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DIRECTOR: JULIO SCHERER GARCh

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SEMANARIO DE INFORMACION Y ANALISIS No.981 21 de agosto de 1995 N$15

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Et profesor barbado Y narigónde la carrera de Diseño p"i" la Gomunicación Gráfica

Rafael Guiilén, €il la UAM-xochimilcode los años 80: "inteligencia

filosa y certera", "humor privilegiado","desmadroso Y chacotero"

Alvaro Delgado

1 2 proceso 981 / 21 de agosto / 1995

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t os alumnos, incrédulos, se mirabanll .ntr. sí. No entendían por qué. si se

habían inscrito en Diseño para la Comu-nicación Gráftca-"carrera de gente bo-nita"-, el profesor barbado y melenudode prominentenariz les anunciaba que enel trimestre de Teoría debían leer a Mi-chel Foucault, a Carlos Marx, a LouisAlthusser... a Mao Tse Tung.

"¿Qué tiene esto que ver con el dise-ño gráfico?", se preguntaban los alum-nos de esa carrera que se impartía en laUniversidad Autónoma Metropolitana(UAM), plantel Xochimilco.

Al cabo de unas semanas, algunos de-sertaron, ahuyentados por ese enfoque,en el que se proponía "un diseño con ca-rácter social".

Los que se quedaron, "niños bien, ni-ños mal, de todo", terminaron por tomar-le afecto al "dicharachero" profesor -siempre con una pipa entre los labios oen la mano- y hasta le impusieron, ins-pirados en su apellido paterno, el motede Guillomas.

Descrito por sus alumnos y compañe-ros profesores de la UAM-Xochimilco,Rafael Sebastián Guillén Vicente -aquien el gobierno atribuye desde el 9 defebrero la identidad del subcomandanteMarcos- era, a sus cas\ 22 años, unhombre de "inteligencia filosa y certe-ra", de "humor privilegiado", "sencilloen el trato" y más bien discreto sobre símismo y sus actividades extramuros.

Jamás, refieren los testimonios dequienes lo conocieron, se inmiscuyó enla efervescencia sindical, estudiantil omagisterial de entonces.

Contratado como profesor asistentede medio tiempo, con la credencial nú-mero 5990, la relación de afiliados al sin-dicato de la UAM no registra el nombrede Guillén Vicente.

Daba la impresión, dicen sus amigosde entonces, que ni le interesaba el sindi-calismo, pese a que su clase era eminen-temente política y la dinámica de la ca-ffera y del plantel era de permanentes yacalorados debates.

En contraste con Salvador MoralesGaribay, quien delató a los presuntos 1í-deres del Ejército Zapafista de Libera-ción Nacional (EZLN), y quien tambiéntrabajó en la División de Ciencias y Artespara el Diseño.-primero como almace-nista y luego como maestro de serigra-fía-, Rafael Sebastián sedujo con supersonalidad lo mismo a estudiantes quea maestros desde el 16 de enero de 19'79,cuando ingresó a la UAM, según evocanellos mismos.

"Tenía una relación cordial con todoel mundo; era desmadroso, chacotero...la carrilla en el sentido norteño de la pa-labra", recuerda Mauricio Gómez MorínFuentes, maestro que trabó una "relaciónlaboral y de amistad" con Guillén Vicen-té, también apodado Cachumbabé.

Una de sus alumnas, Lourdes Balde-

rrama, captó en una fotografía el "mara-villoso sentido del humor" del Rafael deesos años.

-Déjame tomarte una foto Guillo-

mas -solicitó

Lourdes con familiaridada sü profesor quien, juguetón, intentó sinéxito evitarla.

El disparo de la cámara sobrevinocuando Rafael levantó el brazo izquierdoy flexionó los dedos para dibujar unos"caracolitos", al mismo tiempo que, bro-mista, sonriente, exclamó:

-¡No me estés chingando!

"Era simplemente maravilloso", re-sume la diseñadora.

Otra de sus alumnas, Marcela Capde-vila, a quien el filósofo tampiqueño ase-soró en su trabajo final

-una especie de

tesis para titulación-, lo evoca como unprofesor con "evidente formación huma-nística".

