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Cuando digo jóvenes/viejos, entiendo la relación en su forma más vacía. Siempre se es joven o viejo para alguien. Por eso que las divisiones en clases definidas por la edad son de lo más variables y son objeto de manipulaciones. Lo que Bourdieu quiere señalar es que la juventud y la vejez no están dadas, sino que se construyen socialmente en la lucha entre jóvenes y viejos. Por ejemplo va a decir que los "jóvenes" tienen más atributos propios del adulto, del noble, cuanto más cerca se encuentran del polo del poder. Cada campo tiene sus leyes específicas de envejecimiento: para saber cómo se definen las generaciones hay que conocer las leyes específicas de funcionamiento del campo, las apuestas de la lucha y cuáles son las divisiones que crea esta lucha. Dice que hay que establecer una diferencia entre dos juventudes: los "jóvenes" que ya trabajan y de los adolescentes de la misma edad (biológica) que son estudiantes. Establece que entre esas dos hay diferencias. Sólo con un abuso tremendo del lenguaje se puede colocar bajo el mismo concepto universos sociales que no tienen casi nada en común. Uno de los factores que contribuyó a confundir las oposiciones entre las diferentes juventudes de clase es el hecho de que las diferentes clases sociales tuvieron acceso de manera proporcionalmente más importante a la enseñanza secundaria y que una parte de los jóvenes (biológicamente) que hasta ese momento no habían tenido acceso a la adolescencia descubrió este estatus temporal de "medio niño-medio adulto", "ni niño, ni adulto". Parece que uno de los efectos más fuertes que tiene la situación del adolescente proviene de esta especie de existencia separada, que lo deja socialmente fuera de juego. La escuela es vista por Bourdieu como un lugar de poder, donde joven se encuentra apartado, excluido de lo social. Este dejar fuera de juego tiene importancia porque viene acompañada de uno de los efectos fundamentales de la escuela, que es la manipulación de las aspiraciones. Existe cierta disparidad entre las aspiraciones y las posibilidades reales. Entrar en la enseñanza secundaria significa entrar en las aspiraciones que se inscribían en el hecho de tener acceso a la enseñanza secundaría en una etapa anterior. A causa de todo esto hay una devaluación por simple inflación y también porque cambió la "calidad social" de los que poseen títulos. Los efectos de la inflación escolar son más complicados de lo que se suele decir: como un título vale siempre lo que vales sus poseedores, un título que se hace más frecuente se devalúa y pierde aún más valor porque se vuelve accesible a gente "que no tiene valor social". ¿Cuáles son las consecuencias de este fenómeno de inflación? Se trata de una especie de ruptura del círculo vicioso que hacía que el hijo del minero quisiera bajar a la mina, sin llegar a preguntarse si podría no hacerlo. Ese efecto de desprendimiento del círculo, viene a añadirse, a pesar de todo, el confuso descubrimiento de lo que el sistema escolar promete a alguno; es el descubirmiento confuso, aun mediante el fracaso, de que el sistema escolar contribuye a reproducir los privilegios. Actualmente en las clases populares, tanto entre los adultos como entre los adolescentes, de está dando el descubrimiento de que el sistema escolar es un vehículo de privilegios. ¿Cómo podría explicarse el hecho de que, desde hace unos tres o cuatro años, se observa una despolitización mucho mayor, según me parece? La rebelión confusa pone en tela de juicio a todo el sistema escolar y se opone de manera absoluta a lo que era la experiencia del fracaso en el sistema tal como era antes. Se trata de un cuestionamiento más general y más vago, una especia de malestar en el trabajo, algo que no es político en el sentido ya establecido, pero podría serlo. ¿Esto influye en la lucha de generaciones? Lo que para los padres era un privilegio extraordinario se ha vuelto común, estadísticamente. Mucho de los conflicto entre generaciones son conflictos entre sistemas de aspiraciones constitutidos en edades diferentes. Este desfasamiento es particularmente pronunciado entre las clases en decadencia. Los que se oponen no son los jóvenes y los viejos, sino prácticamente dos etapas del sistema escolar, dos etapas de la escacez diferencial de los títulos, y esta oposición objetiva se refleja en luchas de clasificación: como no pueden decir que son jefes porque son ancianos, los viejos invocarán la experiencia que se asocia con la antigüedad, mientras que los jóvenes invocarán la capacidad que garantizan los títulos. Ciertos conflictos que se perciben como conflictos de generación se darán en realidad, a través de las personas o grupos de edad constituidos en torno a relaciones diferentes con el sistema escolar. Estos conflictos se evitan mientras los viejos consiguen regular el ritmo del ascenso de los más jóvenes, regular las carreras y los planes de estudio, controlar la rapidez con que se hace la carrera, frenar a los que no saben hacerlo, a los ambiciosos que quieren "correr antes de saber andar", que "se empujan". Cuando se pierde "el sentido del límite", aparecen conflictos sobre los límites de edad, los límites entre las edades, donde está en juego la transmisión del poder y de los privilegios entre las generaciones.

