70º ANIVERSARIO - Parroquia San José | Las Matas de Madrid · Martes, 19: FESTIVIDAD DE SAN JOSE....

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El día 9 de marzo dio comienzo una nueva Cuaresma, cuarenta días asociados en ocasiones a una visión de la fe como sacrificio. Sin ánimo de ignorar los desiertos que atraviesa nuestra vida (también la cristiana), mucho más en medio de la crisis global que nos azota, las páginas que siguen quieren ser una invitación a vivir este tiempo como un camino de alegría hacia la Pascua. Porque nuestro mundo, necesitado de Resurrección, espera sobre todo del cristiano que dé razón de su esperanza. Quiero comenzar esta reflexión sobre la Cuaresma pidiendo a Dios que ilumine los ojos de nuestro corazón, con el fin de iniciar el camino de estos cuarenta días preparatorios para el inmenso gozo de la Pascua, la fiesta de la Resurrección de Jesús, arrancando las costras del pesimismo y la desesperanza que con frecuencia atenazan, ponen sordina y mordaza a la frescura y a la alegría a las que la Trinidad Santa nos convoca. Pues el servicio específico que nosotros podemos hacer a los hombres y mujeres, niños, jóvenes, adultos y ancianos de nuestra sociedad consiste en dar razón de la esperanza cristiana. He aquí un camino de preparación para celebrar y vivir a fondo el misterio central de nuestra fe, que es la Resurrección de Jesucristo y la promesa de nuestra propia resurrección. En realidad, la Cuaresma presenta una visión alegre del mundo. El siglo XX, y lo que llevamos de siglo XXI, ha sido un tiempo de florecimiento espiritual y teológico que subraya actitudes personales y comunitarias en parroquias, comunidades eclesiales, movimientos, congregaciones, institutos seculares, hermandades, etc. A los ya bautizados les plantea una revisión de vida, en la divinización que les ha sido otorgada; a los no convertidos les propone, mediante el Bautismo, la entrada en una creación nueva. A todos, el valor sincero y leal de examinar la manera de ser, de ver dónde nos encontramos, lo que queremos, lo que entendemos como vida cristiana. - Donde el alimento de la vida interior es la Palabra de Dios y la Eucaristía, como nos dice Jesucristo en el discurso del pan de vida. - Donde la fe es el gran riesgo de la vida. - Donde los pobres son el centro por ser los amigos de Jesús. - Donde los miedos se alejan ante lo nuevo, porque, más que temor, vemos en ello una oportunidad de Dios. - Donde la escucha del Evangelio de Jesucristo, la celebración de los sacramentos, la oración, son alimento para el caminar diario y el principio de unificación de toda comunidad cristiana. - Donde la humildad nos lleva a dejar que el protagonismo sea del Espíritu Santo. - Donde el silencio y la oración ocupan un lugar esencial, alejándonos, poco a poco, de la perversa servidumbre a tanto ruido y verborrea, para conducirnos al sosiego y la paz interior. - Donde se anuncia el Evangelio y se propone la fe con palabras y obras, el testimonio creíble de la vida, respetando la libertad de cada uno. Empecemos, pues, la Cuaresma desde el espesor de la vida de cada día, con los pies en la tierra, pero, a la vez, con la alegría y el gozo de quienes hemos puesto la confianza en el Señor Jesús que nos ha llamado a colaborar con Él, a echarle una mano. José Mª Avendaño 70º ANIVERSARIO http://www.sanjoselasmatas.es [email protected] El Tabor de cada día Cuando te has olvidado de ti mismo, cuando te has agotado en el servicio a los últimos, cuando has vencido la tentación de cualquier apego, cuando has aceptado el sufrimiento como compañero, cuando has sabido perder, cuando ya no pretendes ganar, cuando has compartido lo que tú necesitabas, cuando te has arriesgado por el pobre, cuando has enjugado las lágrimas del inocente, cuando has rescatado a alguien de su infierno, cuando te has introducido en el corazón del mundo, cuando has puesto tu voluntad en las manos de Dios, cuando te has purificado de tu orgullo, cuando te has vaciado de tanto acopio superfluo, cuando te sientes herido... brilla en ti, gratis, la luz de Dios, sientes su presencia irradiando frescura primaveral, y su perfume te envuelve y reanima. Ya no necesitas otros tesoros. Dios te acompaña, te habla, te protege. Te sientes esponjado en un mar de dicha. Y si no estás en las nubes, es un Tabor que se te ofrece gratis, para que disfrutes ya lo presente, y camines firme y sin temores. F. Ulibarri Hoy Domingo, 17 Eucaristía 11:00h. Entrega del CREDO Niños Comunión II. Eucaristía 12:30h. Preside el Cardenal D. Antonio Mª Rouco Varela Visita de la Comunidad hermana de S. José de Tahen. Camboya COLECTA EXTRAORDNARIA SEMINARIO VENTA DE TARTAS “Pro Seminario” Lunes, 18: 19:30h. Biblia: Jesús de Nazaret, el Cristo de Dios Miércoles, 20: 19:30h. Grupo R. Carismática Jueves, 21: 17:00 y 18:00h. Catequesis 20:00h. Oración de la comunidad Viernes, 22: ABSTINENCIA 17:00 y 18:00h. Catequesis 19:25h. Viacrucis Domingo, 24: DOMINGO III de CUARESMA Eucaristías: 11:00 y 12:30h. 12:00h. Catequesis RECORDATORIO: Abierta la posibilidad de colaborar en la amortización del crédito de 100.000 €, una vez terminadas las obras. Martes, 19: FESTIVIDAD DE SAN JOSE. Eucaristías: 10:00h y 19:00h Solemne. Convivencia. Piscolabis. Día 18 Cirilo de Jerusalén, Anselmo de Luca, Salvador de Horta. Dan 9, 4b-10 Sal 78 Lucas 6, 36-38 Día 19 José, esposo de Maria. Amancio, Ida, Juan. 2Sam 7, 4-5a.12-14a.16 Sal 88 Rom 4, 13.16-18.22 Mateo 1, 16.18-21.24a (o bien: Lucas 2, 41-51a) Día 20 Martin de Braga, Nicetas, Eufemia, José Bilczewski. Jer 18, 18-20 Sal 30 Mateo 20, 17-28 Día 21Serapión, Lupiciano, Filemón, Fabiola. Jer 17, 5-10 Sal 1 Lucas 16, 19-31 Día 22 Zacarías papa, Deogracias, Lea, Nicolás Owen, Bto. Clemente Augusto von Galen. Gén 37, 3-4.12-13a.17b-28 Sal 104 Mateo 21, 33-43.45-46 Día 23 Toribio de Mogrovejo, José Oriol, Lidia, Fidel. Miq 7, 14-15.18-20 Sal 102 Lucas 15,1-3.11-32 Las Matas. Madrid Año XVI 988 II DOMINGO DE CUARESMA CICLO C 17 marzo 2019

