7 El Matrimonio y La Construccion de La Realidad Berger

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EL MATRIMONIO

EL MATRIMONIO Y LA CONSTRUCCIN DE LA REALIDADPeter Berger

Desde una perspectiva sociolgica, y ms especficamente dentro de una "microsociologa" del conocimiento, en este artculo se examinan las caractersticas que asume y la funcin que desempea el matrimonio en las sociedades industriales contemporneas, en trminos de los procesos de construccin social de la realidad.

A diferencia de lo que ocurra en el pasado, donde la relacin marital era parte de un mbito considerablemente ms amplio de conversacin, los cnyuges en la sociedad de hoy emprenden la tarea de construir el pequeo submundo que les permitir experimentar su vida como dotada de sentido.Implica un esfuerzo considerable de parte de los cnyuges, pues el matrimonio constituye, en cierto modo, una nueva etapa de socializacin comparable a aquellas de la niez y la adolescencia, en la que deben conciliarse dos definiciones individuales de la realidad. En un mundo en que el individuo se ve fuertemente amenazado por la anoma, la institucin del matrimonio juega un papel importante de proteccin y, a su vez, crea un espacio de integracin.

A partir de Durkheim, la nocin de que el matrimonio sirve de proteccin al individuo contra la anoma ha sido un lugar comn de la sociologa de la familia. Se investiga al matrimonio como un instrumento constructor del nomos, es decir, el matrimonio como un ordenamiento social que crea para el individuo el tipo de orden que le permite experimentar su vida como provista de sentido.

Nuestra intencin aqu es discutir el matrimonio moderno en estos trminos.

Aunque esto se podra abordar desde una perspectiva macrosociolgica, considerando al matrimonio como una institucin social importante relacionada

con otras estructuras generales de la sociedad, nuestro enfoque ser microsociolgico, referido principalmente a los procesos sociales que afectan a los individuos en cualquier matrimonio especfico.

Al proceder de este modo reconocemos la influencia de tres perspectivas tericas: -La perspectiva weberiana de la sociedad como una red de significados;

-La perspectiva de Mead, que considera la identidad como un fenmeno social; -El anlisis fenomenolgico de la estructuracin social de la realidad.

El proceso que aqu nos interesa es uno mediante el cual se construye, mantiene y modifica una realidad coherente que puede ser experimentada de un modo significativo por los individuos. Cada sociedad tiene su manera particular de definir y percibir la realidad su mundo, su universo, la organizacin de smbolos que la rodea-. Esto ya est dado en el lenguaje que forma la base simblica de la sociedad. Erigido sobre esta base, y por medio de ella, constituye un sistema de tipificaciones preconcebidas, a travs de las cuales llegan a ordenarse las innumerables experiencias de la realidad. Estas tipificaciones y su ordenamiento son posedas en comn por todos los miembros de la sociedad, con lo cual no slo adquieren el carcter de objetividad sino que se dan por sentadas como el nico mundo que el hombre normal puede concebir. El carcter aparentemente objetivo y dado por sentado de las definiciones sociales de la realidad se puede ver con mayor claridad en el caso del lenguaje mismo, pero es importante recordar que este ltimo constituye la base y el instrumental de un proceso mucho ms extenso de construccin del mundo. El mundo construido socialmente debe ser continuamente mediado y, a su vez, actualizado por el individuo, de modo que pueda tambin convertirse en, y continuar siendo, su mundo. El individuo recibe de la sociedad ciertas piedras angulares decisivas para sus vivencias y comportamiento diarios.

