99987836 Gabriele Amorth Memorias de Un Exorcista

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Presentacin de un hombre y un libro muy especiales El gran conjunto arquitectnico situado en la calle Alessandro Severo es una autnti ca ciudadela, presidida por una baslica de imponente cpula, sede del cuartel gener al de la Sociedad San Pablo de Roma. En la sala estar familiarizados con lo ultr aterreno y sobrenatural, o, cuando menos, deberan ser capaces de dejar una puerta abierta a todo ello y no lo hacen. Pero aqu ya entraramos en materia, y antes qui siera hablarles un poco ms del padre Amorth y del espacio en el que pasa la mayor parte de su tiempo, en un cuerpo a cuerpo no slo metafrico con un adversario inexpu gnable. Quisiera hablarles de este hombre de 84 aos que hace veintitrs, en 1986, c ambi radicalmente su vida e inici una aventura que hoy sigue apasionndole. En las p aredes hay pocas imgenes. Una gran fotografa del padre Giacomo Alberione, fundador de la Sociedad de San Pablo. Y otra foto, el retrato de un sacerdote de cabello claro, ojos tremendamente expresivos bajo la frente despejada y un corazn blanco bordado en la sotana negra, el uniforme de los religiosos pasionistas. Es el pa dre Candido Amantini, exorcista del santuario de la Escalera Santa de Roma duran te 40 aos y mentor de don Gabriele. Una escultura de la Virgen de Ftima, de ms de u n metro de altura, seorea desde la pared, al lado de una delicada imagen, probabl emente barroca, del arcngel Miguel. Desde la butaca sonre un rostro de Juan Bosco, junto a un padre Po de mediana edad, 2 santos que conocan muy bien a la presencia indeseada del despacho de Gabriele Amorth, es decir, al diablo. Digo ambos, aun que el demonio reserv a Po de Pietrelcina atenciones muy especiales, que, tcnicamen te, se denominan vejaciones. Don Gabriele es un hombre sonriente, de aire burln; siempre ameniza la conversacin con alguna broma. No tiene mvil, no sabe qu es Inter net, no ve la televisin ni lee peridicos. Durante las comidas mis hermanos me ponen al corriente de lo que pasa en el mundo. Y sus 2

pacientes lo informan de otros sucesos desagradables. La impresin de entrar en un mundo distinto, en una dimensin fuera de lo habitual, es intensa. Y cada vez es ms fuerte, segn el anciano sacerdote va tirando del hilo de sus relatos y te habla de personas que, al principio, eran el prototipo de la visita sonriente, conver sadora y afable, para luego, en cuestin de segundos, caer en trance y transformar se en seres gritones, de cuya boca salen babas y blasfemias, dotados de tal fuer za que 6 o 7 personas no bastan para inmovilizarlos; a veces es necesario atarlo s a una camilla para impedir que se hagan dao a s mismos y a los dems. Despus, cuand o finaliza la oracin y termina el estado de trance, vuelven a ser personas normal es y tranquilas. En la sobria habitacin situada en la planta baja de ese edificio romano, cuartel general de la flota editorial de la Sociedad San Pablo, la sens acin de que los dos universos avanzan uno junto a otro, muy cercanos y paralelos, es palpable. Dos universos que de vez en cuando se tocan, produciendo un cortoc ircuito dramtico causado por la Presencia de un poder maligno. Y lo ms asombroso e s la serenidad del cura que tienes delante, quien parece tener las llaves del pu ente que une ambos universos. Como si fuera lo ms normal del mundo, te habla de a lguien que babea y echa por la boca clavos de 10 centmetros, e incluso puede que te los escupa a ti. Don Gabriele es una mina de recuerdos, experiencias y relato s. No slo eso. Cuando la memoria le falla, acuden en su ayuda los recuerdos escri tos en el boletn de la Asociacin de Exorcistas (primero italiana, luego internacio nal). Un boletn de confeccin casera, redactado con una mquina de escribir porttil, d el que se hacan varias decenas de copias. Don Gabriele puso a mi disposicin esa me moria histrica, segn creo indita. En sus pginas, los sombros combatientes de tan extr aa guerra intercambiaban informaciones, experiencias y conocimientos tiles para el cuerpo a cuerpo con su Adversario. Junto al resultado de mis largas conversacio nes con don Gabriele, tambin publico aqu dichos relatos, que muestran de forma con creta y tangible el sentido de una vocacin y de un ministerio pastoral desempeado en zonas lmite, envueltas en el 3

misterio. Don Gabriele ofrece 3 clases de testimonios (en los que siempre se omi ten los nombres de los protagonistas, para evitar su identificacin): experiencias que vivi personalmente, hechos acontecidos a otros curas que, al igual que l, luc han contra el Adversario y declaraciones de las vctimas. Sin embargo, tengo la im presin de que todos ellos pertenecen al padre Amorth, pues es su voz la que resue na en las circulares de la Asociacin de Exorcistas, su creacin ms visible y durader a. Por eso, en vez de dividir el resultado de mis largas conversaciones con l en captulos tradicionales, he preferido mantener y transmitir la sensacin de un largo fluir de palabras y sentimientos, jalonado de relatos, testimonios y experienci as. Espero que su lectura resulte provechosa. MARCO TOSATTI 4

Un cambio radical Don Gabriele, el cardenal Poletti lo nombr exorcista en 1986, y lleva usted ms de 20 aos librando esta dura batalla. Cmo cambi su vida ese hecho? La cambi radicalmente . Para empezar, antes escriba mucho. Era director de Madre di Dio, la revista men sual mariana de la Sociedad San Pablo; lo fui durante muchos aos. Podramos decir q ue mi especialidad es la mariologa. Pero, a partir de 1986, mi vida cambi radicalm ente y empec a dedicarme de forma exclusiva a practicar exorcismos. Y, como veo q ue hacen muchsima falta y hay pocos exorcistas, trabajo 7 das a la semana, maana y tarde, incluso en Navidad y en Semana Santa. Es decir, que no hago nada ms, excep to algn sermn a grupos grandes, slo grupos grandes, sobre todo grupos de Renovacin C arismtica, o de Medjugorje (los 2 movimientos a los que me dedico). Y, una vez al mes, doy una conferencia en Radio Maria, con preguntas y respuestas, de 6 a 7 y media de la tarde, una hora y media, el segundo mircoles de cada mes. Hace 16 aos que doy esta especie de conferencia y veo que la gente an no se ha cansado, aunq ue mi tema siga siendo el mismo: los exorcismos. Est claro que a la gente le inte resan estas cuestiones, porque aprende de ellas. Recibo muchas cartas y llamadas de agradecimiento. Me hacen gran cantidad de preguntas; y muchos me dicen: Nunca consigo hacerle mi pregunta. Hablo tres cuartos de hora; luego empiezan las llam adas con las preguntas. Y me doy cuenta de que, frente al gran silencio sobre el diablo, que a menudo procede de la 5

misma Iglesia, los fieles y la gente corriente tienen un profundo deseo de saber . En definitiva, fue un cambio radical, increblemente radical. Hace aos se me cono ca como marilogo (o marelogo, vaya usted a saber) y ahora soy conocido como exorcist a. Sobre todo porque, al ver que haba pocos exorcistas, se me ocurri escribir libr os y, por el xito que han tenido, yo dira que la Virgen bendijo mi idea. Mi primer libro, Habla un exorcista, lleva 21 ediciones en Italia y ha sido traducido a 2 3 idiomas. Un xito mundial, que me ha hecho famoso en el mundo entero. Me invitan a todos los pases. En Polonia me dicen: eres muy famoso en Polonia. En Brasil: e res muy famoso en Brasil. Y lo mismo en Estados Unidos, etctera, etctera. Y soy fa moso por mis libros, porque nunca he ido a esos lugares, ni voy a ir; tengo dema siado trabajo en Italia. Luego se me ocurri fundar la Asociacin de Exorcistas. Pri mero slo era nacional, pero luego se hizo internacional. En la primera reunin ramos 12; fue en 1991, en la iglesia de los Santos Pedro y Pablo, aqu, en Roma. A esa primera reunin me hubiera gustado que asistiera el padre Candido Amantini, que en tonces an viva. Pero no, no se vio con fuerzas. El caso es que fuimos 12. Al ao sig uiente ya ramos ms, y al siguiente el nmero haba aumentado mucho. En 1994 la Asociac in se hizo internacional, ya que asistan muchos curas extranjeros. Ahora soy presi dente emrito de la Asociacin, porque, despus de varios aos y de haber organizado die z congresos, pens: mejor que el cargo sea rotativo. Ahora el presidente es Gianca rlo Gramolazzo, aunque los miembros me nombraron presidente honorario vitalicio. Ya ve, tras unos aos ejerciendo el oficio de 6

exorcista, se me ocurri fundar la Asociacin Internacional. Y creo que la buena aco gida que ha tenido, y el nmero siempre creciente de miembros, demuestran que el S eor ha bendecido esta iniciativa, hacindola suya. Una batalla de caridad Comenz usted a ejercer de exorcista a cierta edad, y ahora tiene ms de 80 aos, de m odo que no puedo evitar preguntarle si su tarea le resulta muy gravosa fsicamente . S, claro, es gravosa, sobre todo porque me pasa algo muy raro: cada ao tengo un ao ms Ya tengo 84 aos, los cumpl el 1 de mayo. No puede ser casual: estoy convencido de que nac el primer da del mes dedicado a Mara en honor de la Virgen. Pues bien, v olviendo a lo pesado que puede llegar a ser mi trabajo, lo que ms cansa es ver la necesidad de la gente y la compasin que siento por ellos. Me encuentro con casos de enormes sufrimientos que se prolongan durante aos. Y veo que los exorcismos l es hacen mucho bien y con frecuencia los liberan por completo. San Alfonso de Li gorio, que entenda de estas cosas, deca: No siempre se llega a la liberacin total, p ero siempre se obtiene un gran beneficio. Y es cierto. Algunas personas, aun sin estar completamente liberadas, han conseguido tal grado de autonoma que nadie not a su peculiar condicin. Pueden llevar una vida normal, con su familia y su trabaj o, y slo necesitan visitarme una o 2 veces al ao para recibir exorcismos. Una o do s veces al ao no son nada, sobre todo si pensamos que empezaron acudiendo una vez a la 7

semana, y que quiz los tenamos que atar a una camilla. En cambio, ahora estn muy ce rca de la liberacin total, vienen aqu solos y se sientan tranquilamente en la buta ca. En los casos ms difciles, al comenzar el proceso de exorcismo se producen mani festaciones tan violentas que necesito, al menos, seis o siete personas que me a yuden a controlar los desahogos y reacciones del endemoniado. Desde luego, el au xilio fsico que prestan los colaboradores es muy importante (inmovilizan a los ob sesos, o les limpian la cara y la ropa cuando babean, lo cual es muy frecuente), pero su ayuda tambin consiste en la oracin que acompaa su accin durante el exorcism o. Adems de estos colaboradores laicos, tambin asisten curas que desean aprender y perfeccionar su ministerio de exorcistas. Un trabajo arriesgado Quisiera ofrecer al lector un primer testimonio de las manifestaciones que suele n acompaar los exorcismos. En esta ocasin voy a mostrar el poder y la utilidad del agua bendita a la hora de resolver un caso. Un prroco, sacerdote de mi dicesis, m e pidi que lo ayudara en el caso de una mujer trastornada. El da antes de mi llega da la mujer le dijo al prroco que yo no acudira, pues me encontrara mal. Entonces y o ignoraba este hecho; el prroco me lo cont despus. Al da siguiente, cuando estaba a punto de marcharme, me sent mal de repente, debido a unos clculos renales, y tuvi eron que llevarme al hospital. 8

