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PARTEPRIMERA

CAP"TULO I

EL PROBLEMA FUNDAMENTAL

Cuando más n os alejamos de la juven t ud, en quenos place r endir tributo a los sentimientos exquisitos de l alma

,se nos hace más difícil confesar que

un d ia n os invade el hielo de la duda,del except i

cismo,de la sensual idad de l a vida

,por último,

hasta el grado de hacernos temblar por el porvenir,

y con cierto agudo remordimiento por haber olvidado enseñanzas adorables

, que asi no s seducen enla niñez como reaparecen en los últimos años

,se

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1n cjan t os a esos reflej os de sol poniente que brotanentre nubes sombr ías en e l horizonte opuesto . ¡ Ohentonces

, que bella se tran sparenta la edad impecable

, y qué radian tes y alegres nos llegan sus recuerdos"Hace el hombre

,cuando más culto se cree

,algo

como pun t o de honra e l encallecer e l corazón, ahogar las ternuras y desterrar los afectos más dul cesque al ientan y con for t an en la lucha interminable .

La cultura nueva trae una cubierta de dorado metalreluciente pero impenetrable

,que encierra y sofoca

los más delicados atributos de nuestra naturaleza .

El hogar transmite con e l calor materno y la santidad del culto doméstico

,la virtud fundamental de

todo homb re ; y la escuela, convertida en hogar dela intel igencia

,en regazo 'visible de la gran madre

ideal que llamamos Patria,completa la obra del

hogar para extender en más dilatados espacios elnúcleo de la famil ia primitiva . La infancia

,la her

mosa edad de las más per fectas asimilacion e s, y lajuventud

,l a de l os sueños y anhelos más generosos,

¡ cuán t os tesoros se llevan al alejarse para siempre,y cómo se arrancan de l corazón de l hombre contemporáneo"Parece que se hallase decretado un absoluto divorcio entre las ideal idades e in spir acio

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nes de l j oven y las experiencias y real idades de laedad madura : son dos hombres, dos vidas, dos organ iz acion es dist intas y dos destinos diversos .Semejante transformación

,no facil de explicar

,

comunica a la sociedad sus efectos,y vemos a la

sociedad convertirse de pronto en un frío,descon

solado y estoico hacinamiento de hombres que recorren su camino

,l abran su tierra

,llenan su labor

diaria,pero sin que surja de sus faenas un canto de

entusiasmo,ni un grito de pasiónpor aquellos idea

les que fue r on '

a l imen t o de las almas en años juveniles .

Una educacion incoherente,un aprendizaj e im

pr ovisado de costumbres exóticas y un descaminado concepto de la vida conjunta ó nacional

,rea

lizan en un dia l a destrucción de lo que el hogar yla escuela crearon en l abor amorosa y creyente . Seimagina que e l bloque de már mol labrado sobre lacolina

,va a convertirse por si sólo en la obra de

arte y animarse con el movimiento de la sangre ;el niño ha de se r hombre cuando haya dejado laescuela

,y ningún pul imento posterior se r á n e cesa

rio para conver tirlo en¡el ciudadano, en el obrero

de una civil ización,en el factor de un

“ destino nacional .

Esta relacion entre l a escuela y el niño e s la

misma que existe entre la tierra y e l hombre : launa engendra e l vínculo de l e sPir itu que lo siguea través del tiempo y asiste a todos sus desarrollosy cambios, l a otra crea ese fuerte lazo semejante alde la maternidad

, que nos suj eta hasta la muerte,hasta que volvemos a depositar en sus entrañas lamateria de que nos vestimos para la penosa pereg r in ación .

Patriotismo es e se amor,esa fuerza

,esa ley na

tural ineludible que at a al hombre a la tierra enque nace, le convierte en un defensor airado y en untr abajador incesante para en r ique cer la y hermosearla . Como amor es fuente de grandeza y sacrificios

,

como fuerza es agente de cultura y de dominio, comoley e s principio eterno que rige la formación y vidade las sociedades . Es anterior a toda doctrina

,su

perior atoda convención é interés y más poderosoque las voluntades . Por e so es germen de per fección moral

,móvil eterno de heroísmos individua

les y colectivos, y la única inextinguible fuente dela verdadera gloria .

Si no hubiesen existido estas hondas vinculacion es entre el hombr e y el suelo en América

,robus

tecidas por ot ras causas hist ór icasi

y aceleradas poruna politica contradictoria con toda condiciónsocial

,hubiera tardado muchos siglos la R evolu

ción,y se habría desarrollado con lentitud y sin

l os prodigiosos hero ísmos que fue r on_su fuerza y su

triunfo . Nada hay que adhiera más el corazón a l avida

,como la conciencia de la propiedad, la noción

del dominio magnificada por la esperanza de unasoberana y exclusiva posesión . Ha sido ella l a causade los más céle bres sacrificios en los tiempos

,en los

cuales se vieron pueblos entregados al hacha delconquistador extranjero

,ciudades incendiadas

,mar

t ir ios de apóstoles y guerreros que iban a la muerteantes que ceder un palmo de la tierra bendita,consagrada por lo s huesos de sus mayores .¿Cómo podría explicarse de otro modo que por

una ley inherente a nuestra naturaleza,esta in spi

ración ingénita de todas las naciones,para estre

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e l rar se,armarse y correr a l a pelea apenas ha sonado

l a hora del peligro ? ¿Por qué la tendencia de conser var la v ida, luchar por ella y rodearla de todoslos encantos y atractivos posibl es

,desaparece ante

el temor ó l a perspectiva de una extraña ofensa ?No e s

,por tanto

,el amor de l a patria una cual idad

adquirida,ni un conocimiento posterior, ni menos

una convención . Las leyes educadoras y políticasque la desconociesen ó la contrariasen

,l levarían en

principio, para términos más ó menos próximos, l adisolución ó la esclavitud

,la decadencia y la ruina .

Algunos ejemplos de pueblos t an infortu nados n osofrece la historia : pueblos que tienen una patriaideal

,sin una porción de t ierra donde se pueda le

van t ar un templo único para sus dioses y bendecire l cál idoh ogar de l os afectos intimos .

Hij os de una raza vigorosa,entusiasta y amante

,

nacidos en un suelo en que la belleza y la fuerzatienen un reino epulen t o, los americanos pudieronreemplazar con la pasión y los anhelos patrióticoslos recursos bél icos que l a ciencia, la fortuna ó l apericia sólo procuran en el mundo . Y ninguna r évolución puede decirse que llevara asus combatestanta sama n ativa

,tanto ar dimien t o guerrero y

t anta prematura experiencia para las grandes si

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t uacion es históricas . Pero n o olvidemos que también usábamos de una herencia recogida atravésde seculares 0presiones y negros ostracisme s

,sufrí

dos por nuestros progenitores, a quienes tocara viviren la época del imperial ismo naciente y de l naufr agio de todas las l ibertades .O leadas de hombres exaltados por las victorias y

las conquistas de un siglo de or o para las armasespañolas

,entre l os cuales vinieron personaj es ilus

tres en las ciencias,la religión

,las letras y las ar

mas,fundaron en este suelo desbordante de rique

zas l as bases de una sociabilidad, lent amente modificada por las influencias étnicas y por las l eyes dela propia evolución local . Las antiguas l ibertades

,

conservadas en secreto culto en el fondo de los corazones

,r e t oñar on al calor fecundante de nuestros

cl imas y al riego de losmás caudalosos r íos del orbe .

Y luego,al expirar e l siglo xvn r

,puede con

t emplar se este interesante fenómeno histórico : lasociedad antigua

,fundadora de ciudades y munici

pios dueños de regio abolengo y desbordantes devida democr át ica

,y a su lado

,en crecimien to silen

cioso pero acelerado,l a sociedad nativa

,mezcla

potente como la del bronce y el hierro,de l a noble

sangre española con la savia virginal de la tierra

conquistada . Pronto,pues

,el ramaje nuevo cubre

con su follaj e e l tronco centenario : l a América joven toma e l puesto de la antigua

,y este doloroso

cambio que hubo de real izarse con muchos sacr ificios

,no fue s ino e l cumplimiento de una ley eterna .

Pero la vida nueva no se desarrolla sin duraspruebas y amargas vicisit udes y l a nobleza de almay de genio

,e l vigor y abundancia de l a propia na

t u r ale z a y fortuna,el temple heredado de la hidalga

nación a que debemos la existencia, fueron fuentede continuos dolores para el patriotismo argentino

,

que parece destinado a nutrir de su robustez y desu sangre a naciones hermanas

,que si habían na

cido en un solo hogar,pronto le fueron arrebatados

tras de nuestros triunfos y como premio de nuestroesfuerzo . Nación que en su seno incubara la independencia, que la diera a luz en hora pr 0picia parasu r ápido crecimiento, se hallaba condenada a l osdolores del amor materno

,a ve r alej arse asus hij os

desviados por pendencias domésticas ó sugestionesinsanas ; y todavia la j oven soberana los bendice,los despide con lagrimas y vela por ellos en su t r a

bajada existencia .

Nuestra patria,como a Roma comparaba e l l i

rico inmortal,e s semejante a la vieja encina de

los sombríos bosques de la Algida raleados por e l

hacha . Se acrecienta con sus pérdidas, seanima consus heridas, y nuevo vigor arranca de l hierro quela golpea Hoy

,después de haber dado la vida de

su cuerpo a tres naciones,y vertido su sangre a

torrentes para dar la l ibertad a otras tantas máslej anas

,se encuentra aún con el mismo problema

ante su conciencia y su corazón, y se pregunta :¿Hasta cuando es lícit o el sacrificio ; hasta cuándo

e s honorable la renuncia de su patrimonio ; hastacuándo l a humana moral y la cristiana abnegaciónexigen de un pueblo las inmolacion es estérile s

,

nunca compensadas ni fr uc t ificadas en favor de unideal realizable ?Acaso conviene detenerse ameditar en este ca

rácter de nuestra viej a pol i t ica . Hemos exigidosiempre a nuestros soldados el homenaj e de la vidapor la Patria

,y ellos la cedieron y triun faron ; he

mos vencido con las armas y comprobado la pujanza y vigor nativos de nuestra sociabil idad ; nuncalos colores nacionales han adornado e l carro de ning ún vencedor extranjero ; jamás desmintieron losej ércitos l a gloria con que San Martin

,Belgrano

,

Alvear, Las Heras y tantos otros lo ungieron en

innumerables batallas ; y no obstante, nadie reco

ne ciojamás e l precio de sus victorias,ni reclamó

la indemnización de sus sacrificios,como si fuesen

e l ej ército y l a Nación argentinos enviados del reinode los cielos para crear pueblos

,formarlos

,dotarlos

de l ibertades y territorios,y esperar en la vida

eterna la recompensa espiritual de sus hazañas .Es necesario decirlo una vez

,aunque nos cueste

rubores y sufrimientos : parece exis t ir en e l fondode nuestra vida

,en el corazón y en las costumbres

de nuestra juventud,en las conciencias de nuestros

hombres de acción y de enseñanza,algo semejante

al fr ío de la muerte de aquellos sentimientos primor diales sobre que se levantan lasgrandes nacional idades, se fundan las civilizaciones más sólidasy durables

,y existe y se fortalece esta religión

terrena que la humanidad ha condensado en la palabra Patria .

Religion,si,y no solamente una n oc r on ni una

teoria que pueden se r cambiadas a voluntad ó a capr icho de los innovadores cuo t idian os, porque sóloasí se expl icar ía l a virtud superior con que algunos

hombres elegidos persisten durante toda la vida enla abnegación y sacrificio de su reposo

,hacienda y

sangre . Religión y no otra idea perecedera y mudable es el patriotismo, porque el siglo en que vivimos

,presa y juguete de intereses

,pasiones y caleu

los nada románticos,no habria presenciado esos le

van t amien t os y guerras en que las masas humanas,impulsadas por el amor y la conciencia de la patria,removieron estremecidas de asombro las secularescenizas que hacen del suelo de la Grecia y de laItalia templos de sagrados cultos nacionales .Belgrano no se habría resignado a los reveses y

contrariedades de la lucha,que in icia como pensa

dor y continúa como general, hasta caer rendidopor sus intensas amarguras ; San Martin n o habriaconcebido su vasto plan mil itar

,ni sus altos desig

nie s polít icos n o fáciles de comprender por la criticavulgar

,de recorrer la América y de abandonar des

pués todo poder y por último, sólo un espiritu hondamen t e penetrado de esos misticismos y dramasque viven y luchan en el fondo del alma humana

,

podria medir la inmensidad del dolor del héroe quese vuelve de la ribera patria para no volver a ellasino en cenizas traídas de tierra extraña . Y luego

,

¿ qué pasión, qué idea, que creencia es esa que man

t ien e en el omnba t e a aque l lo s argen t ino s que lnchan du r an t e c incue n t a año s co n l as pasion es, laba r bari e y la t i r an ía

,pa r a fundar al fin t ras (l e.

t ant a sang r e y dol or una nación pa r a sus hijos, para

todos los hombr es,menos pa r a ellos que apenas t ie

n e n l a sue r t e de mo r ir en l a t ier ra donde nacie r on ?No ; no puede se r el pa t riotismo una noción ad

qu ir ida, n i una convención univer sal , n i un p r incip io científico que puedan cambiar los gobie r no s y

modificar los métodos,sino un a t ribut o subs t ancial

de la humana nat uraleza,una ley de su organización

física,afectiva e intelectual

, que nace, crece y mue

re c on e l hombre mismo . Por eso los puebl os que loolvidan en sus escuelas o en su polí t ica

,se en cami

n an al desorden,a la decadencia

,ala cobardía : cual

quier aventurero los har á su fácil presa,cualquiera

influencia extraña hal lar á en él te r reno pr 0pic io ,cualquier género de corrupción t endr á en él unav ict ima voluntaria .

Y est as observaciones que el recuerdo de los grand es días de la Patria nos sugier e

,en l ibre y entr “

nable con fidencia con nuestros lectores argen t inos,no son una vaga ideal idad ni una metafísica inaccesible . Las exponemos para decir que las t risteslecciones de nues t ra historia sobre los hechos en que

gw n del continente,y con el br azo de sus hijo s 6

con su influencia,funda naciones l ibres en cada país

donde llegan sus armas .

El cetro esta inviolado,pero nad ie l o empuña

como dueño : se guarda en la necropol i donde duermen nuestros héroes y nuestros próceres del pasado .

La misión de sus descendientes,de los fel ices here

deros de tanta fatiga y de tanta gloria, es hacerrevivir la conciencia de la propia grandeza

,y escu

chando las expon t án eas insp iraciones de l pat r io t ismo

,nunca extinguido aunque extraviado

,incorpo

r ar se de la muelle indiferencia que nos inmoviliz a

y n os consume ; encender de nuevo en l os hogaresla lumbre de los antiguos dioses desterrados por lamoderna idolatría ; hablar sin rubor y a grandesvoces de la Patria

,injustamente desterrada de nues

tras festividades,conversaciones y discursos

,con

riesgo de ahuyent arla también del corazón,y des

preciando novísimas actitudes, consagrar nuestrashoras a robustecer el cuerpo y refrescar el alma conlos ej ercicios que dan fuerza

,y los recuerdos que

vuelven la creencia y e l perfume de l ideal juvenil .Por último

,hagamos que desde la escuela primaria

hasta el colegio y l os institutos profesionales y unive r sit ar ios, la enseñanza patriótica no sea abando

nada ; que siga corriendo por las venas de l hombrela misma savia que le entusiasmara cuando niño, yle arrancara gritos de pasión y acciones heróicascuando j oven

,para que nuestro respeto n o sea in

sul t ado,n 1 nuestra tierra usurpada

,ni nuestras l i

be r t ades corrompidas,y por ver si por fin llega un

día en que haya virtudes como aquella que hizo exclamar

,radiantes de júbilo

,a los Macabeos

,en pre

sencia de la hoguera que iba a devorarlosEstamos dispuestos a morir

,an tes que t r aicio

nar las leyes de Dios y de la Patria .

CAPÍTULO 11

PA T R I A,PA T R I O T I S M O

Una resurreccion fel iz favor ece en esta época losestudios ideales

,aun en l os países más notables

como innovadores ó materialistas . Después de lafiebre literaria que agitar a a la Fran cia de losul t imos tiempos

,l levándola a extremos imprevistos de

positivismo é ir r e l igión parecería que una voz desconocida le hablase desde e l seno del t orbellino

,y l a

llamase al recog imient o y a las sencillas y antiguasvir tudes de la r aza y l a nacional idad . No sólo susliteratos

,artistas y filósofos más avanzados

,sino

sus hombres de Ciencia y de gobierno,marchan hoy

al frente del noble cortejo que se vuelve hacia lossagrados r ecuerdos que constituyen la gloria y e l

hono r co le c t ivo s,hacia los sen t imiento s esenciale s

de la comunid l social,cual si acudiesen a l os t em

plos de d ioses olvidado s . Mien t ras por las cal l esruedan e n vértigo estruendoso lasmul t itudes desenfr enadas ó en c eguecidas por sus placeres ó sus vanidades

,en las altas r egiones de l

'

e spi r it u hay una l abor incesante

,apasionada

,fervida

,por forjar el

alma nue va del pueblo,e l acero vigoroso de l carac

t e r,la gr andeza común del porvenir .

Se lucha,se trabaja

,se sueña con ag it ac10n , con

del ir io,con ansia y esperanza de un bien supe r ior

aú n invisible . El noble ej emplo de es t os elegidoscontagia a t odos los hermanos de raza que , unos apen as l iber t ados de l a disolución y la anarquía comola It al ia

,otros arrastrando con heroísmo innato el

peso secular de sus recuerdos gloriosos como España

,se esfuer zan por restaurar

,conservar y en

g r andecer e l legado de sus mayores , e l vinculo acasodebil itado de sus tradiciones más remotas

,como si

pr ocurasen evocar desde el fondo de los siglos e l

alma nacional ausen t e º

Más fel ices las naciones alej adas del parentescolatino y de su ambiente tórrido

,a pesar de sus pro

fundas revoluciones y cambios y aun de las maravillas de la fuerza y la voluntad

,se sienten libres

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del as continuas intermitencias de car áct e r y de pa81on

,y desde la infancia hasta la edad madura

,la

órbita de su crecimiento y“ cultura es una amplia ymajestuosa curva de término inmensurable . Ni laA lemania n i la Inglaterra creyeron jamásapartarsede la familia universal

,por dirigir todas sus poten

cias creadoras hacia la formación y crecimiento dela nacionalidad propia

,de la unidad de su caracter

de su individual idad perfecta .

La fuerza,el respeto y el honor que el mundo

les reconoce,ya sean producto de influencias com

binadas de la naturaleza fisica y de la sangre,ya e l

resultado de una labor persistente y uniforme de lasin teligencias en su misión civilizadora

,se asientan

sobre esas cualidades superiores nunca abandonadas de contradichas

,y que se man ifiestan en una

firme y progresiva continuidad de l trabaj o de todaslas fuerzas y t odos los espír it us. Así se constituyeantes la personalidad individual de la nación

,para

se r hábil y capaz de influir en el resto del mundo .

Luego,n o obstante la presumida y perezosa ig

no r an cia de todos los tiempos , no es una locura , niuna tarea de mediocres esta del cult ivo de ár bolescentenarios

,que tan tarde compensan las fatigas

con sus frutos ó su follaj e ; porque la formación de

esos al tos y eternos sen t imiento s,como e l de patria

,

se asemeja a aquell a empresa secular . Pe r o t ambiént iene por obj eto

,no un delei t e sensual y t ransi t o

r io que halaga la existencia de un homb r e ó de unageneración

,sino fundar un ideal

,un cul t o capaz de

perpe t uarse y de se r vir de foco inmor t al de vida yde grandeza para t odos l os hombres y las generaciones de una sociedad

,de un Estado

,de una na

ción,y convertirse en e l alma misma que circule a.

través de los siglos,como la savia de l suelo alimenta

y renueva sin término los bosques,a pesar de las de

vast acion e s del rayo y de l hacha .

La pat ria es la persona imperecedera para quienluchan y t rabaj an los hombres

,las sociedades, los

gobier n os,las naciones ; el la es distin t a de todos

ellos,superior a todos ellos : e s su alma invisibl e y

generadora ; sus er ro r es y extravíos pueden ale

j arla,de svan e e e r la, combatirl a, pero en t once s no

son de extrañar los desfallecimien t os inesper ados,

las derrotas,los desencantos

,las disoluciones y la

muerte .

Grecia antigua pudo se r por si sola un templo 1nmenso donde el art e se confundiese con la divinidad ; pero diluido qu i z á en su cielo azul y embr ia

gador e l concepto individual y antiguo de pa t ria,

nuestro s antepasado s ; e s nues t ra he r encia secular ;e s el fondo inmutable de la raza

,donde vendrán a

fundirse t odas las influencias,fuerzas y e lemen t os

de las otras que se unen con ella en e l t iempo y enla t ie r ra que habita

,baj o e l cielo que la cubre . Como

individualidad human a somos una nación antigua,

dueña de altísimas y sagradas tradiciones que hanmodelado su espíritu ; y así como otras más pode r osas buscan hoy sus viej os orígenes para satur arse deantiguedad y reconst ruir su destrozado abolengo

,

sólo necesitamos de spojar n os de l polvo de las luchasrecientes

,para contemplar e l pasado y comprender

lo que valen para la dicha y l a grandeza de la Patria los recuerdos

,los vínculos de sangre

,el tesoro

de las glorias comunes,guardado con el religioso

r e Spe t o de los amores supremos y transmitido porlos anales de la familia secular .

