A. Ricardo López Pedreros. “Por el Bien Común”: identidades profesionales, negociaciones...

20
126 “Por el Bien Común”: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formación de la clase media en Bogotá, 1958-1965 TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381 “Por el Bien Común”: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formación de la clase media en Bogotá, 1958-1965 Resumen: El presente artículo busca discutir cómo, a partir del inicio del Frente Nacional en 1958, profesionales vincu- lados al Estado colombiano negociaron sus identidades como parte de una clase media en formación. Se analiza cómo moldearon tanto los programas de desarrollo como la aplicación de la Alianza para el Progreso, así como los significados políticos de las identidades y las prácticas de la clase media. En este proceso —siempre inacabado y contingente— estos profesionales de clase media lograron legitimarse como “sujetos democráticos” en oposición a las llamadas oligarquías, a quienes veían como la fuente suprema de anti-democracia. Palabras clave: clase media, identidades, democracia, Guerra Fría, Frente Nacional. “For the Common Good”: Professional Identities, Social Negotiations and the Making of the Middle Class in Bogotá, 1958-1965 Abstract: By appropriating the concept of social negotiation, the article discusses how, since the beginning of the Natio- nal Front in Colombia in 1958, professional women and men working for national and local states negotiated their identi- ties as part of a middle class. The chapter also demonstrates how these women and men shaped development programs such as the Alliance for Progress. Through these negotiations, these professionals sought to legitimize themselves as the source of democratic government in an eternal opposition to those who were defined as the supreme representation of anti-democracy. Keywords: middle classes, social identities, democracy, Cold War, National Front. “Pelo bem comum”: identidades profissionais, negociações sociais e a formação da classe média em Bogotá, 1958-1965 Resumo: O presente artigo discute como, desde o início do Frente Nacional, em 1958, profissionais vinculados ao Estado colombiano negociou suas identidades como parte de uma classe média em formação. Analisa-se como moldaram tanto os programas de desenvolvimento como a aplicação da “Alianza para el Progreso”, assim como os significados políticos das identidades e práticas da classe média. Neste processo —sempre inacabado e contingente— profissionais da classe média se legitimaram como “sujeitos democráticos”, em oposição ao que viam como a fonte superior da “anti-democracia”. Palavras-chave: classe média, identidades, democracia, Guerra Fria, Frente Nacional. Cómo citar este artículo: A. Ricardo López, “’Por el Bien Común’: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formación de la clase media en Bogotá, 1958-1965”, Trashumante. Revista Americana de Historia Social 6 (2015): 126-145. DOI: dx.doi.org/10.17533/udea.trahs.n6a07. Fecha de recepción: 5 de julio de 2014 Fecha de aprobación: 24 de noviembre de 2014 A. Ricardo López Pedreros: Doctor en Historia de América Latina por la University of Maryland (Estados Unidos) la tesis “A Beautiful Class, an Irresistible Democracy”. Ha escrito varios artículos sobre la formación de la clase media en Colombia y editado el libro The Making of the Middle Class: Toward. Toward a Transnatio- nal History (Durham, N.C.: Duke University Press, 2012). Actualmente es profesor de la Western Washington University (Estados Unidos). Correo electrónico: [email protected].

description

El presente artículo busca discutir cómo, a partir del inicio del Frente Nacional en 1958, profesionales vinculadosal Estado colombiano negociaron sus identidades como parte de una clase media en formación. Se analiza cómomoldearon tanto los programas de desarrollo como la aplicación de la Alianza para el Progreso, así como los significadospolíticos de las identidades y las prácticas de la clase media. En este proceso —siempre inacabado y contingente— estosprofesionales de clase media lograron legitimarse como “sujetos democráticos” en oposición a las llamadas oligarquías,a quienes veían como la fuente suprema de anti-democracia.

Transcript of A. Ricardo López Pedreros. “Por el Bien Común”: identidades profesionales, negociaciones...

  • 126

    Por el Bien Comn: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formacin de la clase media en Bogot, 1958-1965

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    Por el Bien Comn: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formacin de la clase media en Bogot, 1958-1965Resumen: El presente artculo busca discutir cmo, a partir del inicio del Frente Nacional en 1958, profesionales vincu-lados al Estado colombiano negociaron sus identidades como parte de una clase media en formacin. Se analiza cmo

    moldearon tanto los programas de desarrollo como la aplicacin de la Alianza para el Progreso, as como los significados

    polticos de las identidades y las prcticas de la clase media. En este proceso siempre inacabado y contingente estos

    profesionales de clase media lograron legitimarse como sujetos democrticos en oposicin a las llamadas oligarquas,

    a quienes vean como la fuente suprema de anti-democracia.

    Palabras clave: clase media, identidades, democracia, Guerra Fra, Frente Nacional.

    For the Common Good: Professional Identities, Social Negotiations and the Making of the Middle Class in Bogot, 1958-1965Abstract: By appropriating the concept of social negotiation, the article discusses how, since the beginning of the Natio-nal Front in Colombia in 1958, professional women and men working for national and local states negotiated their identi-

    ties as part of a middle class. The chapter also demonstrates how these women and men shaped development programs

    such as the Alliance for Progress. Through these negotiations, these professionals sought to legitimize themselves as

    the source of democratic government in an eternal opposition to those who were defined as the supreme representation

    of anti-democracy.

    Keywords: middle classes, social identities, democracy, Cold War, National Front.

    Pelo bem comum: identidades profissionais, negociaes sociais e a formao da classe mdia em Bogot, 1958-1965 Resumo: O presente artigo discute como, desde o incio do Frente Nacional, em 1958, profissionais vinculados ao Estado colombiano negociou suas identidades como parte de uma classe mdia em formao. Analisa-se como moldaram tanto

    os programas de desenvolvimento como a aplicao da Alianza para el Progreso, assim como os significados polticos das

    identidades e prticas da classe mdia. Neste processo sempre inacabado e contingente profissionais da classe mdia se

    legitimaram como sujeitos democrticos, em oposio ao que viam como a fonte superior da anti-democracia.

    Palavras-chave: classe mdia, identidades, democracia, Guerra Fria, Frente Nacional.

    Cmo citar este artculo: A. Ricardo Lpez, Por el Bien Comn: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formacin de la clase media en Bogot, 1958-1965, Trashumante. Revista Americana de Historia Social 6 (2015): 126-145.

    DOI: dx.doi.org/10.17533/udea.trahs.n6a07.

    Fecha de recepcin: 5 de julio de 2014

    Fecha de aprobacin: 24 de noviembre de 2014

    A. Ricardo Lpez Pedreros: Doctor en Historia de Amrica Latina por la University of Maryland (Estados Unidos) la tesis A Beautiful Class, an Irresistible Democracy. Ha escrito varios artculos sobre la formacin

    de la clase media en Colombia y editado el libro The Making of the Middle Class: Toward. Toward a Transnatio-

    nal History (Durham, N.C.: Duke University Press, 2012). Actualmente es profesor de la Western Washington

    University (Estados Unidos).

    Correo electrnico: [email protected].

  • 127

    A. Ricardo Lpez

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    Por el Bien Comn: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formacin de la clase media en Bogot, 1958-1965A. Ricardo Lpez

    En 1958, Luis Escobar, un agrnomo que trabajaba para el Ministerio de Agri-cultura colombiano en un programa coordinado por la Cooperativa Tcnica Colombo-Americana (SCADATA, Colombian American Cooperative Technical Service in Agriculture), escriba y hablaba extensamente en distintos foros sobre sus ideas y experiencias como profesional. Estaba convencido de que podra po-ner toda su preparacin profesional, su conocimiento cientfico y su compromiso social al servicio de el bien comn del pas. Trabajaba sin descanso preparando su conferencias, dedicaba su rutina laboral a importantes reuniones con hombres de empresa en zonas aledaas a Bogot y discuta con sus colegas en oficinas estatales para convencerlos de que su compromiso profesional el suyo y el de otros miembros de su clase era crucial para construir un pas prspero, moder-no e innovador. Las frustraciones, sin embargo, no se hicieron esperar. A pesar de su dedicacin, Escobar se quejaba con insistencia de que su trabajo era difcil agotador y, sobre todo, daba pocos resultados. Como miembro de la clase media, solo quera que con su profesionalismo y preparacin Colombia lograra una ver-dadera democracia fuerte y musculosa. Sus desorganizadas notas etnogrficas de finales de los aos 50 sugieren, adems, que, para Escobar, era una verdadera obsesin la necesidad de cultivar las cualidades humanas en todos aqullos que, de una u otra manera, participaban en la modernizacin de la nacin. As como muchos otros profesionales, Escobar quera educar a los oligarcas los patro-nos los sectores tradicionales de este pas. La tarea no era fcil pero l estaba convencido de que, para conformar un pas en el que sus hijos pudieran vivir ms amablemente y en armona, esos oligarcas deban abandonar su trgica funcin anti-moderna, que entre otras cosas, afirmaba, haba causado la violencia de los aos 50. Para este profesional era imperativo que esos grupos recapacitaran en sus formas de accin y conduccin del pas para que lo llevaran por la senda de la modernidad la restauracin social y la convivencia poltica. Para ello, Es-cobar crea firmemente que solo los profesionales de clase media como l podan y deban realizar lo que se perciba como una de las tareas ms importantes para la