Identificada "espiritualmente" coné1, cuenta que en los tres meses que durósu proyecto de cine animado, Guillén Vi-cente se mostró siempre "discreto en to-das sus cosas, muy prudente, muy respe-tuoso, pero con mucho sentido del hu-mor".

Descrito por las mujeres como un ti-po "sumamente atractivo", el modo deejercer la docencia le ganó también aGuillomas la admiración del alumnadode la carrera de Diseño Gráfico para laComunicación, donde ingresó como pro-fesor asistente de medio tiempo.

"Tenía mucho pegue, aunque nuncasupe si tenía novia", dice Lourdes Balde-rrama, su alumna en 1979. "Con su hu-mor privilegiado, a veces decía que eramuy guapo y otras que era muy feo. A mínunca me pareció un tipo guapo, pero sícon una personalidad muy chingona."

Primero alumno de Rafael, luego en ladocencia, el diseñador Víctor Soler eva-lúa a la distancia: "Su clase no era la grillani el tirar línea. Había casos en los que síse daba, pero no era el caso de Guillén...Era un tipo brillante, responsable, quemanejaba muy bien la clase. No nos deja-ba colgados".

-¿Era un maestro barco?

-No, te hacía trabajar. No era nada

más el cotorreo y sacar la materia: habíaque sudar, entregar proyectos. En elcuarto trimestre tuvimos que presentarun audiovisual, haciendo fotografías,textos, secuencias. Nos metió en una su-perbronca.

Soler, quien coincide con GómezMorín Fuentes en que resulta estéril de-cir si Rafael es Marcos

-éste, definen,

es "expresión de una voluntad colecti-ys."-, elaboró dos carteles para la Con-sulta Nacional por la Paz y la Democra-cia, prevista parael2T de agosto.

Interesado en participar en "este pro-ceso de recuperación del país", Solerplasmó en uno de los carteles que ya cir-culan profusamente por el país y el ex-tranjero la efigie de Emiliano Zapata.

Histriónico como es, Marcos se pusoel cartel frente a su rostro y fumó, a tra-vés de un orificio en el papel, su insepa-rable pipa, como si el caudillo sureño lohiciera, según se pudo apreciar en un vi-deo que, el martes 8 de agosto, fue exhi-bido a los promotores de la Consulta enel cine Opera del Distrito Federal.

MODELO REVOLUCIONARIO

Concebido como un proyecto pedagógi-co que vinculara la academia con la rea-lidad social, cuya transformación era elobjetivo, la UAM-Xochimilco no repre-sentó obstáculos para que Rafael Sebas-tián ingresara a la docencia.

De inteligencia brillante y crítica,con gusto por el debate, el filósofo enca-jó sin dificultad en el modelo "uamero'nde Xochimilco, en permanente eferves-cencia política desde que fue fundada, ent974.

No había materias ni cátedra en elsentido tradicional. Se trataba, como si-gue siendo ahora, de módulos en los quese estudiaba la realidad social; en fun-ción de ella, se formulaban los objetivosy se buscaba una respuesta a los proble-mas, dirigida a conseguir la distribuciónde la riqueza y del poder.

"En el fondo era un planteamiento re-volucionario", define Francisco JoséPaoli Bolio, rector de la UAM-Xochi-milco de 1982 a 1986 y exdirigente delPartido Mexicano de los Trabajadores(PMT), al lado de Heberto Castillo y De-metrio Vallejo.

En tanto proyecto pedagógico trans-formador, la UAM atrajo a un ejército demaestros, la mayoría con militancia enuna izquierda

-dice Paoli, hoy asam-bleísta del Partido Acción Nacional(PAN)- que pensaba que 'oya estababueno de criticar el mundo; había quetransformarlo".

Así, médicos como Catalina Eibens-chutz o Cristina Laurell impartieron cla-ses en la División de Ciencias Biológicas, o arquitectos como Rafael LópezRangel o el entonces pemetista José Oce-jo

-hermano de Jorge, diputado panista

y exlíder de la Coparmex- lo hicieronen la División de Ciencias y Artes para elDiseño.

Como ellos, numerosos profesorescon militancia de izquierda, alentadospor la novedad del proyecto, se incorpo-raron al trabajo docente.

