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    DOCUMENTODE DEBATE

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    Gordailu legala:SS-1471-2012 SORTU

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    NDICE

    0. Introduccin 5

    1. Cambio de ciclo, balance 6

    1.1. Zutik Euskal Herria, clave de la nueva fase 6

    1.2. mbitos para el desarrollo de la estrategia 10

    1.2.1. Aunar fuerzas a favor de la independencia y la soberana 111.2.2. Dinmicas a favor de las libertades democrticas y las presas y presos 121.2.3. Herramientas e iniciativas para el proceso democrtico 131.2.4. Situar construccin nacional y transformacin social en el cambio de ciclo 141.2.5. Revitalizar la Izquierda Abertzale 14

    1.3. Factores externos 16

    1.3.1. Crisis econmica. 161.3.2. Crisis del Estado espaol 171.3.3. Proceso de Catalunya. 171.3.4. Cambios habidos en la sociedad vasca. 17

    2. Anlisis bsico de coyuntura 18

    2.1. Internacional 18

    2.1.1. Europa 202.1.2. Estado francs 22

    2.1.3. Estado espaol 232.2. Euskal Herria 24

    2.2.1. Sobre la Euskal Herria de hoy 242.2.2. Sobre el rumbo de los ltimos aos 24

    3. El proyecto poltico de la Izquierda Abertzale 26

    4. A dnde y cmo vamos, actualizacin de la estrategia: decantacin independentista29

    4.1. Regenerar la oferta independentista 30

    4.2. Herrigintzacomo eje 314.2.1. Vas de actuacin 334.3. Desarrollando la va independentista desde propuestas tcticas 35

    4.4. Resolucin de las consecuencias del conflicto 39

    4.4.1. Vuelta a casa de los y las presas y refugiadas vascas 414.4.2. Vctimas, convivencia y memoria 424.4.3. Destruccin de armas y desmantelamiento de arsenales 424.4.4. Retirada de las fuerzas de ocupacin 434.4.5. Represin y libertades democrticas 434.4.6. Funciones concretas de la Izquierda Abertzale 43

    5. Criterios para reflexionar sobre organizacin 44

    5.1. Estructuracin de la Izquierda Abertzale, necesidad de una referencia principal 47

    5.2. Principales referencias polticas/institucionales para la acumulacin de fuerzas 49

    5.3. En la estructuracin del proceso independentista, direccin colectiva 49

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    0. INTRODUCCINLa Izquierda Abertzale, el movimiento poltico revolucionario nacido para alcanzar el objetivo de la

    liberacin nacional y social de Euskal Herria, est llevando a cabo el ejercicio de debate denominado

    Abian. La Izquierda Abertzale tiene una trayectoria conocida: hizo frente al franquismo y apostando

    por la ruptura democrtica impidi que la reforma post-franquista se apuntalara en Euskal Herria; en

    ms de una ocasin ha sabido situar en el centro del panorama poltico propuestas para la resolucin

    y la transformacin, y ha logrado abordar el cambio de ciclo poltico mediante la implementacin

    de Zutik Euskal Herria. En Ipar Euskal Herria, profundizando en las bases del abertzalismo

    contemporneo establecidas en su da por el movimiento Enbata y ante la total negacin por parte

    del Estado francs, ha fortalecido la lucha por el reconocimiento de Euskal Herria y de la identidadvasca. Con todos sus altibajos, esa trayectoria dibuja una lnea de continuidad. As, es preciso hacer

    dos matizaciones. Primera: la militancia de la Izquierda Abertzale no tiene porqu estar de acuerdo

    con todas las apuestas hechas ni con todas las decisiones tomadas; debe reconocer su legitimidad.

    Segunda: la Izquierda Abertzale no es un ente inmutable carente de desarrollo y transformaciones. Es

    ms, puede que el hecho de no haberse renovado tanto como requera el cambio de estrategia haya

    sido la fuente de algunos problemas de cara a elaborar una cultura poltica ms actual y puesta al da.

    La finalidad de este documento es completar el esfuerzo que ha hecho el proceso Abian en suprimera fase. Su principal objetivo es concretar cmo debemos avanzar en el ciclo poltico que seabri con el cambio de estrategia que trajo Zutik Euskal Herria. Lgicamente, tambin vamos a

    ahondar en el balance del camino recorrido y en el anlisis de la actual fase poltica, pero siempremirando hacia adelante y con el nimo de trazar un rumbo y una direccin poltica clara. Por lotanto, se trata de un ejercicio encaminado a actualizar la estrategia y a reforzar la identidad y launidad de la Izquierda Abertzale.

    En este proceso de debate hemos recogido innumerables opiniones e ideas. Las propuestasconcretas que se han presentado, adems de ser estudiadas y ordenadas, sern canalizadas;de hecho, Abian es una va de trnsito, un catalizador que deber tener continuidad en el futuroy en otros debates en cada organizacin y que, en ltimo trmino, tendr reflejo tambin en laprctica poltica. As, por ejemplo, el Congreso extraordinario que Sortu ha anunciado para la

    prxima primavera debe ser crucial y fundamental. En cualquier caso, el proceso Abian ni quiereni pretende cuestionar la plena legitimidad de los rganos de decisin de cada organizacin. Enltima instancia, las decisiones las deber tomar la militancia en su correspondiente organizacin,siempre en coherencia con las decisiones tomadas en el proceso Abian.

    Por tanto, lo que tenemos que decidir ahora es si ratificamos o no ese rumbo general que refleja

    este documento. Eso es lo que debemos decidir entre todas y todos. Posteriormente, todas las

    organizaciones tendrn la oportunidad de hacer cambios y realizar modificaciones, de entrar en detalles

    y, mediante los debates que van a realizar en sus correspondientes mbitos, aclarar sus diferencias.

    Elaborado con el propsito de establecer un eje mnimo, este documento quiere ser sinttico.Dando por bueno este documento como herramienta de diseo de la estrategia general, loscriterios marcados en el mismo debern posteriormente poner las bases para, concretando lalnea de actuacin poltica, adecuar el modelo organizativo y la cultura poltica de una maneraprofunda en todos los mbitos.

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    1. CAMBIO DE CICLO, BALANCEEn este apartado, ms que presentar una relacin descriptiva de los logros, dificultades y problemasms citados, intentaremos hacer una lectura ms integrada para que, la mera enumeracin delogros y carencias no se convierta en una reflexin fragmentada. Los logros y carencias los hemosincluido o diluido en los grandes apartados del anlisis, para as enriquecer la lectura general delo que se expone en cada punto.

    1.1. Zutik Euskal Herria, clave de la nueva fase

    La Izquierda Abertzale realiz la histrica apuesta de modificar su estrategia en el camino deposibilitar el cambio poltico y social, en parte porque las condiciones polticas y sociales estabandadas, y al mismo tiempo, porque la estrategia anterior vena mostrando grandes signos deagotamiento e incapacidad para liberar esas condiciones. La Izquierda Abertzale decidi quehaba llegado el momento de empezar a recoger frutos. Fue una decisin de gran envergaduray solamente equiparable a otros dos momentos de la historia: el surgimiento de la IzquierdaAbertzale (nacimiento de ETA) para hacer frente al auge del franquismo en el Estado espaol y,tras la dictadura, el posicionamiento a favor de la Ruptura democrtica con el fin de impedir laconsolidacin de la reforma poltica espaola.

    La primera gran consecuencia que el cambio de estrategia ha puesto de manifiesto en estos aoses que la situacin poltica se ha agitado radicalmente, surgiendo nuevas oportunidades polticasy, evidentemente, tambin nuevos problemas y nudos a desatar. El resultado fue instantneoy espectacular, ya que la sociedad enseguida le otorg credibilidad al camino tomado, en granmedida, porque supo conectar con los deseos de gran parte de la ciudadana.

    Los efectos de la adecuacin estratgica de la Izquierda Abertzale fueron notorios tanto enEuskal Herria como en el Estado espaol. El Estado perdi pie e inesperadamente desapareciel punto de apoyo sobre el que se asentaba el esquema al que se haba aferrado en los ltimosaos (terrorismo versus democracia). Adems, esto vino a suceder en el mismo momento en que

    el Estado espaol se encontraba en medio de una crisis mltiple (crisis econmica y social poruna parte y crisis territorial por otra estallido de la cuestin catalana), es decir, cuando msnecesitaba un esquema de ese tipo para poder taparlo todo.

    Zutik Euskal Herria fue la va de trnsito para el cambio de fase. Por una parte, subray lanecesidad de capitalizar todo el trabajo y la lucha de la fase anterior. Por otra, super mediante laautocrtica la incapacidad estructural de avanzar que ya resultaba evidente en la fase anterior. Elcambio de estrategia se hizo porque se consideraba indispensable para avanzar en el proceso deliberacin y en la propia lucha; y as la Izquierda Abertzale intent utilizar lo que de por s era yes una decisin estratgica como palanca para poner en marcha el proceso de resolucin.

    El comienzo del cambio de estrategia fue tan exitoso, que tanto en el Estado espaol como en otrosagentes se encendieron todas las alarmas. Las coordenadas del conflicto entre Euskal Herria y losEstados se movieron muy rpidamente a favor del cambio y, de la misma manera, el unionismoexperiment un retroceso evidente. Eso reforz la estrategia de bloqueo del PP bloqueo que

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    ms adelante se convertira en involucin, e incluso el PSOE recul de las posiciones previas a

    Aiete. El freno que han aplicado en el terreno de las consecuencias del conflicto concretamenteen el tema de presas y presos es algo que va ms all de la mera sed de venganza: es un intentode condicionar y hacer naufragar el proceso poltico, y tiene la dimensin de decisin de Estado.

    Por su parte, el PNV ha intentado ralentizar el proceso poltico casi desde el principio, yltimamente intenta desvirtuarlo. Lo hace por miedo al crecimiento que podra experimentar elindependentismo en el contexto de los procesos de Catalunya y Escocia. Con diferentes razonesy puntos de vista, tanto PP-PSOE como el PNV han buscado bloquear sin dar el ms mnimopaso o dificultar llenndolo de condiciones previas el mbito de la resolucin, con el objetivode generar dudas en la Izquierda Abertzale y hacerle perder el rumbo.

    En Ipar Euskal Herria, por el contrario, ante la nueva situacin abierta todas las fuerzas y agenteshan consolidado cada vez ms sus compromisos y adhesiones, y as lo siguen haciendo hoy en da.El proceso puesto en marcha ha tenido resultados espectaculares. Se ha logrado un gran nivel deacuerdo y se han dado pasos slidos tanto en el mbito de las consecuencias del conflicto comoen el de la raz del mismo. El acuerdo entre diferentes fuerzas le podr dar una nueva dimensinal debate sobre el problema poltico de fondo el no reconocimiento nacional e institucional deEuskal Herria.