Nuestra sociedad e s antigua,de estirpe elevada

y tendencias superiores ; y esas cualidades, for t alecidas en e l suelo virgen de América

,hicier on que

la vieja savia castellana diese al mundo una nuevarevelación de sus virtudes

,con el nacimiento de

un pueblo que fuese como un retoño robusto delár bol cen t enario

,destinado ap erpetuar en su pro

pia vida los caracteres fundamentales de su or igen,

— 29

embe lle cidos , t r an sfor mados , glorificados con lajuventud y l a fuerza .

Constituimos,además

,una Nacwn y un Estado

que vive sobre un país inmenso, dotado de riquezay hermosura incomparables ; y unidos, encaminados en un sendero común por instituciones también seculares

,que tienen el bautismo de sangre

y de genio de todas las revoluciones históricas , yla consagración del sacr ificio por sus propios antepasados

,realizamos en toda su amplitud y pr ofun

didad la idea de una Patria propia, exclusiva, íntima y eterna . Porque n o sólo se l igan en ellas latierra y e l hombre en unión perpetua é ir r evocable

,sino también las glorias y los sufrimientos

,

los trabajos y los goces,la sangre y el sudor de

muchas generaciones,vertidos en luchas y por

ideales propios de la nación j oven,a veces contra

enemigos extranj eros,a veces en disensiones in

t e st inas,siempre dolorosas y cruentas . De todas

ellas el vigor nativo sal ió triunfante,la sangre de

r r amada no ha sido estéril,aunque haya retardado

el crecimiento y la cultura : sus frutos han sido l aconquista definitiva de una personalidad externa

,

capaz y digna del más bello destino,y el estable

cimiento de un sistema de l ibertades,derechos y

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gobiernos,cal culado para labr ar la fel icidad co le c

t iva y conservar y eng r andecer e l legado pat r imo

nial , el respeto y e l honor de la Nación en el pr esen t e y e n el porvenir .

S i tenemos una pa t ria con todos sus carac t eresideales y reales ; si ella es una personal idad vivien t e é imperecedera si es una gran solidar idadconst it uida por los sacrificios que se ha hecho ylos que se e st á dispuesto a hacer t odavia ; si es unagrande entidad materna

,un superior concepto mo

ral que precisa la vida y el destino de la sociedad ,podemos ya exigir a todos los que la forman

,l a

sostienen y representan,su parte de deber

,de es

fuerzo,de abnegación . Ella no es sólo un orga

nismo vegetativo '

e inerte : se compone de cuerpoy de espíritu

,de voluntades é impulsos que es n e

ce sario dirigir hacia un fin general,ascendente

,

progresivo,material e intelectual .

El pat r iotismo consiste en la mayor ó menorsuma de l tributo voluntario puesto al servicio detodos

,del bien común : de parte de los ciudadanos

,

por la concurrencia del t rabaj o material y moraly de parte de los que gobier nan

,por la lealt ad

,di

l ig en cia, amor y vigilancia en todas las cosas queá. la Patria int eresan

,de l doble punto de vista de

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su cuerpo u organismo físico, en su territorio,y

de su alma, ó sean sus atributos de dignidad , cultura

,hon or

,soberanía y engrandecimiento .

La defensa de los derechos patrimoniales de lanación

,no e s menos inherente al deber patriót ico

de gobern ados y gobernantes : l os primeros por l aconsagr ación de la vida a formar la fuerza materialpara la lucha ne cesaria

,y los segundos para no

descuidar un instante la causa nacional dentro ófuera de l país

,ante el tribunal permanente y uni

versal de la humana justicia . Aquel ídolo in cásicopuesto en la c ima de la montaña con el brazo derecho armado

,extendido hacia el océano

,y e l 1 z

quie r do vuelto hacia la tierra de sus hij os, pareceun simbolo perfecto de l deber patriótico en l os querigen pueblos y guardan t erritorios .Pero la fuerza

,asiento y base de toda Patria

,no

se forma sólo por la aglomeración de las armas yde los soldados ; no es sólo la unión de vet eranos ynovicios para constituir un ej ército ; no son sólolos tesoros acumulados para armar flotas numerosas: la fuerza invencible y eter na es la que resultade la perenne labor de todos para perfeccionar

,ro

bust e ce r y ennoblecer la Nación misma,en su

cuerpo y en su alma,en su naturaleza física y mo

ral,en sus atributos intelectuales y sensitivos

,y

presid ida esta incesante y ordenada tarea por e sapasión suprema

,por ese ideal sublime

,— único ca

paz de reemplazar el religioso, porque se formatambién de carne y e spír itu como el hombre, e l

sentimiento,pasión e ideal de Patria .

Ella e r epr esen t a e l patriotismo intelectual ymoral de las generaciones de una misma sociedad .

La funda la comunidad de glorias,desastres y sa

cr ificios : la unión de los corazones,de los senti

mientos,hace lo demas . Ella se liga al territorio

como la selva al suelo que la al imenta" . Unir loscorazones

,sol idarizar los sentimientos

,armonizar

las inteligencias, ¿no es acaso una gran misión

pol i t ica,” un ideal capaz de llenar una vida y fun

dar una gloria,dar origen a una pasión y a un sa

ce r docio ?

He ahí un motivo digno de ocupar las horas delhombre de Estado ; ver si la educación argentinaen sus grandes ciclos

,no va extraviada de este de

r r ot e r o salvador y supremo, y si en ve z de elaborarel tipo nacional de l porvenir

,no se echan los cimien

tos de otro innominado,amorfo ó heterogéneo que

lleve en su sangre los gérmenes de la decaden cia ola degeneración mental

,ó sea

,la muerte de la na

cional idad . Y siguiendo en este análisis,podriamos

precisar la << política patriótica " por excelencia,la

que inspira los actos en defensa , honor y gloria dela nación y en su respeto universal y permanente ;llegaríamos a saber si nuestra Patria ha definidoya para siempre y de modo inmutable sus d erechos de soberanía

,y si no tiene problemas ó deu

das sagradas consigo misma que resolver ante supropia con ciencia moral y jurídica

,y de sus desti

nos y deberes en la civil ización .

Grande,heroica y de tardías compensaciones e s

,

por tanto,esta misión del patriotismo en e l go

bierno de las sociedades . Por eso requiere una baseprofunda de virtudes invencibles

,que sean con

substanciales con el alma misma del pueblo,y los

más resistentes son,sin duda

,el valor

,l a renuncia

de si mismo,la honestidad y e l. amor

,como consti

tut ivas de una acción más perdurable y activa .

La Patria es una región superior donde se confortan todos los corazones

,se he r man an todos los

ideales,se combinan todas las fuerzas

,se funden y

convierten en afectos benévolos todos los rencoresque la lucha de la vida enciende entre los hij os deun mismo hogar nacional : ella encarna lo más precioso que tenemos y debe sernos más querido, el pa

sado de nuestros abuelos,el porvenir de nues t ros

descendientes . Es el depositario de las tradicionessagradas, de las esperanzas inviolables, de los recuerdos gloriosos

,de los sentimientos ínt imos de

una raza : tiene la guardia y la responsabilidad desus des t inos

,de su grandeza

,de su independencia .

Es lo que persiste a través de los tiempos,sobrevive

atodas las individualidades ; e s lo que puede adher ir nos y por lo cual podemos sacr ificarnos " .

Tan alto y noble sentimiento,que tiene de hu

mano y de divino,por las santas inspiraciones que

despierta en las almas,puede ser baluarte de las

l ibertades contra las tiranías,las corrupciones

,los

halagos engañosos de la fortuna,las desesperanzas

mortalesde l a adversidad ; y en esas épocas no desconocidas en la historia

,en que desaparecen los

at ractivos é ilusiones que ligan a la vida y al t r a

baj o,el amor de la Patria puede ser un refugio

,un

baluarte,el foco de una reacción gloriosa y fecu nda .

Hablar siempre de ella,amarla

,hacerla amar de los

otros,enn oble ce r la y hermosearla con el culto de

nuestra inteligencia y de nuestros corazones,es

honrar y perpet uar la memoria de los héroes quela fundaron y velan por ella desde la inmortalidad .

36

rac ion común de la sociedad,t an pr opia y exclu

siva de l soldado como del paisano,po r que e s la de l

hij o de l a tierra,ya empuñe el sabl e ó el arado .

Antes bien,cuando es t a hora suena para las n a

ciones,j óvenes ó antiguas

,en que el e Spír itu cívico,

el e Spír itu públ ico est á en sazón y calienta con suentusiasmo y nutre con su savia atodo cuanto respira la misma atmósfera

,las filas se disgregan de

su régimen primitivo,las armas son arroj adas al

suelo ó arrebatadas en desorden,para correr a l a

muchedumbre agitada en aparente confusión,y en

cuyo seno arde la llama fecunda que improvisa ejércitesdesconocidos

,engendra potencias nuevas

,ori

g in ale s, irresistibles, y derriba las organizacionesveteranas .Entonces hay ciudadanos

,hay un pueblo

,hay

una patria distintos,separados

,fatalmente a'

ut ón o

mos,que han conquistado su soberanía propia y t ie

n en derecho a reclamarla ante la ley natural . Ycuando la han adquirido

,y han visto reconocer su

personal idad en el mundo,y han dado existencia a

un gobierno regular,comienza la labor i n t e r m ina

ble de la vida civil izada,e l ej ercicio de la sobe r a

n ia, que es conjunta ó externa

,y es individual e

interna.

La Revolucion de Mayo fue una revolució n delpueblo de l Río de la Plata

,de una nacion ya for

mada y con sc iente,que obtuvo por su solo esfuerzo

la pr áct ica, la posesión, el ejercicio de su imp er ium.

Con las armas y con e l sacrificio de la sangretriunfó en lucha tremenda contra una de las nacion es mas valerosas de la t ierra, como que era de supropia carne y de sus propios huesos

,y cuyo espi

ritu patriót ico no tiene igual .A sí fue también la generación aquella . En nin

guna revolución conocida most r óse más unida,más

homogénea el alma de la nación en el anhelo de lalibertad y soberanía externa e interna

,que en esa

contienda de inmortal recuerdo para esta América .

Soldados,ej ércitos, generales, dinero, recursos sin

número,apóstoles

,oradores

,escritores

,poetas

,bu

ques y marinos surgíande la nada,como evocados

por un conjuro omnipotente ; y cuando se creíanagotadas las fuentes

,y la lucha languidecía, y la

suerte de la guerra corría pel igro, veíase brotar de

ignorado origen la palabra salvadora,la acción de

c i s1va, el hombre, el brazo, conductores de la victor ia .

¡Milagros apar entes de la Providencia,— que pormucho tiempo fuera considerada como una ley his

tórica eficiente,— pero en realidad

,prodigio s de l a

virtud cívica y de l a convicción pa t rió t ica, que

busca con la abnegación de l a vida y la consagr ación al bien de los demás

,establecer en el suel o na

t ivo e l imperio de la voluntad colectiva,y dar a esa

un idad de cuerpo y alma,ó sea de territ orio y po

blación homogénea que llamamos una nación,la

personalidad a que aspira en el concierto delmundo 'Y estos dos aspectos de la vida nacional argen

t ina se han desarrollado juntos en su historia,unas

veces en armonía íntima y estrecha,casi confundi

dos en uno sólo,otras en aparente divergen cia

,

como si no se concibiese la idea de patria al mismotiempo que la de libertad . Nunca ha sido así

,por

cierto ; porque si algo daba vigor inmenso a l a conti enda guerrera contra e l poder real

,era el senti

miento profundo de la protesta contra el régimende 0presión

,de negativa de los derechos civiles y

políticos,las diferencias de clases

,los privilegios y

exacciones,las exclusiones in icuas de los hombres

por otros hombres naturalmente iguales,y contra

e sa ausencia de personería externa que caracter izaa las colonias y mina su existencia, consumiendosus energías nativas .

Así,pues

,fueron vanas y estériles las tentativas

de suprimir la libertad de nuestro suelo,como la

de cercenar la integridad territorial por la fuerzade las armas ó la conquista

,mientras la Nación tuvo

una voz para expresar su pensamiento y el voto desu alma . Si hubo tiranías devastadoras que obscur ecier on por largo espacio e l e scenar io recién abiertoa las expansiones de la vida l ibre

,ellas provinieron

de causas sociológicas bien definidas, y pasaronarrastradas por el torrente de la misma savia queahogaron con sus excesos .En cambio

,cuantas veces se d i o la señal de la

defensa común,en nombre de la ley de cohesión

nacional que constituye la Patria, jamás faltaron

ni la fuerza ni e l heroísmo bastantes para venceral adversario y salvar intachable el pabellón

,que es

símbolo de honor y de glor ia . Si luego,después de

la victoria,los consejos poli t icos fueron errados ó

magnánimos,al despojarse de los derechos inhe r en

t e s al vencedor y ceder al cont rario,como prenda

de paz y humanidad, e l tesoro que fuera causa dela querella y las inmolacion e s, cues t ión es queatrae hondamente la i nt el igencia y el corazón , yaparece como ext rema

,como excesiva interpreta

ción de la moral evangélica .

Cada ve z que las dos fuertes virtudes de un pueblo

,e l civismo y el patriotismo, se han presentado

en la acción en desacuerdo ó divorcio,grandes é

irreparables desastres han caído sobre los Estados .

Hay entre el los,por tanto

,una unidad indisoluble

,

un lazo real de armonía que acrecienta su poder enla acción

,y que rotos ó disueltos, se traducen en

la enfermedad y la muerte . El ideal de toda educación y cultura nacional debe se r

,por tan t o

,el que

la conciencia cívica y la virtud patriótica se compenetren, se ayuden , se con for t en una a otra

,para

que en l os dias de la prueba no falte el vigor queregenera en la desgr acia

,y en el caso cont rario

,no

puedan la artera astucia ó la falsa humanidad desbar at ar las conquistas de la victoria

,que sólo se

consiguiera con sangre,vidas y haciendas .

Hemos dicho que la Revolución de Mayo fué obradel sentimiento popular

,nacional y cívico

,de esa

profunda ar monía que constituye una ent idad se

berana en la más vasta acepción de la idea : elladebe ser sin cesar manifest ada a las generaciones

j ovenes que har án l a Nacion del porvenir, para queno sean inducidas en error por el interés de secta óde círculo, tan incl inado a mezclar ó profanar acada momento las más nobles cosas y los conceptosmás puros ; ni a caer en e l extremo opuesto de confundir por causas y en ocasiones transitorias ó parciales, lo que es fr ág il con lo imperecedero la fracción ó el partido con la nacional idad, el interés óla vanidad de un hombre

,con el destino ó el orgu

llo y grandeza de la Patria .

Nunca se r á bastante la enseñanza de estos principios alos que han de sostener mañana e l legadode nuestros mayores . Esa faz de la historia de Mayon o ha sido estudiada todavía para extraer de ella lalección que entraña ; y por respetos y homenajes expl icable s aú n , no se ha ocupado e l maestro de arrancar de nuestro pasado los ejemplos dolorosos de susolvidos ó transgresiones .Aquellos concibieron é hicieron para sus deseen

dientes una Patria común, que e s un a unión indiso

luble de regiones,comarcas

,porciones

,provincias

ó Estados inseparables,en virtud de la sabia ley na

tural ó socia l federativa ; y si fueran interrogadoslos gobiernos de algunas épocas sobre la ejecuciónde e se mandato

,no siempre pudieran

, qu iz á, probar

4 2

quc l o habian cumplido . ¿Cuán t as veces ha sido de sgarrada, desmembrada la unidad terri t o r ial de18 10

,de 18 18

,de 18 16 y de 1824

,y quién rend ir á

cuenta de esos actos en el tribunal de l a pe steridad ?Cuidemos con culto rel igioso ese tesoro de bienes

materiales y de doctrinas salvado r as y e t e r nas, cuyar ai z est á en la naturaleza humana . No leamos lahistoria por e l único prestigio y e l atractivo épicode las batallas y de los tumultos p0pular es : es t ossolos no constituyen la gloria

,ni conducen a la d i

cha duradera,porque también hay combates he r oi

cos,grandiosos

,para aherroj ar l ibertades y esclavi

zar y conquistar pueblos enteros . Leamos sus páginas par a desentrañar de ellas los consej os de lasabidur ía

,de la moral y la verdad

, que han de conduci r nos por caminos rectos y seguros

,porque no

sólo contienen el alma de los grandes hombres queveneramos

,sino la síntesis de una experiencia

,la

real ización de l eyes seculares que llegan a convertirse en leyes permanentes de la evoluc ión universal .Ellas nos dicen que toda nació n que ha llegado a

se r un organismo individual y perpetuo,se com

vierte en una patria ; esta es una personalidad con

capacidad exterior,nos lo en señan ej emplo s conocí

dos,no basta a.cubr ir ó detener e l mal d e la d isolu

ción ó de la inmoral idad internas .

Recordemos que nuestra Revolucion de Mayo,

fué una fórmula perfecta de aquella noción de l a patria ; es l a única absoluta y exacta, porque conservala unidad originaria de l a sobe r an ía ; porque identifica al ciudadano con ella misma en cuerpo yalma

,y porque sólo así el amor de la patria e s vo

luntad,virtud y poder .

CAPÍTULO IV

EL IDEAL DE LA PATRIA

Se han caracterizado las últimas décadas de lahistoria con t empor án ea, por un visible decaimientode los ideales en diversos órdenes de l a vida ; enunos pueblos el material ismo literario ha ido muylej os

,hasta provocar por su propio exceso una reao

ción opuesta ; en otros las preocupaciones y pr ejuicios an t ir r el ig iosos han tocado los extremos, y cc

mien z an a mirar hacia at r ás,como buscando de

nuevo algún nuevo reflej o del sentimiento perdido ;otros, por fin, han abandonado de tal modo sus ideales y cul tos patrióticos

, que dir iase de ellos quemarchan sin rumbo

,sin propósitos

,sin calor

, sin luzdirectiva en este interminable camino de la existencia .

No son es t os losmás,sino

,lo que es más raro

,son

l as naciones más j óvenes é inexpertas,

—y acaso l a

Repúbl ica Argent ina deba con t arse en t r e ellas,

las que se dis t inguen por este extraño enfriamientode los que fueron los afectos dominantes de la raza,de la nacionalidad misma

,desde los primeros d ias

de su vida independiente . Poseídas de l vértigo delas grandezas materiales

,de la fiebre

,también

grandiosa,de la lucha por el progreso y la pr OSpe

ridad económica,han dejado en ocasiones languide

cer las llamas Vivas de las nobles pasiones originarias é ingénitas

,baj o las cenizas no removidas de los

impulsos utilitarios dominant es .

Cierto es que,pasada la época heroica con las vic

t or ias finales de la independencia, invadió e l almanacional

,baj o la forma engañosa de un anhelo de

l ibertad civ il y polít ica,el odio de partido

,de

bandería,de facción

,de guerra civil con sus horro

res mil veces más at roces que los de la guerr a ex

t r anje r a ; y esos ter ribles elementos de anarquía,de descomposición

,de disolución social

,dej ar on

acaso en e l fondodel espi r it u del pueblo argentinogérmenes vivientes

,cuyo trabaj o cont inúa y se ino

cula en todas las manifest aciones de la vida común .

La ext ensión de l terr itorio, l a var iedad dc sus

4 7

cl imas,la espon t án ea abundancia de sus fuentes

productoras,la desigual y prec ipitada incorpora

ción de inmigraciones heterogéneas,y la falta ab

soluta de una poli t ica con tinua, persistente, d e elevado patriotismo y de orientación superior en elpaís

,han hecho en no pocos períodos revelarse ve r

dade r as aberraciones ; han dejado tomar cuerpo independiente y magnitud incontrastable a ideas dive r gen t es de nuestro destino nacional ; han hechoposible algunas veces con cebir la desmembr ación

de l rico legado histórico,y la creación de entidades

separadas dentro del sagrado y vast ísimo recinto,en que l a naturaleza y la historia colocaron el almade la nueva y gloriosa nacion de Mayo .

Mas e r a un deber de las generaciones sucesorasde aquella que fundó la Nación Argentina, reunir,conservar y mul t iplicar

,para los siglos venider os,

la magnífica herencia,no sólo en cuanto se compone

de bienes materiales,sino de los recuerdos

,de las

tradiciones,de los atributos y cual idades del car ác

ter de los progenitores,todo lo cual con stit uye el

alma inmortal,el numen inextinguible entre una

y otra época,la vida

,en fin

,de l a entidad impere

cedera que l lamamos la Patria , y que tan hondos ypoderosos sentimientos engendra y convierte en

fuerzas para el sacrificio,para e l t r abajo , para e l

combate .

Siempre viv" latente en las entrañas de la t ierra

,en e l fondo de la conciencia

,en el organ ismo de

la raza originaria y nativa,la suprema virt ud del

patriotismo . Por eso cuando ha asomado una sombra de peligro

,ó el clarín ha convocado a la guerra

,

no faltaron ej ércitos,ni héroes

,ni grandes rasgos

de superioridad ; tampoco se ha dej ado de avanzarcamino en e l sentido de formar una noción profundade la un idad de la Patria y la sol idaridad de destin os de todas sus regiones

,hastaaquellas que por su

distancia,su despoblación ó su estado salvaje

,per

man ecie r an como tierras muertas para la vida económica y social de la Nación . La cultura intelectual ,fruto de los esfuerzos propios y de las fatales influencias e xtrañas

,se ha desarrol lado también en

grado considerable,y la riqueza económica, aunque

desigual é intermitente,tiene aspectos baj o los cua

les pudiera lia1agar cierta faz del orgullo nacional .Entre tanto

,una observación más extensa

,más

honda y más inmaterial de nuestra civil ización ensu conjunto

,deja en e l corazón una impresión de

tristeza,de deficiencia

,de vacío

,en cuanto se busca

en l a polit ica tradicional , en medio de tantas mara

4 9

villas,el hilo conductor

,la fuerza eficiente

,la ve

luntad representativa y directiva de tantas noblesy creadoras fuerzas ; al propio tiempo que para sermás vivo e l contraste, contemplamos cada día la pequeñe z de nuestra posición internacional, la rutinaria adhesión de nuestra política ateorias desacr editadas ó a abstracciones vacías de sentido pr áct ico,cual si procurásemos e r ig ir n os en conductores denuevas cruzadas evangél icas

,en predicadores mis

ticos,en medio del fragor de las armas

,de l aparato

imponente de las escuadras,de l tono insolente y

amenazador oculto baj o la fraternidad la amist ad la comunidad la sol idaridad de las naciones

,y cuando cada paso de esas diplomacias

,de

esos ej ércitos y armadas se traduce en una conquistapacífica de territorio

,en una de smembr ación de los

más débiles ó inactivos y en una gloria más del impe r ial ismo triunfan te .