  • 128

    Por el Bien Comn: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formacin de la clase media en Bogot, 1958-1965

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    segunda mitad del siglo XX: convertir a las oligarquas tradicionales en verdaderas lites modernas e integrarlas de lleno en el desarrollo democrtico del pas. 1 Solo as, conclua Escobar, su papel como profesional de clase media adquirira el debido respeto social y quizs el reconocimiento poltico, pues de gente como l dependera que la nacin colombiana superara, de una vez por todas, los problemas que haban causado el atraso del pas: el sectarismo poltico, la lucha de clases, el odio social y, sobre todo, la violencia partidista. 2

    Los escritos de Luis Escobar permiten formular varias preguntas sobre la for-macin histrica de la clase media en Colombia durante los primeros aos de la Guerra Fra. Qu signific ser parte de una clase media en este momento crucial de la historia colombiana, cuando un gobierno de coalicin el Frente Nacio-nal intent superar lo que se consideraba el mayor obstculo para la democracia y la modernidad: la violencia de los aos 50? Cules fueron las razones hist-ricas y condiciones discursivas para que profesionales como Escobar se definieran a s mismos como clase media y, a la vez, se obsesionaran con la educacin de los oligarcas y con el objeto de construir lo que ellos llamaban una verdadera de-mocracia? Y cmo se negoci en la prctica tal proyecto poltico-pedaggico, cuando estos profesionales se encontraron con las consabidas oligarquas?

    En este artculo quiero ofrecer algunas respuestas a estos interrogantes para repensar la formacin histrica de la clase media y su participacin poltica en los primeros aos de la Guerra Fra en Colombia. Dado el limitado espacio del que dispongo, el texto discute cmo, a partir del inicio del Frente Nacional en 1958, un gran nmero de profesionales que se vincularon al Estado colombiano y experimentaron la preocupa-cin trasnacional que asociaba a la clase media con la consolidacin de la democracia liberal. En particular, intento elucidar como esta preocupacin produjo una serie de negociaciones de clase entre oligarquas y esa clase media profesional. Arguyo que a travs de tales negociaciones, mujeres y hombres profesionales moldearon tanto los programas de desarrollo como la Alianza para el Progreso y los significados polticos de las identidades y las prcticas propias de la clase media. Adems, demuestro que durante la primera mitad de la dcada de 1960 estos hombres y mujeres establecieron un proyecto jerrquico de clase y gnero que les permiti definirse a s mismos como sujetos legtimos de una democracia, en oposicin al grupo al que perciban como el mayor obstculo para la consolidacin de la democracia la oligarqua, grupo al que ellos, como profesionales de clase media, deban educar para hacerlos superar su posicin anti-democrtica tradicional. 3

    1. Notas de campo, programas rurales y desarrollo de la comunidad, subgerencia: fomento industrial, 1958-1961, Ministerio de Agricultura y Cooperativa Tcnica Colombo-Americana, (STACA).

    2. Notas de campo, programas rurales y desarrollo de la comunidad, subgerencia: fomento indus-trial, 1958-1961, (STACA).

    3. Para una discusin sobre la clase media y sus definiciones histricas, vase The Making of the Middle Class: Toward a Transnational History of the Middle Class, eds. A. Ricardo Lpez y Barbara Weinstein (Durham: Duke University Press, 2012); A. Ricardo Lpez, Nosotros tambin somos parte del pueblo gaitanismo, empleados y la formacin histrica de la clase media en Bogot,

  • 129

    A. Ricardo Lpez

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    Para los objetivos de este artculo, el concepto de negociacin sugiere una relectura de por lo menos dos procesos histricos durante la temprana Guerra Fra en Colom-bia. 4 Por un lado, dicho concepto nos ayuda a entender los programas de desarrollo econmico, como la Alianza para el Progreso, y su especfica traduccin en polticas sociales durante el periodo del Frente Nacional como un proyecto que fue moldeado por varios actores histricos. As, estos programas no son entendidos como un adorno ideolgico de contra-insurgencia y anti-comunismo impuesto desde arriba por un selecto grupo de las lites nacionales, ni desde afuera por un poder imperial. En efecto, se interpela la imagen de los grupos sociales como actores destinados a obedecer los mandatos de tales polticas sociales. Lo que se propone es, ms bien, explicar histrica-mente estos programas de desarrollo como parte de un proyecto en constante nego-ciacin que permiti a diferentes actores en este caso oligarquas y profesionales de clase media redefinir sus intereses de clase y sus identidades de gnero. 5

    Por otro lado, el concepto de negociacin permite indagar las discusiones, frus-traciones, pactos y estrategias que se articularon cuando estos profesionales bus-caron educar a las llamadas oligarquas, como respuesta a los imperativos de las diferentes polticas sociales del Frente Nacional y a los programas de desarrollo como la Alianza para el Progreso. As, el concepto de negociacin evidencia las dis-putas, las resistencias y las articulaciones que se dieron entre los profesionales y las concebidas oligarquas, a propsito de cmo se deba definir el proceso de moder-nizacin propuesto por los programas de desarrollo. Vale la pena advertir, adems, que el concepto de negociacin es til no para evadir el estudio del poder, sino como una apuesta metodolgica que nos ayuda a explicar cmo diferentes formas de dominacin se cuestionan o consolidan en momentos histricos especficos.

    1. La Alianza para el Progreso, el Frente Nacional y una clase media profesional

    El Frente Nacional busc, a travs de diferentes polticas de Estado, superar lo que en el momento se consideraba el mayor obstculo para crear una democracia: la herencia de la violencia de los aos 50. Este proyecto poltico fue una coalicin entre los partidos tradicionales conservador y liberal que dur por lo menos 16 aos. El rgimen frente-nacionalista, formalizado en 1958 luego de varias dis-cusiones entre los lderes del Partido Liberal, Alberto Lleras Camargo, y del Con-

    1936-1948, Revista de Estudios Sociales 41 (2011): 84-105.

    4. En este caso sigo los trabajos de Mary Kay Vaughan, La poltica cultural en la Revolucin: maestros, cam-pesinos y escuelas en Mxico, 1930-1940 (Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 2001) 21-42; Gilbert Joseph, Close Encounters. Toward a New Cultural History of U.S.-Latin American Relations, Close Encounters of Empire: Writing the Cultural History of U.S.-Latin American Relations, eds. Gilbert Joseph y otros (Durham, N.C: Duke University Press, 1998) 3-46.

    5. Ver, entre otros, Michael E. Latham, Modernization as Ideology: American Social Science and National Building in the Kennedy Era (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2000); Greg Grandin, The Last Colonial Massacre: Latin America in the Cold War (Chicago: University of Chicago Press, 2004).

  • 130

    Por el Bien Comn: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formacin de la clase media en Bogot, 1958-1965

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    servador, Laureano Gmez, institucionaliz la exclusin compartida de la presidencia, los cargos pblicos, y, sobre todo, las elecciones. Es claro, como lo han demostrado muchos historiadores, que el Frente Nacional fue una forma de consociacionalismo que permiti que slo los miembros de los dos partidos tradicionales tuvieran acceso al proceso poltico y electoral. 6 De acuerdo con este argumento, la mayora de los his-toriadores han asumido que, por un lado, el Frente Nacional descuid lo social, y por el otro, simplemente consolid un discurso de buenas intenciones sobre la necesidad de modernizar las relaciones sociales. 7 Es ms, an se arguye que tal proyecto poltico fue consolidado a travs de un pacto tcito y autnomo de no agresin entre caballeros de las lites. Aunque tales argumentos son vlidos desde un entendimiento formalista del Frente Nacional, una lectura ms amplia y detallada de las polticas de Estado hacia lo social podra llevarnos a un argumento algo diferente y quizs ms complicado. De hecho, tal lectura permite concluir que las polticas sociales de los gobiernos del Frente Nacional entre 1958 y 1974 fueron mucho ms que un discurso hueco o una mera declaracin de buenas intenciones.

