Acariciar - ¿Prohibido Por Dios?

Acariciar (texto) 9/2/10 13:48 Pgina 2

Acariciar,prohibido por Dios?


M Pilar de la Figuera Lpez

Acariciarprohibidopor Dios?


Editorial Verbo Divino Avenida de Pamplona, 41

31200 Estella (Navarra), Espaa Tfno: 948 55 65 11 Fax: 948 55 45 06

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Fotografa de portada: Pere Prat i Serra. Vigeland Park (Oslo).

Fotocomposicin:

NovaText, Mutilva Baja (Navarra)

Mara Pilar de la Figuera Lpez

Editorial Verbo Divino, 2001 De la presente edicin: Verbo Divino, 2012

ISBN pdf: 978-84-9945-544-0

ISBN versin impresa: 978-84-8169-417-8

Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica o transformacin de esta obra solo puede ser realizada con la autorizacin de sus titulares, salvo excepcin prevista por la ley. Dirjase a CEDRO (Centro Espaol de Derechos Reprogrficos) si necesita reproducir algn fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

Nota: La autora cede los derechos por este libro a proyectos de pases en vas de desarrollo.

Agradecimientos

E n primer lugar y ante todo,dar las gracias al queridoprofesor que, con tanta paciencia y eficacia, ha super-visado este trabajo mo sobre las Caricias en la Biblia:

Fernando Ibez Gmez, Licenciado en Sagrada Escri-tura por el Pontificio Instituto Bblico de Roma, y profesor deSagrada Escritura en el Instituto Superior de Pastoral, dela Universidad Pontificia de Salamanca y en la Facultadde Teologa de la Universidad Pontificia de Comillas.

Tambin, por su inapreciable ayuda y apoyo en ladimensin psicolgica de este tema, a dos grandes psi-clogos y amigos:

el Doctor Juan Garca Moreno, Profesor de Psicotera-pia en la Facultad de Psicologa de la Universidad Com-plutense de Madrid,

y el Doctor Jos Mara Romn Snchez, Catedrticode Psicologa en la Facultad de Educacin de la Univer-sidad de Valladolid.

Sin olvidar a los amigos y amigas que me han ani-mado y apoyado con su cario, en todo momento.

Vaya para todos ellos este librocomo entraable caricia

de agradecimiento y de afecto...

M Pilar de la Figuera LpezSabadell, 6 de enero de 2001

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Prlogo

E ste pequeo libro de Mara Pilar de la Figuera es elresultado de una gran experiencia. De una expe-riencia integradora de mltiples dimensiones vividasintensamente por su autora

De una parte, su experiencia de creyente, inquieta,comprometida y en bsqueda, que encontr en las re-formas del Vaticano II confirmacin, nimo y orienta-cin, y que permiti a la autora ahondar y expresar quela msica de los viejos textos bblicos es siemprenueva y es la nica posibilidad de comprender su letra.

Que el Dios que se dice en los libros es aquel quehace bailar (Gn 21,6).

Pero la autora sabe, desde su formacin como psic-loga clnica y desde su trabajo como orientadora, queson muchos los ruidos que nos impiden escuchar y nomenores las ataduras que dificultan el baile.

La tradicin humanista de E. Berne y su anlisis delas transacciones, ha servido a M Pilar para compren-der, y ayudar a comprender y modificar la rigidez deunas estructuras dominadas por un enorme Padre Puni-tivo que prohibe las caricias y hace imposible la alegra.

Su experiencia compartida en mltiples encuentrosy dilogos con otros psiclogos, especialmente en las

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reuniones de Anlisis Transaccional, le ha servido paraahondar en la comprensin de los modos en que lasimgenes de Dios, forjadas en una lectura fundamenta-lista de los textos bblicos y de las tradiciones judeo-cristianas, estn sosteniendo la rigidez de estructuraspersonales alienantes.

La autora ha podido decir tambin, como el viejocanto de Ezequas, devanaba yo mi vida como un tejedor,y ahora me cortan la trama, para concluir con el mismotexto tocaremos nuestras arpas todos los das de nuestravida (Is 38,10-20):

el libro es tambin fruto de esta experiencia, y deltiempo liberado para la vida por una sana vivencia dela enfermedad, aprendida en la escucha adulta, inte-gradora, de una Palabra que siempre invita a ponerse enpie (Ez 2,1).

El pequeo libro, as concebido, resulta entonces ensu brevedad una caricia que invita a vivir, a saborearla vida, a compartir experiencias. Una invitacin aldilogo, a la transaccin desde el ADULTO, de quie-nes, creyentes o no creyentes, saben del valor y laimportancia de los modos de decir Padre nuestro.

Fernando Ibez

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Presentacin

T odos necesitamos que nos hagan caso: que nosescuchen, que nos atiendan, que nos hablen, que lagente se d por enterada de que estamos en el mundo.

En una palabra: necesitamos sentirnos queridos.

Y Eric Berne (1910-1970), psiquiatra canadiense,llam caricia a todo hecho o dicho que implique elreconocimiento de la presencia de otro:

positiva o negativamente,ya que no hay cosa peor que la indiferencia.

Podemos dar caricias (palabras o acciones), aceptar-las, rechazarlas, pedirlas... Pero nunca prescindir deellas:

porque son como un alimento psquico,indispensable para la supervivencia emocional.

Pues bien:

este alimento psquico nos lo niega Dios?Es un fruto prohibido,

como lo fue el de aquel rbol del paraso?O es una mesa preparada para todos,

como el Banquete Mesinico?

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Eso es lo que este libro pretende descubrir a partir dela Biblia, considerada por judos y cristianos como laconstancia escrita del dilogo de Dios con los hombres.

Dilogo traducido e interpretado por quienes redac-taron sus Libros: narradores; profetas; salmistas y demsautores de los Libros Sapienciales.

A los cuales los cristianos aaden los escritores delos cuatro Evangelios, as como los de las Cartas y Hechosde los Apstoles y el del Apocalipsis.

A todos ellos podemos preguntarles:

acaricia Dios?acarici Jess?

acariciaron los Apstoles y los primeros cristianos?...

Y, segn lo que descubramos, es de esperar que sepueda deducir:

si acariciar esta prohibido,o permitido,

o... tal vez mandado, por Dios?...

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Preludio

Te voy a contar una historia......ms hermosa que un cuento de hadas

y ms dramtica que una tragedia griega,

tan real como la vida misma,tan cierta como la misma muerte,

tan autntica como la luz del sol.

Vers:hubo un tiempo... remoto y cercano,

en que los hombres creyeron / cremossi es que creyeron / si es que cremosen un mtico Dios-contra-nosotros,

y malvivieron / malvivimos, horrorizados,atrapados por la violencia de unos hombres contra otros,

y por el mutuo desamor.

Y... no te cuento ahora lo que sucedi,porque no quiero robarte la extraordinaria experiencia

de descubrirlo por ti mismo, por ti misma! 1

As que, si lo quieres saber contina leyendo pero...

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1 Licencia de puntuacin = libre utilizacin de los signos deadmiracin, en todo este libro.


alerta!

que levamos anclas y zarpamos!!

Rumbo: Pas de las Caricias.

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IACARICIAR


1. El Pas de las Caricias I

Bienvenidos al

Pas de las Caricias!...

A la vuelta de la esquina / de la pgina,encontraris un Catlogo informativosobre sus caractersticas, sus leyes,

sus itinerarios...

Feliz estancia en el Pas!!...

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Informacin

Naturaleza de las caricias

T odos necesitamos que nos hagan caso y que nostengan en cuenta, que la gente se d por enteradade que estamos en el mundo.

En una palabra:necesitamos sentirnos queridos.

Como todo ser humano.

Como gran parte de los seres vivos:

porque, como bien se ha demostrado, los seres vivosms evolucionados los vertebrados, si queremos con-cretar ms necesitan forzosamente ser estimulados /reconocidos para sobrevivir.

Tienen hambre de estmulos, deca el famoso psiquia-tra canadiense Eric Berne (1974) 1

Y, realmente, es fcil comprobarlo: no hay ms queabrir los ojos a la Naturaleza para recibir la gran leccinecolgica de las caricias.

Si vives en el campo o tienes animales en casa,seguro que sabes bien lo que digo.

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1 Las referencias bibliogrficas se citarn atenindose a las nor-mas de la APA (Publication Manual of the American Psycologi-cal Association, 1994).


Si no, te invito a dar una vuelta por una tienda espe-cializada en animales, y observar a cualquier mamferocon sus cachorros y a los propios cachorros entre s:

vers cmo necesitan, aceptan y buscan la estimula-cin fsica de sus semejantes. Es que, sin ella, estdemostrado que empiezan a entristecerse y a deterio-rarse fsicamente;

algunos, incluso llegan a morir.

Esto mismo observ el mdico Ren A. Spitz (1981)en los nios recin nacidos, cuando no se les acariciabasuficientemente.

Tal vez, sa podra ser la razn por la que la propiaNaturaleza ha dotado a la infancia, de todas las espe-cies, de un aspecto fsico que es una verdadera invita-cin a las caricias:

cualquier cachorro cualquier niotiene formas redondeadas, y est cubierto de una pelu-silla suave y clida que resulta muy agradable al tacto,as como la tersura y la suavidad de su piel.

Pero... ya te habrs dado cuenta de que no slo en lainfancia se necesitan las caricias! Y es que esta necesidadde estmulos permanece toda la vida. Aunque, parcial-mente, se transforma en necesidad de reconocimiento.

Por eso Berne (1974), con fina agudeza intuiti-va, llam Caricia a

cualquier acto que suponga el reconocimientode la presencia de otro (pg. 17):

el hacerle caso, el darse por enterado de que el otroexiste, y est ah.

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Y llam caricia a esto para evocar la relacin fsicaque se da, inicialmente, entre una madre y su hijo: lehaban impresionado muchsimo los descubrimientosde Spitz (1946) sobre los bebs (eso de que necesitabancaricias para sobrevivir).

Berne afirmaba con esto que todo acto de reconoci-miento (fsico, verbal, escrito...) no era otra cosa que unasustitucin, socialmente aceptable, de aquellas estimula-ciones de los primeros meses de la vida extrauterina.

El mbito de las caricias, originalmente fsicas, seampla as para incluir en l a las caricias psquicas, quese hacen tan necesarias como las primeras (aunquenunca las sustituyan totalmente).

Importancia de las caricias

T anta es, que si no se tienen se pasa verdadera nece-sidad, verdadero hambre de ellas.Y se buscan... cada cual segn su manera de ser y su

necesidad, pero todos con la misma urgencia con la quese buscan los alimentos.