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Cuando digo jvenes/viejos, entiendo la relacin en su forma ms vaca. Siempre se es joven o viejo para alguien. Por eso que las divisiones en clases definidas por la edad son de lo ms variables y son objeto de manipulaciones. Lo que Bourdieu quiere sealar es quela juventud y la vejez no estn dadas, sino que se construyen socialmente en la lucha entre jvenes y viejos.Por ejemplo va a decir que los "jvenes" tienen ms atributos propios del adulto, del noble, cuanto ms cerca se encuentran del polo delpoder.Cada campo tiene sus leyes especficas de envejecimiento: para saber cmo se definen las generaciones hay que conocer las leyes especficas de funcionamiento del campo, las apuestas de la lucha y cules son las divisiones que crea esta lucha.Dice que hay que establecer una diferencia entre dos juventudes: los "jvenes" que ya trabajan y de los adolescentes de la misma edad (biolgica) que son estudiantes. Establece que entre esas dos hay diferencias.Slo con un abuso tremendo del lenguaje se puede colocar bajo el mismo concepto universos sociales que no tienen casi nada en comn.

Uno de los factores que contribuy a confundir las oposiciones entre las diferentes juventudes de clase es el hecho de que las diferentes clases sociales tuvieron acceso de manera proporcionalmente ms importante a la enseanza secundaria y que una parte de los jvenes (biolgicamente) que hasta ese momento no haban tenido acceso a la adolescencia descubri este estatus temporal de "medio nio-medio adulto", "ni nio, ni adulto". Parece que uno de los efectos ms fuertes que tiene la situacin del adolescente proviene de esta especie de existencia separada, que lo deja socialmente fuera de juego. La escuela es vista por Bourdieu como un lugar de poder, donde joven se encuentra apartado, excluido de lo social. Este dejar fuera de juego tiene importancia porque viene acompaada de uno de los efectos fundamentales de la escuela, que es lamanipulacin de las aspiraciones.Existe cierta disparidad entre las aspiraciones y las posibilidades reales. Entrar en la enseanza secundaria significa entrar en las aspiraciones que se inscriban en el hecho de tener acceso a la enseanza secundara en una etapa anterior. A causa de todo esto hay una devaluacin por simple inflacin y tambin porque cambi la "calidad social" de los que poseen ttulos.Los efectos de la inflacin escolar son ms complicados de lo que se suele decir: como un ttulo vale siempre lo que vales sus poseedores, un ttulo que se hace ms frecuente se devala y pierde an ms valor porque se vuelve accesible a gente "que no tiene valor social".

Cules son las consecuencias de este fenmeno de inflacin?Se trata de una especie de ruptura del crculo vicioso que haca que el hijo del minero quisiera bajar a la mina, sin llegar a preguntarse si podra no hacerlo.Ese efecto de desprendimiento del crculo, viene a aadirse, a pesar de todo, el confuso descubrimiento de lo que el sistema escolar promete a alguno; es el descubirmiento confuso, aun mediante el fracaso, de que el sistema escolar contribuye a reproducir los privilegios.Actualmente en las clases populares, tanto entre los adultos como entre los adolescentes, de est dando el descubrimiento de que el sistema escolar es un vehculo de privilegios.

Cmo podra explicarse el hecho de que, desde hace unos tres o cuatro aos, se observa una despolitizacin mucho mayor, segn me parece?La rebelin confusa pone en tela de juicio a todo el sistema escolar y se opone de manera absoluta a lo que era la experiencia del fracaso en el sistema tal como era antes. Se trata de un cuestionamiento ms general y ms vago, una especia de malestar en el trabajo, algo que no es poltico en el sentido ya establecido, pero podra serlo.

Esto influye en la lucha de generaciones?Lo que para los padres era un privilegio extraordinario se ha vuelto comn, estadsticamente. Mucho de los conflicto entre generaciones son conflictos entresistemas de aspiracionesconstitutidos en edades diferentes. Este desfasamiento es particularmente pronunciado entre las clases en decadencia.

