Acerca de Enrique Linh

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218 TALLER DE LETRAS N° 37: 203-222, 2005 LA ZONA MUDA, UNA APROXIMACIÓN FILOSÓFICA A LA POESÍA DE ENRIQUE LIHN JORGE POLANCO SALINAS Prólogo de Adriana Valdés. Santiago: Universidad de Valparaíso / RIL Editores, 2004. 204 pp. Si se ha de escribir correctamente poesía en cualquier caso hay que tomarlo con calma. E.L. José Emilio Pacheco señala con acierto la paradoja que constituye el caso de la obra lihneana [y yo diría que esta como ejemplo de varias otras que merecen seguir leyéndose]: “Lihn, que hizo del fracaso tema profundo de su poesía, es un poeta triunfal en las condiciones actuales: vio algunos de sus libros traducidos o publicados por editoriales de circulación internacional; figura en las antologías y estudios críticos importantes; pero fuera de Chile, o quizás aun en su propio país, es imposible conseguir algo que no sea la utilísima antología, Porque escribí [1995], que compiló Eduardo Llanos Melusa”… 1 Esas “condiciones actuales” son desde hace ya tiempo el “menos- precio” general y generalizado que padece la actividad poética —y, por ende, el poeta— dentro de la vida cultural. Antes habríamos dicho: dentro de los gustos de una sociedad determinada; hoy diríamos: dentro de sus consumos. Situación esta que el propio Lihn dejó manifiesta y (auto)parodiada en muchos de sus poemas. Sin embargo, y debido a una suerte de prodigio amoroso que su obra suscita desde sus comienzos en muchos lectores, anónimos o escritores ellos mismos (a estos últimos es a quienes se debe que el nombre del poeta siga impreso y a aquellos primeros una rara fidelidad en el mundo de las letras), “es posible afirmar que Enrique Lihn (1929-1988) permanecerá en la gran poesía chilena y en la de toda la lengua española” (Pacheco 51). Pese a lo dicho hasta aquí, hay que mencionar que hay gestos alentadores, por ejemplo la reciente reedición en 2003 por la Universidad Diego Portales de El Paseo Ahumada (prólogo y edición de Alejandro Zambra), ese poemario fundamental de nuestras letras aparecido en 1983. 2 También están la Antología de paso 1 Pacheco, José Emilio. “Enrique Lihn: menosprecio y alabanza de la poesía”. El Espíritu del Valle 4/5 (1998): 51-53. 2 La Universidad Diego Portales ha publicado también a Juan Luis Martínez en el espíritu de recupe- ración de poemarios clave que distingue su colección de poesía.

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sobre el poeta chileno, nota

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    TALLER DE LETRAS N 37: 203-222, 2005

    LA ZONA MUDA, UNA APROXIMACIN FILOSFICAA LA POESA DE ENRIQUE LIHNJORGE POLANCO SALINAS

    Prlogo de Adriana Valds. Santiago: Universidadde Valparaso / RIL Editores, 2004. 204 pp.

    Si se ha de escribir correctamente poesaen cualquier caso hay que tomarlo con calma.

    E.L.

    Jos Emilio Pacheco seala con acierto la paradoja que constituye elcaso de la obra lihneana [y yo dira que esta como ejemplo de varias otrasque merecen seguir leyndose]: Lihn, que hizo del fracaso tema profundo desu poesa, es un poeta triunfal en las condiciones actuales: vio algunos de suslibros traducidos o publicados por editoriales de circulacin internacional;figura en las antologas y estudios crticos importantes; pero fuera de Chile,o quizs aun en su propio pas, es imposible conseguir algo que no sea lautilsima antologa, Porque escrib [1995], que compil Eduardo LlanosMelusa1 Esas condiciones actuales son desde hace ya tiempo el menos-precio general y generalizado que padece la actividad potica y, por ende,el poeta dentro de la vida cultural. Antes habramos dicho: dentro de losgustos de una sociedad determinada; hoy diramos: dentro de sus consumos.Situacin esta que el propio Lihn dej manifiesta y (auto)parodiada en muchosde sus poemas.

    Sin embargo, y debido a una suerte de prodigio amoroso que su obrasuscita desde sus comienzos en muchos lectores, annimos o escritores ellosmismos (a estos ltimos es a quienes se debe que el nombre del poeta sigaimpreso y a aquellos primeros una rara fidelidad en el mundo de las letras),es posible afirmar que Enrique Lihn (1929-1988) permanecer en la granpoesa chilena y en la de toda la lengua espaola (Pacheco 51). Pese a lo dichohasta aqu, hay que mencionar que hay gestos alentadores, por ejemplo lareciente reedicin en 2003 por la Universidad Diego Portales de El PaseoAhumada (prlogo y edicin de Alejandro Zambra), ese poemario fundamentalde nuestras letras aparecido en 1983.2 Tambin estn la Antologa de paso

    1 Pacheco, Jos Emilio. Enrique Lihn: menosprecio y alabanza de la poesa. El Espritu del Valle4/5 (1998): 51-53.

    2 La Universidad Diego Portales ha publicado tambin a Juan Luis Martnez en el espritu de recupe-racin de poemarios clave que distingue su coleccin de poesa.

