A Imagen y Semejanza CUENTO

8/19/2019 A Imagen y Semejanza CUENTO

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A imagen y semejanza[Cuento. Texto completo]

Mario Benedetti



Era la última hormiga de la caraana! y no pudo seguir la ruta de sus compa"eras. #nterr$n de azúcar ha%&a res%alado desde lo alto! 'ue%r(ndose en arios terroncitos. #no de)stos le intercepta%a el paso. *or un instante la hormiga 'ued$ inm$il so%re el papelcolor crema. +uego! sus patitas delanteras tantearon el terr$n. ,etrocedi$! despu)s sedetuo. Tomando sus patas traseras como casi punto -ijo de apoyo! dio una ueltaalrededor de s& misma en el sentido de las agujas de un reloj. $lo entonces se acerc$ denueo. +as patas delanteras se estiraron! en un primer intento de alzar el azúcar! pero-racasaron. in em%argo! el r(pido moimiento hizo 'ue el terr$n 'uedara mejor situado para la operaci$n de carga. Esta ez la hormiga acometi$ lateralmente su o%jetio! alz$el terr$n y lo sostuo so%re su ca%eza. *or un instante pareci$ acilar! luego reinici$ eliaje! con un andar %astante m(s lento 'ue el 'ue tra&a. us compa"eras ya esta%an lejos!-uera del papel! cerca del z$calo. +a hormiga se detuo! exactamente en el punto en 'uela super-icie por la 'ue marcha%a! cam%ia%a de color. +as seis patas hollaron una /mayúscula y oscura. 0espu)s de una moment(nea detenci$n! termin$ por atraesarla.Ahora la super-icie era otra ez clara. 0e pronto el terr$n res%al$ so%re el papel! parti)ndose en dos. +a hormiga hizo entonces un recorrido 'ue incluy$ una detenidainspecci$n de am%as porciones! y eligi$ la mayor. Carg$ con ella! y aanz$. En la ruta!hasta ese instante li%re! apareci$ una colilla aplastada. +a %orde$ lentamente! y cuandoreapareci$ al otro lado del pucho! la super-icie se ha%&a uelto nueamente oscura por'ue en ese instante el tr(nsito de la hormiga ten&a lugar so%re una A. 1u%o una leecorriente de aire! como si alguien hu%iera soplado. 1ormiga y carga rodaron. Ahora elterr$n se desarm$ por completo. +a hormiga cay$ so%re sus patas y emprendi$ unaenlo'uecida carrerita en c&rculo. +uego pareci$ tran'uilizarse. 2ue hacia uno de losgranos de azúcar 'ue antes ha%&a -ormado parte del medio terr$n! pero no lo carg$.Cuando reinici$ su marcha no ha%&a perdido la ruta. *as$ r(pidamente so%re una 0oscura! y al reingresar en la zona clara! otro o%st(culo la detuo. Era un trocito de algo!un palito acaso tres eces m(s grande 'ue ella misma. ,etrocedi$! aanz$! tante$ el

palito! se 'ued$ inm$il durante unos segundos. +uego empez$ la tarea de carga. 0oseces se res%al$ el palito! pero al -inal 'ued$ %ien a-irmado! como una suerte de m(stilinclinado. Al pasar so%re el (rea de la segunda A oscura! el andar de la hormiga era casitriun-al. in em%argo! no ha%&a aanzado dos cent&metros por la super-icie clara del papel! cuando algo o alguien moi$ a'uella hoja y la hormiga rod$! m(s o menosreplegada so%re s& misma. $lo pudo reincorporarse cuando lleg$ a la madera del piso. Acinco cent&metros esta%a el palito. +a hormiga aanz$ hasta )l! esta ez con parsimonia!como midiendo cada s)xtuple paso. As& y todo! lleg$ hasta su o%jetio! pero cuandoestira%a las patas delanteras! de nueo corri$ el aire y el palito rod$ hasta detenerse diezcent&metros m(s all(! semica&do en una de las rendijas 'ue separa%an los ta%lones del piso. #no de los extremos! sin em%argo! emerg&a hacia arri%a. *ara la hormiga!

semejante posici$n represent$ en cierto modo una -acilidad! ya 'ue pudo hacer un rodeoa -in de intentar la operaci$n desde un (ngulo m(s -aora%le. Al ca%o de medio minuto!la -aena esta%a cumplida. +a carga! otra ez alzada! esta%a ahora en una posici$n m(scercana a la estricta horizontalidad. +a hormiga reinici$ la marcha! sin desiarse jam(sde su ruta hacia el z$calo. +as otras hormigas! con sus respectios &eres! ha%&andesaparecido por algún inisi%le agujero. o%re la madera! la hormiga aanza%a m(slentamente 'ue so%re el papel. #n nudo! %astante rugoso de la ta%la! signi-ic$ unademora de m(s de un minuto. El palito estuo a punto de caer! pero un particular ai)ndel cuerpo de la hormiga asegur$ su esta%ilidad. 0os cent&metros m(s y un golpe reson$.#n golpe aparentemente dado so%re el piso. Al igual 'ue las otras! esa ta%la i%r$ y lahormiga dio un saltito inoluntario! en el curso del cual! perdi$ su carga. El palito 'ued$

atraesado en el ta%l$n contiguo. El tra%ajo siguiente -ue cruzar la hendidura! 'ue en ese punto era %astante pro-unda. +a hormiga se acerc$ al %orde! hizo un lee aance erizado



Episodio del enemigo, de Jorge Luis Borges

Tantos años huyendo y esperando y ahora el enemigo estaba en mi casa.Desde la ventana lo vi subir penosamente por el áspero camino del cerro. Se

ayudaba con un bastn, con un torpe bastn !ue en sus vie"as manos no pod#aser un arma sino un báculo. $e cost percibir lo !ue esperaba% el d&bil golpecontra la puerta. $ir&, no sin nostalgia, mis manuscritos, el borrador a medioconcluir y el tratado de 'rtemidoro sobre los sueños, libro un tanto anmaloah#, ya !ue no se griego. (tro dia perdido, pens&. Tuve !ue )orce"ear con lallave. Tem# !ue el hombre se desplomara, pero dio unos pasos inciertos, solt elbastn, !ue no volv# a ver, y cay en mi cama, rendido. $i ansiedad lo hab#aimaginado muchas veces, pero slo entonces not& !ue se parec#a, de un modocasi )raternal, al *ltimo retrato de Lincoln. Ser#an las cuatro de la tarde.

$e inclin& sobre &l para !ue me oyera.

+no cree !ue los años pasan para uno+le di"e+, pero pasan tambi&n para losdemás. '!ui nos encontramos al -n y lo !ue antes ocurri no tiene sentido.

$ientras yo hablaba, se hab#a desabrochado el sobretodo. La mano derechaestaba en el bolsillo del saco. 'lgo me señalaba y yo sent# !ue era un revlver.

$e di"o entonces con vo -rme%

+/ara entrar en su casa, he recurrido a la compasin. Le tengo ahora a mimerced y no soy misericordioso.

Ensay& unas palabras. 0o soy un hombre )uerte y slo las palabras pod#ansalvarme. 'tin& a decir%

+En verdad !ue hace tiempo maltrat& a un niño, pero usted ya no es a!uel niñoni yo a!uel insensato. 'demás, la vengana no es menos vanidosa y rid#cula!ue el perdn.

+/recisamente por!ue ya no soy a!uel niño+me replic+tengo !ue matarlo. 0ose trata de una vengana, sino de un acto de "usticia. Sus argumentos, Borges,son meras estratagemas de su terror para !ue no lo mate. sted ya no puedehacer nada.

+/uedo hacer una cosa+le contest&.

+12uál3+$e pregunt.

-Despertarme.

4 as# lo hice.

!super-icie del siguiente ta%l$n. Ah& esta%a el palito. +a hormiga estuo un rato junto a )l!sin otro moimiento 'ue un intermitente tem%lor en las patas delanteras. 0espu)s lle$ aca%o su 'uinta operaci$n de carga. El palito 'ued$ horizontal! aun'ue algo o%licuo conrespecto al cuerpo de la hormiga. Esta hizo un moimiento %rusco y entonces la carga'ued$ mejor acomodada. A medio metro esta%a el z$calo. +a hormiga aanz$ en laantigua direcci$n! 'ue en ese espacio casualmente se correspond&a con la eta. Ahora el paso era r(pido! y el palito no parec&a correr el menor riesgo de derrum%e. A doscent&metros de su meta! la hormiga se detuo! de nueo alertada. Entonces! de lo altoapareci$ un pulgar! un ancho dedo humano y concienzudamente aplast$ carga y hormiga.

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El aso de leche[Cuento. Texto completo]

Manuel ,ojas



A-irmado en la %arandilla de estri%or! el marinero parec&a esperar a alguien. Ten&a en lamano iz'uierda un enoltorio de papel %lanco! manchado de grasa en arias partes. Conla otra mano atend&a la pipa.

Entre unos agones apareci$ un joen delgado4 se detuo un instante! mir$ hacia el mary aanz$ despu)s! caminando por la orilla del muelle con las manos en los %olsillos!distra&do o pensando.

Cuando pas$ -rente al %arco! el marinero le grit$ en ingl)s5

63 say4 loo7 here8 9:;iga! mire8<

El joen leant$ la ca%eza y! sin detenerse! contest$ en el mismo idioma5

61allo=8 >hat? 9:1ola8 :@u)?<

6Are you hungry? 9Tiene ham%re?<

1u%o un %ree silencio! durante el cual el joen pareci$ re-lexionar y hasta dio un pasom(s corto 'ue los dem(s! como para detenerse4 pero al -in dijo! mientras dirig&a almarinero una sonrisa triste5

6/o! 3 am not hungry8 Than7 you! sailor. 9/o! no tengo hom%re. Muchas gracias!marinero.<

6ery =ell. 9Muy %ien.<

acose la pipa de la %oca el marinero! escupi$ y coloc(ndosela de nueo entre los la%ios!mir$ hacia otro lado. El joen! aergonzado de 'ue su aspecto despertara sentimientos decaridad! pareci$ apresurar el paso! como temiendo arrepentirse de su negatia.

#n instante despu)s un magn&-ico aga%undo! estido ineros&milmente de harapos!grandes zapatos rotos! larga %ar%a ru%ia y ojos azules! pas$ ante el marinero! y )ste! sinllamarlo preiamente! le grit$5

6Are you hungry?

/o ha%&a terminado aún su pregunta cuando el atorrante! mirando con ojos %rillantes el pa'uete 'ue el marinero ten&a en las manos! contest$ apresuradamente5

6es! sir! 3 am ery hungry8 9&! se"or! tengo harta ham%re.<

onri$ el marinero. El pa'uete ol$ en el aire y -ue a caer entre las manos (idas delham%riento. /i si'uiera dio las gracias y a%riendo el enoltorio calentito aún! sentose enel suelo! restreg(ndose las manos alegremente al contemplar su contenido. #n atorrantede puerto puede no sa%er ingl)s! pero nunca se perdonar&a no sa%er el su-iciente como para pedir de comer a uno 'ue ha%le ese idioma.

El joen 'ue pasara momentos antes! parado a corta distancia de all&! presenci$ la escena.

Dl tam%i)n ten&a ham%re. 1ac&a tres d&as justos 'ue no com&a! tres largos d&as. m(s por



0os pesos de agua[Cuento. Texto completo]

Iuan Bosch

apores! a as oras e com a! esperan o e a generos a e os mar neros a g n pa'uete 'ue contuiera restos de guisos y trozos de carne. /o pod&a hacerlo! no podr&ahacerlo nunca. cuando! como es el caso reciente! alguno le o-rec&a sus so%ras! lasrechaza%a heroicamente! sintiendo 'ue la negatia aumenta%a su ham%re.

eis d&as hac&a 'ue aga%a por las callejuelas y muelles de a'uel puerto. +o ha%&a dejadoall& un apor ingl)s procedente de *unta Arenas! puerto en donde ha%&a desertado de unapor en 'ue ser&a como muchacho de capit(n. Estuo un mes all&! ayudando en susocupaciones a un austriaco pescador de centollas! y en el primer %arco 'ue pas$ hacia elnorte em%arcose ocultamente. +o descu%rieron al d&a siguiente de zarpar y eni(ronlo atra%ajar en las calderas. En el primer puerto grande 'ue toc$ el apor lo desem%arcaron!

y all& 'ued$! como un -ardo sin direcci$n ni destinatario! sin conocer a nadie! sin uncentao en los %olsillos y sin sa%er tra%ajar en o-icio alguno. Mientras estuo all& elapor! pudo comer! pero despu)s... +a ciudad enorme! 'ue se alza%a m(s all( de lascallejuelas llenas de ta%ernas y posadas po%res! no le atra&a4 parec&ale un lugar deesclaitud! sin aire! oscura! sin esa grandeza amplia del mar! y entre cuyas altas paredes ycalles rectas la gente ie y muere aturdida por un tr(-ago angustioso.

Esta%a pose&do por la o%sesi$n del mar! 'ue tuerce las idas m(s lisas y de-inidas comoun %razo poderoso una delgada arilla. Aun'ue era muy joen ha%&a hecho arios iajes por las costas de Am)rica del ur! en diersos apores! desempe"ando distintos tra%ajosy -aenas! -aenas y tra%ajos 'ue en tierra casi no ten&an explicaci$n.

0espu)s 'ue se -ue el apor anduo! esperando del azar algo 'ue le permitiera iir dealgún modo mientras ol&a a sus canchas -amiliares4 pero no encontr$ nada. El puertoten&a poco moimiento y en los contados apores en 'ue se tra%aja%a no lo aceptaron.

Am%ula%an por all& in-inidad de aga%undos de pro-esi$n4 marineros sin contrata! como)l! desertados de un apor o pr$-ugos de algún delirio4 atorrantes a%andonados al ocio!'ue se mantienen de no se sa%e 'u)! mendigando o ro%ando! pasando los d&as como lascuentas de un rosario mugriento! esperando 'ui)n sa%e 'u) extra"os acontecimientos! ono esperando nada! indiiduos de las razas y pue%los m(s ex$ticos y extra"os! aun dea'uellos en cuya existencia no se cree hasta no ha%er isto un ejemplar.

F

Al d&a siguiente! conencido de 'ue no podr&a resistir mucho m(s! decidi$ recurrir acual'uier medio para procurarse alimentos.

Caminando! -ue a dar delante de un apor 'ue ha%&a llegado la noche anterior y 'uecarga%a trigo. #na hilera de hom%res marcha%a! dando la uelta! al hom%ro los pesadossacos! desde los agones! atraesando una planchada! hasta la escotilla de la %odega!donde los esti%adores reci%&an la carga. Estuo un rato mirando hasta 'ue atreiose aha%lar con el capataz! o-reci)ndose. 2ue aceptado y animosamente -orm$ parte de la

larga -ila de cargadores.

0urante el tiempo de la jornada tra%aj$ %ien4 pero despu)s empez$ a sentirse -atigado yle inieron ah&dos! acilando en la planchada cuando marcha%a con la carga al hom%ro!iendo a sus pies la a%ertura -ormada por el costado del apor y el murall$n del muelle!en el -ondo de la cual! el mar! manchado de aceite y cu%ierto de desperdicios!gloglotea%a sordamente.

A la hora de almorzar hu%o un %ree descanso y en tanto 'ue algunos -ueron a comer enlos -igones cercanos y otros com&an lo 'ue ha%&an lleado! )l se tendi$ en el suelo adescansar! disimulando su ham%re.

Termin$ la jornada completamente agotado! cu%ierto de sudor! reducido ya a lo último.



!contarle lo 'ue le suced&a! le pregunt$ si pod&an pagarle inmediatamente o si era posi%leconseguir un adelanto a cuenta de lo ganado.

Contestole el capataz 'ue la costum%re era pagar al -inal del tra%ajo y 'ue toda&a ser&anecesario tra%ajar el d&a siguiente para concluir de cargar el apor. :#n d&a m(s8 *or otrolado! no adelanta%an un centao.

6*ero 6le dijo6! si usted necesita! yo podr&a prestarle unos cuarenta centaos... /o tengom(s.

