728 El Espiritu Santo v2

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El Espíritu Santo John Ritchie, 1853-1930 Believers Magazine; The Harvester, 1969 La época en la cual vivimos es primordialmente la época del Espíritu. Como hubo ya un día cuando el Eterno Hijo entró en su labor distintiva en la tierra al nacer de su madre virgen en Belén, así el Eterno Espíritu comenzó su obra distintiva en el día de Pentecostés; véase Hechos 2.4. Esta obra sigue en marcha a lo largo de todo este tiempo de gracia. Es cierto que el Espíritu Santo estaba activo en las edades pasadas, como indica claramente el Antiguo Testamento. También es cierto que estaba intensamente ocupado durante el ministerio público del Señor Jesús, como los cuatro Evangelios testifican. De nuevo Él estará activo en el siglo veniderocuando se cumplirá del todo la profecía de Joel, Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, 2.17. Pero el don del Espíritu en la época presente como una continua presencia dependía de la realización de la redención por parte de Cristo, con su subsiguiente resurrección, ascensión y glorificación. Por esto las palabras instructivas de Juan 7.39, Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo porque Jesús no había sido aún glorificado. Es de primera importancia entender que el advenimiento del Espíritu Santo significa que el Señor, quien en un tiempo fue crucificado, ha resucitado y está exaltado por la diestra de Dios, Hechos 2.33. De otro modo el Espíritu no pudiera haber venido. Esta obra se divide de la manera siguiente: La época del Espíritu Es una persona Una persona divina Sus nombres y títulos En el Antiguo Testamento La inspiración En la vida de Cristo En el Evangelio de Juan En Hechos de los Apóstoles En Romanos En Gálatas En Efesios En el bautismo En el Apocalipsis

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  • El Espritu Santo

    John Ritchie, 1853-1930 Believers Magazine; The Harvester, 1969

    La poca en la cual vivimos es primordialmente la poca del Espritu. Como hubo ya un da

    cuando el Eterno Hijo entr en su labor distintiva en la tierra al nacer de su madre virgen en

    Beln, as el Eterno Espritu comenz su obra distintiva en el da de Pentecosts; vase

    Hechos 2.4.

    Esta obra sigue en marcha a lo largo de todo este tiempo de gracia. Es cierto que el Espritu

    Santo estaba activo en las edades pasadas, como indica claramente el Antiguo Testamento.

    Tambin es cierto que estaba intensamente ocupado durante el ministerio pblico del Seor

    Jess, como los cuatro Evangelios testifican. De nuevo l estar activo en el siglo venidero cuando se cumplir del todo la profeca de Joel, Derramar mi Espritu sobre toda carne, 2.17.

    Pero el don del Espritu en la poca presente como una continua presencia dependa de la

    realizacin de la redencin por parte de Cristo, con su subsiguiente resurreccin, ascensin y

    glorificacin. Por esto las palabras instructivas de Juan 7.39, Esto dijo del Espritu que haban de recibir los que creyesen en l; pues an no haba venido el Espritu Santo porque

    Jess no haba sido an glorificado. Es de primera importancia entender que el advenimiento del Espritu Santo significa que el Seor, quien en un tiempo fue crucificado,

    ha resucitado y est exaltado por la diestra de Dios, Hechos 2.33. De otro modo el Espritu

    no pudiera haber venido.

    Esta obra se divide de la manera siguiente:

    La poca del Espritu

    Es una persona

    Una persona divina

    Sus nombres y ttulos

    En el Antiguo Testamento

    La inspiracin

    En la vida de Cristo

    En el Evangelio de Juan

    En Hechos de los Apstoles

    En Romanos

    En Glatas

    En Efesios

    En el bautismo

    En el Apocalipsis

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    La poca del Espritu

    Cuando el sumo sacerdote de Israel entraba en el lugar santo del tabernculo en

    representacin del pueblo, llevando los nombres de las tribus en el pectoral frente a su

    corazn, l estaba escondido de los ojos de los hombres. Pero en el borde de su manto

    sacerdotal, el efod, haba una serie de campanillas y granadas, sencillas pero eficaces, segn

    explica xodo 28.34. Al moverse el sumo sacerdote, stas sonaban con su ligero tintineo,

    anunciando al pueblo afuera que su representante estaba vivo y ocupado en los asuntos

    suyos.

    As en el da de Pentecosts, cincuenta das despus de la cruz, vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, Hechos 2.2, para acompaar el advenimiento del Espritu; fue una confirmacin de que nuestro gran sumo sacerdote haba entrado en su

    oficio y que todo estaba bien para con su pueblo.