    Especficamente, y dado el contexto de la violencia, las administraciones del Frente Nacional se apropiaron de la preocupacin transnacional por crear una clase media para lo cual disearon una poltica estatal, que implementaron con la ayuda de organizaciones privadas de varios pases del mundo y, por supuesto, con el apoyo estadounidense. Desde finales de los aos 50 y principios de los 60, dicha poltica busc erradicar lo que se consideraba las causas de la violencia: las rivali-dades de clase, la feudalizacin de la sociedad, la polarizacin poltica, la amenaza del comunismo y las inequidades econmicas.

    En esto, Colombia no fue un caso nico en el contexto de la posguerra. La preocu-pacin por fortalecer a la clase media como forma apropiada de dominacin fue el resultado de una discusin trasnacional en la cual participaron las lites modernizantes en Amrica Latina, los intelectuales de varias universidades en Amrica y Europa, las oficinas de desarrollo de los Estados Unidos y varias organizaciones internacionales. El objetivo era lo que ellos llamaban la democratizacin/profesionalizacin de las rela-ciones sociales, es decir, la erradicacin de los remanentes feudales en las sociedades latinoamericanas, que estaban compuestas, bsicamente, por una reducida oligarqua o aristocracia anti-democrtica y una gran masa de personas supuestamente ignorantes de la democracia y sus beneficios, como tales, susceptibles de ser cooptadas por in-fluencias comunistas. Esa realidad feudal, se deca, llevara a otra etapa de violencia, a la radicalizacin y, en el peor de los casos, al triunfo del comunismo. Una clase media podra responder a tales amenazas creando las condiciones necesarias para abandonar la lucha de clases, las tendencias populistas y hara de la democracia liberal una fuente de inspiracin para las sociedades de Amrica Latina.

    6. Jonathan Hartlyn, La poltica del Rgimen de coalicin: La experiencia del Frente Nacional en Colombia (Bogot: Centro de Estudios Internacionales (CEI)/Ediciones Uniandes/Tercer Mundo Edito-res, 1993).

    7. Mauricio Archila, Idas y venias. Protestas sociales en Colombia, 1958-1990 (Bogot: Instituto Co-lombiano de Antropologa e Historia, 2003) 347.

  • 131

    A. Ricardo Lpez

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    Para los aos 60, la clase media era ya una idea fundacional, un discurso, una verdad, una fantasa colectiva casi incuestionable para legitimar un nuevo proyecto trasnacional de dominacin, que apareca como el garante de un estado democr-tico, la fuente de estabilidad social y, sobre todo, como la evidencia de lo que se consideraba la forma apropiada de hacer poltica en democracias participativas y liberales. Se crea firmemente que la consolidacin de la clase media servira para evitar la radicalizacin poltica y la polarizacin social. 8

    Estos discursos, proyectos e ideas, jugaron un papel central en programas de desarrollo como la Alianza para el Progreso pues, en gran medida, legitimaron el poder imperial de Estados Unidos en Amrica Latina. Sin embargo, la Alianza para el Progreso no fue una creacin exclusiva del gobierno de Estados Unidos, sino un producto de un sinnmero de discusiones y debates a nivel trasnacional sobre cmo se deba ejercer el poder imperialista y la dominacin de clase en un contexto de descolonizacin y radicalizacin poltica en varios lugares del mundo.

    En este contexto debe entenderse la gran preocupacin por lo social del Frente Nacional y sus programas desarrollistas. Ahora bien, reconocer tal preocupacin no significa que se deba elogiar tales polticas. Es ms bien una invitacin a inte-rrogar cmo las polticas desarrollistas fueron negociadas en la prctica para crear una serie de identidades sociales, y como veremos ms adelante, se convirtieron en realidades cotidianas para muchos sujetos histricos durante la primera mitad de la dcada de los 60 que no se pueden ignorar.

    Este es el caso precisamente con la formacin de la clase media. Gobiernos lati-noamericanos, intelectuales de izquierda y de derecha en las universidades ms pres-tigiosas del continente y de Europa, as como entidades privadas en los dos lados del Atlntico promovieron una racionalidad poltica que celebraba el bienestar humano, el desarrollo econmico y el entrenamiento poltico como medios para lograr, y as lo repetan sin cesar, que el mundo subdesarrollado pudiera participar productiva y de-mocrticamente en el proceso de su propia dominacin. Tales programas de desarrollo naturalizaron una democracia de clase, un orden en el que una clase media profesional fabricada artificialmente, pero real sera el smbolo de un Estado eficaz y repre-sentativo. La armona social y poltica no solo detendra el avance del comunismo, sino que permitira la convivencia jerrquica entre las clases sociales, cada una de las cuales debera ocupar una posicin apropiada en la estructura de dominadores y dominados.

    As, la Alianza para el Progreso y sus polticas sociales durante el periodo del Frente Nacional, asignaron el poder poltico, los recursos econmicos y, sobre todo, el derecho a gobernar en las democracias no a las oligarquas, pero tampoco a las clases trabajadoras, sino a lo que se conceba como el ciudadano democrtico por excelencia: el profesional de clase media. 9

    8. Esto se ampla en el libro en preparacin: A. Ricardo Lpez, The Makers of Democracy: The Transnational Formation of the Middle Class in Colombia, 1958-1982.

    9. A.Ricardo Lpez, Conscripts of Democracy: The Formation of a Professional Middle Class in Bogot during the 1950s and Early 1960s, The Making of the Middle Class: Toward a Transnational History of the Middle Class, eds. A. Ricardo Lpez y Barbara Weinstein (Durham: Duke University

  • 132

    Por el Bien Comn: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formacin de la clase media en Bogot, 1958-1965

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    En el caso colombiano, todas estas ideas y discursos acompaaron un crecimiento econmico y demogrfico que algunos historiadores han caracterizado como uno de los ms dramticos del siglo XX. La poblacin se duplic entre 1938 y 1964. La inversin estatal aument drsticamente desde finales de los aos 50. Al comenzar la siguiente dcada, la mitad de la poblacin, que antes era abrumadoramente rural, se haba desplazado a las ciudades. 10 Como seala Aline Helg, durante aquellos aos hubo un crecimiento de casi el 100% en la educacin primaria, y de ms de 500% de la educacin privada. Los estudiantes de educacin secundaria aumentaron en un 209%, la mitad de los cuales asista a colegios privados. Se crearon varias universidades privadas y se expandieron las pblicas. De los 761.9 millones de dlares que Colom-bia recibi como ayuda econmica de Estados Unidos entre 1962 y 1969 dinero que casi siempre se canaliz a travs de contratos entre organizacin privadas colom-bianas y estadounidenses por un lado y el Estado colombiano por el otro, cerca del 40% se destin a la expansin de la educacin, a programas de desarrollo de comuni-dad, y a un sinnmero de cooperativas y programas de independencia econmica y reforma agraria. 11 Como resultado, podemos decir que el sector de servicio presenci un crecimiento acelerado y, con el sector industrial, se convirtieron en los dos sectores ms importantes de la economa colombiana.

    Estos cambios estructurales, as como la creacin discursiva del papel que la clase media deba jugar en la democracia, abrieron y legitimaron una fuerte pro-fesionalizacin de la sociedad colombiana. De hecho, ese fue uno de los objetivos centrales del Frente Nacional durante la dcada del 60. En 1959, Alberto Lleras Camargo, primer presidente de la coalicin bipartidista y pionero en la consolida-cin de estos programas desarrollistas, seal en una carta enviada a los profesio-nales que trabajaban en oficinas estatales:

    Necesitamos una generacin de profesionales como ustedes que se comprometan con la nacin

    [] que se comprometan con un estado libre y democrtico. Todo colombiano debe cooperar

    eficientemente con la gran empresa de reconquistar la dignidad de la vida, la paz y la democracia.