Lej os de nosotros la idea de descon ocer,en cuanto

tienen de verdad y de sanción real,l a validez y la

fuerza civil izadora de esos preceptos del derecho degentes

,sobre que se asienta la gr an asociación de

los Estados modernos ; pero cualquiera que recorracon mirada despierta los últimos sucesos pol í t icosde nuestro siglo

,advertirá la tenden cia in con t en i

50

ble de las grandes entidades nacionales a ampliarsu esfera de acción

,ae nsanobar sus dominios t err i t o

riales y aafirma r su autoridad decisiva en las cuest ion es que afectan al nuevo der echo int e r nacional .

Y este es el eterno,e l invariable

,el nunca obs

cur ecido ideal de todas las sociedades humanas,des

de que una forma de existencia colectiva apareciósobre la tierra . Habr án prosperado

,se habr án hu

man i z ado,habr án ll egado a veces hasta el l irismo

los medios ó procedimientos de la conquista ; perojamás dej ó de brillar sobre las naciones la tea de losejércitos en marcha, la luz de los destinos de razassuperiores

,y el humo y polvo de las ruinas de los

vencidos y avasal lados. Y el afán incesante de losúltimos fué el estudio de los propios defectos y ap

t i t udes,para educarse

,instruirse

,fortalecerse

,cre

ce r en número y poderío,para imponerse a su ve z

y restablecer e l equil ibrio de sus destinos roto porsu caída .

Hoy e l mundo entero mira con admiracion el

cias extrañas son adap t ables, e s una conclusion e vi

dente que deben aprovechar las con e l d isce r n im ie n

to y la discreción debidos . Y en cuanto al cul t ivode los sentimien t os de individualismo

,pat r io t ismo

y cohesión n acional a la continua y vigilante custodia del santuario de las glorias

,los recuerdos

,el

patrimonio comunes,en todos los órdenes ma t eria

le s y mor ales,

"

n ad ie podr á demostrar que no fueronla causa principal

,l a fuerza constante

,el impulso

continuo de la voluntad colectiva hacia el eng r andecim ien t o de la pat ria .

Error funesto padecen l os hombres públicos denuestros dias que

,tomando los efectos por las cau

sas,l o accesorio por lo principal

,creen que e l uti

l it ar ismo excluyente es la gran verdad con temporanea . Ellos no han de ser

,por cierto

,los que vayan

a medir la profundidad de los desastres incubadospor semejan t e polít ica para las gentes y pueblos de lmañana

,pues

,por desgracia

,estos son resultados

evolutivos,y un hombre

,una generación

,son ape

n as un át omo en la evolución de l alma y la personal idad nacional .O lvidan ó ignoran que tales razas vencedoras

tuvieron e l gran secret o de su fuerza en virtudesfundamentales

,que jamás se aprenden por añadí

dura,ni se adquieren por accesión

,sino que

,siendo

legado común de tales hombres,supieron conser

varlas,fortalecer las

,embellecerlas y convertirlas

en un hábit o y en una característica de las na

cional idades que llevan su sangre y su educaciónmaterna .

Inglaterra y Estados Unidos,— para no mencio

nar sino a la raza angle sajona— son hoy e l modelomás imit ado en cuanto a instituciones políticas yeducativas . Alemania

, que ll eva un a gran porciónde aquella sangre

,fué siempre hogar de la ciencia

,

de l arte y de la filosofía,y su historia en el siglo

x1x e s la más brillante ar mon ía del ideal con lafuerza . Francia

,la t r iunfadora de ayer

,la vencida

de más tarde,es hoy

,bajo e l peso ej emplar de su

derrota,la más luminosa prueba de lo que vale la

grandeza de l alma aplicada a un propósito definitivo

,y un guía cer t ero de las naciones nuevas, que

buscan el mejor camino para su engrandecimientoó su rehabil itación .

Ital ia,la nación heroica é inspirada que lleva

por alma un a armonía y por ideal una forma escultural , desgarrada durante siglos, r econ st r uida porla sola virtud de ese sentimiento maravilloso de lapatria

,entregase hoy con pasión tan ardiente como

54

0

la que sabe desplegar en las batallas,á las luchas

de la ciencia,y en materia polit ica, procura asimi

lar se l os modelos de razas superiores,consagrados

por la irrefutable prueba de los hechos . Sus unive r sidade s son talleres, sus prensas no se dan reposo

,sus teatros deleitan al mundo y sus cátedras

lo son también para los pueblos hermanos de l atierra .

Y bien,de un extremo á otro de la l ínea de las

grandes naciones, que constituyen la civil izaciónpresente

,sólo circula una savia

,un seplo vit al , una

ráfaga de fuego,un flú ido generador de voluntad,

de movimiento, de labor, de unidad, de creaci óny de magnificencia

, que al encarnar en cada unade esas

'

en t idades colect ivas,toma un matiz pro

pie , un sello personal y una potencia genial dist inta ; es un sentimiento, es el sentimiento originario de la vida

,de la famil ia

,de la unión de los

hombres,de su adherencia á la tierra ; es el amor

innato é imperecedero de la madre,de l hogar

,del

suelo nativo .

No,no hay necesidad de pregonarlo

,ni ensor

decer con su nombre los oídos ; pero si de elabor ar lo

,de cuidarlo

,de al imentarlo en el fondo de

todos los cor azones,hacerlo presente en todas las

empresas de los hombres,en los propósitos de toda

política,en el seno de toda institución

,entre las

páginas de todos los l ibros,en e l surco de l arado

y del riel,en las entrañas de la tierra, de las selvas

y de los rios .Cuando est e sea un propósito nacional defini

tivo,una modal idad de nuestro ser y una fuerza y

móvil habituales de nuestra vida, podremos anunciar al mundo el cumplimiento de los anhelos denuestros antepasados

,cuyos espir it us n os contem

plan desde la inmortal idad,con toda la unción de

los recuerdos que las gloriosas fechas evocan en

el pasado . Entonces podremos reclamar con éxitonuestra parte de acción en los destinos comunescon los demás pueblos

,y los principios conven cio

nales y abstractos del derecho serán también paranosotros una verdad tangible

,un a sanción univer

sal,un precep t o ineludible de cuv a defensa se en

cargarán por igual nuestros adversarios y nuestrosamigos .

CAPÍTULO v

E S CU E L A NA C I O N A L

Se ha levantado una punta de l velo de un granproblema

,—sería mej or decir

,de l gran problema

,

el de la enseñanza dirigida al desarrollo de l as ideasy sentimientos de la nacionalidad . Muchas vecesenunciada en memorias oficiales y escritos de é spe cial ist as, l a idea, no obstante, no ha sido llevadaal terreno de una franca real ización . Al contrario

,

s1 hubiésemos de clasificar la naturaleza de nuestraenseñanza secundaria

,advertiríamos que ella es

más humana,que naciona l, propiamente dicha .

Según ella,e l niño empezaría siendo << ciudadano

del mundo ",unidad del gran todo universal

,para

convertirse después por propio raciocinio, en miem

bro de l a comunidad social e n cuyo seno ha na

cido .

Así están dist r ibuidos los conocimientos en losplanes vigentes

,desde la escuela primar ia hasta l a

universidad . En e l primer periodo,la natural eza

de la enseñanza e s científica y general,tendente á

formar el carácter del hombre ; en el segundo,la

ramificación enciclopédica es t al,que apenas si se

concede al sentido ó dirección nacional , más qu e l ahistoria argentina y la instrucción cívica

,con sólo

dos horas por semana cada una,con la par t icular i

dad de que en ninguna otra esfera de los estudiosse vuelve á consagrar más tiempo y extensión al

desenvolvimiento especial de esas materias .

En cuánto al idioma que llamamos n acional,

porque es el heredado de nuestros progenitores conla

r az a y la cultura,y forma e l fondo del carácter

y modalidad de l pueblo argentino,pero que es y

será siempre e l hermoso idioma castellano,t an puro

y vigoroso en sus r aices seculares,como rico en ger

menes de futuros y más lozanos desarrollos,— es

otro de los elementos substanciales de esa enseñanz a nacional, de que queremos ocuparnos y que, conla historia y política

,constituye la base triangular

de l problema .

m it ar se á simplificarla,l a gramá t ica nos mue stra

los ves t igios de ciertos modos de hablar,de pr onun

ciar,de escribir

,que fueron los de nuest ros abue

los,así como en cada una de sus palabras nos evoca

el recuerdo de un pasado venerable,y nos lo hace

sagrado " .

A la un ion entre el l enguaje y el alma de la nación

,se agrega la que la vincula con la historia, l a

tradición y los afectos domésticos conservados conla religión del hogar . Un idioma no se destruye nise deroga

,como una ley administrativa

, pe r que hal lán dose compene t rado con la vida de l puebloantes su fuerz a y prestigio latentes podr ían ser parteá transformar los elementos de la constitución social y polit ica : es substancia de l propio se r humanoy nacional

,indivisibl e é inseparable .

Puede difundirse en tanta ext en sw n e l estudiode los idiomas extraños

,cuanto las necesidades

,las

conveniencias utilitarias ó la moda exigieran ; peropodr ia establecerse esta ley inquebrantable : que lafuerza colectiva

,la est imación patriótica

,el ideal

común,disminuyen en razón directa del olvido ó

merma en la enseñanza ó uso de l idioma de la raza,

de la tradición y d e la historia del pueblo . Si e st ee s así

,comprobado por la univer sal experiencia,

¿ cómo no había de ser amenazadora y alarmantela conducta de un Est ado

,que n i s iquiera se preo

cupase de saber qué clase y suma de element os seciales prescinden de l idioma nacional

,de la tierra

á cuya población deben asimilarse, á cuya existencia y modal idad política deben incorporarse

,y de

cuya civil ización vienen,por e l nacimie nt o y el

tr abajo,á se r nue vas fuer zas y factores ?

Hablamos aquí,como se verá

,sólo de l os nacidos

en el país ; porque respecto de los extranj eros, flotantes ó fij os

,suscitase siempre el argumento de l a

l ibertad acordada por la Constitución para enseñary aprender . Pero ni en sentido alguno puede de sconocerse el derecho de la Nación para sujet ar esasfranquicias á los reglamentos y limitaciones que e lorden públ ico y los altos intereses nac ionales exijan . Cuando la ley suprema del pais establece queninguna l ibertad

,derecho ó gar an t ia acordados,

queda fuera del poder de las l eyes que reglament ensu ej ercicio ; cuando ha atribuido al Congreso elpoder de promover el progreso de la ilustraciónnacional por medio de planes generales de enseñan z a ; cuando toda la fábrica const itucional estácombinada para fundir en e l inmenso molde de lanacionalidad argentina << á todos los hombres de l

62

mundo que vengan a habitar en su sue lo,ha se

ñalado una poli t ica perdurable,eterna

,profunda y

sabia,que fuese norma invariable de l legislador

,

del estadista y del maestro . Pero ha fundado t ambien un poder de intervención de l Estado

,en nom

bre de la Nación,en todas las clases y cat egor ías

de la enseñanza,ya se ej erza como una obligación

del E stado ó con su ayuda,ya en uso de su derecho

expreso,concedido á c iudadanos y extranjeros

,para

enseñar y aprender,y de estos últimos

,para venir

al país,l ibre de todo gravamen fiscal

, á enseñar lasciencias y las artes .

O rden públ ico es todo lo que afecta á l a existencia y cohesión de los vínculos sociales

,á l a paz y

tranquil idad de la vida colectiva,á las relaciones

de mando,obediencia y ejercicio de libertades entre

gobierno y gobernados ; y en sentido expreso, todoloque afecta á los fines especiales y concretos de l aCarta fundamental : consol idar la unión nacional,afianzar la justicia

,proveer al bienestar general y

asegurar los beneficios ”

de.

l a l ibertad para el pre

63

sente y e l futuro,e st e es

,todos los fines naturales

y coexistente s de toda sociedad o r gan 1 z ada . Negarla facultad del Estado para intervenir en e l eje r ci

cio de la enseñanza part icular, es desconocer unode sus obj etos iniciales

,y un o de los sentidos más

importantes de las l imitacion es establecidas en

favor del poder legislativo,como parte de sus fa

cult ades educadoras ó tutelares de l a cultura nacional .Y aqui no hacemos referencia á c ie r t os .obje t ivos

de la alta poli t ica, en deter min adas épocas de lahistoria

,que imponen normas especiales ó dir ecc io

n e s fij as á lo s sistemas de enseñanza . Sobre e st e

iríamos más allá del obj eto de estas páginas,y nos

expondríamos á que intel igencias no versadas enlos Sistemas y en los comentarios sobre enseñanzapública

,n o diesen á nuestras palabras un sentido

preciso y limitado . Pero debemos decir que la enseñan z a del idioma patrio

,que tan profundas raíces

t iene en la historia política é intelectual del génerohumano

,así como en la ciencia

,generadora de todos

les progresos de la cultura,y para nosotros

,el pres

t ig io de nuestras glorias y la savia riquísima de unatierra que todo lo vigoriza y renueva

,es problema

de transcendencia vital,como punto de partida de

toda evolucion,y como propósito ulterior y remoto

de los destinos nacionales .

Hay más todavía . La enseñanza de la lenguamaterna

,cada d ia más robusta y r ica en estos nue

vosmundos, como deber de toda persona que fundaun instituto docente

,no implica una negación de l

derecho de enseñar y aprender otras extrañas,que

pertenecen al extranj ero,maestro ó director de una

escuela ; pero la pr e scinden c ia por parte de est os,de enseñar á sus hij os y discípulos e l idi0ma de lanación de cuya sociabilidad forman part e

,cuyos

beneficios aprovechan,importa un olvido de una

al t a ley de moral social y de deber polí t ico .

Recordemos que la primera enseñanza forma ymodela el alma de la nación

,que la segunda la há

bil it a para encauzarse y dirigirse á un fin particular

,y la superior la desl iga y la l iber ta de toda

dependencia de método , para lanzarla á recorr ercon su sola fuerza y su propio impulso los espaciosil imitados de las c iencias y las artes . Luego es allí

,

en el pr imer ciclo de la enseñanza,donde deben

sembrarse las semillas que se desee ver fructificary echar frondoso y corpulento ramaj e en la edadmadura

,que determina la del imperio

,l a l iber t ad

y la fuerza de la nación misma ; e s allí donde la

65

mirada vigilante del Estado debe cuidar que no vayan mezclados con los rudimentos de las ciencias

,

tendentes á desarrollar las facultades intelectualesy sensitivas del niño

,gérmenes cor r upt or es, des

ordenados ó anárquicos,según un célebre ju r iscon

sulte,ó de tal modo extraños á la índole de la nación

ó del pueblo,que se conviertan en el porvenir en

causas de disolución,de debil idad moral ó cívica

,y

engendren e l exclus ivo humanitar ismo,contrario

por tanto á todo concepto de individua lidad nacional .Una teoría que consiste en considerar como punto

de partida para todo estudio de l hombre y de lasleyes físicas y morales que lo gobiernan— y por extensión

,que hace del propio país

,como individuo de

la comunidad internacional,el punto de partida de

todo estudio de las leyes humanas ó universales,tiene una honda base en l a naturaleza de las cosas

,

y los sistemas que la han apl icado han sido coronados por el éxito . Los desastres de 1806 enseñaron ála Alemania á encauzar su educación nacional porrumbos más especiales

,y duró sesenta y cuatro

años el aprendizaje ; la Francia, después de vagarpor cerca de un siglo entre las incertidumbres y last eor ias

,sin acertar con un tipo de gobierno t an

perfecto en la forma como la delicadeza de l ideal,

ha comprendido en 18 70,gr acias al heroico y sano

patrio t ismo de sus mej ores hombr es de l e t ras y deEs t ado

, que debia buscar también, como su ant agen ist a

,e l camino recto del individual ismo nacional

,

como más seguro para alcanzar los fines humanosde toda comunidad polít ica .

Fruto luminoso de los nuevos rumbos,de las sá

bias aunque dolorosas experiencias,de l valor con

que sus pensadores han proclamado la verdad delas causas del gran desastre

,son los l ibros sobre la

ciencia de educar y de gobernar,con que hoy aque

l la insigne maestra de las naciones nos ayuda hoycomo siempre á de senvolve r n os, á todos los hombresde la tierra . Renán

,B idón

,Bou tmy, Simon, Duruy

y ot ros,han escrito y proclamado con alta abnega

ción é l mal real y sus remedios ; y t ienen hoy maestros ilus t res que hacen de los intereses supremos desu patria el supremo int erés humano

,y como cen

tro y ej e de los acontecimientos históricos la historia nacional de la Francia

,no sin que los e spir it us

más teóricos y técnicos,ó más apegados á lo bello

absoluto que á l o útil y positivo, observen que last e or ias nacionales de Lavisse se parezcan á la desembrar vient os para cosechar tempestades .

de Chile rompa con los caracteres de la famil ia e spañola y sudame r icana, y busque po r la exal t aciónde suyo

,de los sent imien tos y nociones que robus

t e cen el individualismo nacional,l a expansión se

cial y territorial que su historia y su derecho le n egaron

,l imitándola entre sus cordilleras y sus ma

res . Y agreguemos también,en jus t icia

,que tan

asombrosos resultados de e se punto de vis t a,se de

ben á haber sido antes que otros países hermanos,

el asiento de una profusa y persistente enseñanza,

que si en sus comienzos fué humanitaria y altruista,

pronto convi r t ióse en prin cipal factor de la propiay exclusiva magnificación .

Chile es la única nación de origen español que haroto los moldes de la tradición de familia

,hasta el

punto de reformar,para su uso exclusivo algunos

caracteres esenciales del idioma común,en cuya

ciencia ha dado muestras que la misma vestal españ ola tiene en alto respeto y estima ; aquella es lanación sudamericana que más se haya apartado dela imitación políti ca de l norte ; hasta crear un gobierno con toques originales y r epudiacion e s altivas de viejas y consagradas fórmulas ; aquella es lasola nación de nuestro continente que haya alt er ado en los escritos y en las escuelas de geogra fía

69

fisica y astronómica y las verdades de la historia yde la ciencia

,para real izar en el terreno la expan

sión de su soberaníaideal,y para convertirse ella

misma en e l sol,centro y eje del sistema polít ico de

un continente .

No ; n o vayamos nosotros á semejantes excesos ,que son espadas de dos filos ; pero observemos nuestro pasado

,nuestro carácter y nue stras tendencias

,

y convendremos en que somos los representantesde la ut 0pía contraria, mucho más perniciosa queaquella

,por cuanto tiende á destruir toda idea de

personalidad, que se forma de estos dos conceptos

perfectamente claros,precisos y reales : soberanía

y territorio . Estos dos atributos reunidos que const it uyen la Patria, han andado siempre á mal traeren nuestros revueltos anales políticos . Abiertanuestra alma á todas las influencias exteriores deraza

,ideas

,rel igiones y gustos

,las hemos absorbido

sin medida,y á todas les hemos cedido una porción

de nuestra carne y de nuestr a sangr e ; pero al d ilu ir se con ell a

,han alejado el momen t o de e sa con

den sac ión final, que es ind ividuali smo, unidad, in

dependencia .

Desde 1810 las ideas contrarias á las que fluíande nuestra naturaleza y de nuestro medio

,y hacia

cuya fórmula t endían los elementos nacionales,han

pugnado por invadir el cauce de las inst itucionesescritas ; y si no han conseguido e st e

,han logrado .

en cambio,ocupar espacio bastante para desequ ili

brar los organi smos social y polí t ico ; y las r evoluciones de cerca de un siglo son l os frutos periódicosde este forzado connubio entre esos factores antagón icos. Las magníficas cual idades de la raza, fort ale cidas en esta tierra al aire de la l iber tad, hanhecho de l nuestro un ej ército invencible en los cómbates ; pero sea por obra de aquel mismo divorciode element os

,sea por defectos de educación, el caso

es que siempre nos fueron adversos los resultadosde sus victorias .

Analicemos con sangre fría y con estoica r e sig

nación los o r ígenes de nuestros brillantes desastr es .

Cubramos con un ve l e , por todo el tiempo necesario

,las aras de nuestra vanidad

,donde se yerguen

divinidades engañosas ; recorramos con mirada de

sabios ar qui t ectos l os cimient os de esta fábrica queaun no tiene un siglo , y renovemos, si e s forzoso,lo que haya en su fondo de carcomido ó falso

,para

poner en su lugar grani to eterno,y sobre él colum

nas indestructibles .

