Absentismo Escolar 20090427 José Luis Corzo

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Tambin la escuela ante la marginacin, la exclusin y el absentismo escolar. Jos Luis Corzo Bilbao 27.4.2009 Entrada Amigos: la envergadura del problema que nos rene esta maana aqu me sobrecoge; evidentemente por las personas concretas aunque desconocidas para m que, con nombres y apellidos, con sufrimientos familiares, con dolores humanos, con riesgos y hasta con vctimas muchas veces, estn detrs de cuanto podamos decir en este marco tan confortable. Tambin me sobrecoge la responsabilidad ante el nombre de quien os ha recomendado el mo para que viniera hoy: Joaqun Garca Roca. Mis amigos y otros conocidos del Pas Vasco y de Bilbao y Bizkaia, en concreto, tambin. Y en especial el creador y hasta hace poco alma de la Fundacin Peascal, uno de los ingenios para la educacin compensatoria, es decir, la verdadera educacin, ms logrados que yo conozco. Adems he buscado bibliografa estos das pasados y en mi casa han salido varias cosas de aqu, del Pas Vasco. As que perdonad de antemano que no logre cumplir todas vuestras expectativas ni estar a la altura de toda vuestra experiencia en este terreno. Actualmente me dedico ms a la teologa pastoral, pero ste de hoy es el tema estrella de mi vida, como se ve en mi reciente libro Jesucristo falta a clase, que si est escrito desde la nueva ladera de mi montaa laboral, la teologa, aora la anterior y, en el fondo, habla de ella: los 113 millones de nios en el mundo sin escolarizar y muchsimos ms con fracaso escolar en todo el mundo. Por todo eso, me duele mucho defraudados. Seguro que cada uno de vosotros ha venido aqu con problemas reales: chicos y familias difciles, cifras que aumentan y que no logris disminuir... Acaso tambin os preocupa vuestra propia situacin personal y profesional no me refiero a salvar vuestro puesto de trabajo, sino a hacer las cosas bien, con dignidad, y sin perecer en el intento. (Algunas condiciones actuales de la enseanza la estn convirtiendo en actividad de riesgo). Pero, a pesar de todo eso, tambin vosotros tenis que escucharme a m. No slo respuestas a vuestras demandas y expectativas previas, sino mi propia interpelacin. Porque esta ponencia quiere ser dialctica, es decir, provocativa, quiere proponer en dilogo una anttesis a la tesis misma que os ha reunido aqu. Para que respondis vosotros en busca de vuestra propia sntesis. Para eso la he preparado. En resumen Anticipo o resumo ahora lo que os quiero decir con esta hiptesis: Alguien o, mejor, entre todos, hemos diseado el cuadro escolar actual; tal como lo hacen por una parte las leyes y tal como est de hecho en las aulas concretas de todos los centros pblicos y privados, rurales y urbanos, de Infantil, Primaria, Secundaria obligatoria, Profesional, etc. de nuestro pas y de Bizkaia en concreto. Alguien o, mejor, entre todos, hemos hecho obligatoria recientemente la escuela hasta los 16 aos. Un paso serio y de mucho riesgo, que no coincide con otros pases