Buen ejemplo de esto son los nios menores decinco aos porque, para ellos, la mxima amenaza con-siste en decirles:

si haces esto... no te vamos a querer

Y tambin ellos, los nios, tan pronto empiezan ahablar, balbucean al enfadarse el mximo castigo:

no te quiero!!...

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Recordar esto provoca una sonrisa:

es fcil imaginar a un cro enfadado,dicindole a su madre que no la quiere;

o dejando esa actitud, ante la terribleamenaza de que no se le quiera a l!

Ahora bien, si damos un paso ms en la reflexin, esposible que desaparezca la sonrisa y se instale en sulugar una expresin muy seria:

porque comprenderemos, lo mismo que al comenzara hablar de las caricias, que no estamos hablando decosas de cros.

Para captar la importancia del tema, te propongovolver a imaginar:

supn que, de repente,todo el mundo te ignora,

que nadie te saluda,ni te habla,

ni te escucha,ni te sonre,

ni te mira.

Nadie.

Tampoco te rien,ni te insultan,

ni te ponen malas caras...

Aunque les molestes para que te hagan caso!

No te rozan, ni siquiera para darte un empujn.Te evitan.

Te sentiras vivo?...

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Te sentiras viva?...

Eso es inanicin de caricias.

Y es que las caricias son equiparables a la comida.

Tcnicamente, puede decirse que son un psicotr-fico, es decir, un alimento psquico.

Y, como los alimentos, habr caricias con mayorvalor nutritivo que otras.

Algunas, como tambin sucede con los alimentos,tal vez puedan estar en malas condiciones

y sentar mal.

O ser txicas y, por tanto, peligrosas:ms o menos,

segn su toxicidad.

As que, por la cuenta que nos trae, nos convieneanalizar las clases de caricias que podemos dar, aceptar,rechazar, pedir...

Clases de caricias

E xisten varias clases de caricias, tanto fsicas comopsquicas, que es interesante y til identificar:positivas, negativas y falsas.

Y todas ellas pueden ser, a su vez,incondicionales o condicionales.

Son positivas aquellas caricias que invitan a sentirsebien, porque suponen una valoracin y aceptacin de lapersona.

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Por eso, se suele afirmar de ellas que sonpsquicamente nutritivas. Y adems, indispensables paraun desarrollo emocional sano.

Sera una caricia positiva fsica, por ejemplo:

un abrazo entraable, un clido apretn de manos...

Y como caricia positiva psquica podra identificarse,por ejemplo:

llamar a una persona por su nombre, saludarle con alegra, etc.

En cuanto a las caricias negativas, lo son todas aque-llas que invitan a sentirse mal por lo que suponen dedesvalorizacin / rechazo de la persona. Y por tal moti-vo, se las considera psquicamente txicas y emocional-mente insanas.

Por ejemplo, son caricias negativas fsicas:

dar un empujn, araar, pegar...

Y caricias negativas psquicas seran:

insultar, menospreciar, ironizar, burlarse...

Sin embargo, no sabes con qu afn se busca estetipo de caricias, las negativas, y lo solicitadas queestn. Aunque parezca imposible!

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Y es que... como es tan fcil y tan rpido conseguir-las basta con molestar a alguien! se suelen buscarmucho; sobre todo, en dos casos:

en ausencia de caricias positivas, y por costumbre adquirida en la infancia.

Si volvemos al smil de la comida, es fcil compren-der el primer caso: ya que, cuando escasean los alimen-tos, y cuanto ms escaseen, ms disminuir su selectivi-dad por parte del que necesita comer;

hasta que, si llega un momento en que ya no hay conqu satisfacer el hambre, se acaba comiendo lo que sea,incluso basura, con tal de llenar el estmago. Es lo habi-tual en tiempos de hambruna.

Y es que la Naturaleza le tiene horror al vaco:por eso, uno come cualquier cosa.

Y por eso se buscan las caricias negativas: porque,por muy dolorosas que puedan ser, son preferibles a laausencia de estmulos: hacen sentirse vivo!...

En cuanto al segundo caso el de buscar cariciasnegativas por costumbre adquirida en la infancia,puede decirse que es algo similar a una drogadiccin.

Es importante comprender a la persona adicta aeste tipo de caricias:

porque aunque sufre por elloy puede sufrir mucho!, no se le puede pedir que dejede golpe esa costumbre, ya que le provocara algo pare-cido al sndrome de abstinencia (el mono):

sobre todo, si nose le ofrece la posibilidad de sustituir las caricias negati-vas por otras positivas.

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Ahora bien, siempre habr que tener en cuenta que,una persona acostumbrada a recibir caricias negativas, alprincipio desconfiar de las caricias positivas que se leofrezcan: las evaluar, como si fueran una moneda falsa.

Y es que, de hecho, tambin existen caricias as:falsas.

Son las que, bajo una apariencia positiva, ocultanun mensaje negativo. Y, al sembrar la duda sobre lo querealmente han querido comunicar, crean malos senti-mientos.

Y pueden considerarse negativas.

Por ejemplo:invitar a comer a alguien... para rerse de l.

Pues suelen darse estas caricias cuando... uno sesiente interiormente forzado a dar una caricia y noencuentra ninguna adecuada.

O cuando las da el clsico perfeccionista, que noencuentra nada perfecto!

O bien, cuando realmente se quiere molestar, sal-vando de alguna manera las apariencias: lo cual acre-cienta la negatividad de esa caricia.

Y por ltimo, como antes te he dicho, tanto las cari-cias positivas como las negativas y las falsas, pueden ser:

incondicionales, condicionales.

Se consideran incondicionales las caricias que se dansin condicin alguna: pase lo que pase y haga lo quehaga la persona a quien se dirigen.

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Porque se dan por el mero hecho de existir esa per-sona y ser como es: por su ser, no por su hacer.

Por eso, conviene tener muy claro que estas cariciasson las que alcanzan mayor profundidad y que, al poderser positivas o negativas, pueden ser, por ello, profun-damente constructivas o destructivas:

porque son las ms nutritivas,o las ms txicas.

Por ejemplo?...

Pues de caricia incondicional positiva,celebrar el cumpleaos de una persona.

Equivale a decirle:me siento feliz de que existas!.

Si adems se le dice, aumenta el valor nutricional dela caricia.

Y ejemplo de caricia incondicional negativa, podra ser:

eres un indeseable eres feo / fea...

En cuanto a las caricias condicionales, son las quedependen de una actuacin determinada;

porque se danpor lo que se hace bien o mal o no se hace:

por el hacer, no por el ser.

Y tambin pueden ser positivas o negativas.

Aunque, en este caso, las negativas no tienen por quser necesariamente destructivas o txicas, si son adecua-das al mal hacer:

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es decir, si guardan propor-cin con el hecho, y no se las acompaa de toda unaprocesin de sentimientos negativos exagerados.

En cambio, pueden ser destructivas las caricias posi-tivas, si se dan por algo que se ha hecho mal conscien-temente:

ya que con ello refuerzan el mal hacer,invitando as a que se repita.

Por ejemplo,

condicional positiva:

premiar por algo que se ha hecho bien(constructiva),

premiar por algo que se ha hecho mal(destructiva);

condicional negativa:

reir por algo que se ha hecho mal(constructiva),

reir por algo que se ha hecho bien(destructiva).

Pero...alerta!

porque cuando se habla de caricias condicionales, ins-tintivamente se piensa en las incondicionales y... y sesuele tener la impresin de que las condicionalessean... poco menos que la pariente pobre de las otras!

Pues es una apreciacin inexacta, ya que las cariciascondicionales se refieren directamente a la conductaobservable, facilitando un punto de referencia para valo-

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rar la calidad de las propias respuestas a los estmulosambientales.

Y as, esta dinmica de relacin causa / efecto entrelos propios esfuerzos y el xito o el fracaso, proporcionauna gran seguridad con respecto a las actuaciones pre-sentes y futuras.

En tanto que, si no se dan estas caricias condiciona-les, se nos priva de tener un control de calidad de nues-tra conducta. Y eso, puede producir una sensacin deinseguridad e indefensin que lleve a la creencia de quela propia accin es intil:

es lo que Seligman (1981),tras muchos estudios experimentales, ha identificadocomo un tipo de depresin (la indefensin aprendida), ycomo causa de ella, tanto en animales como en sereshumanos.

Merece la pena tener muy en cuenta esta posibili-dad, te lo aseguro.

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2. El pas de las caricias II

Su riqueza y su belleza

S on las caricias mismas.Positivas, que las negativas no tienen entrada en l,

de no ser condicionales constructivas.

Ahora bien,es ste un patrimonio dinmico, que se

puede disfrutar y hacer crecer;o bien, ignorarlo, deteriorarlo y perderlo.

Qu podemos hacer con l, con las caricias?

Darlas. Aceptarlas.

Rechazarlas. Pedirlas.

Y drnoslas a nosotros mismos.

Dar caricias

De dos maneras: directa e indirectamente.

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Caricias indirectas:se dan, por ejemplo, hablando bien o mal deaquel o aquella a quien se quiere acariciar;o bien, cuidando o descuidando a sus seresqueridos.

Caricias directas:son las que se dan directamente, sin mediacinde nada ni de nadie.

Cmo tienen que ser las caricias para que sepuedan considerar positivas?

Pues ante todo, autnticas:nunca falsas.

Y adems libres:sin ceder a coacciones.

Y desinteresadas:sin buscar nada a cambio.

Cmo se tienen que dar las caricias?Con oportunidad,

sin precipitarse,y sin pasarse.

Con oportunidadRecordemos que las caricias son un psicotrfico (un

alimento psquico).

Por eso, aun en el caso de que todas las caricias seanbuenas, habr que mirar cules y en qu momento sedan. Y a quin!

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Porque son bien desagradables las caricias inoportu-nas. Tanto como una comida a destiempo.

Sin precipitarse

No se puede someter a nadie a la violencia de la pre-cipitacin cuando se le invita a comer.

Porque todo alimento necesita un tiempo de absor-cin y un tiempo de asimilacin, segn su riqueza nutri-tiva.

Y cada persona tiene tambin su propio ritmo y supropia capacidad de ingesta alimentaria, tanto fsicacomo psquica = caricias.

Sin pasarse

No abrumar a los dems a caricias.

No empacharles.

Pasarse puede ser el resultado de la precipitacin ode la falta de oportunidad. O de las dos cosas.

Aceptar o Rechazar cariciasLa misma libertad que se tuvo para dar, se tiene para

aceptar caricias.

Y para rechazar las que no agraden, o las que no inte-rese obtener.

