A tres años del fraude de las repactaciones unilaterales...

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@pulso_tw facebook.com/pulsochile @pulso_tw facebook.com/pulsochile 7 www.pulso.cl Martes 3 de junio de 2014 EN PORTADA 6 Martes 3 de junio de 2014 www.pulso.cl EN PORTADA A tres años del fraude de las repactaciones unilaterales [+] 0 1.750 3.500 — El caso cambió por completo el panorama para el retail, dejando a su vez coletazos importantes para su negocio financiero. El estallido del caso dejó en evidencia que no existía claridad sobre quién era el encargado de regular a una industria que daba créditos al 43,5% de los hogares (Encuesta Finan- ciera de Hogares 2011-2012), derivando en diferen- cias entre la SBIF y el Banco Central. Pero la dispu- ta finalmente se zanjó y se clarificaron los límites. Con La Polar la atención se centró sobre la indus- tria y, desde entonces, la regulación se endureció para todo el sector. Prueba de ello es la emisión de la circular III.J.1, cuya puesta en marcha originó una disputa entre regulador y regulados. El geren- te general del Retail Financiero, Claudio Ortiz, sostiene que el endurecimiento de las regulaciones “fue parte de las externalidades que trajo La Polar, y creemos que en algunos momentos se sobre reac- cionó. Soy un convencido de que por cómo fue crea- do el caso La Polar, probablemente las nuevas re- gulaciones no habrían sido capaces de captar los errores que había en la información, porque habían pecados de origen”. Hubo personajes que llamaron a no pagar estas deudas -a lo que se sumó el borronazo de Dicom-, lo que tuvo un fuerte impacto en el comporta- miento de cumplimiento de sus compromisos fi- nancieros. Las empresas han hecho sus propios es- fuerzos por limpiar sus carteras, al aplicar el llama- do descreme, para concentrar sus esfuerzos en los sectores con mejor comportamiento de pago. Lo an- terior se evidencia también en la cantidad de tar- jetas del retail, que pasó de 22,5 millones en 2007 hasta 13 millones hoy. La drástica baja responde en efecto a una depuración de las carteras, pero tam- bién a mayores salarios y a un nuevo comporta- miento de los clientes que los lleva a tener un en- deudamiento más responsable. Lo anterior provocó que los principales retailers hayan traspasado (o estén en vía de hacerlo)) la ad- ministración de sus tarjetas de crédito a bancos. Cencosud, por ejemplo, tras la fallida negociación con Itaú, finalmente optó por Banco Paris, a través de la creación de una empresa de apoyo al giro que dependerá del banco, la que gestionará el negocio del retail financiero de Cencosud en Chile. Ripley integró el negocio financiero de la casa comercial al banco del mismo nombre, lo que le permitió es- calar al octavo puesto en colocaciones de consumo. Falabella, por su parte, anunció hace menos de un mes que creará Promotora CMR Inversiones S.A., cuyo fin “será la emisión de tarjetas de crédito y la realización de todas las actividades y operaciones complementarias del giro principal”.P Un reportaje de D.MORCHIO, E.ROBLEDO Y E.ELGUETA El antes y el después del Caso La Polar en la industria financiera No sólo en los tribunales se vieron las distintas consecuencias que tuvo el Caso La Polar. A nivel del mercado de capitales, este episodio fue el punto de partida para una serie de cambios. La importancia de un buen gobierno corporativo fue tal vez la transformación más de fondo que se dio a partir de ese momento. Pero también implicó cambios importantes al interior del sector retail, nuevas exigencias a las auditoras, e incluso un cambio estructural en el premio por riesgo a empresas BBB. El retail “se aleja” del negocio financiero — La SVS venía trabajando cada una de estas ini- ciativas con tiempo, pero el Caso La Polar gatilló que muchas de ellas terminaran por materializar- se. La primera de éstas tiene relación con el foco que puso la SVS sobre las auditoras externas, pues el cuestionamiento sobre PwC por no haber adver- tido anomalías en los balances de La Polar lo su- frió toda la industria. Así fue como en 2012, la SVS creó el Área de Control de Empresas Auditoras. Una de las diversas tareas de dicha unidad es la super- visión de las empresas de auditoría externa en re- lación a los servicios de auditoría de los estados fi- nancieros de emisores de valores. Cuestionamientos que también lo sufrieron las clasificadoras de riesgo, considerando que Fitch Ra- tings y Feller Rate tampoco cuestionaron la infor- mación provista por el retailer. Así, en marzo de este año el regulador elevó los estándares de funciona- miento de las clasificadoras. Entre varios aspectos, la norma 361 estableció que éstas deben informar sus políticas y procedimientos sobre la preparación y asignación de los equipos para llevar a cabo una clasificación de riesgo, las que deben mencionar aspectos como: experiencia mínima exigida, rota- ción de los equipos de trabajo, normas de confiden- cialidad, de formación continua y capacitación; en- tre otras disposiciones. El regulador también creó unidades de análisis multisectoriales. Partió con el retail, instruyendo a las compañías del sector a revelar más informa- ción en sus estados financieros, como por ejemplo el detalle de sus carteras repactadas. Lo anterior, motivó una acalorada respuesta de Falabella: “Lla- ma la atención, al revisar la experiencia compara- da, verificar que los estados financieros prepara- dos bajo NIIF por compañías de otros países con mercados más desarrollados que el chileno, no presentan el volumen de información que hoy por hoy se está requiriendo por parte de la superinten- dencia a su cargo”, sostuvo el entonces gerente ge- neral de la entidad, Juan Benavides, a