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europeos. Muchsimos chicos y chicas disconformes con la escuela a esas edades son una fuente de conflicto, obligatoria; esa es la novedad. (Por lo dems, la demanda social, no estrictamente la educativa, quisiera an una escuela ms extensa: de 0 a 3 aos y, desde luego, de 3 a 6. Al menos, como guardera; ojo, el concepto guardera no es exclusivamente infantil. Vuestro Programa para garantizar el derecho a la educacin de 2003, asegura que en el Pas vasco est generalizada la escolarizacin desde los 3 aos p. 25). Ahora bien, de no ser muy buena, esta encerrona legal y fctica de 6 a 16 aos que con sus anexos puede durar hasta 13 o ms aos de la vida inicial estaramos ante la ms agresiva y prolongada institucin obligatoria de nuestra sociedad. Ms que la mili obligatoria, que ya no existe, o que el servicio social obligatorio que hacan en aquel rgimen las mujeres y que tampoco existe. No tan larga es verdad como la vida laboral, necesaria obligatoriamente para poder alcanzar una jubilacin digna. Ni tampoco ms larga que la jornada laboral diaria, de 8 horas obligatorias (aunque tambin pesen las 5 escolares); ni tampoco ms larga que el calendario laboral anual, ya que el de la escuela no alcanza ni 183 das al ao; esto es, su mitad. Aunque esto sin duda para m se vuelve esta maana en contra nuestra. Hay muchos nios que necesitan ms escuela; la igualdad no siempre se decreta y tratndose de la construccin de la persona, el igual para todos no garantiza la justicia. Al contrario, la mayor injusticia es tratar con igualdad a quienes son desiguales. Y no hay que olvidar que nuestra escuela actual ha nacido, una y otra vez, como una extensin sucesiva para todos de la escuela que slo tenan los ms afortunados. Con 9 meses de escuela ya tenan bastante. Pero, en fin estas comparaciones me servan slo para ponderar los aparentes excesos de una institucin infantil obligatoria... Porque, en cuanto a su bondad intrnseca la escuela es buena , aparte defectos eventuales de sta o aqulla, y fijndonos en sus contenidos o como dicen los chicos abreviando en para qu sirve , yo no quiero responder con los autores que propusieron en los aos 70 desescolarizar la sociedad: como Ivn Illich, La sociedad desescolarizada y Everett Reimer, La escuela ha muerto (Barral, Barcelona 1974 y 1973). Slo quiero apuntar que podra no ser tan buena; y citar una acusacin discutible, pero que yo podra firmar amoldndola a la aldea globalizada en que vivimos en este siglo XXI de dos autores del siglo anterior, a quienes yo tengo como guas, precisamente en mi pasin favorable a la escuela. Pero esto dicen ellos:Son escandalosas las escuelas clericales de lujo de Florencia, pero nunca tanto como la escuela estatal, que no slo desde que la Democracia Cristiana est en el poder, sino desde el lejano 1860, cuando a los curas se los miraba mal ha sido siempre una cloaca de propaganda empresarial, bajo ningn aspecto mejor que las equivalentes cloacas eclesisticas. As que hoy no movera un dedo en favor de la escuela estatal, donde no reina la menor libertad de ideas, sino slo conformismo y corrupcin (L.Milani a L.Mencaroni 9.3.1961, en G.Pecorini, I care ancora (EMI, Bolonia 2001) 98.

Y esto dice Paulo Freire, ms lrico, haciendo suyo un poema de Tom Paxton (Chicago 1931) cantado por Pete Seeger (Nueva York 1919). Pero vosotros no os preocupis; han pasado muchos aos desde esta conferencia de Freire en Ginebra en 1970. Puede que hoy las cosas estn mucho mejor O no? 2

Que aprendiste hoy en la escuela, mi pequeo? Que aprendiste hoy en la escuela? Yo aprend que Washington nunca ha dicho mentiras. Yo aprend que los soldados mueren muy rara vez. Yo aprend que cada uno es libre. Y que lo que el maestro me dice eso es. Eso es lo que yo aprend en la escuela hoy. Eso es lo que aprend en la escuela. Yo aprend que los policas son mis amigos. Yo aprend que la justicia nunca acaba. Yo aprend que por sus crmenes mueren los asesinos, aunque nosotros cometemos tambin alguna falta. Yo aprend que nuestro gobierno debe ser fuerte. Tiene siempre razn y nunca se equivoca. Nuestros jefes son los hombres mejores. Y nosotros los elegimos sin cesar. Qu aprendiste hoy en la escuela, mi pequeo? Qu aprendiste hoy en la escuela? Yo aprend que la guerra no es tan mala. Yo aprend algo sobre las ms importantes que hemos tenido: cmo hemos combatido en Francia y Alemania. Y que un da yo podr probar mi suerte. He aqu lo que aprend hoy en la escuela. He aqu lo que aprend. Y comenta Freire ese podra ser, ms o menos, el poema que millones de nios de diversas partes del mundo podran recitar si se les preguntara lo que aprendieron hoy en su escuela. Y si por curiosidad se nos ocurriera preguntar a nuestros jvenes lo que han aprendido hoy en la universidad sus respuestas no seran menos impresionantes que las del pequeo del poema de Tom Paxton. Entre otras cosas podran responder hoy aprendimos en la universidad que la objetividad de la ciencia implica la neutralidad del hombre de ciencia; y aprendimos que el conocimiento es puro, universal e incondicionado y que la universidad es la sede de ese conocimiento Aprendimos tambin que el desarrollo econmico es un problema puramente tcnico; que los pueblos subdesarrollados no son eficientes, a veces por la mezcla de razas, a veces por razones de clima y otras veces por su misma naturaleza.

