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    E L D I S P O S I T I V O P O I T I C O: U N C U E R P O - S I N - R G A N O S

    Esttica azteca de las danzas concheras

    Tradiciones exticas o memorias re-descubiertas

    Rene de la Torre*

    VERSIN 20 UAM-X MXICO 2007 PP. 147-186

    El momento en el que el futuro se convierte enpresente est ya hundindose en el pasado.

    DILTHEY

    En este artculo se realiza una reconstruccin de las transformacionesestticas que ha tenido la danza conchera a lo largo de su historia y de suapropiacin narrativa en funcin de legitimar una tradicin indgena, queda sentido a la identidad danzante, apuntalando la relacin que estasmanifestaciones guardan con los cambios histricos que permitieronconservar, transformar, revivir o reinventar las races de una tradicin

    indgena. Esta reconstruccin se realiz a partir de testimonios dedanzantes de la tradicin, de lbumes fotogrficos familiares y de fuenteshistricas.

    The Aztec aesthetics of the Conchero dances. Exotic traditions or re-discoveryof memories. The article reconstructs the historical aesthetic transforma-tions in the conchero dance and its appropriation by the dancers to legitimizeindigenous traditions. These appropriations make sense to the dancersidentity by way of highlighting the historical changes that allow thepreservation, transformation, revival or reinvention of this indigenoustradition. The historical reconstruction has been made through the analysisof oral traditional dancer testimonies, photographic family albums andhistorical records.

    * Resultados parciales del proyecto Democracia, comunicacin y sujetos de la polticaen Amrica Latina Contempornea, Conacyt, clave 42715.

    ** Profesora-investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en

    Antropologa Social (CIESAS), Occidente.

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    ESTETRABAJOSECENTRAen el estudio del proceso histrico mediante el cualla memoria fundacional y mtica de la tradicin de las danzas concheras se ha

    resignificado y transformado en una identidad astequizada. Para ello, seestudiar la manera en que los grupos de danza conchera se han venidoapropiando de una memoria mtica fundacional, mediante la invencin deuna esttica azteca que recupera y revive el sentido de una identidad y quecontribuye a renombrar un presente como el cumplimiento de una profeca.

    Los concheros son grupos de danzantes cuyo nombre se refiere a unaguitarrita hecha de concha de armadillo. Estn organizados en hermandades ocofradas. Cada grupo tiene un oratorio domstico consagrado tanto a susancestros (las nimas generales) como a un santo patrono. Cada agrupacin semaneja como un ejrcito: existe un estado mayor, con generales, capitanes,sargento primero y segundo y soldados y doncellas o malinches. Cada cargotiene una funcin importante para el mantenimiento de la tradicin, al cual sele denomina como conquista. Cada grupo de danza tiene un cuartel, que esel lugar donde se alberga el altar, la mesa, y donde se realizan las reunionesdel grupo. Los instrumentos musicales son considerados como las armas deconquista, por eso se dice: vamos a afinar las armas; pues consideran que enla danza se conquistan corazones para las prcticas rituales en torno a su santopatrn y se realiza una conquista cultural para mantener viva la tradicin delos ancestros. Como en cualquier ejrcito, los principios de orden, disciplinay obediencia a la jerarqua de las danzas, son los ms importantes.

    Las danzas concheras se practicaban originalmente en torno a la veneracinde las imgenes catlicas, y de sus ciclos festivos. Hasta hace algunos aos hansobrevivido como expresiones sincrticas donde se fusionan smbolos y signi-ficados indgenas o prehispnicos con el catolicismo popular devocional. Enlos ltimos aos algunos grupos han adoptado versiones aztequizadas y

    mexicanistas de las danzas, que la han resemantizado como danza prehispnica.De este proceso de transformacin esttica y de resemantizacin azteca-mexicana tratar este artculo. Esto se har revisando la manera en que laobjetivacin del pasado azteca se va legitimando histricamente en discursos,monumentos, estticas artsticas y del mundo del espectculo, movimientosculturales, y los descubrimientos arqueolgicos, que en suma van desenterrandoun pasado negado y vituperado y van desempolvando una memoria del pasadomexicano, que hasta hace algunos aos se sublima como simbologa de lo

    nacional. En un segundo momento se ver cmo estos sucesos histricos han

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    tenido influencia en el proceso de aztequizacin de las danzas rituales detradicin conchera, para lo cual se revisarn testimonios de informantes claves,

    narrativas y expresiones estticas propias de la danza conchera y conchera azteca.En sntesis, se busca reconstruir la transformacin simblica, narrativa y estticade la identidad danzante, en relacin con los cambios histricos que permitieronconservar, transformar, revivir o reinventar las races de una tradicin.

    Me concentrar en atender las estticas como dispositivos de la memoria,1

    en la medida en que contribuyen a forjar los procesos identitarios de los gruposdanzantes cocheros aztecas, ello porque el propsito de este ejercicio es analizarlas transformaciones estticas, en cuanto a forma y signficacin, experimentadaspor dicha tradicin danzante,2 en relacin con las coordenadas histricas quedemarcan la integracin de la simbologa azteca como elementos que nutreny alientan la construccin de una identidad nacional.

    PRIMERAETAPA: la conquista y la tradicin oculta

    A todos nos fue dicho (como ya se haba dicho a los padres dominicos) queesta gente haba venido a la fe tan de veras, y estaban casi todos baptizados y

    tan enteros en la fe catlica de la Iglesia Romana, que no haba necesidadninguna de predicar contra la idolatra, porque la tenan desde ellos muy deveras. Tuvimos esta informacin por muy verdadera [...] y as dejamos las armasque traamos muy afiladas para contra la idolatra [...] De esta manera seinclinaron con facilidad a tomar por dios al Dios de los espaoles; pero nopara que dejasen los suyos antiguos, y esto ocultaron en el catecismo cuandose baptizaron, y al tiempo del catecismo, preguntados si crean en Dios Padre,Hijo y Espritu Santo, con los dems artculos de la fe, respondan quemachca,

    1 Toda memoria colectiva se desarrolla dentro de un marco espacial. Ahora bien, elespacio es una realidad perdurable: dado que nuestras impresiones vuelan una detrs de laotra, y no dejan nada en la mente, slo podemos entender cmo recapturamos el pasado sientendemos cmo, de hecho ste es conservado por nuestro medio ambiente fsico(Halbwachs, 1990:23).

    2 Cuando me refiero a tradicin, lo hago con base en la propuesta de Hosbawm (1996),de entenderla como una construccin cultural dinmica que se reinventa para actualizarse, yno como una narrativa esttica que reproduce los sucesos pasados, sino que recrea y actualiza

    la memoria.

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    que s, paliadamente y mentirosamente [Sahagn 1570, en Garca Escabaleta1954:383].

    Las citas anteriores corresponden a las crnicas de Fray Bernardino deSahagn, quien lleg a Mxico en 1529 y ah vivi el resto de su vida. En suscartas de relacin muchas veces advirti sobre el simulacro que se estaba viviendoen la conquista evangelizadora. Los espaoles promovieron una estrategia deconquista espiritual, mediante la propagacin de imgenes y santuarios, queintentaba sustituir la idolatra por la veneracin a imgenes catlicas (Gruzsinki1990). Por su parte, los indgenas aparentaban aceptar y practicar el culto ydevocin a las nuevas imgenes, pero ocultaban tras ellas el significado de sus

    anteriores dioses. Sin duda, el mejor ejemplo de este hecho histrico es lamilagrosa imagen de la Virgen de Guadalupe, que fue la estrategia principalde la evangelizacin de los espaoles, y que fue apropiada por los indgenas(an en la actualidad) como Santa Mara Tonatzin3 (que en nhuatl significanuestra madre). Como lo seala el historiador Nebel, los indgenas encontraronen Guadalupe-Tonatzin una fusin compensatoria:

    Por un lado la Virgen de Guadalupe del Cerro del Tepeyac, remplaza a las

    deidades maternas o telricas (Coatlicue, Tonatzin, Teteoinnan, entre otras)del antiguo sistema religioso, permitiendo de tal manera, por otro lado, uncierto grado de continuismo espiritual que se muestra en fuertes sincretismosreligiosos [Nebel, 2000:29].

    Las danzas indgenas son un componente medular de esta doble estrategiade sustitucin por parte de los frailes evangelizadores y de simulacro creyentepor parte de los pueblos indgenas mediante la cual se dio una aparente

    3 Fray Bernardino de Sahagn, en La historia general de las Cosas de la Nueva Espaa, de1570, adverta: y agora que est all edificada la iglesia de Nuestra Seora de Guadalope,tambin la llaman Tonatzin [...] y es cosa que se debra remediar, porque el propio nombrede la Madre de Dios, Sancta Mara, no es Tonatzin, sin Dios iantzin [...] parece esta invencinsatnica para paliar la idolatra debaxo la equivocacin de este nombre Tonatzin. Y vienenagora, a visitar a esta Tonatzin de muy lexos, tan lexos como de antes, la cual devocintambin es sospechosa, porque en todas partes hay muchas iglesias a Nuestra Seora, ya novan a ellas, y vienen de lexas tierra a esta Tonatzin, como antiguamente [Sahagn, 1570

    [2003]:10050].

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    aceptacin de la religiosidad cristiana. Por un lado, como lo relata Motolina,las iglesias y templos catlicos se edificaron en los lugares sagrados de los

    indgenas y con la misma piedra con la que estuvieron construidos los templosaztecas, llamados teocallis.Asimismo, el calendario festivo cristiano de la NuevaEspaa se insert en las fechas de celebracin nativas vinculadas a los ciclosagrarios. Por otro lado, los pueblos indgenas aparentaban practicar ferviente-mente la religiosidad catlica, pero practicaban una doble religin, manteniendoocultos tras las nuevas fiestas e imgenes a sus propios dioses y festividades;detrs de los altares muchas veces se escondieron a sus dioses dolos, que losespaoles intentaron destruir; pero a pesar de ello, los indgenas ocultaronsignificados de la religin indgena bajo los significantes cristianos. Es medianteesta estrategia de simulacro creyente que la cosmovisin indgena ha logradoresistir y mantenerse vigente, aunque fragmentada e incompleta, hasta nuestrosdas.