    Aiete ha tenido xito en Ipar Euskal Herria. Por una parte, ha afianzado el carcter nacionaldel conflicto, poniendo en evidencia la responsabilidad del Estado francs. Por otra parte, se

    ha conseguido materializar la implicacin de los agentes sociales mediante su articulacin enorganismos amplios (Bake Bidea, plataforma Bagoaz) y el acuerdo de una hoja de ruta integralpara el proceso de resolucin (declaracin de Baiona), iniciativas que han obtenido el apoyo dediferentes representantes y personalidades conocidas en el mismo Pars (conferencia de Pars).El Estado francs ha tomado nota de la nueva situacin creada por Aiete y del amplio consensoque existe en Ipar Euskal Herria a favor del proceso de resolucin. No obstante, si bien se hancreado las condiciones las declaraciones de Taubira fueron un ejemplo de ello, todava no se haconseguido que el Estado francs se mueva. El ejecutivo de Pars siempre se ha alineado con elGobierno espaol.

    Por todo lo anteriormente citado, el cambio de fase no ha sido completo. Todava nos encontramosentre el pasado y el futuro; queremos y no podemos. Como acabamos de decir, la actuacin delos Estados es uno de los grandes elementos que impiden que la transicin culmine. Ha sido unahipoteca, y en el futuro tambin lo ser. Hay que admitir esa realidad. De hecho, para el Estadoespaol en concreto (al Estado francs todava no lo hemos puesto en esa tesitura) aceptar elreconocimiento de Euskal Herria y el derecho a decidir elementos que debera incluir cualquiersolucin real supone una tragedia. Para el Estado espaol no hay ninguna diferencia entre lasituacin que generara un acuerdo intermedio el marco democrtico y nuestro objetivo ltimola independencia. Para l, autodeterminacin e independencia son lo mismo, las dos le causanigual nerviosismo, ms an cuando el proyecto que nos ofrecen a los vascos y vascas es tan dbil.

    Por eso se negar siempre a dar pasos hacia una salida democrtica.

    Otras de las grandes hipotecas ha sido el proceder del PNV. Tambin tenemos que admitir esarealidad. No va a haber ningn proceso soberanista que parta de un acuerdo previo con el PNV. Siel primer paso para poner en marcha el proceso es conseguir un acuerdo redondo con el PNV,

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    no habr proceso. Como explicaremos ms adelante, el desarrollo de la Va Vasca es lo nico que

    puede hacer que se mueva esa realidad, esa hipoteca.

    En cualquier caso, los problemas no han surgido nicamente de factores externos. La propiaIzquierda Abertzale ha tenido grandes carencias y ha cometido errores evidentes. No ha sabidohacer una lectura correcta del significado del bloqueo, o por lo menos no lo ha hecho a tiempo.El Estado entendi muy bien que estbamos utilizando el cambio de estrategia como palancapara la resolucin, y cuando bloque la resolucin no fuimos capaces de discernir que la salidaestaba precisamente en el desarrollo de la estrategia. As, el Estado trunc primeramente yde manera inmediata cualquier posibilidad de resolucin de las consecuencias del conflicto, yposteriormente el esquema del proceso poltico.

    Para explicarlo de una manera grfica: al principio pensamos que nos bastara con surfear sobre lainercia del movimiento que habamos hecho. Sin embargo, la ola se ha agotado a nuestros pies yno hemos comprendido que, ms que aprovechar las olas, lo que tiene que hacer un movimientotransformador es generar olas.

    Junto con el retraso en poner en marcha el proceso popular desde la unilateralidad, hemos tenidoproblemas evidentes para incorporar hasta convertirla en el eje principal la visin social quedebera tener un proceso de ese tipo. Al principio caba pensar que la crisis econmica facilitaraese ejercicio, pero no ha sido as. Cuando comenz el debate previo a Zutik Euskal Herria, larespuesta organizada por la mayora sindical huelgas generales incluidas en contra de los

    recortes de derechos que estaban realizando los poderes econmicos y polticos con la excusa dela crisis tuvo gran peso, pues demostraba que haba masa crtica para el cambio poltico y social,lo cual fortaleca la oportunidad del cambio de estrategia. Sin embargo, en los ltimos aos esadinmica no se ha fortalecido lo suficiente. La respuesta dada a la crisis no se convirti en palancadel proceso de cambio y no ha servido para ampliar el espacio soberanista. No hemos acertadoen ello. No se consigui un acuerdo sindical que lo posibilitase, la palanca del proceso se situ enla actividad institucional y no supimos trasladar la nueva estrategia a la nueva dialctica entre elmbito institucional y la lucha social-sindical.

    Desde el movimiento popular y el sindicalismo se han puesto en marcha diferentes iniciativas

    las ms destacables han sido la Carta Social y Alternatiben Herria. A su vez, EH Bildu halevantado los smbolos para otro modelo social poltica fiscal, polticas de participacin, etc.Sin embargo, todo ello no ha fortalecido lo suficiente el nexo de unin entre soberana polticay soberana econmica. En Euskal Herria no se ha conseguido acordar una agenda poltica,institucional y social para pelear por los cambios sociales; y as, no se ha construido ningnacuerdo entre el mbito poltico y el sindical, aunque la nueva estrategia ofreca las condicionespara ello.

    El reposicionamiento del Estado incidiendo cada vez ms en el bloqueo, los pasos atrs ylas continuas excusas del PNV por ejemplo, en el intento de acordar una hoja de ruta con la

    Izquierda Abertzale y los retrasos en estructurar las fuerzas para el proceso popular han hechoque andemos de un lado para otro, saltando de un tema a otro (paz, soberana, modelo social y/odenuncia de la corrupcin), sin poder integrarlos todos al servicio del proceso popular y el procesopoltico. Se podra decir que no ha habido una pauta a seguir.

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    La reflexin sobre la unilateralidad derivada de la Va Vasca ha sido un avance, pero todava no

    ha tenido dialctica suficiente para desarrollar el carcter transversal que debe tener el procesosoberanista e incidir en la confrontacin con el Estado. La unilateralidad sin choque con el Estadono provocar pedagoga poltica en la sociedad, no generar nuevas relaciones de fuerzas ninuevos protagonismos.

    Como consecuencia del caos tctico, no hemos sido capaces de situar como es debido el debatepoltico y social en funcin de las prioridades de esta fase histrica. Aunque los procesos deCatalunya y Escocia han creado un ambiente propicio, salvo excepciones la sociedad vasca no hatenido referencias tan claras ni bases tan slidas como all. Gure Esku Dago ha sido, en momentospuntuales, uno de los pocos ejemplos de generacin de una dinmica de las dimensiones que

    exige la fase poltica actual.

    Si bien es cierto que dentro del camino poltico que hemos emprendido nos encontramos en unmomento de cierto parn, tambin es innegable que el cambio de estrategia ha trado consigotres grandes logros: el unionismo (PP-PSOE) se ha visto enormemente debilitado, en Nafarroa hasentado las bases para poner en marcha el cambio poltico, y en Ipar Euskal Herria con la propuestade colectividad territorial nica se le ha abierto el camino a un reconocimiento de primer nivel.

    Adems, esos tres logros se pueden situar dentro de una lectura ms amplia. De hecho, una delas principales caractersticas de la nueva fase es que el agotamiento de la estructura jurdico-poltica del Estado espaol se ha convertido en crnico. Antes, con el pretexto de la lucha armada,

    los gobiernos conseguan silenciar el debate poltico; ahora, una vez desaparecido ese pretexto,les es imposible silenciarlo y las lagunas de su discurso han aflorado con mayor claridad. Elrgimen del 78 est ms cuestionado que nunca. Por eso se puede afirmar que el hecho de haberconseguido derribar el rgimen en Nafarroa es otro exponente de ello. La coincidencia en el tiempodel cambio de ciclo provocado por la Izquierda Abertzale y el proceso de declive del rgimen y lainteraccin entre ambos factores es lo que ha trado el cambio a Nafarroa Garaia.

    Para hacer frente a todo eso, el Estado (nos referimos especialmente al espaol, pero estotambin le atae al francs) est intentando alargar el anterior ciclo de enfrentamiento paraimpedir as cualquier movimiento en el mbito en que ms dbil se encuentra en Euskal Herria,

    es decir, en el mbito poltico (como hemos podido comprobar, el ms mnimo movimientoprovoca inestabilidad y enormes sacudidas en el PP). Para el Estado, obstruir la resolucin de lasconsecuencias del conflicto es la manera ms eficaz de impedir que la nueva fase se desplieguecompletamente. Esa situacin de bloqueo/involucin es causa de problemas para la IzquierdaAbertzale, que tiene que ser uno de los motores principales del proceso. El bloqueo es una posicinde Estado, no solamente una eleccin tctica, y el Estado espaol no tiene ninguna urgencia enfacilitar la resolucin, ya que piensa que no va a obtener ningn beneficio de ello.

    Precisamente por eso, y en esa situacin, es necesario subrayar el valor de otros logros queha habido, pues son logros que solamente podamos alcanzar en esta fase. Nos referimos a la

    legalizacin y al poder conseguido en las instituciones aunque todo ello ha sido limitado, ala derogacin de la doctrina que alargaba la condena a numerosas presas y presos, a los pasosdados en la vuelta a casa de algunas refugiadas y refugiados, a la reduccin/anulacin de lascondenas en algunos juicios, a la posibilidad de acuerdo que se ha abierto en el ltimo juicio,etc. Esos logros no nos los han regalado, no han sido contrapartidas de buena fe a los pasos

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    unilaterales de la Izquierda Abertzale, sino logros alcanzados con enorme esfuerzo gracias a la

    acumulacin de fuerzas desde la unilateralidad.

    Pensbamos que el nuevo ciclo acelerara debates y movimientos polticos entre los diferentesagentes. As ha sido en algunos territorios (Ipar Euskal Herria y Nafarroa). En este momento, elmayor colapso se da en la CAV (tambin hemos mencionado la responsabilidad que el PNV tieneen ello). As mismo, se puede afirmar que, en general, las fuerzas favorables al cambio poltico ysocial han crecido en Euskal Herria y que, debido a otros factores, la opinin favorable al derechoa decidir se ha hecho mayoritaria.

    Hasta ahora no hemos conseguido encauzar todas esas condiciones en una direccin concreta,

    a pesar de que el proyecto estratgico de los Estados se ha debilitado y haba condiciones parafortalecer las oportunidades de impulsar la independencia. No hemos sabido gestionar lo quenosotras y nosotros mismo hemos creado. Entre otras cuestiones, as se puede entender el xitode Podemos en las ltimas elecciones, que en Euskal Herria ha sido mucho mayor que en elEstado; es un campo sembrado por las aspiraciones de cambio.

    En resumen, se puede decir que aunque la estrategia renovada ha demostrado potencialidad,no se ha conseguido liberarla completamente. En cualquier caso, ha quedado muy claro culestienen que ser los pilares para que una apuesta as adquiera fuerza:

    Apoyo popular,acumulacin de fuerzas y activacin popular. Son las nicas garantas del

    proceso. Solamente el apoyo y la activacin popular garantizarn la sostenibilidad de laestrategia.