Unas semanas ms tarde se produjo el encuentro. Al principio la mujer tena todo el aspecto de ser una persona trastornada, aunque pareca simptica. Luego, segn fuimos hablando, la vi cada vez ms inquieta, ms angustiada por mi presencia. De pronto, s e levant, se acerc al otro sacerdote, le ech los brazos al cuello, como una nia asus tada, y dijo: Protjame de l. Le hice una seal al prroco para que la instara a sentarse . Yo haba puesto 2 vasos en la mesa; uno contena agua corriente, el otro, agua ben dita. Le ofrec a la mujer agua corriente; me dio las gracias y bebi. Al cabo de un os minutos le tend el vaso del agua bendita. Bebi, y esta vez su aspecto cambi de g olpe: de nia asustada pas a ser una persona muy enfadada. Recalcando las palabras con un timbre de voz grave y fuerte, como si un hombre hablase en su interior, m e dijo: Te crees muy listo, cura!. Entonces empezamos la oracin de exorcismo. Al cab o de una hora, al finalizar el rito, se produjo la liberacin en la iglesia. Voy a relatar ahora un segundo testimonio. Slo haca un ao que me haban ordenado sacerdote cuando recib una llamada de un hermano. Me peda si poda ir a ayudarlo en el caso d e una joven que acababan de llevarle a la rectora. Al principio vacil; tena mis raz ones: acababa de reincorporarme a mi parroquia despus de haber padecido una hepat itis durante 6 semanas; adems, tena que oficiar la misa de tarde, porque mi prroco estaba ausente, de modo que rechac la invitacin. Durante la celebracin eucarstica, t ras dar la comunin a los fieles, tuve la sorpresa de or una voz interior mientras guardaba el copn en el sagrario: Estoy contigo, me dijo. Sent que una nueva fuerza r ecorra mi cuerpo y supe que deba 9

acudir junto al hermano que me haba pedido ayuda. Llegu a la rectora. Despus de una primera oracin muy larga (casi 3 horas), comprendimos que era un caso de autntica posesin y llamamos al obispo, con el fin de pedir su autorizacin para utilizar los exorcismos necesarios. A continuacin expondr algunos de los hechos que ocurrieron . En determinado momento el cuerpo de la joven rept 3 metros por el suelo, como u na serpiente. Varias personas que estaban con nosotros fueron testigos de ello. Recuerdo que por aquellos das tuve una horrible pesadilla. Me llevaban a una espe cie de cuarto de bao, en un barco que navegaba en alta mar. En el bao haba 3 person as: una seora rubia, completamente desnuda, cuyo rostro se iba transformado segn s e acercaba, hasta que le qued media cara de animal y media de mujer. La segunda p ersona era un joven blanco con el pelo oscuro, que asa un palo; se acercaba a m e intentaba estrangularme. La tercera era un hombre de color, pero no le vea la car a; pareca estar manteniendo relaciones sexuales con una mujer negra que ocultaba su rostro. Al da siguiente, durante el exorcismo, averiguamos los nombres de esta s 3 personas y de otras, a travs de la chica poseda. Antes de recibir la ltima seal de la expulsin de los demonios y de la victoria de Cristo sobre Legin como dijo lla marse el demonio que la posea, llegu tarde a la oracin. Mientras me diriga a la igles ia, mi coche se apart suavemente de la calzada y se desvi hacia el csped. En ese mo mento yo conduca muy despacio, a unos 15 kilmetros por hora. De nada sirvieron mis esfuerzos por volver a la carretera; el coche 10

no me responda. La joven poseda iba en el asiento de atrs, junto a una persona muy fuerte a quien ped que me acompaara para inmovilizarla. Vi que la rueda delantera derecha se haba pinchado, sin saber cmo. Llegamos tarde. Unos das despus de la liber acin, el cura que me haba pedido ayuda tuvo un accidente de coche en el mismo siti o. Mientras entraba en casa del sacerdote sent la presencia del maligno en mi int erior, listo para atacarme. Me volv y pude ver a una chica con unas tijeras en la mano, a punto de herirme. Bendito sea Dios, todo termin gracias a su honor y su gloria. La joven poseda, tras una liberacin completa, se cas, y vive feliz. Obispos incrdulos Hace tiempo usted dijo que haba pocos exorcistas, y que muchas dicesis no tenan nin guno. Hoy ha cambiado la situacin? Por desgracia, la situacin no ha cambiado: sigue habiendo muchos curas y obispos que no nos creen. Le he escrito una carta al Sa nto Padre, a ver qu se puede hacer al respecto. Me ha prometido un escrito de la Congregacin para el Culto Divino, la nica institucin que puede redactar este tipo d e documento, en el que se recomendar a los obispos que, como mnimo, tengan un exor cista en cada dicesis. El problema es que, durante aos, muchas dicesis han dejado d e practicar exorcismos (esto sera largo de contar) y, a consecuencia de ello, en la mayor parte de los seminarios, donde se forman los sacerdotes del maana, ya no se habla del tema. 11

En los 4 primeros siglos de la historia cristiana cualquiera poda hacer exorcismo s; no existan exorcistas en el sentido en que los entendemos hoy, como curas que tienen una funcin ministerial concreta. Jess dijo: Arrojarn a los demonios en mi Nom bre; slo haba que creer en l y obrar con fe. Y esto sigue siendo vlido hoy. Por eso e xisten grupos de Renovacin, y otras personas a ttulo individual, que hacen algo qu e yo no llamo exorcismos para diferenciarlos de los exorcismos en sentido estrict o, sino plegarias de liberacin. Y la verdad es que si se hacen con fe son muy efec tivas, tanto como los exorcismos en sentido estricto. Pero volvamos a la histori a: en los 4 primeros siglos de la historia de la Iglesia todo el mundo haca exorc ismos. Despus instituyeron el exorcistado como orden menor y slo podan ejercerlo lo s sacerdotes, concretamente los obispos. Hoy sigue funcionando as: los obispos so n los nicos que poseen la facultad, el monopolio absoluto para nombrar exorcistas , o para retirarles el permiso de hacer exorcismos. Ahora bien, estos exorcismos , a los que llamo as porque los sacerdotes pronuncian una oracin pblica, no son las nicas iniciativas posibles para liberar a alguien del demonio. Siempre quedar la oracin privada, que todo el mundo puede pronunciar, tal como nos ense Jess. Pases sin exorcistas Qu consecuencias tiene ese silencio sobre el diablo que, como usted dice, se guard a desde hace tiempo incluso en el seno de la Iglesia? 12

La primera consecuencia es que me escriben desde muchos pases lamentndose de la au sencia total de exorcistas. Y me refiero a pases de primer plano, como Alemania, Austria, Suiza, Espaa o Portugal, por citar slo algunos. En estos pases no hay exor cistas. Muchos fieles me escriben porque quieren venir a Roma a recibir mis exor cismos. Slo que no puede ser, porque estoy desbordado de trabajo, de casos. Por e so los remito a grupos de Renovacin, o a curas que hagan plegarias de liberacin; s i se hacen con fe tienen el mismo efecto que los exorcismos propiamente dichos, como he explicado antes. Al hilo de todo esto, me gustara sealar que en la vida de muchos santos hay numerosos episodios que testimonian cmo stos, sin ser exorcista s, liberaban a la gente del demonio. Mencionar a un santo que no ha sido nombrado oficialmente patrn de los exorcistas, pero al que se suele considerar protector de este colectivo: san Benito. Pues bien, san Benito no era sacerdote ni exorcis ta. Era monje, pero sus plegarias de liberacin eran muy efectivas. Otro caso: san ta Catalina de Siena. Cuando los exorcistas no conseguan liberar a alguien, se lo mandaban a santa Catalina, que no era cura ni exorcista; ella rezaba y con su f e obtena liberaciones portentosas. Lo mismo hacan otros hombres y mujeres con su f e y su santidad. Tambin hay testimonios de que el padre Po, que nunca fue exorcist a oficial, liber a varias personas de la influencia y accin del maligno. Una batalla en 2 frentes Usted libra una batalla por partida doble, en 2 frentes: contra el adversario de siempre y contra el silencio o incredulidad de 13

la propia Iglesia. S, una batalla para persuadir a los miembros de la Iglesia. Ha sta el siglo XII todo fue bien, porque haba muchos exorcistas en todas las dicesis . Luego empez lo que yo llamo el perodo de locura, en el que algunos miembros de l a Iglesia autorizaban las torturas a herejes. Despus otro perodo, en el cual autor izaron que los herejes fueran entregados al brazo secular, es decir, a la justic ia de los estados, y que los quemaran vivos en la hoguera. Semejante barbarie du r varios siglos. Es evidente que adoptaron medidas exageradas contra la hereja, ha sta el punto de que, durante mucho tiempo, dejaron de hacer exorcismos y mandaba n a los endemoniados directos a la hoguera. Con todo, se han conservado document os de los pocos clrigos que an hacan exorcismos. Por ejemplo, hubo un obispo francs que no quiso condenar a la hoguera a una monja poseda por el diablo (una autntica bruja) y la mand exorcizar. Necesitaron dos aos para liberarla, pero luego vivi san tamente el resto de su vida. Era una posesin en toda regla, lo cual se da muy poc as veces; son mucho ms habituales otras manifestaciones y acciones diablicas. Habl ando de persecuciones a herejes y posedos, recuerdo que una vez, en Radio Maria, me preguntaron si san Carlos Borromeo haba condenado a gente a la hoguera. Y s, es cierto, segn algunos testimonios, Borromeo lo hizo, porque la santidad no exime a nadie de la mentalidad propia de su poca y l, aun siendo santo, conden a personas que acabaron en la hoguera. En aquella etapa no se hicieron exorcismos y, en poc a 14

moderna, como reaccin a los absurdos y atrocidades cometidos en el pasado, tampoc o se hizo nada. As, en la mayora de los seminarios no se hablaba del infierno ni d el demonio y hoy en da en muchos todava no se habla de exorcismos. Por eso hay tan tos curas que no creen en ellos, y tantos obispos S, obispos. Algunos curas llegan a obispos y siguen sin creer; incluso declaran pblicamente que el infierno y el demonio no existen. Sin embargo, Jess habla con profusin de ambos en el Evangelio. Y yo me pregunto: no se lo han ledo, o es que no creen en nada de esto? En cuanto al hecho de que el propio Jess sanara a muchos endemoniados, estos incrdulos afir man que dicho trmino es un producto del lenguaje y la cultura de aquella poca, en la que llamaban endemoniados a simples enfermos. Pero lo cierto es que el Evange lio diferencia claramente ambos casos, es decir, cuando Jess sana enfermos de cua ndo libera a personas del demonio. Tambin diferencia con gran claridad el poder d e sanar y el poder de expulsar a los demonios. Y su mensaje final es: id, predic ad mi palabra, expulsad a los demonios y sanad a los enfermos. Dicen que los exorcistas somos unos exaltados En la primera reunin de la Asociacin de Exorcistas eran 12, pero ahora son muchos ms. Eso significa que algo ha cambiado Indudablemente. Me han hecho muchas entrevi stas en la televisin; siempre voy encantado, para divulgar, dar a conocer, 15

difundir el mximo de informacin sobre el tema. He hecho mucho ruido con este asunt o. Creo que el Seor se ha servido de m para difundirlo, para que se volvieran a pr acticar exorcismos. Hay muchas personas que sufren, y a quin acuden? A magos y bru jos. A quin ms podran acudir? Lo hacen porque algunos curas los tratan mal y entonce s se dicen: acudir a alguien que me reciba con amabilidad, que me invite a tomar asiento y demuestre su voluntad de ayudarme. Lo malo es que algunos curas, al or a alguien decir que sufre perturbaciones, responden: eso son cuentos, vete! Y le dan con la puerta en las narices. Lo cual es increble, porque Cristo jams lo hubie se hecho. El nico obispo italiano que practica exorcismos, monseor Gemma, habla mu y claro y con gran valenta de la realidad del demonio en un libro suyo. Desde lue go, ms voces hablan de este tema, que tantas veces ha sido relegado e incluso cen surado, pero no son suficientes. Slo unos pocos mencionan a los exorcistas, pero lo hacen ms bien entre dientes, sin mucho entusiasmo. Adems, el propio clero suele ver con malos ojos a los exorcistas y los considera unos exaltados. No los acep tan, a pesar de que se hallan entre los mejores clrigos, pues, segn el Derecho Cann ico, el obispo tiene que nombrar exorcista a un sacerdote de oracin, culto, equil ibrado, con buena reputacin. Cualidades que todo cura debera poseer, pero que no t odos tienen. Por eso digo que los exorcistas son elegidos entre la flor y nata d el clero. Sin embargo, hay muchos sacerdotes que no creen en la labor de los mis mos y no la valoran. 16

