Aceite de Oliva y Hábitos Saludables
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Aceite de oliva y hábitos saludables
Introducción ................................................................................ 2
Dieta Mediterránea ..................................................................... 2
Consumo de aceite de oliva y sus beneficios para la salud .......... 3
Componentes fenólicos del aceite de oliva.................................. 4
Cambios en la Dieta Mediterránea .............................................. 4
Recomendaciones para una vida saludable ................................. 5
Bibliografía ................................................................................... 6
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Introducción En los últimos años gran cantidad de estudios subrayan las propiedades beneficiosas
asociadas al consumo de aceite de oliva y sus componentes (Pereira, 2013). Conocer acerca de
su composición, bioquímica, propiedades biológicas, caracterización de su fruto y la
caracterización de su sabor son esenciales para comprender sus potencialidades y propiedades
saludables. Es uno de los alimentos clave dentro de la Dieta Mediterránea, la cual de forma
casi paralela también ha sido tema de especial interés de investigadores en los últimos años en
relación con los hábitos de vida saludables.
Dieta Mediterránea Según investigaciones en cuanto al riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares a
nivel mundial, los países sureuropeos son los que presentan los valores más bajos de
incidencia de infarto de miocardio (Tunstall-Pedoe & Kuulasmaa, 1999). Entre los factores
mediante los cuales podríamos explicar esta paradoja podríamos encontrar el estilo de vida
característico de los países mediterráneos, donde se suele practicar actividad física, dieta
saludable y un clima de cohesión social.
Desde que se presentara la Dieta Mediterránea como una protectora de la salud (Keys,
1980), existe gran cantidad de estudios que relacionan la adherencia a una Dieta Mediterránea
y un menor riesgo de mortalidad en general, ya sea por enfermedades cardiovasculares o la
incidencia de distintos tipos de cáncer, así como por la incidencia de enfermedades
neurodegenerativas (Lorgeril & Salen, 1999)(Trichopoulou & Costacou, 2003)(Scarmeas, Stern,
& Tang, 2006)(Benetou, Trichopoulou, & Orfanos, 2008)(Sofi, Cesari, Abbate, Gensini, & Casini,
2008).
Esta Dieta Mediterránea va a estar caracterizada por el consumo de una moderada
proporción de alimentos característicos de esta región tales como:
Verduras, legumbres, frutas y cereales
Regular pero moderada ingesta de vino
Moderada ingesta de pescado y carnes blancas
Moderada ingesta de lácteos
Baja ingesta de carnes rojas y;
Una relativamente alta ingesta de grasas (hasta un 40% respecto de la energía total
ingerida).
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Llama la atención este último dato, ya que se suele asociar la alta ingesta de grasas con
una menor salud y un mayor riesgo de mortandad por padecer las enfermedades
anteriormente mencionadas. Sin embargo, la mayor parte de estas grasas ingeridas en la Dieta
Mediterránea están formadas por ácidos grasos monoinsaturados (hasta un 20% de la energía
ingerida), provenientes principalmente del aceite de oliva, la principal fuente de grasas de uso
culinario (especialmente para aliños) en estos países (Urpi-Sarda & Casas, 2012).
Consumo de aceite de oliva y sus beneficios para la salud No obstante, el consumo de aceite de oliva varía entre los distintos países. Por poner un
ejemplo, los tres mayores productores de aceite de oliva (los cuales son España, Grecia e Italia)
consumen diferentes cantidades de aceite de oliva per capita, según datos de 2011 (DG
Agriculture & Rural Development).
España: 13,3 L
Grecia: 10,7 L
Italia: 21, 3 L
Los beneficios de consumir aceite de oliva han sido conocidos desde la antigüedad y
ampliamente relatados (Quiles, Ramírez-Tortosa, & Yaqoob, 2006). Tradicionalmente los
beneficios saludables del aceite de oliva eran atribuidos a su alto contenido de ácido oleico. En
cambio, en la actualidad el conocimiento científico ha demostrado que estos efectos deben ser
atribuidos también a la parte fenólica del aceite de oliva (Granados‐Principal, 2010)(Omar,
2010).
Se ha demostrado que esta parte fenólica proporciona una acción antioxidante,
antiinflamatoria y antimicrobiana en nuestro organismo. Los mecanismos por los que los
componentes fenólicos del aceite de oliva pueden proporcionar este tipo de acciones son
variados y, muy probablemente estén interconectados entre sí. Por un lado, debido a su
capacidad antioxidante actúa como la primera línea de defensa contra los radicales libres que
atacan a las células (Karihtala & Soini, 2007).
Las últimas evidencias científicas indican que el daño oxidativo es promotor de
cambios patofisiológicos que ocurren en enfermedades asociadas con el estrés oxidativo como
las enfermedades coronarias del corazón, cáncer y patologías neurodegenerativas, que se
acentúan con el envejecimiento (Li, Ishdorj, & Gibson, 2012)(Lönn, Dennis, & Stocker,
2012)(Wang & Bennett, 2012). Además, los compuestos fenólicos del aceite de oliva son
capaces de modular la expresión del genoma, influenciando la expresión de genes y proteínas.
