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    TEOLOGADELA UNIDAD

    JORGE A. LENCONTENIDO

    DedicatoriaPrefacioIntroduccin

    PRIMERA PARTE

    LA ANAQUEFALAOSIS EN CRISTOCaptulo I: La anaquefalaosis en Cristo. DefinicinCaptulo II: La anaquefalaosis en Cristo y el Reino de DiosCaptulo III: La anaquefalaosis en las enseanzas de Jess

    Captulo IV: La anaquefalaosis en Cristo en los discpulos de JessAnaquefalaosis en Cristo en San PabloConclusiones

    SEGUNDAPARTE

    LA UNIDAD DE LA IGLESIA COMO EXPRESIN DE LA ANAQUEFALAOSISEN CRISTO EN LA EPSTOLA A LOS EFESIOS

    Captulo I: Judos y gentiles unidos en la IglesiaCaptulo II: La imagen del Cuerpo de CristoOrgenes de la imagena) Las influencias helensticas

    b) Las influencias hebreasc) Origen cristianod) Intento de conciliacinCaractersticas de la imagen en EfesiosUnidad y crecimiento del Cuerpo de CristoConclusionesCaptulo III: La imagen del templo de DiosRelaciones de esta imagen con la del Cuerpo de CristoFuentes de la imagenFundamento cristolgico de la imagenJesucristo el Nuevo Templo

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    La comunidad-temploEl templo de Dios segn San PabloEl templo y el Pueblo de DiosCaractersticas de la imagen en EfesiosConclusionesCaptulo IV: La imagen de la Esposa de CristoOrgenes de la imagenJess, el Esposo, segn los EvangeliosLa imagen en Corintios y EfesiosLa imagen en EfesiosConclusionesCaptulo V: Conclusiones generalesIntroduccin1) Unidad de la Iglesia y anaquefalaosis2) La temporalidad de la Iglesia3) El ya y el todava no de la unidad en la realidad concreta de la IglesiaBibliografaIndice de trminos griegos

    DEDICATORIADedico este trabajo a Nancy,

    fiel compaera durantedieciocho aos de ministerio,sin cuya comprensin y estmulo

    difcilmente hubiramosalcanzado las metas que nos

    propusimos.

    PREFACIOEsta obra es una versin revisada de una tesis que present ante la Facultad de Teologa Protestante

    de Montpellier, Francia, como requisito parcial para la obtencin del ttulo de doctor en Teologa, enjunio de 1967. Esperamos que dicha Facultad acepte este libro como el cumplimiento del compromiso

    de publicacin de la tesis.El ttulo original fue: La unidad de la Iglesia en las imgenes de la Epstola a los Efesios. El

    primer captulo de la tesis fue muy revisado y ampliado, y forma la primera parte de esta obra y elprimer captulo de la segunda parte. Los cuatro captulos finales de la tesis han sufrido muy pocasalteraciones, es decir, los que se refieren a las tres imgenes de la unidad de la Iglesia y a lasconclusiones generales.

    Es con sumo gusto que cumplimos con el deber de expresar nuestra gratitud a todos los quecontribuyeron a que esta obra fuera posible. Al Prof. Michel Bouttier, actual Decano de la Facultad deMontpellier, mi consejero de tesis y amigo, a los profesores Daniel Lys y W. Vischer, por susorientaciones en cuanto a nuestra investigacin en el Antiguo Testamento. Nuestra gratitud tambin a

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    nuestro colega en la Facultad Evanglica de Teologa de Buenos Aires, Prof. Andrs Kirk, por susvaliosas sugerencias.

    En el plano prctico, tenemos una deuda de gratitud con el Fondo de Educacin Teolgica delConsejo Mundial de Iglesias y con la Junta de Misiones de la Iglesia Metodista Unida en los EstadosUnidos de Norte Amrica por haber hecho posible nuestra residencia en Francia.

    Jorge A. Len.Buenos Aires, octubre de 1970.

    INTRODUCCIONEs obvio que vivimos en un mundo donde se estn produciendo grandes cambios. Evanglicos y

    catlicos romanos nos sentirnos cmodos en reuniones de estudio de la Palabra y oracin. Hace poco

    fuimos invitados por dos Hermanitas de Jess (del padre Foucauld) al acto solemne de su renovacinde votos. Cuando fuimos presentados al sacerdote oficiante, para nuestra sorpresa, ste nos invit a leerla Epstola del da y a predicar. Diez aos atrs esto habra sido imposible.

    Pero este acercamiento se est produciendo tambin en niveles seculares. El provincialismo y elnacionalismo fantico van quedando atrs. Los medios de comunicacin acercan a los hombres ytomamos conciencia de cierta integracin mundial.

    Estos dos movimientos hacia la comprensin e identificacin, entre cristianos y entre no cristianos,no carecen de interrelacin. Partiendo del carcter universal de los propsitos de Dios, el Dr. JosMguez Bonino ha subrayado la relacin que existe entre la bsqueda humana de integracin que,segn l, se manifiesta con particular intensidad y la preocupacin ecumnica que seala elpensamiento y la vida de las iglesias cristianas de nuestros das.1

    En la primera parte de nuestra obra subrayamos el propsito de Dios de integrar a todos loshombres bajo el seoro de Jesucristo. Los anhelos humanos de integracin no son ajenos a lospropsitos de Dios. En la segunda parte nos referiremos especficamente a la unidad de la Iglesia.

    Nuestra investigacin se realiza dentro de los lmites de la teologa bblica. Tratamos de encontrarlos fundamentos teolgicos tanto para la integracin humana como para la unidad cristiana, ambosmovimientos los interpretamos como manifestaciones de la anaquefalaosisen Cristo, proceso queveremos a lo largo de todo este libro.

    En el siglo XVI fue la Epstola a los Romanos la que ofreci a los telogos la materia prima parasus reflexiones. Creemos que en nuestro siglo la Epstola a los Efesios cumple una funcin similar. Sinembargo, en el mundo de habla hispana muy poco se ha producido sobre esta epstola. Hemos tenidoconocimiento, de que hay dos obras en el campo catlico romano: Cartas de la cautividad, por el padre

    Jos Mara Gonzlez Ruiz (Espaa) y El misterio de Cristo, por el padre Iglesias (Mxico). La primeraestaba agotada en 1967 y conseguimos un ejemplar gracias a la amabilidad del autor. La segunda nopudimos obtenerla. En el campo protestante, no hemos tenido conocimiento de que exista otro libro enque se estudie la unidad de la Iglesia en la Epstola a los Efesios.2

    1Mguez Bonino, J., Integracin Humana y Unidad Cristiana, Seminario Evanglico de Puerto Rico, Puerto Rico,

    1969, pgs. 1130.2

    Existe un libro de reflexiones sobre el contenido de Efesios, El orden de Dios y el desorden del hombre, por

    Juan Mackay, C.U.P., Mxico. No se trata, sin embargo, en rigor, de un comentario a la epstola, tal como las

    dos obras a que venimos de hacer referencia.

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    Quizs nuestra mayor contribucin sea hacia la iniciacin de estos estudios en el mundo de hablahispana.

    PRIMERA PARTELA ANAQUEFALAOSIS EN CRISTO

    1LA ANAQUEFALAOSIS EN CRISTO.

    DEFINICINCareciendo de una palabra castellana que nos d la idea exacta del trmino griego anaquefalaosis,

    preferimos usar este trmino que, a continuacin, trataremos de definir. Gracias a los estudiosrealizados por H. Oltramare sabemos que esta palabra era de uso muy comn entre los autores griegosprofanos.1 Debemos sin embargo sealar, que anaquefalaosis no se encuentra explcitamente en elNuevo Testamento. Sin embargo, el concepto que encierra este trmino lo encontramos tanto en losevangelios como en las epstolas, especialmente en San Pablo. Gracias tambin a Oltramare sabemosque el verbo del cual procede la palabra que nos ocupa anaquefalaioomaino aparece entre los autoresprofanos. En un segundo contraste con los escritos seculares, nos encontramos con que este verboaparece dos veces en el Nuevo Testamento, en Romanos 13:9 y en Efesios 1:10. En el primer pasaje

    significa: resumir, recapitular, ... y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amars atu prjimo como a ti mismo.2 Por ahora no vamos a ocuparnos de tan rico pasaje, aunque se podrahacer sobre l un estudio similar a ste aunque orientado en un sentido tico. Nos limitaremos a Efesios1:10 donde el verbo anaquefalaioomai se traduce por reunir en Reina-Valera,3 Ncar-Colunga4

    Segond,5 la versin hispanoamericana,6 Robinson7 y Scott.8 Teniendo en cuenta el gran nmero detraductores y de comentaristas que se deciden por el verbo reunir, la definicin ms sencilla de laanaquefalaosisen Cristo, tal como aparece en Efesios 1:10, sera: la reunin de todas las cosas enCristo. No obstante, creemos que el significado es mucho ms profundo y complejo. Por lo tanto, espreciso continuar nuestra investigacin en bsqueda de una solucin ms exacta. El padre PierreBenoit, en la Biblia de Jerusaln, traduce: Conducir (ramener) todas las cosas bajo un solo jefe, el

    1Oltramare, H., Commentaire sur les ptres de saint Paul aux Colossiens, aux Ephsiens et Philemon, Vol. III,

    Librairie Fischbacher, Paris, 1892, pg. 213.2

    Reina, C., y Valera, C., La Santa Biblia, Revisin de 1960, pg. 1940.3

    Ibd., pg. 1082.4

    Ncar, E. y Colunga, A., La Santa Biblia, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1953, pg. 1428.5

    Segond, L.,Le Nouveau Testament, Pars, Societ Biblique Francaise, 1962, pg. 409.6

    El Nuevo Testamento de Nuestro Seor Jesucristo, Sociedades Bblicas Unidas, pg. 412.7

    Robinson, J. A., St. Puls Epistle to the Ephesians, Londres, James Clark and Co., Ltd., 1963, pg. 31.8

    Scott, E. F., The Epistle of Paid to the Colossians to Philemon and to the Ephesians, Londres, Hodder andStrouhton, 1958, pg. 138.

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    Cristo, los seres celestes como los terrestres.9 La palabra jefe seala hacia el seoro de Cristo; elpadre Benoit aade esta palabra, que no se encuentra en el original, para mostrar algo que est implcitoen el pasaje. Por su parte Masson usa tambin el trmino jefe: De reducir bajo un solo jefe todas lascriaturas.10 Oltramare: Agrupar debajo de El todos los seres celestes y terrestres.11 La traduccin delnico comentarista de lengua espaola que hemos encontrado se decide por un nuevo verbo:Recapitular todas las cosas en Cristo.12 Nos parece inapropiada esta traduccin; es evidente que en elpasaje se hace referencia a un Seor y a seres que han de aceptar ese seoro, sean celestes o terrenales.Cmo es posible recapitular seres? Recapitular significa: Recordar ordenadamente y en formasumaria lo manifestado con alguna extensin.13 Luego la traduccin del padre Gonzlez Ruiz no nosparece la ms apropiada. Tanto Abbott14 como Ellicott,15 traducen sum up que segn el DiccionarioAppleton,16 generalmente significa recapitular o resumir. En resumen, hay la idea de sin proceso, una

    nocin lineal, aunque esto es difcil de captar en castellano. Nos parece que los verbos reunir, conducir,agrupar, empleados por la mayora de los traductores y comentaristas que hemos investigado, nosmuestran con bastante claridad la idea de proceso en curso de realizacin. Pero es evidente que lo msimportante es el estudio del verbo griego y no las diferentes traducciones, aunque es muy valioso teneren cuenta los resultados de los estudios exegticos anteriores.