En el alma de la infancia están los fundamentosde la gran poli tica del porven ir

,de la reforma cierta

y ún ica ; en los mé todos de enseñanza, en las materias preferentes

,en las direcciones ó rumbos espe

ciales dentro de los fines humanos de l a n acional i

dad ; en la t endencia á las líneas simples y puras , yá la gran unidad y fusión del alma argentina conlas otras razas

,dentro del viej o molde originar l o

,

para que la transformen y embellezcan en la formación del concepto sano

,posit ivo y justo de la se

berania y del propio valor,están los procedimientos

para llegar á la solución de nuestro gran problemanacional ; y 8 1 hemos seguido e l desarrollo de estasideas á propósito de la cuestión de l idioma nacional

,es porque éste en t raña una de esas tres bases .

El idioma es el vin culo más fuerte que nos ligacon la tradición de nuestros mayores ; es e l hilo secular que ar r anca del viej o t ronco de la n oble ant ig ííedad para t ransmit irnos aquella savia quetantos prodigios real izara en los tiempos . No pre

7 2

tendemos quebrantar leyes escritas po r la dol orosaexperiencia de las naciones

,a t raídas por el brillo

seductor de los incendios que el espíritu r e voluc io

nario at iz ar a,porque << l os pueblos que han roto

con su pasado— dice e l ilustre fundador de la Escuela Libre de Ciencias Positivas — se arrojannecesariamente en el racional ismo

,y le piden la

autoridad que no pueden obtener de l prestigio dela historia

CAPÍTULO V I

UNA CONVERSACI"N FAMILIAR

Si e st uv1esemos en los dichosos tiempos deA disonó de Larra

,ó sea del famoso Sp ecta tor y de l no me

nos célebre Pobr eci to Hablador,ya empuñaría yo e l

l átigo de la sátira y arremetería contra las ce stumbres nuestras

,que n os impiden dar rienda suelta á

los entusiasmos espontáneos y sinceros en los díasgrandes

,cuando todos los pueblos de la tierra se

alegran y dan rienda suelta á sus nobles expan sion es

,al entregarse á l os juegos más infantiles y

prescindir por completo de toda tiesura y etiqueta .

Porque las fechas en que la patria ha nacido,y la

nuestra,en verdad

,ha nacido dos veces

,son de

tanta significación,que sin ellas n o tendríamos

7 4

n ada de lo que tenemo s,ni se r iamos lo que somo s ;

y ¿ qué tiene que le demos, en t onces, t oda nues t rapersonal idad

,y nuestra alma y nuestro cue r po

,s i

de ella son y en vano hemos de me z qu inár se los?

Pero e l demonio de l e s1) ír i tu human o t iene á vecesmisterios insolubles

,como éste

,ver bigracia : que

sintiéndose cada uno tan amante de su patria comoe l que más

,parece un se r sin alma

,un descastado

,

en uniéndose con otros y formando pueblo,ó agru

pación,ó vecindario . ¿Es que l a colectividad obe

dece á l eyes distintas que la unidad, ó las mismasleyes del individuo se agrandan

,se modifican

,se

transforman al apl icarse á la multipl icidad ?Lo primero que hacemos los escritores noveles al

empezar á sentir el sabor de las frases conmovedo

r as ó vibran tes,es comparar la rel ig ión con e l pa

t r io t ismo y es una verdad innegable que esas dosideas se aparecen juntas en el espíritu en cuantoéste empieza á volar con sus prop ias alas . Y siendoasí

,digo

, ¿por qué las solemnidades y fies t as publicas que la Patria exige no son del mismo carácterque las religiosas ? ¿Por qué los pueblos más humildes de la t ierra

,los villorrios y aldeas de otros

paise s, se apresuran á echar á vuelo sus campanas,vestir sus casas y sus árboles con telas de slumbr an

7 6

corporal,ni de nuestra subsis t en cia

,ni de nue stra

fel icidad terrena ; el gobierno tiene en su ma r io e s

tas cosas,y para existir él

,t iene que qui t arnos la

parte ó el todo de esos dones cuando le son necesarios .Luego

,la idea misma de patria encierra los ger

menes del mal . Pero la tierra que h abitamos tien etambién todos l os gérmenes de l a muerte ; nacemoscon ellos

,y al morir los difundimos otra ve z en e l

vasto seno de l a madre universal . No echemos á lapatria

,por lo tanto

,l a culpa de las desgracias que

sufrimos,ni á la tierra la de las enfermedades que nos

llevan á descansar para siempre en su regazo . Losfilósofos de cierta escuela

,no sabiendo

,sin duda

quién cargar con los pecados del mundo,se los im

putan á la l ibertad . No andamos lej os de esa doctrina

,porque la l ibertad tiene mucho que ver en el

asunto,pero no como agente

,sino como objeto : n o

como causa imperativa,sino como anhelo supremo,

como ¡in final , según diría otra escuela filosófica .

Y ya que n os permit imos este razonamiento, qu isiéramos que no se nos convirtiese en un silogismo sinsal ida

,como aquel en que Bossuet hacia figurar un

gato " Si la l ibertad es el ambiente moral de l hombre y su objetivo final ; si con ella solamente se

puede se r fel iz,y sólo siendo fel iz se conciben las

manifestaciones de l placer,es claro

,hay que averi

guar si la 0 volviendo al gato de Bossuet,hay que averiguar si l a leche es dulce

,y si e l color

blan co es part e esencial del sabor, y si la cal , por se r

blan ca como la leche,es dulce también . Es decir

,

acaso hubiera necesidad de comprobar si la l ibertades l ibre .

He sabido de muchos pueblos fel ices,y sé que en

mi pais hubo tiempos en que e l sentimiento de lapatria producía en las gentes emociones profundasó suaves . Pero aquellos pueblos no están cerca, niaquellos tiempos tampoco ; l os unos se ahogaron ensu civil ización y los otros se perdieron en la historia

,dejando su dulcisimo recuerdo de l cual se de

duce que las prosperidades materiales no bastanpara hacer felices á los puebl os

,ni que la civil iza

ción es causa de buena ventura,si no van con ella

ot ros elementos primordiales . Muchas veces un pueblo que ignora más

,es menos desdichado ; y otros

7 8

menos cultos y habituados á los goces de l a vidason más fel ices

,po r que aquel los son más fuert es del

cuerpo,y éstos son más sanos de l alma ; y si la his

toria es una enseñanza,hay que decir también que

no bastan la sabiduría y los grandes ymar avillosos

progresos de la industria,si no llevan consigo es tas

dos cosas fundament ales : salud moral y física,y

carácter,ó sea fuerza moral y fuerza mat erial reu

nidas . Con la primera sabe amar su l ibertad , y cone l segundo sabe imponerla ó conquistarla .

Un viej o y honorable maestro decía hace pocosaños en una conferencia histórica cosas bellísimas ;y una de ellas e r a que el carácter de nuestros padres

,l os españoles

,se dist i nguía por la más inge

nita honradez,y la otra

, que creía en la salud, enel saber y en la moralidad como fundamentos degrandeza verdaderaLos pueblos honrados son fuert es

,los sabios y

morales son honrados ; per o, l o confieso, me gustaría que esa sabiduria se pareciese á la antigua sabiduria de l pueblo griego

,sin dejar de se r contempo

r án ea . Todas estas con diciones que el venerablehistoriador enumeraba

,son las que dan á los pue

(1) DO C T OR V I CENT E F I DEL L"PE",Confer encia o r a l en el

Inst i tu to Libr e de Enseñanz a Secunda r ia ,e l 24 de mayo de 1893 .

7 9

blos otra de sus cualidades esenciales,e l carácter

nacional,igualmente repartido en todo el territo

rio ; y con ellas se r iamos,por último

,de un cabo al

otro de nuestra inmensa tierra,argentinos y nada

más que argent inos ; viviríamos fel ices al sentirnosdefinidos

,puestos en limpio

,y como tales

,bien co

nocidos y amados por todo e l haz de l planeta,por

que al recibir en nuestro suelo,como hasta ahora

,

las oleadas de otros pueblos,los fundi

ríamos en

nuestra masa,le s t r an svasar íamos nuestra sangre

,

y en breve se r ian carne de nuestra carne y huesode nuestros huesos .

Y l o mejor de todo es que los autores de la R e

voluc ión de 1810 han pensado y han sabido muybien todo est e ; y cuando se decidieron á romper lasecular cadena que nos amarraba á las costas ibericas

,se imaginaban que sus descendien t es con t inua

rían,definirían é impulsarían la obra por ellos

comenzada . Ahora bien,el saber Si l o hemos con se

'guido,si hemos hecho ó no lo que ellos pensaron

,

es cuestión muy dist inta y cuyo desarrollo nos tomar ia largo espacio .

¡ Oh tiempos aquellos que yo me imagino"Cuandolleguen

, y durant e esos años amanezca e l día deMayo

,no ha de haber un solo habitan t e de la R e

80

públ ica que no se levante de un salto,y enarbole la

bandera celeste y blanca en e l tope de su casa ; queno revista de flores y .de tules sus balcones ; que nogaste sus ahorros ó su opulencia en doblar la mesay en buscar más alegría para su hogar ; que no se

convierta en niño para bailar y vivar ar y reir á susanchas ; los aires han de estar poblados de cantos,de músicas

,de descargas

,de est ruendosas aclama

cion es ; las calles han de se r ríos de gentes fel ices ylas plaz as

i

mar es donde se difundan como las avenidas de la cordillera en nuestro Río de la Plata ; lo stemplos han de retumbar todo el día con el e st r épitode sus órganos desbordados en salmos por susmillares de tubos convertidos en trompas de famay de gloria ; y lo mej or de todo, si

,l o mejor será

cuando nuestros veteranos,los bravos batallones de

“la Patria, que entonces no nos inspirarán miedo,

ni zozobras,marchen por nuestras repletas arterias

urbanas al compás en ar de cedor de susmarchas guer r er as

,y veamos precipitarse á su encuentro los

niños,las mujeres

,lo s ancianos

,llevando las faldas

y las manos llenas de flores para ar r ojár se las al

paso,para rodear sus cuellos tostados por los soles

y adornar con rosas y violetas las armas t r ad icionales de la victoria .

81

Hasta entonces,y mientras cada uno en su labor

cuot idiana, prepara la obra del porvenir, ora entrerayos de luz

, e r a en tre sombras, me prosterno antela imagen incorpórea de mi Patria

,y ya que no me

es dado aturdir el espacio con un grito de júbilo,

incl ino mi cabeza descubierta y dej o una lágrimahumilde sobre las gradas de su pedestal .

Suelen venir ráfagas de indiferencia,a veces

culpable,por las cosas de l a Patria ; pero también

de súbito inundan las oleadas de reacción, violent as

,devastadoras y

,como ya debe suponerse

,fugi

tivas . Duran menos que los l irios,porque nacen y

mueren de un impulso de vanidad .

Precisamente los mismos que en los momentosde positiva preocupación del patriotismo acost um

bran reir y hacer blanco de sus gracias á los que debuena fe

,aunque sin asombroso talento

,habl an de

la patria y de sus grandezas reales ó fan t aseadaspor un ardiente amo r

,son los que se entregan con

más exceso á l a corriente,cuando pasa por e l mundo

de la moda ahogándolo,obl igándolo á defenderse

de ella ; aparecen ent onces en multitud las iniciat ivas, las ansias de honrar á todos los héroes y sucesos

,e r ig iendo monumentos, bautizando calles y

plazas,celebrando reuniones

,y por último

,publ i

cando l istas de nombres distinguidos de personasque iniciar on l a grande obra .

Ya se sabe quiénes fueron los autores . A llí,en

esos corazones arde la llama de l patriotismo santo .

B ien lo demostraron y bien l o sabe la República .

No importa que el proyecto de estatua,de menu

mento,de avenida

,ó lo que hubiese s ido

,quede

sepul t ado al dia siguiente entre el infinit o mundod e cosas que se olvidan con e l sol que pasó ; no imp orta que los manes sagrados de nuestros mayoressufran en la otra vida el doloroso desengaño devernos retroceder tan pronto

,porque

,al fin

,los

vivos vivimos y los nunca será t ardepara hacerles justicia .

Ocurre algo más aú n : que todos sabemos mejorlos nombr es y los hechos de ant iguas ó extrañashistor ias que los nuestros propios . ¿Y para quéhemos de necesitar saberlos ? Cuando más

,t al co

nocimiento sería una fuente de compromisos y mo

84

Sean pat r 10 t icos, sino ajust ar nos á indicaciones t r aducidas de algún idioma europeo

,y á figurines más

ó menos imperativos .

Por eso nuestras fie stas pat r ias t ien en algo de lossalon es de gente advenediza, donde todo es estiram iento y rigidez

,y donde nadie se atreve á reir

,de

miedo de ofender el buen tono y de arrugar demasiado la polvorosa piel ; por eso aquí los argentinos,l os hij0s del pais, parecemos extranjeros peligrososó desterrados

,porque tenemos miedo de alegrarnos

de veras,cual si por ello hubiésemos de lastimar

los sentimientos de este suelo,para nosotros hospi

t alar i o ; por eso no faltan hombres de otros paises,residentes en el nuestro

,que nos miran con cierta

sonrisa de protección,como sintiéndose más dueños

que nosotros, porque lo son de su individualidad yde sus gustos

,y también de probarnos que son más

argentinos que l os mismos que aquí hemos vistola luz .

Más entusiasmo,más bullicio

,más aspecto de

fiesta suele notarse en los aniversarios de la Bastilla y de l a ocupación de Roma

,que en los de nues

tras fechas memorables,oficialmente declaradas

fiestas públicas,p or más que plazas y calles se cu

bran de batallones y caballerías,y electricen el es

pacio las trompas con sus dianas evocadoras y lasbandas con sus marchas solemnes ; y por más queel gentío obstruya las veredas y se amontone enlas azoteas y flameen unas cuantas banderas en loscor onam1en t os de las casas : lo primero

,porque e l

gobierno hace su deber “

desplegando desfiles delej ército que ha conquist ado y conservado nuestrasglorias

,y la gente novedosa y amiga de en t or cha

dos y de estrepi t o mil it a r,se apiña á gozar del e s

pec t áculo ; lo segundo, porque los sublimes ecos yarmonías de los clarines inundando e l azul del firmamen t o

,buscan los espíritus de los héroes del pa

sado,ó profetizan epopeyas del porvenir

,mas no

logran conmover los corazones de esa multitud queno sient e sus sagrados efluvios .

Si los extran j eros en cambio,y para ej emplo

nues t ro,sin iniciat iva oficial

,ni reglamentos edi

l icios,ni mandatos de autoridad

,con mucho tiempo

de anticipación organizan sus comisiones,r ecolec

tan sus recursos,dirigen proclamas e invitaciones

para que n ada falte á la solemnidad y animaciónde sus festej os

, que parecen hechos en tierra propia

,porque así lo quieren nuestras l eyes y nuestra

costumbre ; se agitan centenares de banderas sobrelas calles

,se celebran conciertos y bailes en los sá

lones de sus mil sociedades de recreo y protección ,trasuntos y recuerdos de la patria ausente, se olvidan miramientos y cor t edade s y se regocijan ydivierten apelando á todo cuanto de lícito y hen e st e se tolera en los reinos del placer .

¡Y no le s aprendemos estas cosas, y no nos danr ubOr sus francos

,Infantiles

,sanos y sinceros rego

c i jos l ¿"ue á veces estamos tristes porque nos gobie r nan mal, y se r iamos cómplices si nos jun t ásemos á manifestar nuestras contenidas alegrías ?Pues no vemos la razón sino para reunirse de verasen nombre de la Patria

,que á todos pertenece

,

como Dios ; y si hay t iranos de por medio e char le s,

y si noson tan malos,darles tregua e se día

,para

acordarnos que somos hij os de la misma tierra,he

r eder os de la misma tradición,y que sin confundir

ambiciones ni responsabil idades, bien se puede daren común un grito

,que es histórico é inmortal

,de

la patria l ",— con e l cual morían nuestros

héroes,—y volver después cada uno á labrar su de

dada de tierra en la obra incesante de nuestra existencia y pe r feccwnamien t o .

A sí,pues

,todas estas cosas nos dan á entender

con claridad que no nos conducirnos bien en los

asuntos que á patriotismo se refieren . No es partedespreciable en este conjunt o de cualidades, nuestragran afición á l as exterioridade s y á las sat isfacciones vanas y triviales de la moda

,y de un buen

gusto que pó r e l momento se n os antoj a poco anal izado

,admitido por aclamación

,por honor á su

origen y sm beneficio de inventario ; pero en cuyasaras nos sacrificamos vivos

,es decir

,en cuerpo y

alma : en cuerpo,porque nos impone sus tr ajes de

toda estación,vengan bien ó mal á nuestras excep

ciones cl im_atéricas : y en alma, porque al declararn os esclavos suyos

,para nada tenemos en cuenta

las modal idades,esen cia y condición de nuestra

raza,de nuestro caráct er local .

A si como e l rústico,cuando viste tr aje de ciudad

,

no acierta en sus movimient os y hasta se pon e trastornado de l juicio

,los pueblos que adoptan costum

bres aj enas á sus tradiciones y caracteres históricos,

se vuelven vict imas de mil con t r ar iedade s,t r epie z os

y trastor nos, que no sólo les amargan la vida i n

88

útilmente,sino que les retardan sin remedio y por

épocas indefinidas en su progreso propio y verdaclero . Y este tiempo perdido en experimentos y enaprendizaj e es irreparable . La eterna rueda de l oss iglos no camina j amás en sentido inverso ; el queno siguió la sentencia mar cada por su destino y suporvenir, all á se queda rezagado para siempre .

Estas cosas las debemos reflexionar muy seriamente

,por mucho que nos disguste lo t r an scenden

t al y n os den ganas de apedrear á los profetas,

como se ha hecho siempre en este mundo . Nada haymej or qu e considerar la patria de uno como el hogar óole ct ivo, trasunto del hogar privado . Aquítodo es virtud

,sencillez

,franqueza

,l ibertad

,amor ;

allí en e l hogar grande,estos mismos sentimientosy principios que individualmente n os sobran

, pue

den se r magnificados,amplificados

,apl icados al ma

yor número,y en la siempre necesaria medida que

e l orden y la moral imponen . ¿Veneramos en nuestras casas l a memoria de l padre querido

,cuyo re

trato adornamos y exponemos á nuestro cariño enlos sitios más preferidos de nuestra vivienda ? Pues,hagamos lo mismo afuera

,como ciudadanos

,con

los recuerdos y los monumentos que representan álos fundadores de la nacionalidad

,que son los pá

dres de todos,las reliquias comunes de todas las fa

milias que dentro de la tierra argentina vieron laluz del sol .Haríamos lo propio con las especiales virtudes

que dieron lustre á nuestra casa,las cuales se trans

mit en á nuestros hij os porque son los únicos blason e s de la fam ilia democrática . En e l sentido cole ctivo

,l os difundiríamos

,l os inculcaríamos en las

escuelas para que fuesen baluarte y timbre de henor de todas las generaciones de argentinos . Si encasa se al imenta alguna noble ambición de gloriaó de legítima exaltación

,y enseñamos á nuestros

hij os á comprenderla y perseguir la como un idealde la famil ia

, ¿por qué la Nación no ha de abrigaren su grande alma una ambición nac ional de cultura y de inmortal idad

,y no ha de consagrar para

real izarla todas sus energías y potencias,en sabia

y prudente dirección ?

Es el dia de la Patria ; amanece la ciudad coronada de banderas movedizas

,de celeste y blanco

,

matizadas por los colores de las extranj eras asociaciones al regocij o ; y todas jun tas flamean con graciasobre los altos edificios y al borde de las avenidas

,

como si se hubieran l ibertado millares de pájarostropicales para revolotear encima de los techos cualmensajeras de nuevas fel ices .De distintos puntos ll egan ya los estampidos de

l as salvas al sol naciente,ya los agudos ecos del ela

r in que va á congregar las fuerzas militares, ya los

r edobl es de los tambores tocando á formación ; ytodas las almas se bañan de aleg r ia y los corazoneslaten de júbilo . Movimiento inusitado en las casas ;hay que sal ir pronto á la calle, correr á la plazahistórica de Mayo

,por donde va á pasar el desfile

de las trepas .

Las calles convergentes parecen ríos que derraman corrientes humanas á un gran lago ; las mujer es

,los viej os y los niños se apresuran en pinto

yen en mucho á este fenómeno psicológico d e l acontemplación apasionada del pasado . El himn o ar

g en t in o con sus acordes gigantescos sacude las fibras ; la marcha de Ituz aingó, recuerda la primeravictoria de la nación flamante

,y los coros vibrado

res,agudos

,solemnes

,quejumbrosos

,de los clari

nes,marchan lentamente como las procesiones

triunfales de l os héroes antiguos,resuenan con la

magestad de cantos sagrados y repercuten en loalto como los de las legiones invisibles de Milton

,

mientras á corta distancia les r esponde e l potenter edoble de la lin ea de tambores . Este espectácul ose presenta en distintos puntos de la gran column ade l desfile marcial

,y esa armonía grandiosa de l

conjuntose va alejando más unísono,más conmo

vedor y más solemne,semejante al rumor de una

catarata que se despeñase á lo lej os entre las profundidades de una mont aña : todo eso contempladocon interés patriótico y con sentimien to de artista

,

constituye un cuadno digno de la gr andeza hist órica del pasado y de l rango de la República en e l

presente .

Cada una de esas banderas roj as y descoloridasque van á la cabeza de los cuer pos e s una páginade g loria, y muchos de esos soldados de tez morena

93

y aspecto grave han sido los actores en grandesbatallas y en campañas penosas ; y marchan confundidos sin que nadie conozca sus n ombres y sinque nadie pueda arroj arles una corona . Pero no importa : son los héroes ignorados

,son la sangre de l

puebl o argentino ofrecida en holocausto á la bandera

,son l o s que guardan y representan el honor

del cuerpo,el orgullo de su s j efes y la más firme

esperanza de la Patria .

