ABC número 64

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HABLA EL EX PRESIDENTE ADOLFO SUÁREZ “España no aguantará así otros cuatro años” “Es necesario facilitar un consenso global para desarrollar la Constitución” “Mi dimisión era necesaria por la pérdida de legitimidad de mi Gobierno” “Hubiera deseado que los españoles valorasen mi gestión en las urnas” Finaliza la campaña con todos los sondeos para el PLD En la contienda electoral más intensa de las tres que ha atravesado nuestra de- mocracia, el PSOE intenta agónicamente arrebatarle el triunfo a De la Torre Las Autonomías, casi paralizadas a expensas de lo que ocurra el domingo Edición Nacional Viernes 13 marzo de 1980 75 Ptas. Añ o LXXVI Número 64 F UNDADO EN 1903 POR D ON T ORCUATO L UCA DE T ENA Comienza el cambio de Gobierno en Euskadi Se inicia la sesión de investidura del próxi- mo Lendakari con un Parlamento mayorita- riamente conservador y polémica por los plazos Una imagen para la Historia de España La noche del 4 de julio de 1977 dejó grabada una imagen en la retina de todos los españoles que pasará a la historia: la del hombre que nos trajo la democracia y no pudo ejercerla, dimitiendo de su cargo de Presidente del Gobierno por el bien de nuestro país en una de las cir- cunstancias más difíciles que hemos atravesado en nuestra historia y tras propiciar una reforma legal que posibilitó nuestra Constitución. Este hombre habla hoy para ABC. En la encrucijada Entrevistamos al ex Presidente del Go- bierno Adolfo Suárez para ofrecer a los ciudadanos una última visión de la encruci- jada a la que España se enfrenta el próximo domingo. La visión de un estadista acredi- tado y cuya obra no ha sido aún reconocida por todos nos ayudará a reflexionar para emitir nuestro voto sabiendo que en él se encierra de forma crucial el destino de Es- paña para los próximos cuatro años que son vitales para nuestra Historia.

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ESTO ES UNA ENTREVISTA FICTICIA

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HABLA EL EX PRESIDENTE A D O L F O S U Á R E Z

“España no aguantará así otros cuatro años” “Es necesario facilitar un consenso global para desarrollar la Constitución” ● “Mi dimisión era necesaria por la pérdida

de legitimidad de mi Gobierno” ● “Hubiera deseado que los españoles valorasen mi gestión en las urnas”

Finaliza la campaña con todos los sondeos para el PLD

En la contienda electoral más intensa de las tres que ha atravesado nuestra de-mocracia, el PSOE intenta agónicamente arrebatarle el triunfo a De la Torre ●

Las Autonomías, casi paralizadas a expensas de lo que ocurra el domingo

EdiciónNacional

Viernes13

marzode1980

75Ptas.

AnoLXXVI

Numero64

F U N D A D O E N 1 9 0 3 P O R D O N T O R C U A T O L U C A D E T E N A

Comienza el cambio de

Gobierno en Euskadi

Se inicia la sesión de investidura del próxi-mo Lendakari con un Parlamento mayorita-

riamente conservador y polémica por los plazos

Una imagen para la Historia de España La noche del 4 de julio de 1977 dejó grabada una imagen en la retina de todos los españoles que pasará a la historia: la del hombre que nos trajo la democracia y no pudo ejercerla, dimitiendo de su cargo de

Presidente del Gobierno por el bien de nuestro país en una de las cir-cunstancias más difíciles que hemos atravesado en nuestra historia y tras propiciar una reforma legal que posibilitó nuestra Constitución. Este hombre habla hoy para ABC.

En la encrucijada Entrevistamos al ex Presidente del Go-bierno Adolfo Suárez para ofrecer a los ciudadanos una última visión de la encruci-jada a la que España se enfrenta el próximo domingo. La visión de un estadista acredi-tado y cuya obra no ha sido aún reconocida por todos nos ayudará a reflexionar para emitir nuestro voto sabiendo que en él se encierra de forma crucial el destino de Es-paña para los próximos cuatro años que son vitales para nuestra Historia.

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“De la Torre debe volve“La concordia fue posible y debe volver a serlo en la situación en la que nos encontramos” ● “Dimití porque con la Reforma Política el primer pa-so hacia una democracia estaba dado; lo siguiente era consolidarla y yo no estaba legitimado” ● “Nadie puede revertir ya el Estado de Derecho”

EXCLUSIVA > Entrevista con el ex Presidente Adolfo Suárez 

Viernes, 13 de marzo de 1980 NACIONAL

ROSA BALLESTER - Madrid A las 21:00 horas del 4 de julio de 1977 el rótulo “Intervención del Presidente del Gobierno” rompía la programación de Televisión Española y un afligido Adolfo Suárez transmitía a la iz-quierda española y a la familia del Secretario General del PCE, Santiago Carrillo, su pésame por la muerte de éste y su dimisión irrevocable como jefe del Ejecutivo tras un año y un día de ejercicio. El gran aliado del Presidente fallecía en extrañas circunstancias y propiciaba la renun-cia de un líder que diseñó nuestra democracia pero no pudo inaugurarla.