    Si la Violencia nos ha trado 200.000 muertos por ao, es ms importante an saber que vamos

    a hacer con las 400.000 nuevas personas que an estn vivas. Sabemos que es difcil [vivir] en

    un estado de violencia y esto lo hemos hecho, no veo porque no podamos vivir pacficamente

    entre nosotros. Su trabajo es excepcional porque puede tener un gran impacto: o nos hunde en

    la violencia o nos lleva a la paz. Puede haber una solucin satisfactoria para los problemas que

    hemos sufrido dar a la humanidad de la patria un nuevo renacer salvndola de caer an ms

    en el abismo en la que se encuentra. El abismo entre aquellos pocos que actan en contra de

    los intereses de Colombia y los muchos que cada vez estn ms pobres. La mejor manera es que

    Press, 2012) 161-195.

    10. James D. Henderson, Modernization in Colombia. The Laureano Gmez Years, 1889-1965 (Gaines-ville, FL: University Press of Florida, 2001).

    11. Jeffrey F. Taffet, Foreign Aid as Foreign Policy: The Alliance for Progress in Latin America (New York: Routledge, 2007). Este porcentaje es tentativo, depende del desarrollo de ms investigaciones.

  • 133

    A. Ricardo Lpez

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    ustedes, con su preparacin profesional, hagan un dilogo pacfico entre los muchos y los pocos

    Existe alguna otra manera de trabajar para la patria y esta nacin que tanto los necesita? 12

    Esta era la tarea que los profesionales de clase media deban llevar a cabo: pro-ducir nada ms y nada menos que la democracia, la paz y la armona social para evitar la polarizacin y radicalizacin de la sociedad. Y fue mediante este proceso estructural y discursivo que ciertas identidades de clase media se consolidaron hacia fines de los aos 50 y principios de los 60. Tales identidades no nacieron como una expresin transparente de las cambiantes condiciones estructurales y tampoco fueron solo un reflejo de los cambios socioeconmicos del inicio del periodo de la Guerra Fra: su formacin dependi en buena medida de esos cambios estructurales, pero tambin de la creacin de conceptos, lenguajes y prcticas sobre quin deba ser el sujeto del cambio social, poltico y econmico en las democracias.

    Las tareas que se le asignaron a la clase media ofrecieron un sinnmero de po-sibilidades para estos profesionales educados en universidades pblicas y privadas. El objetivo era que estos individuos se dedicaran a las que se conceban como las tareas democrticas por excelencia: por un lado orientar polticamente a las clases populares campesinos y obreros para que lograran desarrollar todo su potencial humano y as, se asuma, aprendieran a vivir en democracias liberales y participativas; por el otro, guiar poltica y moralmente a los oligarcas tradicio-nales para que dejaran de serlo y se convirtieran en lites modernizantes, al estilo de las democracias estadounidense y europeas. La tarea fundamental era, en pocas palabras, lograr la convivencia pacfica de clases. 13

    Lo que argumento en este artculo es que estos dictmenes democrticos no fueron simplemente impuestos desde arriba y desde afuera. Por lo tanto, busco dilucidar el proceso a travs del cual los profesionales negociaron el significado y las prcticas en-caminadas a la construccin de una sociedad moderna y democrtica. Estudio, adems, cmo estas negociaciones complejas, inacabadas, frgiles permitieron que estos individuos se redefinieran constantemente como parte de una clase media y, por lo tanto, con el derecho jerrquico de gobernar en las democracias.

    12. Carta pblica de Alberto Lleras Camargo a los profesionales de Colombia, Despacho Seor Pre-sidente, Comit de Relaciones Laborales, Febrero, 15, 1959. Intercambio epistolar entre Alberto Lleras Camargo, J.L. Lebret y Orlando Fals Borda, Despacho Seor Presidente, Comit de Rela-ciones Laborales, 1958-1960, PA; Archivo Orlando Fals-Borda. Ver tambin, The Restoration, Time (New York) December 16, 1957: 23; Plan to end a Civil War: Government by Both Sides, US News & World Report (Washington D.C.) December 20, 1957: 75.

    13. La importancia del trabajo profesional en la sociedad contempornea, Archivo del Centro In-teramericano de Vivienda y Planeamiento (CINVA), Material de oficinas estatales y programas conjuntos del centro y otras dependencias gubernamentales de Colombia (1957-1961), sf.

  • 134

    Por el Bien Comn: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formacin de la clase media en Bogot, 1958-1965

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    2. De oligarquas a lites modernas

    El Instituto de Fomento Industrial (IFI), una oficina gubernamental creada a prin-cipios de los aos 40 encargada de administrar las finanzas de los programas estatales, intensific sus polticas sociales a finales de los aos 50 para la que se pensaba era la ta-rea inevitable de la segunda mitad del siglo XX: industrializar, [] democratizar, [y] modernizar la nacin. 14 Como parte de estas polticas, el Instituto contrat un gran nmero de profesionales que haban estudiado en universidades pblicas y privadas para promover proyectos que, como parte de esa industrializacin, deban propiciar la humanizacin de las relaciones laborales en Colombia. 15 La tarea era preparar a estos profesionales para que ellos, a su vez, crearan las condiciones sociales y polticas para una convivencia entre capitalistas y trabajadores. Esto, se deca, ayudara a ex-pandir la produccin industrial, la productividad laboral y, ante todo, consolidara un ambiente de paz en las relaciones laborales. 16

    El socilogo Orlando Fals Borda, quien fuera director general del Ministerio de Agricultura y uno de los pioneros de estos programas de democratizacin en Colombia y Amrica Latina, adverta, con cautelosa esperanza poltica, a algunos de estos profesionales:

    Qu hacer con las clases dirigentes en Colombia? Porque de ellas, indudablemente, depende el

    curso de los prximos acontecimientos los crculos de la lite no ofrecer refugio, porque el

    aislamiento no podr constituirse en defensa contra las emociones y aspiraciones de un pueblo

    Si se acepta el postulado de la necesidad inherente de una lite en todas las democracias, debe

    emprenderse tambin una transformacin de los principios de esa lite una auto-renovacin

    que le permitiera hacer frente a los retos de la sociedad, la adopcin de un altruismo activo y de

    una actitud que la hiciera capaz de comprender con mayor simpata los problemas sociales del

    pas [] En pases poltica y econmicamente subdesarrollados como el nuestro, compete a las

    clases dirigentes, para que, por una vez, utilizaran su ascendiente para dignificar y no para consu-

    mir; para construir y no para destruir; para iluminar la senda y no para escurecerla. 17

    Esto no era, por supuesto, una invitacin a una distribucin de riqueza, sino ms bien a la consolidacin de una sociedad jerrquica desde la cual las lites pu-dieran responder a su privilegio y estatus. Es en este contexto, el IFI trabaj de manera muy cercana con el Instituto de Crdito Territorial (ICT), el Ministerio de

    14. Minutas de encuentros de la Junta directiva, [Bogot], 15 de febrero de 1959. Archivo Instituto de Fomento Industrial (AIFI), Bogot, Gerencia general, ff. 2-3. Para programas similares en el caso brasilero, ver Barbara Weinstein,For Social Peace in Brazil Industrialists and the Remaking of the Working Class in So Paulo, 1920-1964 (Chapel Hill:University of North Carolina Press, 1996).

    15. Minutas de encuentros, ff. 2-3.

    16. Minutas de encuentros, ff. 2-3.

    17. Orlando Fals Borda, Soluciones sociales para los problemas del odio y la violencia (Bogot: Universidad Nacional de Colombia, 1960) 5-7; Orlando Fals Borda, Campesinos de los Andes; estudio sociolgico de Sauco (Bogot: Universidad Nacional, 1961).

