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PROGRAMA NACIONAL DE ACTUALIZACIÓN PERMANENTEPROGRAMA NACIONAL DE ACTUALIZACIÓN PERMANENTE

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La educación ambiental en la escuela secundaria. Lecturas fue elaborado en la Dirección General de Materialesy Métodos Educativos de la Subsecretaría de Educación Básica y Normal, en coordinación con el Centrode Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable de la Secretaría de Medio Ambiente,Recursos Naturales y Pesca.

CoordinaciónÉdgar González GaudianoFedro Guillén RodríguezArmando Sánchez Martínez

CompiladoresFernando Aragón DurandLylle Figueroa SevillanoMarina Leal PérezSalvador Morelos OchoaMargarita Petrich MorenoJavier Riojas RodríguezMarina Robles GarcíaMaría del Carmen Rojas CanalesCarolina Tovar de la GarzaCarolina Villalobos Montaño

RevisoresMaría Álvarez MoctezumaRosalía Gómez GonzálezMónica Herzig ZürcherJosé Luis Osorno CepedaRafael Tonatiuh Ramírez BeltránMarina Sil AcostaMaría del Carmen Valverde Valdés

Equipo técnico-pedagógicoMaría Elena Hernández Castellanos (coordinación)Daniel Guillén GuillénCésar Minor JuárezLucrecia Orenzanz EscofetPatricia Schmidtsdorf Valencia

Coordinación editorialElena Ortiz Hernán Pupareli

Cuidado de la ediciónJosé Manuel Mateo CalderónElia García

Producción editorialAlejandro Portilla de Buen

DiseñoJulián Romero Sánchez

FormaciónJulio César Olivares Ramírez

Primera edición, 1999Primera reimpresión, 2001

D.R. © Secretaría de Educación Pública, 1999Argentina 28, Centro,06020, México, D.F.

ISBN 970-18-3492-5 (Obra general)ISBN 970-18-3466-6

Impreso en MéxicoDISTRIBUCIÓN GRATUITA-PROHIBIDA SU VENTA

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Presentación

l presente material editado por la Secretaría de Educación Pública es partede los paquetes didácticos que se entregan a la planta docente inscrita en loscursos del Programa Nacional de Actualización Permanente para Maestrosde Educación Básica en Servicio, que la SEP y las autoridades educativas delos estados llevan a cabo actualmente. Los paquetes didácticos representan

el principal apoyo para que el profesorado de los distintos grados pongan al día sus cono-cimientos y participen con éxito en los programas y cursos relacionados con las asignatu-ras que imparten. A la vez constituyen una fuente de información y análisis que puedeaprovecharse en el aula durante el trabajo diario con el alumnado.

Son dos los materiales que integran cada paquete: un libro de lecturas y una guía deestudio. El primero reúne textos especializados y de divulgación que brindan la informa-ción necesaria para llevar a cabo las actividades propuestas en la guía de estudio. La guía,por su parte, además de describir cada actividad, ofrece orientaciones para la autoeva-luación e información complementaria.

Los docentes podrán utilizar estos materiales de diversas maneras conforme a sus pre-ferencias y al tiempo de que dispongan. Podrán, por ejemplo, estudiar sistemáticamentede manera individual, organizar grupos autónomos con sus colegas o formar parte de ungrupo con asesoría del personal de los Centros de Maestros.

La acreditación del curso al que corresponde el presente paquete didáctico es tomadaen cuenta por el programa de Carrera Magisterial, así como por otros mecanismos deestímulo profesional. Con la finalidad de ofrecer las mismas oportunidades para la acredi-tación del curso, un órgano técnico certificará la acreditación mediante criterios objeti-vos, estandarizados y de validez nacional, independientemente de la forma de estudio porla que hayan optado los docentes.

La Secretaría de Educación Pública y las autoridades educativas confían en que estematerial responda a los intereses y las necesidades reales del profesorado en servicio yque sea de utilidad para elevar la calidad de la educación que recibe la niñez y juventudmexicanas.

Secretaría de Educación Pública

Introducción 9

Unidad 1. El planeta Tierra 11

1. La biología: vida y concienciaIsaac Asimov 13

2. El deterioro ambiental: cambiosnacionales, cambios globalesJulia Carabias y Lourdes Arizpe 17

3. El aguaEzequiel Ander-Egg 29

4. México, uno de los países másafectados por la erosión del sueloJosé Luis Oropeza Mota 35

5. BiodiversidadPaolo Bifani 39

6. Qué es un ecosistema (fragmentos)Federico Arana 47

Unidad 2. La relación entre la sociedady la naturaleza 53

7. Efectos negativos de las actividadesprimariasÉdgar Javier González Gaudiano 55

8. Costa Rica: un auge ganaderoen un contexto campesinoPNUMA-MOPU y Agencia Españolade Cooperación Internacional 59

9. Actividades secundariasÉdgar Javier González Gaudiano 61

10. Actividades terciariasÉdgar Javier González Gaudiano 65

11. Basura, el espejo de nuestra sociedad(fragmentos)Héctor Castillo Berthier 67

12. El aprovechamiento de los recursosnaturales en Cuanajo:tipos y usos del sueloMaría Rosa Nuño Gutiérrez 69

13. El nuevo paradigma ecológicoFritjof Capra 77

Unidad 3. La sustentabilidaddel desarrollo 83

14. Agricultura sin químicos:una realidad en el IstmoUnión de Comunidades Indígenasde la Región del Istmo 85

15. Bienestar humanoInstituto del Tercer Mundo 89

16. Desarrollo y necesidades humanas(fragmentos)Manfred A. Max-Neef, AntonioElizalde y Martín Hopenhayn 97

17. Población, medio ambientey desarrollo sustentableEnrique Provencioy Francisco Pamplona 103

18. La tecnología y los valoresambientalesMaría Novo 113

19. La revolución verdePNUMA-MOPU y Agencia Españolade Cooperación Internacional 115

Unidad 4. Educación ambiental 121

20. Objetivos de la educación ambientalUNESCO-PNUMA 123

21. Los nuevos retosÉdgar Javier González Gaudiano 125

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Índice

22. Educación, medio ambiente y desarrollosostenible (fragmento)Fedro Carlos Guillén 129

Unidad 5. Estrategias para una pedagogíaambiental 131

23. La pedagogía de la formación valoralSilvia Schmelkes 133

24. La cuenta está equivocada,pero cuadraMichael Ende 139

25. La educación en valoresMinisterio de Educacióny Ciencia [España] 147

26. Comunicación didácticay ordenación del aulaJaume Sureda y Antoni J. Colom 153

27. Más allá de la investigación del medioRafael Porlán Arizay Pedro Cañal de León 157

28. El juego y la simulación (fragmentos)John L. Taylor 161

Unidad 6. Educar para la participación 165

29. La participación educativa, caminode la democracia socialJaume Sarramona 167

30. Formación ambiental participativaEloísa Tréllez S. y César A. Quiroz P. 171

Siglas y abreviaturas 179

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Introducción

ste libro reúne textos tomados de obras consideradas ya clásicas de la educa-ción ambiental, así como artículos y ensayos de autores mexicanos y extran-jeros publicados en revistas y suplementos. El conjunto está orientado a refor-zar los aspectos conceptuales, didácticos y metodológicos que permitan amaestras y maestros incorporar la educación ambiental a su práctica docente.

Al igual que la guía de estudio, el presente libro de lecturas está organizado en seisunidades. En la primera los textos abordan la situación adversa a que están sometidos losrecursos naturales y exponen las características de nuestro planeta.

En la segunda unidad se incluyen materiales que permiten conocer la evolución expe-rimentada por el binomio sociedad-naturaleza, el impacto de las actividades productivasen el ambiente y la necesidad de adoptar modelos de desarrollo a largo plazo acordes conel aprovechamiento de los recursos.

La tercera unidad expone los puntos de vista que se han expresado en torno a lasustentabilidad, la cual se ha erigido como la alternativa más viable de desarrollo. Engeneral, se exponen los aspectos sociales que implica la sustentabilidad y los ámbitos enlos que ésta puede impulsarse.

Las lecturas correspondientes a la cuarta unidad permiten conocer los alcances de laeducación ambiental, concebida como un espacio de reflexión, pero también como in-centivo y parte de las acciones que pueden contribuir a evitar, controlar, disminuir o solu-cionar los problemas ambientales.

Algunas estrategias para construir una pedagogía ambiental se ponen a consideracióndel profesorado en la quinta unidad de este libro. Allí se analiza el carácter transversal dela educación ambiental y se plantean opciones para trascender la acción a espacios distin-tos del aula.

Finalmente, en la sexta unidad se describen y comentan las iniciativas de participaciónorganizada que la población ha llevado a cabo para contribuir a la reducción de losproblemas ambientales que nos aquejan.

UNIDAD 1○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Las lecturas seleccionadas para trabajar esta primera unidad le permitirán reconocer y discutir losprocesos globales que han determinado los problemas ambientales y las posibilidades para disminuirlos.Usted podrá analizar cómo los procesos de desarrollo tienen repercusiones ambientales, económicas,socioculturales y políticas. De esta manera podrá identificar algunos problemas ambientales locales y loselementos que los caracterizan.

El planeta Tierra

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7, p

. 71.

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a palabra biología procede de dos voca-blos griegos, bios y logos. El primero sig-nifica vida; el segundo, palabra o, en tér-minos más abstractos, discurso racionalo, traducido a fórmulas modernas, pen-

samiento científico. La biología es, pues, tal como in-dica la propia palabra, la ciencia de la vida.

Ningún otro tema puede ser más importante paranosotros, ya que nosotros mismos somos un ejemplode lo que se entiende por seres vivos.

La importancia de la biología no es, sin embargo,un asunto de mera contemplación egoísta de nosotrosmismos. Tengamos en cuenta que, en nuestro inmen-so universo formado por 100 000 millones de galaxiasconstituidas cada una de ellas por un promedio de50 000 millones de estrellas, sólo conocemos un mun-do —el que habitamos— que posea vida.

Parece improbable que en un universo de estas di-mensiones sólo haya un rincón donde pueda encontrar-se vida, y puede argumentarse (como de hecho sucede)que en realidad hay muchos lugares, muchos millonesde lugares en cada galaxia, quizás, en los que exista vida.No obstante, tal posibilidad sigue constituyendo una es-peculación y carecemos de pruebas de primera mano,deevidencias concluyentes, acerca de la existencia de vidaen otros puntos del Universo, salvo aquí, en la Tierra.

Más aún: si limitamos nuestro estudio a la Tierra,podemos decir que la vida es un fenómeno que úni-camente se da en la superficie del planeta. La vida esalgo frágil que depende de una gama muy limitada decondiciones ambientales, las cuales amenazan siem-pre con cambiar, hasta el punto de borrar de la faz delplaneta muchas variedades de seres vivos. Heladas,incendios, sequías, inundaciones, erupciones volcá-nicas, depredadores, parásitos...

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El título es del editor. El texto apareció publicado originalmente como “Introducción”, en I. Asimov, C.G. Waugh y M.H. Greenberg, Trasplanteobligatorio. La biología en la ciencia ficción, México, Martínez Roca, 1986, pp. 7-10.

La biología:

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vida y conciencia

Isaac Asimov

Incluso existen indicios que llevan a pensar que,periódicamente, se han producido (al menos en seisocasiones distintas) colisiones de la Tierra con peque-ños asteroides que han tenido por resultado la des-trucción casi total de la vida en el planeta. La másreciente de estas ocasiones pudo haber sucedido haceapenas 65 millones de años.

Así pues, debemos concebir la vida como un fenó-meno que únicamente se da en un planeta y sólo demanera precaria, pendiente de un hilo.

Sin embargo, ¿no demostraría tal situación que lavida es un hecho de ínfima importancia en el univer-so como conjunto? ¿No sería la vida, entonces, unfenómeno evanescente, una insignificante y tempo-ral enfermedad de la materia, un pequeño forúnculosurgido en el poderoso todo de la existencia?

Un momento...De todas las sustancias y materias que conocemos,

sólo los seres vivos parecen mostrar alguna señal deconciencia, de percepción de su entorno, de capaci-dad de demostrar respuestas adaptativas; es decir, dereaccionar al medio ambiente de forma que se obten-ga un máximo de posibilidades de autoconservacióny de supervivencia.

Y ello es, con toda certeza, una propiedad única.Todos los objetos no vivos soportan las condicionesambientales que se les presentan. La materia no vivaafronta los desastres exactamente igual que afronta-ría las condiciones más favorables. Sólo los seres vi-vos saben protegerse de la lluvia, metafóricamentehablando. Incluso los árboles, que no pueden mover-se para evitar el hacha, extienden las raíces para bus-car agua y abren las hojas para recibir la luz del sol.

Esta conducta singular del ser vivo otorga al mis-mo unas cualidades que compensan e incluso supe-

El planeta Tierra ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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ran lo insignificante de su cantidad y su tremenda fra-gilidad.

Cabría aducir que, al ser nosotros mismos —ejem-plos de seres vivos— quienes valoramos la importan-cia relativa de la capacidad de dar respuestas adap-tativas en contraposición a las mencionadas desventajasde la reducida cantidad y la gran fragilidad, nuestrojuicio mal puede ser considerado imparcial.

Esto es cierto, pero precisamente en poder afirmar-lo radica la diferencia fundamental. Sólo la vida pue-de emitir tal juicio, porque únicamente la vida poseela conciencia suficiente para hacer que surja una cues-tión de juicio. La vida posee una suprema importan-cia por la razón misma de que únicamente ella pue-de señalar y decidir la importancia de una cuestión.

De hecho, ahora nos estamos refiriendo no ya a lacapacidad de respuesta adaptativa, sino al pensamien-to abstracto, lo cual es algo todavía más restringido.En la actualidad hay quizás unos dos millones de es-pecies vivas y, en los 3 000 millones de años en quela vida ha venido existiendo en el planeta, quizás hayahabido en total unos 20 millones de especies. Y, deentre todas ellas, sólo una especie, el Homo sapiens,ha dado pruebas irrefutables de capacidad de pensa-miento abstracto.

Por supuesto, quizás esto sea una muestra de vani-dad por nuestra parte. Es posible que chimpancés, go-rilas, elefantes, delfines, ballenas, cuervos, pulpos yquién sabe cuántas especies más, disfruten de algo quepueda definirse, en una interpretación más o menosamplia, como pensamiento abstracto. No obstante,queda fuera de toda duda que, incluso si lo anterior escierto, los seres humanos poseemos un grado de pen-samiento abstracto tan superior al de las restantes es-pecies que nos eleva a un plano netamente superior alde éstas; casi podemos afirmar que tal superioridadcuantitativa representa una diferencia cualitativa.

Remitámonos a hechos o ejemplos concretos: elHomo erectus, un predecesor nuestro de menor capa-cidad cerebral, fue la primera especie de toda la histo-ria de la Tierra en utilizar deliberadamente el fuego. ElHomo sapiens heredó esta capacidad, mientras que nin-guna otra especie de seres vivos del planeta, aunquesea o haya sido inteligente, ha hecho uso del fuego.

No consideremos, sin embargo, al Homo sapienscomo un mero beneficiario pasivo del genio inventor

e innovador del Homo erectus. El primero ha elabo-rado, en lo que es apenas un instante en términosgeológicos, la inmensa parafernalia de lo que deno-minamos civilización tecnológica, y no cabe la me-nor duda de que sólo el Homo sapiens posee o haposeído (en la Tierra) la capacidad necesaria paradesarrollar una tecnología tan compleja.

Ello significa que sólo los seres humanos, de todaslas especies vivas que conocemos, poseen la capaci-dad de desarrollar herramientas que potencien sussentidos físicos: ver lo invisible, oír lo inaudible, acu-mular y registrar datos, sopesar su significación y al-canzar conclusiones.

Así pues, no es sólo la vida, sino una única especieentre 20 millones, la especie humana, quien tieneconciencia del universo más o menos como es, y quientrabaja por comprenderlo.

Puede haber en otros lugares del universo diversasespecies de seres vivos tan conscientes, hábiles e in-teresados en su propio progreso como el ser humano.Puede haber millones de ellas, algunas mucho másavanzadas en tal proceso que la nuestra... pero care-cemos de pruebas de su existencia.

Por lo tanto, hasta donde sabemos, somos los úni-cos seres en todo el universo que dirigimos miradasde interrogación a las estrellas, a los átomos, a noso-tros mismos, y buscamos respuestas.

¿No resulta terrible, entonces, que todos nuestrosconocimientos, puestos al servicio de nuestras pasio-nes, nos hayan colocado al borde de la autodestruc-ción? Y si nos destruimos a nosotros mismos, ¿no esevidente que estaremos destruyendo algo que puedeser absolutamente único en el universo y que quizájamás podrá ser reemplazado? ¿No deberíamos traba-jar para mantenernos vivos como individuos y comocivilización, aunque sólo fuera por egoísmo y vanidad,ya que no por otras emociones más nobles?

Si escogemos el camino de la respuesta adaptativaa los aspectos destructivos de nuestra tecnología, sisobrevivimos, la especie humana continuará induda-blemente haciéndose preguntas, aprendiendo y pro-gresando en el conocimiento.

Y es una característica de la inquietud de la mentehumana que, por rápidos que sean los progresos ypor espectaculares que sean sus descubrimientos, eléxito nunca será suficiente para saciar nuestra curio-

La biología: vida y conciencia○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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sidad. El ser humano siempre va por delante de sushallazgos, haciéndolo en forma de especulación.

La ciencia ficción es la rama de la literatura dedi-cada específicamente, entre otros temas, a tal especu-

lación, y ¿dónde puede ésta asumir formas más fasci-nantes que en el estudio de la propia vida, que es elaspecto más sorprendente y prácticamente impene-trable del universo?

[...]

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as transformaciones que la sociedadha hecho en la naturaleza para su sub-sistencia y desarrollo han sido parteinherente de su propia historia. La in-corporación de recursos naturales en

los procesos de producción y la domesticación deespecies animales y vegetales han ido dejando suhuella tanto en las sociedades como en la natura-leza. Pero nunca, desde los orígenes de las socie-dades humanas, los impactos ejercidos en el am-biente natural habían sido de la calidad y magnitudde los que están ocurriendo en las últimas cuatrodécadas.

Muchas de estas transformaciones son de carác-ter irreversible, y si bien ocurren en áreas muy pun-tuales y específicas, sus efectos están transgrediendolas fronteras nacionales y se convierten en transfor-maciones ambientales que afectan el funcionamien-to del planeta.

En los últimos años la sociedad se ha percatadode la magnitud e importancia de estos fenómenosy de manera abrupta hizo conciencia de que la reno-vabilidad de los recursos naturales no es ilimitada.El abuso de los ecosistemas por el saqueo de recursosy por la introducción de desechos, producto del de-sarrollo, se está convirtiendo en un límite para el pro-pio desarrollo.

De seguir las tendencias actuales se hace inciertoel futuro. Ése es un nuevo elemento en la historia delas sociedades humanas que produce gran inquietuden el mundo entero. Es tema de análisis y debatepolítico y académico y preocupación de práctica-mente todos los sectores de la población mundial,pues de una u otra forma hay responsabilidades yefectos que se comparten y se resienten.

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Julia Carabias y Lourdes Arizpe, “El deterioro ambiental: cambios nacionales, cambios globales”, en Antonio Azuela et al. (coord.), Desarrollosustentable. Hacia una política ambiental, México, UNAM, 1993, pp. 43-59.

El deterioro ambiental:

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cambios nacionales, cambios globales

Julia Carabias y Lourdes Arizpe

Los problemas ambientales que afectan al planetaentero son los cambios atmosféricos, la pérdida debiodiversidad y la contaminación de los mares, porser recursos comunes a todos los países. Los proble-mas ambientales que afectan más directamente a lospaíses son la deforestación, erosión y contaminación,sin embargo, la interconexión de los elementos afec-tados, agua, suelo, atmósfera y especies animales yvegetales, hace que, aunque los impactos se produz-can en un área local, sus efectos son globales.

La crisis ambiental por la que atraviesa el planetano puede ser entendida ni analizada al margen delas políticas económicas, sociales, culturales yde política nacional y global. La búsqueda de solu-ciones resulta muy compleja por el carácter globaldel problema y por la necesidad de establecer acuer-dos internacionales. Pero es aquí en donde los dife-rentes intereses entre sectores, países y regiones seconfrontan y han hecho muy difícil el arribo a acuer-dos en donde se comprometan todos los países. Losavances logrados en la Conferencia de la NacionesUnidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo hansido, a pesar de su importancia, muy insatisfactoriose insuficientes.

La intención de este ensayo es la de analizar al-gunas de las causas de los principales problemasglobales ambientales y explorar el papel que desem-peña México tanto en su generación como en la bús-queda de soluciones.

Cambios atmosféricos globales

Un recurso natural común del planeta, que hasta hacemuy pocos años no era percibido como recurso ymenos aún como recurso no renovable, es la atmós-

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fera. Los cambios que han ocurrido en ella a lo largode su historia han sido de escalas de tiempo de talmagnitud, que nunca significaron una preocupaciónpara las sociedades humanas.

Pero en la actualidad, el volumen y tipo de conta-minantes que los países están descargando diariamen-te en la atmósfera han mostrado que se trata de unrecurso natural que se está desequilibrando. Dos sonlas manifestaciones más importantes de estas altera-ciones: el incremento paulatino de la temperatura at-mosférica, fenómeno conocido como efecto de in-vernadero o cambio climático, y la disipación de lacapa de ozono en la troposfera.

Efecto de invernadero

La superficie de la Tierra refleja la radiación solar ha-cia la atmósfera. Parte del calor que generan estasradiaciones es absorbido por los gases que compo-nen la atmósfera, sobre todo por el bióxido de carbo-no y el vapor de agua. De no existir estos gases, latemperatura de la Tierra sería aproximadamente 33°Cmenor que en la actualidad (PNUMA, 1992).

La concentración natural del bióxido de carbonoen la atmósfera está controlada por el ciclo geoquí-mico del carbono, que está regulado por la interacciónentre la atmósfera, los océanos y la biosfera. Se esti-ma que la capacidad de absorción natural del bióxi-do de carbono por parte de los océanos y de la vege-tación es de aproximadamente 18 millones detoneladas anuales (Agarwall y Narain, 1990).

La introducción a la atmósfera de mayores can-tidades de CO2 de lo que el ciclo del carbono puederegular, provoca una acumulación de este gas y porlo tanto una mayor absorción de la radiación solar, locual a su vez produce un incremento en la tempe-ratura.

La temperatura atmosférica ha variado notablemen-te en el pasado, incluso con cambios de hasta 10°C.Pero estas variaciones han ocurrido en el transcursode más de 20 000 años. Estos cambios de temperatu-ra han venido asociados siempre con cambios de laconcentración de bióxido de carbono en la atmósfera(Banco Mundial, 1992).

Lo que no tiene precedente es el cambio de tem-peratura que se está detectando en tan sólo unas dé-cadas, y nuevamente ocurre asociado con un incre-mento del CO2 (Flavin, 1989).

Es necesario aclarar que el bióxido de carbono (CO2)no es el único gas que produce el efecto de inverna-dero, aunque contribuye con 57%. El cuadro 1describe el aporte de otros gases como son el metano(CH4), los clorofluorocarbonos (CFC) y los óxidos denitrógeno (NOx).

Existen numerosos modelos y mucha incertidum-bre en relación con los datos sobre los cambios detemperatura que se pueden esperar en los próximosaños (Garduño y Adem, 1992). Se especula que pue-den ser desde 0.5°C hasta 5°C. Los escenarios entreestos dos rangos son completamente diferentes encuanto a sus efectos y, sin saber su magnitud, se es-pecula que pueden ocurrir descongelamiento de hielos

Cuadro 1. Principales gases relacionados con el efecto de invernadero

Gas Contribución (%) Incremento anual Vida media (años) Fuente

CO2

57 0.4 2-4 petróleo, carbón,gas natural,biomasa

CFC 25 5.0 75-111 aerosoles,refrigerantes,solventes

CH4

12 1.0 11 ganadería, arrozales

NOx

6 2.0 150 combustiblesfósiles,fertilizantes

Fuente: Flavin, 1989.

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polares y aumento del nivel del mar entre 20 y 65 cm(PNUMA, 1992). Esto último implicaría inundacionesde las costas de muchos países y de islas enteras, asícomo cambios en los regímenes climáticos de la su-perficie de la Tierra, de las corrientes marinas y de losvientos monzones, lo cual ocasionaría inundacionesy sequías, modificaciones de la humedad del suelo yde los ciclos hidrológicos, y alteraciones en los patro-nes agrícolas.

La velocidad de estos cambios puede ser de unamagnitud nunca registrada en la historia de la vida, locual, de ocurrir, ocasionará procesos de extinciónmasivos en la biodiversidad, ya que numerosas espe-cies no tendrán la capacidad de adaptarse a las nue-vas condiciones en un lapso tan breve de tiempo entérminos evolutivos.

Si bien el nivel de incertidumbre es muy alto y lasproyecciones tienen márgenes de error muy gran-des, parece ser un consenso el hecho de que de notomarse medidas drásticas para reducir la emisiónde gases de invernadero a la atmósfera, la tempera-tura se incrementará, aunque en cuánto, no hay cer-teza, y para cuándo, tampoco.

Sobre las acciones que deben tomarse para redu-cir las emisiones, se ha suscitado una polémica inter-nacional muy difícil. Para desarrollar una estrategiamundial justa y viable, es necesario reconocer las res-ponsabilidades que tienen los distintos países en laproducción de estos gases y las posibilidades realesque tienen de abatirlos.

La principal fuente de contaminación es la quemade combustible fósil, el cual genera aproximadamente46% de la emisión de CO2 en el mundo. Son los paísesindustrializados los que producen 78.54%; sólo Esta-dos Unidos contribuye con 22% teniendo sólo 4.5%de la población mundial; entre Estados Unidos, la ex-Unión Soviética, Japón, Inglaterra y lo que fue Alema-nia Occidental, generan 50% de la producción mun-dial representando sólo 14% de la población (Flavin,1991). Según el WRI (World Resources Institute, 1990),México está ubicado en el decimotercer lugar con unaaportación de 1.4% del total de las emisiones.

Si se considera la producción que generan los paí-ses per cápita, se pueden apreciar claramente las des-igualdades entre ellos, lo cual refleja las diferenciasen los patrones de consumo entre estas sociedades.

De estas desigualdades, tanto en los volúmenes deproducción entre países, como en la producción percápita, se desprende que las medidas más drásticaspara la reducción de los gases de invernadero en laatmósfera, tienen que surgir principalmente de lospaíses industrializados para que realmente los volú-menes puedan ser abatidos.

En la negociación de los acuerdos internaciona-les para disminuir las emisiones de los gases, ade-más de los criterios expuestos, es necesario recono-cer que los países en desarrollo tienen rezagossociales cuya solución requiere un mayor uso deenergía. Esto no significa que se cometan los mis-mos errores de abuso y derroche energético que hanocurrido en los países industrializados. Se puede in-corporar tecnología más eficiente, pero no obstante,el consumo de energía tendrá que incrementarse. Porotro lado la tecnología que utiliza energía de mane-ra más eficiente no es accesible a muchos países queno pueden pagar por ella.

Según la OECD en México 59.7% de la producciónde CO2 se debe a la quema de combustible fósil y 27.9%a la de gas natural. El consumo de energía sigue au-mentando. Entre 1985 y 1990 creció 9.32%. Los patro-nes de consumo están mostrando una alta ineficienciadel uso de la energía. El propio sector energético con-sume 30% de la energía, debido a la ineficiencia de las

Cuadro 2. Producción per cápita de carbónen diversos países

País Carbón per cápita

Estados Unidos 5.03

Canadá 4.24

Australia 4.00

Ex-URSS 3.68

Arabia Saudita 3.60

México 0.96

China 0.56

Egipto 0.41

Brasil 0.38

India 0.19

Fuente: Flavin, 1991.

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refinerías de Pemex, y a las plantas termoeléctricas dela CFE. Entre el consumo de energía para los demás usos,el transporte se lleva 34.9% y la industria 32.4%. Den-tro de esta última, las más demandantes son lapetroquímica, la siderúrgica, las cementeras, del azú-car, papel y la química (De la Vega, 1992).

Si bien es cierto que México requerirá un aumentoen el consumo de energía en las próximas décadas,también resulta posible hacer un uso más eficiente deésta, sobre todo si se mejoran las propias plantasgeneradoras de energía y se reestructura el transportehacia uno de carácter más colectivo.

También es importante considerar que se estimaque la generación en México de CO2 por motivo dela quema de biomasa es de 8%, lo cual en buenamedida puede ser evitado. Aunque el problema prin-cipal es la deforestación, que será analizada en el si-guiente apartado.

De ocurrir el calentamiento atmosférico afectaráfinalmente a todo el planeta, indistintamente de laresponsabilidad en su generación. Sin embargo, lasconsecuencias no van a ser equitativas, ya que la ca-pacidad de los países para enfrentar los cambios va aser muy diferente, dependiendo de su desarrollo tec-nológico, económico y de infraestructura. Las asime-trías internacionales se volverán a reflejar en este cam-bio global. Para el caso de México, Liverman (1992)hace algunas proyecciones sobre los posibles cam-bios en temperatura y trata de identificar los sectoresy grupos que pueden resultar más afectados. Utilizacinco modelos y los rangos que obtiene están entrelos 2.38°C y los 5.44°C, con lo que concluye que afec-tará sobre todo las zonas más cálidas y secas, y parti-cularmente a los agricultores de temporal.

Los esfuerzos internacionales que se están hacien-do para disminuir los gases de invernadero no son losuficientemente efectivos como el caso exige. En laConferencia de las Naciones Unidas para el MedioAmbiente y el Desarrollo, se firmó una Convenciónde Cambio Climático lo cual sin duda significa unhecho importante, pero sus resultados dejaron mu-cho que desear.

Se acepta en la convención que los países desarro-llados son los principales responsables de este fenó-meno, lo cual los obliga a tomar la iniciativa pararevertir las tendencias. Ello implica que tienen que

hacer los mayores esfuerzos para reducir las emisio-nes de gases y transferir recursos financieros a lospaíses en desarrollo, cuyas emisiones per cápita es-tán aún en niveles bajos, para que en el inevitableincremento del uso de energía que requieren paralograr su desarrollo incorporen tecnologías menoscontaminantes y más eficientes.

En contraparte se resalta la importancia de los su-mideros de CO2, recayendo en los países en desarro-llo la principal responsabilidad en su preservación,lo cual implica la disminución de las tasas dedeforestación, aunque esto no quedó explícito.

El objetivo del convenio, que en su versión finalresultó muy ambiguo, es regresar antes del año 2000a niveles anteriores en la concentración de gases deefecto invernadero en la atmósfera.

La gran limitante de la convención, por la oposi-ción de Estados Unidos principalmente, radicó en laindefinición de metas y fechas y queda una orienta-ción muy flexible para que cada país cubra los obje-tivos según su voluntad, pero sin compromisos inter-nacionales. Como un mecanismo de compensacióna esta indefinición se acordó el compromiso de quelos países presentarían periódicamente los inventariosnacionales de emisiones y absorción por sumideros,para monitorerar los avances, así como de las políti-cas y medidas adoptadas (Carabias y Provencio, 1992).

Los países del Tercer Mundo no pueden desenten-derse del cambio climático, aunque no pueden plan-teárselo como el problema ambiental prioritario. Noobstante, harían una contribución significativa a ladisminución de emisiones de CO2 si disminuyen sustasas de deforestación. Esto sí constituye un proble-ma prioritario, pero más que por el aporte de CO2, espreocupante por la desaparición de extensas masasforestales que constituyen una fuente de recursos ener-géticos, económicos y de servicio ecológico.

La disipación de la capa de ozono

El otro problema atmosférico global, también produc-to de la contaminación, es el de la disipación de lacapa de ozono, ubicada en la estratosfera a unos 25-40 km de la superficie de la Tierra. Esta capa absorbelas radiaciones solares ultravioleta. El ozono es unamolécula muy inestable formada por tres átomos de

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oxígeno. Se combina fácilmente con otros elementoscomo el cloro, formando nuevas moléculas más esta-bles y de larga vida.

Los residuos químicos como los clorofluoro-carbo-nados (CFC), provenientes de aerosoles, sistemas derefrigeración y de aires acondicionados y algunos sol-ventes, se están acumulando en la estratosfera y reac-cionan con el ozono, por lo que se produce el adel-gazamiento de esta capa. Ello provoca la entrada a labiosfera de rayos ultravioleta, lo cual afecta la saludhumana, sobre todo el sistema inmunológico, y cau-sa lesiones oculares y cáncer de piel.

En los últimos 20 años la generación de CFC se hamultiplicado por 2.6. Los principales productores sonlos países industrializados. Existe un acuerdo interna-cional conocido como el Protocolo de Montreal, elcual entró en vigor en 1989, cuya meta final es quepara el año 2000 se dejen de producir definitivamen-te los CFC (PNUMA, 1992).

Deforestación

La eliminación de la cobertura forestal ha sido unapráctica que ha acompañado al desarrollo de las so-ciedades desde la invención de la agricultura. Pero,al igual que los otros procesos de deterioro ambien-tal, la deforestación de las últimas décadas no tieneprecedente. En los últimos 20 años se ha talado unasuperficie equivalente a lo que se había talado en todala historia de la humanidad.

Se calcula que de los 6 200 millones de hectáreasde bosques cerrados y abiertos que cubrían el plane-ta, se ha eliminado una tercera parte, siendo los bos-ques templados los más afectados [32 a 35%] (BancoMundial, 1991). Quedan aproximadamente 2 800 mi-llones de bosques cerrados y 1 300 millones de bos-ques abiertos u otra vegetación leñosa (Postel et al.,1988), o según PNUMA (1992), 3 600 millones de losprimeros y 650 millones de los segundos. De entrelos bosques cerrados, cerca de 25.4% correspondena bosques boreales, 21.2% a bosques templados, y53.4% a bosques tropicales (PNUMA, 1992).

La región tropical es la que actualmente sufre lasmayores presiones de transformación. Se estima quese talan anualmente entre 11 millones (Postel et al.,1988) y 20.4 millones de hectáreas (Banco Mundial,

1991), de las cuales sólo se reforestan 1.1 millones dehectáreas, es decir, de cada 10 hectáreas sólo sereplanta una. Esta proporción llega a ser hasta de 29:1,en el caso de África (Postel et al., 1988). De la super-ficie talada se estima que cerca de 5.6 millones co-rresponden a América Latina y el Caribe, 3.67 millo-nes a África y dos millones a Asia. Aunque estasestimaciones resultan conservadoras porque sólo seincluye la tala completa de los bosques cerrados y nose toma en cuenta el clareo parcial (PNUMA et al., 1990).

Entre las principales causas de la deforestación es-tán la apertura de la frontera agrícola, la expansión dela ganadería de libre pastoreo, el desarrollo de infraes-tructura, la industria y los asentamientos humanos. LaFAO estima que en Asia la agricultura es la responsablede 70% de la deforestación, mientras que en África esde 50% y en América Latina de 35 por ciento.

Para América Latina resulta un factor mayor de pre-sión la ganadería. Se estima que entre 1961 y 1978 lasáreas de pastizal en Centroamérica, en donde las tasasde deforestación son las más altas del continente (2.1%),aumentaron en 53%, mientras que las áreas forestadasdisminuyeron en un 37%. Países como Haití y El Sal-vador han perdido prácticamente sus bosques. En Bra-sil se establecieron a finales de los años setenta 1.5millones de hectáreas de pastizal (Postel et al., 1988).

Cuadro 3. Área y tasa de deforestaciónen algunos países

País Deforestación anual (%)(miles de hectáreas)

Brasil 1380 0.4

Colombia 600 1.3

México 700 1.5

Indonesia 1000 0.9

Perú 270 0.4

Malasia 310 1.5

Ecuador 340 2.4

India 1000 2.7

Zaire 400 0.4

Madagascar 1500 1.5

Fuente: Brown, L.

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No menos importante para algunos países ha sidola destrucción de los bosques por el saqueo de la in-dustria forestal que han implementado algunos go-biernos, como es el caso de Sarawak, en Malasia.

El caso de las zonas templadas en los países desa-rrollados la situación forestal es diferente, particular-mente en Europa. Una vez que la cobertura vegetaloriginal fue prácticamente eliminada y se establecie-ron plantaciones, la situación ha quedado estable enaproximadamente 160 millones de hectáreas. El prin-cipal problema de los bosques es que casi una terce-ra parte de ellos están siendo severamente afectadospor la lluvia ácida, producto de la contaminación in-dustrial.

En Estados Unidos por el contrario, la deforestaciónen las últimas dos décadas ha aumentado, acabandocon cerca de 10% de la superficie forestal para darpaso a la frontera agrícola.

Otro factor de perturbación forestal es la depen-dencia de la leña de casi 2 000 millones de habitan-tes, como el único o el más importante energético(PNUMA, 1992). Pero el efecto de la extracción de leñasobre los bosques es diferencial. Mientras que en al-gunas regiones es un factor de deforestación impor-tante, en otras no tiene el mismo impacto, debido aque se extrae sólo parte de los árboles o varas tiradas.En general depende de la densidad de población y dela extensión de la superficie de bosques a la que tie-nen acceso las comunidades rurales.

Las consecuencias de la deforestación son de muydiversa índole, con efectos en escala temporal y es-pacial, entre los que habría que mencionar la pérdidade los hábitats de la biodiversidad, el incremento dela erosión de suelos y el azolvamiento y desecaciónde cuerpos de agua, la disminución de recursos poten-ciales para las comunidades rurales y de productosindustriales, así como cambios micro, meso y macro-climáticos.

La participación de México en la deforestaciónmundial es alta, aun cuando las estimaciones sobrelas tasas de deforestación en México son muy incier-tas (Tabla 4). Falta trabajo de campo y criterios homo-géneos. Por ello se tienen datos desde 400 000 hectá-reas taladas al año (Sedue, 1983), hasta 1.5 millones(Toledo et al., 1989). Los cálculos de los primeros seconcentran en los bosques cerrados y los segundos

incluyen todo tipo de cobertura vegetal, arbolada ono. Un estudio detallado (Massera et al., 1992) con-cluye con datos de 800 000 hectáreas taladas anual-mente durante parte de la década de los ochenta, locual arroja una tasa de 1.56%. Por su parte el PNUMA

(PNUMA et al., 1992) reporta una tasa de 1.3%. Losbosques tropicales según estos autores son tambiénlos más afectados, con 559 000 hectáreas taladas alaño (tasa de 2.44%) mientras que en los bosques tem-plados se reportan 254 000 (tasa de 1%).

De los 12 millones de hectáreas que originalmen-te ocupaban el territorio mexicano actualmente que-dan escasas 800 000 hectáreas concentradas en laselva Lacandona, Los Chimalapas, los Tuxtlas, Ux-panapa y restos de la Huasteca y Tuxtepec. Las tasasde deforestación calculadas para sitios como el delos Tuxtlas, Veracruz, es de alrededor de 4% anual(Massera et al., 1992), lo cual rebasa cualquiera delos casos mencionados anteriormente.

Las consecuencias para México de esta defores-tación son muy graves, pues no sólo significa la pér-dida de un recurso económico potencial sino queacarrea importantes consecuencias para el medioambiente: la erosión que afecta alrededor de 80%del país, región de la cual cerca de 30% se conside-ra severamente deteriorada; la sedimentación decuerpos de agua naturales y artificiales; y la desapa-rición de germoplasma al extinguirse numerosas es-pecies de plantas y animales, lo cual se discutirá enel siguiente apartado (Toledo et al., 1989).