Así, Rafael Sebastián tuvo como com-pañeros docentes a Carlos Fink, EstherSimet, Peter Ollé, Pablo Ortiz Monaste-rio, Francisco Chávez, Javier Bermúdez,Ricardo Zarak, Carlos Aguirre, JuanArroyo, Jesús Virches, Francisco Pérez,Sergio Pérez,entre otros especialistas enarte y diseño.

"No había vacas sagradas y ahí cual-$

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quiera era sujeto de la críticay la colabo-ración de los otros maestros; no habíagenerales, todos éramos soldados rasos,apaches", recuerda Mauricio GómezMorín Fuentes. profesor también en losaños de Guillén Vicente.

Como "espacio realmente democráti-co", cuenta, las discusiones eran tan per-manentes como acaloradas, siempre conla finalidad de darle orientación a lá carre-ra: "Un filo crítico y Ia práctica de un dise-ño alternativo al dominante, que era la pu-blicidad; un diseño con contenido y óoncarácter social que buscara, más que lamanipulación, la reflexión a partir-de lacomunicación gráfica".

La propia efervescencia sindical deentonces, la reciente victoria del sandinis-mo en Nicaragua y el aún seductor experi-mento socialista en Cuba, pusieron en elcentro de la discusión en la UAM-Xochi-milco la problemática social y la propiaorientación de las carreras.

En la de Diseño Gráfico para la Co-municación se proponía "un diseño com-prometido con los movimientos sociales,con las diferentes organizaciones", y enparticular en su clase, Guillén Vicenteproponía, con las lecturas que encargaba,"ubicar el diseño con los modos de pro-ducción", narra Soler.

La carrera, sin embargo, no estuvoexenta de conflictos y divisiones. Había,en lo general, coincidencia en las virtudesdel proyecto pedagógico, pero discrepan-cias en cuanto al objetivo y los alcances de1a aplicación.

Los docentes, divididos entre teóricosy prácticos

-"Guillén los llamaba los ró-

llicos y los prácticos"-, los que queríanhacerpublicidad y los que privilegiában elenfoque social.

"Era parte de la vitalidad que había enlacarcera", recuerda Gómez Morín Fuen-tes, y aclara que nunca hubo ruptura, cuan-do menos hasta que dejó de impartir cla-ses, hace cinco años:

. "Los maestros que daban aspectos teó-ricos estaban involucrados también en losproc_esos prácticos de producción, igualque los maestros de talleres tenían que vercon la conformación de un proyeclo conmetodologías. Así se rompía, más o me-nos, en la práctica con esa división."

Rafael Guillén, Mauricio Gómez Mo-rín, Carlos Aguine, Ricardo Zarak, CarlosFink, Héctor Muñoz, Víctor Muñoz -4i-rector de la carrera-, entre otros, pertenecí-an al grupo que pensaba que el diséño era unmedio importante de vinéulación con la so-ciedad y de divulgación científica y culrural.

En el otro bando, los "tradicionalis-tas", con Peter Ol1é ala cabeza, más biencon tendencias hacia la publicidad.

"Había diferentes concepciones. peroen el fondo estaban muy cercanas y estopermitió que la carrera iuviera una cohe-rencia", matiza Víctor Soler.

De algunamanera, reflexiona, las dife-rencias se diluyeron un poco en el Congre- Cartel de la consulta

so de Diseño, realizado en 1984, en el queGuillén ya no participó, aunque trabajienlos preparativos.

La UAM-Xochil¡lco

el campus

CASI PERFECTO

Convencido de que a finales de los años se-tenta y comienzos de los ochenta la UAM-Xochimilco tuvo "el mejorplantel docenteque ha habido en una c¿rrrera de diseño enMéxico", Víctor Soler narra cómo Ca-chumbambé Guillén logró hacer de su clase"una de las más productivas de la carrera".

De entrada, al inicio del cuafio trimes-tre, los alumnos no entendían por qué ha-bía que leer a Marx, Foucault, Altñusser,Mao o Armand Matelart.

