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 Jorge A. S ierra Marzo de 2014 1 La iniciación cristiana en San Ambrosio de Milán Según la edición: AMBROSIO DE MILÁN, Explicación del símbolo; Los sacramentos; Los mis- terios. Madrid, Ciudad Nueva, 2005. Edición de Pablo Cervera Barranco. En palabras de Henri de Lubac, “cada vez que la Iglesia indaga sobre su fe, sobre su pensamiento y sobre su teología, instintivamente vuelve a los Padres. En la Historia de la Iglesia hay una especie de resurgimiento  permanente y de eterno descubrimiento de los Padres ”. 1  El ámbito de la catequesis es privilegiado en este as-  pecto, ya que se conservan importantes escritos patrísticos acerca de la iniciación cristiana de los catecúme- nos. Entre estos autores, destaca Ambrosio de Milán, doctor de la Iglesia que, como obispo, impartía diversas homilías catequéticas en la semanas de la Pasión y de Pascua a los neófitos, consignadas a continua ción en sus obras Explicación del símbolo, Los sacramentos y  Los misterios  , que aquí expondremo s brevemente.  A.- El autor Ambrosio nació en Tréveris, c. 340 y falleció en Milán 57 años después. Fue educado en Roma para ser abogado y hacia el año 370 fue designado prefecto consular para el norte de Italia, tomando su residencia en Milán. En el año 374 se levantó una fuerte disputa en- tre la facción católica y la arriana sobre la elección de un obispo que sucediera a Ausencio. Ambrosio, como primer magistrado, acudió a la iglesia para mantener el orden, con el resultado de que fue elegido por el pueblo para ocupar la sede episcopal. Al ser sólo catecúmeno tuvo que ser bautizado y ocho días más tarde, el 7 de diciembre del 374, consagrado obispo. Fue instruido por el presbítero Simpliciano (que luego le sucede) en base al estudio de la Escritura y la lectura de los Padres griegos, especialmente Orígenes, Atanasio y Cirilo de Jerusalén. 2  Como dirigente eclesiástico se distinguió por su apoyo a la fe ca- tólica, llegando a rechazar la entrega de la basílica porciana de Milán a la emperatriz para el culto arriano: se encerró con sus fieles en la basílica, dedicando gran parte del tiempo al canto de himnos litúrgi- cos. 3  A pesar del acoso militar de la iglesia, Ambrosio consiguió que se retiraran las fuerzas mili- tares del entorno basilical. Además de enfrentarse a las herejías, Ambrosio también se enfrentó al paganismo con el mismo celo. En el senado romano existía un altar a la Victoria, ante el cual se tomaban todos los juramentos. En el año 382 Graciano retiró el altar, probablemente a instiga- ción de Ambrosio. El senado, que favorecía la vieja religión, hizo denodados esfuerzos para que el altar fuera repuesto bajo Valentiniano II y Teodosio, pero sin éxito debido a la férrea oposición de Ambrosio. Ambrosio fue el autor de una reforma en la música eclesiástica, siendo asociada una tradición litúrgica muy antigua en Milán con su nombre. Por otro lado, sostuvo que el Estado no debe interferir en la Iglesia. En el año 370 el pueblo de Tesalónica asesinó al gobernador de la 1  DE LUBAC, H., «La costituzione Lumen gentium e i Padri della Chiesa», en AA.VV., La teologia dopo il Vaticano II , Brescia, 1967, 228. 2  MOLINÉ, E., Los padres de la Iglesia: Una guía introductoria. Madrid, Palabra, 1995. Págs. 11-157. 3  Apoyados en este hecho, algunos autores sitúan en ese momento el acta de nacimiento del canto ambrosiano (c. 386). 1. Ambrosio, mosaico en la capilla de San Víctor, Milán.