Ms importante an, al individuo se le proporcionan conjuntos especficos de tipificaciones y criterios de relevancia, predefinidos por la sociedad y puestos a su disposicin para el ordenamiento de su vida cotidiana. Este ordenamiento o dispositivo nmico, es acumulativo en trminos biogrficos. Comienza a formarse en el individuo a partir de las primeras etapas de socializacin, luego es acrecentado y modificado por l mismo a lo largo de su vida. Aun cuando hay diferencias biogrficas individuales responsables de las diferencias en la constitucin de este dispositivo en individuos especficos, existe en la sociedad un consenso general en cuanto a los lmites de diferenciacin considerados tolerables. Sin tal consenso, en efecto, la sociedad no sera posible como empresa viable, puesto que estara desprovista de los principios ordenadores. Este orden, por medio del cual el individuo llega a percibir y a definir su mundo, no es, por tanto, escogido por l, salvo, tal vez, en lo que toca a algunas modificaciones muy pequeas. Ms bien, es descubierto por l como un dato exterior, como un mundo prefabricado que simplemente est ah, para que l siga su marcha y viva en l, aunque lo vaya modificando constantemente en el proceso de vivir en l. Sin embargo, este mundo necesita ser validado, precisamente, quizs, por una permanente sombra de sospecha acerca de su elaboracin social y relatividad. Esta validacin, aunque debe ser realizada por el individuo mismo, requiere de una constante interaccin con otros cohabitantes de este mismo mundo socialmente construido. En un sentido amplio, todos los otros habitantes de este mundo cumplen una funcin de validacin. Cada maana el repartidor de diarios valida las coordenadas ms vastas de mi mundo y el cartero proporciona una validacin tangible de mi propia posicin dentro de estas coordenadas. Sin embargo, algunas validaciones son ms importantes que otras. Cada individuo necesita de la continua validacin de su mundo, incluyendo, de manera crucial, la validacin de su identidad y lugar en este mundo, por parte de aquellos pocos que son verdaderamente los otros significativos para l. Del mismo modo que la carencia de relaciones con sus otros significativos sumir al individuo en un estado de anoma, as tambin la continua presencia de ellos sustentar aquel nomos por medio del cual el individuo puede sentirse en su hogar en este mundo, al menos la mayor parte del tiempo. De nuevo, en un sentido amplio, todos los actos de los otros significativos, e incluso su mera presencia, sirven a esta funcin de sustentacin. En la vida diaria, el principal mtodo empleado es el lenguaje. En este sentido, resulta adecuado considerar las relaciones del individuo con sus otros significativos como una conversacin continua. A travs de esta conversacin el individuo aprende a adaptarse a contextos sociales cambiantes y nuevos. En un sentido fundamental, se puede decir que uno conversa su camino a lo largo de la vida.

Si se admiten estos puntos, puede entonces enunciarse una proposicin sociolgica general: la integridad y estabilidad del mundo, definido socialmente, dependen de la intensidad y continuidad de las relaciones significativas dentro de las cuales puede llevarse a cabo de un modo continuo la conversacin sobre este mundo. O, dicho de un modo distinto: la realidad del mundo se mantiene a travs de la conversacin con "otros significativos".

Esta realidad incluye no slo las imgenes a travs de las cuales los dems son vistos, sino tambin el modo en que uno se ve a s mismo. La fuerza que confiere la realidad de las relaciones sociales depende del grado de proximidad, es decir, del grado en que las relaciones sociales se den en situaciones de cara a cara y del grado en que ellas sean estimadas como importantes por el individuo. Sociolgicamente, uno debe preguntarse cmo se estructuran y distribuyen objetivamente estas relaciones, y tambin querr uno comprender cmo ellas se perciben y experimentan subjetivamente. Sostendremos que el matrimonio ocupa una posicin privilegiada entre las relaciones de validacin importantes para los adultos en nuestra sociedad. Puesto de otro modo: el matrimonio es un instrumento nmico crucial en nuestra sociedad. Es ms, argumentamos que la funcionalidad social ms esencial de esta institucin no puede ser cabalmente comprendida si no se percibe este hecho.En nuestra sociedad, el matrimonio es un acto dramtico en el cual dos extraos se unen y se redefinen a s mismos. El drama de este acto es anticipado internamente y legitimado socialmente mucho antes que tenga lugar en la vida del individuo, y es amplificado por una ideologa extendida, cuyos temas dominantes (amor romntico, satisfaccin sexual, autodescubrimiento y autorrealizacin a travs del amor y la sexualidad, la familia nuclear como el lugar social donde ocurren estos procesos) pueden encontrarse a travs de todos los estratos de la sociedad. La unin entre dos extraos donde lo "extrao" ms bien radica en el hecho de que provienen de distintas reas de conversacin. No tienen un pasado comn, aunque sus pasados tienen una estructura similar. Concretamente, en nuestra cambiante sociedad la conversacin significativa, previa al matrimonio, de los futuros cnyuges, tiene lugar en crculos sociales que no se superponen. Con la dramtica redefinicin de la situacin que ocasiona el matrimonio, todas las conversaciones significativas de los nuevos consortes se centran ahora en su relacin mutua; de hecho, fue precisamente con esta intencin que iniciaron esta relacin.

