Aceite español con sobre precio

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8 interviu.es 23/2/2015 6,7 MILLONES DE VENEZUELA PARA MARINALEDA EL GOBIERNO DE MADURO FIRMÓ CON LA COOPERATIVA ANDALUZA UN CONTRATO PARA COMPRAR HASTA 81 MILLONES DE EUROS EN ACEITE AL DOBLE DE SU PRECIO Un acuerdo firmado en 2013 por el actual ministro venezolano de Presidencia, Carlos Osorio, tras un viaje al país del alcalde y exdiputado autonómico Juan Manuel Sánchez Gordillo, se comprometía a comprar hasta 93 millones de dólares en aceite al doble de su valor de mercado. El negocio era tan suculento que la cooperativa autogestionada compró 1,4 millones de botellas a una gran aceitera española y las envió a Venezuela con otra etiqueta. Ingresaron al menos 6,7 millones de euros. • Daniel Montero / Luis Rendueles E2-VENEZUELA-2026F .indd 8 20/2/15 19:04:27

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6,7 millonesde Venezuela

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El gobiErno dE maduro firmó Con la CoopErativa andaluza un Contrato para Comprar hasta 81 millonEs dE Euros En aCEitE al doblE dE su prECio

Un acuerdo firmado en 2013 por el actual ministro venezolano de Presidencia, Carlos Osorio, tras un viaje al país del alcalde y exdiputado autonómico Juan Manuel Sánchez Gordillo, se comprometía a comprar hasta 93 millones de dólares en aceite al doble de su valor de mercado. El negocio era tan suculento que la cooperativa autogestionada compró 1,4 millones de botellas a una gran aceitera española y las envió a Venezuela con otra etiqueta. Ingresaron al menos 6,7 millones de euros.

camaradas financieros

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• Daniel Montero / Luis Rendueles

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El alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, durante una protesta. A la izquierda, el contrato de suministro de aceite firmado por el Gobierno de Nicolás Maduro. Abajo, el presidente venezolano posa en un acto público para suministrar alimentos.

camaradas financieros

una protesta. A la izquierda, el contrato de suministro de aceite firmado por el Gobierno de Nicolás Maduro. Abajo, el presidente venezolano posa en un acto público para suministrar alimentos.

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Arriba, una jornalera trabaja en el olivar de la cooperativa agraria

de Marinaleda, y botellas de la marca pública venezolana

Diana Oliva, en cuya etiqueta se puede leer que la procedencia del

aceite es Marinaleda. A la derecha, la entrada de la finca y la fábrica

de conservas que dependen también de

la cooperativa.

jornaleros

Venezuela tiene serios problemas para abaste-cerse de productos bá-sicos. Alimentos como

el arroz, el azúcar y el grano esca-sean en sus supermercados. Falta hasta el papel higiénico. Y mientras su población pasa apuros, el Go-bierno de Nicolás Maduro pagó el aceite de oliva al doble de su pre-cio de mercado. Una operación mi-

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No hay utopía ni socialismo que merezcan tal nombre si se nutren de los alimentos que faltan a otros ciudadanos del mundo, pues el internacionalismo fue fundamento pri-migenio de este sistema y el optimismo que es seña característica de aquella doctrina no puede obviar los “lugares que sí existen”. Venezuela existe y, habiendo sido colonia de España, debería gozar de un plus de fra-ternidad por parte de los españoles cuando sus habitantes padecen un grave problema de carestía de productos básicos.

“Una utopía hacia la paz” es la divisa del escudo de Marinaleda, conocida por el de-sarrollo de un modelo económico alterna-tivo al capitalismo que impulsó el controvertido Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde desde 1979 hasta noviembre de 2014. El método ha cose-chado importantes logros, pero sus de-tractores atribu-yen buena parte del progreso de este municipio se-villano a que “casi el 80 por ciento de los ingresos que recibe el Ayuntamiento se sustancian en transferencias provenientes de entes administrativos superiores”.

A la vista de lo descubierto por interviú, las “transferencias” no provienen solo de otras administraciones españolas. La venta de aceite a Venezuela a más del doble de su precio de mercado no puede sino conside-rarse, siendo cauto y benévolo en el uso de los términos, como una transferencia, que, además, reproduce los peores mecanismos del capitalismo, en el que, con frecuencia, los beneficios de los ricos salen de la miseria de los pobres.

Si levantara la cabeza Che Guevara, cuya imagen decora la pared de algún edificio municipal, diría que no, que no es esto. Que “otro mundo es posible”, pero no así.