través de una carta en septiembre de 2012. La fiscalización sobre el retail fue sólo el punta- pié inicial. Luego se puso el foco sobre las construc- toras -cuando se discutía la existencia o no de una burbuja inmobiliaria- y recientemente hizo lo pro- pio con la industria salmonera. Las corredoras de bolsa también sufrieron coletazos. Los reclamos eran de los clientes fueron pan de cada día y, con el paso de las semanas, la SVS dispuso de una norma de idoneidad para todos los ejecutivos de las intermediarias, incluyendo las áreas de research. Está en proceso otra norma que busca regular los conflictos de intereses de estas compañías.P Los nuevos énfasis en fiscalización de la SVS — Si el negocio del retail cambió al destaparse el caso La Polar, también lo debieron hacer los gobier- nos corporativos. Esta vez, no sólo del retail, sino que también del resto de las industrias. Y es que la labor que ejercieron o no los directores a cargo de la compañía dejó en evidencia que éstos no se es- taban involucrando lo suficiente en las decisiones de las compañías. Desde entonces -aunque también ligado a otros casos emblemáticos del mercado de capitales-, la búsqueda de ejecutivos se ha vuelto más acuciosa. Las AFP, por ejemplo, la externali- zaron, dejándola en manos de head hunters. La Su- perintendencia de Valores y Seguros también de- cidió avanzar en la materia y emitió a comienzos de noviembre de 2012 la norma -la NCG 341- para la difusión de información sobre las prácticas de gobierno corporativo adoptadas por las S.A., per- mitiendo a las inversionistas tener más y mejor in- formación sobre los gobiernos corporativos. La SBIF hizo lo propio: en noviembre de 2013 publi- có la normativa referente a los gobiernos corpora- tivos de los bancos. El presidente de Seminarium, Rafael Rodríguez, explica que “los directores tomaron conciencia de lo fundamental que es formarse una opinión pro- pia más que hacer fe de lo que dice el controlador”. Afirma que “esto ha llevado a que, en general, los directores pidan más antecedentes y la adminis- tración presenta más antecedentes. En eso hay un antes y un después de La Polar”. Añade que en la búsqueda de directores hay ca- racterísticas que se mantienen -por ejemplo, el hecho de haber vivido negociaciones colectivas, el haber llevado adelante proyectos, etc.- pero hoy “la diferencia radica en que hay un mayor énfasis en los directores independientes de la capacidad de cuestionar lo que la empresa presenta a los direc- tores para ser aprobados o los temas de fondo en los que se requiere tener una posición. Que la per- sona tenga el carácter para pedir la información, que tenga la inteligencia para entender los elemen- tos fundamentales y analizarlos. Lo otro, es que la persona que veía que el cargo de director era un pre- mio al cual se accedía por una trayectoria destaca- da y que era para dar ideas, pero no para partici- par el riesgo de la toma de decisiones, creo que esa visión ya no existe. La Polar hizo patente el riesgo de ser director y hacerlo mal por omisión, no por acción. El pecado por omisión tomó una relevan- cia distinta tras este caso”.P Creció el costo de ser parte de un directorio por el peligro de hacerlo mal por omisión — “Aunque una mayor tasa siempre ha significa- do mayor riesgo, después del evento de La Polar el factor riesgo se conversa más, tanto a nivel de co- mités de inversiones, como también con clientes”, comenta el portfolio manager de renta fija de uno de los mayores bancos internacionales de la plaza. La impresión es parte del sinceramiento que ne- cesariamente tuvo que ocurrir en la industria finan- ciera a raíz del fraude de La Polar. Hasta antes del evento los spreads de mercado, que son el reflejo del riesgo de crédito de cada emisor, estaban relativamente juntos uno de otro, no habiendo mucha diferenciación entre las dis- tintas clasificaciones de riesgo de los emisores. Datos de LVA Índices muestran que mientras que a fines del 2011 el tramo de bonos corporativos con clasificación ‘BBB’ transaba a 161,98 puntos base (pb) de spread, al cierre del año siguiente el mismo tramo se negociaba ya a 301,81 pb de spread. De hecho, en los meses que le siguieron a la re- velación del fraude, no sólo los papeles con menor grado de inversión aumentaron su spread (lo que se traduce en una menor prima a nivel de pre- cios), sino que el fenómeno afectó, en cambio, a todo el mercado de bonos corporativos, elevando por varios meses el spread de todos los tramos. Este momento es descrito por los traders de ren- ta fija como un período de alta incertidumbre, por la evidencia de que, aún cuando La Polar contaba con una clasificación con grado de inversión, el mercado se enfrentaba con un riesgo corporativo que claramente no estaba siendo bien medido. Pero más allá de las repercusiones de corto pla- zo, el episodio también terminó cambiando de manera estructural la diferenciación que los inver- sionistas harían en adelante con instrumentos de distinta clasificación de riesgo. “La mayor diferencia por riesgo de crédito que ahora hace el mercado con las distintas clasifica- ciones es un cambio que llegó para quedarse”, se- ñala un manager de activos de renta fija. Salvo un breve período entre marzo y abril del 2013, la diferencia de puntos de spread entre el tra- mo ‘BBB’ y el siguiente, el tramo ‘A’, no ha vuelto a ser inferior a los 100 puntos base. Los datos de LVA Índices muestran, por ejemplo, que a fines de mayo el tramo ‘BBB’ transaba de ma- nera agregada a 374,45 puntos base, estando a 221,84 puntos base del tramo superior, el ‘A’, que transaba a 152,61 puntos base.P Default creó diferenciación estructural de spreads entre distintas clasificaciones