Esta clase de matrimonio tiene sus races en configuraciones estructurales mucho ms vastas de nuestra sociedad. La ms importante de stas, para nuestros propsitos, es la cristalizacin de la llamada esfera privada de existencia, apartada cada vez ms de los controles inmediatos de las instituciones pblicas (especialmente, econmicas y polticas), y sin embargo, definida y utilizada como la principal rea social para la autorrealizacin del individuo. No podemos aqu entrar a investigar las fuerzas histricas que dieron origen a este fenmeno, sino slo hacer ver que stas estn estrechamente relacionadas con la revolucin industrial y sus consecuencias institucionales. Hoy en da las instituciones pblicas enfrentan al individuo como un mundo inmensamente poderoso y extrao, incomprensible en sus mecanismos internos, annimo en su carcter humano. A travs de su trabajo en algn rincn del engranaje econmico, el individuo debe hallar un modo de vivir en este mundo extrao, de llegar a un acuerdo con el poder que ste tiene sobre su persona, contentarse con unas pocas reglas prcticas que lo guen a travs de esa vasta realidad que de otro modo permanecera cerrada a su comprensin, y modificar su anonimato a travs de cualquiera "relacin humana" que pueda entablar en su interaccin con dicho mundo. Debe subrayarse que contrariamente a lo que sostienen algunos crticos de la "sociedad de masas", esto no deja al individuo sumido inevitablemente en un estado de profunda infelicidad y abandono. En esta esfera privada, esta rea intersticial creada (pensamos nosotros) ms o menos al azar como un subproducto de la metamorfosis social del industrialismo, es donde el individuo buscar poder, inteligibilidad y, literalmente, un nombre: el aparente poder de configurar un mundo, no importa cun diminuto, que refleje su propio ser; un mundo que si bien en apariencia ha sido configurado por l mismo, es transparentemente inteligible para l (o al menos as lo cree l); un mundo en el cual, en consecuencia, l es alguien, e incluso, quizs, dentro de su crculo encantado, amo y seor. La esfera privada es percibida, no sin justificacin, como un rea de eleccin individual e incluso de autonoma. En suma, sobre todo, y como regla general, slo en la esfera privada el individuo puede tomar un trozo de la realidad y acomodarlo a su mundo. La esfera privada comprende una variedad de relaciones sociales. Entre stas, las relaciones familiares ocupan un lugar central, y, de hecho, sirven de foco para la mayora de las otras relaciones (como las relaciones entre amigos, vecinos, correligionarios y miembros de una misma asociacin voluntaria). Puesto que la familia en nuestra sociedad es del tipo conyugal, la relacin ms importante en toda esta esfera es la matrimonial. En el caso de la mayora de los adultos en nuestra sociedad, la existencia en la esfera privada se construye sobre la base del matrimonio. No es esta en modo alguno una funcin universal, ni siquiera transcultural, del matrimonio. Ms bien el matrimonio ha adquirido un carcter y una funcionalidad muy peculiares en nuestra sociedad. Se ha sealado que el matrimonio en la sociedad contempornea ha perdido algunas de sus funciones ms antiguas y, en su lugar, ha adquirido otras nuevas. El matrimonio y la familia solan estar firmemente insertos en una matriz de relaciones comunitarias mucho ms amplias, que servan como extensiones y particularizaciones de los controles sociales de aquella. Pocas barreras separaban el mundo de la familia individual de la comunidad ms amplia, lo que se reflejaba incluso en las condiciones fsicas en las cuales viva la familia antes de la revolucin industrial. La misma vida social lata en el hogar, la calle y la comunidad. En nuestros