Todo depender de la calidad del alimento (caricia)que se ofrezca,

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as como del receptor:su capacidad,sus preferencias,sus gustos...

Otra cosa ser la manera de aceptar o rechazar talescaricias, que podr ser, a su vez, una caricia positiva onegativa.

Por ejemplo, segn se haga intervenir o no el agra-decimiento en el aceptar.

Y en cuanto al rechazar, si queda muy claro o notanto que lo que se rechaza es una determinada caricia,no a la persona que la ofrece.

Pedir cariciasEs normal, lgico y razonable, debido a la limitacin

propia de la naturaleza humana.

Es fcil o difcil?Depender de tres condiciones:

la confianza, entre quien pide la caricia y quien seespera que la otorgue;

la mayor o menor seguridad por ambas partes desentirse amado o amada;

la mayor o menor probabilidad de poder obtenerlo que se pide = las posibilidades reales de otor-garlo, por parte del receptor de la peticin.

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El buen pedir

Se trata, simplemente, de:

exponer las propias peticiones con sencillez y claridad,

y no dar por supuesto que se conocen los propiosdeseos, si no se formulan;

pedir sin miedo al rechazo,

en el momento oportuno,

y sin pasarse:ni en la cantidad,

ni en la cualidad de lo que se pide.

Y, fundamental

pedir sin violencia,sin exigir,

sin coaccionar.

En cuanto al buen otorgar,

tambin tiene sus condiciones:

la sencillez, la cordialidad (o el cario, si existe), el respeto a quien pidi la caricia, la alegra.

Y una ltima observacin de inters, con respecto aeste uso concreto del Patrimonio de las caricias:

saber y tener muy claro quepedir crea cercana.

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Darnos caricias a nosotros mismosNo es ms que hacer conscientes las propias cuali-

dades y caractersticas positivas:

tanto lo que se es,como lo que se hace bien.

Es algo as como... echar cuentas para saber con qudinero contamos para pasar el mes.

No tiene nada que ver con la presuncin;

s, y mucho con la autoestima,con la seguridad,

y con la alegra.

Leyes del Pas de las Caricias

E ste Pas se rige por unas Leyes que favorecen la con-vivencia entre quienes lo habitan o estn de visitaen l:

las Leyes de abundancia de caricias.

No estn escritas,no hace falta: con ellas nacemos.

Se pueden observar en la conducta espontnea decualquier nio,

antes de los 5 aos.

Steiner (1980) las formul as:

Da las caricias positivas que quieras. Acepta las caricias positivas que te gusten.

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No aceptes las caricias que te desagraden. Pide las caricias positivas que quieras. Date a ti mismo, a ti misma, caricias positivas.

Estas Leyes son lo natural, lo sano.

Pero seguro que te han parecido... disparatadas:

locuras! fantasmadas de psiclogos!...

Y no es as.

Lo que pasa es que a todos nos han educado bajo lapresin de otras Leyes, que podemos llamar:

Leyes de Restriccin de Cariciaso Leyes Restrictivas.

Son acuerdos tcitos, normas no escritas que todospodemos reconocer en la base de nuestra conducta.

Y que, un buen da, Steiner las identific y las for-mul as:

No des caricias positivas a los dems. No aceptes caricias positivas de nadie. No rechaces las caricias que no te gusten. No pidas caricias positivas. No te des caricias positivas a ti mismo, a ti misma.

Seguro que estas Leyes nos parecen ms lgicas atodos.

Y sin embargo, son antinaturales.

Son txicas, y nunca son inofensivas.

Como ya expliqu hace unos aos (De la Figuera,1990)

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si formulamos estas Leyes en trminos de nutricin,mostrarn claramente la gravedad de sus consecuencias:

No invites a comer a nadie,aunque lo veas con hambre.

No aceptes invitaciones para comer,por mucho que lo necesites.

Come lo que te pongan:no digas nunca no quiero esto,

aunque te repugne y te siente mal.

No pidas nunca de comer,ni digas que tienes hambre.

No comas si otro no te da de comer,no te alimentes por ti mismo, por ti misma(pg. 30).

Por causa de estas Leyes, padecemos socialmente eltab de la ternura.

Y se destroza la convivencia.

Pero no slo eso:lo ms serio es que, adems, estas

Leyes pueden llegar a ser malignas y escalar la violen-cia, llegando a la amenaza, la crueldad e incluso el ase-sinato.

Motivo:sentir como una amenaza las caricias positivas.

Segn qu o quines se sientan amenazados porellas, las considerarn socialmente peligrosas ya quesegn cmo, y dnde, pueden hacer tambalearse loscimientos de toda una sociedad.

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Te sugiero que mantengas muy firme en tu menteesta afirmacin.

Ahora bien,aunque nos hayan educado as, no

podemos decir que estemos indefensos ante estas Leyes:porque nunca han podido anular a la naturalezahumana, que es fundamentalmente clida y afectuosa.

Y todos podemos reaccionar contra ellas:

con mayor o menor esfuerzo, no te lo niego.Pero poder, se puede.

De hecho,

en el Pas de las Cariciasno se aceptan estas Leyes Restrictivas!!...

Los rincones ms bellos del Pas

V amos a visitar ahora los dos rincones ms bellosdel Pas: el lugar donde las caricias nacen, y el que constituye su cima ms alta:

la cumbre de las caricias.

Dnde nacen las cariciasSe trata de descubrir dnde se origina el comporta-

miento de acariciar:

cmo comienza,

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qu es lo que posibilita tal comportamiento, qu es lo que lo inicia.

Ante todo, es muy importante no identificar:

ese inicio de acariciar, con la imperiosa y primordial necesidad

de recibir caricias.

Sera algo tan disparatado como confundir:

el hambre (necesidad de recibir caricias) con el alimentar a otro (acariciar).

Pues bien,

lo que pone en marcha la actividad de acariciar noes ms que una cosa: ser acariciado.

El instinto materno en aves y mamferos da origen,as, a las posteriores caricias de sus cachorros:

estimulndolos / acaricindolos la madreprevia e inicialmente.

Y la especie humana no es una excepcin, porquesus bebs los cachorrillos del hombre y la mujernacen extraordinariamente desprotegidos y carencia-dos: de todo, no slo de caricias.

Si tienes hijos,o si conoces,

o quieres,o cuidas a algn beb,

te sugiero que pienses ahora en l,o lo recuerdes con cario.

Porque lo que te quiero contar a partir de estemomento, a lo mejor se refiere a ti...

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Y es que ese comportamiento de acariciar nace en losbrazos de los cuidadores del nio.

Normalmente, esos cuidadores suelen ser las madreso padres biolgicos; o, en su defecto, otras figuras pater-nas o maternas que los sustituyan.

Y stas son las caricias fundamentales que propor-cionan a su hijo o hija:

En primer lugar y ante todo,

hacer que el hijo, la hija, se pueda sentir incondi-cionalmente amado por sus padres;

y que se sientan felizmente seguros de ese amor: deque, pase lo que pase y hagan lo que hagan (los hijos),sus padres no les van a dejar de querer.

Y esto, no en teora, sino concretado en caricias fsi-cas, psquicas y sociales.

Caricias Fsicas

son las caricias de limpieza, de alimentacin, de abrigo, de cobijo en el regazo, abrazos, besos...

Son las que sacian el hambre de estmulos; las queSpitz (1981) seal como imprescindibles para lasupervivencia de un beb.

Pero a la especie humana no le bastan los estmulos fsi-cos:

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necesita, adems, caricias psicosociales que sacien

su hambre de pertenencia, su hambre de identidad, su hambre de reconocimiento...

En una palabra:su hambre de seguridad.

Y esas caricias se concretan en conseguir que el nio,la nia, pueda tener la alegra y la seguridad de experi-mentar y saber:

que l, ella puede reconocer a sus padres;

saber quines son aquellos a quines puede llamar,con todo derecho pap, mam...

y saber a quin puede acudir, a ellos, en cualquiermomento;

y quin le acoger, le proteger, le defender, leayudar en caso de peligro, de miedo, de dificulta-des, le apoyar en su libre caminar;

porque tambin su padre y su madre le reconocena l como hijo, a ella como hija;

y dan raznde l o de ella ante los dems, dndole la caricia deun nombre y de sus apellidos;

y saber cul es su casa, la suya, en la que puedeentrar y salir libremente, donde siempre tiene cobijo yrefugio.

Y saber que pertenece a una familia,y poder reconocerla

y ser reconocido, reconocida por ella...

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Son, todas stas, caricias de seguridad psicosocial quesirven de base o cimientos para la construccin de lalibertad y la autonoma personal.

Ahora bien, se considera que todas estas caricias sonun comportamiento constante y mantenido, supuesta-mente habitual en los padres,

no una conducta espordicay anecdtica, que trasformara tales caricias en negativasdebido a la inseguridad de obtenerlas.

Las consecuencias de todos estos cuidados parentalessuelen ser evidentes:

el bienestar fsico y emocional del nio, de lania, en primer lugar.

Y a raz de eso, y tan pronto como se lo permita sudesarrollo neuronal:

el comienzo de su actividad de acariciar.

Cmo?

Primero, instintiva e inconscientemente:

aceptando o rechazandoy pidiendo:

el bibern, por ejemplo.

Y ms tarde:recuerdas cuando descubriste, por pri-

mera vez, aquella chispa de inteligencia en los ojos detu hijo, de tu hija; aquel primer destello de unamirada?...

Fue un inicio de dar.

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Y aquella primera sonrisa consciente, que te dedica ti, su padre; a ti, su madre?

Eso ya fue, claramente, dar una caricia.

Y qu me dices de cuando empez, ya, a llamartemam!... pap!?...

Dime si no te has sentido acariciada, acariciado porel cro, o por la cra, y...

sabes cul ha sido el valor nutricional de esas caricias?o no tuvieron precio para ti?

Son stas unas caricia respuesta a las que previamenteles habais dado que habrn tenido que ser muchas,debido a la desnutricin inicial de los bebs,

y que evidencian, al mismo tiempo, la importanciabsica y fundante de los padres biolgicos (o sustitutos)en la vida, el crecimiento, y la educacin de sus hijos enlas caricias:

porque de ellos, tanto de sus palabras como sobretodo de sus actuaciones, aprenden a acariciar, positivao negativamente. O a no acariciar (Kertesz, 1982).

Y a seguir las Leyes de abundancia,o las Leyes de restriccin de caricias.

A dnde puede llevar tal aprendizaje?

Tal vez...hasta la cima ms alta del Pas de las Caricias.

Pues vamos a explorar esa regin!

