos de imaginar. A unos cien pasos de mí, estaba el más hermoso templo oriental jamás visto por ser humano. Un templo perfecto por su simpleza arquitectónica. Si pudiéramos describirlo desde su base, no seríamos exagerados al decir que tendría unos cuarenta metros de diámetro. Hecho de roca granítica, formaba una cúpula hendida de alrededor de noventa a cien metros de altura; era como una gigantesca sandía vertical cortada transversalmente en uno de sus extremos. Los cientos de ranuras que atravesaban las paredes no eran verdaderamente ranuras, sino orificios ordenados linealmente en dirección vertical y en cada uno de ellos colgaba tintineante una sola campanilla de oro reluciente. Me olvidé de describir que toda la pared granítica de este gigantesco templo estaba esculpida con imágenes antropomorfas de ambos sexos cuyas posturas y movimientos eran exclusivamente una exaltación a la danza. Sin embargo, estaban tan armónicamente entrelazadas que era difícil distinguir a cierta distancia cuáles brazos o qué cuello o pierna pertenecían a quién; pero sí, con seguridad el espectador percibía la absoluta ausencia de sensualidad, a diferencia de otros templos orientales que por razones religiosas destacan las

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 19: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

16 17

relaciones sexuales como algo primordial en el contenido ideológico escultórico. El templo tenía una hermosa puerta ojival de varios metros de altura. En esos instantes sopló la brisa y las miles de campanillas de los agujeros entraron en movimiento produciendo una maravillosa armonía sonora jamás nunca oída. Su sonido era algo ronco, a diferencia del tintinear argéntico que venía a unos cientos de metros, más allá, pero, ¡Oh! ¡Qué maravilloso! Había sido tan intensa mi emoción ante la primera vista del templo de oro que no me había percatado de la existencia de dos templos más, escondidos en parte en un cuidadoso y elaborado follaje. Dos templos más pequeños pero cuyas campanillas eran de plata y de platino. Al pasar la brisa por esos miles de agujeros, hacían sonar estas campanillas fabricadas con el más fino metal y provocaban un éxtasis espiritual imposible de describir con palabras ni con lápiz y papel. Caminé embriagado de belleza por la terraza hacia un sendero de piedra bruñida que serpenteaba por un prado formado por un extraño césped. Era como un trébol de hoja esponjosa. El prado estaba manchado por conjuntos de plantas y arbustos tropicales de distintas especies cuyas flores de variados colores eran bellísimas. Si no había brisa, el silencio era casi total y el aire que se respiraba era muy puro. Digo que el silencio era casi total porque a lo lejos se oía el rumor de una pequeña cascada de agua y hacia allá dirigí mis pasos. El salto de agua emergía de un macizo rocoso escondido detrás de un bosquecillo de pinos cuya especie era desconocida para mí. El ambiente estaba constantemente mojado y limpio, debido

ese instante se oyó el sonido estremecedor de, probablemente, un gigantesco gong que hizo pararse en dos patas a mi caballo. A pesar de que la bestia seguía encabritada, logré saltar a tierra y sostenerla por las riendas. El ya no tan estruendoso sonido persistía en el espacio pero iba declinando lentamente. Me acerqué a la puerta y ¡cosa inexplicable! Sin que ésta se abriera me encontré al otro lado de la muralla -sin el caballo- y sentado en una pulidísima terraza de una sola pieza, de jade verde. Lo que había ante mis ojos era imposible de creer, ni menos de imaginar. A unos cien pasos de mí, estaba el más hermoso templo oriental jamás visto por ser humano. Un templo perfecto por su simpleza arquitectónica. Si pudiéramos describirlo desde su base, no seríamos exagerados al decir que tendría unos cuarenta metros de diámetro. Hecho de roca granítica, formaba una cúpula hendida de alrededor de noventa a cien metros de altura; era como una gigantesca sandía vertical cortada transversalmente en uno de sus extremos. Los cientos de ranuras que atravesaban las paredes no eran verdaderamente ranuras, sino orificios ordenados linealmente en dirección vertical y en cada uno de ellos colgaba tintineante una sola campanilla de oro reluciente. Me olvidé de describir que toda la pared granítica de este gigantesco templo estaba esculpida con imágenes antropomorfas de ambos sexos cuyas posturas y movimientos eran exclusivamente una exaltación a la danza. Sin embargo, estaban tan armónicamente entrelazadas que era difícil distinguir a cierta distancia cuáles brazos o qué cuello o pierna pertenecían a quién; pero sí, con seguridad el espectador percibía la absoluta ausencia de sensualidad, a diferencia de otros templos orientales que por razones religiosas destacan las

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 20: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

cada media hora, sino varias horas, calculo en tres o cuatro y un hecho más misterioso aún de todo lo descrito, es que, cuando había sonado el gong, yo me había encontrado en un instante dentro de este paisaje soñado, con estos templos e inmaculados jardines. Algo que también era extraño en este lugar era el constatar que no se veían aves ni insectos, tampoco había polvo ni hojas secas, ni flores marchitas. Todo era o estaba perfectamente limpio y bien diseñado, como si miles de jardineros japoneses o chinos hubiesen trabajado en este jardín sin dejar rastro de nada que signifique “basura”. Retrocedí por el sendero y me enfrenté al templo de las campanillas de plata. Llegué al interior por una puerta similar a la descrita en el otro templo y constaté que su interior estaba tan vacío como limpio. Me senté en el suelo a descansar de tantas emociones y afirmando mis espaldas en el muro, miré hacia la cúpula para contemplar los miles de agujeros por donde entraba la luz. Esta se quebraba en infinitos centelleos por el reflejo en movimiento de las campanillas de plata. Sopló en ese instante una leve brisa y el sonido audible en el interior del templo, realzado por la cúpula como una gran caja de resonancia, era mucho más armonioso que en el exterior. Parecían millares de voces humanas o ángeles que cantaban y sus ondas sonoras entrechocaban en las paredes curvas produciendo un calidoscopio musical jamás oído o quizás minúsculamente imitado en la cúpula del “Battisterio” de la Catedral de Florencia. Allí estaba yo, extasiado, observando y escuchando todo esto cuando súbitamente sonó el gong y su sonido hizo vibrar todo el ambiente, incluyendo mi propio cuerpo. El sonido declinaba y en la penumbra, en el otro extremo del templo, apareció una imagen de

18 19

al rocío que emanaba de la cascada. Allí me encontré con un singular molino de recia madera. Era más bien un gigantesco mecanismo de relojería cuya pieza principal era una rueda de unos quince metros de envergadura que giraba lentamente debido al impulso del agua que caía desde la altura. La rueda tenía unos cubos o baldes de bronce que atrapaban el agua en una mitad de la rueda y la hacían girar por hacerla más pesada en ese hemiperímetro. En la otra mitad los cubos se vaciaban al golpear su fondo con una formación rocosa que cumplía a la perfección su finalidad. Del eje de la rueda giraban dos pequeñas ruedas dentadas que a su vez hacían girar muy lentamente otra rueda casi tan grande como la primera y del centro de esta segunda rueda salía un grueso y largo eje metálico que a su vez terminaba en una gran clavija perpendicular al eje. Cual mitad de una hélice, esta clavija o puntero giraba muy lentamente, a una velocidad casi imperceptible y tomaría contacto tiempo después con una larga y ancha huincha flexible de acero que salía o emergía de un firme encatrado de gruesas vigas. El extremo libre de esta huincha terminaba en un martillo o cabeza de ariete recubierto de un grueso cuero. A unos pocos centímetros de este martillo estaba inmóvil un gigantesco gong de más o menos diez metros de diámetro y sostenido en el aire por pesadas cadenas provenientes de enormes vigas horizontales de cedro. Capté entonces inmediatamente que estaba frente a un sistema de relojería descomunal cuya cuerda accionada por la fuerza del agua, no tenía fin, y que este reloj no constaba de un carillón o campanario, sino que funcionaba o sonaba mediante un enorme gong oriental. Me di cuenta también de que el ciclo de los rodamientos no era

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 21: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

cada media hora, sino varias horas, calculo en tres o cuatro y un hecho más misterioso aún de todo lo descrito, es que, cuando había sonado el gong, yo me había encontrado en un instante dentro de este paisaje soñado, con estos templos e inmaculados jardines. Algo que también era extraño en este lugar era el constatar que no se veían aves ni insectos, tampoco había polvo ni hojas secas, ni flores marchitas. Todo era o estaba perfectamente limpio y bien diseñado, como si miles de jardineros japoneses o chinos hubiesen trabajado en este jardín sin dejar rastro de nada que signifique “basura”. Retrocedí por el sendero y me enfrenté al templo de las campanillas de plata. Llegué al interior por una puerta similar a la descrita en el otro templo y constaté que su interior estaba tan vacío como limpio. Me senté en el suelo a descansar de tantas emociones y afirmando mis espaldas en el muro, miré hacia la cúpula para contemplar los miles de agujeros por donde entraba la luz. Esta se quebraba en infinitos centelleos por el reflejo en movimiento de las campanillas de plata. Sopló en ese instante una leve brisa y el sonido audible en el interior del templo, realzado por la cúpula como una gran caja de resonancia, era mucho más armonioso que en el exterior. Parecían millares de voces humanas o ángeles que cantaban y sus ondas sonoras entrechocaban en las paredes curvas produciendo un calidoscopio musical jamás oído o quizás minúsculamente imitado en la cúpula del “Battisterio” de la Catedral de Florencia. Allí estaba yo, extasiado, observando y escuchando todo esto cuando súbitamente sonó el gong y su sonido hizo vibrar todo el ambiente, incluyendo mi propio cuerpo. El sonido declinaba y en la penumbra, en el otro extremo del templo, apareció una imagen de

18 19

al rocío que emanaba de la cascada. Allí me encontré con un singular molino de recia madera. Era más bien un gigantesco mecanismo de relojería cuya pieza principal era una rueda de unos quince metros de envergadura que giraba lentamente debido al impulso del agua que caía desde la altura. La rueda tenía unos cubos o baldes de bronce que atrapaban el agua en una mitad de la rueda y la hacían girar por hacerla más pesada en ese hemiperímetro. En la otra mitad los cubos se vaciaban al golpear su fondo con una formación rocosa que cumplía a la perfección su finalidad. Del eje de la rueda giraban dos pequeñas ruedas dentadas que a su vez hacían girar muy lentamente otra rueda casi tan grande como la primera y del centro de esta segunda rueda salía un grueso y largo eje metálico que a su vez terminaba en una gran clavija perpendicular al eje. Cual mitad de una hélice, esta clavija o puntero giraba muy lentamente, a una velocidad casi imperceptible y tomaría contacto tiempo después con una larga y ancha huincha flexible de acero que salía o emergía de un firme encatrado de gruesas vigas. El extremo libre de esta huincha terminaba en un martillo o cabeza de ariete recubierto de un grueso cuero. A unos pocos centímetros de este martillo estaba inmóvil un gigantesco gong de más o menos diez metros de diámetro y sostenido en el aire por pesadas cadenas provenientes de enormes vigas horizontales de cedro. Capté entonces inmediatamente que estaba frente a un sistema de relojería descomunal cuya cuerda accionada por la fuerza del agua, no tenía fin, y que este reloj no constaba de un carillón o campanario, sino que funcionaba o sonaba mediante un enorme gong oriental. Me di cuenta también de que el ciclo de los rodamientos no era

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 22: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

mundo encantador. Recorrimos felices los senderos rodeados por los hermosos jardines y fue tal la felicidad de ambos que corríamos como si fuéramos niños. -Angélica -le dije- ¿No es magnífico todo esto? -Así es, me replicó algo cansada, pero-¡Dónde estamos? ¡Cómo saldremos de aquí? -No se preocupe querida amiga, estamos en un rincón de mi mente. -Es un paisaje que yo he creado. -Ah! ¡Otra vez su exagerada fantasía! Y yo tengo que compartirla. -Lamentablemente mi querida Angélica, usted ha deseado compartirla conmigo porque ha leído estas líneas hasta aquí. -Tiene razón -me dijo- este es un paisaje estupendo pero no para vivir eternamente en él. Mis clientes me esperan. -No se inquiete, ya sonará el gong y desaparecerá de este lugar. -¡No se puede hacer sonar antes? -No. -¡Pero si usted ha creado todo esto! -Ya ha sido creado y además no deseo que usted se vaya. -¡Egoísta! -No me enojaré. -Fernando, mi cliente me espera... -Permítame observarle una cosa; con gran deleite me he dado cuenta de que por primera vez se dirige a mí por mi nombre y lo considero como una señal de cariño. -¿Así lo cree usted doctor? -A lo mejor me he equivocado.

20 21

mujer. Borrosa en un principio, perfectamente identificable después. Era usted mi querida amiga que avanzaba sin demostrar angustia hacia mí. A juzgar por su respiración agitada y su mirada inquieta, estaba asustada por no saber dónde se encontraba y al mismo tiempo tenía cierto agrado al estar conmigo, en otras palabras, de tener compañía. -Angélica, le respondí a su tácita pregunta- no se inquiete; quizás yo soy el culpable de que usted se encuentre aquí; pero no ha sido mi intención de molestarla. -No sé si estoy molesta o no -me respondió- pero en lo que sí estoy segura es que he perdido a un cliente. En esos instantes me hablaba sobre las angustias que le provocaban sus atormentados negocios, su relación con las nuevas leyes hipotecarias y las U.F. y su conveniencia de traspolar capitales que tenía en el extranjero, mas, en virtud de lo dispuesto en el Artículo 85 de la ley 18046 cuyo plazo expiraría con fecha 12 de enero, para cobrar el reparto N° 1 de $ 3.50 por acción correspondiente a devolución de capital, y en esos dilemas estábamos cuando me dijeron que usted me llamaba por teléfono y al descolgar el fono me encontré aquí, con un terrible sonido de gong en mis oídos. -Dígame doctor ¿Dónde estamos? Le expliqué todo y saliendo del templo le mostré el maravilloso paisaje. Como si yo lo hubiera deseado, sopló otra vez la tenue brisa y Angélica quedó extasiada. -¡Esto es maravilloso! Me dijo llena de entusiasmo ¡Vamos! Muéstreme el lugar donde sale el sonido del gong que nos trae a este

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 23: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

mundo encantador. Recorrimos felices los senderos rodeados por los hermosos jardines y fue tal la felicidad de ambos que corríamos como si fuéramos niños. -Angélica -le dije- ¿No es magnífico todo esto? -Así es, me replicó algo cansada, pero-¡Dónde estamos? ¡Cómo saldremos de aquí? -No se preocupe querida amiga, estamos en un rincón de mi mente. -Es un paisaje que yo he creado. -Ah! ¡Otra vez su exagerada fantasía! Y yo tengo que compartirla. -Lamentablemente mi querida Angélica, usted ha deseado compartirla conmigo porque ha leído estas líneas hasta aquí. -Tiene razón -me dijo- este es un paisaje estupendo pero no para vivir eternamente en él. Mis clientes me esperan. -No se inquiete, ya sonará el gong y desaparecerá de este lugar. -¡No se puede hacer sonar antes? -No. -¡Pero si usted ha creado todo esto! -Ya ha sido creado y además no deseo que usted se vaya. -¡Egoísta! -No me enojaré. -Fernando, mi cliente me espera... -Permítame observarle una cosa; con gran deleite me he dado cuenta de que por primera vez se dirige a mí por mi nombre y lo considero como una señal de cariño. -¿Así lo cree usted doctor? -A lo mejor me he equivocado.

20 21

mujer. Borrosa en un principio, perfectamente identificable después. Era usted mi querida amiga que avanzaba sin demostrar angustia hacia mí. A juzgar por su respiración agitada y su mirada inquieta, estaba asustada por no saber dónde se encontraba y al mismo tiempo tenía cierto agrado al estar conmigo, en otras palabras, de tener compañía. -Angélica, le respondí a su tácita pregunta- no se inquiete; quizás yo soy el culpable de que usted se encuentre aquí; pero no ha sido mi intención de molestarla. -No sé si estoy molesta o no -me respondió- pero en lo que sí estoy segura es que he perdido a un cliente. En esos instantes me hablaba sobre las angustias que le provocaban sus atormentados negocios, su relación con las nuevas leyes hipotecarias y las U.F. y su conveniencia de traspolar capitales que tenía en el extranjero, mas, en virtud de lo dispuesto en el Artículo 85 de la ley 18046 cuyo plazo expiraría con fecha 12 de enero, para cobrar el reparto N° 1 de $ 3.50 por acción correspondiente a devolución de capital, y en esos dilemas estábamos cuando me dijeron que usted me llamaba por teléfono y al descolgar el fono me encontré aquí, con un terrible sonido de gong en mis oídos. -Dígame doctor ¿Dónde estamos? Le expliqué todo y saliendo del templo le mostré el maravilloso paisaje. Como si yo lo hubiera deseado, sopló otra vez la tenue brisa y Angélica quedó extasiada. -¡Esto es maravilloso! Me dijo llena de entusiasmo ¡Vamos! Muéstreme el lugar donde sale el sonido del gong que nos trae a este

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 24: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

ngélica- le dije con una voz que la invitaba a comprenderme y a aceptar mis ideas. ¿No cree usted que el rendimiento de la psicoterapia sería mayor si el psicoterapeuta acompañara a su paciente, no en el limitado ambiente del consultorio profesional sino en el medio en el que el paciente desarrolla su vida cotidiana? El ideal sería que usted estuviera al lado mío en forma silenciosa anotando en su bloc de apuntes, los momentos más importantes de mi diario vivir. Mis reacciones en el trabajo, en el Hospital, en las técnicas médicas que realizo, en las reuniones clínicas, en los Congresos Médicos, en los cumpleaños de familiares, en el encuentro con una persona amiga en la calle, en el teatro, oyendo la Misa Imperial de Francisco José Hayden, en los matrimonios, cuando estoy invitado o hago el papel de padrino, en misa los días domingos, etc. -Usted sabe muy bien que eso no es posible- me replica Angélica. -Pero algún día, más allá del año dos mil, probablemente los psicólogos acompañarán a sus pacientes durante doce horas. -Quizás... -Pero aunque esto no sea posible, existiría la posibilidad de dar un corto paseo alrededor de la manzana.

22 23

- Usted se imagina cosas que no existen. -Eso es lo que me angustia, sé que realmente no existen pero me vienen dudas ¿Existirán estos templos en algún lugar? ¿En otro mundo? -Sí, en su imaginación y usted cree que son reales. -¡Son reales! ¡Porque los he creado! ¡Existen! -Usted está fantaseando, como un niño o como un artista. -Los he imaginado y los he creado en este relato. Es hora de despedirnos, el gong va a sonar nuevamente. Atardecía y todas las campanillas de los tres templos tañían en una grandiosa canción de plata, oro y platino. Me despedí angustiado, con un nudo en la garganta. -¡Adiós! Se oyó el vibrar del gran gong oriental y nuestros cuerpos empezaron a esfumarse lentamente. Le tendí la mano, pero ya nuestras imágenes habían desaparecido. Vi como se desvanecían los templos, los jardines, el gigantesco reloj, la cascada de agua. Nada quedaba: Ni la muralla, ni el paisaje, ni el caballo que montaba, ni el mar, ni la quebrada con árboles...

Todo ha desaparecido. No puedo seguir escribiendo...

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

UN PASEO POR LA PLAYA Y ALGUNOS PENSAMIENTOS SOBRE LA VIDA Y LA MUERTE

Page 25: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

ngélica- le dije con una voz que la invitaba a comprenderme y a aceptar mis ideas. ¿No cree usted que el rendimiento de la psicoterapia sería mayor si el psicoterapeuta acompañara a su paciente, no en el limitado ambiente del consultorio profesional sino en el medio en el que el paciente desarrolla su vida cotidiana? El ideal sería que usted estuviera al lado mío en forma silenciosa anotando en su bloc de apuntes, los momentos más importantes de mi diario vivir. Mis reacciones en el trabajo, en el Hospital, en las técnicas médicas que realizo, en las reuniones clínicas, en los Congresos Médicos, en los cumpleaños de familiares, en el encuentro con una persona amiga en la calle, en el teatro, oyendo la Misa Imperial de Francisco José Hayden, en los matrimonios, cuando estoy invitado o hago el papel de padrino, en misa los días domingos, etc. -Usted sabe muy bien que eso no es posible- me replica Angélica. -Pero algún día, más allá del año dos mil, probablemente los psicólogos acompañarán a sus pacientes durante doce horas. -Quizás... -Pero aunque esto no sea posible, existiría la posibilidad de dar un corto paseo alrededor de la manzana.

22 23

- Usted se imagina cosas que no existen. -Eso es lo que me angustia, sé que realmente no existen pero me vienen dudas ¿Existirán estos templos en algún lugar? ¿En otro mundo? -Sí, en su imaginación y usted cree que son reales. -¡Son reales! ¡Porque los he creado! ¡Existen! -Usted está fantaseando, como un niño o como un artista. -Los he imaginado y los he creado en este relato. Es hora de despedirnos, el gong va a sonar nuevamente. Atardecía y todas las campanillas de los tres templos tañían en una grandiosa canción de plata, oro y platino. Me despedí angustiado, con un nudo en la garganta. -¡Adiós! Se oyó el vibrar del gran gong oriental y nuestros cuerpos empezaron a esfumarse lentamente. Le tendí la mano, pero ya nuestras imágenes habían desaparecido. Vi como se desvanecían los templos, los jardines, el gigantesco reloj, la cascada de agua. Nada quedaba: Ni la muralla, ni el paisaje, ni el caballo que montaba, ni el mar, ni la quebrada con árboles...

Todo ha desaparecido. No puedo seguir escribiendo...

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

UN PASEO POR LA PLAYA Y ALGUNOS PENSAMIENTOS SOBRE LA VIDA Y LA MUERTE

Page 26: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

-En realidad es muy bonito. Llévelo de recuerdo en este paseo imaginario, total, no hará mucho bulto en su cartera. -Angélica, ante este paisaje tan maravilloso ¿se podría pensar que nadie lo ha creado? -¿Qué cree usted? -Pienso que vivimos en un granito de arena llamado sistema solar y que el firmamento tiene tantas estrellas como granos de arena tienen todas las playas del mundo. -Me pregunto ¿cuántos átomos tengo en mi ojo izquierdo? Muchos más que estrellas tiene el cielo. -Usted me habla del macrocosmos y del microcosmos como algo creado por un solo ser. -Así es Angélica, a ese Ser los egipcios lo llamaron Ptah, los israelitas Jehová o Yavé, los cristianos el Dios Padre, los musulmanes Alá y los masones el Gran Arquitecto. -¿Usted es masón? -No; soy católico y, al igual que los pertenecientes a las religiones o sectas filosóficas ya nombradas, creo en el alma. -Y usted Angélica, cree en el alma? -¿Qué cree usted? -Ya se lo dije, pero ¿qué concepto tiene del alma? -Usted sabe, Fernando que no es de interés para ambos el hablar de mi persona sino de su persona. Por esa razón está usted aquí. -Pues bien, le diré el concepto que tengo del alma, de los endemoniados, del infierno y del cielo. -¿Está muy cansada? -No. -Sigamos caminando.

24 25

La sonrisa silenciosa y plena de bondad de Angélica expresaba un NO inconmovible. -Pues bien Angélica, créame que lo siento. Eso no impide que nos traslademos usted y yo a la larguísima playa de Ritoque que parte de Concón y llega a Quintero. Caminemos tranquilamente, sin apuro, porque el tiempo lo he detenido en cuanto a lo relacionado con sus compromisos y quehaceres profesionales. Créame, ¡qué linda está la mañana ¡ El oleaje del mar y su brisa salada refresca y rejuvenece nuestros rostros. -¿Le gusta caminar por la playa? -Sí, pero no demasiado. -Sáquese las medias y los zapatos y dejemos que nuestros pies desnudos vayan haciendo una huella sobre la arena. Qué agradable es respirar este aire fresco, purísimo y mirar hacia adelante en esta playa que no se le ve fin. -¿Qué es lo que dejan caer las gaviotas desde lo alto y luego bajan presurosas a buscar? -me pregunta Angélica. -Son “machas”, estos moluscos que viven enterrados en la arena nutriéndose del agua marina y de sus microscópicos componentes. Las gaviotas las cogen con el pico, vuelan a gran altura y las dejan caer a la arena dura de la orilla. Las dos conchas se quiebran o se abren y la gaviota aprovecha para engullir el blando contenido del molusco. Si no se abren o rompen la vuelven a coger y repiten la misma maniobra. ¡Mire! Allá va una nuevamente, ha remontado el vuelo porque ha fracasado en su primer intento. -Qué lindo caracol- dice Angélica, al coger entre sus dedos una minúscula concha nacarada. Su cubierta negra había sido pulida por el roce de la arena.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 27: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

-En realidad es muy bonito. Llévelo de recuerdo en este paseo imaginario, total, no hará mucho bulto en su cartera. -Angélica, ante este paisaje tan maravilloso ¿se podría pensar que nadie lo ha creado? -¿Qué cree usted? -Pienso que vivimos en un granito de arena llamado sistema solar y que el firmamento tiene tantas estrellas como granos de arena tienen todas las playas del mundo. -Me pregunto ¿cuántos átomos tengo en mi ojo izquierdo? Muchos más que estrellas tiene el cielo. -Usted me habla del macrocosmos y del microcosmos como algo creado por un solo ser. -Así es Angélica, a ese Ser los egipcios lo llamaron Ptah, los israelitas Jehová o Yavé, los cristianos el Dios Padre, los musulmanes Alá y los masones el Gran Arquitecto. -¿Usted es masón? -No; soy católico y, al igual que los pertenecientes a las religiones o sectas filosóficas ya nombradas, creo en el alma. -Y usted Angélica, cree en el alma? -¿Qué cree usted? -Ya se lo dije, pero ¿qué concepto tiene del alma? -Usted sabe, Fernando que no es de interés para ambos el hablar de mi persona sino de su persona. Por esa razón está usted aquí. -Pues bien, le diré el concepto que tengo del alma, de los endemoniados, del infierno y del cielo. -¿Está muy cansada? -No. -Sigamos caminando.