    En Efesios 1:10 nos encontramos con el verbo anaquefalaiosasthai, un infinitivo aoristo de vozmedia. El aoristo nos da la nocin de acto acabado, puntual. El Reino de Dios ya se ha iniciadoefectivamente en la vida y ministerio de Jesucristo. Comienza a realizarse lo que Dios se habapropuesto (versculo 9). Sin embargo, el verbo nos da la idea de proceso. Encontramos la tensin tancomn en el Nuevo Testamento entre el ya y el todava no. En la misma epstola aparece estatensin entre la obra ya realizada por Jesucristo y lo que falta para su consumacin en lo referente a la

    redencin y a la unidad, lo cual veremos ms adelante. La voz media segn Oltramare17 y Abbott18subrayara el inters que Dios tiene en el asunto. Con mucha razn, tanto Beare19 como Abbott20

    sealan que el verbo anaquefalaiosasthaies un infinitivo explicativo del contenido del misterio. Seentiende misterio como una verdad que Dios ha mantenido velada por algn tiempo, pero que en unmomento nos es dada a conocer. San Pablo nos dice que el misterio ha sido preparado desde la creacin

    9Benoit, P., Les pitres de Saint Paul aux Philippiens Philemon aux Colossiens aux Ephesiens, Pars, Les

    ditions du Cerf., 1955, pg. 87.10

    Masson, Ch., Lptre de Saint Paul aux Ephsiens, Neuchatel-Paris, Delachaux et Niestl S.A., 1953, pg. 145.11

    Oltramare, op. cit., pg. 216.12

    Gonzlez Ruiz, J., Cartas de la Cautividad, Roma-Madrid, Cristus Hodie, 1956, pg. 190.13 Diccionario Enciclopdico de la Lengua Castellana, Vol. 11, Editorial Codex S.A., Buenos Aires, 1969, pg.

    1117.14

    Abbott, T. K., The Epistle to the Ephesians and to the Colossians, I.C.C., Edimburgo,T.y T.Clark, 1964, pg. 15.15

    Ellicott, C. J., A Critical and Grammatical Commentary on St. Pauls Epistle to the Ephesians, Boston, W. H.Halliday an.d Co., 1885, pg. 25.16

    Cuys, A., Appletons New English-Spanish and Spanish-English Dictionary, Nueva York-Londres, D.Appleton-Century Company, 1940, pg. 462.17

    Oltramare, H., op. cit., pg. 216.18

    Abbott, T. K., op. cit., pg. 18.19

    Beare, F. W., lnterpreters Bible, Vol. 10, New York-Nashville, Abingdon Cokesbury Press, 1953, pg. 620.20

    Abbott, T. K., op. cit., pg. 18.

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    del mundo, (1 Cor. 2:7), que ha sido escondido en Dios (Efe. 3:9), que ha sido velado a los eones (1Cor. 2:8; Efe. 3:9; Rom. 16:25; Col. 1:26). Pero Dios nos ha revelado en Cristo su propsito de ponerbajo el seoro de Cristo a todos los hombres (Efe. 1:910), que los gentiles son coherederos ycopartcipes de la promesa en Cristo Jess (Efe. 3:56). Como afirma Michel Bouttier: La epstolaentera desarrolla la idea de que Cristo est regenerando y reagrupando bajo su autoridad, al mundodisociado y corrompido, a fin de conducirlo a Dios.21

    Creemos que ya tenemos suficientes elementos de juicio como para intentar definir el concepto quenos ocupa: la anaquefalaosisen Cristo sera la conduccin de todas las cosas hacia la plena soberanade Jesucristo. Cuando afirmamos todas las cosas, pensamos en la contrapartida cristiana, humana ycsmica del reinado de Jesucristo. La iglesia primitiva fue consciente de ese reinado iniciado porJesucristo y lanz al mundo dos grandes afirmaciones de fe; la primera, Jesucristo es el Seor (Hech.2:36; 10:36; Rom. 1:4; 5:1, 11, 21; 6:23; 7:25; 8:39, etc.), y la segunda, Maran-ata, el Seor viene((1 Cor. 16:22). La soberana de Jesucristo ya es una realidad, pero la consumacin permanece comouna realidad futura. Por el momento, la Iglesia es la nica comunidad sobre la tierra que sirve aJesucristo conscientemente.22

    Aunque no se lo expresa explcitamente, el concepto de anaquefalaosisen Cristo se encuentraimplcito prcticamente en todo el Nuevo Testamento. Siempre que se haga referencia al seoro deCristo o al Reino de Dios, est implcita la idea de anaquefalaosisen Cristo. Markus Barth afirmaque: quienquiera que est en autoridad sobre una regin dada, afectar invariablemente las vidas desus habitantes.23 As la anaquefalaosises la conduccin paulatina de todas las cosas (celestes yterrestres) hacia una dependencia de la autoridad de Jesucristo. Es una conduccin hacia laconsumacin escatolgica. Implica un movimiento en la historia que va dejando detrs hechosconcretos en su marcha hacia la consumacin de los planes eternos de Dios. El primer hecho histricoconcreto es la cruz del calvario, expresin genuina del inmenso amor de Dios por todo el mundo (Juan3:16). Por eso los cristianos podemos gloriarnos en esa cruz (Gl. 6:14). Se trata de un acontecimientoque no se limita a la humanidad, sino que tiene tambin consecuencias csmicas. Por medio de la cruzJesucristo ha triunfado sobre los principados y las potestades (Col. 2:14). El segundo gran hechohistrico que nos muestra la conduccin de Dios es la resurreccin (le nuestro Seor, mediante la cualha dado vida a los creyentes (Efe. 2:5) y es gracias a ellos que tenemos la esperanza de nuestra propiaresurreccin (1 Cor. 15). El tercer gran hecho histrico es la recepcin del Espritu Santo por la Iglesia(Hech. 2, etc.) El Cristo vivo contina revelndose a travs de su Espritu y muestra a San Pablo suministerio (Gl. 1:1116) y revela los propsitos eternos de Dios de reunir en un solo cuerpo, la Iglesia,a judos y gentiles (Efe. 3:56); ya no existe pared de separacin entre los hombres (Efe. 2:1415);

    Jesucristo es nuestra paz. A diferencia de los dos acontecimientos antes sealados, no podemos hablarde la venida del Espritu Santo como un hecho histrico que ha quedado atrs. Este acontecimiento es ala vez pasado y presente, de El nos viene la unidad de la Iglesia (Efe. 4:3) y en El hemos sido sellados(Efe. 1:13) para el da de la redencin (Efe. 4:30).

    Es difcil ubicar otros hechos histricos concretos que nos muestren con tanta claridad laanaquefalaosisen Cristo. Pero una cosa es muy evidente, aunque pasa desapercibida para muchos

    21Bouttier, M., Exgesis de Efesios, Facultad de Teologa, Protestante, Montpellier, Francia, Edicin

    mimeografiada de su curso 196667.22

    Barth, M., The Broken Wall, A Study of the Epistle to the Ephesians, Londres, Collins, 1960, pg. 139.23

    Ibd., pg. 139.

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    cristianos, que la Iglesia es aparch (las primicias) de la consumacin de la anaquefalaosisen Cristo.En la Epstola a los Efesios, se designa a la Iglesia la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo(Efe. 1:23). Sobre esta afirmacin Markus Barth seala que lo ms probable es que la Iglesia seadesignada como la comunidad que ya est llena de Cristo. Esto significa para Barth que la Iglesiareconoce conscientemente su seoro y por lo tanto levanta su voz y sus brazos para alabarlo. Sealaadems que el dominio de Cristo no es slo sobre la Iglesia, todos los hombres no saben todava queCristo ya est llenndolo todo, slo la Iglesia lo sabe.24 Por estas razones, afirma M. Barth, la Iglesiapuede ser llamada las primicias, el comienzo, el ejemplo, la sea. y alabanza que debe ser conocidauniversalmente y disfrutada conscientemente por todos los hombres. Pero la Iglesia no es un fin en smisma, sino una institucin temporal. Es la avanzada del Reino, pero no el Reino en s. Dejar de sercuando el Reino sea consumado al terminar el proceso de la anaquefalaosisen Cristo.

    2LA ANAQUEFALAOSIS EN CRISTO Y EL

    REINO DE DIOSHemos definido la anaquefalaosisen Cristo como un proceso mediante el cual todo va siendo

    colocado bajo la autoridad de Jesucristo. El fin de este proceso es la culminacin del Reino de Dios.Segn el testimonio de los Evangelios Sinpticos, el tema central de la predicacin de nuestro Seorfue el Reino de Dios. Jess vivi dentro del crculo de las ideas escatolgicas del judasmo, a las cuales

    dio un nuevo contenido con su presencia y su mensaje. Despus de la resurreccin, Jess fue llamadoKrios (Seor), por lo tanto es Rey. Pero hay Reino no slo porque hay Rey, sino tambin por lasmultitudes que aceptan su soberana. Es sorprendente el hecho de que durante muchos siglos la Iglesiano tom conciencia de esta realidad. Tomemos por ejemplo a Juan Wesley, quien en su poca fue ungran exegeta. En su sermn: El camino del Reino, basado en las palabras contenidas en San Marcos1:15, El Reino de Dios est cerca: arrepentos, y creed al Evangelio, Wesley dice: Debemosconsiderar en primer lugar, la naturaleza de la verdadera religin que el Seor llama: el Reino deDios.1 A lo largo del sermn encontramos siempre la identificacin del Reino con la verdaderareligin. Cmo es posible que un hombre como Wesley no hiciera una interpretacin ms exacta?Quizs la respuesta la encontramos en las reflexiones de Paul Tillich2 quien afirma la pertinencia delmensaje bblico a pesar de la cambiante historia del hombre. Seala que en la Iglesia griega primitiva lo

    que preocupaba a los cristianos era la ansiedad sobre la muerte y la duda. San Juan con su mensaje devida y luz vino a satisfacer sus necesidades espirituales. Durante la Edad Media surgi una nuevasituacin; la ansiedad resultante del caos social y espiritual que sigui a la bancarrota del ImperioRomano hizo necesario un fundamento trascendente-sacerdotal para un sistema jurdico que fueracapaz de guiar tanto al individuo como a la sociedad. Si en el primer perodo fue San Juan el que msinfluy, en esta segunda poca es San Pedro. En la poca de la Reforma exista ms bien ansiedad porla culpa. El mensaje de la justificacin por la fe fue decisivo y fue San Pablo el que hizo provisin de

    24Barth, M., op. cit., pg. 139.

    1Wesley, J., Sermones, Vol. l., Kansas City, Beacon Hill Press, pgs. 10214.

    2Tillich, P., Theology of Culture, New York, 1959, Oxford University Press, pgs. 2089.

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    las bases teolgicas para la Reforma. En los momentos en que vivimos hoy quien ms influye sobre elpensamiento teolgico protestante es el Jess de los Sinpticos con su predicacin sobre el Reino deDios. Juan Wesley, en el siglo XVIII todava tena sus ojos puestos en San Pablo, por lo tanto identificaal Reino de Dios con la verdadera religin. Est hablando en trminos de un cristianismo verdadero yotro falso. El verdadero viene mediante la justificacin por la fe. (Wesley vivi de 1703 a 1791.) Segnel estudio realizado por Norman Perrin, la discusin moderna sobre el Reino de Dios en lasenseanzas de Jess se puede decir que comenz con Schleiermacher.3 Pero Schleiermacher est muydistante de Wesley (17681834). Lo podemos considerar un telogo del siglo XIX. El y Ritschl(fallecido en 1889) fueron los nicos telogos en reflexionar seriamente sobre el asunto en aquel sigloaunque sus interpretaciones distan mucho de las reflexiones actuales, 4 es preciso reconocer su valiosacontribucin como precursores. Pero estamos de acuerdo con Tillich de que la situacin cambiante

    influye sobre la reflexin teolgica. Es preciso sealar que no slo surgen en el siglo XIX las primerasreflexiones sobre el Reino de Dios. Coincidiendo con la revolucin industrial, aparecen movimientosapocalpticos como los mormones, los testigos de Jehov, los adventistas, etc. No es por casualidad queen este siglo surgen dos movimientos mesinicos, el sionismo y el marxismo, que en nuestro siglo sehan transformado en escatologas en curso de realizacin. Podramos hablar de una anaquefalaosis enMarx. El marxista cree que estamos viviendo un momento histrico que nos conduce inexorablementehacia el socialismo de tipo marxista; que estamos en un proceso de conducir todas las naciones bajo elseoro de la filosofa de Marx. No sera exagerado hablar de una anaquefalaosisen Israel, con Sincomo capital del mundo. Encontramos muchos que tratan de probar bblicamente tina u otraanaquefalaosis. Algunos renuevan las aspiraciones judas de dominio universal teniendo a las demsnaciones por estrado de sus pies (Salmo 110:1); otros ven en el marxismo el instrumento de Dios(como ayer lo fue Nabucodonosor o Ciro) ya que la Iglesia ha sido infiel y el Seor ya no la torna enconsideracin. Es evidente que existen hoy tres cauces paralelos de anaquefalaosis, pero el cristianoque se considera un siervo del Reino de Dios, debe confiar en la anaquefalaosisen Cristo y no enotra.