  • 135

    A. Ricardo Lpez

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    Trabajo, la Escuela de Administracin Pblica (ESAP), la Federacin Nacional de Ca-feteros (FNC) y el comit de cuestiones laborales de la Organizacin de Estados Americanos. Todas estas oficinas ponan en prctica lo que se discuta a nivel tras-nacional entre las lites intelectuales, los presidentes y los polticos en general. As, en Bogot se estableci un programa que intentaba llegar a aquellos que mandan en las fbricas y no tienen contacto real con la vida nacional. 18 De la misma ma-nera, a finales de los aos 50 y principios de los aos 60, la Oficia de Desarrollo de la Comunidad anexa a la Presidencia de la Repblica, el Ministerio de Agricultura, el Centro Interamericano de Vivienda y Planeamiento Urbano (CINVA), el ICT y la FNC desarrollaron importantes programas alrededor de Bogot para dialogar con quienes se consideraban en la cima de la pirmide social, es decir, con los industriales, directores de compaas, administradores, propietarios y hombres de empresas, dueos de fbricas, jefes y directivos en general. 19

    Mediante estos programas, los ingenieros, educadores, psiclogos, trabajadoras sociales, enfermeras, doctores y arquitectos empezaron a negociar sus identidades de clase con aqullos que categorizaban como los que mandan. 20 Ms an, a tra-vs de estas negociaciones cotidianas, estos profesionales definieron sus identidades de gnero, pues pensaban que la tarea democrtica que deban ejecutar era difcil y solo hombres y mujeres de verdad lograran consolidar la anhelada paz social y laboral. Era una tarea que solo ellos, como profesionales bien preparados y esto lo repetan una y otra vez en sus notas etnogrficas podan llevar a cabo, pues, a diferencia de las clases trabajadoras y las oligarquas a quien se les vea como mani-festaciones del atraso nacional, se perciban a s mismos como la encarnacin social de la democracia y la modernidad. Como tales, eran ellos lo que deban convertir a las clases trabajadores y a las oligarquas en sujetos modernos.

    Pero en la prctica la tarea no era fcil. Desde finales de los aos 50, luego de varios encuentros y negociaciones de clase, estos profesionales describan a las oligarquas como reacias al cambio. Aunque ha sido difcil ubicar respuestas espe-cficas de los grupos oligrquicos, los reportes de los profesionales sugieren que sus programas de modernizacin no fueron bien recibidos por las lites. Es ms, se puede decir que hubo un rechazo tajante pues, segn las notas etnogrficas, estas oligarquas se [crean] que [estaban] por encima de todos. No queran cambiar sus actitudes retrgradas pues estaban contentas de vivir en el siglo XIX. 21 As, muchos de estos profesionales dedicaban sus reportes laborales a quejarse de los oligarcas, a los que calificaban de holgazanes del poder holgazanes del ca-pitalismo que deseaban mantener y perpetuar la corrupcin, los privilegios, y el sectarismo poltico. Todas estas actitudes y sentimientos anti-modernos, se deca,

    18. Minutas de encuentros, ff. 2-3.

    19. Minutas de encuentros, ff. 2-3.

    20. Minutas de encuentros, ff. 2-3.

    21. Informes de material de trabajo en fbricas aledaas a la ciudad de Bogot (1963-1965), Bo-got, [1965]. AIFI, Bogot, Subgerencia tcnica, Departamento de estudios especiales, sf.

  • 136

    Por el Bien Comn: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formacin de la clase media en Bogot, 1958-1965

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    evitaran la verdadera consolidacin de un proceso de democratizacin, mante-niendo a Colombia como una tierra propensa a la violencia partidista y la enemis-tad social. 22 Por si esto no fuera suficiente, sealaban que las oligarquas no estaban listas para un cambio democrtico, pues eran anti-modernas, pasivas, ignorantes, evasivas, atrasadas y una fuente de atraso social y poltico. Ms aun, concluan, los oligarcas eran ignorante[s] y mentalmente subdesarrollados, pues no podan desarrollar actitudes afectivas y sentimientos de compromiso por aquellos a los que se categorizaba como las clases menos favorecidas.

    En un contexto donde las mujeres empezaban a desempear un papel impor-tante como profesionales trabajando para el Estado, muchos hombres de esta clase calmaban sus ansiedades de gnero pues la mera presencia femenina se pensaba como una fuente de desprestigio profesional y masculinidad definiendo a los oligarcas como gobernantes impotentes, precisamente, por sus tendencias femeni-nas. As, se le asignaba a la aristocracia un rol femenino que supuestamente no le permita desarrollarse como una lite moderna. Las oligarquas, insistan estos pro-fesionales, se comportaban como mujeres pues eran inconscientes, descuidadas, insensibles [e] indiferentes respecto a los dems miembros de la nacin. Como buenas mujeres, adems, a estas oligarquas solo les preocupaba el privilegio que podan disfrutar en la privacidad [] en las cuatro paredes de sus casas olvidando as el papel activo y, por definicin, masculino de salir a la esfera pblica para con-vertirse en verdaderos hombres verdaderos lderes del progreso verdaderas lites para la nacin. La violencia de los aos 50, concluan, no hubiera ocurrido si esos grupos hubieran desarrollado un sentimiento de benevolencia, preocu-pacin, y cario. 23 As, aislada de las realidades de la nacin y desprendida de la sociedad, la aristocracia viva en la burbuja del siglo XIX, llena de ignorancia sobre de las necesidades reales la nacin colombiana del siglo XX.

    Sin embargo, otros profesionales no estaban de acuerdo con esta descripcin. Si bien coincidan en que exista en las oligarquas un sentimiento de pasividad e incluso que parecan mujeres enfermas, tambin insistan que el problema era que estas s te-nan sentimientos hacia el resto de la sociedad colombiana. Pero tales sentimientos por los que vivan fuera de su torre de marfil eran de hostilidad, agresividad, [y] despre-cio. La violencia de los ltimos aos haba ocurrido precisamente porque los oligarcas haban sido alimentados con sentimientos de odio [] y amamantados con valores de repugnancia, intolerancia [] y asco por el resto de la sociedad colombiana. As, los miembros de la aristocracia se haban educado en un ambiente de prejuicio de clase hacia la misma nacin que los [haba visto] nacer. 24 Era esta educacin la que haba llevado a la nacin colombiana a una eterna confrontacin social y poltica donde aqullos que vivan de sus pasiones autocrticas en la cima de la pirmide social, solo

    22. Informes de material, sf.

    23. Informes de material, sf.

    24. Informes de visitas profesionales a lugares de trabajo en varias industrias del sector automotriz en Bogot (1961-1963), Bogot, [1963]. AIFI, Bogot, Subgerencia tcnica, Departamento de estudios especiales, sf.

  • 137

    A. Ricardo Lpez

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    podan despreciar a quienes estaban en la base. Esto no permita, afirmaban, que todos los hijos de la nacin vivieran en paz y armona. 25

    Aunque la evidencia no es abrumadora, podemos decir que en este proceso de negociacin los grupos oligrquicos no respondieron positivamente a los in-tentos de estos profesionales de lograr que se modernizaran. En un memorando enviado a la oficina de relaciones humanas de una agencia estatal, un hombre de empresa se quejaba tanto de la ingenuidad [y] soberbia de estos profesio-nales que intentaban decirles cmo dirigir [sus] negocios. En otra ocasin, se atribua esa misma ingenuidad a la poca experiencia de mujeres jvenes que no saban cmo presentarse en la vida pblica. Y es que, para muchos hombres de empresa, la mera presencia de mujeres profesionales en sus oficinas apareca como una amenaza tanto de gnero como de clase. Estos rechazos, a su vez, provocaron respuestas de estos profesionales, quienes consideraban que eran precisamente dichos problemas los que deban ser transformados mediante un programa poltico-pedaggico, cuyo objetivo era instalar una serie de nuevos valores, actitudes, intereses, simpatas, y sentimientos en las oligarquas para poder convivir en paz y armona con otros miembros de la nacin. Ms an, la tarea en cuestin para estos profesionales era, por un lado, modernizar y de-mocratizar las relaciones laborales/sociales y, por el otro, la masculinizacin de las oligarquas que las transformara en verdaderas lites que se integraran a la nacin y pertenecieran a una democracia del siglo XX.

    Esto sugiere que los discursos y programas de la Alianza para el Progreso y las polticas sociales del Frente Nacional fueron apropiados, negociados y modelados por estos profesionales para lograr una identidad como hombres y mujeres de clase media. Deban enraizarse en la situacin social de los oligarcas para entenderlos desde adentro, en su mismo ambiente cultural y en sus creencias ticas y mo-rales. 26 Ms an, era necesario entender sus universos de clase [sus] cdigos morales, [sus] experiencias de clase, [sus] cuestiones familiares y as transformar los sentimientos que caracterizaban a la oligarqua para que llegara a conformar lites modernas y entregadas a la nacin. 27

    3. Disposiciones para la paz social

    Luego de una cuidadosa lectura de varios archivos personales, resulta claro que estos profesionales, dada la dificultad de la tarea de convencer a los oligarcas que deban cambiar su papel en la sociedad colombiana, inventaron mil una estrategias para negociar ese nuevo proyecto poltico-pedaggico de clase y gnero. De hecho, puede decirse que estas mujeres y hombres profesionales se embarcaron en una

    25. Informes de visitas, sf.

    26. Informes de visitas, sf.

    27. Informes de trabajadoras sociales que participan en las actividades profesionales del Instituto en materia de industrias en la ciudad de Bogot (1961-1965), Bogot, 1965. AIFI, Bogot, Subge-rencia tcnica, Departamento de estudios especiales, sf.