    Unilateralidad. Por parte de la Izquierda Abertzale para generar situaciones nuevas, ytambin por parte de Euskal Herria (todava por conseguir) para materializar el procesopopular. Antes de que la unilateralidad se convierta en una palabra fetiche, es precisoaclarar que nuestro objetivo y nuestro afn es conseguir un proceso multilateral, que eneste momento histrico el proceso se debe desarrollar fundamentalmente mirando desdeEuskal Herria hacia Euskal Herria, con la participacin de cada vez ms agentes y conla implicacin tambin de agentes internacionales. Si bien por s misma la accin de la

    Izquierda Abertzale tiene mucho valor para hacer que la situacin se mueva y crear nuevasoportunidades, no es suficiente para que el proceso avance de manera decisiva.

    Confrontacin democrtica. En ausencia de bilateralidad, llegar indefectiblemente asu nivel ms alto. Todava no hemos alcanzado ese punto. La confrontacin democrticaconsiste en contraponer la legitimidad de la mayora de la sociedad vasca a los poderesformales y fcticos que obstaculizan el proceso de democratizacin. El objetivo fundamentalde esa confrontacin ser fortalecer-activar iniciativas y dinmicas creadoras y generarnuevas relaciones de fuerzas.

    1.2. mbitos para el desarrollo de la estrategiaLa resolucin Zutik Euskal Herria avanz algunos de los mbitos de trabajo que debe recoger laestrategia renovada. Vamos a hacer balance evaluando lo que se ha hecho en cada uno de ellos.

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    1.2.1. Aunar fuerzas a favor de la independencia y la soberana

    Las fuerzas abertzales/soberanistas han materializado acuerdos de largo alcance en el mbitopoltico. EH Bildu y EH Bai son resultado de ello. Son fundamentales para la nueva estrategia.De ah ha venido el proyecto de Frente Amplio, aunque todava no ha conseguido suficienteconcrecin y clarificacin.

    Nos tiene que preocupar el hecho que de la novedad que supuso Bildu ha perdido frescura. Asmismo, ha perdido en cierta medida su capacidad inicial para incorporar a ms sectores y personas.

    Ya hemos podido detectar algunos riesgos. Uno de ellos es que los partidos que forman lacoalicin han visto difuminada su personalidad propia. El objetivo no puede ser que todas lassiglas compartan palabra por palabra todos los principios ideolgicos y objetivos estratgicos.Eso no es ni una coalicin ni un Frente Amplio; eso es un partido nico. En ese sentido, seramuy perjudicial que EH Bildu se identifique completamente con la Izquierda Abertzale. Adems,la prdida de pluralidad entre partidos dificultara atraer a personas que sin identificarse conningn partido en concreto deberan sumarse a un proyecto de ese tipo, ya que se incorporarana un proyecto homogneo. El principal reto ser encontrar la frmula ms adecuada de cara alfuturo.

    En la nueva fase, y gracias a la remodelacin estratgica, las fuerzas independentistas han

    conseguido gran capacidad de incidencia y nuevos, aunque limitados, espacios de poder en lasinstituciones. En el futuro ese seguir siendo un terreno de juego para conseguir cambios ytransformaciones.

    No obstante, y fijndonos en el empuje social que necesita un proceso soberanista, hemos tenidocarencias evidentes. No hemos conseguido la activacin popular independentista que tantasveces hemos mencionado de cara construir el Bloque Popular Independentista. La alianza parael proceso soberanista no se puede limitar al mbito de los partidos o las fuerzas polticas. Elsindicalismo, por ejemplo, no ha desarrollado ninguna alianza de ese tipo. Est muy lejos delprotagonismo que tuvo en la poca de Lizarra-Garazi, por poner un ejemplo comparativo. Para

    situar la cuestin de la soberana en el centro del debate poltico y poder mantenerla ah esnecesario el aliento del movimiento popular y el apoyo social, y eso todava no lo hemos articuladoy, adems, no le hemos ofrecido la atencin y energa necesarias.

    La dinmica a favor del derecho a decidir ha conseguido activar a un nivel significativo laadhesin popular, por medio de la dinmica Gure Esku Dago. Tras un primer golpe muy potente,posteriormente no se ha dado la progresin ascendente que algunas y algunos prevean. Quizsel hecho de que iniciase su recorrido justo cuando en el proceso de Catalunya la movilizacinpopular alcanzaba su punto lgido nos llev a inflar las previsiones, por puro mimetismo, sinprestar la suficiente atencin al camino propio que debamos recorrer aqu.

    Desde mbitos empresariales y universitarios han empezado a estructurar el mensaje a favorde la independencia. Poner sobre la mesa parmetros econmicos y acadmicos es un paso

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    adelante. Determinadas fundaciones han comenzado ya a hacer ese trabajo. Y han aparecido

    nuevas aportaciones tericas para fortalecer ideolgicamente la necesidad del Estado Vasco,planteando ese reto no solamente desde el punto de vista identitario, sino tambin desde otrosvrtices (igualdad entre mujeres y hombres, bienestar). En ese sentido, es digna de mencin laaportacin que se est haciendo desde el movimiento feminista.

    Aunque los factores externos (Catalunya, Escocia) han supuesto focos muy brillantes, en EuskalHerria la corriente favorable a la independencia no se ha fortalecido tanto. El cambio de ciclolo hemos llevado a cabo unido a la bandera de la resolucin (superacin del conflicto poltico-armado), lo cual, a ojos de la ciudadana, ha dificultado integrar la lgica independentista en elproceso poltico. Se quiere la independencia, pero no se encuentran respuestas a la pregunta de

    cmo conseguirla.

    1.2.2. Dinmicas a favor de las libertades democrticas y las presas y

    presos

    Ha habido movilizaciones mayores que nunca. En otros mbitos tambin han sido muy grandes,pero las ms multitudinarias las ha congregado la cuestin de los y las presas polticas vascas.No obstante, ha sido muy difcil dar continuidad a ese tipo de dinmicas, entre otras razonesporque la represin ha golpeado duramente mientras en muchas ocasiones la situacin en las

    crceles empeoraba. Los gobiernos no han dado ningn paso en positivo, y todo lo que se haconseguido sacar a Uribetxebarria, por ejemplo se ha hecho superando todos los obstculosimaginables. Como hemos dicho ms arriba, obstaculizando ese mbito el Estado busca bloqueartodo el proceso. Y lo ha logrado.

    No hemos tenido suficientes fuerzas para trabajar la naturaleza poltica de las presas y presos.Por otra parte, ante el bloqueo no hemos tenido una hoja de ruta compartida y clara, lo cual haprovocado desacuerdos y choques internos que habr que ir solucionando.

    La dinmica de los juicios polticos ha continuado en la nueva fase, aunque a decir verdad, y

    debido al cambio de estrategia, los resultados de esos juicios no han seguido siempre la lneade la fase anterior. Antes, todos los juicios terminaban con fuertes condenas. Sin embargo,el mero hecho de que los juicios polticos continen ya es muy grave, pues es seal de que sesiguen conculcando las libertades democrticas. No se ha conseguido construir la situacinmnimamente democrtica que nos marcamos como primer objetivo cuando iniciamos estanueva fase. Es necesario destacar el movimiento que se ha articulado en el marco de la dinmicaLibre (muros populares, diferentes dinmicas contra juicios...).

    Las detenciones han continuado, aunque, al mismo tiempo, la respuesta popular contra lasmismas se ha fortalecido notablemente. En la opinin pblica de Euskal Herria ha ganado fuerza

    la idea de que las detenciones no tienen ningn sentido en el nuevo tiempo. Los muros popularesy/o las respuestas espontneas dadas por la ciudadana a las operaciones que han tenido lugaren Ipar Euskal Herria han transmitido un mensaje muy claro en ese sentido.

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    1.2.3. Herramientas e iniciativas para el proceso democrtico

    En un primer momento la Conferencia de Aiete reforz el valor del dilogo y la negociacin. Laactitud favorable a hablar y negociar est muy enraizada en Euskal Herria, no es cosa de hoy.No obstante, en gran medida, la actitud de los Estados en lo relativo a las consecuencias delconflicto y de las diferentes fuerzas polticas en lo relativo al debate poltico ha dejado de ladoel dilogo y la negociacin, con algunas excepciones (Ipar Euskal Herria). Hoy en da no estn enel centro del panorama poltico, aunque cuentan con el apoyo de la sociedad. Se puede decir queel dilogo de carcter profundo todava est aletargado, si bien podra despertarse ms pronto oms tarde, ya que el debate en torno al marco jurdico-poltico est tocando a la puerta.

    Adems de la atencin internacional, tambin se ha conseguido el apoyo de algunos agentes.

    No se puede hacer una valoracin general sobre la implicacin de las instituciones y los agentesen Euskal Herria. Adems de la Conferencia de Aiete, hemos conocido pasos e iniciativas muyimportantes (Acuerdo de Gernika, Foros Sociales, Declaracin de Baiona, Conferencia de Parisaqu aparecen nuevamente los agentes del Estado francs), si bien algunas han tenido unarepercusin ms duradera y slida que otras. Hay que subrayar que en Ipar Euskal Herria la agendade la resolucin se ha compartido en su integridad.

    La aportacin del Colectivo de Presas y Presos Polticos Vascos y el Colectivo de Exiliadas y

    Exiliados Polticos Vascos ha sido complicada, porque las condiciones tambin lo eran. Adems,cada colectivo ha tenido sus ritmos. En algunas ocasiones han tenido una referencia muy potente(la declaracin de EPPK de diciembre de 2013). A veces les ha resultado difcil seguir el ritmo delproceso, debido a las difciles condiciones que hemos mencionado (EPPK firm el Acuerdo deGernika un ao despus de su presentacin). Otras veces han sido pioneros (EIPK enseguidaempez a trabajar el concepto de la unilateralidad, para posteriormente pasar a poner en marchala importante dinmica de vuelta a casa). Por encima del doloroso bloqueo y de la represin,tenemos grandes posibilidades para desarrollar el contenido de esa declaracin de EPPK, de caraconseguir condiciones ms adecuadas tambin en la sociedad vasca.

    Las iniciativas de ETA han sido un elemento fundamental para el cambio de ciclo. La organizacinha cumplido todos los compromisos adquiridos para poner en marcha el proceso de resoluciny profundizar en l, yendo en ocasiones incluso ms all de lo que se le exiga (por ejemplo, elcarcter del alto el fuego de enero de 2011 fue ms slido de lo que le demandaba la declaracinde Bruselas). Por el contrario, quienes han pretendido bloquear o ralentizar el proceso pusieron enmarcha desde el primer momento una dinmica perversa: No es suficiente.