    Es una persona

    El Espritu Santo es una verdadera persona, y no meramente una influencia o una emanacin

    de la Deidad, como tantos se imaginan vagamente. Aunque no encarnado, como era el Hijo

    de Dios, el Espritu Santo posee todos los atributos de personalidad, y uno debe referirse a l

    y no a ello. Por ejemplo, dice Juan 16.13 que El os guiar.

    El mismo nombre que el Seor le dio, otro Consolador, ciertamente implica personalidad.

    Indica que en la ausencia del Seor el Espritu sera lo que el Seor haba sido para con sus

    discpulos, pero en un grado aun mayor porque el Espritu no estara restringido por

    limitaciones corporales, como era por voluntad propia el divino Hombre.

    El bendito Seor reconoci la necesidad que tendran los hombres que l iba a dejar. Ellos

    estaban muy temerosos que iban a quedar sin gua y amigo. La tristeza llen sus corazones.

    La respuesta del Seor fue: Os conviene que yo me vaya, porque si yo no me fuere, el Consolador no vendra a vosotros, mas si me fuere, os lo enviar, Juan 16.7. En lenguaje sencillo, estaba diciendo, Confen en m que har lo mejor para ustedes; les ir mejor; tendrn en los cielos un Seor vivo y amante, y tendrn en la tierra un Consolador.

    Pensemos en algunas de las cosas predichas en las Escrituras acerca del Espritu que podran

    ser ciertas solamente en cuanto a una persona: tiene conocimiento, 1 Corintios 2.11; tiene

    voluntad, 1 Corintios 12.11; tiene mente, Romanos 8.27; puede amar, Romanos 15.30; puede

    oir, Juan 16.13; puede hablar, Hechos 13.2, 2 Samuel 23.2; puede dirigir, Romanos 8.14;

    puede ensear, Juan 14.26; puede prohibir, Hechos 16.6; puede interceder, Romanos 8.26;

    puede estar contristado, Efesios 4.30; se puede mentir a l, Hechos 5.3; puede ser resistido,

    Hechos 7.51; puede ser blasfemado, Mateo 12.31.

    Una persona divina

    Ms pruebas se podran presentar, pero stas bastan. l no es solamente una verdadera

    persona, sino tambin una persona divina, en poder y en gloria igual al Padre y al Hijo. Las

    Escrituras reconocen claramente el misterio divino de tres personas en la unidad de una

    Deidad.

    Considere, por ejemplo, Gnesis 1.26: Dijo Dios, hagamos al hombre a nuestra imagen. La palabra hebrea para Dios, Elohim, est en el plural, como tambin lo es el pronombre nuestro. Sin embargo, siguen verbos en la persona singular. Esto sugiere

    trinidad en unidad.

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    El tiene tambin igualdad en autoridad, bendicin y propsito: en autoridad, ... bautizndolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espritu Santo, Mateo 28.19; en bendicin, La gracia del Seor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunin del Espritu Santo, 2 Corintios 13.14; en propsito, ... el Espritu es el mismo ... el Seor es el mismo ... Dios que hace todas las cosas es el mismo, 1 Corintios 12.4 a 6.

    Al Espritu Santo se reconocen atributos que son aplicables a la Deidad solamente. Es el Espritu eterno, Hebreos 9.14. Es omnipresente, Adnde me ir de tu Espritu? Salmo 139.7. Es omniscio, el Espritu todo lo escudria, 1 Corintios 2.10. Es soberano, Todas estas cosas las hace uno y el mismo Espritu, repartiendo a cada uno en particular como l

    quiere, 1 Corintios 12.11.

    l es el Seor Espritu, Mirando la gloria del Seor, somos transformados ... como por el Espritu del Seor, 2 Corintios 3.18. Es superior a los ngeles; ... qu tiempo indicaba el Espritu de Cristo ... cosas en las cuales anhelan mirar los ngeles, 1 Pedro 1.11,12. Se reconoce como Dios en Hechos 5, donde Pedro acusa a Ananas de haber mentido al Espritu

    Santo y dice: No has mentido a los hombres sino a Dios.

    Varias veces encontramos en el Antiguo Testamento mensajes del Seor (Jehov) atribuidos

    en el Nuevo Testamento al Espritu Santo. Un caso sobresaliente es el de Isaas 6.8 a 10

    comparado con Hechos 28.25 a 27: O la voz del Seor que deca, A quin enviar? y Bien habl el Espritu Santo por medio del profeta Isaas.

    Aunque hay tres personas en una misma Deidad, vale notar de paso que cada una de las tres

    es distinta. Esto queda de manifiesto, por ejemplo, en la escena de Mateo 3.16,17. Dice que

    Jess, el Hijo, subi del agua despus de su bautismo; a la vez el Espritu descendi cual

    paloma sobre el Hijo obediente; y del cielo dijo una voz: Este es mi Hijo amado, proclamando as el contentamiento del Padre.