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  • Jorge A. Sierra Marzo de 2014

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    La iniciacin cristiana en

    San Ambrosio de Miln

    Segn la edicin: AMBROSIO DE MILN, Explicacin del smbolo; Los sacramentos; Los mis-terios. Madrid, Ciudad Nueva, 2005. Edicin de Pablo Cervera Barranco. En palabras de Henri de Lubac, cada vez que la Iglesia indaga sobre su fe, sobre su pensamiento y sobre su

    teologa, instintivamente vuelve a los Padres. En la Historia de la Iglesia hay una especie de resurgimiento

    permanente y de eterno descubrimiento de los Padres.1 El mbito de la catequesis es privilegiado en este as-

    pecto, ya que se conservan importantes escritos patrsticos acerca de la iniciacin cristiana de los catecme-

    nos. Entre estos autores, destaca Ambrosio de Miln, doctor de la Iglesia que, como obispo, imparta diversas

    homilas catequticas en la semanas de la Pasin y de Pascua a los nefitos, consignadas a continuacin en sus

    obras Explicacin del smbolo, Los sacramentos y Los misterios, que aqu expondremos brevemente.

    A.- El autor

    Ambrosio naci en Trveris, c. 340 y falleci en Miln 57 aos

    despus. Fue educado en Roma para ser abogado y hacia el ao 370

    fue designado prefecto consular para el norte de Italia, tomando su

    residencia en Miln. En el ao 374 se levant una fuerte disputa en-

    tre la faccin catlica y la arriana sobre la eleccin de un obispo que

    sucediera a Ausencio. Ambrosio, como primer magistrado, acudi a

    la iglesia para mantener el orden, con el resultado de que fue elegido

    por el pueblo para ocupar la sede episcopal. Al ser slo catecmeno

    tuvo que ser bautizado y ocho das ms tarde, el 7 de diciembre del

    374, consagrado obispo. Fue instruido por el presbtero Simpliciano

    (que luego le sucede) en base al estudio de la Escritura y la lectura

    de los Padres griegos, especialmente Orgenes, Atanasio y Cirilo de

    Jerusaln.2

    Como dirigente eclesistico se distingui por su apoyo a la fe ca-

    tlica, llegando a rechazar la entrega de la baslica porciana de Miln

    a la emperatriz para el culto arriano: se encerr con sus fieles en la

    baslica, dedicando gran parte del tiempo al canto de himnos litrgi-

    cos.3 A pesar del acoso militar de la iglesia, Ambrosio consigui que se retiraran las fuerzas mili-

    tares del entorno basilical. Adems de enfrentarse a las herejas, Ambrosio tambin se enfrent

    al paganismo con el mismo celo. En el senado romano exista un altar a la Victoria, ante el cual se

    tomaban todos los juramentos. En el ao 382 Graciano retir el altar, probablemente a instiga-

    cin de Ambrosio. El senado, que favoreca la vieja religin, hizo denodados esfuerzos para que

    el altar fuera repuesto bajo Valentiniano II y Teodosio, pero sin xito debido a la frrea oposicin

    de Ambrosio. Ambrosio fue el autor de una reforma en la msica eclesistica, siendo asociada

    una tradicin litrgica muy antigua en Miln con su nombre. Por otro lado, sostuvo que el Estado

    no debe interferir en la Iglesia. En el ao 370 el pueblo de Tesalnica asesin al gobernador de la

    1 DE LUBAC, H., La costituzione Lumen gentium e i Padri della Chiesa, en AA.VV., La teologia dopo il Vaticano II, Brescia, 1967, 228. 2 MOLIN, E., Los padres de la Iglesia: Una gua introductoria. Madrid, Palabra, 1995. Pgs. 11-157. 3 Apoyados en este hecho, algunos autores sitan en ese momento el acta de nacimiento del canto ambrosiano (c. 386).

    1. Ambrosio, mosaico en la capilla de San Vctor, Miln.

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    ciudad durante una revuelta, ordenando Teodosio, en su furia, una masacre contra la poblacin.

    Ambrosio le reprendi pblicamente imponindole disciplina eclesistica.4 Sin embargo, no

    siempre era justo con sus oponentes. En Mesopotamia los cristianos haban destruido un lugar

    de reunin de gnsticos valentinianos y haban quemado una sinagoga. El emperador Teodosio

    orden al obispo de la iglesia local que reconstruyera ambos edificios por cuenta de la iglesia.