Pregunta.- Señor Suárez, ¿qué se escondía tras aquella frase suya en la noche de su dimisión, “mi marcha es más beneficiosa para España que mi permanencia en la Presidencia”?

Respuesta.– Se esconde la verdad. Una verdad dolorosa, sobre todo para mí, pero no por ello menos cierta. Tras el asesinato de Santiago Ca-rrillo mi Gobierno no podía continuar; era ur-gente llamar a los ciudadanos a las urnas porque el poder que ejercíamos había perdido toda la escasa legitimidad que asumió con la Ley para la Reforma Política y el referéndum que la re-frendó.

P.- ¿Cree que cumplió la tarea que le fue encomendada, en parte por el Rey pero también por toda la sociedad española?

R.– Sería injusto decir que, al menos en parte, no lo hice. Es decir, España necesitaba una re-forma que no supusiera una rup-tura política y especialmente so-cial; era necesario cambiarlo to-do sin quebrar nada, y fue un tra-

bajo difícil y arduo en el que surgieron muchos obstáculos. Deshacer las estructuras de un Esta-do desde el timón de mando de ese mismo Esta-do es una labor complejísima que requiere mu-cha astucia legislativa pero también audacia po-lítica de primer orden. A mí me hubiera gustado continuar, para dar a los españoles la posibilidad de juzgar en las urnas mi labor y obtener la con-fianza necesaria para continuar el proceso cons-tituyente. Las circunstancias no lo propiciaron y no fue posible, por desgracia. Sin embargo, sí: dimití sabiendo que con la Ley para la Reforma Política el primer paso para la democracia estaba dado y –quizás lo más importante– era irreversi-ble. Lo siguiente era consolidarla, pero yo care-cía de la legitimidad política y moralmente nece-saria para hacerlo. P.– A usted se le recuerda y valora porque logró acuerdos muy importantes en varias materias trascendentales, entre otras cosas durante la le-galización del PCE. Durante esta última Legisla-tura las dos fuerzas políticas mayoritarias no han sido capaces de alcanzar grandes consensos; por no decir que la crispación ha llegado a la violen-cia en las calles. ¿Qué opina de esto? ¿Qué debe cambiar? R.– Todo. Absolutamente todo debe cambiar a partir del día 16 de mayo. España no aguantará otros cuatro años de enfrentamiento fratricida entre los dos partidos mayoritarios que hemos vivido estos últimos tiempos. La izquierda ha pecado de soberbia y la derecha se ha querido mostrar como una salvadora que no es. Ahora bien: el único pacto de Estado de esta Legislatu-

ra fue propuesto por el PLD. Y el único pacto de la anterior, nada menos que un Pacto de Go-bierno durante una crisis agónica, fue propuesto específicamente por el señor De la Torre y en dos ocasiones amenazado por fuerzas de la iz-quierda (primero el PSOE y después el PCE, que no olvidemos que evitó votar en el Congreso a favor del Gobierno poniendo excusas). Parece que en un lado hay vocación de pactar y en el otro ciertas reticencias a compartir la responsa-bilidad. Esto no es bueno; todos los partidos de-ben saber hacer sacrificios en beneficio de Espa-ña. P.– ¿Garantiza un Gobierno del PLD el consen-so? R.– No, no lo garantiza. Nada garantiza hoy por hoy el consenso. No obstante, tenemos que ver los precedentes. El PSOE ha gobernado con mu-

cha prepotencia, esto es innegable y ha sido re-conocido por el propio partido. El PLD ha hecho una Oposición dura, no le ha puesto las cosas fáciles al Gobierno y ha intentado hacerle caer en dos ocasiones sin éxito. Bien. Pero algo es claro: si uno de los dos puede garantizar que buscará el consenso necesario para desbloquear nuestra situación, adelante. Y en respuesta a su

pregunta: parece que el PSOE no está dispuesto a pactar nada o poca cosa con la Oposición, a la vista de su precampaña y sus dis-cursos. Si el PLD es garantía de que habrá consenso, entonces qué duda cabe de que deben poder gobernar sin ataduras. Y lo digo más concretamente: si el único político español en activo que ha firmado dos Pactos de Estado garantiza que su actitud hasta el El ex presidente, en una imagen de archivo, en Moncloa | ARNELAS