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A tres años del fraude de las repactaciones unilaterales [+]

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1.750

3.500

— El caso cambió por completo el panorama para el retail, dejando a su vez coletazos importantes para su negocio financiero. El estallido del caso dejó en evidencia que no existía claridad sobre quién era el encargado de regular a una industria que daba créditos al 43,5% de los hogares (Encuesta Finan-ciera de Hogares 2011-2012), derivando en diferen-cias entre la SBIF y el Banco Central. Pero la dispu-ta finalmente se zanjó y se clarificaron los límites.

Con La Polar la atención se centró sobre la indus-tria y, desde entonces, la regulación se endureció para todo el sector. Prueba de ello es la emisión de la circular III.J.1, cuya puesta en marcha originó una disputa entre regulador y regulados. El geren-te general del Retail Financiero, Claudio Ortiz, sostiene que el endurecimiento de las regulaciones “fue parte de las externalidades que trajo La Polar, y creemos que en algunos momentos se sobre reac-cionó. Soy un convencido de que por cómo fue crea-do el caso La Polar, probablemente las nuevas re-gulaciones no habrían sido capaces de captar los errores que había en la información, porque habían pecados de origen”.

Hubo personajes que llamaron a no pagar estas deudas -a lo que se sumó el borronazo de Dicom-, lo que tuvo un fuerte impacto en el comporta-miento de cumplimiento de sus compromisos fi-

nancieros. Las empresas han hecho sus propios es-fuerzos por limpiar sus carteras, al aplicar el llama-do descreme, para concentrar sus esfuerzos en los sectores con mejor comportamiento de pago. Lo an-terior se evidencia también en la cantidad de tar-jetas del retail, que pasó de 22,5 millones en 2007 hasta 13 millones hoy. La drástica baja responde en efecto a una depuración de las carteras, pero tam-bién a mayores salarios y a un nuevo comporta-miento de los clientes que los lleva a tener un en-deudamiento más responsable.