Los que se oponen no son los jvenes y los viejos, sino prcticamente dos etapas del sistema escolar, dos etapas de la escacez diferencial de los ttulos, y esta oposicin objetiva se refleja en luchas de clasificacin: como no pueden decir que son jefes porque son ancianos, los viejos invocarn la experiencia que se asocia con la antigedad, mientras que los jvenes invocarn la capacidad que garantizan los ttulos.Ciertos conflictos que se perciben como conflictos de generacin se darn en realidad, a travs de las personas o grupos de edad constituidos en torno a relaciones diferentes con el sistema escolar.Estos conflictos se evitan mientras los viejos consiguen regular el ritmo del ascenso de los ms jvenes, regular las carreras y los planes de estudio, controlar la rapidez con que se hace la carrera, frenar a los que no saben hacerlo, a los ambiciosos que quieren "correr antes de saber andar", que "se empujan". Cuando se pierde "el sentido del lmite",aparecen conflictos sobre los lmites de edad, los lmites entre las edades, donde est en juego la transmisin del poder y de los privilegios entre las generaciones.

La edad aparece en todas las sociedades como uno de los ejes ordenadores de la actividad social.Edad y sexo son base de clasificaciones sociales y estructuraciones de sentido. Sin embargo, es evidente que en nuestra sociedad los conceptos generalmente utilizados como clasificatorios de la edad son crecientemente ambiguos y difciles de definir. Infancia, juventud o vejez son categoras imprecisas, con lmites borrosos, lo que remite, en parte, al debilitamiento de viejos rituales de pasaje relacionados con lugares prescriptos en las instituciones tradicionales y, sobre todo, a la fuerte y progresiva heterogeneidad en el plano econmico, social y cultural.La categora juventud es significativa, su uso conduce a un marco de sentidos, reconocemos su existencia en el anlisis sociolgico como lo evidencia la abundancia de estudios rotulados con este concepto. Sin embargo, el concepto "juventud" parece ubicarnos en un marco clasificatorio preciso para en seguida confundirnos, incluirnos en la ambigedad e imprecisin1. O peor aun, hacer aparecer como "lo mismo" a una variedad intolerable2. Es necesario, entonces, acompaar la referencia a la juventud con la multiplicidad de situaciones sociales en que esta etapa de la vida se desenvuelve;3 presentar los marcos sociales histricamente desarrollados que condicionan las distintas maneras de ser joven.4El tema se complica cuando "juventud" refiere no slo a un estado, una condicin social o una etapa de la vida, cuando adems significa a un producto. La juventud aparece entonces como valor simblico asociado con rasgos apreciados -sobre todo por la esttica dominante-, lo que permite comercializar sus atributos (o sus signos exteriores) multiplicando la variedad de mercancas -bienes y servicios- que impactan directa o indirectamente sobre los discursos sociales que la aluden y la identifican.En alguna literatura sociolgica reciente, se trata de superar la consideracin de "juventud" como mera categorizacin por edad. En consecuencia, se incorpora en los anlisis la diferenciacin social y, hasta cierto punto, la cultura. Entonces se dice que la juventud depende de una moratoria, un espacio de posibilidades abierto a ciertos sectores sociales y limitado a determinados perodos histricos. A partir de mediados del siglo XIX y en el siglo XX, ciertos sectores sociales logran ofrecer a sus jvenes la posibilidad de postergar exigencias -sobre todo las que provienen de la propia familia y del trabajo-, tiempo legtimo para dedicarse al estudio y la capacitacin, postergando el matrimonio, permitindoles as gozar de un cierto perodo durante el cual la sociedad brinda una especial tolerancia. La juventud termina, en el interior de las clases que pueden ofrecer a sus miembros recin llegados a la madurez fsica este beneficio, cuando estos asumen responsabilidades centradas, sobre todo, en formar el propio hogar, tener hijos, vivir del propio trabajo.Este planteo supera a otros que usan, con menos precisin, la palabra "juventud" como mera categora etaria que posee, sin distinciones, caractersticas uniformes. As, hemos sealado en otro momento que la condicin histrico-cultural de juventud no se ofrece de igual forma para todos los integrantes de la categora estadstica joven.5En relacin a esta concepcin se ha llegado a considerar a la juventud como mero signo6, una construccin cultural desgajada de otras condiciones, un sentido socialmente constituido, relativamente desvinculado de las condiciones materiales e histricas que condicionan a su significante. Cuando Bourdieu titula: La juventud no es