Con todo, algo est cambiando. En realidad, quien rompi el hielo fue Pablo VI, al p ronunciar el famoso discurso del 15 de noviembre de 1972, dedicado al demonio. E n resumen, vino a decir que quien no cree en la existencia del demonio est fuera de la doctrina de la Iglesia. As fue como se rompi el hielo, y lo hizo nada menos que el Papa. Pero no tuvo mucho xito. En cambio, el Seor ha bendecido a un servido r, que no es Papa ni nadie importante Yo soy alumno del padre Candido Amantini [y seala su fotografa en la pared], un pasionista. Durante cuarenta aos fue exorcista en el santuario de la Escalera Santa de Roma. Me nombraron exorcista como ayuda nte del padre Candido y a l le debo todo lo que s. Publiqu mi primer libro para dar testimonio escrito de lo que me haba enseado el padre Candido. Al igual que cualq uier autor, yo tambin aspiraba a una segunda edicin. En general, los autores aspir an, como mnimo, a la segunda edicin. Slo que, en mi caso, hubo 6 ediciones en un so lo ao. Se vendan como rosquillas! Incluso ahora, al cabo de tantos aos, sigue siendo mi libro de mayor xito. Los otros tambin van bien y las traducciones tambin han te nido xito. Pude comprobarlo cuando estuve en Madrid; el editor me organiz 6 entrev istas en un da. Y hasta lo han traducido al japons Demonios y almas condenadas El siguiente testimonio muestra cmo, a veces, en la posesin diablica intervienen al mas condenadas. Hace aos un seor me pidi que bendijera su casa, donde 17

ocurran hechos extraordinarios: se oan pasos de personas que no estaban; encontrab a bajo la almohada, o en el alfizar de la ventana, o en el asiento del coche, 3 m onedas, 3 ramas, 3 piedras; encontraba el peine o el dentfrico en la nevera; dura nte las comidas, el tapn del agua mineral siempre apareca junto a su mujer; su muj er, y slo ella, vea de espaldas a un atractivo y rubio joven andando por casa, o e n los jardines del vecindario. El hombre pens que alguien quera importunarlos y ll am a los carabineros; tras acudir varias veces a su casa intilmente, los policas de sistieron, pensando que eran imaginaciones o alucinaciones de mentes enfermas. F ui enseguida. Mientras me pona el alba, la mujer se alej y me mir con aire amenazad or. Empec a orar y a rociar con agua bendita. Unas gotas cayeron sobre la mujer, que tuvo una reaccin inesperada: empez a gritar que el agua arda. Me qued de piedra y le dije a su marido: Es algo serio; acompaa a tu mujer a ver al exorcista de la dicesis. Al da siguiente fueron a ver al exorcista, quien les asegur que se trataba de un caso grave, una autntica posesin diablica. Era el sexto o sptimo caso grave qu e vea desde que era exorcista. Le llevaban a la mujer 2 veces a la semana. Al cab o de un tiempo, el sacerdote le aconsej al marido que se dirigiera al obispo, a p edir la ayuda de un cura que interviniera todos los das, pues de otro modo tardara mucho tiempo en liberarse. El matrimonio visit al obispo de la dicesis y ste me en carg la labor a m, puesto que yo conoca los hechos y era el prroco de la pareja. Emp ec a ir todos los das a casa de esta familia; me quedaba 18

entre cuarenta y cinco minutos y una hora, segn lo que tardaba el demonio en alej arse y dejar libre provisionalmente a la mujer. Cada vez, antes del exorcismo, la mujer me deca: A qu has venido? Es que no tienes nada que hacer?. Cuando empezaba la oracin entraba en trance; su marido y yo la sujetbamos, porque se pona violenta. En dos ocasiones, antes de que comenzara, logr hacerse con un cuchillo y lo amenaz. Una vez se encerr en el dormitorio, cay en un trance profundo y empez a tomarnos el pelo. Entonces inici el exorcismo desde el otro lado de la puerta; poco a poco s e fue calmando y al final nos abri. Durante el exorcismo la mujer hablaba distint as lenguas con voces diferentes; lo mismo cantaba la Marsellesa que recitaba el Infierno de Dante. Tras unos pocos exorcismos le pregunt su nombre y el demonio r espondi: Zago. Dijo que era el amo y que le rendan culto en una localidad cercana, junto a una iglesia derruida; se expresaba por iniciativa propia y afirmaba que vencera. Otro demonio presente, Astaroth, intentaba destruir el amor de la parej a y el amor entre padres e hijos. Haba un tercer demonio, Serpiente, cuyo cometid o era inducir a la mujer al suicidio. Lo intent con bolsas de plstico atadas al cu ello de la mujer y con cuerdas suspendidas de la lmpara; una vez la incit a tirars e de un puente. Con frecuencia la mujer haca las maletas y deca que quera ir a la l ocalidad donde se encontraba la iglesia derruida, porque l la esperaba all, se lo haba ordenado y deba acudir. Segn Zago, tambin haba una legin de demonios menores. 19

Para mi sorpresa tambin manifestaron su presencia tres almas condenadas: Michelle , una mujer que haba trabajado en el Moulin Rouge y que muri a los treinta y nueve aos a causa de las drogas. Michelle sola hablar en francs; repeta las frases que ut ilizaba en el pasado con sus clientes, y entonces el rostro de la mujer adquira u n aire dulce y persuasivo. Michelle se qued hasta el final del exorcismo; despus, llorosa y atormentada, abandon a la mujer. Tambin estaba presente Belceb, un marroq u que les cort la cabeza a tres misioneros en 1872. Le pregunt a qu orden pertenecan los tres religiosos y me contest: Qu s yo de vuestras rdenes religiosas?!. Se suicid usa del remordimiento. La tercera alma condenada era Jordan, un escocs que haba ma tado a su madre. Hablaba bastante; creo que deca: Zago es el dios verdadero; l es e l ms poderoso. Creo, porque s muy poco ingls. Durante el exorcismo Zago alardeaba de ser el amo del mundo, afirmando que todo se mova a su antojo, que la guerra civi l en Ruanda la haba provocado l y que disfrut y se relami con la sangre derramada. P ara provocarme me deca: Tus sermones no son ms que cuentos! Nadie te escucha!. Tambin ola amenazarme con que una noche me sacara las tripas. Una vez me dijo: Ten cuidado , porque puedo entrar dentro de ti. Y, tras unos instantes de reflexin, aadi: Aunque no creo que se est muy bien en el cuerpo de un cura. Cuando insista y lo presionaba con mis preguntas, me deca: Me ests tocando las pelotas. Yo replicaba: No saba que lo s demonios tuvieran 20

pelotas. A lo que l rebata: Estpido! Es una forma de hablar. Y no dejaba de resoplar. es pregunt cundo haban entrado en la mujer. Zago respondi: Entr en 1972, antes de que la mujer pisara la iglesia el da de su boda, a las doce. Era exacto. Yo ofici la bo da. A Zago le encarg esa misin un hombre, natural de Viterbo, que no deseaba que s e celebrara el enlace. Ms tarde, a las doce de la noche, durante una misa negra e n la que se sacrific un animal, entraron los otros demonios. El marido recordaba que, el da antes de la boda, un hombre que no deseaba que se celebrara fue a ver a un cura. Zago alardeaba de que junto a la iglesia derruida estaba su templo, c on una dedicatoria grabada: AL DIOS ZAGO. Cada vez que yo pronunciaba la frase A Dios el reino, l se apresuraba a corregirla: A Zago el reino. Cuanto ms avanzaba yo c on los exorcismos, ms aumentaban su consternacin y sus lamentos. Cuando impona las manos sobre la cabeza de la mujer, Zago chillaba, no entenda nada y gritaba: Me es ts ensuciando la casa, dejas que entre luz, me estropeas la casa!. Yo le deca que la luz es hermosa, pero l gritaba: No! Las tinieblas son mi casa. Afirmaba estar en la cabeza de la mujer. Por qu ests en la cabeza?, le pregunt, a lo cual respondi: Desde cabeza se controla todo el cuerpo. La imposicin de manos lo enfureca. La mujer tena un pequeo bulto en la cabeza y Zago me asegur que se lo haba provocado l. Su marido confirm que el bulto haba aparecido de repente, muchos aos atrs. Al principio la fa milia se alarm, pero los anlisis revelaron que no era nada preocupante. 21

A menudo, yo soplaba sobre el cuerpo de la mujer, como signo sensible del soplo del Espritu Santo, y ella se debata y gritaba: El viento arde!. Tambin se quejaba cuan do la bendeca con agua bendita. Estas reacciones furiosas terminaban en cuanto el demonio se iba, al final del exorcismo. Durante las primeras sesiones, intentam os meter una botella de agua bendita para que la mujer la bebiera, pero fue intil : la botella siempre permaneca vaca. Las amenazas del demonio se iban multiplicand o, porque la mujer haba empezado a rezar. Desde el da de su boda, slo haba entrado e n la iglesia ocasionalmente y a regaadientes, y haba dejado de rezar. El demonio m imaba a la mujer, y haca que escuchara msica clsica durante horas. Por qu msica clsic pregunt, y me contest: Porque a ella le gusta. Adems, se le apareca como un joven rubi o, pues saba que a ella le gustaban los hombres rubios. De da le susurraba frases dulces y la mujer sola decir que se senta bien con l, cuando, en realidad, lo que o curra es que se haba aislado de su entorno y viva en su propio mundo. Durante los e xorcismos, cuando ya no aguantaba ms, el demonio se alejaba. Entonces la mujer sa la del estado de trance y preguntaba qu haba ocurrido y qu haba dicho. No recordaba n ada; nicamente se senta cansada y dolorida, como si le hubieran dado una paliza. U na vez forceje mucho y yo, sin querer, le di un golpe en la cabeza con el hisopo. Le hice un chichn, pero ella no se dio cuenta; slo despus del exorcismo se lo toc y sinti dolor. Tras los exorcismos, la mujer vea al demonio deambulando por 22