trminos, la familia y dentro de ella la relacin marital formaban parte y pedazo de un rea de conversacin mucho ms vasta. En nuestra sociedad contempornea, en cambio, cada familia constituye su propio submundo segregado, con sus propios controles y su propia conversacin cerrada. Este hecho requiere de un esfuerzo mucho mayor por parte de la pareja matrimonial. A diferencia de antao, en que la unin matrimonial simplemente agregaba algo a la diferenciacin y complejidad de un mundo social ya existente, las parejas en la sociedad actual se embarcan en la a menudo difcil tarea de construir ellos mismos el pequeo mundo en el cual habrn de vivir. Por cierto, la sociedad les proporciona algunas instrucciones generales acerca de cmo enfrentar esta empresa, pero ello no quita que para el logro de esta tarea ellos debern realizar un esfuerzo considerable. El carcter mongamo del matrimonio refuerza la naturaleza dramtica y precaria de esta empresa. El xito o el fracaso dependen de las idiosincrasias presentes y de la evolucin bastante incierta de estas idiosincrasias de slo dos individuos.Persiste el hecho de que el establecimiento y mantencin de este mundo social plantea grandes exigencias a sus protagonistas principales. Podemos intentar ahora delinear el proceso ideal-tpico que tiene lugar en la medida que el matrimonio opera como un medio instrumental para la construccin social de la realidad. Los principales protagonistas del drama son dos individuos, cada cual provisto de un repertorio acumulado y disponible de experiencias biogrficas. Los dos individuos habrn internalizado el mismo universo, incluyendo las definiciones generales y las expectativas acerca de la relacin matrimonial misma. La sociedad los ha provisto de una imagen del matrimonio y los ha socializado anticipndoles los roles comnmente aceptados del matrimonio. Con todo, estas proyecciones relativamente vacas tienen que ser ahora actualizadas, vividas y llenadas con contenidos vivenciales por los protagonistas. Esto requerir un cambio dramtico de sus definiciones de la realidad y de s mismos. En cuanto al matrimonio, gran parte de las acciones de cada cnyuge deben ser ahora proyectadas en conjunto. Las definiciones de la realidad de cada cnyuge deben ser continuamente correlacionadas con las definiciones del otro. El otro est presente en casi todos los aspectos de la conducta diaria. Es ms, la identidad de cada uno adquiere ahora un carcter nuevo, pues debe ser igualada permanentemente con la del otro; de hecho, la gente suele percibirla como asociada simbiticamente a la identidad del otro. En la organizacin sicolgica de los "otros significativos" de cada cnyuge, el cnyuge pasa a ser el otro par excellence, el cohabitante ms cercano e importante del mundo. De hecho, todas las otras relaciones significativas deben ser, casi automticamente, repercibidas y reagrupadas en conformidad a este drstico cambio. Por definicin, entonces, el matrimonio constituye una ruptura nmica. En trminos de la historia personal de cada cnyuge, el matrimonio mismo da origen a un nuevo proceso nmico. Los protagonistas rara vez perciben, con algn grado de claridad, las profundas implicancias de este hecho. Ms bien existe la idea de que el mundo de uno, las relaciones de uno y, sobre todo, uno mismo siguen siendo los de antes, slo que, por cierto, ese mundo, esos otros y uno mismo sern ahora compartidos con el cnyuge. A estas alturas debiera estar claro que esta nocin constituye un grave error. Algunos de los problemas concretos y objetivos que surgen del matrimonio, como las tensiones con los parientes polticos o con antiguos amigos, o diferencias religiosas entre los cnyuges, as como tensiones inmediatas entre