+e agradeci$ el o-recimiento con una sonrisa angustiosa y se -ue. +e acometi$ entoncesuna desesperaci$n aguda. Ten&a ham%re! ham%re! ham%re8 #n ham%re 'ue lo do%lega%acomo un latigazo4 e&a todo a tra)s de una nie%la azul y al andar acila%a como un %orracho. in em%argo! no ha%&a podido 'uejarse ni gritar! pues su su-rimiento erao%scuro y -atigante4 no era dolor! sino angustia sorda! aca%amiento4 le parec&a 'ue esta%aaplastado por un gran peso. inti$ de pronto como una 'uemadura en las entra"as! y sedetuo. e -ue inclinando! inclinando! do%l(ndose -orzadamente y crey$ 'ue i%a a caer.En ese instante! como si una entana se hu%iera a%ierto ante )l! io su casa! el paisaje'ue se e&a desde ella! el rostro de su madre y el de sus hermanos! todo lo 'ue )l 'uer&a yama%a apareci$ y desapareci$ ante sus ojos cerrados por la -atiga... 0espu)s! poco a poco! ces$ el desanecimiento y se -ue enderezando! mientras la 'uemadura se en-ria%a

despacio. *or -in se irgui$! respirando pro-undamente. #na hora m(s y caer&a al suelo.

Apur$ el paso! como huyendo de un nueo mareo! y mientras marcha%a resoli$ ir acomer a cual'uier parte! sin pagar! dispuesto a 'ue lo aergonzaran! a 'ue le pegaran! a'ue lo mandaran preso! a todo4 lo importante era comer! comer! comer. Cien eces repiti$mentalmente esta pala%ra4 comer! comer! comer! hasta 'ue el oca%lo perdi$ su sentido!dej(ndole una impresi$n de ac&o caliente en la ca%eza.

/o pensa%a huir4 le dir&a al due"o5 Ge"or! ten&a ham%re! ham%re! ham%re! y no tengocon 'u) pagar... 1aga lo 'ue 'uieraG.

+leg$ hasta las primeras calles de la ciudad y en una de ellas encontr$ una lecher&a. Eraun negocio muy claro y limpio! lleno de mesitas con cu%iertas de m(rmol5 0etr(s de unmostrador esta%a de pie una se"ora ru%ia con un delantal %lan'u&simo.

Eligi$ ese negocio. +a calle era poco transitada. 1a%r&a podido comer en uno de los-igones 'ue esta%an junto al muelle! pero se encontra%an llenos de gente 'ue juga%a y %e%&a.

En la lecher&a no ha%&a sino un cliente. Era un ejete de anteojos! 'ue con la nariz metidaentre las hojas de un peri$dico! leyendo! permanec&a inm$il! como pegado a la silla.o%re la mesita ha%&a un aso de leche a medio consumir. Esper$ 'ue se retirara!

paseando por la acera! sintiendo 'ue poco a poco se le encend&a en el est$mago la'uemadura de antes! y esper$ cinco! diez! hasta 'uince minutos. e cans$ y parose a unlado de la puerta! desde donde lanza%a al iejo una miradas 'ue parec&an pedradas.

@u) dia%los leer&a con tanta atenci$n8 +leg$ a imaginarse 'ue era un enemigo suyo!'uien! sa%iendo sus intenciones! se hu%iera propuesto entorpecerlas. +e da%an ganas deentrar y decirle algo -uerte 'ue le o%ligara a marcharse! una groser&a o una -rase 'ue leindicara 'ue no ten&a derecho a permanecer una hora sentado! y leyendo! por un gastoreducido.

*or -in el cliente termin$ su lectura! o por lo menos! la interrumpi$. e %e%i$ de un sor%o

el resto de leche 'ue conten&a el aso! se leant$ pausadamente! pag$ y dirigiose a la puerta. ali$4 era un ejete encorado! con trazas de carpintero o %arnizador.

+a ieja ,emigia sujeta el aparejo! alza la pe'ue"a cara y dice5

60ele ese rial -uerte a las (nimas pa 'ue lluea! 2elipa.

2elipa -uma y calla. Al ca%o de tanto o&r lamentar la se'u&a leanta los ojos y recorre elcielo con ellos. Claro! amplio y alto! el cielo se muestra sin una mancha. Es de unalimpieza desesperante.

6 no se e nadita de nu%es 6comenta.

Baja entonces la mirada. +os terrenos pardos se agrietan a la distancia. All(! al pie de laloma! un %oh&o. +a gente 'ue ie en )l! y en los otros! y en los m(s remotos! estar( pensando como ella y como la ieja ,emigia. :/ada de lluia en una sarta %ien larga demeses8 +os hom%res prenden -uego a los pinos de las lomas4 el resplandor de loscandelazos chamusca las escasas hojas de los maizales4 algunas chispas uelan como p(jaros! dejando estelas luminosas! caen y -lorecen en incendios enormes5 todo para 'ueascienda el humo a los cielos! para 'ue lluea... nada. /ada.

6/os amos a aca%ar! ,emigia 6dice.

+a ieja comenta5

6*a lo 'ue nos -alta.

+a se'u&a ha%&a empezado matando la primera cosecha4 cuando se hu%o hecho larga y lesac$ todo el jugo a la tierra! les cay$ encima a los arroyos4 poco a poco los cauces le-ueron 'uedando anchos al agua! las piedras surgieron cu%iertas de lama y los pececillosemigraron corriente a%ajo. 3n-inidad de ca"os aca%aron por agotarse! otros por tornarselagunas! otros lodazales.

edientos y desesperados! muchos hom%res a%andonaron los conucos! aparejaronca%allos y se -ueron con las -amilias en %usca de lugares menos (ridos.

+a ieja ,emigia se resist&a a salir. Algún d&a caer&a el agua4 alguna tarde se cargar&a elcielo de nu%es4 alguna noche romper&a el canto del aguacero so%re el ardido techo deyaguas. Algún d&a...

FFF

0esde 'ue se 'ued$ con el nieto! despu)s 'ue se llearon al hijo en una parihuela! laieja ,emigia se hizo hura"a y guardadora. *ieza a pieza -ue juntando sus centaos enuna higera con ceniza. +os centaos eran de co%re. Tra%aja%a en el conu'uito! detr(s dela casa! sem%rando ma&z y -rijoles. El ma&z lo usa%a en engordar los pollos y los cerdos4los -rijoles ser&an para la comida. Cada dos o tres meses reun&a los pollos m(s gordos yse i%a a enderlos. Cuando e&a un cerdo mantecoso! lo mata%a4 ella misma detalla%a lacarne y de las capas extra&a la grasa4 con )sta y con los chicharrones se i%a tam%i)n al pue%lo. Cerra%a el %oh&o! le encar%a%a a un ecino 'ue le cuidara lo suyo! monta%a elnieto en el potro %ayo y lo segu&a a pie. En la noche esta%a de uelta.

3%a tejiendo su ida as&! con el nieto colgado en el coraz$n.



Axolotl[Cuento. Texto completo]

Iulio Cort(zar

del peri$dico y se -ue! caminando despacito y deteni)ndose cada diez pasos para leer conm(s detenimiento.

Esper$ 'ue se alejara y entr$. #n momento estuo parado a la entrada! indeciso! nosa%iendo d$nde sentarse4 por -in eligi$ una mesa y dirigiose hacia ella4 pero a mitad decamino se arrepinti$! retrocedi$ y tropez$ en una silla! instal(ndose despu)s en unrinc$n.

Acudi$ la se"ora! pas$ un trapo por la cu%ierta de la mesa y con oz suae! en la 'ue senota%a un dejo de acento espa"ol! le pregunt$5

6@u) se a a serir?

in mirarla! le contest$5

6#n aso de leche.

6Hrande?

6&! grande.

6olo?

61ay %izcochos?

6/o4 ainillas.

6Bueno! ainillas.

Cuando la se"ora se dio uelta! )l se restreg$ las manos so%re las rodillas! regocijado!como 'uien tiene -r&o y a a %e%er algo caliente. oli$ la se"ora y coloc$ ante )l ungran aso de leche y un platito lleno de ainillas! dirigi)ndose despu)s a su puesto detr(s

del mostrador. u primer impulso -ue %e%erse la leche de un trago y comerse despu)s lasainillas! pero en seguida se arrepinti$4 sent&a 'ue los ojos de la mujer lo mira%an concuriosidad. /o se atre&a a mirarla4 le parec&a 'ue! al hacerlo! conocer&a su estado de(nimo y sus prop$sitos ergonzosos y )l tendr&a 'ue leantarse e irse! sin pro%ar lo 'ueha%&a pedido.

*ausadamente tom$ una ainilla! humedeciola en la leche y le dio un %ocado4 %e%i$ unsor%o de leche y sinti$ 'ue la 'uemadura! ya encendida en su est$mago! se apaga%a ydeshac&a. *ero! en seguida! la realidad de su situaci$n desesperada surgi$ ante )l y algoapretado y caliente su%i$ desde su coraz$n hasta la garganta4 se dio cuenta de 'ue i%a asollozar! a sollozar a gritos! y aun'ue sa%&a 'ue la se"ora lo esta%a mirando no pudo

rechazar ni deshacer a'uel nudo ardiente 'ue le estrecha%a m(s y m(s. ,esisti$! ymientras resist&a comi$ apresuradamente! como asustado! temiendo 'ue el llanto leimpidiera comer. Cuando termin$ con la leche y las ainillas se le nu%laron los ojos yalgo ti%io rod$ por su nariz! cayendo dentro del aso. #n terri%le sollozo lo sacudi$ hastalos zapatos.

A-irm$ la ca%eza en la manos y durante mucho rato llor$! llor$ con pena! con ra%ia! conganas de llorar! como si nunca hu%iese llorado.

F

3nclinado esta%a y llorando! cuando sinti$ 'ue una mano le acaricia%a la cansada ca%ezay 'ue una oz de mujer! con un dulce acento espa"ol! le dec&a5

ma ograr! como tu ta ta.

El ni"o la mira%a. /unca se le o&a ha%lar! y aun'ue apenas alza%a una ara del suelo!madruga%a con su machete %ajo el %razo y el sol le sal&a so%re la espalda! limpiando elconuco.

+a ieja ,emigia ten&a sus esperanzas. e&a crecer el ma&z! e&a -lorecer los -rijoles4 o&ael gru"ido de sus puercos en la pocilga cercana4 conta%a las gallinas al anochecer!cuando su%&an a los palos. Entre d&as descolga%a la higera y saca%a los co%res. 1a%&amuchos! lleg$ tam%i)n a ha%er monedas de plata de todos tama"os.

Con un tem%lor de noia en la mano! ,emigia acaricia%a su dinero y so"a%a. e&a almuchacho en tiempo de casarse! %ien montado en %rioso ca%allo alazano! o se lo -igura%atras un mostrador! despachando %otellas de ron! aras de lienzo! li%ras de azúcar.onre&a! torna%a a guardar su dinero! guinda%a la higera y se acerca%a al nieto! 'uedorm&a tran'uilo.

Todo i%a %ien! %ien. *ero sin sa%erse cu(ndo ni c$mo se present$ a'uella se'u&a. *as$ unmes sin lloer! pasaron dos! pasaron tres. +os hom%res 'ue cruza%an por delante de su %oh&o la saluda%an diciendo5

6Tiempo %rao! ,emigia.

Ella apro%a%a en silencio. Acaso comenta%a5

6*rendiendo elas a las (nimas pasa esto.

*ero no llo&a. e consumieron muchas elas y se consumi$ tam%i)n el ma&z en sustallos. e o&an crujir los palos4 se e&an en-la'uecer los ca"os de agua4 en la pocilgaempez$ a endurecerse la tierra. A eces se carga%a el cielo de nu%es4 all( arri%a seapelotona%an manchas grises4 %aja%an de las lomas ientos húmedos! 'ue alza%anmontones de polo...

6Esta noche s& lluee! ,emigia 6asegura%an los hom%res 'ue cruza%an.

6:*or -in8 a a ser hoy 6dec&a una mujer.

6a est( casi cayendo 6con-ia%a un negro.

+a ieja ,emigia se acosta%a y reza%a5 o-rec&a m(s elas a las (nimas y espera%a. Aeces le parec&a sentir el roncar de la lluia 'ue descend&a de las altas lomas. e dorm&aesperanzada4 pero el cielo amanec&a limpio como ropa de matrimonio.

Comenz$ la desesperaci$n. +a gente esta%a ya transida y la propia tierra 'uema%a como

si despidiera llamas. Todos los arroyos cercanos ha%&an desaparecido4 toda la egetaci$nde las lomas ha%&a sido 'uemada. /o se consegu&a comida para los cerdos4 los asnos sealeja%an en %usca de mayas4 las reses se perd&an en los recodos! lamiendo ra&ces de(r%oles4 los muchachos i%an a distancias de medio d&a a %uscar latas de agua4 las gallinasse perd&an en los montes! en procura de insectos y semillas.

6e aca%a esto! ,emigia. e aca%a 6lamenta%an las iejas.

#n d&a! con la -resca del amanecer! pas$ ,osendo con la mujer! los dos hijos! la aca! el perro y un mulo -laco cargado de trastos.

6o no aguanto! ,emigia4 a este lugar le han hecho mal de ojo.



#na nuea ola de llanto le arras$ los ojos y llor$ con tanta -uerza como la primera ez! pero ahora no angustiosamente! sino con alegr&a! sintiendo 'ue una gran -rescura lo penetra%a! apagando eso caliente 'ue le ha%&a estrangulado la garganta. Mientras llora%a pareciole 'ue su ida y sus sentimientos se limpia%an como un aso %ajo un chorro deagua! reco%rando la claridad y -irmeza de otros d&as.

Cuando pas$ el acceso de llanto se limpi$ con su pa"uelo los ojos y la cara! ya tran'uilo.+eant$ la ca%eza y mir$ a la se"ora! pero )sta no le mira%a ya! mira%a hacia la calle! aun punto lejano! y su rostro esta%a triste. En la mesita! ante )l! ha%&a un nueo aso de

leche y otro platillo colmado de ainillas4 comi$ lentamente! sin pensar en nada! como sinada le hu%iera pasado! como si estuiera en su casa y su madre -uera esa mujer 'ueesta%a detr(s del mostrador.

Cuando termin$ ya ha%&a oscurecido y el negocio se ilumina%a con una %om%illael)ctrica. Estuo un rato sentado! pensando en lo 'ue le dir&a a la se"ora al despedirse!sin ocurr&rsele nada oportuno.

Al -in se leant$ y dijo simplemente5

6Muchas gracias! se"ora4 adi$s...

6Adi$s! hijo... 6le contest$ ella.

ali$. El iento 'ue en&a del mar re-resc$ su cara! caliente aún por el llanto. Camin$ unrato sin direcci$n! tomando despu)s por una calle 'ue %aja%a hacia los muelles. +a nocheera hermos&sima y grandes estrellas aparec&an en el cielo de erano.

*ens$ en la se"ora ru%ia 'ue tan generosamente se ha%&a conducido e hizo prop$sitos de pagarle y recompensarla de una manera digna cuando tuiera dinero4 pero estos pensamientos de gratitud se desanec&an junto con el ardor de su rostro! hasta 'ue no'ued$ ninguno! y el hecho reciente retrocedi$ y se perdi$ en los recodos de su ida pasada.

0e pronto se sorprendi$ cantando algo en oz %aja. e irgui$ alegremente! pisando con-irmeza y decisi$n.

+leg$ a la orilla del mar y anduo de un lado para otro! el(sticamente! sinti)ndoserehacer! como si sus -uerzas interiores! antes dispersas! se reunieran y amalgamarans$lidamente.

0espu)s la -atiga del tra%ajo empez$ a su%irle por las piernas en un lento hormigueo y sesent$ so%re un mont$n de %olsas.

Mir$ el mar. +as luces del muelle y las de los %arcos se extend&an por el agua en unreguero rojizo y dorado! tem%lando suaemente. e tendi$ de espaldas! mirando el cielolargo rato. /o ten&a ganas de pensar! ni de cantar! ni de ha%lar. e sent&a iir! nada m(s.

1asta 'ue se 'ued$ dormido con el rostro uelto hacia el mar.

23/

6Tenga4 pr)ndamele esto de elas a las (nimas en mi nom%re 6recomend$.

,osendo cogi$ los co%res! los mir$! alz$ la ca%eza y se cans$ de er cielo azul.

6Cuando 'uiera! (yase a Taera. /osotros amos a parar un rancho all(! y dende agoraes suyo.

6o me 'uedo! ,osendo. Esto no puede durar.