    Sus nombres y ttulos

    Debemos meditar reverente y cuidadosamente sobre los nombres y ttulos del Espritu Santo,

    ya que stos revelan su persona, deidad, carcter y obra. Hay al menos treinta de estos

    trminos en las Escrituras, cada uno con su significado propio. He aqu unos pocos ejemplos:

    El Espritu, Isaas 32.15, Mateo 4.1. Este es el nombre bsico e indica lo singular de su ser;

    no hay otro como l. El Santo Espritu, Salmo 51.11, Efesios 4.30. Este es el nombre usado

    con mayor frecuencia. El Espritu, el Santo, Juan 14.26. Este es aun ms enftico; el artculo

    figure dos veces aqu, cosa que nos hace reflexionar. El Espritu de gracia, Hebreos 10.29.

    El Espritu de verdad, Juan 14.17. El Espritu de santidad, Romanos 1.4. El Espritu Santo

    de la promesa, Efesios 1.13. El Espritu de sabidura, Efesios 1.17. El Espritu de adopcin,

    Romanos 8.15. El glorioso Espritu de Dios, 1 Pedro 4.14. El Espritu de la profeca,

    Apocalipsis 19.10.

    No debemos hacer caso omiso de la descripcin sptupla de Isaas 11.2: Reposar sobre l el Espritu de Jehov; espritu de sabidura y de inteligencia; el espritu de consejo y de

    poder, espritu de conocimiento y de temor de Jehov. Este es claramente un nombre de gobierno y a lo mejor est asociado con los siete espritus que estn delante de su trono, Apocalipsis 1.4.

    Pero de todos sus nombres, quizs el que ms apela a nosotros es aqul que le fue dado cuatro veces por el Seor Jesucristo: el Consolador. Vanse Juan 14 a 16. Es un trmino muy expresivo e inclusivo, y desconozco palabra que exprese cabalmente todo su sentido. Se traduce abogado en 1 Juan 2.1 con referencia al Seor Jess, pero una

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    definicin sencilla del trmino griego parakletos sera uno llamado a ponerse al lado de otro.

    Entendemos la palabra abogado en un sentido jurdico. Si tengo la mala fortuna de ser

    llamado ante un tribunal de justicia, pueda que llame a mi lado a un hombre competente que conoce las leyes, me conoce a m, y entiende mi caso. Con todo, esto no quiere decir que l sea de hecho un consolador. Lo cierto es que sera de poco consuelo al perder mi caso en el tribunal!

    As, tenemos que pensar en abogado y consolador a la vez si vamos a tener un concepto

    cabal de lo que estaba encerrado en la promesa del Seor dada a sus discpulos cuando iba a

    dejarlos: No les dejar hurfanos, sin provisin y sin ayuda en sus luchas en este mundo cruel, sino que llamar a su lado al Consolador. Su venida anulara la orfandad que les caracterizaba. l estara con ellos perpetuamente y en ellos; sera una constante fuente de

    poder, de consuelo y de valenta.

    Por qu vamos a sentirnos solos, temerosos o desconsolados con semejante amigo fuerte y

    compasivo a nuestro lado siempre, y morando en nosotros?

    En el Antiguo Testamento

    Aunque en el Antiguo Testamento no se obtiene una revelacin plena de la persona y la obra

    del Espritu, hay evidencia clara de algunas de sus actividades. En la creacin original de los

    cielos y la tierra, Gnesis 1.1, la forma plural de la palabra Dios, Elohim, sugiere que el

    Espritu particip. Su Espritu adorn los cielos, dice Job 26.13. En la obra de seis das segn el Gnesis 1, tenemos la primera mencin definitiva del Espritu obrando. El Espritu de Dios se movi sobre la faz de las aguas, preparando la va para el orden de Dios: Sea la luz, y fue la luz.

    En Gnesis 6.3 se ve la contienda del Espritu con el hombre pecador. A menudo se dice que

    se debe dejar al hombre a su conciencia propia para que se endurezca por s solo. La

    respuesta a tal idea se encuentra en la poca antediluviana, cuando por unos 1656 aos Dios

    dej al ser humano en el rgimen de la conciencia.

    Cul fue el resultado? Sin duda hubo adelantos en asuntos materiales, pero la condicin

    moral se resume en Gnesis 6.5: Vio Jehov que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazn de ellos era de continuo

    solamente el mal. A la postre el juicio de los cielos tena que venir, mas esperaba la paciencia de Dios por 120 aos en los das de No, 1 Pedro 3.20. Durante este perodo el

    Espritu estaba contendiendo con la conciencia de los hombres. Sin duda usaba las

    advertencias de su agente No, un predicador de justicia, para detener as la ola de desorden

    hasta que al fin se arrepinti Jehov de haber hecho hombre y le doli en su corazn.