    Esto ha mantenido un sentido del significado oculto de la religiosidadpopular, que inicialmente fue de resistencia, y que hoy se interpreta como dereconquista cultural.

    Las danzas rituales han tenido a lo largo de estos siglos una funcin impor-tantsima tanto en la resistencia cultural, como en la innovacin permanente dela identidad y los smbolos que aluden al pasado prehispnico. Esto se puedeadvertir tanto en el discurso de los danzantes contemporneos, como en eltestimonio de los primeros evangelizadores, que desde su llegada advirtieronque, aunque los indgenas adoptaban rpidamente el fervor por las imgenescatlicas, como lo advirti durante la conquista Sahagn, El bosque de la idolatrano est(ba) talado, sealando que la prctica idoltrica se efectuaba mediantelas danzas, pues eran las mismas con las que festejaban a la Virgen de Guadalupeque a sus dioses paganos. As lo describi Fray Bernardino de Sahagn:

    Como llegava esta imagen a la casa del que hava de hazerle fiesta con danzasy cantares, con ellos usavan, porque esta manera de danzar y bailar es muydiferente de nuestros bailes y danzas, pongo aqu la manera que tienen enestas danzas o bailes que por otro nombre se llaman areitos, y en su lenguase llaman maceoaliztli. Junmtvanse muchos de dos en dos, o de tres en tres,en un gran corro segn la cantidad de los que eran, llevando flores en lasmanos y ataviados con plumajes; azan todos a una un mesmo meneo con el

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    cuerpo y con los pies y con las manos, cosa bien de ver y bien aritificiosa;todos los meneos ivan segn el son que taan los taedores del atambor ydel teponaztli. Con esto ivan cantando [Sahagn, op. cit.: 76].

    Las danzas indgenas tienen un pasado que data de la poca prehispnica,que se encuentra fundamentada en las crnicas de los conquistadores y en loscdices indgenas. La danza en el Mxico prehispnico no era un simple bailar,sino parte esencial del sistema ritual, mediante el cual la danza operaba comouna manera de establecer relacin directa entre el hombre, la sociedad, dios yla naturaleza:

    La vida del hombre azteca gira, pues, alrededor de la lluvia, del sol y de latierra, ya que de ellos depende su desarrollo econmico. Para que el hombrepudiera existir era necesaria la intervencin de los dioses, de las fuerzas naturales,y esta intervencin se haca posible por medio de constantes ritos en su honor.Por medio del rito, el hombre mexica pretenda revitalizar a los seres divinos,obtener de ellos los favores indispensables para subsistir, y librarse de sus fuerzasdainas [Sten, 1990:69].

    La danza tena tambin un sentido csmico, no slo porque mediante ladanza buscaban representar el movimiento del universo, sino porque se tenala creencia de que danzando es como el universo se mantena en movimiento.La danza formaba parte tambin central de los rituales mgicos, fue por elloque los espaoles se empearon en prohibirlas por considerarlas prcticasidoltricas y demonacas, aunque para los aztecas la danza era un medio paraobtener los favores de los dioses; y era considerada como una actividad sagrada.En aquellos tiempos, la danza era una prctica en la que participaba toda lacomunidad, y no era una prctica oculta, sino pblica, que se efectuaba tantoen espacios sagrados, como en espacios seculares (Sten, 1990:29).

    La danza, para los pueblos amerindios, no slo tena un significativo carcterreligioso, sino que tambin funga como eje articulador de la vida social, polticay religiosa de dichas sociedades: los guerreros bailaban antes de ir a la guerra;se danzaba previo a los sacrificios, y estaba presente en casi todas las fiestas delcalendario ritual azteca. Sin embargo, durante la conquista, las danzas fueronprohibidas por los espaoles por considerarlas prcticas idoltricas, a la vez

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    que los frailes buscaron sustituir la danza ritual azteca por la de Moros yCristianos, introduciendo as su propio sistema ritual, donde la danza entonces

    se usaba para representar el triunfo de los espaoles y de la catolicidad sobrelos moros (ahora indgenas), y que durante la poca colonial fueron difundidoscomo danzas de conquista (Warman, 1972). Es en esta prctica ritual dondeconfluy la danza indgena con el catolicismo popular y donde se recre elsincretismo indgena-catlico que caracteriza a las danzas concherascontemporneas. Pero a diferencia de las danzas de conquista, las concherastradicionales y sus sucesoras concheras aztecas a lo largo de su historia hanvenido adquiriendo y recuperando el simbolismo nativista del sistema religiosoy ritual en el que se inscribe la danza.

    Aunque a ciencia cierta no se sabe con precisin el origen de las danzasconcheras, la versin ms aceptada es que se originaron en la zona del Bajo(en los estados de Quertaro y Guanajuato), entre los indios otomes. Sinembargo, esta afirmacin no niega la influencia de otras culturas tnicas pues,como lo seal Gabriel Moedano:

    En ellas hay obviamente sincretismo, cuando no franco encubrimiento. Persis-tencia de smbolos y creencias indgenas de smbolos y creencias y ceremonias

    indgenas de mltiples orgenes: a) nhuatl, sabemos bien de la importanciade la poblacin tlaxcalteca en la colonizacin de esta zona; b) otom, no hayque olvidar la presencia de los otomes cristianizados de Jilotepec al mandode Fernando de Tapia y de Nicols de San Luis Montanez, a quienes an seles recuerda y venera; yc) chichimeca, recordemos que el antroplogo PedroCarrasco (1950:297) nos dice: los otomes, por su situacin fronteriza,siempre estuvieron expuestos a las influencias de los cazadores y en esasocasiones, no slo aceptaran elementos culturales sino ncleos y culturaenteros de poblacin que al civilizarse aceptaran la lengua y la cultura otomes,aunque dejando huella en ellas [Moedano, 1986:63].

    Esta afirmacin se puede apreciar en el mito fundacional del origen de losconcheros, sobre el cual existen varias menciones que documentan su origen(Moedano, 1984), pero que sobre todo ha sido transmitido de generacin engeneracin por tradicin oral. La historia mtica del origen de los concheros,coincide con la historia fundacional de Quertaro, y de la rendicin del pueblo

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    Otom en esa regin. Se cree que el origen de la danza conchera se remonta ala batalla del cerro del Sangremal, en Quertaro, el 25 de julio de 1531.4

    Gabriel Moedano afirma que hasta antes de la tradicin conchera estuvoconfinada a la zona del Bajo. Su confirmacin se basa en establecer analogasentre los danzantes otomes y los actuales concheros. Moedano cita documentospublicados por el profesor Higinio Vzquez de Santa Ana (1940), donde sehace referencia a un queretano otom que intenta reorganizar en 1838 losgrupos de danza chichimeca y que redacta un plan para la instalacin de ungobierno que asegure las costumbres y devociones de los indgenas, dondese hace referencia a las obligaciones de danzar; al atuendo: vestidos de penachosde plumas, rosarios largos y numerosos de patoles o colorines, cracax al hom-bro; a los lugares: frente a palacios municipales e iglesias; a los instrumentosmusicales: Al son de guitarra formadas con la concha de armadillo y alrededorde una enorme bandera cubierta de pinturas llena de remiendos (se refiere ala reliquia general) (Moedano, 1984:7). Esta descripcin del atuendo concherootom puede apreciarse en Danzante indgena de Quertaro, fotografa deRomualdo Garca. Muchos de estos elementos (como la guitarra de conchade armadillo, el penacho de pluma y la bandera o estandarte) son, hasta hoyda, emblemticos de las danzas concheras.

    4 En la crnica de la fundacin de Quertaro se cita as el pasaje de la batalla: Lleg laFe Cristiana y con ella Conn, el indio taxcalteca, que al trueque de sayal, huipiles, y enaguas,amigo de los Huachiles de la Caada de Path. Tambin lo hizo con el espaol HernnPrez de Bocanegra, quien lo convenciera de la necesidad de someterse pacficamente a losconquistadores. Con Conn fueron convencidos los habitantes de la Caada y del Valle deMaxei, dndose al alborear el 25 de julio de 1531, al filo de la seis de la maana un simulacrode batalla, entre gritos, clarines, tambores y chocar de cuerpos. Batalla de antemano perdidapor los otomes, chichimecas y que en venganza formaron un nuevo Dios que diera hegemona

    a su raza hasta nuestros das (Zavala, 1985:14).

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    SEGUNDAETAPA: la Independencia, los liberales y la neoaztequizacinde lo indgena en la construccin de la patria mestiza

    Todos los mitos cuentan una historia.

    LVI-STRAUSS (1976:26)

    A partir de finales del siglo XIX, los concheros iniciaron la conquista denuevos adeptos, asistiendo a las principales festividades religiosas de lossantuarios masivos del pas, y sobre todo la tradicin conchera se llev hacia elcentro de Mxico, por lo que hay concheros de tercera generacin que sedisputan el origen tlaxcalteco de los concheros.

    Si durante la Colonia, los cultos religiosos de los pueblos indgenas fueron

    severamente castigados por los espaoles por ser considerados prcticas

    Danzante indgena de Quertaro,Romualdo Garca, 1905-1914

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    idoltricas, y stos tuvieron que practicarse de manera oculta para resistir ysobrevivir, esta situacin cambi en la etapa independiente del siglo XIX. A

    partir de la Independencia, etapa en donde la nueva nacin buscaba ya no serla Nueva Espaa como reflejo de la Madre Patria, sino reconstruir sunacionalidad propia, rescatando las diferentes influencias culturales, surgierondiferentes proyectos para incluir la presencia del pasado indgena en la culturanacional dentro del proyecto de nacionalismo histrico.

    Una de ellas, y que destacar para los intereses particulares del anlisis, fuela de hacer visible al indgena a partir de la mitificacin de Cuauhtmoc, elltimo rey (Tlatoani) del pueblo Azteca. Durante el sigloXIXlos intelectualesliberales coincidan en su admiracin por Cuauhtmoc:

    La Patria Liberal (construida de espaldas al Virreinato y su legado) slo reconocaa los hroes de la Primera y la Segunda Independencia y sus fechas sagradas:1810 y 1867. Reconoca tambin, subsidiariamente, a sus predecesoresindgenas Cuauhtmoc y los caudillos que cayeron en Tenochtitln [Krauze,2005:92].