    Pasando a la reflexin teolgica sobre el Reino de Dios en el siglo XX, nos encontramos en primerlugar con Johannes Weiss, quien a pesar de haber vivido la mayor parte de su vida en el siglo XIX(muri el ao 1914) se lo puede considerar un hombre de este siglo. Comenz su contribucin a ladiscusin teolgica con una obrita de sesenta y siete pginas publicada en 1892.5 Weiss ejerci unagran influencia sobre Alberto Schweitzer.

    A Alberto Schweitzer cabe el honor de haber forzado el mundo de los estudios neotestamentarios aconsiderar seriamente los problemas que nos presenta la predicacin del Reino de Dios en las

    enseanzas de Jess. Segn Schweitzer Jess tena conciencia de ser el Mesas y por eso proclam lavenida del Reino y envi a sus discpulos para que proclamaran ese mensaje. Seala AlbertoSchweitzer que Jess esperaba que el Reino viniera el mismo ao de la comisin para la poca de lacosecha. Al enviar a sus discpulos en la misin que se describe en el captulo diez del Evangelio segnSan Mateo, Jess no esperaba volverlos a ver antes de la venida del Reino.6 Schweitzer se basafundamentalmente en las siguientes palabras de Jess: Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la

    3Perrin, N., The Kingdom of God in the Teaching of Jesus, Philadelphia, The Westminster Press, 1963, pg. 13.

    4Ibd., pgs. 1216.

    5Ibd., pgs. 1623.

    6Schweitzer, A., The Quest of the Historical Jesus, Londres, Adam & Charles Black, 1954, pg. 357.

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    otra; porque de cierto os digo, que no acabaris de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que vengael Hijo del Hombre (Mat. 10:23). Las cosas no ocurrieron como Jess lo esperaba; los discpulos notuvieron que enfrentarse con el sufrimiento y los conflictos que El haba pensado y, lo ms importante,el Reino no vino. Ante estos hechos, Jess tuvo que cambiar sus planes.7 Segn la interpretacin deSchweitzer, como no se produjeron estos sufrimientos que segn las expectativas apocalpticas judasdeban preceder o acompaar a la venida del Reino, Jess quiso precipitar los acontecimientosacudiendo a Jerusaln, a fin de morir y por sus sufrimientos cumplir los requisitos para la pronta venidadel Reino.8

    Aunque antes de Schweitzer otros telogos modernos haban dedicado sus profundas reflexiones alReino de Dios, a l podemos sealarlo como el precursor, en el sentido de que sus fuertes aldabonazosdespertaron las conciencias de los telogos a la necesidad de una seria consideracin del tema. Uno

    puede estar de acuerdo o en desacuerdo con Schweitzer, pero nadie tiene el derecho a desconocer suvaliosa contribucin a la reflexin teolgica contempornea. Oscar Cullmann rinde tributo a este grantelogo, misionero, etc., de la siguiente manera: ... la obra imponente del telogo Schweitzer planteacuestiones que no resuelve. El hecho mismo de situar los problemas de la discusin actual, le hace

    jugar un papel cuya importancia escapa en gran parte a los interlocutores del debate.9

    Frente a la tesis de Schweitzer, conocida por el nombre de teologa consecuente, surge la anttesisde C. H. Dodd con el nombre de teologa realizada. Cullmann nos dice que la lucha se entablaalrededor de la tesis exegtica de Schweitzer segn la cual Jess haba dado a su escatologa uncarcter exclusivamente futuro. De manera viva y decidida, el ingls C. H. Dodd ha tomado el punto devista contrario.10 C. H. Dodd encuentra en el propio Evangelio segn San Mateo un argumento contrala teologa consecuente, las palabras de Jess: Pero si yo, por el Espritu de Dios, echo fuera los

    demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el Reino de Dios (Mat. 12:28; cf. Luc. 11:20). Doddreflexiona sobre el verbo que usara Jess originalmente (en arameo) y afirma: Con un ojo puesto en elpresunto origen arameo, debemos traducir el Reino ha venido.11 Pero Dodd se da perfecta cuenta delas dificultades que se presentan ante su interpretacin. Es evidente que hay dichos de Jess queparecen referirse a una venida futura del Reino. Dodd los examina y trata de mantener su interpretacina pesar de ellos. Por ejemplo, examina Mar. 9:1, texto que l traduce de la siguiente manera: Hayalgunos de los que estn aqu que no gustarn la muerte hasta que hayan visto que el Reino de Dios havenido con poder.12 Un pasaje que resulta muy difcil de explicar segn la interpretacin de C. H.Dodd es Mat. 8:11: Muchos vendrn del oriente y del occidente y se sentarn con Abraham e Isaac yJacob en el reino de los Cielos (cf. el pasaje paralelo Luc. 13:2829). Dodd lo explica as: Lo quetodava no ha pasado, pero pasar, es que muchos que no estn todava en el Reino de Dios, en su

    manifestacin terrenal, disfrutarn su cumplimiento ltimo en un mundo posterior a ste.13 Estaafirmacin es la clave que le permite interpretar los dichos (le Jess que implican un Reina de Diosfuturo en forma que no contradiga su interpretacin de que el Reino ya ha venido. Segn Dodd esos

    7Ibd., pg. 358.

    8Ibd., pg. 386.

    9Cullmann, O.,Le salut dans lhistoire, Neuchatel-Paris, Delachaux et Niestl, 1966, pg.26.

    10Ibd., pg. 27.

    11Dodd, C. H., The Parables of the Kingdom, Londres, Nisbet and Co. Ltd., 1948, pg. 44.

    12Ibd., pg. 53.

    13Ibd., pg. 55.

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    dichos no se refieren a una futura venida a este mundo, porque el Reino ya ha venido a travs delministerio de Jess. Estos dichos se refieren a algo que se encuentra ms all del espacio y deltiempo.14 En la parte final de su obra sobre las parbolas del Reino, estudia la parbola del tesoroescondido y la de la perla de gran precio (Mat. 13:4446). Las interpreta en el sentido de que laposesin mayor es el Reino de Dios como una realidad presente. Interpreta la parbola de los paos yde los odres en el sentido de que el ministerio de Jess no puede adaptarse al judasmo tradicional,porque a travs del ministerio de Jess el Reino ha venido. Con relacin a las parbolas escatolgicasDodd nos dice: Su intencin era reforzar Su exigencia a los hombres para que reconocieran que elReino de Dios estaba presente en todas sus consecuencias momentneas y que por su conducta enpresencia de esta crisis tremenda se juzgaran a s mismos como fieles o infieles, sabios o necios.15 Porltimo, con relacin a las parbolas del crecimiento (el sembrador, la cizaa y el trigo, la semilla de

    mostaza) he aqu su opinin: No deben tomarse como implicando un largo proceso de desarrollointroducido por el ministerio de Jess y para ser consumado por su segunda venida, aunque la Iglesia lohaya entendido ms tarde en ese sentido.16

    Las interpretaciones de Dodd han causado una viva reaccin. No es nuestro propsito hacer unestudio exhaustivo de la controversia; sin embargo, queremos sealar que hay una afirmacin de Doddque es generalmente aceptada: El Mesas ha aparecido y en El ha venido el Reino de Dios.17 Pero elReino de Dios no se ha consumado, slo ha sido iniciado por la venida de Jess. El calor de la polmicano impidi a Dodd analizar y revisar con toda serenidad sus puntos de vista. Con la sencillez de todohombre que busca la verdad para orientarse y poder orientar a los dems, Dodd modifica parcialmentesu posicin. En una obra posterior sobre la venida de Cristo, reconoce que hay en Jess algunos dichos,que l llama misteriosos, en relacin a la venida del Hijo del Hombre. Reconoce Dodd que haba

    pasado sobre ellos con demasiada ligereza. Seala que existen algunos pasajes que indican que cuandovenga el Hijo del Hombre habr un derrumbamiento del universo fsico y afirma con toda sencillez:Antes yo deca que sera absurdo tomar literalmente el lenguaje con relacin al oscurecimiento del soly la cada de las estrellas. De todas maneras, no podemos descartar la impresin de que la escena finalest colocada donde el mundo del espacio, el tiempo y la materia ya no estn en el cuadro.18 En lamisma obra se refiere a lo que l llama un dicho extrao de Jess frente al sumo sacerdote: ... desdeahora veris al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes delcielo (Mat. 26:64) Dodd se pregunta: Podemos dar algn significado a tal declaracin a menos quepensemos en otro mundo distinto de este?19 Insiste en que el pronstico de la venida de Cristo en lahistoria se cumpli en su resurreccin, pero acepta una venida ms all de la historia: definitivamente,yo dira ms all de la historia, y no como un hecho posterior en la historia, ni siquiera como el ltimo

    acontecimiento de la historia.20

    14 lbd., pg. 56.15

    Ibd., pg. 174.16

    Ibd., pg. 193.17

    Dodd, C. H., The Apostolic Preaching and its Developments, Nueva York, Harpors and Brothers Publishers,pg. 50.18

    Dodd, C. H., The Coming of Christ, Cambridge University Press, 1954, pg. 15.19

    Ibd., pg. 16.20

    Ibd., pg. 16.

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    En resumen, Dodd afirma que el Reino se ha realizado histricamente, pero que faltaran hechosms all de la historia, que no podemos colocar sino en el futuro. Porque a pesar de la afirmacin deque cuando eso suceda no estaremos limitados por el espacio, el tiempo y la materia, es evidente queahora s lo estamos.

    Esta revisin del punto de vista de Dodd le acerca extraordinariamente a la posicin de JoaqunJeremas, quien en reaccin contra Dodd presenta al Reino tanto presente como futuro. La salvacin espresente,21 pues para todos los pecadores la misericordia de Dios es una realidad,22 pero el Reino deDios es tambin futuro. Los cristianos tenemos una gran confianza23 ante la catstrofe.24 Jeremas hapropuesto a la luz de sus descubrimientos, la expresin: escatologa en curso de realizacin.25

    El punto de vista de Cullmann es muy similar al de Jeremas y al del ltimo (le Dodd:Comenzamos por las afirmaciones (le Jess que expresan claramente que el Reino de Dios est ya

    presente en su persona... Es suficiente llegar a este punto para tener la confirmacin del vnculoestrecho que existe entre la fe de Jess, donde la palabra ya juega un papel tan grande y su concienciamesinica: Jess cree que todo est ya cumplido y enlaza esa certeza con la conviccin de que un daser acabado todo lo que no existe todava.26 Estas afirmaciones son presentadas en la imagen de unaguerra: ... la batalla decisiva puede haber sido librada en el curso de una de las primeras fases de lacampaa; sin embargo, las hostilidades continan todava por largo tiempo.27

    No vamos a continuar analizando las reflexiones teolgicas sobre el Reino de Dios, slo hemosdeseado mostrar que existe cierto consenso de opinin entre los telogos contemporneos en el sentidode que la predicacin del Reino de Dios en los Evangelios Sinpticos presenta una escatologa en cursode realizacin. Lo hemos visto en Dodd (posicin revisada). Jeremas y Cullmann.28 Otros nombrespodran aadirse a la lista, pero para los fines que nos proponemos en este trabajo es suficiente.