    Los problemas para mantener una actuacin sostenida en el terreno de la resolucin del conflictohan sido grandes. Algunas iniciativas se han agotado nada ms ponerse en marcha, sin lograrcontinuidad. Lo complicado del escenario ha tenido mucho que ver en ello, pero tambin es cierto

    que por parte de la Izquierda Abertzale ha habido carencias a la hora de desarrollar la unilateralidad.Hemos concluido bastante tarde que la salida est precisamente en la unilateralidad.

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    As mismo, en lo que respecta a Hego Euskal Herria, en el terreno de la resolucin del conflicto

    la activacin popular y la lucha ideolgica no se han desarrollado lo suficiente y, debido a esacarencia, la naturaleza poltica del conflicto se ha visto desfigurada.

    1.2.4. Situar construccin nacional y transformacin social en el cambio

    de ciclo

    En construccin nacional y herrigintzaha habido dificultades para dar pasos en funcin de la fasepoltica. Tanto en el terreno de la construccin nacional como en el de la transformacin social las

    y los electos independentistas han desarrollado iniciativas desde las instituciones, pero no se haconseguido la complementariedad necesaria con el movimiento popular y el sindicalismo.

    Tampoco tenemos un anlisis actualizado sobre la realidad del movimiento popular y el papelque puede jugar, y as es difcil definir correctamente la relacin con l. Existe un movimientopopular real y autnomo, organizado en torno a problemticas concretas, pero es evidente queno hemos acertado a la hora de ponernos la militancia de la Izquierda Abertzale a trabajar en losdos sentidos, es decir, llevando al movimiento popular la aportacin de la Izquierda Abertzale ytrayendo a las estructuras el punto de vista del movimiento popular.

    Eso no quiere decir que en estos aos no haya habido dinmicas sociales. As, por ejemplo, hay

    que subrayar la gran actividad desarrollada por el movimiento feminista para hacer frente a laprecarizacin generalizada de las mujeres en el contexto de la crisis, en contra de la violenciamachista, en defensa del aborto y, en general, a favor de la soberana de las mujeres.

    Tambin se han desarrollado otras dinmicas sociales a lo largo y ancho de Euskal Herria, tales comola Carta Social y Alternatiben Herria, y hay que reconocerles su valor. As mismo, hay que destacarlos innovadores procesos participativos que se han desarrollado en muchos ayuntamientos.

    En lo que respecta a la normalizacin del euskara, la lnea que ha venido desarrollando laIzquierda Abertzale se ha caracterizado por la falta de rumbo y de cohesin. No hemos incidido

    con un discurso poltico estructurado, no hemos situado los elementos para la confrontacinpoltica. Ha habido una gran desconexin con la militancia de la Izquierda Abertzale que trabajaen el movimiento popular. En general, en aquellas instituciones en las que hemos tenidoresponsabilidades de gestin se han desarrollado unas polticas lingsticas adecuadas, pero nohemos desarrollado recursos para dar dimensin social a ese trabajo.

    1.2.5. Revitalizar la Izquierda Abertzale

    El factor ms destacable ha sido no haber llevado Zutik Euskal Herria al mbito de la organizacin

    y las formas de actuacin, hasta el punto de convertirse en imposible poner en marcha una nuevacultura poltica. El modelo organizativo, las formas de actuacin, las maneras de estructurar laprctica poltica, todo eso no es un mero debate tcnico sobre el modo de organizarse. Es unacuestin poltica, un debate poltico de primer nivel que debamos haber abordado en base a ladeclaracin Zutik Euskal Herria. Paradjicamente, pasada la poca ms dura de la ilegalizacin

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    todava no superada completamente, no hemos abordado ese debate cuando ms posibilidades

    deba haber para ello, lo cual ha tenido consecuencias negativas. Salta a la vista. No hemosafrontado como es debido cuestiones como la verticalidad, las carencias en democracia interna ola transparencia de las decisiones, y al final eso perjudica tambin al proyecto poltico.

    La falta de capacidad estratgica que hemos demostrado en algunas ocasiones no es algonatural, no es algo inevitable, sino consecuencia de las cosas mal hechas. Entre otras cosas,es consecuencia de un estilo-modelo de organizacin y prctica poltica no actualizado. Hemosquerido gestionar el nuevo tiempo con instrumentos viejos, y no ha funcionado. Entre nosotrasy nosotros se han instalado comportamientos y tendencias inadecuadas, a la hora de tomardecisiones y a la hora de compartirlas con la militancia local, sin velar porque tenga informacin

    suficiente y posibilidades de incidir. Las cosas se podan haber hecho de otra manera, se podanhaber tomado medidas para gestionar correctamente los retos, pero no se ha hecho, y eso mereceuna crtica severa, porque ha tenido graves consecuencias.

    Admitir todo eso no justifica crticas y acusaciones hechas con mala fe y con mentiras. Algunasde esas crticas y acusaciones ya se han convertido en inadmisibles. Adems, han generado unatendencia a fortificarnos, limitando nuestra capacidad de analizar el verdadero carcter de losproblemas. Hay que saber diferenciar bien lo que son desacuerdos y preocupaciones y lo queson actuaciones saboteadoras/escisionistas. En muchas ocasiones, las crticas que aparecen noson actitudes en contra de la estrategia aprobada, sino expresiones de malestar e inquietud.Tenemos que entender bien eso, ya que la respuesta a dar es muy distinta. Las emociones no se

    gestionan con mensajes y explicaciones polticas convencionales, y menos an con respuestasagresivas. Con frecuencia, la gente que se dirige a nosotras y nosotros de manera agresiva loque pretende es expresarnos el malestar que siente, torpemente quizs, pero sin intencin dehacer dao. Tenemos que entender la complejidad del cambio que hemos hecho y gestionarlacorrectamente, para as recuperar el equilibrio emocional colectivo de la Izquierda Abertzale.Para resucitar pasiones comunes, para luchar codo con codo, recuperando el placer de trabajar encomn, creando la pica de la Izquierda Abertzale y la lucha vasca del siglo XXI.

    Ha habido un intento de escisin desfigurando el debate poltico sobre la amnista. Personasque se mostraron en desacuerdo con la actual estrategia decidieron priorizar el uso de esa

    reivindicacin. Evidentemente, todas las personas que posteriormente han confluido en torno ala reivindicacin de la amnista no son partcipes de ese intento.

    Este balance sobre el modelo organizativo y las formas de actuacin requerira un anlisisorganizacin por organizacin, pero eso lo deber hacer con detalle la militancia y las estructurasde cada una de ellas ya que son quienes tienen la responsabilidad y la legitimidad para ello. Elproceso Abian no es orgnico, sino un ejercicio colectivo que quiere abarcar a toda la IzquierdaAbertzale en su conjunto para facilitar otros debates y las decisiones necesarias.

    En cualquier caso, es evidente que ha faltado una direccin estratgica. Que no se ha acertado en

    ello, porque Sortu no ha asumido por incapacidad o por los lmites del modelo, segn opinionestodas las funciones que deba asumir y porque los rganos de relacin entre organizaciones nohan cumplido esa tarea. Tenemos que evitar el riesgo de que el concepto de direccin estratgicase convierta en otro fetiche; este tema deber ir unido de manera dinmica al carcter de laestrategia.

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    Por otra parte, hay todo un recorrido y compromiso que la Izquierda Abertzale en su totalidad

    haba adoptado pero que ha ido en declive: lo que hemos conocido como Proceso Feminista.Ese compromiso traz una estrategia para, de manera acordada, incorporar la visin y prcticafeminista a nuestra actividad poltica tanto interna como externa. Sin embargo, en los ltimosaos ese compromiso se ha quedado en un esfuerzo aislado de cada organizacin, lo cual haprovocado la dispersin de la alianza de las mujeres de la Izquierda Abertzale que haba actuadocomo motor en aos anteriores, diluyendo la potencialidad del propio proceso. Si bien su evolucinha sido distinta en cada organizacin y es necesario un balance propio, en general esa visin nose ha notado en la prctica poltica de la Izquierda Abertzale (salvo en el caso de Ernai). Asmismo, el resultado logrado mediante el Plan Interno ha sido limitado (si bien hay que destacarla experiencia de LAB). El objetivo de dicho plan era incidir en la participacin cuantitativa

    y cualitativa de las mujeres y, sobre todo, en el modelo de militancia, el estilo de trabajo y elmodelo de funcionamiento, para transformar todo ello. Esa visin va totalmente unida al reto dela democratizacin interna.

    Otra conclusin que nos han dejado estos aos es que el carcter de movimiento se ha difuminado.En primer lugar hay que decir que con el cambio realizado tambin era necesario un desarrollo dela Izquierda Abertzale, y que no haberlo hecho en la medida necesaria ha supuesto tambin unproblema de cara a aprovechar el capital de todo el movimiento. Por otra parte, es una realidad quelas referencias del pasado estn bastante distorsionadas. As, por ejemplo, no se pueden equipararla poca en que se consolid el concepto Movimiento de Liberacin Nacional Vasco (se sola utilizarnicamente para definir el espacio sociolgico Izquierda Abertzale) y la poca de la ilegalizacin

    (la Izquierda Abertzale aparece como agente poltico definido incluso para hacer declaraciones). Noson lo mismo. La primera fue una situacin decidida as o desarrollada naturalmente; la segunda,por el contrario, vino forzada por la represin. A pesar de ello, para algunas generaciones ese es elesquema natural. No es lo mismo ser/sentirse parte de un movimiento poltico que ser militantede ese movimiento poltico, pues para eso hay que estar organizado. Renovar ese carcter y esaesencia militante de cada cual es una apuesta fundamental, para que el carcter de movimiento dela Izquierda Abertzale siga siendo una caracterstica eficaz como activo poltico.

    1.3. Factores externos

    Aunque en este bloque ya se han mencionado y en el siguiente anlisis de coyuntura losvamos a explicar con mayor profundidad, nos ha parecido conveniente recordar especialmenteaquellos factores que el cambio de estrategia y la apuesta poltica no prevean pero han tenidouna influencia enorme. Por explicarlo de alguna manera, el cambio de estrategia se bas enla necesidad de abrir un nuevo ciclo poltico debido a que el proceso negociador de 2005-2007mostr muy claros signos de agotamiento. Esos factores externos no los habamos previsto, opor lo menos no en la dimensin que han adquirido. No hemos sabido verlos e integrarlos en lanueva apuesta.

    1.3.1. Crisis econmica.

    Verdadera crisis estructural y brutal ofensiva del capitalismo que viene a agudizar la explotacin ya golpear en su totalidad la vida de los pueblos y de las personas. Tena que haber sido un acicate

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    para conseguir el cambio poltico y social, pero no hemos acertado a situarla dentro del proceso

    poltico. La respuesta que ha dado y las huelgas que ha organizado el sindicalismo vasco no hansido suficientes para aumentar la legitimidad, el peso poltico y la eficacia del sindicalismo. Elsindicalismo est en crisis en toda Europa, y tambin aqu. Adems, con la ofensiva capitalistade los ltimos aos esa crisis se ha hecho ms profunda.