La anttesis En resumen, que vuestra tesis tambin tiene su anttesis: Ah est la jaula escolar de 10, 13 o ms aos de duracin nada agresiva, siempre y en todo buena, pero algunos desgraciados o insensatos no quieren entrar... Nos hemos reunido para que ninguno se quede fuera. Y me habis llamado para que os ayude. En la televisin, hace no ms de una semana, se vieron policas municipales de Barcelona buscando chicas y chicos por la calle durante el horario escolar. Desertores escolares los llaman en Latinoamrica para referirse a la desescolarizacin, al absentismo y al fracasado que no vuelve al curso siguiente y que, por cierto, antes no dejaba huellas estadsticas en Espaa, como he denunciado varias veces. Os hago notar que en otros foros como ste no hablan de absentismo escolar, sino de fracaso escolar; y se refieren a las nias y nios que entre 6 y 16 aos ya

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obtienen el primer fracaso social de sus vidas: el suspenso, la repeticin, la censura, la devaluacin y desestima social, la discriminacin en suma. Pues bien, no ser que huyen de todo ello los del absentismo? He aprendido en uno de vuestros libros Primer encuentro sobre marginacin de Euskadi, patrocinado y subvencionado por el Gobierno vasco y organizado por la Escuela diocesana de Educadores de Juventud (Bilbao 1986) que en la Comunidad gitana todava no se entiende bien el por qu y el para qu de la educacin escolar y que no son raros los casos de padres que consideran como un favor hacia los maestros (para su modus vivendi) el hecho de mandar sus hijos a la escuela p. 234. Lo sorprendente es que existen tambin en Espaa, pero ms en USA movimientos de padres de familia no gitanos, sino bien establecidos en nuestras sociedades, objetores de conciencia ante la escuela obligatoria para sus hijos. As que no es ociosa mi pregunta: ser buena la escuela? No hay respuesta unvoca. Para los fracasados escolares es mala. Y, de rechazo, hay que decir bien claro que el fracaso no es suyo (de ellos), sino de ella (la escuela). La cuestin no es que los chicos sean unos inadaptados, sino que ella, la escuela, no se sabe adaptar a ellos. Con la pretensin de obligar a todos, hay que asegurarse de hacer un servicio y no un dao. En busca de sntesis Os animis entonces a que hagamos la reflexin dialctica as? Caben dos hiptesis: Hay chicos que no vienen a la escuela. Hay que atraerlos. Lo cual probablemente va a desencadenar estrategias de persuasin, si no de coaccin. Cierto paternalismo. Hay que aumentar el atractivo de las actividades escolares, dice vuestro Programa 2003 p.27. Y como anttesis: Tal vez estos chicos que no vienen tengan razn y se defienden. Somos nosotros quienes debemos asegurar nuestro propio cambio. Lo cual sugiere estrategias de servicio y de adaptacin nuestra a la situacin de ellos. Cierta complicidad. Hay tambin una versin dulce de esta dialctica extrema, pero me parece que no hace sntesis sino que formula las cosas de un modo tangencial. Es sta: tenemos que garantizarles el derecho a la educacin; hay que erradicar la desescolarizacin y el absentismo escolar en Bizkaia. Pero es un derecho-deber, claro est. Y me parece tangencial porque todo depende de los contenidos reales de la escuela, como ya he dicho. Me gustara mucho saber vuestra respuesta a este planteamiento dialctico. Un punto de vista y una precisin Para poder construir una sntesis entre, por un lado, nuestra oferta de aquellos servicios que garanticen el derecho a la educacin (es decir, la escuela obligatoria) y la eventualidad de que ella sea una encerrona para quienes huyen de un temprano fracaso ms, os adelanto que soy consciente de que tal huda les puede acarrear males mayores; pero nunca absolutos, porque la escuela no les es imprescindible a los humanos, ni siquiera hoy.