Lo anterior provocó que los principales retailers hayan traspasado (o estén en vía de hacerlo)) la ad-ministración de sus tarjetas de crédito a bancos. Cencosud, por ejemplo, tras la fallida negociación con Itaú, finalmente optó por Banco Paris, a través de la creación de una empresa de apoyo al giro que dependerá del banco, la que gestionará el negocio del retail financiero de Cencosud en Chile. Ripley integró el negocio financiero de la casa comercial al banco del mismo nombre, lo que le permitió es-calar al octavo puesto en colocaciones de consumo. Falabella, por su parte, anunció hace menos de un mes que creará Promotora CMR Inversiones S.A., cuyo fin “será la emisión de tarjetas de crédito y la realización de todas las actividades y operaciones complementarias del giro principal”.P

Un reportaje de D.MORCHIO, E.ROBLEDO Y E.ELGUETA

El antes y el después del Caso La Polar en la industria financiera

No sólo en los tribunales se vieron las distintas consecuencias que tuvo el Caso La Polar. A nivel del mercado de capitales, este episodio fue el punto de partida para una serie de cambios. La importancia de un buen gobierno corporativo fue tal vez la transformación más de fondo que se dio a partir de ese momento. Pero también implicó cambios importantes al interior del sector retail, nuevas exigencias a las auditoras, e incluso un cambio estructural en el premio por riesgo a empresas BBB.

El retail “se aleja” del negocio financiero

— La SVS venía trabajando cada una de estas ini-ciativas con tiempo, pero el Caso La Polar gatilló que muchas de ellas terminaran por materializar-se. La primera de éstas tiene relación con el foco que puso la SVS sobre las auditoras externas, pues el cuestionamiento sobre PwC por no haber adver-tido anomalías en los balances de La Polar lo su-frió toda la industria. Así fue como en 2012, la SVS creó el Área de Control de Empresas Auditoras. Una de las diversas tareas de dicha unidad es la super-visión de las empresas de auditoría externa en re-lación a los servicios de auditoría de los estados fi-nancieros de emisores de valores.

Cuestionamientos que también lo sufrieron las clasificadoras de riesgo, considerando que Fitch Ra-tings y Feller Rate tampoco cuestionaron la infor-mación provista por el retailer. Así, en marzo de este año el regulador elevó los estándares de funciona-miento de las clasificadoras. Entre varios aspectos, la norma 361 estableció que éstas deben informar sus políticas y procedimientos sobre la preparación y asignación de los equipos para llevar a cabo una clasificación de riesgo, las que deben mencionar aspectos como: experiencia mínima exigida, rota-ción de los equipos de trabajo, normas de confiden-cialidad, de formación continua y capacitación; en-tre otras disposiciones.

El regulador también creó unidades de análisis multisectoriales. Partió con el retail, instruyendo a las compañías del sector a revelar más informa-ción en sus estados financieros, como por ejemplo el detalle de sus carteras repactadas. Lo anterior, motivó una acalorada respuesta de Falabella: “Lla-ma la atención, al revisar la experiencia compara-da, verificar que los estados financieros prepara-dos bajo NIIF por compañías de otros países con mercados más desarrollados que el chileno, no presentan el volumen de información que hoy por hoy se está requiriendo por parte de la superinten-dencia a su cargo”, sostuvo el entonces gerente ge-neral de la entidad, Juan Benavides, a través de una carta en septiembre de 2012.

La fiscalización sobre el retail fue sólo el punta-pié inicial. Luego se puso el foco sobre las construc-toras -cuando se discutía la existencia o no de una burbuja inmobiliaria- y recientemente hizo lo pro-pio con la industria salmonera.

Las corredoras de bolsa también sufrieron coletazos. Los reclamos eran de los clientes fueron pan de cada día y, con el paso de las semanas, la SVS dispuso de una norma de idoneidad para todos los ejecutivos de las intermediarias, incluyendo las áreas de research. Está en proceso otra norma que busca regular los conflictos de intereses de estas compañías.P

Los nuevos énfasis en fiscalización de la SVS

— Si el negocio del retail cambió al destaparse el caso La Polar, también lo debieron hacer los gobier-nos corporativos. Esta vez, no sólo del retail, sino que también del resto de las industrias. Y es que la labor que ejercieron o no los directores a cargo de la compañía dejó en evidencia que éstos no se es-taban involucrando lo suficiente en las decisiones de las compañías. Desde entonces -aunque también ligado a otros casos emblemáticos del mercado de capitales-, la búsqueda de ejecutivos se ha vuelto más acuciosa. Las AFP, por ejemplo, la externali-zaron, dejándola en manos de head hunters. La Su-perintendencia de Valores y Seguros también de-cidió avanzar en la materia y emitió a comienzos de noviembre de 2012 la norma -la NCG 341- para la difusión de información sobre las prácticas de gobierno corporativo adoptadas por las S.A., per-mitiendo a las inversionistas tener más y mejor in-formación sobre los gobiernos corporativos. La SBIF hizo lo propio: en noviembre de 2013 publi-có la normativa referente a los gobiernos corpora-tivos de los bancos.