la habitacin o el jardn y adverta que ya no estaba dentro de ella. Pero, al cabo de un rato, empezaba a sentir de nuevo su presencia en el interior. En una ocasin, al concluir el exorcismo, no logrbamos abrir la verja automtica. La mujer sali y vi o que el diablo se haba interpuesto entre el mando a distancia y la verja. Con un a sola bendicin, la verja se abri. Ese verano fui de acampada al monte con los chi cos de la parroquia, pero, una vez a la semana, regresaba a la ciudad para hacer el exorcismo. Cuando me vea, la mujer, ya en trance, me deca: No estabas en el mont e? A qu has venido?. Y prosegua con sus amenazas. Cuando termin la acampada, volv a ex orcizarla de nuevo todos los das. La fuerza y la arrogancia del demonio disminuan progresivamente, por eso la mujer lo invocaba: Satans, no me abandones. Satans est a qu, entre nosotros. Aydame, Satans!. A partir del mes de julio empez a decir que se ir . A principios de agosto dijo que se marchara la vspera de la Asuncin: Cuando t saque s a tu monigote [la estatua de la Virgen], yo me ir. Discretamente, le ped a la com unidad que rezara y ayunase y anunci que la vspera de la Asuncin se producira un gra n milagro. Logr que la mujer, acompaada de su marido y un amigo, esperara en un pu nto del recorrido de la procesin. Al ver pasar a la Virgen, grit mucho y se desmay. Despus del oficio religioso pregunt qu haba ocurrido. Le cont que mientras yo estaba en la iglesia, despus de la procesin, la vi entre la multitud, sonriente, lo cual era raro, 23

porque no sonrea desde haca mucho tiempo. Entonces interrump la letana, anunci que el milagro se haba producido y dimos gracias al Seor. Durante una semana rein la calm a; luego la mujer comenz a sentir fuertes dolores en el abdomen, le salieron ampo llas en todo el cuerpo y tantas llagas en la boca que no poda comer. Y si lograba comer algo lo vomitaba al instante. Vomit pelos, clavos y hasta excrementos. Ade ms, el demonio la obligaba a hacer cosas humillantes: la haca orinar en todas part es, o, si iba a una tienda, le tiraba al suelo las botellas que estaba comprando , o haca que le saliera sangre de la nariz o de abajo. La mujer, con la ayuda de su marido, rezaba, pero no era eso lo que quera el demonio. Un da, durante el exor cismo, me grit muy enfadado: Sabes qu ha hecho? Ha gritado. Que no lo haga! A partir de hoy, le provocar mucho sufrimiento. Desde entonces la pareja empez a encontrar b ajo la almohada billetes de mil liras con un clavo en los ojos, la boca, las ore jas o la garganta de la imagen impresa en el anverso. Eran avisos de que, al da s iguiente, la mujer tendra dolores en las partes sealadas con el clavo. Y as ocurra. Unos das despus de la fiesta de la Asuncin, regres el demonio Serpiente y entr en la barriga de la mujer. Cuando yo le impona las manos sobre el estmago, ella sufra muc ho y yo senta bajo mis manos algo duro, que me rehua; si lo apretaba, se quejaba: M e ests estrangulando, me ests ahogando. Yo le deca que no poda seguir en aquel cuerpo , que perteneca a Dios, y l me contestaba, con rabia: Ahora la cabeza es tuya, pero el cuerpo es mo. 24

Un da me llam su marido, muy asustado, para decirme que una serpiente se haba enros cado en el cuello de su mujer y la haba mordido. Fui enseguida a su casa y encont r a la mujer en un profundo estado de nervios; corra por la habitacin e intentaba a rrancarse algo que le apretaba el cuello. Deca que era una serpiente y que la haba mordido. Tras echar agua bendita vimos dos pequeos orificios. El demonio Serpien te empez a vanagloriarse de haber mordido a la mujer; dijo que sta morira sin remed io, pues era suya y l iba a cumplir su misin, que era matarla. Entonces el marido me cont un recuerdo: Hace mucho tiempo, mi mujer sola ver una serpiente en lo alto de un rbol, delante de nuestra antigua casa. Pero slo la vea ella. Tras la mordedura y las amenazas decid practicar exorcismos 2 veces a la semana. Estbamos a princip ios de diciembre. Ahora slo hablaba Serpiente; tena una voz cavernosa, profunda, a unque cada da sonaba ms dbil y sumisa. Al fin prometi que el domingo siguiente al da de la Inmaculada se ira para siempre, y que mandara una seal muy evidente. En aquel la etapa yo oa una voz nueva durante el exorcismo. Pregunt con fuerza: Quin eres?, y u na voz femenina contest: Soy Vanessa, una chica de 23 aos. Iba a la universidad, pe ro luego conoc a un joven que me llevaba a misas negras, cerca de la iglesia derr uida, y empec a servir al demonio. Una noche beb sangre y sal enfebrecida del rito; entonces cruc la calle, me atropell un coche y mor. Durante el exorcismo les pregun t a Michelle y a Vanessa si estaban bautizadas y les record el da de la Primera 25

Comunin; ellas me contestaron con rabia y amargura. Mientras, en la casa seguan pr oducindose extraas seales. En la pared, la almohada y las sbanas haba calaveras dibuj adas: el signo de la muerte. La victoria del demonio Serpiente consista en la mue rte de la mujer; eran sus ltimos intentos. La mujer estaba exhausta, no poda ms, y resolvi dejar de rezar y de someterse a exorcismos. La convencimos para que pronu nciase la oracin de exorcismo de Len XIII. Lo hizo con gran esfuerzo, pues, al lle gar a la parte en que se pide al demonio que se vaya, le apretaron tanto el cuel lo que no poda hablar. Le dije a su marido que siguiera rezando con su mujer; cua ndo ella se pona violenta, l haca la seal de la cruz sobre su cuerpo y sus brazos pa ra aplacarla. Un da el demonio le dijo: Qu haces? T no eres cura!. Pero era evidente q e las seales de la cruz le molestaban. A veces el marido se quejaba de insomnio y su mujer le deca: No me extraa. No has visto que l estaba entre nosotros?. En la habi tacin contigua haba una cama de invitados en la que nadie dorma. Y, sin embargo, en esa cama poda verse la forma de una persona, como si alguien hubiera dormido en ella; yo mismo pude constatarlo en varias ocasiones. Durante aquellos largos mes es sucedieron ms cosas raras. De pronto, la mujer empuaba una pistola que, en teora , estaba encerrada en la caja fuerte, pese a que el marido llevaba siempre encim a la llave de la caja. Los trajes ms bonitos de la mujer aparecan llenos de agujer os y rotos. Haban arrancado cuentas del rosario, las imgenes sagradas tenan los bor des quemados, y muchos otros hechos inexplicables: la foto de la 26

madre de la mujer apareca vuelta hacia el otro lado, o invertida, en la mesilla; forzaron la puerta de la casa, pero no robaron nada; encontraban bajo la almohad a anillos y pendientes que no pertenecan a ningn miembro de la familia; el permiso de conducir y la documentacin del marido desaparecieron. Antes olvid decir que, d urante los exorcismos, la mujer chillaba de pronto y se tocaba una parte concret a; entonces nos acercbamos a mirar y veamos una cruz en la carne, como si se la hu biesen grabado con un trozo de cristal. Durante los exorcismos del mes de diciem bre, a veces el diablo, desconsolado, exclamaba: T ganas. No puedo quedarme ms, hay demasiada luz dentro de ella. Yo insista para saber qu lo obligaba a irse, y l cont estaba a regaadientes: La oracin de la mujer. Es buena, y t has venido muchas veces. Vosotros ganis, me tengo que ir. Le pregunt dnde ira a hacer ms dao, y respondi: A lugar, pero tened cuidado, porque puedo regresar. En las ltimas oraciones de exorc ismo, sucedieron dos hechos extraos. En la frente de la mujer se dibuj una cruz de un rojo descolorido. Cre que sera carmn o algo as, pero cuando su marido la toc vio que era sangre. Preguntamos qu haba ocurrido y la respuesta nos dej mudos de espant o, horrorizados: Es la sangre de un beb de cuatro das. Su madre, que es una adepta, vino al templo a ofrecrmelo. El segundo hecho es el siguiente. Durante un exorcis mo el demonio me dijo: Mira qu le he hecho a tu monigote. En el jardn de la casa haba una pequea estatua de la Virgen. Le dije al marido que fuera a ver. Al volver me dijo que la Virgen 27

lloraba sangre. Tras el exorcismo salimos todos al jardn; yo mismo pude constatar que era cierto: de sus ojos brotaba sangre. Fuimos a por una Polaroid e hicimos varias fotografas que an conservo. Despus limpiamos el rostro de la Virgen, pero a l da siguiente ocurri lo mismo. El 10 de diciembre, el diablo prometi que al da sigu iente, el da de tu Seor (era domingo) por la tarde, se marchara para siempre durante el exorcismo. Al da siguiente, fui a casa de la mujer sobre las 15.30. En cuanto empezamos a rezar el demonio grit: San Miguel se acerca con la espada desenvainada Se acerca y yo no puedo huir. Quin es esa mujer rodeada de luz? Se est acercando!. Es a Virgen!, grit yo. Y l prosigui: Veo una luz muy grande con doce estrellas y la luna debajo No puedo, no puedo quedarme. Entonces lanz el chillido ms fuerte que he odo en mi vida. La mujer sali de su estado de trance, y pregunt: Qu ha pasado?. Le gritamos: Todo ha terminado!. Y nos abrazamos, conmovidos. Unos meses despus de la liberacin d e la mujer ocurri un hecho singular. Junto a la estatua de la Virgen, en el seto de un metro de altura, su marido vio una serpiente grande, enroscada sobre s mism a. El hombre le pidi ayuda a un vecino y ste acudi con una horca. Tiraron al suelo a la serpiente sin que el animal reaccionara y le aplastaron la cabeza. Fue un e pisodio bastante raro; sin embargo, cuando se lo contaron al exorcista que lleva ba el caso, dijo que tal vez fuera una seal. No olvidemos que la mujer sola ver un a serpiente cuando tenda la ropa junto al seto; slo la vea ella y por eso le daba m iedo ir hasta all. 28

Durante los ltimos meses de la posesin, el marido ech en falta dinero y unas accion es bancarias; adems, varios pagos del alquiler no se haban hecho efectivos. La muj er sala de casa con el dinero, pero los billetes tomaban otros caminos. Un da le p regunt al demonio por qu ocurra eso y me dijo que l robaba el dinero para drselo a su s adeptos, pues quera que stos fuesen ricos y felices. Luego me prometi que, poco a poco, lo devolvera todo. Los ltimos das, cuando el demonio no dejaba de repetir qu e iba a marcharse, le dije que no haba cumplido su palabra de devolver el dinero, a lo cual respondi: Y t te crees lo que dice el demonio?. Acompa al marido al banco, tambin a una empresa en la que deban dinero; l crea que su mujer haba efectuado los pagos, pero no era as. Apenas les quedaba dinero en el banco, aunque todas las op eraciones se haban hecho correctamente; y a la empresa no le haban pagado nada. Su marido ech cuentas y calcul que haban perdido unos 20 o 25 millones de liras. Adems , la mujer, tiempo atrs, les haba pedido dinero a unos amigos para pagar unas letr as, recalcando que no le dijeran nada a su marido, de modo que an haban contrado ms deudas. Despus de estos hechos, el marido comprendi en un sentido ms profundo vario s episodios acontecidos en el pasado, desde el da de su boda: primero la mujer te na un carcter dulce y afable; luego adquiri un temperamento fuerte y polmico. La muj er vea a su padre muerto junto a la cabecera de su cama y oa ruidos extraos. Se vol vi insoportable y adelgazaba a ojos vistas. Me cont que, 17 aos despus de la muerte de su suegro, la caja revent en el cementerio, como si lo hubiesen enterrado haca poco, y por las grietas brot sangre negra. 29