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Me interesa ms ofreceros una puntualizacin previa y un punto de vista alternativo y seguro. ste, sin dudarlo, va ser el inters de los propios chicos; no el nuestro, aunque ya s que a ellos:la Constitucin les atribuye este derecho-deber en su beneficio propio, pero en la misma medida en beneficio de toda la sociedad (Programa 2003 p. 21).

Dicho queda y grave sera que el beneficio social incluyera una cierta cuota de selectividad entre los mejores y los peores. Pero esto, en la escuela general y bsica, por favor, no. La escuela obligatoria naci tericamente para la igualdad y es por su misma naturaleza siempre compensatoria. Nunca debe ser nica igual para todos, lobos y corderos y que, luego, se apaen los dbiles. Contribuir a esa rivalidad social bajo la apariencia incluso de confesionalidades diferentes es un delito, no protegido por la ceguera. Porque el saber, la escuela es siempre un arma, de vencedores o de vencidos, a elegir; y se impone que el Estado la garantice compensatoria, mejor para los peores. Las mejoras concretas incluyen a los profesores mejores, los ms experimentados, no los interinos que se tienen que aguantar con lo que caiga. As que la puntualizacin urgente que necesito compartir con vosotros versa sobre qu es exactamente lo que la sociedad en la escuela tiene que ofrecer a todos los chicos, porque educar es otra cosa. He dedicado a ello un libro reciente y me apasiona. Hay que distinguir sin miedo dos fenmenos diferentes: la enseanza, aprendizaje o instruccin, es una accin expresada con verbos transitivos; algo se transmite y transita del que sabe al que aprende. Pero el proceso existencial humano del crecimiento personal (educere) no es transitivo. Y cuando con el verbo ensear, se pretende educar y modelar a otro, lo que hacemos es amaestrarlo, domesticarlo y, si se pudiera, clonarlo. Mal asunto cuando los polticos usan el verbo educar y se ponen a proyectar el hombre del siglo XXI. Nuestro Ministerio se llam con ms humildad como todava en Italia, por ejemplo de Instruccin Pblica. Y ya le vale. Ojo a ciertos eufemismos, como integracin social! Tambin el trabajo y la vivienda son derechos de todos y a muchos no les llegan. Se abusa del verbo educar como transitivo; tambin lo hacen ciertas asociaciones de padres, como si el nio fuera suyo (de ellos), cuando siempre es suyo (de l). Leed mi libro, si lo dudis y perdonadme la publicidad. La revista que tengo el honor de dirigir desde 1998 se llama Educar(NOS); ni siquiera uno a otro, a la recproca que nunca Freire ha dicho eso , sino juntos. Suscribos, no vive de la publicidad, porque ni la acepta ni, lo que es peor, apenas se la hace. www.amigosmilani.es Educir de s como persona no es un proceso vegetativo, sino en el fondo un proceso existencial de relaciones, queridas o impuestas por la vida, de bsquedas o de respuestas a los desafos que la vida nos trae. Muchos de estos desertores de la escuela han educido ms que nosotros mismos, estn ms educados, a pesar de todo; la mayora jams hemos afrontado la pobreza, el alcoholismo, el paro, la raza gitana etc. de nuestros padres. Y es que la persona humana es en s misma resonancia y relacin, compaa, ms que datos, potencias o cualidades de la biologa, fisiologa, psicologa La per-sona, primero oye y, luego, re-suena y responde (o no) a la naturaleza, a los dems y a Dios (dice Paulo Freire). Por eso nadie educa a nadie; nos educamos en comunin mediatizados por el mundo (tambin el maestro).