PARTE SE"UNDA

CAPITULO vn

LA DECLAR A CION DE LA INDEPENDENCIA

Es agradable al espíritu poder concentrarse en

la meditación sobre sucesos pasados,seguir su des

envolvimiento en e l tiempo y anal izar los efectosque produj eron y su influencia en la cultura y enlas instituc iones . Los acontecimientos diarios consu arrebato y su rapidez

,apenas s i permiten dete

n e r se á contemplar el conjunto del cuadro,y dedu

cir las leyes generales en medio de l a multipl icidad

96

y del detalle ; y nosotros tenemos mucho que observar para ver cómo hemos sabido conservar y acrecen t ar la herencia recibida de los que establecieronla Nación y la dotaron de su territorio y soberanía .

Aquellos,como los del Congreso de Filadelfia en

1 7 7 6,reun idos por elección de las diversas seccio

nes del Virreinato,forman una asamblea

,asumen

la representación de los derechos colectivos de suscontemporáneos y de más vastos y universales derechos

,y declaran que quieren constituir una sola

y misma personalidad,desafiar al t iempo y com

prometer ante e l mundo civil izado su honor y su

existencia ; pues aun man t en ían se en guerra con lametrópoli

,y aquella declaración lanzada el 9 de ju

l io de 1816,significaba una resolución heroica y

extrema de cumplir la palabra empeñada ó pereceren la contienda .

Y ellos vencieron y fundaron nuestra Patria,en

medio de sombrías vicisitudes,desgar r amien t os y

decepciones,durante las cuales fueron uno á uno en

t r egan do sus vidas al hierro del enemigo ó á las fatigas de la lucha cívica

,algunas veces más mortífera

que la del campo de batalla ; porque combatían conlos propios errores

,con los obstáculos internos

,las

tendencias disolventes que aparecían antes que la

unidad pol ítica se con stituyese,personificadas en

organismos compactos,conducidos po r hombres que

sint etizaban su idiosin cr acia ó sus impulsion es nativas .

La tarea de l os hombres aquellos que asistieronal drama heroico de la Revolución

,que formaron

el Congreso de Tucumán,que sost uvieron en pie

,

entre victorias mil itare s y desast r es cívicos,el

cuerpo de la nación recién nacida,hasta la genera

ción infortunada que la vió caer,l ibre ya pero ex

hausta, en e l fondo,de un despotismo nacido como

visión terrorífica durante el sueño de la fatiga, hasido realmente una tarea grand iosa

,y sus car act e

r e s hist óricos marcarán en el porvenir los de la pe rsonal idad surgida de ese supremo esfuerzo .

¿ Qué hemos hecho nosotros para engr andecer yembellecer aquel legado ? Cuál e s la cuenta quedebemos rendir hoy á los antepasados

,cuyos manes

nos interrogan desde sus tumbas,dispersas por el

ostracismo y el infortunio ? Qué uso hemos hechode la soberanía que n os transmitieron

,y de la l i

be r t ad con que nos bautizaron al dejarnos dueñosde la vida y de nuestro propio destinoSomos una gran n ación en el continente ; nos de

signamos en e l lenguaj e de nuestro amor propio,

con epítetos ostentosos y resonantes,cual si hub ie

semos acrecentado la herencia por nuestra sabidu

r ia ó nues t ro poder mil itar ; nos vanagloriamos deposeer las instituciones más l ibres de l mundo ; quetienen como ilustres progenitores tres revolucionesinmortales

,la que conquistara el Bill de Dere

chos eu 1688,la que erigió la Unión Americana en

1 7 7 6,y la ” que pr óclamó los Derechos del Hombre

en 1 789 ; hemos abierto las puertas de nuestratierra

,de nuestro hogar

,á todas las n aciones, ofre

ciéndoles asilo en la desgracia y alicientes de prospe r idad y de fortuna ; somos tierra de pr om isiónpara los opr 1m1dos y los menestere s ; nuestros dominie s se extienden todavía v i r gen e s, incultos yespléndidos hast a lat it udesdesconocidas

,ofreciendo

expansión y hogar para s iempre á todas las razasy a los hij os de nuest r os hij os ; y esta revolucióncuya órbita se desarrolla en menos de un siglo deindependencia

,y menos de medio siglo de existen

cia ordenada y const ituída,es la demostración evi

dente de la asombrosa v italidad interna de estepaís

,del vigor excepcional de su or ganismo

,de las

proyecciones de su destino histórico y del in cont r ast able poder de las leyes etnológicas y socialesque rigen las agrupaciones de sus habitantes .

política que definiese su gobierno, desl indase l osderechos y los deberes de ciudadanos y mandatarios,y estableciese los fundamentos de la l ibertad y d e lpoderío material y moral de la futura Patr ia queellos no verían

,pero cuya existencia e r a obr a de su

intel igencia y su valor ; losde 1853 y 1860 eje cu

taron definitivamente la voluntad del soberanoCongreso de 1816

,fundando un organismo com

puesto de pueblo y gobierno,de cuyo consorcio y

armonía,de cuya independencia y mutuo respeto,

resultaría la realización del ideal supremo de todos,

la l ibertad y el bienestar general .Dictar la Constitución e r a organizar un gobie r

n o definitivo ; asegurar después de tantos ensayosy desastres la marcha serena y ordenada de todoslos intereses en desarrollo gradual y progresivo,er a cerrar e l cielo de las batallas y de las tiran íaspara empezar la vida nueva

,encauzada en moldes

definidos pero amplios,para cambiar fundamen

talmente sus rumbos generales . Tales fueron losvotos de aquella memorable asamblea de patricios,reunida en Tucumán el 9 de Julio de 1816 al resolver que se convocase e l Congreso Constituyente .

Han transcurrido ochenta y tres años desde aqueldia, y hoy, en medio de los e splendores de una ci

vili z ación maravillosa,en que los invent os y las

instituciones universales han transformado la fazde la human idad, dando carácter espe cial isimo al

final de nuestro siglo,cada aniversario nos encuen

tra batallando como en los primeros tiempos denuestra historia constitucional

,por fundar un go

bierno que sea la expresión leal de la voluntad se

berana,la representación legítima de las cual ida

des,de las energías y los anhelos de la Nación, el

instrumento ideado para hacer prácticas las l ibertade s consagradas en favor de los ciudadanos y delos Estados autonómicos

,la fuerza que arrastre al

conjunto y lo impulse hacia el progreso de todoslos órdenes social e s sin vacilaciones reveladoras deimpotencia

,ni excesos de poder que desequil ibran

las diversas partes de l organismo nacional y anulanen un día la labor de muchas generaciones .Manifestación elocuente del e spi r it u público ar

gen t ino en la hora presente son las mudas in quietudes y las zozobras que el porvenir le causa

,como

si no viese en la actualidad quién va á conducir lepor el áspero camino

,á salvarle de las dificultades

de hoy y guiar le en medio de los intrincados pr oblemas sociales

,políticos y económicos que , inicia

dos en este momento histór ico, pr epár anse á pr o

Vocar hondas perturbaciones en d ias quizá no lejan os. Siéntese como no preparado á empr ender latar ea del mañana

,con sus fuerzas Consumidas y sus

hombres fatigados,y cual si pidiese nuevos hori

z on t es,nuevos rumbos y distintos y d iversos idea

les ; por que en medio de l incesante perfeccionamiento de todas las cosas

,parecería que sólo entre

nosotros todo hubiese quedado e st amonar io é inmóvil .

Por nuestra parte lo hemos dicho ya muchasveces

,— la clave de todas las dificultades

,resolu

ción de todas las dudas,e l fin de todas las zozobras

está en una operación de conciencia que debe se rej ecutada por todos, puestos de acuerdo patriót icamente

,ó impulsados á ello por una acertada direc

ción de los negocios públ icos y de los estudios enlos cuales la j uventud se prepara á actuar en elmovimiento social . Debemos resolvernos enérgicay honradamente á proceder con plena sinceridad

104

si el voto popular es un hecho y si se enseña al pueblo la verdadera moral democrática ; si los or gan ismos representativos de nuestro gobierno son unamanifestación inequívoca de la voluntad soberana

,

y no una impostura implantada por la costumbreerigida en doctrina ; si gozamos en real idad de losbeneficios de la libertad que al darnos Constituciónse prepusieron nuestros padres y nuestros legisladores

,ó si esta he r mosisimá promesa debe se r ins

cripta entre las numerosas paradojas ó mentirasconvencionales de nuestro tiempo

,sancionadas por

la fuerza de los hechos consumados, aunque, por fortuna

,no sean irreparables .

Por cuanto respecta á la masa popular,á la gran

mayoriade los gobernados, n o se imponen deberesmenos sagrados y menos fundamentales . Nos faltamayor suma de educación nacional

,más cultivo de

los sentimientos que vigorizan,acrecientan y con

fortan esa virtud del patriotismo,que otros pueblos

cul t ivan y estimulan para se r fuertes en las adversidades domésticas é invencibles en la guerra . A sí

nosotros,el día que nuestros derechos y libertades

y nuestras instituciones fuesen carne y conciencia,

como conceptos inherentes á la idea de patria,no

habría usurpadores que las violasen,porque tem

blar ían ante la indignacmn del pueblo , que entonces n o necesitaría caudillos que lo condujesen á lamatanza

,ó á reemplazar unos hombres por otros

,

sino que,alzándose majestuoso con lamajestad de

su de r echo /

y su soberanía, juzgando como juez, del iberando como legislador originario

,imprimiría

el sello de su voluntad y sentimiento á l os negocioscomunes

,con sólo abrir una urna y echar en ella

los votos que invisten con su mandato á los elegidos. El patriotismo inoculado en el seno de l hogar

,

enseñado en la escuela,atemperado después con la

experiencia,pero siempre al imentado en toda edad

de la vida,será la fuerza in con t r ar r est able de esta

República llamada á tan grandiosos destinos,como

lo fuera de otras que hoy imponen al mundo su dirección y sus l eyes .

Esa fué la virtud fundamental y única de loshombres de 1810 y 1816 y por eso

,con escasos cau

dales de ciencia,pero con riqueza de fe patriótica

,

de convicción moral y de valor,desafiaron el por

venir,l anzándose solos en la vida independiente

antesde terminar la guerra,y empeñando sus vidas

y su honor ante las demás naciones .Sinceridad

,verdad

,moralidad y patriotismo en

todas las relaciones internas y externas de nuestra

106

vida nacional,son las piedras angulares de l menu

mento que las generaciones de hoy debemos exigiral futuro

,para cump l ir los mandatos del testamento

polit ico de nuestros héroes,fundadores de la Na

ción y padres de la Patria . Así,y mediante la pr ác

t ica constante de tan elevadas virtudes,podremos

con la frente levantada pedir al mundo su fall o,y

ofrecerl e tranquilos el hogar de nuestros hij os y latierra donde nuestros antepasados duermen el sueñoinfinito .

108

hombres,ya de l valor de la representación con

que concurrieron al desempeño de sus funciones .

Hay quienes aminoran su transcendencia pori

e l

hecho de que algunas provincias, convul sionadaspor sus caudillos

,no suscribiesen el acta inmor

t al que decide los destinos de las Provincias Unidas .

Hoy no se puede ya desconocer los orígenes emin en t emen t e populares de los diputados de Tucumán ; y el hecho de hallarse representada la casitotal idad de las provincias

,comprendida Buenos

Aires,según las más elementales nociones del de

recho públ ico y natural,basta para dar á su deci

sión todo el sello de la soberanía del país,en

tendido en toda su extensión en aquel momentohistórico .

Lo que admira en él é invita á la medit amon,

es la profunda sinceridad patriótica con que proceden á cu rhpl ir su misión . Así lo demuestra ensu manifiesto con todas las ansias

,desfal le cimien

t os y energías supremas que movieron aquel votoinmortal .El año 1815

,l a causa de la l ibertad estaba per

dida,y más aún los rumbos de la pol it ica r evolu

cionar ia . Pero entonces es cuando hablan los sen

t imien t os superiores y se manifiestan las fuerzas

109

últimas conser vadas en el fondo de las almas parala salvación providencial . En estos casos se invocan todos los ideales

,las creencias y los amores

Dios,la Pat ria

,la Libertad .

Cuando todo desmayaba y parecía disolverse enla catástrofe más espantosa

,los humildes repre

sen t an t es de las Provincias Unidas sienten reviviren los corazones los alientos que la convicción política e s incapaz de suministrar

,y e l sagrado vin

culo que un e á los hombres con la tierra en quenacieron

,la voz incontrastable del honor empe

ñado en universal contienda,el imperio del deber

contraído ante el pueblo elector,de hacer lo que

fuese digno de los hombres,de la causa y de la

gravedad de las circunstancias , infundieron en

aquellos e Spír it us venerables la fuerza heroica y laclaridad inspirada de las soluciones irrevocables :invocando á Dios que preside la marcha de la humana grey

,declarando ante el mundo rotos los

lazos que ligaban este suelo con la madre patria,y

su propósito inquebrantable y eterno de man ten e r lo l ibre también de cual quiera otra sobe r an iaextranjera .

"El fallo ha sido pronunciado ; se s iente en todala asamblea, puesta de pie en religiosa solemnidad ,

110

ese efluvio suave y confortante que eman a de lasgrandes acciones

,y en todo e l país la influencia

benéfica de la fe en l os dest inos futuros, que luego

las armas de San Mar t in harán cumplir sobre unagran parte de la América .

¿Dónde estaba e l secreto de aquella fuerza quecondensa en un voto la suerte de una gran revolución

,e l porvenir de una posteridad y la causa de

medio continente ? Acaso valgan menos para ex

pl icar lo las comprobaciones históricas, las compulsas de manuscritos y el examen de testimonios

,

que el conocimiento del e spi r it u social de la época,la 0 1e 11 01a y la educación de los hombres que const i tuye r on la asamblea, de aquellos <<frailes sabios "

,

como les llama Sarmiento,de aquellos doctores de

Córdoba y Chuquisaca,según Avellaneda

,forma

dos en el trato de la docta y sencilla an t iguedad,baj o los cálidos estímulos del suelo

,de l hogar, de l

estudio,sin las inquietudes de la fortuna

,del pá

t r io t ismo,sin las debilidades de la ambición .

Esos patricios vivieron y lucharon baj o un cl imamoral más rico en flú idos enérgicos, más despej adode causas morbosas

,más nítido y puro

,de manera

que se sentían en contacto más íntimo con la ter r ama ter

,con e l calor de su alma y las fuerzas ocultas

1 12

Pero debe recordarse también que e l Congresode 1816

,es el creador de la república como forma

de gobier no del país . Como tal reclama de sus doscendien t es actos sucesivos de justiciera glorificación , pues por sus labios hablaron la sangre y e l

e Spír it u de la nueva nacional idad , a un en mediode l temeroso rumor de l os desastres .

Esa a samblea de sabios y poli t icos de la época,alucinada por el éxito de la realeza triunfante enEuropa

,seducida por la conmovedora elocuencia

de Belgrano,y más que t odo

,convencida por el

patriótico horror de l a derrota definitiva que hicie r an presentir las de V ilcapug io y A yohuma

,

n o tuvo valor para dej ar sin su efecto y su virtudla i r ie spe r ada protesta de Fray Justo Santa Maríade Oro que reclamaba, para decidir de t an fundamental problema

,e l derecho de las Provincias co

m it en t e s a se r oídas en particular sobre la cuest ión .

Ni el prestigio de las armas de San Martín y deBelgrano

,que sostenían la forma monár quica en

aquel momento,ni las abundantes razones que

surgieron,todas inspiradas en e l noble propósito

de salvar á la Patria de inminentes peligros,fueron

bastantes á conmover la sincera,genuina y honda

in Spir acw n del f r aile y patriota extraordinario,

que con más derecho que Cicerón en su memorabl e y clásica arenga

,pudo exclamar á la faz del

mundo :Juro que he salvado la R evoluc10n y la Re

pública . "

Es justo en estos tiempos,cuando de todas partes

llegan á nuestra sociedad las influencias he t e r ogéneas que trabaj an y enferman el espíritu humanoen la hora presente

,evocar las sombras protectoras

de los diputados de 1816,á quienes debemos ahora

y para siempre venerar como á los manes sagradosde la Patria

,que así velan por ella en la prosperi

dad como la salvaron de la ruina y de l a muerte,

pues son más pel igrosas y sombrías las asechan z asde la fortuna que los riesgos de la guerra, en quetodas lasvirtudes r enacen y las muertas en e r giasse r e t emplan .

vista de las pasiones person ales de l os actor es,de

las ambiciones en conflicto,de los intereses más ó

menos extensos en lucha ; y por falta de elementosbastantes de juicio y de investigación

,que no es

obra de un solo hombre y muchas veces ni de una

generación entera,

hemos reducido el campo deacción de las l eyes de nuestra evolución social

algunos pocos centros de los numerosos en que se

distribuye la fuerza orgánica y evolutiva en tandilatado territorio .

No puede se r historia nacional la que sólo tomaen cuenta agentes parciales del desarrollo de unpueblo . Será más ó menos amplio su criterio

,será

más ó menos Intensa su observación,pero desde

que faltan algunos factore s esenciales en e l anál i

sis,será siempre deficiente

,incompleta ó falsa ; y

tanto más cuanto que l os sucesos ú hombres que seestudian han tenido parte más importante en laformación de este gran resultado

,de este vasto

conjuntoque llamamos civi liz ación .

Hoy la historia no puede ser sólo el relato an imado y ardiente de los tumultos y las batallas quela l ibertad y el heroísmo producen

,ni lasminucio

sas referencias de las intrigas, pasiones, rencoresó disturbios que la pequeña ambición ó e l afán de l

bien público encienden entre los hombres . Ella e salgo más grande

, más fecundo, más útil ; estudialas leyes generales y locales

,las influencias del

medio ambiente é in telectual,pesa las ideas y sen

t imien t os dominantes en l a época,sobre la socie

dad,la multitud y los hombres direct ivos

,para

deducir con exactitud y clar idad,lo que el pasado

encierra de enseñanza para el porvenir .

Luego,nosotros no hemos vivido aú n bastante

para alejarnos del fuego de las contiendas que perturban e l juicio

,que causan aberraciones del cr it e

rio como las de l calor ó de la luz,para desprender

nos de nuestras afinidades políticas,doctrinales

ó regionales,de las que no podemos prescindir

porque somos átomos de un medio social,suj etos

á las leyes físicas y moral es que lo definen y cár ac t e r iz an .

Cuando se ha tratado de explicar la magnitudde la obra real izada por los hombres de l Congresode 1816

,se han expuest o las diversas teorías cono

cidas en nuestra historia política . Ellas develanuna parte de l problema

,pero no t odo e l problema.

Atribuyen más importancia decisiva en la declaración solemne de l 9 de julio

,á las urgencias

,ins

tancias,imposiciones ó premura de los bandos y

1 18

las facciones,y á las influencias individuales de los

caudillos y capitanes de armas,que no á la natural

y espontánea inspiración de la asamblea misma,

como conjunto de representantes inmediatos de l aOpinión de todas las regiones de l país, que aun se

d ilataba hasta las fronteras de l Virreinato .

No se t iene tampoco en cuenta l a calidad socialé intele ctual de los miembros de la asamblea . Erroreste último gravísimo

,pues importa el olvido de las

ideas,las doctrinas

,l os sistemas políticos y mora

les bebidos por aquellos hombres en las un ive r sidades de Lima, Chuquisaca y Córdoba ; en l os col egiosconven t uales de la época, alguno de los cuales ,como el de recoletos de Catamarca

,sabia for mar

héroes y mártires " ; en la irrupción fecunda del os dogmas filosóficos del siglo XVIII y de la Revolución Francesa ; y en la influencia nada in sign ificante

,de los principios de aquella otra revolución ,

gen eradora inmediata del derecho republ icano,la

de 1 7 7 6 en las colonias inglesas de América .

Si sólo hubiesen influido en la marcha y decis ión irrevocable de l Congreso, de quemar las navesde la Revolución en pleno desastre

,l as volunta

des hermanadas de San Martín y Belgrano,— j efes

reales ó virtuales de dos grandes circunscripcion es

120

tos de ebse r vac10n . Habr ia sido necesario,—y lo

será siempre,— investigar en los archivos de l os

viej os in stitutos que hacían la cultura in telectualde la colonia y de las primeras décadas de nuestrosiglo

,cuáles eran las enseñanzas

,las influencias

más profundas,las que más amplio espacio r ecor r ie

ron en e l e Spír i tu social de nuestro continente y enparticular de nuestro pais, y cuál y de qué intens idad e r a el vin culo que ligaba á l os estudiantes deaquellas universidades semit eológ icas, con la grande

,heroica y luminosa an t ig ii edad clásica .

No seremos nosotros quienes sostengamos quel as universidades de Lima

,Chuquisaca y Córdoba

,

que el Real Colegio de San Carlos de Buenos Airesy los col egios con ven t uale s eran el t ipo del instituto representativo de la cultura universal de su

época, — porque ser ía cometer un anacronismo gar r afal y afirmar un absurdo ; —pero si debe decirseque ellos obraron con doble acción sobre e l espíritude la sociedad que se desenvuelve en esta Américaen los siglos XVII y XV III .La primera

,es la influencia educadora intrinse

ca,consubstancial

,de las lecturas clásicas tomadas

en los más puros modelos lat inos,como Tácito

,Tit o

L ivio,Cicerón

, Horacio, Virg il io, por más incom

ple t o que fuese su estudio ; á lo que se agregaba e l

conocimiento de los padres de la Iglesia,en los cua

les,como en San Agustín y Santo Tomás, para no

citar otros menores,junto con el teólogo y e l mis

tico,van el filósofo y el político : y la semilla echada

en tierra fecunda germina y fr uc t ifica,sin que se

el imine en el producto ninguno de lo s caracteresesenciales de l tipo ordinario .