De acuerdo?...

42


Cumbre de las CariciasEn este rincn del Pas se descubre cul es la caricia

ms radical, la ms importante, la ms intensa:

la mxima Caricia Positiva o Negativatanto directa como indirecta.

Mxima Caricia Indirecta

Positiva:

acariciar / cuidar de las personas mas amadas porotro.

Es el encargo ms importante y urgente que hacenlos padres en caso de peligro:

cuida de mis hijos!que no les pase nada malo!...

Negativa:

no aceptar este encargo, amenazar o hacer dao aesas personas, o permitir que alguien se lo haga.

Mxima Caricia Directa

Negativa: quitar la vida.De golpe: matar.O poco a poco: torturar, martirizar...

Positiva: dar la vida por otro.

Y cabe preguntarse:qu es dar la vida?

dejarse matar?... engendrar?... parir?...

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Grandes y hermosas experiencias son stas, nopuede negarse. Pero no slo ni nicamente es eso el darla vida,

que no hace falta ser hroes para amar!

Ni tampoco hay que ser adulto biolgico,ni tener relaciones sexuales

ni tener hijos.

Porque esta mxima caricia es accesible a todos,incluso a los nios!...

Es que es una cosa muy sencilla:

la vida que a cada uno le toca vivir,ponerla al servicio de otro u otros.

Buen ejemplo de ello es lo de aquella nia de Tan-zania, de 5 aos de edad:

parece ser que caminaba por el Poblado,cargada con un nio de unos dos aos.

El europeo que lo cuenta, no sala de su asombro.

Y dice que le pregunt:

cmo puedes cargar con un peso tan grande?

No es un peso, seor:es un hermano...

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IIPROHIBIDOPOR DIOS?


3. El dilogo bblico

Este alimento psquico, las caricias,se lo niega Dios a los hombres?

est prohibido por Dios?

E n la Biblia, pueden encontrarse datos realmenteinteresantes con respecto al Tema de las Caricias.Y ms si se tiene en cuenta que, tanto la religin

juda como la cristiana, consideran a la Biblia comoconstancia escrita del dilogo entre Dios y los hombres,mediante un intermediario o intrprete: los Profetas(Artola y Snchez Caro, 1995).

Dialogar

S i se quiere conocer un Mensaje ste, en concreto,sobre las Caricias, la ms elemental Teora de laComunicacin requerir tener noticia de los Interlocu-tores Dios y los hombres, en este caso as como delCdigo o Lenguaje empleado por ellos.

Y sucede que, a veces, hay que traducir el Lenguaje ointerpretarlo para que llegue a sus destinatarios correc-tamente.

Nos acercamos a este dilogo bblico?

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Los InterlocutoresSi uno de ellos es el hombre, podramos decir que...

ya lo conocemos, ms o menos!

Del otro interlocutor, Dios, cada cual puede tener supropia idea.

Porque la realidad, pura y dura, es que a Dios nuncalo ha visto nadie.

Y no obstante, todos ms o menos hemos odohablar de l.

Por eso, en la medida de lo posible, nos convendrponernos de acuerdo acerca de nuestra nocin de Dios,a fin de intentar referirnos todos al mismo Interlocutor:

al menos, para hablar de este Tema de lasCaricias.

As que, si te parece bien, te propongo que hagamosuna especie de mini-inventario de opiniones populares:

qu hemos odo decir de Dios

que nos ha gustado, que no nos ha gustado?

O lo que es lo mismo:

qu caricias positivas o negativas hemos odo,referidas a Dios?

Por ejemplo:

Caricias Positivas

que es todopoderoso, que es bueno,

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que es un Padre para todos, que nos perdona siempre, que le podemos pedir ayuda en las dificultades, que aprieta, pero no ahoga, que con su providencia vela por nosotros, que si nos portamos bien, nos dar una vida eterna

muy feliz despus de la muerte,y al que se porte mal lo castigar con el infierno!

(Esas lneas son para que t puedas aadir ms cosas,si quieres).

Caricias Negativas

que es un Juez seversimo, que siempre est castigando, que nos vigila constantemente, que nos persigue, que siempre pone trabas a la felicidad de los hom-

bres y mujeres: todo es pecado! que le gusta que la gente sufra, que es injusto: guerras, muerte de nios, hambre...

y los ladrones y asesinos, tan tranquilos! vaya, que nos tiene... fastidiados!...

Pues no s si t habrs aadido algo!...

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Tampoco s lo que pensars de este mini esbozo detpicos sobre Dios.

Si lo miramos desde la ptica de la Psicologa, da laimpresin de que se haya proyectado sobre Dios la ima-gen fantasmal de un padre terrible, fruto de traumasinfantiles propios o ajenos;

algo as como...un ogro de cuento de hadas!

Es el que Freud design con el nombre de PadreCastrante y el Anlisis Transaccional con el de PADRENO OK = PADRE que est mal.

Lo que resulta ms patente essu equivalencia con el mtico Dios-contra-nosotros:

el que no quiere saber nada de caricias,y menos an de ternura.

Es muy posible que ms de un creyente pueda decir:

se no es mi Dios.

Y que, desde la religin cristiana, se pueda afirmarcon rotundidad:

se no es el Padre de Jesucristo.

Y... qu se puede decir de Dios?

Pues vamos a ver si nos dicen algo las caricias...

Los Traductores o IntrpretesUna vez conocidos (?) los interlocutores, nos interesa

conocer tambin a los traductores o intrpretes deldilogo de Dios con los hombres.

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Y eso es lo que se puede decir que son los Profetas:servidores de la Palabra (Lc 1,2) que, cada uno segn sutalante, sus circunstancias y su cultura, traducen einterpretan el lenguaje en el que se cifra ese dilogo.

No adivinos, ni brujos, ni agoreros, ni echadores decartas, como algunos han podido pensar.

La constancia escrita del dilogo de Dios con los hombres: la Biblia

E n la Biblia se pueden encontrar Temas cuyo itine-rario puede rastrearse en el conjunto de sus Libros,con la ayuda de algunos esquemas.

Uno de estos esquemas, bastante aceptado, podra serclasificar esos Libros en grandes bloques, segn su estiloliterario.

As no nos perderamos en su diversidad!

Ests de acuerdo?

Pues vamos a acercarnos, en primer lugar, a...

La Biblia Hebrea

Libros Narrativos

Nada ms abrir la Biblia, encontramos todo un con-junto de Libros que aseguran la memoria del Pueblo deIsrael, narrando el recuerdo de los Hechos que configu-

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ran su Historia, as como su experiencia de Dios que losllama a la libertad.

Son, en primer lugar,

esos Cinco Volmenes Pentateuco que la tradicinjuda conoce como Torh (Ley-Sabidura).

Pero no es que sean todo un catlogo de textos legis-lativos:

son relatos de esa Historia en la cual se integrala Ley.

Esos Cinco Libros son el Gnesis, el xodo, Levtico,Nmeros y Deuteronomio.

Y les siguen varios ms, que continan el relato delos Acontecimientos.

Libros Profticos

Fueron los Profetas hombres excepcionales, carism-ticos.

Y, en estos Libros Profticos, consta:

su labor de interpretacin de los Hechos reseadosen los Libros Narrativos,

su discernimiento de lo que, en cada uno de estosHechos, tiene que ver con el Dios que libera,

su interpelar al Pueblo, abrindole caminos de espe-ranza.

Isaas, Jeremas, Ezequiel... y otros doce ms, son losProfetas cuyos hechos y dichos se conservan en ese blo-que de Libros de la Biblia.

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Libros Sapienciales

Son muy diversos, y contienen:

la reflexin de sabios y poetas sobre los Hechos His-tricos y su Interpretacin Proftica,

sin excluir el discernimiento intelectual,

ni las orientaciones moralistas.

Ahora bien, pese a su diversidad, tienen todos encomn su peculiar forma de discurso intelectual, propiadel razonamiento oriental:

muy globalizante, integradora, intuitiva;tiene mucho que ver con la poesa, con el arte,

con aquello de... saborear una idea, contemplndola.

Y puede decirse que uno de los ms significativos detodos estos Libros son los Salmos:

toda una cascada emocional,fruto de altos estados afectivos y de actitudes funda-mentales ante la vida, que eclosiona en poemas y can-ciones de alegra,

de tristeza,de alabanza,

de accin de gracias,de esperanza,

de llanto,de splica,

de arrepentimiento,de confianza,

de amor...

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La Biblia CristianaEstos Libros Narrativos, Profticos y Sapienciales

son las Escrituras veneradas tanto por la religin judacomo por la cristiana.

La Biblia Cristiana integra en ella todos estos Librosy aade:

otro Bloque Narrativo, adems de uno de Cartas de los Apstoles, y de otro libro atpico: el Apocalipsis.

Libros Narrativos de la Biblia Cristiana

Son los Evangeliosy los Hechos de los Apstoles.

Relatan el pleno cumplimiento de la promesa de Diosen Jess de Nazaret... muerto resucitado y proclamadohasta el confn de la tierra (Hch 1,8; 1 Co 15,3-11).

Son una recopilacin de recuerdos de quienes con-vivieron con l o fueron discpulos, amigos o seguidoressuyos.

Estn redactados en forma coloquial, con una claraintencin catequtica, y de asegurar la fidelidad a suMensaje.

Escritos originalmente en griego popular, han sidotraducidos a todas las lenguas conocidas.

Cartas de los Apstoles

Pueden considerarse escritos ocasionales, de cir-cunstancias:

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para recordar ese Mensaje, animar, exhortar a los grupos que se haban adherido al

programa de Jess...

El Apocalipsis

Es un Libro extrao,extico,

colorista,de una extraordinaria e insospechada riqueza simblicay contemplativa

As que,siguiendo este itinerario o esquema de los

Bloques de Libros, vamos a ver lo que encontramossobre el Tema de las Caricias en la Biblia! 1

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1 Las citas bblicas se tomarn, fundamentalmente, de la Bibliadel Peregrino (1995), aunque a veces se apelar tambin a la Bibliade Jerusaln (1997) y, en el caso de los Salmos, a la Nueva BibliaEspaola (1990).


IIIBIBLIA HEBREA


La Torh tiene setenta caras(Proverbio rabnico).

Vuelve y revuelve [en la Torh]porque todo est en ella.

(Misn Abot, 5,25).

A l leer eso, brota la imagen de... setenta facetas deuna piedra preciosa, tallada a base de encuentrosy desencuentros de Dios con los hombres y de los hom-bres con Dios.

Y te invito a acercarnos a ella con la pasin y la res-petuosa delicadeza del gemlogo, para buscar y con-templar su faceta de las Caricias.