  • 138

    Por el Bien Comn: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formacin de la clase media en Bogot, 1958-1965

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    educacin sentimental de las oligarquas que se materializ en negociaciones co-tidianas negociaciones que cristalizaron en conferencias, consultas profesionales y charlas personales. Este proyecto, siempre inacabado, intentaba elevar a la oligar-qua socialmente retrasada, polticamente desinteresada y, sobre todo muy feme-nina a una lite cordial, comprometida y ms masculina, que, por lo tanto, pudiera entender la situacin social, econmica y cultural del pas. Esta educacin sentimental, se deca, llevara a que las oligarquas desarrollaran sensibilidades que fueran adecuadas para el progreso, aspiraciones que fueran ajustadas para la democracia y unas disposi-ciones de clase proporcionales con la posibilidad de una paz social.

    En 1963, por ejemplo, un grupo de trabajadoras sociales y enfermeras que trabajaban para el IFI y participaban en entrenamientos profesionales en el CIN-VA y en el ICT dictaron una serie de charlas y conferencias sobre el problema de relaciones laborales y humanas en varias fbricas de Bogot. Dado el desafo que esto significaba, fue necesario que estas profesionales practicaran una serie de estrategias para as persuadir a los hombres de empresa de su papel moderno en una nueva definicin de las relaciones laborales. 28 Como respuesta a la negativa de esos magnates que vean la presencia femenina como una amenaza, estas mujeres profesionales pensaban que era obligatorio vestirse de acuerdo a la situacin, pues haba que dar impresin profesional y causar un impacto positivo en aquellos que haba que convencer. Algunas de estas profesionales recuerdan:

    Nosotras pensamos bueno, estbamos seguras y en realidad casi todo el tiempo cuando nos vesta-

    mos para la ocasin las charlas eran mucho ms productivas. Era importante dar una buena impresin,

    pues de ah iba a surgir una relacin profesional larga y duradera. Nosotras no bamos solo a ver a los

    trabajadores, nosotras bamos a hablar con los dueos de la fbricas, con los directores de personal, no

    podamos dar la impresin que lo que hacamos no era profesional. Tenamos que mostrar seguridad

    y el vestir profesional daba esa impresin, que lo vieran a uno como un profesional que saba lo que

    estaba haciendo. As haba ms posibilidades que nos escucharan. 29

    Despus de preocuparse por vestirse profesionalmente, al parecer una segunda estrategia de negociacin consista en llevar a cabo varias visitas y recolectar in-formacin a travs de una serie de encuestas sociales. Tales estrategias les daran a las empleadas del IFI una idea general de los deseos e intereses de los dueos y directivos de las fbricas en cuestin. De una manera ms especfica, buscaban evaluar qu tan motivados estaban estos hombres de empresa social y poltica-mente para participar en estos programas de relaciones laborales. Apropindose de los discursos que eran promovidos por el Frente Nacional y la Alianza para el Progreso, las profesionales pretendan saber a ciencia cierta lo que los patronos y dueos de fbricas sentan por sus hermanos de las clases menos favorecidas. 30

    28. Informes de material, sf.

    29. Entrevista de A. Ricardo Lpez a Alicia Perdomo, [s.l.], noviembre de 2004.

    30. Informes de material, sf.

  • 139

    A. Ricardo Lpez

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    Para lograr esto, trabajadoras sociales, enfermeras e ingenieros industriales pre-pararon encuestas sociales que no podan ser ni muy especficas para no herir susceptibilidades de clase, ni muy generales, pues se corra el riesgo de que los patrones se desinteresaran por la encuesta social imposibilitando saber cientfica-mente lo que sentan hacia las otras clases sociales. As, aconsejaban a sus encues-tados no preocuparse por encontrar la respuesta correcta. Lo que era importante era que los patronos respondieran de manera honesta, sin tratar de adivinar lo que los profesionales quera escuchar o leer. A la vez, era de suma importancia cuidar el lenguaje que se deba utilizar en las encuestas, pues se deca que cualquier palabra poda causar una reaccin negativa y poner en peligro el proyecto pedaggico. Aunque hay varias versiones de estas encuestas, una rpida comparacin revela que, en las versiones preliminares e incluso en las que se discutan entre quienes redactaban las preguntas, la palabra patrono se utilizaba con frecuencia para cata-logar a aquellos que deban llenar las encuestas. En cambio, las versiones que al parecer se le entregaban a los encuestados el trmino se cambiaba por otro, que se consideraba ms atractivo, y sobre todo, ms moderno: hombre de empresa. Y es que, para algunos de estos profesionales, la palabra patrono poda representar violencia, tradicin [e incluso] machismo pues condensaba la actitud de con-frontacin con otras clases sociales, que de hecho se quera superar. 31 Y a pesar de que eran estas caractersticas con las que se describa a los miembros de esta clase oligrquica y tradicional, en el momento de los encuentros de clase era necesario utilizar el trmino hombres de empresa, pues se deca, que apuntaba y recoga una actitud ms pacfica, una visin de un hombre ms sereno menos agresivo, ms amigable quien, como un verdadero lder, podra coexistir con los trabajadores y ser un ejemplo de modernizacin de las relaciones laborales.

    Despus de estas discusiones de clase sobre el contenido de las encuestas, estos profesionales esperaban que los patronos o, para seguir el lenguaje de las en-cuestas, los hombres de empresa expresaran lo que realmente pensaban y sentan hacia sus propios trabajadores. 32 Lo que parece ser la versin final de la encuesta revela la importancia atribuida al lenguaje para una negociacin de clase productiva.

    Debe un hombre de empresa preocuparse por sus trabajadores?

    De acuerdo

    Desacuerdo

    De las siguientes afirmaciones, seleccione la que le describa sus sentimientos

    1. El hombre debe estar al servicio de la mquina.

    2. La mquina debe estar al servicio del hombre humano.

    De las siguientes oraciones cul describe de manera correcta el papel que debe jugar el hombre

    de empresa en nuestro mundo moderno?

    31. Informes de material, sf.

    32. Informes de material, sf.

  • 140

    Por el Bien Comn: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formacin de la clase media en Bogot, 1958-1965

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    1. El hombre de empresa que es confianzudo y amiguero, le gusta favorecer a sus amigos y no

    conoce muy bien cmo funciona su empresa.

    2. Un hombre de empresa impone su voluntad por la fuerza y ve el trabajo como una prisin.

    3. Un hombre de empresa es aquel que es serio en su trabajo y hace del ejemplo su mejor

    herramienta de entendimiento.

    Cul es la preocupacin fundamental de un hombre de empresa?

    1. El bienestar del hombre.

    2. El mantenimiento de la maquinaria.

    3. El futuro del pas.

    4. Todas las anteriores.

    De las siguientes descripciones, cul cree que se acerca a su vida en la empresa?

    1. Alguien que piensa en los intereses de sus trabajadores.

    2. Alguien que descuida e ignora los intereses de sus subalternos.

    3. Alguien que se acerca a la realidad de los trabajadores de la empresa. 33

    Si bien estas encuestas nos pueden parecer ingenuas polticamente e inclu-so triviales, es importante reconocer que, para estos profesionales, eran de suma importancia pues, se asuma, podan prepararlos para los encuentros. Ms an, ar-gumentara que tales encuestas sociales fueron estrategias de negociacin a travs de las cuales estos profesionales de clase media buscaban lograr un potente efecto poltico de clase. Las encuestas satisfacan lo que los profesionales vean como una necesidad imperiosa de transformar a estos patrones en hombres de empresa, transformar las oligarquas en lites modernas que apostaran al progreso y a la ar-monizacin de las relaciones laborales.