    Decamos en el primer captulo que podemos ubicar la anaquefalaosisen Cristo en unos cuantoshechos histricos concretos: La cruz del Calvario la resurreccin y la recepcin por la Iglesia delbautismo del Espritu Santo en Pentecosts. Pero tambin sealamos que es difcil ubicar otros hechosconcretos que nos muestren el proceso de conduccin de todas las cosas bajo el seoro de Jesucristo.Creemos que hemos dejado bien claro en este captulo la realidad de la anaquefalaosispor lo menos anivel de la reflexin teolgico. Nadie negara que si Juan Wesley viviera hoy, no predicara su sermnEl camino del Reino en la forma que lo hizo en el siglo XVIII. El Seor nos conduce hacia laconsumacin del Reino y aun la teologa est siendo conducida hacia la plena autoridad de Jesucristo.Durante diecinueve siglos la reflexin teolgica recibi su inspiracin sucesivamente en San Juan, SanPedro y San Pablo, por lo menos dentro del protestantismo; hoy el centro de la reflexin est en elJess de los Evangelios Sinpticos. En la Iglesia Catlica encontraramos un proceso similar: la

    tradicin, Mara, Pedro, van quedando rezagados mientras la Biblia y especialmente Jesucristo vatomando ms y ms el centro. La Virgen Mara est saliendo paulatinamente del altar mayor y ms y

    21Jeremias, J., Les Paraboles de Jsus, Le Puy-Lyon-Paris, Editions Xavier Mappus, 1962, pgs. 12026.

    22Ibd., pgs. 127149.

    23Ibd., pgs. 149160.

    24lbd., pgs. 160170.

    25Ibd., pg. 219.

    26Cullmann, O., op. cit., pgs. 19697.

    27Cullmann, O., Christ et les temps , Neuchatel-Paris, Delachaux et Niestl, 1957, pg. 59.

    28Cullmann, O., Art. "Autorits", Vocabulaire Biblique, Neuchatel-Paris, Delachaux et Niestl, 1964, pg. 30.

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    ms la adoracin se centra en Jesucristo. Esto tambin es una manifestacin de la anaquefalaosisenCristo.

    En diecinueve siglos los cambios fueron muy lentos. Hoy vivimos en medio de grandes cambios atodos los niveles. El proceso de la anaquefalaosisse manifiesta tambin en las reflexiones teolgicassobre el Reino de Dios, como hemos visto, hasta llegar a la afirmacin de que el Reino es unaescatologa en curso de realizacin, que ya es una realidad que est consumndose. En otras palabras,es un proceso en marcha, es anaquefalaosisen Cristo.

    3

    LA ANAQUEFALAOSIS EN LASENSEANZAS DE JESSEs lgico que Jess haya sentido una gran devocin por lo que hoy llamamos Antiguo Testamento.

    Como tena conciencia de ser el Mesas prometido en la revelacin contenida en las Escrituras es lgicoque constantemente debiera referirse a ellas. Lamentablemente no ha llegado hasta nosotros unainformacin completa acerca de su vida y sus enseanzas. Es cierto que tenemos, lo fundamental, peroa veces las reflexiones teolgicas se ven limitadas por la falta de datos suficientes para realizar unestudio exhaustivo. A pesar de esa dificultad, vamos a esforzarnos por demostrar en este captulo queJess tiene conciencia de que con su venida culmina un proceso en la anaquefalaosisen Cristo ycomienza una nueva etapa.

    Vamos a orientar nuestra investigacin en dos sentidos: primero nos referiremos a la eleccin deAbraham como el comienzo de la anaquefalaosisen Cristo y despus nos referiremos brevemente aalgunos salmos y ms concretamente al Salmo 110:1, que Jess interpreta como una profeca de suministerio.

    El Nuevo Testamento muestra que las promesas hechas al pueblo de Israel por medio de Abrahamse cumplen plenamente en Jesucristo. Afirmamos que la anaquefalaosisen Cristo comienza con laeleccin de Abraham, porque Dios se propone bendecir a travs de l a todas las familias de la Tierra(Gn. 12:13). La eleccin tiene una finalidad, se propone bendecir a toda la humanidad a travs de unpueblo que le sea fiel. En los propsitos de Dios toda la humanidad estar unida bajo el seoro deJesucristo. Pero este es un proceso en curso de realizacin.

    Segn el testimonio de Mateo y de Lucas, Abraham est ntimamente relacionado con el Reino de

    Dios, donde tiene un lugar preferencial. ... vendrn muchos del oriente y del occidente y se sentarncon Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los Cielos (Mat. 8:11); despus seala, en el versculosiguiente, que los hijos naturales del Reino, o sea los judos, sern echados en las tinieblas. Aqu eldicho de Jess est colocado en el contexto de la curacin del siervo de un centurin. Lucas coloca elpasaje paralelo en otro contexto (Luc. 13:2830)

    San Juan nos ha dejado un testimonio mucho ms sugestivo, que muestra que Abraham tuvo poranticipado conocimiento de la misin y la obra de Jess y que se goz en ella (Juan 8:56). Este pasajemuestra que Abraham no est muerto como suponan los indios (Juan 8:52) sino que est contemplandolo que ocurre en el momento en que Jess predica. San Marcos confirma este dicho de Jess: ... Diosde Abraham... Dios no es Dios de muertos sino de vivos (Mar. 12:2627). Por su parte el autor de laEpstola a los Hebreos, al referirse a la nube de testigos, Abraham incluido, afirma que stos murieron

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    sin haber recibido lo prometido, pero que podan mirar de lejos esas promesas y crean en ellas (Heb.11:13).

    Despus de este breve anlisis de algunos pasajes, podemos afirmar que la anaquefalaosisenCristo comienza por la eleccin de Abraham y especialmente con su misin. Al disponerse Abraham aofrecer su nico hijo (como despus Dios ofrecera su nico Hijo), Dios aclara que la bendicin a todaslas naciones no sera a travs de Abraham, sino de su simiente (Gn. 22:18). Sin embargo, el ministeriode Abraham tiene una enorme importancia en el perodo anterior a la venida de esa simiente, que segnlas reflexiones teolgicas de San Pablo es Jesucristo (Gl. 3:16).

    La anaquefalaosisen Cristo, antes de la venida de Jess, tiene tambin algunos hechos histricosconcretos que nos muestran el proceso. El primero ya lo hemos sealado, la eleccin de Abraham comoinstrumento de Dios. Se trata de la eleccin de un pueblo antes de su existencia histrica. Por la fe enlas promesas hechas a Abraham este pueblo crey ser el pueblo de Dios, pero un segundo hechohistrico en la anaquefalaosisen Cristo antes de la venida de Jess, confirma a este pueblo la realidadque antes haba recibido por la sola fe. Nos referimos al acto liberador de Dios al rescatar a su pueblode la esclavitud en Egipto. Desde entonces, por la fe y la experiencia estaban convencidos de ser elPueblo de Dios.

    Por qu escogi Dios al pueblo de Israel y no a otro? El autor del libro de Deuteronomio nosseala que Dios no escogi a Israel porque fuera el pueblo ms fuerte numricamente hablando. Por elcontrario afirma que era el ms pequeo de entre los pueblos (Deut. 7:7). Tampoco lo escogi porquefuera el ms justo. Israel no haba hecho mritos, no lo mereca (Deut. 9:46). Por ltimo seala que siDios ha escogido a Israel es porque lo ama y porque desea ser fiel a su alianza con Abraham y los otrospatriarcas (Deut. 4:37; 7:8; 10:15). Diramos que la eleccin tiene un carcter eminentementeinstrumental. Dios se propone reunir a todas las naciones bajo la autoridad del Cristo que ha de venir;el pueblo de Israel es un proyecto piloto de Dios para la salvacin de toda la humanidad. Es lavanguardia de la anaquefalaosisen Cristo, que ha de tomar mayor fuerza extendindose a todo elmundo cuando venga el Hijo de Dios. Como Dios eligi a Abraham para que fundara a un pueblodividido en doce tribus, Jess escogi a doce apstoles para que llevaran el mensaje redentor a todo elmundo. La eleccin de los apstoles es similar a la del pueblo de Israel en el sentido de que no serealiza en reconocimiento de mritos personales de los apstoles. Se trata de un acto soberano ygratuito de parte de Dios. Como en el caso de Israel, en esta nueva fase de la anaquefalaosisen Cristola eleccin no es un fin en s misma; tiene tambin un carcter instrumental. Tiene como propsito unamisin al mundo, para que se arrepienta y crea al Evangelio.

    Como afirmamos ms arriba, Jess sinti una gran devocin por las Escrituras. A la hora de su

    muerte tuvo en sus labios las palabras de los Salmos (cf. Mat. 27:46; Sal. 22:1). Afirma Bonhoeffer queel salmo es el libro de oraciones de Jesucristo en el sentido ms propio. El ha rezado el salmo y asste se ha convertido en su oracin para toda la humanidad.1

    Buen nmero de esos salmos son testimonio de la anaquefalaosisen Cristo. El salmista estconvencido de que llegar el da cuando Jehov pastorear a todas las naciones de la Tierra (Salmo67:4). El salmo 96 invita a toda la Tierra a cantar a Jehov un cntico nuevo. El salmo 97 afirma queJehov reina y por lo tanto la Tierra debe regocijarse. El salmo 99 afirma que por cuanto Jehov reinatemblarn los pueblos. Cantad alegres a Jehov, toda la Tierra; levantad la voz y aplaudid y cantad

    1Bonhoeffer, D., Vida en Comunidad, Buenos Aires, 1966, Editorial La Aurora, pg. 39.

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    salmos (salmo 98:4). El salmo 100 invita a todos los habitantes de la Tierra a servir a Jehov conalegra y a venir ante su presencia con regocijo. Y una afirmacin que parecera imposible en labios

    judos, dirigida a todo el mundo: Pueblo suyo somos... Entrad por sus puertas con accin de gracias,por sus atrios con alabanza (salmo 100:34). El salmo 102 contempla esa anaquefalaosiscomo unarealidad escatolgico: Cuando los pueblos y los reinos se congreguen en uno para servir a Jehov(102:22). En la obra de Berkhoff y Potter, Palabras Clave del Evangelio se afirma que esos salmos soncasi ridculos por el hecho de que un pueblo minsculo se atreve a convocar a todas las naciones paraque se sometan a su Dios. Esta ridcula convocacin de todas las naciones por una minorainsignificante surge de la creencia en la existencia de Israel como testigo.2

    Deseamos centrar nuestro estudio en el Salmo 110, especialmente en el primer versculo. Elsalmista afirma que Jehov exaltara su Seor a un lugar privilegiado, a su diestra, desde cuyo lugarejercer dominio sobre todas las naciones conquistadas. Los enemigos sern puestos por estrado desus pies. Se trata de una antigua costumbre de los reyes victoriosos de colocar su pie sobre el cuellode los enemigos vencidos. Con este acto se indica el completo sometimiento.3