' Eramos diseñadores, ¿qué tenía que vercon los modos de producción", era Ia pre-gunta de los alumnos ----cuenta Soler- deuna calrera considerada "de gente bonita".

Salvo los que abandonaron la carrera,+

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el resto -desde

"hijos de empresarios" y"la típica chava que iba a estudiar mientrasse casaba", hasta estudiantes de escasosrecursos- asimiló en general el enfoqueque pretendió Guillén.

"Globalmente, el planteamiento delcurso era sobre el diseñador como profe-sionista y al mismo tiempo como mano deobra; el diseño como producto y, por tan-to, como mercancía", sigue Soler.

Al final, sin embargo, añade, Guillén"dejaba que fuéramos nosotros lo que sa-

ciíramos las conclusiones y fuéramos defi-niendo nuestra función y nuestro papel se-gún la característica de cada quien. Lo in-feresante siempre fue que no homogenei-zó al grupo".

Su clase, "de política, un poco de todo,el planteamiento de la lucha de clases",siempre conducida con dinamismo, pro-dujo en los estudiantes un proceso de re-flexión sobre su entorno, cuenta LourdesBalderrama, quien actualmente trabajacomo diseñadora griífica en una agenciade publicidad.

"Fue una etapa de cuestionamiento ab-soluto, de pe a pa', dice. Los alumnos -añade con entusiasmo- se preguntaban:"¿Yo qué onda? ¿Yo dónde estoy en todoeste esquema que se me está planteando yque estoy corroborando día con día al leerel periódico".

A menudo en la clase, evoca, Guillén"era alguien de una seriedad impresionante,

pero a la vez, conforme íbamos avanzandoen el análisis de textos, de contenidos, hacíaunas bromas maravillosas, como de alta es-cuela... un tipo superpreparado, siemprecon un sentido del humor maravilloso".

"Sí, aunque parezca lugar común -confirma Marcela Capdevila, otra de lasdiscípulas-, Guillén Vicente era alguiencon mucho sentido del humor y con evi-dente formación humanística."

En las discusiones que se armaban enel salón de clases, en los talleres, entre losmaestros, la argumentación teórica deGuillén "era siempre más contundente quelas demás, aunque no se iba a imponer ja-más", dice Capdevila. "No hacía alardes".

-Lo describe casi perfecto. ¿No le co-noció defectos?

-I.[s, ns, nq

-intemrmpe Capdevila,

alumna de Guillén en 1919-. Era radicalen sus planteamientos, pero eso no lo ha-cía inflexible. Era radical, porque teníauna formación, porque tenía conceptos,porque tenía un marco teórico muy am-plio. Pero el que fuera así no lo hacía into-lerante ni arbitrario.

..DENTASIADA POROIJERIA''

Nieto de Manuel Gómez Moín, fundadordel PAN, el artista plástico Mauricio Gó-mez Morín Fuentes recuerda las'Juntas y

juntas" que se hacían en la carrera de Dise-ño Gráfico para la Comunicación en esos

años, con el fin de discuti¡ proyectos ycontenidos.

Comunidad pequeña al fin, en la carre-ra "no había vacas sagradas" y eso permiltía el trabajo conjunto que. con el paso deltiempo y el auménto en la matrícula, "dioal trástecon la forma de convivencia", re-salta Gómez Morín.

-¿Sobresalía Guillén Vicente entre

los maestros?

-Sí y no. Sí, por su inteligencia filosa,

críptica, que sobresalía constantemente ensus opiniónes sobre lo que se hacía en lamisma calrera; pero al miomo tiempo no'por e1 espacio tan democrático que había.yporque ño existía ánimo de competenciacomo en la cátedra tradicional.

De la misma edad en ese entonces, 22años, Gómez Morín trabó una estrecha re-lación laboral y afectiva con Guillén Vi-cente

-aunque "no puedo presumir que

éramos amigos íntimos"- y compartiócon él el entusiasmo, como otros maes-tros, por la vinculación del trabajo profe-sional con los movimientos sociales.

En los años ochenta, profesores Y'

alumnos salieron de la universidad paraaplicar sus técnicas de comunicaciín gtá-fica en colonias populares, sindicatos ycomunidades campesinas, incluso fueradel país, como Nicaragua.