    Esto desagrad al de Miln, que protest pblicamente y por escrito de tal forma que no se casti-

    g a los culpables y ni siquiera pagaron los daos producidos.5

    Adems de toda la actividad poltica reli-

    giosa que hemos descrito someramente, Am-

    brosio desarroll una intensa labor pastoral.

    Predicaba diariamente en los tiempos de pre-

    paracin de los catecmenos para la recepcin

    del bautismo, que alcanzaron, junto a sus pre-

    dicaciones homilticas dominicales y festivas,

    ganaron rpida popularidad. Como maestro

    estaba ms preocupado por cuestiones prcti-

    cas y ticas que metafsicas; sus escritos son

    ricos en claros matices prcticos, aunque su

    pensamiento no sea considerado tan original

    como el de otros Padres de la Iglesia.6

    A todo esto hay que aadir la atencin a los penitentes, a los pobres y encarcelados, as como

    la episcopalis audientia y las gestiones para conseguir un posible indulto para los condenados a

    muerte. Adems de este trabajo ingente, tuvo tiempo para escribir un considerable nmero de

    obras sobre temas pastorales y de espiritualidad, como la Exposicin sobre el Evangelio de S. Lu-

    cas, los tratados Sobre las vrgenes, Sobre los sacramentos, etc. Existen ms de noventa cartas

    suyas y un copioso Himnario.7

    Ambrosio fue fundamental para la conversin de San Agustn, de gran importancia para la

    historia de la Iglesia. En las mismas Confesiones escribe textualmente que, cuando visitaba al

    obispo de Miln, siempre le vea rodeado de un montn de personas llenas de problemas, por

    quienes se desviva para atender sus necesidades.8 Segn el luego obispo de Hipona, siempre

    haba una larga fila que estaba esperando hablar con Ambrosio para encontrar en l consuelo y

    esperanza.9 Afirma tambin Agustn que respecto a la fe catlica pensaba antes que no era posi-

    ble defenderla de las objeciones de los maniqueos; pero entonces crea ya que poda aceptarse

    sin imprudencia, mxime cuando tras de haber odo las explicaciones de Ambrosio una vez y

    otra y muchas ms, me encontraba con que l resolva satisfactoriamente algunos enigmas del

    Antiguo Testamento entendidos por m hasta entonces de una manera estrictamente literal, que

    haba matado mi espritu.10 Ambrosio fue un verdadero mistagogo para Agustn.

    Tras su muerte, el 4 de abril de 397, fue enterrado en la baslica ambrosiana de Miln, cerca

    de los mrtires Gervasio y Protasio. En el siglo IX el arzobispo Angilberto II coloc los restos de

    los tres personajes en un sarcfago que fue descubierto en el ao 1864 y abierto en 1871.

    4 ROPS, D., La Iglesia de los apstoles y de los mrtires, Ediciones Palabra, Madrid 1992. 5 BOER, H., Historia de la iglesia Primitiva. Unilit, Mchigan, p. 206. 6 RAMOS LISSON, D., Sabes quin era? San Ambrosio, obispo de Miln, en primeroscristianos.com. 7 Durante siglos se le atribuy el himno Te Deum, pero ya no es considerado su autor. 8 AGUSTN DE HIPONA, Confesiones, V, 13. Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1981. 9 Agustn recoge una curiosa ancdota de Ambrosio, y es que lea con la boca cerrada, algo verdaderamente novedoso en una poca en la lectura slo se conceba para ser proclamada, ya que leer en voz alta facilitaba la comprensin a quien lea. El hecho de que Ambrosio pudiera pasar las pginas slo con los ojos es para Agustn, una capacidad singular de lectura y de familiaridad con las Escrituras. Cfr. AGUSTN DE HIPONA, Op. Cit., VI, 3. 10 AGUSTN DE HIPONA, Op. Cit., V, 14.