Esta situación se agrava por el hecho de que sólose reforesta 5% de lo que se tala y en general los pro-gramas de reforestación han sido un fracaso por lautilización de especies exóticas no adecuadas a las

Cuadro 4. Deforestación en México reportadaen diferentes estudios

Periodo Has-año Tasa Fuente

1950-56 889 297 2.4 SARH, 1970

1958-80 435 607 1.3 SARH, 1980

1980 1.3 Bilsborrow, 1992

1970 1 500 000 4.0 FAO, 1988

1980 594 900 CEPAL, 1990

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condiciones ambientales particulares donde se intro-ducen.

La principal causa de deforestación en México hasido la ampliación de la frontera agrícola, y sobre todola pecuaria. Del territorio, 50% se dedica a la ganade-ría. En Latinoamérica tres quintas partes de la tala deáreas forestales entre 1971 y 1986 se debió a la gana-dería. La aplicación de políticas incorrectas y la faltade tecnologías adecuadas y viables ecológica y eco-nómicamente, ha ocasionado que las áreas forestalesresulten, en la práctica, más rentables en el corto pla-zo al transformarse en agrosistemas.

Biodiversidad

La transformación, alteración o destrucción de losecosistemas naturales ha provocado la desapariciónde hábitats, su fragmentación, la invasión de especiesintroducidas, la sobreexplotación de los recursos y lacontaminación, lo cual ha puesto en peligro de extin-ción a numerosas especies y ha eliminado ya del pla-neta a un buen número de ellas.

No se conoce con exactitud el número de especiesque existen en el planeta, pero se calcula que haymás de 10 millones según WRI, UICN, UNEP (1992), oentre tres y hasta 30 millones (Soberón, 1991), de lascuales entre 50 y 90 por ciento están en el trópico.

Se han clasificado un total de 1.4 millones de es-pecies entre virus, bacterias, algas verdiazules, hon-gos, algas, plantas no vasculares y vasculares, proto-zoarios, invertebrados y vertebrados (Dirzo, 1990). Tansólo de especies de plantas se han descrito cerca de250 000 y 960 000 de animales (32 186 de vertebradosy 913 980 de invertebrados, entre los cuales los artró-podos —arañas, crustáceos e insectos— representan85%) (Soberón, 1991).

Los procesos de extinción son fenómenos natura-les que han ocurrido durante la historia evolutiva dela naturaleza a escalas de tiempo que han permitidoque actúen los procesos evolutivos y aunque algunoshan sido masivos, su velocidad ha permitido que otrasespecies se adapten o surjan nuevas. Sin embargo,tanto los números absolutos como las tasas de extin-ción actuales rebasan a cualquier episodio de la his-toria pasada, incluyendo la extinción masiva de losdinosaurios al final del Cretácico.

No se conocen con exactitud las tasas de extin-ción de especies, pero se estima que han aumentadoentre 1 000 y 10 000 veces, en relación con las tasasexistentes en forma natural (Sedue, 1992), lo cual pue-de implicar perder una sexta parte de las especies deplantas, animales y microorganismos, principalmen-te en los trópicos, las cuales tardaron cientos de mi-llones de años en producirse (WRI, UICN, UNEP, 1992).

Pueden llegar a extinguirse alrededor de 40 000especies de plantas antes de la mitad del próximosiglo, lo que equivaldría a dos especies extintas aldía (Raven, 1992); incluso el total puede llegar hasta60 000 (según WRI, UICN, UNEP, 1992). La mayoría delas especies que se clasifican hoy en peligro de extin-ción pertenecen a los trópicos.

Cuadro 5. Número de especies descritasde los taxa más abundantes

Taxa Número de especies

Monera (bacterias 4 760y algas verdi-azules)

Protozoos 30 800

Hongos 46 938

Algas 26 900

Poríferos 5 000

Celenterados 9 000

Platelmintos 12 200

Nemátodos 12 000

Anélidos 12 000

Moluscos 50 000

Equinodermos 6 100

Insectos 751 000

Artrópodos (sin insectos) 123 161

Peces 19 056

Anfibios 4 184

Reptiles 6 300

Aves 9 040

Mamíferos 4 000

Plantas vasculares 250 000

Fuente: WRI, UICN, UNEP, 1992.

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En Latinoamérica se conocen entre 170 000 y180 000 especies de plantas, de las cuales la mitad seencuentran en Perú, Colombia y Ecuador, en un áreaque ocupa un tercio del territorio de Estados Unidos(Dirzo, 1990).

México está catalogado como uno de los paísesde mayor diversidad en el mundo. Se estima que entre8 y 10 por ciento de las especies de plantas y de ani-males terrestres se encuentran en el país. Sin saber real-mente cuántas especies existen se estima que al me-nos 200 000 (Soberón, 1991) y quizás hasta 500 000(Sedue, 1992), habitan en los por lo menos 32 tipos devegetación que han descrito Miranda y Hernández X.(1964).

México es el primero en el mundo en fauna de rep-tiles (717 especies), segundo en mamíferos (449) ycuarto en anfibios (282) y plantas vasculares (alrede-dor de 25 000).

Cerca de 32% de la fauna nacional es endémica, yla destrucción de los hábitats naturales ha puesto enpeligro de extinción a 379 especies de animalesvertebrados, al igual que a alrededor de 2 000 espe-cies de plantas vasculares.

La extinción de la biodiversidad parece ser unapreocupación común de todos los países. Sin embar-go, tiene muchos puntos de controversia, los cualesse mostraron en la negociación de la Convención deBiodiversidad de la Conferencia de Naciones Unidassobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Carabias yProvencio, 1992).

Dicha convención reconoce el valor intrínseco dela biodiversidad, por ser un acervo genético resulta-do de procesos irrepetibles ocurridos durante millo-nes de años de evolución y por su función en el man-tenimiento de los ecosistemas; resalta la importanciade que la conservación sea de preferencia in situ, pro-tegiendo ecosistemas naturales y rehabilitando y res-taurando áreas deterioradas; en caso de ser ex situ serecomienda reglamentarla para evitar que compita conla conservación in situ; se reconoce el potencial deuso de la biodiversidad y se destaca la importanciadel conocimiento de las comunidades indígenas ylocales sobre las especies y su uso; se acordó regla-mentar todos los procesos productivos y de uso derecursos que estén provocando daños a la diversidady el uso de especies amenazadas.

Entre los puntos más importantes y debatidos de laconvención estuvo la cuestión de facilitar el acceso alos recursos, bajo condiciones previamente definidasen convenio por las partes, en los términos de respe-tar la soberanía que cada país tiene de regular susrecursos. Como contraparte se precisa la necesidadde compartir en forma justa y equitativa los resulta-dos de las actividades de investigación y desarrollo ylos beneficios derivados de la utilización comercialy de otra índole de recursos genéticos, para lo cual,además de convenir porcentajes de los beneficioseconómicos, se requiere la transferencia de la tecno-logía generada en condiciones de preferencia a lospaíses en desarrollo que aportan los recursos gené-ticos.

Este último punto sobre el origen de propiedad delgermoplasma, ha sido el más controvertido. El libreacceso que han tenido los países desarrollados delgermoplasma ubicado en los países del Sur les ha dadoa los primeros una ventaja sobre los segundos, ya quecon la tecnología desarrollada se ha elaborado unconjunto de productos que luego son vendidos muycaros a sus países de origen. Las patentes privadas deestas tecnologías no han permitido que el beneficiosea también para los países dueños de los recursosnaturales.

Estados Unidos bloqueó la posibilidad de profun-dizar y concretar más los acuerdos durante las nego-ciaciones, y finalmente no firmó la convención bajoel argumento de que este convenio contravenía elderecho a las patentes privadas y los derechos de pro-piedad intelectual. En la actualidad el nuevo gobier-no de Estados Unidos está reconsiderando su deci-sión y ha hecho un primer anuncio de firmarla.

Población, migración y urbanización

En los debates internacionales se repite con frecuen-cia que el crecimiento de la población es uno de losprocesos conductores del cambio global. Es innega-ble que el aumento demográfico en condiciones es-pecíficas puede llevar a perpetuar el ciclo de pobrezaen muchos países del Sur, y que esto se encuentraasociado a procesos entreverados con los cambiosmencionados arriba. Pero es necesario contextualizaresta situación en el marco de problemas de inequidad

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y pobreza, utilizando para ello indicadores no sola-mente económicos sino de desarrollo humano.

Para lograr una perspectiva adecuada de este fe-nómeno, hay que reconocer el progreso alcanzado alo largo del presente siglo sobre todo hasta 1980, endesarrollo humano. A escala mundial, la esperanzade vida creció de 54.9 (1950-1970) a 61.5 años (1985-1990) (World Resources Institute, 1950: 256). En cua-tro décadas, en los países en desarrollo, la mortalidadinfantil descendió, de cerca de 200 muertes por 1 000nacimientos vivos a cerca de 80 (1950-1988): “Unlogro que en los países industrializados llevó casi unsiglo” (UNDP, 1990: 2). La atención primaria a la sa-lud se extendió a 61% de la población, y el agua po-table a 55%, y a pesar de la alta de 2 000 millones depersonas en los países en desarrollo, el aumento de laproducción de alimentos excedió el crecimiento dela población en cerca de 20% (ibid).

A pesar del progreso antes mencionado, en 1985más de 1 000 millones de personas en los países endesarrollo estaban atrapados en la absoluta pobreza,junto con algunos grupos que vivían en pobreza enlas naciones desarrolladas (UNDP, 1990: 22-23). En12 de los 23 países en desarrollo de los que se dispo-ne de información, el ingreso de los grupos ricos era15 veces o más que el de los grupo más pobres, y estoocurre notablemente en América Latina (ibid).

La FAO calcula que alrededor de 30 millones defamilias rurales no tienen acceso a la tierra, y queunos 138 millones están casi sin tierra, dos tercios deellos en Asia (ibid). Con respecto a la pauperización,una conclusión importante de las investigaciones se-ñala que entre 500 y 1 000 millones de mujeres po-bres del medio rural en los países en desarrollo sufrenel mayor empobrecimiento, porque “para ellas hahabido muy poco del progreso durante los últimos 30años” (ibid: 33).

Es importante señalar que durante los ochenta lasdesigualdades en la distribución del capital humanoy financiero no disminuyeron sino que en realidadaumentaron, tanto entre las diferentes naciones comoen su interior. En 1960 había 30 personas pobres porcada rica, mientras que en 1990 había aumentadoesa cifra a 59 personas pobres por cada una rica. Enparte, este incremento de la desigualdad se ha debi-do, a nivel internacional, al pago de la deuda que ha

llevado a una transferencia neta de capitales delos países del Sur, los más pobres, a los del Norte, losmás ricos.

Es en este contexto donde deben situarse las pro-yecciones de población para las próximas décadas.De mantenerse los actuales índices de fecundidad ymortalidad, se llegaría a provocar un desastre socialy económico en algunos países del Sur. Las proyec-ciones que evitarían este desastre harían necesaria unareducción de la tasa total de fecundidad de 2.1, índi-ce que difícilmente podrá lograrse antes del año 2025.

El punto de controversia en cuanto a este tema radi-ca en que el crecimiento demográfico es muy diferen-te por países y regiones. Mientras que la tasa de creci-miento poblacional promedio llega a 0.5 en los paísesdel Norte, en los del Sur es todavía de 2.1. De seguiresta tendencia, para el año 2025, 84% de la poblaciónmundial, equivalente a 7 200 millones, se encontraráen los países del Sur. Y la pregunta es: ¿con qué nive-les de vida y con qué consecuencias ecológicas?

Esta pregunta se tiene que responder en relacióncon dos procesos. Por una parte, a las limitantes bio-geoquímicas analizadas al inicio de este ensayo, quedifícilmente podrán ser resueltas por la tecnología,como han argumentado Julian Simon y otros con elapoyo de los gobiernos de Reagan y Bush. Tal y comoseñala Robert Costanza, esta apuesta es demasiadoimportante como para dejarla al azar, lo que hace im-postergable el tomar medidas para modificar los com-portamientos no sostenibles de las economías (Arizpe,Costanza y Lutz, 1990).

Por otra parte, se hacen evidentes las barrerassociopolíticas que operan dentro de los países y entrelos países, que concentran el consumo e impiden elacceso equitativo a esos recursos naturales y a los bie-nes que de ellos se derivan. Esta desigualdad, que enalgunos países y regiones amenaza con llevar a unafractura social y política de muy graves consecuen-cias, hará imposible llegar a negociar acuerdos paralograr políticas y acciones de desarrollo sostenibles.

Pero importa también tomar en cuenta el efectoque tendrá el aumento de población en las corrientesmigratorias, ya que esto alterará la distribución inter-nacional de la población. A principios de los ochentase consideraba que el número de los migrantes eco-nómicos en el mundo era de alrededor de 20 millo-

El planeta Tierra ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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nes; si se le añade a esta cifra una cantidad semejantede migrantes ilegales, resulta que unos 40 o 50 millo-nes de personas han salido de su sitio de origen conla esperanza de tener una participación mayor en losbeneficios del desarrollo mundial (UNDP, 1990: 28).

En las primeras décadas del siglo próximo dichosmovimientos se van a incrementar y a diversificar, sincontar con los refugiados ecológicos que se le sumen,y van a moverse principalmente de Sur a Norte, aun-que también de Sur a Sur (ibid).

Finalmente, otro de los procesos mayores que al-terarán la distribución de la población mundial y queforman parte del cambio global es el aumento en laconcentración de la población en grandes ciudades,en especial en los países del Sur. Mientras que en elNorte aumentará 0.8% de su población urbana, el Surla verá crecer a un ritmo de 4.9% en las próximasdécadas. Para el año 2025, en América Latina y elCaribe se estima que vivirán en las ciudades 750 mi-llones de personas. Ya para el año 2000, esta regióncontará con algunas de las mayores ciudades del orbe:la ciudad de México, con más de 20 millones, SaoPaulo, con 24 millones, Buenos Aires, con 13 millo-nes y Río de Janeiro con 13 millones. Se conocen desobra los graves problemas que ya aquejan a estasciudades en materia de contaminación del aire, apro-visionamiento de agua, empleo, vivienda, consumo ytráfico de drogas y delincuencia, por lo que urgenpolíticas y acciones destinados a dichos problemas.

De no tomarse medidas eficaces, el círculo viciosoque perpetúa la pobreza rural y que aumenta la de-predación del medio ambiente seguirá provocandoel éxodo hacia las ciudades, que no podrán ofrecerya condiciones de empleo y de bienestar adecuadas.

Conclusiones

México comparte con otros países del Sur, de nivelesde desarrollo semejantes, todos los problemas expues-tos en esta sección. Ninguno de ellos puede ser igno-rado, a riesgo de acentuar aún más los desequilibriosya evidentes en los procesos de crecimiento econó-mico y desarrollo social. Reorientar estos procesos esuna tarea que incumbe no solamente al Estado sinoprincipalmente a la sociedad civil, de la que debensurgir las propuestas políticas, las estrategias y accio-

nes concretas que lleven a una solución concertadade estos problemas. El primer paso para lograr lo an-terior es ofrecer a la sociedad una información exactay de amplia difusión sobre estos procesos, apuntandohacia nuevas soluciones sostenibles que hagan armo-niosa la relación entre uso y conservación del medioambiente, y crecimiento y desarrollo.

La magnitud de los problemas ambientales globalesobliga a tomar medidas comunes entre todas las na-ciones, para transitar hacia un desarrollo que garanti-ce una calidad de vida aceptable para la humanidadentera y garantizar la de las próximas generaciones yla protección de la geosfera y la biosfera.

La heterogeneidad de situaciones de los países hacedifícil concretar las medidas, pero más difícil aún es lacontraposición de intereses. Ciertas premisas comu-nes deben ser adoptadas y enfrentadas con responsa-bilidad por todas las naciones. Mientras que los paísesen desarrollo deben hacer más eficientes sus procesosde transformación productiva primaria, industrial y ur-bana, y adoptar políticas adecuadas para controlar elcrecimiento demográfico, los países desarrollados de-ben cambiar sus patrones de consumo y de abuso delos recursos naturales renovables y no renovables.

Si algo ha quedado claro en este debate ambien-tal, es que el planeta no puede sostener niveles devida como los europeos o norteamericanos para todala población actual y futura. Ello va a implicar reajus-tes tanto en los niveles de subconsumo, como en losde sobreconsumo.

Esta situación global se reproduce dentro de los paí-ses. México, como uno más de los países del TercerMundo, tiene profundas desigualdades internas, queen la perspectiva del desarrollo sustentable necesitaresolver. La eliminación de la pobreza es una priori-dad, que debe ocurrir mediante cambios estructuralesque generen empleo y redistribuyan el ingreso. Sóloasí las desigualdades sociales tenderán a eliminarse.

El reto para México, como para muchos otros paí-ses es que, para consolidar su desarrollo y eliminar lapobreza, se requiere seguir creciendo, y esto va aimplicar aumentar el uso de recursos naturales para[obtener] materias primas, alimentos y energía. Cómo,entonces, puede hacerse compatible este crecimien-to con la prevención del deterioro ambiental e inclu-so restaurando lo deteriorado.

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Es urgente en México la revisión de las políticasagropecuarias, forestales, energéticas y de desarrolloindustrial para evitar [que] se sigan transformando losescasos ecosistemas forestales con sus consecuenciasnegativas para el suelo, el agua y las especies anima-les y vegetales; derrochando energía e introduciendodesechos al agua, aire y suelo.

Está claro que la concatenación de los problemasambientales nacionales con los globales obliga a labúsqueda de soluciones de carácter internacional. Perocada país requiere hacer una contribución propia deacuerdo con sus responsabilidades y posibilidades.Sería un error exculpar la falta de políticas ambienta-les nacionales eficientes y efectivas, escudándose enlos lentos avances de las políticas internacionales.México ha avanzado en esta materia pero ni en la pro-fundidad ni a la velocidad que su capacidad le permi-te. Es necesario redoblar los esfuerzos para lograr quesu potencial natural aún le sirva para el desarrollo.

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El agua, sustancia esencial para la vida

ecir que el agua es una sustancia esen-cial y un recurso natural clave para lavida en el planeta, es una perogrulla-da. Sabemos que desempeña un pa-pel fundamental en los procesos vi-

vos de la Tierra. El agua es esencial… Un ser humano,un gato, una merluza, una espiga de maíz están forma-dos en 65-70 por ciento por agua. Nuestro cerebro con-tiene casi 75% de agua; los riñones 82.7%; la sangre,83%; los músculos, 75.6%; y los huesos, alrededor de22%. Necesitamos ingerir agua cotidianamente: consu-mimos de 1 a 1.5 kilos (litros) como bebida; de 0.8 a 1kilo (litro) contenida en alimentos. Otros 350 gramos(ml) produce nuestro organismo al consumir glucosa.Expulsamos cada día entre 2 y 3 kilos (litros) de aguausada (por vía urinaria, por la piel, pulmones y por losexcrementos). Y si llegara a disminuir sensiblementenuestro nivel de agua, indefectiblemente moriríamos...La vida se produce y se mantiene gracias al flujo de aguaque recibe cada planta, cada animal, cada ser humano.

De un biólogo he escuchado esta afirmación:No sé definir la vida; sólo sé que es un conjunto dereacciones químicas que se desenvuelve en un me-dio acuoso. La vida no existe sin el agua. Hace entre4 000 y 5 000 millones de años que en el agua sesustentaron las bases de la evolución biológica.

El agua disponible y el aguaque consumimos

Si consideramos el agua en su conjunto (mares, ríos,lagos, hielos, glaciares y aguas subterráneas), el proble-

ma no es de escasez. En virtud del ciclo hidrológico(océano-atmósfera-tierra-océano), a diferencia de otrosrecursos naturales, posee la propiedad de que, por mu-cho que se consuma, no presenta pérdidas cuantitativasrespecto del volumen total existente en la Tierra. La can-tidad de agua en el planeta siempre ha sido la misma.

El agua sin duda es abundante. Los mares y océanoscontienen 94% del agua total del mundo; las aguassubterráneas son sólo 4% del total y 20% del aguadulce, y el agua contenida en hielos y glaciares es 79%del agua dulce. Y apenas 1% del agua dulce es aguade superficie accesible; especialmente la de los ríos,que aportan 80% de los recursos de agua. Otra parteestá en los seres vivos, en la humedad del suelo y enla atmósfera, pero no la vemos como agua. Siendotan abundante el agua, considerándola en la totali-dad del planeta, sin embargo, el agua disponible parala vida es un recurso escaso, apenas 3% de toda elagua que hay en el mundo, pero de esta ínfima canti-dad más de las tres cuartas partes se encuentran con-geladas en los casquetes polares y glaciares, y el restoen ríos y aguas subterráneas. Esto significa que sólo0.65% del total del agua que hay en el planeta esdirectamente utilizable.

Como el número de habitantes aumenta constan-temente, el agua dulce apta para el consumo es cadavez más escasa. Y a esta escasez natural, se agregandos importantes problemas ecológicos: el derroche yla contaminación. El derroche de agua es una expre-sión más de la mentalidad consumista de nuestra so-ciedad, y la contaminación de ríos y acuíferos es con-secuencia de la agresión ecológica que sufre elplaneta. No basta con disponer de agua, sino que esnecesario disponer de agua en condiciones de ser uti-lizada. Algunos ecologistas afirman que los ecosiste-

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

El agua

Ezequiel Ander-Egg

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

El título es del editor y reúne dos apartados de la obra a la que se hace referencia enseguida: Ezequiel Ander-Egg, “El agua, sustancia esencial parala vida” y “El agua disponible y el agua que consumimos”, en Para salvar la Tierra. El desafío ecológico I, Buenos Aires, Lumen, 1994, pp. 52-57.

El planeta Tierra ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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mas acuáticos son precisamente los más afectados porel deterioro del medio ambiente. Así pues, la disponi-bilidad de agua es cada vez más escasa; en los últi-mos años hemos comenzado a tomar conciencia deque este patrimonio se nos está acabando. En el sigloXXI, a medida que se vayan haciendo más escasos losrecursos de agua dulce, el uso de aguas de calidadinferior se convertirá en una práctica corriente.

bal. Tiempo de actuar, preparado por encargo del ex-presidente Carter, se dice que “si el agua dulce delmundo se distribuyese por igual entre toda la pobla-ción del globo, seguiría habiendo 3.5 veces más can-tidad que la necesaria por persona en el año 2000”.

Sin embargo, el agua escasea en muchos lugaresdel planeta. En el Atlas del medio ambiente, publicadoen 1993, se advierte que a finales de la década de losnoventa, seis países del este de África y cinco de lacosta sur del Mediterráneo tendrán que hacer frentea una grave escasez de recursos hídricos. Polonia,Israel y las zonas áridas de Estados Unidos están lle-gando también a una situación crítica.

Basta tener en cuenta el rápido crecimiento de lahumanidad para comprender el riesgo de que el agua—mal distribuida como está— sea un bien escaso paramillones de personas. La escasez de agua perjudica alos seres humanos, aunque no a todos por igual: tam-bién hay privilegios y privilegiados en el uso y la dis-tribución del agua. En los países pobres, tres de cadacinco personas están desprovistas de un sistema satis-factorio de aprovisionamiento de agua. Y para ponerun ejemplo de esta desigualdad, basta decir que unciudadano norteamericano consume 70 veces másagua que un habitante de Ghana.

En cuanto al aprovisionamiento de agua, conside-rada la situación mundial y como una estimación engrueso, puede decirse que:

• Alrededor de 35% de la población mundial reci-be aprovisionamiento de agua en muy buenascondiciones.

• Aproximadamente 42% se debe contentar conun aprovisionamiento aceptable.

• La población restante (23%) no dispone de nin-gún tipo de instalaciones que den acceso a lautilización de agua potable exenta de peligrospara la salud; esto significa que 1 200 millonesde personas no disponen de agua potable.

Un caso extremo, pero paradigmático, de lo quepuede llegar a ser la escasez de agua, es la situaciónde las mujeres que viven en zonas rurales en África.El 85% de la energía diaria empleada por estas mu-jeres es para conseguir agua y acarrearla hasta sushogares.

La distribución del agua en el planetaEntre todas las sustancias necesarias para los sereshumanos, como ya lo indicamos, el agua es una delas más abundantes. Sin embargo, también hemos di-cho que el agua para beber es un bien que se estáhaciendo escaso. Uno de los problemas en relacióncon el agua es que está mal distribuida. Según cálcu-los hechos públicos por Naciones Unidas, la pobla-ción mundial dispone de un suministro anual de9 000 km3 de agua dulce. Esa cantidad, bien distribui-da por todo el planeta, sería suficiente. Pero las llu-vias no se reparten equitativamente: 25 países deOriente Medio y el norte de África padecen sed cró-nica. De manera semejante, en el informe Futuro glo-

Figura 1. Los ríos aportan a la humanidad 80% de sus recursos deagua, mientras que sólo representan 0.000003% del agua del planeta.Aunque el agua abunda en la Tierra es difícilmente accesible ymovilizable.Fuentes: WWF, Atlas of the environment, 1990.

El agua○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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No es de extrañar, como explicaremos seguidamen-te, la cantidad de personas enfermas a causa del aguaque consumen, y las que mueren por la misma causa.

La escasez de agua dulce y su mala utilizaciónconstituyen un grave y creciente peligro para eldesarrollo sostenible y la protección del medio am-biente. La salud y el bienestar humanos, la seguri-dad de los alimentos, el desarrollo industrial y losecosistemas de los que dependen se encuentranamenazados sin excepción, a menos que en el pre-sente decenio y en lo sucesivo se administren me-jor que en el pasado los recursos del agua y delsuelo (Declaración de Dublín, Conferencia Inter-nacional sobre el Agua y el Medio Ambiente, 1992).

El agua que consumimosEl consumo del agua por parte de los seres humanoses de diferente naturaleza: personal y doméstico; parala agricultura y la industria; para la evacuación dedesechos. A mayor cantidad de población, mayordemanda de agua para todos estos usos. Pero no sólolas personas consumen agua; a mayor cantidad depersonas, hay que aumentar también la producciónde alimentos (y esto requiere agua); a su vez, la in-dustria y, en algunos casos, la producción de energíase hacen mediante el aprovechamiento del agua.

Mientras en algunos países se dispone de cinco li-tros de agua potable por persona y por día, el consu-mo medio de agua en los países industrializados esde 30 a 50 litros para uso personal y doméstico,* yasciende a 500 y 600 litros por persona y por día sitenemos en cuenta la demanda de la agricultura, laganadería y la industria. El consumo de agua, segúnestimaciones de expertos de la oficina de medio am-biente de las Naciones Unidas, se ha multiplicado por35 en tres siglos. En general, se distribuye de la si-guiente manera:

• 69% Destinado a la irrigación agrícola.• 23% Destinado a diferentes procesos industriales.• 8% Destinado al uso doméstico.

De acuerdo con este informe del Programa de lasNaciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), lamitad del agua que se usa para regadío se desperdicia.Se estima que el consumo de agua aumentará ligera-mente hasta finales de siglo y se duplicará para el usoindustrial. Las previsiones que hizo la UNESCO hace algomás de 15 años, se expresan en la figura 2.

Según el informe Brundtland (que nos sirve paracomplementar los datos de la figura 2), la utilizaciónmundial del agua se duplicó entre 1940 y 1980, y seprevé que se duplique otra vez para el año 2000. Yentre 1994 y el año 2050, está previsto que se tripliquela utilización de agua a escala mundial.

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

* En la República Federal Alemana se ha estudiado detalladamente el gasto medio de agua. Éstos son los resultados: Gasto medio de agua (dadosen litros por día y por familia). Año 1969: Baño y ducha: 20 a 40 Limpieza del hogar: 3 a 10 W.C.: 20 a 40 Total: 123Lavado de ropa: 20 a 40 Beber y cocina: 3 a 6 Lavado de vajilla: 4 a 6

Figura 2. El consumo de agua en el mundo entero aumentaconstantemente. Este diagrama muestra la evolución del consumomedio por persona —en millones de litros por año— desde 1900 ylas previsiones hasta 2015. En las cifras están comprendidas las necesi-dades de la industria y de la agricultura. Cabe recordar que la pobla-ción mundial, que era de 1 600 millones en 1900, supera actualmentelos 4 000 millones y será de unos 7 000 millones hacia el año 2000.Fuente: Correo de la UNESCO.

0.1

0.2

0.30.4

0.5

0.6

0.7

0.8

0.91.0

1.1

1.2

2015

2000

1985

1970

1950

1900

El planeta Tierra ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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No sólo hay que considerar el consumo del agua aescala mundial, sino también el agua que gastamosdiariamente; a ese nivel es en donde todos podemoshacer algo. Si bien el consumo cotidiano de agua va-ría según una gama muy amplia de circunstancias, lafigura 3 es un referente de lo que se suele gastar, enpromedio por persona, en una ciudad.

Temer y preocuparse de que a comienzos del sigloXXI se produzca una crisis del agua no es ningunaexageración, ni una perspectiva alarmista. El peligrode que muchos núcleos urbanos pasen sed es un ries-go que se cierne sobre algunas zonas; las restriccio-nes en el consumo de agua es un hecho cada vez másgeneralizado. Toda ciudad enfrenta tres problemasprincipales en relación con el agua:

• El abastecimiento. Además de necesitarse aguaen cantidad suficiente, debe ser utilizable.

• La depuración antes de que el agua sea utiliza-da, para lo cual se somete a procesos de potabili-zación.

• La evacuación de aguas residuales, con sus pro-blemas conexos de depuración.

En Estados Unidos —según revelaba la revistaScientific American (1971)—, más de la mitad de lapoblación se ve obligada a consumir agua que se hautilizado al menos una vez y ha pasado por la red decolectores. El agua que bebemos viene en su mayorparte de lagos y ríos, y a los lagos y ríos van las aguasresiduales. Conviene recordar en este punto la anéc-dota del inglés que, al final de un banquete, brindócon un vaso de agua “a la salud de los cinco ciudada-nos que han bebido esta agua antes que yo”.

Nuestros abuelos no conocieron el agua embote-llada. Desde hace dos o tres décadas, cada año —cadavez más— se venden millones de botellas de agua. Yano se trata de paliar el déficit de agua, sino de conse-guir agua sin mal gusto ni olor. Pero, he aquí que elagua de las botellas también suele ser peligrosa. Lairresponsabilidad de algunos de los que embotellan elagua suele ser coherente con los valores vigentes enesta sociedad: ganar y tener.

129 litros

Riego Servicioshigiénicos

En lavabos,baños,duchas

Lavado Fregado Preparaciónde comidasy bebidas

44 litros 44 litros

16 litros 15 litros5 litros

Figura 3. En qué usamos el agua.

El agua que gasta diariamentecada uno de nosotros

se reparte así:

El agua○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

33

150 litrosde aguaal día

13%

32%

2%

16%

37%

Hogar,jardín,

automóvil

wc

Bebidas,cocinaVajilla,colada

Cuartode baño

25 litrosde aguaal día

16%

32%

1%

17%

34%

Hogar

wc

Bebida,cocina,vajilla

Colada

Aseo

93 000

7 000

SUDÁN

9 000

INDIA

35 000

ARGELIAGRECIA

40 000

ITALIA

78 000

SUIZA

96 000

COMUNIDADEUROPEA

55 000

JAPÓN

104 000

E.U.

110 000

CANADÁ

93 000

CALIFORNIA

191 000

Agua de ricos, agua de pobres

Un californiano equivale a 25 sudanesesCuanto más rico es un país, más agua consume. Pero también hay una práctica culturalunida al consumo de agua y a su despilfarro.

Figura 4. El hombre no puede vivir normalmente si no dispone al menos de 20 litros de agua al día. Los habitantes de los países ricosconsumen 12 veces más para mejorar su higiene y comodidad: ducha diaria, riego del jardín, lavado de coche. Por el contrario, un indio notiene ni cuarto de baño, ni servicio.Fuentes: OCD, Gestion des resources, 1989; World Resources Institute, 1992; Gaia, 1990.

Consumo doméstico anual de agua en litros por persona

INDIAEUROPA

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éxico es uno de los países másfuertemente afectados por la ero-sión del suelo. Ésta no sólo dañael potencial productivo del lugardonde ocurre, sino que causa

efectos negativos en las áreas de depósito de sedi-mentos, al azolvar los vasos de almacenamiento delas obras hidráulicas, canales, zanjas de drenaje yesteros, además de contaminar ríos, lagos y cuerposde agua en general.

El proceso de erosión del suelo perjudica el de-sarrollo agrícola de México, ya que pone en riesgo lacapacidad para lograr la autosuficiencia alimentaria.Desde principios de siglo la erosión se ha asociado alos diferentes cambios de uso del suelo causados porel crecimiento de la frontera agrícola, la reducciónde la superficie forestal y el sobrepastoreo de los agos-taderos de las zonas templadas, áridas, semiáridas ytropicales.

La presencia de la erosión en los terrenos de culti-vo disminuye su productividad y agota rápidamentela fertilidad de los mismos. Se pueden esperar dismi-nuciones de rendimiento entre 150 y 350 kg en elcultivo de maíz por hectárea y por año, por cada cen-tímetro de suelo que se erosione.

De los casi dos millones de kilómetros cuadradosde superficie con que cuenta México, 92% son terre-nos montañosos y ondulados con fuertes restriccio-nes para el uso agrícola; el restante 8%, son tierrasplanas productivas. Desde el punto de vista ecológico,estas grandes diferencias topográficas crean una di-versidad de condiciones favorables que explican lagran variedad de nuestros recursos naturales y la com-plejidad de la flora y la fauna, ampliamente conoci-das en el mundo entero. Las cadenas montañosas

constituyen uno de los obstáculos más difíciles parallevar a cabo programas de producción rentable degranos básicos, pues propician irregularidades en elclima, con fuertes precipitaciones que, junto con losefectos de las pendientes y el mal uso del suelo, dancomo resultado la activación de la erosión hídrica, laformación de escurrimientos torrenciales y, como con-secuencia, desgaste del terreno y baja productividaden las cosechas (véase cuadro 1).

El agua y los sedimentos

México es un país sediento; en materia de agua esuno de los más pobres del mundo. Desde tiemposinmemoriales, los antiguos mexicanos tuvieron queconstruir grandes obras hidráulicas para satisfacersus necesidades del vital líquido. El gobierno fede-ral ha construido al menos una obra hidráulica decaptación en la mayoría de las cuencas hidrológicasdel país. Pero las dos terceras partes de la tierraarable productiva se encuentran en regiones de es-casa precipitación pluvial, donde pueden produ-

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José Luis Oropeza Mota, “México, uno de los países más afectados por la erosión del suelo”, en La Jornada Ecológica, suplemento del periódicoLa Jornada, año 3, núm. 33, 5 de enero de 1995, p. 2.

México, uno de los países más

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

afectados por la erosión del suelo

José Luis Oropeza Mota

Cuadro 1

Clases de erosión Superficie (hectáreas)

Erosión no manifiesta 39 718 300

Erosión leve 50 708 258

Erosión moderada 72 352 273

Erosión severa 23 536 790

Erosión muy severa 8 972 622

Total 155 609 961

El planeta Tierra ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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cirse cosechas una vez al año durante la tempora-da de lluvias.

Haciendo uso de los aforos que realiza la SARH en lasregiones hidrológicas del país, en 1985 se estimó que entodo México la pérdida de suelo es de 2.8 ton/ha/año.Algunos datos ilustran el problema (véase cuadro 2).

Antecedentes de la erosión en el país

La conservación del suelo como una parte del siste-ma agrícola productivo de México, se remonta a me-diados del siglo xv con la construcción del complejodel cerro de Tetzcutzingo, en Texcoco, Estado de Méxi-co. Consistió en canales y terrazas de banco hechospor la cultura acolhua. Una situación similar en elmanejo del suelo y del agua tuvo lugar en Chiapas yOaxaca por las culturas maya y zapoteca en condi-ciones topográficas y edáficas muy adversas.

Los modelos anteriores desaparecieron con la do-minación española. Actualmente, la degradación delsuelo se debe principalmente a los siguientes factores:

1. Presión demográfica, la cual ha provocado lamodificación del uso del suelo para incrementarla frontera agrícola y ha llevado a optimizar losfactores de la producción a fin de cubrir el déficitde granos básicos.2. Falta de investigación, promoción y divulgaciónen el medio rural de prácticas de conservación delsuelo que sean simples y rentables en los sistemasagrícolas tradicionales, pecuarios y forestales.3. Explotación de los recursos naturales (agua-sue-lo-vegetación) a un ritmo superior a su capacidadde recuperación.4. Marginación de los sistemas agrícolas tradicio-nales; políticas y estructuras de gobierno equivo-cadas en materia de conservación del suelo y delagua.

Las prácticas de conservación del sueloy del agua

Estas proporcionan la posibilidad de controlar y con-servar el suelo y, al mismo tiempo, retener la mayorparte del agua de lluvias mediante sistemas de inge-niería agrícola que se ejecutan simultáneamente conel fin de controlar la erosión.

Cuando la conservación se realiza en grandes su-perficies de la cuenca hidrográfica, además de con-trolar la erosión y retener el agua de lluvia contribuyea incrementar la filtración del agua en el suelo, loque favorece consecuentemente la recarga de los

Considerando un peso específico de 1.1 g/cm3 paralos sedimentos, el volumen depositado en las obrashidráulicas de almacenamiento es de 150 836 m3 deazolve, que representa 0.13% de la capacidad totalde almacenamiento del país que es de 112 744 millo-nes de m3.

Otros estudios más precisos sobre pérdida de sue-lo, realizados en 1975 por Figueroa en la cuenca delrío Texcoco, reportan una pérdida de suelo para lacuenca de ese río de 3.4 ton/ha/año en promedio(véase cuadro 3).

Cuadro 2

Uso del suelo Pérdida del suelo Área (ha)(ton/ha/año)

Bosque de pino 0.010 522

Zacatonal 0.043 51

Bosque de oyamel 0.005 462

Zona de cultivo alta 3.059 35

Tepetate 16.078 524

Pastizal 0.655 247

Bosque de encino 0.017 335

Zona de cultivo baja 1.622 724

Cuadro 3

Superficie dondese producen sedimentos: 193 641 878 ha

Pérdida de suelo promedio: 2.8 ton/ha/año

Sedimentos totales por año: 535 226 151 ton/año

De esta cantidad:

69% se descargan en el mar: 369 306 044 ton/año

31% se deposita en obrasde almacenamiento: 165 900 107 ton/año

México y la erosión del suelo○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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mantos acuíferos. En general, las prácticas de conser-vación del suelo y del agua:

1. Evitan la erosión del suelo y lo mantienen encondiciones de fertilidad y contenido de materiaorgánica óptima.2. Aprovechan eficientemente el agua de lluvia yevitan la formación de escurrimientos superficia-les, estimulando la filtración del agua en el suelo yla recarga de los mantos acuíferos.3. Favorecen el desarrollo de la vegetación y de lafauna silvestre y protegen el suelo de la fuerza des-tructora del agua y del viento (mediante el estable-cimiento de cortinas rompevientos).4. Desde el punto de vista edafológico, mejoranlas características físicas del suelo y lo mantienenen condiciones óptimas de aireación, humedad ydesarrollo de microorganismos, que ayudan a unamejor formación biológica del suelo.5. Mantienen los escurrimientos superficiales libresde sedimentos y evitan que se depositen en losvasos de almacenamiento de las obras hidráulicasy cuerpos de agua en general.

¿Qué hacer?

Existen ciertos principios básicos vitales para el esta-blecimiento de un programa nacional de conserva-ción del suelo y del agua.

Los especialistas del tema, nacionales y extranje-ros, están de acuerdo en la necesidad fundamentalde un programa que incluya el manejo integral de losrecursos naturales de la cuenca hidrográfica. En Méxi-co no se ha dado todavía un sistema administrativode gobierno capaz de crear una política unificada queincluya el manejo integral del agua, el suelo y la ve-getación.

Será necesario también actualizar, ampliar y regla-mentar la Ley de Conservación del Suelo y del Aguade acuerdo con los planes de desarrollo, corrigiendolos defectos del pasado y haciendo una planeacióninteligente. Se carece de un organismo que coordiney retome, con autoridad propia y suficiente, los pla-nes y estrategias de desarrollo de la Ley de Conserva-ción del Suelo y del Agua.