    En 1860, Benito Jurez construy el primer monumento a Cuauhtmoc,

    un discreto busto colocado en las afueras de la Ciudad de Mxico.A finales del sigloXIXsurge un movimiento artstico plstico (integrado

    por Rodrigo Gutirrez, Manuel Vilar, Jos Obregn) que plasman a losindgenas como nobles defensores de la Patria. Este movimiento estticoser retomado por el movimiento liberal nacionalista, en el cual los hroesindgenas son considerados, junto con los hroes de la independencia, comolos primeros defensores de la patria (Florescano, 2005:191). Fue Porfirio Dazquien hizo una importante obra de rescate y conservacin de las importantes

    joyas arqueolgicas, y fue l mismo quien erigi el monumento piramidaldedicado a Cuauhtmoc, en una de las glorietas del Paseo de la Reforma en1887. Este monumento recordaba al ltimo monarca mexica como un grandefensor de la patria:

    La altiva estatua del prncipe mexica en el pedestal era ejemplo de la modaindigenista (neoaztequista) en el arte acadmico de las ltimas dcadas del siglo

    XIX. La pintura y la escultura solan evocar escenas del mundo antiguo conindios de cuerpo apolneo, toga romana y rostro de apache [Krauze, 2005:21].

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    La concepcin liberal republicana, en el contexto de la celebracin del cente-nario de la independencia, pint y monumentaliz los orgenes de la patria en

    dos grandes momentos: el ocaso de la nacin indgena, exaltando la figura deCuauhtmoc, y la independencia encabezada por el Padre de la Patria, MiguelHidalgo. Ambas figuras fueron consideradas como los defensores heroicos de laPatria.

    Hay que sealar que esta manera de concebir lo indgena como una visinheroica del pasado, no rinde homenaje a las etnias indgena vivas, sino querefuerza la mitificacin de un aspecto de lo indgena, que concentra la diversidaden su expresin de lo azteca, y que lo sita en la fase final del periodoprehispnico, construyendo de esta manera un imaginario fundacional de lanacin indgena, que no necesariamente se articula con la problemtica socio-econmica que ha mantenido a los indgenas mexicanos en situaciones deexclusin y de injusticia racial.

    Este monumento, como cuenta don Florencio Osorio (nieto del generalGabriel Osorio),5 se convirti en la dcada de 1950 en un santuario cvico, adonde los grupos danzantes concheros acudan a realizar sus rituales en honoral ltimo Tlatoani, y con el tiempo se instaur como una tradicin azteca delos danzantes de la ciudad de Mxico:

    Hasta hace poco, en la estatua de Cuauhtmoc se celebraba anualmente lafiesta cvica en honor del guila que desciende. Don Florencio (Gutirrez)recuerda que representaba al hombre tigre y Florencio Osorio a Cuauhtmoc.Era una obligacin antigua de los concheros, que actualmente se lleva a caboen el Zcalo. Don Florencio considera que es muy importante la figura deCuauhtmoc, porque defendi con su sangre a su pueblo y, por ende, es dignode reconocimiento [...] Antiguamente iban muchos, casi todos los grupos de

    concheros; sin embargo, ahora van pocos. En la estatua de Coln se unifor-maban y de all se dirigan a la estatua de Cuauhtmoc donde se haca reverencia.Ahora por tantos automviles no es posible [Galovic, 2002:567].

    Un cambio importante es que, mientras para los primeros danzantes laperegrinacin al monumento de Cuauhtmoc era un acto cvico y no religioso,

    5 Entrevista personal con Florencio Osorio, nieto de Gabriel Osorio, capitn de la Mesa

    de Cristo Rey, en Guanajuato, 13 de octubre de 2006.

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    en contraste para algunos grupos actuales ms afines con la ideologa mexicanista,la danza a Cuauhtmoc se ha convertido en un acto incorporado a sus

    obligaciones religiosas (entrevista personal con Florencio Osorio).Existen distintas versiones sobre el origen de las danzas concheras. Una,que es la ms aceptada en el medio acadmico lo atribuye a la migracin dedanzantes otomis a la ciudad de Mxico que ocurri a finales del siglo XIX.Los grupos de danza chichimeca haban estado confinados en la zona del Bajo(en particular originarios de Quertaro y de Guanajuato), regin donde habitanpueblos otomes y chichimecas, tuvieron que emigrar hacia las grandes ciudadese iniciaron la conquista de la tradicin conchera sobre todo en el centro yoccidente del pas.

    Algunos de los migrantes que buscaban nuevas oportunidades a finales delsigloXIXy principios delXX, trajeron la danza que no tena identidad aztecasino preferentemente chichimeca (u Otom). Se afrima que fue trada a laCiudad de Mxico por Jess Rodrguez, quien lleg conquistando desde elBajo en 1870 con su estandarte (la reliquia fsica) y un documento, y asumila posicin de Capitn General de la Reliquia General (Stone, 1975:208).Esto fue contado por miembros de la Reliquia [uno de los subgruposdominantes (o palabras) de la asociacin total de la Ciudad de Mxico LaGran Tenochtiln], y esta visin Bajo-cntrica todava existe en el DistritoFederal [Rostas, 2005:3].

    Otra versin es la que est presente en los grupos concheros de la Ciudadde Mxico, y que se autodenominan danzantes de tradicin, por ser losherederos de las mesas ms antiguas que datan de principios del siglo XIX,plantea que las danzas concheras son originarias de la ciudad de Mxico, y quesurgieron en las primeras dcadas del sigloXXy que despus, recuperaron lo

    azteca. Pero explican que ha habido grandes transformaciones en la estticadel traje, en el uso de los instrumentos musicales, mediante las cuales se recuperel pasado azteca, propio de la Ciudad de Mxico (entrevistas personales conFlorencio Osorio y con Rosita Maya, 13 de octubre de 2006).

    Al respecto, la capitana Rosita Maya, heredera del capitn Francisco Daz, asu vez heredero de Macario Daz, originarios de Quertaro, que testimonianque su mesa se levant en 1835, coment que en la Ciudad de Mxico el trajede conchero ha cambiado mucho, pues su abuelo y su padre le contaban que:

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    Antes en el Distrito Federal haba pura danza conchero-chichimeca. Pues suvestimenta del chichimeca es una casaca. Pero ellos, supuestamente, platicabael abuelito se refiere al capitn Macario Daz, que cuando l empez eranada ms su pantaloncito y una listonera larga y su coronita. Y eso era todo loque ellos usaban, no era gran vestuario. Ya despus vinieron las falditaschichimecas chiquitas con grequitas. A diferencia de los concheros actualesusaban nagilla, pero corta, mientras que la de los concheros es larga [entrevistapersonal con Rosita Maya, 13 de octubre de 2006].6

    Danzantes concheros-chichimecas del Distrito Federal,publicada en Toor, 1947.

    6 Esta descripcin coincide con los danzantes concheros que Toor encontr en la Ciudad

    de Mxico en la dcada de 1940, a los que define como chichimecas (Vase Toor, 1947:350).

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    Aunque parecieran opuestas la postura de Warman y la de Moedano, yocreo que las dos versiones son complementarias, ya que ambas se consideran

    como danzas de conquista, aunque tiene mltiples acepciones. Recordemosque una primera versin de las danzas de conquista, es que fueron impulsadaspor los frailes como parte de la estrategia evangelizadora (Warman, 1972), yotra se refiere a la reconquista conchera que se basa en ganar nuevos adeptospara la danza, en conquistar reciprocidades para el cumplimiento de lasobligaciones para con los santos y vrgenes, en levantar nuevas mesas enotros lugares, como en convertir a concheros a los danzantes de las cuadrillasde conquistas (aquellas que representan las batallas de espaoles e indgenas,mediante coloquios y bailes) que frecuentaban las principales fiestas devocionalesen los santuarios catlicos del pas.

    Como lo seal Ylotl Gonzlez, el trmino conquista entre los concheroses polismico (Gonzlez Torres, 2006:49). No slo son danzas de conquistaporque los concheros fueron conquistados (en el sentido de catequizados) porlos frailes catlicos, sino tambin porque las danzas, como fueron las de laCiudad de Mxico y Guadalajara, fueron a finales del siglo XIX yXXreconquistadas por las danzas concheras.7 Por ejemplo, en Guadalajara, lascompaas danzantes de mayor tradicin nacieron en 1800, y eran de conquista,luego se transformaron en danzas concheras y actualmente son danzas aztecas:como son guila Negra, Cruz Verde, Tolteca y Anhuac. El jefe Chendo(Rosendo, actual general del Grupo Ritual Azteca Hermanos Plasencia, fundadoen 1938), explica: Tambin lo azteca estaba presente en las danzas de conquistay se fue desprendiendo, no es que no existiera, es que no se poda mostrarabiertamente.

    En Guadalajara, fue tambin a partir de la dcada de 1920 que se formaronlas primeras mesas de danza conchera. La ms antigua, a la que se le considera

    la danza madre de la tradicin conchera fue la de la familia Gutirrez, que sellamaba guila Negra: El mero mero fundador de las danzas fue DonFrancisco Gutirrez, quien era oriundo de San Francisco del Rincn, Guana-juato. Se vino con la enseanza de Natividad Reina, quien era el general degenerales de la tradicin del Bajo. Otra manera en que ocurri la conquista

    7 El procedimiento, conocido como conquista, habilita el mantenimiento y reproduccinde la tradicin, e inscribe a los grupos dentro de un linaje dancstico, que mantiene una estructura

    jerrquica y hereditaria (Gonzlez, 1996).

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    conchera es que los generales de Bajo asistan a las fiestas y santuarios, y secontactaban con grupos de danza de conquista: matachines, sonajeros, etctera.