Gómez Morín Fuentes cuenta que en-

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señaban a la gente los recursos de la comu-nicación gr6frca, como la elaboración yuso del mimeógrafo, latécnica de la seri-grafía o el establecimiento de estrategiaspara proyectos específicos.

*Por ejemplo, me acuerdo que un gru-po de ejidatarios en Tepetongo, ttidalgo,querían hacer un proyecto turístico ejid-al.I,a carrera trabajó toda una estrategia dedifusión. En los sismos de 1985 ----cuandoGuillén Vicente había dejado la UAM-también se elaboraron diversos proyectosde propaganda y difusión."

Sin embargo, reflexiona y concluyeque, en términos generales. la relación delos universitarios con las comunidades tu-vo "un saldo en números rojos", porque"lacarÍeraactualmente no es lo que se pre-tendió en esos años".

Coincidente con este punto de vista,Víctor Soler

-quien elaboró cafeles para

la campaña de Cuauhtémoc Crárdenas delañopasado y fue ganador del concurso pa-ra diseñar el libro de texto de Matemáticasd9 quinto grado de primaria- estima queel trabajo de la carrera con los movimién-tos populares rurales y urbanos no arrojóresultados halagüeños.

"Estábamos muy verdes para producircosas que funcionaran. El compromiso dela universidad con las comunidades eraproducir materiales útiles, y en los prime-ros semestres uno produce demasiada por-quería". acepta.

., Pese a todo. reflexjonan Marcela Capde-vila y Lourdes Balderrama, el proyecto pe-dagógico de la UAM fue muy enriquecedbr,porque los trabajos de comunicación griáfica"eran reales", aterrizados en ]a realidád.

Balderrama, quien también conoció al"delator" Salvador Morales Garibay, ela-boró uno de los 32 carteles en serigrafíaque fueron enviados a Nicaragua paraapoyar las campañas de alfabetiiación enla zona del Atlántico. "Era

-argumen-ta- atacar realmente un problema".. Como ella, Macela Capdevila pafici-

p-ó en concursos de gráficá política en laUniversidad Autónomade Puebla v elabo-ró el cartel para la feria del pueblo de SanSalvador Cuautenco, en Xoóhimilco.

al que pertenecían profesionistas de largatrayectoria de militancia en los partidos deizquierda.

Entre los miembros del Sindicato Inde-pendiente de la UAM estaban FernandoAnuti, simpatizante del Partido Comunistaque luego pasó a serel PSUM; Sergio Mar-tínez, vinculado a la maoísta Línea de Ma-sas; el trotskista Hugo Aboites, y GilbefoGuevara Niebla, líder y ex preso político enel movimiento estudiantil de 1968.

Es un enigma, hasta ahora, a qué obe-deció la licencia sin goce de sueldo queRafael disfrutó durante seis meses en1982, apenas un año después de que estu-vo en Nicaragua para participar, duranteun mes, en un taller de diseño.

Compañero en ese viaje, efectuado ha-cia 198 1, el pintor Gómez Morín narra quela experiencia de impartir talleres de óo-municacién gráftca enNicaragua fue muydistinta a la ocurrida en México.

"El país estaba destruido física y eco-nómicamente, pero había un entusiasmotremendo. Era un campo fértil: la gente erareceptiva, entusiasta, cariñosa", recuerda.

El grupo de profesores que viajó a Ni-caragua, entre ellos Guillén Vicente, "re-produjo" en cursos "ultraintensivos". loque había hecho en México: elaboraciónde mantas, teoría del diseño, elaboración yuso del mimeógrafo, serigrafía para sindi-catos y organizaciones sociales.

En este sentido, Gómez Morín Fuentesresume: "Fue tan intensa esa experienciaen la UAM, que creo que lo que vivimos ypensamos en ese entonces difícilmente semodifica con lacaída del Muro de Berlín".

Recalca que es estéril hablar si GuillénVicente es, como afirma el gobierno, elsubcomandante Marcos, y acusa a la pren-sa de tratar de convertirlo en un mito, enun "power ranger mexicano: el Guillénque yo conocí está muy lejos de quererseconvertir en eso".