Hace falta un mecanismo técnico capaz de detec-tar y evaluar el problema de la erosión, que lleguedirectamente al medio rural, hasta la parcela del pro-ductor. Que asegure la implementación de prácticassimples de conservación del suelo y del agua, renta-bles y socialmente posibles, económicamente viablesy ecológicamente sustentables. A la par, deben im-pulsarse investigaciones políticas, técnicas y prácti-cas de conservación de suelos y de educación am-biental formal y no formal a todos los niveles. De locontrario, en el futuro habrá más zonas desérticas ycrisis ambientales, productivas y sociales. Algo inde-seable para cualquier país.

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s indudable que la agricultura modernase basa fundamentalmente en laartificialización y, por tanto, altera lasestructuras del ecosistema y su funcio-namiento. Toda práctica tiene un riesgo

y un costo ecológico que la teoría y la práctica eco-nómicas, basadas en los valores de mercado de cortoplazo, han sido incapaces de tomar en cuenta.

Uno de los aspectos más importantes de la artifi-cialización es la especialización productiva, es decir,la reducción de la diversidad natural para concen-trarse en pocas variedades y eventualmente en elmonocultivo. La diversidad del ecosistema tiene enor-me importancia, pues es uno de los factores funda-mentales para su estabilidad e incide en la homeostasisy resiliencia del sistema natural, que le permite reci-bir impactos desde el exterior, mantenerse en todosistema y autorreproducirse. La especialización y lahomogeneización de cultivos elimina especies. Ellotiende a alterar la estructura de los suelos, modificalos flujos de nutrientes y de energía y los ciclosbiogeológicos.

Por otra parte, las prácticas de cosecha indiscri-minada y de cosecha selectiva tienden también a re-ducir la diversidad del ecosistema, lo cual resulta, fi-nalmente, en la destrucción de sus mecanismos defuncionamiento y su desorganización.

La disminución de diversidad es un fenómeno quese da desde los primeros tiempos de la civilizaciónhumana. Sin embargo, se ha acentuado en los últi-mos 100 años. La reserva de especies biológicas esde unos 10 millones, de las cuales cerca de 8.5 millo-nes han sido identificadas. De las más de 240 000especies de plantas conocidas, sólo 150 han sidodomesticadas por el hombre, y sólo 30 de ellas pro-

porcionan 85% del peso de los alimentos consumi-dos por los seres humanos y 95% de sus calorías yproteínas. A su vez ocho especies (trigo, arroz, maíz,cebada, avena, sorgo, mijo y centeno) proporcionanlas tres cuartas partes del total de proteínas alimenti-cias y energía consumidas por el hombre, y tres: tri-go, maíz y arroz, proveen 50% de la energía huma-na. En relación con los recursos ganaderos se da unfenómeno similar.

Los patrones imperantes en el comercio interna-cional promueven la homogeneización de cultivos ymonocultivos y refuerzan las prácticas descritas demecanización, fertilización, riego, etcétera, que alalterar el sistema natural ponen en peligro la diversi-dad biológica.

La pérdida de diversidad no sólo tiene efectos so-bre la estructura y el funcionamiento del ecosistema,sino que además aumenta los riesgos, ya que mien-tras más homogéneo es un sistema, mayor es su vul-nerabilidad a plagas, enfermedades, fluctuaciones yazares del clima. El desastre de 1840 en los cultivosde papa de Irlanda es un ejemplo clásico, al cual sepueden agregar hechos más recientes sobre el temadel control de plagas.

La conservación de la diversidad biológica o bio-diversidad es hoy tema de preocupación mundial.Instituciones científicas y organismos internacionalesdenuncian la pérdida continua de biodiversidad: se-gún la IUCN entre 20 000 y 25 000 especies están ame-nazadas de extinción, mas de continuar las tenden-cias actuales, 25% de las especies existentes habrándesaparecido o quedarán reducidas a unos pocosejemplares hacia mediados del próximo siglo, y unnúmero mucho mayor de especies habrá perdido unaparte considerable de sus variedades.1 Aun cuando la

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Biodiversidad

Paolo Bifani

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Paolo Bifani, “Biodiversidad”, en Medio ambiente y desarrollo, 3a ed., México, Universidad de Guadalajara, 1997, pp. 591-602 y pp. 605-606.1 IUCN-UNEP-WWF, Caring for the Earth. A Strategy for Sustainable Living, Suiza, Gland, 1991.

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información actual es escasa y susceptible de contro-versia —algunos autores hablan de la extinción masi-va de especies—, no cabe duda de que la erosióngenética es uno de los mayores problemas contem-poráneos.

El tema trasciende los ámbitos académicos de bió-logos y de ecólogos y tiene clara dimensión econó-mica y política. El Convenio sobre Diversidad Bioló-gica adoptado por la Conferencia de las NacionesUnidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo de la Cum-bre de Río, y las negociaciones que lo precedieron,así como los debates que suscita, son la expresióntanto de la mencionada preocupación como de susaspectos políticos y económicos.

Los alcances y matices del debate sobre biodiver-sidad escapan al hombre común, para quien el temaes algo extremadamente técnico, circunscrito a lo bio-lógico y ecológico, y no alcanza a percibir susimplicaciones económicas y políticas. El tema de labiodiversidad se complica por sus estrechas vincula-ciones con otros, tan diversos y también de difícilacceso para el lego, como son las técnicas de hibri-dación y manipulación genética, la protección de loshábitats naturales, los derechos de propiedad inte-lectual, las corporaciones transnacionales, el comer-cio internacional y la biotecnología. De este modo,el debate sobre biodiversidad no concierne exclusi-vamente a biólogos y ecólogos, sino que vincula dis-ciplinas tales como: ecología, biología molecular,agronomía, derecho, economía, relaciones económi-cas internacionales, etcétera.

La importancia económica y política de la biodiver-sidad deriva no sólo del papel que ha desempeñadoen el desarrollo de la economía mundial, sino del pa-pel crucial que está llamada a desempeñar en la eco-nomía de los años venideros gracias a la biotecnología.

Uno de los aspectos más difíciles y controvertidosdel debate sobre la biodiversidad se refiere a la utili-zación económica de germoplasma. El uso de mate-rial genético es un factor clave en el desarrollo espec-tacular experimentado por la agricultura en los últimos50 años. Evaluar la incidencia de este factor es difícil,ya que el tema no ha sido enfocado en una perspectiva

amplia que incluya factores ecológicos, económicos,tecnológicos y políticos. No hay información sistemá-tica acerca del valor económico de la diversidad bio-lógica o de cuál ha sido su contribución económicaal aumento de la productividad agrícola. La disponi-ble concierne principalmente a Estados Unidos, don-de la importancia económica del germoplasma sepercibe en las mejoras de rendimiento de los cultivosmás importantes —maíz, trigo, etcétera—, los que sehan duplicado desde 1935 hasta hoy. Estos logrosse atribuyen en más de 50% a mejoras genéticasaplicadas en gran escala a partir de la década de lostreinta, cuando se inicia la comercialización del maízhíbrido. Entre 1930 y 1980 los rendimientos de maíz,trigo y papa han aumentado en 333, 136 y 300 porciento respectivamente. La mitad de estos aumentosse atribuye a mejoras genéticas que han aportado ade-más un mayor valor nutritivo, y una mayor resisten-cia tanto a pestes como a exigencias ambientales.2 ElDepartamento de Agricultura de Estados Unidos va-lora el aporte de la utilización de germoplasma a losincrementos de productividad agrícola en 1 000 mi-llones de dólares anuales.

Los riesgos para la biodiversidad surgen principal-mente de la forma como el hombre hace uso de ella,algunas de cuyas características conviene recordar. Elconcepto de diversidad se refiere no sólo al número deespecies sino además al de variedades dentro de las es-pecies; cada variedad posee atributos que la hacen máso menos atractiva desde el punto de vista económico,sean éstos la resistencia y la tolerancia a ciertas enfer-medades y exigencias ambientales, ecológicas, de sue-los, etcétera; las diferentes capacidades nutritivas resul-tantes de su contenido proteínico o de aminoácidos; ladistinta capacidad de respuesta a estímulos externos;sus diversos rendimientos; la capacidad para desempe-ñar ciertas funciones o, por último, una determinadaapariencia que define atractivos específicos. Estos ras-gos se transmiten de generación en generación a travésdel material genético.

En el reino vegetal se conocen 240 000 especies,de las cuales dos tercios están en los trópicos y la cuartaparte en Latinoamérica. Los científicos han examina-

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2 National Research Council, Managing Global Genetic Resources: the U.S. National Plant Germplasm System, Washington, D.C., NationalAcademy Press, 1991.

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do en detalle unas 5 000 especies de plantas y esti-man que son miles aquéllas aún por identificary catalogar, pero aun cuando a lo largo de la historiase han utilizado unas 3 000 especies, hoy sólo 30 sonresponsables por el consumo humano de proteínas ycalorías: ocho especies de cereales contribuyen conmás de 80% de dicho consumo y cuatro especies ve-getales, a saber: trigo, maíz, arroz y papa, aportan ala alimentación humana más proteínas y calorías queel conjunto de las otras 26 especies. De 75 000 plan-tas conocidas y de millones de especies animales yvegetales son únicamente 15 especies de plantas y ochode animales las que dan cuenta de 90% de la produc-ción alimentaria mundial.

La extremada selectividad del ser humano en el usode los recursos lo lleva a depender de muy pocas es-pecies, y al interior de cada especie, de muy pocasvariedades naturales y cultivo resultantes de prácti-cas históricas de los agricultores por optimizar eco-nómicamente ciertas propiedades mediante combi-naciones y manipulaciones genéticas. La racionalidadeconómica prefiere las especies y variedades de másalto rendimiento económico, eliminando otras, comolo revela un informe de la Academia Nacional de Cien-cias de Estados Unidos, que calificaba de alarmantela vulnerabilidad génetica implícita en la excesivaconcentración de cepas de los cultivos norteamerica-nos.3 El informe señalaba que de los 66 millones deacres cultivados con maíz, por un valor superior a los5 200 millones de dólares en 1969, 71% correspon-día sólo a seis de las 197 variedades cultivadas; de269 variedades de trigo, nueve representaban 50%del área cultivada. Del área sembrada con soya 56%lo estaba con seis de las 62 variedades disponibles;de 48 variedades de patata dulce, una variedad cu-bría 69% del área plantada. A su vez, tres variedadesde algodón de un total de 50 concentraban 53% deltotal sembrado, y de 50 variedades de guisantes sólodos representaban 96% del total de cultivos. Es asícomo a la pérdida de especies se añade la de varie-dades. La selectividad y la concentración en el usode recursos genéticos lleva, directa o indirectamente,a su reducción.

El interés económico por germoplasma data de laantigüedad y su tráfico ha estado asociado a los via-jes de exploración y conquista de egipcios, vikingos,ingleses, holandeses, españoles, portugueses, etcéte-ra. Colón, a su regreso del primer viaje, trajo semillasde maíz, y en su segundo viaje llevó a América trigo,garbanzos, caña de azúcar y cítricos, para iniciar lacolonización. Las especies del Nuevo Mundo se pro-pagaron rápidamente y pasaron a ser componentebásico de la dieta de países europeos y africanos, comolo indican los consumos de maíz, papa y yuca.

Sin embargo, este importante tráfico de germoplas-ma no ha tenido como contrapartida un flujo de di-nero, como es habitual en el comercio, y aún hoy nohay precios ni mercado alguno en el que se transe elmaterial genético. El tráfico gratuito de germoplasmaa lo largo de la historia tiene al menos cuatro implica-ciones o dimensiones importantes para el desarrolloagrícola y económico mundial. La primera está aso-ciada a la no coincidencia actual entre los centros oregiones de origen o diversidad y los actuales centrosde producción mundial. Las mayores produccionesagrícolas no se dan en los centros de origen y ni si-quiera en los de domesticación de las especies, sinoen áreas totalmente distintas. La situación actual re-sulta de la capacidad de ciertas sociedades para in-corporar germoplasma extranjero a sus sistemas na-turales, y a través de innovaciones tecnológicas lograrniveles de productividad que los convierten en loscentros de producción dominantes del mundo. Sinembargo, esta supremacía va acompañada de una ele-vada dependencia respecto del germoplasma de otrasregiones. Por ejemplo, el mayor productor agrícoladel mundo, Estados Unidos, depende en 100% y en84.7% de germoplasma de otras regiones para su pro-ducción agrícola de alimentos y materias primas, res-pectivamente; las cifras europeas son similares: másde 90 y casi 80 por ciento, respectivamente.4 De laproducción agrícola alimentaria norteamericana 40%depende de cepas originarias de América Latina, y36% de Asia centro-occidental; para Europa medite-rránea las cifras son 39 y 31.8 por ciento, respectiva-mente; más de 65% del germoplasma de los 20 más

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3 National Research Council, Genetic Vulnerability of Major Crops, Washington, D.C., National Academy of Sciences, 1972.4 J.R. Kloppenburg Jr., First the Seed. The Political Economy of Plant Biotechnology: 1492-2000, Cambridge, Cambridge University Press, 1988.

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importantes cultivos alimentarios actuales provienede dos regiones: América Latina y Asia centro-occi-dental, más aún, seis de los siete cultivos dominantesde la agricultura contemporánea tienen su origen enestas regiones: maíz, papa, yuca y papa dulce en laprimera; trigo y cebada en la segunda. Ni Norteamé-rica ni Australia han contribuido con cepa alguna a laproducción de alimentos actual, y la contribución dela región mediterránea es inferior a 1.5%. La situa-ción es similar en los cultivos industriales: AméricaLatina es la principal región de origen de diversidadpues sus cepas están en el origen de 34.4% de la pro-ducción mundial; la segunda región de origen impor-tante es el Mediterráneo, con 18% gracias al olivo, lacolza y la remolacha; el girasol es la contribución deNorteamérica a los cultivos industriales actuales. Porotra parte, los centros de origen tienen una contribu-ción relativamente limitada al total mundial: el apor-te latinoamericano a la producción de tomates es muyinferior al europeo, y el de caucho es inferior al asiá-tico. Las regiones de origen también han incorporadoespecies foráneas que han llegado a ser dominantesen sus respectivas regiones; por ejemplo, más de lamitad del área latinoamericana dedicada a cultivosindustriales está dominada con una especie importa-da desde Asia: la caña de azúcar.

Este fenómeno lleva implícito que los centros pro-ductores dominantes son, desde el punto de vista delmaterial genético, pobres y uniformes, mientras quelos países en desarrollo que incluyen los mayores cen-tros de origen son ricos y diversos, lo cual se traduceen que los primeros son más vulnerables que los se-gundos. En resumen, a lo largo de la historia el libretráfico de germoplasma ha definido una geografía dela biodiversidad mundial: los centros de origen nocoinciden necesariamente con los de produccióndominante.

Es importante examinar cómo esta situación se avie-ne con la teoría y la práctica de la economía interna-cional. La piedra angular de la teoría ortodoxa, o pura,del comercio internacional es la ley de las ventajascomparativas, según la cual un país tiene ventajas res-pecto de otros países en la producción de aquel bienque usa más intensamente el sector más abundantedel país. Siguiendo este argumento se explica el co-mercio internacional, principalmente por las diferen-

cias entre las dotaciones de factores de las distintasregiones o países: los países se especializan en la pro-ducción de bienes que utilizan en forma intensivaaquellos recursos que disponen en abundancia. Envirtud de esta teoría las regiones de origen de diversi-dad deberían coincidir con los centros dominantesde producción, algo que no ocurre en la realidad.

El carácter estático de la teoría tradicional y la fa-lacia de los supuestos que la sustentan explican estadiscrepancia entre teoría y realidad. Por lo que con-cierne al uso internacional de germoplasma dos su-puestos merecen recordarse: el de inmovilidad inter-nacional de factores y el de tecnología constante eigual en todos los países. Como señalamos, a lo largode la historia el germoplasma se ha desplazado geo-gráficamente desde sus centros de origen a otros, quea menudo pasan a ser centros de domesticación, des-de donde es llevado a otra(s) región(es) que se con-vierte(n) en su centro de producción dominante: porejemplo, los países mediterráneos y California, enEstados Unidos, dominan la producción mundial detomates, cuyo centro de origen de diversidad es Perúy de domesticación México, desde donde se llevó aEspaña y de allí a Italia. La movilidad internacionaldel germoplasma se ha caracterizado por no tener nin-gún costo, se realiza al margen de los mecanismos yvías económicas y comerciales. En otras palabras nosólo el factor germoplasma es móvil, sino además sumovilidad no enfrenta barrera alguna y no conllevaningún costo.

El supuesto de que la tecnología es la misma entodos los países equivale a afirmar que todos tienenigual acceso a la tecnología. Este supuesto no sólo secontradice con una realidad en la cual los esfuerzospor el control de la tecnología es una de las principa-les características de la lucha competitiva mundial,sino que además el acceso a ella está entrabado pormúltiples mecanismos comerciales e institucionales,sin contar que la tecnología tiene un precio que pue-de ser muy elevado.

Es así como la libre y gratuita movilidad de germo-plasma, asociada al control de la tecnología, crea ven-tajas comparativas dinámicas reales más fuertes eimportantes que aquellas estáticas asociadas a unasupuesta dotación fija e inmóvil de recursos. La im-portancia de este hecho va más allá del tradicional

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de ventajas económicas asociadas al recurso en cues-tión, ya que la combinación germoplasma-tecnolo-gía crea de hecho un nuevo producto, la semilla híbri-da, en cuya producción el nuevo centro tiene ventajascompetitivas monopólicas. En otros términos, la mo-vilidad del germoplasma, combinada con la innova-ción tecnológica, no sólo crea ventajas comparativaspara el centro receptor de germoplasma, por el usomás intensivo que hace de este recurso, sino ademáscrea un nuevo producto sobre el cual la exclusividaddel monopolio, concedida o no por leyes de propie-dad intelectual, le confiere ventajas competitivas enlos mercados internacionales. Este nuevo producto esde hecho un sustituto del recurso original (germoplas-ma). En otras palabras, el centro productor dominan-te crea ventajas comparativas respecto del factor ori-ginal, y además a partir de estas ventajas logra tambiénel control monopólico sobre su sustituto.

Se tiene aquí una demostración más de que, comose ha argumentado en otra parte,5 las ventajas com-parativas no son fijas ni inherentes a dotaciones derecursos naturales o condiciones geográficas prede-terminadas, sino que pueden ser creadas por el de-sarrollo y la aplicación de tecnología.

Una segunda implicación se relaciona con el pro-ceso de acumulación. En el análisis del proceso deacumulación primitiva que caracteriza la expansiónmundial del capitalismo, son escasos los autores quemencionan la apropiación gratuita de germoplasma.Sin embargo, la agricultura europea habría sido inca-paz de alimentar una población que crecía rápida-mente, duplicándose entre 1750 y 1850, sin las espe-cies y variedades importadas desde Latinoamérica,cuyos rendimientos de calorías por hectárea son muysuperiores a los cultivos tradicionales europeos de laépoca. Hay autores que llegan a afirmar que la indus-trialización alemana habría sido imposible sin lapapa,6 cuya importancia en la dieta de los países eu-ropeos, en especial en algunos como Irlanda, es muyconocida. Marx comenta que los trabajadores de lasindustrias irlandesas se alimentaban de harina de maíz(indian meal) y papa.7

La relevancia de la incorporación de especies nue-vas va más allá de los cambios en la dieta alimenti-cia. Los nuevos cultivos permitieron una mayor pro-ducción por unidad de superficie y a costos menoresque los tradicionales europeos, lo que junto al mayorcontenido de calorías facilita la provisión de alimen-tos para una población creciente, y además contribu-ye a mantener baja la tasa de salarios, ya que la ma-yor productividad de las nuevas especies implicamenor demanda de mano de obra para un mismovolumen de producción de proteína. Los menores re-querimientos de mano de obra asociados al rápidocrecimiento poblacional presionan a la baja la tasade salarios y contribuyen a la expulsión de mano deobra del campo hacia las ciudades.

Un tercer hecho asociado a la apropiación de ger-moplasma es el de haber permitido al poder colonialdesarrollar plantaciones en zonas geográficas econó-mica y políticamente convenientes, minimizando ries-gos e inestabilidad, reduciendo costos, aumentandoy captando los excedentes que se generan en la peri-feria y consolidando el poder hegemónico. Con elalgodón originario de México y Perú se iniciaron plan-taciones algodoneras en África, Asia, Sudamérica y elCaribe. Con la caña de azúcar del sudeste asiático seestablecieron plantaciones en África, el Caribe yLatinoamérica. El café, traído de Etiopía, permitiríalas plantaciones del Caribe, América Central, África yAsia. Las cepas de banano del sudeste asiático son elorigen de las plantaciones de África, Sudamérica ylas repúblicas bananeras del Caribe. Las semillas decaucho robadas en Brasil por los botánicos del KewGarden del Reino Unido serán la base del desarrollode Malasia y Liberia y el inicio de corporacionestrasnacionales como Dunlop y Firestone. La apropia-ción gratuita de germoplasma y su transferencia porel poder colonial a diferentes regiones, contribuye aaumentar el excedente que se exporta a la metrópoli,conjuntamente con los alimentos, las especies y lasmaterias primas. Es la colonización de los ecosistemasde la periferia para adaptarlos a las necesidades, laacumulación e intereses del centro. Proceso de colo-

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5 Paolo Bifani, “The new mercantilism and the international appropiation of technology”, en Technology, Trade Policy and the Uruguay Round, NuevaYork, UNCTAD/UH, 1990.

6 W. McNeill, The Shape of European History, Nueva York, Oxford University Press, 1974.7 K. Marx, El Capital, t. I, 3a ed., México, FCE, 1964.

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nización que se acentúa y llega a su punto crítico conla adopción de semilla híbrida importada por los cen-tros de origen de diversidad.

El material genético es un recurso valiosísimo, yaque no sólo se reproduce sino que cada variedad lle-va codificados los rasgos que permiten responder adiferentes exigencias económicas y ambientales, deproducción y consumo, y son, por lo tanto, la basepara la creación de nuevos cultivos.

Hasta fecha muy reciente los propios agricultoresproducían sus semillas; sin embargo, el valor eco-nómico del germoplasma y las posibilidades mer-cantiles que de él se derivan han sido cada vez másapreciadas y además multiplicadas por las innova-ciones tecnológicas y por las expectativas que anti-cipan las nuevas biotecnologías. Pero no basta co-nocer las posibilidades económicas de un elemento,de una materia prima o de un servicio. Es precisotener el control o la propiedad sobre el mismo y ade-más que este control y/o propiedad esté adecuada-mente protegido(a). El valor económico se potenciacon el desarrollo tecnológico y su propiedad es pro-tegida por instrumentos legales, económicos einstitucionales.

La cuarta importantísima y conflictiva dimensiónasociada al tráfico de germoplasma tiene que ver consu propiedad, y más concretamente con el conflictoentre germoplasma considerado como bien común ygermoplasma susceptible de apropiación privada. Eneste conflicto tiene un papel clave la innovación tec-nológica.

El creciente valor económico del germoplasma estáasociado a los avances del conocimiento científico ytecnológico, en particular de la genética, la técnicasde hibridación y más recientemente la biologíamolecular, la ingenieria genética y en general labiotecnología. La hibridación ha permitido una ex-pansión sin precedente de la producción de alimen-tos, pero ha llevado a la creciente homogeneizaciónde cultivos que caracteriza a la agricultura contem-poránea. Esta homogeneización tiene diversas dimen-siones e implicaciones; su visión más corriente es lade los monocultivos: una o pocas variedades domi-nan sobre las demás, como en el caso norteamerica-no, pero es común prácticamente en todas las áreasagrícolas y en especial donde se ha aplicado la revo-

lución verde. La uniformidad lleva implícita una ma-yor vulnerabilidad de los cultivos, es decir, el riesgode pérdidas por epidemias o cambios ambientalesinesperados es infinitamente mayor, tanto por la ma-yor probabilidad como por la magnitud del daño po-tencial, en un cultivo genéticamente uniforme que enuno en que coinciden diversas variedades y especies.La materialización del riesgo puede alcanzar carac-teres de desastre, como en la famosa hambruna irlan-desa de 1845-1851, resultante de la pérdida de loscultivos de patatas afectados por la enfermedad. Eldesastre puede no resultar en hambruna, pero sí enalteraciones violentas de los mercados internaciona-les como en 1970, con la pérdida (debida al corn leaflight) de 15% de la cosecha de maíz norteamericano,que originó un alza del precio del maíz de 20% en elmercado internacional y pérdidas estimadas para losagricultores por 2 000 millones de dólares. Tambiénpuede ser causa de rupturas sociales importantes; porejemplo, en el caso de la ya repetidamente citadahambruna irlandesa de la patata (potato famine) nosólo murió una quinta parte de la población sino queademás una cifra similar emigró.

Un aspecto negativo de la homogeneización es elde ser una de las causas fundamentales de la erosióngenética. El concepto de conservación de varieda-des genéticas ha estado ausente en la gestión agríco-la diaria, que simplemente remplaza variedades pornuevos cultivos de más alto rendimiento, de mayorresistencia y tolerancia, o de mayor aceptación porel mercado. Así, uno de los aspectos negativos de lainnovación tecnológica en el desarrollo de cultivosde elevado rendimiento, resistencia y tolerancia, quela revolución verde tipifica, ha sido el desplazamien-to, y a veces la desaparición, de las variedades loca-les, paradójicamente aquellas que habían proporcio-nado los caracteres esenciales para los nuevoscultivos. Esta desaparición es tanto más grave si sepiensa que elimina la fuente a partir de la cual sepueden obtener nuevos rasgos que definen resisten-cias, tolerancias, productividad, contenidos nutriti-vos, sabores, apariencias, etcétera.

Para el agricultor, el atractivo de la uniformidad noreside exclusivamente en la mayor productividad, sinoen el conjunto de ventajas operativas y económicasque la acompañan y que resultan de la homogenei-

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dad de una serie de caracteres como periodo de ma-duración, tamaño del fruto, dimensión y arquitecturade la planta, etcétera. Estos rasgos facilitan la meca-nización de la actividad productiva. Está demostradoque la uniformidad de rasgos es factor decisivo paraacelerar la mecanización de las actividades de cose-cha de tomate, maíz, cebolla, remolacha, etcétera;mecanización necesaria para hacer frente a la menordisponibilidad de mano de obra rural, o para resolverproblemas sociopolíticos difíciles como el de los mi-grantes en la cosecha de tomate en California.

Es preciso desmitificar los objetivos de la hibrida-ción: su desarrollo espectacular se debe no sólo a lasventajas de productividad que pueda ofrecer, sinosobre todo a que es un buen negocio, lo cual se debeen gran medida al fenómeno de heterosis. El granocosechado de los híbridos es prácticamente inútilcomo semilla, ya que da origen a plantas de muy bajorendimiento y acentuada pérdida de uniformidad, esdecir, se pierden las dos ventajas básicas de los híbri-dos. Este hecho obliga a los agricultores a regresar,año tras año, a los proveedores de semilla híbrida, detal modo que quienes controlan la producción de unhíbrido adquieren un enorme poder, pasan en verdada disponer de un mercado totalmente cautivo. Se se-para así la producción de semillas de la producciónde granos: el agricultor deja de producir sus semillas.

El de los cultivos híbridos es además uno de aque-llos casos excepcionales en que las características dela innovación tecnológica actúan como mecanismoprotector y de control de sí misma, ya que la semillano la puede reproducir sino aquel que la produjo ori-ginariamente, al que, para preservar su poder, le bas-ta con mantener en secreto las líneas parentales y lafórmula híbrida. En otras palabras, el control y el se-creto de los linajes actúan como mecanismos de pro-tección de la propiedad de los cultivares híbridos: envez de una propiedad protegida por leyes de propie-dad intelectual, es decir, mecanismos institucionales,

se tiene un tipo de propiedad protegido por mecanis-mos genéticos. Esta situación tiene todos los visos deprevalecer, por lo menos hasta que las técnicasde mapeo genético, como la RFLP (Restriction FragmentLength Polimorphism) permitan la decodificación delos linajes de los cultivos híbridos.

[...]Desde el punto de vista de la biodiversidad, la pre-

ocupación creciente es que la apropiación privadade germoplasma con fines económicos conduzca ine-vitablemente a una intensificación de la erosióngenética. Son dos los riesgos más serios que se vis-lumbran: por un lado, un acentuado control de la pro-piedad de germoplasma por muy pocos, fundamen-talmente las transnacionales de la farmacoquímica yde la agroindustria, que no sólo ya son relativamentepocas sino que además se han ido concentrando cadavez más mediante adquisiciones o fusiones. Aun cuan-do no está demostrado que la propiedad privada degermoplasma y su concentración en pocas manos lle-ven inevitablemente a una erosión genética, hay ar-gumentos fundamentados para pensar que la racio-nalidad económica y los objetivos de maximizaciónde beneficios que orientan el quehacer de las trans-nacionales concedan prioridades a aquel germoplas-ma más rentable, en perjuicio del resto. Por otra par-te, este proceso de creciente privatización no sejustifica con el argumento de que los recursos genéticosson un bien o patrimonio común de la humanidad,en este contexto su posible apropiación por unos po-cos que disponen de medios económicos y técnicospara usarlo se visualiza como un paso más, tal vezdecisivo, hacia la concentración del poder.

El otro riesgo consiste en que la racionalidad eco-nómica del agricultor lo lleva a preferir cultivos quegaranticen elevados rendimientos; si eso implica unamayor o menor diversidad, tiene escasa prioridad ensu proceso decisional.

[...]

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Medio ambiente

e han mencionado los factores que cons-tituyen eso que ha dado en llamarse elmedio ambiente y que algunos biólogosno exentos de inclinaciones literarias hancalificado como el escenario de la vida.

Pero resulta oportuno insistir y ampliar lo dicho por-que, en verdad, nos encontramos ante un tema de com-plejidad casi insondable. Me importa hacer hincapiéen el hecho de que el medio ambiente no es una enti-dad estática, sino algo que cambia continuamente. Yaquí hago la advertencia de que conscientementehe evitado la utilización de la palabra evolucionaporque es éste un término que, a mi juicio, lleva im-plícita la idea de progreso y no sería aventurado afir-mar los cambios geológicos experimentados pornuestro planeta no siempre pueden visualizarse comoprogresivos o ascendentes, sino como una serie deavances y retrocesos más o menos fortuitos.

[...]...además de los factores químicos y físicos, el me-

dio que rodea a un organismo está inevitablementeconstituido por otros organismos que, según los ca-sos, establecen relaciones de muy diversa índole:

1. La modalidad de ayuda o protección que puededarse entre los miembros de una misma población(como los lobos que cazan en manada) o entre po-blaciones distintas (una abeja poliniza a una planta).

2. Las relaciones que se establecen entre el depreda-dor y la presa (como el león y la cebra o la hembra y elmacho de la viuda negra) o entre el parásito y el hués-ped (las garrapatas que succionan la sangre de una res,las tenias que viven en el intestino del cerdo o en el deciertas señoritas dispuestas a todo antes de engordar).

3. Las relaciones de competencia que existen en-tre dos poblaciones distintas (por ejemplo sapos ymurciélagos que se alimentan de los mismos insec-tos) o entre individuos de una población (dos ciervossostienen un duelo por una hembra o tres hienas ri-ñen por un pedazo de carroña).

[...]

El ecosistema

Si consideramos que ecosistema suele definirse comouna compleja trama formada por la suma total de ele-mentos físicos y seres vivos que actúan recíprocamen-te, podría admitirse que la biosfera —o sea el espaciodel planeta que está habitado por seres vivos— es uninmenso ecosistema, un superecosistema. Pero cuan-do hablamos de ecosistemas nos referimos a aquellosque, sumados, constituyen la biosfera; a unidades fun-damentales que, como un bosque, un estanque o unrío, son comunidades cuyos elementos físicos y bio-lógicos tienen entre sí una interacción constante, ocu-pan un área determinada y, considerados en conjun-to, guardan una independencia relativa y una afinidadconsiderable. Es indudable que los organismos delbosque y el medio físico en el que están asentadosinteractúan con especial intensidad, lo cual conducea una suerte de independencia que les da la jerarquíade ecosistema.

Elementos del ecosistema

Conviene hacer hincapié en dos entidades que, porser las partes integrantes del ecosistema, resultan deespecial importancia para el ecólogo: a) los organis-mos del ecosistema, que constituyen lo que se llama

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El título es del editor y reúne varios apartados de Federico Arana, “Qué es la ecología”, en Ecología para principiantes, México, Trillas, 1982,pp. 18-33.

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Qué es un ecosistema

Federico Arana

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biocenosis; b) el medio físico en que se asientan talesorganismos, al cual se conoce con el nombre debiotopo (biotopo = lugar de la vida).

Los organismos del ecosistemaLos organismos del ecosistema o biocenosis puedendividirse en tres grandes grupos: productores, consu-midores y descomponedores.

PlantasSalvo raras excepciones, los integrantes del reino plan-tas (que no es lo mismo que reino vegetal) utilizan laenergía radiante del Sol para transformar el agua, cier-tas sales y el dióxido de carbono en sustancias orgá-nicas que, tarde o temprano, servirán de alimento nosólo a ellas, sino también a los restantes organismosque habitan el planeta. La capacidad para realizar taltransformación (que no es otra cosa que la fotosínte-sis) determina que el grupo de organismos que nosocupa reciban el nombre de productores.

No está de más señalar que existe también otro tipode productores, que son las bacterias quimiosintéticas.Éstas se caracterizan por sintetizar moléculas orgáni-cas y obtener energía a partir de sustancias inorgánicas.Aunque su aportación para los intercambios de ener-gía en el ecosistema es escasa, las bacteriasquimiosintéticas resultan importantes desde el puntode vista del abastecimiento de ciertas sales esenciales.

AnimalesLa subsistencia de todos los animales depende de lasplantas, de los productores; de ahí que los animalesreciban el nombre de consumidores. Cuando la de-pendencia es directa, esto es, cuando el animal sealimenta directamente de plantas (como una jirafa quecome hojas de los árboles), decimos que el consumi-dor es de tipo primario. Pero si el animal en cuestiónes carnívoro (como el león que caza a la jirafa) en-tonces resulta que el consumidor es secundario. So-bra decir que la criatura que sigue en la cadena seríaun consumidor terciario. Aquí es donde se nota quehe seleccionado un mal ejemplo porque ¿quién va acomerse al león? Bueno, podríamos forzar el asunto eimaginar a un cazador perdido en el África misterio-sa. Lleva cuatro días sin comer y en su fusil no le que-da más que un tiro. En eso descubre a un suculento

antílope que bebe despreocupadamente a la orilla delrío; contiene el aliento, apunta con cuidado y, cuan-do está a punto de disparar, aparece un león que re-sulta bastante amenazador y que, por lo visto, estáaburrido de comer jirafas. El cazador ha perdido laoportunidad de elegir, de modo que busca el puntopreciso, dispara y el temible felino se desploma mor-talmente herido. Desesperado a causa de la situación,el cazador corta una pata a su presa y, haciendo detripas corazón, decide poner en práctica un dichopopular que siempre estaba en boca de su madre: loque no mata engorda. Durante un buen rato comepequeños trozos de carne cruda que va recortandocon un cuchillo. “Me he convertido en un consumi-dor terciario”, piensa mientras busca ramas secas. En-tonces se propone encender una hoguera que podríaservirle no sólo para ablandar un poco la carne, sinotambién para mantener alejados a los leopardos y pan-teras que, sin duda, merodearían por la noche y po-drían, en un descuido, convertirse en consumidorescuaternarios.

Organismos descomponedoresEl que escribe tiene que confesar que, de haber teni-do la oportunidad, a él le hubiera gustado más utili-zar la palabra destruidores, destructores, desintegra-dores o desbaratadores. Pero cuando se llega tarde ala ecología no hay más remedio que aceptar las re-glas del juego.

Pues resulta que, afortunadamente, la naturalezaestá llena de los famosos descomponedores. Y digoafortunadamente porque, si no fuera por ellos, los ca-dáveres se amontonarían hasta que se terminaran losnutrimentos básicos y ese sería el fin de la vida. Losdescomponedores, pues, no sólo eliminan los cadá-veres al ir desintegrando el protoplasma muerto, sinoque completan los ciclos de materia y energía en elecosistema. Claro que, a lo largo de la historia de lavida, ha habido rarísimas ocasiones en que ocurre elhecho asombroso y altamente improbable, de que unorganismo muera y no se descomponga, sinoque quede congelado, incluido en ámbar, o que susátomos sean sustituidos uno a uno por alguna sustan-cia mineral, etcétera. Cuando tales rarezas ocurren seproduce el fenómeno conocido como fosilización oformación de fósiles, fenómeno que, para el biólogo,

Qué es un ecosistema○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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se ha traducido en la oportunidad de estudiar la vidadel pasado, pero que si ocurriera en forma generali-zada y continua, habría significado el fin de la vidaen la Tierra.

Existen dos tipos fundamentales de descompo-nedores: los saprozoos y los saprofitos.

Saprozoos. Son animales que se alimentan de ca-rroña, de materias corrompidas, de restos y excrecio-nes de animales y vegetales. Las moscas son un ejem-plo muy conocido de este tipo de organismos, puesen estado larvario se alimentan de la carne en des-composición.

Saprofitos. Más que nada se trata de bacterias yhongos que obtienen materia orgánica de los cadáve-res y, en general, de restos orgánicos de cualquier ín-dole. Los saprofitos cumplen un papel importantísimoporque, además de su contribución decisiva en la eli-minación de cadáveres, reintegran al medio físico unaserie de elementos y compuestos que son indispensa-bles para la reiniciación de nuevos ciclos de vida.

Nicho ecológicoEs indudable que saber si un organismo es produc-tor, consumidor o descomponedor nos brinda unainformación valiosa, pero insuficiente. Porque alecólogo ocupado en el estudio de un ecosistema leinteresa saber de qué se alimenta cada especie, conqué otras especies compite por alimento, agua, es-pacio, etcétera, a qué organismos beneficia y a quéespecies perjudica. Averiguar todos estos datos sirvepara establecer el nicho ecológico de la especie es-tudiada.

A pesar de que, en lenguaje cotidiano, un nicho esuna concavidad formada en un muro o en la rocapara colocar algo, en ecología un nicho es algo muydistinto. Cuando el biólogo habla de un nicho se re-fiere al papel que desempeña un organismo determi-nado en la comunidad biótica. Con esto es fácil darsecuenta de que dos o más organismos pueden vivir enel mismo hábitat1 y ocupar nichos ecológicos dife-rentes. Una charca, por ejemplo, es un hábitat dondepueden habitar ciertas algas y protozoarios que se ali-mentan de ellas, pero salta a la vista que el nicho queocupan unas y otros es muy distinto.

Por otra parte no es extraño que dos especies dis-tintas ocupen no sólo el mismo hábitat sino tambiénel mismo nicho ecológico. Sin embargo, tal situaciónno suele ser muy duradera porque normalmente cul-minaría con la mejor adaptación de una de las espe-cies y la extinción de la otra.

Considerando todo lo anterior, podríamos definirun nicho ecológico como el papel que desempeñauna especie que tiene fuentes alimenticias determi-nadas y que, a su vez, es utilizada como alimento porotras especies y actúa de manera peculiar sobre elmedio y los organismos que coexisten con ella.

Especie y poblaciónEl concepto de especie plantea un problema crucialal biólogo moderno, puesto que no existe una defini-ción absoluta. Sin embargo, se conocen múltiples in-tentos para delimitar el alcance de tan imprescindi-ble concepto. He aquí uno de los más aceptados:

Especie es un grupo de organismos con caracterís-ticas morfológicas, fisiológicas, de comportamien-to y bioquímicas comunes; que son interfecundosy capaces de tener descendencia fértil.