24 25

La sonrisa silenciosa y plena de bondad de Angélica expresaba un NO inconmovible. -Pues bien Angélica, créame que lo siento. Eso no impide que nos traslademos usted y yo a la larguísima playa de Ritoque que parte de Concón y llega a Quintero. Caminemos tranquilamente, sin apuro, porque el tiempo lo he detenido en cuanto a lo relacionado con sus compromisos y quehaceres profesionales. Créame, ¡qué linda está la mañana ¡ El oleaje del mar y su brisa salada refresca y rejuvenece nuestros rostros. -¿Le gusta caminar por la playa? -Sí, pero no demasiado. -Sáquese las medias y los zapatos y dejemos que nuestros pies desnudos vayan haciendo una huella sobre la arena. Qué agradable es respirar este aire fresco, purísimo y mirar hacia adelante en esta playa que no se le ve fin. -¿Qué es lo que dejan caer las gaviotas desde lo alto y luego bajan presurosas a buscar? -me pregunta Angélica. -Son “machas”, estos moluscos que viven enterrados en la arena nutriéndose del agua marina y de sus microscópicos componentes. Las gaviotas las cogen con el pico, vuelan a gran altura y las dejan caer a la arena dura de la orilla. Las dos conchas se quiebran o se abren y la gaviota aprovecha para engullir el blando contenido del molusco. Si no se abren o rompen la vuelven a coger y repiten la misma maniobra. ¡Mire! Allá va una nuevamente, ha remontado el vuelo porque ha fracasado en su primer intento. -Qué lindo caracol- dice Angélica, al coger entre sus dedos una minúscula concha nacarada. Su cubierta negra había sido pulida por el roce de la arena.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 28: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

El Nirvana de los budistas, lo que ellos llaman el vacío, el Sunhyata, que sería pura potencialidad, pura vacuidad; para la conciencia del espíritu iluminado sería el D'HARMA, la más alta verdad. Creo que podría compararse con el estado místico de los santos cristianos, o en una forma de expresión más simple y escalonada, sería el estado de gracia de Dios en que estamos nosotros los católicos después de comulgar. En un estado en que el espíritu o el alma está dentro de nuestros cuerpos - dentro de “nuestro recinto cerrado” - en completa ARMONIA. Esta armonía o vibración armónica espiritual causa una gran felicidad aunque la persona tenga potentísimos sufrimientos físicos. Esta “armonía” se pierde con el pecado, en otras palabras se “mancha”; las vibraciones se transforman en disarmónicas. Es como comparar un maravilloso sonido de una nota provocado por un instrumento musical, con un desagradable ruido de una motocicleta sin silenciador. Este ejemplo es equivalente también a los otros órganos de los sentidos como el sentir un agradable perfume de una flor o un olor nauseabundo que provoque náuseas. Pues bien, si el ser humano fallece por cualquiera circunstancia, si su alma está en esta “armonía” ya descrita, ella tiene la capacidad de viajar a otras existencias, a otras dimensiones que estamos imposibilitados de describir o conocer en vida y que llamamos Cielo. Muchas personas que han estado a punto de morir o más bien han muerto y después han resucitado, han tenido la experiencia de pasar por una especie de túnel. Se ha comprobado matemáticamente que si un ser viajara más rápido que la velocidad de la luz tendría la percepción de viajar por un túnel. Quizás el alma al dejar el cuerpo, después de estar cerca de

26 27

-Comenzaremos diciendo que los padres de la sabiduría occidental -los egipcios- creían que el ser humano tenía varias almas. El ser humano se compondría de seis elementos: Tres materiales, que son su cuerpo, su nombre y su sombra, y tres espirituales: el Ankh, el Ba y el Ka. El Ka era imperecedero e inmortal y permitiría a su dueño integrarse, ya estuviese vivo o muerto, en el perpetuo movimiento del Cosmos del que nuestro planeta no es más que una partícula. Ese Ka que no nos pertenece, es depositado y recuperado a cada momento en este mundo y en el otro para ser restituido al universo de donde proviene, el cual lo engendró al comienzo de los tiempos. Sería -según algunos- como Albert Champdor -el Espíritu de Vida del Antiguo Testamento. En cuanto al alma- los egipcios la representaban bajo la forma de un pájaro con el rostro del difunto. En el instante de la muerte, esta alma revoloteaba y dejaba el cuerpo, momentáneamente privado de su Ka, de su vida. A mi parecer, todas estas almas estarían superpuestas o mezcladas, imbricadas unas sobre otras o más bien un cuerpo de distinta densidad disuelto en otro. Como ejemplo de ello tendríamos el azúcar disuelto en el agua o el humo del cigarrillo dentro de un recinto cerrado. -Usted trata de decirme que si se abren las ventanas, el recinto se ventila, el humo sale y el aposento muere. -Es una buena comparación, con la diferencia que el aposento no se va a desintegrar porque se escurre el humo a través de la ventana. -Y el pecado ¿qué tiene que ver en esto? -Mucho-. Me explico:

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 29: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

El Nirvana de los budistas, lo que ellos llaman el vacío, el Sunhyata, que sería pura potencialidad, pura vacuidad; para la conciencia del espíritu iluminado sería el D'HARMA, la más alta verdad. Creo que podría compararse con el estado místico de los santos cristianos, o en una forma de expresión más simple y escalonada, sería el estado de gracia de Dios en que estamos nosotros los católicos después de comulgar. En un estado en que el espíritu o el alma está dentro de nuestros cuerpos - dentro de “nuestro recinto cerrado” - en completa ARMONIA. Esta armonía o vibración armónica espiritual causa una gran felicidad aunque la persona tenga potentísimos sufrimientos físicos. Esta “armonía” se pierde con el pecado, en otras palabras se “mancha”; las vibraciones se transforman en disarmónicas. Es como comparar un maravilloso sonido de una nota provocado por un instrumento musical, con un desagradable ruido de una motocicleta sin silenciador. Este ejemplo es equivalente también a los otros órganos de los sentidos como el sentir un agradable perfume de una flor o un olor nauseabundo que provoque náuseas. Pues bien, si el ser humano fallece por cualquiera circunstancia, si su alma está en esta “armonía” ya descrita, ella tiene la capacidad de viajar a otras existencias, a otras dimensiones que estamos imposibilitados de describir o conocer en vida y que llamamos Cielo. Muchas personas que han estado a punto de morir o más bien han muerto y después han resucitado, han tenido la experiencia de pasar por una especie de túnel. Se ha comprobado matemáticamente que si un ser viajara más rápido que la velocidad de la luz tendría la percepción de viajar por un túnel. Quizás el alma al dejar el cuerpo, después de estar cerca de

26 27

-Comenzaremos diciendo que los padres de la sabiduría occidental -los egipcios- creían que el ser humano tenía varias almas. El ser humano se compondría de seis elementos: Tres materiales, que son su cuerpo, su nombre y su sombra, y tres espirituales: el Ankh, el Ba y el Ka. El Ka era imperecedero e inmortal y permitiría a su dueño integrarse, ya estuviese vivo o muerto, en el perpetuo movimiento del Cosmos del que nuestro planeta no es más que una partícula. Ese Ka que no nos pertenece, es depositado y recuperado a cada momento en este mundo y en el otro para ser restituido al universo de donde proviene, el cual lo engendró al comienzo de los tiempos. Sería -según algunos- como Albert Champdor -el Espíritu de Vida del Antiguo Testamento. En cuanto al alma- los egipcios la representaban bajo la forma de un pájaro con el rostro del difunto. En el instante de la muerte, esta alma revoloteaba y dejaba el cuerpo, momentáneamente privado de su Ka, de su vida. A mi parecer, todas estas almas estarían superpuestas o mezcladas, imbricadas unas sobre otras o más bien un cuerpo de distinta densidad disuelto en otro. Como ejemplo de ello tendríamos el azúcar disuelto en el agua o el humo del cigarrillo dentro de un recinto cerrado. -Usted trata de decirme que si se abren las ventanas, el recinto se ventila, el humo sale y el aposento muere. -Es una buena comparación, con la diferencia que el aposento no se va a desintegrar porque se escurre el humo a través de la ventana. -Y el pecado ¿qué tiene que ver en esto? -Mucho-. Me explico:

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 30: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

te refugiarás y ocultarás como ya se ha dicho en grietas de las rocas. Te dará miedo salir de tu escondite y pensarás: ¡No puedo irme de aquí! Y a causa de tu temor a salir te aficionarás a ese escondite y te dará miedo a hacer frente al exterior a todos los espantos del bardo y oculto en el interior allí donde nada te amenaza, tomarás un mal nacimiento que te encadenará a nuevos sufrimientos. Es señal de que los diablos y los demonios impiden la liberación de esos malos nacimientos...” Entonces, como le es horriblemente molesto este estado de gran sufrimiento, el espíritu manchado o enfermo, este mal espíritu tratará de volver al cuerpo y como no puede volver a su propio cuerpo aunque lo intente nueve veces, tratará de introducirse en otro cuerpo que por circunstancias especiales se presta para este fenómeno de los seres humanos endemoniados o animales endemoniados. -Muy interesante todas sus teorías, me dice Angélica pero es el caso que se hace tarde, me siento cansada de caminar por este mundo de sonidos armónicos y espíritus manchados o estridentes, de infiernos budistas y almas egipcias superpuestas como una baraja de naipes o mezcladas como el agua con azúcar. La sesión ha terminado, lo espero mañana a las diez. -Angélica, concédame algunos minutos más, y la invito a un palacio construido en las dunas de arena, muy cerca de aquí. -Lo siento mucho, el tiempo suyo ha terminado...Atardecía. En esos instantes el Sol, como un disco gigantesco de oro líquido se escondía lentamente en su lecho de nubes rosadas, rojas y naranjas. Un tenue resplandor iluminaba nuestros rostros. Una pálida luz verdosa se divisaba hacia el norte.

28 29

él y “revolotear como un pájaro” como decían los antiguos egipcios, después de un tiempo emprende un viaje vertiginoso hacia el más allá, a una velocidad tal, que tendría la sensación de este túnel. Por lo demás así lo describen los que han muerto y vuelven a la vida. -¿Y los que no mueren en gracia de Dios? -me pregunta Angélica mirándome con sus hermosos ojos azules. -Los que mueren y no están en gracia de Dios- Angélica - no tienen vibraciones armónicas en el espíritu que debería partir. Es un espíritu enfermo, no capacitado para viajar y se encuentra terriblemente desvalido sin su cuerpo físico y sin tener a dónde ir, y como dice el Bardo - Thödol (el libro tibetano de los muertos): ... “Aunque intentaras entrar nueve veces en tu cadáver, éste estará helado si es invierno o descompuesto si es verano o bien tu familia lo habrá quemado o ENTERRADO o bien las aves y los rapaces lo habrán despedazado, de forma que no encontrarás nada para reintegrarte...” Entonces sufre enormemente y está lleno de pavor y se esconde como dicen los budistas: “Si has de nacer en el infierno, oirás melodías entonadas por quienes tienen un mal Karma. Te sentirás obligado a ir allí a pesar tuyo o creerás cruzar sombrías regiones o rojas y tendrás que caminar por senderos negros llenos de agujeros negros. Si vas allí, caerás al infierno, tendrás que padecer en él los males insoportables del calor y del frío y no tendrás forma de salir de él. Noble hijo aunque no quieras ir ahí, te sentirás empujado a pesar de todo por las furias, es decir por tus malos actos. Como desmayado sin querer ir, te verás obligado. Tirado por delante por furias y verdugos, te creerás perseguido por detrás por las tinieblas, por furiosas tormentas, gritos de guerra, tormentas de nieve y de granizo y borrascas de viento. Querrás huir a causa de tu angustia y

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 31: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

te refugiarás y ocultarás como ya se ha dicho en grietas de las rocas. Te dará miedo salir de tu escondite y pensarás: ¡No puedo irme de aquí! Y a causa de tu temor a salir te aficionarás a ese escondite y te dará miedo a hacer frente al exterior a todos los espantos del bardo y oculto en el interior allí donde nada te amenaza, tomarás un mal nacimiento que te encadenará a nuevos sufrimientos. Es señal de que los diablos y los demonios impiden la liberación de esos malos nacimientos...” Entonces, como le es horriblemente molesto este estado de gran sufrimiento, el espíritu manchado o enfermo, este mal espíritu tratará de volver al cuerpo y como no puede volver a su propio cuerpo aunque lo intente nueve veces, tratará de introducirse en otro cuerpo que por circunstancias especiales se presta para este fenómeno de los seres humanos endemoniados o animales endemoniados. -Muy interesante todas sus teorías, me dice Angélica pero es el caso que se hace tarde, me siento cansada de caminar por este mundo de sonidos armónicos y espíritus manchados o estridentes, de infiernos budistas y almas egipcias superpuestas como una baraja de naipes o mezcladas como el agua con azúcar. La sesión ha terminado, lo espero mañana a las diez. -Angélica, concédame algunos minutos más, y la invito a un palacio construido en las dunas de arena, muy cerca de aquí. -Lo siento mucho, el tiempo suyo ha terminado...Atardecía. En esos instantes el Sol, como un disco gigantesco de oro líquido se escondía lentamente en su lecho de nubes rosadas, rojas y naranjas. Un tenue resplandor iluminaba nuestros rostros. Una pálida luz verdosa se divisaba hacia el norte.

28 29

él y “revolotear como un pájaro” como decían los antiguos egipcios, después de un tiempo emprende un viaje vertiginoso hacia el más allá, a una velocidad tal, que tendría la sensación de este túnel. Por lo demás así lo describen los que han muerto y vuelven a la vida. -¿Y los que no mueren en gracia de Dios? -me pregunta Angélica mirándome con sus hermosos ojos azules. -Los que mueren y no están en gracia de Dios- Angélica - no tienen vibraciones armónicas en el espíritu que debería partir. Es un espíritu enfermo, no capacitado para viajar y se encuentra terriblemente desvalido sin su cuerpo físico y sin tener a dónde ir, y como dice el Bardo - Thödol (el libro tibetano de los muertos): ... “Aunque intentaras entrar nueve veces en tu cadáver, éste estará helado si es invierno o descompuesto si es verano o bien tu familia lo habrá quemado o ENTERRADO o bien las aves y los rapaces lo habrán despedazado, de forma que no encontrarás nada para reintegrarte...” Entonces sufre enormemente y está lleno de pavor y se esconde como dicen los budistas: “Si has de nacer en el infierno, oirás melodías entonadas por quienes tienen un mal Karma. Te sentirás obligado a ir allí a pesar tuyo o creerás cruzar sombrías regiones o rojas y tendrás que caminar por senderos negros llenos de agujeros negros. Si vas allí, caerás al infierno, tendrás que padecer en él los males insoportables del calor y del frío y no tendrás forma de salir de él. Noble hijo aunque no quieras ir ahí, te sentirás empujado a pesar de todo por las furias, es decir por tus malos actos. Como desmayado sin querer ir, te verás obligado. Tirado por delante por furias y verdugos, te creerás perseguido por detrás por las tinieblas, por furiosas tormentas, gritos de guerra, tormentas de nieve y de granizo y borrascas de viento. Querrás huir a causa de tu angustia y

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 32: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

aminábamos nuevamente por la playa; había un buen tiempo. Nuestros relojes nos anunciaban las once de la mañana. El Sol, al principio tímido y desteñido, ahora hacía arder nuestra piel. Una fresca brisa marina nos daba aún más energía mientras el agua salada iba y venía por sobre nuestros tobillos. - Tendremos que internarnos hacia esas dunas. - Pero aquí está muy agradable me responde Angélica - ¿para qué nos vamos a internar hacia esos arenales ardientes? Además hay semillas espinosas que hieren nuestros pies. - Nada de eso la molestará - vamos, acompáñame; le tengo una grata y deliciosa sorpresa. Nos dirigimos a las dunas de arena, siendo yo el que hacía camino. Mi amiga se fue quedando atrás reclamando a regañadientes sobre esta caminata que no le agradaba del todo. La esperé en la cima de una alta loma, hasta que me alcanzó. Venía bastante cansada, acezando y se detuvo a mi lado. -¡Mire hacia allá!- le dije con entusiasmo- ¡Lo he construido para usted! Ella dio una elocuente exclamación de asombro. Frente a nosotros, más o menos a doscientos metros de distancia, se erguía una magnífica construcción cuya altura podría corresponder a un

30 31

Las gaviotas y otras aves marinas volaban silenciosas dirigiéndose en largas filas a desconocidos arrecifes y roquedales para allí pernoctar. El mar se había calmado y un suave oleaje lavaba nuestros pies cubiertos de arena húmeda. -Hasta mañana Angélica. -Hasta luego. Mañana la invitaré a un aperitivo en el palacio de las dunas. Es un edificio que nos depara gratas sorpresas.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

ANGÉLICA, EL PALACIO DE CRISTAL Y UNA EMOCIONANTE TRAYECTORIA

HACIA EL LIMBO.

Page 33: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

aminábamos nuevamente por la playa; había un buen tiempo. Nuestros relojes nos anunciaban las once de la mañana. El Sol, al principio tímido y desteñido, ahora hacía arder nuestra piel. Una fresca brisa marina nos daba aún más energía mientras el agua salada iba y venía por sobre nuestros tobillos. - Tendremos que internarnos hacia esas dunas. - Pero aquí está muy agradable me responde Angélica - ¿para qué nos vamos a internar hacia esos arenales ardientes? Además hay semillas espinosas que hieren nuestros pies. - Nada de eso la molestará - vamos, acompáñame; le tengo una grata y deliciosa sorpresa. Nos dirigimos a las dunas de arena, siendo yo el que hacía camino. Mi amiga se fue quedando atrás reclamando a regañadientes sobre esta caminata que no le agradaba del todo. La esperé en la cima de una alta loma, hasta que me alcanzó. Venía bastante cansada, acezando y se detuvo a mi lado. -¡Mire hacia allá!- le dije con entusiasmo- ¡Lo he construido para usted! Ella dio una elocuente exclamación de asombro. Frente a nosotros, más o menos a doscientos metros de distancia, se erguía una magnífica construcción cuya altura podría corresponder a un

30 31

Las gaviotas y otras aves marinas volaban silenciosas dirigiéndose en largas filas a desconocidos arrecifes y roquedales para allí pernoctar. El mar se había calmado y un suave oleaje lavaba nuestros pies cubiertos de arena húmeda. -Hasta mañana Angélica. -Hasta luego. Mañana la invitaré a un aperitivo en el palacio de las dunas. Es un edificio que nos depara gratas sorpresas.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

ANGÉLICA, EL PALACIO DE CRISTAL Y UNA EMOCIONANTE TRAYECTORIA

HACIA EL LIMBO.

Page 34: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

Cada acuario estaba adornado con un hermoso fondo coralífero y el agua cristalina era iluminada verticalmente por la luz solar que se filtraba desde el cielo de la gran habitación donde terminaba cada columna. Los peces nadaban formando lentos y estupendos cardúmenes y algunos de ellos giraban en espiral hasta muy arriba. Era tan grande la armonía de movimientos, el colorido de los peces, la tenue luminosidad que venía desde arriba e iluminaba a toda la sala; era un ambiente tan maravilloso, un verdadero mundo silencioso y viviente, que no me sorprendí en absoluto al constatar que ambos observábamos todo esto con la boca entreabierta por el asombro. Todo era simplemente fascinante. En el centro de esta gran sala había una pequeña mesa cubierta por un fino mantel, y dos cómodas sillas metálicas blancas nos invitaban a sentarnos. -¿Desea un aperitivo?, pregunté. -No, prefiero una bebida gaseosa sin azúcar. -Yo me serviré un “pisco sour”. -Aparecieron espontáneamente dos copas y una botella de agua mineral transparente o soda, mas, no se veía en parte alguna un destapador para abrir la hermética tapa de la botella. -No hay cómo abrir la botella, murmuré. Pero Angélica, con la mirada puesta sobre mis hombros observaba extasiada el hipnotizante espectáculo de los peces en los acuarios. -Qué fascinante es todo esto - , dijo con una suave voz. Su tonalidad femenina estaba en perfecta armonía con lo que nos rodeaba y mirándola fijamente rompí esta paz y le pregunté sin disimular un dejo de ansiedad.

32 33

edificio de tres o cuatro pisos. Sus paredes lisas carecían de ventanas y parecían estar hechas de una sustancia silícea que componía varios bloques macizos, gigantescos y verticales. El techo, a pesar de su estilo moderno, era semejante al de una pagoda y las tejas imbricadas refulgían al sol de la mañana como si fueran de plata pura o de un metal finamente bruñido o pulimentado. De las puntas de los aleros colgaban lágrimas verticales de cuarzo de varios metros de largo. Eran éstas verdaderos prismas triangulares que, al balancearse por el efecto de la tenue brisa, dislocaban el espectro solar dando múltiples reflejos luminosos con los siete colores del arco iris. El paisaje solitario, la mañana silenciosa y brillante y la fresca brisa marina que hacía estallar la luz en vivísimos colores que emitían los prismas en movimiento, hizo exclamar a Angélica una frase elogiosa que me llenó de bienestar. ¡Es fascinante! ¡Jamás me habría imaginado algo así en estas soledades! -¿Está cansada? ¡Tiene calor? ¿Tiene sed?, la invito a entrar y se encontrará con agradables sorpresas. En efecto, subimos por los escalones de cuarzo y entramos a una gran y única sala, que por su altura, más bien parecía un gran templo o un lujosísimo hotel. Una gruesa alfombra gris celeste turquesa cubría el suelo y de éste emergían ocho gigantescas columnas, verdaderos paralelepípedos rectos de seis metros de ancho cada cara, las cuales eran paredes transparentes que contenían agua ¡Eran ocho gigantescos acuarios marinos!, en cuyo interior nadaban maravillosos peces de las más variadas y extrañas formas y exquisitos colores.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 35: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

Cada acuario estaba adornado con un hermoso fondo coralífero y el agua cristalina era iluminada verticalmente por la luz solar que se filtraba desde el cielo de la gran habitación donde terminaba cada columna. Los peces nadaban formando lentos y estupendos cardúmenes y algunos de ellos giraban en espiral hasta muy arriba. Era tan grande la armonía de movimientos, el colorido de los peces, la tenue luminosidad que venía desde arriba e iluminaba a toda la sala; era un ambiente tan maravilloso, un verdadero mundo silencioso y viviente, que no me sorprendí en absoluto al constatar que ambos observábamos todo esto con la boca entreabierta por el asombro. Todo era simplemente fascinante. En el centro de esta gran sala había una pequeña mesa cubierta por un fino mantel, y dos cómodas sillas metálicas blancas nos invitaban a sentarnos. -¿Desea un aperitivo?, pregunté. -No, prefiero una bebida gaseosa sin azúcar. -Yo me serviré un “pisco sour”. -Aparecieron espontáneamente dos copas y una botella de agua mineral transparente o soda, mas, no se veía en parte alguna un destapador para abrir la hermética tapa de la botella. -No hay cómo abrir la botella, murmuré. Pero Angélica, con la mirada puesta sobre mis hombros observaba extasiada el hipnotizante espectáculo de los peces en los acuarios. -Qué fascinante es todo esto - , dijo con una suave voz. Su tonalidad femenina estaba en perfecta armonía con lo que nos rodeaba y mirándola fijamente rompí esta paz y le pregunté sin disimular un dejo de ansiedad.

32 33

edificio de tres o cuatro pisos. Sus paredes lisas carecían de ventanas y parecían estar hechas de una sustancia silícea que componía varios bloques macizos, gigantescos y verticales. El techo, a pesar de su estilo moderno, era semejante al de una pagoda y las tejas imbricadas refulgían al sol de la mañana como si fueran de plata pura o de un metal finamente bruñido o pulimentado. De las puntas de los aleros colgaban lágrimas verticales de cuarzo de varios metros de largo. Eran éstas verdaderos prismas triangulares que, al balancearse por el efecto de la tenue brisa, dislocaban el espectro solar dando múltiples reflejos luminosos con los siete colores del arco iris. El paisaje solitario, la mañana silenciosa y brillante y la fresca brisa marina que hacía estallar la luz en vivísimos colores que emitían los prismas en movimiento, hizo exclamar a Angélica una frase elogiosa que me llenó de bienestar. ¡Es fascinante! ¡Jamás me habría imaginado algo así en estas soledades! -¿Está cansada? ¡Tiene calor? ¿Tiene sed?, la invito a entrar y se encontrará con agradables sorpresas. En efecto, subimos por los escalones de cuarzo y entramos a una gran y única sala, que por su altura, más bien parecía un gran templo o un lujosísimo hotel. Una gruesa alfombra gris celeste turquesa cubría el suelo y de éste emergían ocho gigantescas columnas, verdaderos paralelepípedos rectos de seis metros de ancho cada cara, las cuales eran paredes transparentes que contenían agua ¡Eran ocho gigantescos acuarios marinos!, en cuyo interior nadaban maravillosos peces de las más variadas y extrañas formas y exquisitos colores.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 36: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

Miré hacia arriba. Muy lejos, por encima de nosotros, se divisaba una superficie líquida plateada como un mar de mercurio. -Creo que estamos flotando en un líquido transparente y allá arriba está su superficie. Esto me recuerda cuando era joven y buceaba entre los espumantes arrecifes, pero con la diferencia que en ese entonces el ambiente era de miles de burbujas que bailaban en un fondo verdoso y no brillante y transparente como éste. -Tranquilícese mi querida amiga. Cuando estaba en las profundidades y miraba desde abajo la superficie del agua, ésta tenía el mismo aspecto plateado que vemos ahora. Creo que estamos en un ambiente líquido porque su cabellera se mueve ondulante como si estuviera debajo del agua. -¿Estaremos viajando hacia otras dimensiones? -me pregunta Angélica, afligida - ¿ Acaso nos hemos salido de nuestros cuerpos y viajamos hacia el Limbo? -Creo que no, nuestros cuerpos están cubiertos de brillantes burbujas semejantes a esféricos diamantes. Ya estamos llegando a la superficie. ¡Hemos llegado! -Sí, ya estamos nuevamente en mi estudio, suspira Angélica con alivio. Dígame ¿qué ha pasado? ¿A qué extraño mundo me ha llevado usted? -No se enoje. Créame que se veía muy hermosa rodeada de brillantes burbujas de mercurio. La cabellera, sus pestañas, sus vestiduras; parecía un hada luminosa sacada de un libro de cuentos de niños. No fue mi intención causarle un desagrado, solamente me imaginé que, transformados en minúsculos seres humanos, nadábamos dentro de la botella de agua mineral solicitada por usted y que fue destapada por una mano invisible.