    No vamos a hacer una exgesis del salmo, sino de la interpretacin que le dio Jess. Los tresEvangelios Sinpticos nos presentan esa interpretacin (Mar. 12:3637; Mat. 22:42-45 y Luc. 20:4144). Comenzamos por el estudio del texto griego, aunque posiblemente Jess habl en arameo y no engriego. No obstante, no carece de fundamento la teora de Moulton en el sentido de que es posible queJess haya hablado el griego ya que la Palestina de tiempos de Jess era una regin bilinge. SegnMoulton, se puede suponer que las masas de Jerusaln conocan el griego aunque imperfectamente,que Jess mismo y sus apstoles usaban regularmente el arameo est ms all de la duda, pero que elgriego tambin estaba a la disposicin es casi igualmente cierto.4 No tenemos elementos de juicio

    suficientes para determinar si Jess habl o no el griego, aunque es posible que durante su largapermanencia en Galilea haya aprendido esa lengua. Lo cierto es que el texto de la cita del Salmo 110 enMar. 12:36 est copiado literalmente de la septuaginta, slo con dos alteraciones: A la palabra griegakrios (Seor) le falta el artculo y se sustituye hupopdion (que viene de hupo, debajo y depospies) que significa estrado, escabel, taburete por la preposicin hupokto (debajo). Creemos queesta sustitucin tiene su importancia. Cul es la razn para el cambio?5 Por qu en Mateo 22:44 serespet el cambio hecho en Marcos 12:36? Por qu en Lucas 20:4243 no se hace el cambio? (en eltexto griego). Segn los manuscritos ms antiguos, Lucas copia del Salmo, aunque algunos manuscritosposteriores aparecen con el cambio que hemos notado en Marcos y Mateo. Tuvo algo que ver Jesscon la sustitucin de una palabra por la otra? De un sustantivo por una preposicin? Es muy difcilencontrar una respuesta correcta para estas preguntas, pero sin duda alguna estamos en presencia de un

    cambio que tiene mucha importancia. La versin Reina-Valera, siguiendo al Salmo 110, traduce:Estrado de tus pies. La versin hispanoamericana es fiel al texto griego y traduce en Mateo y Marcosdebajo de tus pies, y en Lucas escabel de tus pies. La versin de Nacar-Colunga traduce: Debajode tus pies en Marcos y escabel de tus pies en Mateo y Lucas. Estas vacilaciones han sidoexperimentadas tambin por algunos copistas de cdices, que han alterado el texto del Evangelio para

    2Berkhof, H. y Potter, P., Palabras Clave del Evangelio, Buenos Aires, Editorial La Aurora, 1965, pg. 121.

    3Shelton, W. A., Salmos: Comentario Bblico de Abingdon, Buenos Aires, La Aurora, 1939, pg. 172.

    4Moulton, J. H.,A Grammar of the New Testament Greek. Vol. I, Edimburgo, T. T. Clark, 1957, pg. 8.

    5Cf. Septuaginta, editada por A. Rahlfs, Vol. II, pg. 124. Salmo 109:1.

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    armonizarlo con el del Salmo 110.6 Segn Filson, la siguiente es la interpretacin de Jess: El Seor(Dios) dice a mi Seor (el Mesas), sintate a mi mano derecha (a la mano derecha de Dios), hasta queyo (Dios) ponga a tus enemigos debajo de tus pies (un cuadro de la victoria final del Mesas sobretodos los que se le oponen.7 Segn McNeile, el Seor supuso que el Salmo 110 se refera al Mesas.8

    Cranfield,9 Leaney10 y otros sugieren que Jess plante el problema porque estaba convencido, de queEl era el Mesas.

    Pasemos ahora a considerar una cuestin fundamental, la autenticidad de este dicho de Jess: Amenudo se ha argumentado que esta discusin no surgi en el tiempo de Jess, sino despus que laIglesia comenz a especular sobre el significado de la misin de su Seor.11 Nos parece que el cambiode un sustantivo por una preposicin (como hemos visto ms arriba) tiene un significado teolgiconotable. Sobre todo si podemos probar la autenticidad del dicho y no que le haya sido atribuido por la

    comunidad primitiva. Tenemos tres argumentos a favor de la autenticidad. El primero es launanimidad, los tres Evangelios Sinpticos han conservado este dicho de Jess. El segundo argumentoes el contexto en que se coloca al dicho. Los tres Sinpticos estn de acuerdo en que Jess estdialogando sobre si el Mesas es o no el Hijo de David. Los tres sealan la pregunta que Jess hace asus compaeros de dilogo: Cmo es su Hijo si le llama Seor? Mateo afirma: Y nadie le podaresponder palabra; ni os alguno desde aquel da preguntarle ms (Mat. 22:46). La misma idea laencontramos en Marcos, pero colocada en otro contexto (12:34); igual ocurre con Lucas 20:40. Esinteresante sealar que tanto en Marcos como en Lucas se encuentra inmediatamente antes del dichosobre el Salmo 110. La unanimidad en el texto y en el contexto parecen ser razones suficientes paraprobar la autenticidad, pero vamos a referirnos a un tercer argumento. Tradicionalmente se ha sostenidoque el Evangelio segn San Mateo se escribi con el propsito de convencer a los judos de que Jess

    era el Mesas prometido. Es cierto que autores como Goodspeed12 afirman que no hay razones paracontinuar manteniendo ese punto de vista. Sin entrar a considerarlas, porque nos apartaran de nuestropropsito, entendemos que hay razones suficientemente slidas como para seguir considerando alEvangelio segn San Mateo como escrito especialmente para los judos. He aqu nuestro tercerargumento: El dicho de Jess es autntico y adems muy importante porque Mateo, escribiendo paralos judos, conserva una narracin de Marcos donde se presenta un desafo a la doctrina tradicional delos eruditos fariseos, en el sentido de que el Mesas es descendiente de David. Uno tiene derecho apensar que Jess insisti mucho sobre el asunto en conversaciones personales con los apstoles y quepor esa razn, el evangelista a pesar de que el relato estropeaba un poco el propsito de la obra no seatrevi a suprimir este dicho de Jess. En otros casos, en Mateo se suavizan narraciones de Marcos, porejemplo en Mar. 10:3537 Jacobo y Juan piden a Jess lugares privilegiados. Cuando Mateo trata el

    mismo asunto, no presenta a los ilustres apstoles como individuos que buscan beneficios personales;

    6Nestle, E., Greek New Testament, New York, American Bible Society, 1936, pgs. 62, 123.

    7Filson, F. V., The Gospel According to St. Matthew, Londres, Adam y Charles Blaek, 1960, pg. 239.

    8McNeile, A. H., The Gospel According to St. Matthew, Londres, Macmillan and Co. Lid., 1961, pg. 328.

    9Cranfield, C. E. B., The Gospel According to St. Mark, Cambridge University Press, 1959, pg. 383.

    10Leaney, A. R. C., The Gospel According to St. Luke, Londres, Adam and Charles Black, 1958, pg. 255.

    11Johnson, S. E., The Gospel According to St. Matthew, Interpreters Bible, Vol. 7, New York-Nashville, Abingdon

    C. Press, 1951, pg. 526.12

    Goodspeed, E. J., An Introduction to the New Testament, Chicago, The University of Chicago Press, 1937, pg.239.

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    conserva la narracin pero atribuyendo la peticin a la madre de los apstoles (Mat. 20:2021). Porqu no hizo el evangelista lo mismo con relacin a la cita que Jess hace del Salmo 110:1? En nuestraopinin porque el asunto era muy importante y porque se trataba de un dicho de Jess que elevangelista entendi que no tena el derecho de cambiar, aun cuando fuera en contra del propsito de suobra. Para terminar estas reflexiones con relacin a la autenticidad del dicho de Jess que nos ocupa,copiamos a continuacin el punto de vista de Filson:Sin la orientacin de Jess, los cristianos de procedencia juda difcilmente habran aceptado esterechazo de la idea del Hijo de David. Ciertamente Mateo, para quien el Mesas Hijo de David eraaltamente significativo como cumplimiento de las esperanzas de su pueblo y su Escritura, nuncahabra creado el incidente. Refleja la lucha de Jess con las expectativas corrientes y muestra en partecmo El entendi la voluntad de Dios a la luz del amplio rechazo por parte de su pueblo.

    Esencialmente, en la tentacin haba echado a un lado la idea popular del Mesas Hijo de David (Mat.4:110).13

    El Mesas tiene una misin mucho ms amplia que la que los judos le atribuan, es mucho ms queel Hijo de David, herencia exclusiva del hebreo. El Salmo 110 se limita a las glorias de un caudillo

    judo que vencera a los dems pueblos, a los enemigos, los que vendran a ser pisoteados por elcaudillo vencedor. Es decir, una anaquefalaosisen Sin, todo el mundo conducido bajo la autoridaddel Mesas, pero bajo el seoro de Israel sobre las dems naciones. Jess quiere mostrarles que elReino ha comenzado en su persona y ministerio, no para humillar a los gentiles, para pisotearlos, sinopara conducir a todos los seres humanos (judos o gentiles) bajo su plena soberana. El Mesas hacomenzado la anaquefalaosis. Todos los enemigos estn debajo de sus pies (hupokto). El estencima, El reina ya. Tenemos razones para pensar que si el Seor tuvo acceso al idioma griego, comoparece posible, El mismo hizo el cambio de las palabras. Debemos subrayar dos palabras: Sintate,ponte en autoridad sobre todos los hombres, que se trata de una orden expresa de Dios. La segundapalabra a subrayar es hasta. El Reino comenzado tendr su consumacin. Hay muchos que ignoran susoberana, pero eso ser hasta un da, el da de la segunda venida.

    Creemos ver confirmada y completada la anterior interpretacin con el dicho de Jess ante el sumosacerdote: Yo soy y veris al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en lasnubes del cielo (Mar. 14:62). Aqu Jess vuelve a hacer uso del Salmo 110, pero esta vezcombinndolo con Daniel 7:13. Este dicho tambin ha sido conservado por los tres EvangeliosSinpticos, aunque los textos no coinciden. Segn Marcos Jess responde: Yo soy y veris al Hijo. En Mateo: T lo has dicho; y adems os digo desde ahora veris al Hijo... (Mat. 26:64). Lucas: Sios lo dijere, no creeris; y tambin si os preguntare, no me responderis, ni me soltaris. Pero desde

    ahora el Hijo de... (Luc. 22:6770). Es evidente que Lucas es quien ms ha elaborado la respuesta deJess. Tanto l como Mateo deben haber tomado la informacin de Marcos, aunque no descartamos laposibilidad de que este dicho tambin se encontrara en el documento llamado Q. Quiz esto explique eldesarrollo de la narracin en Lucas.

    En la segunda parte del dicho (la cita de Dan. 7:13), hay una identificacin casi perfecta entre elrelato de Marcos y el de Mateo. Slo hay una variacin en el texto griego, el cambio de unapreposicin por otra; en Marcos se usa met (con o juntamente con las nubes del cielo) y en Mateo epi(sobre las nubes del cielo). Lucas presenta tal desarrollo que vara completamente el sentido de Marcos.De Daniel 7:13 toma solamente el titulo Hijo del Hombre y omite lo dems. Nos presenta a un Jess

    13Filson, F. V., op. cit., pg. 239.