La imperfección de tal definición estriba en queabundan los organismos inferiores que no se repro-ducen sexualmente y no pierden por ello el derechoa ser clasificados dentro de tal o cual especie. Ade-más se han reportado casos de plantas y animales que,a pesar de vivir en localidades distintas, han sido cla-sificados como variedades no interfecundas de la mis-ma especie. Para colmo (y conste que la siguiente esuna objeción mínima) parece ser que, gracias a unacomplicada serie de selecciones y cruzamientos, yase ha logrado cruzar asnos y yeguas para producirmulas fértiles. El caso es que, tratándose de la unidadde clasificación para los seres vivos, tan necesario esvalerse de una definición de especie como conocersus limitaciones.

[Por otra parte] conviene señalar que las poblacio-nes se definen como grupos de organismos de unaespecie determinada. Cada especie está integrada,pues, por una o varias poblaciones.

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1 Hábitat es el lugar donde habita un organismo.

El planeta Tierra ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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Límites y extensión del ecosistemaExisten ecosistemas artificiales cuyos límites son muyprecisos; tal es el caso de un acuario o uno de esosbotellones en donde se cultivan plantitas diversas. Perolos ecosistemas naturales nunca suelen estar tan biendelimitados. Y no es difícil notar que, en sus límites,las características que les son propias van cambiandogradualmente, estableciéndose así amplias zonas detransición. Resultado de este fenómeno es que elecólogo determine artificiosa y arbitrariamente los lí-mites de su campo de estudio de acuerdo con las ne-cesidades planteadas por el problema que intenta re-solver. Es preciso no olvidarlo: por mucho que lo queel ecólogo denomina ecosistema está basado en enti-dades reales, nos encontramos ante una abstracción,ante un modelo, ante un esquema conceptual.

También es importante anotar que, por lo general,cualquier ecosistema recibe influencias múltiples deotros ecosistemas. Baste mencionar como ejemplo losincontables organismos que pasan las primeras eta-pas de su existencia en un estanque, para irse luego avivir entre los arbustos del campo. Otro tanto ocurrecon las fieras que hacen su vida en la selva y por lanoche se aventuran a abrevar en las orillas de un lago.

La extensión del ecosistema es enormemente va-riable. Incluye todas las gamas comprendidas entre10 millones de kilómetros cuadrados (que tal es laextensión del desierto del Sahara) y cinco centíme-tros cuadrados (que bien pudiera ser la extensión deuna pequeña charca). En efecto, la variedad de losecosistemas del planeta es amplísima y no sólo porsus dimensiones, sino también por el hecho de quesean crecientes o culminantes, terrestres o acuáticos,abundante o escasamente diversificados (en cuantoal número de distintas poblaciones que viven enellos).

DiversidadSe calcula que en nuestro planeta (el que escribe seapresura a aclarar que, consciente de la sabiduría queentraña esa frase de que el mundo es ancho y ajeno,ha utilizado la frase nuestro planeta por simple pruri-to de anteponer la comodidad al rigor) habitan entredos y cuatro y medio millones de especies distintas

de organismos y, a pesar de la existencia de un núme-ro considerable de especies cosmopolitas,2 la mayo-ría de ellas están confinadas en ciertos ecosistemasexclusivos.

Ya se ha dicho que la diversidad de un ecosistemaes variable, lo cual equivale a decir que su compleji-dad estructural puede resultar poca, mucha o cual-quiera de los grados intermedios que existen entre talesextremos. Suele admitirse que la estabilidad de unecosistema está en proporción directa de su comple-jidad, pues las posibilidades de regulación (de ho-meostasis) dependen del grado de organización. Unecosistema muy diversificado es el que alberga a po-cos individuos de muchas especies distintas, en tantoque la diversificación puede ser casi nula cuando enél se encuentran muchos individuos pertenecientes aunas cuantas especies.

Los estudios realizados indican que cuanto másclases distintas de organismos tenga un ecosistema,tanto más eficiente será para la captación de energíasolar así como para su flujo y sucesivas transforma-ciones en el interior del sistema...

[...]

Explotación del ecosistemaEl hombre se ha convertido en el factor más influyen-te de la estructura del ecosistema, y su influencia vadesde la simple disminución en el número de indivi-duos de ciertas poblaciones, hasta la destrucción tem-poral del ecosistema original. Ejemplo de esto últimoes un fenómeno muy corriente en las zonas tropica-les de nuestro país y que consiste en la devastación odesmonte de la selva para sembrar maíz. Ya tendre-mos ocasión de referirnos a las consecuencias de tanfunesta práctica. Por ahora baste señalar que la trans-formación de un ecosistema natural en un cultivoconstituye, desde el punto de vista de los factores bio-lógicos, una simplificación radical en cuanto a diver-sidad (lo cual significa una disminución de la estabi-lidad) y un aumento de la productividad.

Cuando el cultivo en cuestión es abandonado (cosaque ocurre con frecuencia en las zonas selváticas) lacomunidad comienza un proceso seriado de recons-trucción que no es otra cosa que una sucesión secun-

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2 Una especie cosmopolita es la que se encuentra viviendo en cualquier parte.

Qué es un ecosistema○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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daria y que, desafortunadamente, suele requerir mu-chos cientos de años para su culminación. Pero seríainjusto dar la impresión de que invariablemente elhombre destruye o sobreexplota los ecosistemas. Dehecho, en el mundo abundan muestras de explota-ciones racionales que resultan incluso estimulantes ybenéficas para el ecosistema. El secreto está en estu-diar concienzudamente los problemas ecológicos paraluego planificar y realizar una explotación controla-da que busque no la obtención de excesivos benefi-cios en poco tiempo, sino el rendimiento sostenido yperdurable. Félix de Samaniego lo dijo con muchagracia:

¡Cuántos hay que teniendo lo bastante,Enriquecerse quieren al instante,Abrazando proyectos,A veces de tan rápidos efectos,Que sólo en unos meses,Cuando se contemplaban ya marqueses,Contando sus millones,Se vieron en la calle sin calzones!

Huelga decir que todo intento de explotación ra-cional de cualquier recurso es en vano si no va acom-pañado de una regulación adecuada de la poblaciónhumana.

UNIDAD 2

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En esta unidad se incluyen materiales que trascienden la visión estrictamente ecológica del medio. Lostextos abordan el tránsito hacia nuevos modelos de desarrollo y aprovechamiento de los recursosnaturales e incorporan experiencias de algunos grupos sociales que mantienen una relación más armónicacon la naturaleza.

La relación entrela sociedad y la naturaleza

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as cinco actividades primarias que, demanera relevante, están deteriorando losecosistemas son: la agricultura, la explota-ción forestal, la ganadería extensiva juntocon el pastoreo, la porcicultura y la pesca.

Según cifras del Informe Bienal de Ecología y Me-dio Ambiente 1990, las superficies en producciónagrícola de riego y temporal, correspondientes a losaños 1982, 1985 y 1990 fueron, respectivamente, de19.3, 20.6 y 22.9 millones de hectáreas, de acuerdocon la información del Plan Nacional Hidráulico. Encuanto a cultivos de riego, éstos generaron aguasresiduales que constituyen una fuente de contami-nación por arrastre de agroquímicos, con un impactocreciente en los cuerpos de agua en proceso deeutroficación. De acuerdo con el informe citado,esas aguas residuales son estimadas anualmentecomo sigue.

1980: 8 056.8 millones de m3

1990: 8 345.0 millones de m3

Extrapolando a futuro estas estimaciones, para elaño 2000, las aguas residuales ascenderán a 11 085.0millones de m3.

Aún más: en una arista distinta del problema, la ac-tividad agrícola, al utilizar el suelo y el agua de losecosistemas naturales, muchas veces de modo indis-criminado y exhaustivo, ocasiona la extinción de es-pecies vegetales y animales, y modifica las relacionesecológicas originales. Esto da como resultado unecosistema artificial, en el cual fueron alterados los ci-clos del agua y de los nutrimentos al tiempo que lascadenas tróficas. Al desaparecer ciertas plantas e in-sectos que en el ecosistema original funcionaban como

predadores —o en competencia con el resto de las es-pecies—, otras de ellas comienzan a proliferar y com-piten alimentariamente con los propios cultivos, lo cualobliga a aplicar agroquímicos diversos para obtenerun relativo equilibrio dentro del ecosistema artificial.Dicho de otra manera, éste se vuelve dependiente dela acción humana para su manejo y mantenimiento.Algunos datos muestran que de 1970 a 1989, en Méxi-co hubo un incremento de 218% de fertilizantes quí-micos por hectárea, por sólo un aumento de 68% derendimiento por hectárea de trigo o arroz.

La actividad forestal, por otra parte, ha venido de-sarrollándose de una forma que ocasiona la modifi-cación del ciclo hidrológico debido, principalmente,a la transformación de la cubierta vegetal original. Lapérdida de la vegetación, además de la destruccióndel hábitat de la flora y la fauna silvestres, incrementael escurrimiento, disminuye la infiltración y puedealterar ciertos fenómenos climáticos. Ello producecambios en la recarga de acuíferos, aparición de inun-daciones catastróficas, reducción de humedad en lasladeras (lo cual favorece la aparición de incendiosforestales), cambios en la dinámica geomorfológicay, por supuesto, erosión, el más severo problemaecológico del país.

El aprovechamiento forestal ha sido proclive a laexplotación de unas cuantas especies de alta estimaeconómica, como son las maderas llamadas precio-sas (caoba, cedro rojo, guanacaste, ceiba, entre otros)y las coníferas (pino, oyamel, cedro blanco, ciprés,encino, etcétera). El 80% de la madera proviene de laexplotación de especies de pino extraídas de Durango,Chihuahua, Michoacán y Jalisco.

Basar la producción maderable prácticamente sóloen el pino ha sido causa de un deterioro de las zonas

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Édgar Javier González Gaudiano, “Actividades primarias”, en Elementos estratégicos para el desarrollo de la educación ambiental en México, México,Instituto Nacional de Ecología (INE), 1994, pp. 31-33.

Efectos negativos

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de las actividades primarias

Édgar Javier González Gaudiano

La relación entre la sociedad y la naturaleza ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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templadas. Esta sobreexplotación de los bosques depino contrasta con el desperdicio de recursos made-rables de las zonas tropicales. En las selvas, a pesarde que se tumban centenares de hectáreas para con-vertirse primero en campos agrícolas y después enpotreros, la madera no es utilizada más que para elautoconsumo, el resto por lo general se quema. Sólolas maderas tropicales preciosas tienen demanda yun mercado establecido. Durante décadas han sidoextraídas sin preocuparse de su capacidad regenera-tiva. Por ello casi se han agotado, afectando no sóloel hábitat que ocupan, sino la intrincada cadena tróficade la cual forman parte. Tal es el caso de la caoba,que en la selva lacandona constituía un recurso abun-dante en el pasado.

Otra forma de explotación forestal es la de los pro-ductos no maderables como las resinas, fibras, rizo-mas, ceras y gomas, entre otros, la mayoría de las cua-les se exportan como materias primas, pero la falta deregulación de la explotación de los recursos no made-rables, también ha causado daños a los ecosistemas.Ejemplos conocidos son el tráfico que existe con lapalma Chamaedorea, componente del sotobosque delas selvas tropicales, que por millares es vendida dia-riamente en la clandestinidad, o la sobreexplotaciónde la candelilla.

Para 1989 se estimó que México había perdido yamás de 95% de sus selvas húmedas; más de la mitadde sus selvas bajas; más de dos terceras partes de susbosques mesófilos y una significativa proporción desus humedales. Veracruz, Campeche, Chiapas y Tabas-co se convierten rápidamente en un enorme potrero.En el norte del país, donde está concentrada la mayorcantidad de ganado vacuno, el problema es diferen-te. La ganadería se establece en los ecosistemas natu-rales, generalmente matorrales. La superficie que unavaca requiere para alimentarse en estas condicionespuede llegar a ser de 20 a 40 hectáreas. Esto, dado lascaracterísticas de la legislación que establece comopequeña propiedad ganadera aquella que sea nece-saria para sostener a 500 cabezas de ganado, propi-cia la reconcentración de tierras en neolatifundios dehasta 20 o 25 mil hectáreas. En contraste, la mayoríade los campesinos sólo cuentan con una hectárea paracultivar (Carabias, 1988). Un informe más detalladosobre la ganadería y su impacto ambiental indica que:

Más del 50% del territorio nacional (100 millonesde hectáreas) está dedicado a la ganadería bovina delibre pastoreo. Alrededor de 37 millones de cabe-zas de ganado vacuno, que producen un millónde toneladas de carne, han ocupado 90% de lasselvas tropicales, 25% del trópico, 80% de las zo-nas áridas y semiáridas y 20% de las templadas.Se establecen incluso en terrenos con potenciali-dad agrícola. Es una práctica productiva pocotecnificada e ineficiente y derrochadora de recur-sos naturales, aunque económicamente muy ren-table. La rentabilidad se ha logrado a costa de losambientes naturales.

Resumiendo, puede decirse que la ganadería ex-tensiva, por un lado, es un serio problema ecológicoque destruye sistemas naturales y desperdicia dece-nas de especies útiles que podrían aprovecharse y,por otro, genera un importante problema social queprofundiza las desigualdades de los productores delcampo.

En una perspectiva complementaria, es importan-te mencionar que la actividad agrícola para produciralimento para la ganadería intensiva ha venido ocu-pando una cada vez mayor superficie. La alfalfa, lacebada, los pastos y el sorgo ocupan 75 y 70 por cientode los terrenos dedicados a cultivos de ciclo corto yperennes, respectivamente. Si se remite esta activi-dad a la situación que guarda en las distintas regionesecológicas, encontramos que la superficie requeridapara alimentar una cabeza de ganado (índice deagostadero) en las áreas tropicales cálido-húmedas esde 0.8 hectáreas; pero se necesitan hasta 70 hectá-reas aproximadamente en las porciones más secas delpaís. Tal situación se agudiza debido a que la bancapública otorgó prioridad en sus créditos y financia-miento, a principios de los años ochenta, a la agricul-tura de ciclo corto y cultivos perennes, aportando 76%del total de recursos económicos que se canalizaron,en gran medida, a la producción de alimento paraganado.

[Consecuentemente], la superficie dedicada a loscultivos básicos se ha estancado en las últimas tresdécadas. Su incremento fue de 31%. Sin embargo,los cultivos destinados al consumo animal crecie-

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ron 1000%, ocupando incluso importantes exten-siones maiceras en áreas de temporal. En los dosprimeros años de esta década se presentó una im-portante revitalización de la superficie destinada agranos básicos, como consecuencia de las políti-cas del Sistema Alimentario Mexicano, tendenciaque no se ha mantenido en el resto de la década...Esta forma de desarrollo del campo mexicano haprovocado una fuerte polarización del campesina-do. Por un lado una agricultura económicamentedinámica, basada en el capital, dedicada princi-palmente a los cultivos comerciales, de exporta-ción y a los alimentos balanceados para la gana-dería, ocupa las mejores tierras agrícolas y utilizauna tecnología costosa económica y energética-mente... En el otro extremo, encontramos una agri-cultura marginada, productora principal de los ali-mentos que demanda el mercado nacional, detemporal, con escaso apoyo económico, técnico yde infraestructura, con gran heterogeneidad de prác-ticas productivas y de ambientes naturales, situadaen las regiones más pobres del país, donde se loca-lizan los asentamientos indígenas (Carabias, 1990).

En cuanto a la porcicultura, si bien no se cuentacon información suficiente acerca del consumo deagua que implica, ni de la generación de aguasresiduales, hay datos que aportan pistas sobre lasmagnitudes de la contaminación producida. En la zonade La Piedad, Michoacán, se ha observado que seutilizan de 10 a 15 litros de agua por kilogramo deestiércol y que, en promedio, se generan 2 kg de ex-cremento por cabeza cada día, considerando un pesopromedio de los cerdos de la granja de 70 kg.

La actividad de la crianza porcina representa ac-tualmente un aspecto crítico de deterioro ambiental ysanitario en las regiones donde se practica, debido ala agresividad de sus desechos, al escaso o nulo trata-miento que reciben y a la inadecuada disposición fi-nal de los mismos. Se han realizado y se realizan gran-des esfuerzos por resolver este problema.

La producción de ganado porcino se desarrolla,preponderantemente, en los estados de Guanajuato,Jalisco, México, Michoacán, Sonora y Veracruz, obser-vándose un crecimiento constante en la producción.En forma específica, el corredor comprendido entrelas poblaciones de Abasolo, Guanajuato y La Piedad,Michoacán, se ha caracterizado por ser el lugar demayor incidencia, a nivel nacional, en la generaciónde contaminantes por esta actividad.

Por último, la pesca representa una industria quese ha desarrollado en relativamente poco tiempo, dadala riqueza acuática del país, toda vez que, en la actua-lidad, México se encuentra entre los primeros 17 paí-ses pesqueros, con una producción aproximada de1 574 000 toneladas en el periodo noviembre 1989-octubre 1990. A este desarrollo ha contribuido de unamanera cada vez más evidente la acuacultura, la cualaportó 179 000 toneladas en el mismo periodo.

Por otra parte, las 2 239 embarcaciones con redesde arrastre, especialmente las camaroneras, hacen unbarrido en el fondo del mar, acarreando muchas es-pecies no deseadas por la tripulación que son devuel-tas al mar, por lo general ya sin vida —delfines, tortu-gas marinas, fauna de acompañamiento del camarón,etcétera. Ante este tipo de deficiencias de la actividadpesquera, a mediados de 1990, el Instituto Nacionalde la Pesca inició estudios con miras a corregirlas.

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l caso del auge ganadero costarricensees representativo de un proceso que si-guió pautas similares en muchos paísesde la región. Tratándose de un país dereducidas dimensiones, con una tradi-

ción campesina vigorosa, se podría esperar que cual-quier expansión ganadera tuviera lugar más bien enrégimen intensivo. No sucedió así en Costa Rica. Laganadería ocupaba al final de los años setenta la mi-tad del espacio agroproductivo nacional, pero apor-taba sólo 20% del valor de la producción agropecuariadel país.1 En Costa Rica, como en cualquiera de losdemás países de la región, la consolidación de gran-des propiedades ganaderas está determinada por laconcentración de la tenencia de la tierra y por la pre-ferencia otorgada a la ganadería por parte del sectorpúblico y, más específicamente, de las institucionesoficiales de crédito rural.

Además de las consecuencias ambientales que sereseñarán, la expansión de la ganadería extensiva haconllevado graves efectos sociales: baja generaciónde empleos y disminución de la producción de ali-mentos básicos. En 1973, la ganadería daba ocupa-ción en Costa Rica a tan sólo 17.5% del sector prima-rio de la población económicamente activa, cifra quecontrasta con 76.6% que trabajaba en la agricultura.El contraste es todavía más acusado en lo relativo a lageneración de empleo por unidad de espacio: 47 hec-táreas por trabajador en la ganadería, mientras en laagricultura bastaban tan sólo tres hectáreas para darocupación a un trabajador.

La unidad de producción ganadera más redituableera la que se basaba en la utilización más despilfa-

rradora del espacio. En estas condiciones, a partir de1950, la provincia de Guanacaste se vinculó al mer-cado estadounidense de carne de vacuno, que llegóa representar en los años setenta 28% del consumomundial de este producto. El país contó para ello consustanciosos créditos del Banco Interamericano de De-sarrollo, que, para desgracia de los campesinos cos-tarricenses, ejercieron un efecto orientador sobre eldesarrollo agroproductivo del país. Como ocurrió entodos los demás países de la región que conocieronauges de la ganadería tropical extensiva, en Costa Ricalos ganaderos constituyeron poderosos grupos de pre-sión, cuya influencia guardó escasa proporción consu relevancia económica real y su capacidad de ge-neración de empleo.

La vinculación al mercado internacional de carnede vacuno transformó por completo las perspectivas deuso del suelo nacional, pero no modificó en forma drás-tica la estructura de las exportaciones: la carne de va-cuno representó tan sólo entre 5 y 10% de las exporta-ciones totales del país en el periodo comprendido entre1966 y 1980.

En el conjunto de la región, y dejando aparte lasdeterminaciones legales antes mencionadas, el augeganadero regional de las últimas décadas ha obede-cido a un conjunto de factores económicos que sepueden sintetizar como sigue:

a) La introducción de ganado exige un reducidonivel de inversión, sobre todo cuando la explotaciónse plantea en régimen extensivo. Se trata además deuna inversión flexible, exenta de elevados umbralesmínimos, accesible incluso para pequeños ahorrado-res. Si no se persigue una intensificación de la pro-

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PNUMA-MOPU y Agencia Española de Cooperación Internacional, “Costa Rica: un auge ganadero en un contexto campesino”, en Desarrollo ymedio ambiente en América Latina y el Caribe. Una visión evolutiva, Madrid, MOPU, 1990, pp. 132-133.1 Véase M. Edelman, “Extensive Land Use and the Logic of the Latifundio: A Case Study in Guanacaste Province, Costa Rica”, en Human Ecology,vol. 13, núm. 2, 1985, pp. 153-185.

Costa Rica: un auge ganadero

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en un contexto campesino

PNUMA-MOPU y Agencia Española de Cooperación Internacional

La relación entre la sociedad y la naturaleza ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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ducción pecuaria, la tecnología requerida resulta bas-tante simple y asequible aunque ineficiente.

b) La ganadería extensiva ha presentado una redi-tuabilidad promedio muy alta, siempre que se tratede muy grandes explotaciones. La demanda efecti-va de productos pecuarios, tanto nacional como in-ternacional, no dejó de crecer entre 1950 y 1980, ylos precios del mercado resultaron por lo generalmuy atractivos para los productores, por lo menoshasta el desencadenamiento de la crisis actual.

c) Resulta fácil transformar en dinero el producto.El valor por unidad de peso es elevado, por lo que noinciden demasiado los costos de transporte. Para elpequeño productor rural, una cabeza de ganado esdinero con patas. Se habla en este sentido de una ga-nadería de alcancía.

d) Por si no bastara la alta redituabilidad de estaactividad, el Estado ha tendido a promover y subsidiarla producción pecuaria, incluso más allá de lo razo-nable. Los créditos tanto oficiales como privados sehan podido obtener con mucha mayor facilidad parala ganadería bovina que para la agricultura. El auge

ganadero ha obedecido así a políticas estatales muyefectivas, aunque no siempre explícitas, ni basadasen un consenso nacional.

Como proceso agente de cambio, la expansiónde la frontera pecuaria en zonas tropicales se ha aso-ciado con frecuencia a algunas actividades agríco-las. Los campesinos lugareños han aportado a vecessu mano de obra para el desmonte, a cambio de lautilización del área desmontada durante los dos otres ciclos agrícolas que permite la fugaz mejoría delas condiciones de fertilidad del suelo después de laquema. Ha sido muy común en la región un breveuso agrícola de terrenos cuyo destino final era ga-nadero. Entre los pequeños productores se planteacon frecuencia una complementación entre las ac-tividades ganaderas y las agrícolas, aunque en estemedio no se suelen producir grandes excedentes.Esta complementación agrícola-pecuaria desapare-ce en cambio por completo en el caso de los gran-des productores en régimen extensivo, para quie-nes la actividad ganadera ha representado unamáxima redituabilidad.

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s el sector industrial el que genera volú-menes más significativos de la contami-nación de agua y suelo y, en menor pro-porción actualmente, del aire. Porconsecuencia, en esta parte se conside-

rarán solamente los giros industriales que, de acuer-do con informaciones técnicas y científicas, contri-buyen mayoritariamente al deterioro del medioambiente.

El sector industrial, según los índices de extracción(captación), consumo y contaminación de agua, seha clasificado en 39 grupos, de los cuales nueve sonlos que mayor cantidad de aguas residuales produ-cen: azúcar, química en general, papel y celulosa,petróleo, bebidas, textiles, siderúrgica, eléctrica y ali-mentos. En conjunto, estos nueve grupos arrojan81.7% del total de aguas residuales de origen indus-trial. Sólo los dos primeros representan 59.8% del to-tal (Conade, 1992).

En cuanto a la generación de residuos sólidos, elsector industrial genera 370 000 t diariamente. De estetotal, según cifras consignadas en el Informe Generalde Ecología (Sedue-Conade, 1988) 8 219 t/día (tresmillones anuales) fueron considerados de naturalezapeligrosa. No obstante, otras fuentes (Sedue-PNPMA,1990-1994; Conade, 1992) consideran cantidades en-tre 13 000 y 14 000 t/día de residuos sólidos peligro-sos. El Programa Nacional de Protección al Medio Am-biente 1990-1994, por ejemplo, menciona que laexplotación minera genera más de 90% de los resi-duos en todo el país, lo que representa 120 millonesde t/año (328 767 t/día), algunos de ellos francamen-te peligrosos por su alto contenido de metales pesa-dos. Por su parte, los procesos siderúrgicos y de fun-dición de chatarra producen además polvos y lodos

que contienen metales pesados, como cromo, plomoy cadmio, entre otros. Un gran número de estas indus-trias depositan sus residuos en terrenos baldíos y ba-sureros municipales.

Datos de la Fundación Universo Veintiuno seña-lan que este problema se encuentra tan sin controlque 49% de los desechos municipales se tiran a cieloabierto, 35% en lotes baldíos y carreteras y sólo elrestante 16% se trata o confina en rellenos sanitariosy plantas de recuperación e industrialización de ma-teriales. De estas últimas, únicamente se han cons-truido cinco que operan en San Juan de Aragón, D.F.;Zapopan y Tonalá, Jalisco; Monterrey y Oaxaca, conuna capacidad instalada total de 2 070 t/día. Canti-dad insignificante, en virtud de las cifras preceden-tes, y cuando se estima que se producen alrededor de693 g/hab/día de desechos; proceso en que reciente-mente se ha observado un incremento de desperdi-cios de origen industrializado como papel, plásticosdiversos y vidrio.

Por otra parte y a diferencia de los contaminantesorgánicos, el plomo no se degrada biológica ni quí-micamente en la naturaleza. De allí que la presenciade este metal en el organismo humano o en plantas yanimales, en niveles que rebasen lo índices normalesde absorción y concentración estipulados como tole-rables, sean motivo de preocupación mundial. En elcaso de México, un estudio difundido por el Grupode los Cien (El Día, 29 de mayo de 1991) indica queprobablemente los niños del Distrito Federal alber-gan en su organismo cantidades peligrosamente su-periores a las estipuladas por la Organización Mun-dial de la Salud. El estudio en cuestión fue realizado,por una parte, en el Hospital Infantil de México, y porla otra es resultado de investigaciones llevadas a cabo

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Édgar Javier González Gaudiano, “Actividades secundarias”, en Elementos estratégicos para el desarrollo de la educación ambiental en México,México, INE, 1994, pp. 33-36.

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Actividades secundarias

Édgar Javier González Gaudiano

La relación entre la sociedad y la naturaleza ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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por la química Hilda Muñoz y los doctores Palazuelosy Hernández. El plomo interviene en procesos indus-triales muy diversos (pigmentos para pinturas, combus-tibles para motores, soldadura de latas para envasarjugos, chiles y otros, fabricación de lápices, etcétera).Aunque actualmente las autoridades están imponien-do mayores restricciones para disminuir, en lo posible,la utilización del plomo (en la gasolina y en la fabrica-ción de tuberías y latas), las poblaciones urbanas y lasque habitan zonas periféricas a las industrias, presen-tan concentraciones elevadas de plomo en la sangre,debido a la inhalación de humos y a la ingestión departículas contenidas en el agua y en los alimentos.

Otro motivo de preocupación, en cuanto a riesgospara la salud ocasionados por los procesos industria-les, es el reportado por Iván Restrepo (1991) atinenteal alto grado de contaminación por asbesto que pre-sentan las ciudades fronterizas de Mexicali, CiudadJuárez, Chihuahua, Hermosillo y Piedras Negras, enlas que frecuentemente se utilizan tanques de este peli-groso material para almacenar agua.

Un estudio de dos investigadores de la Universi-dad de Amsterdam revela que 350 colonias de laciudad de Chihuahua, donde habitan 450 000 perso-nas cuentan con tubería de asbesto, mientras 80%de las viviendas de Mexicali disponen de tanques dealmacenamiento de agua fabricados con dichomaterial, sobradamente reconocido por su poten-cial carcinógeno. En tanto se reveló que tambos de200 litros utilizados por las maquiladoras para al-macenar sustancias tóxicas y peligrosas, como plo-mo y sulfato, posteriormente los utiliza la gente paraguardar agua que luego les sirve para preparar ali-mentos y otros usos caseros. Ello provoca un lentoenvenenamiento que empieza a manifestarse encasos de leucemia, sobre todo en niños.

Por otra parte, los agroquímicos representan otraimportante fuente de contaminación ambiental. Losfertilizantes depositan grandes cantidades de nitra-tos y fosfatos en los sistemas de agua dulce, favore-ciendo una intensa actividad biológica que generaconsecuencias indeseables, como la acumulación deplantas acuáticas en lagos y embalses, eutroficacióny afectación de la vida acuática.

En nuestro país, el empleo y aplicación de plagui-cidas y fertilizantes, tanto para propósitos de agricul-tura como para la salud pública, se inició apenas en1946. En la actualidad, con el objeto de incrementarla producción y como protección contra plagas, eluso de insecticidas, herbicidas y fungicidas es comúnen todas las zonas agrícolas del país. La utilizaciónde compuestos químicos para el control de plagascausa impactos negativos tanto al ambiente como ala salud, e incluso, a la larga, actúa desfavorablemen-te en el proceso productivo del sector agropecuario.Es sabido que muchos insecticidas (las aldrinas, porejemplo) matan sin distinción a todos los organismosdel suelo, o sea también a aquellos que, en otras con-diciones, tendrían funciones simbióticas favorables alas plantas en cultivo, como en el caso de las legumi-nosas, donde las bacterias nitrificantes ayudan a fijarel nitrógeno en las raíces de la planta.

La acumulación de ciertos insecticidas (como el DDT)en tejidos de plantas y animales ha sido probada am-pliamente. El camino seguido por el veneno ha sidoéste: el insecticida asperjado sobre el follaje del culti-vo fue disuelto por la lluvia y cayó al suelo. Despuésfue absorbido por los gusanos de tierra. Estos almace-naron el DDT en su organismo sin estar aparentementeintoxicados ellos mismos. Pero los jóvenes pájaros ali-mentados con estos gusanos de tierra murieron enve-nenados en la primavera siguiente. Un caso paraleloes el de numerosos insecticidas disueltos por las llu-vias y que se escurren hacia los arroyos, lagos y estan-ques utilizados en acuacultura, acumulándose en elplancton y alimento de los peces, teniendo una influen-cia directa sobre ellos. Los salmónidos (salmones, tru-chas) son particularmente sensibles a estos tóxicos. Porefecto sinergético (multiplicador) se ha observado que:

cuando una vaca, por ejemplo, come la hierba queha sido tratada con DDT, dialdrina y heptacloro, es-tas sustancias se acumulan en la grasa y reaparecenen la leche. La fabricación de leche condensada au-menta la concentración ...al pasar estos alimentoscontaminados al tracto digestivo del hombre, el efectotóxico multiplicado puede ser especialmente grave.

Así se consigna que investigaciones sobre males-tares digestivos, detectados en lactantes, han mani-

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festado la presencia de DDT en la leche materna. Igual-mente, se han encontrado significativos rastros de DDT

acumulados en la grasa de fauna alejada considera-blemente de los sitios donde se realizó la aplicación,como el caso de los pingüinos de la Antártida.

Todo lo anterior, además de los problemas causa-dos al suelo por efecto de la salinización y pérdida defertilidad que han sido mencionados en apartadosprevios. Por lo mismo, es conveniente promover elcontrol integrado de plagas, que incluye el uso deplaguicidas en mínimas cantidades, dando énfasis alos métodos biológicos de control, manejo del hábitaty ciclos de vida de las plagas.

Otra actividad productiva que ha sido causa de des-trucción de los ecosistemas es la petrolera. La explo-ración de las reservas, la extracción de petróleo, sutransformación y los accidentes y fallas, han perturba-do profundamente el agua, el suelo y la atmósfera deecosistemas terrestres y acuáticos, lo cual ha afecta-do, a su vez, otras actividades humanas como la pes-ca, la agricultura y la ganadería, y a la salud humana.

El trópico húmedo es la región que ha sido más al-terada. En ella se encuentran las mayores reservas depetróleo, concentrándose además de los pozos, la in-dustria petroquímica. Es conocida la destrucción de laflora y la fauna del río Coatzacoalcos debido a la con-taminación de las aguas causada por los desechos delas petroquímicas La Cangrejera, Pajaritos y Minatitlán-Cosoleacaque, así como la alteración provocada alpantano de Santa Alejandrina, a resultas de los 40 cmde grasas, aceites y fenoles que se depositaron en él.Los efectos no sólo recayeron en la flora y fauna loca-les, sino en numerosas especies de aves migratorias.

Otros ríos afectados han sido el Usumacinta-Gri-jalva por la presencia de Ciudad Pemex, Cactus y LaVenta; el Papaloapan, por Matopiche, y el Pánuco,por Ciudad Madero. Diversas y productivas lagunasse han visto afectadas, por ejemplo, Tamiahua enTamaulipas, Términos en Campeche, El Ostión en ladesembocadura del Coatzacoalcos y Superior enOaxaca. Los motivos de la contaminación en todosestos casos son diferentes. En algunas lagunas, la ex-

ploración ha producido derrames; en otras, la petro-química vierte sus desechos a las aguas; en otras más,las obras de construcción y la instalación de ductosha destruido selvas, manglares, palmares, pastizalesy campos de cultivo.

Los efectos se manifiestan en la destrucción de eco-sistemas y en la pérdida de tierras y aguas producti-vas. Numerosas son las denuncias y demandas decampesinos de Tabasco que han perdido tierras, cul-tivos y animales; o de cooperativas pesqueras, queno sólo han visto desaparecer especies de peces delos lagos y lagunas, disminuir drásticamente sus po-blaciones, acabar con los cultivos de camarones yostiones, sino que también sus artes de pesca se handeteriorado por el aceite, grasa y chapopote.

La industria petrolera, en sus procesos de refinacióny petroquímica, genera anualmente 1.7 millones detoneladas de residuos. De este volumen, correspondea desperdicios semisólidos 90.15%; a líquidos, 9.6%;y a sólidos, 0.25%. Se consideran peligrosos 13% deltotal. Los residuos que se reciclan representan tan sólo0.1%, siendo susceptibles de ser reutilizados 11%(Sedue-PNPMA, 1990-1994). Petróleos Mexicanos, des-de la misma exploración hasta la transformación ydistribución de sus productos ha llegado a afectar te-rrenos, principalmente por derrames accidentales dehidrocarburos y por las aguas residuales que se gene-ran en los diferentes procesos.

La actividad petrolera y portuaria industrial en elGolfo de México ha producido importantes benefi-cios para el país. No obstante, la concentración deactividades inherentes a la explotación de hidrocar-buros ha impactado sensiblemente a la región. Porigual se puede mencionar el corredor industrial delBajío y la zona de Tula-Vito-Apasco. En esta última,la explotación y aprovechamiento de minerales, jun-to con la industria petroquímica y la generación deenergía eléctrica, han superado la capacidad de asi-milación del medio, con una emisión de contaminan-tes del orden de 350 000 t anuales, siendo el bióxidode azufre y las partículas las más abundantes (80%)(Conade, 1992).

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n lo que corresponde a las actividadesterciarias (servicios), los problemas am-bientales que producen pueden resumir-se como sigue. Un efecto correlativo ala contaminación atmosférica es el uso

creciente del automóvil: 95% se emplean para usosprivados, realizan 19% de los viajes-persona-día, ocu-pan 70% de la vialidad y consumen 15 veces máscombustible por persona que el sistema colectivo.La cantidad de combustible que emplean es muy ele-vada: entre 1970 y 1988 su consumo sólo en la Ciudadde México se incrementó a más del doble y representóun tercio del total nacional. En 1980 los automóvilesparticulares y taxis consumieron 4 903 millones de li-tros de gasolina (alrededor de 13.4 millones diarios) ylos autobuses y camiones 1 102 millones de litros dediesel (aproximadamente 3 millones diarios). Para 1988la demanda había crecido a 16.2 millones de litros degasolina al día (casi un litro por habitante) y más decinco millones de diesel.

En este orden de evaluaciones, “las cifras corres-pondientes al balance energético de México (sólo en1984) nos permiten afirmar que el transporte es ungran consumidor de energía (ocupando el segundolugar a nivel nacional)” (L. Chía Becerril y V. G. Pérez,1990).

El ruido es otra forma importante de contamina-ción del aire, típicamente originado por actividadesterciarias. El uso constante y creciente de vehículosautomotores es una de las principales fuentes de con-taminación sónica. En los últimos 15 años, la tecno-logía y las aglomeraciones han determinado su incre-mento en las ciudades. La Organización Mundial dela Salud (OMS) considera que el límite recomendablepara no afectar el oído es de 85 decibeles (dB); sin

embargo, desde los años setenta, en el primer cuadrode la Ciudad de México y en algunas de sus arteriasprincipales existían niveles superiores a los 95 dB.Asimismo, la cabecera de aterrizaje del aeropuerto,la colonia Industrial Vallejo y las delegacionesAzcapotzalco, Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero, sonzonas de la ciudad con graves problemas al respecto(J. Legorreta, 1991). Como es sabido, además de losdaños al aparato auditivo, el ruido puede producirotras afecciones y molestias derivadas como el estrés.

El deterioro ambiental ocasionado por las activida-des terciarias tiene efectos especialmente dramáticosen la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.Del total de los 81.1 millones de habitantes que, se-gún los resultados preliminares del Censo de 1990,viven en la República Mexicana, 28% se concentraen estas tres ciudades, dando lugar a problemas críti-cos derivados de la necesidad de abastecimiento(agua, alimentos), servicios municipales y vivienda,así como suministro de energéticos. Como contrapar-te, 33% de la población total se halla dispersa en pe-queños poblados rurales con menos de 2 500 habi-tantes cada uno, y 39% restante en localidades demás de 2 500 y menos de un millón (FUV-FES, 1990:15). Esta desigual distribución demográfica está aso-ciada directamente con los problemas ambientales ycoincide con la conflictividad social y económica quepresupone el desarrollo urbano adoptado en México,observándose una marcada relación entre el nivel decontaminación, el tamaño del asentamiento y el ni-vel de crecimiento económico.

En los últimos 50 años la presión ejercida por elcrecimiento demográfico e industrial y la deficienteplaneación del uso del suelo y sus recursos han moti-vado un desarrollo desequilibrado, en donde los usos

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Édgar Javier González Gaudiano, “Actividades terciarias”, en Elementos estratégicos para el desarrollo de la educación ambiental en México, México,INE, 1994, pp. 36-37.

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Actividades terciarias

Édgar Javier González Gaudiano

La relación entre la sociedad y la naturaleza ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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más comprometidos del suelo se derivan de la inter-acción urbano-industrial, minimizando la posibilidadde un desarrollo armónico y maximizando los costosambientales. La causa de estos desajustes de creci-miento tiene sus antecedentes en el modelo de de-sarrollo adoptado, a partir de los años cuarenta, quese centró en el proceso industrial. Ello propició el re-zago del sector agropecuario, el cual fue incluido enel proyecto pero con la peculiaridad de ser conside-rado como abastecedor de materias primas, alimen-tos y mano de obra baratos.

De ahí que durante los últimos 50 años y aunquela producción industrial en México aumentó 50 ve-ces, superando el crecimiento de la tasa demográficaen 3.5% anual promedio, los rezagos de épocas pa-sadas no han permitido dotar a la población mexica-na del bienestar deseable, habida cuenta de que lasaltas tasas de crecimiento demográfico aunadas a suinadecuada distribución, han ido aparejadas a unacreciente migración de los habitantes de pequeñascomunidades rurales hacia las ciudades. Con el au-mento descontrolado de las poblaciones urbanas,aparecen mayores índices de contaminación del aire,el agua y el suelo, así como la pérdida constante deáreas naturales o su afectación, como es el casode muchas cuencas hidrológicas del país.

