A LA MODA

Un hombre entra a un negocio para buscar ropa con estilo. Su aspecto es andrajoso,

tiene las manos manchadas de aceite de motor y un overol gastado por el uso

continuo. La señorita aunque con cierta repulsión lo atiende:

- Buenas tardes señor, ¿en que le podemos ayudar?

El señor al principio nervioso y luego con más confianza, se rasca la nuca con una

mano y responde.

- Pues… ando buscando ropa para salir, ropa…!a la moda!

- ¡A visitado el lugar adecuado! mire, nos acaba de llegar lo último en la moda

francesa, observe esto-. Lo guía hasta el aparador.

La señorita con su porte elegante y su sonrisa perenne le muestra con exagerados

ademanes los atuendos del maniquí: Es un juego de pantalón y chamarra, ambos

rasgados y manchados. Con un gesto inconforme el señor observa meticuloso que a la

chamarra le faltan botones y está deshilachada. Los jeans tienen un boquete en la

pierna izquierda y por si fuera poco, para finalizar su inspección termina preguntando:

- Y… ¿qué precio tienen ya con el descuento?

El hombre sale a prisa del local refunfuñando: "!la moda!, ¡la moda!, ¡tonterías! si eso

es la moda entonces yo soy un diseñador, ¡y uno muy creativo!.