Víctor Soler coincide: "Para mí Mar-cos es una persona y Guillén otra. Y no es-to-y hablando de personajes, sino de queMarcos resume la expresión de una volun-tad colectiva".

Para Francisco José Paoli Bolio, quienconsidera que Guillén Vicente sí es Mar-cos, éste es "el último hombre de la iz-quierda más o menos puro".

GómezMorín matiza:"En caso de que el presunto Marcos

fuera el Rafael Guillén que yo conocí, meda gusto, porque finalmente'el respeto y laadmiración que siento por Marcos me gus-taría que estuvieran confirmados en lá fi-gura del Rafael que yo conocí. Pero si no,igual esa figura de Rafael continúa mante-niendo la misma intensidad que represen-tan vitalmente para mí esos años."-

- A!{e que Marcos, pese a lo que digael gobierno, "todavía es 'presunto' Gui-llén". Y concluye:

"Marcos, como la canción de JoaquínSabina, puede ser un negro en NuévaYork..." O

NI MITO NI "POWER RANGER''

- -_--':I

Descrito como discreto, reservado, Gui-llén Vicente se mantuvo al margen de laefervescencia sindical durante el tiempoque fue maestro, del 16 de enero de 1979al 3 de febrero de 1984.

"No tenía ninguna vinculación con elsindicato", recuerda Víctor Soler, "Parti.gipaba, intervenía, sobre todo, en los pro-blemas de la carrera. Por lo demás, si-em-pre fue muy discreto".

Lourdes Balderrama estima que, deacuerdo con la personalidad reservada deGuillén Vicente, "no pienso que simpati-zara mucho" con el combativo sindicato,

II\ PAII\BRAEL MEDIO DE COMITNICÁ'CION

PIORE,XCELENCIA

DOMINE EL ARTEDE I{ABLI\R EN PI'BLICO

TEMARIO/ ACTITUD MENTAL

./ PERDEB EL MIEDO / RESPIRACION/ IMPOSTACION DE LA VOZ/ FUNCIONAMIENTO VOCAL

./ DICCION./ ARTICULACION FONETICA/ TONO Y MATIZ

/ LENGUAJE CORPORAT Y FACIAL/ INGENIO

/ SENTIDO DEL HUMOR Y EL RIDICULO/ RESONADORES CORPORALES/ SENSIBILIZACION BILATERAL/ ADAPTACION AL ENTORNO

PRESENCIA Y ATMOSFERA/ MANEJO DE ENERGIA COLECTIVA

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tero disiutiendo y organizando la universi-dad. Había allí un clima de creatividad, deentrega, de entusiasmo, de discusión fran-ca, de ganas de trabajar, de echar a andaralgo distinto que no se había conocido an-tes en México. Surgieron espontánea-mente una ser¡e de mecanismos colectivostotalmente inéditos.

-Los planteamientos '!agos" del do-cumento de Xochimilco quedaron rápida-mente rebasados, me imagino...

-Por supuesto. Nuestra impro-visación tiene sus lados positivos. Las au-toridades tenían tanta prisa que, con tal detener cuanto antes a los profesores quenecesitaban, contrataron a personas-demanera informal. Como por otro lado esaépoca era la de la diáspora latinoameri-cana, pudimos contar con espléndidosmaestros argentinos, chilenos, uruguayos,venezolanos. En la UAM-Xochimilco casiel2O% de los profesores eran extranjeros,eso rebasaba el 12o/o que autoriza la ley,creo. En su mayoría era gente joven, com-prometida políticamente, muy bien forma-da tanto en las disciplinas sociales comoen las científicas. Entre los mexicanosteníamos a gente muy interesante, quehabía sido militante en 1968. El más cono-cido era Gilberto Guevara Niebla, con elcual trabajé muchísimo. También estabanRoberto Escudero y Miguel Sandoval. Porotro lado llegaban a menudo los funciona-rios de la Organización Panamericana dela Salud que le menc¡oné antes. Participa-ban en los seminarios. Contábamos tam-bién con la presencia de arquitectos, médi-cos, soc¡ólogos que sin ser gente deizquierda, tenían una aguda conciencia delos problemas del país. Todos ellos aporta-ban ideas, confrontaba sus puntos vista.Se armaban polémicas muy acaloradas,pero como debíamos desembocar en algoconcreto, estos debates no se perdían enel vacío, como suele pasar con las discu-siones políticas. Se aprendía a hacer con-cesiones, a encontrar puntos en común y atraducir ese volcán de ideas en cosas prác-ticas.