Si Che Guevara levantara la cabeza…

lópez albaGonzalo

Venezuela debería gozar de un plus de

fraternidad por parte de

los españoles cuando sus habitantes

padecen una grave carestía de productos

básicos

Militares venezolanos vigilan una cola de ciudadanos que esperan para comprar en un supermercado. A la izquierda, Sánchez Gordillo durante

un pleno del Parlamento andaluz, del que era diputado.

alimentos y fusiles

En ese momento y según las bases de datos de referencia para mayo-ristas, el precio del aceite de oliva era de 2.988 euros por tonelada. Menos de la mitad de lo que pagó Venezuela. Durante la vigencia del contrato –todo el ejercicio 2013– el aceite de mayor calidad llegó a es-tar a 2.000 euros por tonelada. In-cluso con envío y un beneficio in-dustrial del 15 por ciento (superior a la media del sector), el precio ni siquiera se acerca a lo abonado por el Gobierno latinoamericano.

Como firmantes del contrato por parte de la cooperativa andaluza aparecen dos personas: Antonio Aires, concejal de Izquierda Unida en Marinaleda y gerente de la coo-perativa, y un ciudadano venezola-no, responsable de la radio pública YVKE Mundial, la misma empresa que pagó unos meses antes y se-gún su propia versión, el polémico viaje de Sánchez Gordillo a Vene-zuela para explicar la naturaleza de su utopía.

El acuerdo, con el número de re-gistro 19-00029555, fue elevado a público el 16 de enero por el nota-rio venezolano Andrés Bello. Su-

■ marinaleda compró 1,4 millones de botellas a una gran aceitera y las vendió a venezuela por el doble

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llonaria y sin lógica comercial que tiene un único beneficiario: la coo-perativa agraria de Marinaleda, el pueblo andaluz gobernado desde hace años por el líder sindical Juan Manuel Sánchez Gordillo.

El acuerdo fue rubricado el 14 de enero de 2013 en Caracas; me-ses después de que el exalcalde de Marilaneda –gobernó el pueblo con mayoría absoluta durante 35 años– visitara Venezuela invitado por el Gobierno de Nicolás Maduro para impartir charlas sobre el proyecto anticapitalista desarrollado en la localidad andaluza.

millones públicos

El contrato de abastecimiento de aceite está rubricado por Carlos Al-berto Osorio Zambrano, uno de los hombres fuertes de Nicolás Maduro y actual ministro de Presidencia. El entonces ministro de Alimentación se compromete por escrito a com-prar hasta 12.000 toneladas métri-cas de aceite a un precio de 6.504 euros por tonelada. En total el en-cargo, que se estructuró en distin-tas fases, se rubrica por una cuantía máxima de 81 millones de euros.

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■ LOS GOBIERNOS DE España y venezuela mantienen un pulso cada vez más evidente. Una guerra de palos en la rueda que se arrastra desde hace dos décadas. En 1988, el entonces presidente José María Aznar envió a su cuñado Alejandro Agag, a su principal asesor político, pedro Arriola, y a Francisco Correa, imputado en la operación Gürtel, para apoyar la candidatura de Irene Sáenz, rival de Hugo Chávez en su camino a la presidencia (ver interviú 1.968).

por su parte, el Gobierno bolivariano ha dado cobijo desde hace años a una veintena de terroristas buscados por las autoridades españolas, hombres apoyados por la comunidad etarra trasladada al país de forma consentida por el Gobierno español hace más de treinta años. La pasada semana el diario El Mundo desveló

que allí se esconde el etarra José Ignacio de Juana Chaos, buscado por la Audiencia Nacional y con 25 asesinatos a sus espaldas. No es la primera vez que un medio reproduce imágenes suyas en el país. pero sigue en libertad. por su parte, la seguridad española contrató al hacker Matías Bevilacqua para hacer trabajos delicados en venezuela, mientras

el Gobierno de Maduro contrató como asesores a varios líderes de podemos, el partido que ha irrumpido en la vida política española. Juan Carlos Monedero (en la foto), número dos de la formación, cobró 425.000 euros por sus trabajos de consultoría. Ahora, allí le tachan de Judas por no ensalzar las bondades del chavismo.

la generosa Venezuela

ponía, por un lado, un negocio rui-noso para los venezolanos, cuyo Gobierno, ante la falta de alimen-tos, ha puesto a disposición de los ciudadanos una línea directa para denunciar las especulaciones. Y por otro, un suculento negocio para Marinaleda, un soplo de aire fresco para su maltrecha economía. Se-gún publicó el diario Abc, las coo-perativas agrarias, principal motor económico del pueblo y de la que dependen –según sus propios da-

tos– 400 empleos eventuales, pa-saban serios apuros económicos. Cuando llegó el dinero venezolano, Hacienda amenazaba con embar-garles parte de sus cuentas por im-pagos a Endesa y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, a la que adeudaban 800.000 euros en derechos de riego. Según las cuen-tas de Marinaleda SCA, la entidad pasó de tener 57 trabajadores fi-jos contratados en 2010 a tan solo once cuando el Gobierno de Madu-ro compró su aceite.