Es así que los grandes polos de desarrollo, por unaparte, demandan cantidades cada vez mayores deagua y, por otra, aportan mayores volúmenes de con-

taminantes (aguas residuales y desechos sólidos mu-nicipales e industriales). El suministro de agua a loscentros urbanos representa grandes erogaciones, yaque en tanto las mayores demandas provienen de re-giones situadas por encima de los 500 metros sobreel nivel del mar, la mayoría de las cuencas suscepti-bles de servir como fuentes de abastecimiento se lo-calizan por debajo de esa cota. Estas condiciones hanobligado a construir sistemas de captación y conduc-ción con inversiones extraordinariamente costosas.

No se ponen en duda, sin embargo, los beneficioseconómicos que los polos de desarrollo reportan alpaís. No obstante, sus ventajas no compensan losdaños al medio ambiente y a la salud, ni los costossociales implicados. Es más, el deterioro ambientalrestringe las posibilidades de un desarrollo sustenta-ble de largo plazo, por lo que los procesos de urbani-zación e industrialización deben verse con perspecti-vas cualitativamente distintas a las que han dominadohasta la fecha. Esto conduce a analizar de maneracrítica las situaciones que prevalecen en ciudadesfronterizas como Tijuana, Ciudad Juárez, Reynosa,Matamoros y Piedras Negras, y en puertos industria-les y centros turísticos como Acapulco, Coatzacoalcos,Ensenada, Salina Cruz, Lázaro Cárdenas y Villahermo-sa, que han visto mermadas sus posibilidades de de-sarrollo y la calidad de vida de la población, comoconsecuencia de los problemas ambientales quepadecen.

Las 25 ciudades del país con mayor problema de ruido (Conade, 1992)

1. Celaya 6. Durango 11. León 16. Pachuca 21. Saltillo2. Chetumal 7. Guadalajara 12. Manzanillo 17. Puebla 22. Tepic3. Ciudad Juárez 8. Guanajuato 13. Mazatlán 18. Querétaro 23. Tijuana4. Ciudad de México 9. Hermosillo 14. Mérida 19. Salamanca 24. Tuxtla Gutiérrez5. Colima 10. Irapuato 15. Monterrey 20. San Luis Potosí 25. Zacatecas

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uizá todas las sociedades merecenser juzgadas por su basura. Vivimosactualmente en una sociedadpermeada, sistemáticamente, por lainformación y la seducción del con-sumo, en donde la lógica del capi-

tal para obtener plusvalía produce infinidad de produc-tos con una obsolescencia perfectamente programadaque no sólo desecha mercancías sino también personas.

Frente a esto, una buena cantidad de expresionesneoliberales han proliferado: el mundo sin fronteras,el fin de la geografía, el fin de la historia, la aldeaglobal; éstas han sido retomadas, muchas veces enforma irreflexiva e ingenua, por algunos movimientossociales de tipo ecologista que han generado infini-dad de mitos y soluciones mágicas para, supuesta-mente, enfrentar el grave problema de la basura ennuestra sociedad.

Qué tiramos, cuánto tiramos, dónde lo tiramos,quiénes ganan, quiénes pierden, son algunas de losinterrogantes más frecuentes de la prensa en general.Sin embargo, su respuesta (independientemente de sugrado de veracidad o imprecisión) resulta muchasveces superficial e incompleta para entender el ver-dadero trasfondo del problema, que es sin duda decarácter sociopolítico y económico.

Hace un par de semanas terminamos la actuali-zación de información sobre la basura de la capitalmexicana, con la participación de las sociólogas Ma-ría José Álvarez (Las plantas de selección de basuraen el D.F.: escenografía de la modernidad) y GeorginaVelázquez (Basura y sociedad en el México contem-poráneo: la basura en la Zona Metropolitana del Es-tado de México). Estos textos contienen un caudalde datos que permiten revisar el estado de esta som-

bría y triste cara de la modernidad aparente en quevivimos.

Ya sabemos que:

• La basura es un eslabón más que permite cerrarel ciclo de distribución de las mercancías: pro-ducción-distribución-consumo-basura-reciclaje-producción.

• La basura puede transformarse en mercancía sise le incorpora fuerza de trabajo: basura + fuer-za de trabajo = mercancía.

• En los procesos de recolección, selección,reciclaje y disposición final participan miles depersonas, muchas veces en condiciones de tra-bajo infrahumanas.

• Persiste un fenómeno de caciquismo que sumael poder económico de los excedentes que dejala compraventa de desechos a un poder políti-co legitimado por el Estado.

¿Qué no sabemos? ¿Qué pasa hoy desde el puntode vista social y político con nuestra basura?

Presentamos el resumen de algunas de las princi-pales conclusiones de los actores, instituciones y si-tuaciones específicas que tienen que ver directa o in-directamente con el tema:

1. La política pública ha considerado el problemabásicamente desde la perspectiva de la ingeniería am-biental creando rellenos sanitarios, control de lixivia-dos, plantas de reciclaje o de composta, etcétera, coninfinidad de proyectos que han fracasado al tratar deincorporar la variable social.

2. En el terreno de la política municipal se cuentacon legislaciones locales, pero se caracteriza por unagran improvisación. Depende de legislaciones fede-

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Héctor Castillo Berthier, “Basura, el espejo de nuestra sociedad” (fragmentos), en La Jornada Ecológica, suplemento de La Jornada, año 6, núm. 62,24 de noviembre de 1997, pp. 6-7.

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Basura, el espejo de nuestra sociedad

Héctor Castillo Berthier

La relación entre la sociedad y la naturaleza ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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rales que no llegan a aplicarse. Está inmersa en inte-reses económicos y sociales de todo tipo y, aunquees independiente, no parece tener un rumbo fijo.

3. La recolección es pública en general y privadaen algunos casos. Es un proceso privatizado en dondelos recolectores (camiones, camionetas o carretas deburros) son una especie de microindustrias que danempleo a miles de familias, formalizan la propina, laprepepena y el sistema de fincas, fuera de cualquiertipo de control.

4. El reciclaje es realizado tanto por empleadosdel servicio de limpia (prepepena) como porpepenadores de los tiraderos de basura y las plantasde selección. Genera empleo para miles de familiasque sobreviven con muy bajos salarios, genera cuan-tiosas ganancias a los caciques e intermediarios quecontrolan la compraventa de materiales, y beneficiadirectamente a la gran industria que compra baratoy sin factura esta materia prima para sus procesos deproducción.

[...]

Hacia una propuesta integral

El objetivo central hacia el que debe apuntar cualquierintento viable de modificación y mejoramiento denuestro sistema actual de manejo de basura implicala necesaria formalización sistemática de los aspec-tos informales, subterráneos, alternos o simplementecostumbristas que se han generado con el tiempo yson la cara más deforme del problema.

Esto implica un cuidadoso análisis de las relacio-nes sociales, económicas y políticas que existen encada uno de los grupos que participan en el procesode manejo de la basura: por ejemplo, medir el pesoreal (económico, social y político) del sindicato detrabajadores de limpia; cuantificar los volúmenesde los productos reciclables y su impacto económi-co en el empleo; exhibir públicamente las prácticasy costumbres nocivas que existen en el manejo ac-tual de los desechos; mostrar a la ciudadanía el ni-

vel de inconciencia y malos hábitos ciudadanos queexisten sobre la basura, etcétera.

Para lograr esto presentamos un esbozo de pro-puesta dividido en cinco aspectos medulares:

1. Entre los ciudadanos (que son la principal fuen-te de generación de desechos) se debe impulsar uncambio de hábitos, costumbres y toma de concienciaa través de campañas educativas que, sin duda, pue-den llegar a modificar el estado actual de las cosas enforma radical.

2. La industria (que produce mercancías, que reci-cla materiales, que genera desechos tóxicos) debesujetarse a un intenso programa de verificación (pa-gado por la misma industria) a fin de tener una radio-grafía normativa clara y permanente de su situaciónoperativa.

3. Con respecto al reciclaje, hay que fortalecer unsistema de centros de acopio que no sólo garanticenel empleo de los trabajadores (recolectores o pepena-dores), sino que mejoren sus condiciones de vidamediante el trabajo colectivo en cooperativas de pro-ducción, que modernicen los procesos y eliminen gra-dualmente la explotación derivada de la dominaciónpatrimonial de estos grupos.

4. Se debe promover un amplio programa de forta-lecimiento institucional a nivel federal, y municipal,que perfile las normas, leyes y reglamentos en unaperspectiva nacional de largo alcance.

5. En el aspecto técnico y de recursos, se debe pre-ver la infraestructura necesaria a largo plazo, con pla-nes intermunicipales e interestatales que racionalicenel uso de los equipos, las concesiones, la capacita-ción del personal, la unificación de conceptos y cri-terios que permitan un verdadero control de los pro-cesos y un uso eficaz de los recursos.

En el manejo de la basura, lo social tiene el pesodecisivo. Y aunque la relación basura-sociedad es anor-mal aun así funciona. Estas conclusiones y propuestasno son absolutas. Son sólo algunas pistas para conocerlo bien que se puede entender un cambio en la formade organización de una sociedad si se revisa su basura.

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uanajo es una comunidad indígenaasentada en un pequeño valle rodea-do de montañas dentro de la mesetatarasca cuyo topónimo significa ranaen purépecha. Sabemos que desde la

época prehispánica la población indígena tuvo unaeconomía diversificada, basada en la clásica trilogíamesoamericana de cultivos domesticados (maíz, frijoly chile), además de las plantas silvestres complemen-tarias recogidas a lo largo del ciclo anual. Con ello selograba una economía autosuficiente que sólo acudíaa mercados regionales para conseguir los productosque por el clima o por condiciones edafológicas no seobtenían en sus propios ecosistemas (Durston, 1976).

De esta manera, con el tiempo, el grupo purépechafue adquiriendo un conocimiento heredado por ge-neraciones y una experiencia sobre el manejo de losrecursos naturales que a su alrededor coexistieron.De ellos, no solamente obtenían los satisfactores ne-cesarios para vivir, sino que, además, en la naturale-za quedaba encerrado todo su sistema cosmogónicoy de representaciones simbólicas. Dicho conocimientoen no pocas ocasiones se neutralizó ante los nuevosacontecimientos coyunturales que desde la Coloniahasta la actualidad se han sucedido, motivando mul-titud de prescripciones culturales a las cuales la po-blación indígena ha tenido que ir adecuándose… Des-de esta perspectiva nos interesa conocer la concepciónsimbólica de los purépechas para ponerla en relacióncon las percepciones que todavía se observan en laactualidad en cuanto al medio ambiente que les ro-

dea, sus recursos, etcétera. Para ello nos será benefi-cioso interrelacionar algunas teorías acerca del mitocon la metodología que plantea la etnología.

Tras la desestructuración del imperio tarasco, la co-munidad, pese a que quedó a todos los niveles incor-porada al régimen colonial de España, mantuvo un fuer-te aislamiento hasta bien entrado el siglo XIX, en que serecurrió a ella para que alimentase con la madera desus montes los travesaños o durmientes que se reque-rían para la construcción del ferrocarril que comuni-caría a México con Morelia, Pátzcuaro y Uruapan, asícomo para que abasteciese con cajas a Tierra Caliente,con objeto de que esta última pudiese embalar y distri-buir sus productos a toda la república y al extranjero.A partir de entonces, Cuanajo comenzó a vivir mo-mentos de gran tensión, los cuales hasta hoy se recuer-dan con cierta amargura.

Uno de esos momentos fue la Revolución, por elgran número de muertes, robos y violaciones ocurridoen la comunidad. Pero mayor impacto tuvo el hechode que la jurisdicción formada por 24 000 has se fuereduciendo paulatinamente tras las invasiones y com-pras fraudulentas de tierras1 realizadas por parte demestizos. De esta manera, Cuanajo quedó mermada a9 434 has, que son las que tiene en la actualidad.

Los acontecimientos narrados empujaron a Cuanajoa romper con su tradicional personalidad jurídica decomunidad, en tanto se imponía la pequeña propie-dad privada. Consecuentemente, todo ello implicó lasustitución de autoridades como el Comisariado deBienes,2 órgano encargado de la representación y ges-

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María Rosa Nuño Gutiérrez, “El aprovechamiento de los recursos naturales en Cuanajo: tipos y usos del suelo”, en Luisa Paré y Martha JudithSánchez (coords.), El ropaje de la Tierra. Naturaleza y cultura en cinco zonas rurales, México, Plaza y Valdés-UNAM, 1996, pp. 38-48 y 73-75.1 Algunos comuneros recuerdan cómo muchas tierras se perdieron a causa de la Iglesia. Es decir, debido a las celebraciones religiosas, muchoscargueros de escasa solvencia económica decidieron poner en préstamo sus tierras y cuando querían recuperarlas ya no era posible: el prestata-rio, generalmente por la fuerza, se quedaba con ellas.2 El Comisariado de Bienes se encargaba principalmente de delimitar, asignar y destinar las tierras de uso común; organizar el trabajo sustentadoen la ayuda mutua; calendarizar y hacer turno para llevar a cabo las actividades agrícolas, así como aquellas otras de las que tuviese necesidad lacomunidad.

El aprovechamiento de los recursos

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naturales en Cuanajo: tipos y usos del suelo

María Rosa Nuño Gutiérrez

La relación entre la sociedad y la naturaleza ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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tión de la vida comunitaria, por aquellas autoridadesrefrendadas por el poder central.

Para evitar que las tierras comunales siguieran ca-yendo en manos ajenas, más de 200 jefes de familiase unieron para asegurar las propiedades de la comu-nidad, cuyos títulos habían sido ya reconocidos porel Decreto de la Real Audiencia de la Nueva Españaen 1763 (según consta en la Oficina de Paleografíade la Dirección General de Asuntos Jurídicos).

En 1944, los vecinos del poblado solicitaron el re-conocimiento de sus terrenos comunales y no fue sinohasta 1979 que por resolución presidencial se expi-dieron títulos de tales terrenos, siendo beneficiarios142 comuneros (Diario Oficial, 4.2.80: 20). En 1982un grupo de propietarios interpuso recurso de ampa-ro y la resolución presidencial fue suspendida.

En 1985, en Cuanajo tuvo lugar uno de los aconte-cimientos más trágicos para el pueblo. Los comune-ros, tras la suspensión de la resolución y el continuodespojo de tierras, decidieron ir a los campos en liti-gio y cosechar el trigo que allí crecía. El resultado deeste suceso fueron cuatro muertos a manos de losnuevos propietarios de la tierra. Tras los hechos, laorganización de comuneros quedó muy debilitada,sin embargo desde hace cuatro años está recobrandosu vitalidad con el aliciente de que Cuanajo, segúnun comunero:

Debe luchar por lo suyo, porque si no, ¿qué lesvamos a dejar a los hijos? A los indígenas el últimorecurso que nos queda es la lucha como en Chia-pas. ¿Por qué cree que el gobierno está llevandoúltimamente créditos y despensas? Porque ya nosólo los indios son los que están enfadados sinotodo el pueblo, y es que ya no se aguanta más.

Las invasiones de parcelas continuaron y ahoraCuanajo se halla rodeada por un cinturón de ranche-rías, por lo que su crecimiento tanto económico comopoblacional cada vez se encuentra más condiciona-do, al igual que sus recursos naturales: campos decultivo, agua y bosques.

Para el estudio del territorio de Cuanajo, dada lapoca homogeneidad y sobre todo la falta de confiabi-lidad que los datos oficiales ofrecen, se prefirió traba-jar con imágenes de satélite, con objeto de obteneruna información más fidedigna y pertinente acercadel tipo y usos del suelo.3

La demarcación de Cuanajo se caracteriza por sussuelos formados básicamente por andosoles, es de-cir, suelos derivados de cenizas volcánicas proce-dentes del cuaternario, los cuales cubren una super-ficie de 80% del conjunto de la comunidad, mientrasque el resto del suelo se alterna con litosoles al oes-te y este de la comunidad, acrisoles y luvisoles alnorte y este de la misma.

En más de 56% la vocación de estos suelos es detipo forestal y su arbolado crece sobre pendientesmedias y fuertes ubicadas a 3 000 m sobre el nivel delmar.

Sin embargo uno de los problemas más importan-tes que aquejan a Cuanajo en la actualidad es la defo-restación, ya que en menos de 40 años ha quedadocercenada gran parte de su riqueza forestal. Así se ma-nifestó un anciano: “Antes todo estaba bonito. Los ár-boles llegaban hasta la orilla del pueblo. Caminabauno y delantito del templo ya se veían las jaras y losárboles. Ahora ¿cuánto no tiene uno que caminar?”

Con todo, el tipo de vegetación que se desarrollaen Cuanajo observa diferentes variedades, por lo quepodría clasificarse del siguiente modo:

a) Bosque denso. Ocupa una extensión de 1 696 has,que viene a representar 16.23% del total, compuestopor pinos (Pinus spp), encinos (Quercus spp) y oya-meles (Abies spp), entre otras especies. No todas ellasson útiles para la manufactura de muebles, bien seapor la madera en sí misma o por la juventud del árbolque lo hace poco rentable.

b) Bosque abierto. Formado por vegetación secun-daria y por matorrales derivados de zonas defores-tadas. Este bosque ocupa una extensión de 4 076 has,es decir, 38.99% del conjunto de la comunidad.

c) Pastizales. Es una zona que aparece asociada ala agricultura con rotación de cultivos. Dada la baja

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3 En las imágenes de satélite puede observarse una línea blanca demarcatoria que indica que todo lo que queda fuera de ella, formó parte de lajurisdicción de Cuanajo hasta principios del siglo XX (en total aparecen representadas cerca de 13 000 has), y lo que está dentro de la línea, es elterritorio actual de la comunidad formado por 9 400 has.

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productividad de las tierras, el barbecho, es decir lastierras en descanso, tienden a desaparecer, sin em-bargo, sirve como pasto a la ganadería existente enCuanajo. Ocupa una superficie de 2 121.4 has, repre-sentando 20.29 por ciento.

d) Tierras de cultivo. El producto básico que se siem-bra es el maíz, seguido de forma minoritaria por tri-go, avena y centeno. La extensión es de 2 559.9 has,y su porcentaje es de 24.48%. Dada la crisis existenteen la agricultura ante los bajos rendimientos en lascosechas, estas tierras pueden encontrarse ociosas, porlo que el porcentaje de tierra cultivable sería algomenor al cifrado.

En la actualidad, Cuanajo tiene alrededor de 6 700habitantes, de los cuales la mayoría son bilingües(purépecha-castellano), aunque cada vez más, espe-cialmente entre los jóvenes, se advierte la tendenciaque apunta a la preponderancia del castellano.

Si bien la actividad principal de Cuanajo hasta 1940fue la agricultura basada en el cultivo del maíz, frijol,chile, calabaza y chía, ésta se combinó con otras ac-tividades como la venta de leña, la producción decarbón, la manufactura de algunos muebles rústicos,la recolección de plantas silvestres, etcétera.

Todas estas ocupaciones poco a poco fueron de-clinando, especialmente la agricultura, la cual entróen una profunda crisis debido a los nuevos rumbosque tomaba la economía, así como a las característi-cas propias de la comunidad, como son: el minifun-dio en que se asienta el sistema de cultivo que sólopermite que la cosecha sirva (salvo en contados ca-sos) para el autoabastecimiento de la casa, y a menu-do no alcanza para terminar el año. Por otro lado, lapresión social motiva que se cultive año con año, pro-vocando una sobreexplotación de la tierra que cadavez se encuentra más agotada. Por último, los gastosde producción, jornales y fertilizantes, entre otros,hacen que la agricultura se convierta en una activi-dad nada atractiva y muy poco rentable.

A partir de la década de 1920, el Estado impulsóen no pocos lugares la producción de artesanías, da-dos los importantes beneficios que reportaba. Ello sedebió a que tras la Revolución cobró una enorme vi-

talidad un tipo de ideología nacionalista cuyo objeti-vo fue el rescate de los valores de los pueblos indíge-nas, así como la difusión de sus artes, las cuales ad-quirieron un sentido consumista (Canclini, 1989).

En buena medida, políticos e intelectuales fueronlos portadores de esta ideología, misma que el Estadocanalizó a través de diferentes instituciones4 y ban-cos, entre otros, con el fin de fomentar la produccióny comercialización de artesanías. En el ámbito regio-nal, en Michoacán se estableció la Oficina deArtesanías de Morelia en 1962.

Hacia los años cuarenta se inició la apertura demercados y capitales, en buena parte extranjeros, loscuales requirieron de la explotación de los recursosnaturales locales. Surgió de esta manera en Pátzcuaroy Uruapan una floreciente industria del mueble, que-dando ambos pueblos dentro de las miras de la pro-ducción capitalista de muebles y artesanías de made-ra. Por extensión, las comunidades con recursossilvícolas comenzaron también a entrar a esta diná-mica. Tal fue el caso de Cuanajo, el cual se incorporóa esta nueva política económica, facilitándosele latarea no sólo por la posesión de extensos y vírgenesbosques, sino también por la entrada de la electrici-dad en el pueblo.

En Cuanajo, las primeras experiencias, en cuantoal trabajo de la madera, se remontan hacia finales delsiglo XVIII, y sólo unas pocas familias estaban dedica-das a realizar mobiliario muy rudimentario y utilita-rio como mesas y bancos.

A partir de 1963, el oficio de carpintero se exten-dió con gran rapidez en Cuanajo y creemos que nofue difícil adoptar la artesanía de la madera como ac-tividad principal, por los siguientes motivos:

En 1900 la comunidad contaba con una poblaciónde 1 000 habitantes, triplicándose prácticamente has-ta 1970 (2 958 habitantes). El aumento se debió a unaalta tasa de natalidad, la cual, junto a la generaliza-ción de servicios médicos, provocó un descenso enlas tasas de mortalidad, a la vez que se ampliaba laesperanza de vida.

El hecho de que el crecimiento poblacional fuerapositivo no tendría mucha importancia si éste no es-

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4 Para abundar con más detalle acerca de las instituciones dedicadas a la actividad artesanal, consultar el apéndice final de la obra de VictoriaNovelo, Artesanía y capitalismo en México, 1976.

La relación entre la sociedad y la naturaleza ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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tuviera en relación directa con otro acontecimientorelativo a la pérdida de cerca de 15 000 has de terri-torio, debido a las invasiones ya referidas. De ahí elestrangulamiento económico de Cuanajo y la fuertepresión social que se generó sobre los recursos natu-rales y la tierra: los campos de cultivo se hicieron es-casos y sus cosechas insuficientes, por lo que la po-blación tuvo la necesidad de migrar a otras zonas.

La iniciativa del Estado para fomentar la industriadel mueble, si bien servía a los grandes capitales, entanto se aprovechaba de los recursos naturales de laregión tarasca, también fue un paliativo de los pro-blemas de las economías de subsistencia de los cam-pesinos, pues de esa manera se reducía la migracióna centros industriales nacionales, que ya no reque-rían de más mano de obra, y mucho menos a centrosindustriales extranjeros. Por ejemplo, Estados Unidos,que había venido aprovechándose de obreros agríco-las mexicanos, y en especial michoacanos, empezó arescindir los contratos de dichos obreros a partir de1960, finalizándolos en 1964.

Mientras Cuanajo rompía con su tradicional es-tructura comunitaria y privatizaba cada vez más suscampos, con los bosques sucedió lo mismo, peromás paulatinamente, ya que sobre ellos siguió pe-sando todavía el uso colectivo. De ahí que cuandose inició el trabajo de muebles surgió una interesan-te situación: la población recurría a un recurso queera de todos, pero los beneficios y ganancias eran atítulo individual. Tradicionalmente la explotación delbosque se realizaba de manera individual bajo elcontrol y regulación de la comunidad. Sin embargo,en la actualidad ese control no existe, por lo que seha generado el abuso del corte de madera, con lasconsecutivas ganancias para quienes lo explotan. Porlo anterior y por el hecho de que los talleres de car-pintería son de tipo familiar, el trabajo artesanal seha extendido entre la población de Cuanajo. En efec-to, con frecuencia los talleres familiares recurríanen momentos de gran demanda a la ayuda de losdemás miembros de la familia extensa, con lo queun número cada vez mayor de la población organi-zada en talleres-familia se veía involucrado en laactividad.

Con la escrituración de las parcelas del bosque yla expansión del oficio creció la tensión sobre los re-

cursos maderables, generándose un sinfín de intere-ses, en los que quedaban implicados carpinteros, ran-cheros de Cuanajo, e intermediarios que comprabanmadera a muy bajo costo. De esta forma, la relacióntradicional naturaleza-sociedad se rompe para asen-tarse sobre la lógica del negocio y los beneficios, loscuales han llevado a la deforestación de los bosquesde Cuanajo.

En la actualidad existe una mayor conciencia en-tre la gente que piensa que ya no es posible seguirtrabajando en la carpintería con los recursos del pue-blo. Sin embargo todavía hay quien continúa hacien-do compras clandestinas a los rancheros, los cuales,a su vez, obtienen la madera robándola de la circuns-cripción de Cuanajo. La diferencia en el planteamientosobre dónde debe obtenerse la materia prima se cen-tra del siguiente modo: mientras que para los prime-ros las consecuencias ecológicas de la sobreex-plotación son negativas y no podrán legar nada a sushijos, para los segundos, lo más importante son losbeneficios inmediatos, sin pensar en el futuro. Así,los rancheros roban la madera porque cuando la ven-den todo es ganancia para ellos y para los carpinterosporque la consiguen a más bajo costo. Una vez queel producto está acabado, el margen de ganancia sehace algo superior que si la madera fuera compradaen aserraderos oficiales. No obstante, debido a quelos bosques están muy agotados, el diámetro de losárboles cortados es cada día menor, con lo cual nisiquiera siendo más baratos se puede decir que seanrentables. De ahí que el interés hoy en día esté másabocado a la necesidad de reforestar y seguir con eloficio aunque para ello se tenga que recurrir a la com-pra de madera legal.

Con la instalación del cableado eléctrico, Cuanajointrodujo herramientas adecuadas a la nueva energía(motores, sierras, cepilladoras), lo cual implicaba lareducción en tiempo de la fabricación de muebles,aumentando la producción y el ingreso. A partir de1963 se inició la expansión del oficio, tanto así queen la actualidad nos encontramos en Cuanajo conalrededor de 400 talleres.

Desde los años setenta hasta casi 1990 el mueblede Cuanajo tuvo una gran demanda, lo que hizo quesus beneficios animasen a muchos agricultores a ven-der sus aperos de labranza para dedicarse a la arte-

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sanía de la madera de tiempo completo, en pequeñostalleres familiares, instalados en el patio de las casas.

Los ingresos recibidos por la elaboración de mue-bles llegaron a ser tan importantes para los artesanosde Cuanajo que sus tierras de labor quedaron prácti-camente yermas.5 De ahí que su economía en los úl-timos 20 años se haya hecho cada vez más depen-diente de un mercado exterior, no sólo por lacomercialización que requieren sus muebles sinoporque casi todo el consumo de la población deCuanajo viene de afuera.

No obstante, los años de bonanza en la fabrica-ción de muebles han comenzado a declinar. Por unlado, se encuentran con que la materia prima obteni-da de sus bosques está en pleno agotamiento. Es de-cir, que prácticamente toda la madera para el oficiosale de aserraderos oficiales. De ahí que entre los ar-tesanos surja la necesidad de agruparse en socieda-des para pedir créditos que les ayuden en la comprade la madera. Por otro lado, la demanda de mueblesse está paralizando. Las causas son múltiples, por loque sólo mencionaremos algunas de forma sucinta,como son: el descenso de ventas producido por lacrisis económica que afecta a los consumidores; sa-turación del mercado en cuanto a los diseños de losmuebles; baja calidad en la manufactura de los mis-mos; intermediarismo y, por último, la fuerte compe-tencia de muebles industriales que ofrecen artículosa precios más bajos. Sin embargo, a pesar de que lasituación laboral se encuentra en malas condiciones,la población de Cuanajo continúa con la manufactu-ra de mobiliario ya que sus ingresos al mes puedenser dos, tres y hasta cuatro veces superiores al salariomínimo.

Ante la crisis económica nacional la población estáregresando a modelos económicos de décadas ante-riores basados en la diversificación (como la siembrade maíz, preparación de huertos, cultivo de flores,bordado de delantales, fajas, etcétera), con objeto deobtener ingresos complementarios. A esto se ha su-mado la creación de un taller de mujeres que trabajapara recuperar el uso olvidado de diversas plantas yanimales silvestres con fines alimenticios y medici-

nales. En este sentido vale la pena recordar que elgrupo étnico purépecha tiene presentes en su medioalrededor de 500 especies; sin embargo, aquellas quela población reconoce y utiliza no rebasan las 230(Caballero, 1990: 290).

Habría que añadir que desde hace un año se harestablecido un mercado basado en el trueque, de talforma que las mujeres cada 15 días se reúnen en unpueblo cercano a la laguna de Pátzcuaro para inter-cambiar productos y así obtener aquellos que no seproducen en su lugar de origen.

Las malas rachas que vive Cuanajo en cuanto a ladeforestación (ésta ha sido tomada entre los artesa-nos como un mal que no debe repetirse y para subsa-narlo se piensa en la necesidad de conservar lo quehay y en reforestar, sobre todo con miras al futuro) yla falta de ventas no han restado ánimo a los artesa-nos, quienes piensan que el oficio va a continuar, so-bre todo porque siguen obteniendo mayores benefi-cios que si se dedicasen a la agricultura.

[...]

Conclusiones

Una de las cuestiones que en el momento actual estámás en boga, es aquella que se refiere a la moderni-zación de México, paradigma que tiende a adentrarseen cualquier ámbito de la vida y puede manifestarsedesde la reforma de un artículo de la Constitución,hasta en la remodelación y ampliación de la red decarreteras, o en la deforestación para la creaciónde monocultivos, etcétera.

El empuje de la modernización iniciado desde losaños cuarenta se caracterizó por su tendencia a ho-mogeneizar cualquier ámbito de la vida nacional, esdecir, no tuvo en cuenta ni la composición pluriétnicade la nación mexicana en los planes para el desarro-llo, ni respetó la variedad de los sistemas ecológicos.A muchas regiones hasta entonces marginadas, talcomo la purépecha, se les invitó a participar en lamodernización, sin tener en cuenta sus propiasespecificidades. De esta manera, el papel de las comu-nidades indígenas se redujo a ser, por un lado, abaste-

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5 Claro está que dentro de la actividad primaria existía ya una crisis agrícola. Los campesinos observaban cómo sus cosechas cada vez eranmenores, aun empleando abonos y fertilizantes.

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cedoras de mano de obra en las ciudades, y por otro,de materias primas, como la madera. Esto fue así por-que el rechazo de lo tradicional es la condición dedeterminada concepción de desarrollo que cada vezse ve más apegada a la dependencia con los merca-dos nacionales y transnacionales.

Cuanajo tuvo que entrar a la dinámica moderniza-dora a fines del siglo XIX —y para ello hubo de ir olvi-dando cada vez más su estructura comunitaria, priva-tizando sus recursos y haciendo de las ganancias unbeneficio individual—, ante los requerimientos exter-nos de madera para los travesaños del ferrocarril Méxi-co-Uruapan, que entonces estaba en construcción.Posteriormente contribuyó con la fabricación de ca-jas para el empaque de productos hortofrutícolas deTierra Caliente, a la vez que se introducía una nuevaactividad: la manufactura de mobiliario rústico.

En poco menos de 40 años asistimos a un dobleproceso: por un lado, al abandono paulatino de lasactividades agrícolas por parte del campesinado lo-cal, como producto de una acentuada crisis progresi-va en el campo, lo que le obliga a abandonar las tie-rras de cultivo para dedicarse a otra actividad másremunerativa. Y por el otro, a un crecimiento acelera-do de la actividad artesanal de la madera, que prontose impuso como actividad primordial que requeríauna salida al mercado exterior para comercializar susproductos.

La rapidez con que se extendió el oficio se debióprincipalmente a los cuantiosos beneficios consegui-dos en un corto lapso, hecho que les impidió mante-ner un control sobre sus bosques y reforestarlos, detal suerte que, en la actualidad, prácticamente se en-cuentran agotados.

Pero lo más importante es que el oficio (impulsadopor el nuevo modelo de economía para lograr el de-sarrollo y la modernización) se expandió sobre unaestructura social tradicional. Es decir, la extracciónde madera se hacía individualmente pero desde unsistema en que todavía se reconocía al bosque comopropiedad colectiva.

Además, el trabajo de la madera como nueva acti-vidad mantenía a los miembros de Cuanajo en igual-dad relativa, ya que todos partían de cero en cuantoal conocimiento requerido para la manufactura demuebles y en cuanto a la obtención de ganancias,

pues no existe recapitalización en los talleres, en par-te debido a la tendencia a no acumular económica-mente, es decir, a no enriquecerse a costa del trabajoartesanal de la madera.

A pesar de la degradación de su medio ambiente,el oficio de la artesanía continúa. De manera recientese constata que la artesanía ya no es el único recursoen su economía, ya que se combina con otras activi-dades. En efecto, la baja de ventas, como productode la actual crisis, ha motivado el regreso a activida-des agrícolas como fuente opcional para mejorar suingreso, por lo cual, entre otras estrategias, se restitu-ye el huerto, se venden frutas y plantas, y se fabricanfajas y delantales. Existe, pues, una tendencia a diver-sificar la economía y esto significa el regreso a su an-tiguo sistema de utilización de los recursos naturalescon objeto de obtener ciertos productos, tanto para laalimentación como para la cura de enfermedades,muchos de los cuales al no encontrarse en la comu-nidad se obtienen a través de trueque en mercadoslocales.

En el plano de la organización, hay un intento derefuncionalizar el órgano de gobierno de la comuni-dad: el Comisariado de Bienes Comunales, a la vezque se lucha, por medio del poder legislativo, por re-cuperar las tierras comunales perdidas a lo largo delpresente siglo y que actualmente se encuentran enpoder de los rancheros que viven en las proximida-des de Cuanajo.

Aunque el grupo ha tenido que ir asimilando lacultura dominante y jugar con los nuevos elementosprocedentes de ella, también se observa el intento porrefuncionalizar su tradición, lo que implica seguirmanteniendo viva toda su cosmovisión plasmada através de su mitología y de sus representaciones sim-bólicas. Es la forma en la que el grupo se vuelve haciasí mismo y refuerza sus lazos de identidad.

Podríamos concluir diciendo que en Cuanajoexiste cierta tendencia hacia la reetnización, y pen-samos que esto se produce cuando la población sien-te que el modelo económico capitalista aplicado noha retribuido a la comunidad lo que se esperaba deél en términos de modernización. Por el contrario,la comunidad ha constatado la sobreexplotación desus recursos naturales y el incremento de su depen-dencia a una sola actividad: la manufactura de la

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madera. A ello habría que añadir que la tecnologíaaplicada a cultivos o a bosques para hacer, por ejem-plo, más productivas las cosechas o erradicar pla-gas, etcétera, no ha funcionado adecuadamente. De

ahí el desengaño en muchas ocasiones de lo mo-derno, y la refuncionalización de algunas formas tra-dicionales de relación con la naturaleza y sus re-cursos.

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ada vez se hace más evidente que losmayores problemas de nuestro tiempono pueden comprenderse aisladamen-te. La amenaza de guerra nuclear, ladevastación progresiva de nuestro en-

torno natural y la persistencia de la pobreza juntoal progreso —incluso en los países más ricos— noson problemas aislados. Son diferentes aspectos deuna misma crisis, que es esencialmente una crisisde percepción.

La crisis deriva del hecho de que la mayoría denosotros, y en especial nuestras instituciones, segui-mos los conceptos y valores de una visión del mundoya caduca, una visión que es inadecuada para afron-tar los problemas de un mundo como el nuestro,superpoblado e interdependiente. Pero, al mismo tiem-po, distintos movimientos sociales y numerosas redesalternativas están desarrollando una nueva visión dela realidad que habrá de constituir la base de la tec-nología, la economía y la sociedad futuras.

Crisis y transformación

Nuestro tema, por consiguiente, es el cambio funda-mental que actualmente se está produciendo en elmodo de ver el mundo por parte de la ciencia y de lasociedad, un cambio de paradigma que implica unaprofunda transformación cultural. El paradigma vigen-te ha dominado nuestra cultura durante varios siglos,ha ido formando la sociedad occidental moderna y hainfluido significativamente en el resto del mundo. Esteparadigma consiste, entre otras cosas, en la visión deluniverso como si fuese un sistema mecánico com-puesto de bloques elementales; la visión del cuerpohumano como si fuese una máquina; la visión de la

vida social como si tuviese que ser forzosamente unalucha competitiva por la existencia; la creencia en elprogreso material ilimitado, que debe alcanzarsemediante el crecimiento económico y tecnológico; yla creencia de que el sometimiento de la mujer alhombre es consecuencia de una ley básica de la na-turaleza. En los últimos decenios, todas estas suposi-ciones han sido puestas en tela de juicio severamentey necesitan una revisión radical.

La visión mecanicista del mundo

La visión mecanicista del mundo la desarrollaron enel siglo XVIII Galileo, Descartes, Bacon y Newton, en-tre otros. Descartes basaba su visión de la naturalezaen la división fundamental en dos reinos separados eindependientes: el espíritu y la materia. El universomaterial, incluyendo el organismo humano, era unamáquina que, en principio, podía entenderse com-pletamente con sólo analizar separadamente sus par-tes más pequeñas. La metáfora central de Descartesera el reloj, que por aquel entonces había alcanzadoun alto grado de perfección y se consideraba la má-quina definitiva. Por eso escribía Descartes sobre elcuerpo humano: “Considero el cuerpo humano comouna máquina. Mi mente compara a un hombre enfer-mo y un reloj mal construido con mi idea del hombresano y el reloj bien construido”.

El entusiasmo de Descartes y sus contemporáneospor la metáfora del cuerpo como reloj tiene un para-lelo interesante en el entusiasmo que tantas personashoy experimentan ante la metáfora del cerebro hu-mano como ordenador. Lo mismo que la metáforacartesiana del cuerpo como reloj, la metáfora del ce-rebro como ordenador se encuentra ya desfasada.

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Fritjof Capra, “El nuevo paradigma ecológico”, en Yordi Pigem (coord.), Nueva conciencia. Plenitud personal y equilibrio planetario para el siglo XXI, Barcelona,Integral, 1994. Artículo aparecido originalmente en el Earth Island Journal, otoño de 1987 y facilitado por el Elmwood Institute de Berkeley, California.

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El nuevo paradigma ecológico

Fritjof Capra

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Nuestro cuerpo ejecuta a menudo funciones se-mejantes a las de una máquina; pero no es una má-quina, es un organismo vivo. Puede parecer que nues-tro cerebro actúa como un ordenador, pero no es unordenador; también el cerebro es un organismo vivo.Y desde que la informática emplea expresiones comointeligencia, memoria o lenguaje para describir losordenadores, tendemos a pensar que todo eso se re-fiere a fenómenos humanos. Este malentendido hahecho que la informática perpetúe e incluso refuercela imagen cartesiana del ser humano como máquina.

Como humanos, afrontamos problemas que ni si-quiera las máquinas más sofisticadas serán jamás ca-paces de captar, y nuestro modo de pensar y de co-municarnos es absolutamente distinto del de unordenador. Por consiguiente, debemos trazar una dis-tinción clara entre la inteligencia humana y la inteli-gencia de una máquina. La inteligencia humana, losjuicios humanos, la memoria humana y las decisio-nes humanas nunca son completamente racionales,sino que están siempre teñidas por las emociones.Nunca podemos separar la racionalidad humana dela emoción, ni tampoco de la intuición. Por otra par-te, nuestro pensamiento se ve siempre acompañadode sensaciones y procesos corporales. Incluso si amenudo tendemos a suprimirlos, siempre pensamostambién con nuestro cuerpo. Pero los ordenadores notienen tal cuerpo, y los problemas verdaderamentehumanos resultarán siempre ajenos a su inteligencia.