Con la ayuda de la sutil y joven luz de la Psicologa,y teniendo siempre en la mente, muy claro,

en qu consisten las caricias, sus clases, sus Leyes,

y, sobre todo, aquellos dos rincones tan bellos de suPas:

dnde y cmo nacen las caricias, y cules y cmo son sus cumbres,

tanto la de las caricias positivascomo la de las caricias negativas.

Te animas?

Pues...

vamos a abrir la ESCRITURA.

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Con un aviso previo:

siempre que, en una cita literalde la Biblia, encuentres algo resaltado en negrilla,ser porque me haya interesado llamar la atencinsobre lo que all se dice,

no porque conste as en el original.

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4. La gran caricia de la liberacin

Libros Narrativos I

T e propongo abrir, en primer lugar, los Libros Narra-tivos.Y, dentro de ellos, el acontecimiento estelar de la

Historia de Israel:

la Liberacin de Egipto.

El Libro del Deuteronomio nos ofrece un resumende este Hecho:

mi padre fue un arameo errante:

baj a Egipto,y residi all con unos pocos hombres;

all se hizo un pueblo grande,fuerte

y numeroso.

Los egipcios nos maltratarony nos humillaron;y nos impusieron dura esclavitud.

Gritamos al Seor,

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Dios de nuestros padres,y el Seor escuch nuestra voz;vio nuestra miseria,

nuestros trabajos,nuestra opresin.

El Seor nos sac de Egiptocon mano fuerte,

con brazo extendido,con terribles portentos,

con signos y prodigios.

Y nos trajo a este lugary nos dio esta tierra:

una tierra que mana leche y miel.

Por eso traigo aqu las primiciasde los frutos del suelo que me diste,

Seor(Dt 26,5-8).

ste es el Smbolo de la Fe de Israel,la memoria, ritualmente estilizada, del aconte-

cimiento ms importante de la Historia de su relacincon Dios.

Pues se trata de averiguar qu caricias se puedenencontrar en esta memoria.

Lo intentamos?...

Mi padre fue un arameo errante...(Dt 26,5a).

Este arameo no es otro que el Patriarca Jacob (tam-bin llamado Israel), hijo del Patriarca Isaac y deRebeca, su esposa.

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Y nieto de Abrahan, aquel Patriarca que recibi deDios grandes caricias positivas:

la promesa en la cualcrey de que su descendencia sera ms numerosa quelas estrellas;

y que, a esa descendencia suya, le dara en propiedaduna tierra muy extensa y rica.

Y, sobre todo, la extraordinaria caricia de hacer unaAlianza con l (Gn 15).

... Baj a Egipto [Jacob / Israel],y residi all con unos pocos hombres;

all se hizo un pueblo grande,fuerte

y numeroso(Dt 26,5b).

El mismo Deuteronomio detalla:

setenta eran tus padres cuando bajaron a Egipto...y ahora el Seor, tu Dios, te ha hecho numeroso

como las estrellas del cielo(Dt 10,22).

Tuvo que ser una caricia muy positiva para los israe-litas el ver cumplirse as, en ellos, aquella promesa deDios a su padre Abrahan:

tu descendencia ser mayor que las estrellas...(Gn 15,5).

Pero para el Faran de Egipto, fue una caricia terri-blemente negativa!...

Porque, por lo que explica el Librodel xodo, parece que se vio polticamente desbordado:

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por el espectacular crecimiento demogrfico de aquelpuado de emigrantes que, desde antiguo, se haban ins-talado en Egipto huyendo de una hambruna.

Y dice el Smbolo de la Fe de Israel:

los egipcios nos maltratarony nos humillaron;

y nos impusieron dura esclavitud(Dt 26,6).

Y es que para evitar que pudieran llegar a ser ms, yms fuertes que los egipcios, tom el Faran medidasextremas:

aplicar la mxima caricia negativa directa:quitarles la vida.

Interesa constatar que esta aplicacin de la supremacaricia negativa no es aqu la clsica y discutida penade muerte por delitos contra el Estado:

es la fra y calculada planificacin de un genocidio. Elprimero intentado contra el Pueblo de Israel:

tanto instantneamente = matando, como lenta, constante y progresivamente = torturando.

As lo explica el Libro del xodo:

... y nombraron capataces que los explotaranen la construccin de las ciudades granero Pitn yRamss 1...

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1 Pudo ser durante las grandes construcciones de Ramss II(1304-1238 a. C.)


... y les amargaron la vida con dura esclavitudimponindoles los duros trabajos del barro,

de los ladrillos,y toda clase de trabajos del campo

(Ex 1,11.14).

Todo parece indicar que haya sido sta la primeraexperiencia israelita de los campos de trabajos forza-dos, mediante los cuales se lleg a conseguir incluso elexterminio en la Alemania nazi.

Bettelheim (1981) psiquiatra judo, estuvo prisio-nero, durante un ao (1938-1939), en los campos deDachau y Buchenwald.

Y en su libro Sobrevivir hace una afirmacin queparece indicar la repeticin de la Historia, en la simi-litud de los planteamientos del Faran y de Hitler:

si Alemania hubiese ganado la guerra, es probableque el exterminio hubiera proseguido de forma ms pau-latina,

ya que se pens seriamente en iniciar un programa deesterilizacin de todos los hombres o mujeres judos (oambos),

...y dejar que los judos que ya existan muriesen demuerte natural, cuando les llegase la hora:

hasta entonces,aprovecharlos como trabajadores forzados (pg 113).

Pero volvamos a Egipto!...

Lo que te acabo de presentar parece haber sido laaplicacin lenta y progresiva de la mxima caricia nega-tiva: la tortura;

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y mira ahora lo que explica tambin el Libro delxodo en cuanto a la aplicacin instantnea de estamisma caricia negativa = matar:

el rey de Egipto orden a las comadronas hebreas(una se llamaba Sfora y otra Fu):

cuando asistis a las hebreas y les llegue el momento,si es nio, lo matis.

Si es nia, la dejis con vida.Pero las comadronas respetaban a Dios...

... y dejaban con vida a los recin nacidos(Ex 1,15-17).

Y cuenta el Libro del xodo que entonces el Faran,visto que le haban fallado las mujeres,

orden a todos los hombres: cuando les nazca un nio,

echadlo al Nilo.

Si es nia, dejadla con vida(Ex 1,22).

Y... claro que comprendo que te preguntes, ahora, ypensando en los israelitas, lo que tantos y tantas vecesnos hemos preguntado con respecto a los campos deconcentracin nazis:

y siendo tantos los prisioneros,cmo no se rebelaron?

cmo no se amotinaron?cmo no... eliminaron a sus opresores?

Pues la experiencia vivida por Bettelheim en esoscampos nazis nos ofrece la respuesta:

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nadie puede salir de all por s mismo:faltan recursos

y sobran controles y fuerzas de represin;

no se tienen fuerzas fsicas ni psquicas para inten-tarlo:

saben que fallaran!

Slo una potente ayuda externa puede conseguir la libe-racin de los cautivos:

puede ser un delegado de alguien ms poderoso queel encarcelador;

sabiendo que no lo conseguir la primera vez que lointente,

con el consiguiente riesgo de represalias paralos cautivos.

Si traducimos esto al lenguaje de caricias y lo trasla-damos a la situacin de los israelitas en Egipto, el resul-tado es evidente:

aplastados por tal barbarie de extremas caricias ne-gativas, no tenan fuerzas fsicas,

ni psquicas,para dar ellos, a su vez, ninguna caricia negativa.

Ni tampoco positiva.

Slo, y a duras penas, para pedirlas.

Y es lo que hicieron, segn atestigua el Smbolo de su fe:

pedirle a Dios la Caricia de la Liberacin.

Gritamos al Seor,Dios de nuestros padres!!...

(Dt 26,7a).

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En la raz de ese grito de angustia hay una clara cari-cia de confianza

y otra de esperanza,dirigidas ambas a su Dios.

Y el Seor escuch nuestra voz(Dt 26,7b).

Los gritos de auxilio de los esclavos llegaron a Dios.Dios escuch sus quejas,

y se acord del pacto hechocon Abrahan, Isaac y Jacob.

Y viendo a los israelitas,Dios se interes por ellos

(Ex 2,23-25).

Por parte de Dios, stas son caricias de fidelidad alPacto sellado con Abrahan,

y caricias de lealtad para con Abrahan, Isaac y Jacob /Israel, en su descendencia.

Vio nuestra miseria,nuestros trabajos,

nuestra opresin(Dt 26,7c).

Y escogi, y llam caricias de eleccin y de llamadaa un israelita liberado de morir en el Nilo al nacer:

se llamaba Moiss.

Y le dijo Dios

he visto la opresin de mi pueblo en Egipto,he odo sus quejas contra sus opresores,

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me he fijado en sus sufrimientos.y he bajado a librarlos de los egipcios

(Ex 3,7-8).

Tambin se descubren aqu caricias que son bsicasy son fundamentales:

mirar,escuchar,

prestar atencin a otro,

Y, adems

la gran Caricia de otorgar lo que se ha solicitado:la liberacin.

Pero cuando Moiss se enter del papel que le habaasignado Dios en esa liberacin...

... y ahora anda, que te envo al Faranpara que saques de Egipto a mi pueblo,

los israelitas(Ex 4,10).

... pues intent rechazar las caricias de eleccin y de lla-mada:

Quin soy yo para acudir al Farano para sacar a los israelitas de Egipto?

(Ex 4,11).

Y Dios le dio caricias de seguridad:garantizarle la caricia de su presencia y su compaa

Yo estoy contigo(Ex 4,12).

Y... tras algunos titubeos, al final...

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Moiss dio la caricia de su aceptacina los planes de Dios.

Y fue a hablar con los israelitas,en nombre del Dios de sus Padres.

Y ellos aceptaron la caricia positiva de su Mensaje.

En cuanto al Faran...creo que lo mejor ser hacer un mini-extracto de todolo que dice sobre esto el Libro del xodo.

Ests de acuerdo?

Pues vers:

el Mensaje que le envi Dios por medio de Moissresulta especialmente interesante con respecto a las ca-ricias:

As dice el Seor:Israel es mi hijo primognito

y yo te ordeno que dejes salir a mi hijo(Ex 4,22b-23a).

Son caricias de identidad y de reconocimiento del Pue-blo de Israel.

Y como consecuencia,caricias de proteccin y de liberacin.

La reaccin del Faran es idntica a la de los nazis:represalias contra los hebreos o, lo que es lo mismo,

aumentar las caricias negativas.