-¿Cuáles eran los temas de esas pláti-cas y qué conclusiones sacaron de todo es-to?

-Hubo miles. Por supuesto el temaprincipal era el papel de la universidad y surelación con la sociedad. Allí se enfrehta-ban dos grandes tendencias. Una defendíala enseñanza por objetivos, un conceptoque estaba muy de moda en la época. Eraal estilo norteamericano. La universidaddebe formar excelentes técnicos, ayudar alos estudiantes a elaborar esquemas efi-cientes de comportamiento en el trabajo.Esa tendencia omitía por completo el temade la relación universidad-sociedad.Quería formar especialistas sin tomar encuenta el contexto social que los rodeaba.La otra era la izquierdista y distaba de serhomogénea. Quizá el único punto en co-mún que tenían sus integrantes era la insis-tencia en la relación estrecha entre la uni-versidad y la sociedad. Pero cuando setrataba de precisar esa relación, se volvía aarmar la polémica. Se enfrentaban losmarxistas sudamericanos, con los mexica-nos y todos estos peleaban con los portav-oces de la "izquierda caviai'.

-¿Se logró encontrar un denominadorcomún?

-Sí. La conclus¡ón fue muy simple: launiversidad no puede camb¡ar a la socie-

dad porque está sometida a lo que ocurreen esa sociedad, sin embargo, puede inter-venir ofreciendo formas de preparación alos estudiantes que les permitan irttervenirmás tarde sobre los problemas que padecela sociedad. Después de eso nos pregunta-mos cómo organizar esas formas depreparación. Allí Gilberto Guevara Nieblajugó un papel importante.

-¿Concretamente, cómo estaba orga-

nizada la universidad?

-En divisiones. Una de Ciencias Bi-ológicas, otra de Ciencias y Artes para el Di-seño, y la última de Ciencias Sociales. Es-tas divisiones contenían en su seno las car-reras, pero todo el s¡stema se organizabamodularmente. Cada carrera debía comen-zar con un tronco común para todos los es-tudiantes. Después de eso cada estudiantederivaba hacia la división a la cual estabaasignada su carrera y tenía que hacer uncierto número de troncos comunes en su di-visión. Sólo empezaba prgpiam^e¡te a cur-sar su carrera al final del ódgüSéd año. Ca-da módulo debía durar tres meses y se da-ba. una importancia extrema a la investiga-cton.

-¿Cuándo llegaron los estudiantes?

-El 11 de septiembre de '1974. Lasaulas apenas estaban listas. Había mos-quitos y ranas por todas partes. Por eso elsímbolo de la UAM-Xochimilco es una rana.Lo único que estaba listo realmente era eltronco común. Se empezaban a organizarlas cosas para los troncos divisionaries ylos módulos de carrera.

-¿Cómo reaccionaron los estudian-tes?

-Muy bien. Greo que para esa primerageneración de estudiantes fue una expe-r¡encia fantástica. Aprovecharon todo esehervidero de reflexiones nuestras, todo eseentusiasmo, nuestra convicción de que eraposible enseñar de manera distinta, anclarla enseñanza universitaria en la realidaddel país. Hubo experiencias interdiscipli-narias muy importantes. Mediante el apren-dizaje de su carrera estos muchachostomaron conciencia de los problemas rea-les de México, los que desconocían porcompleto. Se dieron cosas apasionantes,en particular en la división de Ciencias Bi-ológicas y también en la de Ciencias y Artespara el Diseño.

-¿Después de la llegada de los estu-d¡antes siguieron todas estas discusiones?¿Se debatió con ellos?

-Por supuesto. La ley orgánica de launiversidad favorecía la participación delos estudiantes en todo. Y lo hicieron demanera formidable. Algunos se volvieronlíderes y se quedaron trabajando en la mis-ma UAM-Xochimilco. Uno de los gruposmás interesantes en las discusionés fueciertamente el de Ciencias y Artes para elDiseño, donde supuestaménte estuvo elsubcomandante Marcos.