    Los mensajes del PP y el PNV han sido ideolgicamente significativos, ya que han logrado influiren cierta medida en la ciudadana: la prioridad ahora es la economa, y todo lo dems hay quedejarlo para otro momento. Tambin hay que mencionar el empobrecimiento de las mujeres,que, ms all de la situacin econmica, tiene reflejo en todos los mbitos de la vida (crisis de loscuidados, involucin ideolgica, violencia machista...).

    1.3.2. Crisis del Estado espaol

    (Declive del bipartidismo, corrupcin, crisis de la estructuras de Estado Casa Real, agotamientodel modelo territorial...). La falta de credibilidad del sistema poltico se ha agudizado, lo cual hadado pie a nuevos fenmenos polticos. Por poner un ejemplo: en 2011, mientras en el Estado sedesarrollaba el fenmeno 15M, en Euskal Herria el aire fresco lo trajo EH Bildu, y no solamentede cara a las elecciones. Las imgenes de la plaza de El Arenal fueron muestra del deseo decambio. Posteriormente, sin embargo, el ambiente generado en el Estado por la crisis del sistemapoltico, el insuficiente desarrollo del proceso en Euskal Herria y la escasa atencin prestada a

    esas necesidades sociales y a esas nuevas formas de movilizacin son factores que han jugado afavor de Podemos, al menos ltimamente.

    1.3.3. Proceso de Catalunya.

    En 2008-2009, cuando la Izquierda Abertzale estaba dando los primeros pasos para el cambioestratgico, no nos podamos ni imaginar el desarrollo que iba a tener el proceso cataln y elterremoto poltico que iba a provocar. La Izquierda Abertzale le dio un vuelco a la situacin, peroluego no fue capaz de incorporar los nuevos elementos que aportaba el proceso cataln. Hemos

    dicho que junto al de Catalunya haba que abrir un segundo frente, pero no se han alimentado losuficiente las condiciones para ello.

    1.3.4. Cambios habidos en la sociedad vasca.

    Vivimos cambios sociolgicos profundos: fuertes tendencias individualizadoras, difuminacin dela adhesin poltica, nuevas percepciones en torno a la participacin poltica... La vieja pica noresulta atractiva en la sociedad postmoderna. Tambin hay que mencionar los cambios que sehan dado en el terreno de la comunicacin poltica redes sociales, mediatizacin de la poltica y

    las dificultades de la Izquierda Abertzale para resituarse en ese nuevo contexto. En el anexo A seprofundiza en las caractersticas de la Euskal Herria que vivimos hoy.

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    2. ANLISIS BSICO DE COYUNTURA2.1. Internacional

    El final de la Guerra Fra dej un claro vencedor: los Estados Unidos de Amrica. Washington supoaprovechar muy bien la cada de la Unin Sovitica para seguir extendiendo a todo el mundosu hegemona militar, poltica, econmica, comercial y cultural, y sobre todo para atar a Europaen corto. Washington tena a su disposicin todos los instrumentos, incluida la OTAN. Desdeentonces, la supremaca del neoliberalismo es incuestionable a nivel mundial.

    Con el cambio de poca, la OTAN se convirti en actor global y decidi sobrepasar incluso susfronteras tradicionales. El papel de la Unin Europea ha sido verdaderamente lamentable en todoeste perodo: Londres ha seguido alineado con EEUU, Pars ha vuelto a las estructuras militaresintegradas de la Alianza y Berln sigue buscando su sitio.

    En el contexto de supremaca del neoliberalismo, se plantean nuevos enemigos sin eliminarlos anteriores, se ha producido una expansin de la doctrina de la securocracia, aprovechandolas guerras contra el terrorismo y/o el narcotrfico para alentar los intereses capitalistas. Losataques del 11 de septiembre de 2001 reforzaron dos factores que para entonces ya estaban sobrela mesa: el factor islamista y la locura securitaria. Tras las intervenciones en Afganistn e Irak, el

    Estado Islmico se ha convertido en una grave amenaza que los actores tanto regionales comoforneos que se disputan el poder en la zona estn utilizando de diferentes maneras. Por otraparte, de la mano de la securocracia, los nuevos ataques contra los derechos civiles y polticospor parte de los gobiernos europeos suponen la mayor amenaza contra nuestras libertadesfundamentales.

    El siguiente elemento tampoco es nuevo, pero quizs de una manera ms evidente que nunca elcomponente econmico-financiero-comercial de las relaciones internacionales se ha convertidoen la principal causa de las guerras que se estn dando a nivel mundial, ya que lo que est en juegoes la hegemona global. Washington est impulsando tratados comerciales y de inversiones de

    corte completamente neoliberal, y los est utilizando para frenar a Brasil, Rusia, India y Sudfricay especialmente a China. El desarrollo capitalista de los denominados BRICS y los esfuerzos porlmitar su desarrollo estn generando contradicciones intercapitalistas, as como una redefinicindel imperialismo clsico. En las ltimas dcadas, el mundo unipolar se est convirtiendo enmultipolar, con un protagonismo de las multinacionales mayor que nunca.

    El TTIP es la ltima ofensiva del neoliberalismo, una de las ms duras. Segn algunas opiniones, laofensiva definitiva. Ha sido diseada por y en beneficio de las grandes compaas. No son merostratados comerciales, su objetivo no es nicamente eliminar los aranceles aduaneros, ya de pors bastante bajos; se trata de una ofensiva general de las grandes corporaciones encaminada a

    privar de cualquier asidero a los derechos y las legislaciones, en el terreno de la sanidad pblica, laagricultura, el medio ambiente o el trabajo, por mencionar solo algunos. Y tambin estn en juegolos derechos humanos y polticos. Junto con ello, constituyen un intento de eliminar cualquierlegislacin presente o futura que pueda poner en peligro el negocio de las grandes compaas,especialmente en Europa.

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    Otra caracterstica del neoliberalismo es la hegemona cultural, vinculada estrechamente a la

    ideologa y a una forma determinada de consumo. En el terreno de la cultura, es un enormereto para los pueblos pequeos como Euskal Herria y, ni que decir tiene, para los pueblossin Estado, pues la ofensiva capitalista e imperialista tiene ya en sus manos una gigantescaindustria cultural, arma letal para la desestructuracin de las identidades y conductasliberadoras.

    Otro elemento clave es el cambio climtico. La cruda realidad y la amenaza que supone el cambioclimtico debera ser por s misma argumento suficiente para transformar desde la base elmodelo de produccin y consumo, pero lo no es. Todo parece indicar que ser una de las principalesamenazas que provocar el capitalismo en la primera mitad del siglo XXI.

    Con la aparicin de nuevos procesos de emancipacin basados en la revolucin democrtica,a finales del siglo XX el agotamiento de las estrategias basadas en la insurreccin armaday la negociacin era ya evidente en Latinoamrica. Los acuerdos entre Cuba y EEUU por unaparte y los acuerdos entre las FARC y el gobierno colombiano por otra simbolizan el final deesa poca histrica. En el mismo sentido, la derrota de los Tigres Tamil (2009) marc un hitoen el final de la era de los procesos de negociacin, realidad que se ha visto confirmada por laimposibilidad de materializar la legalidad internacional reconocida por la Asamblea de la ONUen el caso de los procesos de Palestina y Sahara Occidental. Con todas sus particularidades,el de Kurdistn es el nico conflicto que se mantiene en las coordenadas de ese paradigma,con el hndicap de estar repartido en cuatro estados que aspiran a convertirse en potencia

    regional. ltimamente, el deseo de crear las condiciones para desarrollar su proyecto confederalllevaron al PKK a un alto el fuego hoy finalizado y que no deja opciones para las soluciones debilateralidad.

    Por otra parte, el ciclo que se abri en 1998 en Venezuela haciendo frente a la ofensiva delneoliberalismo tambin muestra ya sus lmites y algunos signos de agotamiento. Las diferenciasentre los modelos post-neoliberales que se han desarrollado en Latinoamrica eran patentes desdehace mucho tiempo. Se puede decir que por un lado, Venezuela, Bolivia y Ecuador han mostradovocacin de superar el estadio neoliberal mediante procesos constituyentes y propuestas dentrode lo que se ha llamado el Socialismo del Siglo XXI. Mientras por otra parte, otras experiencias

    de gobiernos de centro-izquierda han intentado repartir la riqueza sin erradicar los esquemas delneoliberalismo. Parece que el agotamiento les afecta tanto a unos como a otros como lo dan aentender los resultados electorales de Argentina y Venezuela y otros preocupantes signos que yase detectan en Brasil y en Ecuador.

    En Europa, la referencia poltica se est escorando visiblemente a la derecha, en Hungra y enPolonia especialmente, pero tambin en toda la Unin Europea. La izquierda europea no hasabido utilizar esa situacin en su favor; no ha conectado como es debido con la mayora de lasociedad y, adems, la socialdemocracia se ha desplazado ntidamente hacia la derecha, apoyandolas polticas de austeridad diseadas por la derecha y los poderes econmicos y financieros y

    permitiendo de esa manera los recortes sociales ms duros que jams se han conocido en estemodelo de integracin europea.

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    2.1.1. Europa

    No nos equivoquemos, la Unin Europea no es un mero proyecto econmico. Tras ese modeloeconmico neoliberal, patriarcal y no democrtico se esconde un amplio abanico de decisionespolticas que buscan imponer un modelo de sociedad muy concreto y reaccionario. La luchaideolgica antes mencionada (institucional, cultural, meditica...) no est diseada solamentepara conseguir el poder, sino tambin para obstaculizar e imposibilitar cualquier alternativapoltica real contra al imperialismo.

    Podemos mencionar diferentes caractersticas de ese modelo neoliberal, adaptndolas a la

    situacin actual de la Unin Europea:

    Involucin democrtica. Se est dando mediante instrumentos y grupos de presin de altonivel (Troika, Banco Central Europeo, etc.), y el poder real lo tienen Alemania y otros pocospases.

    Austeridad. La constatacin del desastre de Grecia que se dio mucho antes de la victoriade Syriza no ha trado consigo el final de las polticas de recortes, aunque muchas personasexpertas y la totalidad de las y los premios Nobel de Economa as lo demandaban. Por otraparte, los recortes tambin se aplican en muchos sitios donde no los impone directamentela Troika. En el conjunto de Europa, desde la Segunda Guerra Mundial la fractura social

    nunca haba sido tan grande como ahora. Por ese motivo, hoy ms que nunca la luchasocial es una prioridad, la lucha por la justicia social es una prioridad para la izquierda. Es lomnimo que exige la desaparicin de la inversin y el gasto pblico y el desmantelamientode los servicios sociales y pblicos.

    Derechos de las mujeres. En Europa se ha dado un paso atrs en los derechos de lasmujeres conseguidos como resultado de luchas histricas, se ha producido un retrocesoen todos los terrenos: condiciones de vida, prdida de espacios, involucin ideolgica,derechos sexuales y reproductivos, mecanismos para el control de los cuerpos, derechosde las parejas lesbianas, reforzamiento de los estereotipos y roles tradicionales...