El mismo da, el Faran dio rdenes a los capataces ya los inspectores:

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... son unos holgazanes!...Imponedles un trabajo pesado y que lo cumplan.

Y no hagis caso de sus cuentos!(Ex 5,6.8b-9).

Tambin Moiss recibi un buen lote de bofetadaspsquicas, que le llevaron a vivenciar como negativa lacaricia de su eleccin;

porque tanto el Faran como su mismo Pueblo deIsrael, descargaron sobre l un aluvin de caricias nega-tivas verbales echndole la culpa:

el Faran, de soliviantar a los israelitas; los israelitas, de tener que soportar ms trabajo,

debido a su visita al Faran (Ex 5).

Y Moiss protest ante Dios:

Para qu me has enviado?...Desde que me present al Faran para hablar

en tu Nombre,el pueblo es maltratado.

Y T no has liberado a tu Pueblo(Ex 5,22-23).

La respuesta de Dios es una promesa de extraordina-rias caricias positivas:

diles a los israelitas:

Yo soy el Seor.Os quitar de encima las cargas de los egipcios,

os librar de vuestra esclavitud,

os rescatar...Os adoptar como Pueblo

(Ex 6,6).

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Y me parece que nos encontramos aqu con la cariciapositiva ms intensa para los israelitas,

la que es raz de todas las dems,la que sustenta y evidencia el motivo de todas

las Promesas y todas las caricias de Dios a Israel:

Os rescatar.

La clave nos la ofrece la formulacin original de lapalabra Rescatar = Ga al.

No s si existe algn otro idioma capaz de encerrar,en una sola palabra, toda la riqueza del verbo hebreogaal (Winer, 1993).

Suele traducirse por rescatar,y as es;

pero eso no explica nada del rescatador = el go el, alque hace referencia el verbo hebreo:

un familiar, o pariente prximo,que libera de la esclavitud o de cargas penosas

a otro miembro de su propia familia.

Ratifica as Dios, ante los israelitas, lo que anterior-mente le haba dicho al Faran:

Israel es mi primognito(Ex 4,22b).

Y le da la caricia positiva de la seguridad de que lo vaa defender,

y a proteger,

y a rescatarle de Egipto: como un go el.Como un padre!!

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Y, como un padre, no va a consentir las extremas cari-cias negativas que se estn aplicando a los israelitas, sushijos.

Pues esto dice el Smbolo de su fe:

el Seor nos sac de Egiptocon mano fuerte,

con brazo extendido,con terribles portentos,

con signos y prodigios(Dt 26,8).

Fue todo un pulso de poder entre Dios y el Faran,segn cuenta el Libro del xodo:

el Faran se puso terco(Ex 7,13),

y Dios le forz a liberarlos, por medio de lo que se hallamado las plagas de Egipto (Ex 7,14-12,30).

La forma literaria de la narracin de estas plagas per-tenece al gnero pico, que poco tiene que ver con loscriterios historiogrficos.

Cunto han tenido que ver con la realidad,cunto con la hiprbole oriental,

cunto con la ficcin literaria?...

Mira, lo que nos interesa aqu y ahora, no es su posi-ble o imposible realidad histrica,

sino el hecho de que el narradorlas presenta como caricias condicionales negativas propi-nadas por Dios al Faran, para que dejase salir de Egiptoa los israelitas:

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let my people go!... 2

Y que afirma que as las interpretaron, all y entonces,tanto israelitas como egipcios:

let my people go!...

que aquellos castigos no cesaran hasta que el Farandejase en libertad a Israel:

let my people go!...

Y que, como resultado de esas Plagas,

el Faran llam a Moiss, de noche, y le dijo:

LEVANTAOS!salid de en medio de mi pueblo

con todos los israelitas!...(Ex 12,31).

Aquella noche, Israel recibi de Dios muchas ygrandes caricias positivas:

caricia de la lealtad de Dios, caricia de su fidelidad a las promesas,

y, sobre todo,

la Gran Caricia de la Liberacin.

Y caricias de cuidado y de proteccin:

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2 Let my people go = deja salir a mi pueblo

Canto Espiritual Negro. Surgi durante la lucha de los escla-vos por su libertad, en EE UU de Amrica, s. XIX.


noche en que vel el Seorpara sacarlos de Egipto...

(Ex 12,42a).

...y noche de vela para los israelitas de todas las gene-raciones, segn mand el Seor a Moiss:

la comunidad entera de Israel la celebrar[esa noche]...

(Ex 12,42b.47).

Y as ha sido:

fiel a este mandato, el Pueblo de Israelno ha permitido que esa Caricia de la Liberacin

se pierda en las tinieblas del olvido,

y cada ao, desde hace... ms de 3.000,acaricia ritualmente la memoria de esa noche,

en el plenilunio del mes de Nisn:

celebran la Fiesta de la Pascua,del paso del Seor.

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5. Caricia de la Alianza yCdigo de las Caricias

Libros Narrativos II

Y cuenta el Libro del xodo que, tres meses despusde salir de Egipto, Dios ofreci al Pueblo de Israeluna extraordinaria caricia positiva:

renovar, con ellos,la Alianza que haba hecho con sus padres

Abrahan, Isaac y Jacob.

Dice que fue en un monte,all por el desierto del Sina.

Y es tanto y en tantos Libros xodo, Levtico, Deu-teronomio 1 donde se habla de esta extraordinaria cari-cia que, si ests de acuerdo, vamos a fijarnos slo en sustrazos fundamentales.

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1 Estos Libros, durante cientos de aos atribuidos a Moiss,actualmente se considera que fueron redactados entre los siglos X,IX, VII y V a.C. Forman parte del Pentateuco; y constituyen larecopilacin de textos oficiales, as como la fijacin por escrito deantiqusimas tradiciones orales.


El texto del xodo parece ser el ms antiguo. Y sunarrador utiliza de nuevo el lenguaje pico:

cuenta unaespectacular teofana o manifestacin de Dios en elmonte Sina 2, en medio de rayos y de truenos y denubes y de nieblas (Ex 19,16-19).

Todo parece indicar que intenta evidenciar, as, ladesmesura de la desigualdad entre los dos miembros dela Alianza = Dios y el Pueblo,

as como la inmensidady la grandeza de quien ofrece esta caricia.

Las palabras que el Libro del Deuteronomio pone enboca de Moiss, resaltan la gratuidad de esta caricia deDios:

...si el Seor os eligi,no fue por ser vosotros ms numerosos que los dems

porque sois el Pueblo ms pequeosino por puro amor a vosotros

y por fidelidad a vuestros padres...(Dt 7,7-8).

El Libro del Levtico, aos ms tarde, resumir estacaricia de la Alianza de una manera sobria, sencilla y...realmente entraable.

Dice que Dios habl as al Pueblo:

pondr mi morada entre vosotrosy no os rechazar.

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2 La tradicin deuteronomista llama a este monte Horeb.


Caminar entre vosotros,y ser vuestro Dios

y vosotros seris mi Pueblo.

Yo soy el Seor, vuestro Dios,que os saqu de Egipto, de la esclavitud.

Romp las coyundas de vuestro yugo,os hice caminar erguidos

(Lv 26,11-13).

Pues, si no tienes inconveniente, vamos a centrar-nos en este resumen, que es rico en caricias,

completndolo con algunos detalles de los Libros delxodo y del Deuteronomio.

Y vamos a comenzar por lo que es el enunciado de laAlianza:

Yo ser vuestro Diosy vosotros seris mi Pueblo

(Lv 26,12b).

sta es la frmula de la Alianza, su ncleo.

En cuanto a su significado, para vislumbrar de algunamanera su profundidad, es imprescindible referir estacaricia de la Alianza a la caricia de la Liberacin de Egipto.

Y tener muy presentes las circunstancias y elentorno en que se dio y se recibi esta extraordinariacaricia:

la peregrinacin por el desierto.

Sin olvidar, en nuestro caso, tener muy clara la Teo-ra de las Caricias; sobre todo, lo que consta en las pgi-nas 39-42 de este libro:

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porque me parece que nos encontramos ante la cum-bre de los Libros Narrativos, y tenemos que enfocarnuestra luz con la mxima precisin.

De acuerdo?...

Pues vamos a buscar, en primer lugar, la referencia ala caricia de la Liberacin de Egipto;

podemos encontrarla en ese resumen de laAlianza que hace el Libro del Levtico,

al final, donde Dios se autoidentifica y se presenta anteel Pueblo de Israel:

Yo soy el Seor, vuestro Dios,que os saqu de Egipto, de la esclavitud.

Romp las coyundas de vuestro yugo,os hice caminar erguidos

(Lv 26,13).

Son caricias de seguridad y confianza las que da Diosaqu, al ofrecer garantas con respecto a su manera detratar al Pueblo, con la caricia de la Liberacin:

os saqu de Egipto, de la esclavitud(Lv 26,13b).

Y caricias de dignidad y seoro, dadas por quien esDios de dioses y Seor de seores (Dt 10,17), a esa mul-titud de hombres y mujeres que slo saban de habersido esclavos:

romp las coyundas de vuestro yugo,os hice caminar erguidos

(Lv 26,13c).

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Tampoco podemos olvidar el motivo de tales cariciasque, segn nos explica el Libro del xodo, parece estaren los mandatos de Dios a Moiss:

dile al Faranque Israel es mi primognito

y que deje salir de Egipto a mi hijo(Ex 4,22-23).

Y a los israelitas:

os rescatar 3...os adoptar como Pueblo

(Ex 6,6).

Y vamos a observar ahora las circunstancias, el en-torno donde se dice que Dios ofreci y dio a Israel laextraordinaria caricia de la Alianza:

la peregrinacin por el desierto.

Te sugiero que prestes especial atencin a algo queresulta verdaderamente interesante, desde el punto devista de las caricias:

que, esa caricia de la Liberacin, nose presenta en la Torh como una caricia puntual yanecdtica, equivalente a sacar a los israelitas deEgipto y desentenderse de ellos.

Porque cuando Israel sali de Egiptono sali sin rumbo,

errante como su padre Jacob:

81

3 ga al, ver pgs. 72-73.


iba hacia la Tierra Prometida por Dios, dirigido porun lder carismtico, Moiss, con quien el Seor tratabacara a cara, como habla un hombre con un amigo (Ex33,11; Dt 34,10).

Y nunca ese Pueblo se vio abandonado por su Dios,que lo libr de la esclavitud.

Mira, por ejemplo, lo que dice el Libro del Deutero-nomio:

...en el desierto, ya has visto que el Seor, tu Dios,te ha llevado como a un hijo por todo el camino...