-¿Conoció a Rafael Guillén?

-No recuerdo ese apellido y la foto quepresentó la Procuraduría General de la Re-pública no me dice nada.

La corresponsal enseña a Raúl VelascoUgalde las fotos de Rafael Guillén publi-cadas en una edición reciente de Proceso.Velasco se queda pensativo.

-Esa cara sí me dice algo... Pero todoesto es tan lejano... Además llevo tantotiempo sin pensar en esa época...

Vuelve a mirar detenidamente el retratode Rafael Guillén. Y se queda largos minu-

tos hundido en sus recuerdos.

-Fíjese, ahora que lo veo... Recuerdoalgo extraño que'había olvidado por com-pleto. Por 1 977 conocí a alguien que estuvoen Ciencias y Artes para el Diseño. Se pa-rece un poco a ese muchacho. Era brillantey muy inquieto... Recuerdo haber platicadobastante con é1.. Pero soy incapaz de recor-dar su apellido... Lo raro es que desapare-ció de la noche a la mañana y no lo volvimosa ver... Es todo lo que le puedo decir viendoese retrato.

-Usted participó activamente en la lu-

cha sindical que se dio alrededor del SITU-AM.

-Dediqué gran parte de mi energía a

eso. El primer año de la universidad nosquisieron meter un sindicato. Una mañananos despertamos con un colegio sindical.La gente reaccionó de inmediato. Todomundo entendió que era el primer paso dela rectoría general para controlar a los tra-bajadores. Las tres divisiones se movi-lizaron juntas. Hicimos una huelga que duróun mes. Nos defendió el abogado CarlosFernández del Real y ganamos. Fue unagran v¡ctoria en realidad, porque el SITUAMse convirtió en el primer sindicato universi-tario mexicano en reunir en su seno a tra-bajadores académicos y administrativos.Pero fue una victoria efímera también. Alcabo de muy poco tiempo, todos los sis-temas y las modalidades de corrupción típFcarnente mexicanos empezaron a apareceren el sindicato. La primera descomposicióngrave de la UAM-Xochimilco empezó conesa degradación sindical.

-¿Cuántos años duró la época de orode la UAM-Xochimilco?

-Apenas cuatro. Cuando salí ya todoera muy triste. Un papel importante en esadecadencia lo jugaron los bloques de ce-mento que nos construyeron y donde nosinstalaron. Era totalmente absurdo. Nece-sitábamos luz eléctrica todo el día paratrabajar. Además nos hicieron cubículosmjnúsculos. Cada quien se encerró en elsuyo. Se acabó rápidamente la alegreconvivencia inicial. Luego se dio la crisiseconómica. La SEP ya no tuvo dinero. Elpersonal empezó a ausentarse y a de-sapasionarse. Los más ardientes defen-sores del proyecto se volvieron cínicos yse convirtieron en sus más violentos críti-cos...

-¿A usted que le quedó de esos años?

-La felicidad de haber vivido algo ex-cepcional en la historia universitaria mexi-cana, algo que muy poca gente conoce enrealidad. Fue una experiencia importante.Si algún día en México hay modificacionesprofundas, la gente manifestará formas decomportamiento parecidas a las que vivi-mos en la UAM-Xochimilco. De eso estoyconvencido.

-¿Podría ser más preciso?

-Sólo le daré un ejemplo. Los mexica-nos tenemos fama, en gran parte merecida,de ser irresoonsables. Sin embaroo. en esaépoca de oio de la UAM-Xochimiicó todo elmundo era responsable. Era impresion-ante. La gente que se comprometía a haceralgo, lo hacía. Los documentos que debíanescribirse, se escribían. Había una armoniaentre lo que decíamos y lo que hacíamos.Eso en México era algo inédito, excep-cional. Fue algo efímero que se tropezó conla realidad que nos rodeaba y que perdió suesencia en ese choque, como tantas otrascosas en nuestro país.

Procgso 981 / 21 de agosto / 1995 1 5