    Reforma laboral. La mayora conservadora de la Unin Europea est impulsando-diseando una nueva reforma laboral. Su objetivo es profundizar en las caractersticasms preocupantes que conocemos y sufrimos hoy en da.

    Cierre de fronteras. Especialmente de las fronteras exteriores, pero tambin de lasfronteras interiores entre los Estados miembros; todo ello con el pretexto de la llegadade refugiadas y refugiados.

    Seguridad. Unido a la cuestin de las refugiadas y refugiados y al factor islamista, recorte

    cada vez mayor de los derechos y las libertades, para regocijo de la extrema derecha.Nosotros/as y los Otros/as, ese es el peligroso mensaje que se est difundiendocon esa actitud, un mensaje xenfobo y racista. La lucha contra el fascismo vuelve a sercompletamente necesaria.

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    La Izquierda Abertzale y tambin EH Bildu, porque en eso puede haber posiciones encontradas

    deber abordar un debate en profundidad sobre la integracin europea. Mientras tanto, seraconveniente cuidar la terminologa y las posiciones. Por eso, y tambin por convencimiento, lamayora de la izquierda se sita en el espacio eurocrtico, luchando por otra Europa, por la Europasocial, por la igualdad, por la justicia social, por el feminismo y la ecologa, defendiendo losderechos de todas las personas, poniendo en primer plano los derechos civiles y polticos de laspersonas y de los pueblos y alzndose contra todas las actitudes fascistas. Sin embargo, tambines cierto que en el mbito de la izquierda ha surgido algn movimiento, con un discurso basadoen el Plan B, es decir, imaginando posibles vas para salir del euro. El debate no es de ayer, pero losucedido en Grecia lo ha reavivado.

    Con todo, Grecia y la cuestin de las refugiadas y refugiados no han sido los nicos temas estrellade la poltica europea en 2015. Los nuevos procesos soberanistas Escocia, Catalunya y losobstculos que se les ha puesto han estado en el centro del debate poltico. En cualquier caso, laUnin Europea carece de un protocolo democrtico para afrontar las expansiones internas o paracanalizar los deseos y decisiones de las mayoras nacionales.

    Mediante ejercicios democrticos de soberana pero al mismo tiempo condicionados por lasintervenciones directas o indirectas de la OTAN, en 2006 y 2008 Montenegro y Kosovo pusieronen cuestin las fronteras de Europa. En una lgica contraria, Rusia ha apoyado algunos procesosindependentistas de facto: Abjasia y Osetia en el sur del Cucaso; Transnitria (Moldavia) y laRepblica Srpska (Bosnia), que estaban en el limbo de la legislacin internacional; y, en el centro

    del conflicto de Ucrania, Crimea y/o las repblicas de Donets y Lugansk.

    En cualquier caso, la va de la soberana plena basada en la legalidad la abrieron las islas Feroey Groenlandia en el marco de las negociaciones de sus respectivas relaciones con el Reino deDinamarca. Las Feroe actualizaron su estatus de 1948 en un nuevo acuerdo que se firm en 2005en el cual ambas partes se reconocen como iguales. Por su parte, Groenlandia (2008) vot unestatuto de autonoma que inclua el derecho de autodeterminacin, abriendo la puerta a unafutura independencia. En cualquier caso, Dinamarca no es Espaa, y Groenlandia y las Islas Faroeno son comparables con Euskal Herria y Catalunya ni demogrfica ni econmicamente.

    En lo que respecta a la Unin Europea, gracias a escoceses (SNP, 2007) y flamencos (N-VA Nieuw-Vlaamse Alliantie, 2010) los movimientos y propuestas independentistas dieron un gran saltoadelante en la pasada dcada: aunque se quedaron muy lejos de la mayora absoluta, se situaroncomo primera fuerza en las elecciones. Escoceses y flamencos han tomado el relevo del modelode Quebec, adaptndolo a sus respectivas realidades. En 2011, el SNP gan las elecciones pormayora absoluta y, cumpliendo la palabra dada y sin gran oposicin por parte de Gran Bretaa,impuls el referndum de 2014. En Flandes, en 2014, el N-VA se present a las elecciones con unprograma que propona reducir el Estado belga al mnimo y dar pasos en la va de la confederacin,sabiendo que un apoyo electoral del 30% no le permita afrontar un referndum independentistay que el confederalismo supone ya una escisin.

    Por ltimo, una vez que Espaa cerr la puerta a cualquier posibilidad de bilateralidad, Catalunyaopt claramente por un proceso soberanista unilateral. Los casos de Escocia y Catalunya hancolocado la reivindicacin del derecho a decidir en la agenda poltica de la Unin Europea. Porlo tanto, la independencia como proyecto poltico ha adquirido impulso en nuestro contexto

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    geogrfico ms cercano y se han abierto nuevas oportunidades para poder dar nuevos pasos en

    nuestro propio proceso independentista.

    Brexit o salida de Gran Bretaa de la UE. Factor a tener en cuenta en un futuro prximo. Noporque pueda transformar la propia Unin Europea, sino porque el referndum del prximo aotendr una repercusin directa en Irlanda, Escocia y Gales. El Sinn Fein irlands y el SNP escocsya han anunciado que impulsarn o exigirn sus propias consultas.

    2.1.2. Estado francs

    El Estado francs se halla inmerso en un proceso de reformas que est trayendo cambiosestructurales, incluyendo la reestructuracin territorial. Francia quiere solucionar mediantepolticas liberales la recesin econmica que atraviesa y los problemas de su estructura productiva(dependencia de las grandes empresas y las multinacionales extranjeras), y eso no es nuevo. Sinembargo, en comparacin con ofensivas anteriores, con el pretexto de que debe materializar lapoltica de austeridad impuesta desde Europa el gobierno del PS liderado por Hollande y Valls hadecidido transformar los pilares del Estado Social construido tras la II Guerra Mundial.

    Dentro de esa situacin general, ltimamente se estn produciendo movimientos notorios enel mapa poltico. El Frente Nacional de Marine Le Pen ha marcado muy claramente la agendapoltica del Estado francs. Ahora Hollande ha apostado por el patriotismo, pensando que eso le

    otorgar alguna ventaja en los sondeos de opinin y en las urnas. Pero copiar su discurso siempreha sido la mejor manera de alimentar a la extrema derecha. Y eso es precisamente lo que estnhaciendo, en cuestiones de seguridad, en el tema de las refugiadas y refugiados...

    En lo que respecta a la organizacin institucional, el proceso de recentralizacin del Estado seha acelerado en los ltimos aos. Dicho proceso se ha materializado en tres direcciones. Poruna parte, reforma del mapa regional, pasando de tener 24 regiones a configurarse en 11 macro-regiones. Ipar Euskal Herria pasa a formar parte de una nueva macro-regin de 6 millones dehabitantes que agrupa a las antiguas regiones de Aquitania, Poitou-Charentes y Limousin.Por otra parte, reduccin de las competencias de los Departamentos. Y, por ltimo, ampliar la

    extensin de las colectividades territoriales (mancomunidades municipales) y fortalecer suscompetencias, con un claro objetivo: obligar a los 6.000 consistorios del Estado francs (entreellos un gran nmero de pequeos ayuntamientos) a entrar en una dinmica de integraciny unin. Hay que subrayar que la aceleracin del proceso de recentralizacin ha reforzado elambiente favorable al reconocimiento poltico en los territorios nacionales: en Bretaa, Occitaniay Alsacia, pero especialmente en Ipar Euskal Herria y Crcega, el debate sobre el estatus polticoha conocido un gran impulso.

    En junio de 2014, la organizacin armada FLNC anunci el final definitivo de sus acciones. Esepaso unilateral vino precedido por el acuerdo base y las decisiones acordadas en la Colectividad

    Territorial de Crcega. En los ltimos aos, la Colectividad Territorial ha aprobado por ampliamayora medidas y reivindicaciones concretas en torno a tres elementos, an sabiendo que notienen cabida en la Constitucin francesa. Primer elemento: necesidad de un nuevo estatusautonmico basado en el reconocimiento del pueblo corso y dotado de un sistema fiscal propio.Segundo elemento: oficialidad de la lengua corsa. Tercer elemento: estatus de residente en la

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    isla, el cual servira para regular el mbito de la tierra y la vivienda, condicionando el derecho a la

    propiedad privada y el poder de transaccin a la organizacin de un proyecto de vida en Crcega(trabajar y vivir en Crcega). La decisin tomada por el FLNC en junio de 2014 fue entendidapor parte de todos los agentes como un importante paso para abrir camino a la hoja de rutaacordada y aprobada pblicamente en la Colectividad Territorial. Ahora hay que aadir a esa hojade ruta una cuestin importante: la excarcelacin de todas las presas y presos. En las ltimaselecciones esa dinmica ha dado sus frutos, con el triunfo de la coalicin de independentistas yautonomistas.

    2.1.3. Estado espaol

    Solemos decir que el Estado espaol sufre una crisis mltiple (econmica, social, institucionaly territorial), y todas esas crisis repercuten unas en otras. La crisis financiera internacional queestall hace 7-8 aos golpe al Estado espaol de una manera especial y diferenciada, lo cual hizoestallar los problemas acumulados durante aos el modelo de produccin basado en el ladrillo,por ejemplo y dej en evidencia las carencias estructurales el propio modelo de Estado de lasAutonomas, por ejemplo.

    Ahora han empezado a vender la idea del crecimiento econmico, aunque la mayora del trabajoes parcial e inestable. El nmero de horas laborales no ha aumentado se han repartido entrems gente y las condiciones laborales han empeorado, incluyendo el salario. As, asistimos a la

    aparicin de un fenmeno nuevo: tener trabajo no garantiza escapar de la pobreza. Adems deello, la llamada crisis de los cuidados se ha agudizado, expulsando a muchas mujeres del trabajoproductivo y/o imponindoles la sobrecarga del trabajo reproductivo.

    Los poderes financieros y oligrquicos han seguido acumulando riqueza, lo cual no ha hecho sino

    agrandar la brecha entre personas ricas y personas pobres. Al mismo tiempo, con la excusa de

    la crisis han recortado los servicios sociales y el sector pblico, perjudicando una vez ms a los

    sectores ms dbiles jvenes, mujeres e inmigrantes mientras que los agujeros provocados

    por los excesos de los bancos se siguen tapando con el dinero de todas y todos. Los rescates que

    ha hecho Europa para salvar a los bancos y las condiciones que ha establecido se han utilizado

    como excusa para imponer nuevos recortes a los sectores populares y a la clase trabajadora. Lacrisis econmica o la utilizacin de la misma ha agudizado la crisis social hasta convertirla en

    endmica. Salvando las distancias, todo eso tambin es aplicable a la situacin de Hago Euskal

    Herria.