34 35

-Angélica ¿cree usted que me mejoraré? -Mi querido amigo- me respondió sonriente, y tomándome cariñosamente una mano, me dijo, ¿cree usted que vale realmente la pena que usted se mejore de estas crisis de fantasía que lo invaden...? Dígame ¿no es esto digno de ser gozado espiritualmente al máximo? Más aún ¿no es triste pensar que solamente nosotros dos estamos recibiendo esta maravillosa sensación? Escriba algún día todo esto para el deleite de los demás. -Angélica, le respondí, no es mi papel el escribir. Mi fin en esta vida es científico. Podría hablarle de la ley de Henry. Esta ley consiste en... -Tartamudeé... En la, capacidad de disolución de un gas en un líquido. Esta es directamente proporcional a la presión que se ejerce sobre el gas que está disuelto en el líquido y es por esto que, por ejemplo, si un buzo sale bruscamente de las profundidades del mar, el nitrógeno que está disuelto en la sangre al bajar la presión, el nitrógeno...- no pude seguir hablando. Un mundo fantástico nos invadía a Angélica y a mí. ¡Un mundo inusitado! Multiplicado en miles de centellas. Una luminosidad plateada nos rodeaba tomando contacto con la superficie de nuestros cuerpos y penetraba por nuestros sentidos. Flotábamos entre un torbellino de millares de burbujas brillantísimas de todos tamaños y estábamos iluminados por una luz que venía del cielo y nos atraía hacia arriba. Angélica se había quedado rezagada más abajo en este vertiginoso ascenso hacia las alturas. ¡Fernando! -gritó- ¡tengo miedo! ¿Dónde estamos? -¡No se asuste! -le grité- ¡Estoy aquí! -esperándola- ¡Vamos! ¡Cójase de mi mano y ascendamos juntos!

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 37: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

Miré hacia arriba. Muy lejos, por encima de nosotros, se divisaba una superficie líquida plateada como un mar de mercurio. -Creo que estamos flotando en un líquido transparente y allá arriba está su superficie. Esto me recuerda cuando era joven y buceaba entre los espumantes arrecifes, pero con la diferencia que en ese entonces el ambiente era de miles de burbujas que bailaban en un fondo verdoso y no brillante y transparente como éste. -Tranquilícese mi querida amiga. Cuando estaba en las profundidades y miraba desde abajo la superficie del agua, ésta tenía el mismo aspecto plateado que vemos ahora. Creo que estamos en un ambiente líquido porque su cabellera se mueve ondulante como si estuviera debajo del agua. -¿Estaremos viajando hacia otras dimensiones? -me pregunta Angélica, afligida - ¿ Acaso nos hemos salido de nuestros cuerpos y viajamos hacia el Limbo? -Creo que no, nuestros cuerpos están cubiertos de brillantes burbujas semejantes a esféricos diamantes. Ya estamos llegando a la superficie. ¡Hemos llegado! -Sí, ya estamos nuevamente en mi estudio, suspira Angélica con alivio. Dígame ¿qué ha pasado? ¿A qué extraño mundo me ha llevado usted? -No se enoje. Créame que se veía muy hermosa rodeada de brillantes burbujas de mercurio. La cabellera, sus pestañas, sus vestiduras; parecía un hada luminosa sacada de un libro de cuentos de niños. No fue mi intención causarle un desagrado, solamente me imaginé que, transformados en minúsculos seres humanos, nadábamos dentro de la botella de agua mineral solicitada por usted y que fue destapada por una mano invisible.

34 35

-Angélica ¿cree usted que me mejoraré? -Mi querido amigo- me respondió sonriente, y tomándome cariñosamente una mano, me dijo, ¿cree usted que vale realmente la pena que usted se mejore de estas crisis de fantasía que lo invaden...? Dígame ¿no es esto digno de ser gozado espiritualmente al máximo? Más aún ¿no es triste pensar que solamente nosotros dos estamos recibiendo esta maravillosa sensación? Escriba algún día todo esto para el deleite de los demás. -Angélica, le respondí, no es mi papel el escribir. Mi fin en esta vida es científico. Podría hablarle de la ley de Henry. Esta ley consiste en... -Tartamudeé... En la, capacidad de disolución de un gas en un líquido. Esta es directamente proporcional a la presión que se ejerce sobre el gas que está disuelto en el líquido y es por esto que, por ejemplo, si un buzo sale bruscamente de las profundidades del mar, el nitrógeno que está disuelto en la sangre al bajar la presión, el nitrógeno...- no pude seguir hablando. Un mundo fantástico nos invadía a Angélica y a mí. ¡Un mundo inusitado! Multiplicado en miles de centellas. Una luminosidad plateada nos rodeaba tomando contacto con la superficie de nuestros cuerpos y penetraba por nuestros sentidos. Flotábamos entre un torbellino de millares de burbujas brillantísimas de todos tamaños y estábamos iluminados por una luz que venía del cielo y nos atraía hacia arriba. Angélica se había quedado rezagada más abajo en este vertiginoso ascenso hacia las alturas. ¡Fernando! -gritó- ¡tengo miedo! ¿Dónde estamos? -¡No se asuste! -le grité- ¡Estoy aquí! -esperándola- ¡Vamos! ¡Cójase de mi mano y ascendamos juntos!

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Page 38: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

ra verano en la ciudad jardín de Viña del Mar y una población flotante disfrutaba sus vacaciones en este acogedor balneario. Exceso de gente, bocinazos y atoches callejeros me abrumaban y deseaba en forma urgente paz física y tranquilidad espiritual para meditar sobre lo maravillosa que es la palabra silencio. Diríamos que sirve de trampolín para trascendentales y profundas meditaciones que llevan al ser humano a niveles superiores. No me imagino a los grandes filósofos griegos ni a los científicos del siglo XIX obteniendo sus verdades y ecuaciones “trotando” delante de un semáforo que está a punto de cambiar de color. -Apure el paso señor Pitágoras que ya los automóviles se le vienen encima. -¡Cuidado señor Koch!, no vaya a tropezar con ese tubo de ensayo que lleva en su mano y que está repleto de vibriones coléricos. Sin ser un matemático de la antigüedad ni un investigador científico, decidí pasear por la avenida que bordea el mar y llegué así a un parque de juegos infantiles en el cual giraba un carrusel al compás de una armoniosa y antigua melodía. Me entretuve observando el subir y bajar acompasado de los caballitos de variados colores, y los niños montados en sus corceles,

36 37

-Extraña y singular sensación, opinó Angélica con una voz cansada y suspirosa. Permítame manifestarle que la emoción, íntimamente la encontré, no solamente interesante sino simplemente exquisita.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

UNA TARDE DE VERANO. EL CARRUSEL DEL TIEMPO

Y LA TEORIA CíCLICA DEL COSMOS.

Page 39: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

ra verano en la ciudad jardín de Viña del Mar y una población flotante disfrutaba sus vacaciones en este acogedor balneario. Exceso de gente, bocinazos y atoches callejeros me abrumaban y deseaba en forma urgente paz física y tranquilidad espiritual para meditar sobre lo maravillosa que es la palabra silencio. Diríamos que sirve de trampolín para trascendentales y profundas meditaciones que llevan al ser humano a niveles superiores. No me imagino a los grandes filósofos griegos ni a los científicos del siglo XIX obteniendo sus verdades y ecuaciones “trotando” delante de un semáforo que está a punto de cambiar de color. -Apure el paso señor Pitágoras que ya los automóviles se le vienen encima. -¡Cuidado señor Koch!, no vaya a tropezar con ese tubo de ensayo que lleva en su mano y que está repleto de vibriones coléricos. Sin ser un matemático de la antigüedad ni un investigador científico, decidí pasear por la avenida que bordea el mar y llegué así a un parque de juegos infantiles en el cual giraba un carrusel al compás de una armoniosa y antigua melodía. Me entretuve observando el subir y bajar acompasado de los caballitos de variados colores, y los niños montados en sus corceles,

36 37

-Extraña y singular sensación, opinó Angélica con una voz cansada y suspirosa. Permítame manifestarle que la emoción, íntimamente la encontré, no solamente interesante sino simplemente exquisita.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

UNA TARDE DE VERANO. EL CARRUSEL DEL TIEMPO

Y LA TEORIA CíCLICA DEL COSMOS.

Page 40: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

gozando algunos su primera y mágica aventura ecuestre. Se veía a los más pequeños llorando por tan fuerte emoción, acompañados de sus mamás que permanecían de pie al lado de ellos, algo mareadas. Todo este espectáculo me dio una gran paz espiritual a pesar del ruido de los automóviles y del gentío. Pensé que el carrusel giraba, que el Sol que alumbraba en esos instantes, giraba sobre sí mismo y seguía un curso traslatorio; que giraba la Tierra, que circulaba mi sangre por mi cuerpo, que giraban mis pensamientos en un fenómeno de despolarización y polarización continua entre un hemisferio cerebral y otro, que era verano, que vendría el otoño y después del invierno... la primavera y el verano nuevamente. -¿Está seguro que así será?, me dijo alguien al lado mío. Era una voz conocida. Al parecer mis pensamientos los había expresado en voz alta y una persona cerca de mí escuchaba con interés. -¿Por qué no he de estar seguro?, repliqué, sin saber quién estaba junto a mí. Era Angélica. -Dígame, ¿cómo apareció aquí? -Estaba paseando a mis hijos. En estos momentos están viajando en ese trencito que ve usted más allá. Y usted ¿tiene a un hijo divirtiéndose en ese carrusel? -No, Angélica, el que se está divirtiendo con este carrusel soy yo. ¡Qué linda escena! La música, el colorido, los niños, todo es un conjunto muy hermoso. -¿Y en qué cosa estaba pensando en voz alta? -Estaba pensando en la teoría cíclica de la concepción del cosmos y de todo lo que nos rodea. -¿Del macrocosmos?

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

38 39

Page 41: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

gozando algunos su primera y mágica aventura ecuestre. Se veía a los más pequeños llorando por tan fuerte emoción, acompañados de sus mamás que permanecían de pie al lado de ellos, algo mareadas. Todo este espectáculo me dio una gran paz espiritual a pesar del ruido de los automóviles y del gentío. Pensé que el carrusel giraba, que el Sol que alumbraba en esos instantes, giraba sobre sí mismo y seguía un curso traslatorio; que giraba la Tierra, que circulaba mi sangre por mi cuerpo, que giraban mis pensamientos en un fenómeno de despolarización y polarización continua entre un hemisferio cerebral y otro, que era verano, que vendría el otoño y después del invierno... la primavera y el verano nuevamente. -¿Está seguro que así será?, me dijo alguien al lado mío. Era una voz conocida. Al parecer mis pensamientos los había expresado en voz alta y una persona cerca de mí escuchaba con interés. -¿Por qué no he de estar seguro?, repliqué, sin saber quién estaba junto a mí. Era Angélica. -Dígame, ¿cómo apareció aquí? -Estaba paseando a mis hijos. En estos momentos están viajando en ese trencito que ve usted más allá. Y usted ¿tiene a un hijo divirtiéndose en ese carrusel? -No, Angélica, el que se está divirtiendo con este carrusel soy yo. ¡Qué linda escena! La música, el colorido, los niños, todo es un conjunto muy hermoso. -¿Y en qué cosa estaba pensando en voz alta? -Estaba pensando en la teoría cíclica de la concepción del cosmos y de todo lo que nos rodea. -¿Del macrocosmos?

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

38 39

Page 42: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

-Del macrocosmos y del microcosmos, de todo, incluyendo usted y yo. -¿En qué consiste esa teoría? -Existiría el concepto cíclico del cosmos - mi estimada amiga -que ya lo esbozó Epicuro. La historia se basa en este fenómeno. Se estudia el pasado y como los hechos en el transcurso o trayecto del tiempo se suceden en forma cíclica, se puede predecir el futuro basándose en el pasado. El futuro histórico, el futuro sociológico, político, económico, geológico, biológico, etc. Este fenómeno cíclico lo percibe el ser humano en la naturaleza, en el día y la noche, en las estaciones, en la migración de las aves, en los cometas, en la traslación de los planetas, en la ovulación de la mujer, en la evolución de las sociedades y civilizaciones, en el nacimiento, crecimiento y muerte. Este fenómeno cíclico -como el girar de un carrusel- sucede constantemente en nuestro medio, tan pequeño de comprender o alcanzar mediante nuestros sentidos. Por un extremo abrimos la grandiosa y monumental puerta de la astronomía y por otro inclinamos la frente y llegamos por el polo de nuestras córneas a la microscopia electrónica; pero ¡cuánto más hay mucho más allá! Llegamos teóricamente al infinito. Y el infinito es cíclico. Miramos el espacio infinito y recibimos una ingenua y simple percepción, ya que si teóricamente prolongamos la mirada indefinidamente, terminamos mirando nuestra propia epífisis. En otras palabras, el final del recorrido de nuestra recta mirada es nuestro hueso occipital. Son muchos los ciclos, algunos son conocidos y característicos pero otros se cortan y forman no siempre un todo armónico, sobreviniendo entonces el choque, la destrucción, la

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

muerte y el nacimiento de lo nuevo, formando así otro ciclo. Todo gira y llega a completar un círculo, gira la Tierra, la Luna sobre su planeta, giran los millares de soles y sus sistemas planetarios en una órbita espacial, en una galaxia. Gira la Vía Láctea en un círculo. Giran millones de vías lácteas en diferentes órbitas, gira el firmamento entero sobre otro círculo y esto es infinito. Cien mil millones de galaxias es un número exageradamente limitado. Todo este mecanismo influye en la macro y en la micro existencia. Giran los electrones alrededor del átomo. Todo este “esquema” lo percibimos en parte o nos influye en nuestro ser fisiológico. Nuestro metabolismo de células, tejidos, órganos y sistemas. Pero no todo este ciclo es armónico y perfecto como los engranajes de un buen reloj. Hay choque, destrucción, muerte y luego nacimiento para cumplir otro ciclo. Ejemplo de ello es la percepción de los fenómenos geológicos. Observe este guijarro que he recogido del suelo. Es una roca sedimentaria que fue millones de años atrás arena o arcilla y esta arena se desprendió de una piedra, granito por granito, por la erosión del viento, el agua, o por diferencias de temperaturas y fue arena y la arena se endureció a través del tiempo, se fragmentó y nuevamente la tenemos en forma de piedra aquí en la palma de mi mano. Quizás en este ciclo, a veces “armónico”, se asocia la paz de lo divino, y lo disarmónico a la idea de muerte, la destrucción, el mal, el pecado... Para que la luz prevalezca tiene que existir la sombra y su conjunto forma el gran todo material o moral... -Muy interesante su teoría, Fernando, pero realmente me siento mareada con tantos giros, ciclos y círculos; ¿tiene esto algo que ver con el tiempo?

40 41

Page 43: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

-Del macrocosmos y del microcosmos, de todo, incluyendo usted y yo. -¿En qué consiste esa teoría? -Existiría el concepto cíclico del cosmos - mi estimada amiga -que ya lo esbozó Epicuro. La historia se basa en este fenómeno. Se estudia el pasado y como los hechos en el transcurso o trayecto del tiempo se suceden en forma cíclica, se puede predecir el futuro basándose en el pasado. El futuro histórico, el futuro sociológico, político, económico, geológico, biológico, etc. Este fenómeno cíclico lo percibe el ser humano en la naturaleza, en el día y la noche, en las estaciones, en la migración de las aves, en los cometas, en la traslación de los planetas, en la ovulación de la mujer, en la evolución de las sociedades y civilizaciones, en el nacimiento, crecimiento y muerte. Este fenómeno cíclico -como el girar de un carrusel- sucede constantemente en nuestro medio, tan pequeño de comprender o alcanzar mediante nuestros sentidos. Por un extremo abrimos la grandiosa y monumental puerta de la astronomía y por otro inclinamos la frente y llegamos por el polo de nuestras córneas a la microscopia electrónica; pero ¡cuánto más hay mucho más allá! Llegamos teóricamente al infinito. Y el infinito es cíclico. Miramos el espacio infinito y recibimos una ingenua y simple percepción, ya que si teóricamente prolongamos la mirada indefinidamente, terminamos mirando nuestra propia epífisis. En otras palabras, el final del recorrido de nuestra recta mirada es nuestro hueso occipital. Son muchos los ciclos, algunos son conocidos y característicos pero otros se cortan y forman no siempre un todo armónico, sobreviniendo entonces el choque, la destrucción, la

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

muerte y el nacimiento de lo nuevo, formando así otro ciclo. Todo gira y llega a completar un círculo, gira la Tierra, la Luna sobre su planeta, giran los millares de soles y sus sistemas planetarios en una órbita espacial, en una galaxia. Gira la Vía Láctea en un círculo. Giran millones de vías lácteas en diferentes órbitas, gira el firmamento entero sobre otro círculo y esto es infinito. Cien mil millones de galaxias es un número exageradamente limitado. Todo este mecanismo influye en la macro y en la micro existencia. Giran los electrones alrededor del átomo. Todo este “esquema” lo percibimos en parte o nos influye en nuestro ser fisiológico. Nuestro metabolismo de células, tejidos, órganos y sistemas. Pero no todo este ciclo es armónico y perfecto como los engranajes de un buen reloj. Hay choque, destrucción, muerte y luego nacimiento para cumplir otro ciclo. Ejemplo de ello es la percepción de los fenómenos geológicos. Observe este guijarro que he recogido del suelo. Es una roca sedimentaria que fue millones de años atrás arena o arcilla y esta arena se desprendió de una piedra, granito por granito, por la erosión del viento, el agua, o por diferencias de temperaturas y fue arena y la arena se endureció a través del tiempo, se fragmentó y nuevamente la tenemos en forma de piedra aquí en la palma de mi mano. Quizás en este ciclo, a veces “armónico”, se asocia la paz de lo divino, y lo disarmónico a la idea de muerte, la destrucción, el mal, el pecado... Para que la luz prevalezca tiene que existir la sombra y su conjunto forma el gran todo material o moral... -Muy interesante su teoría, Fernando, pero realmente me siento mareada con tantos giros, ciclos y círculos; ¿tiene esto algo que ver con el tiempo?

40 41

Page 44: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

-Por supuesto- recurramos a nuestra imaginación y hagamos girar este carrusel en forma exagerada. Vea usted: De improviso el carrusel comenzó a girar cada vez más rápido. Sin embargo, los niños no sufrían el efecto de la inercia por el cambio de velocidad. La música también se fue haciendo cada vez más aguda, con los compases más cortos y veloces. La gente caminaba alrededor nuestro como si fueran imágenes de una película de 1917 y posteriormente ya no eran imágenes humanas sino sombras, como insectos, que se desplazaban vertiginosamente en diferentes direcciones. La música del carrusel era ahora un agudo y estridente silbido y el carrusel se había transformado en un gigantesco trompo azul que giraba vertical sobre su eje. -¡Me parece estar en el centro de un tornado! Exclamó Angélica, alarmada - ¡Por favor! Pare esto, que me asusta... Como si un invisible mago la hubiera escuchado, toda esta velocidad declinó. El carrusel volvió a girar lentamente y la música nuevamente llegó, no tan melodiosa, a nuestros oídos. Pero la gente alrededor nuestro vestía diferente. Iba casi desnuda y observaba extrañada nuestras vestimentas. Algunos se acercaban a nosotros con cara de admiración y nos estudiaban detenidamente como si fuéramos piezas del museo de Madame Tussaud. Pero lo más inaudito y digno de observar fue el carrusel cuando se detuvo. En los caballitos estaban montados viejos y ancianas de setenta a ochenta años de edad. Algunos gemían por el dolor de sus huesos y otros reían y espoleaban a sus caballos con un buen sentido del humor.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Es impresionante ver en esta escena un carrusel con sus caballitos montados por ancianos, exclamó Angélica. ¿Qué ha pasado? -Ha pasado el tiempo. Han pasado setenta años vertiginosamente y los niños que vimos hace pocos instantes atrás, se han transformado en achacosos abuelos. -¡Oh! Qué cosa más ridícula rió Angélica a carcajadas y sus hermosos ojos azules hacían una bella compañía a su rubia cabellera que brillaba al sol. ¡Vamos, doctor! ¡Devolvámosle su juventud a estos ancianos achacosos! Hagamos girar el carrusel al revés. Volvió a zumbar el carrusel en sentido inverso y los viejos convertidos ahora en niños se bajaron presurosos de sus caballos y acompañados de sus mamás se fueron a otros juegos a divertirse. El carrusel quedó inmóvil y solitario y se me ocurrió invitar a mi amiga a subirnos a él y girar al revés un poco más al pasado. Con cierta timidez nos montamos a los caballitos y éstos comenzaron a correr hacia atrás. Angélica se había montado a uno de los caballos sin dejar de sentir bastante vergüenza que la disimuló exteriorizando una alegre risa. Nuestra largas piernas casi tocaban el suelo y entre risas y bromas el misterioso carrusel empezó a girar de adelante hacia atrás en sentido contrario a los punteros del reloj. Nuestros caballos comenzaron a galopar, retrocediendo cada vez más velozmente hasta que dejó de oírse la música que fue reemplazada por el característico silbido ya escuchado anteriormente. Nosotros veíamos que el carrusel no giraba sino que lo que giraba era todo alrededor nuestro en forma tan vertiginosa, que ya

42 43

Page 45: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

-Por supuesto- recurramos a nuestra imaginación y hagamos girar este carrusel en forma exagerada. Vea usted: De improviso el carrusel comenzó a girar cada vez más rápido. Sin embargo, los niños no sufrían el efecto de la inercia por el cambio de velocidad. La música también se fue haciendo cada vez más aguda, con los compases más cortos y veloces. La gente caminaba alrededor nuestro como si fueran imágenes de una película de 1917 y posteriormente ya no eran imágenes humanas sino sombras, como insectos, que se desplazaban vertiginosamente en diferentes direcciones. La música del carrusel era ahora un agudo y estridente silbido y el carrusel se había transformado en un gigantesco trompo azul que giraba vertical sobre su eje. -¡Me parece estar en el centro de un tornado! Exclamó Angélica, alarmada - ¡Por favor! Pare esto, que me asusta... Como si un invisible mago la hubiera escuchado, toda esta velocidad declinó. El carrusel volvió a girar lentamente y la música nuevamente llegó, no tan melodiosa, a nuestros oídos. Pero la gente alrededor nuestro vestía diferente. Iba casi desnuda y observaba extrañada nuestras vestimentas. Algunos se acercaban a nosotros con cara de admiración y nos estudiaban detenidamente como si fuéramos piezas del museo de Madame Tussaud. Pero lo más inaudito y digno de observar fue el carrusel cuando se detuvo. En los caballitos estaban montados viejos y ancianas de setenta a ochenta años de edad. Algunos gemían por el dolor de sus huesos y otros reían y espoleaban a sus caballos con un buen sentido del humor.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

Es impresionante ver en esta escena un carrusel con sus caballitos montados por ancianos, exclamó Angélica. ¿Qué ha pasado? -Ha pasado el tiempo. Han pasado setenta años vertiginosamente y los niños que vimos hace pocos instantes atrás, se han transformado en achacosos abuelos. -¡Oh! Qué cosa más ridícula rió Angélica a carcajadas y sus hermosos ojos azules hacían una bella compañía a su rubia cabellera que brillaba al sol. ¡Vamos, doctor! ¡Devolvámosle su juventud a estos ancianos achacosos! Hagamos girar el carrusel al revés. Volvió a zumbar el carrusel en sentido inverso y los viejos convertidos ahora en niños se bajaron presurosos de sus caballos y acompañados de sus mamás se fueron a otros juegos a divertirse. El carrusel quedó inmóvil y solitario y se me ocurrió invitar a mi amiga a subirnos a él y girar al revés un poco más al pasado. Con cierta timidez nos montamos a los caballitos y éstos comenzaron a correr hacia atrás. Angélica se había montado a uno de los caballos sin dejar de sentir bastante vergüenza que la disimuló exteriorizando una alegre risa. Nuestra largas piernas casi tocaban el suelo y entre risas y bromas el misterioso carrusel empezó a girar de adelante hacia atrás en sentido contrario a los punteros del reloj. Nuestros caballos comenzaron a galopar, retrocediendo cada vez más velozmente hasta que dejó de oírse la música que fue reemplazada por el característico silbido ya escuchado anteriormente. Nosotros veíamos que el carrusel no giraba sino que lo que giraba era todo alrededor nuestro en forma tan vertiginosa, que ya

42 43

Page 46: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

nada se veía y el asombro fue mayor aún al contemplar a mi amiga, porque ella se veía cada vez más hermosa y joven y sus vestidos cambiaban de colorido, hechura, moda y tamaño en forma tan rápida como si se presenciara todo esto en una sucesión interminable de relámpagos. La divisaba en este torbellino de luces, como una atractiva mujer de más o menos treinta años, luego veinteañera, pronto como una adolescente de dieciséis años y luego rápidamente transformándose en una delicada niña de nueve años. Su larga cabellera relucía como el Sol y estaba primorosamente peinada con dos hermosas trenzas rubias que terminaban en dos grandes cintas blancas. Su vestido era simplemente lindo, de un suave color celeste que hacía juego con su piel blanca y sus ojos azules adornados con largas hileras de doradas pestañas y finas cejas también de oro. ¡Qué linda se veía! El carrusel había terminado de girar, y observé que mis piernas se habían acortado al igual que mis pantalones y en vez de zapatos, calzaba unas cómodas sandalias con hebilla metálica. Del hombro derecho colgaba mediante una correa de cuero un bolsón repleto de cuadernos y mis manos estaban teñidas con algunas manchas de tinta azul. Entonces me di cuenta de que yo también había llegado a la niñez y estaba transformado en un colegial del año 1940. Nos bajamos de nuestros caballos y principiamos a pasear por los senderos que atravesaban los jardines del parque. Caminábamos silenciosamente y algo avergonzados. Ella se rió y yo sin saber qué decir me sonrojé y la miré de reojo. -¿Tienes una bicicleta?- me preguntó. -Sí.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

-¿Y tú? -También. -¿Tienes calor? -Sí. -¿Quieres un helado? -Bueno. Llegamos al final del camino donde estaban varios vendedores ambulantes que ofrecían barquillos, turrón, helados y otras golosinas. Nos acercamos a un carrito rectangular montado sobre dos ruedas similares a las de una bicicleta. El carrito estaba pintado de color rojo naranja y en sus paredes estaban escritas las palabras “Noel Smak”. -Déme dos- le dije al vendedor. Éste abrió una tapa y sacó dos cilindros congelados cubiertos por un papel escarchado. Después de cancelar con algunas monedas de níquel que saqué del bolsillo de mi pantalón, le convidé un helado a mi amiga. -¿Los has probado antes?- le pregunté. -Sí, una vez. -Observa - le dije - tu coges el papel que envuelve al helado y lo desenrollas. Así lo hicimos y nos fuimos a sentar sobre el pasto, debajo de un aromático arbusto en flor. -¿Qué tienes en ese bolsón?, me preguntó. -Son libros de estudio, cuadernos y un estuche. También tengo “El Peneca”, ¿quieres leerlo? -No, gracias. -Te mostraré el estuche de lápices, y abriendo mi bolsón saqué una larga cajita de madera barnizada que se abría mediante una tapa corrediza que tenía una ceja en un extremo.