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El día 9 de marzo dio comienzo una nueva Cuaresma, cuarenta días asociados en ocasiones a una visión de la fe como sacrificio. Sin ánimo de ignorar los desiertos que atraviesa nuestra vida (también la cristiana), mucho más en medio de la crisis global que nos azota, las páginas que siguen quieren ser una invitación a vivir este tiempo como un camino de alegría hacia la Pascua. Porque nuestro mundo, necesitado de Resurrección, espera sobre todo del cristiano que dé razón de su esperanza. Quiero comenzar esta reflexión sobre la Cuaresma pidiendo a Dios que ilumine los ojos de nuestro corazón, con el fin de iniciar el camino de estos cuarenta días preparatorios para el inmenso gozo de la Pascua, la fiesta de la Resurrección de Jesús, arrancando las costras del pesimismo y la desesperanza que con frecuencia atenazan, ponen sordina y mordaza a la frescura y a la alegría a las que la Trinidad Santa nos convoca. Pues el servicio específico que nosotros podemos hacer a los hombres y mujeres, niños, jóvenes, adultos y ancianos de nuestra sociedad consiste en dar razón de la esperanza cristiana. He aquí un camino de preparación para celebrar y vivir a fondo el misterio central de nuestra fe, que es la Resurrección de Jesucristo y la promesa de nuestra propia resurrección. En realidad, la Cuaresma presenta una visión alegre del mundo. El siglo XX, y lo que llevamos de siglo XXI, ha sido un tiempo de florecimiento espiritual y teológico que subraya actitudes personales y comunitarias en parroquias, comunidades eclesiales, movimientos, congregaciones, institutos seculares, hermandades, etc. A los ya bautizados les plantea una revisión de vida, en la divinización que les ha sido otorgada; a los no convertidos les propone, mediante el Bautismo, la entrada en una creación nueva. A todos, el valor sincero y leal de examinar la manera de ser, de ver dónde nos encontramos, lo que queremos, lo que entendemos como vida cristiana. - Donde el alimento de la vida interior es la Palabra de Dios y la Eucaristía, como nos dice Jesucristo en el discurso del pan de vida. - Donde la fe es el gran riesgo de la vida. - Donde los pobres son el centro por ser los amigos de Jesús. - Donde los miedos se alejan ante lo nuevo, porque, más que temor, vemos en ello una oportunidad de Dios. - Donde la escucha del Evangelio de Jesucristo, la celebración de los sacramentos, la oración, son alimento para el caminar diario y el principio de unificación de toda comunidad cristiana. - Donde la humildad nos lleva a dejar que el protagonismo sea del Espíritu Santo. - Donde el silencio y la oración ocupan un lugar esencial, alejándonos, poco a poco, de la perversa servidumbre a tanto ruido y verborrea, para conducirnos al sosiego y la paz interior. - Donde se anuncia el Evangelio y se propone la fe con palabras y obras, el testimonio creíble de la vida, respetando la libertad de cada uno.