    Este es el caso del grupo de danza Ritual Azteca de los Hermanos Plasencia,que fue el segundo grupo conchero fundado en Guadalajara. De hecho, antesno se llamaba ritual azteca, sino Concheros de Jalisco. Estos dos grupos, quehasta hoy continan con la tradicin, son los antecedentes ms antiguos de ladanza conchera en la ciudad, y ambas mesas y estandartes fueron levantadospor generales concheros provenientes de la regin del Bajo. Entre estosconquistadores concheros destacan los generales Natividad Reina, de SanFrancisco del Rincn (capitn de Altos y Bajos), Jess Morales, de San MiguelAllende y Jess Gutirrez, de Guanajuato. Los conquistadores concheroslevantaron estandartes y dejaron establecidas mesas (altares domsticos) dondese tena la obligacin de mantener las prcticas de la tradicin cochera,comprometiendo a los nuevos capitanes a seguir el reglamento bajo juramento:continuidad del ritual danzante en ciertos santuarios, limpias, alabanzas,velaciones, el culto a los antepasados, etctera.

    Entre los datos que fundamentan esta historia, se dice que Jess Gutirrez,quien era el gran alfrez de nuestra Seora de Guanajuato, se traslad en 1876de Guanajuato a la Ciudad de Mxico, donde fund la primera mesa concheraen Mxico, y el estandarte es hasta hoy da venerada como la reliquia general,8

    aunque todos atestiguan que ya son puros hilachos. Los grupos de danzaconchera fueron expandindose por los alrededores de la ciudad de Mxico,con el fin de llevar a cabo la conquista conchera no porque aqu no hubieradanzas, sino porque exista una gran divisin y l los uni y renov todos losmtodos. Quince aos permaneci en Mxico el general Gutirrez y despusregres al Llanito, donde coloc la luz de aceite que iba a arder eternamentepara todos los grupos de danza. Esto ocurri en 1891 (testimonio de Florencio

    Gutirrez, nieto de don Jess Gutirrez, en Galovic, 2002:547). Don Jess

    8 Cada grupo de danza conchera porta un estandarte (su reliquia), que contiene la fecha ylugar de fundacin de la mesa (grupo), el santo patrn, as como el nombre del General dequienes son descendientes. Levantar un estandarte lleva implcito la creacin autentificadade una mesa, es decir un grupo, que mantendr la vigilancia de un estricto reglamento ritual.Por eso al estandarte se le reconoce como la palabra, y se le valora como una reliquia dondese inscribe un compromiso irrompible con la tradicin. Para los grupos de danza azteca oconchera, el estandarte es un smbolo sagrado, no slo de reconocimiento, sino de pertenencia

    a un linaje histrico, que incluso permite establecer la continuidad con un pasado muy remoto.

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    muri a principios de los aos treinta del siglo XXy en 1935 su heredero debandera, su hijo Ignacio, fue nombrado como jefe de todas las danza, tanto

    de los altos y bajos, y fue proclamado Capitn general de las danzas de laGran Tenochtitln (el Distrito Federal, el Estado de Mxico, Tlaxcala, Pueblay Morelos). Esta unidad de la danza con un jefe nico dur cincuenta aos(hasta 1985).

    Danza de conquista guila negra (principios del sigloXX).Fotografa del archivo de Juan Plasencia, fundador en 1936del Grupo de danza ritual Azteca hermanos Plasencia.9

    9 Rosendo Plasencia, hermano de Juan, y actual director del grupo de danza, me sealque le haba cortado la parte inferior a la foto, para que no se viera que el indio traa

    zapatos modernos y no guaraches.

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    TERCERAETAPA: el indigenismo revolucionarioy la aztequizacin de las danzas concheras

    El significado surge cuando intentamos colocar lo que lacultura y el lenguaje ha cristalizado del pasado junto conlo que sentimos, deseamos y pensamos sobre nuestromomento presente.

    TURNER (1986:33)

    Aunque hay testimonios, como el del jefe Luna, uno de los jefes concheros de

    ms tradicin de la Ciudad de Mxico, de que la Revolucin casi termin conla danza en la Ciudad de Mxico, pues durante esa poca se destruyeronoratorios y santuarios (Stone, 1975:209). De igual manera, los danzantes de lazona del Bajo y del occidente de Mxico vivieron los efectos de la Cristiada,que como lo seal Jean Meyer fue la Revolucin de la regin occidente delpas, situacin que provoc que se cerraran los templos, la persecucin religiosahacia los cultos catlicos y finalmente la Guerra Cristera de 1926 a 1929.

    A partir de los aos 30 nace una propuesta artstica conocida como

    nacionalismo cultural (Lavalle, 2002:45), que se distingue de nacionalismohistrico porque es propuesto por los creadores revolucionarios y de izquierda,aunque despus es apoyado por el Estado mismo para llevar a cabo el proyectonacionalista, mediante el cual se retoma el folclore de los pueblos indgenas ydel pasado indgena como cimiento del proyecto de nacin basado en conformarel mestizaje.

    Durante principios del sigloXXen la Ciudad de Mxico se fue desarrolladouna nueva versin, aztequizada, de la danza conchera chichimeca, hasta elpunto de que mucha gente piensa hoy que ella es originaria de la Ciudad deMxico (De la Pea, 2002:51).

    Si bien la danza fue una prctica central en la vida de los pobladores delAnhuac, las fotografas y grabados existentes sobre los grupos danzantes de laCiudad de Mxico de principio del sigloXXno corroboran la existencia de lastradiciones danzantes aztecas (vase Toor, 1947), sino por el contrario, vemosa danzantes vestidos a la usanza de danzas incorporadas a las danzas de conquista,como por ejemplo, los matachines de Zacatecas, los sonajeros de Tuxpan

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    (Jalisco) o patos10 y los concheros del Bajo, Quertaro y Guanajuato). Lascaractersticas estticas de los danzantes de la Ciudad de Mxico, parecan

    estar muy asociadas a las tradiciones del occidente de Mxico; por ello, a losdanzantes se les llamaban patos, en referencia directa al gentilicio delos habitantes de la ciudad de Guadalajara tapatos.

    Cmo se instaur o transform la esttica de las danzas hacia su identidadazteca? Cuentan los descendientes directos del general Manuel Pineda, quesu padre inici a danzar a los 12 aos de edad, en 1922, con el grupo delgeneral Jess Medina, un grupo de conquista del Estado de Mxico. En1926 muri Jess Medina, y le otorgaron el mando a Manuel Pineda:

    Cuando mi padre danzaba todas las danzas se llamaban danzas de conquista yeran muy diferentes a las de ahora. En aquel entonces el traje que se usaba enla Ciudad de Mxico se llamabapato, derivado de tapatos, era el traje de lossonajeros de tuxtla (calzn blanco de manta, con listones de colores), y se lesdeca as porque lo haban trado de Guadalajara. Los mentados chihuanderos,son una copia del pato. Se borra el pato y se viene el conchero. A lo largo delos aos se fue cambiando el modo de vestir de los danzantes, y pasaron a serdanzas de conquista o concheros.11

    En la dcada de 1930 Pineda recibe la osamenta del general Medina, quese conserva como reliquia en la base del altar al Seor San Miguel. Su mesa(altar de vocacin) se levant en honor a San Miguel Arcngel, primero en lacalle Pintores de la colonia Morelos y despus en la calle Tipografa. En aquelentonces, la tradicin conchera se practicaba sobre todo en los pueblos cercanosal Distrito Federal, como fueron: Azcapotzalco, Tlahuac y Xochimilco.

    Dicen sus descendientes, y tambin lo confirman otros generales de danza

    (informacin brindada por Rosendo Plasencia, general del Grupo Ritual AztecaHermanos Plasencia), que fue Manuel Pineda quien cambi el traje tradicionalde conchero (falda larga y traje como de fraile pero indgena) por el traje azteca(taparrabos), para lo cual se inspir en los cdices y murales de Cuernavaca:

    10 En referencia a las danzas de los tapatos, forma coloquial de nombrar a los habitantesde Guadalajara.

    11 Entrevista con Miguel ngel Pineda, heredero directo del general Manuel Pineda,general de la Danza Azteca del prncipe San Miguel, de la Ciudad de Mxico (2 de octubre

    de 2005).

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    Mi padre es el precursor de la danza Azteca, l es el pionero y el que lo nombraas. Mi padre se pone a investigar en los cdices, se va a Cuernavaca al Palacio deCorts,12 al ver a los personajes descubre que los concheros corresponden a latradicin de los chichimecas, entonces l decide volver a la tradicin de loshabitantes originarios del Anhuac. l es el que crea el renacimiento en el trajeazteca, esto lo hace por el ao de 1935, y decide redisear el traje introduciendoel taparrabos y el pectoral.13 Cuando l fue vestido de azteca a danzar a Chalmalo meten a la crcel y lo tachan de deshonesto y de exhibicionista. Lo golpeanotros jefes, capitanes de danzas concheras, y lo quieren matar. Aunque mi padreno pareca azteca, porque l era blanco y no era indgena, se asuma como azteca[entrevista personal con Miguel ngel Pineda, 1 de octubre de 2005].

    Los testimonios coinciden en sealar que antes de la dcada de 1940 losdanzantes de la ciudad de Mxico eran concheros, y que tanto en los testimonioscomo en las crnicas sobre la poca no aparecen elementos aztecas en las danzas.Tambin, como lo asienta Stone, hubo mucha resistencia a la innovacin de latradicin, pues para los danzantes concheros el nuevo traje era inmoral. Asconstata la reaccin de don Manuel Luna, quien ante la justificacin de quedanzaban sin camiseta porque as danzaban los antepasados, respondiindignado: Ciertamente [...] pero nuestros antepasados eran salvajes y nosotrossomos gente civilizada (Stone, 1975:173).

    Sin embargo, pese a las crticas y resistencias, con el tiempo el traje aztecafue adoptado por la mayora de los grupos concheros y de conquista. Tambinen la danza se introdujeron nuevos instrumentos prehispnicos como elhuhuetl, el teponaxtle y los caracoles. Los pasos de la danza se fueron haciendoms rpidos y las coreografas ms complicadas. Y junto con la esttica tambin

    12

    Se refiere a los murales pintados por Diego Rivera (1929-1930) en el Palacio deCortes, en Cuernavaca, Morelos. En ellos Rivera plasma la historia nacional desde el pasadoprehispnico, la conquista y la independencia. Pineda pudo haberse inspirado en los muralesque representan: la llegada de Corts a Mxico; Corts ante los emisarios de Moctezuma;Corts obtiene apoyo de los tlaxcaltecas; Sitio de Tenochtitlan; Tormento de Cuauhtmoc;Muerte de Cuauhtmoc; y Destruccin de la cultura indgena.