44 45

Page 47: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

nada se veía y el asombro fue mayor aún al contemplar a mi amiga, porque ella se veía cada vez más hermosa y joven y sus vestidos cambiaban de colorido, hechura, moda y tamaño en forma tan rápida como si se presenciara todo esto en una sucesión interminable de relámpagos. La divisaba en este torbellino de luces, como una atractiva mujer de más o menos treinta años, luego veinteañera, pronto como una adolescente de dieciséis años y luego rápidamente transformándose en una delicada niña de nueve años. Su larga cabellera relucía como el Sol y estaba primorosamente peinada con dos hermosas trenzas rubias que terminaban en dos grandes cintas blancas. Su vestido era simplemente lindo, de un suave color celeste que hacía juego con su piel blanca y sus ojos azules adornados con largas hileras de doradas pestañas y finas cejas también de oro. ¡Qué linda se veía! El carrusel había terminado de girar, y observé que mis piernas se habían acortado al igual que mis pantalones y en vez de zapatos, calzaba unas cómodas sandalias con hebilla metálica. Del hombro derecho colgaba mediante una correa de cuero un bolsón repleto de cuadernos y mis manos estaban teñidas con algunas manchas de tinta azul. Entonces me di cuenta de que yo también había llegado a la niñez y estaba transformado en un colegial del año 1940. Nos bajamos de nuestros caballos y principiamos a pasear por los senderos que atravesaban los jardines del parque. Caminábamos silenciosamente y algo avergonzados. Ella se rió y yo sin saber qué decir me sonrojé y la miré de reojo. -¿Tienes una bicicleta?- me preguntó. -Sí.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

-¿Y tú? -También. -¿Tienes calor? -Sí. -¿Quieres un helado? -Bueno. Llegamos al final del camino donde estaban varios vendedores ambulantes que ofrecían barquillos, turrón, helados y otras golosinas. Nos acercamos a un carrito rectangular montado sobre dos ruedas similares a las de una bicicleta. El carrito estaba pintado de color rojo naranja y en sus paredes estaban escritas las palabras “Noel Smak”. -Déme dos- le dije al vendedor. Éste abrió una tapa y sacó dos cilindros congelados cubiertos por un papel escarchado. Después de cancelar con algunas monedas de níquel que saqué del bolsillo de mi pantalón, le convidé un helado a mi amiga. -¿Los has probado antes?- le pregunté. -Sí, una vez. -Observa - le dije - tu coges el papel que envuelve al helado y lo desenrollas. Así lo hicimos y nos fuimos a sentar sobre el pasto, debajo de un aromático arbusto en flor. -¿Qué tienes en ese bolsón?, me preguntó. -Son libros de estudio, cuadernos y un estuche. También tengo “El Peneca”, ¿quieres leerlo? -No, gracias. -Te mostraré el estuche de lápices, y abriendo mi bolsón saqué una larga cajita de madera barnizada que se abría mediante una tapa corrediza que tenía una ceja en un extremo.

44 45

Page 48: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

Deslicé la tapa e hice girar las dos piezas que formaban el estuche. Éstas contenían varios compartimientos donde estaban mis lápices de colores y una lapicera. Una goma mitad azul, para borrar tinta y mitad roja para borrar lápiz, estaba guardada en un pequeño nicho en un extremo de la caja. Más allá estaba el sacapuntas. -¿Te gusta mi estuche de lápices de colores? -Sí. -Era de mi hermano mayor, ahora es mío. Habíamos comido casi la mitad de los helados y ahora empujábamos la base con el pulgar para hacer subir lo que quedaba en el fondo. -¿Tienes una muñeca? - le pregunté. -Sí. -¿Cómo se llama? -Angélica. -Bonito nombre. -¿Por qué le pusiste ese nombre? -Porque así me llamo yo. -Yo no tengo una muñeca pero tengo un perro. -¿Y cómo se llama? -Diablo. -¡Qué nombre tan feo! -exclamó. -Nos quedamos un momento sin hablar y ella, después de terminar de comer su helado, se puso de pie y se dirigió a un tacho de basura donde tiró los papeles que habían cubierto al helado. ¡Qué niña más educada!, pensé y levantándome hice lo mismo. Comenzamos nuevamente a caminar distraídamente observando todo alrededor nuestro hasta que a Angélica le llamó la

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

atención un hermoso prado de flores blancas. -¡Qué lindas son esas flores! -¿Quieres que te corte algunas?- le ofrecí. -No -me dijo- eso está prohibido. -Dime, ¿qué vas a ser cuando seas grande? -Médico. -¿Y tú? -No sé. -¿Te vas a casar? -No sé, no lo he pensado todavía. -¿Vas a ser una profesional? -¡No sé! -Yo sé lo que tú vas a ser cuando grande. -¿Cómo lo sabes? -Sé adivinar el futuro, pásame tu mano. Ella me tendió su mano tímidamente y yo se la tomé y empecé a estudiarla detenidamente. -Aquí veo un largo camino, un camino que terminará en unos estudios universitarios y en un matrimonio. Te casarás, tendrás hijos y ellos te darán nietos y los nietos crecerán y... -¡Qué divertido eres!- rió mi amiguita, retirando la mano- lo que dices lo puede decir cualquiera sin necesidad de ser adivino. Dame tu mano y yo te adivinaré el futuro, te diré que eres un niño muy valiente, que andas en bicicleta sin tocar el manubrio con las manos, que juegas “foot-ball” con tus amigos del barrio y en el colegio, que probablemente tienes una honda, que juegas a las bolitas en los recreos y en la casa juegas con tus soldados de plomo. -¿Cómo sabes todo eso? -Porque mi hermano hace lo que te he dicho.

46 47

Page 49: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

Deslicé la tapa e hice girar las dos piezas que formaban el estuche. Éstas contenían varios compartimientos donde estaban mis lápices de colores y una lapicera. Una goma mitad azul, para borrar tinta y mitad roja para borrar lápiz, estaba guardada en un pequeño nicho en un extremo de la caja. Más allá estaba el sacapuntas. -¿Te gusta mi estuche de lápices de colores? -Sí. -Era de mi hermano mayor, ahora es mío. Habíamos comido casi la mitad de los helados y ahora empujábamos la base con el pulgar para hacer subir lo que quedaba en el fondo. -¿Tienes una muñeca? - le pregunté. -Sí. -¿Cómo se llama? -Angélica. -Bonito nombre. -¿Por qué le pusiste ese nombre? -Porque así me llamo yo. -Yo no tengo una muñeca pero tengo un perro. -¿Y cómo se llama? -Diablo. -¡Qué nombre tan feo! -exclamó. -Nos quedamos un momento sin hablar y ella, después de terminar de comer su helado, se puso de pie y se dirigió a un tacho de basura donde tiró los papeles que habían cubierto al helado. ¡Qué niña más educada!, pensé y levantándome hice lo mismo. Comenzamos nuevamente a caminar distraídamente observando todo alrededor nuestro hasta que a Angélica le llamó la

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

atención un hermoso prado de flores blancas. -¡Qué lindas son esas flores! -¿Quieres que te corte algunas?- le ofrecí. -No -me dijo- eso está prohibido. -Dime, ¿qué vas a ser cuando seas grande? -Médico. -¿Y tú? -No sé. -¿Te vas a casar? -No sé, no lo he pensado todavía. -¿Vas a ser una profesional? -¡No sé! -Yo sé lo que tú vas a ser cuando grande. -¿Cómo lo sabes? -Sé adivinar el futuro, pásame tu mano. Ella me tendió su mano tímidamente y yo se la tomé y empecé a estudiarla detenidamente. -Aquí veo un largo camino, un camino que terminará en unos estudios universitarios y en un matrimonio. Te casarás, tendrás hijos y ellos te darán nietos y los nietos crecerán y... -¡Qué divertido eres!- rió mi amiguita, retirando la mano- lo que dices lo puede decir cualquiera sin necesidad de ser adivino. Dame tu mano y yo te adivinaré el futuro, te diré que eres un niño muy valiente, que andas en bicicleta sin tocar el manubrio con las manos, que juegas “foot-ball” con tus amigos del barrio y en el colegio, que probablemente tienes una honda, que juegas a las bolitas en los recreos y en la casa juegas con tus soldados de plomo. -¿Cómo sabes todo eso? -Porque mi hermano hace lo que te he dicho.

46 47

Page 50: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

-Eres una mala adivina. -¿Por qué? Me pregunta extrañada la niña. -Porque no has adivinado que tengo una tortuga que se llama “Toby”. -Angélica sonrió ante mi chiste y alejándose se introdujo al prado de flores blancas. ¡Qué delicada se veía! -¡Espera!- le grité.Te voy a sacar una foto, y sacando mi estuche de lápices de colores lo puse debajo de mi ojo derecho y ¡tac!, hice sonar la tapa. ¡Listo! Ya está. Un recuerdo para tus hijos. -Y para mis amigos- respondió ella. -Un recuerdo, sí, un recuerdo del pasado. Angélica, es hora de volver, vamos al carrusel. Apresurémonos, está empezando a girar. Nos encaramamos a la plataforma y nos abrazamos al cuello de los caballos. Ahora avanzaban hacia adelante y todo giró velozmente y zumbó otra vez. Éramos nuevamente adultos. Mi bolsón y mi estuche de lápices de colores habían desaparecido, y las trenza de Angélica también. Nos miramos a los ojos y ella, con una dulce sonrisa en los labios se despidió amablemente. -Muchas gracias por el helado. Si usted quisiera quedarse con la foto que me tomó en el prado de flores... Me quedaré con ella, buscaré mi bolsón de cuero y en él estarán mis cuadernos, “El Peneca”, mi estuche de lápices de colores y dentro del estuche una foto en blanco y negro. En esa foto

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

48 49

Page 51: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

-Eres una mala adivina. -¿Por qué? Me pregunta extrañada la niña. -Porque no has adivinado que tengo una tortuga que se llama “Toby”. -Angélica sonrió ante mi chiste y alejándose se introdujo al prado de flores blancas. ¡Qué delicada se veía! -¡Espera!- le grité.Te voy a sacar una foto, y sacando mi estuche de lápices de colores lo puse debajo de mi ojo derecho y ¡tac!, hice sonar la tapa. ¡Listo! Ya está. Un recuerdo para tus hijos. -Y para mis amigos- respondió ella. -Un recuerdo, sí, un recuerdo del pasado. Angélica, es hora de volver, vamos al carrusel. Apresurémonos, está empezando a girar. Nos encaramamos a la plataforma y nos abrazamos al cuello de los caballos. Ahora avanzaban hacia adelante y todo giró velozmente y zumbó otra vez. Éramos nuevamente adultos. Mi bolsón y mi estuche de lápices de colores habían desaparecido, y las trenza de Angélica también. Nos miramos a los ojos y ella, con una dulce sonrisa en los labios se despidió amablemente. -Muchas gracias por el helado. Si usted quisiera quedarse con la foto que me tomó en el prado de flores... Me quedaré con ella, buscaré mi bolsón de cuero y en él estarán mis cuadernos, “El Peneca”, mi estuche de lápices de colores y dentro del estuche una foto en blanco y negro. En esa foto

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

48 49

Page 52: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

¿ sted cree en el infierno? -Le vuelvo a repetir, no es importante lo que yo crea o sienta. Mi persona no interesa en estas sesiones sino usted, doctor. -Entonces no le haré más preguntas sobre los conceptos que pueda o no tener y le responderé que yo sí creo en el infierno. Ya hemos hablado sobre este tema mientras caminábamos por la playa. Curiosamente, en el infierno budista predomina el color negro y el rojo, especialmente este último, al igual que en el infierno cristiano. -Y también se oyen gritos y hay exceso de calor o frío según los tibetanos. -Podríamos citar al Nuevo Testamento: “Enviaré al Hijo del hombre, a sus ángeles que recogerán de su Reino todos los escándalos, a los agentes de maldad y los echarán al horno del fuego, allí será el llanto y el crujir de dientes”, “... Donde el gusano no muere ni el fuego se apaga.” Pero además de este infierno eterno hay un “infiernillo” terrenal que es el sufrimiento que recibimos en vida. Este sufrimiento, si lo padece un justo, lo santifica, si lo recibe una persona, lo fortalece en espíritu y si lo recibe un malvado le sirve de lección. Podríamos decir que, legalmente hablando, es lo que llamaríamos código de la justicia o lo relacionado con el derecho

estarás tú, mi linda e inocente niña, rodeada de perfumadas flores, con tus rubias trenzas y tus dos grandes cintas blancas como mariposas. Allí estarás para siempre en mi corazón de niño como una imagen perfecta de un ángel rubio; una alegoría a la inocencia, a la pureza del alma no marchitada aún por la tempestades de la vida.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

EL INFIERNO

50 51

Page 53: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

¿ sted cree en el infierno? -Le vuelvo a repetir, no es importante lo que yo crea o sienta. Mi persona no interesa en estas sesiones sino usted, doctor. -Entonces no le haré más preguntas sobre los conceptos que pueda o no tener y le responderé que yo sí creo en el infierno. Ya hemos hablado sobre este tema mientras caminábamos por la playa. Curiosamente, en el infierno budista predomina el color negro y el rojo, especialmente este último, al igual que en el infierno cristiano. -Y también se oyen gritos y hay exceso de calor o frío según los tibetanos. -Podríamos citar al Nuevo Testamento: “Enviaré al Hijo del hombre, a sus ángeles que recogerán de su Reino todos los escándalos, a los agentes de maldad y los echarán al horno del fuego, allí será el llanto y el crujir de dientes”, “... Donde el gusano no muere ni el fuego se apaga.” Pero además de este infierno eterno hay un “infiernillo” terrenal que es el sufrimiento que recibimos en vida. Este sufrimiento, si lo padece un justo, lo santifica, si lo recibe una persona, lo fortalece en espíritu y si lo recibe un malvado le sirve de lección. Podríamos decir que, legalmente hablando, es lo que llamaríamos código de la justicia o lo relacionado con el derecho

estarás tú, mi linda e inocente niña, rodeada de perfumadas flores, con tus rubias trenzas y tus dos grandes cintas blancas como mariposas. Allí estarás para siempre en mi corazón de niño como una imagen perfecta de un ángel rubio; una alegoría a la inocencia, a la pureza del alma no marchitada aún por la tempestades de la vida.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

EL INFIERNO

50 51

Page 54: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

tener noticia o conocimiento de sufrimientos extremos, estos entretienen al que escucha dichos relatos o los lee, y como demostración de esta hipótesis le contaré lo siguiente: Años atrás, una revista médica de un laboratorio suizo publicó relatos de médicos con largos años de práctica profesional. Se les preguntaba a estos médicos cuál había sido el episodio más emocionante en toda su vida en la práctica de su profesión. Fueron entrevistados en todo el mundo, de los más variados territorios o países del globo. Recuerdo el relato de un colega egipcio y sus experiencias escalofriantes en una epidemia de cólera. Relatos de guerra de médicos militares; otros relatos relacionados con hambrunas en la India, etc. Creo sin lugar a dudas que un colega con muchos años de experiencia profesional tiene grabada en su memoria, imborrable, la escena más emocionante de su vida. A veces es difícil elegir cuál es. Algunas experiencias podrían ser muy “ilustrativas” pero el contenido emocional de otras, lo que ese médico sintió en esos momentos es de un sufrimiento psíquico incomparable debido a las múltiples circunstancias que convergieron en esos instantes para provocar en el interior de esa persona una tensión emocional tal que la cataloga como la máxima, y en el caso mío, la más intensa dentro de los treinta y dos años vividos en el ejercicio de la medicina, observando, escuchando y palpando tanta manifestación de sufrimiento en el diario vivir, la máxima fue una experiencia que la tuve antes de ser médico. -¿Y esa experiencia, a pesar de que aún usted no era médico podría catalogarse dentro de lo que estamos conversando?, me pregunta Angélica. -Ya lo creo. Recuerdo que había terminado el sexto año de

penal. No siempre este castigo es corrector porque predispone al malvado -en la mayoría de las veces- a la venganza o a una mayor corrupción. Pero el sufrimiento de un alma limpia y bien puesta, fortalece. Nadie se libra del sufrimiento, pero no hay duda que hay algunos seres que reciben una sobredosis abrumadora. Si pensamos en un ejemplo- entre los millones que se pudieran citar- en la adolescencia, en su juventud “divino tesoro”, que pasaron tantos muchachos en una trinchera en la Primera Guerra Mundial ¡Cuánto sufrimiento! Desde 1914 al 18, enterrados en el barro; esperando el pitazo, para atacar a la carga de la bayoneta; conquistar, perder y reconquistar una zanja. Creo que al final, el espíritu saturado de tanto dolor no desea ya vivir o sobrevivir sino lo que más desea es la muerte, la nada... Vaya para ellos estos versos:

¡Oh luz! Tan lejana. Ilumina mi rostro cuajado de angustia, decrecen los ímpetus y en las sombras avanzo hacia ti. Mas, esperanza y fe ¿existen? Mejor será dormir y descansar eternamente. ¿Por qué esas ansias?, mañana, será el fin...

Pero, ¿quién no ha sufrido? Y paradójicamente hay veces que al

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

52 53

Page 55: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

tener noticia o conocimiento de sufrimientos extremos, estos entretienen al que escucha dichos relatos o los lee, y como demostración de esta hipótesis le contaré lo siguiente: Años atrás, una revista médica de un laboratorio suizo publicó relatos de médicos con largos años de práctica profesional. Se les preguntaba a estos médicos cuál había sido el episodio más emocionante en toda su vida en la práctica de su profesión. Fueron entrevistados en todo el mundo, de los más variados territorios o países del globo. Recuerdo el relato de un colega egipcio y sus experiencias escalofriantes en una epidemia de cólera. Relatos de guerra de médicos militares; otros relatos relacionados con hambrunas en la India, etc. Creo sin lugar a dudas que un colega con muchos años de experiencia profesional tiene grabada en su memoria, imborrable, la escena más emocionante de su vida. A veces es difícil elegir cuál es. Algunas experiencias podrían ser muy “ilustrativas” pero el contenido emocional de otras, lo que ese médico sintió en esos momentos es de un sufrimiento psíquico incomparable debido a las múltiples circunstancias que convergieron en esos instantes para provocar en el interior de esa persona una tensión emocional tal que la cataloga como la máxima, y en el caso mío, la más intensa dentro de los treinta y dos años vividos en el ejercicio de la medicina, observando, escuchando y palpando tanta manifestación de sufrimiento en el diario vivir, la máxima fue una experiencia que la tuve antes de ser médico. -¿Y esa experiencia, a pesar de que aún usted no era médico podría catalogarse dentro de lo que estamos conversando?, me pregunta Angélica. -Ya lo creo. Recuerdo que había terminado el sexto año de

penal. No siempre este castigo es corrector porque predispone al malvado -en la mayoría de las veces- a la venganza o a una mayor corrupción. Pero el sufrimiento de un alma limpia y bien puesta, fortalece. Nadie se libra del sufrimiento, pero no hay duda que hay algunos seres que reciben una sobredosis abrumadora. Si pensamos en un ejemplo- entre los millones que se pudieran citar- en la adolescencia, en su juventud “divino tesoro”, que pasaron tantos muchachos en una trinchera en la Primera Guerra Mundial ¡Cuánto sufrimiento! Desde 1914 al 18, enterrados en el barro; esperando el pitazo, para atacar a la carga de la bayoneta; conquistar, perder y reconquistar una zanja. Creo que al final, el espíritu saturado de tanto dolor no desea ya vivir o sobrevivir sino lo que más desea es la muerte, la nada... Vaya para ellos estos versos:

¡Oh luz! Tan lejana. Ilumina mi rostro cuajado de angustia, decrecen los ímpetus y en las sombras avanzo hacia ti. Mas, esperanza y fe ¿existen? Mejor será dormir y descansar eternamente. ¿Por qué esas ansias?, mañana, será el fin...

Pero, ¿quién no ha sufrido? Y paradójicamente hay veces que al

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

52 53

Page 56: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

había estado de parto días atrás y estaba “muy ahogada y con mucho dolor en la esparda”. Quería que yo la viera lo más pronto posible. Me eché el poncho sobre los hombros, me puse el sombrero alón, cogí el maletín y acompañé a la niña hacia su casa, bajo una fuerte llovizna, a visitar a la enferma. Toda la familia, refugiada en el miserable rancho de adobes con sus murallas descascaradas y a medio pintar con cal, me estaba esperando. Era una espera de angustia y esperanza. En la penumbra de la habitación, semisentada en la cama, con su bebé recién nacido al lado, estaba la dueña de casa, jadeando y rodeada de catorce hijos y su atribulado esposo. Una vela encendida sobre un cajón que hacía de velador iluminaba esta triste y pobre escena familiar. La mujer tosía, expectoraba sangre y se quejaba de un intenso dolor en la espalda. Al examinar las piernas -no se extrañe Angélica que no le hable en términos médicos- lo hago para que usted me comprenda mejor, así que ahorraré las palabras: Disnea, expectoración hemoptoica, hemitorax izquierdo, flebotrombosis, infarto pulmonar, embolia, etc. Encontré que las várices de las piernas estaban inflamadas y dolorosas y por el cuadro clínico pulmonar, lo más probable era que un coágulo se había desprendido de las venas de las piernas y se había implantado en el pulmón. Consideré que el cuadro era grave y que la paciente debería ser trasladada en ambulancia lo más pronto posible a un centro hospitalario en Santiago. Pero ese día era domingo y de noche, estábamos a veintiséis kilómetros del hospital más cercano y la ambulancia podría venir al día siguiente. Decidí entonces iniciar un tratamiento anticoagulante con

medicina y vivía en las afueras de Santiago, en un pequeño fundo, propiedad de mi familia. Allí mi padre había mandado edificar una regia casa de estilo francés con todas las comodidades de una mansión moderna. En esta casona vivíamos mis padres, mi hermano y yo. Colindando con nuestras tierras había otro fundo el cual estaba separado del nuestro por un camino que llegaba a la Estación Colina. En este camino estaban las casas de los inquilinos del fundo vecino y en una de estas casas vivía una familia de evangélicos. No recuerdo el apellido de esa familia, pero sí recuerdo que el jefe de hogar era un hombre flaco, sabio y bondadoso. Era un noble campesino. Ella era gorda, y siempre con un invariable aspecto de mujer cansada, estaba todo el tiempo lavando ropa, cocinando o amamantando a un hijo, en otras palabras haciendo las interminables labores de una dueña de casa. Esta santa y joven mujer tenía quince hijos y a su matriz no le daba descanso al dar al mundo año tras año un nuevo retoño. Su salud se había resentido y además de tener enormes várices en ambas piernas, padecía de un mal asmático. No solamente esta familia campesina recurría a mis servicios médicos gratuitos, sino también todos los campesinos de los alrededores, los dueños de los fundos y sus familiares. En otras palabras yo ya tenía una selecta clientela rural antes de recibirme, la que me agradecía para compensar la ausencia de mis honorarios profesionales, con gallinas, patos, verduras o frutas de la estación. Una tarde de invierno, fría y oscura, una de las hijas de la familia evangélica atravesó los alambrados para acortar camino y llamó a la puerta de mi casa para pedir ayuda médica. Su mamá

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

54 55

Page 57: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

había estado de parto días atrás y estaba “muy ahogada y con mucho dolor en la esparda”. Quería que yo la viera lo más pronto posible. Me eché el poncho sobre los hombros, me puse el sombrero alón, cogí el maletín y acompañé a la niña hacia su casa, bajo una fuerte llovizna, a visitar a la enferma. Toda la familia, refugiada en el miserable rancho de adobes con sus murallas descascaradas y a medio pintar con cal, me estaba esperando. Era una espera de angustia y esperanza. En la penumbra de la habitación, semisentada en la cama, con su bebé recién nacido al lado, estaba la dueña de casa, jadeando y rodeada de catorce hijos y su atribulado esposo. Una vela encendida sobre un cajón que hacía de velador iluminaba esta triste y pobre escena familiar. La mujer tosía, expectoraba sangre y se quejaba de un intenso dolor en la espalda. Al examinar las piernas -no se extrañe Angélica que no le hable en términos médicos- lo hago para que usted me comprenda mejor, así que ahorraré las palabras: Disnea, expectoración hemoptoica, hemitorax izquierdo, flebotrombosis, infarto pulmonar, embolia, etc. Encontré que las várices de las piernas estaban inflamadas y dolorosas y por el cuadro clínico pulmonar, lo más probable era que un coágulo se había desprendido de las venas de las piernas y se había implantado en el pulmón. Consideré que el cuadro era grave y que la paciente debería ser trasladada en ambulancia lo más pronto posible a un centro hospitalario en Santiago. Pero ese día era domingo y de noche, estábamos a veintiséis kilómetros del hospital más cercano y la ambulancia podría venir al día siguiente. Decidí entonces iniciar un tratamiento anticoagulante con

medicina y vivía en las afueras de Santiago, en un pequeño fundo, propiedad de mi familia. Allí mi padre había mandado edificar una regia casa de estilo francés con todas las comodidades de una mansión moderna. En esta casona vivíamos mis padres, mi hermano y yo. Colindando con nuestras tierras había otro fundo el cual estaba separado del nuestro por un camino que llegaba a la Estación Colina. En este camino estaban las casas de los inquilinos del fundo vecino y en una de estas casas vivía una familia de evangélicos. No recuerdo el apellido de esa familia, pero sí recuerdo que el jefe de hogar era un hombre flaco, sabio y bondadoso. Era un noble campesino. Ella era gorda, y siempre con un invariable aspecto de mujer cansada, estaba todo el tiempo lavando ropa, cocinando o amamantando a un hijo, en otras palabras haciendo las interminables labores de una dueña de casa. Esta santa y joven mujer tenía quince hijos y a su matriz no le daba descanso al dar al mundo año tras año un nuevo retoño. Su salud se había resentido y además de tener enormes várices en ambas piernas, padecía de un mal asmático. No solamente esta familia campesina recurría a mis servicios médicos gratuitos, sino también todos los campesinos de los alrededores, los dueños de los fundos y sus familiares. En otras palabras yo ya tenía una selecta clientela rural antes de recibirme, la que me agradecía para compensar la ausencia de mis honorarios profesionales, con gallinas, patos, verduras o frutas de la estación. Una tarde de invierno, fría y oscura, una de las hijas de la familia evangélica atravesó los alambrados para acortar camino y llamó a la puerta de mi casa para pedir ayuda médica. Su mamá