Empecemos, pues, la Cuaresma desde el espesor de la vida de cada día, con los pies en la tierra, pero, a la vez, con la alegría y el gozo de quienes hemos puesto la confianza en el Señor Jesús que nos ha llamado a colaborar con Él, a echarle una mano.

José Mª Avendaño

70º ANIVERSARIO

http://www.sanjoselasmatas.es

[email protected]

El Tabor de cada día

Cuando te has olvidado de ti mismo, cuando te has agotado en el servicio a los últimos, cuando has vencido la tentación de cualquier apego, cuando has aceptado el sufrimiento como compañero, cuando has sabido perder, cuando ya no pretendes ganar, cuando has compartido lo que tú necesitabas, cuando te has arriesgado por el pobre, cuando has enjugado las lágrimas del inocente, cuando has rescatado a alguien de su infierno, cuando te has introducido en el corazón del mundo, cuando has puesto tu voluntad en las manos de Dios, cuando te has purificado de tu orgullo, cuando te has vaciado de tanto acopio superfluo, cuando te sientes herido... brilla en ti, gratis, la luz de Dios, sientes su presencia irradiando frescura primaveral, y su perfume te envuelve y reanima. Ya no necesitas otros tesoros. Dios te acompaña, te habla, te protege. Te sientes esponjado en un mar de dicha. Y si no estás en las nubes, es un Tabor que se te ofrece gratis, para que disfrutes ya lo presente, y camines firme y sin temores.

F. Ulibarri

Hoy Domingo, 17

Eucaristía 11:00h. Entrega del CREDO Niños Comunión II. Eucaristía 12:30h. Preside el Cardenal D. Antonio Mª Rouco Varela Visita de la Comunidad hermana de S. José de Tahen. Camboya COLECTA EXTRAORDNARIA SEMINARIO VENTA DE TARTAS “Pro Seminario”

Lunes, 18: 19:30h. Biblia: Jesús de Nazaret, el Cristo de Dios

Miércoles, 20: 19:30h. Grupo R. Carismática

Jueves, 21: 17:00 y 18:00h. Catequesis 20:00h. Oración de la comunidad

Viernes, 22: ABSTINENCIA 17:00 y 18:00h. Catequesis 19:25h. Viacrucis

Domingo, 24: DOMINGO III de CUARESMA

Eucaristías: 11:00 y 12:30h. 12:00h. Catequesis

RECORDATORIO:

▪ Abierta la posibilidad de colaborar en la amortización del crédito de 100.000 €, una vez terminadas las obras.

Martes, 19: FESTIVIDAD DE SAN JOSE. Eucaristías: 10:00h y 19:00h Solemne. Convivencia. Piscolabis.

Día 18 – Cirilo de Jerusalén, Anselmo de Luca, Salvador de Horta.

Dan 9, 4b-10 – Sal 78 – Lucas 6, 36-38 Día 19 – José, esposo de Maria. Amancio, Ida, Juan.

2Sam 7, 4-5a.12-14a.16 – Sal 88 – Rom 4, 13.16-18.22 Mateo 1, 16.18-21.24a (o bien: Lucas 2, 41-51a)

Día 20 – Martin de Braga, Nicetas, Eufemia, José Bilczewski.

Jer 18, 18-20 – Sal 30 – Mateo 20, 17-28 Día 21– Serapión, Lupiciano, Filemón, Fabiola.

Jer 17, 5-10 – Sal 1 – Lucas 16, 19-31 Día 22 – Zacarías papa, Deogracias, Lea, Nicolás Owen, Bto. Clemente Augusto

von Galen.

Gén 37, 3-4.12-13a.17b-28 – Sal 104 – Mateo 21, 33-43.45-46 Día 23 – Toribio de Mogrovejo, José Oriol, Lidia, Fidel.

Miq 7, 14-15.18-20 – Sal 102 – Lucas 15,1-3.11-32

Las Matas. Madrid – Año XVI – nº 988

II DOMINGO DE CUARESMA – CICLO C – 17 marzo 2019

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La cuaresma es la experiencia de la contemplación y de la oración,

de vivir no para evadirse de la dureza de lo cotidiano, sino para

gozar de la familiaridad con Dios, para después retomar, con

renovado vigor, el camino fatigoso de la cruz que lleva a la

resurrección. P. Francisco.