Estas consideraciones implican que ciertas tareasnunca deberían dejarse a los ordenadores: todos lostrabajos que requieren cualidades genuinamente hu-manas como la sabiduría, la compasión, el respeto, lacomprensión o el juicio. Las decisiones que requierentales cualidades humanas —como las que efectúan unjuez o un general— deshumanizarían nuestras vidas siquedasen en manos de los ordenadores. En particular,el empleo de ordenadores en el campo de la tecnolo-gía militar debería reducirse radicalmente.

Dominio y control

La visión mecanicista y fragmentada es una caracterís-tica básica de la caduca visión del mundo. Otra es laobsesión por dominar y controlar. En nuestra sociedad,el poder político y económico se ejerce mediante una

élite jerárquicamente estructurada. Nuestra ciencia ynuestra tecnología se basan en la creencia de que lacomprensión de la naturaleza implica el dominio dela naturaleza por parte del hombre. Empleo la pala-bra hombre a propósito, porque me refiero a laimportantísima conexión entre la visión mecanicistaque la ciencia tiene del mundo y el sistema de valo-res patriarcal, la tendencia masculina de querer con-trolarlo todo.

En la historia de la ciencia y la filosofía occidenta-les, esta conexión aparece en el siglo XVII. Antes de larevolución científica de Galileo, Descartes, Bacon yNewton, la ciencia tenía como objeto la sabiduría, lacomprensión del orden natural y el vivir en armoníacon ese orden. A partir del siglo XVII, el objeto de laciencia ha sido el conocimiento que pueda emplear-se para controlar, manipular y explotar la naturaleza.En la actualidad tanto la ciencia como la tecnologíase utilizan principalmente para fines que resultan pe-ligrosos, perjudiciales y profundamente antieco-lógicos.

El callejón sin salida de la economía

Para dar otro ejemplo de las limitaciones del pensa-miento cartesiano, me gustaría hablar ahora de la eco-nomía. La mayoría de economistas caen en el errorde ignorar que la economía es simplemente un as-pecto de una totalidad ecológica y social. Los econo-mistas tienden a disociar la economía del contextoen que está inmersa, y la describen con modelos ex-tremadamente simplistas e irreales.

La economía se ve reducida a su vertiente moneta-ria. Según la economía convencional, sólo el aspectomonetario es accesible al análisis económico. Todolo demás se califica de externo y se excluye del mar-co teórico. Así, los conceptos económicos básicos seencuentran definidos miopemente y se usan ignoran-do su amplio contexto social y ecológico. Este marcoreduccionista ha conducido a la economía a un ca-llejón sin salida. La mayoría de los conceptos y mo-delos económicos ya no resultan adecuados paradescribir o proyectar fenómenos económicos en unmundo ante todo interdependiente, y las actualespolíticas económicas ya no pueden resolver nuestrosproblemas.

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Ese marco reduccionista de la economía conven-cional ha producido una orientación fundamental-mente errónea de las políticas económicas. Lo esen-cial en ellas es la consecución del crecimientoeconómico, entendido como incremento del produc-to nacional bruto, es decir, desde el punto de vistaexclusivamente cuantitativo de llevar al máximo laproducción. Se acepta así que todo crecimiento esbueno y que un mayor crecimiento es siempre mejor.Uno se pregunta, al oír tales cosas, si estos economis-tas han oído hablar alguna vez del cáncer.

El nuevo paradigma

Con estos ejemplos, a los que podríamos añadir mu-chos otros, he tratado de ilustrar las limitaciones delmodo de pensamiento mecanicista y patriarcal en laciencia y la sociedad actuales. El cambio hacia elparadigma de la ecología profunda resulta ahoracrucial para nuestro bienestar (¡incluso para nuestrasupervivencia!), y tal cambio se está produciendo ya.Los científicos de vanguardia, varios movimientossociales y numerosas redes alternativas están de-sarrollando una nueva visión de la realidad que cons-tituirá la base de las tecnologías, sistemas económi-cos e instituciones sociales del futuro.

En el campo de la ciencia, la teoría general de siste-mas, que surgió de la cibernética en los años cuarentapero que no se desarrolló plenamente hasta estos últi-mos 10 años, nos proporciona la formulación científicamás apropiada del paradigma ecológico. Los sistemasnaturales son totalidades cuyas características surgende las interacciones y la interdependencia de sus par-tes. Las propiedades sistémicas se ven destruidas cuan-do física o teóricamente se disecciona el sistema en ele-mentos aislados. Aunque en todo sistema podemosdiscernir partes individuales, la naturaleza de la totali-dad es siempre distinta de la mera suma de sus partes.

El modo de pensamiento que denominamossistémico o ecológico, tiene numerosas implicacionesque no sólo son importantes para la ciencia y la filo-sofía, sino también para la sociedad y nuestra vidacotidiana. Influirá en nuestra actitud ante la enferme-

dad y la salud, en nuestra relación con el entornonatural y en muchas de nuestras estructuras socialesy políticas. Me gustaría ilustrar estos cambios con elejemplo de la economía.

Economía verde

La aplicación de la visión sistémica a los procesos yactividades económicos es urgente, porque práctica-mente ninguno de los problemas económicos de hoypuede entenderse con el enfoque fragmentador de laciencia cartesiana. El enfoque sistémico proporcionaa los economistas la perspectiva ecológica que tanurgentemente necesitan. Según este enfoque, la eco-nomía es un sistema vivo compuesto por seres huma-nos y organizaciones sociales en continua interaccióncon los ecosistemas ambientales de los que nuestrasvidas dependen.

Durante los últimos 10 años ese nuevo enfoque delos problemas económicos ha ido emergiendo lenta-mente. Todavía no es una teoría económica comple-tamente elaborada, pero sus conceptos e ideas bási-cos resultan ahora bastante evidentes.1

El objetivo del nuevo pensamiento económico,igual que en la economía convencional, es favorecerel desarrollo. Sin embargo, a este concepto se le daahora un sentido distinto. En lugar de definirlo comola consecución del máximo de producción y consu-mo, se le define como la consecución del máximo debienestar humano. El bienestar humano tiene que vercon la salud y con las necesidades humanas; con lascuestiones mentales, emocionales y espirituales; conequilibrios sociales y ecológicos.

Nuevos valores

A muchos aspectos de este concepto cualitativo deldesarrollo económico no se les puede dar un valormonetario. Esto nos lleva a un aspecto muy impor-tante del actual cambio de paradigma, la cuestión delos valores.

El giro hacia una nueva visión del mundo y un nue-vo modo de pensamiento va de la mano con un cam-

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1 La mejor síntesis del nuevo pensamiento en el campo de la economía la podemos encontrar en The Living Economy editado por Paul Ekins ybasado en documentos presentados en The Other Economic Summit (TOES).

La relación entre la sociedad y la naturaleza ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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Tomado de Yordi Pigem (coord.), Nueva conciencia. Plenitud personal y equilibrio planetario para el siglo XXI, Barcelona, Integral, 1994.

Red de los problemasque hay en el mundo

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bio profundo de valores. Para mí resulta fascinante lallamativa conexión entre el cambio de pensamiento yel cambio de valores. Ambos pueden considerarsecomo un cambio de la autoafirmación hacia la inte-gración. En cuanto al pensamiento, podemos observarun cambio de lo racional a lo intuitivo, del análisis a lasíntesis, del reduccionismo al holismo, del pensamientolineal al pensamiento no lineal. Quiero hacer hincapiéen que el objetivo no es sustituir un modo por el otro,sino más bien pasar del énfasis excesivo puesto en cual-quiera de los dos a un mayor equilibrio entre ambos.

En el terreno del sistema de valores, observamos elcorrespondiente cambio de la expansión a la conser-vación, de la cantidad a la calidad, de la competicióna la cooperación, de la dominación y el control a lano violencia.

La cultura naciente

Los nuevos valores, junto con las nuevas actitudes ylos nuevos estilos de vida, están siendo promovidospor gran número de movimientos: los movimientosecologista, pacifista y feminista, el movimiento de lasalud holística y el potencial humano, distintas co-rrientes espirituales, numerosas iniciativas ciudada-nas, movimientos en favor del Tercer Mundo o de li-beración étnica, y otros muchos movimientos de base.Desde principios de los ochenta, algunos de estosmovimientos han comenzado a coaligarse, recono-ciendo que representan distintos aspectos de una mis-ma y nueva visión de la realidad, y han empezado aformar una poderosa fuerza de transformación social.El éxito político del movimiento verde europeo es elejemplo más notable de este proceso de coalición.

A esta fuerza social emergente la he denominadocultura naciente, basándome en la descripción queda Arnold Toynbee del nacimiento y caída de las civi-lizaciones. En la transformación actual, la cultura endeclive —representada por los partidos políticos esta-blecidos, las grandes multinacionales, las grandes ins-tituciones académicas, etcétera— sigue todavía domi-nando la escena. Se niega a cambiar, aferrándose demanera todavía más rígida a sus ideas periclitadas. Detodos modos, como está basada en un marco de con-ceptos y valores que ya no son viables, la cultura hoydominante declinará inevitablemente y a largo plazose desintegrará. Las fuerzas culturales que represen-tan el nuevo paradigma, por el contrario, seguirán cre-ciendo y con el tiempo acabarán dominando.

Este proceso de transformación es ahora claramen-te visible en nuestra sociedad, y cada uno de nosotrospuede sentirlo también como una transformación in-terior. Surgen entonces un par de preguntas: ¿Habrátiempo suficiente? ¿Podrá darse el giro decisivo lo bas-tante pronto para salvar el mundo? Como respuestame gustaría citar al difunto E.F. Schumacher, autor deLo pequeño es hermoso y profeta del movimientoecologista: “¿Podemos confiar en que ese giro lo efec-tuará suficiente gente y lo bastante pronto como parasalvar al mundo moderno? Esta pregunta la escucha-mos a menudo, pero no importa cuál sea la respuesta,pues nos desorientaría. La respuesta sí nos llevaría a laautocomplacencia, mientras que la respuesta no nosconduciría a la desesperación. Es preferible que de-mos la espalda a tales perplejidades y nos pongamosa trabajar.”

El desarrollo sustentable se ha convertido en una meta que favorece la planificación de los destinoseconómicos y ambientales. Las lecturas que conforman esta unidad le brindan algunas líneas conceptualesque le permitirán reconocer la evolución de este concepto, así como los elementos útiles para lareducción de los problemas ambientales de su localidad.

UNIDAD 3

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La sustentabilidaddel desarrollo

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a Unión de Comunidades Indígenas dela Región del Istmo se encuentra ubica-da en las montañas de la zona noroestedel Istmo de Tehuantepec; la conformanlegalmente los municipios de Santiago.

Lachiguiri, Guevea de Humboldt, Santo Domingo Peta-pa, Santa María Guienagati, San Juan Guichicovi, y enlos últimos tres años se integraron nuevas comunida-des, principalmente las del distrito de Zacatepec, Mixe.

Agrupa a 55 comunidades pequeñas que se en-cuentran enclavadas en los lugares más accidentadosy de difícil acceso en la región, situación que haceproblemático el desarrollo tecnológico para la pro-ducción y productividad y que corresponde a las zo-nas cafetaleras ubicadas entre los 400 y 1 600 metrossobre el nivel del mar. Por su microclima, en estoslugares no sólo se produce café, sino también otrasespecies como plátano, en sus diferentes variedades,algunos cítricos (como naranja, limón, lima, etcétera),aguacate, mamey, guanábana, chayote y otros. Peropor la misma situación geográfica en que se encuen-tran resulta muy difícil su comercialización, pues conel problema del transporte no hay quien se anime aintensificar la producción de estos cultivos.

El cultivo del maíz y frijol es algo típico de las comu-nidades indígenas y es propiamente de autoconsumo.La tierra la poseemos en propiedad comunal, por loque ostentamos el título de comuneros, a excepcióndel municipio de San Juan Guichicovi, que es ejidal.

El objetivo primordial del método moderno delcultivo de café ha sido el de elevar la producción,utilizando técnicas que implican el uso excesivo deproductos químicos. Lo importante es producir cadavez más, sin tomar en cuenta los efectos que estosproductos causan en el suelo campesino y el medio

ambiente (hombre). Este método establece la elimi-nación de árboles de sombra (ya que así produce másel café), afecta la existencia del cafeto mismo (perio-do de vida corto), aumentan la erosión y la presenciade plagas, disminuye la fertilización natural (no hayformación de humus), y las posibilidades de alimen-tación para los insectos y animales que habitan elcampo disminuyen considerablemente.

Todo esto en su conjunto provoca la necesidad deir aumentando gradualmente el uso de agroquímicospara enfrentar el desequilibrio provocado por la faltade árboles y materia orgánica en el suelo. De estamanera, se transforma el ecosistema establecido enuna plantación de café. El efecto económico en estemétodo de producción no es enfrentado con éxito porel pequeño productor, ya que no cuenta con los re-cursos económicos para la adquisición de los agro-químicos que aumentan de precio año con año, y serecurre a los créditos que otorgan organismos guber-namentales y privados, vendiendo su cosecha por an-ticipado, con lo que pierden la posibilidad de obte-ner un mejor precio.

Ante esta situación fue necesario buscar alternati-vas que ayudaran a hacernos independientes de losagroquímicos y mejorar nuestras parcelas, y surgió asíel proyecto de café orgánico, basado en métodos ytécnicas de agricultura orgánica.

Esta agricultura pretende trabajar tanto como seaposible dentro de un sistema cerrado, abastecer derecursos locales, mantener la fertilidad del suelo alargo plazo y evitar las formas de contaminación quepueden resultar de las técnicas agrícolas.

Para iniciar este sistema de trabajo, tomamos comoejemplo las relaciones que se dan en los bosques y lacadena alimenticia existente en ellos. Sabemos que

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Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI), “Agricultura sin químicos: una realidad en el Istmo”, en La Hora (publicaciónsemanal), Oaxaca, Oax., año III, núm. 149, julio de 1994, pp. 11-12, 14-20.

Agricultura sin químicos:

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una realidad en el Istmo

Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo

La sustentabilidad del desarrollo

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cuando el hombre interviene de manera irracionalsobre la naturaleza, generalmente la altera y provocamás problemas de los que pretende solucionar.

Partiendo de lo anterior hemos concluido que esnecesario regresarle al suelo parte de los nutrientesque se gastan en la producción del café, y al cafeto ledamos un trato más racional proporcionándole elmicroclima que necesitó para producir óptimamen-te, sin obligarlo a darnos más de lo que naturalmentepuede producir.

Preparamos abono orgánico usando pulpa del café,ceniza, estiércol, hojarasca, tierra y arena. Abonamoslas plantas, según las condiciones del suelo y del es-tado en que se encuentran, aplicando de tres hastaseis kilogramos de abono orgánico por planta.

Características

Voy a señalar algunas características generales delcampesino que nos diferencian de las otras formas deproducción capitalista en México.

1. Los pequeños productores indígenas de la mon-taña contamos con pocos medios de producción. Lapequeña extensión de la parcela familiar nos obligacomo campesinos a continuar el esfuerzo producti-vo, independientemente de las condiciones del mer-cado. A causa de nuestra muy débil consistencia eco-nómica, no podemos asegurar una ganancia para elcapital que nosotros mismos introducimos en la pro-ducción.

2. La unidad familiar es al mismo tiempo la quedirige la producción y la que aporta la mayor partede la fuerza de trabajo. La familia es la que primor-dialmente determina la cantidad de producción ne-cesaria. Producimos para los gastos porque queremossobrevivir proporcionando la fuerza de trabajo inde-pendientemente de la cantidad proporcional que éstarepresenta en el proceso productivo. Éste tambiéndetermina el arraigo a nuestra tierra, el terreno dondela familia lucha para la sobrevivencia.

3. El motivo de la producción familiar campesinano es tanto la valorización de los medios de produc-ción; a nosotros no nos importa tanto el valor mone-

tario de nuestro terreno en uso, lo que vale para no-sotros es el maíz y el frijol que el terreno produce,alimentación de la familia en vista de las limitantessociales y económicas impuestas por nuestros recur-sos y formas de inserción en la economía nacional.*Los campesinos de la montaña sólo podemos aspirara satisfacer las necesidades inmediatas de la familia.

Café orgánico

En este caminar de la UCIRI, hemos visto la importan-cia de mejorar los métodos tradicionales de produc-ción de café y de evitar el uso de productos químicosen este cultivo. En algunas zonas empezaban a intro-ducirse métodos modernos de producción de cafébasados en el uso de productos químicos y en la eli-minación de árboles de sombra. Ante las experien-cias de algunos compañeros con sus propias parce-las, se analizó lo siguiente.

Para la protección del suelo construimos terrazas,utilizando recursos naturales locales (madera o pie-dras), esto ayuda a evitar la erosión del suelo y favo-rece la acumulación de materia orgánica cerca de lasraíces de los cafetos.

Cuidamos los árboles de sombra, ya que éstos sonla fuente principal de materia orgánica, regulando siem-pre el sombreado para el cuidado de las plantas. Usa-mos el método de agobio que nos permite tener de tresa cuatro fallos vigorosos, con lo que aumentamos laproducción. Hacemos podas de saneamiento y deshije.

En las plantaciones viejas que ya no producen usa-mos la poda de rejuvenecimiento o recepa. Realizan-do debidamente estas actividades, evitamos que nues-tros cafetales se dañen por plagas y enfermedades conla poda; en el cafetal se permite una mejor ventila-ción y entrada de sol, esto aleja a las plagas; con losabonos naturales las plantas adquieren una mayorresistencia a las plagas y enfermedades. Combinandotodas las actividades, según lo requiera el cafetal, elresultado es un mejor rendimiento y la conservaciónsana de nuestros recursos naturales en el fondo de laUCIRI. El contenido de este proyecto conlleva una fi-losofía: “Luchar por la tierra es luchar por la vida”.

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* Se ha respetado la redacción original de este párrafo. (Nota del editor.)

Agrícultura sin químicos: una realidad en el Istmo○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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Por eso más bien la tendencia del UCIRI se inclinapor preparar al campesino o hijo del campesino paratrabajar la tierra y hacerla productiva con técnicas deagricultura orgánica, produciendo lo necesario parael autoconsumo (maíz, frijol, hortalizas, etcétera), yno depender del mercado comercial de abasto ni deConasupo.

Por eso creamos nuestro propio Centro de Educa-ción Campesino (CEC-UCIRI). Creemos que la utopíadel CEC se va haciendo realidad, porque está creandoconciencia organizativa para aprovechar racionalmen-te los recursos naturales de la montaña. La montañasí tiene futuro y somos nosotros mismos los forjadoresde esta utopía.

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l Producto Interno Bruto (PIB) es el valorde todo lo que un país produce en bie-nes y servicios dentro de su territorio.Con este dato los economistas preten-den medir la actividad económica y su

crecimiento, por ejemplo, entre un año y el siguiente,o comparar la riqueza o pobreza relativa de los paí-ses. Sin embargo, es un índice muy discutible.

Es una medida engañosa, sobre todo para el TercerMundo, porque todos los bienes y servicios que noson comercializados en el mercado no son contabili-zados. Así, por ejemplo, si un pescador vende el frutode su trabajo a un restaurante, su pesca será contabi-lizada en el PIB, pero si ese mismo pescado es comidopor él y su familia, no figurará en las cuentas. El tra-bajo de una empleada doméstica en una mansión for-mará parte del PIB, pero esa misma tarea desempeña-da sin salario por una madre en su casa no será tomadaen cuenta en el cálculo.

El trabajo doméstico no remunerado y las econo-mías de subsistencia pueden ser despreciables en lospaíses industrializados, pero son la forma de vida dela mayoría de la población de muchos países delTercer Mundo y quedan fuera de las estadísticas.Además, un volumen considerable de actividades in-dustriales y comerciales que sí deberían entrar teóri-camente en los cálculos, son realizados en el TercerMundo en forma clandestina, es decir no notificadaal Estado, a efectos de no pagar impuestos. Esta acti-vidad informal sólo puede ser estimada (y noeficientemente contabilizada) y por lo tanto las esta-dísticas resultan meras aproximaciones.

Por otra parte, el cálculo del PIB no incluye loscostos ecológicos de producción (en los que entranla contaminación provocada por la fabricación y losresiduos de la misma). El PIB no refleja así el consu-

mo de los recursos naturales y el agotamiento de lasreservas mundiales, que constituyen la verdadera ri-queza natural. Un país que gasta aceleradamente unrecurso natural no renovable (cobre, por ejemplo)puede tener un PIB cada vez más alto, que daría laidea de creciente riqueza, pero en realidad se esta-ría empobreciendo. En consecuencia, el valor real(o el valor de uso) de los recursos naturales debe sertenido en cuenta, al igual que los costos ecológicosy económicos resultantes de la producción.

Por esta razón, se han expresado opiniones con-trarias para medir el desarrollo con base en el PIB y sehan propuesto otros indicadores para tal efecto (véanselas estadísticas siguientes dentro de este artículo).Pero las políticas del Norte siguen teniendo el creci-miento como objetivo y el Sur (o sus gobernantes)quieren reducir la brecha y alcanzar los niveles deconsumo de los países ricos. La desigual realidad estágráficamente representada en el mapa (véase figura 1).

La base de cada prisma es proporcional a la pobla-ción del país sobre el que se asienta. La altura es pro-porcional a su PIB per cápita anual, expresado en dó-lares. El volumen será, entonces, proporcional al PIB

total del país. Así, el producto interno bruto de Brasiles prácticamente igual al de China, pero su ingresopor habitante es 10 veces mayor.

El mapa muestra claramente cómo los ingresos ele-vados son monopolio casi exclusivo de un puñadode países del norte del planeta. La desigualdad au-menta cada día, ya que las economías industrializa-das crecen más rápido que las de la mayoría de lospaíses del Tercer Mundo. Hay torres muy altas en al-gunos países, como los emiratos exportadores de pe-tróleo del Golfo, pero a tal altura sólo se llega porquesu población es pequeña. A pesar de toda la mitolo-gía sobre las inmensas riquezas petroleras, el volu-

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Instituto del Tercer Mundo, “Bienestar humano”, en Guía del mundo 1993/1994, Montevideo, Instituto del Tercer Mundo, 1992, pp. 67-72.

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Bienestar humano

Instituto del Tercer Mundo

La sustentabilidad del desarrollo

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Figura 1. La base de cada prisma es proporcional a la población del país sobre el que se asienta. La altura es proporcional al PIB per cápita anualexpresado en dólares.

Bienestar humano○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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Figura 2. Distribución de la riqueza entre las distintas clases y grupos sociales de cada país. Cada prima representa 20% de la población. El 20% másrico esta subdividido en dos partes.

men de esos prismas es poco significativo y parecetan inestable en el mapa como lo es en la realidad.

El reparto del pastel

El ingreso anual medio (o producto bruto per cápitaen términos técnicos) es uno de los indicadores másusados para medir la riqueza o pobreza relativa delas naciones. La altura de los bloques en la figura 1 esproporcional al ingreso per cápita y muestra cómo unbrasileño medio gana 10 veces más que un chino me-dio, o que un sueco recibe tanto como 100 bengalíes.

Sin embargo, este coeficiente, que se obtiene divi-diendo el producto total de la economía entre el nú-mero de habitantes, nada nos dice sobre cómo se dis-tribuye la riqueza entre las distintas clases y grupossociales de cada país.

Eso es lo que se muestra en la figura 2, elaboradacon los últimos datos divulgados por el Banco Mun-dial, para algunos países. Como en la figura anterior,la superficie de la base es proporcional a la pobla-ción. Pero aquí hemos dividido a los habitantes delpaís en cinco partes numéricamente iguales, cuyosingresos medios anuales tienen distintas alturas. El

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20% más rico de la población está subdividido, a suvez, a la mitad, para mostrar cuánto gana el 10% demás altos ingresos. La suma de los volúmenes de cadasector social dará el total nacional, que si se repartie-ra uniformemente llegaría a la altura de la línea pun-teada, que indica el promedio de los ingresos del país.

Una escalera empinada indica una distribuciónmuy desigual de la riqueza. Como se puede ver, algu-nos países tienen la gran mayoría de su poblaciónpor debajo de la línea media de ingresos, mientrasotros presentan un reparto más equilibrado.

Verificamos así que en el caso de Brasil, la mitaddel volumen de la riqueza total del país está en ma-nos de apenas 10% de la población, mientras que enla India esa misma proporción de ricos se queda conun tercio del producto. Sin embargo, aunque el repar-to sea más justo, el mapa también muestra que en laIndia hay mucho menos para repartir.

Índices alternativosLas insuficiencias del PIB como indicador de la pobre-za/riqueza de una nación y sus habitantes han lleva-do, en los últimos años, a elaborar índices alternativospara medir el progreso económico y social. Entre estosintentos se encuentran el Índice de Desarrollo Huma-no (IDH), ideado por las Naciones Unidas, el Índice deBienestar Económico Duradero (IBED) y el Consumode Grano por Persona (CGP) (véase cuadro 1, p. 116).

El Índice de Desarrollo Humano, en una escala de0 a 1, es una mezcla de tres indicadores: la longevi-dad, el conocimiento y el ingreso. Para medir el pri-mero, se utilizó la esperanza de vida al nacer, y parael segundo, el alfabetismo adulto. Para el tercero, de-finido también como nivel de vida decente, se usó elPIB por persona, ajustado al poder adquisitivo. ¿En quése diferencia el IDH del PIB?

El IDH muestra que el ciudadano medio de Malasiaestá apenas 18% menos desarrollado que el de Sue-cia, mientras que usando el PIB per cápita concluiría-mos que es 1 000% más pobre. Un ingreso de 1 000dólares per cápita utilizado adecuadamente en edu-cación y en salud podría ubicar a ese país en los pri-meros puestos del IDH, al lado de ingresos de 20 000dólares por persona (véase cuadro 2, p. 117).

Desde este ángulo, el IDH proporciona un argumen-to más en favor de la necesidad de una redistribución

del ingreso entre el Norte y el Sur. Pero más allá deese aspecto, el IDH ha sido criticado por pretenderdar una idea del desarrollo humano, algo tan subjeti-vo o más que la noción de crecimiento económico.Se objeta asimismo que no da ninguna idea sobre ladegradación ambiental (véase cuadro 3, p. 118).

Los técnicos de la ONU hicieron después algunoscambios en el cálculo del IDH. En la variable del co-nocimiento, al alfabetismo adulto se agregó la esco-laridad promedio. En cuanto al ingreso, en vez delvalor cero dado en un principio a los países cuyo PIB

per cápita estaba por encima de la línea de pobreza,se le dio un valor progresivamente decreciente. Noson cambios sustanciales.

Algunos economistas han propuesto, como indi-cador más veraz, el índice de Condiciones Elementa-les de Vida (CEV), calculado por medio de una combi-nación de datos sobre salud, alimentación, vestido,vivienda, condiciones sanitarias, educación, etcéte-ra. De esta manera, se podría mostrar que países coningresos per cápita relativamente bajos pueden alcan-zar un nivel de bienestar medio moderado (por ejem-plo Barbados registra un valor de 95%, muy cercanoal 98% de Canadá).

El Índice de Bienestar Económico Duradero (IBED)fue inventado por los estadounidenses Herman Dalyy John Cobb para tener en consideración la distribu-ción del ingreso y la degradación del medio ambien-te. El IBED separa los costos ecológicos según el ago-tamiento de recursos naturales, la pérdida de tierraspor la erosión, la contaminación del aire y el agua,hasta daños a largo plazo y en gran escala, como loscausados sobre la capa de ozono.

El IBED sirvió para ver que el bienestar medio enEstados Unidos, luego de crecer 42% entre 1950 y1976, comenzó a declinar, descendiendo en poco másde 12% en 1988, el último año en que fue calculado(véase figura 3).

El problema del IBED y de otros índices similareses que depende de informaciones disponibles en po-cas naciones. En los países más pobres es donde haymenos cifras sobre la degradación ambiental.

Por ese motivo, otros prefieren el Consumo de Gra-no por Persona (CGP) como indicador accesible y ade-cuado para establecer comparaciones entre países. Porun lado, es menos alterable por las desigualdades en

Bienestar humano○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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el poder adquisitivo. Los niveles de ingreso puedenvariar entre 1 y 20 (como sucede en Argelia y Brasil,por ejemplo), pero la gama de diferencias en el con-sumo de granos sólo se extiende entre 1 y 4.

Al mismo tiempo, la producción de granos puededar una medida de la degradación ecológica, al serafectada más rápidamente que el PIB por las activida-des destructivas del medio ambiente más allá de laagricultura, como la contaminación de la atmósfera,los cambios de estación provocados por el calenta-miento de la Tierra y el aumento de las inundacionesprovocado por la deforestación.

Ésta no es una simple discusión de índices técni-cos, propia de especialistas en la materia. En variospaíses (Costa Rica, Holanda, Suecia, Chile, por ejem-

Cuadro 1. Producto interno bruto por habitante

País PIB País PIB País PIB País PIB

Afganistán 710

Alemania 14 620

Angola 840

Arabia Saudita 9 350

Argelia 2 470

Argentina 4 360

Australia 14 530

Austria 12 350

Bangladesh 720

Barbados 6 020

Bélgica 13 010

Benin 1 050

Bolivia 1 480

Botswana 2 510

Brasil 3 810

Burkina Faso 650

Burundi 550

Camerún 1 670

Canadá 17 680

Chad 510

Chile 4 720

China 2 470

China-Hong Kong 14 010

Chipre 8 380

Congo 2 120

Corea del Sur 5 680

Costa Rica 4 320

Costa de Marfil 1 430

Dinamarca 13 610

Ecuador 2 810

Egipto 1 930

El Salvador 1 950

Emiratos Árabes Unidos 5 480

España 8 250

Estados Unidos 19 850

Etiopía 350

Fidji 3 610

Filipinas 2 170

Finlandia 13 980

Francia 13 590

Gabón 3 960

Gambia 650

Ghana 970

Grecia 6 440

Guatemala 2 430

Guinea 910

Guyana 1 480

Haití 970

Holanda 12 680

Honduras 1 490

Hungría 5 920

India 870

Indonesia 1 820

Iraq 3 510

Irán 3 560

Irlanda 7 020

Islandia 16 820

Israel 10 860

Italia 13 000

Jamaica 4 620

Japón 13 650

Jordania 2 570

Kenia 1 010

Lesotho 1 390

Liberia 890

Luxemburgo 14 290

Madagascar 670

Malasia 5 070

Malawi 620

Malí 500

Malta 7 490

Marruecos 2 380

Mauricio 5 320

Mauritania 960

México 5 320

Mozambique 1 070

Myanmar 660

Nepal 770

Nicaragua 2 660

Níger 610

Nigeria 1 030

Noruega 13 820

Nueva Zelanda 11 310

Omán 9 290

Pakistán 1 790

Panamá 3 790

Papua Nueva Guinea 1 960

Paraguay 2 590

Perú 3 080

Polonia 4 190

Portugal 5 980

Reino Unido 13 060

República Centroafricana 780

República Dominicana 2 420

Rwanda 730

Senegal 1 250

Sierra Leona 1 030

Singapur 10 540

Siria 4 460

Somalia 1 330

Sri Lanka 2 120

Sudáfrica 2 630

Sudán 970

Suecia 14 940

Suiza 17 220

Surinam 3 830

Swazilandia 2 110

Tailandia 3 280

Tanzania 570

Togo 700

Trinidad y Tobago 4 580

Túnez 3 170

Turquía 3 900

Uganda 410

Uruguay 5 790

Venezuela 5 650

Zaire 430

Zambia 870

Zimbabwe 1 370

plo) se está haciendo una revisión de los índices tra-dicionales utilizados para medir el crecimiento y po-

Fuente: PNUD, Desarrollo humano. Informe 1991, Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1991.

Figura 3. Índice del bienestar medio en Estados Unidos.

La sustentabilidad del desarrollo

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Cuadro 2. Índice de desarrollo humano (IDH)

País IDH País IDH País IDH

Japón 0.993 Dominicana 0.800 Marruecos 0.431Canadá 0.983 Panamá 0.796 Cabo Verde 0.428Islandia 0.983 Surinam 0.792 Bolivia 0.416Suecia 0.982 Emiratos Árabes Unidos 0.767 Zimbabwe 0.413Suiza 0.981 Sudáfrica 0.766 São Tomé e Príncipe 0.399Noruega 0.978 Jamaica 0.761 Kenia 0.399Estados Unidos 0.976 Brasil 0.759 Egipto 0.394Holanda 0.976 Colombia 0.757 Congo 0.374Australia 0.973 Cuba 0.754 Madagascar 0.371Francia 0.971 Seychelles 0.752 Papua Nueva Guinea 0.353Reino Unido 0.967 Granada 0.751 Zambia 0.351Dinamarca 0.967 San Cristóbal-Nevis 0.719 Camerún 0.328Finlandia 0.963 Tailandia 0.713 Pakistán 0.311Alemania 0.959 Belice 0.700 Ghana 0.311Nueva Zelanda 0.959 Santa Lucía 0.699 Costa de Marfil 0.311Bélgica 0.958 Arabia Saudita 0.697 India 0.308Austria 0.957 Turquía 0.694 Zaire 0.299Italia 0.955 Siria 0.681 Haití 0.296Luxemburgo 0.954 Paraguay 0.667 Comoras 0.274España 0.951 Corea del Norte 0.665 Tanzania 0.266Israel 0.950 Sri Lanka 0.665 Laos 0.253Barbados 0.945 Libia 0.665 Nigeria 0.242Irlanda 0.945 Ecuador 0.655 Yemen 0.242Grecia 0.934 Perú 0.644 Togo 0.225Checoslovaquia 0.920 San Vicente 0.636 Liberia 0.220China-Hong Kong 0.934 República Dominicana 0.622 Rwanda 0.213Malta 0.917 Samoa 0.618 Uganda 0.204Chipre 0.923 China 0.614 Senegal 0.189Hungría 0.911 Jordania 0.614 Bangladesh 0.186Ex-URSS 0.908 Filipinas 0.613 Guinea Ecuatorial 0.186Bahamas 0.920 Nicaragua 0.612 Malawi 0.179Bulgaria 0.899 Omán 0.604 Burundi 0.177Yugoslavia 0.893 Mongolia 0.596 Camboya 0.175Portugal 0.879 Líbano 0.592 Etiopía 0.166Polonia 0.863 Guyana 0.589 República Centroafricana 0.166Uruguay 0.905 Túnez 0.588 Sudán 0.164Albania 0.821 Iraq 0.582 Bhután 0.159Rumania 0.762 Irán 0.577 Nepal 0.158Corea del Sur 0.884 Maldivas 0.534 Mozambique 0.155Singapur 0.879 El Salvador 0.524 Angola 0.150Chile 0.878 Botswana 0.524 Mauritania 0.140Trinidad y Tobago 0.876 Salomón 0.521 Somalia 0.118Costa Rica 0.876 Gabón 0.510 Benín 0.114Brunei 0.861 Indonesia 0.499 Guinea Bissau 0.088Argentina 0.854 Vietnam 0.498 Chad 0.087Venezuela 0.848 Honduras 0.492 Djibouti 0.083México 0.838 Vanuatu 0.490 Burkina Faso 0.081Antigua 0.832 Argelia 0.490 Níger 0.079Mauricio 0.831 Guatemala 0.488 Malí 0.072Kuwait 0.827 Swazilandia 0.462 Afganistán 0.069Qatar 0.812 Namibia 0.440 Guinea 0.066Bahrain 0.810 Myanmar 0.437 Gambia 0.064Malasia 0.802 Lesotho 0.432 Sierra Leona 0.048

Fuente: PNUD, Desarrollo humano. Informe 1991, Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1991.

Bienestar humano○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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Países con muy alta mortalidad infantil(TMM5 mayor de 140)

Mozambique 297 Nepal 189Afganistán 292 Yemen (ex Rep. Árabe) 187Angola 292 Senegal 185Malí 284 Bangladesh 180Sierra Leona 257 Madagascar 176Malawi 253 Sudán 172Guinea Bissau 246 Tanzania 170Guinea 237 República Centroafricana 169Burkina Faso 228 Namibia 167Níger 221 Nigeria 167Etiopía 220 Gabón 164Chad 216 Uganda 164Somalia 215 Bolivia 160Mauritania 214 Pakistán 158Liberia 205 Laos 152Rwanda 198 Camerún 148Camboya 193 Benin 147Burundi 192 Togo 147Bhután 189 India 142

Países con alta mortalidad infantil (TMM5 de 71 a 140)

Ghana 140 Sudáfrica 88Costa de Marfil 136 Myanmar 88Haití 130 El Salvador 87Zaire 130 Zimbabwe 87Lesotho 129 Iraq 86Zambia 122 Egipto 85Perú 116 Botswana 85Libia 112 Turquía 80Marruecos 112 Mongolia 84Congo 110 Honduras 84Kenia 108 Ecuador 83Argelia 98 Brasil 83Indonesia 97 Papua Nueva Guinea 80Guatemala 94 Nicaragua 78Arabia Saudita 91 República Dominicana 78

Países con mortalidad infantil media(TMM5 de 21 a 70)

Filipinas 69 Corea del Norte 35Vietnam 65 Sri Lanka 35Túnez 62 Tailandia 34Paraguay 60 Rumania 34Siria 59 Ex-URSS 31Irán 59 Panamá 31Líbano 56 Emiratos Árabes Unidos 30Jordania 52 Corea del Sur 30Colombia 50 Malasia 29México 49 Mauricio 28Omán 49 Chile 27Venezuela 43 Uruguay 25China 42 Yugoslavia (antes de 1991) 23Albania 37 Costa Rica 22Argentina 35

Países con baja mortalidad infantil (TMM5 menor de 20)

Jamaica 20 España 10Kuwait 19 Bélgica 9Polonia 18 Austria 9Bulgaria 18 Reino Unido 9Trinidad y Tobago 17 Singapur 9Hungría 16 Francia 9Portugal 16 Suiza 9Cuba 14 Dinamarca 9Checoslovaquia 13 Irlanda 9Nueva Zelanda 12 Alemania 9Israel 11 Canadá 9Grecia 11 Holanda 9Estados Unidos 11 China-Hong Kong 7Italia 11 Finlandia 7Noruega 10 Suecia 7Australia 10 Japón 6

Fuente: Estado mundial de la infancia 1992, Nueva York, 1991.

Cuadro 3. Mortalidad de menores de 5 años (1990)

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niendo a prueba otros que den a sus gobiernos y, so-bre todo, a la población, una idea clara de lo quepasa con la riqueza nacional, cómo se le preserva yaprovecha.

La Conferencia de Naciones Unidas sobre MedioAmbiente y Desarrollo (CNUMAD), realizada en juliode 1992, en Río de Janeiro, Brasil, reconoció formal-mente también la insuficiencia de los indicadores tra-dicionales y, entre las recomendaciones del Progra-ma XXI (Agenda 21), en su capítulo 8, propone unprograma para desarrollar en todos los países siste-mas integrados de cuentas nacionales, que tengan enconsideración las dimensiones sociales, económicasy ecológicas del desarrollo sustentable.

El desarrollo humano para UNICEF

En la búsqueda del índice de desarrollo de un paísque sea una medida del progreso tanto económicocomo humano, el UNICEF ha preferido el nivel y loscambios en el bienestar de la infancia. El UNICEF eli-gió la tasa de mortalidad de los niños menores de cincoaños (TMM5) como el indicador más representativo delestado de la infancia de un país.

La primera ventaja del uso de la TMM5 consiste enque este indicador mide los resultados finales (outputs)del proceso de desarrollo, en lugar de los factores in-

termedios (inputs), tales como el nivel de escolari-dad, la disponibilidad de calorías per capita o el nú-mero de médicos por habitante, que son medios paraconseguir un fin determinado.