    Aunque me ha sido imposible encontrar la tabulacin estadstica de estas en-cuestas, se evidencia el rechazo de las oligarquas hacia las estrategias de negocia-cin empleadas por un sinnmero de profesionales. Sorprendidos, unos decan que los patronos no tenan ningn inters por sus trabajadores. Otros profesionales reportaban, con frustracin, que los patronos tenan poco de hombres de empresa, pues pensaban que los trabajadores no eran muy responsables y no pensaban por s mismos. 34 Aun peor, los profesionales se quejaban ante sus superiores de que los patrones decan que los problemas se podan resolver mejorando un poquito el salario. El problema que se haca evidente en sus notas etnogrficas no era econmico, sino ms bien poltico y cultural. Los patrones no hombres de em-presa, se deca, no tenan ms que sentimientos de indiferencia y desconfianza por las clases trabajadoras. Para estos profesionales, los que ocupaban la cima de la pirmide social no actuaban como deberan actuar. Frustrados y ansiosos, se que-

    33. Informes de material, sf. Algunas encuestas son bastantes extensa para poder citarlas en su totalidad. Ver Encuestas sociales utilizadas en fbricas aledaas a la ciudad de Bogot (1963-1965), Bogot, [1965]. AIFI, Bogot, Subgerencia tcnica, Departamento de estudios especiales, sf.; Evaluaciones e informes de personal (1963-1965), Bogot, [1965]. AIFI, Bogot, Subgeren-cia administrativa, Departamento de personal, sf.

    34. Informes de material, sf.

  • 141

    A. Ricardo Lpez

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    jaban de que, a pesar de su preparacin y conocimiento cientfico, las lites no los escuchaban, pues tenan encima una arrogancia de clase imposible de cambiar. Otros se preguntaban qu se necesitaba, qu tipo de educacin era necesaria para crear un sentimiento de pertenencia un sentimiento social hacia los menos favorecidos. 35

    Estas frustraciones de clase e incertidumbres epistemolgicas eran, a su vez, una fuente de inspiracin para articular estrategias de negociacin entre patronos y profesionales. Hay que recalcar que, a travs de estas frustraciones y de las intermi-nables negociaciones que simultneamente se creaban, estos profesionales se rede-finieron como parte de una clase media y adems defendieron lo que conceban como el derecho democrtico de gobernar en las sociedades modernas. Es decir, si las oligarquas no asuman su papel moderno, no se convertiran en verdaderas lites y mucho menos podran participar en la consolidacin de una paz laboral. Estos profesionales se pensaban como los nicos capaces de lograr esas tareas de gobierno en una sociedad que, pensaban, debera caracterizarse por la paz laboral y la armona social. As, no slo aspiraban a distinguirse socialmente de esas oligar-quas tradiciones [sic] [que] queran vivir en el siglo XIX, sino tambin a recla-mar, a travs de un detallado proceso poltico-pedaggico de los de arriba, lo que se conceba como el derecho democrtico es decir jerrquico de gobernar y dominar a sus concebidos otros sociales.

    Pero, dado que la tarea fundamental asignada a esta clase media en el contexto de la Guerra Fra era precisamente educar a las oligarquas, estos profesionales apropiaron, resignificaron y negociaron tales nociones para ubicarse en una posi-cin jerrquica respecto de aqullos que definieron como la oligarqua y quienes se encontraban en una necesidad de ser educados en las cuestiones de la demo-cracia. En este proceso, los profesionales que trabajaban para el Estado emplearon un sinnmero de estrategias para convencer, seducir y persuadir a los patronos o futuros hombres de empresa y convencerlos de cmo deban desarrollar las relaciones laborales y as lograr una paz social. Esta paz social se basaba en la cons-truccin nuevas jerarquas sociales donde la clase media educada intentaba ubi-carse simblicamente por encima de aquellos oligarcas que, dadas sus tendencias tradicionales, no podan cumplir con la tarea de una lite de democracia liberal. En estas condiciones, la clase media profesional deba convertirse jerrquicamente en esa elite democrtica.

    Preparar charlas, conferencias y presentaciones se convirti no slo en la evi-dencia de un trabajo profesional, sino en una tecnologa de negociacin a travs de la cual estos profesionales intentaron configurar lo que llamaban el cdigo tico de las oligarquas. El estilo pedaggico de las presentaciones era crucial para negociar, educar, convencer y seducir a los patronos a los que iban dirigidas. As, la mayora de las conferencias seguan, de manera explcita o implcita, ciertos parmetros de composicin, normas de presentacin y narrativas de explicacin

    35. Informes de material, sf. Ver tambin, Encuestas sociales, sf.

  • 142

    Por el Bien Comn: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formacin de la clase media en Bogot, 1958-1965

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    que, segn se pensaba, ayudaran en los procesos de negociacin. Primero, era necesario hacer evidentes los hechos sociales que no se podan cuestionar [pues estaban] cientfica y estadsticamente comprobados. Luego, haba que describir las condiciones sociales de los grupos en cuestin para terminar con las suge-rencias a propsito de los problemas descritos. 36 En la narrativa poltica de esas presentaciones, los ponentes queran demostrar lo que las oligarquas no queran ver ni escuchar ni sentir: la situacin de las clases trabajadoras. Necesitaban explicar a estos potenciales hombres de empresa cmo vivan los campesinos y sus familias, cmo vivan los trabajadores lo que estos grupos sociales hacan, o dejaban de hacer, despus de las extenuantes jornadas laborales. 37

    En 1963, por ejemplo, Lilia Sanabria y Mara Eugenia Santana, trabajadoras sociales del IFI y el ICT, deban llevar a cabo una serie de charlas sobre relaciones humanas en una fbrica de la industria automotriz ubicada en la afueras de la ciu-dad. Crean necesario, ante todo, establecer su autoridad profesional y objetiva como verdaderas profesionales. Por ello, empezaban sus charlas diciendo:

    Estamos aqu como profesionales y venimos a darles unas sugerencias y consejos profesionales,

    objetivos e imparciales sobre cmo comunicarse con sus trabajadores, cmo relacionarse con

    ellos [] nuestra experiencia profesional y nuestro conocimiento de la situacin social nos

    permite ofrecerle una visin objetiva de la situacin social de su fbrica, de las necesidades de

    sus trabajadores y de los problemas que se puedan presentar. Nuestras evaluaciones cientficas le

    ayudarn a valorar la situacin y evitar soluciones facilistas que pueden llevar al deterioro de la

    paz laboral, la estabilidad financiera y la productividad de la empresa. 38

    Luego de legitimar su autoridad profesional frente a los que se consideraban hombres de empresa, Santana y Sanabria se sentan seguras para explicar, y as lo sugieren sus borradores de la presentacin y los informes presentados a sus supe-riores, cmo las clases trabajadoras se perciban en la sociedad colombiana. Como se dijo antes, estas mujeres pensaban que su discurso no deba ser demasiado es-pecfico ni demasiado general pues esto podra llevar a un desinters por parte de los hombres de empresa. Quizs por esta razn, una de las estrategias ms utilizadas como material pedaggico y de negociacin con los hombres de empresa era pre-sentar un tipo de historieta que contara historias cercanas a las experiencias de los hombres de empresa. Un cuidadoso trabajo de archivo en oficinas estatales sugiere que estas metodologas de gobierno fueron ms comunes de lo que se podra pensar. A pesar de no ser parte de un proyecto bien organizado, sorprende que la mayora de los profesionales utilizaban tales historietas para promover lecciones

    36. Informes profesionales a industrias del sector automotriz en Bogot (1961-1963), Bogot, [1963]. AIFI, Bogot, Subgerencia tcnica, Departamento de estudios especiales, sf.

    37. Informes profesionales, sf.

    38. Informes de trabajo en industrias del sector automotriz en Bogot (1961-1963), Bogot, [1963]. AIFI, Bogot, Subgerencia tcnica, Departamento de estudios especiales, sf.

  • 143

    A. Ricardo Lpez

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    de clase que pudieran persuadir, de manera indirecta, a estos patrones que deban cambiar sus actitudes y sentimientos hacia las clases trabajadoras.