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Desde mi experiencia y saber no me cabe duda: la escuela debe ofrecer la instruccin, los aprendizajes necesarios. Edgar Morn (1921) los resumi en siete para la UNESCO en un conocido texto:La ceguera del conocimiento: el error y la ilusin [aprender a no saber] Los principios de un conocimiento pertinente Ensear la condicin humana Ensear la identidad terrenal Enfrentar las incertidumbres Ensear la comprensin mutua La tica del gnero humano Los siete saberes necesarios para la educacin del futuro (UNESCO, Pars 1999)

Hacia lo ms concreto Aterrizar ahora en una sntesis y alternativa eficaz supone concretar nuestras hiptesis y contar con la intervencin de los especialistas en una red activa de dilogo y de trabajo diario. Por ejemplo: 1. Mucho de lo anterior se desdibuja con la poca edad de los nios y nias. Ya no deciden ellos, ni siquiera opinan contra la escuela. Son sus padres, y lo malo es que tambin stos pueden agredir a sus hijos. Nunca lo veo escrito, pero el hecho de tener hijos en ciertas condiciones no parece sino una primera agresin a los mismos. Es asombroso cmo un calor hormonal est tan ligado a tan enorme responsabilidad como la de ser padres. Pero nada nos autoriza mnimamente a semejante juicio ni a establecer de antemano las condiciones de la paternidad y maternidad de otras personas. Pero en esto la correccin intelectual y poltica - y hasta catlica! - parece consagrar el sagrado derecho de los padres sobre la educacin otra vez! de los hijos. Pero yo tengo grandes dudas sobre el lugar que ocupa este derecho, porque antes que l est la obligacin de asistir a las necesidades de los nios. Por ese orden: primero la necesidad, luego la obligacin, por fin, el derecho. Cf. Simone Weil, Echar races (ed orig. Lenracinement. Prlude a une dclaration des devoirs envers ltre humain 1949), Trotta, Madrid 1996, p. 83. Grecia antepona la obligacin y el derecho del estado (como en Esparta) a los propios padres; Roma los entreg a stos; por fin, la ONU habla de los derechos del nio. En stos tenemos que fijarnos, y ver que proceden de sus necesidades reales. Si la medicina se hubiera detenido en el estudio de la salud, an estaramos en Hipcrates; pero se ha fijado en la enfermedad y avanza incansable hacia delante. La pedagoga no sale de los ideales y los derechos y ha de mirar ms a las carencias y a los problemas, como hacis vosotros. Sin miedo, hay que inventar. A ms necesidad, ms obligaciones de los padres y de la sociedad. Me gusta mucho la implicacin de los Servicios Sociales de Base de Ayuntamientos, Diputacin foral y hasta de la Fiscala. (Programa, p. 27-33). Vuestro trabajo ha de verse como defensa de los menores y as puede significar, en casos concretos, defenderlos contra sus propios padres. Esto aumenta vuestra responsabilidad, sin olvidar como punto de vista bsico, que el nio es suyo, de l, lo que slo se percibe desde sus necesidades concretas, mucho mejor que desde la pura Ley. Las necesidades concretas en lo que a mi respecta agravan la exigencia de que la escuela se amolde a ellos y revise cuidadosamente qu servicios les ofrece. Y hasta actuar contra sus padres exige cierto ejercicio dialctico. Qu necesitan esos padres y por qu agreden a sus hijos? 6