    Por todo ello, a la ciudadana le resulta an ms terrible ver hasta qu punto est instalada lacorrupcin en los ncleos de poder. Eso ha daado la credibilidad de todo el sistema. Por primeravez, la legitimidad del rgimen del 78 se ha visto cuestionada a ojos de la ciudadana espaola.

    Junto a la crisis econmica y la corrupcin, se ha abierto el debate sobre el modelo de Estado.

    Porque les sale caro. En su da inventaron la frmula del caf para todos con el propsito dedesdibujar la especifidad de Euskal Herria, Catalunya y Galiza, y ahora son muchas las voces quedicen que esa frmula no es sostenible. Hay ansias de recentralizacin, y las pueden aprovecharen perjuicio de las especifidades nacionales que hemos mencionado.

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    En ese contexto se aprecia an ms claramente la naturaleza del proceso independentista puesto

    en marcha en Catalunya. Se ha pasado muy rpidamente de la enorme frustracin provocada porel Estado ante el esfuerzo por renovar el estatuto cataln a la esperanza que ha despertadola independencia. Ha sido el pueblo el que ha alentado y avivado el proceso y ha hecho quecambien las posiciones de los partidos, hasta el punto de conseguir en el Parlament una mayoraindependentista con el mandato claro de llevar el proceso hasta el final.

    Mientras tanto, est por ver cmo se formar el gobierno del Estado o si habr que repetirlas elecciones. Eso ha dejado diferentes cuestiones en una situacin de impasse. Hace muchotiempo que se viene escuchando que en la prxima legislatura habr que hacer una reforma dela Constitucin, despus de que esa crisis mltiple haya dejado tantos agujeros al descubierto.

    La posibilidad de una reforma en profundidad ha ido diluyndose, an ms en lo relativo a darrespuesta a las necesidades de las naciones sin Estado. Debido a la crisis provocada por Catalunya,la reivindicacin del derecho a decidir se ha odo con ms fuerza que nunca, pero no parece quepor parte del Estado haya ninguna voluntad de aceptar una salida democrtica.

    2.2. Euskal Herria

    2.2.1. Sobre la Euskal Herria de hoy

    Para no interrumpir el hilo de la lectura, este apartado se ha incluido en el anexo A. En el mismo

    se analizan algunas caractersticas bsicas de la Euskal Herria que vivimos hoy, concretamentelos siguientes:

    Organizacin territorial

    Desplazamiento de los valores sociales

    Medio ambiente y patrimonio natural

    Demografa y estructura social

    Estructura econmica y productiva

    Desplazamiento lingstico

    Asimilacin cultural y praxis centrfuga

    2.2.2. Sobre el rumbo de los ltimos aos

    Dado que en el balance sobre el cambio de ciclo que ha provocado Zutik Euskal Herria ya hemosofrecido bastantes elementos, este anlisis de la situacin en Euskal Herria va a ser bastantebreve. Resumiendo mucho, se puede decir que nuestro pueblo se encuentra en una encrucijada,debido a factores externos e internos. En los prximos aos tendremos que intentar despejar esaencrucijada en favor del proceso independentista.

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    Las reformas que se estn haciendo o se van a hacer tanto en el Estado espaol como en el

    Estado francs influirn en la situacin. Adems, los tempus no son los mismos en uno y otroEstado. En lo que respecta a Ipar Euskal Herria, con la puesta en vigor de la Comunidad Territorialse cierra un ciclo de 20 aos que se inici en 1994 con la iniciativa Pays Basque 2010. De ahen adelante se nos abre un nuevo ciclo que deber ser lo ms corto posible pero que se puedeprolongar 15-20 aos. Eso nos exigir una especial reflexin.

    En el Estado espaol tambin se anuncian reformas para la prxima legislatura, pero en EuskalHerria hace tiempo que el debate est tocando a la puerta, si bien ltimamente ha entrado enpausa debido a que determinadas fuerzas polticas lo han querido ahogar en el Parlamento deGasteiz y por nuestra parte no hemos sabido traerlo a primera lnea, entre otras razones. Tambin

    se ha producido un fenmeno curioso: dado que las amenazas de recentralizacin han puesto enel punto de mira el Concierto de la CAV y el Convenio de Nafarroa y el PNV ha querido distanciarsedel proceso de Catalunya, el partido jeltzale ha pasado a reivindicar de alguna manera la vaautonmica vasca (ya quisieran los catalanes tener el sistema del Concierto). Una vez ms, elPNV se dedica a alabar las supuestas virtudes de un marco ya agotado, y en las elecciones que sevan a celebrar este ao utilizar como reclamo la propuesta de profundizar en el autogobierno.

    Eso es algo que UPN no ha podido hacer en Nafarroa, ya que el rgimen se ha venido abajocarcomido por la corrupcin y bajo el empuje de la protesta popular. Ha sido un cambio polticode base social. Sin embargo, ha llegado a duras penas y de manera muy ajustada, lo cual, comoes normal, ha generado cierta prevencin a la hora de meterse en aguas profundas. Aunque los

    ataques van a ser enormes, ahora tenemos por delante toda una legislatura para avanzar enese cambio y enraizarlo. En la CAV tambin va a comenzar en breve una nueva legislatura, y esopuede suponer una oportunidad para el acercamiento entre ambos territorios, con el horizonte dedar saltos importantes en las elecciones forales y autonmicas de 2019-2020. Las conclusionesdel proceso Abian tambin tenemos que encararlas desde ese punto de vista, para socializarlneas y propuestas adecuadas con un mnimo de perspectiva y conseguir la suficiente activacinpopular, en la lgica de la estrategia que vamos a exponer ms adelante.

    El cambio de ciclo se puso en marcha sobre el eje de superar las consecuencias del conflicto y,aunque las condiciones objetivas eran mejores que nunca, no se ha dado el rumbo que exiga el

    proceso poltico. Quizs deberamos alzar un poco la mirada para percatarnos como es debido de lacoyuntura poltica e histrica que vivimos y evitar que las necesidades del momento nos ahoguen.

    Desde el punto de vista del proceso de liberacin estamos en una fase de transicin entre unmodelo autonmico basado en la divisin territorial y nuevos escenarios para estructurar elreconocimiento nacional y el poder poltico soberano. Esa transicin se inici con Lizarra-Garazi,pues fue entonces cuando se certific la invalidez del modelo autonmico. Otra cosa son lascarencias y errores que ha habido a la hora de gestionar esa transicin, tanto por parte de laIzquierda Abertzale como por parte de otros agentes polticos. Lizarra-Garazi, el Plan Ibarretxe ylas conversaciones de Loiola han sido oportunidades perdidas, y eso ha dejado su poso de cara a

    abordar esta transicin poltica con confianza.

    El cambio de ciclo ha recuperado y renovado las bases para ello, aunque ltimamente hemos entrado en

    un momento de reflujo. Sin embargo, se dan las condiciones para retomar la estrategia independentista

    y de cambio social, salir bien de la encrucijada y dar nuevos pasos en el proceso de liberacin.

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    3. EL PROYECTO POLTICO DE LA IZQUIERDAABERTZALEUna Euskal Herria independiente, socialista, euskaldun y feminista, esos son los objetivosestratgicos de la Izquierda Abertzale, y sobra decir que lo siguen siendo, sin ningn gnero deduda. Partiendo de ello, en el presente documento se propone una formulacin ms compacta denuestro proyecto poltico, entendiendo que el desarrollo del proceso independentista as lo exigeen la fase que ahora se abre.

    La Izquierda Abertzale fij unas bases ideolgicas slidas cuando aun liberacin nacional yliberacin social, cuando dijo que son las dos caras de una misma moneda. Esa ha sido una de lasmayores aportaciones ideolgicas en la historia de la Izquierda Abertzale. Esa sntesis ha sido labase ideolgica de un movimiento sociopoltico que ha llegado hasta nuestros das, una ofertapara la lucha poltica que muchos sectores populares han hecho suya.

    Aquella aportacin delimit el suelo ideolgico de la comunidad que se ha venido a denominarIzquierda Abertzale, ofreciendo un norte compartido a las diferentes visiones ideolgicas. Apartir de entonces hemos dicho que nuestro proyecto poltico es la independencia y el socialismo,incluyendo desde el primer momento el objetivo de una Euskal Herria euskaldun y aadiendoposteriormente el feminismo. Haber aadido el Feminismo se deriva del reconocimiento poltico

    del conflicto de sexo-gnero. Si bien en sus bases ideolgicas la Izquierda Abertzale ya tenateorizada la interseccionalidad entre las tres opresiones nacional, social, patriarcal, ahora lostres conflictos se ponen al mismo nivel. Esas bases ideolgicas del proyecto poltico, ademsde ser objetivos en s, tambin representan el contenido y la lnea de actuacin de un procesoliberador que debe atravesar toda la prctica poltica y marcar los progresos intermedios.

    A lo largo de toda su trayectoria, la Izquierda Abertzale ha sido capaz de ir actualizandodialcticamente su teora poltica fundamental lo que podramos denominar teora abertzale,a veces como consecuencia de los cambios sociales y polticos que se han dado en nuestro puebloy otras veces influida por los procesos poltico-ideolgicos mundiales. Muchas veces casi sin

    darnos cuenta y otras veces despus de largos debates, la Izquierda Abertzale ha llevado a caboesa actualizacin constante con la intuicin de dejar a un lado la ortodoxia en su creacin terica,bebiendo de muchas fuentes, intentando adaptarse a las condiciones de cada poca y buscandosiempre el aliento del pueblo. De hecho, una de las grandes cualidades de la cultura poltica de laIzquierda Abertzale ha sido saber conectar con una sociedad vasca plural, saber hacer suyas lasreivindicaciones sociales y nacionales. Ese es precisamente el reto al que nos enfrentamos ahora,para que el proceso de liberacin avance de manera decisiva en esta fase poltica.

    Es necesario renovarse y actualizarse, pero aunque han transcurrido bastantes dcadas y hemosatravesado diferentes contextos histricos debemos tener en cuenta que esa sntesis tiene

    ahora mayor actualidad que nunca. Ahora que el neoliberalismo patriarcal impera en el mundoglobalizado, ahora que la socialdemocracia ha fracasado y los Estados liberales son siervos de losmercados financieros, los proyectos independentistas se han convertido en esperanza para laemancipacin social en Europa.

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    Vivimos una crisis sistmica del capitalismo, una acumulacin de mltiples crisis que puede llegar

    a poner en peligro la vida misma. Todo parece indicar que este siglo XXI va a venir caracterizadopor el choque entre la vida y el capital. En ese contexto global, la reivindicacin de la soberanaha adquirido un carcter socialmente transformador: cada vez es ms evidente la necesidadde tener estructuras de Estado propias para poder garantizar a la ciudadana una vida digna,sostenible y democrtica. En ese sentido, el proceso de construccin del Estado propio se haconvertido en proyecto de emancipacin social, ahora ms que nunca. En el actual contextohistrico, en el conjunto de Europa no hay proyecto popular ms antioligrquico que los procesosindependentistas.