Llamaron a un mdico, quien declar que se hallaban ante un hecho inexplicable. El m arido tambin recordaba haber sentido escalofros de fro injustificables y un hormigu eo en todo el cuerpo. Gracias a Dios todo ha terminado y en aquella casa reinan la paz y la sonrisa. La mujer est muy bien; slo le dan crisis de melancola de vez e n cuando. Segn el exorcista de la dicesis, son incursiones del demonio; por eso le aconseja que siga rezando y que, una vez a la semana, vaya a que la bendigan. Un cambio profundo En estos veintitrs aos, cmo ha cambiado usted personalmente? Indudablemente ser exor cista ha fomentado muchsimo mi fe y mi oracin, las ha reforzado. Invit a un famoso exorcista a uno de nuestros congresos, cuando yo an era presidente y los organiza ba, y recuerdo que dijo: A veces el demonio se divierte revelando los pecados del exorcista o de alguno de los presentes. Por tanto, como pueden imaginar, cuando practicaba exorcismos yo procuraba estar limpio, muy limpio. Tambin recuerdo vari os episodios que me cont el padre Candido. Un da un sacerdote le dijo claramente q ue no crea en el demonio ni en los exorcismos. El padre Candido replic: Ven a verlo un da. El padre me cont que este cura permaneci en pie, con las manos en los bolsil los. En la Escalera Santa los exorcismos se hacen en la sacrista y el cura estaba all plantado, con aire ms bien despectivo. De pronto, el demonio se dirigi a l y le dijo: T no crees en m, pero crees en las mujeres, vaya si crees en ellas. Segn me di jo el padre 30

Candido, el cura retrocedi en direccin a la puerta, avergonzado, y sali de la sacri sta. Desde luego, practicar exorcismos ha reforzado mi fe, mi oracin y tambin mi ca ridad. Fe, oracin y caridad. Yo tambin procuro estar limpio, para que ese seor no p ueda reprocharme nada. Mientras el cardenal Poletti escriba el documento para oto rgarme la facultad de exorcizar, yo le ped a la Virgen: Envulveme en tu manto y pro tgeme, soy tuyo. Me llamo Gabriele, mi patrn es el arcngel y siento gran devocin por mi ngel de la guarda. Ya ve, mis defensores son la Virgen, el arcngel Gabriel y mi ngel de la guarda. En varias ocasiones los demonios me han dicho: A ti no podemos hacerte nada, porque ests muy bien protegido. Ahora me paso los das aqu dentro y ta mbin en otro lugar, porque aqu, en mi casa, me han prohibido practicar exorcismos: No queremos or gritos, ni que la gente se asuste, dicen. Sigo trabajando maana y ta rde, pero aqu slo trato a personas que no gritan ni se ponen furiosas, aunque siem pre hago alguna excepcin. A algunos hay que atarlos Y dnde trata los casos ms graves? Dos veces a la semana voy a una iglesia del centr o de Roma, la iglesia (no es una parroquia) de la Inmaculada, en la calle Emanue le Filiberto. Por la maana, despus de la misa de ocho, cierran la iglesia y la abr en a las cinco de la tarde. La lleva un cura muy amable; ahora est jubilado, pero fue un gran profesor de cristologa en la Universidad Lateranense. Es autor 31

de varios libros sobre Jesucristo y, adems de tener una mente privilegiada, es mu y generoso. Me da las llaves y me deja trabajar en su iglesia. Dos veces a la se mana, los martes y los viernes, trato all los casos graves. Tenemos preparada una camilla, cuerdas por si hay que atar a la persona y una butaca, porque algunos, aunque griten, no se ponen violentos y pueden estar sentados tranquilamente dur ante la oracin de exorcismo. Tambin hay casos mucho ms graves. Algunos tienen tanta fuerza que no podemos sujetarlos [mientras habla, la voz del padre Amorth se al tera levemente, se vuelve ms ronca]; ni siquiera seis hombres pueden. Entonces ha y que atarlos; sobre todo las piernas, los brazos no solemos inmovilizarlos. Per o esto ocurre pocas veces; en general, basta con sujetarlos fuerte. Hombres y mu jeres laicos me ayudan a hacerlo y me acompaan con su oracin personal. En primer l ugar me ayudan con la oracin y despus materialmente. Hay muchos posedos que babean y dos de mis ayudantes se ocupan especficamente de limpiar. Yo tambin lo hago; muc has veces practico exorcismos aqu, solo, y no me da ningn reparo ver a la gente vo mitar. Un caso misterioso Una joven de unos veinte aos vino para acompaar a una amiga de su edad. Un prroco m e haba mandado a esta chica, que, segn l, presentaba sntomas malficos y tal vez estab a poseda. Tras haberle practicado un exorcismo a la chica (despus segu exorcizndola en otras sesiones), le di mi bendicin a la acompaante para no mandarla a casa sin nada. Detect algo sospechoso en su forma de reaccionar, de modo 32

que hice un pequeo exorcismo que suelo utilizar en los exorcismos por telfono. Not cmo se acentuaban algunas reacciones, pero no me pareci nada digno de consideracin. Luego, al guiar a ambas chicas y a sus familiares por el pasillo que se abra ant e mi despacho, advert que la joven acompaante se tambaleaba un poco. La sostuve y le indiqu a su padre que me ayudara. Menos mal que lo hice, porque al cabo de uno s segundos estuvo a punto de desmayarse. Pens que aquello poda estar relacionado c on mi bendicin, de modo que le di una cita para la semana siguiente. Para no alar garme mucho, dir que fueron necesarios 5 exorcismos (que provocaron reacciones ca da vez ms fuertes) para que el autntico mal saliera en toda su dimensin. Desde ese momento le segu practicando exorcismos en la camilla que uso cuando hay reaccione s fuertes, para que la persona est ms cmoda y para facilitarles el trabajo a las pe rsonas, entre cuatro y ocho, que me ayudan a sujetarla y limpiarla si babea. Com o suele ocurrir, la joven fue recordando poco a poco ciertos episodios del pasad o que eran la causa de sus trastornos. Los padres y la chica aseguraban que todo s los males haban aparecido haca dos meses; sin embargo, salieron problemas que se remontaban a cuatro aos atrs, cuando la joven tena diecisis aos. Segu indagando y des cubr un perodo de extraos sucesos que los mdicos no saban explicarse. A lo largo de v arias sesiones, la chica me fue contando estos sntomas, todos bastante tpicos: era hija nica, pero cuando estaba en su dormitorio tena la impresin de que alguien la observaba, se acercaba, casi la rozaba Siempre haba sido muy religiosa y asista a u n grupo de oracin; sin embargo, 33

ahora le costaba mucho rezar, le molestaba escuchar las oraciones y cnticos sagra dos. Estos sntomas se fueron agravando; ya no era capaz de pronunciar ni una pala bra de oracin y tuvo que dejar la escuela. Durante los exorcismos reaccionaba de forma muy violenta: mantena los ojos fuertemente cerrados, pero si yo alargaba la mano hacia la mesa para asir el crucifijo, el agua bendita o los leos, enseguida se daba cuenta. Durante un tiempo tuvo reacciones muy extraas: se pona muy rgida a ntes de entrar en mi sala de los exorcismos; durante las sesiones se mova como un a desquiciada y luego volva a ponerse rgida, hasta el punto de que tenamos que leva ntarla como un peso muerto. A menudo estaba presente un psiquiatra, que intent ha cerle un poco de psicoterapia. Durante un tiempo las visitas haban sido regulares y la chica confiaba en el psiquiatra. Ms tarde, al ver que no mejoraba, la joven decidi suspender las visitas. En los exorcismos, tras mucho insistir, consegu que los demonios hablaran. No eran muy locuaces. Dijeron sus nombres y los das, mese s y horas en que saldran; son las preguntas que sugiere el Ritual y siempre las h ago, aunque pocas veces obtengo respuestas verdaderas. En este caso, sin embargo , se marcharon el da que haban dicho. Tras unas semanas de aparente curacin la chic a volvi a sentir trastornos, aunque de forma ms atenuada, de modo que segu con los exorcismos. En total necesit dos aos y dos meses de exorcismos semanales y, en los momentos ms agudos, dos veces a la semana. En cuanto a las causas, es uno de los pocos 34

casos en que no he encontrado una explicacin satisfactoria, aunque las porqueras q ue aparecan bajo la almohada y dentro de las muecas hacen pensar en un maleficio. Posesin y vejacin diablicas Cuando sus pacientes van a verlo, entran en su despacho hechos una furia? A veces ya entran hechos una furia, hasta tienen que traerlos en volandas. Otras veces nos remos, bromeamos e intentamos crear un ambiente sereno. Entre un exorcismo y otro hacemos una pausa y a veces hasta cuento algn chiste. Es decir, hay un clima distendido, aunque sobre todo es un ambiente de recogimiento, porque rezamos mu cho. Normalmente, en los casos ms difciles los pocos en que existe una posesin demona ca, las personas se quedan en trance. Eso ocurre porque hay posesin del demonio, v ejacin del maligno. Por ejemplo, segn varios testigos, el demonio sola atacar y her ir al padre Po, lo cual constitua un caso de vejacin. Po de Pietrelcina nunca estuvo posedo, sino que sufra vejaciones. Existen muchos estadios con distintos niveles de gravedad, tanto en la posesin como en la vejacin. Y el tiempo necesario para la liberacin tambin vara mucho, segn la naturaleza del caso. Es muy importante la ayud a de personas laicas, miembros de los grupos de oracin, que me acompaan en mi ofic io y me ayudan a rezar e inmovilizar a esta pobre gente. Hablando de vejaciones, podemos decir que suelen manifestarse como una especie de bromas pesadas del de monio. El Enemigo puede hacer bromas realmente 35

insoportables; y las hace. Quienes son objeto de estas atenciones tan peculiares del demonio sufren muchsimo, soportan todo tipo de perturbaciones. Las puertas y ventanas de sus casas se abren y cierran, los electrodomsticos se encienden y ap agan y toda la instalacin elctrica funciona mal: el telfono suena y no hay nadie al otro lado de la lnea, los televisores se sintonizan y apagan solos Jugarretas del demonio! Yo las llamo perturbaciones; son las formas ms leves de vejacin. Hay otra s peores: muchas personas sufren dolencias fsicas muy fuertes, que ningn mdico es c apaz de diagnosticar y mucho menos de curar. Manchas negras Un marido, su mujer y un sobrino regentan un supermercado con la ayuda de dos em pleados. Poco despus de haber abierto la tienda, todos sufren un persistente dolo r de cabeza, acompaado de unas manchas negras en los brazos, en cuanto pisan el l ocal. Las manchas se ponen rojas, empiezan a dolerles mucho y se extienden al cu ello y los brazos, por todo el cuerpo. Uno tras otro los aparatos se estropean: el frigorfico, las cmaras del mostrador, la caja registradora Manos invisibles camb ian de lugar los productos. La puerta de entrada se atasca, o se abre sola. Siem pre hay algo que no funciona, pero cuando llega el tcnico va bien; una vez se ha ido reaparecen las averas. Cuando me llamaron promet que ira a bendecir el local, a unque les ped que antes se confesaran y se comprometieran a seguir un camino de f e. Despus exorcic la tienda y a todo el personal para romper cualquier hechizo o m aleficio que 36