ms que una palabra7, parece exasperar la condicin de signo atribuida a la juventud. Claro est que presenta en sus anlisis la polisemia de esta palabra, su distinto sentido segn el contexto social en que es usada (profesin, gobierno, atletismo) y tambin su papel en las disputas por la riqueza y el poder, tratando de evitar el naturalismo espontneo que surge alrededor de la nocin en una primera aproximacin por parte del sentido comn. Sarlo8 da cuenta de cmo la juventud se presenta en escena en la cultura actual, privilegiando su aspecto imaginario y representativo: la juventud no aparece como una edad sino como una esttica de la vida cotidiana.... Frank Sinatra o Miles Davis nunca fueron jvenes como lo fueron The Beatles... Orson Welles no era muy joven cuando a los 24 aos filmaba El ciudadano. Bertold Brecht nunca fue joven, ni Benjamn, ni Adorno, ni Roland Barthes. Las fotos de Sartre, de Raymond Aron y de Simone de Beauvoir cundo apenas tenan veinte aos, muestran una gravedad posada con las que sus modelos quieren disipar toda idea de inmadurez que fascinaba a Gombrowicz... Ms all de esta descripcin crtica -agudamente expresada-de la cultura juvenil, no puede claramente apreciarse en el texto si todo es esttica en la condicin de juventud.Es frecuente, en algunos estudios, observar un fuerte nfasis en el aspecto significativo, hasta el punto que se llega a desmaterializar el concepto juventud, a desvincularlo de aspectos historizados que estn contenidos en el espesor de la palabra y en todo lo que ella alude. Como puede suceder en algunos enfoques culturalistas, cuando el aspecto signo invade la totalidad de un fenmeno social, lo fragmenta y, por ende, lo empobrece. La juventud, como toda categora socialmente constituida, que alude a fenmenos existentes, tiene una dimensin simblica, pero tambin debe ser analizada desde otras dimensiones: se debe atender a los aspectos fcticos, materiales, histricos y polticos en que toda produccin social se desenvuelve.Se ha puesto de manifiesto, al plantear la condicin de juventud, los aspectos relativos a las desigualdades sociales que estn implcitos en la nocin de "moratoria". As, los estudios vinculados con el tema tienden correctamente a criticar el uso automtico de las categoras etarias, cuando no distinguen entre las condiciones desiguales que encuentran -dependiendo del sector social a que pertenecen- personas pertenecientes a los mismos grupos etarios. Los jvenes de sectores medios y altos tienen, generalmente, oportunidad de estudiar, de postergar su ingreso a las responsabilidades de la vida adulta: se casan y tienen hijos ms tardamente, gozan de un perodo de menor exigencia, de un contexto social protector que hace posible la emisin, durante perodos ms amplios, de los signos sociales de lo que generalmente se llama juventud. Tales signos tienden -en nuestro tiempo-a estetizarse, a constituir un conjunto de caractersticas vinculadas con el cuerpo, con la vestimenta, con el arreglo, y suelen ser presentados ante la sociedad como paradigma de todo lo que es deseable. Es esta simbolizacin de la juventud, sus condiciones externas, lo que se puede transformar en producto o en objeto de una esttica, y lo que puede ser adquirido por adultos para extender en el tiempo su capacidad de portacin del signo "juventud". La juventud-signo se transforma en mercanca, se compra y se vende, interviene en el mercado del deseo como vehculo de distincin y de legitimidad.Desde este punto de vista, los integrantes de los sectores populares tendran acotadas sus posibilidades de acceder a la moratoria social por la que se define la condicin de juventud, no suele estar a su alcance el lograr ser joven en la forma descripta: deben ingresar tempranamente al mundo del trabajo -a trabajos ms duros y menos atractivos-, suelen contraer a menor edad obligaciones familiares (casamiento o unin temprana, consolidada por los hijos). Carecen del tiempo y del dinero -moratoria social- para vivir un perodo ms o menos prolongado con relativa despreocupacin y ligereza.An cuando el desempleo y la crisis proporcionan a veces tiempo libre a jvenes de clases populares, estas circunstancias no conducen a la moratoria social: se arriba a una condicin no deseada, un tiempo libre que se constituye a travs de la frustracin y la desdicha. El tiempo libre es tambin un atributo de la vida social, es tiempo social, vinculado con el tiempo de trabajo o de estudio por ritmos y rituales que le otorgan permisividad y legitimidad. El tiempo libre que emerge del paro forzoso no es festivo, no es el tiempo ligero de los sectores medios y altos, est cargado de culpabilidad e impotencia, de frustracin y sufrimiento.