La segunda ventaja es que la TMM5 es resultado deuna amplia gama de factores: alimentación sana, co-nocimientos sanitarios de la madre, cobertura de in-munización, servicios de atención materna-infantil,nivel de ingresos y disponibilidad de alimentos de lafamilia, acceso a agua potable y saneamiento, y se-guridad del medio ambiente infantil (véase cuadro 3,página 119).

Por último, la TMM5 está menos expuesta a las de-formaciones que impone el promedio estadístico a ín-dices como el PNB per cápita. Los hijos de los ricos nopueden tener 1 000 veces más posibilidades de sobre-vivir, aunque tengan un ingreso 1 000 veces mayor. LaTMM5 es así una medida más precisa de la situación enque se encuentra la mayoría de la población infantil.

En las estadísticas anexas los países aparecen se-gún el orden descendente de la TMM5. A su vez, comoindicador del ritmo del progreso, el UNICEF utiliza lavelocidad del ritmo de reducción de la TMM5, medi-da a partir del cálculo de la tasa de reducción anual(TMRA). Se puede apreciar que no existe una relaciónfija entre la TMRA y el crecimiento del PNB.

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Tres postulados y algunas proposiciones

l desarrollo se refiere a las personas yno a los objetos. Este es el postuladobásico del desarrollo a escala humana.Aceptar este postulado —ya sea por op-ciones éticas, racionales o intuitivas—

nos conduce a formularnos la siguiente pregunta fun-damental: ¿Cómo puede establecerse que un deter-minado proceso de desarrollo es mejor que otro?Dentro del paradigma tradicional se tienen indicadorestales como el Producto Bruto Interno (PIB), el cual es,de alguna manera y caricaturizándolo un poco, unindicador del crecimiento cuantitativo de los objetos.Necesitamos ahora un indicador del crecimiento cua-litativo de las personas. ¿Cuál podría ser?

Contestamos la pregunta en los siguientes térmi-nos: El mejor proceso de desarrollo será aquel quepermita elevar más la calidad de vida de las personas.La pregunta siguiente se desprende de inmediato: ¿Quédetermina la calidad de vida de las personas?

La calidad de vida dependerá de las posibilidadesque tengan las personas de satisfacer adecuadamentesus necesidades humanas fundamentales. Surge la ter-cera pregunta: ¿Cuáles son esas necesidades fundamen-tales? ¿Quién decide cuáles son? Antes de responder aesta pregunta, deben hacerse algunas disquisiciones.

Necesidades y satisfactores. Se ha creído, tradicio-nalmente, que las necesidades humanas tienden a serinfinitas; que están constantemente cambiando; quevarían de una cultura a otra, y que son diferentes en

cada periodo histórico. Nos parece que tales suposi-ciones son incorrectas, puesto que son producto deun error conceptual.

El típico error que se comete en la literatura y aná-lisis acerca de las necesidades humanas es que no seexplicita la diferencia fundamental entre lo que sonpropiamente necesidades y lo que son satisfactoresde esas necesidades. Es indispensable hacer una dis-tinción entre ambos conceptos —como se demostra-rá más adelante— por motivos tanto epistemológicoscomo metodológicos.

La persona es un ser de necesidades múltiples einterdependientes. Por ello las necesidades humanasdeben entenderse como un sistema en que las mis-mas se interrelacionan e interactúan. Simultaneidades,complementariedades y compensaciones (trade-offs)son características de la dinámica del proceso de sa-tisfacción de las necesidades.

Las necesidades humanas pueden desagregarseconforme a múltiples criterios, y las ciencias huma-nas ofrecen en este sentido una vasta y variada litera-tura. En este documento se combinan dos criteriosposibles de desagregación: según categorías existen-ciales y según categorías axiológicas. Esta combina-ción permite operar con una clasificación que inclu-ye, por una parte, las necesidades de Ser, Tener, Hacery Estar, y, por la otra, las necesidades de Subsistencia,Protección, Afecto, Entendimiento, Participación,Ocio, Creación, Identidad y Libertad.1 Ambas cate-gorías de necesidades pueden combinarse con la ayu-da de una matriz (p. 122).

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Desarrollo y necesidades humanas

Manfred A. Max-Neef, Antonio Elizalde y Martín Hopenhayn

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Manfred A. Max-Neef, Antonio Elizalde y Martín Hopenhayn, “Desarrollo y necesidades humanas” (fragmentos), en Desarrollo a escala humana,Montevideo, Nordan-Comunidad, 1993, pp. 40-82.

1 Si bien en la cultura judeocristiana se nos ha dicho que “la ociosidad es la madre de todos los vicios”, creemos firmemente que tiene muchasvirtudes. De hecho, el Ocio y la Creación parecen ser inseparables si se interpreta al primero como el “estado de conciencia y espíritu que invitaa todas las musas”. Se puede encontrar una brillante argumentación en este sentido en la obra de Bertrand Russell In Praise of Idleness. Decualquier manera, ocio no es sinónimo de holgazanería.

La sustentabilidad del desarrollo

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Matriz de necesidades y satisfactores

1/ Salud física, salud mental, 2/ Alimentación, abrigo, trabajo 3/ Alimentar, procrear, 4/ Entorno vital,equilibrio, solidaridad, humor; descansar, trabajar entorno socialadaptabilidad

5/ Cuidado, adaptabilidad, 6/ Sistema de seguros, ahorro, 7/ Cooperar, prevenir, 8/ Contorno vital,autonomía, equilibrio, seguridad social, sistemas de planificar, cuidar, curar, contorno social,solidaridad salud, legislaciones, derechos, defender morada

familia, trabajo

9/ Autoestima, solidaridad, 10/ Amistades, parejas, 11/ Hacer el amor, acariciar, 12/ Privacidad, intimidad,respeto, tolerancia, generosidad familia, animales expresar emociones, hogar, espacios de encuentroreceptividad, pasión, voluntad, domésticos, plantas, compartir, cuidar, cultivar,sensualidad, humor jardines apreciar

13/ Conciencia crítica, 14/ Literatura, maestros, 15/ Investigar, estudiar, 16/ Ámbitos de interacciónreceptividad, curiosidad, método, políticas experimentar, educar, formativa: escuelas,asombro, disciplina, educacionales, políticas analizar, meditar, universidades, academias,intuición, racionalidad comunicacionales interpretar agrupaciones, comunidades,

familia

17/ Adaptabilidad, 18/ Derechos, 19/ Afiliarse, cooperar, 20/ Ámbitos dereceptividad, solidaridad, responsabilidades, proponer, compartir, interaccióndisposición, convicción, obligaciones, discrepar, acatar, participativa:entrega, respeto, pasión, atribuciones, trabajo dialogar, acordar, cooperativas,humor opinar asociaciones, iglesias,

comunidades,vecindarios, familias

21/ Curiosidad, 22/ Juegos, espectáculos, 23/ Divagar, abstraerse, 24/ Privacidad,receptividad, imaginación, fiestas, calma soñar, añorar, fantasear, intimidad, espacios dedespreocupación, humor, evocar, relajarse, encuentro, tiempotranquilidad, sensualidad divertirse, jugar libre, ambientes,

paisajes

25/ Pasión, voluntad, 26/ Habilidades, 27/ Trabajar, inventar, 28/ Ámbitos deintuición, imaginación, destrezas, método, construir, idear, producción yaudacia, racionalidad, trabajo componer, diseñar, retroalimentación:autonomía, inventiva, interpretar talleres, ateneos,curiosidad agrupaciones,

audiencia, espaciosde expresión,libertad temporal

29/ Pertenencia, 30/ Símbolos, lenguaje, 31/ Comprometerse, 32/ Socio-ritmos,coherencia, diferencia, hábitos, costumbres, integrarse, confundirse, entornos de laautoestima, asertividad grupos de referencia, definirse, conocerse, cotidianidad, ámbitos

sexualidad, valores, reconocerse, de pertenencia,normas, roles, memoria actualizarse, crecer etapas madurativashistórica, trabajo

33/ Autonomía, 34/ Igualdad 35/ Discrepar, optar, 36/ Plasticidadautoestima, voluntad, de derechos diferenciarse, arriesgar, espacio-temporalpasión, asertividad, conocerse, asumirse,apertura, determinación, desobedecer, meditaraudacia, rebeldía,tolerancia

Necesidades según categorías existencialesNecesidades

según categoríasaxiólogicas Ser Tener Hacer Estar

Nota: La columna del Ser registra atributos, personales o colectivos, que se expresan como sustantivos. La columna del Tener registra instituciones,normas, mecanismos, herramientas (no en sentido material), leyes, etcétera, que pueden ser expresados en una o más palabras. La columna del Hacerregistra acciones, personales o colectivas, que pueden ser expresadas como verbos. La columna del Estar registra espacios y ambientes.

Participación

Subsistencia

Protección

Afecto

Entendimiento

Ocio

Creación

Identidad

Libertad

Desarrollo y necesidades humanas○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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De la clasificación propuesta se desprende que, porejemplo, alimentación y abrigo no deben considerar-se como necesidades, sino como satisfactores de lanecesidad fundamental de subsistencia. Del mismomodo, la educación (ya sea formal o informal), el es-tudio, la investigación, la estimulación precoz y lameditación son satisfactores de la necesidad de en-tendimiento. Los sistemas curativos, la prevención ylos esquemas de salud, en general, son satisfactoresde la necesidad de protección.

No existe correspondencia biunívoca entre nece-sidades y satisfactores. Un satisfactor puede contri-buir simultáneamente a la satisfacción de diversas ne-cesidades o, a la inversa, una necesidad puede requerirde diversos satisfactores para ser satisfecha. Ni siquieraestas relaciones son fijas. Pueden variar según tiem-po, lugar y circunstancias.

Valga un ejemplo como ilustración. Cuando unamadre le da el pecho a su bebé, a través de ese acto,contribuye a que la criatura reciba satisfacción simul-tánea para sus necesidades de subsistencia, protección,afecto e identidad. La situación es obviamente distin-ta si el bebé es alimentado de manera más mecánica.

Habiendo diferenciado los conceptos de necesi-dad y de satisfactor, es posible formular dos postula-dos adicionales. Primero: Las necesidades humanasfundamentales son finitas, pocas y clasificables. Se-gundo: Las necesidades humanas fundamentales(como las contenidas en el sistema propuesto) son lasmismas en todas las culturas y en todos los periodoshistóricos. Lo que cambia, a través del tiempo y delas culturas, es la manera o los medios utilizados parala satisfacción de las necesidades.

Cada sistema económico, social y político adopta di-ferentes estilos para la satisfacción de las mismas nece-sidades humanas fundamentales. En cada sistema, éstasse satisfacen (o no se satisfacen) a través de la genera-ción (o no generación) de diferentes tipos de satisfactores.

Uno de los aspectos que define una cultura es suelección de satisfactores. Las necesidades humanas fun-damentales de un individuo que pertenece a una socie-dad consumista son las mismas de aquel que pertene-ce a una sociedad ascética. Lo que cambia es la elecciónde cantidad y calidad de los satisfactores, y las posibi-lidades de tener acceso a los satisfactores requeridos.

[...]

Bases para una sistematización posible

Una taxonomía de las necesidades humanas. Tal comoya quedó dicho, lo que precisamos es una teoría delas necesidades para el desarrollo. Eso nos plantea laexigencia de construir una taxonomía de necesida-des humanas que nos sirva como instrumento de po-lítica y de acción.

Sin duda existen muchas maneras de clasificarnecesidades, y todas ellas dependen de los propósi-tos que con la clasificación se persigan. De allí quetoda taxonomía debe considerarse como provisoria,abierta y sujeta a cambios en la medida en que surjannuevas razones o evidencias para hacerlos. Para lospropósitos del desarrollo, una taxonomía pluridimen-sional que distinga claramente entre necesidades ysatisfactores es una herramienta útil y factible. Lamen-tablemente, en la formulación de dicha taxonomíanunca podremos estar al resguardo de la objeción dearbitrariedad. Pero considerando que el esfuerzo es,de todas maneras, imprescindible, podemos reducirel riesgo si respetamos los siguientes requisitos:

a) La taxonomía debe ser comprensible: las necesi-dades enumeradas deben ser fácilmente reconoci-bles e identificadas como propias.

b) La taxonomía debe combinar amplitud con espe-cificidad: debe llegarse a un número reducido denecesidades claramente enunciables (una palabrapara cada necesidad), pero capaces de crear en suconjunto un universo suficientemente amplio paraque cualquier necesidad fundamental vivida pue-da remitirse a él.

c) La taxonomía debe ser operativa: para todo satisfac-tor existente o pensable, una o más de las necesi-dades enunciadas ha de aparecer como necesidadobjetivo del satisfactor. Lo que debe pretendersees que la taxonomía haga posible el análisis de larelación entre necesidades y formas en que ellasse satisfacen.

d) La taxonomía debe ser potencialmente crítica: nobasta que la taxonomía remita satisfactores a ne-cesidades. Es preciso también poder determinar lasnecesidades para las cuales no existen satisfactoresdeseables o satisfactores que destruyen o inhibenla realización de necesidades.

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e) La taxonomía debe ser potencialmente propo-sitiva: en la medida en que sea crítica y capaz de de-tectar insuficiencias en la relación entre satisfactoresdisponibles y necesidades vividas, la taxonomía debeservir de resorte para pensar un orden alternativo ca-paz de generar y fomentar satisfactores para las nece-sidades de todas las personas, y sustituir satisfactoresexcluyentes, que sacrifican unas necesidades, porotros más comprehensivos, que combinen la satisfac-ción de varias necesidades.

La taxonomía propuesta representa una opción. Estáreferida al desarrollo y la consideramos operacionalpara el desarrollo. Además satisface los requisitos enun-ciados. Sin embargo, aun así debe considerarse comopropuesta abierta, susceptible de ser perfeccionada.

[...]

Ejemplos de satisfactores y sus atributos

La matriz que se propone es sólo un ejemplo que noagota los tipos de satisfactores posibles. De hecho,los satisfactores pueden tener diversas característicasque abarcan un amplio abanico de posibilidades. [...]

Opciones que definen el desarrollo

Necesidades humanas: del enfoque lineal al enfoquesistémico. Las necesidades humanas fundamentalesconforman un sistema en el que no cabe establecerlinealidades jerárquicas. Esto significa, por una parte,que ninguna necesidad es per se más importante queotra, y por otra parte, que no hay un orden fijo deprecedencia en la actualización de las necesidades(que la necesidad B, por ejemplo, sólo puede ser sa-tisfecha luego de que la A haya sido satisfecha).Simultaneidades, complementariedades y compensa-ciones (trade-offs), son características de la conductadel sistema. Existen, sin embargo, límites para estageneralización. Es preciso reconocer un umbral pre-sistema, por debajo del cual la urgencia por satisfaceruna determinada necesidad llega a asumir caracterís-ticas de urgencia absoluta.

El caso de la subsistencia es el más claro. Cuandoesa necesidad está infrasatisfecha, otra necesidadqueda bloqueada y prevalece un único impulso. Pero

el caso no es sólo válido para la subsistencia. Es igual-mente pertinente para otras necesidades. La ausen-cia total de afecto o la pérdida de identidad puedenllevar a las personas hasta extremos de autoaniqui-lación.

La opción de trabajar con el supuesto de linealidado con el supuesto sistémico es, sin duda, la opciónmás importante para definir un estilo de desarrollo.

Regirse por la lógica de la linealidad da origen apatrones de acumulación divorciados de la preocu-pación por el desarrollo de las personas. Si se optapor la linealidad, la estrategia establecerá prioridadesa partir de las pobrezas de subsistencia observadas.Los programas se orientarán preferentemente de ma-nera asistencial, como un ataque a la pobreza enten-dida convencionalmente. Las necesidades serán en-tendidas exclusivamente como carencias y, en el mejorde los casos, los satisfactores que el sistema genereserán singulares. Paradójicamente, tal opción impul-sa una causación circular acumulativa (en el sentidode Myrdal) y los pobres no dejan de ser pobres en lamedida en que aumenta su dependencia de satisfac-tores generados exógenamente a su medio.

Si se opta por el supuesto sistémico, la estrategiapriorizará la generación de satisfactores endógenosy sinérgicos. Las necesidades serán entendidas si-multáneamente como carencias y como potencias,permitiendo así romper el círculo vicioso de la po-breza.

De lo anterior se desprende que la manera en quese entiendan las necesidades, funciones y atributosque se asignen a los satisfactores posibles, son abso-lutamente definitivos para la definición de una estra-tegia de desarrollo.

De la eficiencia a la sinergia. Enfocar el desarrollo enlos términos aquí propuestos, implica un cambio dela racionalidad económica dominante. Obliga, entreotras cosas, a una revisión profunda del concepto deeficiencia. Ésta suele asociarse a nociones de maximi-zación de productividad y de utilidad, a pesar de queambos términos son ambiguos. Tal como Taylor laentendía —para ilustrar con un caso, conspicuo—, alllevar el criterio económico al extremo más alienadode la razón instrumental, la productividad se nos apa-rece como bastante ineficiente.

Desarrollo y necesidades humanas○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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Sobredimensiona la necesidad de subsistencia yobliga al sacrificio de otras necesidades, acabandopor amenazar la propia subsistencia. Cabe recordarque el taylorismo pasó a la historia como la organiza-ción del surmenage.

En discursos dominantes del desarrollo también seasocia la eficiencia a la conversión del trabajo en ca-pital, a la formalización de las actividades económi-cas, a la incorporación indiscriminada de tecnologíasde punta y, por supuesto, a la maximización de lastasas de crecimiento. El desarrollo consiste para mu-chos en alcanzar los niveles materiales de vida de lospaíses más industrializados, para tener acceso a unagama creciente de bienes (artefactos) cada vez másdiversificados.

Cabe preguntarse hasta qué punto esos intentos deemulación tienen sentido. En primer lugar, no existenevidencias de que en aquellos países las personas vi-van sus necesidades de manera integrada. En segun-do lugar, en los países ricos, la abundancia de recur-sos y de bienes económicos no ha llegado a sercondición suficiente para resolver el problema de laalienación.

El desarrollo a escala humana no excluye metasconvencionales, como el crecimiento económico,para que todas las personas puedan tener un acceso

digno a bienes y servicios. Sin embargo, la diferenciarespecto de los estilos dominantes radica en concen-trar las metas del desarrollo en el proceso mismo deldesarrollo. En otras palabras, que las necesidades hu-manas fundamentales pueden comenzar a realizarse desde el comienzo y durante todo el proceso dedesarrollo; o sea, que la realización de las necesidadesno sea la meta, sino el motor del desarrollo mismo.Ello se logra en la medida en que la estrategia de de-sarrollo sea capaz de estimular permanentemente lageneración de satisfactores sinérgicos.

Integrar la realización armónica de necesidadeshumanas en el proceso de desarrollo significa la opor-tunidad de que las personas puedan vivir ese desarro-llo desde sus comienzos, dando origen así a un de-sarrollo sano, autodependiente y participativo, capazde crear los fundamentos para un orden en el que sepueda conciliar el crecimiento económico, la solida-ridad social y el crecimiento de las personas y de todala persona.

Un desarrollo capaz de conjugar la sinergia con laeficiencia quizás no baste para dar cumplimiento ca-bal a lo deseado; pero sí basta, y plenamente, paraevitar que en el ánimo de las personas lo no deseadoparezca inexorable.

[…]

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¿Cuál es el problema?

ace ya más de 20 años que existenmovimientos sociales organizadosen favor de la protección de los re-cursos naturales y del ambiente.Una gran diversidad de posiciones

caracteriza a estos movimientos, así como una plu-ralidad de intereses. Un aspecto les es común: la pro-moción de lo que sintéticamente puede denominarseconciencia ecológica. Sobre ésta, Edgar Morin escri-bió en 1972, año en que hizo explosión el problemaambiental:

La conciencia ecológica apenas nace y ya corregrandes riesgos. En primer lugar, existe el riesgo dereducirlo todo al problema estrictamente ecológico,cuando su carácter principal es precisamente aco-plar realidades no sólo complementarias sino tam-bién antagónicas y que plantean problemas terri-blemente complejos, es decir, ambivalencias: es elriesgo que se corre con la chochez ecológica: afuerza de mirar el árbol, se pierde de vista el bos-que. Pero está también el riesgo de reducir el pro-blema ecológico, incluso de disolverlo en sus com-ponentes específicamente técnicos, o en lasfórmulas convencionales y rituales de salvaciónrevolucionaria.1

Ya desde entonces, Morin se acercaba a una posi-ción —si bien teóricamente radical— mesurada encuanto a la definición de perspectivas. Morin hablóde las posibilidades de un desarrollo total y multidi-

mensional, no economicista en cuanto a su conteni-do, integrador de valores y aspiraciones sociales uni-versales.

En 1972, una vez concluida la Cumbre de Estocol-mo, el debate ecologista se centraba en temas que hoysiguen vigentes, no obstante el lenguaje renovado olos matices introducidos; dos temas fueron y son cen-trales: el del crecimiento demográfico y el del de-sarrollo económico y social.

El crecimiento demográfico fue visto en primer lu-gar (y aún se observa esta posición frecuentemente)como obstáculo o como factor limitante para el de-sarrollo (con la fórmula necesidades crecientes-recur-sos económicos limitados); en segundo lugar, comouna amenaza para la disponibilidad de recursos na-turales —los alimentarios principalmente—, y en ter-cer lugar, como el factor central en la depredación ydeterioro ambiental.

Desde aquellos años, las propuestas para protegery preservar el entorno han sido muy variadas: desta-can las dirigidas a la promoción del control natal comouna medida urgente, las encaminadas a la promociónde un desarrollo sin crecimiento (o como se decíaentonces, de crecimiento cero), y las más optimistas,que han insistido siempre en el avance tecnológicocomo el elemento básico para superar los problemas.Se reconoció que la pobreza y el hambre eran conse-cuencia de un desarrollo desequilibrado y que el com-bate a estos fenómenos debía sobreponerse a laslimitantes económicas y culturales; pero la pobrezatambién fue vista (¡y aún se ve!) como causa impor-tante de depredación y deterioro. El alto crecimientopoblacional registrado en las áreas subdesarrolladas

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Enrique Provencio y Francisco Pamplona, “Población, medio ambiente y desarrollo sustentable”, en Economía Informa, núm. 244, diciembre-enero1995-96, pp. 4-12, Facultad de Economía, UNAM.

1 Edgar Morin, “La conciencia ecológica no debe ser sometida ni por la tecnología, ni por el marxismo exorcizador”, en Herbert Marcuse y otros,Ecología y revolución, Buenos Aires, Ediciones Nueva Visión, 1975, p. 63.

Población, medio ambiente

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y desarrollo sustentable

Enrique Provencio y Francisco Pamplona

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pobres del planeta se constituyó simultáneamente enuna preocupación y en un problema.

Un reformista radical, presente en el debate de1972 en el que participó Morin (convocado por elNouvel Observateur), Sicco Mansholt —en aquel en-tonces presidente de la Comunidad Económica Euro-pea—, llamó a su ponencia, significativamente, “Elgran problema es saber si 7 000 millones de hombrespueden vivir sobre nuestro planeta”. La respuesta deMansholt estuvo aderezada más que nada ideológi-camente: según él, sí es posible que vivan, con lacondición de que el sistema capitalista sea superado.

Desde los años setenta (y aun antes) la preguntaformulada por Mansholt ha sido repetida una y otravez; los énfasis siguen siendo parecidos: ante un cre-cimiento alto y constante de la población en las áreassubdesarrolladas del mundo, es preciso insistir en elcontrol natal por medio de acciones dirigidas a la re-gulación de la fecundidad, es decir, mediante la pla-nificación familiar. Según la perspectiva reseñada, elprincipal responsable del bajo desarrollo en esos paí-ses y de la depredación y deterioro de los ecosistemases el crecimiento de la población.

Los orígenes de esta advertencia son ampliamenteconocidos, como lo es la frase de Lyndon B. Johnsonde mediados de los sesenta: “Los cinco dólares quese inviertan en el control de la natalidad en AméricaLatina serán de más provecho que los cien para eldesarrollo económico”.2

Las críticas a las posiciones claramente neomalthu-sianas fueron tempranas, atentas a no caer en la tram-pa verbal o ideologizada de que la responsabilidades global, sin introducir matices o sin observar aten-tamente los procesos por los cuales existen proble-mas ambientales:

Cuando, por ejemplo, Forrester y Meadows, los au-tores del informe del Instituto Tecnológico de

Massachusetts, definen desde un principio su mo-delo como mundial —siempre a todo lo largo dela nave espacial tierra— se eximen de poner enclaro la distribución de los costos y sus ventajas;no determinan las desiguales condiciones estruc-turales y las posibilidades de solución del proble-ma. Porque si uno puede darse el lujo de planearel crecimiento y obtener ganancias al suprimir yprever la destrucción cometida, los otros no pue-den ni podrán hacerlo por mucho tiempo.3

En los debates recientes los énfasis expositivos nohan cambiado sustancialmente. Se pueden descubriruna y otra vez opiniones catastrofistas o de un opti-mismo infundado sobre las perspectivas del mundo.

La variable población desempeña, sin duda, un pa-pel de primera magnitud. Un estudio del Fondo de Po-blación de las Naciones Unidas (FUNAP) inicia así: “Aho-ra que el siglo XX toca a su fin, el mundo afronta unproblema intimidante: la necesidad urgente de equili-brar el número de seres humanos y sus necesidadescrecientes con los recursos disponibles, limitando a lavez el ritmo de destrucción ambiental.”4 Según esteestudio “Los progresos para reducir las tasas de natali-dad han sido más lentos de lo previsto”, y se aseguraque hacia finales del próximo siglo se podría llegar hastala cifra de 14 000 millones de habitantes. A medianoplazo las previsiones son igualmente ominosas: el cre-cimiento demográfico puede originar ingentes proble-mas sociales y ambientales, de los cuales no se descar-ta la inestabilidad política, principalmente en lasmegalópolis del tercer mundo, corroídas por la mise-ria, el hacinamiento y la delincuencia.

En ese estudio se asegura que son dos los gruposresponsables “de una parte desproporcionada de ladegradación ambiental: los 1 000 millones más ricos ylos 1 000 millones más pobres”, aun cuando se admitallanamente que las cantidades más grandes de consu-

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2 Citado por Hans Magnus Enzensberger, “Contribución a la crítica de la ecología política”, en La Cultura en México, suplemento de Siempre, núms.1083 y 1084, marzo y abril de 1974.

3 Op. cit.4 FNUAP, “La población y el medio ambiente: los problemas que se avecinan”, Londres, 1991. En este estudio se da cabida a la ecuación de Paul y

Ann Ehrilch, conspicuos investigadores que difundieron las tesis neomalthusianas a principios de los años sesenta. Esta ecuación consiste encuatro componentes: I = PAT, donde I es el efecto ambiental, P es la población, A es el consumo per cápita y T la tecnología perjudicial. El estudioseñala: “Esos tres factores, P, A y T actúan entre sí en forma multiplicadora: en otras palabras, cada uno de ellos multiplica el efecto de los demás.Por tanto, sea cual fuere el tamaño de A y T, el papel de P ha de ser significativo incluso cuando una población y su tasa de crecimiento seanrelativamente pequeñas”, p. 12.

Población, medio ambiente y desarrollo sustentable○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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mo y desperdicio se dan en los países ricos: “Poca dudacabe de que el mundo industrializado consume lamayor proporción de los recursos de la tierra.”

Sin embargo, el estudio del FUNAP enfatiza que lacrisis alimentaria, la erosión y desertificación, la de-forestación, la pérdida de diversidad genética y la es-casez de agua dulce son los principales elementos quepueden ser explicados en parte por el incontrolado cre-cimiento de la población.

Nuevamente, los procesos por los cuales ocurre loanterior son cubiertos por un matiz casual o una fór-mula verbal que contrasta con la aseveración prima-ria; por ejemplo, respecto de la destrucción de losbosques tropicales se dice:

(…) no se debe simplificar demasiado la situación.A menudo, hay toda una serie de factores conexosademás del crecimiento de la población y de lapresión de la tala. Entre ellos cabe citar la pobrezadifundida entre las comunidades rurales, la maladistribución de las tierras de cultivo existentes, lossistemas injustos de tenencia de la tierra, las tec-nologías agrícolas poco eficaces, la insuficienteatención política que se presta a la agricultura desubsistencia, la falta de infraestructura rural y laserróneas estrategias de desarrollo.5

Como se verá más adelante, el tema del medioambiente no admite simplificaciones empíricas o re-ducciones teóricas; su tratamiento debe dar cuentade la complejidad de situaciones y procesos relacio-nados profundamente. El crecimiento demográfico noes causante per se del problema ambiental, muchomenos en diversas escalas espaciales o en diversoscontextos ecológicos; puede, sí, ayudar a explicarprocesos de destrucción y degradación ambiental; ypuede ayudar a planear estrategias sensatas de elimi-nación y de contención de problemas ambientales.6

Población y medio ambiente

Los fenómenos demográficos están relacionados conel medio ambiente de diversa manera. Sus vínculosno están claramente delimitados y, en rigor, nos en-frentamos a un campo de conocimiento poco explo-rado. Como ha escrito Enrique Leff:

La interdeterminación de los procesos demográfi-cos y ambientales (que incluyen un conjunto deprocesos poblacionales) no es una cuestión simpley mucho menos evidente; analizando diversas te-máticas poblacionales que se refieren a la cues-tión ambiental, no es fácil discernir la explicacióncausal que correspondería a la demografía. Porejemplo, en el impacto de los cambios ambienta-les en la salud de la población humana, el surgi-miento del ambiente contaminado es en generalresultado de la producción de sustancias contami-nantes, que tienen que ver más con la dinámicaeconómica y el cambio tecnológico que con el in-cremento de la población.7

No obstante algunos temas/aspectos demográfi-cos pueden —si se evitan los reduccionismos de úl-tima instancia— servir como base explicativa de cier-tos impactos ambientales. Los tópicos más claros son:a) crecimiento de la población, b) distribución de lapoblación y migraciones, c) patrones de urbaniza-ción, d) patrones de consumo alimenticio y e) patro-nes de consumo energético. Por supuesto que lascadenas de mediación no son absolutamente níti-das, por ejemplo en el caso de la urbanización que,a final de cuentas, puede ser vista como un fenóme-no causado por el modelo de acumulación, aunqueya se sabe que sus condicionantes son múltiples ynada despreciables: culturales, familiares e inclusoambientales.

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5 Ibid., p. 17.6 Frente al riesgo de ideologizar el debate contra los defensores del neomalthusianismo. Enzensberger había advertido que: “las necesidades de

una población que crece con rapidez, no se eliminan desenmascarando los intereses ocultos detrás de los teoremas demográficos corrientes;las reservas de energía de la tierra no aumentan una sola tonelada de petróleo con el examen de las campañas publicitarias de los consorcios;y la contaminación de la atmósfera no disminuye al relatar la prehistoria de la Inglaterra victoriana. La crítica de la ideología que olvida loslímites de su posible efectividad, se convierte en ideología. Op. cit.

7 Enrique Leff, “La interdisciplinariedad en las relaciones población-ambiente. Hacia un paradigma de demografía ambiental”, en Havdea Izazola ySusana Lerner (comps.), Población y ambiente, ¿nuevas interrogantes o viejos problemas?, México, Sociedad Mexicana de Demografía-Colmex-ThePopulation Council, 1993, pp. 37-38.

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Las conductas demográficas (mortalidad, fecundi-dad, migración) derivan, por otra parte, en un determi-nado ritmo de crecimiento demográfico y en un deter-minado volumen de población, fenómenos que seencadenan y dan origen a otros fenómenos situadosal final de una nueva cadena: a mayor volumen depoblación mayores necesidades de energía o produc-ción de más desecho, o mayor consumo de agua, porejemplo.

Sin embargo, el mayor volumen de población pue-de no deberse al crecimiento natural, sino a patrones dedistribución espacial o de migración que dan origena procesos de urbanización inadecuados desde elpunto de vista del ambiente (sin descontar que seaninadecuados para una mejor calidad de vida).

Un problema analítico más interesante de explo-rar es el de la población como elemento que enjuiciauna gestión ambiental adecuada. Los diagnósticosglobales, como ya se vio, insisten en responsabilizaral crecimiento demográfico en algunas partes delmundo de la inviabilidad del futuro, en términos am-bientales y socioeconómicos. La culpabilización re-dunda en recomendaciones y propuestas dirigidas aque en esos lugares del mundo se adopten medidasdemográficas radicales, en primer lugar las enfoca-das a la disminución de la fecundidad.

Una perspectiva menos general permite hacercomprensibles los fenómenos demográficos (mortali-dad, fecundidad y migración) y relacionarlos de ma-nera más adecuada con otros determinantes de lagestión ambiental, por ejemplo el desarrollo en terri-torios acotados. Conocer con exactitud los fenóme-nos demográficos en las regiones permitiría conten-der con las grandes aseveraciones a priori, por ejemplolas referidas a la alta fecundidad en las zonas rurales,que relacionan directamente el número de miembrosde una familia con el deterioro ambiental, cuando sesabe que variables económicas y sociales como ladisponibilidad de tecnología o derechos de propie-dad sobre la tierra, son más importantes.

De hecho, los estudios ambientales acotan el ám-bito social de las intervenciones posibles, aunque esjusto reconocer que el acercamiento a los problemasdemográficos es generalmente superficial: he aquí uncampo aún muy fértil de colaboración disciplinaria,en el que falta mucho por hacer.

Ahora bien, el reconocimiento de que la pura de-mografía (como la pura economía o la pura biología)no permite explicar los fenómenos de degradación,deterioro y contaminación ambiental, no debe limi-tar la perspectiva poblacional: sin duda alguna, encasos frecuentes la población es una variable inde-pendiente de dichos fenómenos. El conocimientodetallado de su comportamiento permitiría estable-cer estados de interpretación y de intervención perti-nentes; así por ejemplo, los flujos migratorios campo-campo pueden deberse a un ciclo de eventos queredundan en la expulsión de la población de un terri-torio. Este ciclo de eventos está referido a la existen-cia de presión demográfica sobre los terrenos cultiva-bles, su deterioro progresivo y la búsqueda de nuevosterrenos que a su vez sufren presión: en rigor es uncírculo vicioso de acontecimientos en cuya base estáncondicionantes de todo tipo, económicos, sociales yculturales. La población no es sólo causa de proble-mas ambientales, éstos repercuten en ella de maneraimportantísima; así, la población es receptora de losproblemas que ella misma genera.

Roland Barthes ha señalado con su característicaironía que el término población es grato a cierto len-guaje conservador porque oculta la brutalidad de lasdesigualdades, de las diferencias sociales, políticas yeconómicas que existen dentro de los grupos huma-nos. Una perspectiva integral de población-ambienteexige un enfoque que explique las cargas y los bene-ficios de la gestión ambiental en diferentes grupos depoblación. En esta tarea de discernimiento, el fenó-meno de la pobreza resulta fundamental.

Los datos generales sobre la pobreza en el mundoson alarmantes: se calcula un total de 1 200 millonesde personas pobres; en México, las cifras son igual-mente alarmantes: casi la mitad de la población seubica en esa categoría y 14 millones (poco más de15% del total) se encuentran bajo la línea de indigen-cia. Aunque en cifras absolutas los pobres del camposon menos numerosos, relativamente están más afec-tados: del total de pobres rurales 75% pertenecen a lacategoría de extremos.

La geografía de la pobreza se sobrepone a la geo-grafía de los ecosistemas degradados; ésta no es unacoincidencia, las relaciones entre pobreza, poblacióny medio ambiente han sido ya ampliamente explora-

Población, medio ambiente y desarrollo sustentable○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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das. Un fenómeno en una esfera (por ejemplo altastasas de mortalidad infantil por causas prevenibles)se corresponde con fenómenos de otras esferas (defi-ciencias nutricionales debidas a la pérdida de recur-sos naturales alimenticios aprovechables para las fa-milias).

Esta interdeterminación (E. Leff), entre población,pobreza y medio ambiente debe ser interpretadacorrectamente considerando otros elementos, funda-mentalmente sociopolíticos y de preponderancia deciertos estilos de vida, ajenos a toda conciencia eco-lógica.8

Crecimiento y desarrollo

Las diferencias entre crecimiento y desarrollo sonmúltiples y cruciales; la más importante está referidaa que el desarrollo tiene como objetivos la búsquedade una mejor calidad de vida de las personas, el me-jor aprovechamiento de sus capacidades y las posibi-lidades de realización de sus aspiraciones.9

El desarrollo está relacionado, también, con el pro-greso: el progreso es el principio que guía, el de-sarrollo es el medio que permite. El desarrollo es unproceso, el progreso es una etapa, un ciclo que secumple. Amartya Sen, el economista hindú, ha es-crito: “entiendo por progreso social la erradicaciónefectiva de las carencias sociales”, lo cual, en len-guaje político, es un programa por realizar.

Hasta hace muy poco los temas del desarrollo ydel crecimiento económico habían sido desplazadosde los debates y opiniones acerca de la economía na-cional. O más bien, el centro de la discusión habíacambiado de lugar: el problema de la crisis y el ajustesubsecuente adquirieron preponderancia; se insinuóque la atención al problema del crecimiento podíaposponerse.

Casi simultáneamente se adoptaron medidas de po-lítica social dirigidas a contener los efectos del ajustey a morigerar el peso de la pobreza. En realidad seingresó así, por vía gubernamental, a un tipo de estra-tegia ya sugerida e implementada en algunas regio-nes. Ahora bien, ¿qué significó el haber desplazadola importancia del crecimiento y el desarrollo? ¿Quéconsecuencias tuvo?

Hace una década, Amartya Sen defendió la ideade que la economía tradicional del desarrollo, pese asus deficiencias, entendió correctamente algunas delas causas que permiten identificar los factores pri-mordiales del crecimiento en los países en desarro-llo.10 En su crítica sugirió que la principal limitaciónfue el no haber considerado entre los elementos ex-plicativos del subdesarrollo los factores políticos ysociales, y su inadecuada perspectiva para visualizarlas causas del cambio social.

El énfasis en los aspectos económicos del desarro-llo impidió que los modelos sugeridos (e implemen-tados) fueran totalmente exitosos en cuanto a sus ob-jetivos. La historia del pensamiento económico entorno al desarrollo es un capítulo apasionante, y comoha señalado un destacado investigador de este tema,admite varios orígenes o puntos de partida, admiteque se le trate en diversos escenarios históricos e in-telectuales.11

Un recuento más actualizado permite destacar lospuntos de interés y dirigir la atención al tema delmedio ambiente en las diversas formas de entender eldesarrollo. A manera de resumen (y con el riesgo desimplificar excesivamente) se pueden observar almenos los siguientes enfoques sobre el desarrollo:

1. Las concepciones estructuralistas y dependen-tistas, que hicieron énfasis en los desequilibrios es-tructurales como determinantes del atraso latinoame-ricano. Éste es el enfoque tradicional.

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8 Se ha dicho con frecuencia (los párrafos iniciales de esta ponencia así lo atestiguan) que el deterioro ambiental (en el ámbito rural) es resultadode condiciones de pobreza. Esta reducción argumental es insostenible, pues existen cuando menos tres cosas que tomar en cuenta: a) losvínculos entre pobreza y ambiente se deben más a factores sociopolíticos que a procesos productivos; b) los principales procesos de degrada-ción se dan como consecuencia de actividades económicas de gran escala y c) la lógica de aprovechamiento de los recursos naturales se debea la expansión del mercado urbano y a los estilos de consumo en las ciudades entre los grupos de altos ingresos.

9 Para una explicación de las diferencias entre crecimiento y desarrollo, véase: Enrique Provencio, “Desarrollo, desigualdad y ambiente. Comen-tarios sobre algunos enfoques”, en Economía Informa, pp. 4-5.