    13 Existen discrepancias sobre la fecha en que se realiza la primera danza en Chalma contraje de azteca, pues segn el testimonio de Stone (1975) esto sucedi en 1940. FernandoFlores Moncada (1996) se refiere a este hecho entre 1939 y 1949. En lo que todos coincidenes en que efectivamente el que introdujo el traje azteca fue Manuel Pineda y que la primera

    vez sucedi en la fiesta de Chalma.

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    se fue sembrando el orgullo por sus antecedentes prehispnicos (GonzlezTorres, 2006:143). Sin embargo, cuando se observa la esttica representada

    actualmente por las danzas aztecas es difcil equipararla con las imgenesplasmadas en los cdices. En qu elementos y discursos realmente se inspirla esttica azteca de las danzas?

    Murales de Diego Rivera en el Palacio de Corts, Cuernavaca; fueron inspiracinde Manuel Pineda para redisear el atuendo de los danzantes.

    CUARTAETAPA: el nacionalismo posrevolucionarioy la estatizacin de lo extico

    El general Pineda, adems de ser jefe conchero y de tener prestigio en la ciudadde Mxico como curandero espiritual, se dedicaba a la artisteada; tena unaextensa red de relaciones sociales tanto con intelectuales y artistas; primero,porque como curandero urbano era constantemente visitado por personas detodas clases sociales y, segundo, porque trabaj como coregrafo de obras

    de teatro y de pelculas durante la poca de oro del cine mexicano:

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    Empez a leer los libros, en los libros. Empez a preparar, empez a hacersus trajes y los primeros trajes que salieron de chaquira. Bordados de chaquira.Tena unos trajes impresionantes [entrevista con Anglica Pineda].

    Gran parte de los grupos de danza aztecas contemporneos, sobre todoaquellos que se mantienen en la lnea cronolgica de la tradicin devocional-conchera, poco se parecen a los originales habitantes de Tenochtitln. Lo actualesdanzantes aztecas, visten con trajes de coloridas telas polister, predominandoel uso del dorado y de colores metlicos, adornadas con lentejuela, chaquira ybisutera plstica. Dada la incorporacin de nuevos materiales que recrean laesttica de lo azteca, no es posible imaginar que esta manera contempornea

    de representar a los danzantes aztecas, fuera parte del vestuario del siglo XVIregistrado en los cdices indgenas. Entonces, de dnde surge esta manifes-tacin esttica de lo neo azteca?, de dnde se nutre el imaginario de estamanera de plasmar el pasado azteca?

    Una respuesta la encontramos en el mismo personaje: el general ManuelPineda, ya que l trabajaba desde finales de la dcada de 1930 en las artesescnicas, y con el tiempo se convirti en un famoso coregrafo de la indige-nidad azteca que inspir a famosas bailarinas (como las hermanas Estela y

    Milagros Inda),14 al muralista Diego Rivera y a cineastas de la poca de oro delcine mexicano, ya que en varias ocasiones, cuando los directores requeran deextras para crear un ambiente indgena popular, contrataban a don Manuel ysu familia como extras de sus pelculas:

    Algunos grupos lo vean mal, porque a Manuel le gustaba vestir muy lujoso, yadems trabajaba en su oratorio, l curaba, y vena gente de todas clases socialesa consultarlo. Hasta Diego Rivera iba a visitarlo, cuando iba a pintar los murales

    de Chapultepec, fue y se llev a Manuel para que le ayudara a recrear el paisaje[entrevista con Jernimo Rosas, danzante casado con Micaela Pineda].

    Durante la segunda mitad de la dcada de 1930, el proyecto del naciona-lismo cultural impregn las artes escnicas y en especial la danza. Lo indgenafue considerada la fuente ms segura y genuina de nuestra tradicin (LaValle, 2002:46). Los escenarios acogieron a grupos autctonos e indgenas de

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    Estela Inda fue la artista estelar de la pelcula de Los Olvidadosde Buuel (1950).

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    los pueblos de Mxico, que escenificaban sus danzas ceremoniales. Tambinse realizaron espectculos de masas, como fueron los festivales de Teotihuacan,

    en los que se intent restaurar las antiguas danzas y rituales aztecas (2002:56).Posteriormente las artes escnicas se integraron al proyecto educativo nacionalde masas.

    Don Manuel Pineda trabaj como colaborador de Luis Mrquez Domay(fotgrafo y director escnico),15 sali de doble en muchas pelculas mexicanas,y tambin diseaba las coreografas de las pelculas (una muy famosa es Lasonrisa de la Virgen, que trata sobre la aparicin de la Virgen de Guadalupe, enla que el nio que acta, es Mario el negro Pineda, hijo de don Manuel).Tambin en la pelculaLa torre de marfilacta el grupo de danza del generalPineda. Como lo testimonia Miguel ngel, quien hered el mando del grupode danza:

    Las coreografas que montaba mi pap eran la novedad en Mxico, en esetiempo ni siquiera figuraba Amalia Hernndez, con sus coreografas de danzaazteca. Mi padre fue colaborador de Luis Mrquez, el que haca los vestuariosde las pelculas mexicanas. l era un excelente fotgrafo, adems de que eraun coleccionista de trajes tpicos. Entonces mi padre forma parte del elenco

    de Luis Mrquez en las pelculas y en el teatro.

    15 En el museo del Instituto de Investigaciones Estticas de laUNAM montaron en 2005 unaexposicin fotogrfica de Luis Mrquez Domay (Mxico, D.F., 1899-1978). En la ficha delautor se le reconoce como miembro generacional de la llamada fotografa moderna mexicana,donde sobresale la figura de Manuel lvarez Bravo. Se forma originalmente en La Habana, Cuba,aunque es en Mxico donde desarrolla su trabajo y define su estilo. Desde 1921 trabaj en elTaller de Fotografa y Cinematografa de la Secretara de Educacin Pblica, documentando

    fiestas tradicionales en diferentes partes del pas, a la par que fotografaba la obra de varios artistas,como Diego Rivera y Jos Clemente Orozco. Los primeros treinta aos de su carrera son de granactividad: publica sus imgenes en los principales diarios y revistas de la capital y participa envarias exposiciones individuales y colectivas. Adems, recibe importantes premios internacionalescomo el Gran Premio de Fotografa de la Exposicin Iberoamericana de Sevilla (1930) y el FirstPrize en la Internacional Photograph Exhibition en Nueva York (1940). En 1950 se publica sulibroMexican Folklorecon una seleccin de lo mejor de su trabajo. Tambin particip en laindustria del cine, primero como actor en pelculas silentes, despus como guionista y stillman o fotgrafo de fijas, entre las que destacan sus fotografas de las pelculasJanitzio (1934)y Los olvidados, de Lus Buuel (1950) [http://www.esteticas.unam.mx/exposiciones/

    expomarquez.html].

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    Este contacto con el mundo del espectculo y el arte, propici que ManuelPineda llevara la danza (no conchera, sino azteca) a los foros del espectculo:

    del teatro y del cine. En 1957, don Manuel fue invitado por el Sr. Molf arealizar una gira teatral-musical por Europa. Estas giras se desarrollaban dentrode la oferta de arte extico y folklore internacional. Don Manuel y su grupoviajaron durante un ao completo dando exhibiciones de su danza india enteatros de Blgica, Pars, Rusia, etctera.

    En Europa, especialmente en Francia, se empieza a promover el espectculode la danza tnica o danza del mundo que se ofrece en los teatros como danzaextica, en la que se remarcaba la esttica de lo lejano, lo distante a la culturaoccidental europea. Esta visin de lo extico engendraba una visin colonialistade los otros que eran considerados como primitivos, salvajes y brbaros. Lasdanzas tnicas fueron reelaboradas por la escenificacin de lo espectacular,sacadas de sus contextos culturales: festivos y rituales, para ser presentadascomo muestras de culturas exticas, en las que se intensificaba el carcter de laautenticidad y pureza de lo tnico o racial, y que eran presentadas en nuevosescenarios de teatralizacin cosmopolita (Decore-Ahiha, 2005:153).

    Uno de los principales rasgos estticos que la danza adquiri mediante suexhibicin teatral extica fue el de recrear la etnicidad mexicana, retomandola escenificacin del imperio azteca, del cual se destacaron los elementos desalvajes, brbaros, bravos. Esto se ve claramente en dos escenificaciones quefueron llevadas por la compaa de danza del general Pineda a los teatroseuropeos, pero que despus fueron adoptadas por los grupos de danza ritualazteca, me refiero a la escenificacin del sacrificio de la doncella y de la danzadel fuego. Ambas representan la brava del hombre azteca, que se presentacomo temerario, alguien que puede dominar el dolor extremo (en el caso delcontacto con el fuego), y que llevado al extremo es capaz de ofrendar la vida de

    las doncellas en un rito a sus dioses. Esto se manifiesta en la puesta en escenadel acto del sacrificio de las doncellas, donde se teatraliza, con muchodramatismo, el momento en que el rey azteca le extrae el corazn a una doncella.Para los ojos de los europeos, esta representacin de lo azteca responda a susexpectativas de encontrarse con el otro, con lo extico:

    La lectura de los carteles (o de la gran prensa ilustrada) nos reenva a un procesode integracin social del exotismo lo cual hace a la anormalidad ms verdica

    porque es ms distante. Las hermanas siamesas, los ltimos aztecas que no

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    eran en este caso canbales sino retrasados mentales, el hombre salvaje deBorno o el Africano albino sern las atracciones presentadas por el grupode teatro Barnum en puestas en escenas generalmente inspiradas por el Oriente,con vestuarios y decoraciones apropiados [...] Ya no es la excepcin, sino msbien el mundo que nos rodea lo que estos ethnic showsnos muestran, un mundoque ser necesario dominar, colonizar, modificar [Bancel et al., 2002:10].