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    que parecera esforzarse por salvar la vida con respuestas evasivas. Un hombre dbil, lleno de miedo,que lo que desea es que lo suelten: ni me soltaris. Por el contrario, Marcos y Mateo nos presentan aun hombre viril, sin temor. El tiempo ha venido para que Jess haga su confesin ante el ms altotribunal de la nacin.14 Filson presenta el dilogo entre Jess y el sumo sacerdote de la siguientemanera: T lo has dicho; t tienes razn, pero no en la manera en que t interpretas el ttulo. Entonces,sin usar el ttulo de Mesas o de Cristo, El dice que desde ahora en adelante ellos veran al Hijo delHombre, exaltado al poder y rango de estar junto a Dios. Pronto le vern viniendo a establecercompletamente el Reino de Dios.15 Theo Preiss seala que es necesario subrayar dos extremos:sentado y viene. Sentado significa haber recibido todo el poder, ser el lugarteniente de Dios. Venir enlas nubes del cielo significa venir, juzgar, reinar con la autoridad, la gloria, la potencia de Diosmismo.16

    Todo parece indicar que Jesucristo us el Salmo 110:1 en dos momentos muy precisos, causandotal impresin la interpretacin que hizo que los dichos han sido conservados por los tres EvangeliosSinpticos. El primer dicho se refiere solamente al Salmo y hemos subrayado dos palabras: Sintate yhasta. El Seor comienza a reinar por el mandato expreso de Dios. En el segundo dicho se mezclan elSalmo 110 y Daniel 7:13 y tambin hay dos palabras a subrayar: Sentado y viniendo. Jess se presentaaqu no solamente como un rey de los judos, sino como el Hijo del Hombre, trascendente, celeste, eseser divino preexistente que juzga al mundo entero y reinar sobre un reino eterno.17 Por su pasin y suresurreccin, Jesucristo va a entrar en una fase nueva de su reinado. No es por la paciencia y la muerteque El establecer desde ahora en adelante su Reino, sino por la propia fuerza de Dios (poder es aquun sustituto para el nombre sacrosanto de Jehov) y al final de los tiempos volver en calidad de

    juez.18

    De todo lo que hemos dicho, podemos concluir, sin pecar de exagerados, que nuestro SeorJesucristo crey en una escatologa en curso de realizacin. (Justo lo que ha llegado a ser el consensoteolgico sealado en el captulo anterior.) Sus enseanzas paradjicas sobre el Reino presente yfuturo, que han dado tanto que hacer a los exegetas del Nuevo Testamento, la paradoja misma del dichoante el sumo sacerdote, Sentado y viniendo, la adaptacin y el uso del Salmo 110:1, solo y mezcladocon Daniel 7:13, nos permiten hacer tal afirmacin. La anaquefalaosisen Cristo tendr suconsumacin, esa es nuestra esperanza. Hacia ella marchamos, guiados por el Espritu Santo.

    4

    LA ANAQUEFALAOSIS EN LOSDISCPULOS DE JESS

    14Could, E. P., A Critical and Exegetical Commentary on the Gospel According to St. Mark(International Critical

    Commentary), Edimburgo, T. and T. Clark, 1955, pg. 279.15

    Filson, F. V., op. cit., pg. 283.16

    Preiss, T., Le Fils de lHomme, Montpellier, Facult de Thologie Protestante, 1965, pg. 35.17

    Ibd., pg. 36.18

    Durand, A., Evangile Selon Saint Matthieu, Paris, Beauchesne et ses Fils, 1948, pg. 497.

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    La interpretacin que hace Jess del Salmo 110:1 no slo impresion a los discpulos queescribieron los Evangelios, Sinpticos, como ya hemos visto. El apstol Pedro, segn el testimonio quenos ha dejado Lucas en el Libro de los Hechos, termina su sermn en el primer Pentecosts cristianocitando el Salmo 110:1 y aadiendo: Sepa pues, ciertsimamente toda la casa de Israel, que a esteJess a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Seor y Cristo (Hech. 2:3436). Nos aadeLucas que este mensaje llev al arrepentimiento y al bautismo como a tres mil personas (Hech. 2:41).La proclamacin de que Jesucristo reina ya, recibe los primeros frutos, los primeros sbditos,despus del crculo ms ntimo de los discpulos. La anaquefalaosisen Cristo, comenzada por lapresencia del Seor mismo entre los hombres, recibe su gran impulso el primer da de Pentecostscristiano. Los creyentes, los sbditos de Jesucristo, perseveraban en la doctrina de los apstoles, en lacomunin unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones (Hech. 2:42).

    Basndonos tambin en el testimonio de Lucas, sabemos que durante el juicio a que fue sometidoEsteban por obra del Espritu Santo, le sobrevino un estado de xtasis y ... puestos los ojos en el cielo,vio la gloria de Dios, y a Jess que estaba a la diestra de Dios (Hech. 7:5556). InmediatamenteEsteban dio testimonio (le su visin, pero en este caso se produce una reaccin opuesta a la de aquellosque escucharon el mismo mensaje de labios de Pedro. Quizs por ser el mismo mensaje fue tan violentala reaccin; se taparon los odos nos dice Lucas, no quisieron escuchar el mensaje que haba llevadoa tres mil personas a los pies de Cristo. Arremetieron contra l con rabia y le mataron.

    El testimonio de Lucas sobre la importancia que tuvo para Pedro la interpretacin que hizo Jessdel Salmo 110:1 se ve corroborado por la Primera Epstola de San Pedro. E. G. Selwyn hace uninteresante estudio comparativo entre los discursos de Pedro en Hechos y la Epstola.1 Selwyn defiendela paternidad petrina de 1 Pedro y uno de sus argumentos es precisamente la correlacin entre Hech.

    2:3236 y 1 Ped. 1:21; 3:22.2 La alusin al Salmo se ve ms clara en 1 Ped. 3:22, quien habiendosubido al cielo est a la diestra de Dios; y a El estn sujetos ngeles, autoridades y potestades.

    El autor de la Epstola a los Hebreos se refiere tres veces al Salmo 110:1. Al comienzo de laepstola, despus de hacer una breve sntesis de la revelacin divina, muestra que en estos postrerosdas nos ha hablado por el Hijo (1:2). En el siguiente versculo nos muestra que, concluida ya sudivina misin de purificacin (le nuestros pecados por medio de s mismo, se sent a la diestra de laMajestad en las alturas. En el captulo 8, versculos 1 al 5, nos presenta a Jess como pontfice y comorey. En la tipologa usada por el autor, Melquisedec es rey y a la vez sacerdote. El sentarse a la diestrade Dios, nos muestra su carcter de rey, lo cual da una dignidad especial a su carcter de pontfice. Lacita ms completa del Salmo 110:1 la encontramos en 10:1213. Jess, el pontfice-rey, ha ofrecido unsolo sacrificio para siempre, esto contrasta con el sacerdocio levtico que ofreca muchos sacrificios. El

    sacrificio de Jess tiene valor permanente, es para siempre, mientras que los sacrificios en el templo serealizaban diariamente, tenan un valor temporal. El sacerdote cumpla su oficio de pie, mientras queJess est sentado a la diestra de Dios, como rey. El autor seala que Jess est esperando lo que resta,y dice explcitamente lo que se encuentra implcito, en los dos participios que estudiamos en losSinpticos: Sentado y viniendo. Esta espera durar hasta que sus enemigos sean puestos por estrado desus pies (10:13). Es interesante sealar que aqu no se sustituye hupopdion, como hemos visto enMarcos y en Mateo y como veremos ms adelante que ocurre tambin en San Pablo. El autor deHebreos cita directamente el Salmo 110, sin hacer sustitucin alguna.

    1Selwyn, E. G., The First Epistle of St. Peter, Londres, Macmillan & Co. Ltd., 1964, pgs. 3336.

    2Ibd., pg. 34.

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    El autor de Apocalipsis presenta una cita: Al que venciere, le dar que se siente conmigo en mitrono, as como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono (3:21). Aqu se nos presentaa Jess como prototipo de vencedor. Venci en la tentacin, en su vida, su muerte y su resurreccin.Como premio se le dio el privilegio de reinar junto con el Padre; El ofrece la misma recompensa al quesea capaz de vencer.

    ANAQUEFALAOSIS EN CRISTO EN SAN PABLOSin atender a la cronologa de los escritos neotestamentarios, hemos dejado para el final de este

    captulo la interpretacin paulina del reinado de Jesucristo segn el Salmo 110:1. Pablo, tal comonuestro Seor, usa el Salmo en dos formas diferentes, solo (Rom. 8:34 y Col. 3:1) y mezclado (1 Cor.15:2527 y Efe. 1:2022). Tanto en Romanos como en Colosenses se trata de alusiones indirectas. En

    Romanos la nota tnica es la victoria del cristiano a pesar de las dificultades que puedan presentarse ensu camino. No tenemos que temer a la condenacin porque el Cristo que muri ha resucitado, est a ladiestra de Dios e intercede por nosotros. En el pasaje de Colosenses la nota tnica es la tica cristiana,tema que se extiende hasta la terminacin de la epstola.

    En los dos pasajes que estudiaremos ahora el Salmo 110:1 aparece mezclado y nos parece que lanota tnica es la anaquefalaosisen Cristo. Es por eso que nos limitaremos a estudiar y comparar laescatologa en curso de realizacin en las dos epstolas, y nos referiremos nicamente a los pasajesdonde se expresa la idea de anaquefalaosis. En cuanto a Efesios, en la segunda parte el primercaptulo lo dedicamos a reflexionar sobre la escatologa de esa epstola.

    En I Corintios 15:2527 encontramos una elaboracin exegtica del Salmo 110:1, la primera partede dicho versculo es cambiada, quizs para hacerla ms comprensible: Sintate a mi diestra hasta es

    sustituido por Pues es necesario que El reine hasta. En la segunda parte hay una sustitucin -comohemos visto en Marcos y Mateo- de hupopdion (taburete, escabel) por una preposicin. En este casouna preposicin diferente a la que usarn ms tarde los escritores de Marcos y Mateo. Pablo usa hupo(debajo), mientras que los Evangelios citados usan hupokto (debajo). Las razones ara el cambiodeben ser las mismas que tuvieron los evangelistas: conservar una innovacin hecha por Jess alinterpretar dicho salmo. No es cuestin de pisotear el cuello de los enemigos vencidos, sino presentar larealidad de que Jesucristo ha sido colocado en posicin de autoridad. Esa autoridad no es reconocidapor todos todava, pero todo dominio, toda autoridad y potencia sern suprimidas y el postrer enemigoque ser destruido es la muerte (1 Cor. 15:2426). Relaciona el Salmo 110:1 con el Salmo 8:6 en1Cor.15:29 .

    En Efesios tambin hay elaboracin. No se sustituye la primera parte del Salmo 110:1, pero se

    aade en tois epouraniois(en los lugares celestiales), una frase caracterstica de esta epstola queaparece cinco veces,3 no apareciendo en ningn otro libro del Nuevo Testamento.4 En el salmoencontramos un verbo en imperativo: Sintate en Efesios aparece un participio: Sentndole a sudiestra (participio aoristo). La segunda parte se expresa as: Y someti todas las cosas bajo sus pies.Presenta la idea de la segunda parte del Salmo 110:1, pero es una cita del Salmo 8:6b: Todo lo pusistedebajo de sus pies. Entre las dos citas de los Salmos se presenta una lista de los seres que seencuentran ya bajo el seoro de Jesucristo: Sobre todo principado y autoridad y poder y seoro y

    3Efes. 1:3; 1:20; 2:6; 3:10; 6:12.

    4Aunque aparece el trmino epouranios (celestial) en Mat. 18:35; Juan 3:12; I Cor. 15:40 (dos veces). 48, 49; Fil.

    2:10, etc.

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    sobre todo nombre que se nombre, no slo y en este siglo, sino tambin en el venidero (Efe. 1:21). Laidea es de absoluto.