    2. Sepulcro de Ambrosio y los mrtires Gervasio y Protasio en la Baslica Ambrosiana de Miln.

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    La iniciacin cristiana en San Ambrosio de Miln 3

    B.- Contexto histrico

    Ambrosio de Miln fue un lder irreemplazable de

    la Iglesia en el siglo IV. Por tanto debemos ubicarnos

    inicialmente dentro de esta poca y su contexto reli-

    gioso, poltico y social para comprender mejor su

    vida personal y ministerial.

    En cuanto al contexto social, con un imperio tam-

    baleante, exista una gran pobreza, desigualdades y

    atropellos, sobre todo al pueblo llano, tanto rural

    como urbano. La situacin se vio agravada por las

    continuas incursiones de los brbaros a poblaciones

    fronterizas del imperio, que generaban situaciones

    de desplazamiento y aumento de la miseria.11

    Con el edicto de Srdica de 310 el Estado recono-

    ci la existencia legal del cristianismo y lo equipar a los dems cultos permitidos en el edicto de

    Miln de 313. En el siglo IV, el cristianismo creci en poder llegando a ser la religin del imperio

    en manos de Constantino y Teodosio, quienes otorgan proteccin, estatus y bienes a la Iglesia.

    Dado que la apertura al cristianismo como religin protegida brindaba privilegios y posiciones,

    hubo muchos que se bautizaban sin ni siquiera tener idea del significado de del bautismo o la fe

    cristiana. Los obispos competan en pos de posiciones. Los ricos y poderosos parecan dominar

    la iglesia.12 Como reaccin, comienza el fenmeno del monaquismo y ascetismo, primero en

    oriente y despus en occidente.13

    En esta poca tambin se suscitan grandes controversias dogmticas y surgen las grandes he-

    rejas trinitarias y cristolgicas, como el arrianismo, al que se enfrent Ambrosio con vigor y que

    fueron consideradas en los grandes concilios ecumnicos.14 Las masas, cada vez ms numerosas,

    que pedan ingresar en la Iglesia provocaron que sta adoptase medidas para una ms completa

    y cuidada organizacin en la preparacin a la incorporacin en la Iglesia: la institucin del cate-

    cumenado, que tena ya una larga tradicin en la Iglesia, iba a servir como instrumento precioso

    preparatorio del bautismo.15

    La respuesta de los Padres de la Iglesia a la escasa formacin de las grandes masas de conver-

    sos fue clara: el perodo ms fecundo en cuanto a produccin literaria de carcter litrgico y

    catequtico lo encontramos en los siglos IV y V.16 En esta poca se desarrolla la nocin de cate-

    quesis, como forma de enseanza con mtodo y contenidos propios, bien diferenciada de otras

    formas de transmisin de la fe: predicacin a paganos, refutacin, tratados teolgicos, etc. La

    catequesis es para la liturgia y de ella brota.17 Eso no significa que el objeto de la catequesis sean

    exclusivamente los elementos propios de la celebracin.18 En la catequesis, que se orienta y sur-

    ge de la liturgia, se abordan todos los misterios cristianos en cuanto acogidos por la fe; en la li-

    turgia, dichos misterios son celebrados.19

    11 DUDDEN, F. H., The Life and Times of St. Ambrose, Oxford, Clarendon Press, 1935 12 GONZLEZ, J., Historia del cristianismo. Tomo 1. Miami, Unilit, p. 151. 13 COLOMBS, G. M. El monacato primitivo. Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1974. 14 ATTWATER, D. y JOHN, C. R., The Penguin Dictionary of Saints, Nueva York, Penguin Books, 31993. 15 ALBERICH, E., BINZ, A., Catequesis de adultos. Elementos de metodologa, Madrid, CCS, 2005. Captulo 1. 16 SESBO, B. (DIR.), Historia de los dogmas, I, Secretariado Trinitario, Salamanca 1995, 64-68. 17 SARTORE, D., Catequesis y Liturgia, en Nuevo Diccionario de Liturgia (NDL), Ed. Paulinas, Madrid 21987, 321-324. 18 DOMNGUEZ BALAGUER, R., Catequesis y liturgia en los Padres. Interpelacin a la catequesis de nuestros das, Sgueme, Salamanca 1988. 19 En las catequesis patrsticas, La liturgia postula la catequesis y la catequesis exige la liturgia. La liturgia misma es ya catequesis. Lo es en cuanto es ejercicio de fe y comunicacin de vida divina. La misma celebracin ensea y su enseanza capacita para una ms

    3. San Ambrosio en su estudio, c. 1500, procedente de Palencia, actualmente en Museo Metropolitano

    de Arte de Nueva York.