ellos, son percibidas como dificultades extremas, incidentales y prcticas. Tomemos un ejemplo simple y frecuente: las relaciones del marido con sus amigos del mismo sexo antes y despus del matrimonio. Se observa comnmente que dichas relaciones no perduran durante el matrimonio, especialmente si el amigo es soltero, o, si se mantienen, son drsticamente redefinidas. Esto no suele ser el resultado ni de una decisin deliberada por parte del marido ni de un sabotaje premeditado por parte de la esposa. Lo que tiene lugar, simplemente, es un proceso lento en el cual la imagen que el marido tiene de su amigo se transforma a medida que conversa sobre l con su esposa. Aun sin que haya realmente una conversacin, la sola presencia de la esposa hace que l vea a su amigo de un modo diferente. Esto no significa que haga suya una imagen negativa que de su amigo tiene la esposa. No importa cul sea la imagen que ella tenga de su amigo o la que l crea que ella tenga, sta ser diferente de la que tiene el esposo. El antiguo amigo, probablemente, desaparecer de la escena de manera paulatina, a medida que nuevos amigos tomen su lugar. Este proceso, si es que llega a ser comentado en la conversacin matrimonial, siempre puede ser explicado mediante frmulas sociales disponibles como "la gente cambia", "los amigos desaparecen", o uno mismo "se ha vuelto ms maduro". Este proceso de eliminacin a travs de la conversacin es particularmente efectivo pues es unidireccional: el marido generalmente habla con su mujer acerca de su amigo, pero no de su mujer con su amigo. El matrimonio, de este modo, plantea una nueva realidad. La relacin del individuo con esta nueva realidad es, sin embargo, dialctica: l acta sobre ella, en complicidad con su cnyuge, y sta acta de vuelta sobre ellos dos, fundiendo sus realidades. La objetivacin que da forma a esta realidad es precaria, los grupos con los cuales la pareja se vincula tienen la misin de ayudar a la definicin conjunta de esta nueva realidad. La pareja es impulsada hacia grupos que fortalecen la nueva definicin de ellos mismos y del mundo, y elude a aquellos que debilitan esta definicin. As, la nueva realidad no se asienta de una vez y para siempre, sino ms bien sigue siendo redefinida no slo en la interaccin matrimonial misma, sino tambin en las diversas relaciones de grupo, de base marital, de las que participa la pareja. De ah que en la biografa del individuo el matrimonio d origen a una fase decisiva de socializacin que puede ser comparada con aquellas de la niez y de la adolescencia. Esta fase tiene una estructura un tanto diferente de las anteriores. All el individuo fue socializado principalmente en moldes ya existentes. Aqu l colabora activamente en lugar de adaptarse en forma pasiva. A su vez, en las etapas previas de socializacin haba cierto temor a ingresar a un mundo nuevo y de experimentar cambios en el proceso. En el matrimonio hay poco temor a un proceso tal, ms bien existe la idea de que el mundo sigue igual y que slo sus connotaciones emocionales y pragmticas han cambiado. Esta nocin, como hemos intentado mostrar, es ilusoria. La reconstruccin del mundo en el matrimonio se produce principalmente en el curso de la conversacin, como ya lo hemos sugerido. El problema implcito en esta conversacin es cmo ensamblar dos definiciones individuales de la realidad. Por la misma lgica de la relacin se debe llegar a una definicin global comn; de lo contrario, la conversacin se volver imposible y la relacin peligrar. Cada cnyuge est continuamente aportando sus concepciones de la realidad, las que luego son "discutidas a fondo" por lo general no una sino varias veces- y en el proceso llegan a ser objetivadas por el aparato conversativo.