,osendo oli$ el rostro. u mujer y sus hijos se perd&an ya en la distancia. El sol

parec&a incendiar las lomas remotas.

FFF

El muchacho se ha%&a puesto tan oscuro como un negro. #n d&a se le acerc$5

6Mam(! uno de los puer'uitos parece muerto.

,emigia se -ue a la pocilga. Anhelantes! resecas las trompas! -lacos como alam%res! loscerdos gru"&an y chilla%an. Esta%an apelotonados! y cuando ,emigia los espant$ iorestos de un animal. Comprendi$5 el muerto ha%&a alimentado a los ios. Entonces

decidi$ ir ella misma en %usca de agua para 'ue sus animales resistieran.

Echa%a por delante el potro %ayo4 sal&a de madrugada y retorna%a a medio d&a.3ncansa%le! tenaz! silenciosa! ,emigia se manten&a sin una 'ueja. a sent&a menos pesoen la higuera4 pero ha%&a 'ue seguir sacri-icando algo para 'ue las (nimas tuieran piedad. El camino hasta el arroyo m(s cercano era largo4 ella lo hac&a a pie! para nocansar la %estia. El potro %ayo ten&a las ancas cortantes! el pescuezo -laco! y a eces se leo&an chocar los huesos.

El )xodo segu&a. Cada d&a se cerra%a un nueo %oh&o. a la tierra parda se res'ue%raja%a4ya s$lo los espinosos cam%ronales se sosten&an erdes. En cada iaje el agua del arroyo

era m(s escasa. A la semana ha%&a tanto lodo como agua4 a las dos semanas el cauce eracomo un iejo camino pedregoso! donde re-ulg&a el sol. +a %estia! desesperada! %usca%adonde ramonear y %at&a el ra%o para espantar las moscas.

,emigia no ha%&a perdido la -e. Espera%a las se"ales de lluia en el alto cielo.

6:Jnimas del *urgatorio8 6clama%a de rodillas6. :Jnimas del *urgatorio8 :/os amos amorir achicharrados si ustedes no nos ayudan8

0&as m(s tarde el potro %ayo amaneci$ trist$n e incapaz de leantarse4 esa misma tardeel nieto se tendi$ en el catre! ardiendo en -ie%re. ,emigia se ech$ a-uera. Anduo y

anduo! llamando en los distantes %oh&os! leantando los esp&ritus.

6amos a hacerle un rosario a an 3sidro 6dec&a.

6amos a hacerle un rosario a an 3sidro 6repet&a.

alieron una madrugada de domingo. Ella llea%a el ni"o en %razos. +a ca%eza delmuchacho! cargada de calenturas! pend&a como un %ulto del hom%ro de su a%uela.@uince o einte mujeres! hom%res y ni"os desharrapados! curtidos por el sol! entona%anc(nticos tristes! recorriendo los pelados caminos. +lea%an una imagen de la Altagracia4le encend&an elas4 se arrodilla%an y elea%an ruegos a 0ios. #n iejo -laco! %ar%udo! de

ojos ardientes y acerados! con el pecho desnudo! i%a delante golpe(ndose el estern$n conla mano descarnada! mirando a lo alto y clamando5

1u%o un tiempo en 'ue yo pensa%a mucho en los axolotl. 3%a a erlos al acuario delIard&n des *lantes y me 'ueda%a horas mir(ndolos! o%serando su inmoilidad! susoscuros moimientos. Ahora soy un axolotl.

El azar me lle$ hasta ellos una ma"ana de primaera en 'ue *ar&s a%r&a su cola de paoreal despu)s de la lenta inernada. Baj) por el %ulear de *ort ,oyal! tom) t. Marcel y+1Npital! i los erdes entre tanto gris y me acord) de los leones. Era amigo de losleones y las panteras! pero nunca ha%&a entrado en el húmedo y oscuro edi-icio de losacuarios. 0ej) mi %icicleta contra las rejas y -ui a er los tulipanes. +os leones esta%an-eos y tristes y mi pantera dorm&a. ;pt) por los acuarios! soslay) peces ulgares hastadar inesperadamente con los axolotl. Me 'ued) una hora mir(ndolos! y sal& incapaz deotra cosa.

En la %i%lioteca aint6HeneiOe consult) un diccionario y supe 'ue los axolotl son-ormas larales! proistas de %ran'uias! de una especie de %atracios del g)neroam%listoma. @ue eran mexicanos lo sa%&a ya por ellos mismos! por sus pe'ue"os rostrosrosados aztecas y el cartel en lo alto del acuario. +e& 'ue se han encontrado ejemplaresen J-rica capaces de iir en tierra durante los per&odos de se'u&a! y 'ue continúan suida en el agua al llegar la estaci$n de las lluias. Encontr) su nom%re espa"ol! ajolote!la menci$n de 'ue son comesti%les y 'ue su aceite se usa%a 9se dir&a 'ue no se usa m(s<como el de h&gado de %acalao.

/o 'uise consultar o%ras especializadas! pero ol& al d&a siguiente al Iardin des *lantes.Empec) a ir todas las ma"anas! a eces de ma"ana y de tarde. El guardi(n de los acuariossonre&a perplejo al reci%ir el %illete. Me apoya%a en la %arra de hierro 'ue %ordea losacuarios y me pon&a a mirarlos. /o hay nada de extra"o en esto por'ue desde un primermomento comprend& 'ue est(%amos inculados! 'ue algo in-initamente perdido y

distante segu&a sin em%argo uni)ndonos. Me ha%&a %astado detenerme a'uella primerama"ana ante el cristal donde unas %ur%ujas corr&an en el agua. +os axolotl seamontona%an en el mez'uino y angosto 9s$lo yo puedo sa%er cu(n angosto y mez'uino< piso de piedra y musgo del acuario. 1a%&a nuee ejemplares y la mayor&a apoya%a laca%eza contra el cristal! mirando con sus ojos de oro a los 'ue se acerca%an. Tur%ado!casi aergonzado! sent& como una impudicia asomarme a esas -iguras silenciosas einm$iles aglomeradas en el -ondo del acuario. Aisl) mentalmente una situada a laderecha y algo separada de las otras para estudiarla mejor. i un cuerpecito rosado ycomo translúcido 9pens) en las estatuillas chinas de cristal lechoso<! semejante a un pe'ue"o lagarto de 'uince cent&metros! terminado en una cola de pez de una delicadezaextraordinaria! la parte m(s sensi%le de nuestro cuerpo. *or el lomo le corr&a una aleta

transparente 'ue se -usiona%a con la cola! pero lo 'ue me o%sesion$ -ueron las patas! deuna -inura sutil&sima! aca%adas en menudos dedos! en u"as minuciosamente humanas. entonces descu%r& sus ojos! su cara! dos ori-icios como ca%ezas de al-iler! enteramente deun oro transparente carentes de toda ida pero mirando! dej(ndose penetrar por mimirada 'ue parec&a pasar a tra)s del punto (ureo y perderse en un di(-ano misteriointerior. #n delgad&simo halo negro rodea%a el ojo y los inscri%&a en la carne rosa! en la piedra rosa de la ca%eza agamente triangular pero con lados curos e irregulares! 'ue leda%an una total semejanza con una estatuilla corro&da por el tiempo. +a %oca esta%adisimulada por el plano triangular de la cara! s$lo de per-il se adiina%a su tama"oconsidera%le4 de -rente una -ina hendedura rasga%a apenas la piedra sin ida. A am%oslados de la ca%eza! donde hu%ieran de%ido estar las orejas! le crec&an tres ramitas rojas

como de coral! una excrescencia egetal! las %ran'uias supongo. era lo único io en)l! cada diez o 'uince segundos las ramitas se endereza%an r&gidamente y ol&an a



El /olic#a de las 5atas

/or 5oberto Bolaño

/ara 5obert 'mutio y 2hris 'ndre6s

$e llamo Jos&, aun!ue la gente !ue me conoce me llama /epe, y algunos,generalmente los !ue no me conocen bien o no tienen un trato )amiliarconmigo, me llaman /epe el Tira. /epe es un diminutivo cariñoso, a)able,cordial, !ue no me disminuye ni me agiganta, un apelativo !ue denota, incluso,cierto respeto a)ectuoso, si se me permite la e7presin, no un respeto distante.Luego viene el otro nombre, el alias, la cola o "oroba !ue arrastro con buenánimo, sin o)enderme, en cierta medida por!ue nunca o casi nunca lo utilianen mi presencia. /epe el Tira, !ue es como meclar arbitrariamente el cariño yel miedo, el deseo y la o)ensa en el mismo saco oscuro. 1De dnde viene la

palabra Tira3 8iene de tirana, tirano, el !ue hace cual!uier cosa sin tener !ueresponder de sus actos ante nadie, el !ue goa, en una palabra, de impunidad.19u& es un tira3 n tira es, para mi pueblo, un polic#a. 4 a m# me llaman /epeel Tira por!ue soy, precisamente, polic#a, un o-cio como cual!uier otro pero!ue pocos están dispuestos a e"ercer. Si cuando entr& en la polic#a hubierasabido lo !ue hoy s&, yo tampoco estar#a dispuesto a e"ercerlo. 19u& )ue lo !ueme impuls a hacerme polic#a3 $uchas veces, sobre todo *ltimamente, me lohe preguntado, y no hallo una respuesta convincente.

/robablemente )ui un "oven más est*pido !ue los demás. Tal ve un desengañoamoroso :pero no consigo recordar haber estado enamorado en a!uel tiempo;o tal ve la )atalidad, el saberme distinto de los demás y por lo tanto buscar uno-cio solitario, un o-cio !ue me permitiera pasar muchas horas en la soledadmás absoluta y !ue, al mismo tiempo, tuviera cierto sentido práctico y noconstituyera una carga para mi pueblo.

Lo cierto es !ue se necesitaba un polic#a y yo me present& y los "e)es, trasmirarme, no tardaron ni medio minuto en darme el traba"o. 'lguno de ellos, talve todos, aun!ue se cuidaban de andar comentándolo, sab#an de antemano!ue yo era uno de los sobrinos de Jose-na la 2antora. $is hermanos y primos,el resto de los sobrinos, no sobresal#an en nada y eran )elices. 4o tambi&n, a mimanera, era )eli, pero en m# se notaba el parentesco de sangre con Jose-na,no en balde llevo su nombre. Tal ve eso in<uy en la decisin de los "e)es dedarme el traba"o. Tal ve no y yo )ui el *nico !ue se present el primer d#a. Talve ellos esperaban !ue no se presentara nadie más y temieron !ue, si medaban largas, )uera a cambiar de parecer. La verdad es !ue no s& !u& pensar.Lo *nico cierto es !ue me hice polic#a y a partir del primer d#a me dedi!u& a

:an 3sidro +a%rador8Trae el agua y 'uita el sol!:an 3sidro +a%rador8

ona%a ronca la oz del iejo. 0etr(s! las mujeres pla"&an y alza%an los %razos.

FFF

a se ha%&an ido todos. *as$ ,osendo! pas$ Tori%io con una hija medio loca4 pas$2elipe4 pasaron unos y otros. Ella les dio a todos para las elas. *asaron los últimos! una

gente a 'uienes no conoc&a4 llea%an un iejo en-ermo y no pod&an con su tristeza4 ellales dio para las elas.

e pod&a tender la ista sin tropiezos y er desde la puerta del %oh&o el calcinado paisajecon las lomas peladas al -inal4 se pod&an er los cauces secos de los arroyos.

a nadie espera%a lluia. Antes de irse los iejos jura%an 'ue 0ios ha%&a castigado ellugar y los j$enes 'ue ten&a mal de ojo.

,emigia espera%a. ,ecog&a escasas gotas de agua. a%&a 'ue ha%&a 'ue empezar denueo! por'ue ya casi nada 'ueda%a en la higuera! y el conuco esta%a pelado como un

camino real. *olo y sol4 sol y polo. +a maldici$n de 0ios! por la maldad de loshom%res! se ha%&a realizado all&4 pero la maldici$n de 0ios no pod&a aca%ar con la -e de,emigia.

FFF

En su rinc$n del *urgatorio! las (nimas! metidas de cintura a%ajo entre las llamasoraces! repasa%an cuentas. i&an consumidas por el -uego! puri-ic(ndose4 y! como %urla sangrienta! ten&an potestad para desatar la lluia y llear el agua a la tierra. #na deellas! %ar%uda! dijo5

6:Caram%a8 :+a ieja ,emigia! de *aso 1ondo! ha 'uemado ya dos pesos de elas pidiendo agua8

+as compa"eras saltaron oci-erando5

6:0os pesos! dos pesos8

Alguna pregunt$5

6*or 'u) no se le ha atendido! como es costum%re?

6:1ay 'ue atenderla8 6rugi$ una de ojos impetuosos.

6:1ay 'ue atenderla8 6gritaron las otras.

e corr&a la oz! se repet&an el mandato5

6:1ay 'ue mandar agua a *aso 1ondo8 :0os pesos de agua8

6:0os pesos de agua a *aso 1ondo8

6:0os pesos de agua a *aso 1ondo8

Todas esta%an impresionadas! casi -uera de s&! por'ue nunca lleg$ una entrega de agua a

. !mez'uino4 apenas aanzamos un poco nos damos con la cola o la ca%eza de otro denosotros4 surgen di-icultades! peleas! -atiga. El tiempo se siente menos si nos estamos'uietos.

2ue su 'uietud la 'ue me hizo inclinarme -ascinado la primera ez 'ue i a los axolotl.;scuramente me pareci$ comprender su oluntad secreta! a%olir el espacio y el tiempocon una inmoilidad indi-erente. 0espu)s supe mejor! la contracci$n de las %ran'uias! eltanteo de las -inas patas en las piedras! la repentina nataci$n 9algunos de ellos nadan conla simple ondulaci$n del cuerpo< me pro%$ 'ue eran capaz de eadirse de ese sopormineral en el 'ue pasa%an horas enteras. us ojos so%re todo me o%sesiona%an. Al lado

de ellos en los restantes acuarios! diersos peces me mostra%an la simple estupidez desus hermosos ojos semejantes a los nuestros. +os ojos de los axolotl me dec&an de la presencia de una ida di-erente! de otra manera de mirar. *egando mi cara al idrio 9aeces el guardi(n tos&a in'uieto< %usca%a er mejor los diminutos puntos (ureos! esaentrada al mundo in-initamente lento y remoto de las criaturas rosadas. Era inútil golpear con el dedo en el cristal! delante de sus caras no se adert&a la menor reacci$n. +os ojosde oro segu&an ardiendo con su dulce! terri%le luz4 segu&an mir(ndome desde una pro-undidad insonda%le 'ue me da%a )rtigo.

sin em%argo esta%an cerca. +o supe antes de esto! antes de ser un axolotl. +o supe eld&a en 'ue me acer'u) a ellos por primera ez. +os rasgos antropom$r-icos de un mono

reelan! al re)s de lo 'ue cree la mayor&a! la distancia 'ue a de ellos a nosotros. +aa%soluta -alta de semejanza de los axolotl con el ser humano me pro%$ 'ue mireconocimiento era (lido! 'ue no me apoya%a en analog&as -(ciles. $lo las manecitas...*ero una lagartija tiene tam%i)n manos as&! y en nada se nos parece. o creo 'ue era laca%eza de los axolotl! esa -orma triangular rosada con los ojitos de oro. Eso mira%a ysa%&a. Eso reclama%a. /o eran animales.

*arec&a -(cil! casi o%io! caer en la mitolog&a. Empec) iendo en los axolotl unametamor-osis 'ue no consegu&a anular una misteriosa humanidad. +os imagin)conscientes! esclaos de su cuerpo! in-initamente condenados a un silencio a%isal! a unare-lexi$n desesperada. u mirada ciega! el diminuto disco de oro inexpresio y sin

em%argo terri%lemente lúcido! me penetra%a como un mensaje5 P(lanos! s(lanosQ.Me sorprend&a musitando pala%ras de consuelo! transmitiendo pueriles esperanzas. Ellossegu&an mir(ndome inm$iles4 de pronto las ramillas rosadas de las %ran'uias seendereza%an. En ese instante yo sent&a como un dolor sordo4 tal ez me e&an! capta%anmi es-uerzo por penetrar en lo impenetra%le de sus idas. /o eran seres humanos! peroen ningún animal ha%&a encontrado una relaci$n tan pro-unda conmigo. +os axolotl erancomo testigos de algo! y a eces como horri%les jueces. Me sent&a inno%le -rente a ellos!ha%&a una pureza tan espantosa en esos ojos transparentes. Eran laras! pero lara 'uieredecir m(scara y tam%i)n -antasma. 0etr(s de esas caras aztecas inexpresias y sinem%argo de una crueldad implaca%le! 'u) imagen espera%a su hora?