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

54 55

Page 58: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

razoné en medio de la oscuridad y el silencio roto por algunos gemidos, que, si era acertado mi pensamiento, el efecto de la heparina debería durar tres horas y si la enferma sobrevivía este lapso de tiempo el efecto de la droga terminaría. No tenía en esos momentos un medicamento antialérgico y si lo hubiera tenido en mi casa, no me hubiera atrevido a abandonar a la enferma en esas circunstancias. Me quedé sentado al lado de ella en la oscuridad ¡durante tres horas!, sin dejar de escuchar su respiración ni de palparle el pulso. ¿Fueron tres horas? ¡Fueron tres siglos! Y después de esto, el pulso se fue haciendo cada vez menos débil, la respiración mejoró y la enferma abrió lentamente los ojos. -¿Qué ha pasado?- preguntó débilmente. ¿Qué me ha pasado? Ordené que encendieran la vela y observé a la mujer que, dentro de su gravedad estaba mejor. Indudablemente que no le inyecté nuevamente heparina (ya que el esquema de tratamiento en ese entonces era una inyección endovenosa cada tres horas). Esperé al día siguiente y trasladé en ambulancia a la paciente a un hospital de Santiago. Allí, después de varias semanas, se recuperó de su flebotrombosis que le había provocado una embolia pulmonar. ¡Perdón!, dije que no iba a hablar en esos términos. Pero hablemos de mí. Hubo varios factores que se asociaron para provocarme una gran, una intensísima angustia. Quizás la más grande en toda mi vida profesional. Estos factores fueron principalmente mi inexperiencia en la práctica médica; aunque había actuado correctamente, más bien era la falta de experiencia en la vida misma. La responsabilidad que asumí en forma imprevista sin haberme recibido de médico (a pesar de que legalmente tenía

heparina, que era lo indicado en esos casos, y abriendo mi maletín de urgencia preparé la jeringa y comencé a inyectar lentamente el medicamento en una vena del antebrazo. La mujer agradeció mi presencia y posteriormente manifestó con voz muy queda que se sentía mal. Cerró lentamente los ojos y comenzó su respiración a ser cada vez menos frecuente y de menor amplitud. Yo ya le había inyectado el medicamento y había retirado la aguja de la vena. Vi con espanto que la mujer empezaba a morirse. Su pulso cada vez más lento y su respiración apenas perceptible me indicaban un desenlace fatal. Era tan grande mi angustia que un sudor frío bañaba todo mi cuerpo. Este sudor goteaba por la frente y caía por mis mejillas. Recuerdo que una gota llegó a la punta de la nariz y me la saqué con el dorso de la mano. ¡Dios mío! ¡Qué hubiera dado por no estar allí en esos momentos! Pero tenía que estar presente, con aire de responsable, sereno y dando ánimo a los que estaban observando toda esta terrible escena. El esposo me preguntó con voz afligida si le había sucedido “algo malo” a su mujer. Algunos niños comenzaron a gemir y los más grandes irrumpieron en tristes sollozos. -No -les dije-, está descansando. Dejémosla dormir. Apagué la vela y nos quedamos a oscuras. No deseaba que vieran la angustia reflejada en mi rostro. Le tomé el pulso. Estaba muy débil. Todavía respiraba. Pensé que lo que estaba pasando en la enferma, podría explicarse por una reacción alérgica a la droga. Como la enferma era asmática, era factible esta posibilidad y basándome en esta hipótesis

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

56 57

Page 59: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

razoné en medio de la oscuridad y el silencio roto por algunos gemidos, que, si era acertado mi pensamiento, el efecto de la heparina debería durar tres horas y si la enferma sobrevivía este lapso de tiempo el efecto de la droga terminaría. No tenía en esos momentos un medicamento antialérgico y si lo hubiera tenido en mi casa, no me hubiera atrevido a abandonar a la enferma en esas circunstancias. Me quedé sentado al lado de ella en la oscuridad ¡durante tres horas!, sin dejar de escuchar su respiración ni de palparle el pulso. ¿Fueron tres horas? ¡Fueron tres siglos! Y después de esto, el pulso se fue haciendo cada vez menos débil, la respiración mejoró y la enferma abrió lentamente los ojos. -¿Qué ha pasado?- preguntó débilmente. ¿Qué me ha pasado? Ordené que encendieran la vela y observé a la mujer que, dentro de su gravedad estaba mejor. Indudablemente que no le inyecté nuevamente heparina (ya que el esquema de tratamiento en ese entonces era una inyección endovenosa cada tres horas). Esperé al día siguiente y trasladé en ambulancia a la paciente a un hospital de Santiago. Allí, después de varias semanas, se recuperó de su flebotrombosis que le había provocado una embolia pulmonar. ¡Perdón!, dije que no iba a hablar en esos términos. Pero hablemos de mí. Hubo varios factores que se asociaron para provocarme una gran, una intensísima angustia. Quizás la más grande en toda mi vida profesional. Estos factores fueron principalmente mi inexperiencia en la práctica médica; aunque había actuado correctamente, más bien era la falta de experiencia en la vida misma. La responsabilidad que asumí en forma imprevista sin haberme recibido de médico (a pesar de que legalmente tenía

heparina, que era lo indicado en esos casos, y abriendo mi maletín de urgencia preparé la jeringa y comencé a inyectar lentamente el medicamento en una vena del antebrazo. La mujer agradeció mi presencia y posteriormente manifestó con voz muy queda que se sentía mal. Cerró lentamente los ojos y comenzó su respiración a ser cada vez menos frecuente y de menor amplitud. Yo ya le había inyectado el medicamento y había retirado la aguja de la vena. Vi con espanto que la mujer empezaba a morirse. Su pulso cada vez más lento y su respiración apenas perceptible me indicaban un desenlace fatal. Era tan grande mi angustia que un sudor frío bañaba todo mi cuerpo. Este sudor goteaba por la frente y caía por mis mejillas. Recuerdo que una gota llegó a la punta de la nariz y me la saqué con el dorso de la mano. ¡Dios mío! ¡Qué hubiera dado por no estar allí en esos momentos! Pero tenía que estar presente, con aire de responsable, sereno y dando ánimo a los que estaban observando toda esta terrible escena. El esposo me preguntó con voz afligida si le había sucedido “algo malo” a su mujer. Algunos niños comenzaron a gemir y los más grandes irrumpieron en tristes sollozos. -No -les dije-, está descansando. Dejémosla dormir. Apagué la vela y nos quedamos a oscuras. No deseaba que vieran la angustia reflejada en mi rostro. Le tomé el pulso. Estaba muy débil. Todavía respiraba. Pensé que lo que estaba pasando en la enferma, podría explicarse por una reacción alérgica a la droga. Como la enferma era asmática, era factible esta posibilidad y basándome en esta hipótesis

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

56 57

Page 60: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

n la última sesión usted me dijo que me iba a contar una historia inventada por usted, a diferencia de la anterior que fue estrictamente verdadera. Así es. Recuerdo perfectamente bien los detalles más importantes de esta historia en la cual participé como médico del señor Ruiz. Su nombre no se ha borrado de mi memoria, no sólo porque es difícil que se repita un Rosamel en el cardex de un médico pueblerino, sino porque correspondió a esas personas que cuesta olvidarlas. Rosamel era un hombre de unos cuarenta años y la primera impresión que tuve al conocerlo en su lecho de enfermo fue bastante favorable, en cuanto a su inteligencia y gran sensibilidad. En esa tarde lluviosa de invierno, anotaba las direcciones antes de salir a visitar los enfermos, cuando me llamó la atención una que correspondía a las afueras de la ciudad, y me pregunté con desagrado el por qué de este llamado en un día en el que con toda seguridad los caminos iban a estar transformados en un lodazal intransitable. Partí de mal humor y después de varios contratiempos logré llegar frente a la casa quinta de los Ruiz. Llovía fuerte y el tañer de la campana que anunciaba al visitante me provocó una lúgubre emoción. Tres enormes perros salieron a darme la

derecho a ejercer la profesión porque había terminado el sexto año de medicina y podía ejercer, según los reglamentos de la época, (durante tres meses sin tener aún el título) y las circunstancias geográficas que me alejaban de toda posibilidad de pedir ayuda o asesoría o por lo menos la posibilidad de compartir responsabilidad. Para mí, un romántico adolescente, eran muy importantes las circunstancias sociales, económicas y morales del medio familiar en que estaba actuando. Se trataba de una ejemplar familia cristiana de pobres y humildes campesinos, una familia formada por quince hijos, uno de ellos recién nacido y yo con mi intervención desafortunada iba a dejar sin esposa, sin madre, sin dueña de casa a todo este numeroso núcleo familiar. Dios quiso que no fuera así y realmente nunca supe con certeza qué fue lo que pasó en esas tres horas de infierno terrenal.

-Muy interesante lo que he escuchado, me dice Angélica. Realmente su fantasía para describir hechos imaginarios es digna de admiración. -Créame mi querida amiga, que este es el único episodio en todas las conversaciones que hemos tenido, que no posee ni un ápice de fantasía. Es realidad pura. -Al igual que el Infierno, con mayúscula... Y al lado de este relato que fue estrictamente verídico podría describirle otro que no lo es, para que usted pueda comparar cuál es el que le provoca más deleite. Se trata de la triste historia de... -Me quedo con el primero- me interrumpe Angélica. La sesión ha terminado. Lo espero el viernes a las diecinueve horas.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

LA EXTRAÑA DESAPARICION DE ROSAMEL RUIZ

58 59

Page 61: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

n la última sesión usted me dijo que me iba a contar una historia inventada por usted, a diferencia de la anterior que fue estrictamente verdadera. Así es. Recuerdo perfectamente bien los detalles más importantes de esta historia en la cual participé como médico del señor Ruiz. Su nombre no se ha borrado de mi memoria, no sólo porque es difícil que se repita un Rosamel en el cardex de un médico pueblerino, sino porque correspondió a esas personas que cuesta olvidarlas. Rosamel era un hombre de unos cuarenta años y la primera impresión que tuve al conocerlo en su lecho de enfermo fue bastante favorable, en cuanto a su inteligencia y gran sensibilidad. En esa tarde lluviosa de invierno, anotaba las direcciones antes de salir a visitar los enfermos, cuando me llamó la atención una que correspondía a las afueras de la ciudad, y me pregunté con desagrado el por qué de este llamado en un día en el que con toda seguridad los caminos iban a estar transformados en un lodazal intransitable. Partí de mal humor y después de varios contratiempos logré llegar frente a la casa quinta de los Ruiz. Llovía fuerte y el tañer de la campana que anunciaba al visitante me provocó una lúgubre emoción. Tres enormes perros salieron a darme la

derecho a ejercer la profesión porque había terminado el sexto año de medicina y podía ejercer, según los reglamentos de la época, (durante tres meses sin tener aún el título) y las circunstancias geográficas que me alejaban de toda posibilidad de pedir ayuda o asesoría o por lo menos la posibilidad de compartir responsabilidad. Para mí, un romántico adolescente, eran muy importantes las circunstancias sociales, económicas y morales del medio familiar en que estaba actuando. Se trataba de una ejemplar familia cristiana de pobres y humildes campesinos, una familia formada por quince hijos, uno de ellos recién nacido y yo con mi intervención desafortunada iba a dejar sin esposa, sin madre, sin dueña de casa a todo este numeroso núcleo familiar. Dios quiso que no fuera así y realmente nunca supe con certeza qué fue lo que pasó en esas tres horas de infierno terrenal.

-Muy interesante lo que he escuchado, me dice Angélica. Realmente su fantasía para describir hechos imaginarios es digna de admiración. -Créame mi querida amiga, que este es el único episodio en todas las conversaciones que hemos tenido, que no posee ni un ápice de fantasía. Es realidad pura. -Al igual que el Infierno, con mayúscula... Y al lado de este relato que fue estrictamente verídico podría describirle otro que no lo es, para que usted pueda comparar cuál es el que le provoca más deleite. Se trata de la triste historia de... -Me quedo con el primero- me interrumpe Angélica. La sesión ha terminado. Lo espero el viernes a las diecinueve horas.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

LA EXTRAÑA DESAPARICION DE ROSAMEL RUIZ

58 59

Page 62: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

estas últimas noches la sensación de que alguien está presente, persiste, aún después de haber despertado, y se manifiesta como si un ser invisible me presionara las piernas hacia abajo por encima del cubrecama. Es tan clara esta sensación que en varias oportunidades no he podido recoger las piernas por estar éstas aplastadas por algo que no veo. -¿No tiene algún animalito regalón? -indagué- ¿un gato, por ejemplo? Podría ser éste el autor de las percepciones nocturnas el cual se esconde cuando usted enciende la luz del velador. -Pensé la primera vez que se trataba de algo semejante -me respondió. Pero anoche fue algo imposible de darle explicación alguna. Dormía profundamente, bajo el efecto de un hipnótico que me había suministrado mi esposa, cuando desperté sobresaltado porque “alguien me tomaba fuertemente del antebrazo izquierdo”. Traté de encender la luz, pero no pude, en esos instantes me sentí asido bruscamente hacia arriba y adelante y caí sobre la alfombra que está al lado de la cama. Despertó mi esposa y me encontró gritando encogido de terror. Revisamos todas las puertas y ventanas de la casa pero ninguna estaba entreabierta. Los perros ladraban furiosos, mas, luego se apaciguaron y pensé que se habían alarmado por mis gritos. Estimado doctor ¡créame, que no le exagero! Después de estas palabras, Rosamel Ruiz escondió el rostro entre sus manos y sollozó tan amargamente que no tuve duda que este enfermo padecía de enormes sufrimientos. Después de un breve silencio que permitió que el paciente se descargara emocionalmente, le golpeé afectuosamente el dorso de la mano, al mismo tiempo le daba palabras de consuelo y seguridad que

bienvenida, agitando alegremente sus colas y ladrando con la cabeza en alto. Una vez más -pensé - cuando el médico llega a la casa de un enfermo, los perros de éste toman una actitud amistosa, como si comprendieran el problema. Me abrió la puerta de rejas una vieja empleada, la que, después de amonestar injustamente a los bulliciosos canes, me instó a seguirla hacia la casa. Atravesamos un sombrío jardín con inmensos pinos, palmeras y frondosos arbustos, y llegamos a una vieja casona de fundo cuya fachada la formaban grandes ventanales y un antiguo portalón. Pasé al interior de un largo corredor malamente iluminado y después me hicieron esperar en un salón arreglado con antiguos y descoloridos muebles. No estuve mucho rato allí porque casi de inmediato apareció, muy angustiada, la esposa del enfermo. Después de presentarse me explicó que su marido -un hombre de excelente salud hasta hacía muy poco- padecía de insomnio, terrores nocturnos y sensaciones extrañas. Ella temía una enfermedad cardiaca o psiquiátrica grave y ese era el motivo de mi visita. Pasamos al dormitorio del paciente y de inmediato percibí que ese hombre estaba muriéndose de terror. El examen clínico minucioso que efectué, me hizo descartar una afección cardiovascular o neurológica e insistí nuevamente en la anamnesis. El señor Ruiz me relató con exactitud los pormenores de su sintomatología y me hizo dudar de mis conocimientos básicos de psiquiatría. Doctor -me dijo- usted podrá observar que el miedo que me embarga no es fingido. Desde hace ya varios días sueño que alguien se acerca a mi lecho ¡Son pesadillas terribles! Despierto gritando a las tres o cuatro de la madrugada. Al principio no le di importancia a estas sensaciones y las atribuí al sueño propiamente tal. Pero en

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

60 61

Page 63: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

estas últimas noches la sensación de que alguien está presente, persiste, aún después de haber despertado, y se manifiesta como si un ser invisible me presionara las piernas hacia abajo por encima del cubrecama. Es tan clara esta sensación que en varias oportunidades no he podido recoger las piernas por estar éstas aplastadas por algo que no veo. -¿No tiene algún animalito regalón? -indagué- ¿un gato, por ejemplo? Podría ser éste el autor de las percepciones nocturnas el cual se esconde cuando usted enciende la luz del velador. -Pensé la primera vez que se trataba de algo semejante -me respondió. Pero anoche fue algo imposible de darle explicación alguna. Dormía profundamente, bajo el efecto de un hipnótico que me había suministrado mi esposa, cuando desperté sobresaltado porque “alguien me tomaba fuertemente del antebrazo izquierdo”. Traté de encender la luz, pero no pude, en esos instantes me sentí asido bruscamente hacia arriba y adelante y caí sobre la alfombra que está al lado de la cama. Despertó mi esposa y me encontró gritando encogido de terror. Revisamos todas las puertas y ventanas de la casa pero ninguna estaba entreabierta. Los perros ladraban furiosos, mas, luego se apaciguaron y pensé que se habían alarmado por mis gritos. Estimado doctor ¡créame, que no le exagero! Después de estas palabras, Rosamel Ruiz escondió el rostro entre sus manos y sollozó tan amargamente que no tuve duda que este enfermo padecía de enormes sufrimientos. Después de un breve silencio que permitió que el paciente se descargara emocionalmente, le golpeé afectuosamente el dorso de la mano, al mismo tiempo le daba palabras de consuelo y seguridad que

bienvenida, agitando alegremente sus colas y ladrando con la cabeza en alto. Una vez más -pensé - cuando el médico llega a la casa de un enfermo, los perros de éste toman una actitud amistosa, como si comprendieran el problema. Me abrió la puerta de rejas una vieja empleada, la que, después de amonestar injustamente a los bulliciosos canes, me instó a seguirla hacia la casa. Atravesamos un sombrío jardín con inmensos pinos, palmeras y frondosos arbustos, y llegamos a una vieja casona de fundo cuya fachada la formaban grandes ventanales y un antiguo portalón. Pasé al interior de un largo corredor malamente iluminado y después me hicieron esperar en un salón arreglado con antiguos y descoloridos muebles. No estuve mucho rato allí porque casi de inmediato apareció, muy angustiada, la esposa del enfermo. Después de presentarse me explicó que su marido -un hombre de excelente salud hasta hacía muy poco- padecía de insomnio, terrores nocturnos y sensaciones extrañas. Ella temía una enfermedad cardiaca o psiquiátrica grave y ese era el motivo de mi visita. Pasamos al dormitorio del paciente y de inmediato percibí que ese hombre estaba muriéndose de terror. El examen clínico minucioso que efectué, me hizo descartar una afección cardiovascular o neurológica e insistí nuevamente en la anamnesis. El señor Ruiz me relató con exactitud los pormenores de su sintomatología y me hizo dudar de mis conocimientos básicos de psiquiatría. Doctor -me dijo- usted podrá observar que el miedo que me embarga no es fingido. Desde hace ya varios días sueño que alguien se acerca a mi lecho ¡Son pesadillas terribles! Despierto gritando a las tres o cuatro de la madrugada. Al principio no le di importancia a estas sensaciones y las atribuí al sueño propiamente tal. Pero en

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

60 61

Page 64: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

diagnóstico seguro. -No se preocupe Rosamel -le dije- me quedaré acompañándolo un rato más, y si usted me lo permite, descansaré en este sillón, en su dormitorio. El enfermo tuvo una notoria sensación de bienestar al oír mis palabras y después de balbucear cariñosas frases de agradecimiento inclinó su cabeza sobre la almohada y se quedó profundamente dormido, como no lo había hecho en muchos días. Pasaron las horas anunciadas por el viejo reloj del salón. Había dejado de llover. A lo lejos se oía de vez en cuando el ladrido de un perro. El enfermo dormía tranquilamente y su rostro estaba iluminado tenuemente por una lamparilla que su solícita esposa había dejado en una mesa. Yo me había quedado dormido y desperté sobresaltado cuando el reloj dio las tres de la madrugada. Sentí que algo se aproximaba y venía desde el viejo jardín; atravesó las paredes y avanzó por el antiguo corredor. Percibí claramente cuando se acercó al lecho del enfermo. Luego vi con gran horror cómo el enfermo levantaba un brazo como si alguien lo tuviera asido de la muñeca y lo sacaba de la cama. Era tal el miedo que tuve que me paralizó completamente y no pude emitir palabra alguna. Rosamel Ruiz fue lanzado bruscamente al suelo y allí despertó de súbito. Su cara, presa de un pánico imposible de describir, hacía múltiples muecas. El pobre tenía abierta la boca y los ojos se le salían de las órbitas. De pronto pudo lanzar un tremendo alarido y -¡cosa espantosa!- fue levantado de los pies y desapareció por los aires a través de la puerta del dormitorio que estaba abierta. Esa fue la última vez que vi a Rosamel Ruiz. A juzgar por los gritos que se alejaban, se dirigía por el pasillo hacia el

calmaron en parte su gran angustia. Posteriormente, serenándose y avergonzado de sus sollozos, me pidió vagamente un medicamento para que lo ayudara en este problema. Mientras escribía en mi recetario, pensé que los síntomas referidos por mi cliente podrían corresponder a un caso de epilepsia Jacksoniana u otra enfermedad que se caracteriza por contracciones clónicas que hicieran sentirse al enfermo ser traccionado por el aire. Sin embargo no me fue posible hacer un diagnóstico exacto (como sucede no pocas veces) y por tratarse de un cliente tan especial y haber llegado la noche, prometí acompañarlo algunas horas más para tranquilizarlo. Revisando los compromisos relacionados con mi profesión, no había en esos días ningún paciente de cuidado que requiriera urgentemente mis servicios y pensé que estaba bien en pasar el mayor tiempo posible con este enfermo porque mi sola presencia lo calmaba. Me invitaron a un amplio comedor y cené rodeado de la familia, formada por la señora de Ruiz y sus cinco hijos. La conversación, fría y monótona en un principio, se hizo más entretenida cuando se disipó la tensión habitual que surge en personas que recién se conocen y comen juntas. Se habló de varios temas, todos ellos muy inconexos entre sí y así pasaron las horas hasta que llegó la medianoche. Las campanadas de un antiguo reloj me avisaron que ya era hora de retirarse, pero antes fui a controlar a mi paciente. Éste dormía plácidamente y al entrar a la habitación, se despertó e irguiéndose en la cama me suplicó en tal forma que no me fuera todavía. No pude negarme y asentí, pensando que si me retiraba en esos instantes mi tratamiento psicoterápico se derrumbaría. Además, sentía gran curiosidad por presenciar uno de los “ataques” del señor Ruiz, ya que así podría efectuar un

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

62 63

Page 65: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

diagnóstico seguro. -No se preocupe Rosamel -le dije- me quedaré acompañándolo un rato más, y si usted me lo permite, descansaré en este sillón, en su dormitorio. El enfermo tuvo una notoria sensación de bienestar al oír mis palabras y después de balbucear cariñosas frases de agradecimiento inclinó su cabeza sobre la almohada y se quedó profundamente dormido, como no lo había hecho en muchos días. Pasaron las horas anunciadas por el viejo reloj del salón. Había dejado de llover. A lo lejos se oía de vez en cuando el ladrido de un perro. El enfermo dormía tranquilamente y su rostro estaba iluminado tenuemente por una lamparilla que su solícita esposa había dejado en una mesa. Yo me había quedado dormido y desperté sobresaltado cuando el reloj dio las tres de la madrugada. Sentí que algo se aproximaba y venía desde el viejo jardín; atravesó las paredes y avanzó por el antiguo corredor. Percibí claramente cuando se acercó al lecho del enfermo. Luego vi con gran horror cómo el enfermo levantaba un brazo como si alguien lo tuviera asido de la muñeca y lo sacaba de la cama. Era tal el miedo que tuve que me paralizó completamente y no pude emitir palabra alguna. Rosamel Ruiz fue lanzado bruscamente al suelo y allí despertó de súbito. Su cara, presa de un pánico imposible de describir, hacía múltiples muecas. El pobre tenía abierta la boca y los ojos se le salían de las órbitas. De pronto pudo lanzar un tremendo alarido y -¡cosa espantosa!- fue levantado de los pies y desapareció por los aires a través de la puerta del dormitorio que estaba abierta. Esa fue la última vez que vi a Rosamel Ruiz. A juzgar por los gritos que se alejaban, se dirigía por el pasillo hacia el

calmaron en parte su gran angustia. Posteriormente, serenándose y avergonzado de sus sollozos, me pidió vagamente un medicamento para que lo ayudara en este problema. Mientras escribía en mi recetario, pensé que los síntomas referidos por mi cliente podrían corresponder a un caso de epilepsia Jacksoniana u otra enfermedad que se caracteriza por contracciones clónicas que hicieran sentirse al enfermo ser traccionado por el aire. Sin embargo no me fue posible hacer un diagnóstico exacto (como sucede no pocas veces) y por tratarse de un cliente tan especial y haber llegado la noche, prometí acompañarlo algunas horas más para tranquilizarlo. Revisando los compromisos relacionados con mi profesión, no había en esos días ningún paciente de cuidado que requiriera urgentemente mis servicios y pensé que estaba bien en pasar el mayor tiempo posible con este enfermo porque mi sola presencia lo calmaba. Me invitaron a un amplio comedor y cené rodeado de la familia, formada por la señora de Ruiz y sus cinco hijos. La conversación, fría y monótona en un principio, se hizo más entretenida cuando se disipó la tensión habitual que surge en personas que recién se conocen y comen juntas. Se habló de varios temas, todos ellos muy inconexos entre sí y así pasaron las horas hasta que llegó la medianoche. Las campanadas de un antiguo reloj me avisaron que ya era hora de retirarse, pero antes fui a controlar a mi paciente. Éste dormía plácidamente y al entrar a la habitación, se despertó e irguiéndose en la cama me suplicó en tal forma que no me fuera todavía. No pude negarme y asentí, pensando que si me retiraba en esos instantes mi tratamiento psicoterápico se derrumbaría. Además, sentía gran curiosidad por presenciar uno de los “ataques” del señor Ruiz, ya que así podría efectuar un

