A la llegada de los españoles hubo un paulatino decrecimiento y empobrecimiento de las poblaciones de llama acentuándose su reemplazo por otras especies europeas menos adaptadas al ambiente andino, sumado a cierto desprestigio social frente a las primeras.

Más recientemente, el interés textil promovió una orientación hacia poblaciones de color blanco o negro, contribuyendo peligrosamente a una disminución de la rica variabilidad genética.

Actualmente comienzan a revertirse esas tendencias negativas abriéndose un panorama amplio de las posibilidades que ofrece este recurso, que puede contribuir a mejorar sensiblemente la situación de postergación económica y social a que se enfrentan muchas de las sociedades andinas