![Page 4: Aceite de Oliva y Hábitos Saludables](https://reader035.fdocuments.es/reader035/viewer/2022081822/55cf91e7550346f57b919d65/html5/thumbnails/4.jpg)
Por ejemplo, un reciente estudio sugiere que el aceite de oliva dentro de una Dieta
Mediterránea puede reducir el riesgo de fibrilación auricular (Martínez-González et al., 2014)
Componentes fenólicos del aceite de oliva La composición fenólica del aceite de oliva varía en cantidad (50-800 mg/L) y calidad
dependiendo de la variedad de aceituna, la edad del árbol, las técnicas agrícolas empleadas
para su cultivo, grado de madurez, la composición del suelo, el clima y, por último, del
procesamiento técnico y su almacenamiento (Muzzalupo & Stefanizzi, 2011)(Visioli & Galli,
1998)(Corona, Spencer, & Dessi, 2009) (S Cicerale & Conlan, 2008)(Amarowicz & Carle, 2009).
Los componentes fenólicos del aceite de oliva son convencionalmente llamados
polifenoles, aunque no todos ellos derivados de los polihidroxilos. En general, la mayor parte
de estos componentes pueden ser encontrados en estos aceites: flavonoides, lignanos, fenoles
simples y secoiridoides. Los niveles de los dos últimos grupos son mayores y muchos de estos
componentes fenólicos del aceite de oliva se encuentran exclusivamente en el aceite de oliva
(Corona et al., 2009).
Los mayores beneficios de la ingesta de aceite de oliva se han observado en las
enfermedades cardiovasculares, y gran parte de estos beneficios son debidos a los compuestos
fenólicos. Así, el consumo de aceite de oliva virgen extra rico en parte fenólica tiene un efecto
reductor en los niveles de colesterol, independientemente de su contenido en ácidos grasos
(Damasceno et al., 2011). Aunque esta reducción concretamente tiene lugar en el colesterol de
baja densidad (LDL), el de mayor incidencia en enfermedades cardiovasculares. Además, se
produciría un incremento en el colesterol de alta densidad (LDL) o “colesterol bueno”,
reduciéndose el riesgo de padecer problemas coronarios (Widmer, Flammer, Lerman, &
Lerman, 2014).
Cambios en la Dieta Mediterránea Sin embargo, a pesar de los beneficios observados, se están produciendo cambios en
los patrones de la Dieta Mediterránea hacia una occidentalización de esta, debido
posiblemente a la globalización, a los cambios en los estilos de vida o a un incremento en el
precio de gran parte de los componentes de la Dieta Mediterránea como el aceite de oliva y las
verduras. Una gran parte de la población mediterránea prefiere incluir en su dieta aceite de
oliva refinado o, incluso, aceites de semilla (Delgado & Guinard, 2011)
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Una de las principales razones de esta preferencia es económica, además del sabor. El
agrio y picante sabor del aceite de oliva virgen extra no es del agrado por muchos
consumidores, los cuales erróneamente lo asocian con una baja calidad del producto. Sin
embargo, los aceites refinados con sabor dulce o más suave presentan un menor contenido en
polifenoles, los cuales son los que confieren calidad a este tipo de aceite y, además son
responsables de sus efectos beneficiosos (Vitaglione et al., 2013).
Ante esta situación, cabe resaltar que los beneficios de consumir aceite de oliva solo
pueden ser logrados en el contexto de una dieta y un estilo de vida saludables, incluyendo
dentro de estos la práctica de actividad física(Martín-Peláez, Covas, Fitó, Kušar, & Pravst,
2013). Este consumo de aceite de oliva no debe ser añadido dentro de la dieta habitual, debido
al alto contenido energético, pero si como sustituto de otros tipos de lípidos empleados en las
dietas occidentales, usando para ello el aceite de oliva virgen extra. Además, siempre
buscando el equilibrio entre la ingesta de energía y su gasto en el organismo(Trichopoulou &
Dilis, 2007).
Recomendaciones para una vida saludable Siguiendo las principales recomendaciones, se debe consumir entre 25-50 mL de aceite
de oliva virgen extra diarios, que además presenten una concentración en fenoles de 100-300
mg/kg. A su vez, el consumo diaria de estos fenoles se recomienda en 5-10 mg (Sara Cicerale,
Lucas, & Keast, 2010).
Por otro lado, para acentuar estos beneficios en la salud producidos por la Dieta
Mediterránea y el aceite de oliva, numerosos autores recomiendan la realización de actividad
física moderada. Uno de los mayores problemas de salud en los últimos tiempos es la
obesidad, producida principalmente por un aumento del sedentarismo de la población junto
con el cambio de hábitos en la alimentación antes mencionado. Esta obesidad suele ir asociada
a enfermedades cardiovasculares y de tipo metabólico como la diabetes. El consumo de aceite
de oliva junto con una adecuada actividad física reduce el riesgo de padecer estas
enfermedades por separado y en general.
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