+es tem&a. Creo 'ue de no ha%er sentido la proximidad de otros isitantes y del guardi(n!no me hu%iese atreido a 'uedarme solo con ellos. P#sted se los come con los ojosQ! medec&a riendo el guardi(n! 'ue de%&a suponerme un poco dese'uili%rado. /o se da%acuenta de 'ue eran ellos los 'ue me deora%an lentamente por los ojos en un cani%alismode oro. +ejos del acuario no hac&a mas 'ue pensar en ellos! era como si me in-luyeran adistancia. +legu) a ir todos los d&as! y de noche los imagina%a inm$iles en la oscuridad!adelantando lentamente una mano 'ue de pronto encontra%a la de otro. Acaso sus ojose&an en plena noche! y el d&a continua%a para ellos inde-inidamente. +os ojos de losaxolotl no tienen p(rpados.

Ahora s) 'ue no hu%o nada de extra"o! 'ue eso ten&a 'ue ocurrir. Cada ma"ana al

inclinarme so%re el acuario el reconocimiento era mayor. u-r&an! cada -i%ra de micuerpo alcanza%a ese su-rimiento amordazado! esa tortura r&gida en el -ondo del agua.Es ia%an al o un remoto se"or&o ani uilado un tiem o de li%ertad en ue el mundo



vagar por las alcantarillas, a veces por las principales, por a!uellas donde correel agua, otras veces por las secundarias, donde están los t*neles !ue mipueblo cava sin cesar, t*neles !ue sirven para acceder a otras )uentesalimenticias o !ue sirven *nicamente para escapar o para comunicar laberintos!ue, vistos super-cialmente, carecen de sentido, pero !ue sin duda tienen un

sentido, )orman parte del entramado en el !ue mi pueblo se mueve ysobrevive.

' veces, en parte por!ue era mi traba"o y en parte por!ue me aburr#a, de"abalas alcantarillas principales y secundarias y me internaba en las alcantarillasmuertas, una ona en la !ue slo se mov#an nuestros e7ploradores o nuestroshombres de empresa, la mayor parte de las veces solos aun!ue en ocasiones lohac#an acompañados por sus )amilias, por sus obedientes retoños. 'll#, porregla general, no hab#a nada, slo ruidos atemoriadores, pero a veces,mientras recorr#a con cautela esos sitios inhspitos, sol#a encontrar el cadáverde un e7plorador o el cadáver de un empresario o los cadáveres de sus hi"itos.

'l principio, cuando a*n no ten#a e7periencia, estos hallagos mesobresaltaban, me alteraban hasta un punto en el !ue yo de"aba de parecermea m# mismo. Lo !ue hac#a entonces era recoger a la v#ctima, sacarla de lost*neles muertos y llevarla hasta el puesto avanado de la polic#a en dondenunca hab#a nadie. 'll# proced#a a determinar por mis propios medios y tanbuenamente como pod#a la causa de la muerte. Luego iba a buscar al )orense y&ste, si estaba de humor, se vest#a o se cambiaba de ropa, cog#a su malet#n yme acompañaba hasta el puesto. 4a all#, lo de"aba solo con el cadáver o loscadáveres y volv#a a salir. /or norma, despu&s de encontrar un cadáver, lospolic#as de mi pueblo no vuelven al lugar del crimen sino !ue procuran,

vanamente, meclarse con nuestros seme"antes, participar en los traba"os,tomar parte en las conversaciones, pero yo era distinto, a m# no me disgustabavolver a inspeccionar el lugar del crimen, buscar detalles !ue me hubieranpasado desapercibidos, reproducir los pasos !ue segu#an las pobres v#ctimas ohusmear y pro)undiar, con mucho cuidado, eso s#, en la direccin de la !uehu#an.

'l cabo de unas horas volv#a al puesto avanado y me encontraba, pegada enla pared, la nota del )orense. Las causas del deceso% degollamiento, muerte pordesangramiento, desgarros en las patas, cuellos rotos, mis cong&neres nuncase entregaban sin luchar, sin debatirse hasta el *ltimo aliento. El asesino sol#a

ser alg*n carn#voro perdido en las alcantarillas, una serpiente, a veces hasta uncaimán ciego. /erseguirlos era in*til% probablemente iban a morir de inanicinal cabo de poco tiempo.

2uando me tomaba un descanso buscaba la compañ#a de otros polic#as. 2onoc# a uno, muy vie"o y en<a!uecido por la edad y por el traba"o, !ue a su ve hab#aconocido a mi t#a y !ue le gustaba hablar de ella. 0adie entend#a a Jose-na,dec#a, pero todos la !uer#an o -ng#an !uererla y ella era )eli as# o -ng#a serlo.

6:0os pesos de agua a *aso 1ondo8 6rug&an.

todas las (nimas del *urgatorio se escandaliza%an pensando en el agua 'ue ha%&a 'uederramar por tanto dinero! mientras ellas ard&an metidas en el -uego eterno! esperando'ue la suprema gracia de 0ios las llamara a su lado.

FFF

A%ajo! en *aso 1ondo! se nu%l$ el cielo. Muy de ma"ana ,emigia mir$ hacia oriente y

io una nu%e negra y -ina! tan negra como una cinta de luto y tan -ina como la ra%iza deun -uete. #na hora despu)s inmensas lomas de nu%es grises se apelotonaron!empuj(ndose! aanzando! ascendiendo. 0os horas m(s tarde esta%a oscuro como si -uerade noche.

+lena de miedo! con el temor de 'ue se deshiciera tanta entura! ,emigia calla%a ymira%a. El nieto segu&a en el catre! calenturiento. Esta%a -laco! igual 'ue un sonajero dehuesos. +os ojos parec&an salirle de cueas.

Arri%a estall$ un trueno. ,emigia corri$ a la puerta. Aanzando como ca%aller&a ra%iosa!un -rente de lluia en&a de las lomas so%re el %oh&o. Ella sonri$ de manera inconsciente4

se sujet$ las mejillas! a%ri$ desmesuradamente los ojos. :a esta%a lloiendo8

,auda! pesada! cantando %roncas canciones! la lluia lleg$ hasta el camino real! reson$en el techo de yaguas! salt$ el %oh&o! empez$ a caer en el conuco. inti)ndose arder!,emigia corri$ a la puerta del patio y io descender! apretados! los hilos gruesos delagua4 io la tierra adormecerse y despedir un aho espeso. e tir$ a-uera! ra%iosa.

6:o sa%&a! yo lo sa%&a! yo lo sa%&a8 6grita%a a oz en cuello.

6:+loiendo! lloiendo8 6clama%a con los %razos tendidos hacia el cielo6. :o lo sa%&a8

0e pronto penetr$ en la casa! tom$ al ni"o! lo apret$ contra su pecho! lo alz$! lo mostr$ ala lluia.

6:Be%e! muchacho4 %e%e! hijo m&o8 :Mira agua! mira agua8

sacud&a al nieto! lo estruja%a4 parec&a 'uerer meterle dentro el esp&ritu -resco ydisperso del agua.

FFF

Mientras a-uera %rama%a el temporal! so"a%a adentro ,emigia.

6Ahora 6se dec&a6! en cuanto la tierra se a%lande! siem%ro %atata! arroz tresmesino!-rijoles y ma&z. Toda&a me 'uedan unos cuartitos con 'ue comprar semillas. Elmuchacho se a a sanar. :+(stima 'ue la gente se haya ido8 @uisiera erle la cara aTori%io! a er 'u) pensar&a de este aguacero. Tantas rogaciones! y s$lo me an aaproechar a m&. @uiz( engan agora! cuando sepan 'ue ya pas$ el mal de ojo.

El nieto dorm&a tran'uilo. En *aso 1ondo! por los secos cauces de los arroyos y los r&os!empeza%a a rodar agua sucia4 toda&a era escasa y se estanca%a en las piedras. 0e laslomas %aja%a roja! cargada de %arro4 de los cielos descend&a pesada y rauda. El techo deyaguas se desmigaja%a con los golpes múltiples del aguacero. ,emigia se adormec&a y

e&a su conuco lleno de plantas erdes! lozanas! %atidas por la %risa -resca4 e&a losrincones llenos de dorado ma&z! de arroz! -rijoles! de %atatas henchidas. El sue"o letorna%a esada la ca%eza.

encer la inexpresiidad -orzada de sus rostros de piedra! no portara un mensaje dedolor! la prue%a de esa condena eterna! de ese in-ierno l&'uido 'ue padec&an. 3nútilmente'uer&a pro%arme 'ue mi propia sensi%ilidad proyecta%a en los axolotl una concienciainexistente. Ellos y yo sa%&amos. *or eso no hu%o nada de extra"o en lo 'ue ocurri$. Micara esta%a pegada al idrio del acuario! mis ojos trata%an una ez mas de penetrar elmisterio de esos ojos de oro sin iris y sin pupila. e&a de muy cerca la cara de una axolotlinm$il junto al idrio. in transici$n! sin sorpresa! i mi cara contra el idrio! en ez delaxolotl i mi cara contra el idrio! la i -uera del acuario! la i del otro lado del idrio.Entonces mi cara se apart$ y yo comprend&.

$lo una cosa era extra"a5 seguir pensando como antes! sa%er. 0arme cuenta de eso -ueen el primer momento como el horror del enterrado io 'ue despierta a su destino.A-uera mi cara ol&a a acercarse al idrio! e&a mi %oca de la%ios apretados por eles-uerzo de comprender a los axolotl. o era un axolotl y sa%&a ahora instant(neamente'ue ninguna comprensi$n era posi%le. Dl esta%a -uera del acuario! su pensamiento era un pensamiento -uera del acuario. Conoci)ndolo! siendo )l mismo! yo era un axolotl yesta%a en mi mundo. El horror en&a 6lo supe en el mismo momento6 de creerme prisionero en un cuerpo de axolotl! transmigrado a )l con mi pensamiento de hom%re!enterrado io en un axolotl! condenado a moerme lúcidamente entre criaturasinsensi%les. *ero a'uello ces$ cuando una pata ino a rozarme la cara! cuandomoi)ndome apenas a un lado i a un axolotl junto a m& 'ue me mira%a! y supe 'uetam%i)n )l sa%&a! sin comunicaci$n posi%le pero tan claramente. ; yo esta%a tam%i)n en)l! o todos nosotros pens(%amos como un hom%re! incapaces de expresi$n! limitados alresplandor dorado de nuestros ojos 'ue mira%an la cara del hom%re pegada al acuario.

Dl oli$ muchas eces! pero iene menos ahora. *asa semanas sin asomarse. Ayer lo i!me mir$ largo rato y se -ue %ruscamente. Me pareci$ 'ue no se interesa%a tanto pornosotros! 'ue o%edec&a a una costum%re. Como lo único 'ue hago es pensar! pude pensarmucho en )l. e me ocurre 'ue al principio continuamos comunicados! 'ue )l se sent&am(s 'ue nunca unido al misterio 'ue lo o%sesiona%a. *ero los puentes est(n cortadosentre )l y yo por'ue lo 'ue era su o%sesi$n es ahora un axolotl! ajeno a su ida dehom%re. Creo 'ue al principio yo era capaz de oler en cierto modo a )l 6ah! s$lo encierto modo6! y mantener alerta su deseo de conocernos mejor. Ahora soyde-initiamente un axolotl! y si pienso como un hom%re es s$lo por'ue todo axolotl piensa como un hom%re dentro de su imagen de piedra rosa. Me parece 'ue de todo estoalcanc) a comunicarle algo en los primeros d&as! cuando yo era toda&a )l. en estasoledad -inal! a la 'ue )l ya no uele! me consuela pensar 'ue acaso a a escri%ir so%renosotros! creyendo imaginar un cuento a a escri%ir todo esto so%re los axolotl.



Esas palabras, como muchas otras !ue pronunciaba el vie"o polic#a, mesonaban a chino. 0unca he entendido la m*sica, un arte !ue nosotros nopracticamos o !ue practicamos muy de ve en cuando. En realidad, nopracticamos y por lo tanto no entendemos casi ning*n arte. ' veces surge unarata !ue pinta, pongamos por caso, o una rata !ue escribe poemas y le da por

recitarlos. /or regla general no nos burlamos de ellos. $ás bien al contrario, loscompadecemos, pues sabemos !ue sus vidas están abocadas a la soledad.1/or !u& a la soledad3 /ues por!ue en nuestro pueblo el arte y lacontemplacin de la obra de arte es un e"ercicio !ue no podemos practicar, porlo !ue las e7cepciones, los di)erentes, escasean, y si, por e"emplo, surge unpoeta o un vulgar declamador, lo más probable es !ue el pr7imo poeta odeclamador no naca hasta la generacin siguiente, por lo !ue el poeta se veprivado acaso del *nico !ue podr#a apreciar su es)uero. Esto no !uiere decir!ue nuestra gente no se detenga en su a"etreo cotidiano y lo escuche e inclusolo aplauda o eleve una mocin para !ue al declamador se le permita vivir sintraba"ar. 'l contrario, hacemos todo lo !ue está en nuestras manos, !ue no esmucho, para procurarle al di)erente un simulacro de comprensin y de a)ecto,pues sabemos !ue es, básicamente, un ser necesitado de a)ecto. 'un!ue a lalarga, como un castillo de naipes, todos los simulacros se derrumban. 8ivimosen colectividad y la colectividad slo necesita el traba"o diario, la ocupacinconstante de cada uno de sus miembros en un -n !ue escapa a los a)anesindividuales y !ue, sin embargo, es lo *nico !ue garantia nuestro e7istir entanto !ue individuos. De todos los artistas !ue hemos tenido o al menos dea!uellos !ue a*n permanecen como es!uel&ticos signos de interrogacin ennuestra memoria, la más grande, sin duda, )ue mi t#a Jose-na. =rande en lamedida en !ue lo !ue nos e7ig#a era mucho, grande, inconmensurable en la

medida en !ue la gente de mi pueblo accedi o -ngi !ue acced#a a suscaprichos.

El polic#a vie"o gustaba hablar de ella, pero sus recuerdos, no tard& en darmecuenta, eran ligeros como papel de )umar. ' veces dec#a !ue Jose-na era gorday tiránica, una persona cuyo trato re!uer#a e7trema paciencia o e7tremosentido del sacri-cio, dos virtudes !ue con<uyen en más de un punto y !ue noescasean entre nosotros. (tras veces, en cambio, dec#a !ue Jose-na era unasombra a la !ue &l, entonces un adolescente reci&n ingresado en la polic#a, slohab#a visto )ugamente. na sombra temblorosa, seguida de unos chillidose7traños !ue constitu#an, por a!uella &poca, todo su repertorio y !ue

consegu#an poner no dir& )uera de s#, pero s# en un grado de tristea e7trema aciertos espectadores de primera -la, ratas y ratones de !uienes ya no tenemosmemoria y !ue )ueron acaso los *nicos !ue entrevieron algo en el arte musicalde mi t#a. 19u&3 /robablemente ni ellos lo sab#an. 'lgo, cual!uier cosa, un lagode vac#o. 'lgo !ue tal ve se parec#a al deseo de comer o a la necesidad de)ollar o a las ganas de dormir !ue a veces nos acometen, pues !uien no parade traba"ar necesita dormir de ve en cuando, sobre todo en invierno, cuando

a-uera segu&a %ramando la lluia incansa%le.

FFF

*as$ una semana4 pasaron diez d&as! 'uince... Kum%a%a el aguacero sin una hora detregua. e aca%aron el arroz y la manteca4 se aca%$ la sal. Bajo el agua tom$ ,emigia elcamino de +as Cruces para comprar comida. ali$ de ma"ana y retorn$ a media noche.+os r&os! los ca"os de agua y hasta las lagunas se adue"a%an del mundo! %orra%an loscaminos! se met&an lentamente entre los conucos. #na tarde pas$ un hom%re. Monta%amulo pesado.

6:Ey! don8 6llam$ ,emigia.

El hom%re meti$ la ca%eza del animal por la puerta.

6B(jese pa 'ue se caliente 6init$ ella.

+a montura se 'ued$ a la intemperie.