La segunda acción de esta enseñanza es la reflej a,

que se opera desde e l instituto ó la escuela sobre e lhogar y la masa del pueblo

,por e l intermedio del

niño y de l j oven que lo frecuentan en su diarioaprendizaj e . El espíritu juvenil no puede men os desentir nobles y saludables e rne c ion es ante la obrade arte revelada en forma más ó men os perfecta

,

más ó menos velada por el dogma rel igioso,social

ó poli t ico : y la emoción es la fuerza invencible conque e l arte real iza la conquista de l mundo

,porque

es centrífuga,comunicativa

,expan siva .

Así e l e spir i tu luminoso de la alta antiguedad,transmitido á los alumnos togados

,en las con fiden

cias sol itarias de la celda,en las lecciones mag ist r a

les y solemnes de la cátedra,ó en la socrática con

ve r sación de l lector de Artes en presencia de lanaturaleza

,pasaba como filtración invisible y di

122

fusa de l aire m ismo,al alma de toda una sociedad

diseminada,segregada en núcleos autonómicos en

regiones numerosas y distintas,donde e l grupo se

ñorial,solariego ó municipal

,sen t ia

,sin darse de

ello cuenta,las influencias poderosas de l a idea

,de l

entusiasmo,de l a pasión abstracta é ideal de l hom

bre de letras,de cánones ó de leyes .

Sostener,pues

,que los hombres del Congreso de

18 16 no eran entidades individuales , verdaderasfuerzas y caracteres

,porque se neutral izaban en el

conjunto y en medio de los prestigios,t emores é

incer t idumb r esde los días aciagos en que l es tocóactuar

,e s hacer una afirmación sin suficiente co

nocimiento del medio social,intelectual y moral

de aquella generación . Esa asamblea ilustre,aquel

ilustre senado ",como le llama un noble e spi r it u

de nuestras letras,era la condensación de todos los

elementos sanos,los productos aquilatados

,l os ré

sultados remotos de dos siglos de evolución y decomunicaciones secretas

,diremos así

,entre la anti

g ii edad clásica y la n aciente sociabilidad americana de origen español .Era más todavía : la fuerte y robusta expr esmn

de la l ibertad misma,entregada sin reate s á la la

bo r electiva de sus poderes de gobierno .En e se sen

CAPÍTULO x

FRAY J U ST O SANTA MAR"A DE OR O

Cada nueva estatua levan tada sobre la tierra argen t ina, significa una evocación del pasado y unimpulso ha01a el porvenir . Estos trozos de bronceson idea y sentimiento en e l pueblo que l os levanta, luz genial en poder del arte que los modela, ydespués, sugestión perenne de gloria y de recuerdoen los rasgos personales que sus líneas perpetúan .

Hay algo inusitado,misterioso

,conmovedor en

este monumento alzado alli,tan lej os

,cerca de los

límites occidentales, señalados por la más'al ta montaña de nuestro cont inente : se nos figura el arte

,

real izando sus maravillas reveladoras en las soledades antes inaccesibles y obscuras

,si no e r a para

la soldadesca sanguinaria y par a la tea del in cendio,

roj o y humeante como la sangre de sus víctimas .

Los juicios de la posteridad se asemejan á losjuicios de Dios

,en que no llegan jamás á un tiempo

para todos,á no ser las catástrofes y los infortunios

irreparables : en los reinos de la gloria no se venentrar sino sombras sol itarias

,á cuyo paso se ilu

minan los cielos y cantan singulares salmos las arpas invis ibles . Sólo es dado á los héroes que caenen las batallas

,barridos por el fuego

,inmolados

sin conciencia de si mismos por tenerl a sólo de laPatria

,e l hace r entradas colectivas en la región de

los inmortales .

Pero entonces en la t ierra,la historia y la epo

peya celebran la honra de una multitud,de un pue

blo,de una nación

,y sus descendientes levantan

en medio de las vastas planicies las columnas degranito

,mudas en su innar r able elocuencia, ó sobre

la t ierra enn eg r e cida por la sangre anónima, se alzaespl éndida

,deslumbrante

,vaporosa de genio, de

blancura .y de belleza la Victoria de mármol , quesólo la barbarie mutila después y escarnece, Si bienjamás puede exterminar .

Figura singular,llena de propio resplandor y,

en cierta faz,única

,es la del hombre cuya memo

128

ó de la cátedra de sagradas l etras ; á las honradasfunciones y pobres vanidades que el Cabildo podriadespertar en almas tan llenas de l bien aj eno ; alamor y al respeto de los suyos y de los que v ivian

baj o el mismo sol,entre los muros de la misma al

dea desmantelada y silenciosa .

¿Quiénes eran aquellos varones que merecieronel i n s1gne honor de la investidura popul ar, en elmás ilustre de nuestros congresos ? Son e cle siást icos en su mayor parte

,— escribe Avellaneda

,—y

doctores todos de Córdoba y de Chuquisaca . No habiendo vivido en la ciudad capital de l Virreinato

,

y sin haber sal ido del interior de su país,han per

man e cido extraños á las influencias que vienen deafuera . No conocían los l ibros con que la Franciahabía removido los e Spír it us en e l siglo XVIII

,y S i

l os acontecimientos de su revolución llegaron á susoídos

,había sido solamen te para inspirarles un

santo horrorNo procedían

,entonces

,la ciencia y el senti

miento que los movieran á resolución tan suprema,de ninguna teatral imitación

,ni menguados ó tran

sit o r ios cálculos : había una influencia profunda delsuelo

,de las tradiciones , de las lenguas antiguas en

las que resp iraba la Roma grande de laRepública,

e l cristianismo puro de la pr edicacmn y el martirio,la España inmortal de los comuneros y conquistadores . Y aquellos cabildos convocados á són de campana en medio de la e Spect at iva y la congregaciónadicta del vecindario, son los poderes electorales dedonde surgen los miembros de l Congreso, de aquellaasamblea inmortal de frailes sabios y de doctor es de Cór boba y Chuquisaca .

Lo que da rel ieve majestuoso al Congreso de Tucumán , aparte del valor individual de sus hombres,es el negro fondo de inquietudes en que se perdía

,

en el año triste de 1815,la causa de la l ibertad .

Lanzado el grito de la eman cipación,era necesario

no derrumbarse en un abismo de impotencia .

Derrotadas las armas en V ilcapug io y A yohuma

dispersa y perdida la unidad de la guerra y de lapol it ica, amenazador y adusto e l porvenir y ensangr en t ado el fantasma de la anarquía, aquel núcleosol itar io de fraile s

,doctores y patricios

,congrega

130

dos en la sala de Tucumán,sienten la inspir acmn

salvadora de l mome n t o histórico,y de lo más hondo

de la debil idad arrancan la fort aleza invencible,l a

rehabilitación absoluta y defini t iva de la empeñada contienda .

Van á emanciparse de su rey,y toman todas las

precauciones para no eman cipar se de su Dios y desu culto . Extraños á las distinciones modernas ent r e las democracias

,repúbl icas

,aristocracias y mo

nar quías, buscan sólo la salvación de la Patria, y novacilan en aceptar la última

,como más vinculada á

la tradición y más aparente,en su concepto

,para

acr ecentar la fuerza y el vigor de l a lucha,y quizá

desafiar las incertidumbres de l porvenir descon ocido .

En este instante la apacible figura de l dominicode San Juan

,se eleva sobre sus compañeros y sobre

sus contemporáneos con todas las líneas d e los car act e r e s superiores ; y su profunda y santa sinceridad le inspira la conducta inflexible que imprimióá nuestra Nación

,para siemp r e

,el sello de la l iber

tad republicana . Fué en la sesión del 15 de J ulie,

y mientras se discutía la base quinta de las de l iberaciones del Congreso

,— sobre la forma de gobier no

más adapt able al estado actual del pais,

<< y más

<<fraile sabio" de San Juan,<<y su pertinacia de de

sign io que engendra las grandes cosas""En las páginas de inagotable frescura y pristina

originalidad de los R ecuer dos de Pr ovincia, contin ú a la vida del rel igioso dominico

,que después de

haber salvado la Repúbl ica con e l solo poder desu virtud

,su carácter y su inspiración patriótica

,

vuelve,superando á aquel clásico modelo de los pa

t r icios de l a vieja Roma,á labrar e l surco de la creen

cia en las almas sencillas de su pueblo,y á perse

guir ideas de independencia hasta en e l seno de lacomunidad eclesiástica de su orden .

También es verdad que otros doctores y frailesde la Revolución

,sin emanciparse de su Dios y de

su culto ",creyeron que ninguna soberanía e r a su

perior á la de la Nación Argentina,y aun en el caso

de la alternativa dolorosa,era preferible romper los

lazos de la obediencia,antes que los juramentos de

lealtad y los vínculos del amor á la República, nugidos por la sangre de tantos sacrificios .¿Qué se han hecho aquellos caracteres, aquellas

almas,aquellos corazones

,tallados en e l bloque g i

gan t e sco, arrancado al suelo mismo de la Patria,nutridos en la antigua lat in idad heroica de l os filósofos, los poetas y los historiadores, bronceados por

133

el sol ardiente de nuestra América,y dotadosde ese

suave y dulce estoicismo de la virtud, que l leva ácontemplar la '

mue r t e como el premio de la vida ?A sí

,los momentos postreros del fundador de la

Repúbl ica,se parecen á la vuelta natural de un

alma hacia su origen celeste . Su catafalco,— refiere

Sarmiento,su amigo

,— fue e l improvisado taber

n áculo en que ambos trabajaban con piedad in fantil : <<y en el cual, simbolizando las dos grandes facesde su v ida, se apoyaban, la estatua de laLibertad,con el acta de la independencia en la mano, y la dela Religión

,con la bula que le instituia obispo .

Al lado de su lecho de agon ía, el notario redactabasus últimas voluntades, en que sólo legaba tesorosde amor

,de fe y de abnegación

,y e l orador del

_Congreso de Tucumán, con la serena mansedumbredel san to

,le dice

<<Dése prisa,dése prisa

,que quedan pocas ho

ras y tenemos mucho que escribir .

¡ Qué hermosa muerte, y qué grande la vida de lque desde ahora la adquiere nueva en e l bronce delos inmortales"

136

en las glorias y en las desventuras comunes . Peroantes de ahora tuvieron la suerte de que trajesen lapalabra de bien venida en nombre de la prensa nacional

,espir it us más capaces que e l mío de reflej ar

su elevada cultura, y expresar con más belleza losvotos de amistad que en esta ocasión acostumbrancomunicarse en expansiva confidencia .

Sólo un movimiento de rara bondad de l ánimode mis colegas argentinos

,ha podido real izar tan

inmerecida elección . Soy e l último soldado de estanoble mil icia de la prensa

, que j amás reposa en su

lucha interminable,lucha incruenta

,pero sembra

da á trechos de caidos que se quedan olvidados, deinmolac10n e s s ilenciosas sobre las cuales apenas sebr evive la tradición de las gentes de l oficio . Nopuede ofrecer n i los esplendores de una palabra non acida para estas justas

,propias d e otras in t e l igen

cias,n i las chispeantes y sabrosas conversaciones

de tal entos áticos,en que es tan fecunda nuestra

tierra ; y S i he de honrar como debo la memoria deun ilustre amigo y maestro de la juventud argentina

,y decir con Pedro Goyena que e l hombr e es la

imagen de su territorio,soy la imagen de la tierra

en que ví la luz, de aquella humilde Rioja abandonada entre la llanura desierta y los Andes sobe

137

ranos,lo mismo que la Niobe antigua, dolorosa

eterna sobre sus ruinas,donde el azahar tej e coro

nas nupciales, y las flores de aire perfuman e l ambien t e de los Obedezco el mandato de miscompañeros de la prensa

,y con toda la efusión de

mi propio afecto y simpatía , os doy en nombre deellos la bienvenida .

Asistimos á una fiesta de fraternidad entre lo speriodistas de dos naciones amigas

,que las r epr e

sentan en su intelect ualidad y cultura . Hablemos,

pues,de tan hermoso asunto

,y que las confesiones

del sentimiento y los recuerdos de la v ida común,

sirvan para fortalecer en el porvenir tan antiguo yentrañable parentesco . No at aron

,por cierto

,los

hombres este lazo,que ninguna fuerza romperá

jamás,mient ras duren los caracteres fundamenta

les de la tierra en que se formaron y crecieron losdos pueblos : él fué establecido por la misma natur ale z a en época incierta

,cuando estas regiones eran

un paraíso misterioso de razas vírgenes,de bosques

inmensurables y llanuras sonrientes,baj o cuyos

follaj e_s y sobre cuyos tapices de verdura, al rumorde músicas infantiles desl iz ában se las corrientes ihv ioladas, porque la canoa del salvaje y el camaloteflorido de la ribera

,eran elemento de la tierra

138

misma ó adorno natural de su hermosura . En medio de esta soledad inmensa y majestuosa

,difun

d iéndose desde el océano hasta las ignoradas r eg ion es del occidente, el Río de la Plata, e l grandey sagrado río que ha vivido nuestra historia y oídopor tres siglos las confidencias de nuestras almas

,

derramaba sobre las orillas,hasta el interior de las

t ierras,el l imo fecundo de todo el territorio

,t r a

yéndolo mezclado con sus aguas desde las regionesdel Sol y de las nieves

,y desde las opulentas sel

vas del Ya los historiadores y los poetasn os describieron las primeras sorpresas de la razaque fundó nuestras naciones ; las desventuras yproezas de aquellos hombres extraordinarios, decuyo l inaje descendemos y cuyas virtudes y fortaleza heredamos ; Obligado nos ha descrito la infinita belleza de l paisaj e pr 1mit ivo, adormeciendonos con los perfumesde las flores

,e l rumor de las

corrientes y el canto de las aves ; "orrilla de SanMartín nos ha conmovido e l alma con e l drama her oico de aquella lucha entre las pasiones salvaj es ylos nobles ideales de la raza nueva

,de l amor de la

tierra contra e l con quistador,que con la espada y

la cruz viene imponiendo á todas las gentes la leyde la

140

pueblo en l a region donde el Inca tuvo su trono,y

otro pueblo en la comarca donde nacen los tributarios de l Amazonas y donde las más altas montañasde América se levantan hasta el cielo . Y duranteese cielo de gloria

,l a sangre de nuestros soldados

regó la tierra propia y extraña como una sola sangre

,las ideas de nuestros pensadores y políticos se

difundieron para todos,como una sola idea

,y nues

tros pueblos recibieron su herencia,de gratitud y

reconocimiento,como una sola herencia . Los lla

n os de It uzaingó vieron de nuevo unidos á los héroes errantes que hasta el Ecuador acaudillar a e l

Gran - Capitán,y en homenaj e á l a Patria donde

volvían ungidos de inmortalidad,j untos saludaron

la última victoria de aquella época en que el mismoestandarte los conducía .

¡ Cuánta seducción e j ercen sobre e l e Spír i tu estosrecuerdos"¡ Cómo se levanta á esferas extrañas á lashabituales meditaciones

,y se complace en iluminar

e l pasado,fuente fecunda

,m agot able , de fortaleza y

de virtud"Y ya que estas palabras mías fatalmentese encaminan por senderos histór icos, pe r m it idme

a hora que e s recuerde el tiempo en que con más int ensidad se estrechan nuestros brazos y se compen e t r an nuestras almas ; porque entonces la tiranía,

14 1

ese inmenso infortunio de nuestra Patria,— enlutaba todos los h ogares

,borraba todos los caminos,

t r on chaba todas las nobles ambiciones ; y fué la he rmosa y gentil Montevideo

,nacida

,al parecer

,de las

ondas de l río para encanto de l os poetas y baluarteá un tiempo de los hombres l ibres, e l hogar seguro,el hogar antiguo de la familia nunca deshecha, queen la hora de l a desgracia tuvo baj o el techo fraternal e l mismo amor que le sustentara en la ade lescencia .

Ni las terribles Vic isitudes que á v eces suelen der r ibar las naciones más soberbias y cambiar lasideas más dominadoras

,harán que se borre del co

razón argentino la huell a de aquellos días de luto,de prueba y de intenso amor . Desarmados de espadas y fusiles

,nuestros compatriotas empuñ aron la

pluma,convencidos de que los despotismos que se

fundan en leyes sociales,sólo se derrumban con esas

leyes ; y la lucha fué tenaz, sangrienta, fulgurante,y fuego salía á torrentes de las columnas de El Comer cio del Pla ta , de El Nacional

,de El Cor sar io

,

La Nueva Er a,El I niciador , donde Florencio V á

rela,Rivera Indarte

,Bartolomé Mitre

,Miguel

Cané,Juan Baut ista Alberdi

,José Mármol

,Este

ban Echevarria, Juan María Gutiérrez y otros ilus

tres pr e scr ip t os, enviaban á l a Patria, con la esperanza y la idea l ibertadoras

,la censura cuo t id iana

que minaba e l poder d e l autócrata sin ej emplo . Allínacieron los Can tos de l Per egr ino , que condensantoda la melancolía de la ausen cia y el dolor profundo del patriotismo herido de muerte ; all í lostristes bardos argentinos mezclaron sus amargas lamen t acion es y sus inspirados anatemas, con las

frescas y graciosas endechas de naciente poesía, delos amables trovadores uruguayos ; allí fue escritoe l Dogma socia lista

,anuncio y bandera de la expe

d ición l ibertadora,que devuelve á la República sus

hij o s dispersos y abre su historia á una nueva gen e r ación de héroes y estadistas .

ómo no había de se r fecundo aquel hogar dondela tradición y la naturaleza habian conservado losmismos recuerdos de familia y e l mismo ambientepoblado de gratos rumores"Reían aú n en sus calleslas sát iras de Figueroa

,e l ilustre arrepentido por

amor de la tierra ; indecisas en la fórmula pero t r emulas de pasión

,entibiaban e l aire las t rovas de

Berro,y nacía con toda su asombrosa fecundidad

<< e l patriarca de las let ras uruguayas ",el que diera

al alma popular de su tiempo e l inocente poema deCeliar , mezcla indefinida de romance heroico y de

14 4

domésticos,las víctimas de la injusticia corren al

hogar paterno en busca de consuelo y de refugio, deconsej o y reparación . ¡Cuántas al ternat ivas dolorosas

,cuántos combates dignos de eterna memoria

,

cuánta abnegación de la virtud cívica ilustrarondesde aquellos dias los anales de la n ación amiga"Sus hij os

,soldados y pensadores, mientras pudic

r on empuñar un fusil y ar ti cular una palabra, yafuese dentrode los muros

,ya desde la orilla hospi

talaria,lucharon

,y lucharon sin tregua por la causa

de sus instituciones vacilantes ó informes ; y al recorrer las columnas de vuestros diarios

,las hoj as de

vuestros l ibros,los períodos de vuestros discursos,

las estrofas de vuestros poetas, la imaginación r e

construye un campo de batalla en que Se confundencon estrépito singular, el fuego y el plomo, l achispa que incendia

,el fulgor que deslumbra . Ne

cesario sería el dón divino de Tácito para describircon toda su heroica grandeza la lucha generadora,las crueles veleidades del destino

,las hazañas y su

fr imien t os si n medida,los distintos ej emplares de

hombres y las venturas y adversid ades de la libertad

,durante tan largos días de labor .

Pero no ha de negarse que e s mérito y gloria dela prensa uruguaya

,el haber sido en toda ocasión

14 5

tribuna y fortaleza,para difundir en el pueblo e l

dogma y la enseñan za, y para lanzar sobre el enemigo la metralla ó el dardo en la hora de l sacr ificio . Sólo luz y fuerza dejan en la historia esos per íodos de confusa y ardua lucha ; y luz y fuerzapara el renacimiento y e l trabaj o

,son la semilla que

en la sociabilidad han esparcido tantas fecundascontiendas ; y hoy podemos admirar en e l estilo devuestros escritores y publicistas

,en la entonación

de vuestros oradores y poetas,aquellos mismos ca

r act e r e s ; y si á ellos se añade una esquisita naturaleza ar t ist ica

,manifiesta en las tendencias l itera

r ías de la juventud,podéis presentar orgullosos al

mundo contemporáneo,con el tesoro de vuestras

riquezas y de vuestro cl ima generoso,las fundamen

tales virtudes del alma nacional,tan fuerte para las

luchas de la vida,como amante de los triun fos de

la inteligencia .

Tan bellas y positivas cual idades, en que e l análisis reconoce frutos de la tier ra que nuestros ríosfecundan

,tienen su misión señalada en los tiempos

que falta recorrer ; porque si el brazo y el pensamiento han salvado la edad del crecimiento or gá

nico,la eterna ley de la historia que no permite á

los pueblos detener e l paso,les manda emprender

1 0

con más ardor y brío que nunca e l camino de sugrandeza . No hemos terminado

,pues

,nuestra mi

sión civil izadora ; la misma juventud alienta y fortifica nuestras almas ; la misma sangre y las mismas influencias naturales dan vigor á nuestrosbrazos ; una misma corriente económica y pol it icaarrastra nuestras existencias ; un mismo porvenirseñalan en el tiempo las profecías de nuestro dest ino . Hemos hecho grandes cosas en el pasado; hemos fundado Instituciones l iberales ; hemos abiertoel hogar de nuestros progenitores á todas lasideas y las creencias

,declarando l ibres nuestros

caudalosos ríos ; hemos prometido á la civil izaciónmoderna se r dignos de sus en señanzas y beneficios

,

y debemos reflexionar si en efecto nada nos quedapor cumplir de esta solemne promesa

,si no debe

mos temer del porvenir amenazas imprevistas,no

solamente para las instituciones que con tanto sacrific io fundaron nuest os antepasados

,sino también

para los derechos adquir idos por las naciones,y

para la justicia en que ellas apoyaron en 1810 lacausa de su emancipación .