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

62 63

Page 66: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

un singular día, con cierta luminosidad propia que coincide con un estado de ánimo especial, veo ese paisaje metamorfoseado, esplendoroso, bello, armónico y se me queda grabado “en la retina” (probablemente en centros múltiples corticales con predominio de la corteza occipital) y pueden transcurrir semanas, meses, incluso años y los colores permanecen intactos en mi cerebro, plenamente conservados. Estoy seguro que muchos de los fuertes colores de los cuadros de Gauguin que pintó antes de viajar al trópico o a Provenza salieron del subconsciente porque estaban grabados ya en su niñez cuando vivió en el Perú. El colorido de las vestimentas de los indígenas y algunos paisajes donde las tierras de color rojizo se mezclan en riachuelos ocres y rojos es una realidad impactante para cualquier espectador. Más aún para la retina del niño Paul Gauguin. -Eso se llama memoria visual. -Degas y Toulouse Lautrec la tenían muy desarrollada. Iban a las carreras de caballos o al circo y reproducían las figuras de los caballos y las escenas circenses vistas días atrás, a la perfección. -¿Y también el colorido? -Creo que el colorido de los impresionistas tenía un componente más subjetivo que objetivo, pero -es mi idea- que todo partía de una base objetiva, real y es así como Lautrec (un mal ejemplo porque no era impresionista) caricaturizaba la figura del personaje, es decir exageraba algunos rasgos característicos no sólo en cuanto a figura sino también en cuanto a color. En otras palabras, exageraba algunos colores obtenidos del natural y otros colores se inventaban. Era una maravillosa mezcla creadora proveniente de lo subjetivo y basada en un objetivismo perceptible a simple vista. Uno de estos días la invitaré a un café. Al Café de los

salón de la casa. Me levanté y corrí hacia el pasillo reprochándome por no haber actuado de inmediato, pero ya era demasiado tarde. Se oyó un terrible y espantoso aullido y el estrepitoso ruido de vidrios rotos. Se encendieron las luces y corrimos hacia el salón esperando encontrar al enfermo tendido en el suelo. Pero hallamos el aposento vacío y el ventanal hecho mil pedazos con los vidrios dispersos fuera de la casa. Buscamos toda la noche el cuerpo de Rosamel, pero no lo encontramos ni en el jardín ni en la calle. Llegó la mañana y se avisó a la policía. Pasaron los días, las semanas y el cuerpo de Rosamel Ruiz no apareció. Ni ha aparecido hasta el día de hoy... -¿Y cómo se explica usted la desaparición de su cliente? - me pregunta Angélica. -Me la explico perfectamente bien, porque esta historia es hija de mi fantasía. -¡Ah!, estaba tan entretenida oyendo su historia que había olvidado esto. -Mi fantasía ¿es un defecto? -Pero usted se siente orgulloso de poseer este defecto. -Considero, mi estimada amiga, que si no existiera una imaginación creadora, la ciencia y su avance tecnológico no existirían, ni tampoco las artes. El científico y el artista creador se imaginan las cosas y después demuestran las hipótesis o crean la obra de arte. Personalmente yo veo las combinaciones de colores antes de pintar mis cuadros al óleo o a pastel y posteriormente los creo. ¡Es un gran placer! Hay veces que paso por el mismo lugar cientos de veces pero

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

64 65

Page 67: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

un singular día, con cierta luminosidad propia que coincide con un estado de ánimo especial, veo ese paisaje metamorfoseado, esplendoroso, bello, armónico y se me queda grabado “en la retina” (probablemente en centros múltiples corticales con predominio de la corteza occipital) y pueden transcurrir semanas, meses, incluso años y los colores permanecen intactos en mi cerebro, plenamente conservados. Estoy seguro que muchos de los fuertes colores de los cuadros de Gauguin que pintó antes de viajar al trópico o a Provenza salieron del subconsciente porque estaban grabados ya en su niñez cuando vivió en el Perú. El colorido de las vestimentas de los indígenas y algunos paisajes donde las tierras de color rojizo se mezclan en riachuelos ocres y rojos es una realidad impactante para cualquier espectador. Más aún para la retina del niño Paul Gauguin. -Eso se llama memoria visual. -Degas y Toulouse Lautrec la tenían muy desarrollada. Iban a las carreras de caballos o al circo y reproducían las figuras de los caballos y las escenas circenses vistas días atrás, a la perfección. -¿Y también el colorido? -Creo que el colorido de los impresionistas tenía un componente más subjetivo que objetivo, pero -es mi idea- que todo partía de una base objetiva, real y es así como Lautrec (un mal ejemplo porque no era impresionista) caricaturizaba la figura del personaje, es decir exageraba algunos rasgos característicos no sólo en cuanto a figura sino también en cuanto a color. En otras palabras, exageraba algunos colores obtenidos del natural y otros colores se inventaban. Era una maravillosa mezcla creadora proveniente de lo subjetivo y basada en un objetivismo perceptible a simple vista. Uno de estos días la invitaré a un café. Al Café de los

salón de la casa. Me levanté y corrí hacia el pasillo reprochándome por no haber actuado de inmediato, pero ya era demasiado tarde. Se oyó un terrible y espantoso aullido y el estrepitoso ruido de vidrios rotos. Se encendieron las luces y corrimos hacia el salón esperando encontrar al enfermo tendido en el suelo. Pero hallamos el aposento vacío y el ventanal hecho mil pedazos con los vidrios dispersos fuera de la casa. Buscamos toda la noche el cuerpo de Rosamel, pero no lo encontramos ni en el jardín ni en la calle. Llegó la mañana y se avisó a la policía. Pasaron los días, las semanas y el cuerpo de Rosamel Ruiz no apareció. Ni ha aparecido hasta el día de hoy... -¿Y cómo se explica usted la desaparición de su cliente? - me pregunta Angélica. -Me la explico perfectamente bien, porque esta historia es hija de mi fantasía. -¡Ah!, estaba tan entretenida oyendo su historia que había olvidado esto. -Mi fantasía ¿es un defecto? -Pero usted se siente orgulloso de poseer este defecto. -Considero, mi estimada amiga, que si no existiera una imaginación creadora, la ciencia y su avance tecnológico no existirían, ni tampoco las artes. El científico y el artista creador se imaginan las cosas y después demuestran las hipótesis o crean la obra de arte. Personalmente yo veo las combinaciones de colores antes de pintar mis cuadros al óleo o a pastel y posteriormente los creo. ¡Es un gran placer! Hay veces que paso por el mismo lugar cientos de veces pero

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

64 65

Page 68: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

onoce usted la ley de la bandada? -No sé a qué se está refiriendo, me dice Angélica. -Lo que yo denomino la ley de la bandada es un fenómeno psicológico relacionado con el instinto de conservación. -¿En qué consiste? -Me explico: Si hay una bandada de aves en un lugar y una de estas aves alza el vuelo, todas las demás la siguen. Quizás el que alza el vuelo es un líder o jefe y las demás lo imitan. Es un instinto de defensa ante el peligro. Esto se ve también en los seres humanos. En un grupo de niños o adolescentes, el líder toma una actitud o se dirige a un lugar y los otros lo siguen. Si el líder va en buenos pasos, lleva al grupo hacia algo beneficioso. Lo contrario, es posible que destruya al grupo. Como ejemplo de este fenómeno hay muchos. Podemos citar el caso de un buen pastor cristiano que guía a su comunidad por los caminos que conducen a Dios. Por otro lado, un líder juvenil que es imitado por sus seguidores a la inmoralidad, al vicio, a las drogas. El que no lo imita no está “in” y es mal visto o es rechazado por el grupo y se ve forzado psicológicamente a imitar a la bandada en su mal vuelo. Ahora bien, esta actividad de la bandada o comunidad es algo naturalmente creado por el instinto gregario tanto en las sociedades de animales como humanas.

impresionistas. -La sesión ha terminado. -Adiós. -Hasta luego.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

LA LEY DE LA BANDADA Y UN VALS

EN EL MOULIN DE LA GALETTE

66 67

Page 69: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

onoce usted la ley de la bandada? -No sé a qué se está refiriendo, me dice Angélica. -Lo que yo denomino la ley de la bandada es un fenómeno psicológico relacionado con el instinto de conservación. -¿En qué consiste? -Me explico: Si hay una bandada de aves en un lugar y una de estas aves alza el vuelo, todas las demás la siguen. Quizás el que alza el vuelo es un líder o jefe y las demás lo imitan. Es un instinto de defensa ante el peligro. Esto se ve también en los seres humanos. En un grupo de niños o adolescentes, el líder toma una actitud o se dirige a un lugar y los otros lo siguen. Si el líder va en buenos pasos, lleva al grupo hacia algo beneficioso. Lo contrario, es posible que destruya al grupo. Como ejemplo de este fenómeno hay muchos. Podemos citar el caso de un buen pastor cristiano que guía a su comunidad por los caminos que conducen a Dios. Por otro lado, un líder juvenil que es imitado por sus seguidores a la inmoralidad, al vicio, a las drogas. El que no lo imita no está “in” y es mal visto o es rechazado por el grupo y se ve forzado psicológicamente a imitar a la bandada en su mal vuelo. Ahora bien, esta actividad de la bandada o comunidad es algo naturalmente creado por el instinto gregario tanto en las sociedades de animales como humanas.

impresionistas. -La sesión ha terminado. -Adiós. -Hasta luego.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

LA LEY DE LA BANDADA Y UN VALS

EN EL MOULIN DE LA GALETTE

66 67

Page 70: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

impresionismo o nuevo impresionismo. Sin embargo es rechazado en los salones donde expone. Hace una violenta esquizofrenia y muere en un manicomio. Cada brote esquizofrénico sobreviene cuando sus cuadros son rechazados en el salón de exposiciones. -¿Conoce sus cuadros Angélica? -No. -Son simplemente estupendos. No exagero si digo que están a la altura o son superiores a los “clásicos” del impresionismo o postimpresionismo. Es un pintor prácticamente desconocido. ¿Qué hubiera sido de él si no hubiera recibido el rechazo cruel de su época? Cuántas obras pictóricas más hubiera creado si no se hubiera destruido en vida. Pero trasladémonos a París. Vamos a Montmartre. Es de noche. Las aspas del Moulin Rouge están girando desde 1889, iluminadas por luces artificiales. La entrada está ahora exageradamente luminosa por blancas luces fluorescentes. Jóvenes prostitutas esperan en bares contiguos la llegada de sus clientes. Mujeres bellas, perfectas en la noche. Mariposas con pocos años de sobrevida, morirán arrasadas por la cocaína o la heroína u otras drogas más letales. Recorramos la Plaza de los Artistas, el Restaurant de la “Bonne Franquete” donde se reúne la “élite” de estos nuevos movimientos pictóricos. “Le Consulat” con su escudo en el frontis. El Moulin de la Galette, pintado por Renoir en 1876. Pero ya no es el mismo; está en ruinas y no se puede entrar. La hierba larga y seca lo asemeja a una quinta abandonada.* Hagámoslo revivir, rompamos el mohoso candado y abramos la puerta encadenada. Entremos. Se oye una alegre orquesta con

Es un esquema establecido que puede durar miles de años, evitando que se extinga la especie o el grupo. En las costumbres de la sociedad humana hay pequeños grupos o individuos que no siguen las tendencias de la mayoría y van, no con la bandada sino que toman otros rumbos en las costumbres, en las investigaciones científicas, en las reformas religiosas o en las artes, y son rechazados en un principio por la sociedad que los observa y los encuentra “raros”. Esta sociedad, a la cual le tratan de romper sus normas establecidas, siente inseguridad, se siente inestable y tiene tendencia a destruir o ir en contra de eso nuevo. Su angustia la manifiesta en ira o en risa ridiculizante. Hasta que esto nuevo se impone y la mayoría lo sigue y todo el mundo está acorde con esta nueva idea, la bandada, entonces, vuela siguiendo a nuevos líderes hacia modernos rumbos. Pero el innovador ha sufrido mucho antes de imponerse. Ha sido rechazado por inercia social. Eso ocurrió con el “Salón de los rechazados” de los pintores impresionistas que lanzaron un nuevo estilo pictórico y que en 1874 fue “un clamoroso éxito de hilaridad”. Allí, Monet presenta su obra, “Impresión, salida de sol sobre el Sena”, que le da el nombre al grupo de los “Impresionistas”. Pero hay otros demasiado sensibles y no tan fuertes como Gauguin, que no son capaces de soportar este rechazo, esta crítica destructora. Es el caso del pintor sueco Carl Fredrik Hill, nacido en 1849, tres años antes que Vicente Van Gogh. ¡Sus cuadros son asombrosos! El “paisaje fluvial con lavandera” pintado en 1876, a los veintisiete años de edad. El “paisaje con nubes” y “árboles frutales en flor” pintados en 1877, creo que son obras cumbres del

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

*El autor de estas páginas visitó el Moulin de la Galette en el año 1969 y estaba abandonado. Posteriormente fue nuevamente restaurado.

68 69

Page 71: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

impresionismo o nuevo impresionismo. Sin embargo es rechazado en los salones donde expone. Hace una violenta esquizofrenia y muere en un manicomio. Cada brote esquizofrénico sobreviene cuando sus cuadros son rechazados en el salón de exposiciones. -¿Conoce sus cuadros Angélica? -No. -Son simplemente estupendos. No exagero si digo que están a la altura o son superiores a los “clásicos” del impresionismo o postimpresionismo. Es un pintor prácticamente desconocido. ¿Qué hubiera sido de él si no hubiera recibido el rechazo cruel de su época? Cuántas obras pictóricas más hubiera creado si no se hubiera destruido en vida. Pero trasladémonos a París. Vamos a Montmartre. Es de noche. Las aspas del Moulin Rouge están girando desde 1889, iluminadas por luces artificiales. La entrada está ahora exageradamente luminosa por blancas luces fluorescentes. Jóvenes prostitutas esperan en bares contiguos la llegada de sus clientes. Mujeres bellas, perfectas en la noche. Mariposas con pocos años de sobrevida, morirán arrasadas por la cocaína o la heroína u otras drogas más letales. Recorramos la Plaza de los Artistas, el Restaurant de la “Bonne Franquete” donde se reúne la “élite” de estos nuevos movimientos pictóricos. “Le Consulat” con su escudo en el frontis. El Moulin de la Galette, pintado por Renoir en 1876. Pero ya no es el mismo; está en ruinas y no se puede entrar. La hierba larga y seca lo asemeja a una quinta abandonada.* Hagámoslo revivir, rompamos el mohoso candado y abramos la puerta encadenada. Entremos. Se oye una alegre orquesta con

Es un esquema establecido que puede durar miles de años, evitando que se extinga la especie o el grupo. En las costumbres de la sociedad humana hay pequeños grupos o individuos que no siguen las tendencias de la mayoría y van, no con la bandada sino que toman otros rumbos en las costumbres, en las investigaciones científicas, en las reformas religiosas o en las artes, y son rechazados en un principio por la sociedad que los observa y los encuentra “raros”. Esta sociedad, a la cual le tratan de romper sus normas establecidas, siente inseguridad, se siente inestable y tiene tendencia a destruir o ir en contra de eso nuevo. Su angustia la manifiesta en ira o en risa ridiculizante. Hasta que esto nuevo se impone y la mayoría lo sigue y todo el mundo está acorde con esta nueva idea, la bandada, entonces, vuela siguiendo a nuevos líderes hacia modernos rumbos. Pero el innovador ha sufrido mucho antes de imponerse. Ha sido rechazado por inercia social. Eso ocurrió con el “Salón de los rechazados” de los pintores impresionistas que lanzaron un nuevo estilo pictórico y que en 1874 fue “un clamoroso éxito de hilaridad”. Allí, Monet presenta su obra, “Impresión, salida de sol sobre el Sena”, que le da el nombre al grupo de los “Impresionistas”. Pero hay otros demasiado sensibles y no tan fuertes como Gauguin, que no son capaces de soportar este rechazo, esta crítica destructora. Es el caso del pintor sueco Carl Fredrik Hill, nacido en 1849, tres años antes que Vicente Van Gogh. ¡Sus cuadros son asombrosos! El “paisaje fluvial con lavandera” pintado en 1876, a los veintisiete años de edad. El “paisaje con nubes” y “árboles frutales en flor” pintados en 1877, creo que son obras cumbres del

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

*El autor de estas páginas visitó el Moulin de la Galette en el año 1969 y estaba abandonado. Posteriormente fue nuevamente restaurado.

68 69

Page 72: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

tobillos. La gargantilla de terciopelo que rodea sus cuello la hace verse más fina y elegante. La cabellera rubia que cae en bucles sobre sus hombros y adorna su frente la transforma en un verdadero modelo de Degas o Renoir. Deje tomarla de la cintura y bailemos al compás de esta época. La “belle epoque”. El perfume que emana el ramillete de violetas prendido en su escote, es exquisito. Mis manos, en cambio, huelen a trementina. Mis uñas manchadas de verde y naranja semejan a las de un lagarto. ¿Le agrada el olor a trementina? -Sí. Es característico. -Soñemos, bailemos en el mundo del impresionismo en estos alegres instantes... La música ha terminado y las parejas se abrazan y se acarician. La invito a aproximarnos a este grupo de pintores. Pero ellos se han retirado, se han ido a beber al café de Guerbois. Ya no volverán. El tiempo pasa. Ha nacido otro gigante de la pintura. Mientras bailábamos ese lento vals, el futuro genio ha nacido. Se llama Henri de Toulouse Lautrec. Este gigante es pequeñito de estatura. Avancemos en el tiempo y dejemos a los impresionistas pintando en Argenteuil con sus veleros y regatas y sus gentes alegres y ociosas y en Port Marey gozando de la plena paz y de los efectos del Sol. Dejemos a Monet y a Renoir pintando en la Grenouillere. Entremos al mundo de 1890. Nuestro querido Vicente ya ha muerto, se ha disparado un tiro de revolver en el vientre el 27 de julio de 1890. Gauguin está pintando en Tahiti. No volverá a París hasta tres años más.

acordeones, violines y bronces. Algunos soldados, veteranos de la guerra franco prusiana, bailan ebrios de música, de perfume de mujer, de alcohol. Giran las aspas en un mundo de sombra y color. Postes con globos de cristal iluminan con llamitas de gas el ambiente de la pista de baile. También, lámparas colgantes nos alumbran la escena plena de melodía, colorido y romanticismo. Uno de los postes tiene en su extremo un globo granate, otros son azules. Los parroquianos beben en pequeñas mesas el ajenjo verde servido en largos copetines. Otros beben granadina. Beben con los sombreros puestos. Acerquémonos a una de estas mesas. Allí está el tímido Sisley, íntimo amigo de Monet y Renoir. También está Degas y “el padre” Pissarro como le dicen cariñosamente los más jóvenes. Conversan de sus últimas creaciones. Uno de ellos habla de Millet, Lharmitte y Daumier. -“Se advierte -dice- que son verdaderos pintores porque no pintan las cosas como son sino como las sienten”. Vicente expresa: Mi deseo es hacer tales anomalías y cambios de realidad, que de ellas salgan mentiras, si se quiera, pero más verdaderas que la realidad literal”... -Angélica, la invito a bailar. Dejemos que este grupo de genios discutan sobre sus nuevas técnicas mientras nosotros danzamos al compás de este vals lento. Vamos a la pista, mezclémonos con el pueblo, los artistas, los bohemios y bailemos en este ambiente mágico de luz y colorido. ¡Qué linda está usted!, con su blusa de encajes y su vestido de seda de líneas celestes y rosadas que dejan ver solamente sus

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

70 71

Page 73: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

tobillos. La gargantilla de terciopelo que rodea sus cuello la hace verse más fina y elegante. La cabellera rubia que cae en bucles sobre sus hombros y adorna su frente la transforma en un verdadero modelo de Degas o Renoir. Deje tomarla de la cintura y bailemos al compás de esta época. La “belle epoque”. El perfume que emana el ramillete de violetas prendido en su escote, es exquisito. Mis manos, en cambio, huelen a trementina. Mis uñas manchadas de verde y naranja semejan a las de un lagarto. ¿Le agrada el olor a trementina? -Sí. Es característico. -Soñemos, bailemos en el mundo del impresionismo en estos alegres instantes... La música ha terminado y las parejas se abrazan y se acarician. La invito a aproximarnos a este grupo de pintores. Pero ellos se han retirado, se han ido a beber al café de Guerbois. Ya no volverán. El tiempo pasa. Ha nacido otro gigante de la pintura. Mientras bailábamos ese lento vals, el futuro genio ha nacido. Se llama Henri de Toulouse Lautrec. Este gigante es pequeñito de estatura. Avancemos en el tiempo y dejemos a los impresionistas pintando en Argenteuil con sus veleros y regatas y sus gentes alegres y ociosas y en Port Marey gozando de la plena paz y de los efectos del Sol. Dejemos a Monet y a Renoir pintando en la Grenouillere. Entremos al mundo de 1890. Nuestro querido Vicente ya ha muerto, se ha disparado un tiro de revolver en el vientre el 27 de julio de 1890. Gauguin está pintando en Tahiti. No volverá a París hasta tres años más.

acordeones, violines y bronces. Algunos soldados, veteranos de la guerra franco prusiana, bailan ebrios de música, de perfume de mujer, de alcohol. Giran las aspas en un mundo de sombra y color. Postes con globos de cristal iluminan con llamitas de gas el ambiente de la pista de baile. También, lámparas colgantes nos alumbran la escena plena de melodía, colorido y romanticismo. Uno de los postes tiene en su extremo un globo granate, otros son azules. Los parroquianos beben en pequeñas mesas el ajenjo verde servido en largos copetines. Otros beben granadina. Beben con los sombreros puestos. Acerquémonos a una de estas mesas. Allí está el tímido Sisley, íntimo amigo de Monet y Renoir. También está Degas y “el padre” Pissarro como le dicen cariñosamente los más jóvenes. Conversan de sus últimas creaciones. Uno de ellos habla de Millet, Lharmitte y Daumier. -“Se advierte -dice- que son verdaderos pintores porque no pintan las cosas como son sino como las sienten”. Vicente expresa: Mi deseo es hacer tales anomalías y cambios de realidad, que de ellas salgan mentiras, si se quiera, pero más verdaderas que la realidad literal”... -Angélica, la invito a bailar. Dejemos que este grupo de genios discutan sobre sus nuevas técnicas mientras nosotros danzamos al compás de este vals lento. Vamos a la pista, mezclémonos con el pueblo, los artistas, los bohemios y bailemos en este ambiente mágico de luz y colorido. ¡Qué linda está usted!, con su blusa de encajes y su vestido de seda de líneas celestes y rosadas que dejan ver solamente sus

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

70 71

Page 74: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

Sus mejillas brillan limpias y también sus cabellos peinados con esmero. Sus pupilas de genio centellean detrás de los espejuelos, recibiendo la luz, el colorido, los gestos, la vida, el placer y la miseria humana que lo rodean. Es un vertiginoso remolino de vida nocturna, de color, de sexo, de burlescos rasgos de caricatura que lo hacen sonreír. El alcohol lo hace también reír y giran los personajes que aparecen en escena. La “Goulue”, Jane Avril que viene a visitarlo del “Jardín de Paris”. La payasa Cha-u Kao, siempre resignada, patética, melancólica. Los payasos Footit y Chocolat. Sale en escena Valentín el “Deshuesado”. Más allá, en otras mesas están sentados algunos de sus amigos, Dujardin, Lescau, Guibert, el corredor de champagne, conversan animadamente acompañados de prostitutas de labios rojos. En otra mesa, Boileau, el amigo de la buena vida, ha terminado de jugar su partida de dominó. Ha decidido retirarse y se dirige a la rue de Moulins. Conversará en el salón oriental con Paulina. Hemos visto la época de oro de este cabaret. Hemos estado al lado del genio que lo inmortalizó con su fogoso colorido. Mas, no vivirá mucho en ese ambiente de vicio. En 1901, muere a los treinta y siete años consumido por el alcohol y la sífilis. Huyamos de estos grandes contrastes, de estos nuevos matices cromáticos encontrados en el lodo y la miseria moral. Vamos Angélica, volemos por encima de los techos de París y lleguemos al campo, a las orillas del Sena, al verdor de los remansos, a las hojas secas y crujientes. Respiremos la brisa pura que viene de lejos y remontémonos por entre las ramas del bosque hacia el cielo cuajado de nubes y de luz celestial que nos baña el espíritu con un suave e intenso

Vamos al Moulin Rouge; aquí nuestro pequeño y noble pintor está en pleno éxtasis de pintura, mujeres y alcohol. Pissarro ha abandonado las novedosas y científicas tendencias, influenciado por Signac y George Seurat y vuelve nuevamente a su original estilo. Sus ojos ya no ven bien. Un mal inexorable pronto lo llevará casi a la ceguera. Entremos al Moulin Rouge, el cuartel general de Lautrec. Aquí está el templo de los grandes vividores, bailarinas y prostitutas. Sisley vive alejado de todo esto, en las orillas del Sena y allí pasará toda su vida este gran paisajista enamorado de la luz y el Sol. No lo encontraremos aquí. Tampoco a Degas, siempre dispuesto a una discusión con Renoir y su amigo Monet. Pero Degas ya está enfermo, su vista no lo acompaña y se aísla del mundo cada vez más, empecinándose en mezclar en sus obras el óleo con el pastel y la témpera. Echemos un vistazo por encima de las mesas para ubicar a Toulouse Lautrec. Marcelle Lender conversa junto a él. Sus ojos claros, su tez blanca, más blanquecina aún por el polvo y la noche y su nariz afilada con sus ventanillas nasales sensuales, son motivo para que Lautrec, mientras conversa y ríe con ella, haga rápidos bosquejos. El colorido intenso de la imagen de la bailarina hace contraste con el hombrecillo sentado a su lado vestido de negro, su tongo cubre su cabeza y sus ojos brillan detrás de sus gafas de acero que están enmarcadas por gruesas cejas y una espesa barba. Dibuja con movimientos rapidísimos. Nos acercamos a él. -“La Téc-nicá”, nos dice sin quitar la vista del papel. La Téc-nicá, murmuran sus labios húmedos y carnosos.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

72 73

Page 75: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

Sus mejillas brillan limpias y también sus cabellos peinados con esmero. Sus pupilas de genio centellean detrás de los espejuelos, recibiendo la luz, el colorido, los gestos, la vida, el placer y la miseria humana que lo rodean. Es un vertiginoso remolino de vida nocturna, de color, de sexo, de burlescos rasgos de caricatura que lo hacen sonreír. El alcohol lo hace también reír y giran los personajes que aparecen en escena. La “Goulue”, Jane Avril que viene a visitarlo del “Jardín de Paris”. La payasa Cha-u Kao, siempre resignada, patética, melancólica. Los payasos Footit y Chocolat. Sale en escena Valentín el “Deshuesado”. Más allá, en otras mesas están sentados algunos de sus amigos, Dujardin, Lescau, Guibert, el corredor de champagne, conversan animadamente acompañados de prostitutas de labios rojos. En otra mesa, Boileau, el amigo de la buena vida, ha terminado de jugar su partida de dominó. Ha decidido retirarse y se dirige a la rue de Moulins. Conversará en el salón oriental con Paulina. Hemos visto la época de oro de este cabaret. Hemos estado al lado del genio que lo inmortalizó con su fogoso colorido. Mas, no vivirá mucho en ese ambiente de vicio. En 1901, muere a los treinta y siete años consumido por el alcohol y la sífilis. Huyamos de estos grandes contrastes, de estos nuevos matices cromáticos encontrados en el lodo y la miseria moral. Vamos Angélica, volemos por encima de los techos de París y lleguemos al campo, a las orillas del Sena, al verdor de los remansos, a las hojas secas y crujientes. Respiremos la brisa pura que viene de lejos y remontémonos por entre las ramas del bosque hacia el cielo cuajado de nubes y de luz celestial que nos baña el espíritu con un suave e intenso