“Si el PLD es garantía de que habrá consenso,

deben poder gobernar sin ataduras ni minorías”

“El asesinato de Carrillo supuso el fin de la

legitimidad moral de mi Gobierno”

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er a gobernar España” 

Viernes, 13 de marzo de 1980

Adolfo Suárez, ex Presidente del Gobierno de España, durante la entrevista exclusiva con ABC | PETER WITTE

momento será la misma en Moncloa, y éste es el señor De la Torre, entonces el señor De la Torre debe volver a gobernar España. P.– Pero ¿votará usted al PLD ? R.– (Sonríe) El voto es secreto, señorita... Y lo que he dicho lo he expresado en modo condi-cional, de ningún modo afirmativo. P.– ¿Ha hablado personalmente con Fabián de la Torre? R.– Intercambiamos un saludo el día de la firma del Tratado de la CEE. Pero no hemos hablado en los últimos tiempos. Le conocí cuando am-bos éramos Consejeros del Movimiento Nacio-nal. P.– Ésa es una característica común entre am-bos que el candidato ha resaltado más que usted durante los últimos años. ¿Alguna vez se ha arrepentido de formar parte del Movimiento Nacional? R.– No. El Movimiento fue una oportunidad para los que creímos que el sistema se podía reformar desde dentro. No fue fácil y entrañó sus riesgos, porque todo iba en contra. La políti-ca opositora en las calles y fuera de España fue trascendental, pero no lo fue menos la de los que, considerados adalides del Estado, conspi-ramos para defenestrarlo. P.– ¿Conspirar? ¿No suena a golpista?

R.– Sonó a golpista para quienes veían en ries-go su status a causa de las reformas que sucesi-vamente se impulsaron desde sectores como el liderado por gente como yo o como Fabián de la Torre. P.- ¿Contempla la posibilidad de un levanta-miento militar, señor Suárez? R.– La noche en la que Zaragoza perdía su ca-dena de mando para que los subalternos presio-naran al Gobierno a cambio de chantajes varios quedó patente que las estructuras de las Fuerzas Armadas no estaban lo suficientemente sanea-das. Vuelvo a lo de antes: si es posible o no de-pende de la mesa de diálogo sobre la reforma militar de quien sea presidente; si esa mesa está vacía, el golpe será inminente, pero estando ocupada las cosas cambiarán. P.– Presidente, ¿qué nos ha ocurrido ante Euro-pa? R.– La situación es grave. Mi Gobierno, y creo que también los que me sucedieron, trató de reparar lazos con una Europa que, poco menos, creía que su continente terminaba en los Piri-neos. Nos costó muchas horas y muchos esfuer-zos demostrar que estábamos preparados para formar parte de ella. La Transición pacífica fue clave porque ganamos reputación como ningún otro país la ha ganado nunca de semejante ma-

nera. El Gobierno Torres logró una adhesión que es imprescindible para nuestro futuro, y después todo se cayó como un castillo de nai-pes. Lo que debe hacerse ahora es crear una Co-misión parlamentaria, reunir a las fuerzas y to-mar todas las medidas necesarias para seguir en Europa. Hemos perdido confianza pero hay que trabajar para recuperarla. P.– Señor Suárez, termino: ¿está usted retirado? R.– Sí. Me dedicaré a mi familia y amigos, a estudiar y leer, a mis aficiones, que no son po-cas, y a mis escasas ocupaciones. Soy Conseje-ro de Estado, para mí un honor. Y serviré a Es-paña siempre que sea un Gobierno democrático quien me lo pida. Pero mi función pública y po-lítica ha acabado y creo, señora Ballester, que puedo dedicarme a un merecido descanso des-pués de una carrera que, créame, no ha sido pre-cisamente un camino de rosas (Sonríe una vez más y enciende un cigarrillo).

 Adolfo Suárez  

Cebreros, Ávila.  25  de  sep embre de 1932 (48 años). 

Licenciado  en Derecho por  la Uni‐versidad de Salamanca. 

Doctor por la Complutense de Ma‐drid. 

Procurador  en  Cortes  Generales por Ávila en 1967 y gobernador  ci‐vil de Segovia en 1968. 

Director  General  de  RTVE  entre 1969 y 1973. 

Vicesecretario  General  del  Movi‐miento Nacional en 1975. 

Ministro  Secretario  General  del Movimiento  en  el  Gobierno  de Arias Navarro (diciembre de 1975) 

Presidente del Gobierno entre el 3 de  julio de 1976 y el 4 de  julio de 1977. 

“Serviré a España siempre que sea un

Gobierno democrático quien me lo pida”