Así, el dinero proporcionado por Venezuela era el maná más sabro-so para mantener la utopía a flote. Pero la cooperativa era incapaz de atender con su producción anual –que ronda las 400 toneladas con buenas cosechas– el contrato fir-mado con el Gobierno latinoame-ricano. ¿La solución? Comprar el aceite a una gran firma del sector y venderlo después a Venezuela con otra marca, Diana Oliva. Aun así, con gastos de compra a terce-ros, embotellado, etiquetado y envío incluidos, la rentabilidad rondaba el 73 por ciento; cinco veces por en-cima de la media del sector.

primer pedido

La primera orden de compra fue emitida por Corporación de Abas-tecimiento de Servicios Agrícolas (CASA) el 25 de enero de 2013, dos semanas después de que se rubri-cara de forma oficial el contrato. El primer pedido para Marinaleda fue de mil toneladas de aceite, por un monto total de 7,3 millones de dólares (6,4 millones de euros al cambio), más una desviación po-sible del 5 por ciento. El aceite, pa-

A la izquierda, la orden de compra emitida por el Gobierno venezolano para el aceite de Marinaleda. En el centro, el ministro de Presidencia, Carlos Osorio. A la derecha, el alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, en una intervención en la televisión pública venezolana durante su viaje en 2012.

una compra política

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colas y protestas

letizado, envasado en botellas de 75 centilitros y con los controles sanitarios en orden, debía ser en-viado a Puerto Cabello, en el norte del país, donde se ubica el puer-to comercial más importante de Venezuela.

Para hacer frente a la petición, y según documentación que obra en poder de esta revista, los responsa-bles de la cooperativa, vinculados a Izquierda Unida en Andalucía, op-taron por buscar un suministrador entre las grandes empresas nacio-nales. La elegida fue Acesur, pro-pietaria de marcas como La Espa-ñola, a la que los responsables de la cooperativa agraria encargaron en abril de 2013 un pedido de 1,4 millones de botellas de aceite. La mercancía –comprada a 2,4 euros por botella– debía ser paletizada y cargada directamente en la na-viera para que saliera de España en mayo de 2013. Para abonar la operación, la multinacional recibi-ría una cesión de los derechos de cobro reconocidos por el Gobierno venezolano.

Así, el aceite comprado en España por tres euros el litro (3,599 euros la tonelada con el envío incluido)

fue a parar a manos venezolanas por el doble de su precio. Pese a no fabricar el aceite, el beneficio de la operación para la institución jorna-lera fue del 73 por ciento.

deutsche bank

Finalmente, la fecha de envío del pedido se retrasó. Y fue el 16 de ju-lio de 2013 cuando el aceite par-tió finalmente en un barco desde Barcelona con rumbo a Venezue-la. En esas mismas fechas, el con-cejal de Marinaleda Antonio Aires, acuciado por los acreedores, ase-guró públicamente que la coopera-tiva presentaría un plan de pagos para saldar sus deudas “a partir de septiembre”.

El dinero venezolano llegó en realidad unos días antes de es-tas declaraciones. En concreto, el 10 de junio de 2013. Ese día la cuenta que la cooperativa Agra-ria Marinaleda abrió en una su-cursal barcelonesa del Deutsche Bank recibió una transferencia de 7.729.244 dólares (6,7 millones de euros al cambio). Según estos da-tos, la operación de suministro de aceite dejó para Marinaleda cerca de tres millones de euros limpios.

Tres millones de euros para sa-near un pueblo en el que residen 2.708 habitantes. Personas que en mayor o menor medida dependen de la cooperativa. Por el camino, el aceite andaluz multiplicó por diez su precio hasta llegar a los super-mercados venezolanos, donde se vendió cada botella a 199 bolívares (27,6 euros).

sobrefacturación

Vender un producto muy por en-cima de su precio no es un delito en España. Pero sí lo es en Vene-zuela, donde el Gobierno prohíbe de forma taxativa la salida de capi-tales al extranjero. Con una infla-ción anual del 68 por ciento, pro-hibir la salida de dinero del país es la principal medida para frenar la fuga de capitales. Pero hay una forma de burlarla: vender desde España o cualquier otro país ex-tranjero un producto muy por en-cima de su precio para mandar la mayor cantidad posible de dinero fuera de Venezuela. Es lo que se conoce como sobrefacturación, un delito perseguido con la cárcel. En algunos casos, los procesados son narcotraficantes o blanqueadores de la corrupción. En otros, empre-sarios con voluntad de salvar fue-ra del país parte de su patrimonio. Ahora, falta ver cómo actúa el Go-bierno de Maduro si son ellos quie-nes hacen lo mismo. ■

■ El precio del aceite se multiplicó por diez desde que salió de España hasta que llegó a los supermercados venezolanos

Un ciudadano venezolano

descansa con una niña mientras,

a su espalda, medio centenar

de personas hace cola para abastecerse de

alimentos en un supermercado

tras una jornada de protesta. A la derecha, la web

del Ministerio de Alimentación,

con una campaña para denunciar a

quienes acaparan alimentos.

[email protected]

olas y protestas

Un ciudadano venezolano

JOHN MOORE

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