Vamos al Moulin Rouge; aquí nuestro pequeño y noble pintor está en pleno éxtasis de pintura, mujeres y alcohol. Pissarro ha abandonado las novedosas y científicas tendencias, influenciado por Signac y George Seurat y vuelve nuevamente a su original estilo. Sus ojos ya no ven bien. Un mal inexorable pronto lo llevará casi a la ceguera. Entremos al Moulin Rouge, el cuartel general de Lautrec. Aquí está el templo de los grandes vividores, bailarinas y prostitutas. Sisley vive alejado de todo esto, en las orillas del Sena y allí pasará toda su vida este gran paisajista enamorado de la luz y el Sol. No lo encontraremos aquí. Tampoco a Degas, siempre dispuesto a una discusión con Renoir y su amigo Monet. Pero Degas ya está enfermo, su vista no lo acompaña y se aísla del mundo cada vez más, empecinándose en mezclar en sus obras el óleo con el pastel y la témpera. Echemos un vistazo por encima de las mesas para ubicar a Toulouse Lautrec. Marcelle Lender conversa junto a él. Sus ojos claros, su tez blanca, más blanquecina aún por el polvo y la noche y su nariz afilada con sus ventanillas nasales sensuales, son motivo para que Lautrec, mientras conversa y ríe con ella, haga rápidos bosquejos. El colorido intenso de la imagen de la bailarina hace contraste con el hombrecillo sentado a su lado vestido de negro, su tongo cubre su cabeza y sus ojos brillan detrás de sus gafas de acero que están enmarcadas por gruesas cejas y una espesa barba. Dibuja con movimientos rapidísimos. Nos acercamos a él. -“La Téc-nicá”, nos dice sin quitar la vista del papel. La Téc-nicá, murmuran sus labios húmedos y carnosos.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

72 73

Page 76: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

ree usted que el alma se puede retener en el cuerpo por algún tiempo, mediante una congelación extrema? -¿Qué cree usted? -No sé. Pero hay algunas experiencias que me han dejado perplejo. Si esta teoría se hace realidad, creo que en el futuro se viajará hacia otros sistemas solares o galaxias empleando un método similar y los astronautas podrán regresar a su lugar de partida sin tener que morir antes, de vejez. -¿Cómo así? -Claro, si viajan vivos y congelados no envejecen. Es cuestión de descongelarlos cuando arriben a puerto y ese astronauta de treinta años de edad llegará nuevamente al planeta Tierra después de viajar cientos o miles de años y podrá fortuitamente conocer a una atractiva joven, enamorarse y casarse con ella sin darse cuenta de que ella es descendiente suya porque es la bisnieta de la bisnieta de la tataranieta de uno de sus hijos. Angélica sonríe incrédula ante este raciocinio y yo prosigo: -Cuando era niño existía en el centro de Santiago un cine que se llamaba“Principal”. Era un cine que daba programas rotativos con noticiarios de la Segunda Guerra Mundial, dibujos animados de Walt Disney y algunas películas documentales. En una de éstas se

cromatismo. Saludemos desde las alturas y la lejanía del tiempo a estos “rechazados”, a todos ellos que no quisieron volar con la bandada y crearon un nuevo estilo, cotizado posteriormente por millones de admiradores, demasiado tarde. Ellos han sucumbido. Muy pocos sobreviven algunos años más; ancianos, casi ciegos, para luego desaparecer definitivamente bajo la tierra. Angélica ha dado un suspiro y se ha quedado en silencio, meditando. Su sonrisa es triste, con cierto dejo de añoranza. Una pausa. -Estamos en la hora, me dice. Le agradezco sinceramente que me haya invitado a bailar. Nunca me había imaginado bailando con un joven pintor con sus uñas manchadas de pintura al óleo naranja y verde… Aún siento el olor a trementina de sus manos. Créame, la barba le daba un aspecto más que interesante…

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

EL PESCADO ROJO QUE SE ROMPE COMO LÁGRIMA DE CRISTAL,

EL ASTRONAUTA QUE CONTRAJO MATRIMONIO CON LA BISNIETA DE SU BISNIETA

Y EL VERÍDICO CASO DEL VALIENTE CAPITAN OATES

74 75

Page 77: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

ree usted que el alma se puede retener en el cuerpo por algún tiempo, mediante una congelación extrema? -¿Qué cree usted? -No sé. Pero hay algunas experiencias que me han dejado perplejo. Si esta teoría se hace realidad, creo que en el futuro se viajará hacia otros sistemas solares o galaxias empleando un método similar y los astronautas podrán regresar a su lugar de partida sin tener que morir antes, de vejez. -¿Cómo así? -Claro, si viajan vivos y congelados no envejecen. Es cuestión de descongelarlos cuando arriben a puerto y ese astronauta de treinta años de edad llegará nuevamente al planeta Tierra después de viajar cientos o miles de años y podrá fortuitamente conocer a una atractiva joven, enamorarse y casarse con ella sin darse cuenta de que ella es descendiente suya porque es la bisnieta de la bisnieta de la tataranieta de uno de sus hijos. Angélica sonríe incrédula ante este raciocinio y yo prosigo: -Cuando era niño existía en el centro de Santiago un cine que se llamaba“Principal”. Era un cine que daba programas rotativos con noticiarios de la Segunda Guerra Mundial, dibujos animados de Walt Disney y algunas películas documentales. En una de éstas se

cromatismo. Saludemos desde las alturas y la lejanía del tiempo a estos “rechazados”, a todos ellos que no quisieron volar con la bandada y crearon un nuevo estilo, cotizado posteriormente por millones de admiradores, demasiado tarde. Ellos han sucumbido. Muy pocos sobreviven algunos años más; ancianos, casi ciegos, para luego desaparecer definitivamente bajo la tierra. Angélica ha dado un suspiro y se ha quedado en silencio, meditando. Su sonrisa es triste, con cierto dejo de añoranza. Una pausa. -Estamos en la hora, me dice. Le agradezco sinceramente que me haya invitado a bailar. Nunca me había imaginado bailando con un joven pintor con sus uñas manchadas de pintura al óleo naranja y verde… Aún siento el olor a trementina de sus manos. Créame, la barba le daba un aspecto más que interesante…

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

EL PESCADO ROJO QUE SE ROMPE COMO LÁGRIMA DE CRISTAL,

EL ASTRONAUTA QUE CONTRAJO MATRIMONIO CON LA BISNIETA DE SU BISNIETA

Y EL VERÍDICO CASO DEL VALIENTE CAPITAN OATES

74 75

Page 78: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

“Jueves 8 de marzo” El pie izquierdo de Oates presenta un estado lamentable. Viernes 16 o sábado 17 de marzo. No sé qué día es hoy aunque creo que es sábado. Anteayer, durante la comida el pobre Oates nos confesó que no podía más en absoluto y propuso que lo dejásemos en su saco de dormir. No quisimos y, al fin, logramos persuadirlo de que continuase todavía aquella tarde a pesar de que debía constituir para él un martirio horrible, nos siguió cojeando y así avanzamos un par de kilómetros. Hacia el anochecer sin embargo empeoró su estado y comprendimos que el final no se hacía esperar mucho. Para el caso de que sean encontradas estas notas voy a manifestar lo siguiente: Oates creyó que su regimiento se sentiría orgulloso de que él hubiera afrontado la muerte valerosamente pero sus últimos pensamientos fueron para su madre. Todos nosotros somos testigos de su admirable entereza. Durante semanas enteras ha sufrido en silencio sin que una sola queja saliera de sus labios; hasta el último momento sostuvo con nosotros charlas breves e insignificantes, como si nada ocurriera. Nunca perdió el valor. Era un bravo muchacho. Fue a la muerte de la manera siguiente: Anteanoche se acostó seguro ya de no despertar. Sin embargo, ayer se despertó de nuevo. Fuera, rugía un furioso huracán de nieve. Dijo: “Salgo, tal vez tarde un rato en volver”. Se perdió en el blizzard, y no hemos vuelto a verle...”

A mi entender el Capitán Oates está intacto bajo las nieves eternas de la Antártica hasta el día de hoy. Otro hecho digno de recordar y citado por KWL Bezemer en

mostraba un experimento que consistía en lo siguiente: Había dos peces rojos en una redoma con agua. Éstos estaban vivos y nadaban animosamente. Se les sacaba del agua mediante una red y se dejaban encima de una mesa. Allí quedaban saltando algunos instantes y luego se les inyectaba un chorro de aire líquido quedando ambos pescados congelados a más o menos 90° C bajo cero. Entonces el espectador presenciaba cómo uno de estos pescados congelados recibía un martillazo y se rompía en numerosos pedazos como si fuera un trozo de vidrio o de cristal. En cambio, el otro pescado, también congelado, se lo introducía nuevamente en la redoma con agua y al cabo de un tiempo se observaba cómo retornaba a la vida y comenzaba a tragar agua y a nadar. Experiencias similares las he visto últimamente en televisión al congelar a algunos pequeños mamíferos hasta paralizarles el corazón, llegando a un estado en que desaparecen las ondas electrocardiográficas y electroencefalográficas o cerebrales. Posteriormente, provocaban el descongelamiento del animal y éste volvía después de un tiempo a hacer su vida normal. Si esto pudiera suceder en los seres humanos, me pregunto qué sorpresa nos podría dar el cadáver del Capitán Lawrence Oates, oficial de Caballería del regimiento Dragones Inniskilling Nº 6. Oates era el único representante del ejército británico en la malograda expedición del Capitán Robert Falcon Scott que llegó al Polo Sur. -¿Qué pasó con el Capitán Oates? -Para explicarle con detalle este memorable suceso le reproduzco el diario del Capitán Scott que se encontró en su poder una vez fallecidos todos los integrantes de la expedición:

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

76 77

Page 79: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

“Jueves 8 de marzo” El pie izquierdo de Oates presenta un estado lamentable. Viernes 16 o sábado 17 de marzo. No sé qué día es hoy aunque creo que es sábado. Anteayer, durante la comida el pobre Oates nos confesó que no podía más en absoluto y propuso que lo dejásemos en su saco de dormir. No quisimos y, al fin, logramos persuadirlo de que continuase todavía aquella tarde a pesar de que debía constituir para él un martirio horrible, nos siguió cojeando y así avanzamos un par de kilómetros. Hacia el anochecer sin embargo empeoró su estado y comprendimos que el final no se hacía esperar mucho. Para el caso de que sean encontradas estas notas voy a manifestar lo siguiente: Oates creyó que su regimiento se sentiría orgulloso de que él hubiera afrontado la muerte valerosamente pero sus últimos pensamientos fueron para su madre. Todos nosotros somos testigos de su admirable entereza. Durante semanas enteras ha sufrido en silencio sin que una sola queja saliera de sus labios; hasta el último momento sostuvo con nosotros charlas breves e insignificantes, como si nada ocurriera. Nunca perdió el valor. Era un bravo muchacho. Fue a la muerte de la manera siguiente: Anteanoche se acostó seguro ya de no despertar. Sin embargo, ayer se despertó de nuevo. Fuera, rugía un furioso huracán de nieve. Dijo: “Salgo, tal vez tarde un rato en volver”. Se perdió en el blizzard, y no hemos vuelto a verle...”

A mi entender el Capitán Oates está intacto bajo las nieves eternas de la Antártica hasta el día de hoy. Otro hecho digno de recordar y citado por KWL Bezemer en

mostraba un experimento que consistía en lo siguiente: Había dos peces rojos en una redoma con agua. Éstos estaban vivos y nadaban animosamente. Se les sacaba del agua mediante una red y se dejaban encima de una mesa. Allí quedaban saltando algunos instantes y luego se les inyectaba un chorro de aire líquido quedando ambos pescados congelados a más o menos 90° C bajo cero. Entonces el espectador presenciaba cómo uno de estos pescados congelados recibía un martillazo y se rompía en numerosos pedazos como si fuera un trozo de vidrio o de cristal. En cambio, el otro pescado, también congelado, se lo introducía nuevamente en la redoma con agua y al cabo de un tiempo se observaba cómo retornaba a la vida y comenzaba a tragar agua y a nadar. Experiencias similares las he visto últimamente en televisión al congelar a algunos pequeños mamíferos hasta paralizarles el corazón, llegando a un estado en que desaparecen las ondas electrocardiográficas y electroencefalográficas o cerebrales. Posteriormente, provocaban el descongelamiento del animal y éste volvía después de un tiempo a hacer su vida normal. Si esto pudiera suceder en los seres humanos, me pregunto qué sorpresa nos podría dar el cadáver del Capitán Lawrence Oates, oficial de Caballería del regimiento Dragones Inniskilling Nº 6. Oates era el único representante del ejército británico en la malograda expedición del Capitán Robert Falcon Scott que llegó al Polo Sur. -¿Qué pasó con el Capitán Oates? -Para explicarle con detalle este memorable suceso le reproduzco el diario del Capitán Scott que se encontró en su poder una vez fallecidos todos los integrantes de la expedición:

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

76 77

Page 80: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

trineos para cambiar sus zapatos por botas con clavos. Creyó que los demás lo habían oído y supuso que los trineos abandonados no quedaban muy lejos. Se encaminó a través de la tormenta y la nieve y se perdió. Recordaba que después de haber llegado a esa conclusión, se había dirigido a un lugar cubierto de rocas esperando hallar en él un relativo refugio contra la tempestad. No despertó hasta casi dos días enteros más tarde. Estaba completamente cubierto por la nieve pero pudo reconocer perfectamente los alrededores y deducir la posición en que debía encontrarse el barco. Al instante decidió reemprender la ruta pero estaba tan entumecido que la primera parte del trayecto tuvo que efectuarla arrastrándose sobre las manos y rodillas. Estuvo caminando por la nieve y durmiendo en ella por espacio de treinta y seis horas. Verdaderamente era un milagro que no se hubiera helado en todo aquel tiempo. Se explicaría esto por llevar abundante ropa interior de lana, traje de la misma tela y, encima, otro de esquiador, impermeable. Al parecer se había metido instintivamente las manos en los bolsillos, después de haberse cubierto el rostro con un gorro de piel preservándose así de la congelación de manos y cara. Los zapatos forrados de piel habían sido la salvación al impedir que se le helaran los pies. La nieve, al cubrirle luego, le había salvado. Qué frío me ha dado su relato, me dice Angélica. La sesión ha terminado. ¡Brrr! Hasta luego.

su libro “La lucha por el Polo Sur”, sucedió en la Expedición del buque Discovery en enero de 1902. “En marzo se emprendió la primera expedición en trineo. Tomaron parte ocho oficiales y ocho hombres de la tripulación. Después de una semana de ausencia se dieron cuenta los del barco de que había ocurrido una desgracia. Vino una tempestad y los de tierra levantaron su campamento. Al cabo de un rato de permanecer reunidos, la situación se consideró insostenible y se tomó el desesperado acuerdo de abandonar los trineos e intentar el regreso al barco. Empeñarse en seguir avanzando en medio de un “blizzard” antártico equivale a un intento de suicidio. Las tiendas fueron desarmadas, abandonados los trineos y los perros puestos en libertad. La ventisca era tan densa que a diez metros de distancia nada se distinguía. Diez minutos después de haber abandonado los trineos, faltaba Hare, un miembro de la expedición que iba a retaguardia. Otro miembro del grupo, Vince que iba con resbalosas botas de piel salió vertiginosamente del grupo y desapareció en una hendidura. Nunca más se le volvió a ver. Vince y Hare por consiguiente debieron ser inscritos en la lista de bajas. ¿Qué había sucedido con Hare? El 13 de marzo, dos días más tarde, vieron los marinos una mancha oscura que se movía en la lejana colina de nieve ¡era Hare!, que fue conducido a bordo sin tardanza. Después de dormir y reponer sus agotadoras fuerzas relató lo siguiente: Sintiéndose inseguro con sus zapatos de piel que no le ofrecían apoyo alguno, había gritado a sus compañeros que se volvería a los

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

78 79

Page 81: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

trineos para cambiar sus zapatos por botas con clavos. Creyó que los demás lo habían oído y supuso que los trineos abandonados no quedaban muy lejos. Se encaminó a través de la tormenta y la nieve y se perdió. Recordaba que después de haber llegado a esa conclusión, se había dirigido a un lugar cubierto de rocas esperando hallar en él un relativo refugio contra la tempestad. No despertó hasta casi dos días enteros más tarde. Estaba completamente cubierto por la nieve pero pudo reconocer perfectamente los alrededores y deducir la posición en que debía encontrarse el barco. Al instante decidió reemprender la ruta pero estaba tan entumecido que la primera parte del trayecto tuvo que efectuarla arrastrándose sobre las manos y rodillas. Estuvo caminando por la nieve y durmiendo en ella por espacio de treinta y seis horas. Verdaderamente era un milagro que no se hubiera helado en todo aquel tiempo. Se explicaría esto por llevar abundante ropa interior de lana, traje de la misma tela y, encima, otro de esquiador, impermeable. Al parecer se había metido instintivamente las manos en los bolsillos, después de haberse cubierto el rostro con un gorro de piel preservándose así de la congelación de manos y cara. Los zapatos forrados de piel habían sido la salvación al impedir que se le helaran los pies. La nieve, al cubrirle luego, le había salvado. Qué frío me ha dado su relato, me dice Angélica. La sesión ha terminado. ¡Brrr! Hasta luego.

su libro “La lucha por el Polo Sur”, sucedió en la Expedición del buque Discovery en enero de 1902. “En marzo se emprendió la primera expedición en trineo. Tomaron parte ocho oficiales y ocho hombres de la tripulación. Después de una semana de ausencia se dieron cuenta los del barco de que había ocurrido una desgracia. Vino una tempestad y los de tierra levantaron su campamento. Al cabo de un rato de permanecer reunidos, la situación se consideró insostenible y se tomó el desesperado acuerdo de abandonar los trineos e intentar el regreso al barco. Empeñarse en seguir avanzando en medio de un “blizzard” antártico equivale a un intento de suicidio. Las tiendas fueron desarmadas, abandonados los trineos y los perros puestos en libertad. La ventisca era tan densa que a diez metros de distancia nada se distinguía. Diez minutos después de haber abandonado los trineos, faltaba Hare, un miembro de la expedición que iba a retaguardia. Otro miembro del grupo, Vince que iba con resbalosas botas de piel salió vertiginosamente del grupo y desapareció en una hendidura. Nunca más se le volvió a ver. Vince y Hare por consiguiente debieron ser inscritos en la lista de bajas. ¿Qué había sucedido con Hare? El 13 de marzo, dos días más tarde, vieron los marinos una mancha oscura que se movía en la lejana colina de nieve ¡era Hare!, que fue conducido a bordo sin tardanza. Después de dormir y reponer sus agotadoras fuerzas relató lo siguiente: Sintiéndose inseguro con sus zapatos de piel que no le ofrecían apoyo alguno, había gritado a sus compañeros que se volvería a los

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

78 79

Page 82: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A

sted me ha hablado de la vida y de la muerte. Al parecer le preocupa el concepto cósmico de la existencia. Para usted el infierno y el tiempo son temas que ha abordado con gran interés, pero, ¿qué me dice del Cielo? -No lo conozco. Sí, conozco un ángel que bajó del cielo y se hizo mujer. -¿Cómo así? -Tenía yo veintiocho años de edad y recién me había recibido de médico. Una tarde de invierno, después de atender a los pacientes en una policlínica, me encontré con ella cuando bajaba por una escalera. Era alta y rubia. Su cuerpo espigado y sus ojos grandes y celestes, irradiaban bondad. Me sonrió y yo no supe qué decir. Vestía, no una blanca túnica sino un modesto vestido de lanilla gris que le cubría el cuello. Como único adorno llevaba colgando un fino collar de pequeñas piedras azules, blancas, amarillas y rojas engastadas en un delicado metal. -Mucho gusto de conocerla- dije. Pero quería gritar ¡Qué linda! ¡Qué hermosa eres! Caminamos por el centro de Santiago y yo la invité a un aperitivo y a bailar.

Mi ángel aceptó gustosa la invitación, deseaba ambientarse en la Tierra. Bailamos una lenta melodía de la época y yo tropecé algunas ocasiones con sus pies. “No sabe bailar muy bien”, pensé, sin darme cuenta de que los ángeles no pueden adaptarse inmediatamente a seguir los compases de una música desconocida, que no es la celestial. Quedamos de juntarnos nuevamente un día domingo y yo la invité a tomar el té a mi casa en el campo. Deseaba presentarla a mis padres. Después del té la invité a pasear por los verdes lomajes de los cerros vecinos al valle. La tarde estaba hermosa y radiante de luz. Los espinos estaban en flor y de sus áridas y espinudas ramas habían brotado amarillos vellones de oro. Bajemos, le dije, se hace tarde; pero ella reía y no quiso bajar. Escuchaba detrás de mí su risa angelical ¡Vamos! Le grité, ¡no te quedes sola allá arriba! Entonces sucedió lo increíble, lo inesperado, algo digno de un ser celestial. Dio una corta carrera y mi ángel comenzó a volar y pasó planeando al lado mío. Fue tal mi asombro y susto al pensar que este ser pudiera accidentarse que la cogí de la cintura y cometí mi objetivo no sin un gran esfuerzo. Ella seguía riendo y yo quise besarla ¡No! ¡No! me dijo. Podrás besarme en tres meses más. -¿En tres meses más? Pregunté extrañado ¿por qué? -Porque soy un ángel y debo convertirme en mujer. Mi asombro fue tan grande que con los ojos muy abiertos la dejé suavemente de pie en el suelo y me senté en una roca frente a

A N G É L I C A

CUANDO UN ÁNGEL DECIDIÓ HACERSE MUJER

80 81

Page 83: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A

sted me ha hablado de la vida y de la muerte. Al parecer le preocupa el concepto cósmico de la existencia. Para usted el infierno y el tiempo son temas que ha abordado con gran interés, pero, ¿qué me dice del Cielo? -No lo conozco. Sí, conozco un ángel que bajó del cielo y se hizo mujer. -¿Cómo así? -Tenía yo veintiocho años de edad y recién me había recibido de médico. Una tarde de invierno, después de atender a los pacientes en una policlínica, me encontré con ella cuando bajaba por una escalera. Era alta y rubia. Su cuerpo espigado y sus ojos grandes y celestes, irradiaban bondad. Me sonrió y yo no supe qué decir. Vestía, no una blanca túnica sino un modesto vestido de lanilla gris que le cubría el cuello. Como único adorno llevaba colgando un fino collar de pequeñas piedras azules, blancas, amarillas y rojas engastadas en un delicado metal. -Mucho gusto de conocerla- dije. Pero quería gritar ¡Qué linda! ¡Qué hermosa eres! Caminamos por el centro de Santiago y yo la invité a un aperitivo y a bailar.

Mi ángel aceptó gustosa la invitación, deseaba ambientarse en la Tierra. Bailamos una lenta melodía de la época y yo tropecé algunas ocasiones con sus pies. “No sabe bailar muy bien”, pensé, sin darme cuenta de que los ángeles no pueden adaptarse inmediatamente a seguir los compases de una música desconocida, que no es la celestial. Quedamos de juntarnos nuevamente un día domingo y yo la invité a tomar el té a mi casa en el campo. Deseaba presentarla a mis padres. Después del té la invité a pasear por los verdes lomajes de los cerros vecinos al valle. La tarde estaba hermosa y radiante de luz. Los espinos estaban en flor y de sus áridas y espinudas ramas habían brotado amarillos vellones de oro. Bajemos, le dije, se hace tarde; pero ella reía y no quiso bajar. Escuchaba detrás de mí su risa angelical ¡Vamos! Le grité, ¡no te quedes sola allá arriba! Entonces sucedió lo increíble, lo inesperado, algo digno de un ser celestial. Dio una corta carrera y mi ángel comenzó a volar y pasó planeando al lado mío. Fue tal mi asombro y susto al pensar que este ser pudiera accidentarse que la cogí de la cintura y cometí mi objetivo no sin un gran esfuerzo. Ella seguía riendo y yo quise besarla ¡No! ¡No! me dijo. Podrás besarme en tres meses más. -¿En tres meses más? Pregunté extrañado ¿por qué? -Porque soy un ángel y debo convertirme en mujer. Mi asombro fue tan grande que con los ojos muy abiertos la dejé suavemente de pie en el suelo y me senté en una roca frente a

A N G É L I C A

CUANDO UN ÁNGEL DECIDIÓ HACERSE MUJER

80 81

Page 84: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

ella a observarla ¡atónito! -¿No me crees?-me dijo riendo. Sin lugar a dudas su risa era angelical. -Vamos, tómate de mi mano y volemos sobre el valle. Partimos velozmente. La brisa nos acariciaba el rostro. -¡Esto es formidable!, le grité ¡Debo estar soñando! Durante varias semanas nos dimos cita y gozamos de nuestra mutua compañía. Una tarde, mientras paseábamos por el Parque Forestal, observé que mi ángel estaba triste. -Ha llegado el minuto de partir, me dijo. -¿Por qué? -Porque tú no te has decidido a casarte conmigo. Comprendí entonces mi gran error. No me había dado cuenta de que este ángel había bajado del cielo aceptando un gran sufrimiento al convertirse en ser humano. Había bajado del Paraíso para estar junto a mí, a semejanza de aquella Sirenita de Hans Christian Andersen que abandonó su maravilloso mundo submarino sufriendo un gran dolor físico por haber cambiado su hermosa cola de pez por dos piernas humanas. Nos abrazamos plenos de felicidad. El matrimonio se efectuó en una pequeña y hermosa iglesia en el barrio alto de Santiago y mi ángel fue madre y me dio cinco hermosos retoños humanos, los amamantó, los protegió y los ayudó a crecer como la mejor mamá del mundo. Me acompañó en los buenos días y en los malos tiempos y ha sido una admirable esposa llena de espíritu de sacrificio, de amor y paciencia hacia mi persona. En las noches, cuando ella duerme apaciblemente a mi lado, observo su rostro siempre hermoso y pleno de bondad. Rostro que

ha aceptado el pasar del tiempo al rechazar la eterna juventud que reina en el mundo de donde vino. Ella me acompaña aquí en la Tierra unidos ambos en el sagrado sacramento del matrimonio y en el amor de la familia. -Antes de terminar esta sesión- me dice Angélica -debo darle una noticia que no me es grata. Tendré que dejarlo por un tiempo. Viajo a Europa por un mes. Sé que esto no lo beneficia psicológicamente pero solamente son cuatro semanas.