El presidente de Seminarium, Rafael Rodríguez, explica que “los directores tomaron conciencia de lo fundamental que es formarse una opinión pro-

pia más que hacer fe de lo que dice el controlador”. Afirma que “esto ha llevado a que, en general, los directores pidan más antecedentes y la adminis-tración presenta más antecedentes. En eso hay un antes y un después de La Polar”.

Añade que en la búsqueda de directores hay ca-racterísticas que se mantienen -por ejemplo, el hecho de haber vivido negociaciones colectivas, el haber llevado adelante proyectos, etc.- pero hoy “la diferencia radica en que hay un mayor énfasis en los directores independientes de la capacidad de cuestionar lo que la empresa presenta a los direc-tores para ser aprobados o los temas de fondo en los que se requiere tener una posición. Que la per-sona tenga el carácter para pedir la información, que tenga la inteligencia para entender los elemen-tos fundamentales y analizarlos. Lo otro, es que la persona que veía que el cargo de director era un pre-mio al cual se accedía por una trayectoria destaca-da y que era para dar ideas, pero no para partici-par el riesgo de la toma de decisiones, creo que esa visión ya no existe. La Polar hizo patente el riesgo de ser director y hacerlo mal por omisión, no por acción. El pecado por omisión tomó una relevan-cia distinta tras este caso”.P

Creció el costo de ser parte de un directorio por el peligro de hacerlo mal por omisión

— “Aunque una mayor tasa siempre ha significa-do mayor riesgo, después del evento de La Polar el factor riesgo se conversa más, tanto a nivel de co-mités de inversiones, como también con clientes”, comenta el portfolio manager de renta fija de uno de los mayores bancos internacionales de la plaza.

La impresión es parte del sinceramiento que ne-cesariamente tuvo que ocurrir en la industria finan-ciera a raíz del fraude de La Polar.

Hasta antes del evento los spreads de mercado, que son el reflejo del riesgo de crédito de cada emisor, estaban relativamente juntos uno de otro, no habiendo mucha diferenciación entre las dis-tintas clasificaciones de riesgo de los emisores.

Datos de LVA Índices muestran que mientras que a fines del 2011 el tramo de bonos corporativos con clasificación ‘BBB’ transaba a 161,98 puntos base (pb) de spread, al cierre del año siguiente el mismo tramo se negociaba ya a 301,81 pb de spread.

De hecho, en los meses que le siguieron a la re-velación del fraude, no sólo los papeles con menor grado de inversión aumentaron su spread (lo que se traduce en una menor prima a nivel de pre-cios), sino que el fenómeno afectó, en cambio, a todo el mercado de bonos corporativos, elevando

por varios meses el spread de todos los tramos. Este momento es descrito por los traders de ren-

ta fija como un período de alta incertidumbre, por la evidencia de que, aún cuando La Polar contaba con una clasificación con grado de inversión, el mercado se enfrentaba con un riesgo corporativo que claramente no estaba siendo bien medido.

Pero más allá de las repercusiones de corto pla-zo, el episodio también terminó cambiando de manera estructural la diferenciación que los inver-sionistas harían en adelante con instrumentos de distinta clasificación de riesgo.

“La mayor diferencia por riesgo de crédito que ahora hace el mercado con las distintas clasifica-ciones es un cambio que llegó para quedarse”, se-ñala un manager de activos de renta fija.

Salvo un breve período entre marzo y abril del 2013, la diferencia de puntos de spread entre el tra-mo ‘BBB’ y el siguiente, el tramo ‘A’, no ha vuelto a ser inferior a los 100 puntos base.

Los datos de LVA Índices muestran, por ejemplo, que a fines de mayo el tramo ‘BBB’ transaba de ma-nera agregada a 374,45 puntos base, estando a 221,84 puntos base del tramo superior, el ‘A’, que transaba a 152,61 puntos base.P

Default creó diferenciación estructural de spreads entre distintas clasificaciones