Hace tiempo haba internados de alcurnia, que no eran un desdoro para nadie ni, mucho menos, privacin de libertad. Al contrario. Hemos sabido de algunos en Inglaterra y en Suiza, por ejemplo, de fama internacional y cinematogrfica. Pues hoy los necesitan en Bizkaia algunos padres incapaces hasta de alimentar a sus hijos. Existen? Ayer dijo la TVE que 14.000 nios pequeos en Espaa aguardan en residencias infantiles un acogimiento familiar, que slo reciben 3 de cada cuatro. Yo he vivido 20 aos en un internado no de alcurnia, menos mal! pero s de alta calidad acomodada a fracasados escolares del medio rural y a algunos chicos afectados por el Tribunal de Menores. Todos mayores de 14 aos. Ellos mismos consideraban un privilegio estar all. Y no puedo entrar ahora en los detalles. 2. Si pensamos en nios de mediana edad y en padres ya no tan culpables del absentismo de sus hijos, la situacin es ms fcil. El servicio social y escolar que necesitan, a veces requiere comedores, gimnasio, piscina, pero, sobre todo, creedme, necesitan el tiempo pleno. Las familias acomodadas normales multiplican su atencin educativa a los chicos durante las estancias en casa y en las vacaciones. No es justo que para los nuestros la calle y las vacaciones sean un riesgo cada vez. Pero, atencin, si acaso nosotros mismos ahora vemos el aprendizaje y el aprovechar el tiempo y, por lo tanto, la escuela, como algo enojoso y desagradable que necesita tantas vacaciones me temo que no estamos capacitados para esta tarea. Hay que revisarlo todo. No cualquier escuela es buena; pero una escuela buena s lo es. 3. Parece que de nuevo se nos complica todo ms cuando los chicos se hacen casi adultos. La ESO es para muchos profesores amigos mos casi una tortura, que les hace desear una doble va a los 14 aos para listos ms aulas, para tontos, el trabajo fsico como pens la LOCE (dic. 2003). Algo habra que decir, s, sobre las causas y consecuencias de aquella unificacin de todos hasta los 16 aos (que meti en la guardera de la escuela a tantos parados prematuros). Algo habra que decir de la demora de una buena FP hasta los 16. Sin ser buensima aquella FP de Primer grado, pudo salvar a muchos. Ahora bien, yo no creo que todo se complique cuando aumenta la edad de nuestros desertores. El servicio que requieren cuando empiezan a rechazar la jaula escolar obligatoria pasa necesariamente por dos cosas que ellos pueden comprender mejor que los pequeos: una buena motivacin con argumentos y un buen mtodo pedaggico, es decir, aunque os resulte paradjico: los contenidos, tonto, los contenidos! (como deca Clinton de la economa al Bush padre). La motivacin La motivacin nuestra y suya estar siempre en juego a lo largo de toda esta reflexin. Nuestra motivacin es la ayuda a sus necesidades concretas, el servicio, ya lo hemos dicho; jams la selectividad de los mejores, ni menos an la domesticacin de nadie. Y la de ellos? Por qu no el servicio tambin? Sobre los fines de la educacin no hemos terminado todava de pensar. Es tarea permanente de cada claustro y de cada equipo concreto contra el absentismo. Neil Postman escribi en 1995 para los USA un buen manual: El fin de la educacin. Una nueva definicin del valor de la escuela (Eumo, Girona 1999). El motivo para estudiar yo lo conozco y voy a compartirlo con vosotros en dos idiomas (es una pena que no sepa euskera). Primero en lengua cristiana, catlica incluso. Despus, en la lengua que elabor el marxismo. Por favor, resistid, no tengis

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miedo a ninguna de las dos. Todo empieza por una hiptesis: los jvenes son generosos y prefieren morir por el dbil que por el fuerte, por el cado que por el vencedor. Yo haba acertado y vosotros no; escribi Milani a los curas que suponan que atraeran a los chicos con diversiones (Experiencias Pastorales BAC, Madrid 2004, p. 176) Habais supuesto, desde el principio, que los jvenes son borregos y que iban a inclinarse siempre de la parte ms numerosa y vencedora (b). Pues bien:Se busca un fin. Tiene que ser honesto. Grande. Que no suponga en el chico otra cosa que el ser un hombre. Es decir, que sirva a los creyentes y a los ateos. Yo lo conozco. El cura me lo ha impuesto desde que tena 11 aos y le doy gracias a Dios. Me he ahorrado mucho tiempo. He sabido minuto a minuto por qu estudiaba. El fin justo es dedicarse al prjimo () Pero esto es nicamente el fin ltimo para recordarlo de vez en cuando. El inmediato, para recordarlo minuto a minuto, es entender a los dems y hacerse entender, Alumnos de Barbiana, Carta a una maestra (PPC, Madrid 1996) 97.