    La danza ritual conchera se transform en danza azteca adquiriendo tambinuna modalidad de espectculo. Pero al mismo tiempo, y de manera paradjica,contribuy a una autoctonizacin de las races aztecas en la danza conchera,que impuls a que se retomara el vestuario y los instrumentos musicales de los

    pobladores del Anhuac, a que se realizara la danza en torno a las deidadesaztecas, tambin se introdujo la traduccin de los principales elementos de ladanza al nhuatl y de resignificar los smbolos presentes, como smbolos conun trasfondo azteca. Poco a poco, algunos grupos concheros se fueronaztequizando, y fueron supliendo a los instrumentos de cuerdas (la concha, dela cual se deriva el nombre de concheros) por el Teponaztle (antiguo tamboren forma de cilindro). De igual manera se abandon la tnica conchera, y seimpuso el traje corto que consta de tilma (capa), mazcla (taparrabos), copilli

    (corona o penacho).

    Del espectculo a la mitologa azteca

    De este contacto entre una prctica de danza popular y el mundo del espec-tculo, surgieron tambin elementos que alimentaban la idea de la mitologadel linaje azteca, basadas no solamente en la recreacin esttica del pasado,

    sino en la reinvencin urbana de un linaje de los aztecas. Como muestra, es elcaso de Fernando Moncada, quien era una especie de hijo adoptivo del generalPineda, y a quien se le apod como el Prncipe Azteca.

    Nosotros tenamos un hermano, que se llamaba Fernando, el no era su hijo desangre, era hijo de crianza. Fernando acompaaba a mi padre en el mundo delespectculo, y l se hizo muy famoso como compositor de msica folklrica,porque l era un excelente msico: tocaba el teponaztle (tambor cilndrico deorigen prehispnico) de manera extraordinaria, imagnese que lo haca sonar

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    como si fuera el bajo de una guitarra, y se le lleg a reconocer en el medioartstico como el Principito, era el Prncipe Azteca. Fernando se hizo muyfamoso, no slo en Mxico, sino en Estados Unidos y en Espaa. Pero con eltiempo, Fernando se construy un velo de fantasa de que l era descendiente

    directo de los aztecas. Nosotros sabamos que no era verdad, pues lo conocamos

    Copia del peridico Novedades, 1953. En la foto ManuelPineda y Milagros Inda en la representacin de la muertede la doncella. El pie de foto resea lo siguiente: Elmomento culminante ha llegado: la joven y hermosa

    princesa la danzarina Milagros Inda prisionera deguerra, va a ser inmolada ante Huitzilopochtli. En brazosdel fornido guerrero es conducida hacia el ara fatal.

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    desde pequeo, l viva en la misma vecindad, y aunque a ciencia cierta nadiesaba quien era el padre, nosotros conocamos bien a su madre y sabamos quel era mestizo como nosotros, y que no era descendiente directo de indgenas.Fernando escribi un libro en el que dice que l fue hijo de una Princesa deTexcoco, y de ah se cre la leyenda del Prncipe Azteca. Fernando conoci ados mujeres mexicanistas, eran dos hermanas del medio de la farndula, quehaban invitado a mi padre y a l a actuar con ellas en teatro de cabaret, eranlas hermanas Inda, Milagros y Estela. Milagros era ms de la farndula, mientrasque Estela era ms una artista renombrada, acto en muchas pelculas,destacando su actuacin bajo la direccin de Buuel en la pelculaLos olvidados.Los dos trabajaron con ellas hacindoles las coreografas de sus espectculos.

    Al tiempo Fernando se convirti en una estrella, y quisieron hacer a nuestropadre Manuel, por lo que se molest y renunci y le pidi a su hijo Fernandoque lo siguiera, pero Fernando prefiri quedarse en el medio artstico, ademsde que tena amoros con Milagros Inda, con quien despus vivi en amorlibre. Entonces don Manuel se sinti traicionado y lo desconoci, y le exigique no usara ms el apellido Pineda [entrevista personal con Miguel ngelPineda, actual general heredero de la mesa de San Miguel Arcngel, Ciudadde Mxico, 2 de octubre de 2005].

    En el libro de Ylotl Gonzlez Torres existen amplias referencias al libro deFernando Moncada, aunque con el nombre que us posteriormente comoFernando Flores Moncada. En su libro La tradicin mexica en Iztapalapa16 ElPrncipe Azteca argumenta que el linaje prehispnico de las compaas dedanza de la Ciudad de Mxico no se deriva de los concheros del Bajo, sinoque son originarios del Valle de Mxico, que se mantuvieron por tradicinoral desde el sigloXVI hasta el presente. Seala que fue Don Fernando de AlbaIztlixchitl, descendiente de los caciques de Texcoco, quien recab los

    manuscritos y relatos indgenas sobre la historia de la danza y quien en 1888trasform a las danzas en mayordomas, Flores Moncada, quien se autode-nomin como el Prncipe Azteca, segn la historiadora Ylotl GonzlezTorres, es el danzante que ms destac como promotor artstico y de la danzacomo folclor (Gonzlez Torres, 2006:153), ya que tuvo una intensa carreracomo danzante, como msico (grab tres discos) y particip en varios

    16El libro fue publicado por la Delegacin Iztapalapa de la Ciudad de Mxico, donde l

    trabajaba como bibliotecario en el ao de 1996.

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    espectculos, tanto de teatro como en el cine. Tambin organiz clases de nhuatly colabor en espectculos cvicos con instituciones gubernamentales.

    Posteriormente, en su calidad de Huey Temastiani del Ceremonial del RitoAzteca, form el grupo de danzas rituales Tonalcihuatl en Iztapalapa, Ciudadde Mxico (Gonzlez, 2006:126).

    Las coreografas y estticas de lo extico en el ritual conchero

    Las coreografas artsticas diseadas por Pineda fueron posteriormente puestasen escena en las festividades religiosas, ejecutadas por los danzantes concherosen el marco del catolicismo popular. Algunos grupos concheros aztecas (comofueron los Hermanos Plasencia y los Hermanos Gutirrez de Guadalajara, ascomo grupos de California que fueron formados por el general Pineda yFlorencio Yescas reproducen hoy en da esta coreografa). Se actan en unmomento intermedio de la danza, que irrumpe con la tradicin de la danzacircular. En la coreografa no participa todo el grupo de la danza, sino aquellosdanzantes que tienen un entrenamiento previo para hacer elperfomance. Estascoreografas requieren tambin de habilidades fsicas extraordinarias, como decapacidad histrinica para actuar con el dramatismo que requiere la obra. Esuna especie de obra teatral, aunque no tiene dilogos, pero representa unahistoria, una narrativa con principio y fin.

    La danza del fuego, supone un aprendizaje especial para la manipulacindel fuego, pues quienes representan a los danzantes aztecas tienen que mostrarsu herosmo al exponer sus manos y sus pies al fuego, as como el adiestramientoen ciertas artes de malabarismo para manipular el fuego y hacer un showconl. Es una representacin de la valenta del guerrero, que no le teme ni al

    fuego, y que es capaz de soportar el dolor. Por su parte en el sacrificio de ladoncella se requiere de conocimientos de actuacin para representar el sacrificioy la muerte (incluso se vierte tinta roja, para dramatizar la extraccin del coraznde la doncella). Esta escenificacin guarda un estrecho parecido esttico con laobra pictrica de Jess Helguera, quien como ningn otro artista mexicano, apartir de la dcada de 1940 populariz su arte hacindolo accesible a todomexicano, mediante su impresin en las cajas de cerillos y en los calendariosde la empresa de impresos Gala de Mxico. Mientras los grandes muralistas,

    como Diego Rivera, lograron infundir con su esttica una conciencia de la

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    mexicanidad a los sectores medios intelectuales, Jess Helguera logr interpretarel gusto kitsch, cargado de cursilera, propio de las clases populares urbanas

    (Espinoza, 2004:38). La obra de Helguera difundi una idealizacin de loindio y del pasado azteca, en sus obras: Cuauhtmoc, el flechador del cielo, Lamujer dormida, La leyenda de los volcanes, yGrandeza azteca. Un anlisis estticode su obra pictrica, seala:

    Los cuerpos musculosos que el maestro pint en Cuauhtmoc, el flechador delcielo, las dos versiones de laLeyenda de los volcanes, El rapto o Gesto aztecaytodos los cuerpos masculinos plenos de volumen, fuerza y resistencia [...] Nopueden dejar de recordar el ideal de belleza de la proporcin de siete cabezas

    en el cuerpo perfecto que corresponde esplndidamente a la fuerza evocadoradel clasicismo griego. Pero tambin evoca el uso que de esta herencia estticahizo el nacional socialismo, al cultivar la mstica del cuerpo con los msculoscastigados durante severo entrenamientos que lo llevan hasta una tensin brutaly al dolor [Espinosa, 2004:111].

    En sus cuadros, Helguera imprimi una visin romntica de los indiosmexicanos, que con el tiempo se retom como parte de las manifestacionesesttica populares de los danzantes, con lo que alimentaron el mito del podero

    azteca: una raza con cuerpo perfecto, en posicin sublimada (siempre mirando alas alturas), imagen del guerrero triunfador, se convirti en la esttica de la leyendade una raza ejemplar. Esta artificiosa esttica es totalmente emulada y llevada acuadros plsticos de los danzantes concheros aztecas, basta comparar condetenimiento las similitudes entre una fotografa de la danza de Manuel Pineda,durante la representacin del sacrificio de la doncella, y la pintura tituladaLaleyenda de los volcanesIIo Grandeza azteca, pintada en el ao de 1943.

    Aunque el observador externo puede advertir a simple vista la ficcionali-

    zacin de la reconstruccin de la esttica azteca en el uso de trajes brillantes,con telas plsticas y lentejuela, as como el abuso de una coreografa que parecieraser extrada de un calendario de Jess Helguera (quien fue el creador del pasadoindgena en el terreno del kitsch (Monsivis, 1995:68), esta recreacin se legitimacomo autntica en la medida en que el retorno con la imagen idealizada delpasado permite volver a encadenar en el imaginario a una tradicin sincrticapor siglos, con idea de la tradicin original de los aztecas. Su recreacin esttica,se convirti en el arte de los marginados, y brind a las clases populares otra

    cara de la historia: la cara no oficial que tambin es simiente para reconstruir

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    hitos de una posible historia de la vida cotidiana (Espinoza, 2004:17).Posteriormente, en la dcada de 1960, la obra de Helguera fue revaloradacomo emblema de lo azteca por los artistas chicanos.