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    La iniciacin cristiana en San Ambrosio de Miln 4

    Por otro lado, se busca la unanimidad en toda la Iglesia, tanto de oriente como de occidente, a

    la hora de fijar los contenidos fundamentales de la catequesis: fe, credo o Profesin de fe, liturgia

    (iniciacin y mistaggica) y oracin (padrenuestro). La organizacin del catecumenado es prc-

    ticamente idntica en casi todas las iglesias, donde los diferentes contenidos responden a etapas

    progresivas del catecumenado.20

    C.- Las obras

    Las obras de Ambrosio de Miln Explanatio

    symboli, De sacramentis y De mysteriis exponen

    los ritos mediante los cuales los catecmenos

    reciban los sacramentos de la iniciacin cristia-

    na.21 Las tres obras hay que situarlas entre el

    386 y el 390.22 Forman parte de un gnero litera-

    rio llamado mistaggico o de iniciacin, basada

    en las catequesis a los catecmenos y a los nefi-

    tos sobre el significado de los ritos de la inicia-

    cin cristiana. La explicacin en estas obras se

    centra en el Credo o Smbolo de la Fe (traditio y

    redditio symboli), en el Padrenuestro (traditio

    orationis), en los ritos prebautismales (exorcis-

    mos, unciones, etc.), en los ritos de la confirma-

    cin y de la eucarista.

    Se trata de una catequesis ntimamente unida a la liturgia,23 dirigida a creyentes, que no bus-

    ca pruebas de tipo apologtico, sino que persigue la profundizacin contemplativa de la revela-

    cin con un tono expositivo, no combativo.24

    La Explanatio symboli es un sermn catequtico que conserva el estilo oral en la que

    se explica el Credo, dividido en doce partes, tal como se realizaba en torno al rito de la

    traditio. Es el primer documento escrito que nos permite reconstruir la frmula del

    smbolo de la fe.

    El De sacramentis es un conjunto de seis sermones, pronunciados entre el martes y el

    domingo de la semana in albis. En ellos se explican las diferentes fases del rito bau-

    tismal y de la eucarista, para terminar con una catequesis sobre la oracin.

    El De mysteriis es un tratado sinttico, probable relaboracin de la obra anterior, en el

    que el autor recopila los argumentos tratados en De sacramentis.

    Extrayendo de las tres obras las referencias a la iniciacin cristiana en tiempos de Ambrosio,

    podemos resumir que los catecmenos, una vez admitidos en el listado de aspirantes, reciban el

    Credo, el domingo anterior a la Pascua. Despus, en la noche del Sbado Santo se celebraba en

    forma sucesiva la apertio, la bendicin del agua bautismal, la uncin, las renuncias bautismales,

    la administracin del bautismo, la uncin de la cabeza, la lectura del lavatorio de los pies de Jn

    13, la entrega del vestido blanco, el spiritale signaculum y la celebracin de la eucarista.25

