A Partir Del Renacimiento Se Percibe

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A partir del Renacimiento se percibe, la opinión pública como un poder laico y en la Ilustración surge una elaboración intelectual del término. No obstante, no se pasará por alto la imprenta, como vehiculo que movilizó, desde el siglo XV, a la opinión pública a través de la prensa y de otros productos impresos de la industria editorial En el Renacimiento, el centro del mundo es el hombre como individuo liberado de todas las preocupaciones religiosas, transformándose el enfoque del poder celestial, por el desarrollo de un pensamiento crítico y razonable, que contribuyó al descubrimiento del papel que puede jugar en la sociedad la opinión pública como fuerza moral, otorgándosele así un alto poder social. Esta opinión adquirirá cada vez mayor importancia, hasta constituirse en categoría fundamental de la acción política con la Ilustración del siglo XVIII. Es así, que en el Renacimiento se da primacía al hombre y al uso de la razón como mecanismo para percibir y solucionar los problemas que se planten aquí y ahora y los ciudadanos o burgueses van adquiriendo una importante área de autonomía en distintos ámbitos (religioso, económico y sociocultural). El intelectualismo de este período produjo grandes avances en el mundo de las ciencias, acrecentado por el descubrimiento de la imprenta como canal para la difusión y el debate público de ideas, fenómeno que permitió la consolidación de la opinión pública como fuerza moral y crítica. Desde La Imprenta Entre los siglos XV y XVI, el invento de Gutemberg, marcó un hito en la historia de la comunicación humana, surge la imprenta “como un instrumento maravilloso para la propaganda, saca la cultura de los claustros y la difunde entre los laicos. Aparece el público lector

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El renacimiento se percibe

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A partir del Renacimiento se percibe, la opinión pública como un poder laico y en la Ilustración

surge una elaboración intelectual del término. No obstante, no se pasará por alto

la imprenta, como vehiculo que movilizó, desde el siglo XV, a la opinión pública a

través de la prensa y de otros productos impresos de la industria editorial

En el Renacimiento, el centro del mundo es el hombre como individuo liberado de todas las preocupaciones religiosas, transformándose el enfoque del poder celestial, por el desarrollo de un pensamiento crítico y razonable, que contribuyó al descubrimiento del papel que puede jugar en la sociedad la opinión pública como fuerza moral, otorgándosele así un alto poder social. Esta opinión adquirirá cada vez mayor importancia, hasta constituirse en categoría fundamental de la acción política con la Ilustración del siglo XVIII.

Es así, que en el Renacimiento se da primacía al hombre y al uso de la razón como mecanismo para percibir y solucionar los problemas que se planten aquí y ahora y los ciudadanos o burgueses van adquiriendo una importante área de autonomía en distintos ámbitos (religioso, económico y sociocultural). El intelectualismo de este período produjo grandes avances en el mundo de las ciencias, acrecentado por el descubrimiento de la imprenta como canal para la difusión y el debate público de ideas, fenómeno que permitió la consolidación de la opinión pública como fuerza moral y crítica.

Desde La Imprenta

Entre los siglos XV y XVI, el invento de Gutemberg, marcó un hito en la historia de la comunicación humana, surge la imprenta “como un instrumento maravilloso para la propaganda, saca la cultura de los claustros y la difunde entre los laicos. Aparece el público lector

Estas hojas volantes contribuyeron de manera enfática en el surgimiento de corrientes de opinión.

A finales del siglo XVI aparecen semanalmente las gacetas impresas y al desarrollarse este medio afínales del Siglo XVII y principios del Siglo XVIII nace el periodismo de opinión de tipo ideológico y político, que permite la difusión de lo que se discute, así como de la acción del gobierno, a través del público concretándose de esta manera como que vehículo fundamental de la opinión pública. Es decir, la prensa se constituye como agente catalizador de la opinión pública4 . Como escenario urbano, el surgimiento de la opinión pública se gestó en los cafés, instituyéndose como lugares en que se discutían la prensa de forma racional La opinión pública sale de los cafés y periódicos, se impone la libertad de expresión que trae el advenimiento de esta a la calle se puede afirmar que en Inglaterra se produce la institucionalización de la opinión pública (Government by opinion), bajo la relación entre sociedad civil y Estado, entre lo privado (noción burguesa, familiar, de intimidad doméstica) y lo público (uso de la razón, expresión de las ideas), que están precisamente en progresiva separación.

1.4 La Ilustración

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Como elaboración intelectual, el concepto de opinión pública aparece durante la Ilustración; sin embargo su concreción teórica se dio en el Liberalismo a finales del siglo XVII y principios del XIX, cuando se formula la concepción clásica de la Opinión Pública

Esta etapa se caracteriza por poseer un público raciocinante; se destacan pensadores como Hobbes, siglo XVI – XVII, quien identifica dos conceptos: conciencia y opinión, donde la conciencia se convierte en opinión.

Según Hobbes, corresponde al monarca, aunque deja abierta otras posibilidades, hacer de la multiplicidad social una persona política

podría inferirse que el concepto de opinión pública en la ilustración y sustrayendo hasta el momento el planteamiento de Hobbes, se da en los públicos racionantes y se genera una opinión pública jurídica que debe ser controlada por el Estado y su descontrol lo caracteriza como una ofensa grave que puede llegar a romper el pacto dado entre gobernantes y gobernados; es decir la opinión

Locke en el siglo XVII, admite tres tipos de ley: la ley divina, que determina lo que es pecado y lo que es deber; la ley civil, que determina el delito y la inocencia; y la ley “de opinión”, que establece lo que es virtud o vicio como acciones buenas o malas; es decir, es la idea que de uno tienen los demás. Para Locke, la presión que ejerce la opinión pública la dirige a un ámbito individual.

En el siglo XVIII Hume afirma que la opinión pública es la presión que se ejerce sobre los Gobiernos, consideraba como “una fuerza política que sostiene o derriba los gobiernos”

mientras que para Pierre Bayle, la ley de la opinión es el régimen de la crítica; es decir la opinión se vuelve destructiva, considerándola un asunto privado.

Esta opinión pública naciente como fuerza moral y crítica se ve expresada en una clase social determinada, la burguesía urbana, élite que está estrechamente unida al desarrollo de las ciudades.

Ciertamente las ciudades se constituyen donde las opiniones y las ideas pueden circular entre el público; instituyéndose como un espacio público que es también un espacio urbano, representado en los salones, cafés, lugares de reunión de ésta clase social en los que se produce el intercambio de opiniones.