Lectura del libro del Génesis 15, 5-12.17-18 En aquellos días, Dios sacó afuera a Abrán y le dijo: «Mira al cielo y cuenta las estrellas, si puedes contarlas». Y añadió: «Así será tu descendencia». Abrán creyó al Señor y se le contó como justicia. Después le dijo: «Yo soy el Señor que te saqué de Ur de los caldeos, para darte en posesión esta tierra». El replicó: «Señor Dios, ¿cómo sabré yo que voy a poseerla?» Respondió el Señor: «Tráeme una novilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón». Él los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres y Abrán los espantaba. Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrán y un terror intenso y oscuro cayó sobre él. El sol se puso, y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados. Aquel día el Señor concertó alianza con Abrán en estos términos: «A tu descendencia le daré esta tierra, desde el río de Egipto al Gran Río Eufrates». Palabra de Dios.

Salmo responsorial.- Salmo 26 R/. EL SEÑOR ES MI LUZ Y MI SALVACIÓN. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R. Escúchame, Señor, que te llamo; ten piedad, respóndeme. Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro». Tu rostro buscaré, Señor. R. No me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches. R. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R.

Lectura de la carta de san Pablo a los a los Filipenses 3, 17-4,1.

Hermanos, sed imitadores míos y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros. Porque -como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos- hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas; solo aspiran a cosas terrenas. Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. El transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos. Palabra de Dios.

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 28b-36

En aquel tiempo, tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, aparecieron con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían del sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía lo que decía. Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube. Y una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo». Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto. Palabra del Señor.

Continuamos nuestro camino hacia la Pascua. Al inicio de la Cuaresma, se nos proponía hacerlo siguiendo las huellas del mismo Jesús puesto que, también Él, sintió la tentación de la duda, del cansancio, del poder, de “lo fácil... hoy sabemos que es en el contacto directo con Jesús donde es posible el cambio. Es necesario escucharle, así nada nos podrá separar del amor de Cristo.

Desde siempre hemos oído hablar de la escena evangélica de hoy. No es posible saber con seguridad cómo se originó el relato. Quedó recogido en la tradición cristiana porque les ayudaba a recordar el misterio encerrado en Jesús y les invitaba a escucharle solo a él. Según la visión del evangelista, la transfiguración en el monte Tabor es un anticipo de la resurrección de Jesús, es una pausa en su camino hacia Jerusalén. El Tabor en la vida de Jesús se encuentra entre el desierto y el calvario. Aquí se nos ofrece la identidad profunda del mismo Jesús. A los que pertenecemos a la cultura moderna no se nos hace fácil penetrar en el significado de un relato redactado con imágenes y recursos literarios, propios de una "teofanía" o revelación de Dios. Sin embargo, el evangelista Lucas ha introducido detalles que nos permiten descubrir con más realismo el mensaje de un episodio que a muchos les resulta hoy extraño e inverosímil.

Todo sucede durante la oración de Jesús; recogido profundamente, acoge la presencia de su Padre, y su rostro cambia. Los discípulos perciben algo de su identidad más profunda y escondida. Algo que no pueden captar en la vida ordinaria de cada día. No entendían, no comprendían… pero veían, con sus ojos totalmente asombrados, que Jesús era mucho más de lo que pensaban y Dios, andaba mucho más cerca de lo que ellos podían imaginar.

En la vida de los seguidores de Jesús no faltan momentos de claridad y certeza, de alegría y de luz. Ignoramos lo que sucedió en lo alto de aquella montaña, pero sabemos que en la oración y el silencio es posible vislumbrar, desde la fe, algo de la identidad oculta de Jesús. Esa oración es fuente de un conocimiento que no es posible obtener de los libros.

Necesitamos urgentemente "interiorizar" nuestra religión si queremos reavivar nuestra fe. No basta oír el Evangelio de manera distraída, rutinaria y gastada, sin deseo alguno de escuchar. No basta tampoco una escucha inteligente preocupada solo de entender. Vivir escuchando a Jesús es una experiencia única. Escuchamos a alguien que dice la verdad; alguien que sabe por qué y para qué vivir; alguien que nos ofrece las claves para construir un mundo mucho más justo y más humano.

Los seguidores de Jesús no vivimos de cualquier creencia, norma o rito. Una comunidad se va haciendo cristiana cuando va poniendo en su centro sólo el Evangelio. Ahí está en juego nuestra identidad. Necesitamos escuchar a Jesús vivo en lo más íntimo de nuestro ser. Todos, predicadores y pueblo fiel, teólogos y lectores, necesitamos escuchar su Buena Noticia de Dios, no desde fuera sino desde dentro. Dejando que sus palabras desciendan de nuestras cabezas hasta el corazón, nuestra fe sería más fuerte, más gozosa, más contagiosa.