    La historia est en proceso de repetirse en nuestros tiempos. El mundo va arrastrado a la

    destruccin segura, pero otra vez el Espritu de Dios est jugando el papel de gran obstculo

    al poder del mal: Hay quien al presente lo detiene, hasta que l a su vez sea quitado de en medio, 2 Tesalonicenses 2.7. Muchos estamos conscientes de esto, pero con todo no basta para cambiar la verdad de las palabras de Cristo, Como fue en los das de No, as tambin ser en los das del Hijo del Hombre, Lucas 17.26.

    As, a lo largo de la historia antiguotestamentaria, el Espritu Santo vena sobre los hombres segn propsitos especficos y por tiempo limitado. Por lo regular, esta palabra sobre es la palabra clave en cuanto a la obra del Espritu en aquellos tiempos antiguos. l

    vino sobre Moiss, el varn de Dios, Nmeros 11.17, pero tambin sobre el impo

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    Balaam, Nmeros 24.2. Llen a Bezaleel para la obra importante de erigir el tabernculo segn el diseo divino. Se apoder de Geden para la salvacin de Israel, Jueces 6.34. Tambin vino sobre Sal, el rey testarudo, 1 Samuel 10.10, de modo que l sorprendi a

    la gente al profetizar.

    Parece haber poca duda que fue el mismo Espritu supremo que tom control de Caifs, el

    sumo sacerdote un poltico brillante y a la vez condenable para que profetizara la muerte expiatoria de Cristo y anticipara un resultado de esa muerte, a saber, el congregar en

    un cuerpo a los hijos de Dios, Juan 11.47 a 52.

    En los tiempos del Antiguo Testamento, su obra y presencia siempre eran por tiempo

    limitado. No haba una presencia prolongada del Espritu como la que caracteriza la edad

    actual. As fue que David, en su gran salmo de penitencia, or: No quites de m tu santo Espritu, Salmo 51.11. Ningn creyente verdadero e inteligente de estos tiempos, no importa cun lejos est de Dios, tendr que incluir en su confesin semejante ruego

    conmovedor.

    La inspiracin

    Antes de terminar este breve esbozo del Espritu en los tiempos a los cuales se refiere el

    Antiguo Testamento, no podemos dejar de notar que l era en aquel entonces el Espritu de

    revelacin e inspiracin. Lo que es de Dios puede ser revelado solamente por el Espritu de

    Dios. Nadie conoci las cosas de Dios, sino el Espritu de Dios, 1 Corintios 2.11.

    Segn uno ha traducido 2 Pedro 1.20,21, dice de los profetas del Antiguo Testamento que,

    Ninguna profeca en las Escrituras se encuentra como resultado de la iniciativa del profeta mismo, porque la profeca jams vino por voluntad humana, sino que hombres santos de

    Dios hablaron como el Espritu los llevaba.

    No es slo que el Espritu llenaba la boca de cada profeta en los tiempos antiguos al darles

    pronunciamientos orales, sino que los inspir para poner por escrito sus mensajes en las

    Escrituras. No slo les dio los pensamientos, sino que revisti a stos de palabras.

    Hablamos no con palabras enseadas por sabidura humana sino con las que ensea el Espritu, 1 Corintios 2.13.

    Gustosamente reconocemos y admiramos la individualidad de cada uno de los autores

    sagrados, y la manera como cada uno desarrolla su tema. No obstante, la inspiracin verbal

    de toda la Escritura se debe al poder misterioso que el Espritu de Dios ejerci sobre los

    escritores para que su palabra fuese debidamente transmitida por medio de ellos.

    Es evidente que muchas de las revelaciones dadas a estos santos hombres de Dios quedaban

    ms all de su propia capacidad de comprensin. Yo o, mas no entend. Dije: Seor mo, cul ser el fin de estas cosas? Daniel 12.8. Ellos a menudo indagaron en sus propios escritos con la esperanza de descubrir qu persona y qu tiempo indicaba el Espritu de Cristo que estaba en ellos, 1 Pedro 1.10,11.

    Eran la voz de un poder superior a s mismos, la cual les controlaba en ocasiones dadas. De

    otra manera, cmo, por ejemplo, podra el autor del Salmo 22 predecir con exactitud,

    centenares de aos antes, los sufrimientos de Cristo en cruz, hasta el extremo de emplear las

    mismas palabras del Seor en su terrible hora?