Y ahora en el idioma de Marx, en una carta privada:Vd. se equivoca al pensar que he sido yo el creador de aquel ambiente [escolar] y de la fuerza para abandonar las diversiones de masa y correr hacia las del espritu y el intelecto. Sera lo mismo que decir que Coln cre Amrica. Amrica ya exista; bastaba descubrirla, es decir, levantar el velo que la cubra. El inters de los jvenes obreros y campesinos por la cultura y el pensamiento ha sido ocultado yo creo que maliciosamente por la clase dirigente de los ltimos cincuenta milenios, con distintos medios, que van desde el no construir escuelas ni hacerlas eficaces, ni dar a los pobres la posibilidad econmica de frecuentarlas, hasta el cebo de atracciones y distracciones, como la televisin, el cine, los deportes ms los vicios que en ellos se propagan y una serie de tpicos, artificialmente mantenidos durante siglos (los jvenes quieren divertirse, el estudio produce agotamiento, la diversin es higinica, no se vive ms que una vez, la juventud es despreocupada, recrearse es demasiado serio para su edad la llamada del sexo es mayor que la ambicin, a los jvenes les toca pensar en las mujeres (al tiempo que se calla cuidadosamente que al joven le toca la preocupacin social y sindical precisamente en esos aos de los 14 a los 27 30 durante los que es posible aplazar la preocupacin por la mujer, el matrimonio, los asuntos levemente antisociales de la familia, etc.). Roto este velo o sudario fnebre, la escuela resulta fcil a los pobres; yo dira, ms bien, que nace por s misma El nico inconveniente es que el sudario slo se rompe con el ideal de la lucha de clases. L.Milani al magistrado M. Ramat 3.2.1961, en L.Milani, Dar la palabra a los pobres. Cartas (ACC, Madrid 21995).

Todava tengo un texto ms en una lengua mixta, que os sorprender. Lo comprenderis muy bien y slo al final os dir a quin pertenece, aunque en ninguno de los tres me interesa el argumento de autoridad, sino su fuerza argumental:Dado que la educacin es un medio eficaz de promocin social y econmica para el individuo, si la Escuela Catlica la impartiera exclusiva o preferentemente a elementos de una clase social [seguramente tambin pueda leerse: o regin del mundo] ya privilegiada, contribuira a robustecerla en una posicin de ventaja sobre la otra, fomentando as un orden social injusto. Sagrada Congregacin para la Educacin Catlica, La Escuela Catlica (Roma 1977) n 58.

A la escuela se va para poder ayudar a otros frente al enemigo, para poder comprender los resortes con los que l se ha quedado con todo y a nosotros (a nosotros, no; es retrico; a ellos), a nuestra madre, a nuestros hermanos, a los amigos

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nos queda el andamio, en el mejor de los casos, un sueldo escaso y el bar y el ftbol para toda la vida. Podra contaros una ancdota personal en Getafe. Y si tratramos de investigar el universo semntico de nuestras chicas y chicos desertores y descubriramos que tienen palabras generativas mucho ms hondas que el pasotismo y que, si huyen de la escuela, es porque no les ofrece ms que un falso arribismo egosta e insolidario con los suyos? La experimentacin Hay un punto aqu en que la enseanza escolar se une con la educacin: cuando el aprendizaje sirve para comprender la opresin, para saber dnde est el enemigo y quines son en realidad las vctimas a las que tenemos que ayudar. Comprender el Norte-Sur. La fbrica de la pobreza (CNMS, Ed. Popular, Madrid 42007). Por lo dems, tened en cuenta que a ms poltica en la educacin, mayor asepsia en los contenidos y, por lo tanto, ms didctica y ms error en la diana. Mi ltima clave escolar en red con otras instituciones sociales para la recuperacin de los descolgados del sistema es poder palpar ya los resultados de esta motivacin: los chicos deben experimentar rpidamente el cura me lo ha impuesto desde los 11 aos la ayuda a sus compaeros de clase, el ser solidarios a favor de los ltimos en el barrio y el poder realizar algn trabajo, mejor si remunerado, en algunas horas simultneas al seguir aprendiendo sobre el enemigo y sobre la ayuda a los ms dbiles.

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