En la conversacin matrimonial no slo se construye un mundo, sino que ste se mantiene a su vez en estado de reparacin y constante reabastecimiento. La misma conversacin sostiene, para ambos cnyuges, la realidad subjetiva de este mundo. La instrumentalidad nmica del matrimonio se concreta una y otra vez. Este proceso tiene un efecto muy importante, a saber, produce un afiatamiento o estabilizacin de la realidad comn objetivada. Debiera ser fcil entender ahora cmo se origina esto. Las objetivaciones que continuamente efecta e interioriza la pareja se vuelven cada vez ms reales a medida que son confirmadas y reconfirmadas en la conversacin matrimonial. El mundo construido con estas objetivaciones adquiere al mismo tiempo mayor estabilidad. Por ejemplo, las imgenes de otras personas, que antes o en las primeras etapas de la conversacin matrimonial pudieron haber sido un tanto ambiguas y variables en las mentes de los cnyuges, ahora se solidifican en caracterizaciones definidas y estables. Una relacin casual pudo haberle parecido a la esposa, antes del matrimonio, a veces muy entretenida y otra muy aburrida. Bajo la influencia de la conversacin matrimonial, en la cual aquella otra persona es habitualmente "discutida", la esposa se quedar ahora, ms resueltamente, con una u otra de las caracterizaciones o llegar a un razonable punto medio entre las dos. En cualquiera de los tres casos, ella habr configurado junto con su marido una imagen de la persona en cuestin mucho ms estable de la que probablemente tena antes del matrimonio, cuando no exista una presin conversativa para tomar una decisin definitiva. El mismo proceso de estabilizacin se puede observar tambin respecto de las autodefiniciones. La esposa de nuestro ejemplo no slo se sentir presionada a asignar caracterizaciones estables a los dems sino tambin a s misma. Si antes no se interesaba en la poltica, ahora se identifica como liberal. Si antes alternaba entre posiciones religiosas nebulosamente articuladas, ahora se declara agnstica. Si antes se senta confusa e insegura frente a sus emociones sexuales, ahora se define como una desenfadada hedonista en esta rea. Y as sucesivamente, la misma realidad y procesos de estabilizacin de la identidad van ocurriendo en el marido. De este modo, tanto el mundo como el yo adquieren un carcter ms firme y ms seguro para ambos cnyuges. Adems, no son tan slo las experiencias presentes de los dos cnyuges las que permanentemente se comunican y comparten a travs del aparato conversativo. Tambin se comparte el pasado. Las dos biografas distintas -aprehendidas subjetivamente por los dos individuos que las han vivido- son desechadas y reinterpretadas en el curso de la conversacin. La pareja no slo construye la realidad presente sino que tambin reconstruye la realidad pasada, creando una memoria comn que integra los recuerdos de los dos pasados individuales. Tambin se comparten los horizontes futuros, lo que conduce no slo a la estabilizacin sino que, de manera inevitable, a un estrechamiento de los planes futuros de cada cnyuge. El individuo, antes del matrimonio, suele jugar con fantasas muy divergentes en las que se proyecta su yo futuro. Habiendo ya estabilizado considerablemente su autoimagen, el individuo casado tendr que proyectar su futuro de acuerdo con su identidad definida maritalmente. Este estrechamiento de los horizontes futuros comienza con las obvias limitaciones externas que impone el matrimonio, como, por ejemplo, respecto de los planes vocacionales y de carrera. Sin embargo, tambin se extiende hacia las posibilidades ms generales de la biografa individual. Para retomar un ejemplo anterior, la esposa, habindose "descubierto" a s misma como una persona liberal, agnstica y "sexualmente sana", elimina las posibilidades de llegar a ser anarquista, catlica o lesbiana. Al menos por ahora ha decidido quin es y, por la misma razn, quin habr de ser. La estabilizacin que trae consigo el matrimonio afecta, de este modo, la realidad total dentro de la cual existe la pareja. En el sentido ms amplio de la palabra, el individuo casado "asienta cabeza", y as debe ser para que el matrimonio sea posible de acuerdo con su definicin institucional contempornea. Ningn nfasis resulta suficiente para subrayar que este proceso pasa generalmente inadvertido; tiene un carcter casi automtico. Los protagonistas del drama matrimonial no se abocan en forma deliberada a recrear su mundo. Cada cual sigue viviendo en un mundo que se da por sentado y que mantiene ese carcter incluso mientras es transformado. El nuevo mundo que han creado los cnyuges, es percibido por ellos como el mundo normal en el cual ya han vivido antes. El presente reconstruido y el pasado reinterpretado son percibidos como un continuo que se prolonga hacia adelante, hacia un futuro proyectado en comn. La realidad que ha sido "inventada" dentro de la conversacin matrimonial es percibida subjetivamente como un "descubrimiento". As, los cnyuges se "descubren" a s mismos y al mundo, descubren "quines son ellos realmente", "en qu creen realmente", "cmo sienten y siempre han sentido realmente sobre esto y aquello". Este retrotraer del mundo que ellos realizan permanentemente sirve para acrecentar la estabilidad de este mundo y al mismo tiempo para mitigar la "ansiedad existencial" que, probablemente acompaa la percepcin de que slo nuestros propios y estrechos hombros sostienen el universo en el que hemos escogido vivir. Si se concibe la conversacin matrimonial como el drama principal y a los dos cnyuges como los protagonistas principales del drama, entonces se puede considerar a los dems individuos participantes como el coro que sostiene la accin del drama central. Hijos, amigos, parientes y relaciones ocasionales, todos contribuyen a reforzar la tenue estructura de la nueva realidad. De ms est decir que los nios son la parte ms importante de este coro de apoyo. Su existencia misma se funda en un mundo maritalmente establecido. Los propios cnyuges son los encargados de su socializacin dentro este mundo, que para los nios tiene un carcter preexistente y autoevidente. Se les ensean desde un comienzo, precisamente, las lneas que se prestan al coro de apoyo, desde sus primeras invocaciones "papi" y "mami" hasta la adopcin del aparato organizador y tipificador de los padres que ahora define su mundo tambin. El matrimonio implica no slo asumir nuevos roles, sino que, ms all de esto, ingresar en un mundo nuevo. El carcter mutuo de la adaptacin puede nuevamente relacionarse con el aumento del "igualitarismo matrimonial", pues ste exige un esfuerzo comparable por parte de ambos cnyuges. Ms directamente atingentes a nuestras consideraciones son los datos acerca de la mayor estabilidad de los casados en relacin con los individuos no casados.