(Dt 1,31).

Y el Libro del xodo pone en boca del mismo Dios:

os llev en alas de guilay os traje a M...

(Ex 19,4c).

Tambin en el Libro del Levtico, en ese resumenque estamos viendo:

pondr mi morada entre vosotrosy no os rechazar.

Caminar entre vosotros(Lv 26,11-12a).

No slo son, todas stas, caricias de presencia y com-paa;

son, adems, caricias de cercana,de intimidad.

Y, debido a su contexto, pueden tambin interpre-tarse como caricias de cuidado,

de proteccin,y caricias de seguridad en el amor de Dios:

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no os rechazar(Lv 26,11b).

Y cuenta el Libro del Deuteronomio, que Moisshabl de la relacin de Dios con Israel, su Pueblo, en sultimo Cntico a su Dios;

que fue poco antes de morir, viendo ya la Tierra Pro-metida, cuando cant diciendo:

...lo encontr en una tierra desierta,en una soledad poblada de aullidos;

lo rode,cuidando de l,

lo guard...como a las nias de sus ojos!

Como el guila incita a su nidadarevolando sobre sus polluelos,

as extendi sus alas,los tom,

y los llev sobre sus plumas...(Dt 32,10-11).

Recuerda esto...a aquellos casos que se leen a veces en los

peridicos:que alguien encuentre a un neonato, un

nio recin nacido, deshidratado, malherido y abando-nado en un contenedor de escombros, o en un muladar;

y que lo tome en brazos, lo lleve a su casa, lo acoja ylo cuide...

y al final,lo adopte como hijo.

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Y aquel nio-de-nadie, innominado, nace aquelda legalmente, al recibir caricias de pertenencia y de iden-tidad.

Es la legalizacin de una situacin de hecho:estar cuidando a ese nio como se cuida a un hijo.

Pues bien, desde la ptica de las caricias, esta cariciade la Alianza se contempla como un Pacto de Adopcinpaterno-filial que consolida y proclama, solemnemente,una situacin de hecho:

las caricias de cuidado,de atencin,

de intimidad,de presencia,

de ternura,de amor de Dios al Pueblo de Israel.

A las cuales se aaden, con la Alianza,

Caricias de pertenencia = sois mi Pueblo. Caricias de identidad = Pueblo de Dios.

Aqu, nos encontramos ante el nacimiento histricodel Pueblo de Israel como Pueblo de Dios:

no el nacimiento de un beb,sino el de todo un colectivo de hombres y mujeres, libres,

que, previamente, recibieron de Dios

una caricia de respeto a la libertad que l mismo leshaba conseguido,

otra caricia de invitacin a ejercitarla:pedirles su libre consentimiento

para aceptar o rechazar esta Alianza.

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Dios no impona esta extraordinaria caricia,la ofreca.

Israel, libremente,poda aceptar o rechazar esta caricia de Dios.

Pero no a ciegas,que Dios les seal claramente los compromisos que

supona la aceptacin.

Y dice el Libro del xodo:

todo el Pueblo, a una, respondi:haremos cuanto dice el Seor!!

(Ex 19,5).

...que no era nada ms ni menos que lo que laBiblia hebrea llama

las Diez Palabrasy su traduccin griega, el Declogo.

Es lo que, popularmente, se conoce como los DiezMandamientos (Garca Lpez, 1994).

Te invito a contemplarlos desde la ptica de las cari-cias!...

Porque desde la caricia de la Alianza-Adopcin, se vencomo claras indicaciones de un padre sobre las actitu-des y el comportamiento, familiar y social, que exige yespera de su hijo.

Y evidencian el rol fundamental de los padres y madrescomo educadores en las caricias (Kertesz, 1982).

Recuerdas que, para poder acariciar, tienes quehaber sido acariciado primero?

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Pues el Pueblo de Israel haba sido muy acariciado porDios, positiva y vigorosamente!

Gozaba ya, por ello, de la posibilidad de acariciar

Era su turno, ahora,de dar caricias.

Pero no de cualquier modo,sino de una determinada manera, claramente sealada porDios en las Diez Palabras.

Son todo un programa, bien estructurado, de cariciasdirectas e indirectas que Dios espera de su Pueblo.

Toda una normativa sobre Caricias,para caminar y vivir como hombres y mujeres libres,

sin recaer en la esclavitud.

Pues si miramos, un poco ms de cerca, este Cdigode Caricias, lo primero que llama la atencin es suestructuracin en torno a dos distintos receptores:

Dios, y el hombre.

En cuanto a las caricias mismas,

estn formuladas, todas, como caricias directas (=sin intermediarios), tanto las que se dirigen a Dioscomo las dedicadas a los hombres;

y un dato interesante:

la tajante y absoluta prohibicinde las caricias negativas.

Y sta es la primera y fundamental caricia directa exi-gida por Dios para l:

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Yo soy el Seor, tu Dios,que te saqu de Egipto, de la esclavitud.

No tendrs otros dioses rivales mos(Ex 20,2-3).

Es una clara prohibicin de una caricia negativa pro-pia del politesmo ambiental, oficial en aquella poca ytal vez inconsciente, en todas: tener muchos dioses.

Unida, tambin, a la prohibicin de otra caricia ne-gativa: la idolatra (Ex 20,4).

Y, segn el Libro del Deuteronomio (Garca Lpez,1992), as tradujo Moiss para Israel el aspecto posi-tivo de esta Primera caricia, exigida por Dios:

escucha, Israel:

el Seor, nuestro Dios, es solamente uno;amars al Seor, tu Dios,

con todo el corazn,con toda el alma,

con todas tus fuerzas.

Las palabras que hoy te digoquedarn en tu memoria.

Se las inculcars a tus hijos,y hablars de ellas estando en casa

y yendo de camino,acostado

y levantado.

Las atars en tu mueca,como un signo.

Sern en tu frente una seal.

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Las escribirs en los costados de tu casay en sus portales...

(Dt 6,4-9).

En cuanto a las caricias directas que Dios manda nodar al prjimo, se sealan de una manera muy concisa einequvoca:

no robes, no mates,

no mientas...

Se percibe, tras estas prohibiciones, la fuerza de lascaricias positivas que las respaldan.

Por ejemplo,

la caricia del respeto a la propiedad ajena, la caricia de suprema valoracin de la vida, la caricia de amor a la verdad...

El mandamiento concreto de dar caricias positivas, loresume el Libro del Levtico en un nico precepto:

ama a tu prjimo como a ti mismo(Lv 19,18b).

Y para captar de alguna manera la densidad deeste Cdigo de Caricias de las Diez Palabras, creo queconvendra recordar ahora que:

acariciando a las personas amadas por otro,

se acariciatambin,

indirectamente,a ese otro.

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Por eso podemos afirmar, en el caso de las Diez Pala-bras, que:

al acariciar directamente al prjimo,

se acariciatambin,

indirectamente,a ese Dios que tanto le ama.

Positiva, negativa, o falsamente?...

Segn haya sido la caricia directa recibida por el pr-jimo.

Y si no recibe ninguna, la cosa es clara:sin caricias directas,

no las hay indirectas!

* * *

Qu nacin grandetiene a su Dios tan cercano como est el Seor,

nuestro Dios,cuando lo llamamos?...

Y qu nacin grandetiene unos mandatos y decretos tan justos

como esta Ley?...(Dt 4,7-8).

Segn el Libro del Deuteronomio, sas fueron laspalabras de Moiss al Pueblo, sealando las caricias depresencia y cercana de su Dios,

as como las de seguridad,

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que proporciona el Cdigo de Caricias contenido en lasDiez Palabras.

Y cuenta tambin el Libro del Deuteronomio queesto les dijo, adems, de parte de su Dios:

hoy pongo delante de tila vida y el bien, la muerte y el mal...

(Dt 30,15).

El precepto que yo te mando hoyno es cosa que te exceda,

ni es inalcanzable.

No est en el cielo.No vale decir:

quin de nosotros subir al cieloy nos lo traer,

y nos lo proclamar,para que lo cumplamos?

Ni est ms all de la mar.No vale decir:

quin de nosotros cruzar la mary nos lo traer,

y nos lo proclamar,para que lo cumplamos?

El mandamiento est a tu alcance:en tu corazn y en tu boca.

Cmplelo!...(Dt 30,11-14).

Me parece que sobran los comentarios.

90


6. Los Traductores e Intrpretes

Libros Profticos I

Estoy como un borracho,como uno vencido por el vino,

por causa del Seory de sus santas Palabras...

(Jr 23,9).

A unque es el profeta Jeremas quien habla as, todoparece indicar que es sta una experiencia comna todos los profetas de Israel.

Eso es lo que parece respirarse nada ms abrir losLibros Profticos:

que fueron, todos ellos, unos hombres arrollados,fascinados,

cautivados,podidos por la caricia de la Palabra de su Dios.

Y, las pocas veces en que se habla de su vida, dejanconstancia de que ellos eran unos hombres normales ycorrientes:

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de diferentes profesiones,y de muy diversos niveles o estamentos

sociales y culturales;

que residan unos, en el nortey otros, en el sur de Israel

(Jr 1,1; Ez 1,1; Am 7,14; Miq 1,1...).

Por qu han pasado a la Historia como hombresexcepcionales y carismticos,

servidores de la Palabra de su Dios (Lc 1,2b),traductores o intrpretes de ella?

Es lgico preguntarse qu pas para que se diera talvaloracin historiogrfica.

Porque algo debi suceder...

Pues ellos cuentan que,en un determinado momento

de sus vidas, recibieron de Dios una caricia sorprendente:

escogerles,para traducir o interpretar su Palabraen su dilogo con el Pueblo de Israel.

Y que fue una caricia tan poderosa,tan arrolladora,

que trastorn todos sus esquemas de pensamientoy de accin y...

les cambi la vida!

Pues, si no tienes inconveniente, vamos a mirar unpoco ms de cerca esta caricia que parece tan asom-brosa (Abrego de Lacy, 1993; Artola y Snchez Caro,1995; Monloubou, 1994).

De acuerdo?...

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Vers:por lo que dicen los mismos Profetas, es evidente

que quedaron verdaderamente impactados por eseencuentro con su Dios.

Cuentany dejan muy claro,

que eso de ser Profeta no es una profesin escogida porellos mismos;

que se debe, nica y exclusivamente, a una poderosainiciativa (caricia) de su Dios.

Mira, por ejemplo, lo que cuenta Ams:

Yo no era profeta,ni hijo de profetas.