    Es evidente que hay diferencias entre el enfoque de Primera Corintios 15 y el de Efesios. El padreBenoit tiene razn al referirse a un horizonte diferente5 al tratar los mismos asuntos, pero, aunque elverbo anaquefalaiosasthaino se encuentra en Corintios la idea que expresa s est. Quiz la forma deexpresar la idea de anaquefalaosissea ms clara en I Corintios que en Efesios. La idea de proceso esten ambas epstolas; en Efesios se nos habla de un kairsy de un ain, mientras que en I Corintios sehace referencia a varios tgmata. Nos detenemos para considerar estos trminos en su relacin con laanaquefalaosis en Cristo. Delling afirma que no hay certeza con relacin al significado original deltrmino kairs. La investigacin etimolgica ha producido conclusiones divergentes. Sin embargo, eldesarrollo lingstico del trmino sugiere que el sentido bsico es el de lugar o punto decisivo ocrucial, ya sea espacial, material o temporal.6 En el primer sentido, o sea el espacial, no aparecekairsen el Nuevo Testamento. En el sentido material se encuentra slo una vez, en Hebreos 11:15. Eluso temporal se encuentra muy extendido por todo el Nuevo Testamento.7 ... es un decreto divino quehace de tal o cual fecha un kairs, y eso en vista de la realizacin del plan divino de salvacin. Se tratade una historia de salvacin, porque este plan, en su realizacin, est ligado a kairoi, a momentosescogidos por Dios. No son todas las partes de la lnea continua del tiempo las que forman la historia dela salvacin propiamente dicha; sino ms bien esos kairoi, esos puntos aislados del conjunto del cursodel tiempo.8 En la epstola a los Efesios el trmino kairsaparece cuatro veces, siempre en sentidotemporal. Pero esta temporalidad se manifiesta de tres maneras diferentes. La primera se refiere a uncorto espacio de tiempo,9 a la vida del cristiano, que debe estar orando en todo su tiempo.10 La segundase relaciona con las oportunidades ofrecidas por el tiempo.11 Aprovechando bien el tiempo, porquelos das son malos.12 Por ltimo, el sentido que nos interesa ms, la presentacin de kairscomomomentos escogidos por Dios para revelar su plan de salvacin: Dndonos a conocer el misterio de suvoluntad, segn su beneplcito, el cual se haba propuesto en s mismo, de reunir todas las cosas enCristo en la dispensacin del cumplimiento de los tiempos,... (Efe. 1:10). La anaquefalaosisenCristo y el concepto de kairsestn muy relacionados; en el cumplimiento de los tiempos Dios enva asu Hijo para iniciar la conduccin de todas las cosas (los seres tanto celestes como terrestres) hacia laplena aceptacin de la soberana de Jesucristo. En otro pasaje de Efesios se describe el estado de losgentiles antes del advenimiento de ese kairs: "En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de laciudadana de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo (Efe.2:12).

    5Benoit, P., Lhorizon paulinien de leptre aux Ephsiens, Exgse et Thologie, Vol. II, Les ditions du Cerf.,

    1961, pgs. 6994.6

    Delling, G., Art. "Kairs", Theological Dictionary of the New Testa ment, Grand Rapids, Michigan, Wm. B.Eerdmans Publishing Company, 1965, Vol. 111, pg. 455.7

    Ibd., pg. 459.8

    Cullmann, O., Christ et les Temps, op. cit., pg. 28.9

    Delling, G., op. cit., pg. 461.10

    Efesios 6:18.11

    Bchsel, F., Art. "Exagoradso", The Dictionary of the New Testament, op. cit., Vol. 1, pg. 128.12

    Efesios 5:16. Cf. tambin el pasaje paralelo, Col. 4:5.

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    Con relacin al futuro se usa el trmino ain (siglo). Nos limitaremos a reflexionar sobre elbinomio que nos ofrecen kairsy ain en esta epstola. Kairse refiere a la obra de anaquefalaosisiniciada por Jesucristo, ain se refiere a la consumacin: ... no slo en este siglo, sino tambin en elvenidero... (Efe. 1:21). Aparte de Efesios esta combinacin de kairsy ain slo la encontramos enMarcos y Lucas: Que no reciba cien veces ms ahora en este siglo (kairs)... y en el venidero (ain)la vida eterna (Mateo 10:30). O como lo presenta San Lucas: Que no haya (le recibir mucho ms eneste tiempo) (kairs), y en el siglo venidero (ain) la vida eterna (18:30). En las epstolas paulinaseste binomio slo se encuentra en Efesios. Pablo nunca usa el trmino siglo venidero aparte de laepstola a los Efesios. Sin embargo, varias veces se refiere a este tiempo (kairs). 13

    La idea del binomio kairos-ain en la Epstola a los Efesios tropieza con una dificultad. El ltimotrmino aparece una segunda vez en la epstola, en este caso en plural: para mostrar a los siglosvenideros las abundantes riquezas (Efe. 2:7). Ms arriba hemos afirmado que el siglo venidero noes otra cosa que la consumacin de la anaquefalaosisen Cristo. Pero si se trata de una serie demomentos culminantes sucesivos, no es posible hablar de consumacin hasta el que arribemos al fin delltimo aion. Maurice Goguel entiende la expresin: siglos venideros en el sentido temporal, es decir,que se refiere al mundo futuro, al Reino de Dios. El explica el empleo del plural por el nfasis verbal dela Epstola a los Efesios.14 Para Abbott tambin hay una referencia al siglo venidero: El participiopresente no est en contra de esto, porque en Mar. 10:30 tenemos ho ain ho arjomenos (el siglo queviene) en este sentido. El plural puede a primera vista parecer contra esta interpretacin, pero no esrealmente as; el plural slo indica que el apstol vislumbraba el siglo futuro como envuelto en etapasde desarrollo en las cuales las sobreabundantes riquezas de la gracia de Dios se manifestarn ms y msclaramente y se vuelve actual, cuyo conocimiento se menciona como objeto de deseo en 1:18.15 Estasopiniones prestigiosas disuelven las nieblas de la dificultad arriba apuntada. Podemos entonces hablarde un binomio kairs-ain en la Epstola a los Efesios y compararlo con los tres tgmataqueencontramos en I Cor. 15:2325. (Tagmataes el nominativo plural de tgma.)

    Tgma significa: Compaa, tropa, en sentido militar.16 Aquello que ha sido arreglado; cosacolocada en orden; un cuerpo de soldados.17 Viene de tasso(arreglar, nombrar).18 Hay muy pocasdudas de que tgmaes una metfora militar: compaa, tropas. Debemos pensar en cada cuerpo detropas viniendo en su propia posicin y orden.19 Esta palabra aparece una sola vez en el NuevoTestamento: Pero cada uno en su debido orden: Cristo las primicias (aparch) (I Cor. 15:23). Elsignificado podra ser: cada uno en su orden de combate, Jesucristo el primero, el iniciador. Elsegundo rango se asigna a los cristianos que resucitarn en el momento de la parusa, es decir, a lallegada del Seor. Se esperara en seguida la mencin de un tercer tgma. Pero en lugar de hablar de

    13Romanos 5:21; 8:18; 11:5; II Cor. 8:14.

    14Goguel, M., "Esquisse dune solution nouvelle du problme de lptre aux Ephsiens", Revue des Religions,

    Paris, Tomo III, 1935, pg. 268.15

    Abbott, T. K., op. cit., pg. 50.16

    Moulton, J. H. y Milligan, G., The Vocabulary of the Greek Testament, Londres, Hodder and Stoughton, 1963,pg. 624.17

    Thayer, J. H., Greek-English Lexicon of the New Testament, Grand Rapids, Michigan, Zondervan PublishingCompany, 1963, pg. 613.18Analytical Creek Lexicon, Londres, Samuel Bagster and Sons Ltd., pg. 398.19

    Robertson, A., Fipst Epistie of St. Paul to the Corinthians, l. C. C., Edimburgo, T. and T. Clark, 1958, pg. 354.

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    esto, el autor coloca en el tercer rango el fin, es decir, el evento entre la parusa y el establecimientodefinitivo del reino de Dios.20

    La presentacin de tres momentos o tres ofensivas, para usar un trmino militar, tropieza con unadificultad. Tlos(fin) pudiera ser interpretado adverbialmente y la traduccin sera finalmente, comoen I Ped. 3:8. Otra posibilidad sera traducir el resto, es decir, los hombres que no son redimidos porCristo del poder de la muerte. Sin embargo, Hering21 y Moffat22 estn de acuerdo en que tlosserefiere a los acontecimientos entre la parusa y el establecimiento definitivo del Reino de Dios.

    En el horizonte de I Corintios las ideas estn expresadas con mayor claridad que en Efesios a travsdel binomio kairs-aln. Dicho binomio no explica la anaquefalaosisen su consumacin futura conclaridad que lo hace I Corintios. Pero todava encontramos otra diferencia: en Efesios 2:110 apareceuna escatologa realizada que parece oponerse a la idea de la anaquefalaosis. Los verbos aparecen enaoristo: Nos dio vida, juntamente con El nos resucit y asimismo nos sent con El en los lugarescelestiales. Estas afirmaciones pareceran estar en franca oposicin con I Cor. 15:22, Tambin enCristo todos sern vivificados. Mucho se ha escrito sobre esta contradiccin, real o aparente. Ellicottafirma que los tres verbos (en Efesios 2) -dar vida juntamente con, resucitar juntamente con y sentar

    juntamente con- se refieren a la vida futura.23 Meyer, citado por Abbott, argumenta en el sentido de queel verbo dar vida juntamente con se refiere al futuro.24 Es bueno tener en cuenta que esta escatologarealizada aparece tambin en Colosenses 2:12 y 3:1. Markus Barth asume una actitud similar a la delpadre Benoit, la variedad de situaciones en las iglesias oblig a Pablo a colocar el acento algunasveces en un aspecto y otras veces en otro.25 As en pasajes como Romanos 6:4, 11, 13; 14:8 y ss.; IICor. 4:12; 5:17; Gl. 6:15 y Fil. 1:21 se hacen declaraciones sobre la novedad de vida en Cristo. Lacaracterstica de Efesios es la emisin de cualquier referencia explcita a nuestro haber muerto enCristo; ms bien se predica audazmente: con Cristo hemos sido resucitados 26

    A pesar de las dificultades que presenta la escatologa de la Epstola a los Efesios, no podemosdejar de sealar que hay un rico material escatolgico en ella. Las tres imgenes de la unidad de laIglesia, que consideraremos en tres de los captulos de la segunda parte, no son ms quemanifestaciones particulares de la anaquefalaosisen Cristo. Adems, hay en la epstola tres trminosque contienen un rico material escatolgico y de una escatologa en curso de realizacin bien diferentea la que nos presenta el captulo 2.

    El primer trmino que vamos a considerar es arrab (arras), que en Efesios representa un paso deavance con relacin a II Corintios. Esta palabra aparece slo tres veces en el Nuevo Testamento, dos en(II Corintios 1:22 y 5:5) y una en (Efesios 1:14). En II Corintios aparece siempre en relacin con elEspritu Santo en sentido escatolgico, en cuanto a su plenitud. Por el contrario, en Efesios la recepcin

    del Espritu Santo es un hecho dado, no se trata ya de las arras del Espritu en nuestro corazones

    20Hering, J.,Le premire ptre de St Paul aux Corinthiens. Cominentaire du N.T., VII, Neuchatel-Paris,

    Delachaux et Niestl, 1949, pg. 139.21

    Ibd., pg. 139.22

    Moffat, J., The First Epistle of Paul to the Corinthians, Londres, Hodder and Stoughton Limited, 147, pg.247.23

    Ellicott, op. cit., pg. 48.24

    Abbott, op. cit., pgs. 4748.25

    Marth, M., op. cit., pg. 151.26

    Ibid., pg. 151.

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    (Corintios), sino del Espritu como arras del Reino que viene. Arrabest ntimamente relacionado conkleronom (herencia), trmino muy ligado a la idea del Reino de Dios, sobre la cual volveremos msadelante. Ya hemos sido sellados, no como arras, sino definitivamente, para el da de la redencin (Efe.4:30).

    El segundo trmino es apoltrosis(redencin), una palabra caracterstica de Efesios si tomamos enconsideracin su uso en otras epstolas paulinas. Aparece tres veces (1:7, 14; 4:30) mientras que en elresto de las epstolas paulinas aparece slo cuatro veces.27 En el uso que se hace en Efesios de estetrmino encontramos la misma tensin que nos presenta Jess en las Sinpticos entre sentado yviniendo. Es la misma tensin entre el Reino que ya ha venido, pero que todava no se haconsumado. En 1:17 se afirma tenemos la redencin, es decir, se subraya el ya. Los otros dospasajes subrayan el todava no": Hasta la redencin o para la redencin (1:14) y para el da de laredencin (4:30). Esta expresin es nica en el Nuevo Testamento, aunque aparece otra similar, dadel Seor, en I Cor. 5:5 y II Cor. 1:14. Es evidente que este trmino subraya la idea de una escatologaen curso de realizacin, idea que encontramos tambin en las imgenes de la unidad de la Iglesia queestudiaremos despus.