    En la vida de Cristo

    El Espritu Santo fue el agente principal en la encarnacin. El ngel Gabriel revel a Mara

    en la anunciacin, El Espritu Santo vendr sobre ti, y el Poder del Altsimo te cubrir; el

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    Santo Ser que nacer, ser llamado Hijo de Dios, Lucas 1.35. A Jos, el ngel del Seor dijo, No temas de recibir a Mara tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espritu Santo es, Mateo 1.20. Aunque nacido de mujer, y por tanto hombre en verdad, la manera de su nacimiento fue singular. Es un milagro, un misterio profundo e inescrutable, que

    ningn ser humano puede comprender.

    El Espritu Santo ungi al Seor Jess al comienzo de su ministerio pblico. Juan el Bautista,

    precursor de Cristo, no le conoci antes de su bautismo pero s saba cules seran las seales

    que le identificaran. Sobre quien veas descender el Espritu y que permanece sobre l, se es el que bautiza con el Espritu Santo, y el Bautista agrega aseguradamente, Yo le vi, y he dado testimonio de que ste es el Hijo de Dios, Juan 1.33,34.

    Por primera vez la paloma celestial haba encontrado lugar de reposo sobre un hombre;

    compara Gnesis 8.9 a 12. A lo largo de esos pocos aos memorables de su ministerio sobre

    la tierra, el Seor Jess estaba ungido con el Espritu Santo y con poder.

    El Seor Jess estaba continuamente guiado por el Espritu. En su primer pronunciamiento

    en pblico en Nazaret, l comenz con la lectura de las palabras profticas de Isaas 61, El Espritu del Seor est sobre m, y al haber cerrado el libro dijo que hoy se ha cumplido esta escritura delante de vosotros.

    Todas sus poderosas obras se realizaron en el poder del Espritu; si yo por el Espritu de Dios echo fuera los demonios ..., Mateo 12.28. La ms poderosa de ellas, el sobresaliente sacrificio del Calvario, tena tras s no solamente el valor inmensurable de su propia persona

    sino tambin la cooperacin activa del Espritu: Cristo, el cual mediante el Espritu eterno se ofreci a s mismo sin mancha a Dios, Hebreos 9.14.

    Hay al menos la insinuacin que el Espritu jug cierto papel en la resurreccin, porque

    leemos del Espritu de aquel que levant de los muertos a Jess, Romanos 8.11. Hay pruebas firmes de que durante los cuarenta das de su ministerio post resurreccional el Seor

    dio mandamientos por el Espritu Santo a los apstoles, Hechos 1.2.

    En el Evangelio de Juan

    Es cnsono con el carcter del Evangelio segn Juan que la mayora de las grandes verdades

    del cristianismo reciban all su primera mencin. En el capitulo 1 tenemos la declaracin

    incomparable de la deidad eterna del Hijo, como tambin de su humanidad santa cuando el Verbo fue hecho carne, y luego en su debido orden la muerte expiatoria cual Cordero de Dios.

    En 2.18 al 22 el Seor mismo hace la primera insinuacin acerca de su resurreccin. En el

    captulo 3 encontramos la verdad fundamental del renacimiento por el Espritu y la Palabra,

    y cmo poseer la vida eterna. En el captulo 4 hay una referencia clara a lo que an no haba

    sido revelado del todo: el don del Espritu como fuente de agua viva saltando en el creyente.

    Estrechamente vinculado con esto hay tambin la adoracin al Padre en Espritu y en verdad

    para reemplazar la adoracin ritualista bajo el pacto antiguo. En el captulo 7 se hace

    referencia de nuevo al Espritu, esta vez como ros de agua viva que fluyen desde el ser

    interior del creyente en ministerio y servicio.

    No es, sin embargo, hasta los discursos pascuales del Seor a sus discpulos, pronunciados

    cuando saba que su hora haba llegado para que pasase de este mundo al Padre Juan 13.1 que encontramos el primer anuncio definitivo de la verdad del Consolador. Merecen atencin aqu cuatro puntos especficos en cuanto al ministerio del Espritu hacia el creyente:

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    Su presencia continua con y su pueblo en esta poca. Yo rogar al Padre y os dar otro Consolador, para que est con vosotros siempre, Juan 14.16.

    Cual Espritu de verdad, l enseara todas las cosas y les recordara todo lo que les fue

    dicho, Juan 14.26. Esto vemos en pasajes tales como Hechos 1.6, 2.16, 11.16.

    El Espritu Santo testificara Cristo, y su pueblo sera cotestigo; Juan 15.27.

    El Espritu anunciara a los creyentes las cosas por venir, Juan 16.13, siendo stas no slo los

    acontecimientos futuros sino tambin sucesos mucho ms cerca de ellos, de los cuales ellos

    de otro modo no pudieron haber tenido conocimiento.