Era ganaderoy cultivaba higueras,

pero el Seor me arranc de mi ganadoy me mand ir a profetizar a su Pueblo, Israel

(Am 7,14-15)

Insisten tambin,todos,

en subrayar la irresistible fuerza de esa caricia.

Por eso, en los Libros Profticos, llama poderosa-mente la atencin esa cualidad de las caricias en la quehasta ahora no nos habamos detenido:

su fuerzasu capacidad para despertar valores dormidos,

para vigorizar fragilidades.

Y los profetas, a partir de su propia experiencia de lascaricias de Dios,

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vivencian esa fuerza como irresistible,arrebatadora,

seductora...

Por ejemplo, Jeremas dice:

T me sedujiste, Seor,y yo...

me dej seducir.

Eras ms fuerte que yo,y pudiste conmigo...

(Jr 20,1).

Y Ams:

ruge el len,quin no temblar?

Habla Dios,quin no profetizar?...

(Am 3,8).

De todas maneras, no les result fcil aceptar esacaricia de la eleccin,

todos se resistieron para aceptarla:pusieron pegas, objeciones...

Isaas, por ejemplo, se horroriz...crey que se iba a morir, se sinti impuro

(Is 6,5).

Jeremas dijo:

ay, Seor mo!...Mira que yo no s hablar,

que soy un chaval!...(Jr 1,6).

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Qu sucedi,para que ese rechazo se convirtiera en aceptacin?

Mira, todo lo que puede deducirse de lo que explicanlos Libros Profticos, es que recibieron caricias de pre-sencia,

de compaa,y de apoyo por parte de su Dios.

Por ejemplo,cuenta Jeremas que a l le dijo:

no les tengas miedo,que Yo estoy contigo para librarte

(Jr 1,8).

Y aade

el Seor extendi la mano,me toc la boca,

y me dijo:mira,

Yo pongo mis Palabras en tu boca...(Jr 1,9-10).

No es menos interesante lo que explica Ezequiel:

penetr en m el Espritu...y me levant en pie

y o al que me hablaba...(Ez 2,2).

no les tengas miedo,ni te acobardes...

anda,vete a tus compatriotas y diles:

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esto dice el Seorte escuchen o no te escuchen

(Ez 3,14).

Y contina:

...el Espritu me tomy me arrebat...

...y march decidido,y enardecido,

mientras la mano del Seor me empujaba(Ez 3,9b.11).

Resultan evidentes, en estos ejemplos, las caricias deseguridad,

de apoyo,de fortaleza,

de fuerza... que estoshombres recibieron de su Dios.

Y el rechazo se convirti en aceptacin.

Y aceptar esa cariciacambi totalmente sus vidas.

Desde la ptica de la Psicologa, creo que puededarse razn de esos cambios espectaculares que se pro-ducen, a veces, en algunas personas (Klein, 1994).

Puede ser por diversos motivos:

una situacin traumtica,

largos perodos de aislamiento y reflexin,

o bien,

el encuentro o primer contactocon una persona de una calidad extraordinaria,

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cualitativamente distinta,que te impactay te sorprende,

dndote informacin nueva e inesperadaque te hace ver cosas de las que, hasta entonces,

no te habas dado cuenta.

De tal manera,que te vincula,

quedas psquicamente empatizado o ligado a esa persona.

Es algo parecido a lo que popularmente se conocecomo un flechazo.

Y eso es lo que considero que corresponde al casoque estamos viendo, en los Profetas:

porque ellos expresan la vivencia de una Presenciaque impacta,

magnetiza,apasiona...

Y es que, por lo que ellos mismos explican,

ese Encuentro,esa Persona

esa Presencia,esa Palabra...

son caricias tan asombrosamente positivas,que no se las pueden quitar de la cabeza:

invaden su mente consciente (su memoria de trabajo),y le dan vueltas,

y ms vueltas,reflexionando sobre el tema...

De tal manera, que acaban cambiando sus esquemasde pensamiento y de accin.

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Y, en consecuencia, resultan diferentes para todoslos que les rodean:

porque su mente les obliga a pensar,valorar,

y actuar de manera distinta.

Ams, por ejemplo,ya no poda comportarse como un pacfico granjero,

porque ya no le valan sus esquemas de buen ganadero;ni los de buen agricultor.

Ya que, desde ese cambio de esquemas mentales,y precisamente debido a ese cambio,

algunos comportamientos de su Pueblo que antes veabien o normales,

ahora los ve negativos,perjudiciales,

dainos...

Y se dedica a la denuncia,la crtica social,

las propuestas de cambio.

A sugerir nuevas formas de comportamiento,segn Dios.

Y es que esa caricia tan arrebatadora no estaba desti-nada nica y exclusivamente a quien la reciba:

tena una clara dimensin social de servicio a los dems;concretados, en este caso, en Israel.

Qu clase de servicio?

pues discernir la caricia de la presencia y la compaade su Dios en los acontecimientos de la vida y de laHistoria del Pueblo;

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exhortarles a liberarse de caricias negativas:se haban comprometido a ello, aceptando las DiezPalabras!

denunciar su incumplimiento,si suceda;

mantener en el Pueblo la memoria de las caricias deDios

y exhortar al agradecimiento,

animar al Pueblo,con las Promesas de su Dios y Padre.

Pero no te ha llamado la atencin ese no les ten-gas miedo?...

No te has preguntado: a quin?a quines?

Pues, aunque pueda parecer imposible, le tenanmiedo al Receptor del Mensaje de su Dios, traducidopor ellos:

su propio Pueblo de Israel.

Porque si lo que traducan o interpretaban erancaricias condicionales negativas,

el Pueblo las rechazaba!Y, con ellas, a su traductor y portavoz.

Pero los profetas puede decirse que viven en laCaricia de la Palabra,

y de la Caricia de la Palabra.

Y traducen,interpretan,

prestan su voz a esa Palabra,

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y parecen sentirse psquicamente incapaces de forcejearcon su Dios para rechazar esa Caricia de su eleccin comotraductores y portavoces.

Aunque lo intenten!...

Porque lo intentaron, vaya que s.Al menos, eso dicen ellos.

El motivo,y el resultado,

lo cuenta Jeremas de una manera realmente expresiva,entraable y... dramtica:

yo era el hazmerrer todo el da,todos se burlaban de m...

...la Palabra del Seor se me volvi[caricia negativa de] escarnio y burla constantes.

Y me dijeno me acordar de l,

no hablar ms en su Nombre!!...

Pero senta esa Palabra como fuego abrasadorencerrado en mis huesos.

Me esforzaba por refrenarla,y no poda...

(Jr 20,7b.8b-9).

Y ya, slo quisiera precisarte que no se sabe conexactitud cuntos recibieron esta caricia tan arrolladorade ser traductores de su Dios, en el Pueblo de Israel.

Porque parece que fueron ms de los que conocemospor los Libros Profticos.

De algunos de ellos nos hablan los Libros Narrativos.

100


Por ejemplo, del que Israel consider el ms grandede todos los profetas: Elas (1 R 17,1-2 R 2,13a).

Algo de l te dir ahora, en seguida, en el captulosiguiente.

101


7. Caricias traducidas e interpretadas

Libros Profticos II

U na vez conocidos (?) los Traductores o Intrpretes,te propongo espigar un poquillo en los LibrosProfticos:

para extraer una muestra de cada una deestas traducciones o interpretaciones profticas sobre lascaricias.

Sin tener en cuenta los datos cronolgicos,ya que buscamos caricias, no Historia.

Pues... la primera y principal tarea del profeta con-sista en discernir y descubrir entre los ms variopin-tos avatares, acontecimientos y personas la caricia de lapresencia de su Dios,

a fin de poder mostrarla a los dems, y tra-ducir o interpretar su dilogo con ellos (Artola, 1995;Monloubou, 1994).

Un buen ejemplo de este discernimiento el que con-sidero ms significativo, resulta que no se encuentraen los Libros Profticos, sino en los Libros Narrativos:

103


es algo que le sucedi a Elas, ese gran profeta de quiente acabo de hablar.

Pues segn el Libro de los Reyes el Seor le dijo quele aguardase en el monte Horeb, porque l iba a pasar porall (1 R 19,11).

Y esto es lo que cuentan que sucedi:

...vino un huracn tan violento,que descuajaba los montes y haca trizas las peas

delante del Seor...En el huracn no estaba el Seor.

Despus del viento,vino un terremoto:

y en el terremoto no estaba el Seor.

Despus del terremoto,vino un fuego.

Y en el fuego tampoco estaba el Seor.

Despus del fuegose oy una brisa tenue...

Al sentirla,Elas se tap el rostro con el manto...

... y se puso en pie.

Entonces oy una voz que le deca:

qu te trae por aqu Elas?

Respondi:

mi pasin por el Seor!!...(1 R 19,11b-14a).

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Es interesante esta caricia de manifestacin en la sen-cillez y suavidad de la brisa,

as como el discernimiento de Elas:

en un ambiente propenso a asociar las caricias demanifestacin de su Dios slo con los grandes even-tos csmicos,

y a transmitirlas con un lenguaje pico.

Y atendiendo a esa finura de percepcin comn atodos los profetas hay que sealar, en primer lugar, quela caricia de la presencia y la compaa de su Dios inundatodos los Libros Profticos.

Mira, por ejemplo, una de las caricias de presenciaque, segn el Libro de Isaas 1 dedica Dios al Pueblo deIsrael:

t, Israel, siervo mo,Jacob, mi elegido,

estirpe de Abrahan, mi amigo......te he elegido

y no te he rechazado.

No temas,que Yo estoy contigo;

no te angusties,que yo soy tu Dios:

te fortalezco,

105

1 Este Libro recoge, bajo ese mismo nombre, los hechos y dichosde tres Profetas distintos, conocidos como:

Primer Isaas (s. VIII a.C., cap. 1-39),Segundo Isaas (s. VI a.C., cap. 40-55),Tercer Isaas (s. VI a.C., cap. 56-66).


y te auxilio.y te sostengo con mi diestra victoriosa...

...te agarro de la diestra,y te digo:

no temas,Yo mismo te auxilio...

(Is 41,8.9b-10.13).

No slo son stas, caricias de presencia;son tambin caricias de proteccin.

Y, en consecuencia, de seguridad;y de serenidad.

Y de apoyo,y de fortaleza,

y de fuerza,y de invitacin a la confianza.

Arraigadas, todas ellas, en la caricia de la fidelidad desu Dios:

...te he elegidoy no te he rechazado

(Is 41,9b).

Te invito a seguir abriendo todos estos Libros:

podrs comprobar cuntas veces se insiste, en ellos,en esta caricia

Acariciar - ¿Prohibido Por Dios?

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