Consideramos que la juventud es una condicin constituida por la cultura pero que tiene una base material vinculada con la edad. A esto le llamamos facticidad: un modo particular de estar en el mundo, de encontrarse arrojado en su temporalidad, de experimentar distancias y duraciones. La condicin etaria no alude slo a fenmenos de orden biolgico vinculados con la edad: salud, energa, etc.Tambin est referida a fenmenos culturales articulados con la edad. De edad como categora estadstica o vinculada con la biologa, pasamos a la edad procesada por la historia y la cultura: el tema de las generaciones.La generacin alude a la poca en que cada individuo se socializa, y con ello a los cambios culturales acelerados que caracterizan nuestro tiempo. Cada generacin puede ser considerada, hasta cierto punto, como perteneciente a una cultura diferente, en la medida en que incorpora en su socializacin nuevos cdigos y destrezas, lenguajes y formas de percibir, de apreciar, clasificar y distinguir. Virilio habla de "generaciones de realidad"9, se refiere a los cambios en las formas de percibir y apreciar, al cambio en el tiempo social, en la velocidad, en la sensibilidad, en los ritmos y en los gustos. Cada poca tiene su episteme, y las variaciones epistmicas son percibidas y apropiadas con toda su intensidad, durante el proceso de socializacin, por los nuevos miembros que va incorporando la sociedad. Por lo tanto las generaciones comparten cdigos, pero tambin se diferencian de otras generaciones, y al coexistir en el interior de un mismo grupo social -por ejemplo una familia- las diferencias generacionales se expresan, frecuentemente, bajo la forma de dificultades y ruidos que alteran la comunicacin y, a veces, en abismos de desencuentro, que en gran parte tienen que ver con que no se comparten los cdigos.Ser joven, por lo tanto, no depende slo de la edad como caracterstica biolgica, como condicin del cuerpo. Tampoco depende solamente del sector social a que se pertenece, con la consiguiente posibilidad de acceder de manera diferencial a una moratoria, a una condicin de privilegio. Hay que considerar tambin el hecho generacional: la circunstancia cultural que emana de ser socializado con cdigos diferentes, de incorporar nuevos modos de percibir y de apreciar, de ser competente en nuevos hbitos y destrezas, elementos que distancian a los recin llegados del mundo de las generaciones ms antiguas.Ser integrante de una generacin distinta -por ejemplo una generacin ms joven- significa diferencias en el plano de la memoria. No se comparte la memoria de la generacin anterior, ni se han vivido sus experiencias. Para el joven el mundo se presenta nuevo, abierto a las propias experiencias, aligerado de recuerdos que poseen las generaciones anteriores, despojado de inseguridades o de certezas que no provienen de la propia vida. Claro est que existen los relatos, la memoria social, la experiencia trasmitida, pero, sin embargo, cada generacin se presenta nueva al campo de lo vivido, poseedora de sus propios impulsos, de su energa, de su voluntad de orientar sus fuerzas y de no reiterar los fracasos, generalmente escptica acerca de los mayores, cuya sensibilidad y sistemas de apreciacin tiende a subestimar.Este plano se enriquece si se tienen en cuenta otros niveles de la sensibilidad, de la experiencia y la memoria que suelen operar sobre las modalidades de estar en el mundo de los jvenes. Los jvenes se sienten lejanos de la muerte, tambin de la vejez y de la enfermedad. Este hecho es objetivo, en tanto su probabilidad de enfermar o morir es menor; pero tambin es vivencial, hay una sensacin de invulnerabilidad, de lejana de la muerte, de otredad respecto de ella, que est condicionada por la convivencia y contemporaneidad con miembros adultos de la familia, con los padres y abuelos, con las generaciones anteriores. Ser joven significa, tambin, tener aun padres y abuelos, que haya en el grupo familiar otros a quienes les tocar enfrentar antes la muerte. Una especie de paraguas que distancia y aleja. Tambin, estos otros -padres y abuelos-, contienen al joven en cuanto joven, son testigos significativos de su diferencia, se existe en ellos -mientras estn vivos-como miembro joven, como hijo o nieto. El rol social y familiar del joven es ratificado cotidianamente por la mirada de los otros.Con el paso del tiempo este techo que distancia la muerte se va desvaneciendo: en la medida en que no haya otras generaciones que