    Luego tenemos la misin del Espritu para con el mundo en convencer de pecado, de justicia

    y de juicio, 16.8 a 11. No es tanto que el Espritu redargira a los hombres de los pecados de

    cada uno, aunque esto tambin es cierto, sino que la obra del Espritu en el mundo es una

    perpetua interrogante.

    En mil voces l pregunta al hombre, Qu has hecho t con el Hijo de Dios? De todos los pecados que manchan este mundo, el de rechazar a Cristo es por mucho el mayor. La obra

    del Espritu es la de convencer que por este hecho (del cual todos somos tenidos por

    culpables), vamos a toda mquina contra el plan y la provisin de Dios.

    Negar las demandas de Jesucristo es el pecado condenador. De pecado por cuanto no creen en m, Juan 16.9. Debe haber arrepentimiento para con Dios y fe en nuestro Seor Jesucristo, Hechos 20.21. Luego, la presencia del Espritu en el mundo es con el fin de

    convencer al hombre de justicia. Los hombres colocaron a Cristo sobre la cruz; Dios le ha

    dado el puesto de mayor honra a su diestra.

    La nica fuente de justicia est en el cielo, donde l est actualmente, y todos los que por el

    estmulo del Espritu deseen la salvacin la encontrarn al tomar el lado de Dios en contra de

    s mismos, aceptando la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, Romanos 3.22.

    El Espritu tambin convence de juicio porque el prncipe de este mundo est bajo sentencia.

    Lo que Satans planeaba como el golpe determinante contra el propsito eterno de Dios, el

    Calvario, fracas por completo en lo que al diablo se refiere. El gran y primer enemigo ha

    sido derrotado del todo y espera su condenacin final. Dios desea que la humanidad sepa por

    su Espritu que la derrota del adversario realizada en la cruz es una advertencia al hombre

    que abandone de una vez las filas de sus seguidores, para no participar de su suerte.

    En Hechos de los Apstoles

    Despus de su resurreccin, el Seor se haba presentado vivo a sus discpulos. Con muchas

    pruebas indubitables, segn dice Hechos 1.3, les haba convencido que era en verdad el

    mismo Seor, vivo de entre los muertos, andando y hablando con ellos durante cuarenta das

    entre su resurreccin y ascensin. Ya no ms se vea la actitud querellosa que les

    caracterizaba antes, por ejemplo cuando decan, Esperbamos que l era el que haba de redimir a Israel, Lucas 24.21. Las dudas haban dado lugar a la certeza; con confianza reconocieron su seoro y autoridad suprema. Aun cuando fue llevado al cielo, les era

    manifiesto que no haba sido quitado; con oracin y expectativa ellos aguardaron la promesa

    del Padre, como l les haba mandado que hiciesen, y no fueron decepcionados.

    Precisamente en el da sealado, el da de Pentecosts, el Espritu Santo vino y as comenz

    una poca completamente nueva en el trato de Dios para con el hombre. Desde este punto en

    adelante el Espritu Santo es el actor predominante en la escena; claramente, es quien

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    controla la situacin. Los discpulos todos fueron llenados del Espritu Santo; fueron

    transformados por el poder nuevo que, sin ser visto por ojo mortal, les posesion.

    Despus de la cruz, se encontraban desanimados, desacreditados, y desconcertados. Pero

    ahora se adelantan como un ejrcito, recuperado su General perdido, y con la confianza y el

    comporte de victoria a la postre. Es llamativo que en Hechos se mencione el Espritu unas

    cincuenta veces; no es sin razn que se ha dicho que este libro llamado Los Hechos de los Apstoles debera llamarse Los Hechos del Espritu Santo, porque desde el principio hasta el fin es un relato de su venida y actividades.

    El Espritu Santo no es solamente la promesa del Padre, Hechos 1.4, sino tambin el don del

    Hijo a todo creyente, 2.33,38. Cristo, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y os.

    El Espritu vino para comunicar y sostener la vida divina. Los creyentes no slo haban

    pasado de muerte a vida, sino que con la venida del Espritu haban participado de la vida del

    Cristo resucitado. El Espritu vino cual nueva fuente de poder para ellos. El Seor les haba

    prometido, Recibiris poder cuando haya venido sobre vosotros el Espritu Santo, Hechos 1.8.

    El cumplimiento de tal promesa se relata en Hechos 2.4: Fueron todos llenos del Espritu Santo. Una fuerza poderosa y dinmica estaba obrando ya en los discpulos y a travs de ellos, y las seales siguieron casi de una vez. A estos hombres sin letras el Espritu dio

    palabras, confianza y una nueva comprensin de las Escrituras; posean una capacidad tal

    para predicar el nombre de Cristo que fueron compungidos de corazn los oyentes que

    haban estado opuestos. [Nota del traductor: Besson traduce Hechos 2.37 como, Se les quebrant el corazn].