    fructuosa participacin en la celebracin (), pues la liturgia acta mediante signos. () La catequesis procura hacer comprender de forma unitaria las diferentes verdades reveladas () ya presentes en la celebracin. Cfr. RICO PAVS, J., Liturgia y catequesis en los padres de la Iglesia. Apuntes para el estudio en Teologa y Catequesis 80 (2001), pp. 39-75. 20 Cf. KELLY, J.N.D., Primitivos credos cristianos, Secretariado Trinitario, Salamanca 1980, pp. 15-45. 21 DANIELOU, J. Y DU CHARLAT, R., La catequesis en los primeros siglos, Studium, Madrid 1975, 167-171. 22 Cfr. AMBROSIO DE MILN, La iniciacin cristiana: la explicacin del smbolo, los sacramentos, los misterios, Nebl 45, Rialp, Madrid 1978 23 RICO PAVS, J., Op. Cit. p. 6. 24 Cf. C. VAGAGGINI, El sentido teolgico de la liturgia, BAC, Madrid 21965, 553-558. 25 OATIBIA, I La catequesis litrgica de los padres, Phase 118 (1980) 281-294.

    4. Fresco romnico (segunda mitad del s. XIII) represen-tando a dos catecmenos, vestidos de blanco, en su pri-

    mera eucarista, alrededor del altar con su obispo, Martn de Tours. Iglesia de San Martn de Cha (Huesca).

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    D.- La iniciacin cristiana en los primeros siglos26

    A partir de las obras de Ambrosio podemos establecer con seguridad la existencia de dos ti-

    pos de personas dentro del catecumenado: los catecmenos simples, que haban recibido la pri-

    mera iniciacin cristiana, y los competentes,27 que ya haban dado su nombre para ser bautiza-

    dos:

    El catecumenado, un periodo de al menos dos aos segn el Concilio de Elvira. La

    admisin al mismo se haca mediante un rito simple de signacin de la cruz sobre la

    frente (De Myst, 20) y con la entrega de un grano de sal.28 As, el catecmeno formaba

    parte de la comunidad cristiana, aunque no de pleno derecho. En la eucarista, parti-

    cipaba en la liturgia de la Palabra, pero no en la eucarstica.

    Muchos de los admitidos al catecumenado retrasaban la solicitud del bautismo por

    costumbre, por oportunismo poltico o para conservar su propia autonoma de con-

    ducta (incluso pecaminosa). Por eso Ambrosio recuerda frecuentemente que se solici-

    te el sacramento.29

    Nomendatio o tiempo de competentado, el paso del catecumenado simple al de

    los competentes comenzaba con la inscripcin del nombre del catecmeno en una lista

    de aspirantes al bautismo, desde el da de la Epifana hasta el comienzo de la Cuares-

    ma. As, los aspirantes se comprometan a completar su instruccin religiosa y vivir

    segn la moral cristiana (De Sacr. III, 12). En este periodo hay varias fases:

    o Penitencia: era necesaria una confesin general y oral de todos los pecados, a

    la que segua una intensificacin de la oracin y el ayuno como expresin del

    deseo de conversin.

    o Catequesis: en el caso de Miln, esta tarea la desempeaba el obispo perso-

    nalmente, siendo uno de sus principales deberes pastorales.30 Por su parte, los

    aspirantes deban asistir a catequesis, que no era apologtica o polmica, aun-

    que s se trataran los errores de Arrio y el paganismo. Ambrosio llama a sus

    catequesis lectio o instructio, con contenido doctrinal (sobre todo en lo refe-

    rente al Credo, los misterios y el Padrenuestro) y moral, dirigida a los compe-

    tentes. La catequesis mistaggica (sobre los misterios, es decir, los sacramen-

    tos) se daba despus del bautismo.

    Catequesis dogmtica: con explicacin gradual de las principales ver-

    dades de fe, partiendo de los primeros elementos (Dios creador) hasta

    la encarnacin de Jess y su obra redentora.