pudiera haber. Mientras rezaba coloqu unos vasos con agua bendita y sal en varios puntos del establecimiento. Al da siguiente, la sal de cinco vasos se haba derram ado hasta el suelo; en cambio, en los otros tres no ocurri nada. Segn observaron l os cinco protagonistas, la mujer del piso de arriba, que haba intentado impedir p or todos los medios la apertura de la tienda, entraba y sala sin comprar nada. Si empre se detena ante el lugar donde estaban ocultos los vasos de los que se derra maba la sal, como si esperase descubrir algo. Habamos esparcido sal exorcizada po r todas partes y habamos rezado mucho, repitiendo las renuncias a Satans, las orac iones contra los maleficios y la renovacin de los votos bautismales. Colocamos bi en a la vista una imagen de Jess Misericordioso y el personal adquiri el hbito de r ezar una oracin todas las maanas, antes de empezar a trabajar. Una vez, al entrar en la tienda, a m tambin me sali una mancha en el brazo; primero era negra y despus, roja, muy dolorosa. Me apliqu leo exorcizado en el brazo y se me cur enseguida. De spus de cuatro exorcismos (y muchas oraciones, eso s) acabaron todos los fenmenos y trastornos, la extraa mujer no volvi a aparecer y ahora en el supermercado trabaj an en paz. Un caso de vejacin satnica Entre los casos que ha tratado, pngame un ejemplo de vejacin diablica. Por ejemplo, recuerdo el caso de una persona que sufra 37

continuos dolores de cabeza sin motivo aparente y otro caso de persistente dolor de estmago, en el que la persona afectada no poda hacer nada, ni siquiera dorma po r las noches. Muchas veces se hacen anlisis y pruebas mdicas, y no les encuentran nada. Recuerdo especialmente que exorcic a una chica de 17 aos; la haban ingresado en varias clnicas psiquitricas de Europa y en ninguna le haban encontrado nada. Su mente sufra mucho; la pobre no lograba razonar, ni estudiar, ni mucho menos conce ntrarse. Adems, blasfemaba y no quera or hablar de rezar, ni de ir a la iglesia. Su cuerpo tambin sufra, pues tena dolores fsicamente inexplicables. Repito: estuvo en varias clnicas de Europa y no le encontraron nada. Tengo muchos casos de personas que han recorrido distintas clnicas de Italia con historiales en los que nada pu ede justificar sus dolencias desde un punto de vista mdico. Y, sin embargo, sufre n una barbaridad. Pues bien, un da esa chica de 17 aos se present aqu, en mi despach o. Con el exorcismo se ve claramente si hay o no hay un mal causado por el demon io. En ltima instancia se trata de esto: tiene que haber una presencia directa de l demonio, o un mal causado por ste. Los primeros exorcismos son de carcter diagnst ico; en mi opinin, slo mediante el exorcismo podemos saber si el demonio est presen te o no. Tambin he tratado a pacientes que me han mandado algunos psiquiatras. Intn telo usted, a ver si entiende algo, viene a ser el mensaje de los doctores. Y desp us del exorcismo yo digo si es un mal que la ciencia an no puede identificar y, po r tanto, no 38

puede tratar, o bien si es una influencia de otro tipo, una influencia diablica. Muchas personas acuden a m despus de haber ido a un mdico. Es ms, yo mismo he establ ecido como norma que vengan a verme con un diagnstico mdico en la mano, para demos trar que han consultado con un especialista. Y es que si uno se encuentra mal lo primero que debe hacer es ir al mdico. Volviendo al caso de la chica de 17 aos, y o creo que era una vejacin, es decir, un caso leve si lo comparamos con una poses in propiamente dicha, aunque era una vejacin muy fuerte (tambin las hay moderadas). Esta muchacha sufra una vejacin muy fuerte, que afectaba todo su cuerpo y, ms an, s u mente. Necesit mucho tiempo para liberarla. El demonio, cuanto ms tiempo pasa en un lugar, ms races echa. Por eso en el primer exorcismo se le pide ayuda al Seor p ara desarraigar la presencia del demonio (yo utilizo el Ritual viejo; el nuevo l o he criticado duramente, excepto la primera parte, que es muy bonita). Con todo , hay casos, por ejemplo, de infestacin, que terminan bastante rpido. Presencias indeseables e indeseadas Como ya hemos dicho, las infestaciones son el nivel ms bajo de accin extraordinari a del demonio; luego estn las vejaciones y, por ltimo, las terribles posesiones. Hb leme de las primeras. Para referirme a las infestaciones debo hablar de mis 39

experiencias con presencias demonacas en varias casas. Aludir a dos casos concreto s. Primer caso. Me llamaron para ir a una casa donde resida una pareja joven con una nia de un ao. De noche oan ruidos en el armario, golpes contra las persianas, e n los radiadores y electrodomsticos. Y lo ms preocupante era la pequea: todas las n oches, a la misma hora, se despertaba sobresaltada y llorando. Estaba muy delgad a y an no haba empezado a hablar. Sus padres rezaban e iban regularmente a la igle sia. Dijeron algo que me hizo sospechar de sus parientes y les pregunt por ellos. Me respondieron que cada vez que las dos tas le hacan un regalo a su sobrina, los ruidos aumentaban. Ambas eran cartomnticas. Intervine muchas veces, porque vea a la pequea cada vez ms deprimida; no dorma, coma poco, pasaba gran parte de la noche llorando, escondida bajo las mantas. Cuando bendeca la casa, los ruidos cesaban, pero slo uno o dos das. Al fin decid oficiar una misa en la casa, a la que tambin as istieron unas monjas amigas de la familia y varios miembros de los grupos de ora cin. Tras la misa ech agua bendita por toda la casa y, en nombre de Dios, le orden al demonio que abandonara para siempre aquel lugar. Desde aquel da los ruidos des aparecieron, la nia se recuper y todo volvi a la normalidad. Segundo caso. Haca un ao que haba muerto un hombre alejado de Dios, a quien nadie quera a causa de su mald ad. Antes en aquella casa ya haban ocurrido hechos extraos: objetos de oro que ant e la foto del hombre se volvan blancos, 40

figuras de adorno que desaparecan. La mujer y las hijas me llamaron. Yo conoca al difunto y pens que necesitaba indulgencias, de modo que encargu varias misas. Tras unos das de paz empezaron a suceder cosas ms raras que antes. Una de las hijas es taba casada y tena una nia de dos aos y medio. Todas las noches, a la misma hora, l a pequea se despertaba sobresaltada y gritando. A peticin de la familia bendije la casa varias veces, pero la tranquilidad slo duraba pocos das. Al fin decid oficiar una santa misa de tarde e invit a parientes y vecinos. En primer lugar rezamos e l rosario; durante la oracin la nia se puso ms nerviosa que nunca, empez a saltar en la cama, a molestar a los presentes y enredar con las cuentas del rosario. Desp us tambin nos importun al comienzo de la misa. Durante la lectura del Evangelio (el eg un pasaje en el que Jess expulsa a un demonio) la pequea se qued quieta, de pie, y ya no se movi ms. Tras la consagracin eucarstica la nia grit: Mam, la cosa fea se rado por la ventana!. sa fue la seal de que la casa se haba liberado de la presencia demonaca. Y por fin se reinstaur la paz. Un homicidio oculto? El testimonio que sigue es otro caso de infestacin. Dos cnyuges y su hija trabajab an como cuidadores de una casa de campo; vivan en una casita construida junto a l a vivienda seorial. Desde haca catorce aos, es decir, desde que realizaban ese trab ajo les haba pasado de todo. Es importante sealar que cerca de la finca haba un cas tillo derruido, del que 41

slo quedaba en pie una torre. Creo que fueron ocurriendo todos los hechos tpicos d e los casos de infestacin, aunque en mayor proporcin. Esos hechos, que afectaban a los tres cuidadores, la casa y los animales, eran los siguientes: la luz, el te levisor, la radio y los electrodomsticos se encendan y apagaban solos, en los mome ntos ms imprevisibles; los grifos se abran y cerraban sin que nadie los tocara; lo s cuadros se descolgaban y volaban a la otra punta de la habitacin, aunque los ma rcos y los cristales nunca se rompan; los muebles se volcaban y se movan. Adems, de noche se oan golpes muy fuertes, que despertaban y asustaban a toda la familia, y pasos muy ruidosos, como de soldados marchando. Sala agua de un tabique en el q ue no haba tuberas, entre la cocina y el comedor, y ambas estancias se inundaban; en los cristales de las ventanas se vean formas de caras muy extraas; puertas y ve ntanas se abran y cerraban de golpe sin que nadie las tocara Tanto la pareja como la hija eran buenos cristianos, con honda fe y espritu de oracin. Eran personas co n sentido comn y mente sana; estaba claro que todo cuanto afirmaban haber percibi do era cierto. Tambin solan notar presencias perturbadoras, lo cual es bastante gr ave. Muchas veces tiraban a la mujer de la cama y el marido senta que le pegaban. Una noche la hija sali de su dormitorio para ir a la planta baja, sinti que la le vantaban y empujaban escaleras abajo; despus le salieron magulladuras por todo el cuerpo. Tenan treinta gallinas sanas, productivas; un da las encontraron con las patas torcidas, cojas. No se tenan en pie e iban arrastrndose, porque no podan anda r, pero an podan comer. Tenan un gato dcil 42

y mimoso que, de repente, se puso furioso y salt sobre sus dueos para morderlos y araarlos. A menudo la mujer se senta como atada, como si se ahogara, y era incapaz de moverse. Y podra aadir muchas otras cosas. Estos fenmenos se producan tanto en s u casa como en la vivienda principal. Exorcic los dos edificios. Es importante de cir que el propietario era un pintor amateur, autor de cuadros terrorficos, lleno s de esqueletos, diablos y seres encapuchados. Me ocurri otro hecho curioso. Tres das despus de exorcizar las dos casas, cuando estaba a noventa kilmetros de aquel lugar y me dispona a exorcizar a una joven poseda, el demonio habl a travs de esta c hica, y dijo: T sigues deambulando por ah para expulsarme, pero se [un difunto?] no s e va; lo mataron para robarle la herencia. Y empez a rerse y a burlarse. Cuando la joven volvi en s, sinti la necesidad de hacer un boceto de alguien que se le haba ap arecido durante el exorcismo, y dibuj el rostro de un viejo con barba. Cuando les ense el boceto a los cuidadores de la casa de campo, stos reconocieron la cara de un viejo que haba aparecido en el cristal de la ventana de su casa, aunque ningun o de los tres conoca a la chica que yo haba exorcizado. Nos preguntamos: es posible que el alma en pena de un avaro, a quien asesinaron para quitarle la herencia, incordie durante tanto tiempo para obtener indulgencias y ser liberada? Este cas o concreto an no est resuelto, aunque soy optimista, porque tuve un caso similar e n otra localidad de la misma provincia, una casa en la que se producan muchos rui dos 43

inexplicables y hechos extraos. Tras investigar un poco, descubrimos que la haban construido en un terreno donde, tiempo atrs, mataron y enterraron a cinco soldado s zuavos. Encargu diez misas por las almas de los soldados y exorcic la casa. Los fenmenos cesaron de inmediato; espero que sea para siempre. Antes el demonio no me preocupaba demasiado Don Gabriele, volvamos a su experiencia personal. Antes de que el cardenal Polet ti le encargara esta labor, qu pensaba usted del demonio? A decir verdad no me pre ocupaba demasiado. S, saba que exista y crea en el Evangelio. Soy de Mdena, pero nunc a haba odo hablar de la existencia de exorcistas. En aquella poca la mayora de los c uras no hablaba de estos temas; me refiero al demonio, las posesiones, los exorc ismos Fui ordenado sacerdote en 1954, ao mariano y centenario del dogma de la Inma culada Concepcin. Han pasado ms de cincuenta aos, pero ahora, al igual que entonces , sigue siendo muy importante qu les ensean sobre la realidad del diablo y el mini sterio del exorcismo a los futuros curas. Especialmente hoy, cuando muchos jvenes no van a la iglesia y se dedican a hacer espiritismo, a consultar a brujos, car tomnticos y dems. Creo que es muy importante darles informacin para que se alejen d e estos peligros. Y deberan informarlos sacerdotes bien preparados. El problema e s que gran parte del clero sabe muy poco de estos temas. 44