    En la agona de su conviccin los oyentes exclamaron, Qu haremos? El resultado fue que ese mismo da unas tres mil almas fueron aadidos por medio del Espritu Santo:

    aadidos primeramente al Seor y luego a sus concreyentes en un vnculo vivo y orgnico.

    El control supremo del Espritu queda de manifiesto en todo este libro que relata las

    actividades de los creyentes. Sin usar siempre los mismos medios, pero dejando en claro su

    voluntad, l manda con derecho de prioridad; vanse 8.29 con su acrcate y jntate y 10.20 con su levntate y desciende. l escoge hombres determinados para trabajos determinados; en 13.2 hay el caso de Bernab y Saulo, y en 20.28 se mencionan unos

    obispos puestos por el Espritu.

    El prohbe a sus siervos optar por cierto proceder, como en 16.7 cuando pensaban ir a

    Bitinia. l seala a los responsables en la iglesia la solucin de problemas acerca de los

    cuales ellos haban estado en desacuerdo, 15.28.

    Este control por parte del Espritu jams ha sido anulado. Nosotros reconocemos y lo

    seguimos en nuestro da, con la sencillez y el buen nimo de aqullos en ese tiempo?

    En Romanos

    Romanos captulo 8 es uno de los captulos sobresalientes del Nuevo Testamento. En l se

    observa especialmente la repetida mencin del Espritu Santo. Por cierto, all se hace ms

    mencin de sus actividades que en cualquier otro captulo de la Biblia. La razn es que la

    santificacin prctica del creyente en su vida diaria es el tema principal del captulo.

    En esta santificacin el Espritu es el gran agente si le es permitido hacer su voluntad. l ha

    venido para morar en el hijo de Dios; a reclamar autoridad sobre l en el nombre de Cristo; a

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    dominar y controlar su vida, no obstante el hecho de que la carne (la naturaleza vieja) est

    all todava y se opone al Espritu.

    Es posible decir con el escritor del pasaje, La ley (el poder gobernante) del Espritu de vida en Cristo Jess me ha librado de la ley del pecado y de la muerte, 8.2. Si esto viene a ser el caso en la vida real del creyente, entonces se dice que el tal est en el Espritu; es decir, en

    un estado marcado por el control manifiesto del Espritu en la vida.

    El creyente est ordenado a andar en el Espritu y ser guiado por el Espritu, y as manifestar

    en su vida las caractersticas del Hijo de Dios. El creyente llegar a la experiencia del 8.16,

    El Espritu mismo da testimonio a nuestro espritu de que somos hijos de Dios. Cuando encuentra que es difcil orar porque qu hemos de pedir ... no lo sabemos, sabr que el Espritu mismo intercede por nosotros porque conoce la mente de Dios, 8.26.

    A lo largo de todo el captulo 8 hay una ausencia de reglas firmes o inflexibles, tales como

    haba en la ley mosaica; No habis recibido el espritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habis recibido el Espritu de adopcin por el cual clamamos Abba, Padre!, 8.15,16. Obedecemos como hijos de un Padre y no como esclavos de un dspota.

    En Glatas

    Al escribir a los glatas, quienes corran el peligro de retroceder al espritu de esclavitud,

    Pablo les hace recordar dos de los maravillosos dones que Dios ha dado. Primero: Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envi a su Hijo ... para que redimiese ..., 4.4. Luego: Dios envi a vuestros corazones el Espritu de su Hijo, 4.6.

    El resultado es que se espera no slo que los hijos de Dios anden en el Espritu sino que

    pongan de manifiesto en sus vidas el fruto del Espritu con todo su equilibrio de gracia y de

    hermosura.

    En Efesios

    En la epstola a los efesios encontramos informacin nueva acerca del Espritu. El nombre

    del Espritu se menciona en todos los captulos de Efesios.

    En 1.13,14 leemos: Fuisteis sellados con el Espritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia. El sello del Espritu seala al creyente como posesin de Cristo; Si alguno no tiene el Espritu de Cristo, no es de l, Romanos 8.9.

    Por ejemplo, cuando el pastor va a una subasta a comprar una manada de ovejas, puede ser

    que no est en condiciones de llevrselas todas a su granja de una vez. Pero puede marcarlas

    todas con un hierro de diseo exclusivo, para que l y otros sepan que son las que el compr.

    Son suyas, y las llevar a su tiempo.