    Catequesis moral: a partir de algn relato bblico (Can y Abel, Jos, Job,

    David, Tobas), sobre algn Salmo o el relato de la creacin del Gne-

    sis. Centrndose en la vida de personajes santos, Ambrosio destaca sus

    virtudes e insta a los catecmenos a imitarlas (De Myst., 1), mientras

    ayuda a que conozcan la escritura y se familiaricen con ella.

    o Escrutinios: oraciones, letanas, ceremonias sagradas y exorcismos antes de la

    explicacin del Credo (De Myst., 1).

    o Explicacin del Credo o traditio Symboli: no se trata de una entrega del Credo

    escrito, sino de explicarlo artculo por artculo. (Expl. Symb., 2). La Explanatio

    26 Sigo aqu la introduccin de Pablo Cervera Barranco en AMBROSIO DE MILN, Op. Cit. pp. 24-34. 27 Del latn competo, que significa solicitar. 28 AGUSTN DE HIPONA, Op. Cit, I, 11. 29HAMMAN, A., La vida cotidiana de los primeros cristianos, Palabra, Madrid, 1985 30 Ambrosio llega a excusar su presencia en una ordenacin episcopal e incluso ante el emperador Graciano, por tener que dar la catequesis a los competentes.

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    La iniciacin cristiana en San Ambrosio de Miln 6

    que conservamos de Ambrosio es una obra eminentemente personal, lejos de

    una buscada elocuencia o disquisicin teolgica y dirigida a personas senci-

    llas. Se presenta como obra de los apstoles reunidos y, as, corresponde al

    obispo exponerla, en nombre de la Tradicin, como su sucesor. En Miln, esta

    explicacin se daba el domingo antes de Pascua.

    o Devolucin del Credo o redditio Symboli: es decir, los candidatos aprenden de

    memoria el Credo y lo recitaban en una ceremonia oficial, de modo solemne.31

    E.- La catequesis ambrosiana

    No tenemos muchas noticias sobre los primeros ritos del catecume-

    nado en Miln. En la Explanatio symboli alude en primer lugar a los es-

    crutinios, pues es una ejemplo de traditio symboli (Expl., 9) donde el

    obispo, como primer catequista, explica las verdades de la fe. Como no es

    un tratado formal, no se incluye la redditio. Las catequesis episcopales

    posteriores se basaban en los mismos textos bblicos, las historias de los

    patriarcas o los Proverbios (Myst. 1). Se explicaba el Credo, pero no los

    misterios (ritos de iniciacin y bautismo. Cfr. Sacr. I, 1 y Myst., 1)

    Los ritos, propiamente, estn explicados en las otras dos obras.

    1. La vigilia de Pascua comienza con el rito de la apertio (Sacr., I,

    2). A los candidatos, el obispo mismo les toca los odos y la

    nariz diciendo: Effet! (Sacr., I, 2; Myst., 3).

    2. Despus, se dirigen al baptisterio (Sacr., I, 4; Myst., 4) para ser

    ungidos por un dicono o un presbtero (Sacr.,I, 4) y renun-

    ciar al demonio mediante una doble pregunta (Sacr., I, 5), mi-

    rando primero hacia Occidente y luego hacia Oriente. Ambos

    ritos iniciales tenan como objetivo expresar que, para los

    candidatos, empezaba una nueva vida.

    3. A continuacin, se bendicen las aguas del bautismo, junto a un exorcismo y una ora-

    cin (Sacr., II, 14; Myst., 8, Sacr., I, 16).

    4. El bautismo propiamente comienza con un interrogatorio triple y la inversin, por

    tres veces, en la fuente bautismal (Sacr., II, 20; Myst., 28).

    5. Posteriormente, el obispo les unga la cabeza con el crisma o mirn (Myst., 29; Sacr.,

    III, 1) para, a continuacin, leer el captulo 13 del Evangelio de San Juan (Sacr., III,;

    Myst., 31) y realizar un lavatorio de los pies (Sacr., II, 4). Luego, los recin bautizados

    reciben la vestidura blanca (Myst., 34).

    6. Se simbolizaba el don del Espritu con la spiritale signaculum (Sacr., III, 8; Myst., 42),

    tras la que los nefitos formaban ya parte de la comunidad, que los admite en el altar

    (Sacr., IV, 5; Myst., 43). La liturgia sigue aqu el esquema de 1 Tm 2, 2: alabanza, ora-

    cin, peticin y, finalmente, mezcla del agua y el vino (Sacr., V, 2).