Mien tras flote una sombra de duda en las soluciones históricas de este agitado siglo ; m ientrasla cultura intelectual y la l ibertad política en las

por igual l os corazones,en sangr en t ar on el suelo,

tiñeron las aguas de los rios ; pero también confun

dieron los hogares,en lazaron los nombres con nu

dos eternos,mezclaron los l inaj es y fundieron un

solo metal en un solo molde .

En el espacio de tres siglos lucharon juntos losdos puebl os por estas dos grandes causas : la integridad del territorio

,la destrucción de la t ir an ía . J a

más fueron vencidos,y este vínculo de la gloria no se

rompe sino con la muerte . Más bella y más gloriosatodavia se presenta la tarea de l porvenir, que estambién de lucha

,porque lucha es la vida ; pero no

yacontra enemigos armados que disputan tierras óciudades

,sino por la mayor difusión d e los conoci

mien t ós ; por la elevación de l os espiri tus á concepciones más ideales y perfectas de la vida y del dest ino de las naciones ; por encender en todos loshombres que gobiernan y que forman los gobiernos

,

e l amor sincero y abnegado por la l ibertad,por las

virtudes del C iudadano,la veneración por nuestros

mayores,cuyos espi r i t us n os contemplan y nos juz

gan desde su inmortal idad .

Para cumpl ir esta misión se anudar on , por obrade voluntades incontrastables

,nuestros vínculos de

raza,de espíritu y de territorio . No se

" extienden

por fortuna entre nosotros cordilleras inaccesibles,

ni e l océano disociable de l poeta latino,s ino un

río bordado de selvas perfumadas y rumorosas,y

el Mar Dulce de Sol ís,cuya dulzura fué siempre

simbolo de amo r,y cuyas ondas

,más bien orgullo

sas que embravecidas de la tormenta, fueron en lasvarias alternativas de nuestra existencia

,portado

r as de votos y de consuelos amigos,ó al iadas en

vict orias inolvidables . Luchemos,si

,luchemos sin

reposo,desde las hojas don de vertemos la vida

,la

esencia de nuestra vida,para que bosques de más

t iles y nubes de vapor cubran la vasta superficiede nuest ro río

,y crucen por infinitos puentes sobre

e l Uruguay las locomotoras : ser án nuevas é imper e cede r as obras que mantendrán en perpetua actividad la corriente de mutuas simpatías y riquezas ;y podéis estar seguros que los fantasmas de la tiranía y del desorden n o se alzarán nunca más sobrenuestra tierra

,y la paz

,el trabaj o

,las ciencias y

las artes,serán el cor onamien t o de tantas empresas

y fatigas,y la verdadera gloria y grandeza de la

Patria .

152

una cumbre,escudriña e l llano y la distancia para

soltar el vuelo,parece que un instinto les señala

el rumbo de la vida,de la labor y de la gloria . En

vano se

'

pr e t ende r á desviarlos, ni con los halagosde la fortuna

,ni con los deslumbramientos de sen

suale s p r omesas : son l a en carnación de ideales ignotos

,y cumpl irán su mandato

,ya sean do tados

de las gracias de la intel igencia ó del numen delarte

,ya sean rudos y ásperos labradores

,ya solda

dos toscos é inquebrantables como el granito .

Esos son los héroes . Nadie sabe dónde aparecerán ; inescrutable será siempre la órbita de su car r e r a en la historia y un misterio la voz ó la fuerzaque les dé el primer impulso . Una sociedad despedaz ada, una familia dividida , un martirio ind ividual

,les hieren el corazón ; y la gota de sangr e ó la

l ágr ima compasiva son el signo de una metame rfosis

,el germen de una epopeya

,cuyos actores

serán los niños que contemplaron los horrores dela discordia ó los tormentos de las víctimas . Latierra nativa grabó en ellos sus caracteres máshondos

,los consagró con sus dolores y sus anhelos

más íntimos,y al fortale cerlos con sus auras y sus

al imentos,les transmitió su se r : desde entonces

<<su destino e s el destino de l a patria ".

153

Nacido en 1826,el hombr e cuyo recuerdo da

origen á estas lin eas,ar r an cábase á los trece años

de l seno de la madre Italia,en momentos amargos

,

en que la venerable reina de las naciones llorabacomo Niobe sobre los escombros de su antiguo hogar, deshecho po r l os odios y los despotismos . Mont evideo fue la ciudad donde Juan B . Char len e respir ó el ambiente de América .

No se hallaba entonces la vigorosa famil ia de l ostiempos de Mayo menos

'

at r ave sada de surcos profundos

,menos aterida de dolores sin ej emplo y

menos vilipendiada por los tiranos, que la dulce yarmoniosa Italia

,dejada allí

,entre sus mares y sus

me n t es, entre sus ruinas sagradas y su cielo generador de poesia y de arte , esperando la hora de laredención prometida . También aquí se combatíapor la unidad y por el derecho

,por la justicia y la

l ibertad ; y los rumores de armas y las escenas delheroísmo ensordecían el espacio y brillaban con lnces desconocidas .

En aquellos dias aciagos eran una misma almalos hijos de una y otra orilla de l Plata y del Uruguay : el déspota que aqui usurpara las conquistasde luchas inmortales

,extendía hacia al lí sus impla

cables armas,no ya para reunir baj o e l mismo t e

che la famil ia dispersa,sin o para incendiar all í

también,hasta las r aices

,el árbol nuevo de la l i

be r t ad republ icana,regado en sus primeros dias

por un solo y fecundo amor .

La ciudad que en la l eyenda americana ha recogido e l cetro enlutado de I lión

,y lle va con digna

majestad e l nombre ilustre de Nueva Troya,guar

daba en su corazón las esperan zas de los desterrados y los perseguidos, y e r a al propio tiempo fortaleza contra las agresiones sangrientas é incendiarias . Cerradas las puertas á la invasión devastadora

,

y llena de paswn heroica su población de guerreros,

e l ambiente vibraba,sat ur ábase de nobles aspira

ciones y arrebatos fecundos : las madres enseñabaná sus hij os la lección de la muerte

,los ancianos

combatían como los j óvenes y los extraños sentíanarder en sus corazones los recuerdos distantes ; yforj ándose allí la imagen de la patria ausente

,lan

z ában se con santo ardor á la defensa de la generosaé infortunada tierra adoptiva .

Fué en el Sitio Grande,cuando Char len e sintió

llamarse á las armas . Aquel errante caballero —depueblos Oprimidos

,José Garibaldi

,fué el caudillo

que in flamó á sus j óvenes compatriotas de Montevideo . A su voluntad y su_pode r debió su origen

156

Garcia,en Gualeguaychú

,e n e l Hervidero

,en I t a

pevi,Char le ne fué e l soldado raso

,l a unidad at ó

mica indestructible de la masa combatiente,cuya

firmeza y empuj e descansan en el valor,en la d is

c ipl ina y en e l entusiasmo de la idea,pero que un

día,aparece clara y distinta sobre el conjunto

,por

que su '

pot encia y su inspiración han condensado lade todos : e s l a revelacion del héroe desconocido

,el

rel ieve imborrable que pasará á la posterioridad endia lej ano

,en granito

,en bronce ó en mármol .

Esa hora fué la del combate que las crónicas incoherentes de la época llaman de San Antonio

,en

las ce r can ias de e sa hermosa ciudad de l Salto,de

las graciosas col inas y las puestas de sol indescr ipt ibles.l l

n soldado de diez y nueve años,herido en

la cabeza,sale de las filas con honores excepcio

nales,se l lamará en adelante el sargento Char

lone .

Muchas sombras enlutaro'n desde aquel día elcielo de la Patria . La sangre corrió á torrentes

,sin

que los esfuerzos de los l ibres,ni los sacrificios é in

molac ion es, ni los cál culos de la ciencia militar lograsen descorrer el velo del santuario de l ibertades,tanto tiempo disputado á la guardia del tirano . Elbravo legionar io, que ya conquistó á golpes de su

157

e spada los galones de capitán,guiaba su compañia

en medio de aquél gran ej ército, que había de renovar en Caseros

—hazañas acaso desvanecidas en treintaaños de discordias é infortunios .Cuando las pasiones contemporáneas cedan su

campo á la luz plena de la historia,y el arte ilu

mine cada una de las figuras del inmenso cuadrode e sa batalla

,veremos elevarse sobre el tumulto

con lin e as propias y originales,al voluntario de

Montevideo,al Sargento de San Antonio

,al capi

tán de Caseros .

No hay una guerra, ni una causa en que se há

l lase empeñada la nacionalidad argentina duranteveinte años de milicia

,que no tenga un tributo de

la sangre de aquel noble hij o de Italia . La legiónmilitar cust odiaba contra e l bárbaro feroz de lasPampas el pueblo de Bahia Blanca : el asalto se

produce el 19 de marzo de 1859 ; pero el indio tieneque huir despavorido

,at e r r or i z adó por la muerte

que los legionarios de Char len e siembran en lahorda salvaje

,á la que va á buscar en su avanzada

guarida,hasta Sal inas Grandes . Aquí los invuln e

r ables, los eng r e ídos monstruos que por tres sigloshicieron la t in iebla sobre los dominios australes

,

t uvieron nuevo y ejemplar castigo,y e l único bió

158

grafo de Char len e cuenta,cómo aquell a inusitada

y temeraria empresa fué parte á detener por largotiempo las irrupciones pavorosas del desierto .

Pasemos de prisa por el escenario de la nuevaguerra ci vil que tiene su desen lace en '

Pavón . Pormás que las l eyes de la disciplina y la unidad deldeb er marcial

,arrastren entre sus filas á los mismos

héroes,hay algo que en e l fondo del alma se eleva

como un celaj e de tristeza,para velar las acciones

más brillantes del valor guerrero .

Ve inte años de combates y fatigas en los ej ercitosde la Patria debían tener una consagración definitiva de la gloria . Ya e l momento supremo se acerca .

Un pueblo hermano, que es sangre de nuestra san

gre , y”que s e desprendiera del común hogar del

Virreinato para tentar los azares de la v ida indep end iente y libre

,heredero de tradiciones digh i

simas é ilustre abolengo,sufría allá

,entra las selvas

tropicales que e l Paraguay y el Paraná envuelven

160

mete al centro del campo contrario rompiendo unalluvia de proyectiles

,para encontrarse luego con un

muro de sables y bayonetas que se cruzan con lassuyas

,echan chispas y chorros de sangre . La con

fusión es horrible,el peligro enorme ; Char len e re

cibe un golpe de hacha en e l cráneo,y cien más se

ciernen sobre él ansiosos por arrancarle la vida . Entorno de su cuerpo bañado en sangre se traba uncombate infernal

,en que sus oficiales y soldados

disputan con los suyos e l tesoro amenazado . Uno áuno van cayendo en mon tón informe, de cuyo senosurgen los .g r it os de coraj e de Char len e , animandoá la pelea é intimando á los encarnizados enemigos

,

que se estrel lan en la barrera impenetrable de sus

legionarios,los cuales arrancan nuevo vigor de l

alma de su jefe . Escena gr andiosa,digna de la épica

entonación que cantara las proezas de Troya y deJ e r usalém

,ella tiene un e spi r it u y anima un sim

bolo que más tarde veremos expresarse en formadeslumbradora : el hij o de Ital ia

,rodeado por los

del Plata,sucesores de los granaderos de Lavalle y

Necochea, ,realiza allí

,mientras se reune y entra

en la acción el resto de la tropa poniendo en fugaal enemigo

,la cruenta profecia de l futuro : la co

mun ión íntima y substancial de l alma de dos nacio

nal idade s, que confunden su vida y su muerte en un

solo altar ensangrentado .

Luego en Yatay,en Uruguayana

,e l 24 de Mayo

,

da las mejores victorias á su división : Char len e yano es sólo el comandante que influye sobre e l espiritu bélico de la unidad de su mando

,porque sus

actos de insuperable valor,los éxitos inevitables de

sus movimientos y sus ataques ext iéndense máslej os

,y reflejan su influencia sobre más vastas esfe

r as : és est imulo,es confianza

,es seguridad

,es l a

alta emulación de l sacrificio .

En Tuyuti la Legión renueva los esfuerzos inauditos de Corrientes

,deteniendo en la férrea mu

ralla de sus cuadros las tupidas caballerías de l adve r sar io, que caían sobre ellos como las avenidasde un torrente

,arrastrando y convirtiendo todo en

nuevas fuerzas á su paso .

Y allí también, por se r invencible en las van

guardias,é s enviado á ocupar la islet a de Yatayti

Corá, erizada de defensas en contorno, hasta hacerlatemible

,casi inexpugnable ; no importa, él asalta

con su Legión,y al llegar al término de su avan

zada, mientras las naves, las fortalezas, las t rincher as y las filas abiertas lanzan á un tiempo millaresde balas que siembran la muerte y obstruyen el

1 1

162

espacio,Char len e

,apoyado e n un árbol

,desnuda

de su corteza de oro y come la fruta exquisita de laHespérides tropical .Aquella fué

,s in duda

,la víspera sonriente de l

gran día de su inmortalidad . Los fosos de Curupayt í eran los sepulcros abiertos á las más bel lasesperanzas y á los más firmes paladines de la Patria . ¿Era necesario inmolar tantas exist encias preciosas y templar al roj o en la fragua de la muerteel valor argentino

,cual S i nunca hubiese soportado

la tremenda prueba ? Conteste la his t oria mañana ;entre tanto

,la orden terrible debe cumpl irse

,y

Char len e irá como antes á la cabeza de la columnade l asalto

,dispuesto al sacrificio postrero . Aquel

desfile fué más que una marcha bélica,l a procesión

fúnebre de la despedida . Pero no f ué menos vigoroso y bravio e l ataque

,porque una ve z

,un acento

marcial,un toque de clar in bastan para disipar las

t inieblas sobre los campos de batalla,é iluminar

paraisos del iciosos en la mente de los guerreros .

Cargaban las legiones argentinas á cuerpo descubierto sobre el enemigo

,oculto é inaccesible tras

de sus muros y de sus dobles líneas de zanjas ytrincheras : br indában se á los cañones como espiatorio tributo á dioses sanguinarios é invisibles . Pero

164

en sus venas la savia del suelo originario,y en su

corazón las inspiraciones del alma de la tierra nativa

,al inmolar se en medio de una falange de hé

roes y de mártires del honor y la discipl ina,s iente

sonreir en su se r las bellezas,las tradiciones y los

recuerdos de la augusta madre de sus antepasados ;y la patria que nombran sus labios expirantes esuna sola

,es la patria que ll eva en su corazón y en

su cerebro,forjada en el yunque de combates

,glo

rias y desventuras comunes ; es l a patria ausenter en acida baj o e l cielo y en l a naturaleza americana

,en el espíritu del héroe

,hecho de fortaleza

y de amor ; e s la real ización de un consorcio int imo,

irrevocable,de dos amores que se confunden y se

convierten en uno solo,de dos patrias que adqu ie

ren una sola forma ideal y alientan con su cariciala última hora de l que muere por ellas .

Símbolo grandioso de leyes inescrutables,l a vida

de Char len e,su consagración á las luchas de la l i

be r t ad y del derecho en la República Argentina,

su muerte dign a del mejor de los héroes,no pueden

ni deben quedar en el olvido . Su despedida y votosupremo de ¡Viva la Patria"" es la voz proféticade una grande alma

,que anuncia la unión frater

nal de dos naciones, aquella que le ofreció su hu

165

milde cuna,y la que se rasgara e l seno para guar

dar Sus despoj os . El bronce ó mármol que los hij osde It alia y de la Argentina levanten unidos parasu cult o perpetuo

,será la consagración material de

un s e ntimiento y de una verdad histórica : l a comunidad de dest inos baj o e l sol de Mayo y sobre estatierra de pr omisión . EItalia podrá grabar en e l

pedestal inconmovible,el verso del gran poeta de

la santa cruzada : c'

l suo dest ino dest in de la

p atr ia

será desde luego la mej or coronacion de l hombre,dueño de la gloria de aquel dia .

No era,por otra part e

,extraño que el siglo X IX

pusiese á con tribución los progresos real izados entodos l os dominios de l pensamiento

,para exhibir

los como homenaj e á los '

pies de la efigie del que ,dotando á la humanidad de nuevo y vasto campode expan sión

,cuna de nuevas generaciones

,ya me z

cladas con las au t óct omas,ya trasplantadas á suelo

v irgen,dió á la vez nuevo vigor é impulso á las

leyes del crecimiento y de la vida de las razas quepueblan el planeta . Cuatro siglos han transcurrido

,

y-

ya, fundidas las del viej o con las del nuevo continente

,todas presentan la misma civilización

,los

mismos principios rigen su vida y los mismos problemas agitan sus colectividades : y las naciones deuno y otro proclaman el mismo derecho y buscanlos mismos ideales .Pudo jamás Cristóbal Colón soñar el porvenir

de la tierra descubierta ? Esos hombres pr ovidenciales

,por decirl o así

,al realizar hechos de univer

sal y etern a in fluencia , son casi siempre servidor es inconscientes de las fuerzas fatales d e la grancorriente histórica

,ó bien

,iluminados por la con

cepción de una idea aislada, y sin percibir las in

169

mensas ramificaciones ó desar rollos posteriores,no

podrían,no debieran ser discutidos . La humanidad

ha recibido po r su intermedio los beneficios y lasconquistas de que goza ; y esos hombres son imper e cede r os y con justicia venerados por los siglos delos siglos porque los acontecimientos culminantes,como el hallazgo de América

,nunca dej an de “en

g endr ar y de producir nuevas consecuencias y nuevos y siempre benéficos resultados .Desentrañar argument os

,inventar raciocínios

,

forj ar metafísicas para cambiar e l criterio consagrado po r algunas centurias, es empeño vano ; elproceso retrospectivo de la razón

,ll evará siempre

al punto de par t ida . Cris t óbal Colón por in spiración y designios propios, ú obedeciendo sm conciencia á una fuerza desconocida entonces de loshombres

,es el autor de la más grande de las solu

ciones humanas,e l conductor del e Spít it u y de l a

sangre de l viej o mundo á estos inmensurables territorie s

,donde hallaron las antiguas razas savia

,ma

teria y elementos nuevos para prolongar y robustecer la existencia .

Antes que entrar en el dominio de las especulaciones y leyendas conocidas acerca de la vida de ldescubridor

,n os proponemos en este día de su glo

170

r ificación,analizar la marcha que ha seguido la ci

vili z ac ión de América,desde que fué encontrada

por el navegante genovés hasta nuestros días,pues

la civil ización fué su primordial resultado,y á la

vez,el agente de la tran sformación Operada en la

faz de l mundo desde entonces Rindamos cuenta asu memoria de l uso que hemos hecho de l col osallegado

,y cómo hemos sabido conservarl o y en r i

quece r lo .

Pero no debemos empezar nuestra tarea sin dedicar un voto de reconocimiento y de justic ia á l anación cabal le r e sca y her oica

,á la emprendedora y

generosa España de los Reyes Catól icos y de los sabios monarcas que le s sucedieron

,quienes

,á pesar

de sus e rrores,que en parte lo fueron de las ideas

dominantes en su t iempo,derramaron sobr e nuestra

Amér ica los inest imables tesoros de sus leyes,y la

base de la única cultura que ha engrandecido y dign ificado al hombre y ensanchado las vías de l pensamiento : el cristianismo

,con el derecho

,las rel i

gion es, las costumbres, las l ibertades y los idealesque él entraña y con los que ha fundado la civil ización contemporánea .

17 2

toria han con t r ibuido á este esclarecimiento ; peropor más que estos últimos sólo conduzcan á hacernos luz respecto del desarrollo espontáneo de losmedios de vida en las comunidades humanas, nollegan

,si no e s por manera refleja

,á poner de ma

n ifie st o el sucesivo mej oramiento del e spi r it u , dela intel igencia

,en orden á los fenómenos morales

y al perfeccionamiento de las ideas .

Probado está por todos los medios científicos deinvestigación y de experiencia

, que todos los pueblos pr im itivos

, por una tendencia originaria desu natura leza, buscan un se r superior para adorarloy some t e r le sus voluntades y vidas ; y cuando porinfluencias l ocales ó de disposiciones inferiorespara la cultura

,no han podido concebir un dios

ideal,han hecho de los fenómenos naturales ó de

los agentes físicos más vitales,el objeto de su culto

,

siempre ardiente y entusiasta en la primera edadhistórica .

Luego,l a rel igión

,como relac ion que un e al

hombre con ese principio supremo de la divinidad,es una ley de existen cia fatal en toda humana criatura ; ellaempieza por afectar los hechos más g en e r ales

,para ir penetrando en las múltiples faces

de l alma y de la vida psíquica,dando norma y or

17 3

denacw n á los afectos,sentimientos

,concepciones

in cl 1na010n e s, deseos, ape t it os, y en fin,á todos los

aSpec t os en que se presenta el hombre . El método,

á medida que va tomando formas en e l e spi r i tu , vadiseñando una cultura

,porque imprime una di r ec

ción común á las tendencias individuales en las

agrupaciones , y les hace ver en el hecho misterie se de la existencia, algo más trascendental quee l alimento, la procreación y la guerra de tribu yde sangre .

La civil iz amon empieza á se r tal,cuando la in

t el igen ciahumana, levantándose de la esfera de lasnecesidades animale s ó de los instintos primitivosde la dominación por la fuerza, de la lucha con losenemigos de la vida fisica

,y otras

,ha concebido

una idea más alta sobre el origen,un pensamiento

regulador de la acción social y un pr incipio de pe rfeccion amien t o, que comienza en el individuo á se r

una obligación moral y sigue imponiéndose al conjunto .