    La historia en cuestin relataba las actividades de un patrono tradicional y su transformacin teleolgica y, casi milagrosa, en un hombre de empresa quien, sera un promotor, en vez de un obstculo, del progreso y la democracia laboral. Aunque la historia tiene lugar en una fbrica cualquiera, las profesionales com-pusieron ciertas abstracciones que dependan de lo que se esperaba de ellas en el contexto de la Alianza para el Progreso y las polticas sociales del Frente Nacional. Sin embargo, canalizaban estos discursos para imaginar especficamente cmo de-ban transformar a estos patrones. Haba que llegar tanto al corazn al espritu [como] al pensamiento de los patrones. 39 Y, al parecer, la nica manera de hacerlo era contando historias que se acercaran a su propia realidad. La tarea era descubrir sus sentimientos y contextualizarlos. 40

    La historia describa un patrn tradicional que, segn Santana y Sanabria, era inconsciente de su papel en una sociedad en permanente ebullicin. Ms an, tal no tena ningn afecto social hacia las clases trabajadoras y sus problemas, pues no se atreva ni a conocerlos, ni acercarse a ellos. Este personaje, adems, solo tena percepciones antiqusimas de los trabajadores y de la gente pobre pues para l los trabajadores eran objetos de produccin, animales de carga enfermos, sucios, ma-lolientes, incapaces [y] buenos para nada. 41 Viviendo en un pasado anacrnico, este patrn oligrquico era poco hombre precisamente porque, por un lado, no quera modernizarse y dejar el siglo XIX, y por el otro, evitaba conocer la verdadera rea-lidad del trabajador colombiano. As, estos empresarios, con su falta de afecto y sus acciones poco masculinas, solo cultivaban una relacin paternalista donde ni ellos, ni las clases trabajadoras podan desempear un papel activo y masculino en el desarrollo de la nacin pues solo lograban expandir el abismo entre oligarcas y clases trabajadoras. 42

    En cambio, Santana y Sanabria decan que los hombres de empresa eran, ante todo, hombres activos, deseosos de dejar sus privilegios, as fuera por un momento, para encontrarse cara a cara con las clases trabajadoras y encaminarse conjuntamente hacia el desarrollo de la paz laboral y social. Deban luchar contra las tendencias fe-meninas es decir, esos deseos de aislarse en el privilegio de lo privado olvidando las realidades pblicas del pas, deban desarrollar un espritu social que les per-mitira cultivar una simpata por las clases trabajadoras y contribuir al crecimiento de la nacin. Tal simpata, concluan las profesionales, llevara a los hombres de empresa a reconocer que una relacin ntima entre los que trabajan y los que dirigen propicia-ra el desarrollo pacfico y democrtico de una sociedad donde cada grupo asumiera sus responsabilidades. Una sociedad donde, concluan, unos [tenan] que dirigir y

    39. Informes de trabajo, sf. 40. Informes de trabajo, sf.41. Informes de trabajo, sf.42. Informes de trabajo, sf.

  • 144

    Por el Bien Comn: identidades profesionales, negociaciones sociales y la formacin de la clase media en Bogot, 1958-1965

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    otros cooperar. 43 Pero las quejas de los mismos profesionales sugieren que, a pesar de las estrategias de negociacin, las concebidas oligarquas no daban una respuesta posi-tiva. Ciertos profesionales decan que estos patronos no queran ni sentir y menos an abrazar el sentimiento de servicio nacional. 44 Otros simplemente escriban: Qu tipo de educacin se necesita para instalar ese sentimiento de servicio a la nacin de pertenencia a la nacin? Por qu actan en contra de la nacin, en contra de sus propios hermanos, en contra de la propia sociedad a la que pertenecen? 45

    De esta manera, estas negociaciones y metodologas de enseanza permitieron a los profesionales legitimar un proyecto de clase y gnero que se consolid a travs de un dilema particular. Por un lado, los profesionales crearon sus propias identidades como miembros de la clase media a travs de la creacin de uno otro jerrquico y antagnico: los feminizados oligarcas, los poco hombres, el patrn tradicional, el capi-talista holgazn. Las oligarquas, ese otro constitutivo pero excluido, deban educarse y transformarse para convertirse en verdaderos hombres y lites modernas. Su dife-rencia respecto de este sector social les permitira a los profesionales distinguirse como clase media y legitimar el derecho jerrquico a gobernar a aqullos que no estaban listos para hacerlo por s solos. Sin embargo, estas negociaciones de clase estuvieron marcadas por frustraciones profesionales que constantemente ponan en entredicho el papel que se le asignaba a la clase media como fuerza democrtica. Con todo, este rol revalid su supuesto papel democrtico pues eran ellos los nicos que, como clase, po-dran lograr tal modernizacin. A travs de estos dilemas, la clase media profesional ne-goci internamente su papel en una sociedad cambiante y, para mediados de los aos 60, en permanente radicalizacin. De hecho, muchos de estos dilemas y negociaciones de clase moldearn la radicalizacin poltica de una clase media profesional a partir del segundo lustro de esa dcada, precisamente porque la incapacidad de las oligarquas de auto-renovarse y su frrea resistencia a los programas modernizantes, llevara a mu-chos de ellos a pensar que el cambio social no se poda dar a travs de negociaciones de clase, sino ms bien a travs de luchas sociales y revoluciones polticas. Esa ser la historia para muchos miembros de la clase media en los aos 70.

    Fuentes primarias

    Manuscritos

    Archivo de la Presidencia, Bogot, ColombiaArchivo Instituto de Fomento Industrial (AIFI)Archivo Ministerio de Agricultura y Cooperativa Tcnica Colombo-Americana, (STACA)Archivo del Centro Inter-Americano de Vivienda y Planeamiento (CINVA)

    43. Informes de trabajo, sf.

    44. Notas de campo, visitas requeridas por varias industrias del sector de cemento (1959-1963), Bogot, [1963]. AIFI, Bogot, Subgerencia tcnica, Departamento de estudios especiales, sf.

    45. Informes de trabajo, sf.

  • 145

    A. Ricardo Lpez

    TRASHUMANTE | Revista Americana de Historial Social 6 (2015): 126-145. ISSN 2322-9381

    Oral

    Alicia Perdomo, entrevista realizada por A. Ricardo Lpez. [Bogot], noviembre, 2004.

    Peridicos y revistas

    Time (New York) 1957.US News & World Report (Washington D.C.) 1957.

    Bibliografa

    Archila, Mauricio. Idas y venias. Protestas sociales en Colombia, 1958-1990. Bogot: Instituto Colombiano de Antropologa e Historia, 2003.

    Fals Borda, Orlando. Campesinos de los Andes; estudio sociolgico de Sauco. Bogot: Universidad Nacional, 1961.

    __________. Soluciones sociales para los problemas del odio y la violencia. Bogot: Uni-versidad Nacional de Colombia, 1960.

    Grandin, Greg. The Last Colonial Massacre: Latin America in the Cold War. Chicago: University of Chicago Press, 2004.

    Hartlyn, Jonathan. La poltica del Rgimen de coalicin: La experiencia del Frente Na-cional en Colombia. Bogot: Centro de Estudios Internacionales (CEI)/Ediciones Uniandes/Tercer Mundo Editores, 1993.

    Henderson, James D. Modernization in Colombia: The Laureano Gmez Years, 1889-1965. Gainesville, FL: University Press of Florida, 2001.

    Joseph, Gilbert. Close Encounters. Toward a New Cultural History of U.S.-Latin Ame-rican Relations. Close Encounters of Empire: Writing the Cultural History of U.S.-Latin American Relations. Eds. Gilbert Joseph y otros. Durham, N.C: Duke Uni-versity Press, 1998.

    Latham, Michael E. Modernization as Ideology: American Social Science and National Building in the Kennedy Era. Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2000.

    Lpez, A. Ricardo. Nosotros tambin somos parte del pueblo gaitanismo, empleados y la formacin histrica de la clase media en Bogot, 1936-1948. Revista de Estudios Sociales 41 (2011): 84-105.

    ________. Conscripts of Democracy: The Formation of a Professional Middle Class in Bogot during the 1950s and Early 1960s. The Making of the Middle Class: Toward a Transnational History of the Middle Class. Eds. A. Ricardo Lpez y Barbara Weinstein (Durham: Duke University Press, 2012.

    Taffet, Jeffrey F. Foreign Aid as Foreign Policy: The Alliance for Progress in Latin America. New York: Routledge, 2007.

    Vaughan, Mary Kay. La poltica cultural en la Revolucin: maestros, campesinos y escuelas en Mxico, 1930-1940. Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 2001.

    Weinstein, Barbara. For Social Peacein Brazil: Industrialists and the Reworking of the Working Class, 1920-1964.Chapel Hill: University of North Carolina Press, 1995.