10 Amartya Sen, “¿Cuál es el camino del desarrollo?”, en Comercio Exterior, vol. 35, núm. 10, octubre de 1985, pp. 939-949, México.11 Hans W. Singer, “El desarrollo en la posguerra. Lecciones de la experiencia de 1945 a 1985”, en Comercio Exterior, vol. 39, núm. 7, julio de 1989,

pp. 597-617, México.

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2. Los enfoques alternativos al estructuralismo tu-vieron su expresión más clara en la corriente que hizoénfasis en la satisfacción de necesidades básicas (edu-cación, salud, vivienda) y, como consecuencia, en lasuperación de la pobreza (de hecho la insatisfacciónde necesidades básicas es una de las maneras de en-tender la pobreza). Entre los elementos novedosos deeste enfoque destaca el que presta especial atencióna los problemas ecológicos.

3. Focalización de acciones a grupos en desventa-ja; a raíz de los brutales ajustes emprendidos a princi-pios de la década de los ochenta, el estudio y las pro-puestas para el desarrollo sufrieron un viraje. Se pasóa discutir cómo atemperar las consecuencias de lacrisis y el énfasis se trasladó a las variables macroeco-nómicas. La focalización permitía continuar con po-líticas recesivas al tiempo que se atendía a grupos par-ticularmente vulnerables.

4. Otro enfoque importante fue el de Desarrollosin pobreza, lanzado por el PNUD a principios de losnoventa, que retomaba algunas de las líneas yaapuntadas dos décadas antes, pero haciendo un énfa-sis mayor en cuanto a la vinculación entre crecimien-to, equidad y pobreza. No se trataba ya de focalizarlas políticas sociales sino, a partir de una estrategiaglobal, superar la pobreza; la estrategia presupone unaparticipación más abierta de agentes sociales.

5. Los enfoques dados a conocer a principios delos noventa regresaron a perspectivas globales: el en-foque integrado de la CEPAL, el mercado amigable delBanco Mundial y el Desarrollo sustentable de Nacio-nes Unidas. La propuesta de la CEPAL fue expuesta envarios trabajos; su tesis principal es que:

Se trata de encontrar las respuestas a cómo crecer eincorporarse positivamente a la economía mundialy cómo hacerlo con mayores niveles de equidad, enel entendido de que el fin del desarrollo es el bienes-tar del conjunto de la población; se trata de logrartodo esto y preservar, al mismo tiempo, la capacidadde sustentación del medio ambiente para el presen-te y el futuro, en un marco de mantenimiento y derefuerzo de los sistemas democráticos.12

Las condiciones para lograr lo anterior son: inver-sión en recursos humanos, generación de empleosproductivos y progreso técnico. El mercado amiga-ble del Banco Mundial pretende ser integrador, su-giere una intervención del Estado como garante delmercado y sólo limitadamente como agente econó-mico; incorpora en su interpretación los valores dela equidad y de preservación del medio ambiente;no obstante guarda diferencias de fondo con el en-foque cepalino.13

El desarrollo sustentable: objetivosambiciosos, medios modestos

En el breve recuento de los enfoques sobre el de-sarrollo, expuesto en la sección anterior, se destaca lavariedad de perspectivas, los énfasis cambiantes y elprogresivo intento por integrar en los cuerpos teóri-cos los temas de ambiente, desigualdad, pobreza ypoblación.

El enfoque de desarrollo sustentable (DS) tiene unade sus primeras expresiones en el Informe Brundtlandde 1987, conocido también como Nuestro FuturoComún, Informe de la Comisión Mundial del MedioAmbiente y el Desarrollo. A partir de un diagnósticopesimista sobre la situación social y económica delos países en desarrollo, el informe hizo énfasis enque dos de los problemas principales que enfrenta lacomunidad internacional son la pobreza y el deterio-ro ambiental.

Del análisis de la situación mundial el informeabandona posiciones claramente economicistas oecologistas: “La clave del enfoque radica en la ideade que resulta posible satisfacer plenamente las ne-cesidades actuales sin poner en riesgo la capacidadde las generaciones futuras para cubrir sus propiosrequerimientos.”

Las definiciones que se han venido dando desdeentonces han matizado o abundado en diversos as-pectos de la formulación original, aunque todas pre-serven el componente intergeneracional y conservenuna perspectiva optimista sobre las posibilidades dela sustentabilidad en el proceso de desarrollo. Las adi-

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12 CEPAL/Celade, Población, equidad y transformación productiva, Santiago de Chile, Naciones Unidas-CEPAL-Celade, 1993, p. 31.13 Véase el artículo de Provencio ya citado y el resumen de las críticas que se han hecho a los enfoques aquí reseñados.

Población, medio ambiente y desarrollo sustentable○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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ciones para hacer comprensible el contenido del DS

no son minucias, antes bien, tratan de incorporar to-dos los elementos importantes en juego, como la de-finición de Daniel Hogan:

El desarrollo sustentable implica crecimiento dirigi-do a la satisfacción de necesidades humanas bási-cas, usando tecnología y materiales de manera quegarantice que los recursos naturales continuarán dis-ponibles para el goce y uso productivo de las futurasgeneraciones. Tiene la finalidad de alcanzar un cre-cimiento económico autoimpulsado. Se basa en laequidad, y por tanto en la modificación de patronesde consumo vigentes entre los países y, en el inte-rior de ellos, entre los diversos grupos de población.14

Ahora bien, ¿cómo avanzar hacia la sustentabilidad?Puesto que ésta implica una toma de conciencia sobrela responsabilidad intergeneracional y supone el usode tecnologías no productivistas, sino protectoras, ypuesto que se propone como imperativo para la preser-vación de la vida, ¿cómo avanzar sin incurrir en posi-ciones paralizantes para el crecimiento económico?¿Cómo hacer compatible el objetivo de una mayor equi-dad en el futuro partiendo de una gran inequidad pre-sente? Se ha dicho que el DS es un postulado, un princi-pio heurístico, una finalidad social, un objetivo político...Se le asignan condicionantes técnicos y sociales y estálimitado por restricciones económicas y políticas.

Desde una perspectiva más pragmática el DS es si-multáneamente un principio y un objetivo; un princi-pio pues resume una serie de valores que son univer-sales; y un objetivo, pues implica la realización de unesfuerzo social, económico y político de gran magni-tud para arribar a él. Los condicionantes técnicos pue-den ser vistos como restricciones, aunque en térmi-nos de la acción se pueden observar como ventajas,en el sentido de que se sabe detalladamente lo que sedebe y puede hacer y lo que es necesario evitar en laprotección y resguardo del entorno.

Avanzar hacia un DS depende de que dos estrategiassean correctamente impulsadas e implementadas: la

participación social en torno a proyectos con objetivosde sustentabilidad, y la elaboración de agendas políti-cas de los actores interesados que permitan sentar lasbases de una verdadera auditoría social, al mismo tiem-po que se elaboran propuestas para corregir rumbos yseguir otros no transitados. En síntesis, el DS se basa enla ampliación y mejoramiento del sistema democráti-co, además de la investigación profunda que permitahacerlo realidad en espacios y tiempos específicos.

Dos instrumentos de política destacan por su granimportancia en los objetivos del DS: uno, el arranquede proyectos (técnicamente viables) en territorios par-ticularmente sensibles al deterioro y la degradaciónambiental y que estén habitados por grupos pauperi-zados; dos, el estímulo irrestricto por medio de diver-sos instrumentos económicos a los productores quedecidan emplear tecnologías limpias e involucrarseen proyectos sustentables, cuyos costos y riesgosson en parte desconocidos y en parte más prolongados.

Reflexión final

Ha quedado claro en las secciones anteriores que elcomponente poblacional desempeña un papel deprimera magnitud en los esfuerzos que se realicen paraavanzar en el desarrollo. Todos los enfoques reseña-dos han tomado en consideración a la variable de-mográfica, si bien con diferente énfasis. El DS le con-fiere un papel central puesto que la sustentabilidadestá referida necesariamente al volumen, estructura,crecimiento y distribución de la población en territo-rios específicos. Sirvan los siguientes puntos a mane-ra de resumen y reflexión final:

1. Hasta ahora la población ha sido consideradacomo una variable exógena del proceso de desarro-llo económico y social; de manera igualmente desinte-grada o parcial es considerada desde las perspectivassectorizadas de la acción pública.

2. Las tendencias de la dinámica demográfica enlos países en desarrollo han causado alarma entre am-plios sectores de la opinión pública, de grupos civi-les conspicuos, de los intelectuales y, fundamental-

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14 Daniel Hogan, “Crecimiento y distribución de la población: su relación con el desarrollo y el medio ambiente”, CEPAL-FNUAP-Celade, Trabajopara la Reunión de Expertos Gubernamentales sobre Población y Desarrollo en América Latina y el Caribe, documento de referencia DDR/5,8 de febrero de 1993.

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mente, de los gobiernos. No es para menos: hacia elaño 2020 (dentro de 25 años) se calcula que habráentre 7 300 y 7 800 millones de habitantes y se asegu-ra que, de seguir vigentes los patrones de consumoactuales, la capacidad del planeta para satisfacer lasnecesidades que suponen esas conductas no será su-ficiente; es más, se verá gravemente afectada.

3. Estas afirmaciones, válidas en lo general, omi-ten, contrario sensu, las evidencias más comprensivasdel problema; así, podemos leer en un documento delFondo de Población de las Naciones Unidas (FUNAP):

Pese a que apenas tienen 25% de la población mun-dial, los países desarrollados consumen 75% detoda la energía utilizada, 79% de todos los com-bustibles comerciales, 85% de todos los productosde madera y 72% de toda la producción siderúrgi-ca. Además, los países desarrollados generan casitres cuartas partes de todas las emisiones de dióxi-do de carbono, que representan la mitad de losgases de efecto de invernadero en la atmósfera.

4. Por otra parte, estas desigualdades en la capaci-dad de consumo pueden apreciarse en la distribuciónde la riqueza que, huelga decir, son abrumadoras:entre Japón, México y Etiopía las diferencias en la dis-tribución del producto interno per capita (PIBpc) es175 veces menor para Etiopía en relación con Japóny 20 veces menor en relación con México.

5. Este panorama nos permite entender la aparenteparadoja entre población, medio ambiente y desarro-llo: mientras que el mayor crecimiento absoluto de lapoblación se da en los países y regiones más pobres dela tierra, la contribución al deterioro y depredaciónmesoambiental ocurre —con mucho— en las regio-nes y países ricos. Hay indudablemente, una transfe-rencia de costos ambientales en dirección Norte-Sur,y una contribución al confort Sur-Norte.

6. El problema del deterioro ambiental y el agota-miento de los recursos naturales es planetario: desde

esta perspectiva las tendencias demográficas son alar-mantes; desde la perspectiva de la identificación degrupos humanos depredatorios y contaminantes, aqué-llos son datos complementarios de una inequidad so-cial y económica abismal y creciente.

7. La relación entre población y medio ambientees de interdependencia: el crecimiento demográfico escausa de alteraciones en los ecosistemas, de la mis-ma manera que alteraciones en éstos (debidas a laactividad humana y a procesos naturales) producencambios sustantivos en la dinámica demográfica:mayor mortalidad, expulsión poblacional de los terri-torios antes habitables (emigración). La fecundidadmisma se ve afectada por los cambios ambientales enla medida que transforma las expectativas del tama-ño deseado (o comunitariamente prestigioso) de la fa-milia, por ejemplo, que la cantidad de tierra para he-redar a los hijos sea ya muy poca.

8. La interdependencia no acontece, entonces,como mera asociación de variables separadas, es in-trínseca, depende en última instancia de los modelosglobales de desarrollo y de los patrones de consumoderivados de ellos.

9. Esta objetividad de la relación entre medio am-biente y población no se corresponde con las políti-cas públicas al respecto, ni en los programas que sederivan de aquéllas.

10. Es cierto que en las políticas de población (plas-madas en una variedad de documentos) desde 1974(y aun antes pero sin un respaldo institucional) hayintentos, esbozos de líneas de acción y, más allá, deprocupaciones en torno a la relación mencionada. Sinembargo, no ha habido un planteamiento sistemático(programático o de cooperación interinstitucional) derelacionar, internamente en los objetivos de las polí-ticas, estrategias conjuntas, acciones específicas con-certadas.15

De lo anterior se desprende que son muchas y va-riadas las tareas que se deben realizar para hacer po-sible que las relaciones entre población, ambiente y

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15 Es justo decir que en los programas nacionales de población hay menciones específicas al tema del medio ambiente y su relación con ladinámica demográfica. Es justo decir, también, que en la pasada Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Población y Desarrolloefectuada en la Ciudad de México en marzo de 1993 (como se sabe fue preparatoria a la que se llevó a cabo en El Cairo en 1994) sepresentaron documentos específicos sobre la relación población, ambiente y desarrollo. Véase, para un recuento detallado de las propuestassobre medio ambiente y población, los documentos oficiales de México en los distintos foros internacionales, Samaniego, 1993. El documentobase de la delegación mexicana sobre población, desarrollo y medio ambiente fue elaborado por Pamplona y Castillo, 1993.

Población, medio ambiente y desarrollo sustentable○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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desarrollo sustentable rebasen los marcos disciplina-rios; la siguiente enumeración es apenas un esbozode lo que podría llevarse a cabo:

• Relacionar los sistemas estadísticos demográficosy ambientales en los niveles de desagregación geo-gráfica pertinente.

• Impulsar proyectos de investigación interdisciplina-rios en torno a la relación población-ambiente. Aun-que se ha insistido en el crecimiento demográficocomo variable que impacta negativamente el en-torno, poco se sabe de los componentes del mis-mo en su relación con los ecosistemas. El estudiode los procesos de urbanización y migración y losimpactos ambientales que suponen, es imperativo.

• Estudio de temáticas sociales que se asocian conla investigación ambiental y con la demográfica:educación, salud, infraestructura, vivienda... Encada una de estas temáticas se observa la estrecharelación entre ambiente y población.

• Diseño de políticas comunes de población, de-sarrollo y medio ambiente. Dichas políticas ten-drán que implementarse a partir de diversos ins-trumentos; los más importantes del lado del medioambiente son de cuatro tipos:

a) Ordenamiento del territorio, que atienda enfática-mente a regiones críticas y frágiles ecológicamente.

b) Promoción de patrones de consumo responsablesdirigidos al ahorro de agua y energía y que desalien-ten el consumo de productos o insumos críticos parauna gestión ambiental y de recursos naturales ade-cuada a los propósitos de la sustentabilidad.

c) Los criterios de asentamiento de la población enáreas protegidas y delimitadas para la conserva-ción de la biodiversidad, deben ser estrictos.

d) Se debe tener una visión global sobre las interaccio-nes entre población, desarrollo y medio ambienteque, aprovechando el conocimiento de las reali-dades regionales y locales, permita la integraciónde políticas globales.

Bibliografía

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113

l desarrollo y uso de la tecnología es,por su importancia, otro de los compo-nentes de los sistemas sociales que nopuede quedar olvidado en la tarea deelucidar valores y criterios morales para

el uso de los recursos. La tecnología jamás es neutra.La técnica no se pone en movimiento por sí misma;es el producto del deseo y la voluntad (Alberoni,1986), pero eso no solemos explicarlo en nuestros pro-gramas educativos; sobre esa cuestión no acostum-bramos reflexionar con los alumnos y alumnas…

La problemática tecnológica contemporánea estámarcada por el abandono de la idea de los fines comoinstancia rectora que jerarquizaría todos los medios.La sociedad occidental, al hacer caso omiso de estaidea, ha desarrollado los avances tecnológicos conbase en los medios disponibles, sin someterse a lasrestricciones que impondría un planteamiento éticocentrado en las finalidades.

El proceso es tan profundo que nuestro propio con-cepto de racionalidad se basa en él: nuestra culturaconsidera racionales aquellos fines para los cualesdisponemos de medios adecuados. Todo esto se ini-ció con el desarrollo científico-técnico-económico,tres elementos que operan conjuntamente y no pue-den ser disociados. La tranformación que ellos gene-ran se presenta de igual manera y es de tipo no soli-dario, divergente, sin meta (Alberoni, 1986).

Se ha generalizado la idea de que cualquier avancetecnológico tiene sentido en sí mismo y, sin embargo,es importante que, como educadores, reflexionemoscon el grupo acerca de los valores que están definien-do las prioridades e impactos tecnológicos en el cam-po ambiental. Porque la tecnología está condicionadapor las prioridades de quien la dirige y condiciona a

los que la utilizan. La mayor parte de los proyectostecnológicos tienen efectos que alcanzan a losecosistemas naturales y sociales y, lo que es muy im-portante, afectan a nuestros propios sistemas de cono-cimiento. Quienes optan por ellos y los ejecutan, nosólo están modificando el mundo de las posibilidadestécnicas a la hora de resolver problemas, sino que es-tán incidiendo en las creencias, las ideas y las expecta-tivas de las personas a las que tales proyectos afectan.

Está comprobado que los canales por los que pene-tran las innovaciones tecnológicas se convierten siem-pre y al mismo tiempo en canales de penetración cul-tural por los que se filtran nuevas pautas decomportamiento, consumo, etcétera. Esta penetraciónalcanza incluso a los valores profundos de las comuni-dades que reciben los impactos tecnológicos, en unproceso en el que la nueva tecnología lleva consigo,arrastra, toda una concepción del mundo, una cosmo-visión, que tarde o temprano acaba por imponerse. Elloexplica los procesos de aculturación que han experi-mentado comunidades no industrializadas que, al re-cibir ayudas tecnológicas pensadas desde fuera, desdeotros contextos culturales más fuertes, terminaron porperder elementos esenciales de sus propias culturas.

Por ello las opciones tecnológicas deben contem-plarse siempre contextualizadas, valorando no sólolos efectos positivos que comportan sino también susimpactos sobre los ecosistemas y las culturas locales.

Porque, si es cierto que todo modelo social tienesu correlato en un determinado modelo tecnológico,no es menos verdad que el modelo tecnológico pue-de constituirse en verdadero modelador del sistemasocial; tan fuerte es su influencia.

Las reflexiones de Galtung (1979) al respecto fue-ron formuladas con rigor hace años y tienen todavía

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La tecnología y los valores ambientales

María Novo

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María Novo, “La tecnología y los valores ambientales”, en La educación ambiental. Bases éticas, conceptuales y metodológicas, Madrid, Universitas,1995, pp. 87-90.

La sustentabilidad del desarrollo

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plena vigencia. Él nos ayuda a comprender cómo elmapa cognoscitivo occidental se filtra, junto con nues-tra penetración tecnológica, modificando las catego-rías espacio-tiempo, las formas de conocimiento y lasrelaciones inter e intraespecíficas en los contextos enque se asienta.

Desde esta perspectiva, sería, a su juicio, posibleconsiderar dos tipos de tecnologías: las compatibles,cuyas técnicas se adaptan bien a los contextos en quevan a ser aplicadas, sin requerir cambios estructura-les en los mismos, y las que podríamos denominarincompatibles, en las que el receptor, más débil cul-tural y económicamente, se ve obligado a replantearsu estructura social y cognoscitiva, en un proceso deadaptación forzosa en el que los patrones culturalesdel centro se imponen a la realidad de las periferiaslocales y la modifican.

Junto con el problema de la compatibilidad está elproblema del acceso a los avances tecnológicos. Estaes, a nuestro modo de ver, una cuestión radical paracomprender el actual panorama del planeta.

Se trata de establecer, en este caso, cuáles debe-rían ser las condiciones para que comunidades nece-sitadas de determinadas innovaciones tecnológicaspudieran acceder a ellas en las mejores condicionesposibles. Parece que tal acceso, consecuentemente,debería estar guiado por la demanda, de modo que,aunque los países y los grupos actuasen con créditosexternos de ayuda al desarrollo, pudiesen elegir defacto las opciones tecnológicas, interpretando las de-mandas y necesidades reales de sus comunidades.

La práctica internacional nos muestra sin embargoun panorama bien diferente, en el que los fondos deayuda al desarrollo1 se destinan las más de las veces adar salida a los excedentes tecnológicos de los paísesindustrializados, incluso exportando tecnologías quese han mostrado inadecuadas ya en otros contextos yponiendo el énfasis en la venta de tecnología militar.

Cuando países pobres y empobrecidos gastan susayudas para el desarrollo en la compra de armamentoy siguen careciendo de potabilizadoras de agua, es quealgo no funciona. Pero la realidad nos muestra ésta yotras muchas situaciones parecidas en numerosos pun-

tos del planeta. Del mismo modo, cuando las ayudasdel Banco Mundial se condicionan a planes de ajusteestructural diseñados desde el exterior sin contar conlas peculiaridades de las poblaciones afectadas, pare-ce claro que el panorama internacional de transferen-cias económicas y tecnológicas debería ser revisado.

La educación ambiental, en este ejercicio de reflexiónética que planteamos, puede y debe contribuir a esarevisión. Se trata de ayudar a las personas y los grupos acomprender la complejidad del entramado tecnológi-co, la importancia de sus impactos y el alcance de lasdecisiones que se toman en esta área. La pregunta radi-cal que conviene hacerse no es respecto a los medios(es decir si una nueva técnica, un nuevo instrumental,nos resuelven el cómo afrontar un problema), sino res-pecto a los fines (los por qué y para qué vamos a inten-tar resolver el problema de esa manera). Y si, tras res-ponder a tales preguntas, se decide seguir adelante,entonces todavía es preciso ver si existen otras tecnolo-gías alternativas y comparar los costos no sólo econó-micos sino ecológicos y sociales de unas y otras.

Si un modelo tecnológico incentiva el consumode capital natural; si acentúa la presión cultural deOccidente sobre contextos no occidentalizados; sirefuerza los sistemas centro-periferia en el acceso alconocimiento y los recursos… entonces parece quedebería ser confrontado con otros modelos en losque el consumo de Naturaleza fuese más reducido;en los que se reciclasen recursos, se respetasen lasculturas locales y se contribuyese al reforzamientode la autonomía y el desarrollo endógeno. Todo elloes un reto y una tarea sugerente para el educador oeducadora ambiental.

Porque, concluyendo de nuevo con Galtung (1979),es posible explicitar algunas condiciones que pode-mos exigir a la tecnología, tales como:

• Que permita producir para la satisfacción de lasnecesidades de todos.

• Que permita conservar los equilibrios ecológicosfundamentales.

• Que sea compatible con las culturas de los con-textos en que se implanta.

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1 En España estos fondos se distribuyen a través de los denominados Créditos FAD.

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a llamada revolución verde consiste enun conjunto de transformaciones agro-productivas derivadas de la introducciónde técnicas que tienden a maximizar acorto plazo los rendimientos efectivos de

algunos cultivos comerciales. Desde el punto de vis-ta tecnológico, implica la adopción de un paqueteintegral caracterizado por la utilización de semillasde alto rendimiento, obtenidas a través de un proce-so de selección genética, y la abundante utilizaciónde insumos variados: fertilizantes, agua para riego,pesticidas y plaguicidas.

Aunque algunos de sus componentes tecnológicosson de utilización antigua, la revolución verde, comoenfoque productivo integral, tiene sus orígenes en losesfuerzos que desarrollaron en México los científicosde la Fundación Rockefeller a partir de 1943.1 Estamisión agrotécnica estadounidense tuvo un impactodecisivo en la orientación de la agroproducción deíndole comercial en México, y muy pronto logró ladifusión mundial del planteamiento que preconiza-ba. La revolución verde implica un verdadero para-digma agronómico, que en lo esencial consiste enhacer abstracción de la mayor parte de los compo-nentes de un sistema agroproductivo concreto, paraconcentrarse en la maximización del desarrollo ve-getal posible a partir de un material germoplásmicopreviamente seleccionado. Quedan implícitamenteexcluidos de este paradigma: la evolución a largo pla-zo de los agroecosistemas y el análisis de su sustenta-bilidad, las relaciones sociales de producción, la or-ganización del sistema productivo, las diversas

modalidades de tenencia de la tierra, la dimensióncultural de los procesos (por ejemplo, las etnocienciaspresentes en el mundo campesino), los aspectosinstitucionales y políticos que enmarcan la produc-ción e incluso una buena parte de los elementos delanálisis económico de la agroproducción. El paradig-ma en cuestión presupone de hecho unidades pro-ductivas de estricta orientación comercial, sin restric-ciones de capital, y en condiciones ambientalesóptimas. Asume este paradigma que, de alguna ma-nera, todo incremento notable en la productividad fí-sica y económica de cualquier cultivo tendrá que be-neficiar a las sociedades rurales locales, aunque noconsidera de su incumbencia el análisis de los meca-nismos a través de los cuales se podría materializar ygeneralizar este beneficio.

La misión agronómica de la Fundación Rockefellercentró en México su atención en algunos cultivos:(maíz, trigo, sorgo, cebada), y promovió además eldesarrollo de la ganadería. Las cuestiones fundamen-tales relacionadas con las estrategias agroproductivasy la utilización del suelo, que dominarían la proble-mática del agro mexicano en la segunda mitad de estesiglo, se analizaron ya en la década de los años cin-cuenta en el marco del Programa Agronómico Mexi-cano (PAM) de la Fundación Rockefeller, que se inser-tó en la Secretaría de Agricultura a través de unaOficina de Estudios Especiales. La identificación en-tre los intereses representados por el paradigma de larevolución verde y los de los grupos sociales que apartir de 1940 adquirieron en el país un predominioeconómico y político, determinaron el éxito que al-

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PNUMA-MOPU y Agencia Española de Cooperación Internacional, “La revolución verde”, en Desarrollo y medio ambiente en América Latina y elCaribe. Una visión evolutiva, Madrid, Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo [España] (MOPU), 1990, pp. 125-128.

1 Los primeros contactos entre autoridades estadounidenses y mexicanas para establecer un programa agrícola conjunto tuvieron lugar en 1941,recién concluido el periodo presidencial del general Lázaro Cárdenas. El vicepresidente de Estados Unidos, Henry Wallace, desempeñó unpapel relevante en la intervención de la Fundación Rockefeller en lo que se denominó “Programa Agrícola Mexicano”.

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La revolución verde

PNUMA-MOPU y Agencia Española de Cooperación Internacional

La sustentabilidad del desarrollo

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canzó dicho paradigma en la conducción del sectormoderno de la agroproducción.

La revolución verde ha sido objeto de intensas críti-cas por parte de analistas interesados en evaluar susimplicaciones sociales. Constituye hoy un lugar comúnafirmar que no está al alcance de la mayor parte delcampesinado de la región, el cual quedaría al margende sus beneficios potenciales. Sin embargo, algunascríticas van más allá, y sobre la base de minuciososanálisis de casos, establecen que el problema no radicaen la exclusión de los beneficios, sino en la generaliza-ción de los perjuicios. En efecto, bajo determinadas cir-cunstancias, los grupos campesinos tradicionales, ma-yoritarios en amplias zonas del espacio rural regional,se ven directamente perjudicados por la implantacióndel paradigma de la revolución verde en los espaciosde la agroproducción comercial. Se ha insistido tam-bién en el incremento de la dependencia respecto a lospaíses industrializados que determina la nueva orienta-ción tecnológica a través de su creciente demanda deinsumos importados. Estos planteamientos críticos noprovienen sólo de sectores académicos radicales: suexpresión más acabada se encuentra en los trabajosdesarrollados por el Instituto de Investigación de lasNaciones Unidas para el Desarrollo Social (UNRISD, con

sede en Ginebra, Suiza).2 Es de destacar que los prece-dentes más notables de esta corriente crítica se encuen-tran en el seno mismo de los asesores de la FundaciónRockefeller.3 El conocido geógrafo e historiador CarlSauer se dirigía ya en 1941 a las autoridades de la fun-dación, para llamar su atención respecto a lasimplicaciones sociales negativas que tendría una orien-tación tecnológica agroproductiva como la que ya en-tonces se proponía. Es larga la lista de consultores ofuncionarios que, desde distintas perspectivas, mani-festaron una posición crítica respecto a la orientaciónproductivista dominante en el PAM. Aunque ningunode ellos manifestaba ideas radicales, fueron sin embar-go excluidos del programa. En los primeros años de ladécada de los sesenta se concretaron importantes cam-bios institucionales que implicaron el triunfo de la orien-tación dominante. En 1966 se creó, sobre la base delPAM, el Centro Internacional para el Mejoramientodel Maíz y el Trigo (Cimmyt). El Plan Puebla, que inten-tó promover la producción comercial de maíz en unmedio constituido por agricultores de subsistencia, fueel primer proyecto de envergadura de la nueva institu-ción. Se produjo entonces una tensión significativa en-tre los grupos científicos dedicados, respectivamente,al maíz y al trigo. Los primeros, dirigidos por EdwinWellhausen, no podían hacer abstracción del mediosociocultural característico del mundo campesino yempezaron a manifestar dudas respecto a los benefi-cios de la denominada agricultura científica, mientraslos segundos, encabezados por Norman Borlaug, se ate-nían estrictamente al paradigma de lo que ya se cono-cía como revolución verde. A pesar de las críticas, quearreciaron en los años setenta, este paradigma acabópor imponerse. El efecto social disruptivo de la revolu-ción verde no pasó desapercibido para sus promotores,quienes lo presentaron como el ineludible costo socialdel progreso científico y de la modernidad.4

Es interesante observar que el ya enorme acervocrítico suscitado por la revolución verde ha tendido a

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2 Veáse al respecto: K. Griffin, The Green Revolution: an Economic Analysis, Ginebra, UNRISD, 1972. C. Hewitt de Alcántara, Modernizing MexicanAgriculture: Socieconomic Implications of Technological Change, 1940-70, Ginebra, UNRISD, 1976. A. Pearse, Seeds of Plenty, Seeds of Want. Social andEconomic Implications of the Green Revolution, Oxford, Clarendor Press, 1980.

3 La mejor reseña de los orígenes de la revolución verde se encontrará en: B.H. Jennings, Foundations of International Agricultural Research. Scienceand Politics in Mexican Agriculture. Westview Special Studies in Agriculture Science and Policy, Bouder, Colorado, Westview Press, 1988.

4 R. L. Brown et al., The Social Impact of the Green Revolution, Nueva York, The Camegie Endowment for International Peace, 1971. El autor principalubica en la estabilización del crecimiento poblacional la solución última del problema alimentario, y sintetiza su inquietud en la última frase desu contribución: Can we manage progress or not?, en la que sin la menor sombra de duda, el progress se identifica con la revolución verde.

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01970 1975 1980 1985

Miles de hectáreas

Fuente: CEPAL, Anuario Estadístico de ALyC, edición 1988,Santiago de Chile, febrero de 1989.

Superficie irrigada en América Latina y el Caribe

La revolución verde○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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centrarse en la dimensión socioeconómica del pro-blema. Sin embargo, los problemas ambientales quegenera dicha orientación agronómica, aunque son deuna magnitud nada despreciable, no han recibido unaatención proporcional a su importancia. En primerlugar, cabría destacar la pérdida de diversidad bióticaaceptada por el paradigma dominante. Las etnocien-cias campesinas permitían manejar una extraordina-ria variedad de cultivos, que materializaban esfuer-zos ancestrales y multidireccionales de domesticaciónde especies vegetales. Todavía hoy, los cada vez másescasos huertos familiares campesinos presentan unariqueza biótica inestimable. En el seno de una mismaespecie, los cultivadores campesinos suelen distinguirtambién un conjunto muy amplio de variedades, cu-yas propiedades se asocian a condiciones ambienta-les muy específicas. La agricultura comercial que sur-ge del paradigma de la revolución verde se centra encambio en monocultivos monoclonales. La selecciónclonal se efectúa desde luego en función de la obten-ción no sólo de una productividad máxima, sino deuna adecuada resistencia a la enfermedad que hadominado en la especie en cuestión. Las semillas me-joradas, más costosas y difíciles de obtener, sólo sonredituables cuando se desarrollan en un medio ópti-mo, cercano a condiciones de laboratorio que se pa-recen muy poco a las condiciones reales de la mayorparte de los terrenos agrícolas. La resistencia logradafrente a la enfermedad tradicional es muy selectiva, ysuele servir de poco frente a nuevos agentes invaso-res. Se multiplican así otras enfermedades y plagascuyo combate implica la utilización creciente deinsumos agroquímicos. El problema de la contamina-ción adquiere visos de suma gravedad a partir de laimplantación del paradigma dominante. Fertilizantes,pesticidas, plaguicidas, herbicidas, se esparcen demanera casi incontrolada sobre enormes extensiones.En las regiones tropicales húmedas el problema seagudiza por la intensidad de las precipitaciones y lafuerza de la escorrentía. El paradigma de la revolu-ción verde incrementa en forma extraordinaria la vul-nerabilidad de los agroecosistemas, en virtud de suacusada simplificación y artificialización. En última

instancia, si se imponen estándares mínimos de cali-dad ambiental y éstos se respetan, el problema es eco-nómico: el paradigma en cuestión converge rápida-mente hacia límites de incosteabilidad.

El pensamiento neoliberal parece haber asimiladohoy el paradigma de la revolución verde. Se produceasí una contradicción teórica insalvable entre la de-fensa de las virtudes autorreguladoras de los mecanis-mos de mercado, concebidos como naturales, y el fo-mento de agroecosistemas totalmente artificializados,que sólo pueden perdurar sobre la base de constantessubsidios e intervenciones humanas.

La difusión de la orientación agroproductiva deri-vada de la revolución verde fue bastante rápida enAmérica Latina, en función del agotamiento del pro-ceso más fácil y seguro de expansión de la fronteraagrícola. Se prefirió entonces intensificar la utiliza-ción de las áreas agropecuarias existentes, antes queaventurarse a ocupar espacios nuevos cuyas caracte-rísticas edáficas auguraban un incierto destino agro-productivo. La modernización agrícola se inició puesen México, sobre todo durante la década de los añossesenta, y se fue expandiendo de manera puntual yselectiva, hasta hacerse presente en la casi totalidadde los países de la región. Los últimos países en fo-mentar procesos de modernización agroproductivafueron tal vez Chile, Guyana y Uruguay.5

La evolución de la utilización de insumos para laagroproducción ha sido, hasta el desencadenamien-to de la crisis actual, bastante espectacular en la re-gión. En 1984 se utilizaron en América Latina 20 ve-ces más fertilizantes y 25 veces más pesticidas que en1950. Entre 1951 y 1972 la tasa de crecimiento pro-medio del consumo de fertilizantes ascendió en laregión a 13.9% anual, aunque su uso se concentró enalgunos países y en algunos productos. Los cultivosde exportación acapararon en gran medida los bene-ficios de la fertilización.

El tema de los pesticidas y plaguicidas ha sido ob-jeto de una creciente atención mundial. Numerosaspublicaciones nos exoneran de reproducir aquí la his-toria de su utilización. Bastará con recordar los estu-dios centrados en el caso del cultivo del algodón, que

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5 Véase O. Brasky y M. Piñeiro, Evolución de la productividad y el cambio técnico en el sector agropecuario de América Latina, Buenos Aires, CICE,diciembre de 1985.

La sustentabilidad del desarrollo

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en México y Centroamérica conlleva la utilizaciónde crecientes cantidades de agroquímicos. En El Sal-vador, el auge algodonero de mediados de siglo tuvoimplicaciones ambientales de suma gravedad.6 Elagroecosistema algodonero es mucho más inestableque el cafetal, que hasta entonces había predomina-do como cultivo comercial para la exportación. Has-ta la aparición del DDT en los años cuarenta, los cul-tivadores de algodón sólo se preocupaban por elpicudo (Anthonomus grandis ), que quitaban a mano.El DDT empezó haciendo milagros; pero también loshizo muy pronto el picudo, que adquirió resistenciano sólo frente al DDT, sino también frente al alud delos insecticidas que fueron entrando en circulación,no todos ellos autorizados en los países industria-lizados: aldrín, dieldrín, toxafeno, heptacloro, etcéte-ra. Se rompió la soledad del picudo: el gusano cogo-llero, los ácaros rojos, la mosca blanca, los gusanossoldados, el perforador de la hoja, vinieron a hacerlecompañía y desarrollaron resistencias similares. Lospoderosos insecticidas fosforados (paratión, malatión)y los carbamatos resultaron también ineficientes paracontrolar la avalancha biológica que amenazaba elfuturo del oro blanco. No fue desde luego por mez-quindad en su aplicación: se llegaron a realizar hasta45 aplicaciones de pesticidas por temporada. La ad-quisición y utilización de plaguicidas llegó a repre-sentar más de la mitad de los costos de producción,que ascendieron a un millar de dólares por manzana.El cultivo del algodón se enfrentó en El Salvador auna verdadera calamidad económica que detuvo enseco su auge; sin embargo, la fractura ecológica llegóa ser todavía mucho más impresionante. Entre 1969 y1972 se registraron más de 4 000 casos de intoxica-ciones y tres decenas de fallecidos por esta mismarazón.

En casi todas las zonas algodoneras de México seha utilizado durante varios años el Galecron o Fundal,pesticida que se fabricaba en Suiza, pero que estabaprohibido en ese país.7 Su principio activo, el CDF o

clorfenamidina, es un poderoso tóxico cancerígeno.Se esparcía con generosidad desde avionetas fumiga-doras. Los trabajadores de las pistas eran los más ex-puestos a su acción, sobre todo por la ausencia gene-ralizada de precauciones con que se manipulaban loscontenedores. Los llamados banderilleros (los traba-jadores que indican en tierra al piloto las maniobras aefectuar) recibían abundantes rociadas, y arriesgabanpor ello su vida más que los toreros.

Hacia 1980, América Latina ejercía un gasto anualde más de 1 200 millones de dólares en pesticidas; lacifra correspondiente a 1985 rebasaba los 2 000 mi-llones de dólares. La legislación ambiental referida aluso de agroquímicos suele ser o muy incompleta omuy poco respetada en muchos de los países de laregión. El célebre texto de R. Carson, “La primaverasilenciosa”, publicado en 1962, no pareció causar enla región el mismo impacto que en otras. En muchoscasos los problemas de contaminación por agroquími-cos han visto la luz pública cuando los países indus-trializados, que fabrican y exportan dichos insumos,rechazan partidas importadas de productos agrícolasregionales por no cumplir con su propia normativaambiental.

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6 La información que aquí se presenta proviene de un trabajo de título significativo: J.R. Quezada, “Base ecológica de la violencia en El Salvador:una propuesta de restauración ambiental del país”, en Presencia, núm. 4, enero-marzo de 1989, pp. 106-123, San Salvador, El Salvador, Cenitec.

7 La Dirección de Sanidad Vegetal de México autorizó su uso en 1972. Ciba-Geigy dejó de producirlo en 1976. Veáse el detallado trabajo de K.Schpfer, “Cuidado, Galecron”, en Papalotl, octubre-noviembre de 1983, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. El autorconocía las dos puntas del proceso productivo del Galecron: trabajó como bioquímico en los laboratorios Ciba-Geigy en Basilea, Suiza, renuncióy se desplazó después a las zonas de utilización en México, para estudiar sus efectos sobre los trabajadores algodoneros.

8000

6000

4000

2000

0

Miles de toneladas

1975-1976 1980-1981 1985-1986

Consumo total de fertilizantesen América Latina y el Caribe

Fuente: CEPAL, Anuario Estadístico de ALyC, edición 1988, San-tiago de Chile, febrero de 1989.

La revolución verde○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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La necesidad de modernizar e introducir principioscientíficos en la producción agrícola regional estáfuera de discusión; pero existen muchas formas con-cretas de desarrollar este empeño, no todas ellas apro-piadas. No se discute aquí la calidad de la investiga-ción científica que llevaron a cabo los pioneros de la

revolución verde y los fabricantes de agroquímicos. Loque resulta discutible es más bien la orientación de lapolítica científica implícita en aquellas investigaciones.En última instancia, en la carencia de sustentabilidad alargo plazo radica la falla principal de la forma hoypredominante de modernización agroproductiva.