    San Ambrosio recoge en De sacramentis y De mysteriis diversas oraciones del canon (consa-

    gracin: Sacr., IV, 21-22, anamnesis: Sacr. IV, 27), siete lecturas bblicas,32 el nfasis dado al Pa-

    dre Nuestro (Sacr., V, 18-19; VI, 24) y la comunin bajo las dos especies (Sacr., IV, 25; Myst., 54),

    momento que, en su comentario, aprovecha el autor para insistir en la presencia real de Cristo

    en la eucarista y su carcter sacrificial.

    31 AGUSTN DE HIPONA, Op. Cit., VIII, 2. 32 Una para cada da de la semana: curacin del paraltico (Jn 5, 1-1; Sacr., II, 3). Rm 6, 3 (Sacr., 2, 23). 2 Cor 1, 21-22 (Myst., 42). 2 Cor 12, 4-69 (Sacr., VI), 2 Re 5, 1-14 (Myst., 16) y el relato de Melquisedec de Gn 14 (Myst., 45). Jn 13 se lea el sbado in albis (Myst. 31 y Sacr. III, 4).

    5. San Ambrosio, de Fran-cisco de Zurbarn. leo sobre tela, entre 1626 y

    1627. Museo Provincial de Bellas Artes (Sevilla).

  • I.S.C.R.C. San Po X (Madrid) Teologa Litrgico-Sacramental yCatequesis de la Celebracin

    La iniciacin cristiana en San Ambrosio de Miln 7

    F.- Conclusiones

    Llama la atencin dada por un obispo tan importante polticamente como Ambrosio a la cate-

    quesis de los futuros cristianos, una tarea que, a lo largo de los siglos ha sido devaluada, junto al

    mismo ministerio de catequista (de nios o de adultos), frente al servicio del altar. Ambrosio

    lleg a rechazar una invitacin del emperador Graciano para seguir de cerca la iniciacin cristia-

    na de los catecmenos de Miln y asuma personalmente los ltimos pasos de su formacin.

    Para Ambrosio, como para otros Padres de la Iglesia, el mensaje cristiano es un todo: no se

    puede separar catequesis de liturgia, del mismo modo que no es posible recibir los sacramentos

    sin un verdadero cambio vital hacia una conducta tica cristianamente intachable. Denodado

    esfuerzo en pocas de conversiones en masa que bien puede iluminar a los catequistas en nues-

    tra poca de indiferencia pero, a la vez, de bsqueda de la coherencia.

    Por otro lado, conmueven con frecuencia las palabras usadas por obispo para animar en el

    camino de la fe a sus oyentes. Habla desde la propia experiencia, enseando pero no condenando

    (aunque lo hiciera en otros escritos), exhortando al testimonio vital de las verdades recibidas. Es

    decir, el testimonio de la propia vida cristiana, vivida con felicidad, es la primera catequesis. El

    propio Agustn de Hipona lo recoge con admiracin: Y a Ambrosio mismo lo tena yo por el

    hombre feliz segn el mundo, pues tantos honores reciba de gentes poderosas y slo me pareca

    trabajoso su celibato.33 En palabras de Benedicto XVI:

    Segn el magisterio de Ambrosio y de Agustn, la catequesis es inseparable del testimonio

    de vida. Puede servir tambin para el catequista lo que escrib en la Introduccin al cris-

    tianismo sobre los telogos. Quien educa en la fe no puede correr el riesgo de presentarse

    como una especie de clown, que recita un papel por oficio. Ms bien, utilizando una

    imagen de Orgenes, escritor particularmente apreciado por Ambrosio, tiene que ser como

    el discpulo amado, que apoy la cabeza en el corazn del Maestro, y all aprendi la ma-

    nera de pensar, de hablar, de actuar. Al final de todo, el verdadero discpulo es quien

    anuncia el Evangelio de la manera ms creble y eficaz.34

    33 AGUSTN DE HIPONA, Op. Cit., VI, 3. 34 Benedicto XVI presenta a San Ambrosio de Miln: Intervencin durante la audiencia general del mircoles 24 de octubre de 2007. http://www.zenit.org/article-25222?l=spanish.