    La escenificacin del sacrificio de la doncella, no es slo una marca deidentidad de estos grupos conchero-aztecas urbanos, sino tambin es una rasgode distincin con los grupos concheros de la mexicanidad, y de hecho se han

    dado enfrentamientos entre ambos grupos, pues los de la mexicanidadconsideran que dicha representacin es una falacia, pues para ellos los sacrificioshumanos no existieron entre los aztecas, y que fue un invento de los coloniza-dores para legitimar su exterminio. Los grupos conocidos como mexicanidad,17

    Jess Helguera,

    La leyenda de los volcanesIIo Grandeza azteca, 1943

    17 La mexicanidad segn Francisco de la Pea se define como integrista y calificada dexenfoba y antioccidental. Ella sera buen ejemplo de un nacionalismo indianista mestizoradical encerrado en s mismo, y de una mexicanidad con un fuerte acento aztequista o mexica.La mexicanidad radical existe desde los aos cincuenta del siglo pasado, y hasta nuestros das

    ella representa el ncleo histrico del movimiento mexicanista (De la Pea, 2001:81).

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    se fueron desarrollando a partir de la dcada de 1950 y se caracterizan por eldesarrollo de una tendencia nativista azteca, que emergi con la fundacin del

    Movimiento Confederado Restaurador de la Cultura del Anhuac. Estemovimiento tambin cre nuevas versiones estticas y resignificaciones de ladanza conchera azteca, pero a diferencia de los tradicionales, busca volver a lapureza del pasado indgena reculturalizando la danza hacia una tendenciaindianista, nacionalista y azteca que rechaza el sincretismo con el catolicismo,con la cultura hispnica y con la cultura moderna occidental. Por su parte, losgrupos rituales aztecas critican a los de la mexicanidad, y les llaman chimaleros,porque despus de danzar piden dinero con el chimal (escudo que usan losdanzantes). Estos elementos no slo marcan diferencias, sino tambin friccionesentre ambos movimientos.

    Las opiniones entre los descendientes del general Pineda son divergentes:para una de las hijas, don Manuel utiliz el espectculo para crear la identidadazteca; pero para otro de los hijos, su to lo que hizo fue recuperar la autnticatradicin que estaba inscrita en los cdices antiguos. Estas dos argumentacionessobre el impacto del traje azteca en la tradicin han estado presentes en lahistoria de la re-creacin de una modalidad esttica de la danza conchera.Queda claro que se abren dos vertientes de la misma tradicin: la que ve en latradicin azteca-danzante un medio para explotarla en el medio del espectculoy que despus tuvo mucho auge en los eventos cvicos nacionalistas, y en ladifusin del folclor popular promovido por la Direccin de Culturas Popularesy el INAH. Y la que emprende la reinvencin de los linajes imaginarios queconectan a la tradicin presente con el pasado mitificado del mundo azteca.

    Estas dos versiones no van separadas, sino que se van entretejiendo, y comolo seala Jacques Galinier, producen que lo tnico puro [ms nativistas ymenos sincrtico] se convierta en uno de los instrumentos ms flexibles de la

    invencin cultural (Galinier, 2005:9). La incursin en el mundo del espec-tculo trajo consigo el renacimiento de movimientos dancsticos nativistas,donde el arriba citado Prncipe Azteca no fue nico, sino que existen mltipleshistorias de quienes se asumen como descendientes directos de un linajeancestral, y del cual se desprende una creencia mtica, e incluso proftica. Porcitar algunos casos sobresalientes mencionaremos a Felipe Aranda (compadrede Manuel Pineda y suegro de Fernando Flores Moncada), quien se dice serdescendiente de Cuauhtmoc, lo que prueba con una mancha que le aparece

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    en el pecho, adems de que se presenta como el heredero de una mesa cuyoestandarte dicen fue levantado en la Ciudad de Mxico en el ao de 1731

    (Gonzlez Torres, 2006:156). Otro caso es el Checonozclo, quien se dicedescendiente directo de Moctezuma y a quien se le debe una entusiasta campaapara que el gobierno de Austria regrese el penacho de Moctezuma a Mxico;18

    tambin es relevante mencionar a Salvador Rodrguez Jurez, quien se presentacomo descendiente directo de Cuauhtmoc y guardin de su tumba.19 l fuequien en la dcada de 1970 seal el lugar donde descansaban los restos delTlatoani y transmiti la consigna de Cuauhtmoc. Segn la creencia de losmexicanistas fue encomendada a sus familiares para mantener la cultura delAnhuac oculta,20 pero viva hasta el presente, y que tendra que salir a la luz yreconquistar culturalmente a Mxico hasta que naciera la nueva era del SextoSol. A pesar de que un grupo de connotados arquelogos, etnlogos, mdicoscertificaron la falsedad de los restos, pues comprobaron que eran de distintosindividuos, los seguidores mexicanistas aseguran que ah estn enterrados losrestos del ltimo Tlatoani(emperador).

    Diversos grupos contemporneos de danza conchera-azteca, perpetan estamanera de representar el pasado azteca, entre ellos estn los descendientes delos generales Manuel Pineda, Francisco Daz y Felipe Aranda (Ciudad deMxico), Florencio Yescas (California), Natividad Reyna (San Miguel Allende,Guanajuato), Manuel Rodrguez Campos (Quertaro), Jernimo Rosas(Distrito Federal) y Juan Plasencia (Guadalajara). Entre estos grupos existenfuertes lazos de compadrazgo ritual, pero tambin se dan muchos casos dematrimonios entre los hijos de los grandes generales: es como una gran familia,todos nos conocemos aunque vivamos en distintas partes del pas, siempre

    18

    El gobierno austriaco desmiente que el penacho haya pertenecido a Moctezuma, ascomo los arquelogos dicen que el penacho no era una corona sino una falda. Por otra parte,el penacho fue reconstruido en su totalidad, pues las pulgas se comieron las plumas, y tuvieronque rehacerlo con nuevos materiales (Anders, 2001).

    19 Salvador Rodrguez Jurez, descendiente de las nueve cartas vivas y de la dinastaMoctezuma-Chimalpopoca, mencionaba haber recibido en herencia los documentos, losobjetos y la tradicin oral sobre Cuauhtmoc, dndolos a conocer a la luz pblica el 2 defebrero de 1949 (De la Pea, 2002:223).

    20 Anhuac es el nombre con que originalmente se conoca el lugar donde se establecieronlos aztecas en el Valle de Mxico. Posteriormente, cuando los aztecas ampliaron su imperio,

    as se le llam a todo su territorio de dominio.

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    nos encontramos en las fiestas y rituales donde cumplimos la obligacin

    (entrevista con Anglica Pineda, hija del general Manuel Pineda, mayo, 2005).Esta estetizacin azteca de la danza conchera tambin se manifest en los

    Estados Unidos, recreando una identidad cvico poltica de los norteamericanosde origen mexicano. A finales de la dcada de 1960, Florencio Yescas, alumnode Felipe Aranda y de Manuel Pineda, emigr a los Estados Unidos y fundall el primer grupo de danza azteca, llamado mexicayotl. La danza azteca fueincorporada por el naciente movimiento chicano como un emblema deidentidad, que tuvo gran acogida dado que en esas mismas fechas en el

    movimiento chicano se estaba desarrollado el mito del regreso a Aztln,21 quehaca referencia al lugar ancestral del cual los aztecas partieron en busca dellugar sealado para establecer su pueblo: Tenochtitln (Rodrguez, 2005). ElPlan Espiritual de Aztln represent un momento crtico en la conformacinde la identidad chicana y el nacionalismo chicano, en torno a los mitos aztecas

    Estetizacin contempornea de los grupos de danza ritual azteca, conocidoscomo tradicionales. Fotografa del Grupo Ritual Azteca Hermanos Plasencia,13 de octubre de 2005, Zapopan, Jalisco.

    21 El Plan Espiritual de Aztln fue por primera vez articulado pblicamente en la primeraConferencia Nacional de Liberacin de la Juventud Chicana, en Denver, Colorado, en 1969

    (Rodrguez, 2005).

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    y el orgullo cultural como base para su definicin. La representacin de Aztln,les permita a los chicanos, que ya no eran ni mexicanos ni americanos,

    construirse una patria mtica que les otorgaba pertenencia al territorio. Lasdanzas aztecas se convirtieron en un emblema de identidad para los chicanos,tomando lugar fuera de los contextos religioso, y sirviendo para reivindicacionesculturales y polticas. Las danzas les permitieron asumirse como indgenas,como la raza de bronce, con una visin mitologizada de su pasado y del origendel mexicano que, en el contexto de Estados Unidos, les sirvi para estableceralianzas con movimientos cvicos de los nativos americanos, y el pensarse comoraza les posibilit acceder al discurso por los derechos civiles de los afroamericanos. Las danzas se incorporaron como una actividad culturalimportante, tanto para que los chicanos conocieran sus races indgenas, comoen las manifestaciones pblicas, por ejemplo en la fiesta del 5 de mayo en elEast L.A.

    Segn me coment un danzante de Los ngeles California,22 en EstadosUnidos las danzas aztecas mantienen su carcter religioso que contina ligadoal catolicismo popular, mediante el cual le danzan a la Virgen de Guadalupe-Tonatzin, y a los santos patronos de las parroquias. Sin embargo, en Los ngelesla danza ritual azteca adquiri ms que nada una caracterstica cultural:

    Principalmente danzamos para dar a conocer la cultura de uno para que nose vaya para abajo. Que crezca ms, y s est creciendo. Porque all en EstadosUnidos se siente el corazn mexicano con mucho orgullo de que vean a undanzante ah en los Estados Unidos que anda uno danzando. Les da msorgullo, ms energa para que resalte ms la cultura de uno [entrevista personalcon Humberto Garca, danzante del grupo aztecaItlaconatzin, Zapopan,13 de octubre de 2005].