medien entre yo y la vejez, la muerte se torna posible, primero probable y luego cercana, mermando esa sensacin de invulnerabilidad a medida que desaparecen los otros cercanos, afectivamente ligados, que testimonian la propia juventud da a da, en la interaccin y en la memoria incorporada.Proponemos, entonces, recuperar algunos aspectos aparentemente olvidados por alguna literatura reciente. Uno de ellos, ya anticipado, es el de la moratoria vital (concepto complementario de "moratoria social"). En este sentido es que la juventud puede pensarse como un perodo de la vida en que se est en posesin de un excedente temporal, de un crdito o de un plus, como si se tratara de algo que se tiene ahorrado, algo que se tiene de ms y del que puede disponerse, que en los no jvenes es ms reducido, se va gastando, y se va terminando antes, irreversiblemente, por ms esfuerzos que se haga para evitarlo. De este modo, tendr ms probabilidades de ser joven todo aquel que posea ese capital temporal como condicin general (dejando de lado, por el momento, consideraciones de clase o gnero).La juventud tiene de su lado la promesa, la esperanza, un espectro de opciones abierto, mientras que los no jvenes poseen una prudencia que tiene que ver con la experiencia acumulada, pero ms con el tiempo que se ha escapado o perdido; con el paso del tiempo, progresivamente, la espera va ocupando el espacio de la esperanza. De ah la sensacin de invulnerabilidad que suele caracterizar a los jvenes, su sensacin de seguridad: la muerte est lejos, es inverosmil, pertenece al mundo de los otros, a las generaciones que preceden en el tiempo, que estn antes para cumplir con esa deuda biolgica. En los jvenes hay un plus, un crdito temporal, una moratoria vital. Posteriormente, y sobre esta moratoria, es que habrn de aparecer diferencias sociales y culturales en el modo de ser joven, dependiendo de cada clase, y tambin de las luchas por el monopolio de su definicin legtima, que implica la esttica con que se supone que se la habr de revestir, los signos exteriores con los que se la representar. Pero lo primero y anterior es este hecho duro, esta facticidad, este dato de la precedencia de los otros respecto a la muerte, dato que puede no cumplirse y que, sin embargo no suprime la condicin de juventud en cuanto a su posesin en el presente de ese crdito temporal.10En consecuencia, incorporamos tambin en la definicin de juventud esa faceta dura, vinculada con el aspecto energtico del cuerpo, con su cronologa. Por otra parte, consustancial a la definicin de la categora, hay un nivel que podramos llamar "significativo", que se mueve en el plano sociocultural. Ambos niveles estn absolutamente integrados y no existen por separado, salvo a los efectos del anlisis y de la crtica. Esta ltima se dirige, en este aspecto, a poner de manifiesto algunos discursos sobre la juventud, a los que llamamos culturalistas, que restringen la condicin de juventud a los sectores medios y altos al centrar su definicin exclusivamente en los elementos caractersticos de la moratoria social (de modo tal que los sectores pobres lejanos a esa moratoria social nunca llegaran a ser jvenes), oscureciendo u olvidando la base fctica (energa, moratoria vital, insercin institucional y tambin todo lo ya mencionado sobre el tema generacional), comunes a todas las clases.Para plantear de otro modo la crtica esbozada, podramos pensar la relacin entre facticidad (energa del cuerpo, moratoria vital, apertura de opciones, novedad del mundo, lejana de la muerte) y esttica (imagen, apariencia, signo) valindonos metafricamente de la frmula funcin-signo. Roland Barthes11 acua el trmino funcin-signo para dar cuenta de fenmenos que no se presentan como evidentes en cuanto a su faceta comunicacional, como por ejemplo: la arquitectura, la alimentacin, el vestido. Tienen una funcin: alimentar, cobijar, abrigar, pero esta funcionalidad se articula ineludiblemente con significaciones construidas por la cultura. As funcin y signo son inseparables.Si tomamos al cuerpo como susceptible de tratarse como una funcin-signo, la juventud -entendida como facticidad, como singular situacin existencial-sera la dimensin funcional, la cronologa, el soporte concreto sobre el que se articularan los signos, su expresin social. Funcin y signo seran analticamente distinguibles pero inseparables. La juventud, en tanto funcin, estara expuesta a un desgaste diferencial en la materialidad misma del cuerpo segn gnero