Por supuesto que las personas casadas son ms estables emocionalmente (actan dentro de un mbito ms controlado de expresin emocional), ms maduras en sus puntos de vista (habitan un mundo ms firme y ms estrecho conforme a las expectativas de la sociedad) y son ms seguras de s mismas (han objetivado una definicin de s mismas ms estable y afiatada). Por tanto, es ms posible que sean sicolgicamente equilibradas (han eliminado gran parte de su "ansiedad" y reducido su ambivalencia as como su apertura a nuevas posibilidades de autodefinicin) y socialmente predecibles (mantienen su conducta dentro de las reglas de seguridad establecidas por la sociedad). El creciente predominio del divorcio quizs parezca, a primera vista, como un argumento en contra de nuestras consideraciones tericas. Pero sostenemos que justamente lo opuesto es lo cierto, como los datos mismos lo confirman. Los individuos en nuestra sociedad no se suelen divorciar porque el matrimonio ha dejado de ser importante para ellos, sino ms bien porque ha llegado a ser tan importante que son incapaces de tolerar que el matrimonio, contrado con el individuo particular en cuestin, sea menos que completamente exitoso. La frecuencia de los divorcios simplemente refleja cun difcil y exigente es esta empresa. Hemos querido demostrar que es posible desarrollar una teora sociolgica del matrimonio sobre la base de presupuestos sociolgicos claros. Creemos que tal teora sociolgica del matrimonio es generalmente til en la sociedad contempornea, y no slo sirve al socilogo, para tener un conocimiento plenamente consciente de la existencia. Tambin, hemos utilizado el caso del matrimonio como un ejercicio en la sociologa del conocimiento, una disciplina que consideramos sumamente promisoria. Hasta ahora esta disciplina se ha ocupado casi exclusivamente de problemas macrosociolgicos, como aquellos concernientes a la relacin de la historia intelectual con los procesos sociales. Creemos que la visin microsociolgica es igualmente importante para esta disciplina. La sociologa del conocimiento debe ocuparse no slo de los grandes universos de significado que la historia ofrece a la investigacin, sino tambin de la gran cantidad de pequeos talleres en los cuales los seres humanos individuales continan construyendo y manteniendo estos universos. De este modo, el socilogo puede contribuir de manera importante a iluminar el mundo cotidiano en el que todos vivimos y al que ayudamos a configurar en el curso de nuestra biografa.