    Los danzantes participan en actividades culturales, deportivas y deespectculos: a los norteamericanos les gusta mucho ver nuestros trajes ynuestros bailes. Una de las principales ceremonias es la celebracin de los dascvicos patriticos: el 5 de mayo (la Batalla de Puebla) y el 16 de septiembre (laIndependencia mexicana). Tambin es importante la velacin que realizan los

    22 Humberto Garca es originario de Guadalajara, y se fue a vivir a la ciudad de Losngeles, en Estados Unidos, hace ms de 30 aos. Danza en el grupo azteca Itlaconatzin,

    fundado por Lzaro, quien a su vez es el heredero de Florencio Yescas.

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    danzantes para el da de muertos. Pero una de las principales fiestas del ltimodomingo de febrero es la peregrinacin que se hace al monumento de

    Cuauhtmoc, al cual asisten grupos de danza de San Diego, Sacramento,Canad y de la Ciudad de Mxico Y ah nos juntamos todos y veneramos alrey Cuauhtmoc. Empezamos con la velacin, con cantos, un altar y despusal da siguiente nos reunimos todos en el monumento a Cuauhtmoc, seempieza a acomodar uno, empezamos a danzar, le damos danzas por, digamos,unas tres o cuatro horas. Otro elemento importante es que mediante las danzasmantienen intercambios culturales con los indios americanos, quienes asistena sus fiestas y mantienen reciprocidad, pues consideran que, al igual que loschicanos, son:

    [...] indios tambin de sangre, pero a ellos les gusta venir con nosotros. Haylugares donde se pone reservacionesellos llegan con sus trajes de otra manerapero similar a nuestras danzas pero la diferencia es que ellos danzan a un solotono y diferente. Muy bonito, mucha pluma de guila. Se ponen los puestosde lo que ellos hacen a mano, venden rebozos, mucha joyera que es hecha amano, turquesa, muy caro todo pero muy bonito, pieles. Tambin nosotrosvamos como grupo. Vamos a Arizona, cada ao vamos a participar el da de la

    primavera.

    Actualmente, de las danzas aztecas han surgido nuevas ramificaciones, comoson las ya mencionadas danzas de mexicanidad y las danzas conocidascomo neomexicanidad, que se caracterizan por interpretar la danza dentro deuna concepcin new age, donde lo azteca adquiere un carcter global yplanetario, y donde lo religioso se practica como espiritualidad.23 Aunque porcuestiones de extensin, no desarrollar en este artculo los cambios estticos,

    identitarios e ideolgicos que han surgido a partir de estas innovaciones, slomencionar que la extraccin social de los danzantes ha ido cambiando, puesprimero eran indgenas, despus sectores populares mestizos de las ciudades, yactualmente se han ido incorporando a la danza individuos de clase media, sobretodo de la clase media artstica e intelectual de las ciudades (estudiantes, pintores,bailarines y profesionistas), que no forman parte de las familias de tradicinconchera, pero que se abrogan la autenticidad de la danza practicando tendencias

    23 Para mayor informacin sobre la neomexicanidad y su relacin con las danzas aztecas,

    vase De la Torre (2005).

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    nativistas radicales de la mexicanidad, en particular de lo azteca, despreciandoa los grupos concheros (los que s forman parte de la genealoga de la tradicin)

    e incluso a los grupos aztecas por no ser autnticamente indgenas, ya que susdanzas son sincrticas y se practican dentro del catolicismo popular (GonzlezTorres, 2006:126).

    Aprciese la tendencia esttica de los grupos contemporneos de danza de la mexi-canidad, cuyo estilo busca la nahualizacin de la tradicin, as como la purificacindel traje azteca, retomando las formas ms bsicas del traje indgena. Tambin se viveuna tendencia a la paganizacin de la danza que deja atrs los atrios de los templos, yahora danza para contactarse con la naturaleza. Fotografa: grupo de mexicayotldirigidopor Opalmitzin. Siembra del nombre durante celebracin del equinoccio, Cerro de laReina, Tonal, 21 de marzo de 2005.

    Para reflexionar

    En este trabajo he querido dar cuenta del proceso de re-estetizacin de lasdanzas de conquista o danzas concheras, del cual surgi la versin conchero-azteca, pero lo importante no es quedarnos atrapados en descalificar este

    movimiento cultural como una re-invencin artificiosa de la tradicin. El

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    problema estriba en que estas prcticas simblicas, por un lado son reconocidascomo las expresiones vivientes de la cultura ancestral de los antiguos indgenas

    mexicanos, reproducidas celosamente mediante sistemas de herencia y encomunidades cerradas con claras fronteras culturales, tnicas y locales. Pero,por otro, a partir de la segunda mitad del sigloXX, tanto su memoria como suidentidad, fueron reelaboradas dentro de marcos nacionalistas con tendenciaa aztequizar las manifestaciones dancsticas. A partir de la dcada de 1950, lainteraccin con el movimiento chicano y el movimiento de la mexicanidad leimprimieron una nueva tendencia a nativisar o purificar las expresiones tnicas,y a deslindarse de las expresiones sincrticas con el catolicismo.

    Responder la pregunta sobre la autenticidad de las tradiciones, en particulara la danza azteca, es sumamente riesgoso y complicado. Se puede comprobarque hubo un proceso de transformacin esttico-identitaria que dio comoresultado la aztequizacin de las danzas concheras. Desde esta perspectiva sepuede concluir que las actuales danzas aztecas son producto de una innovaciny de una invencin de las danzas basadas en el imaginario del momentohistrico; pero lo relevante est en entender el valor de dicha invencin dentrodel sistema cultural que inscribe a la danza como una prctica mediante lacual los mexicanos estn re-descubriendo y rescatando las tradiciones indgenasque fueron negadas, prohibidas y ocultadas por la evangelizacin catlicahispana. Dentro de este sistema de significados, que es el que comparten ypractican la mayora de los danzantes, el contacto de los danzantes (como semuestra en el caso concreto del general Manuel Pineda) con el mundo delespectculo, del arte y con los intelectuales contribuy a una re-apropiacin yre-semantizacin del pasado indgena, bajo una esttica que reaviv elimaginario de la grandeza racial y cultural del pueblo azteca, mediante el cualse reivindic y revalor una prctica popular.

    El valor cultural de las tradiciones contemporneas no estriba en su purezao autenticidad, sino en la capacidad que los danzantes han tenido pararepresentarse a s mismos, y recrear su identidad contempornea, con base enla apropiacin de una esttica que transforma la visin del pasado azteca: deun pueblo de vencidos a un pueblo de guerreros gloriosos (en contraposicinal propsito de las danzas de conquista que implementaron los frailes espaoles).Lo que aqu present es un fragmento de la historia de las danzas concheras-aztecas que, aunque comparten un tronco comn, tienen muchas races y

    muchas ramificaciones, y de la cual slo segu una vara conductora. Con ello

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    se quiso probar la manera en que la identidad, manifestada y alimentada porsu expresin esttica, se juega de manera ambivalente frente a las dos posiciones

    del espejo. Por un lado, vimos cmo el contacto con el espectculo cre unaversin extica de las danzas concheras, es decir una mirada con contenidocolonialista sobre la pureza de nuestra tradicin; por otro, atendimos la maneraen que esta ficcionalizacin se incrusta en una tradicin practicada como unamanera de retornar al pasado azteca, de recuperar las tradiciones prohibidas yolvidadas, y de reposicionarlas en mitos legendarios, que reactualizan linajesque, aunque imaginarios, contribuyen a dotar de continuidad a la tradicin.Una manifestacin poscolonialista para revertir la dominacin colonial catlica-hispanista.

    La reinvencin aztequizada de los contenidos de la tradicin conchera, vade la mano de la transformacin de las expresiones estticas, que se nutren delos imaginarios disponibles en la sociedad contempornea, y de las necesidadesy aspiraciones de sus practicantes. Son la creatividad y la invencin las quepermiten perpetuar lo que hoy conocemos como tradicin. Slo para terminarquisiera remarcar que para los danzantes aztecas, Pineda no invent la tradicin,sino que recuper una tradicin azteca que se esconda detrs de un ropajeconchero, como seala el general de danza Rosendo Plasencia:

    Es cierto que Pineda introdujo el traje azteca, pero los concheros ya eran aztecasdesde antes, lo que pasaba era que en aquel tiempo no haba mucho conoci-miento, no haba conciencia de nuestra cultura ancestral. Se les llamabanconcheros porque tocaban como nosotros la concha, que tambin se conocecomo chihuandao clarn (fjate que en algunas alabanzas se hace referencia alclarn que es el mismo instrumento). Pero eso se tocaba porque habanprohibido el toque de los tambores, y Pineda recuper los huhuetles. Los

    concheros vestan diferente. Si te fijas en el traje del conchero, es como si fuerael vestido de los frailes franciscanos. As vestan los misioneros evangelizadoresde los indgenas, y les prohibieron a los indios que tocaran los tambores, loshuhuetles,24 y les prohibieron que usaran trajes cortos (taparrabos), y lesimpusieron que vistieran como ellos. Y les prohibieron que usaran sus piedras ycollares. Pero en el fondo, aunque se vistieran como concheros eran aztecas, peroescondidos en los concheros. No tenan conciencia, o se tena que ocultar la razcultural azteca. Tambin en aquel entonces eran muy pocos grupos. No era como

    24

    Se refiere al huhuetl, una especie de tambor horizontal usado por los aztecas.

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    ahora que los hay por todas partes, y ni reconocimiento tienen, ni saben hacerlas obligaciones [entrevista personal con Rosendo Plasencia, general del GrupoRitual Azteca Hermanos Plasencia de Guadalajara, 10 de octubre de 2005].

    Queda abierta una reflexin sobre la identidad de la tradicin, y la tradicinde la identidad, pues stas se tejen en una trama de memorias mltiples, dondeel pasado y su sentido oculto re-emerge y sale a la superficie bajo cdigosestticos recreados a partir de nuestros imaginarios presentes. Es as comorecuperamos el sentido negado de la historia. Es as como se teje cotidianamentela memoria. Y a partir de esta manera de echar races es como se crean nuevasextensiones o versiones de la tradicin, pues de la versin conchera azteca se

    derivaron las versiones mexicanistas y neomexicanistas, cuyas re-estatizacionesquedan pendientes para ser analizadas en otro momento.

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