Cuando me encontr ante un caso evidente de posesin diablica, comprend que la realida d de la accin satnica y de la oracin de exorcismo no pertenecen al pasado, que no l as podemos situar nicamente en el pasado o en la poca de Jess, sino que hay que sit uarlas en nuestro presente. Hoy Satans acta ms que nunca e intenta conducir al mayo r nmero posible de almas a la muerte eterna. Desde los inicios de mi ministerio c omprend que existen dos categoras opuestas de personas posedas: quienes lo estn a ca usa de sus errores y quienes lo estn a causa de su amor a Dios. Y puedo confirmar lo que digo basndome en las Escrituras y la Tradicin. Recuerdo un caso que me imp resion mucho. Un excelente seminarista abandon el seminario tras dos aos de estudio s y perdi la vocacin porque no lo exorcic. Es un tema delicado y doloroso, o sea qu e no voy a entrar en detalles. Slo dir que, para m, fue un golpe enorme y revelador ; entonces comprend que deba hacer todo cuanto estuviera en mi mano para combatir la accin del demonio, sobre todo cuando ste atacaba a los miembros del clero. En l os diez aos siguientes, gracias a los exorcismos, salv las vocaciones de muchos se minaristas, curas, religiosos y religiosas. Dos casos de posesin Recuerdo especialmente dos casos en los que religiosos o fieles prximos a religio sos sufrieron ataques diablicos. Incluyo aqu los testimonios que dejaron los sacer dotes que intervinieron en los mismos. 45

Estaba predicando un retiro en una congregacin de religiosas, cuando la madre supe riora me llam para que me ocupara de una hermana, quien pareca haber sido estigmat izada. La vida de la comunidad se vea seriamente afectada por el mal comportamien to de la monja. sta utilizaba un lenguaje inconveniente, opuesto a cuanto caba esp erar en alguien que participaba de los sufrimientos de Cristo. Tras orar y refle xionar un buen rato, decid rezar por su liberacin. Al fin consegu liberarla de su o presin diablica; su comportamiento y su lenguaje cambiaron de inmediato y los esti gmas desaparecieron. No haba padecido los sufrimientos de la Pasin, sino sufrimien tos causados por el demonio En Bombay vino a verme un sacerdote en compaa de su madre para pedirme consejo sobr e su hermano. ste tena treinta y cuatro aos y haba cursado sus estudios universitari os en los Estados Unidos. All entabl contacto con un nuevo movimiento religioso; a l cabo de cierto tiempo, empez a participar en las reuniones del mismo y acab form ando parte de la secta. Haba ido ascendiendo en la jerarqua interna del grupo y de ba casarse con una mujer que tambin desempeaba un cargo importante. Pese a todo, l q uiso casarse con otra mujer y, el da de la boda, los miembros del movimiento linc haron a la novia. Este hecho lo destroz fsica y psicolgicamente. Por suerte, sus pa dres haban viajado a los Estados Unidos, preocupados por el hecho de que su hijo deseara casarse al margen de su fe y de la 46

comunidad catlica, y lo llevaron de vuelta a la India, pero tuvieron que hacer fr ente a la peticin de una enorme suma de dinero, a un chantaje. Para poder pagar, uno de los hermanos tendra que vender todos sus bienes. Entretanto, toda la famil ia viva aterrorizada, temiendo un ataque de los miembros de la secta, que no retr ocedan ni siquiera ante el homicidio. Cuando fui a ver a aquel joven, lo encontr e n unas condiciones psimas: nunca sala de su habitacin, no se lavaba, no se cortaba las uas, no coma con su familia. Su dormitorio estaba increblemente sucio y l hablab a con seres invisibles. Su hermano sacerdote crea que necesitaba tratamiento psiq uitrico, pero antes quera mi consejo. Fui a su casa con un grupo de oracin. Unos mi nutos antes de que llegramos, el joven se encerr con llave en su habitacin, aunque nadie le haba mencionado mi visita. Como no logramos convencer a la pobre vctima d e que nos abriera la puerta, decidimos rezar junto a la familia. Siguiendo una i nspiracin, pronunci una plegaria de liberacin ante la puerta cerrada. En la oracin l e supliqu a Dios que liberara tambin al fundador de la secta y dije su nombre. Apa rentemente ese da no ocurri nada; pero al da siguiente me llamaron los padres, muy contentos: su hijo haba salido de la habitacin y haba recorrido toda la casa, inclu ido el tejado, en busca del fundador de la secta (quien ya haba muerto). Al no en contrarlo, decidi lavarse y cortarse las uas y el pelo para recuperar su aspecto n ormal. Y, por primera vez en varios meses, comi con su familia. Adems, acept irse a Goa para disfrutar de un perodo de convalecencia. Todava vive all, 47

donde ha encontrado trabajo y lleva una vida normal. Un sacerdote embrujado Me invitaron a un encuentro de universitarios de alto nivel. Especialistas de va rios pases europeos hablaban de magia y brujera desde un punto de vista informativ o y cientfico. En cuanto a m, me invitaron para hablar de la brujera de nuestro tie mpo. Despus de mi conferencia, uno de los asistentes se acerc a m y me confi su sufr imiento. Esto fue lo que me dijo: Lo que usted ha contado se corresponde exactame nte con lo que yo estoy viviendo. Soy sacerdote y me ocurri lo siguiente: era mis ionero en una gran ciudad africana. Mand edificar varias casas, con la intencin de construir una ciudad para los chicos, y contrat a una cuadrilla de lugareos. Tuve la suerte de recibir una donacin cuantiosa de una organizacin internacional y, co n ese dinero, contrat una segunda cuadrilla, formada por obreros de otra tribu. A l finalizar el trabajo, uno de los hombres de la segunda cuadrilla me dijo: Padre , no se le ocurra dormir en estas casas, porque se sentira mal. Mire!. Y levant unas baldosas del suelo para ensearme unos objetos muy raros. Luego despeg un trozo de papel pintado, me ense ms objetos raros y aadi: Padre, son objetos consagrados al dem onio, los pusieron aqu obreros de la otra cuadrilla. Estn furiosos con nosotros, p orque somos de otra tribu y usted nos dio trabajo. Ahora se han vengado y quiere n matarlo. Yo, como buen europeo racional, hice caso omiso de la advertencia y so nre para mis adentros al pensar en lo crdulos que eran aquellos 48

hombres. La noche siguiente dorm en la casa; mejor dicho, no dorm en absoluto. Me atormentaron todo tipo de imgenes y de ideas absurdas y no pegu ojo. Tras varias n oches de insomnio senta deseos de suicidarme. Me llevaron al hospital e impidiero n que me suicidara. Todos los anlisis que me hicieron salieron bien y los tests p sicolgicos me declaraban perfectamente sano. Tuvieron que repatriarme. En Francia pas aos vagando por clnicas y hospitales, sin obtener resultados. Ingres en una cas a para sacerdotes enfermos, donde no me encontraron ninguna enfermedad. Ahora vi vo en una casa para sacerdotes ancianos y enfermos y me reconozco en los sntomas que usted ha descrito. Aunque estaba muy cansado, pronunci una larga plegaria de l iberacin. l estaba muy inquieto, pero rezaba con todas sus fuerzas. Aquella noche no consegu liberarlo. Empezamos al da siguiente y el proceso fue largo, pero al fi nal se liber. Dej la casa para sacerdotes ancianos y enfermos, recuper la fuerza de su juventud y volvi a su misin en frica. De vez en cuando me escribe; lleva cuatro aos de intensa actividad apostlica. Su liberacin fue definitiva, no ha necesitado ms intervenciones. Una vocacin salvada ste es el testimonio de una vctima Escribo porque me lo han pedido y porque yo tambin creo que mis palabras pueden ayudar a otros a comprender y obrar de forma corre cta. Los primeros sntomas me sorprendieron una noche al acostarme, tras apagar la luz: un terror imprevisto, 49

una inquietud febril de los sentidos, convulsiones. Mi reaccin fue adentrarme en lo ms profundo de mi ser, en busca de Dios, y rezarle a la Virgen. Me llev un buen rato hacerlo, pues sufra ataques contra el sexto mandamiento. Estos fenmenos se f ueron repitiendo a la hora de acostarme y tambin sufra tentaciones durante la noch e. El sacramento del perdn me daba fuerzas; si no, no habra podido resistir las te ntaciones contra el sexto mandamiento, pues una vez que comenzaban persistan con fuerza, a pesar de las oraciones. El segundo sntoma fueron las convulsiones, que aparecan al empezar las oraciones en comn durante el oficio de la maana, y las tent aciones de desesperacin o de suicidio. Mi padre espiritual me dijo que todo ello formaba parte de la lucha espiritual, pero quien me ayud realmente fue el padre e xorcista que me trataba, a menudo por telfono. Pas una etapa en la que me costaba mucho estudiar y hasta me costaba comer. Durante un oficio en la capilla, percib olores ftidos y tuve la impresin de que el agua bendita que guardo en una botella estaba putrefacta. Al da siguiente, el agua estaba perfectamente y ya no ola mal. Una violenta tentacin contra el sexto mandamiento me hizo repetir: Antes morir que ceder. Me sirvi de gran ayuda recitar el exorcismo de Len XIII y, sobre todo, reci bir por telfono el exorcismo del padre exorcista. El domingo siguiente reaparecie ron los mismos sntomas. Llam al padre exorcista y l me liber por telfono. Esto se rep iti 3 veces en el mismo da. Antes del exorcismo senta que me volva loco y tena fuerte s tentaciones contra la vocacin; sin embargo, logr superarlas gracias al exorcismo . 50

En agosto reaparecieron los sntomas: cansancio extremo, jaquecas, la sensacin de v olverme loco, tristeza, etctera. El padre me exorciz en persona. Desde sus primera s palabras empec a golpear el suelo con los pies. El demonio habl por mi boca; yo en cuanto poda rezaba interiormente, invocando el nombre de Jess. El agua bendita me daba miedo, la pxide me quemaba en cuanto la acercaban a m y mi cuerpo haca movi mientos incontrolables. Despus del exorcismo todos los males desaparecieron y vol vi la paz. Sufr ataques una vez ms, pero los super con un exorcismo a distancia. Ter minar diciendo que, para m, fue muy importante descubrir la existencia del demonio . Desde ese momento empec a luchar contra l y comprend que yo no estaba loco. No ob stante, sin la intervencin de un exorcista no habra superado todo aquello y hubies e perdido mi vocacin. Tambin me sent, y sigo sintindome, muy vinculado a la Pasin de Cristo. Las fuerzas del enemigo: las sectas satnicas Don Gabriele, usted empez esta batalla hace ms de veinte aos. En todo este tiempo, l as fuerzas del enemigo han aumentado o han disminuido? Mire usted, las fuerzas d el enemigo siempre han sido idnticas, porque el demonio siempre tiene la misma fu erza. Lo que ha aumentado mucho es otro factor: que le han abierto las puertas. Antes el ocultismo no se practicaba tanto como ahora. Yo por ocultismo entiendo magia, sesiones de espiritismo, sectas satnicas y todo eso Cuando la gente iba a l a iglesia y rezaba, 51