6El cielo se ta cayendo en agua 6explic$ )l al rato. 6o como ust) deja%a este sitio tan %ajito y me di%a pa las lomas.

6o dirme? /o! hijo. 1orita pasa este tiempo.

6ea 6se extendi$ el isitante6! esto es una niega. o las he isto tremendas! con el agualle(ndose animales! %oh&os! matas y gente. 1orita se crecen todos los ca"os 'ue yo hedejado atr(s! contim(s 'ue ta lloi)ndoles duro en las ca%ezadas.

6IumL *eor 'ue esto -ue la seca! don. Todo el mundo le sali$ huyendo! y yo la aguant).

6+a seca no mata! pero el agua ahoga! do"a. Todo eso 6y se"al$ lo 'ue )l ha%&a dejado ala puerta6 ta anegado. Como tres horas tue esta ma"ana sin salir de un agua 'ue me le

da%a en la %arriga al mulo.El hom%re ha%la%a con oz pausada! y sus ojos grises! atemorizados! igila%an elincesante caer de la lluia.

Al anochecer se -ue. Mucho le rog$ ,emigia 'ue no cogiera el camino con la oscuridad.

60ispu) es peor! do"a. an esos r&os y se %otan...

,emigia se -ue a atender al nieto! 'ue se 'ueja%a d)%ilmente.

FFFTuo raz$n el hom%re. :@u) noche! 0ios8 e o&a un rugir sordo e in'uietante4 se o&anretum%ar los truenos4 penetra%an los re-lejos de los rel(mpagos por las múltiplesrendijas.

El agua sucia entr$ por los 'uicios y empez$ a esparcirse en el suelo. Brao era el ientoen la distancia! y a ratos parec&a arrancar (r%oles. ,emigia a%ri$ la puerta. #n rel(mpagolejano alum%r$ el sitio de *aso 1ondo. :Agua y agua8 Agua a'u&! all(! m(s lejos! entrelos troncos escasos! en los lugares pelados. 0e%&a descender de las lomas y en el caminoreal se -orma%a un r&o torrentoso.

6er( una niega? 6se pregunt$ ,emigia! dudando por ez primera.



las temperaturas caen como dicen !ue caen las ho"as de los árboles en elmundo e7terior y nuestros cuerpos ateridos nos piden un rincn tibio "unto anuestros cong&neres, un agu"ero recalentado por nuestras pieles, unosmovimientos )amiliares, los ruidos ni viles ni nobles de nuestra cotidianidadnocturna o de a!uello !ue el sentido práctico nos lleva a denominar nocturno.

El sueño y el calor es uno de los principales inconvenientes de ser polic#a. Lospolic#as solemos dormir solos, en agu"eros improvisados, a veces en territoriono conocido. /or supuesto, cada ve !ue podemos procuramos saltarnos estacostumbre. ' veces nos acurrucamos en nuestros propios agu"eros, polic#assobre polic#as, todos en silencio, todos con los o"os cerrados y con las ore"as ylas narices alerta. 0o suele ocurrir muy a menudo, pero a veces ocurre. Enotras ocasiones nos metemos en los dormitorios de a!uellos !ue por una causao por otra viven en los bordes del per#metro. Ellos, como no pod#a ser de otramanera, nos aceptan con naturalidad. ' veces decimos buenas noches, antesde caer agotados en el tibio sueño reparador. (tras veces slo gruñimos

nuestro nombre, pues la gente sabe !ui&nes somos y nada teme de nuestraparte. 0os reciben bien. 0o hacen aspavientos ni dan muestras de alegr#a, perono nos echan de sus madrigueras. ' veces alguien, con la vo a*n congeladaen el sueño, dice /epe el Tira, y yo respondo s#, s#, buenas noches. 'l cabo depocas horas, sin embargo, cuando a*n la gente duerme, me levanto y vuelvo ami traba"o, pues las labores de un polic#a no terminan "amás y nuestroshorarios de sueño se deben amoldar a nuestra actividad incesante. 5ecorrer lasalcantarillas, por lo demás, es un traba"o !ue re!uiere el má7imo deconcentracin. =eneralmente no vemos a nadie, no nos cruamos con nadie,podemos seguir las rutas principales y las rutas secundarias e internarnos por

los t*neles !ue nuestra propia gente ha construido y !ue ahora estánabandonados y durante todo el trayecto no topamos con ning*n ser vivo.

Sombras s# !ue percibimos, ruidos, ob"etos !ue caen al agua, chillidos le"anos.'l principio, cuando uno es "oven, estos ruidos mantienen al polic#a en unsobresalto permanente. 2on el paso del tiempo, sin embargo, uno seacostumbra a ellos y aun!ue procuramos mantenernos alerta, perdemos elmiedo o lo incorporamos a la rutina de cada d#a, !ue viene a ser lo mismo !ueperderlo. >ay incluso polic#as !ue duermen en las alcantarillas muertas. 4onunca he conocido a ninguno, pero los vie"os suelen contar historias en la !ueun polic#a, un polic#a de otros tiempos, ciertamente, si ten#a sueño, se echaba a

dormir en una alcantarilla muerta. 12uánto hay de verdad y cuánto de bromaen estas historias3 Lo ignoro. >oy por hoy ning*n polic#a se atreve a dormir all#.Las alcantarillas muertas son lugares !ue por una causa o por otra han sidoolvidados. Los !ue cavan t*neles, cuando dan con una alcantarilla muerta,ciegan el t*nel. El agua residual, all#, dir#ase !ue <uye gota a gota, por lo !ue lapodredumbre es casi insoportable. Se puede a-rmar !ue nuestro pueblo sloutilia las alcantarillas muertas para huir de una ona a otra. La manera más

se'u&a! m(s 'ue lo ser&a la lluia. *or dentro! su %oh&o esta%a tan mojado como por -uera.El muchacho se encog&a en el catre! rehuyendo las goteras.

A medianoche la despert$ un golpe en una es'uina de la iienda. e -ue a leantar! perosinti$ agua hasta casi las rodillas. Brama%a a-uera el iento. El agua %at&a contra lossetos del %oh&o.

:Ay de la noche horri%le! de la noche anegada8 en&a el agua en golpes4 en&a y todo locund&a! todo lo ahoga%a. ,estall$ otro rel(mpago! y el trueno desgaj$ pedazos de oscurocielo.

,emigia sinti$ miedo.

6:irgen ant&sima8 6clam$6. :irgen ant&sima! ayúdame8

*ero no era negocio de la irgen! ni de 0ios! sino de las (nimas! 'ue all( arri%a grita%an5

6:a a medio peso de agua8 :a a medio peso8

FFF

Cuando sinti$ el %oh&o torcerse por los torrentes! ,emigia desisti$ de esperar y leant$ alnieto. e lo peg$ al pecho4 lo apret$! -e%ril4 luch$ con el agua 'ue le imped&a caminar4empuj$! como pudo! la puerta y se ech$ a-uera. A la cintura llea%a el agua4 y camina%a!camina%a. /o sa%&a ad$nde i%a. El terri%le iento le destrenza%a el ca%ello! losrel(mpagos erdea%an en la distancia. El agua crec&a! crec&a. +eant$ m(s al nieto.0espu)s tropez$ y torn$ a pararse. egu&a sujetando al ni"o y gritando5

6:irgen ant&sima! irgen ant&sima8

e llea%a el iento su oz y la esparc&a so%re la gran llanura l&'uida.

6:irgen ant&sima! irgen ant&sima8

u -alda -lota%a. Ella roda%a! roda%a. inti$ 'ue algo le sujeta%a el ca%ello! 'ue leamarra%an la ca%eza. *ens$5

6En cuanto esto pase siem%ro %atata.

e&a el ma&z metido %ajo el agua sucia. 1inca%a las u"as en el pecho del nieto.

6:irgen ant&sima8

egu&a ululando el iento! y el trueno romp&a los cielos. e le 'ued$ el ca%ello enredadoen un tronco espinoso. El agua corr&a hacia a%ajo! hacia a%ajo! arrastrando %oh&os ytroncos. +as (nimas grita%an! enlo'uecidas5

6:Toda&a -alta4 toda&a -alta8 :on dos pesos! dos pesos de agua8 :on dos pesos deagua8



rápida de acceder a ellas es nadando, pero nadar en las pro7imidades de unlugar as# entraña más peligros de los !ue normalmente aceptamos.

?ue en una alcantarilla muerta donde dio comieno mi investigacin n grupode los nuestros, una avanadilla !ue con el paso del tiempo hab#a procreado yse hab#a establecido un poco más allá del per#metro, )ue en mi busca y mein)orm de !ue la hi"a de una de las ratas veteranas hab#a desaparecido.$ientras la mitad del grupo traba"aba, la otra mitad se dedicaba a buscar aesta "oven, !ue se llamaba Elisa y !ue, seg*n sus )amiliares y amigos, erahermos#sima y )uerte, además de poseer una inteligencia despierta 4o no sab#acon e7actitud en !u& consist#a una inteligencia despierta 8agamente laasociaba con la alegr#a, pero no con la curiosidad '!uel d#a estaba cansado ytras e7aminar la ona en compañ#a de uno de sus parientes, supuse !ue lapobre Elisa hab#a sido victima de alg*n depredador !ue merodeaba en losalrededores de la nueva colonia. Bus!u& rastros del depredador. Lo *nico !ueencontr& )ueron vie"as huellas !ue indicaban !ue por all#, antes de !ue llegara

nuestra avanadilla, hab#an pasado otros seres.

?inalmente descubr# un rastro de sangre )resca. Le di"e al )amiliar de Elisa !uevolviera a la madriguera y a partir de entonces segu# solo. El rastro de sangreten#a una peculiaridad !ue lo hac#a curioso% pese a terminar "unto a uno de loscanales reaparec#a unos metros mas allá :en ocasiones muchos metros masallá;, pero no en el otro lado del canal, como hubiera sido lo natural, sino en elmismo lado por el !ue se hab#a sumergido. 1Si no pretend#a cruar el canal, por!u& se sumergi tantas veces3 El rastro, por otra parte, era m#nimo, por lo !uelas medidas de proteccin del depredador, !uien!uiera !ue &ste )uese,parec#an en primera instancia e7ageradas. 'l cabo de poco rato llegu& a unaalcantarilla muerta.

$e introdu"e en el agua y nad& hacia el di!ue !ue la basura y la corrupcinhab#a )ormado con el paso del tiempo. 2uando llegu& sub# por una playa deinmundicias. $ás allá, por encima del nivel del agua, vi los grandes barrotes!ue coronaban la parte superior de la entrada a la alcantarilla. /or un instantetem# encontrar al depredador agaapado en alg*n rincn, dándose un )est#ncon el cuerpo de la desgraciada Elisa. /ero nada se o#a y segu# avanando.

nos minutos más tarde, descubr# el cuerpo de la "oven abandonado en uno delos pocos lugares relativamente secos de la alcantarilla, "unto a cartones ylatas de comida.

El cuello de Elisa estaba desgarrado. /or lo demás, no pude distinguir ningunaotra herida. En una de las latas descubr# los restos de una rata beb&. Loe7amin&, deb#a de llevar muerto por lo menos un mes. Bus!u& en losalrededores y no encontr& ni el más m#nimo rastro del depredador. El es!ueletodel beb& estaba completo. La *nica herida !ue e7hib#a la desa)ortunada Elisa



era la !ue le hab#an propinado para matarla. 2omenc& a pensar !ue tal ve nohubiera sido un depredador. Luego cargu& a la "oven a mis espaldas y con laboca mantuve al beb& en alto, procurando !ue mis a-lados dientes no dañaransu piel. De"& atrás la alcantarilla muerta y volv# a la madriguera de laavanadilla. La madre de Elisa era grande y )uerte, uno de esos e"emplares de

nuestro pueblo !ue pueden en)rentarse a un gato, y sin embargo al ver elcuerpo de su hi"a prorrumpi en largos solloos !ue hicieron ruboriar al restode sus compañeros. $ostr& el cuerpo del beb& y les pregunt& si sab#an algo de&l. 0adie sab#a nada, ning*n niño se hab#a perdido. Di"e !ue deb#a llevar amboscuerpos a la comisar#a. /ed# ayuda. La madre de Elisa carg a su hi"a. 'l beb&lo cargu& yo. 'l marcharnos la avanadilla volvi al traba"o, hacer t*neles,buscar comida.

Esta ve )ui a buscar al )orense y no lo de"& solo hasta !ue termin dee7aminar los dos cadáveres. Junto a nosotros, dormida, la madre de Elisa seembarcaba de tanto en tanto en sueños !ue le arrancaban palabras

incomprensibles e incone7as. 'l cabo de tres horas el )orense ya ten#a decididolo !ue iba a decirme, lo !ue yo tem#a sospechar. El beb& hab#a muerto dehambre. Elisa hab#a muerto por la herida en el cuello. Le pregunt& si esa heridase la pudo haber causado una serpiente. 0o lo creo, di"o el )orense, a menos!ue se trate de un e"emplar nuevo. Le pregunt& si esa herida se la pudo causarun caimán ciego. @mposible, di"o el )orense. Tal ve una comadre"a, di"o.Altimamente en las alcantarillas se suelen encontrar comadre"as. $uertas demiedo, di"e yo. Es verdad, di"o el )orense. La mayor#a mueren por inanicin. Sepierden, se ahogan, se las comen los caimanes. (lvid&monos de lascomadre"as, di"o el )orense. Le pregunt& entonces si Elisa hab#a luchado contra

su asesino. El )orense se !ued largo rato mirando el cadáver de la "oven. 0o,di"o. Es lo !ue yo pensaba, di"e. $ientras hablábamos lleg otro polic#a. Suronda, al contrario !ue la m#a, hab#a sido plácida. Despertamos a la madre deElisa. El )orense se despidi de nosotros. 1Todo ha terminado3, di"o la madre.

Todo ha terminado, di"e yo. La madre nos dio las gracias y se )ue. 4o le ped# ami compañero !ue me ayudara a deshacerme del cadáver de Elisa.

Entre los dos lo llevamos a un canal donde la corriente era rápida y loarro"amos all#. 1/or !u& no tiras el cuerpo del beb&3, di"o mi compañero. 0o los&, di"e, !uiero estudiarlo, tal ve algo se nos ha pasado por alto. Luego &lvolvi a su ona y yo volv# a la m#a. ' cada rata !ue me cruaba le hac#a la

misma pregunta% 1Sabes si alguien perdi a su beb&3 Las respuestas eranvariadas, pero por regla general nuestro pueblo cuida de sus pe!ueños y lo !uela gente dec#a, en el )ondo, lo dec#a de o#das. $i ronda me llev otra ve alper#metro, todos estaban traba"ando en un t*nel, incluida la madre de Elisa,cuyo cuerpo grueso y seboso apenas cab#a por la hendidura, pero cuyosdientes y garras eran, todav#a, las me"ores para e7cavar.



Decid# entonces regresar a la alcantarilla muerta y tratar de ver !u& era lo !uese me hab#a pasado por alto. Bus!u& huellas y no encontr& nada. Señales deviolencia. Signos de vida. El beb&, resultaba evidente, no hab#a llegado por suspropios pies a la alcantarilla. Bus!u& restos de comida, marcas de mierda seca,una madriguera, todo in*til.

De pronto escuch& un d&bil chapaleo. $e escond#. 'l cabo de poco vi apareceren la super-cie del agua una serpiente blanca. Era gorda y deb#a de medir unmetro. La vi sumergirse un par de veces y reaparecer. Luego, con muchaprudencia, sali del agua y rept por la orilla produciendo un siseo seme"anteal de una cañer#a de gas. /ara nuestro pueblo, ella era gas. Se acerc a dondeyo me ocultaba. Desde su posicin era imposible un ata!ue directo, algo !ueen principio me )avorec#a, lo !ue me daba tiempo para escapar :pero una veen el agua yo ser#a presa )ácil; o para clavar mis dientes en su cuello. Slocuando la serpiente se ale" sin haber dado muestras de haberme visto,comprend# !ue era una serpiente ciega, una descendiente de a!uellas

serpientes !ue los seres humanos, cuando se cansan de ellas, arro"an en sus6ateres. /or un instante la compadec#. En realidad lo !ue hac#a era celebrar mibuena suerte de )orma indirecta. @magin& a sus padres o a sus tatarabuelosdescendiendo por el in-nito entramado de cañer#as de desage, los imagin&atontados en la oscuridad de las alcantarillas, sin saber !u& hacer, dispuestos amorir o a su)rir, y tambi&n imagin& a unos cuantos !ue sobrevivieron, losimagin& adaptándose a una dieta in)ernal, los imagin& e"erciendo su poder, losimagin& durmiendo y muriendo en los inacabables d#as de invierno.