82 83

Page 85: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

ella a observarla ¡atónito! -¿No me crees?-me dijo riendo. Sin lugar a dudas su risa era angelical. -Vamos, tómate de mi mano y volemos sobre el valle. Partimos velozmente. La brisa nos acariciaba el rostro. -¡Esto es formidable!, le grité ¡Debo estar soñando! Durante varias semanas nos dimos cita y gozamos de nuestra mutua compañía. Una tarde, mientras paseábamos por el Parque Forestal, observé que mi ángel estaba triste. -Ha llegado el minuto de partir, me dijo. -¿Por qué? -Porque tú no te has decidido a casarte conmigo. Comprendí entonces mi gran error. No me había dado cuenta de que este ángel había bajado del cielo aceptando un gran sufrimiento al convertirse en ser humano. Había bajado del Paraíso para estar junto a mí, a semejanza de aquella Sirenita de Hans Christian Andersen que abandonó su maravilloso mundo submarino sufriendo un gran dolor físico por haber cambiado su hermosa cola de pez por dos piernas humanas. Nos abrazamos plenos de felicidad. El matrimonio se efectuó en una pequeña y hermosa iglesia en el barrio alto de Santiago y mi ángel fue madre y me dio cinco hermosos retoños humanos, los amamantó, los protegió y los ayudó a crecer como la mejor mamá del mundo. Me acompañó en los buenos días y en los malos tiempos y ha sido una admirable esposa llena de espíritu de sacrificio, de amor y paciencia hacia mi persona. En las noches, cuando ella duerme apaciblemente a mi lado, observo su rostro siempre hermoso y pleno de bondad. Rostro que

ha aceptado el pasar del tiempo al rechazar la eterna juventud que reina en el mundo de donde vino. Ella me acompaña aquí en la Tierra unidos ambos en el sagrado sacramento del matrimonio y en el amor de la familia. -Antes de terminar esta sesión- me dice Angélica -debo darle una noticia que no me es grata. Tendré que dejarlo por un tiempo. Viajo a Europa por un mes. Sé que esto no lo beneficia psicológicamente pero solamente son cuatro semanas.

82 83

Page 86: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

n un principio no me di cuenta de lo que me trataba de decir Angélica, pero después comprendí. Esta noticia, normal en la vida cotidiana, significaba en mi tratamiento, el abandono de mi madre y por lo tanto el sentimiento de inseguridad y angustia que eso traía. Me di cuenta de que en Angélica había proyectado a varias personas; imágenes idealizadas y superpuestas como las almas de los egipcios. En Angélica estaba representada la imagen de mi madre, de mi esposa, de mi tía María (por tener ambas cierto parecido físico) y también mis amores de niño. Es por eso que Angélica cambiaba de edad, era hermosa, era bondadosa o dominante o era una inocente niña según las circunstancias de mi estado de ánimo y las proyecciones de mi subconsciente. Me despedí ese día de ella. Estaba muy triste. Me sentía como un niño abandonado. Solitario. Presentía que nunca más la iba a volver a ver. Llegó el verano y fui comisionado por el Gobierno para integrarme, en calidad de médico, en una expedición extranjera que había llegado al país para estudiar y explorar los glaciares de la zona sur. Navegamos en un buque de la Armada hasta la Laguna de San Rafael, desembarcamos en las cercanías del ventisquero de San Quintín y nos internamos en dirección al Sur Este.

Los organizadores de la expedición aspiraban a atravesar todo el Campo de Hielo Sur entre las latitudes 48 y 49 grados. Sin embargo, después de algunas semanas de largas caminatas y grandes sufrimientos llegamos al ventisquero de San Benito. Cuando lo estábamos cruzando sucedió lo inesperado. Esa mañana la jornada comenzó con una fácil subida por una cuesta cubierta de nieve, pero pronto llegamos al hielo azul que presentaba numerosas grietas y hendiduras. Repasaba en esos momentos mis elementales conocimientos de geología e iba pensando, mientras caminaba trabajosamente, que si la pendiente del fondo del terreno por donde se desliza un glaciar, no es uniforme, el hielo se rompe y se forman profundas grietas. Trataba de recordar también la velocidad con que se trasladan los glaciares. Me vino a la mente que este lento avance oscilaba entre veinte y doscientos metros por año. En eso estaba pensando cuando el hielo cedió bajo mis pies y caí vertiginosamente hacia un oscuro y profundo abismo. En fracciones de segundo me di cuenta de que era el fin, porque minutos antes me había soltado de la cuerda que nos unía, para arreglar la carga de la mochila. Después de una veloz caída topé nieve blanda, me hundí muy profundamente en ella y no supe más de mí...

16 de Diciembre de 2076

Noticiero Vespertino. ...Un buque con turistas, mientras presenciaba la formación de icebergs en el ventisquero de San Benito en Punta Blanca, al noroeste del Golfo de Penas, constataron que al quebrarse un gran trozo de hielo y caer en las aguas del mar con un ruido atronador, se

EL ENIGMA DE ANGÉLICA, LA MORADA DEL HIELO ETERNO

Y EL AÑO 2076

84 85

Page 87: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

n un principio no me di cuenta de lo que me trataba de decir Angélica, pero después comprendí. Esta noticia, normal en la vida cotidiana, significaba en mi tratamiento, el abandono de mi madre y por lo tanto el sentimiento de inseguridad y angustia que eso traía. Me di cuenta de que en Angélica había proyectado a varias personas; imágenes idealizadas y superpuestas como las almas de los egipcios. En Angélica estaba representada la imagen de mi madre, de mi esposa, de mi tía María (por tener ambas cierto parecido físico) y también mis amores de niño. Es por eso que Angélica cambiaba de edad, era hermosa, era bondadosa o dominante o era una inocente niña según las circunstancias de mi estado de ánimo y las proyecciones de mi subconsciente. Me despedí ese día de ella. Estaba muy triste. Me sentía como un niño abandonado. Solitario. Presentía que nunca más la iba a volver a ver. Llegó el verano y fui comisionado por el Gobierno para integrarme, en calidad de médico, en una expedición extranjera que había llegado al país para estudiar y explorar los glaciares de la zona sur. Navegamos en un buque de la Armada hasta la Laguna de San Rafael, desembarcamos en las cercanías del ventisquero de San Quintín y nos internamos en dirección al Sur Este.

Los organizadores de la expedición aspiraban a atravesar todo el Campo de Hielo Sur entre las latitudes 48 y 49 grados. Sin embargo, después de algunas semanas de largas caminatas y grandes sufrimientos llegamos al ventisquero de San Benito. Cuando lo estábamos cruzando sucedió lo inesperado. Esa mañana la jornada comenzó con una fácil subida por una cuesta cubierta de nieve, pero pronto llegamos al hielo azul que presentaba numerosas grietas y hendiduras. Repasaba en esos momentos mis elementales conocimientos de geología e iba pensando, mientras caminaba trabajosamente, que si la pendiente del fondo del terreno por donde se desliza un glaciar, no es uniforme, el hielo se rompe y se forman profundas grietas. Trataba de recordar también la velocidad con que se trasladan los glaciares. Me vino a la mente que este lento avance oscilaba entre veinte y doscientos metros por año. En eso estaba pensando cuando el hielo cedió bajo mis pies y caí vertiginosamente hacia un oscuro y profundo abismo. En fracciones de segundo me di cuenta de que era el fin, porque minutos antes me había soltado de la cuerda que nos unía, para arreglar la carga de la mochila. Después de una veloz caída topé nieve blanda, me hundí muy profundamente en ella y no supe más de mí...

16 de Diciembre de 2076

Noticiero Vespertino. ...Un buque con turistas, mientras presenciaba la formación de icebergs en el ventisquero de San Benito en Punta Blanca, al noroeste del Golfo de Penas, constataron que al quebrarse un gran trozo de hielo y caer en las aguas del mar con un ruido atronador, se

EL ENIGMA DE ANGÉLICA, LA MORADA DEL HIELO ETERNO

Y EL AÑO 2076

84 85

Page 88: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

veía una figura semejante a un ser humano. Algunos que observaban esta escena con prismáticos, pudieron distinguir claramente un cuerpo humano impactado en el hielo. La curiosidad que provocó esta inusitada imagen hizo que el comandante del buque ordenara que se bajase un bote para que algunos marineros al mando de un oficial se acercaran al témpano recién nacido que flotaba alejándose de la orilla. Con gran sorpresa comprobaron que no era un raro capricho de la naturaleza que simulaba una figura humana sino que realmente se trataba de un hombre que había sido atrapado en el hielo, quizás cuanto tiempo atrás y mediante el lento avance del glaciar a través de los años había llegado finalmente hasta el mar. 17 de Diciembre ...Referente a la noticia que dimos ayer sobre el cadáver encontrado en un témpano del ventisquero de San Benito, este cadáver ha sido rescatado y traído a los centros de investigación científica de la Capital. Por la documentación que portaba en sus vestimentas se ha dilucidado que se trata del médico F.O.G. integrante de la expedición francesa que exploró los ventisqueros ¡en 1986!, o sea hace noventa años atrás. 18 de Diciembre ...En relación a la noticia del cadáver del médico integrante de la expedición de los ventisqueros que falleció casi un siglo atrás, un grupo de investigadores de la Universidad de Chile ha solicitado el cadáver congelado para hacer experimentos con irradiaciones Beta y descongelarlo según las nuevas técnicas que apoyan la teoría referente a la acción de estas irradiaciones sobre la licuación de la sangre sin que se formen trombos dentro de los vasos sanguíneos ni se produzcan en los tejidos rupturas de la membrana celular.

ago solo por las calles, sin rumbo fijo, sin familia, sin amigos, sin nadie conocido. Soy un fantasma en un mundo extraño para mí. Los vehículos pasan volando lenta y silenciosamente sobre mi cabeza emitiendo solo un leve zumbido de un motor anti G. Las personas caminan silenciosas y alegres respirando el depurado y fresco aire de la metrópoli. Pasan semidesnudos a mi lado, cubiertos por delgadas y transparentes vestimentas que regulan automáticamente la temperatura del cuerpo mediante un minúsculo termostato situado en el hombro izquierdo. Mi cerebro padece de grandes sufrimientos, mi cuerpo entero sufre enormemente. Antes de entrar, leo: Angélica C... Psicóloga. Angélica es un nombre que sale de las profundidades de los tiempos. La puerta se abre automáticamente. Un robot me hace algunas preguntas y las respuestas las va grabando en un “cardex”electrónico. Después de algunos minutos de espera me hace pasar. Allí está ella, sonriente, afable, sus mismos ojos. -¡Angélica!, exclamo ¡Angélica! -Sí, mi nombre es Angélica, me responde sonriente... Tome asiento. -Perdone, ¿pero usted tuvo un antepasado con ese mismo

AÑO 2077, EL FIN

86 87

Page 89: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

veía una figura semejante a un ser humano. Algunos que observaban esta escena con prismáticos, pudieron distinguir claramente un cuerpo humano impactado en el hielo. La curiosidad que provocó esta inusitada imagen hizo que el comandante del buque ordenara que se bajase un bote para que algunos marineros al mando de un oficial se acercaran al témpano recién nacido que flotaba alejándose de la orilla. Con gran sorpresa comprobaron que no era un raro capricho de la naturaleza que simulaba una figura humana sino que realmente se trataba de un hombre que había sido atrapado en el hielo, quizás cuanto tiempo atrás y mediante el lento avance del glaciar a través de los años había llegado finalmente hasta el mar. 17 de Diciembre ...Referente a la noticia que dimos ayer sobre el cadáver encontrado en un témpano del ventisquero de San Benito, este cadáver ha sido rescatado y traído a los centros de investigación científica de la Capital. Por la documentación que portaba en sus vestimentas se ha dilucidado que se trata del médico F.O.G. integrante de la expedición francesa que exploró los ventisqueros ¡en 1986!, o sea hace noventa años atrás. 18 de Diciembre ...En relación a la noticia del cadáver del médico integrante de la expedición de los ventisqueros que falleció casi un siglo atrás, un grupo de investigadores de la Universidad de Chile ha solicitado el cadáver congelado para hacer experimentos con irradiaciones Beta y descongelarlo según las nuevas técnicas que apoyan la teoría referente a la acción de estas irradiaciones sobre la licuación de la sangre sin que se formen trombos dentro de los vasos sanguíneos ni se produzcan en los tejidos rupturas de la membrana celular.

ago solo por las calles, sin rumbo fijo, sin familia, sin amigos, sin nadie conocido. Soy un fantasma en un mundo extraño para mí. Los vehículos pasan volando lenta y silenciosamente sobre mi cabeza emitiendo solo un leve zumbido de un motor anti G. Las personas caminan silenciosas y alegres respirando el depurado y fresco aire de la metrópoli. Pasan semidesnudos a mi lado, cubiertos por delgadas y transparentes vestimentas que regulan automáticamente la temperatura del cuerpo mediante un minúsculo termostato situado en el hombro izquierdo. Mi cerebro padece de grandes sufrimientos, mi cuerpo entero sufre enormemente. Antes de entrar, leo: Angélica C... Psicóloga. Angélica es un nombre que sale de las profundidades de los tiempos. La puerta se abre automáticamente. Un robot me hace algunas preguntas y las respuestas las va grabando en un “cardex”electrónico. Después de algunos minutos de espera me hace pasar. Allí está ella, sonriente, afable, sus mismos ojos. -¡Angélica!, exclamo ¡Angélica! -Sí, mi nombre es Angélica, me responde sonriente... Tome asiento. -Perdone, ¿pero usted tuvo un antepasado con ese mismo

AÑO 2077, EL FIN

86 87

Page 90: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

nombre? -Sí, mi bisabuela llevaba ese nombre y era psicóloga igual que yo. -La quedé observando con lágrimas en los ojos. -Usted tiene algunos rasgos muy parecidos a su bisabuela, murmuré. -¿Conoció alguna fotografía de ella? Me pregunta extrañada. -No; la conocí personalmente. -Imposible, ella ejerció en el siglo pasado y usted se ve demasiado joven para ser contemporáneo de ella. -Bailamos en el Moulin de la Galette y viajamos al Limbo dentro de una botella, y aunque usted no lo crea, yo fui cliente de ella, paseamos juntos por la playa, presenciamos la llegada del cometa Halley en 1986, estuvimos en el templo de las quince mil campanillas y nadamos en el agua mineral del palacio de los peces y ... -Perdone señor -me interrumpe Angélica- creo que usted se ha equivocado, debe consultar a un psiquiatra, yo le recomendaré a uno excelente. En esos instantes sentí una gran angustia, me dolía terriblemente el pecho y comencé a transpirar copiosamente. -¿Se siente mal? -No, no es nada. Hasta otro día. Salí tambaleante y bajé a la calle. El dolor en el pecho era intensísimo. El mundo giró alrededor mío y caí de bruces al suelo. Vi a mi cuerpo tendido en la acera y rodeado de transeúntes. Uno de ellos me hacía respiración artificial y otro, masaje cardíaco. Me alejaba lentamente de esa escena. “Aunque trates de entrar nueve veces en tu cuerpo no podrás...” recordé la sabia frase del

libro tibetano. Pronto mi ascenso se hizo vertiginoso, me alejaba a través de un túnel y llegaba a una dimensión desconocida. Allí estaban ellos, mis familiares, mis seres queridos, mis amigos. Allí estaba Angélica sonriendo. ¿Sus manos huelen a trementina?- me preguntó. No, Angélica, mis uñas ya no están manchadas con pintura al óleo de color naranja y color verde. Allí estaba mi ángel. Vamos, me dijo sonriendo, volemos a la luz al igual que ese día, en los faldeos del valle con los espinos en flor. Nos cogimos de la mano y volamos largamente, radiantes de alegría transportados hacia ¡La Luz! Hacia la Luz Eterna Celestial.

Fin

88 89

Page 91: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A A N G É L I C A

nombre? -Sí, mi bisabuela llevaba ese nombre y era psicóloga igual que yo. -La quedé observando con lágrimas en los ojos. -Usted tiene algunos rasgos muy parecidos a su bisabuela, murmuré. -¿Conoció alguna fotografía de ella? Me pregunta extrañada. -No; la conocí personalmente. -Imposible, ella ejerció en el siglo pasado y usted se ve demasiado joven para ser contemporáneo de ella. -Bailamos en el Moulin de la Galette y viajamos al Limbo dentro de una botella, y aunque usted no lo crea, yo fui cliente de ella, paseamos juntos por la playa, presenciamos la llegada del cometa Halley en 1986, estuvimos en el templo de las quince mil campanillas y nadamos en el agua mineral del palacio de los peces y ... -Perdone señor -me interrumpe Angélica- creo que usted se ha equivocado, debe consultar a un psiquiatra, yo le recomendaré a uno excelente. En esos instantes sentí una gran angustia, me dolía terriblemente el pecho y comencé a transpirar copiosamente. -¿Se siente mal? -No, no es nada. Hasta otro día. Salí tambaleante y bajé a la calle. El dolor en el pecho era intensísimo. El mundo giró alrededor mío y caí de bruces al suelo. Vi a mi cuerpo tendido en la acera y rodeado de transeúntes. Uno de ellos me hacía respiración artificial y otro, masaje cardíaco. Me alejaba lentamente de esa escena. “Aunque trates de entrar nueve veces en tu cuerpo no podrás...” recordé la sabia frase del

libro tibetano. Pronto mi ascenso se hizo vertiginoso, me alejaba a través de un túnel y llegaba a una dimensión desconocida. Allí estaban ellos, mis familiares, mis seres queridos, mis amigos. Allí estaba Angélica sonriendo. ¿Sus manos huelen a trementina?- me preguntó. No, Angélica, mis uñas ya no están manchadas con pintura al óleo de color naranja y color verde. Allí estaba mi ángel. Vamos, me dijo sonriendo, volemos a la luz al igual que ese día, en los faldeos del valle con los espinos en flor. Nos cogimos de la mano y volamos largamente, radiantes de alegría transportados hacia ¡La Luz! Hacia la Luz Eterna Celestial.

Fin

88 89

Page 92: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

Otros títulos en esta colección C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A

01 El sol con imagen de cacahuete02 El valle de los elfos de Tolkien03 El palacio04 El mago del amanecer y el atardecer05 Dionysia06 El columpio07 La trapecista del circo pobre08 El ascensor09 La montaña rusa10 La foresta encantada11 El Mágico12 Eugenia la Fata13 Arte y belleza de alma14 Ocho patas15 Esculapis16 El reino de los espíritus niños17 El día en que el señor diablo cambio el atardecer por el amanecer 18 El mimetista críptico19 El monedero, el paraguas y las gafas mágicas de don Estenio20 La puerta entreabierta21 La alegría de vivir22 Los ángeles de Tongoy23 La perla del cielo24 El cisne25 La princesa Mixtura26 El ángel y el gato27 El invernadero de la tía Elsira28 El dragón29 Navegando en el Fritz30 La mano de Dios31 Virosis32 El rey Coco33 La Posada del Camahueto34 La finaíta35 La gruta de los ángeles36 La quebrada mágica37 El ojo del ángel en el pino y la vieja cocina38 La pompa de jabón39 El monje40 Magda Utopia41 El juglar42 El sillón43 El gorro de lana del hada Melinka44 Las hojas de oro45 Alegro Vivache46 El hada Zudelinda, la de los zapatos blancos47 Belinda y las multicolores aves del árbol del destino48 Dos puentes entre tres islas49 Las zapatillas mágicas50 El brujo arriba del tejado y las telas de una cebolla51 Pituco y el Palacio del tiempo52 Neogénesis53 Una luz entre las raíces54 Recóndita armonía55 Roxana y los gansos azules56 El aerolito57 Uldarico58 Citólisis59 El pozo60 El sapo61 Extraño aterrizaje62 La nube63 Landrú

64 Los habitantes de la tierra65 Alfa, Beta y Gama66 Angélica67 Angélica II68 El geniecillo Din69 El pajarillo70 La gallina y el cisne de cuello negro71 El baúl de la tía Chepa72 Chatarra espacial73 Pasado, presente y futuro mezclados en una historia policroma dentro de un frasco de gomina74 Esperamos sus órdenes General75 Los zapatos de Fortunata76 El organillero, la caja mágica y los poemas de Li Po77 El barrio de los artistas78 La lámpara de la bisabuela79 Las hadas del papel del cuarto verde80 El Etéreo81 El vendedor de tarjetas de navidad82 El congreso de totems83 Historia de un sapo de cuatro ojos84 La rosa blanca85 Las piedras preciosas86 El mensaje de Moisés87 La bicicleta88 El maravilloso viaje de Ferdinando89 La prisión transparente90 El espárrago de oro de Rigoberto Alvarado91 El insectario92 La gruta de la suprema armonía93 El Castillo del Desván Inclinado94 El Teatro95 Las galletas de ocho puntas96 La prisión de Nina97 Una clase de Anatomía98 Consuelo99 Purezza100 La Bruja del Mediodía101 Un soldado a la aventura102 Carda, Cronos, y Cirilo103 Valentina104 Las vacaciones de un ángel105 Ícara106 Las pintorescas aventuras de Adalgisa, condesa de Bosque Verde107 El viejo del saco108 La coronación de Airolga109 Cinisca110 La dulce sonrisa de Aristodella111 Bluewood112 El misterio de la gruta aspirativa113 El Castillo de los Duendes114 El Jardín de Hada115 El Castillo de los vikingos116 El monstruo del río Abuná117 La Alquimia de tres doncellas118 La Casa vacía119 El Bosque Encantado120 El Desfile Onírico121 El Templo Curativo de Yi Sheng122 El soldado ruso123 El taco124 El Vendedor ambulante125 El viaje del Científico a la Isla de los Diamantes

Page 93: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

Otros títulos en esta colección C U E N T O S PA R A E N T R E T E N E R E L A L M A

01 El sol con imagen de cacahuete02 El valle de los elfos de Tolkien03 El palacio04 El mago del amanecer y el atardecer05 Dionysia06 El columpio07 La trapecista del circo pobre08 El ascensor09 La montaña rusa10 La foresta encantada11 El Mágico12 Eugenia la Fata13 Arte y belleza de alma14 Ocho patas15 Esculapis16 El reino de los espíritus niños17 El día en que el señor diablo cambio el atardecer por el amanecer 18 El mimetista críptico19 El monedero, el paraguas y las gafas mágicas de don Estenio20 La puerta entreabierta21 La alegría de vivir22 Los ángeles de Tongoy23 La perla del cielo24 El cisne25 La princesa Mixtura26 El ángel y el gato27 El invernadero de la tía Elsira28 El dragón29 Navegando en el Fritz30 La mano de Dios31 Virosis32 El rey Coco33 La Posada del Camahueto34 La finaíta35 La gruta de los ángeles36 La quebrada mágica37 El ojo del ángel en el pino y la vieja cocina38 La pompa de jabón39 El monje40 Magda Utopia41 El juglar42 El sillón43 El gorro de lana del hada Melinka44 Las hojas de oro45 Alegro Vivache46 El hada Zudelinda, la de los zapatos blancos47 Belinda y las multicolores aves del árbol del destino48 Dos puentes entre tres islas49 Las zapatillas mágicas50 El brujo arriba del tejado y las telas de una cebolla51 Pituco y el Palacio del tiempo52 Neogénesis53 Una luz entre las raíces54 Recóndita armonía55 Roxana y los gansos azules56 El aerolito57 Uldarico58 Citólisis59 El pozo60 El sapo61 Extraño aterrizaje62 La nube63 Landrú

64 Los habitantes de la tierra65 Alfa, Beta y Gama66 Angélica67 Angélica II68 El geniecillo Din69 El pajarillo70 La gallina y el cisne de cuello negro71 El baúl de la tía Chepa72 Chatarra espacial73 Pasado, presente y futuro mezclados en una historia policroma dentro de un frasco de gomina74 Esperamos sus órdenes General75 Los zapatos de Fortunata76 El organillero, la caja mágica y los poemas de Li Po77 El barrio de los artistas78 La lámpara de la bisabuela79 Las hadas del papel del cuarto verde80 El Etéreo81 El vendedor de tarjetas de navidad82 El congreso de totems83 Historia de un sapo de cuatro ojos84 La rosa blanca85 Las piedras preciosas86 El mensaje de Moisés87 La bicicleta88 El maravilloso viaje de Ferdinando89 La prisión transparente90 El espárrago de oro de Rigoberto Alvarado91 El insectario92 La gruta de la suprema armonía93 El Castillo del Desván Inclinado94 El Teatro95 Las galletas de ocho puntas96 La prisión de Nina97 Una clase de Anatomía98 Consuelo99 Purezza100 La Bruja del Mediodía101 Un soldado a la aventura102 Carda, Cronos, y Cirilo103 Valentina104 Las vacaciones de un ángel105 Ícara106 Las pintorescas aventuras de Adalgisa, condesa de Bosque Verde107 El viejo del saco108 La coronación de Airolga109 Cinisca110 La dulce sonrisa de Aristodella111 Bluewood112 El misterio de la gruta aspirativa113 El Castillo de los Duendes114 El Jardín de Hada115 El Castillo de los vikingos116 El monstruo del río Abuná117 La Alquimia de tres doncellas118 La Casa vacía119 El Bosque Encantado120 El Desfile Onírico121 El Templo Curativo de Yi Sheng122 El soldado ruso123 El taco124 El Vendedor ambulante125 El viaje del Científico a la Isla de los Diamantes

Page 94: 66 Angélica · Yo soy el Cometa Halley, contestó el pequeño geniecillo.-¿Tú?- ¿el Cometa Halley? -pregunté con asombro- pero - ¡si 4 5 CUENTOS PARA ENTRETENER EL ALMA ANGÉLICA.

Fern

and

o O

lava

rría

G.

Inscripción Registro de Propiedad Intelectual Nº 37100. Chile.© Fernando Olavarría Gabler.

AN

GÉL

ICA