cuando las familias estaban unidas, la situacin era distinta. Pero, en la socieda d actual, los jvenes se van a vivir juntos, prescindiendo incluso de bodas civile s, los gays piden que se les reconozca el derecho a casarse y adoptar nios Ocurren cosas absurdas que habran sido impensables cuando yo era pequeo. Todo esto magia, ocultismo, espiritismo contribuye a abrir las puertas. Y una vez abiertas el demo nio tiene va libre. No es que sea ms fuerte, es que puede utilizar libremente su f uerza. Piense en todos los casos que tenemos de personas consagradas a Satans. So n muchsimos. Cada vez quemo ms notas con estas frases: Satans, t eres mi dios, quier o a Satans, quiero estar siempre contigo, te honro, te adoro Y luego dame, dame, d ame. Dame riquezas, dame placeres, dame xitos. El demonio se los da y pide a camb io el alma. No se trata de posesin; en estos casos el diablo ya posee el alma, po rque estas personas han decidido entregrsela. Conviene recordar que el demonio, p or s mismo, no llega hasta el alma. Slo la obtiene si el hombre se la da y consien te en que se aduee de ella. Esas notas de las que hablaba me las traan personas qu e se haban consagrado a Satans y que luego se haban asustado, porque es muy difcil s alir de las sectas. Segn varios testimonios, en Amrica quienes abandonan una secta pueden acabar asesinados. Por eso los miembros tienen tanto miedo. Y en Italia? En Italia no conozco casos mortales. Pero, por lo que se ha podido saber, las pe rsonas que abandonan una secta son 52

perseguidas y viven con miedo. Viven con mucha prudencia y temen a sus ex compaer os de secta. Aqu, en Italia, las sectas son muy numerosas; se dice que hay ms de o chocientas, quiz ms, y suelen tener pocos miembros: quince, veinte personas como mx imo, a veces unas diez personas. Por tanto, quien las abandona teme a un nmero li mitado de personas y la situacin es bastante fcil de controlar. De todas formas, n o todas las sectas son iguales. Algunas son puro folclore, o autnticas payasadas. En cambio, otras son serias y terribles y celebran misas satnicas. Posedo desde la infancia ste es el caso de un chico que en su ms tierna infancia qued al cuidado de su abuel a paterna, quien, segn parece, lo entreg a espritus malignos. A los cinco aos hizo l a Primera Comunin y empez a frecuentar la iglesia parroquial como monaguillo y acli to de confianza del prroco. Sigui as hasta los trece o catorce aos. Un lunes de Pasc ua el joven tiene la visin de una cruz luminosa y una voz le dice: Sufrirs mucho. De sde entonces su cuerpo es presa de extraos fenmenos: flagelacin, araazos en el costa do, signos iconogrficos en pies y manos. Adems, se le aparecen Jess y la Virgen. El lagrimeo de un cuadro del Sagrado Corazn llama la atencin de la gente que lo rode a. El fenmeno se da a conocer al pblico, los peridicos locales hablan de ello e int erviene la curia episcopal. Instituyen un proceso regular de investigacin de hech os extraordinarios, pero el caso se archiva muy pronto 53

por falta de verosimilitud. No obstante, los lagrimeos sangrientos de los cuadro s prosiguen y el joven se convierte en el centro de atencin de un grupo de amigos . Al ao siguiente la cuestin de los fenmenos adquiere otros visos. Tras reunirse co n un pseudocarismtico que reza por l, el joven experimenta levitaciones y, a veces , la gente que va a verlo cae en una especie de reposo espiritual durante las or aciones. El joven deja de acudir a los sacramentos y rompe su relacin con el pseu docarismtico. Un da, no recuerdo la fecha con exactitud, unos amigos me traen al j oven para consultarme acerca del origen de los fenmenos extraordinarios, y para p reguntarme cmo deban conducirse. Veo al chico sonriente, ingenuo, limpio, sereno, tranquilo. Me habla del lagrimeo de los cuadros y me ensea el cuadro del Sagrado Corazn que, durante las oraciones, l extrae de su caja y expone a la vista de la g ente. El cuadro presenta huellas evidentes de lgrimas de sangre, que han formado grumos en el cristal. Les pregunto a los amigos cul es la opinin de la curia episc opal; me responden que sta pone en duda el origen sobrenatural de los fenmenos. Le digo al joven que no d mucha importancia a los hechos, que no exponga el cuadro ni rece en pblico, y que sea prudente mientras espera que el Seor manifieste su vo luntad al respecto. Al ao siguiente, el padre del joven pide ayuda al prroco y al vicario de una parroquia vecina, pues el hijo se siente mal y su prroco no se int eresa por l. Los dos sacerdotes se ocupan del joven y, al ver que su sufrimiento parece cosa del demonio, rezan plegarias de liberacin. Al fin, un da me lo traen, convencidos de que necesita exorcismos. 54

Le practiqu cinco exorcismos, desde diciembre de aquel ao. Primer exorcismo. Estn p resentes los dos sacerdotes que acompaan al chico, junto a otras personas que han entrado con ellos. Tambin hay un pequeo grupo de carismticos. Al principio el jove n tiene una expresin serena; pocos minutos despus, eructos y signos de malestar. M e dice que los fenmenos extraos empezaron en su ms tierna infancia, unos aos antes d e la Primera Comunin (que tom a los cinco aos). La hostia casi siempre saba a sangre rancia. En misa, durante la consagracin, le venan a la cabeza blasfemias y, en el m omento de la comunin, imgenes impuras. Los fenmenos ms extraos empezaron a la edad de trece aos: levitacin, estigmas, signos iconogrficos en el cuerpo, estatuas que se rompan y de las que brotaba sangre, estiramientos del cuerpo, paresia, visiones, ptalos y capullos de rosa salindole de la boca. Con cautela, empiezo por un exorci smo exploratorio. El joven cae y rueda por el suelo, patalea con violencia, grue, me escupe, intenta agredirme, tiene la voz ronca y los ojos rojos, llenos de od io. Practico el exorcismo con frmulas imperativas. El agua bendita lo quema. Cuat ro personas lo sujetan con dificultad en el suelo. Las reacciones son an ms violen tas cuando nombramos a la Virgen de un santuario mariano local. Al cabo de un cu arto de hora, vuelve la calma. En esta fase de recuperacin, el paciente sufre un nuevo ataque, pero lo reducimos con facilidad. Ahora, pese al cansancio, es capa z de rezar con el exorcista. Al despedirse se muestra contento, aunque eructa un poco. Segundo exorcismo. Estn presentes las mismas personas que la primera vez y se repiten los mismos fenmenos. Una patada 55

imprevista me golpea la pierna. Tercer exorcismo, en febrero del ao siguiente. El prroco que lo acompaa me trae seis o siete cuadros de distintos tamaos, que repres entan al Sagrado Corazn o a la Virgen. A causa de los lagrimeos, estn horriblement e desfigurados y llenos de cogulos de sangre. Le digo que los meta en sus cajas y que no los exponga a la vista de los curiosos. Durante el exorcismo las reaccio nes son menos violentas que las otras veces, aunque el paciente sigue siendo muy peligroso y se necesitan hombres musculosos para sostener al energmeno. Una nove dad: habla en varios idiomas. Cuarto exorcismo, en marzo del mismo ao. Lo presenc ian quince sacerdotes, reunidos para participar en un curso pastoral de demonolo ga. El demonio se manifiesta, y dice: Es mo, me pertenece desde hace mucho tiempo. Todo exorcismo es intil, est atado a m. Las reacciones son menos violentas, tarda me nos en recuperarse. El chico no recuerda lo sucedido, slo nota como un aro ceido a su tobillo. Quinto exorcismo, en mayo del mismo ao. Estn presentes casi todos los curas y los pocos laicos que asisten al curso de demonologa. Las reacciones del joven son menos violentas an. Hablo con el demonio, quien afirma que el chico es suyo desde la infancia y que no lo dejar. Le ped al prroco que acompaaba al chico qu e escribiera una breve relacin. Es la siguiente: Un servidor ha sido testigo ocula r de muchos fenmenos. Acud a su cabecera a llevarle la comunin; se debata, vctima del dolor, y tena araazos en la 56

espalda, pero recibi la comunin. En otra ocasin me llamaron por unos ruidos nocturn os que se producan en casa de un amigo suyo. Veo una puerta romperse en mil pedaz os y la habitacin desordenada. El chico no deja entrar a nadie en su dormitorio. Cuando todo termina, se mete debajo de la cama, exhausto. Hubo seis noches terri bles en aquella casa. Y tres noches ms en otra casa, a finales de julio. En esta l tima vive una seora que sufre trastornos de posesin. Los fenmenos de este perodo son : objetos voladores, muebles destrozados, araazos en las paredes, olor agrio a az ufre. El cuerpo del chico es atrado, como si lo empujara una fuerza invisible. Su s amigos deben sujetarlo con fuerza a la cama. Mantiene un dilogo conflictivo con una presencia invisible. No, no quiero, nunca lo har. Vete, Satans, dice el joven. Veo ofrendas florales, ptalos y capullos de rosa saliendo de su boca. En su cuerp o aparecen signos iconogrficos, como el monograma de la hostia (IHS) y los rasgos faciales de un hombre en la parte superior de su cuerpo. La vida cristiana es e spordica y su comportamiento no me convence. Ahora, tras la primera sesin con el e xorcista y las plegarias de liberacin, las reacciones se han atenuado. Continan la s perturbaciones nocturnas, los escalofros, la sensacin de que algo resbaladizo lo envuelve y le dice: Eres nuestro. Liberar a una bruja Estaba en el despacho parroquial y entraron dos mujeres. A una la conoca bien, pe ro a la otra no la haba visto nunca. La 57

primera me dijo: Padre, esta mujer necesita su ayuda. Me dirig a la recin llegada y le pregunt qu poda hacer por ella. Al mirarla a la cara, vi que haca gestos muy raro s con los ojos y las manos. Imaginando qu le ocurra, dije: Seora, a quin teme? El demo nio no est aqu, aqu slo est Cristo. Y puse ante sus ojos el crucifijo que tengo en mi escritorio. La inquietud de la mujer aument de forma violenta, pero yo estaba pre parado para lo peor y le grit: Eres una bruja! Qu quieres de Dios?. Al principio se so rprendi, pero luego me contest: Quiero liberarme del demonio, porque mi marido se e st muriendo. De qu se muere tu marido? Lo has embrujado o maldecido?, le pregunt de i diato. Y ella, entre lgrimas, me cont que le haba gritado con maldad: Ojal te d una ga grena!. La maldicin funcion, y ahora su marido estaba en el hospital, moribundo, en cuidados intensivos. Con voz severa, le dije: Yo no soy un santo, no hago milagr os. Soy un exorcista; con la ayuda y en nombre de Dios, expulso demonios, pero n o puedo salvarle la vida a tu marido. Entonces la mujer dio un gran salto, se pus o de rodillas en el escritorio y alarg el brazo para cogerme del cuello. Estaba p reparado para esa reaccin del demonio y tuve tiempo de gritar: Satans, en nombre de Dios, detente!. Ella, con los ojos en blanco y la boca abierta, se qued inmvil, aun que segua tendiendo los brazos hacia mi cuello. Yo le grit al demonio: Satans, en no mbre de Dios, te ordeno que no te muevas de esta posicin. Fui a la iglesia, met una hostia consagrada en la pxide y me 58

puse la caja sobre el pecho. Volv al despacho parroquial; la mujer segua en la mis ma posicin. Le orden que bajara del escritorio, se sentara y no se acercara ms a m. Con la hostia consagrada me senta ms tranquilo; le dije en tono resuelto: En vez de llorar por tu marido, deberas llorar por todas las personas a quienes has hecho dao en veinte aos de actividad. Ella, con voz cavernosa, me grit: Si mi marido muere, le har dao a toda la ciudad!. Me levant corriendo, la as por los hombros y la empuj f era del despacho y de la iglesia, gritndole: Con ese corazn lleno de odio no eres d igna de estar aqu. Entonces la mujer que la acompaaba me dijo: Padre, usted trata co n amabilidad a todo el mundo y no echa a los que estn posedos por el demonio. Por q u expulsa de mala manera a esta mujer?. Le respond: Nosotros, los exorcis