El miedo, por lo visto, despierta la imaginacin. 2uando la serpiente se marchvolv# a recorrer de arriba aba"o la alcantarilla muerta. 0o encontr& nada !ue sesaliera de lo normal.

'l d#a siguiente volv# a hablar con el )orense. Le ped# !ue le echara otra miradaal cadáver del beb&. 'l principio me mir como si me hubiera vuelto loco. 10ote has deshecho de &l3, me pregunt. 0o, di"e, !uiero !ue lo revises una vemás. ?inalmente me prometi !ue lo har#a, siempre y cuando a!uel d#a notuviera demasiado traba"o. Durante mi ronda, y a la espera del in)orme -nal del)orense, me dedi!u& a buscar una )amilia !ue hubiera perdido a su beb& en ellapso de un mes. Lamentablemente las ocupaciones de nuestro pueblo, sobretodo de a!uellos !ue viven en los l#mites del per#metro, los obligan a moverse

constantemente, y se pod#a dar el caso de !ue la madre de a!uel beb& muertoahora estuviera a)anada construyendo t*neles o buscando comida a variosCilmetros de all#. 2omo era predecible, de mis pes!uisas no pude e7traerninguna pista )avorable.

2uando volv# a la comisar#a encontr& una nota del )orense y una de miinmediato superior. Este me preguntaba por !u& no me hab#a deshecho a*n delcadáver del beb&. La del )orense rea-rmaba su primera conclusin% el cadáver



no presentaba heridas, la muerte hab#a sido debida al hambre y posiblementetambi&n al )r#o. Los cachorros resisten mal ciertas inclemencias ambientales.Durante mucho rato estuve meditando. El beb&, como todos los beb&s en unasituacin seme"ante, hab#a chillado hasta desgañi)arse. 12mo )ue posible !ueno atra"eran sus gritos a un depredador3 El asesino lo hab#a secuestrado y

luego se hab#a internado con &l por pasillos poco )recuentados, hasta llegar a laalcantarilla muerta. 4a all#, hab#a de"ado al beb& tran!uilo y hab#a esperado !uemuriera, por llamarle de alg*n modo, de muerte natural. 1Era )actible !ue lamisma persona !ue secuestr al beb& hubiera, posteriormente, asesinado aElisa3 S#, era lo más )actible.

Entonces se me ocurri una pregunta !ue no le hab#a hecho al )orense, as# !ueme levant& y )ui a buscarlo. /or el camino me cruc& con multitud de ratascon-adas, "uguetonas, reconcentradas en sus propios problemas, !ueavanaban rápidamente en una u otra direccin. 'lgunas me saludarona)ablemente. 'lguien di"o% $ira, ah# va /epe el Tira. 4o slo sent#a el sudor !ue

hab#a comenado a empaparme todo el pela"e, como si acabara de salir de lasaguas estancadas de una alcantarilla muerta.

Encontr& al )orense durmiendo con cinco o seis ratas más, todos, a "ugar porsu cansancio, m&dicos o estudiantes de medicina. 2uando consegu#despertarlo me mir como si no me reconociera. 12uántos d#as tard en morir3,le pregunt&. 1Jos&3, di"o el )orense. 19u& !uieres3 12uántos d#as tarda un beb&en morir de hambre3 Salimos de la madriguera. En mala hora me hicepatlogo, di"o el )orense. Luego se puso a pensar. Depende de la constitucin)#sica del beb&. ' veces con dos d#as es más !ue su-ciente, pero un beb&grueso y bien alimentado puede pasarse cinco d#as o más. 14 sin beber3, di"e.n poco menos, di"o el )orense. 4 añadi% 0o s& adonde !uieres llegar. 1$uride hambre o de sed3, di"e yo. De hambre. 1Estás seguro3, di"e yo. Todo loseguro !ue se puede estar en un caso como &ste, di"o el )orense.

2uando volv# a la comisar#a me puse a pensar% el beb& hab#a sido secuestradohac#a un mes y probablemente tard tres o cuatro d#as en morir. Durante esosd#as debi de chillar sin parar. 0o obstante, ning*n depredador se hab#asentido atra#do por los ruidos. 5egres& una ve más a la alcantarilla muerta.Esta ve sab#a lo !ue estaba buscando y no tard& mucho en encontrarlo% unamordaa. Durante todo el tiempo !ue dur su agon#a el beb& hab#a estado

amordaado. /ero en realidad no durante todo el tiempo. De ve en cuando elasesino le !uitaba la mordaa y le daba agua o bien, sin !uitarle la mordaa,untaba el trapo con agua. 2og# lo !ue !uedaba de la mordaa y sal# de laalcantarilla muerta.

En la comisar#a me esperaba el )orense. 19u& has encontrado ahora, /epe3,di"o al verme. La mordaa, di"e mientras le alcanaba el trapo sucio. Duranteunos segundos, sin tocarla, el )orense la e7amin. 1El cadáver del beb& sigue



a!u#3, me pregunt. 'sent#. Deshate de &l, di"o, la gente empiea a comentartu conducta. 12omentar o cuestionar3, di"e. Es lo mismo, di"o el )orense antesde despedirse. $e descubr# sin ánimos de traba"ar, pero me rehice y sal#. Laronda, aparte de los accidentes usuales !ue suelen perseguir con -delidad ysaña cual!uier movimiento de nuestro pueblo, no se distingui de otras rondas

marcadas por la rutina. 'l volver a la comisar#a, despu&s de horas de traba"oe7tenuante, me deshice del cadáver del beb&. Durante d#as no sucedi nadarelevante. >ubo v#ctimas de los depredadores, accidentes, vie"os t*neles !uese derrumbaban, un veneno !ue mat a unos cuantos de los nuestros hasta!ue hallamos la manera de neutraliarlo. 0uestra historia es la multiplicidad de)ormas con !ue eludimos las trampas in-nitas !ue se alan a nuestro paso.5utina y tesn. 5ecuperacin de cadáveres y registro de incidentes. D#asid&nticos y tran!uilos. >asta !ue encontr& el cuerpo de dos "venes ratas, unahembra y el otro macho.

La in)ormacin la obtuve mientras recorr#a los t*neles. Sus padres no estaban

preocupados, probablemente, pensaban, hab#an decidido vivir "untos y cambiarde madriguera. /ero cuando ya me iba, sin darle demasiada importancia a ladoble desaparicin, un amigo de ambos me di"o !ue ni el "oven Eusta!uio ni la

"oven $arisa hab#an mani)estado "amás una intencin seme"ante. Eran amigos,simplemente, buenos amigos, sobre todo si se ten#a en cuenta la peculiaridadde Eusta!uio. /regunt& !u& clase de peculiaridad era &sa. 2ompon#a ydeclamaba versos, di"o el amigo, lo !ue lo hac#a mani-estamente inhábil parael traba"o. 14 $arisa !u&3, di"e. Ella no, di"o el amigo. 0o !u&, di"e yo. 0o ten#aninguna peculiaridad de ese tipo. ' otro polic#a cual!uiera esta in)ormacin lehabr#a parecido carente de inter&s. ' m# me despert el instinto. /regunt& si en

los alrededores de la madriguera hab#a una alcantarilla muerta. $e di"eron !uela más pr7ima estaba a unos dos Cilmetros de all#, en un nivel in)erior.Encamin& mis pasos en esa direccin. En el trayecto me encontr& a un vie"oseguido de un grupo de cachorros. El vie"o les hablaba sobre los peligros de lascomadre"as. 0os saludamos. El vie"o era un maestro y estaba de e7cursin. Loscachorros a*n no eran aptos para el traba"o, pero pronto lo ser#an. Lespregunt& si hab#an visto algo raro durante el paseo. Todo es raro, me grit elvie"o mientras nos ale"ábamos en distintas direcciones, lo raro es lo normal, la-ebre es la salud, el veneno es la comida. Luego se puso a re#r a)ablemente ysu risa me sigui incluso cuando me met# por otro conducto.

'l cabo de un rato llegu& a la alcantarilla muerta. Todas las alcantarillas deaguas estancas se parecen, pero yo s& distinguir con poco margen de error sialguna ve he estado all# o si, por el contrario, es la primera ve !ue meintroduco en una de ellas. '!u&lla no la conoc#a. Durante un rato la e7amin&,por si encontraba el modo de entrar sin necesidad de mo"arme. Luego me ech&al agua y me deslic& hacia la alcantarilla. $ientras nadaba cre# ver unas ondas!ue surg#an de una isla de desperdicios. Tem#, como era lgico, la aparicin deuna serpiente, y me apro7im& a toda velocidad a la isla. El suelo era blando y al



caminar uno se enterraba en un limo blancuco hasta las rodillas. El olor era elde todas las alcantarillas muertas% no a descomposicin sino a la esencia, aln*cleo de la descomposicin. /oco a poco me )ui desplaando de isla en isla. 'veces ten#a la impresin de !ue algo me "alaba los pies, pero slo era basura.En la *ltima isla descubr# los cadáveres. El "oven Eusta!uio e7hib#a una *nica

herida !ue le hab#a desgarrado el cuello. La "oven $arisa, por el contrario, senotaba !ue hab#a luchado. Su piel estaba llena de dentelladas. En los dientes yen las garras descubr# sangre, por lo !ue era )ácilmente deducible !ue elasesino estaba herido. 2omo pude, sa!u& los cadáveres, primero uno y luego elotro, )uera de la alcantarilla muerta. 4 as# intent& llevarlos hasta el primern*cleo de poblacin% primero cargaba a uno y lo de"aba cincuenta metros másallá y luego regresaba, cargaba al otro y lo depositaba "unto al primero. En unode esos relevos, cuando regresaba a buscar el cuerpo de la "oven $arisa, vi auna serpiente blanca !ue hab#a salido del canal y se apro7imaba a ella. $e!ued& !uieto. La serpiente dio un par de vueltas alrededor del cadáver y luegolo tritur. 2uando procedi a engullirlo me di media vuelta y ech& a correrhasta donde hab#a de"ado el cadáver de Eusta!uio. De buena gana me hubierapuesto a gritar. Sin embargo ni un solo gemido sali de mi boca.

' partir de ese d#a mis rondas se hicieron e7haustivas. 4a no me con)ormabacon la rutina del polic#a !ue vigilaba el per#metro y resolv#a asuntos !uecual!uiera, con un poco de sentido com*n, pod#a resolver. 2ada d#a visitaba lasmadrigueras más ale"adas. >ablaba con la gente de las cosas másintrascendentes. 2onoc# una colonia de ratas+topo !ue viv#an entre nosotrose"erciendo los o-cios más humildes. 2onoc# a un vie"o ratn blanco, un ratnblanco !ue ya ni si!uiera recordaba su edad y !ue en su "uventud hab#a sido

inoculado con una en)ermedad contagiosa, &l y muchos como &l, ratonesblancos prisioneros, !ue luego )ueron introducidos en el alcantarillado con laesperana de matarnos a todos. $uchos murieron, dec#a el ratn blanco, !ueapenas pod#a moverse, pero las ratas negras y los ratones blancos noscruamos, )ollamos como locos :como slo se )olla cuando la muerte andacerca; y -nalmente no slo se inmuniaron las ratas negras sino !ue surgi unanueva especie, las ratas marrones, resistentes a cual!uier contagio, a cual!uiervirus e7traño.

$e gustaba ese vie"o ratn blanco !ue hab#a nacido, seg*n &l, en unlaboratorio de la super-cie. 'll# la lu es cegadora, dec#a, tanto !ue los

moradores del e7terior ni si!uiera la aprecian. 1T* conoces las bocas de lasalcantarillas, /epe3 S#, alguna ve he estado all#, le respond#a. 1>as visto,entonces, el r#o al !ue dan todas las alcantarillas, has visto los "uncos, la arenacasi blanca3 S#, siempre de noche, le respond#a. 1Entonces has visto la lunarielando sobre el r#o3 0o me -"& mucho en la luna. 19u& )ue lo !ue te llam laatencin, entonces, /epe3 Los ladridos de los perros. Las "aur#as !ue viven enlas orillas del r#o. 4 tambi&n la luna, reconoc#, aun!ue no pude dis)rutar mucho



de su visin. La luna es e7!uisita, dec#a el ratn blanco, si alguna ve alguienme preguntara dnde me gustar#a vivir, contestar#a sin dudar !ue en la luna.

2omo un habitante de la luna yo recorr#a las alcantarillas y conductossubterráneos. 'l cabo de un tiempo encontr& a otra v#ctima. 2omo lasanteriores, el asesino hab#a depositado su cuerpo en una alcantarilla muerta.La cargu& y me la llev& a la comisar#a. Esa noche volv# a hablar con el )orense.Le hice notar !ue el desgarro en el cuello era similar al de las otras v#ctimas./uede ser una casualidad, di"o. Tampoco se las come, di"e. El )orense e7aminel cadáver. E7amina la herida, di"e, dime !u& clase de dentadura produce esedesgarrn. 2ual!uiera, cual!uiera, di"o el )orense. 0o, cual!uiera no, di"e yo,e7am#nala con cuidado. 19u& !uieres !ue te diga3, me pregunt el )orense. Laverdad, di"e yo. 14 cuál es, seg*n t*, la verdad3 4o creo !ue estas heridas lasprodu"o una rata, di"e yo. /ero las ratas no matan a las ratas, di"o el )orensemirando otra ve el cadáver. Esta s#, di"e yo. Luego me )ui a traba"ar y cuandovolv# a la comisar#a encontr& al )orense y al comisario "e)e !ue me esperaban.

El comisario no se anduvo por las ramas. $e pregunt de dnde hab#a sacadola peregrina idea de !ue hab#a sido una rata la autora de los cr#menes. 9uisosaber si hab#a comentado mis sospechas con alguien más. $e advirti !ue nolo hiciera. De"e de )antasear, /epe, di"o, y ded#!uese a cumplir con su traba"o.

4a bastante complicada es la vida real para encima añadir elementos irreales!ue slo pueden terminar dislocándola. 4o estaba muerto de sueño y pregunt&!u& !uer#a decir con la palabra dislocar. 9uiero decir, di"o el comisario mirandoal )orense como si buscara su aprobacin, y dándole a sus palabras unaentonacin pro)unda y dulce, !ue la vida, sobre todo si es breve, comodesgraciadamente es nuestra vida, debe tender hacia el orden, no hacia el

desorden, y menos a*n hacia un desorden imaginario. El )orense me mir congravedad y asinti. 4o tambi&n asent#.

/ero segu# alerta. Durante unos d#as el asesino pareci es)umarse. 2ada ve!ue me desplaaba al per#metro y encontraba colonias desconocidas sol#apreguntar por la primera v#ctima, el beb& !ue hab#a muerto de hambre.?inalmente una vie"a rata e7ploradora me habl de una madre !ue hab#aperdido a su beb&. /ensaron !ue hab#a ca#do al canal o !ue se lo hab#a llevadoun depredador, di"o. /or lo demás, se trataba de un grupo en el !ue los adultoseran pocos y las cr#as numerosas y no buscaron mucho al beb&. /oco despu&sse )ueron a la parte norte de las alcantarillas, cerca de un gran poo, y la rata

e7ploradora los perdi de vista. $e dedi!u&, en los ratos libres, a buscar a estegrupo. /or supuesto, ahora las cr#as estar#an crecidas y la colonia ser#a másgrande y puede !ue la desaparicin del beb& hubiera ca#do en el olvido. /ero siten#a suerte y hallaba a la madre del beb&, &sta a*n podr#a e7plicarme algunascosas. El asesino, mientras tanto, se mov#a. na noche encontr& en la morgueun cadáver cuyas heridas, el desgarrn casi limpio en la garganta, eranid&nticas a las !ue sol#a in<igir el asesino. >abl& con el polic#a !ue hab#ahallado el cadáver. Le pregunt& si cre#a !ue hab#a sido un depredador. 19ui&n



más podr#a ser3, me respondi. 1( acaso t* crees, /epe, !ue ha sido unaccidente3 n accidente, pens&. n accidente permanente. Le pregunt& dndeencontr el cadáver. En una alcantarilla muerta de la parte sur, respondi. Lerecomend& !ue vigilara bien las alcantarillas muertas de esa ona. 1/or !u&3,!uiso saber. /or!ue uno nunca sabe lo !ue puede encontrar en ellas. $e mir

como si estuviera loco. Estás cansado, me di"o, vámonos a dormir. 0osmetimos "untos en la habitacin de la comisar#a. El aire era tibio. Junto anosotros roncaba otra rata polic#a. Buenas noches, me di"o mi compañero.Buenas noches, di"e yo, pero no pude dormir. $e puse a pensar en la movilidaddel asesino, !ue unas veces actuaba en la parte norte y otras en la parte sur.