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    (LOM, 1998, Libros del ciudadano) y la recopilacin miscelnea de la obracrtica lihneana hecha por Germn Marn, El circo en llamas (LOM, 1997).Y en el extranjero la antologa bilinge Figures of Speech (Texas, HostPublications, 1999). A lo que habra que agregar la creciente obra crtica sobreel poeta, el volumen homenaje colectivo que edita la profesora FranciscaNoguerol, pronto a ver la luz a travs de la Universidad de Salamanca enEspaa, y unas soadas obras o, al menos, poesas completas, proyecto quese teje en manos de un grupo de apasionados.

    Esto que ha dicho el poeta mexicano con la franqueza propia tambinde Lihn y dados los signos, entre otros, indicados luego, lleva a postularcon claridad que hoy por hoy ya se puede hablar, sin temor a exagerar, de laexistencia de los Estudios Lihneanos (aunque todava no tenga institucinque los ampare de forma permanente). Estos podran distribuirse cronolgi-camente y lo propongo solo como un ejercicio y con las disculpas del casopor no poder mencionarlos a todos en tres generaciones de crticos, losprimeros y coetneos al poeta (Jorge Eliot, Pedro Lastra, Waldo Rojas, MauricioOstria, Mario Rodrguez, Tamara Kamenszein, Carmen Foxley, Adriana Valds);los segundos, aquellos que fueron inspirados y educados por los anteriores(Mara Luisa Fischer, Oscar Sarmiento, Luis Correa-Daz, Juan Zapata Ga-cita, Mara Nieves Alonso); y los ltimos hasta el momento, la nueva ge-neracin que ha sido inspirada por todos los anteriores y que, estoy seguro,pasar la antorcha a otros jvenes en algunos aos ms (Ana Mara del Ro,Christopher Travis, Marcelo Pellegrini, Lilian Meza y, quien nos ocupa aqu,Jorge Polanco Salinas).

    Por estos motivos no hay que pasar por alto el ttulo del grabado queilustra la portada del libro de Polanco, For ever Lihn del artista Tito Caldern.Creo sinceramente, y sin querer caer en sensibleras ajenas a lo que a todosnos importa, que esta pieza grfica, su ttulo y, por cierto, su aparicin frontalaqu condensan la pasin y el destino de la labor editorial y crtica de estasdcada y las por venir en torno a la obra lihneana. Y de esto es conscientey promotor entusiasta el autor del estudio que se resea.

    Es as que en este contexto el libro de Jorge Polanco Salinas viene aocupar un lugar destacado en la vanguardia de esta gesta crtico-potica. Eltrabajo de Polanco as como el de Ana Mara del Ro, por ejemplo revelalo que para m constituir el principal aporte de esta generacin a los EstudiosLihneanos: el acercamiento a la obra del poeta desde disciplinas y mtodosotros que los de la crtica literaria en sentido estricto, lo cual no hace sinoacoplar, concordar con lo multifactico de la obra y del poeta mismo, ambospolimorfos, proteicos.

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    El trabajo de Polanco se nutre de un conocimiento acabado de la yaestablecida tradicin de estos Estudios Lihneanos, pero ha sabido diferenciar-se y aproximarse a la poesa de Lihn desde una rigurosamente novedosaperspectiva: leer algunos aspectos de esa obra potica desde la ptica de unnovel filsofo, quien nos llama a no perder de vista que la poesa es tambinun tema y un rema de la filosofa, y que la filosofa debe volver, a su vezy con humildad, a las fuentes de la poesa, como muy bien propone AdrianaValds en el Prlogo. As en la seccin primera, Seales de ruta (auto-declarado parafraseo de un texto de Lihn y Lastra sobre Juan Luis Martnez),que sirve como introduccin, Polanco precisa la necesidad de sus pginas yaque no exista un estudio filosfico dedicado a su obra, y traza el mapade su propia ruta: Respecto de Lihn, existen tres aspectos que traen consigoconsecuencias filosficas. En primer lugar, su concepcin de lo que l de-nomina poesa situada. Segundo, lo que describiremos como su concepcinde poeta precario. Y, por ltimo, lo que entenderemos como la palabraprecaria. Estos tres mbitos trazan una espiral, que intentaremos recorrer enla investigacin en la medida en que aquellos aspectos impliquen algunosproblemas filosficos acerca del lenguaje. (13) De aqu nace tambin lanecesidad del ttulo del libro, Zona muda, expresin que toma de Lihn, quiencon ella aluda a una especie de black hole ubicuo de la palabra en generaly, en particular, al fracaso epistemolgico y pico de la palabra potica (enpoca del poeta). Insiste Polanco: El hiato filosfico que suscita la poesade Enrique Lihn proviene de la constatacin paroxstica de la precariedad dela palabra que se patentiza en Diario de muerte. A diferencia de la concepcinheideggeriana de la poesa, que concibe al poeta a travs de su rol fundantedel lenguaje y de la historia como un vate, Lihn da cuenta de un poetaprecario que deja al desnudo las erosiones de la palabra. Diario de muertees el poemario que ilustra con mayor intensidad este fenmeno [de largameditacin y clave de su potica, agrego yo], al llevar al extremo la preca-riedad de la escritura, de la poesa y de su concepcin del poeta. (14) Demanera que con esto adems tenemos declarado el objeto (poemario) privi-legiado por Polanco para realizar sus operaciones analticas e interpretativasy dentro de l el poema Nada tiene que ver el dolor con el dolor, locual no quiere decir que no se encontrarn fructferas referencias a otrosmuchos textos lihneanos. Ya la crtica haba postulado la enorme importanciade Diario de muerte, debido a su carcter pstumo y a las circunstanciasterminales en que fue escrito, pero, por sobre todo, porque es una especie decompendio testamentario de su potica. Polanco no descuida este hecho, porel contrario, avanza en la bsqueda de un entendimiento ms cabal de estasituacin y, en el fondo, lo que implica, en toda su abismante presencia/ausencia, y dolor humano y desafo filosfico-literario (el hacerse cargo de)la nocin de autor agnico.