    As es con los creyentes en Cristo. Comprados con su sangre preciosa, sellados por el

    Espritu, ellos esperan el da cuando su Seor volver a reclamarlos. Mientras tanto el

    Espritu, como las arras, nos proporciona en la experiencia propia una muestra de lo que nos

    espera. Las arras se refieren a los regalos que el novio daba a su futura esposa en el da de su

    compromiso; con sas l daba a entender que lo que tena sera para ella en una ocasin

    venidera. Algunas traducciones hablan de la prenda de nuestra herencia.

    En el bautismo

    Leemos del bautismo en el Espritu Santo. Dice 1 Corintios 12.13 que por un solo Espritu fuimos todos bautizados en un cuerpo ... y a todos se nos dio a beber de un mismo Espritu.

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    Histricamente, el proceso comenz con la venida del Espritu en el da de Pentecosts.

    Acurdese de la promesa del Seor antes de irse: Seris bautizados con el Espritu Santo dentro de no muchos das, Hechos 1.5.

    El Seor resucitado fue quien efectu el bautismo; el Espritu fue el medio en el cual fueron

    ellos bautizados. Todos los creyentes fueron incorporados en el cuerpo nico del cual la

    cabeza era Cristo. Los creyentes en aquellos das primitivos fueron aadidos por millares;

    hoy se aaden uno a uno. Todos son hechos parte del cuerpo mstico de Cristo, y todos han

    sido bautizados en el Espritu una vez para siempre.

    Est vigente en ciertos crculos la idea que existe un tal bautismo del Espritu. Las Escrituras

    desconocen este concepto, y tampoco ensean que uno puede ser rebautizado en el Espritu.

    Uno puede ser llenado varias veces pero bautizado una sola vez.

    Ms errado todava es el concepto comn que hay varios cuerpos cristianos a los cuales uno

    puede pertenecer, y que supuestamente todos tengan a Cristo como cabeza. Hay uno solo que

    ha recibido de Dios el derecho de ser llamado Cabeza de la Iglesia: Lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, Efesios 1.22. El es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, Colosenses 1.18. Hay un solo cuerpo de Cristo; un cuerpo y un Espritu ..., Efesios 4.4.

    Solamente Dios sabe dnde estn todos los miembros; jams se encuentra todos juntos sobre

    la tierra. Multitudes de ellos estn en los cielos; a menudo aquellos que quedan sobre la

    tierra estn separados a causa de cuestiones doctrinales, y se conocen por diferentes nombres

    sectarios. Pero con todo el Espritu en cada creyente en particular, y en la Iglesia en general,

    anhela guiar a todo verdadero creyente a la unidad del Espritu; ... solcitos de guardar la unidad del Espritu en el vnculo de la paz, Efesios 4.3.

    Lo hace por medio de la unidad de la fe: ... hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, Efesios 4.13. Tal como el Espritu Santo desea controlar cada hijo de Dios para su santificacin prctica ante Dios, as el mismo Espritu est obrando

    en la Iglesia para establecer el seoro de Cristo, al distribuir y coordinar los dones en la

    Iglesia para la edificacin de los santos.

    En el Apocalipsis

    El Apocalipsis es un libro de glorias supremas para los que aman al Seor. En los captulos

    2 y 3 hay siete cartas a sendas iglesias y cada carta termina con las mismas palabras: El que tiene odo, oiga lo que el Espritu dice a las iglesias. Es un llamado por parte de Uno que sabe qu queda por delante para cada creyente en particular, rodeado por fracaso y

    decadencia.

    Le exige quedarse firme, volver a Dios, a su palabra, y a su Espritu. Estos llamados del

    Espritu muestran cmo vigila de cerca en espera de cualquier indicio de respuesta a la

    invitacin a su pueblo que abran la puerta y le dejen entrar, Apocalipsis 3.20.

    Luego llegamos a la ltima referencia al Espritu en las Escrituras. El Espritu y la Esposa dicen, Ven, 22.17. La tarea de Eliecer no termin hasta que haba entregado a Isaac su Rebeca. As el fiel gua y guardin de la Iglesia percibe que su obra est por ser concluida.

    La estrella resplandeciente de la maana est por brillar tras la nube de la noche tempestuosa, y por tanto la Iglesia y el Espritu se unen en exclamar un gran Ven. Que

    abundemos todos en aquella esperanza por medio del poder del Espritu Santo: El Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundis en esperanza por el poder del Espritu Santo, Romanos 15.13.

    La poca del EsprituEs una personaUna persona divinaSus nombres y ttulosEn el Antiguo TestamentoLa inspiracinEn la vida de CristoEn el Evangelio de JuanEn Hechos de los ApstolesEn RomanosEn GlatasEn EfesiosEn el bautismoEn el Apocalipsis