    El tercer trmino es kleronoma(herencia), ya mencionado ms arriba. Comenzaremos por elverbo del cual procede, kleronom, (heredar). Pablo lo usa seis veces (I Cor. 6:9, 10; 15:50 bis; Gl.4:30; 5:21) y slo en una ocasin, Gl. 4:30, no est relacionado con la idea del Reino de Dios. Estehecho nos parece suficiente para entender el sentido que Pablo da a kleronoma, palabra que tambines caracterstica en Efesios, donde aparece tres veces (1:14, 1:18, 5:5), mientras que en las demsepstolas paulinas aparece slo dos veces (Gl. 3:18 y Col. 3:24). En Efesios 5:5 se hablaexplcitamente del Reino de Dios, en los otros dos pasajes la idea est implcita. El sentido original dekleronomaes propiedad privada.28 La propiedad de Israel por la gracia de Dios.29 Fue durante lacautividad que este trmino tom valor escatolgico.30 Carrez piensa que es arrab el que da akleronomaun sentido escatolgico.31 La herencia no es otra cosa que el Reino de Dios.32

    CONCLUSIONESDespus de haber estudiado someramente el impacto que hizo la interpretacin de Jess del Salmo

    110:1, encontramos que el primer sermn que predic San Pedro llev el sello de esta interpretacindel Salmo 110 como un Salmo mesinico aplicado al ministerio de Jess. Es lgico afirmar que estemensaje fue recurrente en la predicacin petrina; de esto ha quedado constancia en I Pedro 3:22. Vimosen los sinpticos que Lucas no sustituye hupopdion como ocurre en Marcos y Mateo. Por algunarazn, igualmente Lucas presenta a Pedro citando el Salmo directamente, sin hacer sustitucin (Hech.

    2:3435), sin embargo, I Pedro 3:22 seala la sujecin de ngeles, autoridades y potestades a lasoberana de Jesucristo. Es obvio que el testimonio de I Pedro es ms valioso que el de Lucas, si

    27ICor. 1:30; Rom. 3:24; 8:23; Col. 1:14.

    28Margot, J. C., Art. "Heritage", Vocabulaire Biblique, op. cit., pg. 120,

    29Foerster, W., Art. "Kleronoma", Theol. Dict. N.T., Vol. III, op. cit., pg. 760. Cf. Beare, F. W., Int. Bible, op. cit.,

    pg. 622.30

    Margot, J. C., op. cit., pg. 121.31

    Carrez, M., Art. "Arrhes", Voc. Bibl., op. cit., pg. 28.32

    Foerster, W., op. cit., pg. 782.

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    reconocemos la paternidad petrina de la epstola. Entonces tendramos una lnea uniforme depensamiento en Pedro, Pablo, Marcos y Mateo.

    Esteban, segn el testimonio de Lucas, comenz a predicar un sermn en su defensa. Saulo y susamigos seguramente lo escuchaban con atencin. No hubo dificultades cuando se refiri a Abraham,Jos, Moiss, David y Salomn. Ms tarde Esteban us palabras fuertes y Lucas nos dice que susoyentes estaban enfurecidos en sus corazones y crujan sus dientes (7:54), pero la presentacin de lacita del Salmo 110:1 fue la gota que colm la copa. El mensaje que no quiso escuchar Saulo de Tarsoes el que l mismo va a proclamar despus y de esto nos dan testimonio sus epstolas. Por qu produjotanta ira la cita? Quizs porque ese mensaje llev a tres mil personas a los pies de Cristo.

    San Pablo, como San Pedro, Marcos y Mateo cambi la segunda parte del Salmo 110:1. Tanto enEfesios como en I Corintios lo combina con el Salmo 6:8. En Hebreos y Apocalipsis la interpretacin

    del Salmo que hace Jess tambin est presente. Hebreos 10:13 no sustituye hupopdion. No puedequedarnos la menor duda de que la interpretacin de Jess fue un gran impacto para los primeroscristianos y lo es tambin para nosotros hoy, al reflexionar sobre la pertinencia del mensaje de laanaquefalaosisen Cristo. Cerramos estas reflexiones con las siguientes palabras de Oscar Cullmann:La fe en el reinado ejercido actualmente por Jesucristo ha encontrado en el Nuevo Testamento suexpresin clsica en relacin con el Salmo 110 aplicado a Cristo33

    SEGUNDA PARTELA UNIDAD DE LA IGLESIA COMO EXPRESIN

    DE LA ANAQUEFALAOSISEN CRISTO EN LA EPSTOLA A LOS EFESIOS

    1JUDOS Y GENTILES UNIDOS EN LA

    IGLESIALa anaquefalaosisen Cristo prosigue. Detrs han quedado dos grandes acontecimientos histricos:

    la cruz del Calvario y la resurreccin de nuestro Seor. Ahora estamos siendo conducidos por elEspritu Santo, quien nos ha revelado el misterio de Dios. anaquefalaosisy misterio son dos trminosntimamente relacionados. Mucho se ha escrito sobre las influencias gnsticas en la Epstola a losEfesios. Sin embargo, todo parece indicar que el trmino misterio ha sido tomado del lenguajecorriente del siglo I; slo en ese sentido podemos hablar de influencias. Igualmente en el da de hoy,algunas ideologas contemporneas influyen en algunos plpitos cristianos. Bultmann, Ksemann,

    33Cullmann, O., La royaut du Christ et lEglise dans le Nouveau Testament. Foi et Vie, Cahiers Bibliques, 1941,

    pg. 3.

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    Schlier, etc., afirman la dependencia gnstica. Nosotros compartimos la opinin de Huby,1 W. L.Knox,2 J. A. Robinson3 y T. K. Abbott,4 la no dependencia de la epstola de las reflexiones gnsticas.

    El concepto de misterio es una de las caractersticas distintivas tanto de la Epstola a los Efesioscomo la dirigida a los Colosenses. El concepto se expresa con mayor claridad en el captulo tercero deEfesios: Que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartcipes de la promesaen Cristo Jess por medio del Evangelio (3:6). Ms que depender de las reflexiones griegas, San Pablose ubica dentro de la concepcin de misterio que era comn en el judasmo posterior (del perodointertestamentario), en el sentido de que los misterios son aquellos acontecimientos que determinarn elfin de los tiempos. Los misterios ya existen, pero estn escondidos por Dios quien har que seproduzcan en un momento prefijado. Es por eso que Pablo, escribiendo a los Colosenses, dice: Elmisterio que haba estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus

    santos. Dice a los Efesios que el misterio estaba escondido desde los siglos en Dios, que cre todas lascosas (3:9). En ambas epstolas seala el hecho de que el misterio es revelado ahora (Col. 1:26; Efe.3:5). En Efesios 3:5 se especifica que es revelado por el Espritu Santo. La revelacin se hace ahoraporque ha tenido lugar el acontecimiento central de la historia de la salvacin, el acto redentor de Diosen la persona de Jesucristo. Nos dice Masson que somos afortunados de que Pablo haya hecho unadefinicin de misterio en Efesios 3:6, o sea la unidad de judos y gentiles en la Iglesia.5

    La anaquefalaosisen Cristo es un misterio revelado: Dndonos a conocer el misterio de suvoluntad, segn su beneplcito, el cual se haba propuesto en s mismo de reunir todas las cosas enCristo, as las que estn en los cielos, como las que estn en la tierra (Efe. 1:910). La aplicacininmediata de la anaquefalaosisen Cristo es la unidad de judos y gentiles en la Iglesia. Dicha unidadaparece desde el captulo primero, inmediatamente despus del pasaje central de la anaquefalaosisque acabamos de mencionar ms arriba. Esta interpretacin no es unnime y por lo tanto nosdetenemos aqu para analizar los versculos doce y trece del primer captulo. El verboproelpdzoesobjeto de controversia. Para la mayora de los exegetas significa esperar primero, para otros se tratasencillamente de esperar. Ambas interpretaciones estn representadas en nuestras versiones castellanas.Nacar-Colunga traduce: A fin de que cuantos esperamos en Cristo. Reina-Valera, por su parte,nosotros los que primeramente esperbamos en Cristo. La Versin Hispanoamericana sigue lainterpretacin de Reina-Valera, aunque en forma ms enftica: Los que hemos sido los primeros enesperar en Cristo. La Versin Popular sigue la misma lnea: Nosotros, que fuimos los primeros enconfiar en Cristo. Hay unanimidad en todas las versiones protestantes consultadas. Todo pareceindicar que se est haciendo referencia a los cristianos de origen judo, que fueron los primeros enesperar en Cristo. Masson est de acuerdo con la interpretacin de Nacar-Colunga, pues l cree que el

    sentido deproelpdzoes pleonstico, igual que en el caso del verbo propaggellomai(prometer poradelantado) en Romanos 1:2 y proako(or por anticipado) en Col. 1:5.6 No nos parece que en el casode proelpdzoexista un pleonasmo, es decir, una repeticin de palabras que tiene el mismosignificado. En Romanos se trata ms bien de un esfuerzo por parte de Pablo a fin de dar ms fuerza a

    1Huby, J., Saint Paul:Les Epitres de la Captivit, Paris, Beauchesne et ses fils, 1947, pg. 191.

    2Knox, W. L.,St. Paul and the Church of the Gentiles, Cambridge University Press, 1961, pgs. 22728.

    3Robinson, J. A., op. cit., pg. 30.

    4Abbott, T. K., op. cit., pgs. 1516.

    5Masson, Ch., op. cit., pg. 177.

    6Masson, Ch., op. cit., pg. 146.

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    su pensamiento. Es posible reconocer la existencia del pleonasmo en el pasaje de Colosenses; sinembargo, no vemos relacin alguna entre este pasaje y el de Efesios. Un verdadero paralelo sera msbien el verbo prolambano(recibir por anticipado), que aparece en I Corintios 11:21. Porque cada unose adelanta a tomar su propia cena (Nacar-Colunga). Cada uno se adelanta a tomar su propia cena(Reina-Valera). Cada uno se anticipa a tomar su propia cena (Versin Hispanoamericana). Cada unose adelanta a tomar su propia cena (Versin Popular). No vamos a prolongar la discusin. Paraterminar nos limitaremos a decir que Abbott,7 Ellicott, 8 Huby,9 Benoit,10 Bultmann,11 Scott,12

    Robinson,13 Beare,14 y Goguel15 creen que proelpdzose refiere a los judeo-cristianos.En el himno introductorio16 de la Epstola a los Efesios se usa diez veces hemeis(nosotros), pero

    en el versculo 13 se cambia por hume(vosotros). Por qu se realiza este cambio? La mayora de losexegetas creen que nosotros se refiere a los judeo-cristianos mientras que vosotros seala a loscristianos de origen pagano. Hemos encontrado dos exegetas que no comparten esta opinin: Masson,para quien el autor al cambiar el nosotros por el vosotros toma aparte a sus lectores17 y el padreGonzlez Ruiz para quien: San Pablo pasa del nosotros al vosotros, como, en otras ocasiones,adoptando una postura ms directa de comunicacin paternal.18 Por el contrario, Ellicott,19 Abbott,20

    Scott,21 Benoit,22 Robinson,23 Beare,24, Markus Barth,25 Goguel26 y Hanson,27 creen que la palabranosotros se refiere a los judeo-cristianos y vosotros a los cristianos de origen pagano, como recinexpresamos.

    Como consecuencia de la anaquefalaosisen Cristo ha sido destruido el muro de separacin (Efe.2:14). Segn Hering28 y Abbott,29 esta pared de separacin no es otra que la que separaba a judos y

    7

    Abbott, T. K., op. cit., pg. 21.8Ellicott, C. J., op. cit., pg. 28.

    9Huby, J., op. cit., pg. 167.

    10Benoit, P., Les ptres..., op. cit., pg. 87.

    11Bultmann, R., Art. "Proelpizo", Theo. Dict. N.T., op. cit., Vol. Il, pgs. 534535.

    12Scott, E. F., op. cit., pgs. 147148.

    13Robinson, J