Tras dar varias vueltas me levant&.

2on pasos vacilantes me dirig# hacia el norte. En mi camino me cruc& conalgunas ratas !ue se desplaaban a traba"ar en la penumbra de los t*neles,con-adas y decididas. (# !ue unos "ovenuelos dec#an /epe el Tira, /epe el Tiray luego se re#an, como si mi apodo )uera lo más divertido del mundo. ( tal ve

sus risas obedec#an a otra causa. En cual!uier caso yo ni si!uiera me detuve.

Los t*neles, poco a poco, se )ueron !uedando vac#os. 4a slo de ve en cuandome cruaba con un par de ratas o las o#a a lo le"os, a)anadas en otros t*neles, ovislumbraba sus sombras dando vueltas alrededor de algo !ue pod#a sercomida o pod#a ser veneno. 'l cabo de un rato los ruidos cesaron y slo pod#ao#r el sonido de mi coran y el interminable goteo !ue nunca cesa en nuestromundo. 2uando encontr& el gran poo una vaharada de muerte me hioe7tremar a*n más mis precauciones. 4ac#a all# lo !ue !uedaba de dos perros deregular tamaño, tiesos, con las patas levantadas, semicomidos por los gusanos.

$ás allá, bene-ciarios tambi&n de los restos perrunos, encontr& a la colonia deratas !ue andaba buscando. 8iv#an en los l#mites de la alcantarilla, con todoslos peligros !ue esto conlleva, pero tambi&n con el bene-cio de la comida, lacual nunca escaseaba en los lindes. Los encontr& reunidos en una pe!ueñaplaa. Eran grandes y gordos y sus pieles eran lustrosas. Ten#an la e7presingrave de a!uellos !ue viven en el peligro constante. 2uando les di"e !ue erapolic#a sus miradas se hicieron descon-adas. 2uando les di"e !ue estababuscando a una rata !ue hab#a perdido a su beb&, nadie respondi pero por susgestos me di cuenta de inmediato de !ue la b*s!ueda, al menos en esteaspecto, hab#a terminado. Describ# entonces al beb&, su edad, la alcantarilla

muerta donde lo hab#a encontrado, la )orma en !ue hab#a muerto. na de lasratas di"o !ue era su hi"o. 19u& buscas3, di"eron las otras.

Justicia, di"e. Busco al asesino.

La más vie"a, con la piel llena de costurones y respirando como un )uelle, mepregunt si cre#a !ue el asesino era uno de ellos. /uede serlo, di"e. 1na rata3,di"o la rata vie"a. /uede serlo, di"e. La madre di"o !ue su beb& sol#a salir solo.



/ero no pudo llegar solo a la alcantarilla muerta, le respond#. Tal ve se lo llevun depredador, di"o una rata "oven. Si se lo hubiera llevado un depredador se lohabr#a comido. 'l beb& lo mataron por placer, no por hambre.

Todas las ratas, tal como esperaba, negaron con la cabea. Eso es impensable,di"eron. 0o e7iste nadie en nuestro pueblo !ue est& tan loco como para hacereso. Escarmentado a*n por las palabras del comisario de la polic#a, pre)er# nollevarles la contraria. Empu"& a la madre a un sitio apartado y procur&consolarla, aun!ue la verdad es !ue el dolor de la p&rdida, despu&s de tresmeses, !ue era el tiempo !ue hab#a pasado, se hab#a atenuadoconsiderablemente. La misma rata me cont !ue ten#a otros hi"os, algunosmayores, a !uienes le costaba reconocer como tales cuando los ve#a, y otrosmenores !ue a!uel !ue hab#a muerto, los cuales ya traba"aban y se buscaban,no sin &7ito, la comida ellos solos. @ntent&, sin embargo, !ue recordara el d#a!ue hab#a desaparecido el beb&. 'l principio la rata se hio un l#o. 2on)und#a)echas e incluso con)und#a beb&s. 'larmado, le pregunt& si hab#a perdido a más

de uno y me tran!uili diciendo !ue no, !ue los beb&s, normalmente, sepierden, pero slo por unas horas, y !ue, luego, o bien regresan solos a lamadriguera o bien una rata del mismo grupo los suele encontrar, atra#da porsus berridos. Tu hi"o tambi&n llor, le di"e un poco molesto por su "etaautosatis)echa, pero el asesino lo mantuvo amordaado casi todo el tiempo.

0o pareci conmoverse, as# !ue volv# al d#a de su desaparicin. 0o viv#amosa!u#, di"o, sino en un conducto del interior. 2erca de nosotros viv#a un grupo dee7ploradores !ue )ueron los primeros en instalarse en la ona y luego lleg otrogrupo, más numeroso, y entonces decidimos marcharnos por!ue aparte de darvueltas por los t*neles poco más es lo !ue se pod#a hacer. Los niños, noobstante, estaban bien alimentados, le hice notar. 2omida no )altaba, di"o larata, pero la ten#amos !ue ir a buscar en el e7terior. Los e7ploradores hab#anabierto t*neles !ue llevaban directamente hacia las onas superiores, y nohab#a entonces veneno ni trampa !ue pudiera detenernos. Todos los grupossub#amos al menos dos veces al d#a a la super-cie y hab#a ratas !ue sepasaban d#as enteros all#, vagando entre los vie"os edi-cios semirruinosos,desplaándose por el interior hueco de las paredes, y hubo algunas !ue nuncamás volvieron.

Le pregunt& si estaban en el e7terior el d#a !ue desapareci su beb&.

Traba"ábamos en los t*neles, algunos dorm#an y otros, probablemente, estabanen el e7terior, respondi. Le pregunt& si no hab#a notado nada raro en algunode su grupo. 15aro3 na )orma de comportarse, actitudes !ue se salen de locorriente, ausencias prolongadas y sin "usti-cacin. Di"o !ue no, !ue, comobien yo deb#a saber, en nuestro pueblo las ratas se comportan de una maneray otras veces de otra, dependiendo de la situacin, a la !ue procuramosadaptarnos con celeridad y a la mayor per)eccin posible. /oco despu&s de ladesaparicin del beb&, por otra parte, el grupo se puso en marcha buscando



una ona menos peligrosa. 0ada más iba a sacarle a a!uella rata traba"adora ysimple. $e desped# del grupo y abandon& el conducto donde estaba sumadriguera.

/ero a!uel d#a no volv# a la comisar#a. ' medio camino, cuando estuve segurode no ser seguido por nadie, retorn& a los alrededores de la madriguera ybus!u& una alcantarilla muerta. 'l cabo de un tiempo la encontr&. Era pe!ueñay la pestilencia a*n no sobrepasaba ciertos l#mites. La e7amin& de arriba aba"o.La persona !ue yo buscaba no parec#a haber actuado all#. Tampoco encontr&indicios de depredadores. /ese a !ue no hab#a ni un solo lugar seco, decid#!uedarme. 2omo pude, con tal de pasar un rato m#nimamente cmodo, "unt&los cartones mo"ados y los troos de plástico !ue pude hallar y me acomod&sobre ellos. @magin& !ue el calor de mi pela"e en contacto con la humedadproduc#a pe!ueñas nubes de vapor. /or momentos el vapor consegu#aadormecerme y por momentos se convert#a en el domo en el interior del cualyo era invulnerable. Estaba a punto de !uedarme dormido cuando o# voces.

'l cabo de un rato los vi aparecer. Eran dos ratas, machos "venes, !uehablaban animadamente. ' uno de ellos lo reconoc# de inmediato% ya lo hab#avisto entre el grupo !ue acababa de visitar. La otra rata me era completamentedesconocida, tal ve cuando llegu& estaba traba"ando, tal ve pertenec#a a otrogrupo. La discusin !ue sosten#an era acalorada pero sin salirse de los caucesde la cortes#a entre iguales. Los argumentos !ue ambas esgrim#an meresultaron incomprensibles, en primer lugar por!ue a*n estaban demasiadole"os de m# :aun!ue se encaminaban, sus patitas chapoteando en el agua ba"a,hacia mi re)ugio; y en segundo lugar por!ue las palabras !ue empleabanpertenec#an a otra lengua, una lengua impostada y a"ena a m# !ue odi& deinmediato, palabras !ue eran ideas o pictogramas, palabras !ue reptaban porel env&s de la palabra libertad como el )uego repta, o eso dicen, por el otrolado de los t*neles, convirtiendo &stos en hornos.

De buena gana me hubiera escabullido en silencio. $i instinto de polic#a, sinembargo, me hio comprender !ue, si no interven#a, pronto iba a haber otroasesinato. De un salto abandon& los cartones.

Las dos ratas se !uedaron paraliadas. Buenas noches, di"e. Les pregunt& sipertenec#an al mismo grupo. 0egaron con la cabea.

T*, señal& con mi garra a la rata !ue no conoc#a, )uera de a!u#. La "oven rata alparecer era orgullosa y dud. ?uera de a!u#, soy polic#a, di"e, soy /epe el Tira,grit&. Entonces mir a su amigo, dio media vuelta y se ale". 2uidado con losdepredadores, le di"e antes de !ue desapareciera tras un di!ue de basura, enlas alcantarillas muertas nadie ayuda si te ataca un depredador.

La otra rata no se molest ni si!uiera en despedirse de su amigo. /ermaneci "unto a m#, !uieta, aguardando el momento en !ue nos #bamos a !uedar solos,



sus o"illos pensativos -"os en m# de la misma manera, supongo, !ue mis o"illospensativos la estudiaban a ella. /or -n te he atrapado, le di"e cuandoestuvimos solos. 0o me contest. 12mo te llamas3, le pregunt&. >&ctor, di"o.Su vo, ahora !ue me hablaba a m#, no era di)erente de miles de voces !ue yohab#a o#do antes. 1/or !u& mataste al beb&3, murmur&. 0o contest. Durante

un instante tuve miedo. >&ctor era )uerte, probablemente más voluminoso !ueyo, además de más "oven, pero yo era polic#a, pens&.

'hora te voy a atar las patas y el hocico y te llevar& a la comisar#a, di"e. 2reo!ue sonri, pero no podr#a asegurarlo. Tienes más miedo !ue yo, di"o, y mira!ue yo tengo mucho miedo. 0o lo creo, di"e, t* no tienes miedo, t* estásen)ermo, t* eres un bastardo de depredador y escaraba"o. >&ctor se ri. 2laro!ue tienes miedo, di"o. $ucho más miedo del !ue ten#a tu t#a Jose-na. 1>aso#do hablar de Jose-na3, di"e. >e o#do hablar, di"o. 19ui&n no ha o#do hablar deella3 $i t#a no ten#a miedo, di"e, era una pobre loca, una pobre soñadora, perono ten#a miedo.

Te e!uivocas% se mor#a de miedo, di"o mirando distra#damente hacia los lados,como si estuvi&ramos rodeados de presencias )antasmales y re!uiriera sin&n)asis su a!uiescencia. 9uienes la escuchaban estaban muertos de miedo,aun!ue no lo sab#an. /ero Jose-na estaba más !ue muerta% cada d#a mor#a enel centro del miedo y resucitaba en el miedo. /alabras, di"e como si escupiera.'hora ponte boca aba"o y d&"ame !ue primero te ate el hocico, di"e sacando uncordel !ue hab#a tra#do para tal -n. >&ctor resopl.

0o entiendes nada, di"o. 12rees !ue deteni&ndome a m# se acabarán loscr#menes3 12rees !ue tus "e)es harán "usticia conmigo3 /robablemente medespedaarán en secreto y arro"arán mis restos all# donde pasen losdepredadores. T* eres un maldito depredador, di"e. 4o soy una rata libre, mecontest con insolencia. /uedo habitar el miedo y s& per)ectamente haciadnde se encamina nuestro pueblo. Tanta presuncin hab#a en sus palabras!ue pre)er# no contestarle. Eres "oven, le di"e. Tal ve haya una )orma decurarte. 0osotros no matamos a nuestros cong&neres. 14 !ui&n te curará a ti,/epe3, me pregunt. 19u& m&dicos curarán a tus "e)es3 /onte boca aba"o, di"e.>&ctor me mir y yo solt& el cordel. 0os trenamos en una lucha a muerte.

'l cabo de die minutos !ue me parecieron eternos su cuerpo yac#a a un ladodel m#o con el cuello destroado por una mordida. /or mi parte, ten#a el lomolleno de heridas y el hocico desgarrado y no ve#a nada con el o"o i!uierdo.8olv# con el cadáver a la comisar#a. Las pocas ratas con las !ue me cruc&creyeron, seguramente, !ue >&ctor hab#a sido v#ctima de un depredador.Deposit& su cuerpo en la morgue y )ui a buscar al )orense. Está todosolucionado, )ue lo primero !ue pude articular. Luego me de"& caer y esper&. El



)orense e7amin mis heridas y cosi mi hocico y mi párpado. $ientras lo hac#a!uiso saber cmo me lo hab#a hecho. Encontr& al asesino, di"e. Lo detuve,luchamos. El )orense di"o !ue hab#a !ue llamar al comisario. 2has!ue lalengua y de la oscuridad surgi un adolescente <aco y adormilado. Supuse !ueera un estudiante de medicina. El )orense le encarg !ue )uera a casa del

comisario y le di"era !ue lo esperaban, &l y /epe el Tira, en la comisar#a. Eladolescente asinti y desapareci. Luego el )orense y yo nos dirigimos a lamorgue.

El cadáver de >&ctor segu#a all# y el brillo de su pela"e empeaba a atenuarse.'hora slo era un cadáver más, entre muchos otros cadáveres. $ientras el)orense lo e7aminaba me puse a dormir en un rincn. $e despert la vo delcomisario y unos sacudones. Levántate, /epe, di"o el )orense. Los segu#. Elcomisario y el )orense caminaban aprisa entre unos t*neles !ue yo no conoc#a.Detrás de ellos, contemplando sus colas iba yo, medio dormido y sintiendo ungran escoor en el lomo. 0o tardamos en llegar a una madriguera vac#a. En una

especie de trono :o tal ve )uera una cuna; herv#a una sombra. El comisario yel )orense me indicaron !ue me adelantara.

2u&ntame la historia, di"o una vo !ue era muchas voces y !ue proven#a de laoscuridad. 'l principio sent# pavor y retroced#, pero no tard& en comprender!ue se trataba de una rata reina muy vie"a, es decir de varias ratas cuyas colasse anudaron en la primera in)ancia, imposibilitándolas para el traba"o, peroconcedi&ndoles, en cambio, la sabidur#a necesaria para aconse"ar ensituaciones e7traordinarias a nuestro pueblo. 's# !ue relat& la historia deprincipio a -n, y procur& !ue mis palabras )ueran desapasionadas y ob"etivas,como si estuviera redactando un in)orme. 2uando termin& la vo !ue eramuchas voces y !ue sal#a de la oscuridad me pregunt si yo era el sobrino de

Jose-na la 2antora. 's# es, di"e. 0osotras nacimos cuando Jose-na a*n estabaviva, di"o la rata reina, y se movi con gran es)uero. Distingu# una enormebola oscura llena de o"illos velados por los años. Supuse !ue la rata reina eragorda y !ue la suciedad hab#a terminado por solidi-car sus patas traseras. naanomal#a, di"o. Tard& en comprender !ue se re)er#a a >&ctor. n veneno !ue nonos impedirá seguir estando vivos, di"o. En cierta manera, un loco y unindividualista, di"o. >ay algo !ue no entiendo, di"e. El comisario me toc con sugarra el hombro, como para impedirme hablar, pero la rata reina me pidi !uele e7plicara !u& era lo !ue no entend#a. 1/or !u& mat al beb& de hambre, por

!u& no le destro la garganta como a las otras v#ctimas3 Durante unossegundos slo o# suspirar a la sombra !ue herv#a.