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    Los captulos que componen el estudio de Polanco son: I. La isla delos muertos; II. La fragilidad de Diario de muerte; III. Isabel Rawsthorne;IV. Esperando a Godot; ms un quinto que cumple las funciones de lasconclusiones. Como advierte Polanco: Cada seccin tiene como punto de miraun mismo fenmeno, solo que desglosado en diversas y la misma aproxima-cin: la zona muda que Lihn seala, tras la cual transitara la mayor parte desu poesa. (16) Esta suerte de advertencia del autor debe entenderse comoinvitacin a emprender una ruta que se caracteriza por un movimiento circu-larmente expansivo: Leer a un poeta es una lectura en rbitas, que se vanexpandiendo y multiplicando infinitamente. (15) Los suyos son, como dicesiguiendo a Nietzsche, unos muy bien elaborados apuntes al devenir llenosde descubrimientos valiosos que la crtica se encargar pronto de evaluar,contrastar y proyectar. Con esto Polanco no hace sino asumir esta ya rancia(pero no superada an) condicin posmoderna de la filosofa y de la produccinintelectual en general.

    Y sin querer resumir aqu los captulos, para no frustrar de antemanola curiosidad natural del lector presunto, quisiera por todo llamar la atencinsobre el ltimo de ellos, La zona muda, el que cumple la tarea conclusiva,como dije. En l Polanco transcribe el poema lihneano que, como ya se indic,le ha servido de hilo conductor o, mejor dicho, de abrevadero para sus plan-teamientos. Y en seguida, anexado el poema completo al estudio, Polanco abreuna seccin que denomina Acopio y que justifica as a pie de pgina: Eneste acopio reseo algunos fragmentos de otros autores que remiten a laprecariedad de la palabra, con el fin de ampliar el enfoque de lectura, puestoque este es un problema que rebasa tambin a Lihn. (170) Esos otros autoresson, entre otros, Nietzsche, Celan, Eliot, Artaud, Martnez, Roa Vial, ypodran ser ms y agregarse los que aparecen en el cuerpo del estudio Talacopio y su consiguiente elaboracin discursiva por parte de Polanco tienela virtud de, como anota el propio estudioso, reconocer que la problemticapotica que participa de las discusiones y desilusiones en relacin al statusepistemolgico del lenguaje enfrentada por Lihn en su momento posee unagenealoga. De modo que Lihn debe leerse y estudiarse en un contexto de pors amplio y, por sobre todo, transnacional. La precariedad de la palabra y delpoeta es (ha sido) una encrucijada no solo literaria sino que una perplejidadfilosfica, que la poesa las ha padecido como esas santas locas que se en-ferman a propsito de lo que enferma a la (su) sociedad y tal vez la sigapadeciendo en algunos aspectos, aunque ciertamente los nuestros son otrostiempos ya. Padecimiento que es leccin viva.

    No me queda otra cosa para terminar, dadas las convenidas limitacionesespaciales de este gnero de documentos, que coincidir con Adriana Valds,quien en su Prlogo al libro de Polanco afirma que este ser un aporte

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    notable a los estudios existentes sobre la obra de Enrique Lihn, y una referenciaobligada para quienes escriban en el futuro sobre su poesa. Esto porque, entrevarias otras razones, Polanco ha sabido ahondar en esa compleja relacinentre poesa y filosofa, en este tironeo entre ambas que exige al pensamientoponerse a la altura del poema, all estuvo la motivacin de este trabajo deJorge Polanco. (5) La motivacin y, sin duda, la altura crtica lograda.Evidentemente, Polanco se ha tomado con calma la tarea de escribir correc-tamente sobre la poesa de Lihn, el resultado lo muestra satisfactoriamente yse agradece.

    Luis Correa-DazUniversity of Georgia