    En esta fase del proceso de liberacin son necesarias alianzas amplias entre los diferentes

    sectores y clases sociales afectados por las polticas de las oligarquas de Europa/Espaa/Francia asalariadas y asalariados industriales, empleadas y empleados de los servicios pblicos,pequeos empresarios y empresarias, precariado, trabajadoras y trabajadores domsticos,cooperativistas, agricultores y agricultoras, trabajadoras y trabajadores autnomos, intelectuales,pensionistas... . En esta fase y contexto histrico, profundizar en el proyecto independentistaaunque todava no se hayan conseguido todos los objetivos estratgicos es la oferta msrevolucionaria que se puede hacer, pues, como acabamos de decir, aqu y ahora no hay proyectoantioligrquico ms slido que los proyectos independentistas, porque son intrnsecamentefavorables a la transformacin social y a los intereses de la clase trabajadora, las mujeres y lossectores populares, porque el proyecto de construir un Estado independiente es el proyecto decrear un Estado diferente, el proyecto de construir otras relaciones de poder.

    Es por eso por lo que queremos contribuir a la creacin de un movimiento independentista amplio y

    hegemnico. Por una parte, como hemos dicho antes, porque es la va para dar pasos slidos en el

    terreno de la transformacin social; por otra parte, porque la consecucin del Estado Vasco con todos

    sus lmites por parte de ese amplio movimiento independentista le abrira a la Izquierda Abertzale

    nuevas posibilidades para materializar plenamente su proyecto poltico, le abrira el camino hacia

    el socialismo hacia un socialismo renovado y adaptado a Euskal Herria, convertido en sinnimo de

    radicalizacin de la democracia en todos los mbitos de la vida, contando con los medios necesarios

    para seguir profundizando en la construccin nacional y en la transformacin social.

    El modelo de Estado que vayamos construyendo ir en funcin de la construccin estatal quehagamos. Por esa razn, ha llegado el momento de poner tambin a debate determinadascaractersticas del modelo de Estado, sin olvidar nunca que cada debate se debe dar en sumomento, sin enredarnos en discusiones vanas. En lo que respecta a la configuracin polticadel Estado, lo que se ha instalado en el imaginario colectivo de la Izquierda Abertzale es elEstado jacobino. Sin embargo, los paradigmas emancipadores del siglo XXI estn proponiendootros modelos de Estado (descentralizados, enraizados en la comunidad, etc.). Se nos abre depar en par la oportunidad de ofrecer a la comunidad vasca un modelo de Estado democrticoe innovador, un modelo de Estado en el que la articulacin entre los diferentes territorios sehaga prioritariamente desde abajo hacia arriba y, en lo que respecta a los ayuntamientos, a las

    comarcas y a los mbitos poltico-administrativos actuales, se tome como modelo el carcterconfederal.

    Resumiendo, la nuestra es una Estrategia independentista transformadora, y su objetivoes el Socialismo Vasco,el cual har suya la indispensable aportacin del feminismo como eje

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    fundamental. De la misma manera, frente al capitalismo uniformizador apostamos por construir

    una Euskal Herria euskaldun formada por euskaldunes plurilinges.

    En consecuencia, el Estado Vasco no es un objetivo absoluto, sino un instrumento para latransformacin social, un instrumento al servicio del objetivo estratgico supremo: el SocialismoVasco, la radicalizacin de la democracia vasca en todos los mbitos de la vida. El SocialismoVasco es un objetivo de mximo nivel para impulsar la va hacia la erradicacin de toda opresinnacional, de clase o de gnero, un instrumento que viene a eliminar de raz el predominio de lapropiedad privada de los medios de produccin y la explotacin/opresin de la mano de obra.En consecuencia, la construccin del Estado Vascoes un proceso emancipador, un proyecto detransformacin social, el proceso de transicinal Socialismo Vasco.

    Mediante esa formulacin queremos hacer una relectura de nuestro proyecto poltico a la luzdel contexto histrico que estamos viviendo, intentando interpretarlo con las lentes de lascondiciones histricas del siglo XXI:

    Nuestro objetivo es el Socialismo Vasco, un socialismo adaptado a la idiosincrasia y alas caractersticas sociales, polticas y culturales propias de nuestro pueblo. Es ms,hablamos de un modelo de socialismo basado en el tejido comunitario, la tendencia a laautoorganizacin y el impulso asociativo que han caracterizado a Euskal Herria a lo largode los siglos.

    Nos situamos en los parmetros del socialismo del siglo XXI y, por lo tanto, vemos elsocialismo como radicalizacin absoluta de la democracia.

    El Socialismo Vasco es una alternativa integral al modelo capitalista: en lugar de laacumulacin de beneficios por parte de una minora, reparto equitativo de la riqueza; enlugar de la dictadura econmica del capital, tejido econmico al servicio de la comunidad;en lugar de la explotacin salvaje del medio ambiente, desarrollo sostenible; en lugar dela supremaca de las transnacionales, soberana de los pueblos; en lugar del imperialismogenerador de continuas guerras, solidaridad internacionalista y paz basada en el respetomutuo entre los pueblos.

    El Socialismo Vasco tiene como base fundamental la aportacin que hace el feminismopara darle la vuelta a las relaciones de poder del sistema capitalista patriarcal. Superandoel modelo patriarcal de sociedad, queremos construir una sociedad que ponga la vida enel centro y se base en una nueva forma de relacin entre mujeres y hombres, invirtiendolas relaciones de poder. Impulsaremos la transformacin feminista de la sociedad actual.

    La lucha por el euskara y la cultura vasca tambin la entendemos en parmetros deemancipacin social. De hecho, posicionarse a favor de una cultura minorizada es unaposicin de insubordinacin contra las tendencias dominadoras, pues el derecho de nuestra

    comunidad a vivir en euskara es lo que est en el centro del conflicto lingstico, es unacuestin relacionada con la justicia social.

    El Socialismo Vasco lo iremos construyendo de manera dialctica, explorando nuevasdimensiones en los procesos sociales y avanzando hacia propuestas tericas y prcticas

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    ms desarrolladas. La Izquierda Abertzale tiene que sentirse fuerte ante los retos de las

    prximas dcadas, para estructurar en nuestro pueblo un Socialismo Vasco apegado a sucultura y formas sociales, para llevar adelante un proceso de democratizacin radical detodos los mbitos de la vida.

    Como hemos dicho, el independentismo es un proyecto de emancipacin social, un potenteproceso de empoderamiento y movilizacin de amplios segmentos populares, un procesogeneralizado de politizacin de la sociedad, es decir, una revolucin democrtica.

    En resumen, el Proceso Independentista Transformador es un proceso de transicin alSocialismo Vasco, es decir, un proceso democrtico revolucionario.

    Para finalizar vamos a hablar sobre la importancia que tiene la dimensin individual en nuestroproyecto poltico. La Izquierda Abertzale est formada por personas y, por lo tanto, las personassomos la base del proceso de desarrollo de su proyecto poltico. Tenemos que convertir los valoresdel Socialismo Vasco en prctica diaria, y el modelo de vida basado en esos valores tiene que sereleccin personal de cada uno y cada una de nosotras, alimentando el proyecto colectivo, pues laprctica emancipadora colectiva nos har personas libres.

    4. A DNDE Y CMO VAMOS, ACTUALIZACINDE LA ESTRATEGIA: DECANTACININDEPENDENTISTALos Estados no tienen ninguna oferta poltica que satisfaga las aspiraciones y necesidades de laciudadana vasca. Al contrario, se empecinan en la negacin, la imposicin y la asimilacin, y enocasiones buscan incluso la recentralizacin. Al mismo tiempo, no se atisba ninguna posibilidad

    de acordar un marco democrtico que acepte como materializables todos los proyectos polticos,por lo menos no a da de hoy. Los Estados carecen de la madurez democrtica necesaria paraacordar una solucin integral y completa de esas caractersticas. Debido a su debilidad estratgica,le tienen miedo a ejercicios de ese tipo.

    Ante esa situacin, la Izquierda Abertzale piensa que lo que tiene que hacer es fortalecer enEuskal Herria la va de la independencia, haciendo que esta idea se convierta en hegemnicaentre la ciudadana vasca. Solamente un proceso soberanista unilateral nos podr llevar aescenarios verdaderamente democrticos. Solamente un proceso soberanista unilateral puedegarantizar el desarrollo de la identidad vasca sin discriminaciones ni recortes de derechos.

    Solamente un proceso de ese tipo puede posibilitar la materializacin paulatina del cambiosocial y la garanta de los derechos sociales priorizando el bienestar y el empoderamiento dela clase trabajadora y los sectores populares. Solamente un proceso de ese tipo podra crearla relacin de fuerzas suficiente para que algn da sea posible acordar y aceptar verdaderasvas de solucin.

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    Por lo tanto, el reto es crear un movimiento independentista amplio, plural, slido y eficaz; un

    movimiento que sea capaz de llevar hasta el final esa hegemona ideolgica independentista,que cree las condiciones para dar saltos y sea capaz de responder a los ataques. Solamente esopuede condicionar o desactivar la cerrazn de los Estados y hacer que se muevan las posicionesde las fuerzas polticas y de los diferentes agentes.

    Todo eso es lo que hemos denominado decantacin independentista. Es un concepto clavepara la actualizacin de la estrategia. Porque es una eleccin, una eleccin plural y heterognea.Opcin y opciones, por lo tanto. Fruto de muchos esfuerzos; camino y caminos, por lo tanto. Y, loms fundamental, nos va a exigir la organizacin y activacin eficaz de todo un pueblo. Se llevara cabo como fruto, acumulacin y decantacin de muchas aportaciones, para que podamos

    dar saltos para construir y conseguir la independencia y siempre sobre dos grandes cauces: laconfrontacin democrtica contra la negacin y la opresin, y la activacin popular imprescindiblepara ello, porque Euskal Herria sigue siendo un pueblo sometido, oprimido y fraccionado.

    4.1. Regenerar la oferta independentista

    La era horizonte de la independencia no es la era de la independencia en s, sino la era de llegar a laindependencia. Eso quiere decir que, una vez superada la larga era de resistencia-supervivencia,la independencia es el principal referente y objetivo de esta era. A decir verdad, la resistencia yla construccin de alternativas siempre van unidas, la defensiva y la ofensiva siempre van de la

    mano. La cuestin es la medida, es decir, qu es lo que se impone en esa compleja relacin. Duranteaos, en Euskal Herria y, por supuesto, tambin en la Izquierda Abertzale- se han impuesto laresistencia y la defensiva, pues la clave era resistir para no perecer ante los ataques (como culturapopular, como movimiento, como proyecto). Ahora, sin dar por agotadas la resistencia y lastendencias/posturas defensivas, se debe imponer la construccin del proyecto alternativo. Elhorizonte de Euskal Herria no es escapar de la muerte, sino construir una nueva manera de vivir,y la idea reguladora de la lucha de esta era es la independencia.

    En esta era, la clave est en lograr que los intereses y des