Tal ve, di"o al cabo de un rato, !uer#a presenciar el proceso de la muertedesde el principio hasta el -nal, sin intervenir o interviniendo lo menos posible.

4, al cabo de otro silencio interminable, añadi% 5ecordemos !ue estaba loco,!ue se trataba de una teratolog#a. Las ratas no matan ratas.



Ba"& la cabea y no s& cuánto rato estuve as#. Es posible incluso !ue medurmiera. De pronto sent# otra ve la garra del comisario en mi hombro y suvo !ue me conminaba a seguirlo. 5ehicimos el camino de vuelta en silencio.En la morgue el cadáver de >&ctor, tal como tem#a, hab#a desaparecido./regunt& dnde estaba. Espero !ue en la pana de alg*n depredador, di"o el

comisario. Luego tuve !ue o#r lo !ue ya sab#a. Terminantemente prohibidohablar del caso de >&ctor con nadie. El caso estaba cerrado y lo me"or !ue yopod#a hacer era olvidarme de &l y seguir viviendo y traba"ando.

Esa noche no !uise dormir en la comisar#a y me hice un hueco en unamadriguera llena de ratas tenaces y sucias y cuando despert& estaba solo.'!uella noche soñ& !ue un virus desconocido hab#a in)ectado a nuestro pueblo.Las ratas somos capaces de matar a las ratas. Esa )rase reson en mi bvedacraneal hasta !ue despert&. Sab#a !ue nada volver#a a ser como antes. Sab#a!ue slo era cuestin de tiempo. 0uestra capacidad de adaptacin al medio,nuestra naturalea laboriosa, nuestra larga marcha colectiva en pos de una

)elicidad !ue en el )ondo sab#amos ine7istente, pero !ue nos serv#a deprete7to, de escenogra)#a y teln para nuestras heroicidades cotidianas,estaban condenadas a desaparecer, lo !ue e!uival#a a !ue nosotros, comopueblo, tambi&n estábamos condenados a desaparecer.

8olv#, por!ue no pod#a hacer otra cosa, a las rondas rutinarias% un polic#a muridespedaado por un depredador, tuvimos, una ve más, un ata!ue con venenoprocedente del e7terior !ue diem a unos cuantos, algunos t*neles seinundaron. na noche, sin embargo, ced# a la -ebre !ue devoraba mi cuerpo yme encamin& a una alcantarilla muerta.

0o puedo precisar si era la misma alcantarilla donde hab#a encontrado aalguna de las v#ctimas o si por el contrario se trataba de una alcantarilla !uedesconoc#a. En el )ondo, todas las alcantarillas muertas son iguales. Durantemucho rato permanec# all#, agaapado, esperando. 0o ocurri nada. Slo ruidosle"anos, chapoteos cuyo origen )ui incapa de precisar. 'l volver a la comisar#a,con los o"os enro"ecidos por la prolongada vigilia, encontr& a unas ratas !ue

"uraban haber visto en los t*neles vecinos a una pare"a de comadre"as. npolic#a nuevo estaba "unto a ellas. $e mir, esperando alguna señal de miparte. Las comadre"as hab#an acorralado a tres ratas y a varios cachorros,atrapados en el )ondo del t*nel. Si esperamos re)ueros será demasiado tarde,

di"o el polic#a nuevo.1Demasiado tarde para !u&3, le pregunt& con un bosteo. /ara los cachorros ypara las cuidadoras, respondi. 4a es demasiado tarde para todo, pens&. 4tambi&n pens&% 1En !u& momento se hio demasiado tarde3 1En la &poca demi t#a Jose-na3 12ien años antes3 1$il años antes3 1Tres mil años antes3 10oestábamos, acaso, condenados desde el principio de nuestra especie3 El polic#ame mir esperando un gesto de mi parte. Era "oven y seguramente no llevaba



más de una semana en el o-cio. ' nuestro alrededor algunas ratascuchicheaban, otras pegaban sus ore"as a las paredes del t*nel, la mayor#aten#a !ue hacer un gran es)uero para no temblar y despu&s huir. 1T* !u&propones3, pregunt&. Lo reglamentario, contest el polic#a, internarnos en elt*nel y rescatar a las cr#as.

1Te has en)rentado alguna ve a una comadre"a3 1Estás dispuesto a serdespedaado por una comadre"a3, di"e. S& luchar, /epe, contest. Llegado aeste punto poco era lo !ue pod#a decir, as# !ue me levant& y le orden& !ue semantuviera detrás de m#. El t*nel era negro y ol#a a comadre"a, pero yo s&moverme por la oscuridad. Dos ratas se o)recieron como voluntarias y nossiguieron.

El polícia de las ratas

,aú+ 3+A

El polícia de las ratas* es un cuento morelense! aun'ue su autor ya nunca losa%r(. El chileno ,o%erto Bola"o! 'ue en alguna )poca recorri$ con su padrela carretera de Amayuca a Cuautla! como repartidores en un cami$nde Refresquerías Lulú! escri%i$ sin 'uerer una historia local 'ue parececr$nica de estos d&as.

En la historia 'ue cuenta ,o%erto Bola"o! *epe el Tira aga igilando por lasalcantarillas de su pue%lo! unas donde corre el agua y otras donde suscong)neres caan túneles en %usca de comida! para escapar o comunicar la%erintos 'ue tienen sentido! dice *epe5 Ren el entramado en el 'ue mi pue%lose muee y so%reieS. *ero lo 'ue pre-iere! y as& aliia su a%urrimiento! sonlas alcantarillas muertas! donde se mueen los exploradores y los empresarios.Ah&! con -recuencia! *epe el Tira ha encontrado cad(eres. *epe es so%rino de Iose-ina la Cantora! una rata 'ue cautia%a a su pue%lo conel chillido 'ue cual'uier otra rata pod&a reproducir! pero 'ue en ella ten&a un

poder de encantamiento musical! en una historia del a%surdo real 'ue escri%i$el checo 2ranz a-7a y 'ue! por supuesto! se llama Josefina la Cantora o El

pueblo de los ratones. #na historia sutil! cercana a esa historia expl&cita deIoseph ! 'ue en la noela El Proceso necesita demostrar su inocencia sinsi'uiera sa%er de 'u) se le acusa.



El pue%lo de *epe el Tira es tam%i)n un pue%lo de ratas y diersos roedores yreptiles. *epe es una rata. #na rata 'ue persigue ratas! un polic&a 'ue %uscacriminales y conoce las cloacas de su mundo! donde Rlo raro es lo normal! la-ie%re es la salud! el eneno es la comidaS! cosas de risa. Encontrar a un extra"o criminal es la tarea de *epe el Tira. /adie se laimpuso. 3ncluso sus je-es le han ordenado 'ue se olide del caso. *ero el

polic&a de las ratas sospecha 'ue el asesin$ 'ue %usca no es una comadreja niuna &%ora %lanca y ciega! tampoco algún reptilL El asesino! terminadescu%riendo! es una rata. +as ratas son capaces de matar a las ratas! piensa! yese pensamiento lo pertur%a. Este cuento de ,o%erto Bola"o es! como muchas historias -ant(sticas! el mapade una geogra-&a! no el retrato de indiiduos! de roedores con nom%re y

apellido! comadrejas con c)dula de identidad! sino un poco m(s5 el retrato deun mundo asto! de una sociedad 'ue conien en un mundo adulterado!donde las l&neas de la li%ertad son de un di(-ano cristal %lanco. F El policía de las ratas es un cuento de El gaucho insu-ri%le , li%ro p$stumode ,o%ero Bola"o! pu%licado a -inales del UVVW por la Editorial Anagrama deEspa"a.

El matadero[Cuento. Texto completo]

Este%an Echeerr&a



3

A pesar de 'ue la m&a es historia! no la empezar) por el arca de /o) y la genealog&a desus ascendientes como acostum%ra%an hacerlo los antiguos historiadores espa"oles deAm)rica 'ue de%en ser nuestros prototipos. Temo muchas razones para no seguir eseejemplo! las 'ue callo por no ser di-uso. 0ir) solamente 'ue los sucesos de mi narraci$n! pasa%an por los a"os de Cristo de XYW... Est(%amos! a m(s! en cuaresma! )poca en 'ueescasea la carne en Buenos Aires! por'ue la iglesia adoptando el precepto deEpitecto! sustine abstine 9su-re! a%stente< ordena igilia y a%stinencia a los est$magos delos -ieles! a causa de 'ue la carne es pecaminosa! y! como dice el proer%io! %usca a lacarne. como la iglesia tiene ab initio y por delegaci$n directa de 0ios el imperioinmaterial so%re las conciencias y est$magos! 'ue en manera alguna pertenecen alindiiduo! nada m(s justo y racional 'ue ede lo malo.

+os a%astecedores! por otra parte! %uenos -ederales! y por lo mismo %uenos cat$licos!sa%iendo 'ue el pue%lo de Buenos Aires atesora una docilidad singular para someterse atoda especie de mandamiento! solo traen en d&as cuaresmales al matadero! los noillosnecesarios para el sustento de los ni"os y de los en-ermos dispensados de la a%stinencia por la Bula...! y no con el (nimo de 'ue se harten algunos herejotes! 'ue no -altan!dispuestos siempre a iolar los mandamientos carni-icinos de la iglesia! y a contaminarla sociedad con el mal ejemplo.

ucedi$! pues! en a'uel tiempo! una lluia muy copiosa. +os caminos se anegaron4 los pantanos se pusieron a nado y las calles de entrada y salida a la ciudad re%osa%an enacuoso %arro. #na tremenda aenida se precipit$ de repente por el ,iachuelo deBarracas! y extendi$ majestuosamente sus tur%ias aguas hasta el pie de las %arrancas delalto. El *lata creciendo em%raecido empuj$ esas aguas 'ue en&an %uscando su cauce ylas hizo correr hinchadas por so%re campos! terraplenes! ar%oledas! caser&os! y extendersecomo un lago inmenso por todas las %ajas tierras. +a ciudad circunalada del /orte alEste por una cintura de agua y %arro! y al ud por un pi)lago %lan'uecino en cuyasuper-icie -lota%an a la entura algunos %ar'uichuelos y negrea%an las chimeneas y lascopas de los (r%oles! echa%a desde sus torres y %arrancas at$nitas miradas al horizontecomo implorando misericordia al Alt&simo. *arec&a el amago de un nueo diluio. +os %eatos y %eatas gimotea%an haciendo noenarios y continuas plegarias. +os predicadoresatrona%an el templo y hac&an crujir el púlpito a pu"etazos. Es el d&a del juicio! dec&an! el-in del mundo est( por enir. +a c$lera diina re%osando se derrama en inundaci$n. :Ayde osotros pecadores8 :Ay de osotros unitarios imp&os 'ue os mo-(is de la iglesia! delos santos! y no escuch(is con eneraci$n la pala%ra de los ungidos del e"or8 :Ay de

osotros si no implor(is misericordia al pie de los altares8 +legar( la hora tremenda delano crujir de dientes y de las -ren)ticas imprecaciones. uestra impiedad! uestrasherej&as! uestras %las-emias! uestros cr&menes horrendos! han tra&do so%re nuestratierra las plagas del e"or. +a justicia y el 0ios de la 2ederaci$n os declarar( malditos.

+as po%res mujeres sal&an sin aliento! anonadadas del templo! echando! como era natural!la culpa de a'uella calamidad a los unitarios.

Continua%a! sin em%argo! lloiendo a c(ntaros! y la inundaci$n crec&a acreditando el pron$stico de los predicadores. +as campanas comenzaron a tocar rogatias por ordendel muy cat$lico ,estaurador! 'uien parece no las ten&a todas consigo. +os li%ertinos! los

incr)dulos! es decir! los unitarios! empezaron a amedrentarse al er tanta caracompungida! o&r tanta %atahola de imprecaciones. e ha%la%a ya como de cosa resuelta



+a autopista del sur [Cuento. Texto completo]

Iulio Cort(zar

acompa an o a s mo! ea o a o pa o por e spo! as a a arranca eBalcarce! donde millares de oces conjurando al demonio unitario de la inundaci$n!de%&an implorar la misericordia diina.

2eliz! o mejor! desgraciadamente! pues la cosa ha%r&a sido de erse! no tuo e-ecto laceremonia! por'ue %ajando el *lata! la inundaci$n se -ue poco a poco escurriendo en suinmenso lecho sin necesidad de conjuro ni plegarias.

+o 'ue hace principalmente a mi historia es 'ue por causa de la inundaci$n estuo'uince d&as el matadero de la Conalecencia sin er una sola ca%eza acuna! y 'ue enuno o dos! todos los %ueyes de 'uinteros y aguateros se consumieron en el a%asto de la

ciudad. +os po%res ni"os y en-ermos se alimenta%an con hueos y gallinas! y los gringosy herejotes %rama%an por el beef-steak y el asado. +a a%stinencia de carne era general enel pue%lo! 'ue nunca se hizo m(s digno de la %endici$n de la iglesia! y as& -ue 'uelloieron so%re )l millones y millones de indulgencias plenarias. +as gallinas se pusierona Z y los hueos a \ reales y el pescado car&simo. /o hu%o en a'uellos d&ascuaresmales promiscuaciones ni excesos de gula4 pero en cam%io se -ueron derechito alcielo innumera%les (nimas y acontecieron cosas 'ue parecen so"adas.

/o 'ued$ en el matadero ni un solo rat$n io de muchos millares 'ue all& ten&anal%ergue. Todos murieron de ham%re o ahogados en sus cueas por la incesante lluia.Multitud de negras re%usconas de acuras! como los caranchos de presa! se des%andaron

por la ciudad como otras tantas harp&as prontas a deorar cuanto hallaran comi%le. +asgaiotas y los perros insepara%les riales suyos en el matadero! emigraron en %usca dealimento animal. *orci$n de iejos achacosos cayeron en consunci$n por -alta denutritio caldo4 pero lo m(s nota%le 'ue sucedi$ -ue el -allecimiento casi repentino deunos cuantos gringos herejes 'ue cometieron el desacato de darse un hartazgo dechorizos de Extremadura! jam$n y %acalao y se -ueron al otro mundo a pagar el pecadocometido por tan a%omina%le promiscuaci$n.

Algunos m)dicos opinaron 'ue si la carencia de careo continua%a! medio pue%lo caer&aen s&ncope por estar los est$magos acostum%rados a su corro%orante jugo4 y era de notarel contraste entre estos tristes pron$sticos de la ciencia y los anatemas lanzados desde el

púlpito por los reerendos padres contra toda clase de nutrici$n animal y de promiscuaci$n en a'uellos d&as destinados por la iglesia al ayuno y la penitencia. eorigin$ de a'u& una especie de guerra intestina entre los est$magos y las conciencias!atizada por el inexora%le apetito y las no menos inexora%les oci-eraciones de losministros de la iglesia! 'uienes! como es su de%er! no transigen con icio alguno 'uetienda a relajar las costum%res cat$licas5 a lo 'ue se agrega%a el estado de -latulenciaintestinal de los ha%itantes! producido por el pescado y los porotos y otros alimentos algoindigestos.

Esta guerra se mani-esta%a por sollozos y gritos descompasados en la peroraci$n de lossermones y por rumores y estruendos su%it(neos en las casas y calles de la ciudad o

donde 'uiera concurr&an gentes. Alarmose un tanto el go%ierno! tan paternal como preisor! del ,estaurador creyendo a'uellos tumultos de origen reolucionario yatri%uy)ndolos a los mismos salajes unitarios! cuyas impiedades! según los predicadores -ederales! ha%&an tra&do so%re el pa&s la inundaci$n de la c$lera diina4tom$ actias proidencias! desparram$ sus es%irros por la po%laci$n y por último! %ienin-ormado! promulg$ un decreto tran'uilizador de las conciencias y de los est$magos!enca%ezado por un considerando muy sa%io y piadoso para 'ue a todo trance yarremetiendo por agua y todo se trajese ganado a los corrales.

En e-ecto! el decimosexto d&a de la carest&a &spera del d&a de 0olores! entr$ a nado porel paso de Burgos al matadero del Alto una tropa de cincuenta noillos gordos4 cosa poca

por cierto para una po%laci$n acostum%rada a consumir diariamente de UV a WVV! y cuyatercera parte al menos gozar&a del -uero eclesi(stico de alimentarse con carne. :Cosa

A Imagen y Semejanza CUENTO

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