Pueden,pues

,las tribus autóctonas llegar á prae

ticar,sin haberlos aprendido por el contacto con

pueblos cultos,ciertas artes ó costumbres seme

jantes á las de éstos : pero siempre aparecerá la l inea divisoria cuando se analice el pr 1n c1p10 moral

17 4

que los informa y los conduce,y en qué gr ado las

facul tades se relacionan con ellos,qué ideal inspira

las guerras regionales,qué noción

,aunque sea em

br ion ar ia,del derecho

,rige los vínculos colec t ivos

y domésticos,ó qué forma de l ibertad han llegado

á comprender .

Muchos,tal vez imposibles de dividir claramente

,

son los estados sucesivos que preceden al” de civil i

zación,desde el salvaj e y animal hasta el más pró

ximo al de la cultura ; y esto ha hecho, sin dudaque se l lame con tal nombre

,t al vez por falta de

otros,á cada uno de los pasos que las tribus han

dado en el sentido de su mej ora relativa en las condiciones de la existencia .

Las tribus que poblaron la América antes deldescubrimiento

,s iguiendo las l eyes naturales de

la vida, l legaron á presentar formas r udimen t ar ias

de gobierno,semejantes á las que rigen hoy á las

naciones civil izadas . ¿Habrá de deducirse de estoque eran pueblos civil izados ? No : la ciencia moderna ha ido á buscar en la naturale z a las basesdel derecho polit ico, tratando, según la fórmul a deMontesquieu

, que las leyes fuesen lo más posible unreflej o de la naturaleza de las cosas ; pero en manera alguna ha ido á aprender de los algonqu ines

17 6

mes ventajas,con haber podido observar su vida y

lo que dieron de si como manifestación intelectual ;pero lo que no podrá probarse es que ellos hayantenido ni podido tener la menor influencia paracambiar ó modificar las prácticas de los viej os pueblos de oriente en orden á l a religión

,politica

,

guerra,artes

,manufacturas é industrias

,á no se r

los museos de antropología,las coleccion es arqueo

lógicas, l os l ibros de observación y de análisis pur amen t e científico

,ciertamente muy útiles para

completar el conocimiento de t odo lo que en nuestro planeta existe ó yace como riqueza natural

,

pe ro n o para alumbrar los senderos de la raza humana .

Los pueblos de l norte de América donde despuésse l evantó la gran república de " ashington, pr esentaban loS rudimentos de algunas formas de gobierno y de algunas artes

,aproximándose á la fe

de r ac ión actual,lo cual ha hecho decir á algunos

que los fundadores de la constitución americanahabían tomado como molde la primitiva organización politi ca de las tribus in dígenas . A ser est e

cierto,t end r iamos que borrar la historia de la

ciencia y la Cienc ia de la historia,las cuales hacen

derivar de la antiguedad griega, romana, ge r má

17 7

nica,gótica

,las actuales formas que gobiernan las

sociedades humanas .

Con fú ndese,ó más bien

,desconócese el proceso

natural de la idea gubernativa de los pueblos prim it ivos. El j efe de Cada tribu conserva su dominio absoluto sebr e la región nativa, y sobre losque ocuparon para su expansión posterior

,y cuando

algunos conquistadores salvaj es más fuertes parala guerra

,por la necesidad los sometieron, hubieron

de dej arles el poder sobre su pueb lo,más por ins

t into de conservación que por concepto alguno politico ; y lomismo sucedía con las famosas r epr e

sen t ac ion es ó asambleas federativas y con los clanes,de que tanto mérito hace e l señor Pi y Mar gall .Nada se diga de los natchez

,sobre los cuales más

sabemos por los viajes pintorescos y fantásticos ylos poemas románticos de Chateaubriand

,que por

la historia propiamente dicha,y all í mismo

,su bar

barie no admite atenuación ; y poco sólidos se r ian

los fundamentos de la brillante civil ización yan"eedebida á sus tradiciones europeas

,si reconociera

aquellos orígenes indigenas . Pero ni siquiera r e

sist e al más llano y sencill o criterio e l argumentomás bien sen t imental que histórico

,fundado en los

pretendidos antecedentes pr ecolombian os : porque1 2

otra ley natural,la del equil ibrio en todas las cosas

d e este mundo,hace imposible el predominio de

elementos d istintos de los de la al ta tradición ingl e sa de donde proced ieron las instituciones y l ibe r t ades americanas . ¡No está olvidada t odavia l agran lucha que arroja á las playas de Pensilvaniaá l os puritanos expa t riados

,llevándose la civil iza

ción inglesa del sigl o XVI"

Grado más alto ocupa la n ación que sojuzgóHernán Cortés

,porque al decir de los americanistas

é historiadores más autorizados,los aztecas habían

logrado ya el conocimiento de muchas artes é in st it ucion e s que hacían más cómoda y soportable lavida ; pero siempre hay dos puntos obscuros queexcluyen toda idea de verdadera civil ización, l a rel ig ión y el gobierno, en los cuales no se vislumbrauna concepción bastante elevada de l a divinidad,ni noción algun a de l ibertad .

Se ven solamente las formas el ementales y empír icas de una y otra, pero concurrentes á aumentar

Indudablemente las manifestaciones artísticas delos pueblos de Méj ico y Centro América

,revelan

que la cultura relat iva de aquellos l legó á producirconstrucciones semejantes á las de l os antiguos eg ipcios

,etruscos é indú s

,y que existían en ellos las eter

nas disposiciones ar t ist icas naturales de las razashumanas ; pero lo que debe probarse es que las deaquellas naciones citadas

,son realmente civil i z acio

n es,tal como esta idea era concebida en e l siglo xv

,

cuando la conquista de América llevóse á cabo .

Las l íneas rectas,ó las gigantescas y poco del i

cadas curvas que ostentaban sus monumentos,son

una prueba más de que sus nociones estéticas estaban muy lej os de demostrar una adelantada civil ización, y los mon ol it os

,los enormes trozos que

componían las pirámides,la cm celadur a primitiva

de la piedra bruta y de la madera,bastan par a fijar

la edad histórica é intelectual de las razas americanas ; así como las pirámides de Egipto, l evantadasá costa de miles de hombres conducidos á golpe delátigo

,si algo demuestran es la antiguedad,

y'

.la escasa cultura de los pueblos constructores

,y que sólo

fueron erigidos como ornamento—eu las tumbas de

sus reyes,ó siempre como homenaj e al déspota o

como culto á sus divinas personas .

Las razas conquistadoras, que llevaban ya en su

eSpír i tu la huella vivísima de la cultura helénica yromana

,que Sabian de la est at uar ia griega

,aun no

superada,que traían la imprenta y admiraban los

l ienzos de los grandes pintores italianos y españo

les,cuyas obras aun se admir an y se admirarán por

los Siglos,no podian ni debían considerarse iguales

á las que sólo levantaban pirámides macizas, templos de piedra desnuda sin ornamentación y de l ineas simples

, que sólo dibujaban embrionarias formas de objetos ó personas

,tales como los niños los

graban ingénuamen t e en todos los tiempos,y que

no podian escribir y por tanto transmitir á su post e r idad las ideas, las nociones, los principios, lasteorías que dieron vida á tales obras .

Mucho se ha ponderado también l as d isposiciones agrícolas y la legislación agraria de los aztecas

,

pero los mismos panegiristas se apresuran á afirmar que e l trabaj o de la t ierra sólo concurrí a áabastecer los graneros y la mesa de los reyes

,ú n i

cos dueños de cuanto existia dentro de l os l imit e sdifusos de l territorio

,y sólo conservaban los l abra

dores para si,la porción necesaria para su vida

animal,y sus labores eran interrumpidas const an

temente por las interminables guerras de tribu á

182

tribu,efecto de la misma falta absoluta de ideas de

derecho y de justicia .

Es incuestionable que los Incas fueron los quemás alta civil ización alcanzaron

,que con más cla

ridad y precisión concibieron el gobierno,y los

únicos que llevaron un pensamiento t r an scendental en las conquistas para ensanchar su imperio ; yel hecho de haber sometido y conservado tan vastosdominios durante algunos siglos

,más por la polí

t ica que por la guerra misma,que asumía caracte

r es más moderados,demuestra cuánta diferencia

los separa de las demás naciones indígenas del continente . No obstante

,sus tradiciones religiosas se

apartan á gran distancia de las que han forjado lasrazas civil izadas

,y tampoco pudieron dejarlas es

cr it as ni transmitirlas á sus descendientes,l ibres de

las adul t e r aciones venales de los sacerdotes,some

t idos á los caprichos brutales de los emperadores, ácuyas satisfacciones amoldaban sus vaticin ios ó susinterpretaciones de los designios celeste s .

patrimonio de muy pocos e inaccesible á l a masa,

y hasta á los mismos emperadores,cuyas ocupacio

nes bélicas les habr ian prohibido dedicar la vidaentera al estudio de semejante escritura . Ni siquiera llegaron á tener signos gráficos como loscuneiformes ó los ge r oglíficos asirios y egipcios,fáciles de descifrar y susceptibles de representarideas ó conceptos abstractos ; y si es verdad lo queafirma " iener que en unas t elas encontró figur asrepresentativas de vastas concepciones ideales

,son

t an informes y obscuros los signos, t an r udimen

t ar ias las figuras y tan sutil el sentido hallado poraquel sagaz americanista

,que más bien se antoj an

esfuerzos de imaginación de l explorador . Por lomenos

,habria que comprobar con otros el ementos

la posibil idad de que tales dibuj os corresponden átales conceptos de la intel igencia indigena .

Si la nación qu ichú a fué la que más civili z ac10nostentaba cuando fué sorprendida por Pizarro ; sifué la que mej or gobernaba

,admin istraba y hacía

la guerra y la conquista ; si fué la que hablaba unidioma más comprensivo y rico

,aunque n o t uvie

se escritura ; si fué la que dej ó más completa lacr on ología de sus dinast ías imperiales y la tradic ión de sus orígenes y tiempos míticos, fué t am

185

bien la que más fácilmente”

se asimiló la culturade la raza conquistadora ; lo cual demuestra su ma

yor proximidad, aunque siempre relativa, á la verdade r a civil ización . La resistencia que Opuso á lasarmas españolas

,la guerra que mantuvo con ellas

fué más sistemática y regular,de modo que las

acciones de armas revestían mayor importancia álos oj os de la hi storia y de la epopeya .

Solís y Ercilla refl ejaron la con dición de las ú n icas dos razas de América que merecieran llamarsecivilizadas

,en cuanto esta palabra puede aplicarse

al estado social de aquellas gentes que vivieronapartadas de las corrien tes de cultura de l orientey de la influencia de l cris t ianismo . Los demáspueblos

,tanto los que ocupaban las regiones que

bañan e l Amazonas,el Orinoco

,el Paraná y Uru

guay,como los que habitaron la Patagonia y

Arauco,apenas S i merecen una mención en esta

rápida y superficial reseña analítica sobre e l de s

arrollo de la c ivil ización en nuestro continente ; ysin duda

,á haberse prolongado más tiempo la edad

ante - colombiana,habrian quedado absorbidas por

algun a de las dos poderosas corrientes de dominación

,— la qu ichú a y la azteca .

Dolor profundo causa á los que poseen e l sen

t imien t o de la historia,la desaparición ó la des

trucción de tantas grandezas como habían logradolos imperios americanos

,al decir de los cronistas

de Indias ; pero no podemos vencer esta duda queasalta al espíritu : ¿Cómo era posible que no quedasen sino restos fragmentários y casi informes delas opulentas ciudades de que n os hablan los prol ij os narradores de la conquis t a de Méj ico y de lPerú ? ¿Dónde están las rel iquias de semejantesesplendores

,realmente deslumbrantes como ellos

n os describen,de las cortes de Moctezuma

,de las

ciudades en Cholula,T lascala y Méj ico

,y del Cuzco

en e l Perú ?ES verdad que las guerras fuer on san

g r ien tas, que la dom1nacmn fué de casi tres siglos ;pero no puede concebirse que las colosales const r uccion e s y los palacios y las ciudades fueran der r ibados todos por e l estrago de l a pelea, por elincendio ó por el capricho

,mucho menos cuando

los sacrificios humanos,e l endiosamien t o de los

déspotas y la idolatría con sus caracteres más primit ivos, no podian detener el paso de una conquista y de una cultura infinitamente superiores

,

que por la suprema razón de la inteligencia,de la

ilustración y de altísimos pr 1nmp10s morales, venian á incor por ár se les de grado ó por fuerza, y áhacerlos servir al progreso de la humanidad .

Todo lo grande,l o bello

,lo admirable como ma

n ife st ación de las aptitudes de esos pueblos paradesarrollar con los siglos una cultura igual ó par ale la á la de l viej o mundo

,debia

,por r ac10c 1m o

infal ible é ineludible,aparecer insignificante

,di

minuto ante lo que repre sentaban las razas conqu ist ado r as ; y éstas, que representabanla culturamoderna

,no podian ni debian por respetos transi

torie s,detenerse á esperar que los indígenas com

ple t ar an su evolución civil izadora, apenas comenzada á diseñar con contornos perceptibles en aquella época .

El sacrificio fué desgarrador,sin duda

,para los

sentimientos humanos,y hoy todavía lo lamenta

el corazón ; pero las leyes históricas son in con t r astables

,y la raza superior t en ia que cumplir su gran

misión,entregando al pensamient o moderno

,á la

accion del trabaj o intel igente,al análisis y aplica

ciones de la ciencia y de la industria,territorios y

riquezas condenados á quedar ociosos,sin destino

útil para la humanidad,por siglos y más siglos ; y

cuando se con templa el estado actual de la Américabaj o la influencia de aquella cultura invasora

,y lo

que ella significa en el progreso humano,ya la

cuestión n o puede ser renovada .

A medida que se es tudian y profundizan los problemas que á l a conquista y colonización se refieren

,y más que todo

,á la luz de los conocimientos

actuales,más claro se ve que la encarnizada con

t r ove r sia acerca de la poli t ica e Spañola, ofrece también sus puntos obscuros y reinan en ellas graves éintrincadas confusiones . Llégase á con fund ir elhecho mismo de la conquista con los medios de quehubo de valerse

,el pensamiento transcendental

con los instrumentos que lo ejecut aron,y olvidando

que n o se gobierna fácilmente terri t orios y pueblos

190

innumerables á t ravés de tres mil leguas,se ha ido

á in cr iminar á la nación española los errores desus monarcas y n o pocas veces hasta los de t odo elmundo .

Somos de los que creemos que l a politica col on ial española fue errónea desde su punto de p artida

,porque

,descon ociendo las condiciones sociales

de los pueblo s somet idos y su nivel inferior,y alu

c in ados con las prodigiosas relaciones de grandezasamericanas

,— tanto mayores

,cuanto menos se se s

pechaba que se encontrarían viviendas humanas,

l legaron á pensar sus gobernantes que tendríanacaso que medir sus armas con naciones aguerridas

,

poseedoras de artes maravillosas,de ej ércit os inven

cibles, d e ciudades espléndidas, coronadas de sober

bios monument os y decoradas con primorosa ar quit ect u r a

,y que debían se r razas superiores de cuyo

consorcio resultaría notable influencia en el perfe ccionamien t o de la que ven ia en són de conq 'uista .

Vino en seguida la fusión de razas : la blanca,

inteligente,ilustrada

,culta

,con la americana de

nivel inferior,nacida y desarrollada baj o cl imas y

en una naturaleza vírgenes y tropicales, vinculán

dose por la sangre y por la posesión . Después, la

192

pudo extinguirse,n i por los actos de fuerza de la

misma corona en las postrimerías de su dominaci ón, ni por las mismas naciones nuevas despuésde su independencia : esa semilla fué la l ibertadcomunal t r aida con la sangre por la nación conqu ist ado r a, y que fué la base de l crecimiento yprosperidad tanto de la población española misma

,

como de la criol la .

Al fin del siglo XVI II,cuando t an grandes con

quistas habían hecho en el viej o continente el pensamiento humano

,la l ibertad polít ica , la rel igión,

las artes y las industrias,y cuando ya no era po

sible detener la corriente que l igaba á los dosmundos

,empieza á sent irse el mewm1en t o p r ecur

sor de la Revolución,baj o diversas formas

,y la

tendencia á erigirse en entidades autónomas . Lasleyes de l crecimiento natural de la s sociedades

,la

gran escuela de los municipios y los errores de lapoli t ica central , que al decir de l historiador de lasublevación del reino de Nápoles

,hizo todo lo n e

cesario para perder las colonias,y el contacto con

las ideas modernas que bullían en Europa en esa

época,produciendo dos grandes revoluciones, una

en Francia y otra en la misma América,dieron

origen y forma al movimiento emancipador, de l

cual arranca una nueva e r a para el continente de scubierto por Colón .

España,al traer la conquista, t r aia tamb ién la

libertad con su cultura,su religión cristiana y sus

instituciones comunales . Apenas tres siglos duróen sus manos e l tesoro inmenso adquirido en aqueldía que hoy conmemora una gran parte considerable de l mundo civil izado

,y durante esos tres siglos

ver ificóse la asimila ción de la cultura europea porla América .

Los sistemas coloniales fueron diferentes en losdos hemisferios : los ingleses empezaron por excluirde la vida colonial al elemento nativo

,man t en ién

dose puras las tradiciones y las leyes originarias ;en el sud los españoles

,más humanos baj o este

punto de vista,pero menos previsores

,admitieron

la fusión,y á nuestro juicio fué ella causa poderosa

para retardar la completa civil ización del continente

,legando á sus hij os un germen de indolencia,

un principio regresivo propio de las razas salvaj eshabitadoras de la América primitiva .

Pero como quiera que se m ire e l hecho de la conquista población y colonización españolas

,hay

algo grandioso que surge de l conjunto por encimade toda cuestión de detalle

,de política

,de sistemas

1 3

194

más ó menos ajustados á l as leyes naturales de l asociedad : es el heroísmo

,l a constancia

,l a indómita

voluntad con que emprendieron y llevaron á caboel sometimiento de todo el país

,guerreando cons

t an t emen t e de uno á otro extremo,recorriendo se

l edades infinitas,en montañas abruptas ó en desie r

tos pavorosos,dejando en todas partes ciudades y

colonias,desentrañando tesoros y entregándolos á

la explotación,descubriendo rios selvas

,lagos

,

puertos y caminos para dar vida comercial y abrirel intercambio de las colonias entre si y con lametrópol i .No pocos hombres ilustres han aparecido en la

historia por estos hechos : Cortés,Pizarro

,Valdivia

,

Almagro,Solis

,Magallanes

,forman casi una nueva

generación de varones preclaros,á quienes la vi

sión del peregrino de la R ábida hizo surgir delolvido

,

"de la turbamulta ó de la nada .

La obra r eal izada por España,resultará siempre

grande, á pesar de los clásicos errores de su sistema

196

sus industrias,sus inventos, sus escuelas, proveen

al viej o continente de cuanto sirve para desenvolver la la vida . Méj ico

,l a heredera de Moctezuma

,

la conquista de Cortés,se levanta también sobre las

costas de dos mares,con sus rel iquias aztecas y sus

progresos modernos ; es la nación hispano - americanaque más carácter propio y original ostenta y mar

cha de las primeras por las vías de la civil izacióny de l derecho .

Las repúblicas de Centro América,pequeñas y

débiles,viven no obstante al amparo del derecho

de gentes,y con sus instituciones y l ibertades re

publ ican as respetadas en las intermitencias que lespermiten sus prolongados despotismos internos .Venezuela y Colombia

,asiento preferido de las

letras maternas,entran también á formar en pri

mera línea,restableciendo e l equil ibrio roto algu

nas veces por las revoluciones que las retardan yen e r van . El Perú

,la hij a de los Incas

,la Roma del

antiguo imperio quichua,como lo llamó un gran

poeta,l evanta su cabeza erguida después de una

sangrienta lucha por la just icia '

y regenera sus

fuerzas quebrantadas . Chile,la nación guerrera,

inquieta,emprendedora y fuerte

, par ape t ada entrelos Andes y el Pacífico

,busca amplitud para sus

fuerzas y sus ambiciones y su crecimiento excepcional .Bolivia

,

“ el Paraguay y Uruguay,combatidos

también por las disensiones,las tiranías ó los des

órdenes interiores,siguen su evolución civil izadora

con fe y valor al abrigo del derecho americano yuniversal

,que les permiten desarrollarse tranqui

lamente dentro de sus propias fronteras y recursos .El Brasil

,después de romper por si mismo la ca

dena del último esclavo,acaba de incorporarse al

núcleo inmenso de las naciones republicanas,por

medio de una revolución serena que n o ha retardado ni interrumpido su desenvolvimiento

,siendo

la más vasta y una de las más civil izadas del continente .

Por último,la República Argentina

,nuestra

Patria,caminando á la vanguardia de las de igual

origen,l a que inició la l ibertad de Sud América,

la que más héroes ha dado á la historia sudame r i

cana, l a que más alto ha llegado en inst ituciones ,letras, indus t rias y comercio , la que á pesar de sus

desgracias, de sus guerras civiles,ha sabido siem

pre levantarse fuerte,y á la vez generosa con sus

vencidos de adentro y de afuera,y la que más

amplio seno ha abierto á la civil ización y á las na

198

ciones eur 0peas, se destaca con gran relieve en e l

coro "que saluda en España la sombra augusta ysanta de l almirante de las Indias, y el estandarte dela nación abnegada y heroica que , con su apoyo moral

, su dinero y sus hombres convirtió en una verdad la visión grandiosa del inmortal marino .